mdC
|
pequeño (250x250 max)
mediano (500x500 max)
grande
Extra Large
grande ( > 500x500)
Alta resolución
|
|
Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio. Segundo Díaz Santana Coordinador del Departamento de Teología y Profesor del ISTIC, sede de Gran Canaria. La presente aportación quiere ser una reflexión sobre lo que ha sido el trabajo de nuestro Centro Teológico, hoy Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias, en los treinta largos años de su historia que coinciden con los años del posconcilio. Una reflexión sobre la presencia y el servicio prestado a la Iglesia y a la sociedad desde el quehacer teológico en nuestra Diócesis, así como una expresión de lo que la teología ha de seguir aportando en el futuro. En el Seminario de Canarias, durante los años que siguieron inmediatamente al Concilio, se fue creando un ambiente de inquietud teológico-espiritual que iba a fraguar más adelante en unos estupendos logros y cambios renovadores, con sus correspondientes crisis y conflictos. Estos conflictos aún no han sido suficientemente analizados, y hay constancia de la existencia de datos y de informes de personas que vivieron y fueron protagonistas de los mismos, pero que hasta el momento presente no han hecho públicos sus análisis de aquella situación. Es destacable positivamente que, en torno a los años del Concilio, se deja sentir la influencia del por entonces rector del Seminario diocesano, Manuel Alemán Álamo, con su inquietud por una teología más bíblica y más A1mogaren 37 (2005) 117-150 117 118 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio espiritual. Las dimensiones ascética y kerigmática son resaltadas en la orientación que quiso imprimir al estudio de la teología. En esos mismos años había sido invitado al Seminario, a dar varias tandas de ejercicios espirituales, Ramón Echevarría, sacerdote de la diócesis de Vitoria, del grupo y espiritualidad sacerdotales que se cohesionó en torno a la figura de Rufino Aldabalde, y que los orientaba con un enfoque bíblico muy sugerente. Esa experiencia generó un ambiente y un gusto por la palabra de Dios muy notorios, que imprimieron un sesgo importante en las inquietudes del alumnado de aquellos momentos y fue abriendo nuevos horizontes en el Seminario. El propio rector Manuel Alemán publicó para los seminaristas teólogos, en el año en que acabó el Concilio, un pequeño trabajo sobre el estudio de la teología titulado: Teología y vida. En este trabajo exponía, a lo largo de 36 números, una serie de pensamientos sobre lo que debería ser una teología viva y renovada en sintonía con lo que el reciente Concilio había enseñado sobre la renovación de los estudios teológicos. En el n. 8 de esos pensamientos se lee: "Pero no creas que si defiendo la escolástica y acepto sus valores, canonizo igualmente todos los manuales de texto con su exposición y con su método. Ni mucho menos. Creo que las tesis y su desarrollo reclaman otra estructuración"1 • Para pasar luego a la explanación del método recomendado por el Vaticano II en el decreto sobre la formación sacerdotal, Optatam totius n. 16. Esta preocupación manifestada por el rector del Seminario, nos sitúa en los primeros pasos de la evolución que ha tenido lugar en el campo de la teología, a la par con la que se ha dado en otros estamentos de la comunidad cristiana. La existencia del Centro Teológico de Las Palmas obedece a la necesidad de volver a tener los estudios teológicos en la Diócesis, una vez cumplida la etapa que, como consecuencia de la crisis que se produjo en el Seminario en el año 1969, llevó a los estudiantes a la Facultad de Teología de Cartuja en Granada. Después de la estancia del Seminario en Granada, superada en parte la crisis que dio motivo a ese traslado fuera de la Diócesis, con las orientaciones que surgieron del Concilio Vaticano 11, asimiladas en Granada, Madrid y Roma, por los compañeros sacerdotes que estudiamos en esos años en las fa- 1M. ALEMÁN, Teología y Vida, Edita RÁFAGAS, Seminario Diocesano. (Uso privado) s/f. A1mogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio cultades de dichas ciudades, el obispo Infantes Florido, animó la iniciativa de la creación del Centro de Estudios Superiores de Teología. Esta iniciativa tuvo su valedor fundamental en la persona de Salvador Alemán Méndez, rector del Seminario, desde la crisis de Granada ( 1969- 1976) que, al frente de un grupo de profesores y venciendo múltiples dificultades de todo tipo, da comienzo a esta aventura humana, intelectual y eclesial, en un peregrinaje que va desde una casa en la calle de san Bernardo, a la de Dr. Chil, en el Museo de Arte Sacro, y desde allí, a López Botas, en el edificio del antiguo Seminario, donde quedará ubicado el Centro, hasta su traslado a la actual sede en el campus de Tafira, en el curso 1992-1993, al comenzar el quinto lustro de los primeros veinticinco años de historia, amasando vida y teología, como rezaba el lema de la celebración de ese aniversario. El curso 1972-1973 se reinicia el Seminario Mayor en la Diócesis. El decreto de erección del "Centro de Estudios Superiores de Teología de la Inmaculada Concepción" está firmado en Las Palmas el 7 de octubre de 1972; pero será en octubre de 1973 cuando se realice la inauguración oficial tal como aparece en la documentación del boletín de la Diócesis2 • Las primeras autoridades académicas del Centro fueron: Salvador Alemán Méndez (director); Carmelo Alemán Artiles (secretario) y José Domínguez Pérez (jefe de estudios). La lección inaugural de ese curso estuvo a cargo de Salvador Alemán y versó sobre La Eucaristía doméstica: razones pastorales. Se inició la actividad académica de aquel primer curso escolar con 46 alumnos de los que 23 eran seminaristas. Los primeros años de la vida del Centro, en precario, van adelante gracias a la presencia entre nosotros de profesores invitados como Jesús L. Cunchillos Ylarri, y los padres jesuitas: José Alonso Díaz, Juan Larrea, Luis Vela, José Ma Díaz Moreno, cuya contribución en los comienzos de nuestro Centro fue inestimable3 • 2 Cf. CEST Carta del Obispo (comunicando la creación), sin fecha, BODC 10 (1973) pp. 559s. 3 En el primer curso 1972-1973, las asignaturas y profesores fueron: Introducción a lafilosofia; Historia de la filosofia; Filosofia del lenguaje: José Alonso Morales; Introducción al misterio de Cristo; Criterio: Salvador Alemán Méndez; Sagrada Escritura: Jesús Luis Cunchillos; Sociología: José L. Álamo Suárez; Política: Enrique González Araña; Psicología: Ricardo Rubio; Latín: José Quevedo Baez; Idioma moderno: (acta sin nombre). En el curso siguiente 1973-74 se añadieron los profesores: Carmelo Alemán Artiles; Segundo Díaz Santana; Jaime Llinares Llabret; Simón Pérez Reyes; Juan Ramírez Valido; Vicente Rivera Díaz; Jaime Rubio Rosales; José Suárez Sánchez. Almogaren 37 (2005) 117-150 119 120 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio En este ambiente es de destacar la preparación y puesta a punto de un profesorado, en las claves del concilio Vaticano II, sin solución de continuidad con el profesorado que había impartido la docencia hasta los tiempos del Concilio. Con el equipamiento que había en el momento se comienza la andadura de la enseñanza de la teología en nuestra Diócesis, en un Centro que tuvo como antecedente inmediato el plan de estudios teológicos de los cursos del CENIEC, a través de los cuales se ofrecía la oportunidad a los seglares de estudiar teología. Igualmente la Diócesis había vivido, por aquellos años inmediatamente posteriores al Concilio, el despliegue de toda una actividad formativa en torno a la Biblia, que también se popularizó entre los diversos miembros de la comunidad eclesial, con los cursos impartidos por FE CATÓLICA, interesando a un número considerable de personas que fueron adquiriendo una buena formación bíblica. Durante todo el recorrido del Instituto en nuestra Sede de Gran Canaria, hasta la actualidad, estos han sido los equipos directivos y los años de duración: 1972-1977: Salvador Alemán Méndez (director); Carmelo Alemán Artiles (secretario), José Domínguez Pérez (jefe de estudios). 1977-1987: Segundo Díaz Santana (director); Carmelo Alemán Artiles (1977-1982), Carmen Alemán Hernández (1982-1984), José Domínguez Pérez (1984-1987) (secretarios). 1987-1992: Felipe Bermúdez Suárez (director); José Domínguez Pérez (subdirector); María Teresa Fernández-Fígares de Damas (secretaria). 1992-1997: José A. Rodríguez Roca (director); Felipe Bermúdez Suárez (subdirector); Femke Waardenburg (secretaria). 1997-2004: José Domínguez Pérez (director); José A. Rodríguez Roca (1997-2000), Policarpo Delgado Perdomo (2000-2004) (Subdirectores); Femke Waardenburg (1997-1999), Luis Ma Guerra Suárez (1999-2004) (secretarios). 2004-2007: Policarpo Delgado Perdomo (director); José Alonso Morales (subdirector); Luis Ma Guerra Suárez (secretario). Almogaren 37 (2005) 117-150 Segtmdo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio Los desplazamientos que se han dado en la actividad teológica. La categoría de desplazamiento, nos va a resultar muy útil para entender este periodo de la vida de la Iglesia diocesana en cuanto a los estudios de teología. En los primeros tiempos asistimos al desplazamiento de una teología de manuales, con una determinada sistematización, hacia una teología de ensayos y de artículos en las revistas especializadas. Un estudio que ineludiblemente se tiene que ir haciendo a golpe de monografias y de estudios parciales que van acometiendo los nuevos aspectos que presenta el quehacer teológico en el ambiente que se produjo en tomo al acontecimiento del concilio Vaticano II. Hay un desplazamiento en las fuentes y en los materiales para el estudio teológico; hay también un desplazamiento de los centros de interés, en la consideración de los adversarios. Por otro lado se da un desplazamiento en cuanto al método: de una teología descendente se pasa a una teología ascendente, un método eminentemente deductivo cede el protagonismo a otro más inductivo, lo cual supone un cambio epistemológico de considerables consecuencias. De una "teología del Denzinger" (Y.M. Congar), que partía de los pronunciamientos y enseñanzas del magisterio de la Iglesia, para llegar a las dimensiones bíblicas y patrísticas que resultaban más bien pruebas de aquéllos, se desplaza la teología hacia su verdadero centro que es la Palabra de Dios, expresada en la Escritura y en la Tradición, las cuales han de ser estudiadas con los métodos de análisis que la exégesis moderna postula, como la historia de la redacción (Redaktionsgeschichte, H. Conzelmann, W Marxsen, W Trilling), y la historia de las formas (Formgeschichte, K.I. Schmidt, M. Dibelius, R. Bultmann, G. Bertram, A. Albertz). En los primeros años del Centro se publica, para el uso interno de los alumnos y de los profesores, un folleto a ciclostil, titulado Introducción a la Teología. En este trabajo, concebido para la actividad académica, queda reflejada la comprensión que se tiene de la teología, y se la definía como: "Un carisma dado por Dios a la comunidad cristiana para que, en el tiempo en el que vive, pueda expresar la experiencia de su fe de un modo armónico y sistemático, a fin de que se profundice dicha fe en la conciencia de la comunidad y ésta pueda cumplir su misión en el mundo". A1mogaren 37 (2005) 117-150 121 122 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio La definición adoptada contiene una serie de elementos que es interesante destacar. Por un lado, la realidad comunitaria en la que se realiza el trabajo teológico, como servicio a la comunidad; en segundo lugar, el presupuesto de la fe de la que se ha de dar razón de modo armónico y sistemático; luego, la valoración de la experiencia de esa fe y, en cuarto lugar, la toma en consideración del momento histórico en el que esa experiencia creyente está situada. Cuando se llevó a cabo la afiliación a la Universidad Pontificia Comillas, en el acto oficial de apertura, la víspera de la Inmaculada del año 1977, tuve la ocasión de expresar en calidad de director del Centro que se afiliaba: "Estamos en la historia a doscientos años de la fundación del Seminario de Canarias y a cien años de la reordenación de los estudios reorganizada por el obispo Urquinaona. Pero, sobre todo, estamos en un momento muy interesante desde el que hemos de mirar al futuro para responder a lo que el Señor nos pide desde el momento actual y la sociedad que nos ha tocado vivir"4 • Y el profesor José Luis Larrabe Orbegozo, a quien la Diócesis estará siempre agradecida por sus magníficos oficios en toda la negociación de la afiliación a Comillas, subrayó en su lección inaugural, que la formación "ha de orientarse toda ella al servicio del pueblo de Dios, en favor del hombre actual, de sus problemas y necesidades: que haya una relación concreta, profunda y actualísima, entre los estudios ... y los problemas del hombre de hoy, de la Iglesia en el mundo actual". La influencia del giro antropo-teológico propiciado por la aportación de la teología de K. Rahner se va a notar en nuestro ambiente teológico produciendo también un desplazamiento; una sensibilidad social más pronunciada, la dimensión política y social de la fe van ocupando primeros planos en el discurso teológico y en las exposiciones de los distintos temas. Se trata del desplazamiento hacia el mundo y hacia el hombre. Así se reconoce en el trabajo al que hemos hecho referencia. Al tratar del método teológico, cuando se habla de "el Dios del mundo y el mundo de 4 BODC 6 (1977) p. 350. Almogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio Dios", como un solo universo. La teología abarca en su mutua implicación todo ese "universo". "Que nadie se extrañe, pues, que en nuestro método teológico, cuando hablemos de Dios estemos hablando del destino del mundo y que cuando nos refiramos a nosotros, estemos de lleno incidiendo en Dios", se afirmaba en el folleto sobre la introducción a la Teología. A partir de 1969 y en toda la década de los 70, se notará la influencia eclesial del método reciente de la teología de la liberación, que propone la articulación de la mediación socio-analítica como referente para la realización del discurso teológico desde la dimensión liberadora que el mensaje del Evangelio posee en su misma entraña. Asistimos a un esfuerzo por re situar todo el discurso sobre la relación de la Iglesia y su mensaje de salvación, con el mundo. Lo cual pone en evidencia que la mediación intelectual para la realización del discurso teológico no es sólo la filosófica, sino también la sociológica y, en general, la de las ciencias del hombre. Pensemos que el Centro nace en el año 1972, el mismo año en el que la Diócesis está en plena aplicación y concreción del concilio Vaticano II, celebrando su Estudio Socio-pastoral y luego la Asamblea Diocesana (197 5)5 • En el proceso del Estudio Socio-pastoral la aportación de los profesores del Centro fue muy importante y las conclusiones del mismo recogen la sensibilidad y los acentos que en aquellos momentos estaban presentes. En este sentido es de destacar la preocupación que surge, desde los primeros tiempos de la vida de nuestro Centro, de responder desde la reflexión teológica a las situaciones concretas que se dan en la realidad. El obispo Infantes Florido, en la carta que dirigió a la Diócesis comunicando la creación del Centro, aportaba estas cuatro razones: "a) La tradición de la Diócesis, donde estuvo la Universidad Pontificia; b) la necesidad de un Centro donde se estudien, a la luz de la teología, los problemas propios de Canarias; 5 El obispo Infantes Florido, partiendo de un acuerdo de la Asamblea diocesana del clero que, en una de sus proposiciones operativas decía: "creemos de la más urgente necesidad que se haga un estudio socioreligioso de la Diócesis", decide llevarlo adelante, y así lo comunica a toda la Diócesis en una exhortación pastoral, Estudio de la Problemática pastoral de la Diócesis: BODC enero-mayo 1972, pp. 23-24. Almogaren 37 (2005) 117-150 123 124 1 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio e) la necesidad de acercar los centros teológicos, desde la lejanía de las islas de las universidades; d) y el hecho, exigente para la teología como para otras disciplinas de que Las Palmas esté en vías de convertirse en un gran centro universitario"6 • En la formulación de los objetivos se deja bien claro este extremo. Los primeros Estatutos (1974) recogen esta inquietud. En ellos, al hablar de la naturaleza y de los fines del Centro, se afirma: "b) Su misión consiste en estudiar e iluminar los problemas del hombre y del cristiano en su más amplia dimensión"; y en otro apartado: "e) Prestará especial atención al estudio de la pastoral en la historia de Canarias y la iluminación evangélica de sus problemas actuales". Y quedará redactado de la siguiente forma en los Estatutos: "Deberá ayudar a los diferentes servicios pastorales y apostólicos de la Diócesis y a la misma Comunidad Diocesana, iluminando desde la Revelación, el Magisterio de la Iglesia y la Teología los problemas y cuestiones que la vida de la Iglesia Diocesana y nuestra sociedad vayan planteando, en orden siempre a la evangelización y a una comunión más intensa que respete un legítimo pluralismo" (Estatutos, art. 3.3. Cf. Sínodo 1992, const. 455). En unas declaraciones con motivo de la apertura del curso 1974-75, el director Salvador Alemán hacía esta afirmación: "Trabajamos para conseguir un Departamento de Estudio de la problemática canaria e historia de la salvación de esta problemática"7 • Y en la crónica del curso 1975-1976, Marcial Morales, por entonces alumno del Centro, pone en evidencia esta preocupación presente en el ambiente del Centro, al plantear la siguiente cuestión: "¿Para cuándo unas clases de pastoral auténticamente encamadas en la realidad canaria de hoy?", resaltando así una inquietud presente en el alumnado del momento; e igualmente se preguntaba en la misma crónica: "Para cuándo el Departamento de Historia de Canarias?"8 • Será en el curso 1977-1978 cuando se produzca el reconocimiento del Centro Teológico como Afilado a la Facultad de Teología de la Universidad 6 CEST Carta del Obispo (comunicando la creación), sin fecha, BODC 10 (1973) pp. 559s. 7 BODC 10 (1974) p. 593. 