ALMOGAREN. 27. (20). Pág. 11-28. ®CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS
RETOS A LA TEOLOGIA DESDE LA SOCIEDAD
DEL CONOCIMIENTO(*)
GONZALO MARRERO RODRIGUEZ
PROFESOR DEL CET
Inicio esta lección inaugural haciendo referencia a un texto de Arturo
Moreno en un artículo que titula "Renacentistas" y donde reflexiona sobre la
sociedad de la información y las grandes cuestiones sobre el hombre:
Late con fuerza el espíritu humano. Viene de lejos, vuela alto.
Un torrente de creatividad, de imaginación aplicada retumba y cae
sobre la superficie de la sociedad. Este nuevo soplo del espíritu
humano nos reintroduce en nuestros sueños apoyados en este
"darwinismo tecnológico" que produce relevantes e impredecibles
cambios sociales y que no invalida el planteamiento de las grandes
cuestiones sobre el hombre.
(ARTURO MORENO, Renacentistas).
El planteamiento que abordamos va en la línea de Ruiz de Querol
(2000) quién constata que nos hablan continuamente de la nueva sociedad del
conocimiento, y cada día lo hacen más, pero se repiten en sus análisis: que el
número de usuarios de Internet es cada vez mayor, que ha aparecido una nueva
(*) Lección Inaugural del Curso Académico 2000-2001.
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generación de negocios, que en un futuro próximo todos estaremos conectados
a Internet, etc., pero que nos plantea una cuestión crucial y que abordamos
aquí: ¿cómo vivir este tiempo acelerado y cómo afrontar y prevenir los cambios
que produce? Se nos invita a utilizar Internet cuanto antes, con prisas, sin
pausas. Pero la reflexión es necesaria porque los seres humanos no nos
conformamos con vivir de cualquier modo, ni nos abandonamos al destino;
necesitamos herramientas que nos permitan conducirnos por la vida y, en
definitiva, vivir en Internet es vivir y de eso los seres humanos, la humanidad,
ya tiene experiencia.
En esta línea, abordamos ¿qué se entiende por sociedad del
conocimiento y cuáles son las características que la definen?; en segundo lugar,
analizamos las actitudes ante la irrupción de las nuevas tecnologías y de la
sociedad del conocimiento; posteriormente, recogemos las cuestiones referidas
a la nueva economía y a una de sus innovaciones clave: el teletrabajo; en cuarto
lugar, estudiamos la economía del conocimiento y reflexionamos sobre las
interacciones entre conocimiento, saber y entorno digital. Por último,
planteamos los retos a la teología desde la sociedad del conocimiento.
SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO Y CARACTERISTICAS QUE LA
DEFINEN
Al pretender elaborar una definición de sociedad del conocimiento el
elemento explicativo clave es "información". Es cierto que en la historia de la
humanidad no ha existido en ningún período anterior tanta informa<eión
disponible a través de tantos medios y soportes y para tantas personas. A modo
de ejemplo, un periódico dominical contiene más información que la que
manejaba un ciudadano medio durante toda su vida en el siglo XVII. En los
últimos cinco años se ha generado más información que en los 5.000 anteriores
y la cantidad de información disponible se está duplicando cada periodo de
cinco años. No obstante, la primera confusión que hemos de evitar es la
tendencia a identificar saber con información. La información es algo externo
que se encuentra a nuestra disposición. El conocimiento es un crecimiento
interno, un avance hacia nosotros mismos, una potenciación de nuestra
capacidad operativa. Confundir información con conocimiento es el error
primordial de confundir el modo de ser de las personas con el modo de ser de
las cosas (Llano, 2000).
