ALMOCAREN. 7. (91) %s. 121 - 131. @ CENTRO TEOLOClCO DE LAS PAl~MhS
ALGUNOS ASPECTOS ARTISTICOS DE LA VILLA DE
TEGUISE EN EL SIGLO XVlll
JOSEC ONCEPCIONR ODRIGUEZ
LICENCIADO EN GEOGRAFIA E HISTORIA
La isla de Lanzarote tuvo por principal centro de decisión a la Villa de
Teguise hasta fines del siglo XVIII"', momento en que pierde la capitalidad
administrativa en favor del Puerto de Arrecife, localidad esta que obtiene, a
su vez, el rango de parroquia para San Ginés. La ubicación de la primitiva
capital queda explicada, de una parte, por la existencia de un núcleo indígena
en su lugar de erección; de otra, por ser aquél un paraje situado al abrigo de
los ataques foráneos, especialmente de los de procedencia norleafricana,
ciertamente feroces, pues lograron arrasar la Villa en más de una ocasión, aún
a pesar de la fortaleza de Guanapay.
Era el comercio de cereales la principal actividad económica de la isla
que tratamos -se ha hablado frecuentemente para ésta y su vecina
Fuerteventura de graneros de sus hermanas más pobladas-, y a clichos
productos se suma, a fines de la centuria que estudiamos, la producción de
barrilla, introducida en la isla desde mediados del siglo, género este que
proporcionó pingües beneficios a las principales familias que a eilc producto
se dedicabanI2). Tales actividades eran dirigidas clesde la Villa capital Iiasta que
Arrecife tomó el relevo. Es por ello que en aquel lugar tenia su resideticia gran
-
(1) MILLARES CANTERO, A,, Arrecife, el puerro de la haiirllzi. Bolclin Millaics Cai-lo, nl;
111, 5-VI-1982, pág. 77.
(2) CONCEPClON RODRIGUEZ, J . , Esculriiras de Feiiiaiidu Esli.ve7 eii Laiii;iiolc. 11
Jornadas de Historia de Lanrarolc y Fuerte\eiitili:i. En pi-enia.
parte de las familias pudientes de la isla, de modo que la Villa sera la zona
de mayor población al menos hasta mediados del siglo XIX. Quedaban tras
ella en este aspecto otros núcleos que igualmente constituian parroquia, como
Haría y Yaiza -la primera desligada de Ntra. Sra. de Guadalupe desde 1631,
la segunda ya en el tercer decenio del Setecientos-, así como otras localidades
de menor rango y entidad demográfica y parajes de importantes haciendas (San
Bartolomé, Tinajo, Tías, Los Valles, Mala, Teseguite, La Vegueta, etc.).
La importancia socio-económica y religiosa de Teguise queda reflejada
en la construcción de importantes edificios religiosos y civiles -son los primeros
los que ahora traemos a colación-, recintos éstos que sufren la presencia de
las hordas norteafricanas ya citadas, la última entre las más importantes acaecida
en 1618. Es, pues, tras esta pacificación, cuando se perfilan definitivamente
las principales fábricas sacras de la Villa, de modo que cuando nos adentramos
en la centuria siguiente, tales edificios quedarán ya prácticamente definidos.
Contaba Teguise a fines del Setecientos con varios edificios religiosos,
a saber: la parroquia1 matriz de Guadualupe, el convento de Miraflores, la iglesia
de la Vera Cruz de Cristo y el cenobio de San Juan de Dio5 y San Francisco
de Paula, orden de Predicadores, asi como parte de estancias sacras anexas
a otras civiles, como lo son el oratorio de la prisión y la capilla del Hospital
del Espíritu Santo. Tales construcciones surgen con anterioridad a 1700, a
excepción del convento dominico y el Hospital. Trataremos aquí, de cualquier
manera, aquellos que aún permanecen en pie, de forma que comenzamos con
la iglesia parroquial.
a) Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe
La iglesia matriz de Ntra. Sra. de Guadalupe tiene sus orígenes en la
primera mitad del siglo XV. Sufrió los embates de las hordas del vecino
continente especialmente en 1569 y 1618. Objeto de percance en la primera de
las fechas fue la propia imagen titular del templo, que fue llevada a aquella5
tierras y devuelta a la isla después de una restauración en Sevilla "1. Tras el
segundo ataque citado, último realmente notable de tal procedencia, comenzará
la configuración definitiva de tal recinto en su estructura arquitectónica, gracias
a limosnas del vecindario y de algunos prelados, entre ellos cl propio obispo
(3) FRAGA GONZALEZ, C . , Esculturas de la Vieen de Guadalope en Canarias. Tallas
sevillanas y americanas. Anuario de Estudios Americanas, lomo XXXVII, 1983, pág.
