Miguel Angel Navarro Mederos: Historiografía yfuentes sobre a creación de la diócesis
de San Cristóbal de La Laguna
HISTORIOGRAFÍA Y FUENTES
SOBRE LA CREACIÓN DE LA DIÓCESIS
DE SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA
Dr. D. Miguel Ángel Navarro Mederos
Profesor W Iglesia. ISTIC Sede Tenerife
INTRODUCCIÓN
Estas jornadas son una ocasión para darle a la historica de la Iglesia
el lugar que merece. Pienso que en nuestras islas no se reconoce la importancia
que pide los estudios específicos sobre temas eclesiales como sucede
en otras autonomías del resto de España. Estudios de este tipo se ven, con
frecuencia, como temas marginales que atañen sólo a los que se consideran
miembros de la Iglesia, algo insuficientemente sustancial para el mundo
historiográfico de nuestras universidades canarias. Frecuentes conversaciones
con alumnos y profesorado de La Laguna, la historia de la Iglesia, se
percibe como un menos, como historia de segundo orden, tangencial.
Es cierto que hoy en día la incidencia de la Iglesia en la mentalidad de la
sociedad es casi insignificativa, pero en otro tiempo, la fe cristiana y la actuación
directa de los pastores de la Iglesia marcaban decididamente los acontecimientos de
la sociedad. Los clérigos de antaño cuidaban, no sólo el culto diario de sus parroquias
o capellanías sino, también, participaban en las iniciativas culturales, sociales,
materiales, políticas, etc. de sus localidades. Los sacerdotes, como cabeza visible de
la comunidad cristiana, ayudaban a articular la vida social, promoviendo infinidad
de modos de relación de los vecinos, formándolos en su mentalidad, educándolos,
potenciando actividades o promoviendo soluciones a los problemas de los pueblos.
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Sirva de ejemplo la actuación de los papas. Los historiadores abordan
también la importancia de los papas no sólo por ser soberanos de un principado
sino por la autoridad moral que tenían entre las diversas naciones, su intervención
en la política internacional, defensa de la independencia de la Iglesia
de las ingerencias de los gobiernos, promoción de la evangelización entre los
pueblos paganos o la recuperación de territorios para la catolicidad, clarificación
de cuestiones doctrinales que muchas veces afectaban a la administración
civil, etc. Estos trabajos son argumentos a propósito, y no son tratados tangenciales
como sucede, la más de las veces, en el estudio de la historia local. Por
otra parte, también hay que decir que no faltan numerosos artículos de revistas
que abordan el tema eclesial.
Si somos serios en el estudio de la historia de nuestra tierra, también
debemos considerar la historia de la Iglesia local, como institución independiente
que es, debemos estudiarla como un argumento necesario, pues los
obispos, las diócesis o las parroquias de las localidades estaban inmersos en la
vida cotidiana configurando nuestra sociedad canaria. Por lo tanto, también, la
historia de la Iglesia, como institución o colectivo social de primer orden,
necesita ser investigada con la misma dedicación y rigor científico con que se
realiza la historia política o social de nuestra archipiélago.
Dentro de estas jornadas, se me ha pedido exponer cuál es la situación
historiográfica sobre la creación de la diócesis de Tenerife
El título de esta conferencia nace de mi interés por esta cuestión y de mi
libro, Antecedentes, creación y comienzos de la Diócesis de San Cristóbal de La
Laguna, dentro de la colección Fontes Ecclesiae Canariensis, que intenta aportar
una solución a una cuestión no abordada hasta ese momento, y que algunos
sólo han tratado tangencialmente en el marco del famoso pleito insular.
La doctora y catedrática de la Universidad de La Laguna Dña. Mari Fe
Núñez Muñoz publicó en 1986 su libro La Diócesis de Tenerife, apuntes para su
historia (1813-1899). En esa publicación, la doctora Núñez esboza el proceso
institucional que llevaría al nacimiento de la Diócesis Nivariense, desarrollando
concienzudamente los pasos realizados para su establecimiento y primeros andares,
fijando el año 1813 como origen de todo el asunto generador de la diócesis.
Este trabajo es el culmen de una serie de artículos de revista previos, que iban
apuntando o exigiendo una reelaboración en forma de libro. Posteriormente, la
misma autora ha publicado pequeños trabajos sintéticos del anterior.
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Otra obra es Memorias de Tenerife en la segunda mitad del siglo XVIII
de Lope de la Guerra, donde nos reseña un acontecimiento decisivo, dentro de
los antecedentes para la solicitud de una diócesis en Tenerife, nos estamos refiriendo
a la decisión del Cabildo de Tenerife, en 1783, que se estableciese un
obispado en La Laguna, a la vez que el traslado de la Real Audiencia de Canarias
de esta ciudad de Las Palmas de Gran Canaria a aquella ciudad de La Laguna.
Fuera de estos dos trabajos, todo lo demás es un desierto historiográfico.
La mayor parte del resto de las publicaciones se refieren al Pleito Insular,
donde es vinculada la creación de la diócesis, pero sin profundizar en los antecedentes
y su problemática particular. Otra obra contempla la división diocesana
como una necesidad pastoral, aunque reconoce la presencia de conflictos
sociales e intereses políticos, ésta es La Iglesia de las Islas Canarias de Julio
Sánchez Rodríguez1
• Su propósito no es proponer una solución al problema
que nos lleva, sino dar una opinión desde su experiencia y conocimiento de
otros trabajos, con lo cual diferimos y argumentamos en nuestro trabajo.
La obra de Mari Fe Núñez y resto de la bibliografía
La doctora Mari Fe Núñez Muñoz, en sus investigaciones y dirección de
tesis, siempre ha tenido especial preocupación por abordar argumentos de
carácter eclesial. Quizá, su condición de religiosa salesiana y la práctica
ausencia de trabajos sobre la historia de la Iglesia en nuestro archipiélago le
hayan inducido a derivar gran parte de sus investigaciones por este camino.
Cuando la doctora Núñez presentó su libro, regaló al mundo historiográfico un
trabajo base para el resto de los estudiosos, desde donde continuar la investigación
y conocimiento de los avatares e implicaciones de la Iglesia en Tenerife
y su relación con la sociedad de su tiempo.