En esta línea, asumimos el planteamiento de Sanz-Magallón (2000, 10)
para quien la sociedad del conocimiento se produce como consecuencia de los
cambios inducidos por las innovaciones tecnológicas desarrolladas en tres
sectores convergentes: la informática, las telecomunicaciones y los medios de
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comunicación y se caracteriza porque ofrece a los ciudadanos la posibilidad de
acceso ilimitado e inmediato a la información y el procesamiento y
transformación de la misma actúan como factores decisivos en la actividad de
los individuos. Por otra parte, constata que el motor de la sociedad del
conocimiento es Internet y su modelo en red es la estructura que simboliza a
esta sociedad. En esta línea, los cambios que está produciendo la sociedad del
conocimiento los concreta en los siguientes elementos: la globalización, la
mejora de la productividad, los efectos en el empleo, la transformación del
conocimiento en fundamento de la competitividad y la aparición de un nuevo
tipo de trabajador.
La globalización implica una economía interconectada que se
caracteriza porque las decisiones se toman a escala mundial, pero son
ejecutadas en el ámbito local. Los mercados de capital son permeables y los
inversores disponen de la información necesaria para realizar operaciones en
cualquier país del mundo.
La mejora de la productividad se constata con un ejemplo: a mediados
del siglo pasado, el sector agrícola integraba el 60% de la población europea
trabajadora y existieron periodos en los que se pasó hambre; en la actualidad,
el sector agrícola sólo supone el 5% de la población trabajadora europea y el
problema para Europa es el de los excedentes.
Una cuestión debatida por sus repercusiones socioeconómicas es
determinar si la sociedad del conocimiento genera o destruye empleo. La
controversia está ahí, pero no debemos ocultar que en EE.UU. el desempleo
ha descendido y se importa mano de obra para cubrir las demandas del sector
de la información. Para España las previsiones indican que en los próximos tres
años ocho de cada diez nuevos empleos se crearán en el sector tecnológico.
Un elemento convergente ha sido la transformación del conocimiento
en fundamento de la competitividad en las empresas que han de adaptarse a los
nuevos modos o a su desaparición. Las empresas se vuelven más sencillas,
pequeñas y flexibles y cada vez será más frecuente la gestión de las empresas a
partir de proyectos. Aparece, además, un nuevo tipo de trabajador, el
trabajador del conocimiento. El talento y la capacidad de innovación de cada
trabajador se convierten en un factor crítico y las empresas han de estimular a
sus empleados para que compartan estos talentos y capacidades con sus
compañeros de trabajo. El elemento clave para la valoración del trabajador no
es el número de horas que pasa en su puesto de trabajo sino su contribución al
valor de la empresa. Como apunta Llano (2000), el tránsito hacia la sociedad
del conocimiento supone darse cuenta de que la energía de los talentos
humanos es superior a la fuerza de la materia y sus transformaciones. El factor
clave en las empresas son los recursos humanos, aunque el autor prefiere
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considerar a las personas como generadores de recursos en la línea de La
Odisea, cuando Homero, en la enigmática empresa del retorno a Itaca, nos
indica que Ulises se manifestó como "fértil en recursos". La riqueza de las
naciones, como apunta Adam Smith, no consiste en el territorio ni en el
conjunto de bienes naturales y materiales que encierra, sino en la creatividad
de los ciudadanos y en su capacidad para generar proyectos que permitan el
beneficio económico de los individuos.
La transformación del concepto de educación tradicional por un
enfoque más dinámico que la hará permanente, no sólo por motivos
profesionales sino también de realización personal. El elemento decisivo será
aprender a aprender, pues podemos acceder cada vez más a las fuentes de la
información y necesitaremos saber interpretarlas.
Es preciso insistir que el tránsito a la sociedad del conocimiento supone
la innovación de los conocimientos, lo que hace necesaria la educación, el
aprendizaje, la investigación. Lo que define a la sociedad del conocimiento no
es que se disponga de grandes flujos de información, no es que se sepa mucho,
sino descubrir que es necesario saber cada vez más. Los ingenios telemáticos
nos permiten descargarnos de tareas rutinarias como buscar información,
almacenarla, procesarla y organizarla y actualizar esa misteriosa operación que
solo los seres humanos somos capaces de realizar: pensar en el sentido de
discurrir, es decir, construir conocimientos nuevos. En esta línea, saber y
aprender están en íntima conexión: es preciso aprender lo que llegamos a
saber, por eso el mejor sinónimo de "sociedad del conocimiento" es "sociedad
del aprendizaje".