8 BODC, 6 (1976) pp. 245 y 247. A1mogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio Pontificia Comillas Madrid. El acto oficial tiene lugar el día de la Inmaculada, 8 de diciembre de 1977. Se celebró en el edificio de la calle López Botas, 8, que en la actualidad alberga la casa de la Iglesia. Presiden el acto mons. Infantes Florido, obispo de la Diócesis, el Rector de Comillas, P. Urbano Valero SJ. y el profesor de Comillas Dr. José Luis Larrabe. El equipo directivo del Centro estaba constituído por Segundo Díaz Santana como director, Carmelo Alemán Artiles como secretario y José Domínguez Pérez como jefe de estudios. En el curso de 1978 va a surgir el Departamento de Teología de las Realidades Canarias, teniendo en cuenta esta línea de contacto con la realidad y la dimensión histórica y de encamación. Se publica un primer trabajo: Canarias, tarea histórica\ que agudiza los enfrentamientos y las polémicas entre las distintas tendencias y visiones teológicas, presentes en aquellos momentos en la Diócesis. El asunto trasciende al mundo de la prensa y otros medios de comunicación. La intuición básica del recién creado Departamento y su formulación, hasta el propio nombre, van a ser objeto de debates y consideraciones diversas en el ámbito del claustro de profesores. Los debates servirán para definir mejor los propósitos y para delimitar también el alcance del método. En todo caso esto fue el núcleo germinal de una sensibilidad que ciertamente había prendido entre nosotros y que, con sus límites, aciertos y desaciertos, ha ido fraguándose con el tiempo. En ese mismo año de 1978, el profesor Domínguez Pérez defenderá su tesis doctoral en Comillas que publicó con el título de: La Iglesia y el cambio sociopolítico. Perspectivas para una praxis de la realidad canaria10 • La lección inaugural del curso 80-81, dictada por el profesor Felipe Bermúdez Suárez, con el título: Hacia una teología canaria. Reflexiones metodológicas para hacer teología desde Canariai 1 , supone un esfuerzo muy interesante de una primera sistematización de teología situada, a partir de la realidad canaria. 9 DEPARTAMENTO DE TEOLOGÍA DEL CEST DE LAS PALMAS, Canarias, tarea histórica, Las Palmas de G. Canaria 1978. 1 O J. DOMÍNGUEZ, La Iglesia y el cambio sociopolítico. Perspectivas para una praxis de la realidad canaria, Publicaciones Centro de Estudios Superiores de Teología, Las Palmas 1979. 11 F. BERMÚDEZ SUÁREZ, Hacia una teología canaria. Reflexiones metodológicas para hacer teología desde Canarias, Publicaciones del Centro Teológico de Las Palmas 1980. Almogaren 37 (2005) 117-150 125 126 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio El tema siguió interesando y se continuó debatiendo. De tal manera que, cuando en junio del año 1988, se inicia la publicación de la revista Almogaren, en el primer editorial se reafirma este espíritu con el siguiente texto: "Almogaren ... expresa, en definitiva, lo que desearía ser nuestro Centro Teológico en el interior de nuestra Iglesia local, en diálogo ineludible y necesario con el conjunto de instituciones culturales y universitarias del Archipiélago, al servicio del Reino de Dios que se abre paso en el momento histórico de nuestro pueblo canario". En ese primer número de la revista del Centro, el obispo Ramón Echarren hace la presentación de la misma12 • Es una extensa y enjundiosa presentación que, al tiempo que invita y estimula a la tarea teológica en los diversos ámbitos de la enseñanza y de la investigación, llama la atención sobre la seriedad y la trascendencia del quehacer teológico, insiste sobre la eclesialidad y la inmanipulabilidad del mismo, para plantear una serie de retos a todos los que se dedican a ese ministerio. En el número siguiente el profesor Serafín Hernández Rodríguez, asumiendo uno de los retos del Obispo en la presentación, colabora con un artículo titulado: De vueltas con el "locus" de la teología 13 • Pasa un tiempo y en el número 6, de diciembre de 1990, encontramos un artículo del Obispo con el título de: Algunas cuestiones relacionadas con una teología hecha en Canariai4 • En este artículo, que mons. Ramón Echarren escribe no como teólogo, sino como obispo, y en el que se dirige a toda la Diócesis, puntualizando desde su magisterio "algunas consideraciones sobre aspectos teológicos de actualidad en nuestra Diócesis y en toda la Iglesia". En ellas el Obispo pregunta sobre la plausibilidad de limitar el horizonte teológico de la Diócesis orientando la teología en una sola dirección. Afirma que el quehacer teológico debe ser expresión de la comunión eclesial, y que sirve a la fe de la Iglesia, en expresiones y sistematizaciones que no son únicas. En concreto llama la atención de los teólogos sobre el peligro de reduccionismo y de mimetismo en relación con el método de la teología de la 12 R. ECHARRENYSTURJZ, Presentación: ALMOGAREN, 1 junio (1988) pp. 9-26. 13 S. HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, De vueltas con el "locus" de la teología: ALMOGAREN, 2 (1988) pp. 61-79. 14 R. ECHARREN YSTURIZ, Algunas cuestiones relacionadas con una teología hecha desde Canarias: ALMOGAREN 6 (1990) pp. 105-134. Almogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio liberación, cuando lo que se hace es "extrapolar, sin más, modelos teológicos aptos para otros contextos"15 • Los diferentes epígrafes del artículo, contemplan la comunidad como sujeto de fe, las verdades de la fe, encarnación y magisterio, las relaciones entre comunidad magisterio y teología, los pobres como lugar teológico, y la teología canaria. Los criterios y recomendaciones allí expresados son aportados por el Obispo para que se tengan como unas "constantes de fondo en la reflexión teológica de nuestro CET"16 • Asistimos aquí a un ejemplo concreto y práctico de lo que en la comunidad eclesial significa el diálogo entre teología y magisterio. Los dos servicios eclesiales, desde instancias diferentes pero en comunión, buscan el bien de la fe del pueblo de Dios y la evangelización. El magisterio pastoral, el de los obispos, "magisterio auténtico" como lo llama el concilio ( cf. DV 1 O; LG 25), y que es el que se ejerce con la autoridad de Cristo; y el magisterio de los teólogos que colabora con aquél en íntima comunión desde la cátedra académica, para servir a la fe del pueblo de Dios17 • Se percibe en este punto la mutua cooperación y el ejercicio del ministerio episcopal en relación con la función de los teólogos. En este sentido el grupo de profesores que componíamos el Departamento de Teología abogábamos por más encuentros en este terreno e incluso por una mayor profundización en toda la problemática del quehacer teológico situado en una realidad sociocultural determinada. El tema vuelve a surgir en dos trabajos posteriores que vienen a significar una progresión en el diálogo y en la reflexión interna de nuestra tarea teológica. El primero se debe al profesor José A. Rodríguez Roca, El quehacer teológico hoy, con motivo del día del Centro Teológico de 19961s; el otro, es del profesor Felipe Bermúdez Suárez, con ocasión del día del Centro del año 1997, y cuyo título es: La Teología como compañera del camino19 • 15 Ibídem., p. 109. 16 Ibídem., p. 134. 17 Cf. CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Instrucción, La vocación eclesial del teólogo (1990) 18 J.A. RODRÍGUEZ ROCA, El quehacer teológico hoy, en Dia del Centro Teológico, Jornadas de Información y Reflexión Diocesana sobre el Centro Teológico, Las Palmas de G. Canaria 1996, pp. 15- 23. 19 F. BERMÚDEZ SUÁREZ, La Teología como compañera del camino, en Dia del Centro Teológico. II Jornadas de Información y Reflexión Diocesana sobre el Centro Teológico, Las Palmas de G. Canaria 1997, pp. 17-36. A1mogaren 37 (2005) 117-150 1 127 128 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio Durante todo este periodo de tiempo el abundante magisterio del obispo Echarren deja su aportación en relación con el Centro, particularmente en las homilías de comienzo de curso. En concreto podemos destacar tres aspectos de la máxima importancia y actualidad y que, al propio tiempo, resultan recopiladores de un conjunto mucho más amplio y rico. El primero es un texto de la homilía pronunciada en la apertura de curso que presidió, a su llegada a la Diócesis, y en el que planteaba la centralidad cristológica del quehacer de los teólogos: "No hay teología de laboratorio y teología pastoral: hay una sola teología que es luz y que ilumina. Lo contrario, ni sirve para iluminar ni es teología. Sólo la teología que se adentra en la Vida, puede dar vida; sólo la teología que se acerca a la luz, puede iluminar. ( ... )Ello significa que en nuestro Centro todos hemos de ser teólogos y testigos, contemplativos y pastores, científicos y creyentes. Centrar la teología en Jesús y su mensaje, ensamblar Teología y Vida, reflexión de creyentes y pastoral diocesana, es una verdadera opción y esta opción es una tarea del Centro Teológico como talmo. Junto con esta centralidad insiste en la necesidad de la presentación de la globalidad del mensaje: "Esta deberá ser una de las grandes tareas del Centro Teológico: servir a nuestra comunidad cristiana para que no caiga en reduccionismo alguno, para que no divida a Jesús parcializando su Persona o su Mensaje, para que la Persona y el Mensaje de Jesús permanezcan en su totalidad en la mente y en el corazón de los creyentes"21 • Y en tercer lugar remarca el Obispo la necesidad de cuidar la peculiaridad y singularidad del saber teológico en relación con las otras ciencias y saberes de la sociedad, en el ofrecimiento de una palabra liberadora. "Nuestro Centro no puede ser un simple repetidor de las señales que la sabiduría del hombre lanza al mundo desde sus propias 20 R. ECHARREN YSTURIZ, Homilía de la apertura del curso 1979-1980, BODC 4 (1980) pp. 32s. 21 R. ECHARRENYSTURIZ, Homilía. Iniciación del curso del CET, BODC 3 (1983) p. 181. A1mogaren37(2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio emisoras de la razón y aunque damos gracias a Dios por la creatividad humana. Pero nuestro Centro tiene otra misión: plenamente inserto en la realidad canaria, haciendo suyos sus gozos y esperanzas, sus tristezas y angustias, tiene que ofrecer no su propia palabra, sino la Palabra de Dios, esa Palabra siempre viva y que se hace carne en nuestra comunidad diocesana; esa Palabra que es capaz de iluminar y de discernir; esa Palabra que permanece siempre libre y que ofrece libertad; esa Palabra que nunca se vende a nadie y que es creadora de vida y de esperanza; esa Palabra que es capaz de dividir porque obliga a optar pero que es germen eficaz de comunión y de amor, de comprensión y de reconciliaciónm2. Por otra parte, anotemos también que el repaso del conjunto de las lecciones inaugurales de estos años, nos ofrece una rica panorámica de las preocupaciones teológicas que hemos tenido en nuestro Centro, constatándose la más variada gama de intereses y preocupaciones. Se puede ver la relación de las lecciones inaugurales de estos cursos en el elenco adjunto a este artículo. (Ver. Anexo!) Desde el punto de vista teológico notamos la influencia de los movimientos que nacen en el mundo anglosajón y que contemplan de diversas maneras las cuestiones relativas a la secularización. F. Gogarten, D. Bonhoeffer, H. Cox son los autores que, como pioneros de ese movimiento, empiezan a ser dados a conocer entre nosotros. Igualmente hemos de hacer mención de la "teología de la muerte de Dios", con G. Vahanian, P. van Buren, W Hamilton y T. J. J. Altizer. La reacción a estas teologías radicales es estudiada en J.A. T. Robinson, Sincero para con Dios, y Exploración hacia el interior de Dios, en el intento de plasmar una imagen de Dios que sea más plausible al hombre moderno. También hacen su entrada en nuestro ambiente teológico las llamadas teologías con genitivo. La "teología de los misterios" ( dom O. Casel); la teología de las realidades terrestres (G. Thils, M.-D. Chenu); la teología de la historia (Hans Urs van Balthasar); las teologías de la praxis: teología de la esperanza (J. Moltmann), teología política (J.B. Metz), teología de la libera- 22 R. ECHARRENYSTURIZ, Homilía. Inauguración del CET, BODC 5 (1982) p. 183. A1mogaren 37 (2005) 117-150 129 130 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio ción (G. Gutiérrez, H. Assmann, J. Comblin, J.L. Segundo, S. Galilea, L. Boff, Cl. Boff, J. Sobrino, I. Ellacuría). La cristología ha sido, sin lugar a dudas, la disciplina teológica que más ha evolucionado en los años del posconcilio, la nómina de los autores estudiados así lo resalta. Desde los comienzos, en que las referencias fundamentales eran la obra de Chistian Duquoc y el manual del Mysterium salutis, en el estudio de la cristología de títulos, la dogmática y la soteriología, en un proceso que pasa por la obra de J. I González Faus desarrollando las perspectivas del tratado: cristología fundamental, bíblica, histórico- dogmática y sistemática, hasta el momento actual de mayor sistematización que busca la articulación global, y por el camino, resuena una amplia variedad de visiones teológicas: W. Pannenberg, J. Moltmann, W. Kasper, K. Rahner, E. Schillebeeckx, O. González de Cardedal, L. Boff, J. Sobrino, J.L. Segundo. En eclesiología también el cambio es notable, a partir de la magnífica aportación del Vaticano 11, "un concilio de la Iglesia sobre la Iglesia" (K. Rahner), que pone en cuestión muchos elementos, al resituarlos en la perspectiva de la concepción de la Iglesia, sacramento universal de salvación, como pueblo de Dios en marcha, la colegialidad, la corresponsabilidad y la comunión eclesial. La dimensión comunitaria, los ministerios eclesiales y las cuestiones relativas al magisterio eclesial, en particular el tema de la infalibilidad, ocupan el interés de los estudios y programas de eclesiología. Como ejemplo podemos ver cómo el manual de Michael Schmaus23 , en su dogmática, que era la obra de última hora que se consultaba y servía de base a una nueva forma de hacer teología, por los años sesenta, pasa en la actualidad a ser el primer libro de la bibliografía, que se cita como un clásico. La obra eclesiológica del profesor Y. -M. Cangar está muy presente en la reflexión y en los estudios de nuestro Centro Teológico durante los años del posconcilio, prestando atención, en la actualidad, a los textos de G. Philips, J.J. Hernández Alonso, A. Antón, J.M. Tillard, M. Garijo Guembe, B. Porte, M. Kehl, J. Ratzinger, E. Bueno de la Fuente, C. García Extremeño, S. Pie-Ninot, J.A. Estrada, F. Ardusso. 23 Cf. M. SCHMAUS, La Iglesia, Rialp, Madrid 21961 (1955). Almogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio La nueva orientación de los estudios bíblicos se deja sentir en una teología que inevitablemente se hace cada vez más bíblica y es pensada en la clave de la historia de la salvación. La cita obligada en todos los tratados de la obra del momento Mysterium salutis, de ediciones Cristiandad, es una muestra evidente de esto que afirmamos. Desde los comienzos se dio particular importancia a la dimensión bíblica de la teología. Durante seis años la Diócesis mantuvo un compromiso con el profesor Dr. Jesús Luis Cunchillos que venía todos los cursos un cuatrimestre, desde su residencia en París, donde trabajaba como profesor asistente en l'Ecole Pratique des Hautes Etudes, para impartir la enseñanza de la Biblia en nuestro Centro. Mientras tanto se preparaban dos compañeros en el Bíblico de Roma que una vez acabados los estudios se incorporaron al Claustro de profesores. Por diversas circunstancias estos profesores dejan de dar clases en el Centro y hay que volver a planificar la preparación de profesores en esta disciplina; mientras, se suple la carencia de biblistas con profesores del claustro de Comillas y, durante varios cursos, impartió diversas materias bíblicas el profesor Fernando García Viana, procedente de la Diócesis de Madrid y actualmente profesor en San Sebastián. Superada esta etapa, el área Bíblica está cubierta con cuatro profesores de teología bíblica que en los últimos cursos se han preparado para ello y que también concluyen sus tesis doctorales. El ambiente intelectual del estudio teológico. Hay un primer período en el que el discurso teológico se hacía siempre en contraposición al método utilizado hasta entonces. Se destacaban y se contraponían las deficiencias de los planteamientos anteriores, los límites de los mismos. Se entraba así intelectualmente en una dialéctica de lo que podemos llamar la dinámica de la negación-afirmación-superación. Era un esfuerzo intelectual por superar una etapa, cuyo equipamiento conceptual quedaba sobrepasado, pero no porque se le considerase erróneo, sino porque se entendía que no era apropiado para el diálogo con el momento cultural que se vivía. No era cuestión de discutir la verdad de determinados pronunciamientos y discursos teológicos, su ortodoxia en cuanto tal, sino de ver la plausibilidad de los mismos en un clima social y cultural enteramente nuevos. La emergencia de nuevos paradigmas llevaba consigo la puesta en crisis y la revisión de los anteriores, con las consiguientes tensiones, debates de la búsqueda, e inseguridades propias de los nuevos argumentos. A1mogaren 37 (2005) 117-150 131 132 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio Como era de esperar, esta nueva situación produjo muchos enfrentamientos y tensiones, especialmente con otros miembros del presbiterio diocesano, con los que no se daba el diálogo que hubiese sido necesario para la clarificación y el conocimiento mutuo de las diferentes posiciones. Las mutuas descalificaciones, o los distanciamientos en las posiciones mantenidas, no posibilitaron un clima que ayudara a superar las desviaciones, las parcializaciones y hasta los errores que en el caminar se pudieron cometer. Progresivamente el tono se va haciendo más propositivo y no tanto de confrontación, al tiempo que la inquietud ecuménica hace también acto de presencia y posibilita un horizonte con el que nos vamos familiarizando al situar en él las distintas cuestiones. En este sentido hay que reconocer la iniciativa que en el campo ecuménico desarrolló el primer obispo de nuestra diócesis en el periodo posconciliar, mons. Infantes Florido, y que influyó bastante en el clima eclesial de la diócesis. Por otro lado el nivel de publicaciones y la lectura de los más variados argumentos teológicos, especialmente, cristología, eclesiología, y de temas pastorales y bíblicos, daban a las clases un ambiente diferente y muy plural. Con frecuencia cuando en clase entrábamos a explicar un determinado asunto, ya los alumnos estaban al tanto de él y conocían diferentes posiciones de los autores sobre el mismo. Por esta época las cuestiones disputadas estaban a la orden del día, con el riesgo, a veces, de ocupar un lugar preeminente en las discusiones y en los planteamientos de las clases. Tenían estas cuestiones más mordiente e interés que la doctrina en "tranquila possesio", y que la doctrina católica normal del magisterio de la Iglesia. Todo ello muestra también que en el ambiente estaba presente una nueva actitud ante la realidad de la Iglesia. Asoma una posición que es más crítica con el sistema eclesial, se siente más responsable ante el mismo y, por lo tanto, conjuga su amor y su pertenencia a la comunidad eclesial con su actitud crítica y cuestionadora. Luego se pasa a la valoración de las tres dimensiones del quehacer teológico: especulativo-racional; sapiencial; y práctico-pastoral, en nuestro lenguaje solemos decir que la teología ha de ser: científica, contemplativa A1mogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio y pastoraF4 • Se entiende la teología no sólo, ni principalmente, como un trabajo especulativo, nocional, sino que se busca el desarrollo de la dimensión sapiencial, de la experiencia y del gustar, en el sentido más auténtico del sapere latino, de saborear y de tener sabor, que debe acompañar al estudio más especulativo e intelectual. Igualmente se pregunta siempre por la dimensión práctica y pastoral