ALMOGAREN. 9.191) %&s. 87 95. O CENTRO TEOLDGICO DE LAS PALMAS
LA RECRISTIANIZACION MARIANA
DE TARA Y AMAGRO
GRACIELAG ARCIAS ANTANA
DRA. EN HISTORIA DEL ARTE
UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
Atendiendo al tema de estas IV Jornadas de Historia de la Iglesia en
Canarias sobre la Evangelización y Conquista de las islas, y siguiendo,
afortunadamente, la línea del día que ha tratado sobre la Virgen del Pino, la
Virgen de Candelaria o sobre el propio obispado de Telde, enlazamos ahora
con un tema que conecta con todo esto porque forma parte del título englobador
que es el de los Inicios de la Evangelización en Canarias.
Nuestra comunicación no sólo forma parte de todo este ambiente, sino
que además tiene la peculiaridad de llegar hasta nuestros días.
Realmente hemos escogido este tema y con esta directriz porque tanto
Tara como Amagro fueron lugares de encuentro de extrañas devociones
aborígenes. Evidentemente eran espacios sagrados para los canarios moradores.
Tras la conquista de la isla, que finalizaría en la primavera de 1483, Gran
Canaria fue cristianizada de forma general. Estos dos lugares establecieron el
culto particular a la Virgen María. La diferencia entre uno y otro radica,
primero, en que Tara se encuentra situada en el cantón aborigen de Telde,
mientras que Amagro está en el norteño de Gáldar. Y segundo, que en el primer
lugar señalado se estableció el culto de forma casi inmediata, venerándose en
una pequeña cueva la hermosa imagen del siglo XVI de la Virgen de la
88 GRACIELA IARCIA SANTANA
Candelaria, mientras que en Amagro hemos tenido que esperar hasta 1962,
pleno siglo XX, para retomar allí el culto católico, venerándose ahora a Nuestra
Señora de Amagro.
Es necesario para nosotros comprender el ambiente que durante los
primeros tiempos de la historia española se vivía en las islas. Tengamos en cuenta
que al iniciar el siglo XVI, Gran Canaria sufre una crisis profunda al cambiar
su civilización indígena por la moderna española, y es necesario un lógico
período de adaptación. Sin embargo creemos que el siglo XVI no fue una era
realmente impactante en el aspecto religioso. Y es que en el pasado las islas
habían tenido contactos con comerciantes y aventureros europeos que de alguna
manera habían dado a conocer el cristianismo. No es sólo una anécdota que
la isla de Gran Canaria sea la protagonista de hechos importantes, como por
ejemplo la muerte de los trece mallorquines a finales del siglo XIV, ya que fue
esta isla la que durante mucho tiempo obtuvo las preferencias mallorquinas,
y "donde las misiones, (según decían) tenían solidez y desarrollo"'. Debemos
considerar también que Telde, centro fundamental de la vida isleña, obtendría
las preferencias del asentamiento cristiano por parte de estos hombres, así que
no es difícil imaginar que alguna imagen de María se venerara recogidamente
en los alrededores de Tara.
Partimos de la primicia de que siempre que dos civilizaciones se funden,
aunque una de ellas sea claramente dominante, como en este caso eran los
españoles sobre los isleños, siempre, repetimos, queda constancia de ambas,
porque es imposible subyugar un pueblo hasta el olvido. Ni siquiera el tiempo
puede, porque detrás está la Historia para recordar y enseñar a las generaciones
lo que fueron tiempos pasados.
Y partiendo, como partimos, de esta idea, consideramos que es imposible
romper con todo un bagaje cultural, con unas influencias, con un modo de
vida, al menos en los primeros estadios. Claros ejemplos de ello tuvieron los
castellanos cuando se lanzaron a la conquista de América.
En Canarias sucedió algo parecido, pero claro está, con menores
resonancias, puesto que la diferencia entre ambos pueblos resultó una guerra
muy desigual, y por otro lado, el nivel cultural alcanzado por los canarios era
bajo, y por tanto la fusión no se matiza más que en detalles.
-
(1) Antonio RUMEU DE ARMAS, El obispado de Telde. (Misioneros mallorquines y catalanes
del Atlántico). Ed. M.1. Ayuntamiento de Telde con la colaboracicin del Gobierno de
Canarias y Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria. Madrid. Telde, 1986, pág. 25.