El propio título de la obra indica hasta que punto ella no pretendía cerrar
la cuestión; titula así: La Diócesis de Tenerife, apuntes para su historia ( 1813-
1899). Por lo tanto, apuntes nos habla de trabajo aún no finalizado, o de recopilación
de datos para una ulterior empresa historiográfica.
La autora, para elaborar la parte principal del libro que a nosotros nos
interesa, utiliza los legajos 685 y 689 del archivo de la Embajada española ante
Santa Sede. También, acude al legajo 4.026 del archivo del Ministerio de
Cf. SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, Julio, La Iglesia de las Islas Canarias, [Fontes Ecclesiae Canariensis,
V], Ed. Viceconsejería de Cultura y Deportes, Islas Canarias, 2004, p. l3 7.
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Justicia. Son los documentos oficiales que contienen el expediente de creación
del Obispado Nivariense. Núñez Muñoz desgrana esos documentos para que
nos cuenten las incidencias del discurrir de la creación diocesana, lo cual nos
va permitiendo conocer la cronología de las acciones públicas y así saber cuales
fueron la sucesión de los acontecimientos que terminarían con la erección
canónica del Obispado de Tenerife.
La obra comienza con la solicitud de tres de los diputados canarios en
las Cortes de Cádiz, pidiendo una segunda diócesis con sede en la ciudad de
La Laguna. Para esta parte, acude al archivo de las Cortes de España, donde
en el Diario de Sesiones, tomo XXII, se halla la Exposición suscrita por los
diputados Ruiz y Padrón, Key y Muñoz y Fernando Franchi, con fecha del 6
de septiembre de 1813. Ya ellos expresan que la división diocesana no sería
posible hasta el fallecimiento del obispo Manuel Verdugo, el cual tenía el derecho
de jurisdicción sobre todo el Archipiélago.
"Señor, los infrascritos diputados de las islas Canarias, con el mas profundo
respeto exponen a V.M. la indispensable obligación en que se hallan de
reclamar su soberana justicia en Beneficio de las quatro islas, Tenerife, Palma,
Gomera y Hierro, sujetas a la de Canaria en el ramo espiritual. Son incalculables
los perjuicios que han sufrido sus habitantes desde el tiempo de la conquista,
y sería molesto a V.M. oirlos circunstanciadamente. La santa visita tan
recomendada por los sagrados canones apenas se verifica cada diez o doce
años, a causa de lo tempestuoso de aquellos mares. Son pocos los prelados que
la han emprendido por entero, y no sabemos haya habido uno hasta ahora que
la haya concluído en todas sus partes. Hay pueblos de consideración, particularmente
en la Gomera, que jamás han visto un obispo; por lo que no es extraño
encontrar allí hombres de treinta, quarenta, y aun de ochenta años sin haber
recibido el santo sacramento de la Confirmación; lo que depende ya de que
generalmente los prelados no pasan de las capitales, y de que aquellos feligreses
no pueden concurrir a ellas, ya de la precipitación con que se hacen siempre
las visitas. Los asuntos mas graves e importantes de la Curia quedan en la
misma confusión y espantoso desorden en que estaban. Los recursos y pleytos
eclesiásticos se entorpecen y retardan hasta lo sumo con notable daño de los
fieles. ¿Y quantos por falta de medios para recurrir a la Gran Canaria quedan
privados para siempre del beneficio de las dispensas con grandísimo menoscabo
de. la población? Los habitantes de la Palma, Gomera y Hierro tienen que
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embarcarse dos veces, haciendo escala en Tenerife, que por sí sola contiene la
tercera parte de la población de aquella provincia, contribuye anualmente a la
causa decimal con doscientos mil pesos, que van a consumirse a la Gran
Canaria entre el reverendo obispo y Cabildo eclesiástico, al mismo tiempo que
la mayor parte de los curas y parroquias están indotados; y tanto los pobres
como los establecimientos piadosos de las quatro islas referidas quedan eternamente
excluídos de percibir las limosnas a que son tan acreedores, como si
las rentas decimales estuvieran destinadas para la destrucción, y no para la edificación.
Hay, pues, lo suficiente para la dotación de otro obispado. Los males
que se han experimentado por espacio de tres siglos, así en lo espiritual como
en lo temporal son infinitos, sin que hasta ahora se haya aplicado remedio por
mas reclamaciones que se han hecho a los pies del trono. Nuestro Gobierno
con mucho menos motivo desmembró pocos años ha la Silla de Mallorca, que
no equivalía en rentas a la de Canarias, y erigió en sillas episcopales a las
pequeñas islas de Menorca e Ibiza, consultando al bien espiritual de aquellos
ciudadanos. V. M. ha hecho lo mismo en algunas partes del continente de
América. ¿Pues con quanta mas razón las quatro islas de Tenerife, Palma,
Gomera y Hierro reclaman hoy la misma justicia ante el trono de las leyes? Su
situación geográfica, sus copiosas rentas, y las urgentes necesidades espirituales
de aquellos pueblos, exigen que V. M. extienda su mano benéfica sobre
aquellos afligidos y beneméritos habitantes; y dexando al obispado de Canaria
agregadas las islas de Fuerteventura y Lanzarote que están al Sur, mande erigir
otra silla episcopal que se denominará de Tenerife, con agregación de las
islas de la Palma, Gomera y Hierro, destinando la ciudad de La Laguna, capital
de Tenerife, para asiento o metrópoli de la nueva silla. Los diputados,
Señor, no intentan que se precipite esta medida, aunque es de la mas urgente
necesidad, mientras viva el actual reverendo obispo de Canarias, sino que V.
M., atendidas las poderosas razones que se expresan y otras muchas que omiten,
determine desde ahora la división de aquella vasta diócesis con arreglo en
todo á los sagrados cánones, y que se efectúe su cumplimiento quando fallezca
el actual reverendo obispo, sin dar lugar a reclamaciones y razones sofisticas
que no podrán faltar quando se trata del bien general de la nación; pero que
V. M. con su prudencia, sabiduría y firmeza ha sabido sofocar. Y quando llegue
el caso de la desmembración, el Gobierno encargado de la execución de
las leyes sabrá disponer todo lo necesario para el arreglo de la nueva Catedral,
plan beneficia! y dotación de parroquias. Esta es la justicia que esperan de V.
