ALM. l. (88) Piel. 111 131 i CENTRO TEOLOGiCO DE LAS PALMAS
EL VATICANO II EN LA DIOCESIS DE CANARIAS.
LOS ONCE ANOS DE D. JOSE A. INFANTES FLORIDO
1967-1978
FELIPEB ERMUDEZS UAREZ
LCDO. TEOLOGIA
DIRECTOR DEL CET
O.- INTRODUCCION
Cuando el 25 de enero de 1959, el Papa Juan XXIII anuncia la celebra-ción
del Concilio Vaticano 11, pocos podían sospechar la trascendencia y gran-diosidad
que tal acontecimiento iba a suponer para la vida de la Iglesia y para
la historia reciente de la humanidad.
El Concilio ha sido, según la expresión autorizada del Sínodo extraordi-nario
de Obispos celebrado 20 años después, "una gracia de Dios y un don
del Espíritu Santo, del cual han dimanado inmensidad de fmtos espirituales
para la Iglesia universal, para las Iglesias particulares y para los hombres de
nuestro tiempo", de forma que "ha sido recibido por toda la Iglesia como Car-ta
Magna y permanece para los tiempos futuros" (cfr. 1, 2 y conclusión).
La terminación del Concilio (8 de diciembre de 1965) coincide práctica-mente
con el comienzo, en nuestra diócesis de Canarias, de una nueva etapa,
después del largo pontificado de Monseñor Pildain, el cual cesa en diciembre
de 1966.
112 FELIPE BERMUDEZ SUAREL
Resulta así apasionante verificar históricamente la andadura del Conci-lio
Vaticano en nuestra diócesis durante aquellos once primeros años. Ese es
el objetivo de esta ponencia, cuyas características y, sobre todo, limitaciones
trato de explicitar enseguida.
0.1.- Es un trabajo colectivo. Es decir, lo que aqui voy a aportar es fru-to
del trabajo de muchas personas, en su mayoría sacerdotes. En
su origen, la base de datos e interpretaciones contenidas en la po-nencia
fueron parte de un documento que elaboramos, por inicia-tiva
del Colegio de Arciprestes, justo en el verano de 1978, en sede
vacante. Quisimos revisar los once años transcurridos y ofrecer
a la Nunciatura una serie de sugerencias y "desiderata" en rela-ción
con el obispo que necesitábamos.
Posteriormente, con la distancia de nueve años, de nuevo el tex-to
ha sido reelaborado y transformado por otro colectivo -los
profesores del Departamento de Teología del CET-, en un estu-dio,
que está todavía sin concluir, sobre la aplicación del Concilio
Vaticano 11 en la Diócesis. Este seminario lo hacemos bajo la di-rección
del compañero profesor y director del CET, Segundo Diaz.
Por tanto, aunque naturalmente yo me hago responsable de to-do
lo que aqui se afirma, era de justicia reconocer el carácter co-lectivo
del esfuerzo realizado. Creo, por otra parte, que cada vez
más tenemos que aprender a realizar así, de manera conjunta y
multidisciplinar, este tipo de investigaciones.
0.2.- Se intenta traer a la memoria y comentar los hechos de un tiempo
determinado. Exactamente, de 1967 a 1978, los once años en que
estuvo al frente de la diócesis D. José Antonio Infantes Florido.
Ahora bien, con los hechos narrados y su valoración se quiere
evitar -no sé si se logra cumplidamente- hablar sólo del obis-po.
Aunque las referencias a su actuación serán frecuentes y obli-gadas,
la visión quiere ser más amplia. Se pretende evocar el acon-tecer
eclesial de ese espacio de tiempo, situándolo en el contexto
social canario y español.
0.3.- Se hace un esfuerzo de historiar lo sucedido de manera objetiva.
Eso es lo que todos decimos siempre. Pero bien sabemos que es
imposible ser totalmente objetivos, pues siempre, inevitablemen-te,
con la simple narración solemos verter nuestras interpretacio-
EL VATICANO 11 EN LA DIOCESIS DE CANARIAS 113
nes. Es bueno, por consiguiente, tomar conciencia de ello desde
el principio.
En este caso, soy consciente de tres limitaciones: 1) es difícil ha-blar
de cosas que han sucedido hace pocos años. No tenemos aún
suficiente distancia para contemplar algunos acontecimientos con
mayor perspectiva. 2) el que comenta los hechos los ha vivido in-tensamente,
a veces apasionadamente. Creo que no se puede evi-tar
cierta parcialidad. Seguro que otros, desde otra perspectiva y
desde su propia experiencia, darían otro enfoque a muchas cues-tiones
que aqui se tratan. Si se lograra que esto ocurriera -es de-cir,
que otras personas se decidieran a dar otra versión de los
hechos- me sentiria realmente satisfecho de haber contribuido
a este diálogo necesario. 3) yo no me presento aqui como histo-riador,
pues no lo soy. Hablo más bien como testigo del acontecer
eclesial de este periodo. Entré al Seminario cuando Juan XXIII
anunció el Concilio y me ordené sacerdote al comienzo del epis-copado
de Monseñor Infantes. Y como "ex-ponente", en el senti-do
más técnico de la palabra, del parecer de muchas otras perso-nas
que han colaborado en esta ponencia.
0.4- Por todo ello, el trabajo que aqni ofrezco está abierto. Y tómenlo
más bien como un punto de partida para el debate. Es una invita-ción
a repensar juntos la historia reciente de la diócesis, por si
aprendemos algunas lecciones para el presente y el futuro de nues-tra
Iglesia local. Y como una aportación más a este diálogo fe-cultura,
que ha sido uno de los objetivos de esta'semana de His-toria
de la Iglesia en Canarias.
1, SITUACION DE LA DIOCESIS EN EL VERANO DE 1967
Cuando se celebra el Concilio Vaticano 11, la Iglesia española vive una
coyuntura muy delicada. Por su toma de postura en la contienda civil y su ali-neamiento
con el bando nacional, la Iglesia asume el papel de legitimación del
régimen de Franco, en lo que ha sido denominada situación de nacional-cato-licismo.