en el tratamiento de las cuestiones. Destaquemos también que, en 1975, el papa Pablo VI publicó su exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, fruto de los trabajos del sínodo de los obispos del año anterior, sobre la evangelización en el mundo contemporáneo. Este documento, cuya fuerza y actualidad perduran con el paso de los años, va a imprimir un carácter pastoral muy peculiar al trabajo teológico que ha de tener muy presentes las exigencias y el alcance de la evangelización. De forma expresa la teología fundamental se plantea como una apologética moderna que intenta "dar razón de la esperanza", en el diálogo y la confrontación con las disciplinas filosóficas y sociales, en un trabajo de frontera y de búsqueda de plausibilidad. Por extensión cada vez se observa con mayor urgencia la necesidad de que toda la teología descubra su veta apologética que la sitúa adecuadamente en el nuevo clima intelectual del diálogo fecultura. Se avanza, al propio tiempo, hacia una acentuación de la interdisciplinariedad. Cada vez se palpa más la necesidad de la conexión entre las distintas materias y las referencias obligadas que se dan entre ellas. A mediados de los años 80 la nueva mentalidad social, cultural e intelectual del ambiente, comienza a dejarse sentir. El fenómeno de la posmodernidad, la caída de los grandes relatos, con la emergencia del fragmento y la mentalidad neoconsevadora, van creando un clima que condiciona o configura bastante el perfil de los estudiantes, también de la teología. Coexiste esto con una búsqueda de certezas y de espacios seguros y sólidos frente a la indeterminación, el pluralismo y la diversidad ambiental. En este ámbito surgen los nuevos manuales para la docencia que tienen un proceso de recepción lento y crítico, por parte del profesorado. Estamos en una etapa que podemos considerar como de búsqueda de unidad y globalidad, pero en la que aún se percibe mucha atomización de las disciplinas en espera de 24 Cf. F. BERMÚDEZ SUÁREZ, l.c. p. 26. A1mogaren37(2005) 117-150 133 134 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio una coordinación académica (de contenidos y de métodos) que no se acaba de realizar. En los últimos años nuestro Centro ha intensificado su presencia en el ambiente del campus de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y no sólo como una inserción fisica, en la que se comparten incluso edificios en la actividad docente e investigadora, sino que se han establecido acuerdos de cooperación entre la institución Académica y la Diócesis. Estos acuerdos se han sustanciado en cursos de libre configuración, reconocimiento académico de seminarios y jornadas de estudio, y la utilización de los fondos bibliográficos. Además existe la participación en la creación y marcha del Aula "Manuel Alemán", formada con profesores de la Universidad y del ISTIC, que desarrolla cada año un amplio programa de actividades en el ámbito del diálogo Fe-Cultura. Con este mismo objetivo se ha erigido también, en los últimos cursos, la Cátedra del diálogo FeCultura dentro de las actividades especificas del ISTIC. En lo referente al estatuto académico ha habido un cambio significativo que tiene que ver con el contrato de afiliación a la Facultad Teológica, por un lado, y con la relación con la Diócesis hermana de Tenerife, por otro. El primer período del Centro Teológico va desde el curso 1977-78 hasta el curso del año 2000; en los que la figura jurídica es la de la afiliación, que en nuestro caso era a la Facultad de Teología de Comillas-Madrid. El contrato de afiliación capacita al centro afiliado para poder impartir las enseñanzas teológicas hasta el Bachiller en Teología, también denominado: Licenciatura en Estudios Eclesiásticos. La dificultad va a surgir porque según la legislación eclesiástica los centros afiliados solo pueden impartir la teología a los alumnos de los Seminarios Mayores, y no a los laicos ni a los religiosos. Para poder hacerlo existe la figura de la agregación. Con el fin de lograr la agregación y con el argumento de la lejanía de las islas en relación con las Facultades Teológicas más cercanas, se inician los contactos para lograr agregar nuestro Centro a una Facultad, dado que la de Comillas no contempla ampliar esa figura con sus centros afiliados. Con este motivo empiezan las conversaciones con la diócesis hermana de Tenerife en orden a lograrlo. A partir del año 2000 los obispos de las dos diócesis canarias mons. Echarren y mons. Felipe García, y los encargados de los respectivos centros teológicos, comienzan a realizar gestiones, que, después de arduas negociaciones, van a dar como resultado la creación del Instituto Superior de Teología A1mogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio de las Islas Canarias (ISTIC), agregado a la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos. Se establece de este modo un Instituto, con dos sedes, una en La Laguna-Tenerife y la otra en Las Palmas de Gran Canaria. La Sagrada Congregación para la Educación Católica aprobó los estatutos y estableció la creación del Instituto con fecha 19 de agosto del año 2003. Todo esto ha llevado consigo la adecuación y el cumplimiento de una serie de requisitos académicos, el acopio de medios humanos y materiales e infraestructuras, que han supuesto, y siguen exigiéndolo, un esfuerzo considerable para ambas Diócesis. Se llega de esta manera a alcanzar la meta que treinta años antes parecía sólo un sueño. El esfuerzo ha significado un trabajo con los escasos medios de los que ha dispuesto nuestra Iglesia diocesana. Desde los primeros cursos se proyecta y lleva adelante todo un plan de elaboración de tesis doctorales que se han ido realizando y se continúa en la actualidad. Es una de las condiciones básicas que, junto con la Biblioteca y el número de alumnos, son exigidas para el reconocimiento académico de la agregación. Adjunto a este artículo se puede encontrar la relación de las tesis doctorales que los profesores del Centro han realizado en diferentes Facultades, en los años de existencia hasta el momento presente. (Ver Anexo 11) El Centro Teológico en la vida de la Iglesia diocesana. Espigando en las distintas evaluaciones que periódicamente se hacen en el Centro, al pasar de un quinquenio a otro, encontramos elementos que nos ayudan a hacernos cargo de la valoración que se hace del mismo en la diócesis. En la revisión que en su día realizó la Junta de Centro del quinquenio 1977-1982, se indicaban las siguientes realidades en relación con la aportación que el Centro realiza a la vida de la diócesis: "Se juzga muy positiva la labor realizada por el CET durante el quinquenio que ahora termina. Ha sido un camino progresivo de servicio a la Iglesia Diocesana y a la sociedad canaria"; Se considera la importancia que tiene el CET y su estatuto dentro de la Diócesis, a pesar de la insuficiencia de medios personales y materiales; hay un interés y preocupación para que la teología llegue a los seglares25 • Y en las propuestas de esa misma Junta se recogían, entre otras, las siguientes, que destaco por su interés directo para nuestro tema: "Apertura del Centro a todo ti- 25 Una década del CET- 1977-1987: ALMOGAREN 2 (1988) p. 187. A1mogaren 37 (2005) 117-150 135 136 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio po de Teologías"; "Que se haga un análisis de la Teología que se enseña en el CET, y de la que subyace en el dossier entregado para esta revisión"; "Apertura a la Universidad y puesta en marcha del Aula de Diálogo. Que se busquen cauces de colaboración"26 • En la evaluación que se realizó al final del quinquenio 1982-1987 se afirma lo siguiente como visión global del Centro: "Se coincide en reconocer la labor importante que ha ejercido el CET en toda la Diócesis, superando una época de recelos y prejuicios, aunque aún, según algunos, es necesario que el CET responda al real pluralismo teológico por una parte, y propicie por otra, un diálogo más fronterizo con la cultura o culturas, y con la realidad social de la calle. Hay que encontrar las mediaciones adecuadas que engarcen la fe con el mundo, se haga más presente y de forma más continuada en los núcleos creadores de cultura. En este sentido se vio interesante coordinarse y colaborar con entidades, colectivos, etc ... , que están siendo plataforma del pensamiento y entre los que el CET va teniendo un creciente prestigio intelectualm7 • Las Jornadas de Historia de la Iglesia en Canarias, que van a ver la luz en el curso 1986-1987, suponen un hito importante en la actividad del Centro Teológico en su Departamento de Historia de la Iglesia, y vienen a traducir en realidad los deseos expresados. Las jornadas se han seguido celebrando periódicamente con gran éxito y significan una actividad de colaboración con otras entidades universitarias en un intercambio del máximo interés social y eclesial. En el desarrollo de las diferentes jornadas se ha establecido una muy fructuosa colaboración con las Facultades de Geografia e Historia y de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. El listado de las once jornadas que se han celebrado hasta la actualidad muestra por donde han ido los temas tratados y las inquietudes de la investigación sobre la historia de la Iglesia en Canarias en estos años: ¡a Siglo XX (1987); 2a Siglo XIX (1988); 3a Siglo XVIII (1989); 4a Evangelización y conquista de Canarias (1991); 5a Siglo XVII 26 Ibídem., p. 188. 27 Ibídem., p. 210. Almogaren 37 (2005) 117-150 Segtmdo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio (1993); 6a Mentalidades e ideologías durante la época contemporánea (1995); 7a Relaciones Iglesia-Estado en la España contemporánea (1997); 8a La aportación de la Iglesia Católica al concepto de Nación Española (1999); 9a La Iglesia en España en el último cuarto del siglo XX: La historia de la Iglesia en Canarias: balance historiográfico (2001); lOa VI Centenario de la Diócesis Canariense Rubicense: Iglesia y sociedad en Canarias. Los Comienzos (2003); 11 a Revisión historiográfica de la historia de la Iglesia en Canarias (2005Y8 • A partir del curso 1987-1988, con Felipe Berrnúdez Suárez como director del Centro, comienza a publicarse la revista Almogaren, que tiene una periodicidad semestral. Se materializa así una vieja ilusión del profesorado y constituye una plataforma para dar a conocer las investigaciones y los estudios que se llevan a cabo, al tiempo que sirve de intercambio con otras revistas y publicaciones. El conjunto de los 37 números que han salido hasta el momento presente, es el testimonio real de los trabajos que realizan los profesores del Instituto, además de otras colaboraciones. En el campo de las publicaciones, en ese mismo año, toma cuerpo otra idea muy interesante. Se trata de la colección Creyentes en camino, que nace con la pretensión de ser una ayuda para divulgar y hacer llegar a un público más amplio cuestiones y reflexiones teológicas de interés y de actualidad. En el curso 1990-1991 se institucionalizan los diálogos fe-cultura y comienza una serie de actividades en conexión con Pastoral Universitaria. Posteriormente se participará en el Aula "Manuel Alemán", instituida conjuntamente por la Diócesis y la Universidad de Las Palmas de G. Canaria, para potenciar el diálogo fe-cultura, como se ha indicado anteriormente. En esta misma línea otro fruto granado del quehacer teológico entre nosotros son las Jornadas de Teología de celebración bienal. Comenzaron en el curso 1994-1995 en la onda de las preocupaciones que hemos ido viendo que están en nuestros objetivos. Se celebran en el mes de noviembre el año correspondiente, y reúnen una serie de ponencias, comunicaciones, mesas redondas y seminarios en tomo a un núcleo temático de interés. Las primeras 28 En la Revista ALMOGAREN del Centro Teológico se publican los textos de las ponencias y las comunicaciones, en los números de los años correspondientes: 1", n° 1 (1988); 2", n° 2 (1988); 3", n° 7 (1991); 4", n° 9 (1992); 5", n° 13 (1994) y n° 16 Extraordinario (1995); 6", no 17 (1996); 7", n° 22 (1998); 8", no 26 (2000); 9", n° 30 (2002); 10", n° 34 (2004); 10" Sin publicar. Almogaren 37 (2005) 117-150 137 138 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio trataron el tema de La fe cristiana ante la nueva situación socio-cultural (1994); las segundas fueron sobre Aldea global y nacionalidades. Un reto para la fe cristiana, (1996); en 1998 las terceras trataron sobre: Ética y teología ante la vida y la muerte. Reflexión al final del siglo; las cuartas versaron sobre Ausencia y presencia de Dios en el nuevo milenio (2000); en 2002, Sociedad del conocimiento y teología, y las sextas, que tuvieron lugar en el año 2004, analizaron los Acuerdos Iglesia-Estado: Respeto e independencia. "25 años de los acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede". En la actualidad se están programando las correspondientes al año 2006 que versarán sobre: La cultura de la vida: dimensión biológica, dimensión comunitaria y social, dimensión teológico-bíblica29 • Otro momento importante de la historia de nuestro Centro, fue el de la celebración del Sínodo Diocesano de 1992, y que significó una especial aportación en la Diócesis. Desde el comienzo de los trabajos preparatorios, las comisiones y luego las ponencias estuvieron integradas por profesores que tuvieron una notable actuación tanto en los debates previos como en las asambleas finales. Igualmente están presentes en las comisiones teológica y jurídica del Sínodo, prestando su asesoramiento en el cometido peculiar de las mismas. Sobre el trabajo de los teólogos en el Sínodo, quede como muestra el juicio valorativo que hizo el obispo Ramón Echarren en el análisis que ofreció en el número monográfico de Almogaren, dedicado al Sínodo Diocesano: "Llegado aquí, no puedo menos que hacer una referencia, al extraordinario trabajo realizado por los teólogos de la Diócesis, teólogos de diferentes tendencias, pero todos unidos por una ilusión común: ayudar, servir, ofrecer su saber, sin escatimar esfuerzos y con una inmensa humildad, sin "prepotencia" alguna, respetando a los que sin duda sabían menos, sabiendo escuchar, esforzándose por respetar y comprender" 30. La reflexión del profesorado sobre esta actividad de nuestra Iglesia continuó después de la celebración del Sínodo, y así en el curso 1993-94 se programaron dos encuentros de profesores con los siguientes contenidos: Los re- 29 Relación de los números de la revista ALMOGAREN en los que se publican las Jornadas de Teología: 1•, n" 15 (1995); 2•, n" 20 (1997); 3•, n° 24 (1999); 4•, n° 28 (2001); 5", n° 31 (2002); 6•, n" 36 (2005). 30 R. ECHARREN, El Sínodo visto por el Pastor de la Diócesis: ALMOGAREN 11 (1993) p. 29. Almogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio tos del Sínodo Diocesano de 1992. Implicaciones para el Centro Teológico y ¿Cómo conciliar una Iglesia plural con las preferencias por las que ha optado el Sínodo? Desde el primer momento la oferta del Centro de Estudios se dirigió, además de a los seminaristas, a los religiosos y a los seglares, lo cual le ha dado un tono y un ambiente muy plural a la actividad académica, que no sólo no disminuye el nivel, sino que resulta más estimulante y lo eleva. Particular mención merece la presencia de personas postgraduadas en estudios civiles y de personas casadas. Igualmente se incorporan algunos compañeros presbíteros que hacían un reciclaje en diversas materias y, en algunos casos, la renovación de su preparación teológica anterior. Merece ser destacado también que, una parte significativa de las mujeres que han estudiado el ciclo institucional en el CET, han continuado estudios en Facultades teológicas. En concreto en el Instituto Superior de Ciencias Morales, Madrid, en la Facultad de Teología de San Cugat, Barcelona y en la Facultad de Teología de Deusto, Bilbao. En la actualidad, como centro Agregado y con la posibilidad de impartir la licenciatura en teología dogmática, se está realizando la oferta para ampliar el número de alumnos de entre los que en su día acabaron el ciclo de bachillerato o licenciatura en Estudios Eclesiásticos. Es importante destacar también, el esfuerzo que nuestro Centro Teológico ha realizado en todos estos años, a pesar de la lejanía, con lo que implica de gasto económico, para coordinamos y participar en las diversas reuniones de profesores de centros afiliados, sobre las distintas materias, y en los que hemos realizado intercambio de programaciones, metodologías y conocimientos sobre las mismas. La política que se ha seguido en la Diócesis de enviar alumnos a estudiar, hace abrigar la esperanza de un futuro positivo. Esto significa capitalizar la Diócesis con elementos humanos que, a la larga, además de la mayor dotación personal de nuestro Centro, producirá muchos y buenos frutos en el campo de la evangelización y de la preparación de los agentes de la misma. De hecho por ese camino se ha ido avanzando hacia el estado actual de la Agregación a la Facultad Teológica, lo cual entendemos que no es sino un paso dentro de la pretensión de constituir en la región canaria una Facultad con dos sedes, en el camino de colaboración entre las dos diócesis. A1mogaren 37 (2005) 117-150 1 139 140 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio Queda por resaltar la labor que desde el Centro Teológico se realiza en relación con la formación de los agentes de pastoral. La oferta, como extensión universitaria, es amplia y abarca desde la preparación de los profesores de religión con la expedición de la Declaración Eclesiástica de Idoneidad (DEI), a los cursos de Teología para Animadores de la Comunidad (TAC), el Bienio Bíblico y el de Doctrina Social de la Iglesia, la Escuela de Espiritualidad, la Formación Permanente de Religiosas y Religiosos, la Formación Permanente del Clero, y la Escuela de Formación sobre el Laicado. Juntamente con esto hemos de recoger toda la aportación que los profesores del Centro Teológico prestan en la Diócesis en escuelas, grupos, comunidades, movimientos apostólicos y en los departamentos de formación de las distintas delegaciones y secretariados, así como la presencia en los organismos diocesanos de corresponsabilidad. El servicio teológico en la Iglesia y la sociedad mirando al futuro. La vida sigue, y el servicio de la reflexión y el pensamiento en la comunidad creyente continúa siendo necesario. La fe vivida y celebrada por el pueblo de Dios, es alimentada y confirmada por la fe enseñada y expuesta en el magisterio de la Iglesia, y necesita de la fe pensada y reflexionada en el magisterio del servicio teológico. La teología está llamada a desempeñar una tarea y una misión bien determinadas tanto en el seno de la comunidad eclesial como hacia el exterior en el diálogo con el mundo. La teología sirve para humanizar el acto de fe y la vida de la Iglesia; para "discernir lo que es cristiano" y para "discernir los espíritus"; para actualizar el cristianismo en la lectura e interpretación de los signos de los tiempos; para hacer su aportación a la pregunta por el sentido que el ser humano de todos los tiempos lleva ínsita en su entraña y que en la actualidad adquiere tonalidades muy