ALMOGAREN. 8. (91) Pggr 189 - 195 CENTRO TEOLOCICO DE LAS PALMAS
CARTA DEL OBISPO SERVERA Y SU CABILDO AL
REY CARLOS III SOBRE LA OBRA Y FABRICA DE LA
SANTA IGLESIA CATEDRAL DE CANARIAS.
CANARIA. OCTUBRE DE 1772.
PRESENTACION:
JOSE LAVANDERA LOPEZ
PROFESOR DE HISTORIA DE LA IGLESIA EN EL CET
De todos es sabido que la primera obra de la Catedral de Santa Ana
culminó con el cerramiento de su cuarto arco el año 1570. Pasaron luego dos
largos siglos durante los cuales hubo una persistente interrupción. A partir del
año 1765 soplan aires emprendedores y es el obispo Delgado y Venegas quien
solicita al Cabildo Catedral 10.000 pesos y otros 10.000 a los particulares para
reanudar las obras del primer templo de la Diócesis. Sin embargo, todo quedó
en el mismo estado, posiblemente debido a la insuficiencia de los fondos.
El franciscano Fr. Juan Bautista Servera, sucesor del Obispo Delgado,
continuó en el mismo empeño, aunque a la postre la pobreza de resultados fuera
la misma. En su haber cuenta el obispo Servera con el encargo de los planos
al coronel de Milicias D. Antonio Lorenzo Rocha y con la apremiante ayuda
solicitada al Rey Carlos 111.
La carta que envía al Rey Carlos 111 es rica en detalles, no sólo alusivos
al estado de la Catedral, sino en alusiones a circunstancias difíciles para las
Islas. Algunos párrafos son particularmente elegantes y armoniosos, como
cuando dice: "Obra corintia de delicadísimas columnas que imitando
perfectamenrepalmas, forman los arcos y enlazan las bóbedas con sus oxas":
Dn. Fr. Juan Bautista Servera, Obi$po de Canaria de Vuestro Consejo,
y el Deán y Cavildo de esta Sta. Iglesia a los R.P. de V.M. con la más profunda
veneración representan; que haviéndose comensado a fabricar dicha catedral
de tres naves con solo la extención correspondiente a aquel pueblo, se hicieron
cuatro arcos con sus capillas y todos los cimientos de los tres que restan y se
reconocen a la superficie de la tierra, en cuyo estado quedó desde el año 1570
por falta de medios y precisión de celebrar en ella los divinos oficios, aunque
con la mayor incomodidad y estreche7 que se experimenta; porque se puede
decir que no tiene Presviterio, Pavimento, ni Coro, pues hecho todo esto
interino, el Coro se formó en poco más de un arco, tan reducido, que mal
pueden en las funciones comunes exercitar sus ocupaciones los músicos y
ministros, y mucho menos en las que concurre el Obispo y dias de primera clase.
El Pavimento es tan pequeño, que en las veces que se juntan el Obispo,
uno y otro Cavildo, se ven en la mayor incomodidad, mayormente quando se
trae en las necesidades públicas Nra. Sra. del Pino, por no poderse poner en
otra parte los altares que se hacen para esta milagrossisima Imágen y santos
que le acompañan. Elpresviterio es tan corto que impide a el Obispo celebrar
sus pontificales con la estención y pronptitud correspondiente; pues sin envargo
de ensancharse con tablados portátiles por los lados, la Dignidad y canónigos
que le asisten se miran expuestos a continuos peligros de rodar por las gradas
al tiempo de sus mudanzas y genuflexiones, y obligados los ministros inferiores
a baxarlos con frecuente acelaración para passar de una parte a otra, en práctica
del exercicio de sus encargos.
No ai Iglesia para el pueblo, porque aviéndose aumentado con los años,
no caben en la fabricada los fieles a el congregarse para los Oficios Divinos
en las funciones principales de Corpus, Semana Santa y baxada de dicha
milagrossisima Imágen; aún con la inevitable mezcla, en desorden, de ámbos
sexos. Por la cortedad de la Iglesia que en las Missiones generales, ha precisado
a salir a la Plaza inmediata a haserlas, porque no perecieran los del del concurso.