Este modelo socio-religioso recibe su ratificación jurídico-institucional
con el Concordato de 1953, que consagra la armonía y mutua implicación de
Estado e Iglesia.
114 FELIPE BERMUDEZ SUAREZ
El Concilio, con sus aires de apertura y de afirmación de los derechos
humanos, es un elemento de confrontación con el régimen de Franco. El no
20 del decreto Christus Dominus, p. ej., al afirmar que el derecho de nombrar
e instituir a los obispos es propio, peculiar y de suyo exclusivo de la competente
autoridad eclesiástica, contradecía abiertamente el "privilegio de presentación"
de que gozaba Franco en virtud del citado Concordato. De hecho, Pablo VI
en 1968 escribe al General Franco pidiéndole la renuncia a este privilegio. La
respuesta del dictador es negativa.
En base al Concilio comienzan las fricciones con el régimen, protagoni-zadas,
de manera ascendente a partir de 1960, por los movimientos de Acción
Católica (Hoac, Joc, ... ), por intelectuales católicos, sacerdotes vascos y catala-nes,
llegando en la década de los 70 a verdaderos movimientos de oposición
alentados o apoyados por sacerdotes y obispos. La Asamblea conjunta Obispos-
Sacerdotes (1970-71), el incidente de Añoveros (1974), la prohibición de las Asam-bleas
de Vallecas y de Las Palmas (1975) son hechos que se inscriben en este
proceso: la Iglesia se desengancha del régimen, que ya anuncia su próximo fin ...
El clima internacional favorece estos aires de apertura democrática: el
mayo francés y la primavera de Praga (1968), Medellín (Conferencia del Epis-copado
Latinoamericano, en el mismo año), caída del gobierno de Salazar en
Portugal (revolución de abril de 1974), etc ...
En Canarias, con los años 60, acaba la emigración masiva y clandestina
a Venezuela, se relanza la economía con el nuevo modelo turístico. Comienza
el éxodo masivo de trabajadores a la construcción y al sector "servicios", con
el consiguiente abandono del campo.
Comienza a rebrotar la conciencia de canariedad (en 1960 surge el Mo-vimiento
"Canarias Libre") y despierta la inquietud social: en el puerto de Las
Palmas, en el mundo de la aparcería del Sur ...
A nivel eclesial, es importante señalar la creación de la Conferencia epis-copal
española, en febrero de 1966, expresión de colegialidad nacida del Conci-lio.
La Conferencia asume tareas de iluminación de la problemática social y
las fricciones crecen.
La situación preconciliar de la Diócesis podría resumirse así:
- Impresionaba el testimonio de un Obispo defensor de los pobres, pre-dicador
incansable de los aspectos sociales del Evangelio; preocupa-do
por la ignorancia religiosa del pueblo, y hasta "obsesionado" por
EL VATICANO 11 EN LA DIOCESIS DE CANARIAS 115
las conductas morales en un ambiente que comenzaba a ser cosmo-polita
por la creciente influencia del turismo; celoso de su clero y de
su Seminario, que contempló un florecimiento de vocaciones en el
nuevo edificio de Tafira.
- La ciudad de Las Palmas, atendida por sacerdotes jóvenes, por un
planteamiento expreso del Obispo.
- Como contrapartida, una Diócesis a la que mantuvo en su largo pon-tificado
de 30 años muy cerrada en su mentalidad teológica y mono-lítica
por su autoritarismo e integrismo doctrinal; necesitado el clero
de una renovación teológico-pastoral; muy poca experiencia de corres-ponsabilidad.
- La Diócesis estaba ciertamente necesitada de una profunda renova-ción
a nivel de personas y de estructuras.
Es decisivo entender bien la postura de Pildain ante el Concilio. Nuestra
impresión es la siguiente:
- Pildain aceptó el Concilio con un corazón creyente. Se puso a estu-diar,
se preparaba con toda solicitud.
- Difícilmente pudo aceptar el Concilio intelectualmente. El decreto de
"Libertad religiosa", p. ej., contradecía lo que él predicó y defendió
siempre. No estaba convencido de la colegialidad, tenia serios repa-ros
a la Conferencia episcopal, etc.
- Una vez terminado el Concilio, se conoció expresamente su decisión
de "congelar" la presentación y aplicación de sus documentos. "Que
lo haga el próximo obispo", decía.
En el año de "sede vacante" se cumplió a rajatabla aquello de "in sede
vacante, nibil innovetur".
Cuando comienza,pues, el periodo que vamos a estudiar,. el Concilio,
dos años después de su terminación, está por estrenar.
2.- TRAYECTORIA DE LOS ONCE ANOS POSCONCILIARES
De manera descriptiva, se trata de evocar los principales acontecimien-tos
eclesiales, procurando situarlos en el marco social en que se producen.
Primera etapa: El primer año.
El recibimiento del nuevo Obispo, el 21 de octubre de 1967, tiene lugar
en un clima de apoteosis y entusiasmo popular, a la antigua usanza (niños con
116 FELIPE BERMUDEL SUAREZ
banderitas, saludos por las calles, discursos en el Ayuntamiento, Te Deum en
la Catedral...). Lo mismo, cuatro meses después, en Lanzarote y Fuerteventura.
Es significativo lo que dice el Obispo en su primer discurso en la Cate-dral:
hay que poner en práctica el Concilio Vaticano 11 y lo hemos de hacer
entre todos: "Corresponsabilidad".
Los hechos de este primer año:
Se adelanta al sábado el precepto dominical, después de consultar al
clero y realizar una catequesis al pueblo.
Se celebra la Semana de la Unidad, produciéndose mucho impacto,
por su gran aparato externo y por la poca costumbre que existía en
la diócesis respecto a actos ecuménicos.