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M. los infrascritos, y la reclaman en nombre de los pueblos que representan.
Cádiz 6 de setiembre de 1813.
Fernando de Llarena y Franchi,
Antonio José Ruiz de Padrón,
Santiago Key y Muñoz.002
Ante una petición tal, ¿Cuál sería la posición del representante por la isla
de Gran Canaria? Pedro José Gordillo y Ramos, según Francisco Javier de Moya
y Jiménez, en su obra Centenario de las Cortes y Sitio de Cádiz, Gordillo no se
opuso al proyecto solicitado por sus paisanos canarios. En su trabajo dice:
"[ ... ] pasada la petición a informe de la comisión eclesiástica, dio en ella
Gordillo muestra de su imparcialidad no queriendo que constase su voto en
modo alguno, para dejar libre camino a la proposición, pues como había manifestado:
Tratándose del interés provincial, no le parecía bien oponerse, por la
sola razón de que ganase en ello Tenerife, ni basar su oposición en otras razones
que consideraba muy aventureras, porque si los diputados afirmaban que
se hallaban indotados los curatos con un solo Obispado, ¿qué no sucedería el
día en que fuesen dos? Alguien había hablado que era por el momento cuestión
de un Obispo auxiliar, pero él veía claramente para el porvenir otro
Obispado independiente, porque si de auxiliar se tratara solo, no había necesidad
alguna de que detrás de la proposición, se escondiera una nueva ambición
y una mayor adquisición para los derechos que perseguía La Laguna, porque
le bastaba conocer sus pretensiones externas, y no olvidar que el Cabildo de la
Santa Iglesia Catedral de Canarias, tenía en su mayoría hijos de aquella isla."3
Según el juicio de este historiador, de principios del siglo XX, el diputado
Gordillo reconocía que no tenía argumentos serios contra la división diocesana;
contrariamente a lo que se pudiese esperar de un hijo de esta isla de
Gran Canaria, reconocía una real necesidad pastoral, la cual no se resolvería
con un obispo auxiliar; pero también apuntaba que los curatos quedarían más
aún, si cabe, indotados económicamente. Gordillo sabía que con una curia diocesana
más en el Archipiélago, su dotación económica y la atención a otro
2 AC, Tomo XXII, 1813. También ARSEAPT, Consulta sobre la erección de un nuevo obispado, RM
277, fol. 37.
3 Cita tomada de Marcos Guimerá Peraza, Los diputados doceañistas canarios, [Enciclopedia Canaria, 6],
Ed. Aula de Cultura de Tenerife, Tenerife, 1967, p. 47.
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obispo, iba a significar una reducción de la disponibilidad de los recursos económicos,
que irían en detrimento del clero parroquial. Según el autor de la
obra citada, Gordillo, en los temas de política canaria, prefería reservar sus
esfuerzos para argumentar en contra de otras posibles aspiraciones de La
Laguna, las cuales intuía que irían más radicalmente contra los intereses de la
ciudad de Las Palmas de Gran Canaria o de toda su isla; probablemente el
asunto de la Universidad y la Audiencia4
•
Por el contrario el historiador Emeterio Gutiérrez López en su artículo
en Revista de Historia, hoy llamada Revista de Historia Canaria, en el número
35-36 del año 1932, juzga que Gordillo:
"[ ... ] se opuso abiertamente a la creación de la nueva Silla Episcopal y
logró por entonces que las Cortes no lo decretase. Este asunto fue muy discutido
y con ello demostraron nuestros Diputados un empeño decidido, especialmente
Key Muñoz, que consumió varios turnos en aquel debate, cuyos resultados
no fueron entonces coronados por le éxito"5
•
La doctora Núñez continua relatándonos los hechos siguiendo los documentos
del mismo legajo, que en definitiva son el informe del Regente de Real
Audiencia de Canarias, del dictamen del Fiscal del Reino, el parecer de la
Cámara de Castilla, la resolución real y la instrucción de la Cámara de Castilla
que acompañaba a esta última. Interesante resulta el informe que había salido de
la Audiencia de Canarias, porque no se reserva ningún dato de interés, como por
ejemplo el cambio de parecer del Cabildo Catedral de Canarias o las razones
egoístas del Ayuntamiento de Las Palmas6
• Sorprende el informe del regente de
la Audiencia porque no se muestra de parte, sino expone lealmente todos y cada
uno de los informes recibidos, aconsejando, finalmente, la división diocesana.
En la introducción, habíamos dicho que, la inmensa mayoría de los
autores, situaban la creación de la Diócesis Nivariense dentro del Pleito
Insular. Marcos Guimerá Peraza es uno de ellos.
4 Piénsese en los intentos desde La Laguna para acaparar la Audiencia de Canarias para su ciudad. También,
la Universidad fue motivo de controversia entre La Laguna y Las Palmas de Gran Canaria por donde tenía
que ser ubicada, desde la decisión del Rey Carlos III de crear un seminario de nobles en las islas.
5 GUTIÉRREZ Y LÓPEZ, Emeterio, Tenerife en las Cortes de Cádiz, "Revista de Historia", 35-36
(1932), p. 11 O.
6 La argumentación del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria estaba basada en la pérdida en la
recepción de dinero procedente de las islas occidentales, destinada a los organismos diocesanos así como
el importante número de procuradores y escribanos que residentes en esa ciudad canaria, se beneficiaban
de las causas judiciales de las cuatro islas occidentales.
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Marcos Guimerá Peraza, en su trabajo Los diputados doceañistas canarios7,
nos expone someramente las fechas del proceso de creación de la diócesis,
pero sin citar los fondos de donde extrae los datos, salvo el archivo de las
Cortes. En su otra publicación que titula José Murphy, aporta datos interesantes
sobre la posición de este personaje y el Ayuntamiento de Santa Cruz de
Tenerife referente a la pervivencia de la Diócesis Nivariense. Nos señala la
estrategia acordada por él y el nuevo representante por la provincia de
Canarias Graciliano Afonso, por la cual, Murphy luchaba por conservar la
capitalidad del Archipiélago para Santa Cruz de Tenerife y Graciliano no se
opondría, para lo cual, éste retrasaría su incorporación al escaño en las segundas
Cortes del Trienio Liberal y, en contraprestación, aquel no se interpondría
en la lucha por suprimir la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna. Así, cada
uno ganaba el proyecto que habían traído consigo desde Canarias8.Del mismo
modo se expresa el historiador Alfonso de Armas Ayala en su artículo
Graciliano Afonso, un diputado canario de las Cortes de 1821 desterrado en
América en Anuario de Estudios Atlánticos, quizá, con comentarios más mordaces,
si cabe, del pacto secreto entre los dos diputados canarios:
Al plantearse el debate sobre la capitalidad de Canarias, los diputados
Murphy y Soverón -éste Jefe Político de Canarias- son los que van a intervenir
de un modo más concreto; porque Afonso, misteriosamente, había desaparecido.