El tránsito a la sociedad del conocimiento supone potenciar la existencia
de organizaciones inteligentes y esto solo acontece en comunidades de
aprendizaje que implican una institucionalización, la presencia de reglas, la
adquisición de hábitos, el ejercicio de algunas virtudes y el esfuerzo
compartido. Solo las organizaciones capaces de actuar de manera
corporativamente inteligente serán capaces de navegar en el espacio del
conocimiento abierto por la nueva sociedad. Como apunta Llano (2000, 166),
cada uno a su nivel debe dialogar continuamente con los compañeros de
trabajo para descubrir cómo hacer las cosas con más calidad y mayor nivel de
eficacia. El trabajo en equipo se transforma así en la condición imprescindible
para la marcha adecuada de la comunidad. Todos han de investigar a su nivel
y el que gobierna tiene una función arquitectónica, organizadora, en orden a
dirigir las iniciativas al logro del bien común.
La sociedad del conocimiento supone que toda corporación ha de ser
educativa. Esta educación no es sólo transmisión de conocimientos sino
entrenamiento de hábitos intelectuales y prácticas. En los cambios históricos el
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resorte no ha sido "lo sabido" sino "el saber". Esta primacía del "saber más"
es clave para comprender la sociedad del conocimiento. La capacidad de saber
nuevas cosas y aprender a realizarlas es el elemento decisivo de la
competitividad de las empresas en la sociedad del conocimiento.
En la sociedad del conocimiento la sustitución de paradigmas científicos
y tecnológicos es permanente. Lo que da el impulso a las organizaciones no es
la capacidad científico-tecnológica ya conquistada sino la oportunidad ética
adquirida, la capacidad para tomar decisiones prudentes y sabias ante los retos
y oportunidades que se presentan.
Por otra parte, existe el riesgo de establecer una línea divisoria de
exclusión entre los ciudadanos que tienen y los que no tienen acceso al
conocimiento, que puede ser más fuerte y de consecuencias más duras que la
que existe actualmente entre las que tienen y las que no tienen acceso a los
bienes de consumo. Además, existe el peligro de potenciar la uniformidad de
muchas costumbres y la conversión del inglés en la lengua de los ciudadanos
educados.
En la sociedad del conocimiento la investigación no es un lujo, ni algo
que se encomienda a determinados organismos o departamentos, pues la
esencia de la industria ya no es la producción sino la investigación científica y
tecnológica. En esta línea, la fractura entre dirección e investigación se
difumina, pues la función directiva consiste en poner a los miembros de la
organización a pensar lo que hacen para hacerlo de la forma más eficiente.
La sociedad del conocimiento implica que no podemos prescindir de las
reglas morales, de la ética, que constituye el fundamento y la orientación de
toda sabiduría práctica. La confianza mutua, basada en la veracidad, es el
límite que ninguna corporación puede vulnerar porque se haría internamente
débil. Pues, ¿de qué nos servirían los más sofisticados sistemas telemáticos si lo
que se transmite no es verdadero? Estaríamos ante la gran ceremonia de la
manipulación que es uno de los puntos débiles de la sociedad del conocimiento.
ACTITUDES ANTE LAS NUEVAS TECNOLOGIAS Y LA SOCIEDAD
DEL CONOCIMIENTO
Al reflexionar sobre las actitudes ante las nuevas tecnologías y la
sociedad del conocimiento, Orihuela (2000) establece seis consideraciones que
recogemos a continuación:
a) Es necesario poder acceder, conocer críticamente y aplicar
creativamente las nuevas tecnologías.