Inauguración -contestada por algunos sectores eclesiales- de la Ca-sa
de Nazaret, cedida por los Condes de la Vega Grande. Este Centro
más adelante jugará un papel importante en la diócesis, como sede
de muchos movimientos y organizaciones diocesanas.
Se crea la Delegación de Urbanismo y Construcciones parroquiales.
También, el Patronato de S. José Artesano, para la construcción de
viviendas sociales benéficas. De ahí nació el barrio de Lomo Blanco.
En junio de 1968 se nombra al Responsable Diocesano del Clero, que
empieza a participar en reuniones nacionales sobre la problemática del
clero.
Ese mismo mes se crea la "Comisión preparatoria para el estudio pas-toral
de la diócesis en orden a la formación del Consejo del presbite-rio''.
Fue lo que en el argot clerical, con mezcla de socarronería cana-ria,
se dio en llamar la "ante-pre-pro".
Comienzan los destinos de los curas. Enseguida se percibe la tenden-cia
a "redimir" a los que llevan muchos años en sitios "duros", man-dándolos
a Las Palmas, enviando a esos sitios a los nuevos.
En verano empieza a sentirse preocupación por el Seminario, cuya crisis
se está gestando.
El mes de julio se organiza un curso de "Actualización Teológica pos-conciliar".
Asisten unos 70 sacerdotes. Teología, Moral y Sagrada Es-critura.
Se hace intentos de integrar a las religiosas en la pastoral de la diócesis.
En Navidad de 1968 un grupo de sacerdotes celebra la primera convi-vencia
sacerdotal en Agaete. Estas convivencias, celebradas ininterrum-pidamente
desde entonces, han aglutinado al clero renovador de las
EL VATICANO 11 EN LA DIOCESIS DE CANAR~AS 117
dos diócesis, con notable influencia en cuanto a las líneas de actua-ción
pastoral de este sector del clero.
Como hecho también destacable hay que reseñar la reaparición del
"Boletín eclesiástico de Canarias", en enero de 1968.
Los Cursillos de Cristiandad, que habían comenzado en 1958, siguen
realizando una labor floreciente. De ellos y de "Fe Católica" surgió
también, hacia 1965, el Movimiento Familiar Cristiano, que estos años
primeros de Infantes tiene mucho auge.
Segunda etapa: La "ante-pre-pro"
Lo abigarrado del título indica lo que fue la realidad: unos intentos, unos
tanteos para hacer algo, pero sin saber cómo ni con qué finalidad precisa. Tal
vez, el tributo pagado al desconocimiento de la realidad, a la inexperiencia del
Pastor. ...
Año 1969
Semana de la Unidad, con el Hermano Robert, de Taizé.
Se crean las "Comisiones para el estudio pastoral de la Diócesis". Se
celebra la 1 Asamblea del clero, el 13 de febrero. Se divide la diócesis
en "zonas pastorales" y se eligen "representantes de zona".
Constitución de la Comisión diocesana de religiosas (febrero).
Toma de contacto del Obispo con los aparceros del Sur, sector con-flictivo
en estos momentos. Los años 68 y 69 fueron densos en cuanto
a la problemática de los aparceros y sus reivindicaciones frente a los
empresarios.
El Obispo escribe cartas afrontando la problemática socio-laboral: "Hi-jo
de Artesano" (en la fiesta del lo de Mayo); "El cristiano ante la
vida pública" (sobre el compromiso temporal de los seglares); "Ante
el proyecto de ley sindical".
2" curso de "Actualización teológica" del clero.
Crisis en el Seminario: al comienzo del curso, un grupo se declara en
rebeldía y se marcha a Granada; en noviembre, el teologado se trasla-da
a Granada y son cambiados los formadores.
En noviembre, creación de la Comisión de pastoral del turismo.
Comienza la práctica del "sello diocesano", una forma de recaudar
dinero para las construcciones parroquiales.
Año 1970
Primera visita pastoral a la diócesis. Se insiste en la catequesis sobre
la figura del obispo.
15 de enero: 111 Asamblea del Clero: llamada a la corresponsabilidad.
Se presenta la encuesta al clero, que será la base para la Asamblea con-junta
obispos-sacerdotes.
Preparación de la Cuaresma, por zonas, con un equipo orientador, en
orden a llevar una acción de conjunto en toda la diócesis.
Se prepara a algunos seglares y religiosas para que sean "ministros
extraordinarios" de la Eucaristía.
En mayo viene el Nuncio. Su presencia es polémica, pues se debió a
la bendición de la iglesia de Tkra, propiedad de Matias Vega (amigo
personal del Nuncio y personaje poderoso, política y económicamente).
Pastorales del obispo: "La vivienda" (marzo); "La iglesia pobre" (ju-nio,
después de la visita pastoral).
Ese año la Convivencia de curas de Pascua, tuvo mucha importancia,
por la trascendencia de los temas tratados.
Tercera etapa: Asamblea conjunta obispos-sacerdotes.
31 de agosto de 1970: IV Asamblea del Clero. El obispo presenta los
resultados de la encuesta nacional realizada a los sacerdotes unos me-ses
antes. El estudio de estos resultados sería la base del trabajo para
la Asamblea Conjunta.
El curso de verano del clero se orienta cara al trabajo de los Docu-mentos
preparatorios de la Asamblea.
Nombramiento de los dos Vicarios Generales: D. Juan Artiles y D. Vi-cente
Rivero.
En octubre, "Persiste un problema social", pastoral sobre el trabajo
en la aparcería. El Sur de Gran Canaria vive momentos dificiles y el
obispo toma postura en favor de la justicia.
El Delegado de Catequesis realiza una fuerte actividad, en la prepara-ción
de personas (cursillos, centros de colaboración...), centrándose
en la catequesis en el ámbito escolar. La Casa de Nazaret era un Cen-tro
vivo de actividades pastorales relacionadas con la catequesis.
En diciembre de 1970 se inician los Grupos de Formación Doctrinal.