peculiares; para buscar, junto a otros, las respuestas a los grandes interrogantes que tiene planteados la humanidad; para aprender humildemente en esa búsqueda de la verdad que ha de empezar por hacerse bien las preguntas. La teología sirve para afrontar creativamente la situación de desencuentro que se da y se ahonda cada vez más, entre la religión cristiana y la cultura laica. Sirve para equipar de modo serio y riguroso a las generaciones de cristianos que, comprometidos con su fe, salen al mundo y se encuentran con Almogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio lo que se ha venido en llamar "la generación de la secularización agresiva" (J.M. Mardones). Vivimos en una sociedad que tiene dos circuitos culturales, el religioso y el laico. Y la realidad es que se da una falta de relación entre ambos circuitos. Necesitamos seguir estableciendo puentes de diálogo y de búsqueda interdisciplinar, con el mundo de la cultura, del pensamiento y de las ciencias. En el debate actual de los adelantos científicos la racionalidad teológica tiene una palabra que decir, desde la visión propia del hombre y de la historia, desde la visión ética y axiológica que le lleva a sostener que no todo lo que es técnicamente posible es éticamente realizable. En el debate social de la ética civil, hay que seguir defendiendo el respeto a las minorías cognitivas que cooperan con tesón y constancia a la elevación de los referentes morales por los que se rige una sociedad en un momento determinado. Siempre habrá que considerar que una cosa es la defensa que desde el punto de vista ético se hace de un bien moral, y otra, la forma concreta mediante la cual la legislación de una sociedad civil y política determinada defiende lo mejor posible ese valor moral. En este punto resulta relevante la afirmación del político italiano Vittorio Foa que incide en el debate entre Umberto Eco y Cario María Martini, arzobispo de Milán, sobre ¿En qué creen los que no creen? Un diálogo sobre la ética en el fin del milenio, y que dice así: "Si un creyente exige a un no creyente que justifique sus creencias éticas sin exigirse a sí mismo justificar la relación entre su fe y sus propias certezas, corre el riesgo de pasar por encima de toda la historia de la humanidad y de imponer, prejudicialmente, una jerarquía que puede hacer vano el propio careo"31 • Para ello es preciso hacer desaparecer los prejuicios mutuos y descargarse de los estereotipos que la historia, y no sin razones, se ha ido encargando de acumular en el debe de ambas tradiciones, tanto la religiosa como la laica, que ciegan y dificultan el que se puedan mirar desde lo mejor y más verdadero que tiene cada una. Tendremos que seguir plantando humildemente, en el surco de la historia que nos toca vivir, hasta superar el poso que muchos años de prepotencia y triunfalismo han dejado tras de sí. Las tertulias y los debates de los medios 3l U. ECO,-C.M. MARTINI, ¿En qué creen los que no creen? Un diálogo sobre la ética en el fin del milenio, Temas de hoy, Madrid 1997, p. 131. Almogaren 37 (2005) 117-150 141 142 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio de comunicación, en la actualidad de la sociedad española de este primer lustro del siglo XXI, son una muestra clara de unas animadversiones que dificultan el diálogo y la escucha de las distintas posturas. Muchas veces lo que importa en los debates que se montan en los medios es el espectáculo más que la verdad y el fondo real de las cuestiones. Los medios de producción cultural reflejan una serie de actitudes que es preciso conocer y situar adecuadamente en su realidad y en su incidencia en la sociedad. Pero no nos circunscribimos solamente al horizonte del mundo del pensamiento y de la reflexión intelectual. No es sólo en el ámbito de la increencia y del agnosticismo donde se juega el futuro y el sentido del discurso religioso, es también, y diríamos que prioritariamente, en el de la solidaridad, el sufrimiento y la marginación. Estamos al unísono en la lucha y la búsqueda de lo "humano amenazado" que, en las actuales circunstancias, debe concitar todos los esfuerzos disponibles en pro de una tarea ineludible, que no se puede frenar desde las diversas concepciones ideológicas o religiosas. Será empeñamos en un trabajo leal y sincero para que el mundo sea cada vez menos inmundo. Cómo combatir el sistema de la cultura de la satisfacción en la que está instalada nuestra sociedad. La tendencia neoconservadora a concebir una trascendencia sin rostro humano, o el nihilismo postmodemo de una religión estética, una religión sin Dios, como una suerte de religión a la carta, no llegan a descubrir lo que sólo el contacto con las víctimas de la situación hace descubrir. Es preciso solidarizarse al máximo para crear una cultura de la solidaridad que apuesta decididamente por un mundo que lucha en favor de los pobres y los empobrecidos. Una vez que la sociedad ha podido despertar del "sueño dogmático", necesita igualmente despertar del "sueño de la inhumanidad y la injusticia", en el que aún está sumida. La entraña humanista del cristianismo se ha de encontrar con los esfuerzos que desde otras instancias sociales, culturales, políticas y religiosas, se realizan en favor de la humanización y de la convivencia de los pueblos. Y esto, para hacer ver cómo la propuesta cristiana, en medio de un mundo tremendamente injusto y generador de injusticias, tiene vocación de trabajar por la conexión que hay del "evangelio laico de la fraternidad universal con el Evangelio cristiano del Dios de la Vida"32 • 32 F. JAVIER VITORIA, Historias intempestivas de solidaridad, rumores del Dios de la vida: ALMOGAREN 15 (1995) p. 118. Almogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio Establecer el diálogo con ciudadanos que habiendo crecido en una matriz culturalmente cristiana, mantienen posiciones agnósticas y con pretensión de ser totalmente laicas, y en las que en el fondo, frecuentemente, late la huella religiosa que marca sus orígenes. El quehacer teológico hace una apuesta por la verdadera libertad del ser humano, aquella que le posibilita y le lleva a realizarse plenamente en lo que está llamado a ser. En este sentido supone una aportación crítica para desvelar todo lo que podemos considerar como "espantalibertades", que si, en el lenguaje teológico, al aspecto positivo lo hemos convenido en llamar los "signos de los tiempos", en este caso se puede denominar como las "trampas de los tiempos". Estamos ante un trabajo que no es nada fácil. Un trabajo que requiere dedicación, esfuerzos y vocaciones específicas que han de ser descubiertas y alentadas en el empeño. Es la necesidad de trabajar en el campo del pensamiento y de la reflexión, en la elaboración del concepto, y de la toma de conciencia de la dificultad que lleva consigo el pensar. La crisis de credibilidad del cristianismo hemos de verla, como han observado teólogos y analistas del momento, como un auténtico reto para la mayor autenticidad de la fe de los cristianos33 • Y en este contexto vital en el que nos movemos es donde encuentra su espacio el quehacer teológico, para intentar dar razón de la esperanza, de forma plausible, a todo el que nos la pida (de una "esperanza lúcida"). Sin apearnos de la condición de creyentes, pero tampoco de la condición de seres pensantes que participan de la posición del ser humano que se interroga y se cuestiona por el mundo y el vivir, (la "fe inteligente") y de la de seres vivientes, que se conmueven ante el dolor y el sufrimiento humanos y se aproximan a ellos, para terminar haciéndose prójimos (el "amor desinteresado y entrañable, compasivo y misericordioso"). Podemos ponernos una cuestión que la ha planteado el profesor J. M Mardones en su trabajo sobre la indiferencia religiosa en España, dentro de la pregunta más amplia de futuro del cristianismo: ¿La Iglesia no está perdien- 33 Cf. J. GÓMEZ CAFARENA, El pluralismo socio-cultural como posibilidad y desafio de la fe, en Facultades de Teología de Vitoria y Deusto, Congreso de Teología. Pluralismo socio-cultural y fe cristiana, Mensajero, Bilbao 1990, pp. 26-29. 34 J. M. MARDONES, "La indiferencia religiosa en España. ¿Qué futuro tiene el cristianismo?, HOAC, Madrid 2003. Almogaren 37 (2005) 117-150 143 144 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio do pie cultura/?34 • Y observamos con esperanza que la religión es un mundo que no deja de estar presente en el ámbito intelectual español. Pensemos ahora mismo en pensadores como Eugenio Trías, José Antonio Marina, Ignacio Sotelo, y otros, que van introduciendo un tratamiento de interlocución y debate en tomo a la problemática religiosa. Es de destacar los núcleos que se mueven en ese clima intelectual, de la filosofía y la fenomenología de la religión, la filosofía después del holocausto judío, la recuperación del pensamiento judío para el diálogo con las religión, en espacios como el Instituto de filosofía del CSIC, Fe y secularidad, Cristianisme i Justicia, etc. Nuestros esfuerzos en el trabajo teológico encuentran un reto y una oportunidad en el momento cultural y social que vivimos, que nos demanda una decidida apuesta por seguir construyendo. Por último hay que dar toda la importancia que en el momento actual va adquiriendo el pluralismo religioso que por mor de la inmigración se está imponiendo paulatinamente. La avalancha de la inmigración está transformando el mapa religioso. La geografía religiosa queda fragmentada en multitud de cosmovisiones dando como resultado un pluralismo de no fácil asimilación. Este fenómeno unos lo interpretan como un pluralismo enriquecedor y otros, con argumentos de peso, como un factor de confusión o de escape hacia una suerte de "religiosidad a la carta". Se ha de pensar en el agnosticismo como fenómeno social, el Islam y su penetración progresiva en zonas del mundo occidental, todo el desarrollo de los nuevos movimientos religiosos, y de la "religiosidad difusa", la "neo-mística", el "neo-esoterismo", etc. hasta llegar a una auténtica religión de la . . mmanenc1a. Acabo con dos textos que aportan sentido y orientación para el trabajo teológico en el seno de la comunidad cristiana y de la sociedad. El primero es del que fuera Obispo de la diócesis de Canarias durante veintisiete años del posconcilio, Ramón Echarren, que es una llamada de atención sobre el quehacer teológico y de la referencia obligada a la actitud de creyente que debe asistir a todo teólogo: "No es fácil hacer teología. No lo ha sido nunca y nunca lo será. La Iglesia ha de ser cariñosa y comprensiva con el teólogo. Pero el teólogo ha de ser receptivo y humilde, y también cariñoso y comprensivo con la Iglesia. Almogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio La Teología, la buena Teología, se fundamenta en la experiencia de fe. Experiencia de fe del teólogo, de la comunidad, de los cristianos de todos los tiempos. Experiencia además que no es puntual, sino integral y transformadora de la totalidad. Y porque es integral, recoge los síntomas de la época en que le toca trabajar. Nuestra época tiene algo de noche para el creyente, es un tiempo atravesado por la sospecha, es un tiempo enfermo de razón y alérgico a todo lo que le huele a superstición. Pero el teólogo, como todo creyente en Jesús, debe desinstalarse de la noche dejando irrumpir en su vida y en su inteligencia al que nunca puede ser plenamente comprendido porque es infinitamente grande. Por eso el teólogo necesita de una permanente experiencia espiritual que no le supondrá un abandono de lo real sino su progresivo desplazamiento y profundizaciónm5 • El segundo texto es del papa Juan Pablo 11, como una llamada de atención sobre las condiciones en las que se produce el trabajo teológico y que es preciso siempre tener en cuenta, para situar adecuadamente las posibles tensiones que genera el servicio de la teología en el seno de la comunidad eclesial: "La Iglesia quiere una investigación teológica autónoma, distinta del magisterio eclesiástico, pero conscientemente comprometida con él en el servicio común a la verdad de la fe y al Pueblo de Dios. No habrá que excluir que surjan tensiones e incluso conflictos. Tampoco eso hay que excluirlo nunca entre la relación entre Iglesia y ciencia. El fundamento está en la limitación de nuestra razón, que en su campo tiene los propios límites y que, por ello, está expuesta al error; sin embargo, siempre podemos tener la esperanza de una solución conciliadora si construimos sobre la base de esa capacidad que posee la razón de tender a la verdad,6 • 35 RAMÓN ECHARREN, Homilía en la apertura de Curso del CETcurso 1991-1992. 36 JUAN PABLO 11, Discurso a los profesores y estudiantes universitarios reunidos en la Catedral de Colonia, Alemania, 15-11-80 Almogaren 37 (2005) 117-150 145 146 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio A los cuarenta años del concilio Vaticano II, en nuestra diócesis de Canarias, encontramos signos que nos estimulan para seguir adelante con la tarea que el Instituto Teológico está llamado a desarrollar en bien de la comunidad eclesial, de la tarea evangelizadora y de la propia sociedad canaria en la que estamos. La constitución del Instituto Superior de Teología con dos sedes, una en cada diócesis, el estreno, el mismo año de 2005, de los dos obispos en su ministerio, y la decidida apuesta de ambas diócesis por la preparación de nuevos profesores, en las correspondientes titulaciones, son motivos que nos llevan a confiar en un futuro de esperanza. ANEXOS: L Relación de las Lecciones inaugurales pronunciadas en la sede del Instituto Teológico en los cursos entre 1973174 y 2005106. 1973-1974: Salvador Alemán Méndez, La Eucaristía doméstica: razones pastorales. 1974-1975: Vicente Rivero Díaz, Ateísmo moderno (Aspectos pastorales). 1975-1976: Jesús Luis Cunchillos Ylarri, Estudio del Salmo 29. Canto al Dios de la fertilidad-fecundidad. Aportación al conocimiento de la fe de Israel a su entrada en Canaán. 1976-1977: José Domínguez Pérez, Evangelizar, cuestión abierta. 1977-1978: José L. Larrabe Orbegozo, Renovación Conciliar y estado actual de los Estudios Eclesiásticos. 1978-1979: Juan Alonso Vega, Teología y existencia cristiana en la conciencia del hombre contemporáneo. 1979-1980: Ramón Echarren Y stúriz, Perspectivas de la Iglesia, hoy. Almogaren 3 7 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio 1980-1981: Felipe Bermúdez Suárez, Hacia una teología canaria. Reflexiones metodológicas para hacer teología desde Canarias. 1981-1982: Juan Barrero Betancor, El Dios de los pobres. Algunas reflexiones bíblicas sobre el Dios liberador. 1982-1983: Julián Escribano Garrido, Los jesuitas en el desarrollo pastoral de la Diócesis de Canarias. 1983-1984: Armando Quintana Navarro, La educación en el movimiento junior (1929-1980). 1984-1985: Carmelo Rodríguez Ventura, El derecho en la historia de la Iglesia. 1985-1986: José Alonso Morales, La irrupción del otro. Introducción al pensamiento de Levinás. 1986-1987: Fermín Romero Navarro, La conflictividad conyugal y familiar en la provincia de Las Palmas (1901-1985). Aproximación sociológica. 1987-1988: Segundo Díaz Santana, La teología de las aportaciones de mons. Pildain al concilio Vaticano JI. 1988-1989: Gonzalo Marrero Rodríguez, La persona en el pensamiento de Maritain. 1989-1990: José L. Guerra de Armas, Familia y liturgia: algunas lecciones del pasado. Almogaren 37 (2005) 117-150 1 147 148 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio 1990-1991: María Soledad Collado Miraba!, Aproximación a una ética ecológica desde Canarias. 1991-1992: José M. Castro Cavero, Una propuesta ética y religiosa frente al mal. 1992-1993: Carlos Cabrera Sánchez, La ética y la constitución de la subjetividad en los escritos recientes de Paul Ricoeur. 1993-1994: José Domínguez Pérez, La corresponsabilidad como don gratuito. 1994-1995: Higinio Sánchez Romero, El Sacramento del matrimonio: una Eucaristía realizada. 1995-1996: Segundo Díaz Santana, La recepción de la eclesiología del Vaticano JI en la Diócesis de Canarias, a los treinta años (1965-1995). 1996-1997: Isidoro Sánchez López, Recrear el Seminario en la teología del ministerio ordenado. 1997-1998: Juan Artiles Sánchez, Suéltame que ya llega la Aurora. 1998-1999: José Alonso Morales,La compasión, punto de arranque para la ética. 1999-2000: José Lavandera López, Hambre y Miseria en Canarias: 1768-1772. El papel de la Iglesia. 2000-2001: Gonzalo Marrero Rodríguez, Retos a la Teología desde la sociedad del conocimiento. A1mogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio 2001-2002: Policarpo Delgado Perdomo, Los Laicos, protagonistas de la nueva evangelización en el Tercer Milenio. 2002-2003: Juan Jesús García Morales, El conocimiento de Dios en la Sociedad de la Información. 2003-2004: Lucio González Gorrín, Laín Entralgo: Apuntes para a esperanza. 2004-2005: Eloy Alberto Santiago Santiago, Centralidad de la fe en el quehacer teológico. La Teología según Juan A !faro. 2005-2006: Daniel Barreto González, La donación y lo imposible: introducción al pensamiento de Jean-Luc Marion. IL Relación de las Tesis doctorales defendidas por profesores del Instituto Teológico en los cursos entre 1973174 y 2005/06. 1978: José Domínguez Pérez (Comillas): La Iglesia y el cambio sociopolítico. Perspectivas para una praxis en la realidad canaria. 1980: Andrés Macías García (Comillas): Fe y sacramento del matrimonio desde las perspectivas del concilio Vaticano JI. 1981: Carmelo Rodríguez Ventura (Gregoriana): La competencia del príncipe en el matrimonio de los infieles. (Estudio monográfico-histórico de la controversia del s. XIX). 1990: Felipe Bermúdez Suárez (Comillas): Fiesta Canaria. Una interpretación teológica. A1mogaren 37 (2005) 117-150 149 150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el pos concilio 1993: Juan Artiles Sánchez (UNED): Relaciones Iglesia-Estado en Canarias, durante el pontificado del obispo Verdugo: 1796-1816. 1995: José A. Rodríguez Roca (Comillas): Cristologías esotéricas actuales. Una aportación teológico-pastoral desde Canarias. Segundo Díaz Santana (Comillas) Dimensión eclesiológica de un episcopado. Mons. Pildain obispo de Canarias 1937-1966. Fermín Romero Navarro (Complutense) La Liberación de la mujer en Gran Canaria. Cambios en la estructura familiar. 2000: Luis Maria Guerra Suárez (Gregoriana): El caballo blanco en el Apocalipsis (Ap 6, 1-2/19, 11-16) y la presencia de Cristo resucitado en la historia. Investigación teológico-bíblica. Policarpo Delgado Perdomo (Gregoriana): La misión del seglar en el mundo. Perfil diseñado por el Magisterio de la Conferencia Episcopal Española. 2001: José Manuel Castro Cavero (Salamanca): Salvar la historia. Historia, religión y religiones en Xavier Zubiri. 2005: Eloy Alberto Santiago Santiago (Gregoriana): "La gracia de Cristo y del cristiano". Cristología y antropología en Juan A !faro. 2006: Cristóbal Déniz Hernández (Alfonsiano ): El bien común un paradigma de la política hoy. Estudio en la reflexión contemporánea y en la Doctrina Social de la Iglesia. Segundo Díaz Santana Almogaren 37 (2005) 117-150
Click tabs to swap between content that is broken into logical sections.