"Las causas que influyeron para que nuestra estrella se eclipsara -dice Dénizquedaron
sepultadas entre el Doctoral don Graciliano Afonso y don Patricio
Murphy, diputado por Tenerife, saliendo cierta la profecía de don Pedro Déniz,
al retirarse de la Junta Electoral: que don Graciliano Afonso perdería a
Canarias." Su tardanza en llegar al Congreso -al decir de Afonso- justificaba el
fracaso "del negocio", aunque en la próxima legislatura preveía mayor éxito, y
señalaba a Murphy como su principal colaborador en el problema del obispado9
•
Las consecuencias de ese momento histórico ya las conocemos. Por otra
parte, la propuesta del Cabido Catedral de Santa Ana de crear una archidiócesis,
si no se lograba la reunificación, fracasó. Los ánimos se enconaron aún
más. Pero la Diócesis de Tenerife pervivió.
7 Cf. GUIMERÁ PERAZA, Marcos, Los diputados. pp. 48-52.
8 Cf. GUIMERÁ PERAZA, Marcos, MURPHY, José, [Historia, 1], Ed. Caja General de Ahorros de
Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1974, pp. 109-115.
9 de ARMAS AY ALA, Alfonso, "Graciliano Afonso, un diputado canario de las Cortes de 1821 desterrado
en América", Anuario de Estudios Atlánticos, 3 (1957), p. 399.
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Volviendo al momento previo a la creación de la diócesis, que es el tema
que nos interesa, ¿qué bibliografía existe? En primer lugar tenemos la obra de
Lope de la Guerra Memorias de Tenerife en la segunda mitad del siglo XVIII.
Este personaje, contemporáneo de los hechos que él relata, nos refleja las
inquietudes del Cabildo de Tenerife, pretendiendo el traslado de la Audiencia
de esta ciudad de Las Palmas a aquella otra de La Laguna, junto a ello dice:
"No fue esta la única pretensión de este Cabildo general, en él se leyó
otra representación del Personero a fin de que se pretenda la división del
Obispado de estas Islas, creándose un Obispado de esta Isla de Tenerife, y de
las otras adyacentes a ella, para ello propone que la Bula de la cena en diferentes
artículos está fundada en lo violento que es extraer a litigar fuera del
propio domicilio lo que ejecutan los Obispos sin embargo de la Real Cédula
de 15 de Diciembre de 1525, y sobre cartas que la mandan observar, insistiendo
en ello el actual Obispo. Que en la erección de los Obispados de Ibiza,
Menorca, Santander y otros, no han concurrido tan fuertes razones que aunque
al tiempo de la Conquista se tuvo por bastante a un Obispo, en más de 370
años que han corrido ya el rebaño no es de 500 vecinos sino de más de 160.000
personas. Que el aumento de población, y de rentas decimales son fundamentales
para esta pretensión, que la renta episcopal que en algún tiempo no llegaría
a 1000 ducados corre entre 50 y 60.000 de cuya mitad lo menos serán
50.000. Que el Reino de Canarias se compone de 7 Islas, y que las travesías
de mar son peligrosas, por lo que los Obispos no las visitan; que Personas muy
ancianas se quedan sin confirmar. Que las limosnas las distribuyen en Canaria,
y que siendo Tenerife una de las Islas que más contribuyen no participan de
ellas; en fin expuso otras varias razones, de que, hechos cargo los concurrentes,
acordaron hacer reverente súplica a S.M. para dicha división de Obispado
encargando también dicha pretensión al Marqués de Villanueva del Prado, y
participándola al Comandante General y Real Audiencia y escribiéndose por
los Diputados de Corte a los mismos Consejeros, de quienes se hace mención
en el tratado de traslación de Audiencia haciendo la remisión el Personero, y
practicándose lo demás que se tenga por conveniente"10
•
El autor no volverá a mencionar el asunto, dato recogido por otros historiadores
para mencionar el problema, siempre contextualizándolo en el
Pleito Insular, tal como hemos mencionado anteriormente. Así el doctor Juan
10 Cf. LOPE DE GUERRA Y PEÑA, Memorias, IV, Ed. Museo Canario, Las Palmas de Gran Canaria,
1951, pp. 159-160.
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Ramón Núñez Pestano, en su trabajo La Nivaria triunfante y su capital gloriosa
o los orígenes del pleito insular, refleja el sentir poco optimista sobre el proyecto
divisionista que se respiraba en el propio consistorio lagunero, así como
la opinión reflejada por el agente del Cabildo de la isla en Madrid, que consideraba
el traslado de la Audiencia y la creación del obispado una majadería y
seguro fracaso. Fueron de este modo las cosas, que el propio Cabildo de
Tenerife vuelve a la solicitud del Tribunal de las Cuatro Causas11
•
Fuentes
En el desarrollo de la primera parte de mi exposición, he hecho mención
especial al libro de Núñez Muñoz y, consecuentemente, a las fuentes utilizadas
por ella. Fuentes documentales pertenecientes a la Embajada española ante
la Santa Sede, así como al archivo del Ministerio de Justicia.
Para nuestro trabajo, ha sido fundamental acudir a los siguientes archivos:
Archivo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de
Tenerife (ARSEAPT).
Archivo Municipal de La Laguna (AMLL).
Archivo del Cabildo Catedral de Santa Ana (ACCC).
Archivo del Cabildo Catedral de La Laguna (ACCLL).
Archivo Histórico Diocesano de San Cristóbal de La Laguna (AHDSCLL).
Archivo de las Cortes de Cádiz (AC).