Tratan de llenar el vacío creado en la diócesis con la marcha del Semi-nario
a Granada. Se experimentaba mucha necesidad de formación
cristiana por parte de maestros, catequistas y religiosas.
EL VATICANO II EN LA DIOCESIS DE CANARIAS 119
El proyecto era más ambicioso, y luego se haria realidad, al volver el
Seminario de Granada: la creación de un Centro de estudios de Teolo-gía.
Año 1971
Semana de la Unidad. Viene el Cardenal Willebrands.
Se inaugura el Templo Ecuménico de la Playa del Inglés, construido
por el Conde de la Vega Grande.
Se exponen 87 valiosas piezas de arte sacro restauradas, procedentes
de distintos lugares de la diócesis. Hubo reticencias por parte de mu-chas
personas. Se proyectaba el Museo de Arte Sacro, de carácter dio-cesano.
Se vuelve a intentar una Cuaresma conjunta: un equipo elabora homi-lias,
esquemas de charlas ...
Hecho importante: la Asamblea Conjunta Obispos-Sacerdotes, en su
triple fase, diocesana, regional y nacional:
- se separa claramente el clero en dos bloques, con predominio ma-yoritario
del bloque de los mayores.
- significado de nuestra Asamblea diocesana, al cotejarla con las
otras: reaccionaria.
Agosto: el largo conflicto de Aicasa. Hubo una reflexión en Asam-blea
de muchos cristianos. El Obispo se pronunció de forma clara y
valiente.
Septiembre: se crea Radio Popular de Las Palmas.
* Diciembre: paso importante, por la trascendencia posterior: creación
del Colegio de Arciprestes.
Antes, con la consulta previa, se hizo la división arciprestal.
Este año llegan a la diócesis las comunidades neocatecumenales, de
Kiko Argüello, que se desarrollaron posteriormente de forma sorpren-dente.
Comenzaron por Lomo Blanco. Luego, S. Agustin, S. José, etc ...
Durante esta época, en lo politico se percibe un crecimiento de la con-flictividad
en todo el Estado español, con violencias y muertes frecuentes en
atentados, ejecuciones o en manifestaciones populares. Es un régimen que toca
a su fin, pero que no se prevé cuál va a ser la salida.
En lo socio-económico, el turismo en Canarias sigue su ritmo ascenden-te.
Ahora es en el Sur de Gran Canaria, Lanzarote y, con más retraso, Fuerte-ventura,
donde se construye. Hay dinero en las clases trabajadoras. Son "las
vacas gordas del turismo".
Cuarta etapa: El Estudio Socio Pastoral: 1972-1975.
Año 1972
7 de enero: "Entre los pasos que, siguiendo las Conclusiones de la
Asamblea Conjunta, se van dando, nos disponemos ahora a dar uno
básico y de suma importancia en orden a una adecuada planificación
pastoral. Nos referimos al Estudio Socio-religioso de la Diócesis". Así
lo anunció el Obispo.
Desde el primer momento se creó confusionismo y oposición al ESP.
Provenía de los recelos de algunos sacerdotes. El asunto trascendió a
la opinión pública: el famoso "Pájaro canario", "Cripta", etc ... (pu-blicaciones
anónimas que continuaban la polémica suscitada con oca-sión
de la Asamblea Conjunta).
Marzo: realización de la encuesta del ESP, a cargo del DIS (Depart.
de Investigaciones Sociales).
Mayo: presencia en la Diócesis de todos los Obispos de la provincia
eclesiástica de Sevilla.
Verano: Cursillos de moderadores del ESP.
Asamblea eclesial de debate acerca del ESP en el Colegio de
las Teresianas. El tema era explosivo.
La diócesis en ascuas.
9 de octubre: Asamblea del Clero, para informarles e invitarles a par-ticipar
en el ESP.
22 De octubre: Asamblea inaugural del ESP. Colegio Sagrado Cora-zón.
1.200 personas. Experiencia esperanzadora de corresponsabilidad.
El Obispo invita a descubrir las líneas de actuación pastoral a seguir.
Confía en que la Iglesia canaria sea capaz de hacer brotar de su seno
a sus propios pastores.
Noviembre: primera visita "Ad limina". Se gestionó la creación del
CEST (Centro de Estudios Superiores de Teología).
Con la aprobación del Directorio, el Colegio de Arciprestes se conso-lida
en este año 72.
La Coordinadora Diocesana del ESP y la Secretaría funcionan con
intensidad, animando muchos grupos en todas las zonas. Se insiste en
el ESP como la tarea prioritaria. La Vicaría de Pastoral anima toda
la labor.
1972 es el año de la Ley de Régimen Económico Fiscal. Grupos pro-gresistas
hablaban ya de un Estatuto de Autonomía.
EL VATICANO 11 EN LA DlOCESlS DE CANARIAS 121
Año 1973
Se hace una consulta al Clero y se rechaza la idea de organizar la Dió-cesis
en Vicarías Territoriales. Lo que hace falta, se dice, es potenciar
los Arciprestazgos.
Marzo: visita de los Príncipes de España a las Islas.
7 de mayo: muerte de Pildain.
23, 24, 25 de mayo: 1 Asamblea Diocesana de Apostolado Seglar.
El Obispo escribe una pastoral sobre "Cristianismo y marxismo", co-mentando
los documentos del movimiento "Cristianos por el socia-lismo".
8 de septiembre: Constitución del Consejo del presbiterio.
11 Asamblea del ESP: "La fe y el culto". Seminario de Tafira. Fue una
experiencia de interés, para preparar la Asamblea final.
15 de octubre: Inauguración del CEST, al volver el Seminario Mayor
de Granada.
Diciembre: asesinato del Presidente del Gobierno, Carrero Blanco. Su-pone
un duro golpe al régimen de Franco.