16 RETOS A LA TEOLOGIA DESDE LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
b) En la medida en que las condiciones del diseño y utilización de las
nuevas tecnologías no se abandonen a la inercia de los procesos de
innovación tecnológica se podrá contribuir a la cooperación
internacional y a la extensión de la cultura.
e) Es preciso superar la tecnofobia y apropiarse de las nuevas
tecnologías con prudencia y sobriedad para lo que es necesario
potenciar una pedagogía del uso y producción de nuevos medios.
d) La transformación del lenguaje cotidiano con la entrada de términos
de la cultura digital: Internet, correo electrónico, página web,
módem, servidor, chats, portales, hipertextos, etc.
e) El uso de acrónimos por los iniciados con connotaciones crípticas
(TCP/IP, DNS, CRC, WAIS, BBS, HTTP, VRMC, etc.), son algunos
de los que se han incorporado a la vida cotidiana de tal forma que se
desconoce su condición de acrónimo como YAHOO (Yet Another
Hierarchical Officious Oracle ).
f) El uso de metáforas que nos familiarizan con el entorno digital
(ventana, página, menú, carpeta, papelera, etc.) y que empleamos
como si se tratase de los objetos reales que conocemos.
Umberto Eco plantea que las actitudes ante las nuevas tecnologías se
pueden ejemplificar en la "metáfora alcohólica" que incluye tres
caracterizaciones: el borracho, el abstemio y el catador. El borracho es un
usuario no profesional imbuido de altas dosis de fetichismo tecnológico, que ha
desarrollado tal nivel de dependencia con los instrumentos digitales que no
concibe su vida fuera de la red. Pasa la mitad del día navegando y la otra mitad
diseñando su página web. El abstemio es una persona a quien el temor a las
nuevas tecnologías le amenaza su perfil profesional, se encierra en una
tecnofobia y permanece anclado en el pasado sin arriesgarse a resituarse en el
presente. El catador utiliza las nuevas tecnologías en función de sus
necesidades y con prudencia pues se preocupa por escoger y es consciente de
que no puede probarlo todo. Además, es capaz de controlar el vértigo
producido por la velocidad de los cambios, ha superado la fascinación de las
nuevas tecnologías y no se estanca en la perplejidad (Orihuela, 2000, 46).
LA NUEVA ECONOMIA
El crecimiento económico, como el caso de Estados Unidos, no puede
explicarse exclusivamente por el factor tecnológico pues, a lo largo de la
historia, ha habido cambios drásticos y, además de los factores tecnológicos,
han incidido de forma decisiva la educación y las instituciones (Cabrillo, 2000).
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La revolución industrial invirtió la relación entre el hombre y los
instrumentos de producción: el hombre se convirtió en servidor de la máquina
que pasa a ocupar el papel central y la energía humana se transformó en
instrumento de las fuentes de energía natural adecuadamente modificadas. Por
esta razón, es preciso andar con cautela cuando utilizamos la expresión nueva
economía y, sobre todo, cuando queremos concretar sus características (Llano,
2000).
A primera vista, parece que la informática y la internacionalización de la
economía son dos factores clave. Pero este planteamiento complica el análisis
pues, en etapas históricas anteriores, tanto la introducción de nuevas
tecnologías como la internacionalización han sido factores decisivos del
desarrollo económico. Además, las nuevas tecnologías digitales pretenden
establecer una relación adecuada entre el hombre y los instrumentos de trabajo
y garantizar la posesión inmanente, el goce intencional y el conocimiento
ilimitado y facilitar el paso de una "masa" ciega, torpe, perezosa y
tradicionalista frente a una élite activa, inteligente y artífice del progreso a una
"masa" activa, inteligente y con un alto nivel de interrelación.
Pero, es preciso responder a la pregunta clave: ¿cuál es el factor
determinante del crecimiento económico: una nueva tecnología o la existencia
de un marco institucional adecuado que permita no sólo el desarrollo científico
sino, sobre todo, la aplicación de una determinada innovación técnica al
proceso de producción? (Cabrillo, 2000, 82).