700-701.
ALGUNOS ASPECTOS AKIISTICOS DE LA YliiA DE TEGUISE EN EL SIGLO XVill 125
Ximénez'41. Así pues, capillas que se habían elevado en el siglo XVI, como
es el caso de la de Ntra. Sra. de la Concepción -de ella fue patrono en el
Quinie~itos Luis de Aday cS1-, serán reedificadas en la centuria siguiente,
continuando este linaje en la posesión de ella en los siglos posteriores, como
queda demostrado por la afirmación que hace Diego de Aday en 1707 de que
sus abuelos Domingo Diaz y Margarita Ruiz de Aday habían sido patronos
de tal capilla. Contó ésta con dos cuadros en el siglo XVIII, uno de San Miguel
Arcángel, patrono de la Villa, y el otro de San Cayetano (@. El último de los
retablos que lució el recinto fue el donado por el beneficiado don Domingo
Camacho, según sabemos por inventario de 1791 ('1.
En el tránsito entre los siglos XVII y XVIII seria elevada en esta parroquial
la sala de San Agustin, obra pía del también beneficiado y Vicario don Diego
Laguna -del linaje Ayala-, quien falleció en el Puerto de la Cruz en 171 1.
Dicho clérigo, que instituyó igualmente la procesión del Santo, había fundado
igualmente, si bien en el Seiscientos, las ermitas de la Caridad en la Geria y
los Desposorios de la Virgen en su cortijo de San José, esta última hoy
de~aparecida'~P'.e rteneciente quizá a la capilla en cuestión es la talla de un
santo de la advocación titular que hoy encontramos en la iglesia, y que
conseguiría librarse de las llamas de 1909; su factura corresponde con la época
de fundación del señor Laguna. Don Diego había regalado igualmente a la
iglesia de su beneficio un Niño Jesús, que se encontraba en el facistol del
coro c9).
De pleno Setecientos es el recinto de San José, obra financiada por el
beneficiado Rector de la parroquial, don Antonio de Torres Rivera, según nos
consta por su testamento de 1797''01, capilla que, por otro lado, no estaba aún
finalizada en el momento de estas últimas voluntades, pues su mentor afirma
que se le entierre en ella si estuviera terminada, y, si no, en la de la Concepción
del mismo edificio. Declara don Antonio poseer la imagen que debía presidir
su obra pía, y asimismo haber hecho escritura de imposición y obligación en
-
(4) BONNET, B., Notas sobre algunos templos e imágenes sagradas de Lanzarote y
Fuerteventura. Revista de Historia, nP 59, 1942, pág. 184.
(5) VARIOS, Nobiliario de Canarias. La Laguna, J. Régulo Editores, 1952, 1954, 1959, tomo
111, pag. 606-607.
16) ARCHIVO PARROOUIAL DE TEGUISE, Inventario de 1764.
(7) A.P.T., Inventario de 1791.
(8) CONCEPCION RODRIGUEZ, J.,El beneficiado don Diego Laguna: su importancia para
el legado cultural y artistico en Canarias. 1V Jornadas de Estudio sobre Lanzarote y
~uer?eventura. En prensa
(9) Vide nota 6.
(10) ARCHIVO HlSTORlCO PROVINCIAL DE GRAN CANARIA, P.*. 2.906, 5-111-1797,
cuad. 5.
8 de octubre de 1792, en la que llama al goce y posesión de los bienes a su
sobrino, el subteniente don Bartolomé de Torres. Era el beneficiado Torres
nacido y vecino de la Villa, hijo de José de Torres, natural de la Matanza en
Tenerife, y de Candelaria Rivera, quien vio la luz en Masdache, Lanzarote.