Año 1974
El año se abre con la crisis internacional dcl pctrólco, con sus rcpcrcu-siones
de crisis turística y financiera, paro en la construcción, ahorro
de energía ... Entre nosotros hubo otro dato negativo aún: la sequía.
8 de enero: Constitución de la Comisión Diocesana de Apostolado Se-glar.
Semana de la Unidad.
En abril se aprueban las pías uniones de los "Hermanos de la Resu-rrección"
y de "Obreros de la Cruz Blanca".
En las 111 Jornadas de Arciprestes se fijó como tema preferente para
el curso siguiente: la juventud no escolarizada.
29 de junio: "Inquietud social". El Obispo se pronuncia en lo del pa-ro
y el agua, después de que el Consejo del Presbiterio no se pusiera
de acuerdo en una declaración sobre el tema.
13 de julio: decreta que la imagen de la Virgen del Pino sea retirada
del culto para su restauración.
8 de septiembre: "Las alhajas de la Virgen del Pino". El Obispo pro-pone
"la liberación de los contrasignos".
Su pastoral resulta muy polémica y controvertida.
122 fELIPE BERMUDEZ SUAREZ
El Sínodo de Obispos trata sobre "La evangelización del mundo con-temporáneo".
Esta temática incide en la Diócesis, que está descubriendo
la necesidad urgente de la evangelización a partir del ESP.
Año 1975
Quizá fue el año más conflictivo de todos los de Monseñor Infantes.
Una conflictividad que ya se venía haciendo sentir en los años anteriores, y que
ahora cristaliza en manifestaciones muy concretas:
Enero: robo de las joyas de la Virgen del Pino. Se resucita la polémica
del verano anterior.
Febrero: multas a tres sacerdotes y una religiosa. Supuso la crisis del
Consejo del Presbiterio, con su disolución.
El Obispo y el Colegio de Arciprestes se pronuncian.
La presencia de Diez-Alegría en Las Palmas suscitó posturas encon-tradas
en el tema "marxismo-cristianismo".
La homilía del Corpus: fue sonada.
Mayo-septiembre: La Asamblea Final del ESP o "Asamblea Diocesa-na":
- prohibición gubernativa, pero se realizó por zonas.
- Misa del sábado (17/V) en la Catedral.
- guerra de "notas" en la prensa.
Todo el verano fue tenso, terminándose con la promulgación de las
conclusiones de la Asamblea en septiembre.
Noviembre: la homilía del Obispo en el funeral de Franco, con reac-ciones
en medios oficiales contra el Obispo y de adhesión o crítica en
grupos eclesiales.
También 1975 fue un año de mucha vitalidad en la Iglesia diocesana:
El Colegio de Arciprestes con incidencia en la diócesis y en la realidad
canaria.
La Coordinadora del ESP y la Secretaría de la Vicaría de Pastoral,
motores de la Diócesis.
El CEST despliega una gran actividad, con la creatividad de su Direc-tor,
Salvador Alemán:
- 11 Jornadas de Mariología, con los Cardenales Tarancón y Bue-no
Monreal.
- Cursos de Formación Permanente del Clero: julio.
- Enero-febrero: curso de invierno de F.P. Clero, con 30 sacerdotes.
EL VATICANO LI EN LA DIOCESIS DE CANARIAS 123
- 1 Semana de Orientación Teológica.
- Instituto de Derecho Matrimonial.
Ese año empieza a estar presente el Opus Dei, que ha seguido reali-zando
su labor con seglares y sacerdotes.
Hechos políticos que marcan este año:
la muerte de Franco: noviembre 1975.
la descolonización del Sáhara, con sus repercusiones para Canarias:
diciembre 1975.
la Voz de Canarias Libre, de Cubillo, que tiene mucha audiencia en
las capas populares.
la Legión en Fuerteventura y las reacciones de grupos políticos.
Quinta etapa: Después de la Asamblea Diocesana.
Año 1976
Año de visita pastoral y confirmaciones. Se hicieron dos cursillos de
teología y pastoral de la Confirmación. También cursillos de pastoral
misionera.
Se trata de aplicar las Conclusiones de la Asamblea Diocesana, asu-miendo
el Colegio de Arciprestes el protagonismo principal. No hubo
continuidad al ESP, a nivel de grupos, en algunas zonas.
El Obispo toma postura ante los encierros en templos de.obreros pa-rados
e invita a participar responsablemente en el Referendum, siendo
este último el acontecimiento importante de este año en lo politico
(diciembre-1976).
Noviembre: 11 visita "Ad limina".
El Obispo se "retira" de la actividad pastoral y pasa largas jornadas
investigando la figura de su antecesor, el obispo Tavira.
Año 1977
Se estudia el Catecismo de Preadolescentes.
El Obispo y el Colegio de Arciprestes ayudan a tomar postura ante
las Elecciones Generales del 15 de junio de 1977.
Triunfo rotundo de la UCD. Presidente: Adolfo Suárez.
Visita del Rey a las Islas.
Normas sobre la administración de los Sacramentos, insistiendo en las
catequesis pre-sacramentales.
7 de diciembre: el CET es afiliado a la Facultad de Teología de la Uni-versidad
Pontificia Comillas, pudiendo conceder el grado de Bachi-ller
en Teología. Director: D. Segundo Díaz.
Año 1978
El Obispo crea su Consejo Episcopal, órgano consultivo privado que
venía, tal vez, a llenar el vacío del disuelto Consejo del Presbiterio.
Existencia controvertida.
Febrero-marzo: Ratificación del Acuerdo Pesquero hispano-marroquí.
Este hecho y la declaración de la OUA de "Canarias, colonia africa-na'',
han puesto a Canarias en el primer plano de la atención nacional
e internacional.
Visita del presidente Suárez y constitución polémica de la primera Junta
pre-autonómica de Canarias.
Creación del Departamento ''Teología de las realidades canarias" del
CET y publicación del folleto "Canarias, tarea histórica". Nuevas po-lémicas
en la prensa.
El 4 de junio, D. José Antonio Infantes es nombrado obispo de Cór-doba.