Para dar el salto hacia la prosperidad no sólo se necesitan la ciencia y la
tecnología; es preciso que, en primer lugar, el capital humano de la población
activa sea suficiente para que las nuevas tecnologías puedan ser asimiladas con
facilidad por una parte significativa de los trabajadores y; en segundo lugar, que
las instituciones del país permitan que los mercados, y, especialmente el
mercado de trabajo, sea flexible. En síntesis, hoy como ayer, el secreto lo
explican la educación y las instituciones.
Por otra parte, en la sociedad del conocimiento nadie pierde porque
otros ganen, pues el conocimiento de muchos es ventaja de todos porque
conviene que mis interlocutores sean muchos. Ninguna comprensión de la
información disponible en la red, agotará su virtualidad, como ninguna
intelección marchita la potencialidad intelectiva de la realidad.
Asimismo, se consumará la descentralización iniciada por la revolución
burguesa. En la organización social patriarcal, el pater familias era señor de su
casa, director de sus esclavos y explotador de la propiedad agraria. El artesano
de la Edad Media vivía en su propio negocio. El ciudadano burgués tuvo que
salir de casa para ir al trabajo, a la fábrica, a la oficina. Las nuevas tecnologías
harán superflua la distinción entre el hogar y el lugar de trabajo, la red será la
aldea global en la que está integrada la persona.
18 RETOS A LA TEOLOGJA DESDE LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
La red permitirá la socialización de las ideas, de los intereses, de las
virtudes, de los vicios. Esta socialización será universal, cosmopolita, pues en la
red no existe distinción de clases sino solidaridad de necesidades, intereses,
aficiones. La red se convertirá en palestra de comportamientos morales. En
toda sociedad ha habido hombres justos e injustos, quienes han obtenido el
bien personal realizando el bien del otro y quienes han obtenido el bien
personal del mal ajeno. En la red, unos se lucrarán explotando a los débiles y
otros aportarán conocimiento, información y oportunidades para mejorar la
formación y la dignidad de los compañeros de viaje.
A continuación, nos parece adecuado para nuestro propósito en esta
lección, concretar algunos de los signos que están presentes en la nueva
economía de los Estados Unidos y los planteamientos necesarios para el
desarrollo de la economía europea, si no quiere encabezar el grupo de
perdedores.
Kelly (1998, 2000) concreta las estrategias de negocio exigidas para la
economía en red; define las líneas que permiten delimitar la situación
económica, laboral y social de la economía en red y acuña el concepto de
ultraprosperidad. Para este autor, la sociedad actual es el producto de medio
siglo de verdades científicas, del escepticismo de los medios de comunicación y
del relativismo postmoderno, lo que nos ha hecho ,alérgicos a la idea de que
podemos mejorar, nos prohibimos el pensamiento de que las cosas pueden ir
mejor y nos negamos la utopía (Kelly, 2000, 73). Sin embargo, en la sociedad
norteamericana actual, podemos constatar que las cosas mejoran si aceptamos
las pistas que se nos ofrecen: bolsa en auge, escasa inflación, estabilidad de los
precios, intereses bajos, aumentos salariales, crecimiento del consumo, etc.
Esta economía en expansión se refleja en cuatro elementos claves: pico
demográfico, aceleración tecnológica, revolución financiera y apertura global.
~ , Pico demográfico: la generación más grande, mejor educada y más
't''"'· •.. :. .. ;ip:¡¡óspera está llegando en Estados Unidos a sus mejores cotas de
productividad, ingresos y consumo.
.~ •,
' .. '.\
Aceleración tecnológica: despliegue de nuevos productos y servicios y
creación de territorios de desarrollo económico nuevos (Internet) que
permitirán obtener grandes beneficios en la próxima década.
Revolución financiera: la velocidad con la que el dinero cambia de
propietario aumenta, los valores de la clase media están en auge y los inventos
financieros (fondos de inversión, fondos de cobertura, acciones en línea, etc.)
están proliferando.