Calificación | |
Colección | Revista Almogaren ISTIC |
Título y subtítulo | El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio |
Autoría principal | Díaz Santana, Segundo |
Entidad | Centro Teológico de Las Palmas |
Publicación fuente | Almogaren. Revista del Centro Teológico de Las Palmas |
Numeración | Número 37 |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Instituto Superior de Teología de las Islas Canaria |
Fecha | dic-05 |
Páginas | pp. 117-150 |
Materias | Religión ; Iglesia ; Teología |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 1292878 Bytes |
Texto | Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio. Segundo Díaz Santana Coordinador del Departamento de Teología y Profesor del ISTIC, sede de Gran Canaria. La presente aportación quiere ser una reflexión sobre lo que ha sido el trabajo de nuestro Centro Teológico, hoy Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias, en los treinta largos años de su historia que coinciden con los años del posconcilio. Una reflexión sobre la presencia y el servicio prestado a la Iglesia y a la sociedad desde el quehacer teológico en nuestra Diócesis, así como una expresión de lo que la teología ha de seguir aportando en el futuro. En el Seminario de Canarias, durante los años que siguieron inmediatamente al Concilio, se fue creando un ambiente de inquietud teológico-espiritual que iba a fraguar más adelante en unos estupendos logros y cambios renovadores, con sus correspondientes crisis y conflictos. Estos conflictos aún no han sido suficientemente analizados, y hay constancia de la existencia de datos y de informes de personas que vivieron y fueron protagonistas de los mismos, pero que hasta el momento presente no han hecho públicos sus análisis de aquella situación. Es destacable positivamente que, en torno a los años del Concilio, se deja sentir la influencia del por entonces rector del Seminario diocesano, Manuel Alemán Álamo, con su inquietud por una teología más bíblica y más A1mogaren 37 (2005) 117-150 117 118 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio espiritual. Las dimensiones ascética y kerigmática son resaltadas en la orientación que quiso imprimir al estudio de la teología. En esos mismos años había sido invitado al Seminario, a dar varias tandas de ejercicios espirituales, Ramón Echevarría, sacerdote de la diócesis de Vitoria, del grupo y espiritualidad sacerdotales que se cohesionó en torno a la figura de Rufino Aldabalde, y que los orientaba con un enfoque bíblico muy sugerente. Esa experiencia generó un ambiente y un gusto por la palabra de Dios muy notorios, que imprimieron un sesgo importante en las inquietudes del alumnado de aquellos momentos y fue abriendo nuevos horizontes en el Seminario. El propio rector Manuel Alemán publicó para los seminaristas teólogos, en el año en que acabó el Concilio, un pequeño trabajo sobre el estudio de la teología titulado: Teología y vida. En este trabajo exponía, a lo largo de 36 números, una serie de pensamientos sobre lo que debería ser una teología viva y renovada en sintonía con lo que el reciente Concilio había enseñado sobre la renovación de los estudios teológicos. En el n. 8 de esos pensamientos se lee: "Pero no creas que si defiendo la escolástica y acepto sus valores, canonizo igualmente todos los manuales de texto con su exposición y con su método. Ni mucho menos. Creo que las tesis y su desarrollo reclaman otra estructuración"1 • Para pasar luego a la explanación del método recomendado por el Vaticano II en el decreto sobre la formación sacerdotal, Optatam totius n. 16. Esta preocupación manifestada por el rector del Seminario, nos sitúa en los primeros pasos de la evolución que ha tenido lugar en el campo de la teología, a la par con la que se ha dado en otros estamentos de la comunidad cristiana. La existencia del Centro Teológico de Las Palmas obedece a la necesidad de volver a tener los estudios teológicos en la Diócesis, una vez cumplida la etapa que, como consecuencia de la crisis que se produjo en el Seminario en el año 1969, llevó a los estudiantes a la Facultad de Teología de Cartuja en Granada. Después de la estancia del Seminario en Granada, superada en parte la crisis que dio motivo a ese traslado fuera de la Diócesis, con las orientaciones que surgieron del Concilio Vaticano 11, asimiladas en Granada, Madrid y Roma, por los compañeros sacerdotes que estudiamos en esos años en las fa- 1M. ALEMÁN, Teología y Vida, Edita RÁFAGAS, Seminario Diocesano. (Uso privado) s/f. A1mogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio cultades de dichas ciudades, el obispo Infantes Florido, animó la iniciativa de la creación del Centro de Estudios Superiores de Teología. Esta iniciativa tuvo su valedor fundamental en la persona de Salvador Alemán Méndez, rector del Seminario, desde la crisis de Granada ( 1969- 1976) que, al frente de un grupo de profesores y venciendo múltiples dificultades de todo tipo, da comienzo a esta aventura humana, intelectual y eclesial, en un peregrinaje que va desde una casa en la calle de san Bernardo, a la de Dr. Chil, en el Museo de Arte Sacro, y desde allí, a López Botas, en el edificio del antiguo Seminario, donde quedará ubicado el Centro, hasta su traslado a la actual sede en el campus de Tafira, en el curso 1992-1993, al comenzar el quinto lustro de los primeros veinticinco años de historia, amasando vida y teología, como rezaba el lema de la celebración de ese aniversario. El curso 1972-1973 se reinicia el Seminario Mayor en la Diócesis. El decreto de erección del "Centro de Estudios Superiores de Teología de la Inmaculada Concepción" está firmado en Las Palmas el 7 de octubre de 1972; pero será en octubre de 1973 cuando se realice la inauguración oficial tal como aparece en la documentación del boletín de la Diócesis2 • Las primeras autoridades académicas del Centro fueron: Salvador Alemán Méndez (director); Carmelo Alemán Artiles (secretario) y José Domínguez Pérez (jefe de estudios). La lección inaugural de ese curso estuvo a cargo de Salvador Alemán y versó sobre La Eucaristía doméstica: razones pastorales. Se inició la actividad académica de aquel primer curso escolar con 46 alumnos de los que 23 eran seminaristas. Los primeros años de la vida del Centro, en precario, van adelante gracias a la presencia entre nosotros de profesores invitados como Jesús L. Cunchillos Ylarri, y los padres jesuitas: José Alonso Díaz, Juan Larrea, Luis Vela, José Ma Díaz Moreno, cuya contribución en los comienzos de nuestro Centro fue inestimable3 • 2 Cf. CEST Carta del Obispo (comunicando la creación), sin fecha, BODC 10 (1973) pp. 559s. 3 En el primer curso 1972-1973, las asignaturas y profesores fueron: Introducción a lafilosofia; Historia de la filosofia; Filosofia del lenguaje: José Alonso Morales; Introducción al misterio de Cristo; Criterio: Salvador Alemán Méndez; Sagrada Escritura: Jesús Luis Cunchillos; Sociología: José L. Álamo Suárez; Política: Enrique González Araña; Psicología: Ricardo Rubio; Latín: José Quevedo Baez; Idioma moderno: (acta sin nombre). En el curso siguiente 1973-74 se añadieron los profesores: Carmelo Alemán Artiles; Segundo Díaz Santana; Jaime Llinares Llabret; Simón Pérez Reyes; Juan Ramírez Valido; Vicente Rivera Díaz; Jaime Rubio Rosales; José Suárez Sánchez. Almogaren 37 (2005) 117-150 119 120 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio En este ambiente es de destacar la preparación y puesta a punto de un profesorado, en las claves del concilio Vaticano II, sin solución de continuidad con el profesorado que había impartido la docencia hasta los tiempos del Concilio. Con el equipamiento que había en el momento se comienza la andadura de la enseñanza de la teología en nuestra Diócesis, en un Centro que tuvo como antecedente inmediato el plan de estudios teológicos de los cursos del CENIEC, a través de los cuales se ofrecía la oportunidad a los seglares de estudiar teología. Igualmente la Diócesis había vivido, por aquellos años inmediatamente posteriores al Concilio, el despliegue de toda una actividad formativa en torno a la Biblia, que también se popularizó entre los diversos miembros de la comunidad eclesial, con los cursos impartidos por FE CATÓLICA, interesando a un número considerable de personas que fueron adquiriendo una buena formación bíblica. Durante todo el recorrido del Instituto en nuestra Sede de Gran Canaria, hasta la actualidad, estos han sido los equipos directivos y los años de duración: 1972-1977: Salvador Alemán Méndez (director); Carmelo Alemán Artiles (secretario), José Domínguez Pérez (jefe de estudios). 1977-1987: Segundo Díaz Santana (director); Carmelo Alemán Artiles (1977-1982), Carmen Alemán Hernández (1982-1984), José Domínguez Pérez (1984-1987) (secretarios). 1987-1992: Felipe Bermúdez Suárez (director); José Domínguez Pérez (subdirector); María Teresa Fernández-Fígares de Damas (secretaria). 1992-1997: José A. Rodríguez Roca (director); Felipe Bermúdez Suárez (subdirector); Femke Waardenburg (secretaria). 1997-2004: José Domínguez Pérez (director); José A. Rodríguez Roca (1997-2000), Policarpo Delgado Perdomo (2000-2004) (Subdirectores); Femke Waardenburg (1997-1999), Luis Ma Guerra Suárez (1999-2004) (secretarios). 2004-2007: Policarpo Delgado Perdomo (director); José Alonso Morales (subdirector); Luis Ma Guerra Suárez (secretario). Almogaren 37 (2005) 117-150 Segtmdo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio Los desplazamientos que se han dado en la actividad teológica. La categoría de desplazamiento, nos va a resultar muy útil para entender este periodo de la vida de la Iglesia diocesana en cuanto a los estudios de teología. En los primeros tiempos asistimos al desplazamiento de una teología de manuales, con una determinada sistematización, hacia una teología de ensayos y de artículos en las revistas especializadas. Un estudio que ineludiblemente se tiene que ir haciendo a golpe de monografias y de estudios parciales que van acometiendo los nuevos aspectos que presenta el quehacer teológico en el ambiente que se produjo en tomo al acontecimiento del concilio Vaticano II. Hay un desplazamiento en las fuentes y en los materiales para el estudio teológico; hay también un desplazamiento de los centros de interés, en la consideración de los adversarios. Por otro lado se da un desplazamiento en cuanto al método: de una teología descendente se pasa a una teología ascendente, un método eminentemente deductivo cede el protagonismo a otro más inductivo, lo cual supone un cambio epistemológico de considerables consecuencias. De una "teología del Denzinger" (Y.M. Congar), que partía de los pronunciamientos y enseñanzas del magisterio de la Iglesia, para llegar a las dimensiones bíblicas y patrísticas que resultaban más bien pruebas de aquéllos, se desplaza la teología hacia su verdadero centro que es la Palabra de Dios, expresada en la Escritura y en la Tradición, las cuales han de ser estudiadas con los métodos de análisis que la exégesis moderna postula, como la historia de la redacción (Redaktionsgeschichte, H. Conzelmann, W Marxsen, W Trilling), y la historia de las formas (Formgeschichte, K.I. Schmidt, M. Dibelius, R. Bultmann, G. Bertram, A. Albertz). En los primeros años del Centro se publica, para el uso interno de los alumnos y de los profesores, un folleto a ciclostil, titulado Introducción a la Teología. En este trabajo, concebido para la actividad académica, queda reflejada la comprensión que se tiene de la teología, y se la definía como: "Un carisma dado por Dios a la comunidad cristiana para que, en el tiempo en el que vive, pueda expresar la experiencia de su fe de un modo armónico y sistemático, a fin de que se profundice dicha fe en la conciencia de la comunidad y ésta pueda cumplir su misión en el mundo". A1mogaren 37 (2005) 117-150 121 122 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio La definición adoptada contiene una serie de elementos que es interesante destacar. Por un lado, la realidad comunitaria en la que se realiza el trabajo teológico, como servicio a la comunidad; en segundo lugar, el presupuesto de la fe de la que se ha de dar razón de modo armónico y sistemático; luego, la valoración de la experiencia de esa fe y, en cuarto lugar, la toma en consideración del momento histórico en el que esa experiencia creyente está situada. Cuando se llevó a cabo la afiliación a la Universidad Pontificia Comillas, en el acto oficial de apertura, la víspera de la Inmaculada del año 1977, tuve la ocasión de expresar en calidad de director del Centro que se afiliaba: "Estamos en la historia a doscientos años de la fundación del Seminario de Canarias y a cien años de la reordenación de los estudios reorganizada por el obispo Urquinaona. Pero, sobre todo, estamos en un momento muy interesante desde el que hemos de mirar al futuro para responder a lo que el Señor nos pide desde el momento actual y la sociedad que nos ha tocado vivir"4 • Y el profesor José Luis Larrabe Orbegozo, a quien la Diócesis estará siempre agradecida por sus magníficos oficios en toda la negociación de la afiliación a Comillas, subrayó en su lección inaugural, que la formación "ha de orientarse toda ella al servicio del pueblo de Dios, en favor del hombre actual, de sus problemas y necesidades: que haya una relación concreta, profunda y actualísima, entre los estudios ... y los problemas del hombre de hoy, de la Iglesia en el mundo actual". La influencia del giro antropo-teológico propiciado por la aportación de la teología de K. Rahner se va a notar en nuestro ambiente teológico produciendo también un desplazamiento; una sensibilidad social más pronunciada, la dimensión política y social de la fe van ocupando primeros planos en el discurso teológico y en las exposiciones de los distintos temas. Se trata del desplazamiento hacia el mundo y hacia el hombre. Así se reconoce en el trabajo al que hemos hecho referencia. Al tratar del método teológico, cuando se habla de "el Dios del mundo y el mundo de 4 BODC 6 (1977) p. 350. Almogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio Dios", como un solo universo. La teología abarca en su mutua implicación todo ese "universo". "Que nadie se extrañe, pues, que en nuestro método teológico, cuando hablemos de Dios estemos hablando del destino del mundo y que cuando nos refiramos a nosotros, estemos de lleno incidiendo en Dios", se afirmaba en el folleto sobre la introducción a la Teología. A partir de 1969 y en toda la década de los 70, se notará la influencia eclesial del método reciente de la teología de la liberación, que propone la articulación de la mediación socio-analítica como referente para la realización del discurso teológico desde la dimensión liberadora que el mensaje del Evangelio posee en su misma entraña. Asistimos a un esfuerzo por re situar todo el discurso sobre la relación de la Iglesia y su mensaje de salvación, con el mundo. Lo cual pone en evidencia que la mediación intelectual para la realización del discurso teológico no es sólo la filosófica, sino también la sociológica y, en general, la de las ciencias del hombre. Pensemos que el Centro nace en el año 1972, el mismo año en el que la Diócesis está en plena aplicación y concreción del concilio Vaticano II, celebrando su Estudio Socio-pastoral y luego la Asamblea Diocesana (197 5)5 • En el proceso del Estudio Socio-pastoral la aportación de los profesores del Centro fue muy importante y las conclusiones del mismo recogen la sensibilidad y los acentos que en aquellos momentos estaban presentes. En este sentido es de destacar la preocupación que surge, desde los primeros tiempos de la vida de nuestro Centro, de responder desde la reflexión teológica a las situaciones concretas que se dan en la realidad. El obispo Infantes Florido, en la carta que dirigió a la Diócesis comunicando la creación del Centro, aportaba estas cuatro razones: "a) La tradición de la Diócesis, donde estuvo la Universidad Pontificia; b) la necesidad de un Centro donde se estudien, a la luz de la teología, los problemas propios de Canarias; 5 El obispo Infantes Florido, partiendo de un acuerdo de la Asamblea diocesana del clero que, en una de sus proposiciones operativas decía: "creemos de la más urgente necesidad que se haga un estudio socioreligioso de la Diócesis", decide llevarlo adelante, y así lo comunica a toda la Diócesis en una exhortación pastoral, Estudio de la Problemática pastoral de la Diócesis: BODC enero-mayo 1972, pp. 23-24. Almogaren 37 (2005) 117-150 123 124 1 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio e) la necesidad de acercar los centros teológicos, desde la lejanía de las islas de las universidades; d) y el hecho, exigente para la teología como para otras disciplinas de que Las Palmas esté en vías de convertirse en un gran centro universitario"6 • En la formulación de los objetivos se deja bien claro este extremo. Los primeros Estatutos (1974) recogen esta inquietud. En ellos, al hablar de la naturaleza y de los fines del Centro, se afirma: "b) Su misión consiste en estudiar e iluminar los problemas del hombre y del cristiano en su más amplia dimensión"; y en otro apartado: "e) Prestará especial atención al estudio de la pastoral en la historia de Canarias y la iluminación evangélica de sus problemas actuales". Y quedará redactado de la siguiente forma en los Estatutos: "Deberá ayudar a los diferentes servicios pastorales y apostólicos de la Diócesis y a la misma Comunidad Diocesana, iluminando desde la Revelación, el Magisterio de la Iglesia y la Teología los problemas y cuestiones que la vida de la Iglesia Diocesana y nuestra sociedad vayan planteando, en orden siempre a la evangelización y a una comunión más intensa que respete un legítimo pluralismo" (Estatutos, art. 3.3. Cf. Sínodo 1992, const. 455). En unas declaraciones con motivo de la apertura del curso 1974-75, el director Salvador Alemán hacía esta afirmación: "Trabajamos para conseguir un Departamento de Estudio de la problemática canaria e historia de la salvación de esta problemática"7 • Y en la crónica del curso 1975-1976, Marcial Morales, por entonces alumno del Centro, pone en evidencia esta preocupación presente en el ambiente del Centro, al plantear la siguiente cuestión: "¿Para cuándo unas clases de pastoral auténticamente encamadas en la realidad canaria de hoy?", resaltando así una inquietud presente en el alumnado del momento; e igualmente se preguntaba en la misma crónica: "Para cuándo el Departamento de Historia de Canarias?"8 • Será en el curso 1977-1978 cuando se produzca el reconocimiento del Centro Teológico como Afilado a la Facultad de Teología de la Universidad 6 CEST Carta del Obispo (comunicando la creación), sin fecha, BODC 10 (1973) pp. 559s. 7 BODC 10 (1974) p. 593. 