Y para assistir el cavildo pone en el mismo suelo sus bancos.
Pero lo más es que siendo la pared con que se cerró la obra hecha, de
la que queda por haserse, interina, y como para poco tiempo, en que se pensaba
continuar la que resta, no tiene aquella fuersa que lo firme de las columnas,
arcos de canteria, paredes maestras de las Capillas, y estrivos que las sostienen,
y ha de tener lo que falta. Y de aqui es que esta raxada por tres partes, y que
en las missas conventuales se hallan diariamente el Sacerdote, Diácomo,
Subdiácono y ministros, en conocido peligro, por estar caiendo sobre ellos,
maiormente en el Ynvierno, pedazos de techo desprendidos de la Bóveda y
tavique postiso, en donde esa formado el Altar Major interinamente.
Bien quisiera el Obispo y Cavildo atender al remedio y precisión urgente
de acavar la Obra de que resulta más culto a Dios y bienestar de estos fieles,
pero las cortedades de sus rentas lo han diferido e impiden. Porque las de fábrica
de esta Iglesia apenas le alcansan para elgasto diario y mantener sus sirvientes,
sinque le quede otra cosa.
Las rentas del Obispo y Cavildo son tan escasas, con especialidad en estos
últimos años, que por su esterilidad han disminuido la tercia parte de frutos,
que apenas dan su precisa manuntención: quando la misma cortedad de cosechas
ha traido a refugiarse a esta Capital los naturales de las Yslas de Lanzarote
y Fuerteventura para salvar la vida. A que ha aplicado el Obispo y Cavildo
gruesas cantidades, señalando Canónigos que por las calles y Barrios
alimentasen a los que en ellas se caian muertos de necesidad estrema; por su
obligación como a pobres de Jesuchristo y vasallos de V.M. para que no se
despoblasen aquellas Yslas, a donde se restituieron después, concurriendo
assimismo a el costo de su mantenimiento y transportes, como lo ha hecho
siempre con maiores sumas en quantas ocasiones se han ofrecido, para defensa
de esta Ysla, fábricas de sus fortificaciones, donativos voluntarios a S.M.,
socorro de estos naturales, y demás de Vuestro Real servicio.
Por todo esto, Señor, es preciso, quanto imposible, proseguir la fábrica,
sin recurrir al Augusto Trono de V.M. por limosna para ella, que regulándose
su costo en ciento y veinte mil pesos, no tiene este Cavildo fondos, si V.M.
no se digna por un efecto de su notoria liberalidad y clemencia, concederlos;
que sin gravar Vuestro Real erario sobran a la grandeza de tanta soherania,
muchos arbitrios para proporcionarlos.
Y considera el Obispo y Cavildo, que concediendo V.M., la gracia de
sinco registros de esta Yslas a la Provincia de Caracas, y el uno de ellos con
registro assimismo de allía la Vera Cruz aquella cantidad que V.M. fuere servido
en las tercias reales, o lo que más fuere de su Real agrado, se podrá acavar
esta Yglesia.
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Y será elmayor honor de este Cavildo, y verdadera fortuna de Canarias,
que en el glorioso Reynado de V.M., en que admira el Orbe tan magníficos
aumentos de sagrados templos y famosas obras que eternisan su nombre, zelo
y piedad catholica, se acave esta, que sobre ser estimada de particular primor
su fábrica, de la mexor canteria, Obra Corinthia de delicadísimas columnas
que imitando perfectamente palmas, forman los Arcos y enlasan las bóbedas
con sus oxas.
Es en fin, Señor, Iglesia de vro. Real Patronato y efectivo a la Corona;
Por lo que rendidamente le suplicamos y esperamos de V.M., cuia Cathólica
Real Persona, guarde Dios los dilatados felices años, que la Christiandad ha
de merecer, decea esta Monarquia, y le rogamos continuamente estos sus más
leales vasallos.
De Canaria y Octubre de 1772.
José Lavandera López