Todos estos archivos son fundamentales para conocer debidamente los
antecedentes y otros aspectos relativamente estudiados. Son los archivos de las
instituciones actoras en la creación de la Diócesis Nivariense y, por lo tanto,
necesitan ser trabajados contemporáneamente porque la documentación de
uno orienta por donde se debe buscar en los otros; también, hay que considerar
que unos silencian lo que otros insinúan.
El Archivo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de
Tenerife posee no sólo el fondo propio de la institución sino también toda la
documentación particular de la familia Nava y Grimón, es decir, del Marqués
de Villanueva del Prado, hoy denominado Fondo Rodríguez Maure. Los lega-
11 Cf. NUÑEZ PESTANO, Juan Ramón, La Nivaria triunfante y su capital gloriosa o los orígenes del pleito
insular, [Estudios y ensayo, 17; Historia 1], Ed. Universidad de La Laguna, La Laguna, 2001, pp. 81-85.
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jos, donde han aparecido mayor número de documentos, son los 144 y 277.
Los legajos 112, 114, 189, 227 y 279 también nos aportan algunos.
La primera iniciativa conocida, documentalmente, de transformar la
ciudad de Aguere en sede episcopal se refiere a la propuesta que hizo el
Marqués de San Andrés, Fernando de la Guerra, a Viera y Clavijo, en carta
del 14 de julio de 1782 para que éste fuera el primer obispo. Documento
recogido por el historiador Enrique Roméu Palazuelos12 en su biografía
sobre Viera y Clavijo:
"Amigo querido; Gracias a Dios se apareció una carta de V m. Que recibí
dos días ha; pero de 5 de Marzo que es lo mismo que contar mas de cuatro
meses de fecha ... Después que lo considero a Vm. Arcediano he pensado más
que nunca en cosas eclesiásticas, y he dado en un capricho, que a ratos me
parece disparatado, y a ratos muy conforme y factible: que viniera V d. de
Obispo. Aquí piensa Vm. Que yo estoy tan viejo que chocheo, o que es una
visión de la amistad, ú otra cosa semejante. No señor, no estoy solo.
Este obispado ha crecido mucho; en su principio apenas fue de dos
mil ps.; su renta es de más de 50.000 ps. y un obispo de 10.000 no es
malo, ni lo debe parecer al que ha estado en Italia. Mucho mejor sería de
más de 25.000.
En América se están dividiendo obispados. En España se dividió el de
Santander; Felipe II creó el de Valladolid ... Menorca, de Mallorca. Y Lorca
quiere desmembrar el suyo de Murcia o Cartagena. Siete travesías de mar es
mucho para un obispo, y muchísimo si es viejo. Ni las limosnas se reparten
bien, ni se confirma, ni se visita, ni esto anda bueno. No pueden haber tenido
tantas razones los otros obispados que se han separado. Por precisión se
debe pensar en un obispado de Tenerife, Palma, Hierro y Gomera, que son
las más occidentales; y dejar otro de Canaria, Lanzarote y Fuerteventura.
Si Vm. quiere pensar en esto, yo le moveré por acá lo que me es posible.
Si para la dignidad de Fuerteventura bastaron dos memoriales a pesar
de la más increíble indolencia y descuido en la pretensión ... Una Catedral
en La Laguna no sólo es fácil, sino muy conveniente [ ... ]"13
12 Cf. ROMEU PALEZUELOS, Enrique, Biografía de Viera y Clavija a través de sus obras, Ed. Aula de
Cultura de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1981, pp. 71-72.
13 ARSEAPT, RM 114, fol. 160.
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Viera rechazó semejante propuesta por considerarla descabellada y
motivo de ruina para las islas, documento mencionado por Rodríguez Moure14
,
y trascrito por Roméu Palazuelos15
•
La propuesta no había quedado sólo en el ámbito privado de los dos
antiguos amigos de la Tertulia Nava, sino que el propio Cabildo de Tenerife
la haría suya el 7 de abril de 178316
, como relata Lope de la Guerra y se
puede leer en las actas del Cabildo, custodiadas en el Archivo Municipal de
La Laguna. El Cabildo de Tenerife abrazaría esta opción, quizá, cansado de
tanta lucha por el restablecimiento del Tribunal de las Cuatro Causas, concedido
por el rey y denegado por la curia diocesana canariense. La oportunidad
la daría la presencia de algunos paisanos canarios con cierta influencia
en la Corte.
En un inicio, el Cabildo encomendó a uno de sus regidores Tomás
Saviñón la elaboración de la instrucción que habría de ser remitida a la Corte.
Con el inesperado fallecimiento de éste, se le encomendó, inmediatamente, al
VI Marqués de Villanueva del Prado Alonso Nava y Grimón. Éste personaje
sería, desde 1783, quien se dedicaría plenamente a preparar todos los informes
necesarios que hiciera comprender al Rey la necesidad de una diócesis en
Tenerife, para que éste cursara la solicitud a la Santa Sede.
Dentro de las pretensiones de las elites de La Laguna, Rodríguez Moure
menciona un proyecto del obispo Tavira de crear una Colegiata17
, aunque sin
citar el documento; Manuel Hernández González hace referencia al artífice
del proyecto, pero sin concretar la signatura18
• El obispo tenía ideado concentrar
todos los beneficios y capellanías de la ciudad en la iglesia de Los
Remedios. Moure concluye que todo finalizó mal por culpa de la rivalidad
entre las dos parroquias laguneras. En el archivo de la Económica de Tenerife
se encuentra un documento que nos ha permitido revelar el verdadero artífice
14 Cf. RODRÍGUEZ MOURE, José, Historia de la Parroquia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción,
Ed. Imprenta Curbelo, La Laguna, 1915, pp. 99-100.
15 Cf. ROMEU PALEZUELOS, Enrique, Biografía de Viera, p. 72.
16 Cf. AMLL, Actas del Cabildo, Libro 28, Oficio II, fol. 15.
17 ARSEAPT, Discurso sobre el nuevo Plan o división de parroquias en La Laguna (aprox. 1789- 1793),
RM 189, fol.38-47.
18 Cf. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Manuel, De la Ilustración al absolutismo: la trayectoria intelectual
de Santiago Bencomo, en "Homenaje a Alfonso Armas Aya/a", Ed. Cabildo de Gran Canaria, Las
Palmas de Gran Canaria, 2000, p. 232.