8 BODC, 6 (1976) pp. 245 y 247. A1mogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio Pontificia Comillas Madrid. El acto oficial tiene lugar el día de la Inmaculada, 8 de diciembre de 1977. Se celebró en el edificio de la calle López Botas, 8, que en la actualidad alberga la casa de la Iglesia. Presiden el acto mons. Infantes Florido, obispo de la Diócesis, el Rector de Comillas, P. Urbano Valero SJ. y el profesor de Comillas Dr. José Luis Larrabe. El equipo directivo del Centro estaba constituído por Segundo Díaz Santana como director, Carmelo Alemán Artiles como secretario y José Domínguez Pérez como jefe de estudios. En el curso de 1978 va a surgir el Departamento de Teología de las Realidades Canarias, teniendo en cuenta esta línea de contacto con la realidad y la dimensión histórica y de encamación. Se publica un primer trabajo: Canarias, tarea histórica\ que agudiza los enfrentamientos y las polémicas entre las distintas tendencias y visiones teológicas, presentes en aquellos momentos en la Diócesis. El asunto trasciende al mundo de la prensa y otros medios de comunicación. La intuición básica del recién creado Departamento y su formulación, hasta el propio nombre, van a ser objeto de debates y consideraciones diversas en el ámbito del claustro de profesores. Los debates servirán para definir mejor los propósitos y para delimitar también el alcance del método. En todo caso esto fue el núcleo germinal de una sensibilidad que ciertamente había prendido entre nosotros y que, con sus límites, aciertos y desaciertos, ha ido fraguándose con el tiempo. En ese mismo año de 1978, el profesor Domínguez Pérez defenderá su tesis doctoral en Comillas que publicó con el título de: La Iglesia y el cambio sociopolítico. Perspectivas para una praxis de la realidad canaria10 • La lección inaugural del curso 80-81, dictada por el profesor Felipe Bermúdez Suárez, con el título: Hacia una teología canaria. Reflexiones metodológicas para hacer teología desde Canariai 1 , supone un esfuerzo muy interesante de una primera sistematización de teología situada, a partir de la realidad canaria. 9 DEPARTAMENTO DE TEOLOGÍA DEL CEST DE LAS PALMAS, Canarias, tarea histórica, Las Palmas de G. Canaria 1978. 1 O J. DOMÍNGUEZ, La Iglesia y el cambio sociopolítico. Perspectivas para una praxis de la realidad canaria, Publicaciones Centro de Estudios Superiores de Teología, Las Palmas 1979. 11 F. BERMÚDEZ SUÁREZ, Hacia una teología canaria. Reflexiones metodológicas para hacer teología desde Canarias, Publicaciones del Centro Teológico de Las Palmas 1980. Almogaren 37 (2005) 117-150 125 126 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio El tema siguió interesando y se continuó debatiendo. De tal manera que, cuando en junio del año 1988, se inicia la publicación de la revista Almogaren, en el primer editorial se reafirma este espíritu con el siguiente texto: "Almogaren ... expresa, en definitiva, lo que desearía ser nuestro Centro Teológico en el interior de nuestra Iglesia local, en diálogo ineludible y necesario con el conjunto de instituciones culturales y universitarias del Archipiélago, al servicio del Reino de Dios que se abre paso en el momento histórico de nuestro pueblo canario". En ese primer número de la revista del Centro, el obispo Ramón Echarren hace la presentación de la misma12 • Es una extensa y enjundiosa presentación que, al tiempo que invita y estimula a la tarea teológica en los diversos ámbitos de la enseñanza y de la investigación, llama la atención sobre la seriedad y la trascendencia del quehacer teológico, insiste sobre la eclesialidad y la inmanipulabilidad del mismo, para plantear una serie de retos a todos los que se dedican a ese ministerio. En el número siguiente el profesor Serafín Hernández Rodríguez, asumiendo uno de los retos del Obispo en la presentación, colabora con un artículo titulado: De vueltas con el "locus" de la teología 13 • Pasa un tiempo y en el número 6, de diciembre de 1990, encontramos un artículo del Obispo con el título de: Algunas cuestiones relacionadas con una teología hecha en Canariai4 • En este artículo, que mons. Ramón Echarren escribe no como teólogo, sino como obispo, y en el que se dirige a toda la Diócesis, puntualizando desde su magisterio "algunas consideraciones sobre aspectos teológicos de actualidad en nuestra Diócesis y en toda la Iglesia". En ellas el Obispo pregunta sobre la plausibilidad de limitar el horizonte teológico de la Diócesis orientando la teología en una sola dirección. Afirma que el quehacer teológico debe ser expresión de la comunión eclesial, y que sirve a la fe de la Iglesia, en expresiones y sistematizaciones que no son únicas. En concreto llama la atención de los teólogos sobre el peligro de reduccionismo y de mimetismo en relación con el método de la teología de la 12 R. ECHARRENYSTURJZ, Presentación: ALMOGAREN, 1 junio (1988) pp. 9-26. 13 S. HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, De vueltas con el "locus" de la teología: ALMOGAREN, 2 (1988) pp. 61-79. 14 R. ECHARREN YSTURIZ, Algunas cuestiones relacionadas con una teología hecha desde Canarias: ALMOGAREN 6 (1990) pp. 105-134. Almogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio liberación, cuando lo que se hace es "extrapolar, sin más, modelos teológicos aptos para otros contextos"15 • Los diferentes epígrafes del artículo, contemplan la comunidad como sujeto de fe, las verdades de la fe, encarnación y magisterio, las relaciones entre comunidad magisterio y teología, los pobres como lugar teológico, y la teología canaria. Los criterios y recomendaciones allí expresados son aportados por el Obispo para que se tengan como unas "constantes de fondo en la reflexión teológica de nuestro CET"16 • Asistimos aquí a un ejemplo concreto y práctico de lo que en la comunidad eclesial significa el diálogo entre teología y magisterio. Los dos servicios eclesiales, desde instancias diferentes pero en comunión, buscan el bien de la fe del pueblo de Dios y la evangelización. El magisterio pastoral, el de los obispos, "magisterio auténtico" como lo llama el concilio ( cf. DV 1 O; LG 25), y que es el que se ejerce con la autoridad de Cristo; y el magisterio de los teólogos que colabora con aquél en íntima comunión desde la cátedra académica, para servir a la fe del pueblo de Dios17 • Se percibe en este punto la mutua cooperación y el ejercicio del ministerio episcopal en relación con la función de los teólogos. En este sentido el grupo de profesores que componíamos el Departamento de Teología abogábamos por más encuentros en este terreno e incluso por una mayor profundización en toda la problemática del quehacer teológico situado en una realidad sociocultural determinada. El tema vuelve a surgir en dos trabajos posteriores que vienen a significar una progresión en el diálogo y en la reflexión interna de nuestra tarea teológica. El primero se debe al profesor José A. Rodríguez Roca, El quehacer teológico hoy, con motivo del día del Centro Teológico de 19961s; el otro, es del profesor Felipe Bermúdez Suárez, con ocasión del día del Centro del año 1997, y cuyo título es: La Teología como compañera del camino19 • 15 Ibídem., p. 109. 16 Ibídem., p. 134. 17 Cf. CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Instrucción, La vocación eclesial del teólogo (1990) 18 J.A. RODRÍGUEZ ROCA, El quehacer teológico hoy, en Dia del Centro Teológico, Jornadas de Información y Reflexión Diocesana sobre el Centro Teológico, Las Palmas de G. Canaria 1996, pp. 15- 23. 19 F. BERMÚDEZ SUÁREZ, La Teología como compañera del camino, en Dia del Centro Teológico. II Jornadas de Información y Reflexión Diocesana sobre el Centro Teológico, Las Palmas de G. Canaria 1997, pp. 17-36. A1mogaren 37 (2005) 117-150 1 127 128 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio Durante todo este periodo de tiempo el abundante magisterio del obispo Echarren deja su aportación en relación con el Centro, particularmente en las homilías de comienzo de curso. En concreto podemos destacar tres aspectos de la máxima importancia y actualidad y que, al propio tiempo, resultan recopiladores de un conjunto mucho más amplio y rico. El primero es un texto de la homilía pronunciada en la apertura de curso que presidió, a su llegada a la Diócesis, y en el que planteaba la centralidad cristológica del quehacer de los teólogos: "No hay teología de laboratorio y teología pastoral: hay una sola teología que es luz y que ilumina. Lo contrario, ni sirve para iluminar ni es teología. Sólo la teología que se adentra en la Vida, puede dar vida; sólo la teología que se acerca a la luz, puede iluminar. ( ... )Ello significa que en nuestro Centro todos hemos de ser teólogos y testigos, contemplativos y pastores, científicos y creyentes. Centrar la teología en Jesús y su mensaje, ensamblar Teología y Vida, reflexión de creyentes y pastoral diocesana, es una verdadera opción y esta opción es una tarea del Centro Teológico como talmo. Junto con esta centralidad insiste en la necesidad de la presentación de la globalidad del mensaje: "Esta deberá ser una de las grandes tareas del Centro Teológico: servir a nuestra comunidad cristiana para que no caiga en reduccionismo alguno, para que no divida a Jesús parcializando su Persona o su Mensaje, para que la Persona y el Mensaje de Jesús permanezcan en su totalidad en la mente y en el corazón de los creyentes"21 • Y en tercer lugar remarca el Obispo la necesidad de cuidar la peculiaridad y singularidad del saber teológico en relación con las otras ciencias y saberes de la sociedad, en el ofrecimiento de una palabra liberadora. "Nuestro Centro no puede ser un simple repetidor de las señales que la sabiduría del hombre lanza al mundo desde sus propias 20 R. ECHARREN YSTURIZ, Homilía de la apertura del curso 1979-1980, BODC 4 (1980) pp. 32s. 21 R. ECHARRENYSTURIZ, Homilía. Iniciación del curso del CET, BODC 3 (1983) p. 181. A1mogaren37(2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio emisoras de la razón y aunque damos gracias a Dios por la creatividad humana. Pero nuestro Centro tiene otra misión: plenamente inserto en la realidad canaria, haciendo suyos sus gozos y esperanzas, sus tristezas y angustias, tiene que ofrecer no su propia palabra, sino la Palabra de Dios, esa Palabra siempre viva y que se hace carne en nuestra comunidad diocesana; esa Palabra que es capaz de iluminar y de discernir; esa Palabra que permanece siempre libre y que ofrece libertad; esa Palabra que nunca se vende a nadie y que es creadora de vida y de esperanza; esa Palabra que es capaz de dividir porque obliga a optar pero que es germen eficaz de comunión y de amor, de comprensión y de reconciliaciónm2. Por otra parte, anotemos también que el repaso del conjunto de las lecciones inaugurales de estos años, nos ofrece una rica panorámica de las preocupaciones teológicas que hemos tenido en nuestro Centro, constatándose la más variada gama de intereses y preocupaciones. Se puede ver la relación de las lecciones inaugurales de estos cursos en el elenco adjunto a este artículo. (Ver. Anexo!) Desde el punto de vista teológico notamos la influencia de los movimientos que nacen en el mundo anglosajón y que contemplan de diversas maneras las cuestiones relativas a la secularización. F. Gogarten, D. Bonhoeffer, H. Cox son los autores que, como pioneros de ese movimiento, empiezan a ser dados a conocer entre nosotros. Igualmente hemos de hacer mención de la "teología de la muerte de Dios", con G. Vahanian, P. van Buren, W Hamilton y T. J. J. Altizer. La reacción a estas teologías radicales es estudiada en J.A. T. Robinson, Sincero para con Dios, y Exploración hacia el interior de Dios, en el intento de plasmar una imagen de Dios que sea más plausible al hombre moderno. También hacen su entrada en nuestro ambiente teológico las llamadas teologías con genitivo. La "teología de los misterios" ( dom O. Casel); la teología de las realidades terrestres (G. Thils, M.-D. Chenu); la teología de la historia (Hans Urs van Balthasar); las teologías de la praxis: teología de la esperanza (J. Moltmann), teología política (J.B. Metz), teología de la libera- 22 R. ECHARRENYSTURIZ, Homilía. Inauguración del CET, BODC 5 (1982) p. 183. A1mogaren 37 (2005) 117-150 129 130 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio ción (G. Gutiérrez, H. Assmann, J. Comblin, J.L. Segundo, S. Galilea, L. Boff, Cl. Boff, J. Sobrino, I. Ellacuría). La cristología ha sido, sin lugar a dudas, la disciplina teológica que más ha evolucionado en los años del posconcilio, la nómina de los autores estudiados así lo resalta. Desde los comienzos, en que las referencias fundamentales eran la obra de Chistian Duquoc y el manual del Mysterium salutis, en el estudio de la cristología de títulos, la dogmática y la soteriología, en un proceso que pasa por la obra de J. I González Faus desarrollando las perspectivas del tratado: cristología fundamental, bíblica, histórico- dogmática y sistemática, hasta el momento actual de mayor sistematización que busca la articulación global, y por el camino, resuena una amplia variedad de visiones teológicas: W. Pannenberg, J. Moltmann, W. Kasper, K. Rahner, E. Schillebeeckx, O. González de Cardedal, L. Boff, J. Sobrino, J.L. Segundo. En eclesiología también el cambio es notable, a partir de la magnífica aportación del Vaticano 11, "un concilio de la Iglesia sobre la Iglesia" (K. Rahner), que pone en cuestión muchos elementos, al resituarlos en la perspectiva de la concepción de la Iglesia, sacramento universal de salvación, como pueblo de Dios en marcha, la colegialidad, la corresponsabilidad y la comunión eclesial. La dimensión comunitaria, los ministerios eclesiales y las cuestiones relativas al magisterio eclesial, en particular el tema de la infalibilidad, ocupan el interés de los estudios y programas de eclesiología. Como ejemplo podemos ver cómo el manual de Michael Schmaus23 , en su dogmática, que era la obra de última hora que se consultaba y servía de base a una nueva forma de hacer teología, por los años sesenta, pasa en la actualidad a ser el primer libro de la bibliografía, que se cita como un clásico. La obra eclesiológica del profesor Y. -M. Cangar está muy presente en la reflexión y en los estudios de nuestro Centro Teológico durante los años del posconcilio, prestando atención, en la actualidad, a los textos de G. Philips, J.J. Hernández Alonso, A. Antón, J.M. Tillard, M. Garijo Guembe, B. Porte, M. Kehl, J. Ratzinger, E. Bueno de la Fuente, C. García Extremeño, S. Pie-Ninot, J.A. Estrada, F. Ardusso. 23 Cf. M. SCHMAUS, La Iglesia, Rialp, Madrid 21961 (1955). Almogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio La nueva orientación de los estudios bíblicos se deja sentir en una teología que inevitablemente se hace cada vez más bíblica y es pensada en la clave de la historia de la salvación. La cita obligada en todos los tratados de la obra del momento Mysterium salutis, de ediciones Cristiandad, es una muestra evidente de esto que afirmamos. Desde los comienzos se dio particular importancia a la dimensión bíblica de la teología. Durante seis años la Diócesis mantuvo un compromiso con el profesor Dr. Jesús Luis Cunchillos que venía todos los cursos un cuatrimestre, desde su residencia en París, donde trabajaba como profesor asistente en l'Ecole Pratique des Hautes Etudes, para impartir la enseñanza de la Biblia en nuestro Centro. Mientras tanto se preparaban dos compañeros en el Bíblico de Roma que una vez acabados los estudios se incorporaron al Claustro de profesores. Por diversas circunstancias estos profesores dejan de dar clases en el Centro y hay que volver a planificar la preparación de profesores en esta disciplina; mientras, se suple la carencia de biblistas con profesores del claustro de Comillas y, durante varios cursos, impartió diversas materias bíblicas el profesor Fernando García Viana, procedente de la Diócesis de Madrid y actualmente profesor en San Sebastián. Superada esta etapa, el área Bíblica está cubierta con cuatro profesores de teología bíblica que en los últimos cursos se han preparado para ello y que también concluyen sus tesis doctorales. El ambiente intelectual del estudio teológico. Hay un primer período en el que el discurso teológico se hacía siempre en contraposición al método utilizado hasta entonces. Se destacaban y se contraponían las deficiencias de los planteamientos anteriores, los límites de los mismos. Se entraba así intelectualmente en una dialéctica de lo que podemos llamar la dinámica de la negación-afirmación-superación. Era un esfuerzo intelectual por superar una etapa, cuyo equipamiento conceptual quedaba sobrepasado, pero no porque se le considerase erróneo, sino porque se entendía que no era apropiado para el diálogo con el momento cultural que se vivía. No era cuestión de discutir la verdad de determinados pronunciamientos y discursos teológicos, su ortodoxia en cuanto tal, sino de ver la plausibilidad de los mismos en un clima social y cultural enteramente nuevos. La emergencia de nuevos paradigmas llevaba consigo la puesta en crisis y la revisión de los anteriores, con las consiguientes tensiones, debates de la búsqueda, e inseguridades propias de los nuevos argumentos. A1mogaren 37 (2005) 117-150 131 132 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio Como era de esperar, esta nueva situación produjo muchos enfrentamientos y tensiones, especialmente con otros miembros del presbiterio diocesano, con los que no se daba el diálogo que hubiese sido necesario para la clarificación y el conocimiento mutuo de las diferentes posiciones. Las mutuas descalificaciones, o los distanciamientos en las posiciones mantenidas, no posibilitaron un clima que ayudara a superar las desviaciones, las parcializaciones y hasta los errores que en el caminar se pudieron cometer. Progresivamente el tono se va haciendo más propositivo y no tanto de confrontación, al tiempo que la inquietud ecuménica hace también acto de presencia y posibilita un horizonte con el que nos vamos familiarizando al situar en él las distintas cuestiones. En este sentido hay que reconocer la iniciativa que en el campo ecuménico desarrolló el primer obispo de nuestra diócesis en el periodo posconciliar, mons. Infantes Florido, y que influyó bastante en el clima eclesial de la diócesis. Por otro lado el nivel de publicaciones y la lectura de los más variados argumentos teológicos, especialmente, cristología, eclesiología, y de temas pastorales y bíblicos, daban a las clases un ambiente diferente y muy plural. Con frecuencia cuando en clase entrábamos a explicar un determinado asunto, ya los alumnos estaban al tanto de él y conocían diferentes posiciones de los autores sobre el mismo. Por esta época las cuestiones disputadas estaban a la orden del día, con el riesgo, a veces, de ocupar un lugar preeminente en las discusiones y en los planteamientos de las clases. Tenían estas cuestiones más mordiente e interés que la doctrina en "tranquila possesio", y que la doctrina católica normal del magisterio de la Iglesia. Todo ello muestra también que en el ambiente estaba presente una nueva actitud ante la realidad de la Iglesia. Asoma una posición que es más crítica con el sistema eclesial, se siente más responsable ante el mismo y, por lo tanto, conjuga su amor y su pertenencia a la comunidad eclesial con su actitud crítica y cuestionadora. Luego se pasa a la valoración de las tres dimensiones del quehacer teológico: especulativo-racional; sapiencial; y práctico-pastoral, en nuestro lenguaje solemos decir que la teología ha de ser: científica, contemplativa A1mogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio y pastoraF4 • Se entiende la teología no sólo, ni principalmente, como un trabajo especulativo, nocional, sino que se busca el desarrollo de la dimensión sapiencial, de la experiencia y del gustar, en