El 25 de junio, ya en sede vacante, celebración del primer Achaman,
encuentro de grupos, comunidades y movimientos cristianos de las di-ferentes
islas.
El Colegio de Arciprestes y grupos cristianos se movilizan cara al nom-bramiento
del nuevo obispo.
3.- IMPRESIONES CRITICAS
Fijándonos ahora en diversos aspectos de la vida de la Iglesia, podemos
aproximarnos a una valoración crítica de todo lo ocurrido en estos once años
posconciliares.
3.1.- Una Iglesia en línea de evangelización.
Poco a poco se fue descubriendo la necesidad de la evangelización y ca-tequesis
a todos los niveles. La "ignorancia religiosa del pueblo", que tanto preo-cupaba
a Pildain, se percibe como uno de los problemas más graves, sobre todo
en el ESP. Se toma conciencia de la nueva situación socio-religiosa en que vive
la población: se pasa paulatinamente de la situación de cristiandad de la post-guerra
a una situación de insistencia en la misión.
EL VATICANO 11 EN LA DIOCESIS DE CANARIAS 125
Es de destacar la inmensa labor de la Delegación de Catequesis, prepa-rando
profesores, catequistas, religiosos, sacerdotes. En una primera etapa el
esfuerzo se centró en la catequesis en el ámbito escolar; y luego, en una segun-da
etapa, en la catequesis de la comunidad. Se elaboraron fichas de trabajo
de gran valor técnico. Se animaron escuelas de catequistas y asambleas por zo-nas.
Se celebró una Asamblea Diocesana de catequesis. La preparación para
la Confirmación empezó a ser, aunque no en todas las zonas, un intento de
catecumenado juvenil. Se hicieron esfuerzos, con resultados muy desiguales,
en las catequesis pre-sacramentales.
La presencia de sacerdotes, religiosos y religiosas y de seglares compro-metidos
en barrios populares, en pueblos apartados y marginados, en zonas
deprimidas de las islas, etc ... hasta ahora menos atendidos, introduce una serie
de intentos de "pastoral misionera", cuyas consecuencias se palpan a largo plazo.
Fue decisiva la insistencia en la preparación de los agentes de pastoral.
En este tiempo, la salida de sacerdotes a realizar estudios de teología y pastoral
(unos 45 sacerdotes se ausentan, a lo largo de los 11 años, permeneciendo fuera
uno o varios años, en cursos de reciclaje intelectual o adquiriendo titulaciones
universitarias) constituye un factor de renovación muy importante. Asimismo,
los cursos de verano de F.P. del Clero. Y los cursos de formación para catequis-
Las y religiosos.
Los Movimientos especializados de A.C., que habían quedado desconec-tados
del resto del Estado español después de la crisis de los años 1966-68, re-cuperan
poco a poco la conexión. A partir de 1972-74 se realiza el proceso de
relanzamiento de dichos movimientos: Junior, Jec, Hoac, ... Por otra parte, Ad-sis,
movimiento comunitario que aparece en Canarias en 1969 está presente en
barrios y espacios populares. Crece también el Movimiento Focolari. De esta
forma, la presencia evangelizadora en los ambientes va siendo significativa, aun-que
siempre discreta, numéricamente hablando.
3.2.- Renovación litúrgica
Esta etapa, típicamente posconciliar, fue de renovación litúrgica. Se hi-zo
un esfuerzo por acompañar la puesta en vigor de los nuevos rituales con
jornadas de reflexión y estudios teológico-pastorales. Se preparaba así al clero
a ir asumiendo la reforma litúrgica del Vaticano 11 y a estar capacitado para
la consiguiente catequesis al pueblo.
La siguiente relación nos da idea de la intensa actividad desarrollada
al respecto:
126 FELIPE BtKMUDEL SUAREZ
Enero 68: anticipación del precepto dominical al sábado.
Mayo 68: se experimenta la "Misa canaria".
Diciembre 68: las nuevas plegarias eucarísticas.
Junio 70: nuevo ritual del Bautismo.
Noviembre 71: nuevo ritual de Exequias.
Noviembre 71: nuevo ritual del Matrimonio.
Noviembre 74: documento "Evangelización y Sacramentos".
Febrero 75 y enero-marzo 76: nuevo ritual de la Penitencia.
Enero 77: Catecismo de preadolescentes.
Asimismo, el Colegio de Arciprestes trabajó mucho para que las cate-quesis
pre-sacramentales contribuyeran a una celebración más auténtica, lle-gando
a elaborar una normativa que se fue urgiendo cada vez más.
Al valorar toda esta renovación litúrgica, es necesario reconocer otra rea-lidad
que, en una doble vertiente, ha acompañado todo este proceso: por un
lado, algunos excesos y abusos, en lo litúrgico, por parte de sacerdotes más jó-venes
y grupos, quq con una cierta actitud iconoclasta, no respetaron suficien-temente
el ritmo lento del pueblo a asimilar los cambios (se suprimieron cos-tumbres
antiguas de piedad popular y no se sustituyeron por otras, dejando
un vacío espiritual en mucha gente sencilla); por otro lado, la actitud más pasi-va
de otro sector del clero y de otros grupos eclesiales, que se limitaron a asu-mir
los cambios externos, sin entrar en una renovación profunda respecto a la
dimensión celebrativa de la fe.
3.3.- Al servicio de la liberación integral
Ya con Monseñor Pildain, la voz de la Iglesia resonaba a menudo en
defensa del pobre, para hablar de justicia y hacer denuncias proféticas de los
males estructurales de la sociedad canaria.
En la etapa de los once años posconciliares esto deja de ser patrimonio
exclusivo del obispo. Grupos de seglares, religiosas y sacerdotes, en distintos
lugares y de diversas formas, asumen un mayor compromiso con la realidad
temporal desde el Evangelio.