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Miguel Angel Navarro Mederos: Historiografía y foentes sobre a creación de la diócesis
de San Cristóbal de La Laguna
del proyecto de una colegiata en La Laguna: Santiago Bencomo19
• Este dato
nos lo confirma Graciliano Afonso20 en su discurso ante el Capítulo Catedral
de Santa Ana del 7 de junio de 1816 contra la tesis divisionista21
• Otro documento
fundamental, para comprender los pasos que se estaban dando, es la
Memoria utilizada para todo el proceso de creación de la Diócesis de Tenerife
y elaborado por el Marqués de Villanueva del Prado.
Y nosotros nos preguntamos ¿el Cabildo Catedral de Santa Ana era
consciente de lo que se estaba fraguando en La Laguna? Así es. El dato lo
encontramos en el archivo de esa catedral, en una carta de Rafael Ramos al
deán. Ramos era canónigo pero residente en La Laguna, donde ejercía de
vicario foráneo:
"Señor
Llegó a mis manos muy retardada la Carta por secretaria de 6 de Julio
por Acuerdo de 6 de Junio (segun expresa) en asunto de la Pretension de el
Ayuntamiento de esta Y sla para dividirse el Obispado; razon en que la fundan
y puedan debilitarla; y demas, que se me ofresca conveniente a V. Y en materia
tan grave y de las resultas que traerá consigo. Haré presedente los fundamentos,
que alega para tanta obra: y después quanto me ha parecido pueda
conducir a resistirla.
Debo expresar que la repentina Muerte del Licenciado Dn. Thomas
Saviñon ha debilitado notablemente el Ardor con que la Materia se iba dispo-
19 Santiago Bencomo, hermano de Cristóbal y de José, nació en La Laguna el20 de julio de 1754. Se graduaría
en la Universidad de Ávila, fue catedrático del Seminario Conciliar de Canarias, ganaría el beneficio
parroquial de Los Remedios en La Laguna. Obtendría el beneficio de Racionero en la Catedral de
Toledo, de la que pediría el traslado a la de Las Palmas, tomando posesión el5 de enero de 1804. El30
de noviembre de 1814 sería ascendido a Deán de la Catedral de Canarias. Llegó a Las Palmas de Gran
Canaria la noticia que había sido elegido para Obispo el 25 de febrero de 1817. Fue presentado por el
Rey Fernando VII como Obispo de Astorga el 1 O de julio de 1817, en el Consistorio del 1 de octubre del
mismo año fue preconizado, consagrado Obispo el 22 de enero de 1818, muriendo el siguiente 2 de
marzo sin haber podido llegar a su sede episcopal. Cf. Hierarchia Catholica, vol. VII, Padua 1968, p. 92.
V Martínez, Bencomo (Santiago-José), en "Dictionnaríe d'histoire ecclesiastique", VII, p. 1050.ACCC,
Libro de los Sres. Prebendados, fol. 62 vt. y 104.
20 Graciliano Afonso, natural de La Orotava, era Canónigo Doctoral de la Catedral de la Diócesis de
Canarias desde el 19 de mayo de 1808. Ocupaba también el cargo de Juez de la Cruzada, Expolias y
Vacantes. En la segunda legislatura del Trienio Liberal sería designado Diputado constitucional por las
Islas Canarias. Después de caer el sistema constitucional, tuvo que exiliarse, regresando a España depués
de subir al Trono Isabel II. Durante su exilio le reservaron su silla de coro en la Catedral de Canarias.
Falleció el 18 de agosto de 1841. Cf. ACCC, Libro de los Sres. Prebendados, fol. 172.
21 ACCC, Actas del Cabildo, Libro LXVII, 7 de junio de 1816.
A1mogaren 38 (2006) 191-211 203
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Miguel Ángel Navarro Mederos: Historiografia y fuentes sobre la creación de la diócesis
de San Cristóbal de La Laguna
niendo: hasta asegurarseme, se halla en el dia enteramente parada: por lo que
reservo á la superior comprehension de V. Y. si sera lo mas conveniente suspendase
todo paso preventivo en Madrid, que tal vez abriria los ojos, é ignoramos
lo que seguiria. Aumentame este pensamiento haberseme igualmente confiado
(aunque no con la certeza de haver visto la Carta) que el Marquez de
Villanueva del Prado. Apoderado para dicha Pretension, ha escrito, le contextó
un Personage, á quien tocó sobre ella: Que si estimaba á su Paiz no propusiese
semejante Empresa. V. Y. obrará lo más acertado, y entró a referir por su
orden el contenido del Memorial presentado a dicho Ayuntamiento, por el
Syndico Personero."22
En este documento espía se percibe cierto desencanto o desidia en la
continuación del asunto divisionista, especialmente después de la muerte de
Tomás Saviñón, el cual había sido comisionado para elaborar el informe que
justificase la conveniencia de crear una diócesis propia en Tenerife. También
se puede deducir que el Cabildo Catedral inició gestiones en Madrid para frenar
las acciones del Cabildo tinerfeño.
Esa carta se leería en el Capítulo Catedral ordinario del día 1 O de
septiembre de 1783:
"A Cabildo para una Carta del Señor Canónigo Ramos con fecha de 30
del ultimo participando la pretensión de la Ciudad de la Laguna sobre creación
de nuevo Obispado, y que se responda a dicho Señor haverse leido su Carta en
el Cabildo de hoy.m3
Por la cita del Acta Capitular, parece que el Cabildo Catedral no le dio
mayor importancia, quizá pensarían que el asunto no llegaria a más, de tal
forma, que nunca más sería reflejada en las actas alguna inquietud o preocupación
por el tema. Con toda seguridad, pensarían que el asunto era demasiado
descabellado o que ya estaba durmiendo el sueño de los justos.