el sentido más auténtico del sapere latino, de saborear y de tener sabor, que debe acompañar al estudio más especulativo e intelectual. Igualmente se pregunta siempre por la dimensión práctica y pastoral en el tratamiento de las cuestiones. Destaquemos también que, en 1975, el papa Pablo VI publicó su exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, fruto de los trabajos del sínodo de los obispos del año anterior, sobre la evangelización en el mundo contemporáneo. Este documento, cuya fuerza y actualidad perduran con el paso de los años, va a imprimir un carácter pastoral muy peculiar al trabajo teológico que ha de tener muy presentes las exigencias y el alcance de la evangelización. De forma expresa la teología fundamental se plantea como una apologética moderna que intenta "dar razón de la esperanza", en el diálogo y la confrontación con las disciplinas filosóficas y sociales, en un trabajo de frontera y de búsqueda de plausibilidad. Por extensión cada vez se observa con mayor urgencia la necesidad de que toda la teología descubra su veta apologética que la sitúa adecuadamente en el nuevo clima intelectual del diálogo fecultura. Se avanza, al propio tiempo, hacia una acentuación de la interdisciplinariedad. Cada vez se palpa más la necesidad de la conexión entre las distintas materias y las referencias obligadas que se dan entre ellas. A mediados de los años 80 la nueva mentalidad social, cultural e intelectual del ambiente, comienza a dejarse sentir. El fenómeno de la posmodernidad, la caída de los grandes relatos, con la emergencia del fragmento y la mentalidad neoconsevadora, van creando un clima que condiciona o configura bastante el perfil de los estudiantes, también de la teología. Coexiste esto con una búsqueda de certezas y de espacios seguros y sólidos frente a la indeterminación, el pluralismo y la diversidad ambiental. En este ámbito surgen los nuevos manuales para la docencia que tienen un proceso de recepción lento y crítico, por parte del profesorado. Estamos en una etapa que podemos considerar como de búsqueda de unidad y globalidad, pero en la que aún se percibe mucha atomización de las disciplinas en espera de 24 Cf. F. BERMÚDEZ SUÁREZ, l.c. p. 26. A1mogaren37(2005) 117-150 133 134 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio una coordinación académica (de contenidos y de métodos) que no se acaba de realizar. En los últimos años nuestro Centro ha intensificado su presencia en el ambiente del campus de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y no sólo como una inserción fisica, en la que se comparten incluso edificios en la actividad docente e investigadora, sino que se han establecido acuerdos de cooperación entre la institución Académica y la Diócesis. Estos acuerdos se han sustanciado en cursos de libre configuración, reconocimiento académico de seminarios y jornadas de estudio, y la utilización de los fondos bibliográficos. Además existe la participación en la creación y marcha del Aula "Manuel Alemán", formada con profesores de la Universidad y del ISTIC, que desarrolla cada año un amplio programa de actividades en el ámbito del diálogo Fe-Cultura. Con este mismo objetivo se ha erigido también, en los últimos cursos, la Cátedra del diálogo FeCultura dentro de las actividades especificas del ISTIC. En lo referente al estatuto académico ha habido un cambio significativo que tiene que ver con el contrato de afiliación a la Facultad Teológica, por un lado, y con la relación con la Diócesis hermana de Tenerife, por otro. El primer período del Centro Teológico va desde el curso 1977-78 hasta el curso del año 2000; en los que la figura jurídica es la de la afiliación, que en nuestro caso era a la Facultad de Teología de Comillas-Madrid. El contrato de afiliación capacita al centro afiliado para poder impartir las enseñanzas teológicas hasta el Bachiller en Teología, también denominado: Licenciatura en Estudios Eclesiásticos. La dificultad va a surgir porque según la legislación eclesiástica los centros afiliados solo pueden impartir la teología a los alumnos de los Seminarios Mayores, y no a los laicos ni a los religiosos. Para poder hacerlo existe la figura de la agregación. Con el fin de lograr la agregación y con el argumento de la lejanía de las islas en relación con las Facultades Teológicas más cercanas, se inician los contactos para lograr agregar nuestro Centro a una Facultad, dado que la de Comillas no contempla ampliar esa figura con sus centros afiliados. Con este motivo empiezan las conversaciones con la diócesis hermana de Tenerife en orden a lograrlo. A partir del año 2000 los obispos de las dos diócesis canarias mons. Echarren y mons. Felipe García, y los encargados de los respectivos centros teológicos, comienzan a realizar gestiones, que, después de arduas negociaciones, van a dar como resultado la creación del Instituto Superior de Teología A1mogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio de las Islas Canarias (ISTIC), agregado a la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos. Se establece de este modo un Instituto, con dos sedes, una en La Laguna-Tenerife y la otra en Las Palmas de Gran Canaria. La Sagrada Congregación para la Educación Católica aprobó los estatutos y estableció la creación del Instituto con fecha 19 de agosto del año 2003. Todo esto ha llevado consigo la adecuación y el cumplimiento de una serie de requisitos académicos, el acopio de medios humanos y materiales e infraestructuras, que han supuesto, y siguen exigiéndolo, un esfuerzo considerable para ambas Diócesis. Se llega de esta manera a alcanzar la meta que treinta años antes parecía sólo un sueño. El esfuerzo ha significado un trabajo con los escasos medios de los que ha dispuesto nuestra Iglesia diocesana. Desde los primeros cursos se proyecta y lleva adelante todo un plan de elaboración de tesis doctorales que se han ido realizando y se continúa en la actualidad. Es una de las condiciones básicas que, junto con la Biblioteca y el número de alumnos, son exigidas para el reconocimiento académico de la agregación. Adjunto a este artículo se puede encontrar la relación de las tesis doctorales que los profesores del Centro han realizado en diferentes Facultades, en los años de existencia hasta el momento presente. (Ver Anexo 11) El Centro Teológico en la vida de la Iglesia diocesana. Espigando en las distintas evaluaciones que periódicamente se hacen en el Centro, al pasar de un quinquenio a otro, encontramos elementos que nos ayudan a hacernos cargo de la valoración que se hace del mismo en la diócesis. En la revisión que en su día realizó la Junta de Centro del quinquenio 1977-1982, se indicaban las siguientes realidades en relación con la aportación que el Centro realiza a la vida de la diócesis: "Se juzga muy positiva la labor realizada por el CET durante el quinquenio que ahora termina. Ha sido un camino progresivo de servicio a la Iglesia Diocesana y a la sociedad canaria"; Se considera la importancia que tiene el CET y su estatuto dentro de la Diócesis, a pesar de la insuficiencia de medios personales y materiales; hay un interés y preocupación para que la teología llegue a los seglares25 • Y en las propuestas de esa misma Junta se recogían, entre otras, las siguientes, que destaco por su interés directo para nuestro tema: "Apertura del Centro a todo ti- 25 Una década del CET- 1977-1987: ALMOGAREN 2 (1988) p. 187. A1mogaren 37 (2005) 117-150 135 136 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio po de Teologías"; "Que se haga un análisis de la Teología que se enseña en el CET, y de la que subyace en el dossier entregado para esta revisión"; "Apertura a la Universidad y puesta en marcha del Aula de Diálogo. Que se busquen cauces de colaboración"26 • En la evaluación que se realizó al final del quinquenio 1982-1987 se afirma lo siguiente como visión global del Centro: "Se coincide en reconocer la labor importante que ha ejercido el CET en toda la Diócesis, superando una época de recelos y prejuicios, aunque aún, según algunos, es necesario que el CET responda al real pluralismo teológico por una parte, y propicie por otra, un diálogo más fronterizo con la cultura o culturas, y con la realidad social de la calle. Hay que encontrar las mediaciones adecuadas que engarcen la fe con el mundo, se haga más presente y de forma más continuada en los núcleos creadores de cultura. En este sentido se vio interesante coordinarse y colaborar con entidades, colectivos, etc ... , que están siendo plataforma del pensamiento y entre los que el CET va teniendo un creciente prestigio intelectualm7 • Las Jornadas de Historia de la Iglesia en Canarias, que van a ver la luz en el curso 1986-1987, suponen un hito importante en la actividad del Centro Teológico en su Departamento de Historia de la Iglesia, y vienen a traducir en realidad los deseos expresados. Las jornadas se han seguido celebrando periódicamente con gran éxito y significan una actividad de colaboración con otras entidades universitarias en un intercambio del máximo interés social y eclesial. En el desarrollo de las diferentes jornadas se ha establecido una muy fructuosa colaboración con las Facultades de Geografia e Historia y de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. El listado de las once jornadas que se han celebrado hasta la actualidad muestra por donde han ido los temas tratados y las inquietudes de la investigación sobre la historia de la Iglesia en Canarias en estos años: ¡a Siglo XX (1987); 2a Siglo XIX (1988); 3a Siglo XVIII (1989); 4a Evangelización y conquista de Canarias (1991); 5a Siglo XVII 26 Ibídem., p. 188. 27 Ibídem., p. 210. Almogaren 37 (2005) 117-150 Segtmdo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio (1993); 6a Mentalidades e ideologías durante la época contemporánea (1995); 7a Relaciones Iglesia-Estado en la España contemporánea (1997); 8a La aportación de la Iglesia Católica al concepto de Nación Española (1999); 9a La Iglesia en España en el último cuarto del siglo XX: La historia de la Iglesia en Canarias: balance historiográfico (2001); lOa VI Centenario de la Diócesis Canariense Rubicense: Iglesia y sociedad en Canarias. Los Comienzos (2003); 11 a Revisión historiográfica de la historia de la Iglesia en Canarias (2005Y8 • A partir del curso 1987-1988, con Felipe Berrnúdez Suárez como director del Centro, comienza a publicarse la revista Almogaren, que tiene una periodicidad semestral. Se materializa así una vieja ilusión del profesorado y constituye una plataforma para dar a conocer las investigaciones y los estudios que se llevan a cabo, al tiempo que sirve de intercambio con otras revistas y publicaciones. El conjunto de los 37 números que han salido hasta el momento presente, es el testimonio real de los trabajos que realizan los profesores del Instituto, además de otras colaboraciones. En el campo de las publicaciones, en ese mismo año, toma cuerpo otra idea muy interesante. Se trata de la colección Creyentes en camino, que nace con la pretensión de ser una ayuda para divulgar y hacer llegar a un público más amplio cuestiones y reflexiones teológicas de interés y de actualidad. En el curso 1990-1991 se institucionalizan los diálogos fe-cultura y comienza una serie de actividades en conexión con Pastoral Universitaria. Posteriormente se participará en el Aula "Manuel Alemán", instituida conjuntamente por la Diócesis y la Universidad de Las Palmas de G. Canaria, para potenciar el diálogo fe-cultura, como se ha indicado anteriormente. En esta misma línea otro fruto granado del quehacer teológico entre nosotros son las Jornadas de Teología de celebración bienal. Comenzaron en el curso 1994-1995 en la onda de las preocupaciones que hemos ido viendo que están en nuestros objetivos. Se celebran en el mes de noviembre el año correspondiente, y reúnen una serie de ponencias, comunicaciones, mesas redondas y seminarios en tomo a un núcleo temático de interés. Las primeras 28 En la Revista ALMOGAREN del Centro Teológico se publican los textos de las ponencias y las comunicaciones, en los números de los años correspondientes: 1", n° 1 (1988); 2", n° 2 (1988); 3", n° 7 (1991); 4", n° 9 (1992); 5", n° 13 (1994) y n° 16 Extraordinario (1995); 6", no 17 (1996); 7", n° 22 (1998); 8", no 26 (2000); 9", n° 30 (2002); 10", n° 34 (2004); 10" Sin publicar. Almogaren 37 (2005) 117-150 137 138 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio trataron el tema de La fe cristiana ante la nueva situación socio-cultural (1994); las segundas fueron sobre Aldea global y nacionalidades. Un reto para la fe cristiana, (1996); en 1998 las terceras trataron sobre: Ética y teología ante la vida y la muerte. Reflexión al final del siglo; las cuartas versaron sobre Ausencia y presencia de Dios en el nuevo milenio (2000); en 2002, Sociedad del conocimiento y teología, y las sextas, que tuvieron lugar en el año 2004, analizaron los Acuerdos Iglesia-Estado: Respeto e independencia. "25 años de los acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede". En la actualidad se están programando las correspondientes al año 2006 que versarán sobre: La cultura de la vida: dimensión biológica, dimensión comunitaria y social, dimensión teológico-bíblica29 • Otro momento importante de la historia de nuestro Centro, fue el de la celebración del Sínodo Diocesano de 1992, y que significó una especial aportación en la Diócesis. Desde el comienzo de los trabajos preparatorios, las comisiones y luego las ponencias estuvieron integradas por profesores que tuvieron una notable actuación tanto en los debates previos como en las asambleas finales. Igualmente están presentes en las comisiones teológica y jurídica del Sínodo, prestando su asesoramiento en el cometido peculiar de las mismas. Sobre el trabajo de los teólogos en el Sínodo, quede como muestra el juicio valorativo que hizo el obispo Ramón Echarren en el análisis que ofreció en el número monográfico de Almogaren, dedicado al Sínodo Diocesano: "Llegado aquí, no puedo menos que hacer una referencia, al extraordinario trabajo realizado por los teólogos de la Diócesis, teólogos de diferentes tendencias, pero todos unidos por una ilusión común: ayudar, servir, ofrecer su saber, sin escatimar esfuerzos y con una inmensa humildad, sin "prepotencia" alguna, respetando a los que sin duda sabían menos, sabiendo escuchar, esforzándose por respetar y comprender" 30. La reflexión del profesorado sobre esta actividad de nuestra Iglesia continuó después de la celebración del Sínodo, y así en el curso 1993-94 se programaron dos encuentros de profesores con los siguientes contenidos: Los re- 29 Relación de los números de la revista ALMOGAREN en los que se publican las Jornadas de Teología: 1•, n" 15 (1995); 2•, n" 20 (1997); 3•, n° 24 (1999); 4•, n° 28 (2001); 5", n° 31 (2002); 6•, n" 36 (2005). 30 R. ECHARREN, El Sínodo visto por el Pastor de la Diócesis: ALMOGAREN 11 (1993) p. 29. Almogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio tos del Sínodo Diocesano de 1992. Implicaciones para el Centro Teológico y ¿Cómo conciliar una Iglesia plural con las preferencias por las que ha optado el Sínodo? Desde el primer momento la oferta del Centro de Estudios se dirigió, además de a los seminaristas, a los religiosos y a los seglares, lo cual le ha dado un tono y un ambiente muy plural a la actividad académica, que no sólo no disminuye el nivel, sino que resulta más estimulante y lo eleva. Particular mención merece la presencia de personas postgraduadas en estudios civiles y de personas casadas. Igualmente se incorporan algunos compañeros presbíteros que hacían un reciclaje en diversas materias y, en algunos casos, la renovación de su preparación teológica anterior. Merece ser destacado también que, una parte significativa de las mujeres que han estudiado el ciclo institucional en el CET, han continuado estudios en Facultades teológicas. En concreto en el Instituto Superior de Ciencias Morales, Madrid, en la Facultad de Teología de San Cugat, Barcelona y en la Facultad de Teología de Deusto, Bilbao. En la actualidad, como centro Agregado y con la posibilidad de impartir la licenciatura en teología dogmática, se está realizando la oferta para ampliar el número de alumnos de entre los que en su día acabaron el ciclo de bachillerato o licenciatura en Estudios Eclesiásticos. Es importante destacar también, el esfuerzo que nuestro Centro Teológico ha realizado en todos estos años, a pesar de la lejanía, con lo que implica de gasto económico, para coordinamos y participar en las diversas reuniones de profesores de centros afiliados, sobre las distintas materias, y en los que hemos realizado intercambio de programaciones, metodologías y conocimientos sobre las mismas. La política que se ha seguido en la Diócesis de enviar alumnos a estudiar, hace abrigar la esperanza de un futuro positivo. Esto significa capitalizar la Diócesis con elementos humanos que, a la larga, además de la mayor dotación personal de nuestro Centro, producirá muchos y buenos frutos en el campo de la evangelización y de la preparación de los agentes de la misma. De hecho por ese camino se ha ido avanzando hacia el estado actual de la Agregación a la Facultad Teológica, lo cual entendemos que no es sino un paso dentro de la pretensión de constituir en la región canaria una Facultad con dos sedes, en el camino de colaboración entre las dos diócesis. A1mogaren 37 (2005) 117-150 1 139 140 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio Queda por resaltar la labor que desde el Centro Teológico se realiza en relación con la formación de los agentes de pastoral. La oferta, como extensión universitaria, es amplia y abarca desde la preparación de los profesores de religión con la expedición de la Declaración Eclesiástica de Idoneidad (DEI), a los cursos de Teología para Animadores de la Comunidad (TAC), el Bienio Bíblico y el de Doctrina Social de la Iglesia, la Escuela de Espiritualidad, la Formación Permanente de Religiosas y Religiosos, la Formación Permanente del Clero, y la Escuela de Formación sobre el Laicado. Juntamente con esto hemos de recoger toda la aportación que los profesores del Centro Teológico prestan en la Diócesis en escuelas, grupos, comunidades, movimientos apostólicos y en los departamentos de formación de las distintas delegaciones y secretariados, así como la presencia en los organismos diocesanos de corresponsabilidad. El servicio teológico en la Iglesia y la sociedad mirando al futuro. La vida sigue, y el servicio de la reflexión y el pensamiento en la comunidad creyente continúa siendo necesario. La fe vivida y celebrada por el pueblo de Dios, es alimentada y confirmada por la fe enseñada y expuesta en el magisterio de la Iglesia, y necesita de la fe pensada y reflexionada en el magisterio del servicio teológico. La teología está llamada a desempeñar una tarea y una misión bien determinadas tanto en el seno de la comunidad eclesial como hacia el exterior en el diálogo con el mundo. La teología sirve para humanizar el acto de fe y la vida de la Iglesia; para "discernir lo que es cristiano" y para "discernir los espíritus"; para actualizar el cristianismo en la lectura e interpretación de los signos de los tiempos; para hacer su aportación a la pregunta por el sentido que el ser humano de todos los tiempos lleva ínsita