Apertura global: mercados abiertos, libertad de expansión y posibilidad
de elegir consumidores en todo el mundo aceleran el crecimiento económico.
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Para Kelly (2000) la perspectiva es de mejora continua o, al menos, en
los próximos 20 años en que se podrán constatar los siguientes elementos:
Avances rápidos en las dos próximas décadas: los trabajadores mejorarán
sus ingresos, tendrán más de una fuente de ingresos, los obreros de la
construcción cobrarán como los creadores de páginas web, los
fontaneros cobrarán más por la visita que los médicos, etc.; las empresas
ficharán a los talentos en la secundaria y les pagarán los estudios
universitarios, lo que tienen los ricos en el 2000 los demás lo podrán
tener en el 2020 (cocinero en casa, mamás que no trabajan, vacaciones
de seis meses), etc.
Aumento del número de millonarios: en el año 2000 existían en Estados
Unidos 300.000 norteamericanos con fortunas multimillonarias; en el
2020 esa cifra se habrá disparado a 50 millones.
Aumento de los accionistas: en el2010 la mayoría de los norteamericanos
participará en las empresas como accionistas.
Dinero disponible: la mayor prosperidad determinará que el 75% de los
ingresos del hogar se puedan dedicar a gastos no esenciales, como viajar,
la realización personal, el ocio, las inversiones, etc.; es decir, el
ciudadano medio solo necesitará trabajar tres meses al año para cubrir
sus necesidades básicas.
Por primera vez los consumidores tiran de la economía: mientras la
economía creció a una tasa del 4%, el consumo lo ha hecho a una tasa
del5.5%.
Crecimiento exponencial de las empresas: el año 2020 pueden existir en
Estados Unidos unos 40 millones de empresas; es decir, una empresa
para cada tres trabajadores. En vez de ir hacia el paro se camina hacia el
multiempleo.
Calidad de vida: se incrementarán los servicios que otorgan calidad a la
vida, especialmente servicios personales, alimentación más natural y
destino de grandes cantidades de recursos para proteger el medio
ambiente.
Respecto a la euroeconomía, Ontiveros (2000) afirma que la interacción
entre la difusión de las tecnologías de la información y las relaciones
comerciales y financieras internacionales amplían la permeabilidad del
comportamiento de la economía norteamericana a otros entornos como el
europeo. En esta línea, y, teniendo en cuenta estimaciones recientes, la
distancia en las dotaciones tecnológicas no es el mayor obstáculo para Europa
sino la utilización que se haga de las nuevas tecnologías de la información y la
20 RETOS A LA TEOLOGIA DESDE LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
traducción y asimilación de las transformaciones que han posibilitado la nueva
economía: la creación de proyectos empresariales adecuados, la disposición de
los sistemas financieros a otorgarles cobertura, la potenciación de las
condiciones que hacen posible el desarrollo de la innovación, la formulación de
reglas adecuadas, la flexibilización de los mercados, la defensa de las
condiciones de competitividad y la capacidad de las empresas para adaptar sus
estrategias a las transformaciones en curso. Afirma que Europa no sólo está a
tiempo de asimilar esas prometedoras transformaciones, sino que existen
evidencias suficientes como para anticipar la posibilidad de su arraigo
definitivo y la generación de ventajas equivalentes a las observadas en la
economía estadounidense. La complejidad del ciclo económico, la progresiva
consolidación del proyecto de unificación monetaria y su reflejo en unos
mercados que reducen rápidamente su segmentación nacional y obligan a los
operadores financieros a una explícita adaptación competitiva, favorecen la
reducción de algunas de esas limitaciones diferenciales frente a la economía
estadounidense. Por otra parte, si las tecnologías de la información y de las
telecomunicaciones constituyen la soldadura del proceso de globalización, el
mercado único europeo deberá constituirse en el microclima más propicio para
albergar aquellas estrategias empresariales tendentes a reforzar esa dimensión
paneuropea de la nueva economía. Ambos procesos, la consolidación del
proyecto de unificación económica y financiera en Europa y la definitiva
asimilación de la revolución digital, son complementarios y de la sincronía con
que ambos se conduzcan dependerá, en gran medida, la satisfacción del
objetivo del pleno empleo para el año 2010 (Ontiveros, 2000, 92).