Las actas del Cabildo de Tenerife siguen haciendo mención a los propósitos
de restablecer el Tribunal de las Cuatro Causas, pero Nava y Grimón continuaba
trabajando. Esto lo vemos recogido en 1796, donde se eximen de intervenir
a la petición del Cabildo de Canaria sobre la elección de un obispo que
fuera de extracción noble. El acta del Cabildo del 26 de enero de 1796, dice:
22 ACCC, Carta del 30 de agosto de 1783 de Rafael Ramos al Deán de Canarias.
23 ACCC, Actas del Cabildo, Libro LII, fol. 86 vt.
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Miguel Angel Navarro Mederos: Historiografia y foentes sobre a creación de la diócesis
de San Cristóbal de La Laguna
"En la ciudad de La Laguna a veinte y seis de Enero de mil Setecientos
noventa y seis años se juntaron á celebrar Cabildo el Sor. Corregidor de esta
Ysla y la de la Palma por su S.M. y los Sres. Juan de Castro, Dn. José Saviñon,
Dn. Antonio Riquel, Dn. Cayetano Peraza, Dn. Fernando Mendosa, Dn. Juan
Tavares, Dn. José Monteverde Regidores, Dn. Nicolas Garcia Gomez, Dn.
Francisco Bello Diputados y Dn. Felipe Carrillo Síndico Personero General
[ ... ] Viose un oficio de los Sres. Dn Isidoro Romero y Ceballos y Dn. Estevan
Laguna en virtud de encargo del Muy Ilustre Ayuntamiento <de Canaria> para
que se solicite el recurso a S.M. de que el Pastor de estas Y slas fuese un eclesiástico
patricio, acordado allí; por si este Cuerpo quisiese apoyar el mismo
pensamiento comunicandole los fundamentos o dirigirse por si al Rey con
iguales miras En su visto la Justicia y Regimiento dixeron que en atención a
que este Ayuntamiento tiene pendiente Suplica á S.M. sobre divición de
Obispado no le es facil entrar en el Proyecto del M.N. Ayuntamiento de la Y sla
de Canaria, y los Sres.: de Mesas contestarán en los terminas acordados á los
referidos Sres. para su inteligencia.m4
Lo más probable es que el Cabildo de Tenerife estuviera más ocupado
en el establecimiento de la universidad literaria, para lo cual el obispo Tavira
venía encomendado por el Rey. Mientras, el marqués concluía su memoria pro
creación de la diócesis de Tenerife en 1797. Este documento sería enviado a
todas las instituciones que deberían dar un parecer, muchas de ellas conservan
un ejemplar en sus archivos. Especial interés reviste la copia de la Catedral de
Santa Ana, porque tiene un añadido de 1812, también del mismo autor, aportando
otro argumento, la creación de nuevas diócesis en América25
•
Interesante, asimismo, es la correspondencia de Pedro José Bencomo,
primer Deán de la Catedral y Rector de la Universidad de La Laguna, y de su
hermano Cristóbal, profesor de latín del príncipe de Asturias y su confesor en
un segundo momento; correspondencia que mantenían con el mencionado
marqués, y que se encuentra en el mismo archivo. Estas epístolas nos han permitido
leer entre líneas la historia oficial, conociendo los ánimos de unos y
otros, las tensiones y opiniones sobre los demás, las actuaciones entre pasillos
de cada uno de los personajes implicados. Extraordinario interés tienen las
cartas de Cristóbal Bencomo que, desde Madrid, apoyaba el proyecto de crea-
24 AMLL, Actas del Cabildo, Libro 41, Oficio II, fol. 97.
25 Cf. ACCC, Expediente sobre división del Obispado de Canarias (1797-1833), Leg. 197, fol. 1-48vt.
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Miguel Ángel Navarro Mederos: Historiografía y foentes sobre la creación de la diócesis
de San Cristóbal de La Laguna
ción, influyendo en Fernando VII. Relata cuales son las gestiones que se pretenden
desde Las Palmas. Curioso e inédito resulta el dato que nos aporta
Cristóbal en una misiva, donde menciona el propósito del Ayuntamiento de
Santa Cruz de La Palma para que se cree una tercera diócesis en aquella isla
con agregación de La Gomera y El Hierro.
Tengo en mi poder el informe ultimo sobre división, que me ha gustado
mucho. Este negocio va por sus tramites regulares, y solo conviene activarlo
sin salir del camino, para que no se debilite la justicia de la causa. Tambien la
Palma quiere su Obispado con la agregación dela Gomera y el Hierro26
•
El Cabildo de La Palma, en sesión extraordinaria el27 de julio de 1815,
se manifestaría favorable a la pretensión divisionista de Tenerife, pero ellos
consideraban que las razones que se argumentaban para tal división, a decir,
siete travesías marítimas, unas islas especialmente montañosas y una población
creciente, no se resolvía con tener dos diócesis en Canarias, sino que se
hacía necesario no menos de tres. La agregación de las islas de La Palma, La
Gomera y la de El Hierro a la isla de Tenerife, resolvería sólo un tercio de los
problemas pastorales.
"[ ... ] y no es necesario más que poner a la vista el mapa de estas islas,
para conocer las mayores ventajas que a las tres mencionadas las resultaría de
tener su obispado en Tenerife. Sin embargo como hay otras muchas razones
que no sólo conducen a la necesidad que hay de dar más extensión al bien que
se propone, es muy del comprobar que la división del obispado en esa provincia
se debiera hacer en más partes.
[ ... ]
¿No seríamos regular que dándosele a la isla de Tenerife obispado que
seguramente le corresponda por la gran población y riqueza de su suelo, se
diese otro a las islas de la Palma, Gomera y Hierro?= Esta sería sin duda la
división más conveniente que se pudiera hacer porque siendo tres los obispados
de esta provincia, el primero comprendería las islas de Canaria, Lanzarote
y Fuerteventura con un terreno de 48 leguas de largo, 23 de ancho y 364 de
superficie y 60.000 almas de población. El segundo de Tenerife tendría 17
leguas de largo, 9 de ancho y 153 de superficie, con una población de 78.000
26 ARSEAPT, Carta del 18 de enero de 1816 de Cristóbal Bencomo al Marqués de Villanueva del Prado,
RM 144, fol. 7vt.
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Miguel Angel Navarro Mederos: Historiografía y fUentes sobre a creación de la diócesis
de San Cristóbal de La Laguna
almas, y el tercero de la Palma, Hierro y Gomera tendrá un terreno de 26
leguas de largo, 22 de ancho y 194 de superficie con 36000 almas de población.
El primer obispado tendrá de renta de 50 a 60 ducados, el segundo de 60
a 70 y el tercero de 25 a 30.