LA RECRIST~ANIZACIONM ARCANAD E TARA Y AMACRO 89
Evidentemente existía una religión establecida, mejor o peor conocida
por nosotros, y ante esto tenemos que preguntarnos jcómo se asimiló la nueva
religión que traía la cultura invasora occidental? Sabemos que no debió resultar
desconocida, pero esto no quiere decir que fuese acogida por los canarios,
aunque ciertamente no se trató de uno de sus más serios problemas de
aceptación. Los bautismos se realizaban con cierta ligereza, lo que no es una
nota positiva, porque más que un éxito de los cristianos, nos pone de relieve
la poca preocupación de los isleños. Lo cierto es que la Virgen María entra
a formar parte de sus vidas sin mayor trascendencia. Pero queremos reseñar
algo que es lo que realmente nos parece interesante y que aúna en la figura
de la Señora las dos culturas en una época antagónicas. Y es que los canarios
no olvidaron sus lugares importantes, sus lugares muchas veces sagrados como
la Montaña Bermeja de Humiaga, los Riscos de Tirma, la Montañeta de Moya,
el Barranco de Balos, la Cueva de Pilares, el Castillete de Tabaibales de
Veneguera, Los Llanos y Alto de Gamona, Las Lomadas de Arguineguin, El
Roque Bentayga, el propio poblamiento de Tara o la Montaña-Sagrada de
Amagro. En estos dos últimos vamos a centrarnos en nuestra comunicación,
porque si bien en una época, como decimos, fueron espacios destacados para
los aborígenes, hoy vuelven a serlo por su carácter mariano.
En lo que se refiere a Tara se trataba de un centro de población al margen
del barranco de Telde. Según Torriani, Tara junto con Cendro: "llegaban al
número de catorce mil casas. Una parte de ellas hechas en lo alto, sobre el suelo,
pequeñas, redondas y con estrechas calles, eran para los pobres; y otra parte
bajo la tierra, labradas con suma industria, como se ha dicho en otro lugar,
eran de los nobles y de los más ricos" (2).
Hoy Tara se considera el más importante centro alfarero de Gran
Canaria ('1. Y para conectar directamente con la aportación que nosotros
queremos sugerir en el trabajo, recogemos un fragmento del estudio sobre el
guanartemato de Telde realizado por Julio Cuenca, Carlos García y Guillermo
Rivero: "Tara es... importante por haber aportado diversas esculturas en barro
cocido, de entre las que destacan dos representaciones de carácter Temenino
posiblemente relacionadas con el culto a la diosa madre" (".
(2) Leonado TORRIANI, "Descripción e historia del Reino delas Islas Afortunadas y el parecer
de sus fortificaciones". Santa Cruz de Tenerife, 1978. Rf. Julio CUENCA, Carlos GARCIA
v Guillermo RIVERO. "El manartemato de Telde en la orehisrorla de Gran Canaria".
~evi s ta~guayrEod. . ~ a ~ adje aCa narias. NP 176. Las palmas, marzo-abril, 1988, pág. 36.
(3) Cfr. Julio CUENCA, etc., citado en nota anterior.
(4) Ibidem, pak. 36.
90 ORACIELA GARCIA SANTANA
Actualmente, y desde hace cientos de afios se venera allí una imagen de
María, Nuestra Setiora de Candelaria de Tara. Una imagen que hemos situado
a finales del siglo XVI y que durante mucho tiempo recibió culto en una de
las cuevas de las que Tara está llena. Evidentemente, no existen puntos de
contacto, ni simbiosis alguna entre el ídolo de la Gran Madre de Tara y la Virgen
de Candelaria, porque en parte son temas marginales que no tuvieron nexos,
ya que gran parte de la revalorización a nivel popular de estos restos
arqueológicos se debe a los estudios de los últimos afios. Sin embargo, aunque
las dos figuras no tengan que ver, sí es por el contrario curioso, si no importante,
que el lugar donde se veneró a una Diosa Canaria, hoy se venere a la Madre
Católica.