en su entraña y que en la actualidad adquiere tonalidades muy peculiares; para buscar, junto a otros, las respuestas a los grandes interrogantes que tiene planteados la humanidad; para aprender humildemente en esa búsqueda de la verdad que ha de empezar por hacerse bien las preguntas. La teología sirve para afrontar creativamente la situación de desencuentro que se da y se ahonda cada vez más, entre la religión cristiana y la cultura laica. Sirve para equipar de modo serio y riguroso a las generaciones de cristianos que, comprometidos con su fe, salen al mundo y se encuentran con Almogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio lo que se ha venido en llamar "la generación de la secularización agresiva" (J.M. Mardones). Vivimos en una sociedad que tiene dos circuitos culturales, el religioso y el laico. Y la realidad es que se da una falta de relación entre ambos circuitos. Necesitamos seguir estableciendo puentes de diálogo y de búsqueda interdisciplinar, con el mundo de la cultura, del pensamiento y de las ciencias. En el debate actual de los adelantos científicos la racionalidad teológica tiene una palabra que decir, desde la visión propia del hombre y de la historia, desde la visión ética y axiológica que le lleva a sostener que no todo lo que es técnicamente posible es éticamente realizable. En el debate social de la ética civil, hay que seguir defendiendo el respeto a las minorías cognitivas que cooperan con tesón y constancia a la elevación de los referentes morales por los que se rige una sociedad en un momento determinado. Siempre habrá que considerar que una cosa es la defensa que desde el punto de vista ético se hace de un bien moral, y otra, la forma concreta mediante la cual la legislación de una sociedad civil y política determinada defiende lo mejor posible ese valor moral. En este punto resulta relevante la afirmación del político italiano Vittorio Foa que incide en el debate entre Umberto Eco y Cario María Martini, arzobispo de Milán, sobre ¿En qué creen los que no creen? Un diálogo sobre la ética en el fin del milenio, y que dice así: "Si un creyente exige a un no creyente que justifique sus creencias éticas sin exigirse a sí mismo justificar la relación entre su fe y sus propias certezas, corre el riesgo de pasar por encima de toda la historia de la humanidad y de imponer, prejudicialmente, una jerarquía que puede hacer vano el propio careo"31 • Para ello es preciso hacer desaparecer los prejuicios mutuos y descargarse de los estereotipos que la historia, y no sin razones, se ha ido encargando de acumular en el debe de ambas tradiciones, tanto la religiosa como la laica, que ciegan y dificultan el que se puedan mirar desde lo mejor y más verdadero que tiene cada una. Tendremos que seguir plantando humildemente, en el surco de la historia que nos toca vivir, hasta superar el poso que muchos años de prepotencia y triunfalismo han dejado tras de sí. Las tertulias y los debates de los medios 3l U. ECO,-C.M. MARTINI, ¿En qué creen los que no creen? Un diálogo sobre la ética en el fin del milenio, Temas de hoy, Madrid 1997, p. 131. Almogaren 37 (2005) 117-150 141 142 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio de comunicación, en la actualidad de la sociedad española de este primer lustro del siglo XXI, son una muestra clara de unas animadversiones que dificultan el diálogo y la escucha de las distintas posturas. Muchas veces lo que importa en los debates que se montan en los medios es el espectáculo más que la verdad y el fondo real de las cuestiones. Los medios de producción cultural reflejan una serie de actitudes que es preciso conocer y situar adecuadamente en su realidad y en su incidencia en la sociedad. Pero no nos circunscribimos solamente al horizonte del mundo del pensamiento y de la reflexión intelectual. No es sólo en el ámbito de la increencia y del agnosticismo donde se juega el futuro y el sentido del discurso religioso, es también, y diríamos que prioritariamente, en el de la solidaridad, el sufrimiento y la marginación. Estamos al unísono en la lucha y la búsqueda de lo "humano amenazado" que, en las actuales circunstancias, debe concitar todos los esfuerzos disponibles en pro de una tarea ineludible, que no se puede frenar desde las diversas concepciones ideológicas o religiosas. Será empeñamos en un trabajo leal y sincero para que el mundo sea cada vez menos inmundo. Cómo combatir el sistema de la cultura de la satisfacción en la que está instalada nuestra sociedad. La tendencia neoconservadora a concebir una trascendencia sin rostro humano, o el nihilismo postmodemo de una religión estética, una religión sin Dios, como una suerte de religión a la carta, no llegan a descubrir lo que sólo el contacto con las víctimas de la situación hace descubrir. Es preciso solidarizarse al máximo para crear una cultura de la solidaridad que apuesta decididamente por un mundo que lucha en favor de los pobres y los empobrecidos. Una vez que la sociedad ha podido despertar del "sueño dogmático", necesita igualmente despertar del "sueño de la inhumanidad y la injusticia", en el que aún está sumida. La entraña humanista del cristianismo se ha de encontrar con los esfuerzos que desde otras instancias sociales, culturales, políticas y religiosas, se realizan en favor de la humanización y de la convivencia de los pueblos. Y esto, para hacer ver cómo la propuesta cristiana, en medio de un mundo tremendamente injusto y generador de injusticias, tiene vocación de trabajar por la conexión que hay del "evangelio laico de la fraternidad universal con el Evangelio cristiano del Dios de la Vida"32 • 32 F. JAVIER VITORIA, Historias intempestivas de solidaridad, rumores del Dios de la vida: ALMOGAREN 15 (1995) p. 118. Almogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio Establecer el diálogo con ciudadanos que habiendo crecido en una matriz culturalmente cristiana, mantienen posiciones agnósticas y con pretensión de ser totalmente laicas, y en las que en el fondo, frecuentemente, late la huella religiosa que marca sus orígenes. El quehacer teológico hace una apuesta por la verdadera libertad del ser humano, aquella que le posibilita y le lleva a realizarse plenamente en lo que está llamado a ser. En este sentido supone una aportación crítica para desvelar todo lo que podemos considerar como "espantalibertades", que si, en el lenguaje teológico, al aspecto positivo lo hemos convenido en llamar los "signos de los tiempos", en este caso se puede denominar como las "trampas de los tiempos". Estamos ante un trabajo que no es nada fácil. Un trabajo que requiere dedicación, esfuerzos y vocaciones específicas que han de ser descubiertas y alentadas en el empeño. Es la necesidad de trabajar en el campo del pensamiento y de la reflexión, en la elaboración del concepto, y de la toma de conciencia de la dificultad que lleva consigo el pensar. La crisis de credibilidad del cristianismo hemos de verla, como han observado teólogos y analistas del momento, como un auténtico reto para la mayor autenticidad de la fe de los cristianos33 • Y en este contexto vital en el que nos movemos es donde encuentra su espacio el quehacer teológico, para intentar dar razón de la esperanza, de forma plausible, a todo el que nos la pida (de una "esperanza lúcida"). Sin apearnos de la condición de creyentes, pero tampoco de la condición de seres pensantes que participan de la posición del ser humano que se interroga y se cuestiona por el mundo y el vivir, (la "fe inteligente") y de la de seres vivientes, que se conmueven ante el dolor y el sufrimiento humanos y se aproximan a ellos, para terminar haciéndose prójimos (el "amor desinteresado y entrañable, compasivo y misericordioso"). Podemos ponernos una cuestión que la ha planteado el profesor J. M Mardones en su trabajo sobre la indiferencia religiosa en España, dentro de la pregunta más amplia de futuro del cristianismo: ¿La Iglesia no está perdien- 33 Cf. J. GÓMEZ CAFARENA, El pluralismo socio-cultural como posibilidad y desafio de la fe, en Facultades de Teología de Vitoria y Deusto, Congreso de Teología. Pluralismo socio-cultural y fe cristiana, Mensajero, Bilbao 1990, pp. 26-29. 34 J. M. MARDONES, "La indiferencia religiosa en España. ¿Qué futuro tiene el cristianismo?, HOAC, Madrid 2003. Almogaren 37 (2005) 117-150 143 144 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio do pie cultura/?34 • Y observamos con esperanza que la religión es un mundo que no deja de estar presente en el ámbito intelectual español. Pensemos ahora mismo en pensadores como Eugenio Trías, José Antonio Marina, Ignacio Sotelo, y otros, que van introduciendo un tratamiento de interlocución y debate en tomo a la problemática religiosa. Es de destacar los núcleos que se mueven en ese clima intelectual, de la filosofía y la fenomenología de la religión, la filosofía después del holocausto judío, la recuperación del pensamiento judío para el diálogo con las religión, en espacios como el Instituto de filosofía del CSIC, Fe y secularidad, Cristianisme i Justicia, etc. Nuestros esfuerzos en el trabajo teológico encuentran un reto y una oportunidad en el momento cultural y social que vivimos, que nos demanda una decidida apuesta por seguir construyendo. Por último hay que dar toda la importancia que en el momento actual va adquiriendo el pluralismo religioso que por mor de la inmigración se está imponiendo paulatinamente. La avalancha de la inmigración está transformando el mapa religioso. La geografía religiosa queda fragmentada en multitud de cosmovisiones dando como resultado un pluralismo de no fácil asimilación. Este fenómeno unos lo interpretan como un pluralismo enriquecedor y otros, con argumentos de peso, como un factor de confusión o de escape hacia una suerte de "religiosidad a la carta". Se ha de pensar en el agnosticismo como fenómeno social, el Islam y su penetración progresiva en zonas del mundo occidental, todo el desarrollo de los nuevos movimientos religiosos, y de la "religiosidad difusa", la "neo-mística", el "neo-esoterismo", etc. hasta llegar a una auténtica religión de la . . mmanenc1a. Acabo con dos textos que aportan sentido y orientación para el trabajo teológico en el seno de la comunidad cristiana y de la sociedad. El primero es del que fuera Obispo de la diócesis de Canarias durante veintisiete años del posconcilio, Ramón Echarren, que es una llamada de atención sobre el quehacer teológico y de la referencia obligada a la actitud de creyente que debe asistir a todo teólogo: "No es fácil hacer teología. No lo ha sido nunca y nunca lo será. La Iglesia ha de ser cariñosa y comprensiva con el teólogo. Pero el teólogo ha de ser receptivo y humilde, y también cariñoso y comprensivo con la Iglesia. Almogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio La Teología, la buena Teología, se fundamenta en la experiencia de fe. Experiencia de fe del teólogo, de la comunidad, de los cristianos de todos los tiempos. Experiencia además que no es puntual, sino integral y transformadora de la totalidad. Y porque es integral, recoge los síntomas de la época en que le toca trabajar. Nuestra época tiene algo de noche para el creyente, es un tiempo atravesado por la sospecha, es un tiempo enfermo de razón y alérgico a todo lo que le huele a superstición. Pero el teólogo, como todo creyente en Jesús, debe desinstalarse de la noche dejando irrumpir en su vida y en su inteligencia al que nunca puede ser plenamente comprendido porque es infinitamente grande. Por eso el teólogo necesita de una permanente experiencia espiritual que no le supondrá un abandono de lo real sino su progresivo desplazamiento y profundizaciónm5 • El segundo texto es del papa Juan Pablo 11, como una llamada de atención sobre las condiciones en las que se produce el trabajo teológico y que es preciso siempre tener en cuenta, para situar adecuadamente las posibles tensiones que genera el servicio de la teología en el seno de la comunidad eclesial: "La Iglesia quiere una investigación teológica autónoma, distinta del magisterio eclesiástico, pero conscientemente comprometida con él en el servicio común a la verdad de la fe y al Pueblo de Dios. No habrá que excluir que surjan tensiones e incluso conflictos. Tampoco eso hay que excluirlo nunca entre la relación entre Iglesia y ciencia. El fundamento está en la limitación de nuestra razón, que en su campo tiene los propios límites y que, por ello, está expuesta al error; sin embargo, siempre podemos tener la esperanza de una solución conciliadora si construimos sobre la base de esa capacidad que posee la razón de tender a la verdad,6 • 35 RAMÓN ECHARREN, Homilía en la apertura de Curso del CETcurso 1991-1992. 36 JUAN PABLO 11, Discurso a los profesores y estudiantes universitarios reunidos en la Catedral de Colonia, Alemania, 15-11-80 Almogaren 37 (2005) 117-150 145 146 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio A los cuarenta años del concilio Vaticano II, en nuestra diócesis de Canarias, encontramos signos que nos estimulan para seguir adelante con la tarea que el Instituto Teológico está llamado a desarrollar en bien de la comunidad eclesial, de la tarea evangelizadora y de la propia sociedad canaria en la que estamos. La constitución del Instituto Superior de Teología con dos sedes, una en cada diócesis, el estreno, el mismo año de 2005, de los dos obispos en su ministerio, y la decidida apuesta de ambas diócesis por la preparación de nuevos profesores, en las correspondientes titulaciones, son motivos que nos llevan a confiar en un futuro de esperanza. ANEXOS: L Relación de las Lecciones inaugurales pronunciadas en la sede del Instituto Teológico en los cursos entre 1973174 y 2005106. 1973-1974: Salvador Alemán Méndez, La Eucaristía doméstica: razones pastorales. 1974-1975: Vicente Rivero Díaz, Ateísmo moderno (Aspectos pastorales). 1975-1976: Jesús Luis Cunchillos Ylarri, Estudio del Salmo 29. Canto al Dios de la fertilidad-fecundidad. Aportación al conocimiento de la fe de Israel a su entrada en Canaán. 1976-1977: José Domínguez Pérez, Evangelizar, cuestión abierta. 1977-1978: José L. Larrabe Orbegozo, Renovación Conciliar y estado actual de los Estudios Eclesiásticos. 1978-1979: Juan Alonso Vega, Teología y existencia cristiana en la conciencia del hombre contemporáneo. 1979-1980: Ramón Echarren Y stúriz, Perspectivas de la Iglesia, hoy. Almogaren 3 7 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio 1980-1981: Felipe Bermúdez Suárez, Hacia una teología canaria. Reflexiones metodológicas para hacer teología desde Canarias. 1981-1982: Juan Barrero Betancor, El Dios de los pobres. Algunas reflexiones bíblicas sobre el Dios liberador. 1982-1983: Julián Escribano Garrido, Los jesuitas en el desarrollo pastoral de la Diócesis de Canarias. 1983-1984: Armando Quintana Navarro, La educación en el movimiento junior (1929-1980). 1984-1985: Carmelo Rodríguez Ventura, El derecho en la historia de la Iglesia. 1985-1986: José Alonso Morales, La irrupción del otro. Introducción al pensamiento de Levinás. 1986-1987: Fermín Romero Navarro, La conflictividad conyugal y familiar en la provincia de Las Palmas (1901-1985). Aproximación sociológica. 1987-1988: Segundo Díaz Santana, La teología de las aportaciones de mons. Pildain al concilio Vaticano JI. 1988-1989: Gonzalo Marrero Rodríguez, La persona en el pensamiento de Maritain. 1989-1990: José L. Guerra de Armas, Familia y liturgia: algunas lecciones del pasado. Almogaren 37 (2005) 117-150 1 147 148 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio 1990-1991: María Soledad Collado Miraba!, Aproximación a una ética ecológica desde Canarias. 1991-1992: José M. Castro Cavero, Una propuesta ética y religiosa frente al mal. 1992-1993: Carlos Cabrera Sánchez, La ética y la constitución de la subjetividad en los escritos recientes de Paul Ricoeur. 1993-1994: José Domínguez Pérez, La corresponsabilidad como don gratuito. 1994-1995: Higinio Sánchez Romero, El Sacramento del matrimonio: una Eucaristía realizada. 1995-1996: Segundo Díaz Santana, La recepción de la eclesiología del Vaticano JI en la Diócesis de Canarias, a los treinta años (1965-1995). 1996-1997: Isidoro Sánchez López, Recrear el Seminario en la teología del ministerio ordenado. 1997-1998: Juan Artiles Sánchez, Suéltame que ya llega la Aurora. 1998-1999: José Alonso Morales,La compasión, punto de arranque para la ética. 1999-2000: José Lavandera López, Hambre y Miseria en Canarias: 1768-1772. El papel de la Iglesia. 2000-2001: Gonzalo Marrero Rodríguez, Retos a la Teología desde la sociedad del conocimiento. A1mogaren 37 (2005) 117-150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el posconcilio 2001-2002: Policarpo Delgado Perdomo, Los Laicos, protagonistas de la nueva evangelización en el Tercer Milenio. 2002-2003: Juan Jesús García Morales, El conocimiento de Dios en la Sociedad de la Información. 2003-2004: Lucio González Gorrín, Laín Entralgo: Apuntes para a esperanza. 2004-2005: Eloy Alberto Santiago Santiago, Centralidad de la fe en el quehacer teológico. La Teología según Juan A !faro. 2005-2006: Daniel Barreto González, La donación y lo imposible: introducción al pensamiento de Jean-Luc Marion. IL Relación de las Tesis doctorales defendidas por profesores del Instituto Teológico en los cursos entre 1973174 y 2005/06. 1978: José Domínguez Pérez (Comillas): La Iglesia y el cambio sociopolítico. Perspectivas para una praxis en la realidad canaria. 1980: Andrés Macías García (Comillas): Fe y sacramento del matrimonio desde las perspectivas del concilio Vaticano JI. 1981: Carmelo Rodríguez Ventura (Gregoriana): La competencia del príncipe en el matrimonio de los infieles. (Estudio monográfico-histórico de la controversia del s. XIX). 1990: Felipe Bermúdez Suárez (Comillas): Fiesta Canaria. Una interpretación teológica. A1mogaren 37 (2005) 117-150 149 150 Segundo Díaz Santana: El servicio teológico en la Diócesis de Canarias en el pos concilio 1993: Juan Artiles Sánchez (UNED): Relaciones Iglesia-Estado en Canarias, durante el pontificado del obispo Verdugo: 1796-1816. 1995: José A. Rodríguez Roca (Comillas): Cristologías esotéricas actuales. Una aportación teológico-pastoral desde Canarias. Segundo Díaz Santana (Comillas) Dimensión eclesiológica de un episcopado. Mons. Pildain obispo de Canarias 1937-1966. Fermín Romero Navarro (Complutense) La Liberación de la mujer en Gran Canaria. Cambios en la estructura familiar. 2000: Luis Maria Guerra Suárez (Gregoriana): El caballo blanco en el Apocalipsis (Ap 6, 1-2/19, 11-16) y la presencia de Cristo resucitado en la historia. Investigación teológico-bíblica. Policarpo Delgado Perdomo (Gregoriana): La misión del seglar en el mundo. Perfil diseñado por el Magisterio de la Conferencia Episcopal Española. 2001: José Manuel Castro Cavero (Salamanca): Salvar la historia. Historia, religión y religiones en Xavier Zubiri. 2005: Eloy Alberto Santiago Santiago (Gregoriana): "La gracia de Cristo y del cristiano". Cristología y antropología en Juan A !faro. 2006: Cristóbal Déniz Hernández (Alfonsiano ): El bien común un paradigma de la política hoy. Estudio en la reflexión contemporánea y en la Doctrina Social de la Iglesia. Segundo Díaz Santana Almogaren 37 (2005) 117-150 |
|
|
|
1 |
|
A |
|
B |
|
C |
|
E |
|
F |
|
M |
|
N |
|
P |
|
R |
|
T |
|
V |
|
X |
|
|
|