En este tiempo se promueven movimientos de renovación pastoral en zo-nas
como Temisas, Telde, Castillo del Romeral-Juan Grande, Noroeste, La Isle-ta
y otros lugares de Gran Canaria; en Lanzarate y Fuerteventura. Protagoni-zados
por jóvenes sacerdotes, estos movimientos tienen inspiración común: una
evangelización que tiene en cuenta al hombre, su realidad concreta socio-cultural
EL VATICANO I I EN LA DLOCESLSD E CANARIAS 127
y laboral. Se tiene la convicción de que el desarrollo comunitario de barrios
y pueblos, la potenciación de lo asociativo y la reivindicación de los derechos
fundamentales de la persona (derechos de reunión, de libre expresión y de aso-ciación)
... forman parte integrante del proceso evangelizador.
Todos esos lugares, evidentemente, se convierten enseguida en focos de
conflicto con la autoridad civil y, de rechazo, en fuentes de tensión con la auto-ridad
eclesiástica y otros sectores eclesiales.
Otra característica de estos esfuerzos pastorales es la participación de
religiosas y de seglares. Se perfila así un estilo de Iglesia más cercana y com-prometida,
más de todos.
Por este camino muchos llegamos a ver la relación estrecha que tiene
la evangelización y la política, el anuncio del Evangelio y la preocupación por
la problemática canaria, por la conciencia de identidad que surgía en sectores
populares y en grupos más politizados del momento.
Por parte del Obispo, su aportación fue importante en orden a crear es-te
rostro de la Iglesia al servicio de la liberación del hombre canario. Sus pasto-rales
siempre abordan la problemática socio-política y laboral (destacan la de
Aicasa, cuando la multa a tres sacerdotes y una religiosa, aparceros, la del paro
y el agua, la de los cncicrros dc parados...). Visitaba sicmprc a los encerrados
en las iglesias y acogía a las comisiones que le pedían ayuda. Sus homilías eran
valientes (fue famosa, por el contraste con el tono de las pronunciadas en el
resto del Estado Español, la del funeral de Franco). Dio muestras de solidari-dad
con los huelguistas de Aicasa y el pueblo saharaui, promoviendo colectas
para ellos, etc ...
Muchos grupos, sin embargo, pedían al Obispo una mayor coherencia
con los planteamientos sociales que hacía en sus escritos pastorales, a la hora
de apoyar efectivamente la causa de los débiles. El C. de A. fue afrontando
también la problemática de todo tipo que iba presentando la historia. Aunque,
dada quizás su pluralidad de mentalidades, siempre con dificultades para decir
una palabra "con garra profética".
Cáritas, mientras tanto, vivió todo este período de manera peculiar. Des-conectada
de la línea estatal, que poco a poco marcaba pautas de liberación
integral, de promoción, de concientización, de desarrollo comunitario, etc ...,
Cáritas diocesana permanecía en línea puramente asistencial.
El momento en que la Diócesis de Canarias estuvo tomando el pulso
a la realidad canaria, vibrando con los "gozos y las esperanzas, las tristezas
128 FELIPE BLRMUDEZ SUAKLZ
y las angustias" (CS. no 1) del pueblo canario fue concretamente durante la
etapa del ESP, experimentando incluso el privilegio de la persecución por parte
de los poderes de este mundo, que llegaron a temer a unas comunidades y gru-pos
cristianos que abrían los ojos a la realidad y querían dar respuesta a ella
desde el Evangelio.
3.4.- Hacia la corresponsabilidad
Ciertamente, el estilo de "Iglesia de todos" fue naciendo por todas par-tes.
El clero asume un gran protagonismo en todo este periodo. El sector reno-vador
se aglntina en torno a las Convivencias de Navidad y Pascua y en un
primer momento hace frente al obispo, sobre todo en mantener a toda costa
la tradición anterior de vida en común, que Infantes no acepta a su llegada.
Este grupo es el que animará más decididamente el ESP y los movimientos de
renovación pastoral.
La experiencia de corresponsabilidad es vivida, pues, más fuertemente
por el sector renovador del clero, que es el que sufre también en carne propia
las quemaduras de este trabajo innovador. Las 20 secularizaciones de este pe-riodo
afectan sobre todo al grupo renovador.
Donde se logra una vivencia más intensa de trabajo común coordinado
es en Lanzarote y Fuerteventura. En estas islas la renovación pastoral se reali-zó,
aunque a costa de muchas cosas: por un lado se potenció la mentalidad
del "escalafón"; en segundo lugar, se ejerció una cierta violencia a la gente de
las islas, acostumbradas a una pastoral más tradicional, acorde con la mentali-dad
rural y la edad más avanzada de la población; y, en tercer lugar, los barrios
periféricos de la ciudad de Las Palmas quedan maltrechos, pues el sacerdote
mayor que se pone al frente de la parroquia no está capacitado para los desa-fíos
de las nuevas poblaciones, urbanas y juveniles.
En suma, se respondia a las necesidades de "promoción" del sacerdote,
pero no se respondia a las necesidades de esas poblaciones jóvenes y marcadas
por el impacto de la secularización. De rechazo, sin embargo, se posibilitó la
corresponsabilidad y la renovación en las islas menores.
Los órganos de corresponsabilidad que surgen en este tiempo tienen una
diferente importancia e incidencia. Destaca el Colegio de Arciprestes, que fue
el órgano supremo de corresponsabilidad y de gobierno de la diócesis. Nacido
en 1971, protagonizó todos los esfuerzos de animación pastoral. Su peor mo-mento,
tal vez, fue cuando no acertó a continuar con efectividad el gran derro-
EL VATICANO 11 EN LA DIOCESIS DE CANARIAS 129
che de energías desplegado con el ESP. En los momentos de conflicto estuvo
unido y apiñado en torno al obispo.
El Consejo del Presbiterio tuvo una existencia efímera (duró menos de
dos años: 8 septiembre 73 a febrero 75). Apenas se reunió cuatro veces y se di-solvió
al poco tiempo, desde que afrontó temas conflictivos. El fallo pudo es-tar
en que se le pedía algo que no correspondía a su razón de ser.