Y nosotros nos preguntamos ¿es posible que a finales del siglo XVI
todavía quedase en el recuerdo de las gentes, transmitido por las generaciones,
un respeto por aquel lugar que en su pasado fue cuna y reunión de antiguos
habitantes y encuentros devocionales? ¿Es posible que se quisiese transmitir
de alguna manera el nuevo sentido sagrado y que en cierto modo cumpliese
en esto dos finalidades: la primera, sería mantener el recuerdo de Tara
(entendida como espacio) y por otro lado el triunfo o implantación de la
cristiandad con la figura de María donde en otro tiempo se practicó cierta
idolatría? Verdaderamente es difícil de responder y faltan estudios de las
mentalidades en conciencia. Pero todavía encontramos más complicaciones
cuando nos aventuramos a exponer el otro caso de recristianización mariana
que es Amagro.
Sin embargo, antes de adentrarnos en este segundo tema pensamos que
es interesante describir y detallar algunos aspectos históricos, iconográficos y
artísticos de la Virgen de la Candelaria de Tara.
Este es un tema advocacional muy interesante en el archipiélago. Contaba
con una fuerte devoción, en parte por lo cercana que quedaba la conquista
y, en parte, porque el recuerdo de la Patrona de Canarias, aparecida en la
tinerfeña playa de Chimisay, estaba aún muy presente en las mentalidades. La
Virgen de Candelaria tinerfeña causaba verdadera admiración en las islas. Era
la representante perfecta en aquellos momentos, pues como su sentido
iconográfico determina: "estimula a los fieles el deseo de limpieza de
ida"'^'. Era el llamamiento al pueblo aborigen canario a la nueva luz que se
-
(5) Juan Miguel GONZALEZ GOMEZ y Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA, Escultura
Mariana Onubense. Ed. Instituto de Estudias Onubenses "Padre Marchena". Excma.
Diputación Provincial de Huelva. Huelva, 1981, pág. 171.
LA RECRISTIANIZACION MARLANA DE TARA Y AMAGRO 91
ofrecía. Y sinónimo de la Candelaria es la Luz'6). La profesora Díaz Vaquero
de la Universidad de Córdoba aporta que, sobre este título, algunos
historiadores consideran la pervivencia de "elementos festivos paganos" 1'). Y
es que sobre esta advocación nosotros nos preguntamos ¿qué tenía que ver la
candela o el cirio con esta celebración? Sabemos que estos se usaban antes de
que la fiesta, denominada "Cuaresma de la Epifanía" y que celebraba la entrada
de Jesucristo en la Ciudad Santa, llegase a occidente. Su uso se debe a la romana
Ikelia o Hicelia que las llevaba el día señalado en la procesión en Jeru~alén'~).
No sabemos si aquello fue una casualidad de la mujer o es que ya se seguía
la enseñanza de Simeón que expresaba que: "el Niño, Mesías Salvador, había
de ser luz que ilumine a los gentiles y gloria de Israel" c9). El profesor González
Gómez de la Universidad de Sevilla dice: "que los cirios encendidos eran
llevados a casa, y se les atribuía una sobrenatural eficacia sobre las infecciones
epidémicas, partos difíciles, tempestades, en las cabeceras de los moribundos,
etc ..." ('O).
Concretamente esta pequeña Virgen de Candelaria de Tara es una imagen
fuertemente unida a la historia de la isla. Como hemos comentado, la efigie
en un principio recibió culto en una pequeña cueva y hay que esperar hasta
1970 para que pueda ser venerada en su templo actual. Este hecho se debe gracias
a la donación del edificio por parte de los Sres. Embajadores de España en
Venezuela y Trinidad Tobago, Sres. de la Vega Guerra. El domingo 3 de mayo
de 1970 se inauguró la iglesia trasladándose la Virgen de la cueva para quedar
en su nuevo lugar entronizada"'). Desde entonces ha permanecido presidiendo
la iglesia en un interesante retablo barroco.
La imagen, de 60 cm. aproximadamente, aparece vestida con túnica y
manto beige de una suave tonalidad dorada que se conjuga con el galón que
bordea todo el traje. No hay una iconografía establecida para esta advocación
mariana y, por tanto, la variedad en sus vestiduras es nota común en las vírgenes
de este título. El fondo de estampación floral es frecuente en las imágenes
marianas porque alude a las virtudes de la Madre de Dios. La Virgen coge el
-
(6) Ibidem, pág. 172.
(7) M! Dolores DlAZ VAQUERO, La Virgen en la escultura cordobesa de barroco. Ed.
Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba. Cajasur. Córdoba,
1987. oáe. 75.
(8) Ibidem, págs. 75-76.
(9) Juan Miguel GONZALEZ GOMEZ y Manuel JesUa CARRASCO TERRIZA. Op. cit.,
pág. 172.