Encontramos al clérigo con frecuencia en la documentación de notarías de la
última década del siglo XVIII en relación con actividades de compra-venta de
terrenos en su isla natal"" , y sabemos asimismo que poseía iina casa en Carita
Cruz de Tenerife, a juzgar por el testamento del tallista Sebastian Fernández
Méndez, natural de dicho puerto, otorgado en 1772. La capilla que ahora
tratamos contó igualmente con una imagen de la Virgen de las Nieves, según
nos consta por documento de Vicente Cabrera, quien testa a fines de la centuria
il21,
Una de las salas de mayor ornato en la sede de Guadalupc fue la de la
Virgen de la Merced, cuya titular en las últimas décadas del siglo quedaba
personificada en una pieza de talla de origen sevillano1"' según el rclalo del
padre fray Juan de Medinilla, imagen que fue donada a esta sede por el obispo
Morán, quien presidió la cátedra canariense entre 1751 y 1761, tras lo cual se
retiró al convento avilés de la Merced, donde fallece en 1766"". Uno y otro
personajes, Morán y Medinilla, eran hermanos mercedarios, lo que explica su
relación e interés por la pieza. Esta queda reflejada en el inventario de la
parroquia de 1791 "'1. El recinto quedaba ornado igualmeiiie con iciidas
imágenes de San Gonzalo obispo, ya en ella desdc 17641"', y de San Pasctial
Bailón, citada en inventario del año 91 del siglo.
La sala de San Marcial, cuya fundación desconocemos, poseía una talla
del patrono, donación del también sacerdote don Antonio Correa".'.
La parroquia contaba asimismo con otros recintos, como lo son los de
Santa Ana, SanPedro Apóstol, San Miguel, los Dolores y u11 altar de Animas,
fundaciones del siglo XVIII -salvo las de San Pedro y Dolores-, cuyo origen
desconocemos. Las de San Ana y el Arcángel -ésta fundación de Pedro
Cabrera e Inés Verde-, eran presididas por lienzos, a juzgar por los inventarios.
-
(11) A.H.F.C., Protocolosnotariales2.906, MATIAS RANCEL, 6~V~179r7o,l . 434~435;2 .906,
fol. 431-433; 2.868, ANTONIO DE LA CUEVA, fol. 571-572.
(12) A.H.P.C.C., P.". 2.888, ANTONIO JOSE HERVAS, ciiad. 29.
(13) ALZOLA, J.M., El manuscrito de fray loaii de Medinilla. Universidad de 1.a ILagiina,
Secretariado de Publicaciones, 1970, Homenaje a Elias Scrra Rarals, pis. 163.
(14) VIERA Y CLAVIJO, J., Historia decanarias. toma 11, edicioiiei Goya. 1982, pAgi 370 y 595.
115) Vide nota 7.
i16j Vide nota 6.
(17) ldem supra.
+\CGL,NOSA SPECTOS A K I I S I ~ C C IU~E 11, ~ II I\I I UF ~ i i , ~ l~lhi ii t \l<,io \ \ I I I 127
El presbiterio, lo mismo que el resto de la iglesia, ha perdido su primitivo
retablo, de modo que la imagen titular queda hoy ubicada en una estructura
neogótica. La arquitectura lígnea que dio cobijo a la talla de Guadalupe debió
ser de principios del Setecientos, y sabemos que fue dorada y pintada por el
artista orotavense Cristóbal Hernánder de Quintana en 1707, habiendo quedado
constancia de su presencia en la isla en el mes de septiembre de aquel año"".
Por relación del menaje del templo en 1764 sabemos igualmente que doña María
de las Nieves, vecina de Lanzarote, envió de5de La Habana una media luna
para la imagen titular""'. Era la donante natural de la isla de Madeira, zona
de la que procedía una importante colonia asentada en la isla conejera ya desde
el siglo XVIII.
En el coro quedaban situados cuatro lienzos de obispos, el de García
Ximénez, donación del ya citado don Diego Laguna, el de Ruiz Simón, que
dio el beneficiado Diego Betancor, el correspondiente al Señor Conejero, y el
que representa a don Juan Francisco Guillen, donación que fue del presbítero
Matias de Abreu, todos ellos presa del incendio de 1909.
b) El Convento de Miraflores.
Este cenobio remonta su origen fundacional al siglo XVI, y fue gracia
de don Gonzalo Argote de Molina, quien siguió la voluntad de su suegro, el
señor de la isla don Sancho de Herrera':"'. El edificio, hoy a dos naves, queda
definitivamente estructurado a fines del Seiscientos, especialmente tras el
inc e~diod e 1658. Del siglo que centra estas jornadas seria el paramento de
la espadaña, costeado por los vecinos, según reza la losa en cantería clara que
aparece en lo alto, si bien la fecha exacta de construcción e n ca so de que
hubiese estado reflejada en tal estela-, no podemos leerla.