La Asamblea Diocesana, como experiencia de auténtica participación
eclesial, tuvo varias realizaciones muy valiosas, coincidiendo con la etapa del
ESP. Lástima que no se continuó aquel estilo asambleario y participativo. En
muchas zonas las coordinadoras del ESP pudieron convertirse en verdaderos
"Consejos pastorales" ... Pero no sucedió. Habría que esperar más adelante,
con la organización pastoral que se logra con el nuevo obispo, Ramón Echa-rren,
para que se empiece a ver Consejos pastorales parroquiales, de arcipres-tazgos
y diócesis.
Finalmente, la creciente importancia que se fue dando a los movimien-tos
apostólicos y a las comunidades y grupos de carácter catecumenal, colabo-ró
al surgimiento, lento y no todo lo amplio que se deseara, de seglares cons-cientes
y comprometidos en las tareas eclesiales. Los primeros años era frecuente
hablar de "los grupos de Pepe Alonso" o "los grupos de Salvador Alemán" ...
Mas adelante, van apareciendo grupos con siglas o adscritos a alguna coordi-nadora
... sin que ningún "padre" les diera nombre.
3.5.- Una figura de Obispo concilia1
Dicho con el mayor respeto a su persona y a la de su antecesor y suce-sor,
D. José Antonio Infantes, con sus aciertos y desaciertos, realizó la figura
de un obispo del Vaticano 11.
Pastor cercano, quiso ser obispo de todos, cosa dificil en aquella situa-ción
en la que, como en toda época de cambios y turbulencias, las posiciones
estaban fuertemente radicalizadas. Hizo intentos serios por hacer posible el diá-logo
intraeclesial, en medio de acusaciones que le venían de los diferentes sec-tores.
Unos le hubieran querido más firme, menos tolerante. Los otros le veían
manejado por los grupos renovadores.
En el diálogo Iglesia-mundo fue valiente, pronunció su palabra abun-dantemente
sobre los diferentes conflictos que desgarraban la sociedad canaria
y española. Apoyó la causa de los débiles en momentos en que hacerlo era cos-toso.
De hecho, las quemaduras de tantos acontecimientos conflictivos de su
130 FELIPE BEKMUUEZ SUAKEL
última etapa pueden explicarnos su "retirada" a la investigación solitaria so-bre
Tavira.
En estos años, finalmente, ha sido una aportación valiosa y personal del
obispo su inquietud por el diálogo ecuménico, con una serie de realizaciones
concretas. Sobre todo, las Semanas de la Unidad. Se ha observado, sin embar-go,
en amplios sectores del clero y del pueblo un cierto escepticismo ante el
tema y una pasividad a la hora de participar.
¿Por qué ha sucedido así?
Muchos no veían la coherencia con otros aspectos de la pastoral (pas-toral
misionera, opciones políticas...).
Otros veian todo ello un tanto "folklórico", con un tono triunfalista
excesivo.
Otros quizás estaban muy condicionados por la etapa anterior de Pil-dain,
de forma que era muy dificil que el clero y el pueblo vibraran
con el ecumenismo.
4.- CONCLUSIONES
La primera constatación que salta a la vista en este recorrido histórico
de once aiios posconciliares, acompañado de algunas impresiones críticas, es
que la diócesis de Canarias en junio de 1978 estaba en una situación cualitati-vamente
diferente a la de octubre de 1967.
Se puede afirmar, en efecto, que a lo largo de este período se puso en
marcha la corresponsabilidad a casi todos los niveles. Y que esto se fue expre-sando
en una serie de lineas de trabajo que se establecieron y en unas institu-ciones
y organismos que fueron haciendo posible la realización de esas líneas
de trabajo.
Fue un tiempo de apertura y de renovación. Y por ello mismo, de con-flictos
y desasosiegos, de quemaduras y desaciertos.
Contemplada en su conjunto, la época estudiada nos aparece como un
proceso ascendente en el que las nuevas inquietudes y las reacciones opuestas
van acumulándose y condensándose hasta un punto culminante, que podría si-tuarse
en la Asamblea final del ESP, en mayo de 1975. En ese momento pun-tual
el conflicto Iglesia-poder civil adquiere las mayores dimensiones y el con-flicto
intraeclesial alcanza también sus cotas más altas.
EL VATICANO 11 EN LA DIOCES~SD E CANARCAS 131
A partir de ahí sigue el impulso, que llega hasta hoy, en grupos, movi-mientos,
zonas concretas de la diócesis ... aunque, a nivel organizativo diocesa-no
no se acertó en la aplicación de las conclusiones de la Asamblea, lo cual
supuso una cierta frustración para muchos. Resulta así el clima de cansancio
y atonía eclesial que caracterizaron los últimos años del episcopado de Infan-tes,
cuando ya se vislumbraba en el horizonte su traslado a Córdoba.
La Iglesia diocesana, con todo, presentaba un nuevo rostro. Una Iglesia
más conciliar, con un nuevo estilo de actuación, con una nueva impronta en
el contexto socio-cultural de Canarias.
Teniendo en cuenta las matizaciones que se han hecho, al entrar en de-talles,
el período puede considerarse globalmente como positivo, de avance. El
proyecto de Iglesia trazado por el Concilio Vaticano 11, de manera lenta y con
muchas dificultades, fue realizándose y tomando cuerpo en la diócesis cana-riense.
Una vez más, la reflexión creyente nos lleva a percibir que "el Reino de
Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante,
de noche o de día, el grano brota y crece sin que él sepa cómo" (Mc 4, 26-27) ... ;
y, sobre todo, que, como dice Pablo, aunque "yo planté, Apolo regó, fue Dios
quien dio el crecimiento, de modo que ni el que planta es algo, ni el que riega,
sino Dios que hace crecer" (1 Cor. 3, 6-7).