(. 10,) Ibidem. o á . 172. ~~ . - . -
1 1 1 , Pahli, HCRh:\hl>k./ hlON l k S l > tO~ ' ~'\O. r r o janriidrii> Jlinano rdi.ianrcv Diario
I A Pi.><in;ia'' I a$ Palni3, di brdn Canari.8. 3 Jc ma)., de 1970, pag. I I
92 GRACIELA GARCIA SANTANA
Niño con su mano izquierda y Este, visto desde abajo, parece apoyarse
cómodamente en su cintura. El pequeño Jesús no lleva el elemento iconográfico
inequívoco de la advocación de María. Se trata de la pequeña paloma o pichón,
cuyo significado podemos interpretarlo a través del Libro del Exodo, donde
Dios habla a Moisés y le dice: "Conságrame todo primogénito; las primicias
del seno materno, entre los hijos de Israel, tanto de los hombres como de los
animales, mías son" ( 1 2 ) . Y Dios vuelve a hablar a Moisés y le da las leyes
cultuales de los holocaustos en el Libro del Levitico diciendo: "Si la ofrenda
a Yavé fuere un holocausto de aves, ofrecerá tórtolas o pichones" ''3). Y en
la vida de Jesucristo, el Evangelista San Lucas recoge este momento,
escribiendo: "Así que se cumplieron los días de la Purificación, conforme a
la Ley de Moisés, le llevaron a Jerusalén para presentarle al Señor, segun está
escrito en la Ley del Señor que "todo varón primogénito sea consagrado al
Señor" y para ofrecer en sacrificio, según lo prescrito en la Ley del Señor",
un par de tórtolas o dos pichones" 1"). Pero además de esta bonita
interpretación de la ley judía, los cristianos conocemos su sentido iconográfico
asumiendo en la figura de la pequeña paloma al propio Paráclito. Entonces,
el Niño Jesús, mostraría al guardián de la fe de los hombres, que en este caso
concreto, no aparece, lo que ha dado a interpretar en ocasiones la originalidad
del título.
La Virgen es de rasgos muy delicados, reflejando en conjunto, un tono
sencillo y ciertamente popular. Tiene el rostro almendrado, de tono sonrosado,
de facciones finas y menudas. Las del Niño, a pesar del pequeño tamaño,
también aparecen bien definidas.
La imagen, adornada con collares de cuentas, porta la candela de su
advocación en la mano derecha. Luce una magnífica corona imperial con
resplandor que remata en las doce estrellas, aludiendo a la Hija de Sión, símbolo
de Jerusalén, o sencillamente a los doce apóstoles. A su vez, toda la imagen
está envuelta por una gran ráfaga que combina los rayos con elementos
decorativos barrocos. Dicha ráfaga, que luce en sus procesiones por las
empinadas calles de Tara, le da una gran vistosidad al conjunto. Los rayos,
por otro lado, aportan una nota de color al combinar el amarillo con el rojo
fuego.
(12) Exodo, 13, 1-2.
(13) Levítico, 1, 14.
(14) San Lucas, 2, 22-24
LA RECRlSTlANlZAClUN MARIANA DE TARA Y AMAGRO 93
Tras estos comentarios sobre Tara y su Virgen de Candelaria, retomamos
el principio de la comunicación para pasar a tratar el segundo espacio aborigen
que nos ocupa: Amagro.
Era ésta una montaña sagrada para los canarios, aunque en realidad no
se conoce mucho de ella. Casi olvidada, Amagro se alza en la costa norte donde
se han encontrado numerosos restos arqueológicos de gran interés. Aquí han
aparecido figurillas en barro de deidades, que aunque no resulten tan
representativas como la denominada popularmente "Idolo de Tara", sí marcan
y atestiguan la importancia del culto religioso que en esa zona de Gáldar existió.
El propio historiador Martín de Guzmán considera la hipótesis de que Amagro
fuera realmente un santuario sagrado basándose en las fórmulas que los
cronistas transmitían, tanto al gritar "Atis Tirma", como "Atis Mago",
juramentos que es posible se hiciesen por estas montañas, lo cual nos manifiesta
la importancia que dichos espacios debían tener u3'.
Hoy Amagro ha pasado a ser una montaña mariana. Su Virgen pertenece
a la década de los años sesenta del actual siglo.