Con respecto al ornato de sus capillas, ya elevadas coi1 anterioridad a
1700, destacar, para la del Carmen, la adquisición en Italia, en 1773, de una
talla de la Virgen titular, cuyo costo fue de 300 reales, pieza ésta que pasó eri
1875 a la parroquia1 del lugar, de modo que, según Lorenzo Betancort, perecería
en el incendio del siglo siguiente. El esquema compositivo de la talla que hoy
preside la nave de la Epístola en la parroquia de Guadalupe, sigue, sin embargo,
la factura de la imagen genovesa, siéndonos desconocidos si se trata de la misma
(18) CONCEPCION RODRIGUEZ, J . , El beneficiado ...
(19) Vide nora 6.
(20) BETANCOR, L., De micaria. El convento de la A4adre de Dios de Miraflores, dc Tc,uiiise.
Revista de Histoiia, La Laguna, nP 3 (1924). pkgr 83-86,
obra, convenientemente restaurada tras el percance, u otra nueva, realizada
a imitación de aquella"". El recinto que albergó la pieza contó igualmente col1
una pintura de la misma advocación, y fue sede, con anterioridad a 1729, de
una cofradía que llegó a extinguirse, de modo que en la citada fecha el Padre
General de Descalzos y Descalzas de Ntra. Sra. del Carmen da facultad para
reiniciar la dicha ~of r adí a '~"F. ue mayordomo de ésta eii 1754 don Maieo
Monforte, administrador de la Real Renta del Tabaco, quieii en 27 de junio
recibe doce sepulcros ubicados ante el altar, tomando en igual momento
posesión de otro doña Antonia Molero 12", nieta de Ignacio, asimismo
encargado de la citada renta y donante, en 1738, de un cuadro de Aniiiias al
cenobio (14).
A fines del siglo XVll se levanta la sala de San Pedro de Alcántara, cuyo
concierto de construcción nos informa sobre los materiales empleados
comúnmente en las capillas del templo. En 1688 los fundadores piden sitio para
hacer capilla de la advocación citada, "la qual quieren haser a su costa a la
mano derecha del altar mayor"'"), lo que se les concede dos meses mas tarde,
en agosto de 1688. En el concierto entre Sindico y fundadores se observa:
"...haciendole sus paredes de piedra y cal con arco a la capilla
mayor y otro que sale del crussero de dha capilla a la de nra. sra.
de Consepn contigua a la que se nos ha de xasser de madera de
tea segun las demas obra de madera que se hissiese en las demas
capillas de dho convento y en ladrillada de ladr-illo y cubierta de
texa segun hissieron en dho. convento las demas fabricas de su
genero" c2@.
El santo titular sabemos que era de bulto, según inventario de 1829, y
es, sin duda, el que hoy encontramos en la iglesia parroquial.
Las demás salas anejas de la iglesia conventual remontan sus orígenes,
como se dijo, al siglo XVII, de modo que bien poco podemos decir de ellas
con respecto a la centuria que estudiamos. Son éstas las de la Concepción, a
la que corresponde el retablo en cantería que hoy podemos contemplar,
fundación que fue de Antonio de Sosa, según su testamento de 1625; se rehizo
tal capilla al menos en tres ocasiones durante el Seiscientos, y fue patrono de
(21) ldem supra.
(22) A.H.P.G.C., Sección Conventos, leg. 44, fols. 48 a 59.
(23) ldem supra.
(24) TARQUIS, P., Archivo de su nombre en el Departamento de Hisroria del Arce, Uniwriidad
de La Laguna.
(25) A.H.P.G.C., Sección Convenios, leg. 45, 12-VI-1688, fal. 92.
(26) ldem supra, fol. 96. Era sindico a la w,ón don rrancibco Sanr
ALGUNOS ASPEC~OSA KI ISTICOT UL I , \ ~ I I\ I 11 , I LC~W\ Ii N ii lo \ \ I I I J 29
ella en el tránsito entre este siglo y el siguiente don Ignacio Pérez de Aday,
miembro destacado de este linaje, ya citado al hablar de la mayordomh del
recinto con igual titularidad en la iglesia de Guadalupe"~'. La sala albergaba
en el siglo XVIII a la santa titular, de caiidelero, y eii nichos laterales u11 San
José de bulto a un lado y Santa Rita de Cassia en el otro. Poseía igualmente
un cuadro de Santa Lucía y un púlpito, a juzgar por el inventario que se hace
a principios del siglo XIX para toda la iglesia"".