[ ... ]
La notable diferencia que resulta de uno a otro obispado no debe ser
tampoco un obstáculo para la división propuesta, pues además de la paga de
sus diezmos y primicias nadie puede dudar que 25 a 30 ducados son más que
para la dotación de un obispado y los diezmos que tal renta producen, bastantes
para la distribución de los empleados Eclesiásticos.m7
Sorprendentemente la idea no cayó en el olvido, otro diputado en las
primeras Cortes del Trienio Liberal, un gomero afincado en Madrid y sin
parientes en su patria chica, Miguel Echevarría, el 8 de octubre de 1821 solicitaba
no sólo la permanencia de la Diócesis de Tenerife sino también la creación
de una tercera en el Archipiélago Canario28
•
El archivo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de
Tenerife contiene la correspondencia particular, documentación oficial, copias
de cada una de las respuestas de las instituciones y personas a las que se solicitó
opinión sobre la división diocesana, etc. Esta serie documental nos ha permitido
adentrarnos en el discurrir y evolución de todo el proceso, así como
comprender el estado de opinión de cada uno de los personajes a lo largo del
mismo proceso. Este material es una extraordinaria fuente primaria.
Otro archivo fundamental para este trabajo, como hemos mencionado
anteriormente, ha sido el de la Catedral de Canarias. Su estado es bueno. El
rastreo en las Actas de Cabildo nos ha permitido comprender el estado de
opinión de sus miembros, como por ejemplo la poca importancia que en un
primer momento le dieron a la propuesta del Marqués de San Andrés, que
luego hace suya el consistorio tinerfeño. Destacar que cuando se produjo en
1815 el voto favorable del Cabildo Catedral para la división diocesana, nadie
manifestó alguna disconformidad. Pero, inmediatamente después, se crearía
un partido contrario, alcanzando su punto álgido en el capítulo Catedral del
27 AMSCP, Actas del Cabildo, Caja 701, Lib. 1, pág. 109. Cabildo Extraordinario del27 de julio de 1815.
28 Cf. TRUJILLO CABRERA, José, Mi Don Antonio José Ruiz de Padrón, Ed. Goya, Santa Cruz de
Tenerife, 1971, p. 257. Una copia de la solicitud que hace el Cabildo de La Gomera se encuentra en el
fondo histórico de la Biblioteca de la Universidad de La Laguna.
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de San Cristóbal de La Laguna
7 de junio de 1816, que necesitaría continuarse al día siguiente, donde se
retractarían de la anterior decisión y acusando a los hermanos Bencomo de
manipuladores. En esta ocasión aparece el doctoral Graciliano Afonso
Naranjo como el paladín del antidivisionismo, que mantendrá hasta bien
entrado el siglo.
El Archivo Municipal de La Laguna acoge toda la documentación
del antiguo Cabildo de la isla de Tenerife, por lo tanto, aporta las actas y
certificaciones de la institución relativas a la creación de la Diócesis
tinerfeña y, como ya hemos mencionado, daría las primeras indicaciones
para la solicitud.
La documentación histórica, que se halla en la Biblioteca Municipal de
Santa Cruz de Tenerife, contiene información sobre el proceso de creación de
la Diócesis. Esta documentación nos interesaba para poder comprender cual
era la estrategia de ese Ayuntamiento, especialmente durante el Trienio
Liberal, donde se discutió la pervivencia o no de la Diócesis de San Cristóbal
de La Laguna.
El Archivo Catedral de La Laguna nos presenta los primeros momentos
de euforia al ver culminada la aspiración tinerfeña de verse constituida en
Diócesis, con toda la documentación del Comisario Regio y Pontificio que
ejecutaría las ordenes de división diocesana; aporta la posición y gestiones de
ese organismo para sostener la recién creada Diócesis durante el Trienio
Liberal; y las dificultades y acusaciones de los liberales, que obligaría a su
Deán a renunciar a ejercer de Vicario Capitular.
Conclusión
Hemos intentado hacer un recorrido sobre la historiografia y las fuentes
que nos permiten conocer cómo se gestó el proyecto de creación de la diócesis
de San Cristóbal de La Laguna. Pocos historiadores se han ocupado de ese
argumento, salvo, como indicamos en la introducción, para vincularlo a sus
trabajos sobre el Pleito Insular, pero hay que agradecer la aportación que
hacen de fuentes, rescatadas del silencio o anonimato de los archivos, que hoy
nos ayudan a hilar nuestro trabajo.
El estudio que hemos hecho, nos ha permitido recuperar documentos ya
publicados, pero releídos a la luz de los otros documentos inéditos, descubiertos
por nosotros, y que permiten conocer mejor el desarrollo y evolución de
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Miguel Angel Navarro Mederos: Historiografía y fuentes sobre a creación de la diócesis
de San Cristóbal de La Laguna
los acontecimientos, los sentimientos enfrentados o las intencionalidades de
cada uno de los personajes implicados en todo el proceso histórico.
A mi entender, la motivación pastoral era indiscutible. La incapacidad de
un único obispo para poder atender una realidad fraccionada como nuestro archipiélago,
era más que evidente. Pero, también, la autoconciencia de las clases dirigentes
de Tenerife, sobre todo, reclamaban cierto protagonismo público y social
para la ciudad de La Laguna y, por lo cual, también eclesial. Los próceres de La
Laguna tenían tal conciencia de elite que no cabía en su mentalidad de clase
verse dependientes de otra ciudad, que ellos entendían de menor importancia.
Si, inicialmente, el proyecto fue liderado por los laicos, en un segundo
tiempo, los actores son fundamentalmente sacerdotes, para mayor concreción,
canónigos. Así se desvela, particularmente, durante el periodo del Trienio
Liberal. En ese momento político, el Magistral Frías, el Doctoral Afonso, el
Deán Bencomo, el Arzobispo de Heraclea, el presbítero Cabezas, el canónigo
Rivero, etc., superan el número de laicos que intervienen en el controversia por
la supresión o pervivencia de la Diócesis de Tenerife.
Son varias las consecuencias inmediatas o remotas de la creación de la
Diócesis de San Cristóbal de La Laguna, algunas las vislumbraba el Obispo
Verdugo, me refiero la división de ánimos entre los mismos miembros de la
Iglesia, pero también es cierto que la presencia de dos obispos en el
Archipiélago ha permitido una más incisiva acción pastoral de la Iglesia.
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