En este caso, no es una trasmisión de ideas y pensamientos (como
queríamos interpretar en el caso de Tara), sino de un renacimiento de lo canario
por medio de la propia religión. Si fue un lugar sagrado, ahora nuevamente
lo es. Juan Borges Linares, escultor de la Virgen del pequeño oratorio situado
en medio de la montaña, es un artista siempre preocupado por nuestras raíces,
por la cultura anterior. Su moderna imagen busca de nuevo el sentimiento del
pasado perdido pero siempre viviendo el presente representado en María.
Quizás sea el momento adecuado para hacer una pequeña valoración
sobre la integración del arte actual en la vida religiosa. Porque ¿qué lugar ocupa
el arte religioso? Es complicado integrarlo en las nuevas corrientes y escasean
los artistas que han sabido complementar la idea espiritual que encarna una
obra religiosa con las formas del arte moderno. Ya no existen aquellos maestros
tremendamente religiosos, capaces de inspirarse en las sencillas devociones
populares que ellos mismos vivían. Y, si existen, lo cierto es que quedan pocos.
El arte del siglo XX, en su más amplio sentido, se ha apartado de la vida
religiosa. La mayoría de los artistas canarios de la época no se han ocupado
de este tema en sus representaciones. Aunque también es cierto que contamos
con un interesante grupo de artistas donde el tema religioso si no ha sido
-
(15) Celso MARTIN DE GUZMAN, Las culturas prehispánicas de Gran Canaria. Ediciones
del Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria (Comisión de Educación y Cultura). Madrid
- Las Palmas de Gran Canaria, 1984, pag. 508.
94 GRAClELA IARCIA SANTANA
preferente en sus obras, si han participado en él. Nombres para nuestra historia
como Jesús González Arencibia, José Arencibia Gil, Montull, José de Armas,
Abraham Cárdenes y el que ahora nos ocupa, Borges Linares. De él se ha dicho
que es uno de los últimos eslabones de la tradición escultórica canaria.
Habíamos comentado que Amagro era una montaña olvidada, pero
cuando en 1962, Juan Borges dona esta efigie quiere decir que algo late
todavía "6'.
Se trata de una gran imagen, completamente de madera, de 1.75 cm. de
alto. Está en un pequeño oratorio de piedras en las faldas del Amagro. Nosotros
vemos en ello un sentimiento profundo. La Virgen está ahí por la voluntad
de las gentes que viven en las laderas de la montaña y por el magnetismo que
emana del lugar.
Creemos que es la imagen que más se aleja del particular estilo de escultura
sacra del autor. Aunque también la que menos sigue la tendencia estilista
impuesta por su maestro Abraham Cárdenes. Resulta algo plana, monumental,
dura, pero evidenciando esa redondez de formas a la que se sumió Borges en
casi todas sus obras. Este es el sello de su estilo. Desde luego esta Virgen está
más cercana a Nuestra Señora de los Dolores y al Descanso de la Huida a Egipto
de San Isidro de Gáldar, que a otras obras del escultor, ya que cronológicamente
se corresponden. Sin embargo a estas dos imágenes mencionadas, las
encontramos más interiorizantes, mientras que la Virgen de Amagro parece
más pendiente del fiel que de su propio mundo interior. En realidad tiene
sentido. Pensemos por un momento dónde está situada, en medio de una
montaña, protegida en un pequeño oratorio y de espaldas al mar, contemplando
el paisaje de San Isidro, Gáldar y Santa María de Guía. Siempre sola, pero
rodeada de flores, ya que las mujeres de Amagro nunca olvidan subir y
adecentar la pequeña cueva artificial.
La Virgen sostiene al Niño sobre su brazo izquierdo, pero apoyando sobre
sus piernas la mano derecha. Jesús, en un gesto que no acabamos de interpretar,
se lleva la mano a la cabeza. Ambas se encuentran adornadas por collares y
rosarios donados por los fieles.
Actualmente se encuentra en buen estado de conservación.
(16) ARCHIVO PARROQUIAL DE SAN ISIDRO DE GALDAR. (Fol. suelto)
LA RECRISTIANIZACION MARlANA DE TARA Y AMAGRO 95
Estas son las dos representaciones marianas que han ocupado antiguos
asentarnientos aborígenes canarios. Consideramos, finalmente, que han sabido
engrandecer con su presencia, lo que históricamente merece un alto respeto.
Graciela García Santana