La capilla de San José fue fundación del escribano Juaii José de Hoyos
en la segunda mitad del siglo XVII. Igualmente de esta centuria son la de la
Soledad y la del Apóstol Pedro, (la primera tenia en el siglo XVIII una imagen
de vestir, y la otra de bulto). La que presidía San Antonio de Padua, en la
cabecera de la Epístola, tiene su fundación en la primera mitad del Seiscientos,
y su retablo, de principios de la centuria que estudiamos"", alberga en sendos
lienzos a los santos Antonio Abad y Francisco de Paula. Del lado de la El~istola
continúan otras capillas, como la de Nuestro Señor del Huerto -su imagen
era de rueca-, así como los altares de Ntra. Sra. de Belén, lienzo que quedaba
enmarcado en un nicho de cantería, y de San Buenaventura. De todo lo relatado
para esta nave de la derecha sólo queda hoy el retablo que preside San Antonio,
aunque en el intercolumnio que queda frente a la primitiva capilla de la
Concepción, la estructura del paramento refleja la existencia allí de uria
arquitectura en madera, q u i d la que diera cobijo a la Virgen dc la Soledad.
Por otro lado, si paso al exterior, podemos observar en el muro de la segunda
capilla -la más extensa-, un ligero abombamiento, resultado de la presencia
en esta zona, y bajo la ventana, de un nicho, probablemente el del Señor del
Huerto, labrado con seguridad en el siglo XVII.
En 22 de diciembre de 1700, don Mateo Rodrigliez declara tenei dado
"para hacer un altar a su costa, y colocar en él un cuadro de Ntra. Sra. dc
Candelaria", ara e imagen que no aparecen reflejados en el inventario ya citado
de principios del siglo XIX, de lo que inferimos que se extinguió, o bien no
se llevó a cabo
De los altares de San Diego y la Concepción en el claustro, así como dc
la capilla de la Venerable Orden Tercera, nada podernos aportar en relación
(27) ldem supra, fol. 249-250, testamento original ante Juan Gon~álcrS cptiivcda, 24-11L1701;
copia dc 21-V~1708 por el mismo escribano.
(28) ldem supra, les. 47-2.
(29) TRUJlLLO RODRIGUEL, A,, El ielablo baroco en Caliailas. Excmo. Cabildo Insular
de Gran Canaria, 1977, tomo 1, pis. 94.
(30) A.H.P.C.C., Seccion Convenios, les. 47~3. fol. hYv, ferrarncriio aiile Juaii Coiizilci
Senúlveda.
con la centuria objeto de estudio en estas jornadas. Lo mismo afirmanlos con
respecto a la capilla de la Buena Muerte, en la Portería, de la que no poseemos
otro dato que una memoria de misas de 1771 " ' l .
c) El Convento de Santo Domingo
El cenobio de San Juan de Dios y San Francisco de Paula ve la luz a
principios de la centuria que tratamos, si bien su historia se remonta a 1698,
cuando el capitán Gaspar Rodriguez Carrasco, vecino de la Villa, cede unas
casas de su propiedad para instalar un hospital, qug había de ser servido por
los hermanos de San Juan de Dios. Estos, empero, rechazaron tal ofrecimiento
por encontrarse el lugar de fundación alejado de su sede andaluza. La llegada
de algunos dominicos a la isla hace cambiar la opinión del Señor Carrasco,
quien otorga instrumento público de fundación en 4 de agosto de 171 1 de un
cenobio de la regla de predicadores. Su templo podria haber comenzado a
elevarse en 1715, y sirvió de parámetro para su construcción el vecino de
Miraflores, como queda reflejado en la repetición de algunos elementos
mudéjares en uno y otro ('a.
La documentación notarial consultada nos muestra al fundador como
persona de renombre en la isla y uno de los principales potentados de la Villa
en la época("]. Fue asimismo este capitán quien erige la habitacinn oratoria
de la prisión de Teguise, dedicada igualniente a San Francisco de Paula, con
la pretensión de que no faltase a los encarcelados el consuelo d i v i n ~ ' ~ " .
El edificio que ahora tratamos, al presente en restauración, es de dos
naves. Su estructura interna y la renovación citada -el revoque c a l i ~ od e la
fachada ha sido levantado-, permiten precisar su evolución arquitectónica.
La primera fábrica habría sido la del Evangelio, como indica la profesora Fraga,
lo que queda demostrado por la presencia de una armadura ochavada y la
techumbre en jaldetas de la nave -la principal se cierra con un entramado de
cáñamo enjalbegado-, posterior, pues, a la cubrición de aquella'?". Luego
se elevaría el buque principal, rematado, como el otro, a dos aguas. A juzgar
(31) ldem supra, leg. 45, fol. 72. Original ante Agustin Cayetano Barreto, copia de Luis Gaicia
del Castillo.
(32) FRAGA GONZALEZ, C., La aiqciitectura rnudcjar en Caiiaiio.7. Aula de Cultura de
Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1977, pág. 139.
(331 A.H.P.G.C., P.". 2.790, Juan Bueno Hernándcz, fols 497-502.
(341 BOSCH MILLARES, J., El Hospiral del Espiiitu SaJiio dr la ida de l~arizarute. Rriiria
del Museo Canario, Las Palmas de Gran Canaria, numero\ 85-88, 1983, pág. 56.
(35) FRAGA GONZALEZ, C., op. cit., pag. 138.
ALGUNOS ASPECTOS ARTISTICOS DE I A VIL I i\ I > t I i C i l i l 1:N 1 1 S1<1I O \VI11 131
por la ordenación de la piedra esquinera y el mampuesto, el remate curviline'o
que hoy despliega la fachada principal se confeccionó en fecha más tardía -
siempre en el siglo XVIIIL, pues su culminación primitiva seria en ángulo
obtuso, acorde, de este modo, con su cubierta a dos aguas. Entre uno y otro
momentos debió alzarse el paramento del campanario, en cantería negra. Fuera
ya del Setecientos tendría comienzo el recinto -hoy sin c u b r i i qiie podemos
ver del costado de la Epístola.
El retablo que en la actualidad preside el conjunto corresponde al tránsito
entre la centuria que aquí se trata y el siglo XIX, pieza por lo demás acorde
con las disposiciones de la Real Academia de San Fernando en orden a la
erradicación de aquellas arquitecturas lignarias, malqueridas por el bullente
neoclásico 0"'.
Poseía este templo como capilla destacada la de San José, de ubicación
incierta, de la que es patrona en 1795 Josefa de Fleitas, según su testamento
de esta fecha"''. Esta misma señora había fundado en la ],arroq?iial dc San
Bartolomé, junto con Juan Perdomo y Francisco Luzardo, la capilla de Animas.
Otro recinto importante fue el dedicado a Ntra. Sra. del Rosario, advocación
frecuente en los cenobios dominicos. Tenemos constancia de su existencia ya
desde 1746, fecha en la que declara sus últimas voluntades el capitán y teniente
Juan Matías Cabrera, quien pide ser sepultado en tal sala, como miembro que
es de la Hermandad del Rosario y de la del Sanrisimo Sacramento l'". La
imagen titular, sin embargo, aparece hasta la fecha de la restauración citada
más arriba, en el nicho central del retablo mayor.
Lucía la iglesia conventual asimismo el retablo del Gran Poder de Dios,
pieza recogida por el profesor Trujillo en su obra sobre los retablos barrocos
en Canarias. Apunta el citado profesor que aquella obra pudo haberse realizado
a principios del Setecientos o bien a fines del siglo anterior. El nicho cenlral
del primer cuerpo lo ocupa la advocación que da nombre al conjunto; en el
segundo, los espacios laterales quedan ocupados por los lienzos en los que
creemos ver a San Francisco de Borja, a la izquierda, y San Francisco Javier,
en el costado opuesto. Así pues, dos Santos de la Orden de la Compañia de
Jesús. Ambas telas serían donadas por el beneficiado de la isla don Andrés
(36) TRUIILLO RODRIGUEZ, A., op. cit., pág. 207-208, ramo II.
(37) A.H.P.G.C., P.". 2.868, Antonio de la Cucva Zaldivar, folr 551-568. El ieslamcnta de
redactó el 17 de agosto.
(38) A.H.P.G.C., Sección Convenlos, leg. 44, Tals. 153~158C. opia deCristóbal Diar, 28-IX-1763.
Original de 4-X11~1746 ante Fernando Alvaicr.
132 JOSE CONCL12CION KODKI<iI.I/
Antonio de Castro, aunque el apellido no es fácilmente legible"J1.
Tenemos noticia documental, asimismo, de la existencia en la iglesia
conventual de una capilla dedicada al Señor de la Columiia -la imagen titular
debe ser la que hoy se halla en la iglesia parroquial-. En 23 de julio de 1795,
Cayetano Alvarez declaraba en testamento querer ser enterrado en el recinto
de este nombre, ubicado en la iglesia de la orden dominica, por ser especial
devoto de tal adv~cación'~"C' .a recemos, empero, de cualquier olio da[o al
respecto.
Existía también en el edificio que tratamos un altar de San Vicente Ferrer,
presidido por una imagen de talla. Esta fue realizada poor Fray Marcos Guillén,
bajo encargo de Fray Juan de Rivas, y fue bendecida por el obispo Conejero
en 1716'41'.
Poco más puede comentarse de este cenobio, aparte del valioso sagrario-manifestador,
de las últimas décadas de la ~entur i a l '~p' ,u es algunas dc sus
imágenes han quedado hoy desperdigadas.
d) Iglesia de la Vera Cruz.
El templo de la Vera Cruz de Cristo estaba ya construido en el Seiscientos,
de modo que en la década de los setenta de dicho siglo estaba aún en proceso
de edificación'"). Es ésta una construcción de nave única, presidida ya de~dc
aquella centuria por un Cristo de cabello natural, del que por referencia
gentilmente cedida sabemos que había llegado de Portugal "4 y que obtiivo
albergue en la capilla de San Miguel de la parroquia mientras se acababa su
definitivo recinto. Los lienzos que adornan las paredes de la zona del presbiterio
no corresponden a la obra primitiva, siendo el de los Desposorios el que prcsidió
la ermita del cortijo de San José ya citada. Nada mas comentamos sobre este
edificio, pues carecemos de noticia alguna sobre él en relación con el siglo XVIII.
-
(39) Bien pudiera no ser el apellido Castro, sino Correa, con lo cual veiidria a ser este señor
el mismo que donó la talla de San Marcial a la parroquia1 de Guadalupe. Vide notas 17 y 1 h.
(40) A.H.P.C.C., P.". 2.868, Antonio de la Cueva Zaldivar, fols. 481-482.
(41) CALERO RUIZ, C., La esciiltura barroca en Canarias. Publicaciones Cicntificas del Excmo.
Cabildo Insular de Tenerife, Santa Cruz de Teiierife, pág. 278.
(42) TRUJILLO .., "p. cit., tomo 1, pág. 192.
(43) A.H.P.G.C., P.n.2.759, testamento de Juan Cutiérrcz Mrlián, 16-111-1673, ante Suaii .losé
de Hoyos, iols. 378-392.
(44) Agradecemos la reierencia al re5pecto de don Saritia;~ Cazarla Lcóo.
AI.CUNOS ASPECTOS ARTISTICOI l > i L . \ \ II i ,\ 1>1 11 <,L1'1 1 \ 1 1 ' i l < , l 0 \\ I I 133
CONCLUSIONES
Como conclusiones de la presente comunicación, destacamos que los
edificios que hemos tratado quedan prácticamente configurados en el siglo
XVII, de modo que las reformas y añadidos del Setecientos son de escasa
relevancia, resaltando a lo sumo los cambios que se relacionan con la i-el~osición
del menaje. Ello es lógico si atendemos a que, coino se ha afirmado, tales
recintos estaban básicamente definidos cuando arribaron al siglo siguiente. Por
otro lado, la centuria objeto de estudio en estas Jornadas presupone una crisis
para la isla, especialmente en su segundo tercio, con las consiguientes penurias,
hambrunas y emigración, lo que quedaría reflejado en la ralentización de
patronazgos, donaciones, etc.
Con respecto a la parroquial matriz, destacar que las fundaciones y
legados que se observan en el siglo XVIII tienen por principales sujetos a
clérigos, especialmente beneficiados de la citada parroquial, personas estas que
muestran así su deseo de ornar el recinto de su beneficio. Bien diferente es el
caso del cenobio de Miraflores, para el que destacamos, dentro de los escasos
cambios del siglo XVIII, las obras pías de encargantes no religiosos, lo mismo
que había ocurrido en el Seiscientos. Escasa relevancia tienen, por último, las
fundaciones que suceden en el convento de Santo Domingo, pues, conlo se ha
advertido, éste se funda en una centuria de grandes penurias, aparie de la
competencia que suponen al respecto las otras dos edificaciones mentadas.
José Concepción Rodriguez