EL TELETRABAJO
Mayoral (2000) afirma que las transformaciones tecnológicas propician
cambios en el escenario económico que afectan a las estructuras organizativas
de las empresas y de los trabajadores, lo que contribuye al desarrollo del
teletrabajo que crece de forma exponencial. El cambio afecta a la flexibilidad
de las condiciones de trabajo, especialmente de lugar y tiempo, lo que facilita
la movilidad. En síntesis, el teletrabajo supone modificaciones en las
organizaciones empresariales y en las formas de prestación laboral, aumento
de la productividad, reducción de los costes de las empresas, mejora de la
calidad de vida de los trabajadores y reducción del impacto ecológico. El
teletrabajo implica dos grandes cambios: el lugar donde se realiza el empleo
(domicilio del trabajador, centro próximo a su domicilio, oficinas virtuales) y
las tecnologías con las que se realizan las tareas laborales (tecnologías de la
información). El teletrabajo incide en el desarrollo económico, en la
organización del trabajo y en los hábitos y conductas de los trabajadores. Así,
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la centralización de los servicios en la empresa, da paso a una visión más
autónoma de los programas de producción, el horario flexible prima sobre el
horario fijo y mejora la calidad de vida de los trabajadores.
El teletrabajo presenta sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Entre los
puntos fuertes podemos destacar los siguientes: la flexibilidad que imprime a la
actividad laboral y que determina beneficios para la empresa, el teletrabajador
y el medio ambiente. Así, la empresa reduce gastos, acaba con el absentismo
laboral y aumenta la productividad. El teletrabajo permite mejorar la calidad
de vida del trabajador que elige el entorno de trabajo y reduce o elimina el
tiempo invertido en desplazamientos. El medio ambiente acusará la
disminución del tráfico y la reducción de la contaminación y del impacto
ambiental.
Los puntos débiles apuntan en la línea de la necesidad de una formación
especializada en el manejo de las nuevas tecnologías, la soledad determinada
por la ausencia de contactos interpersonales, la falta de motivación para
organizarse, la carencia de mecanismos fiables que permitan controlar la
cantidad y calidad del trabajo, el descenso de los niveles de seguridad y
confidencialidad de la información, la infravaloración de los puestos de
teletrabajo y la disminución de la protección laboral y social de los
teletrabajadores, el mayor control de los jefes sobre los empleados y las
exigencias de trabajo más allá de la jornada laboral como ha puesto de
manifiesto Richard Sennet en su estudio "La corrosión del carácter. Las
consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo".
El teletrabajo está ahí con sus ventajas e inconvenientes, con más puntos
fuertes que débiles, como seña del ocaso de una época que termina asentada
sobre el trabajo para todos, trabajo estable y seguro para toda la vida,
empleados austeros y proclives al ahorro, empresas con modelos rígidos de
organización, lentas de reflejos y sin capacidad de reacción. Se abre un periodo
marcado por la globalización que determina la existencia de mercados abiertos
y competitivos, nuevos modelos de organización económica, mayores niveles
de independencia, autonomía e incertidumbre laboral y abundancia de
información disponible (Mayoral, 2000, 101 ).
ECONOMIA DEL CONOCIMIENTO: CONOCIMIENTO, SABER Y
ENTORNO DIGITAL
Echevarría (2000) afirma que el nuevo entorno telemático es un medio
para distribuir información pero, sobre todo, un medio de conocimiento y de
saber, capaz de modificar nuestra memoria, nuestros comportamientos y
nuestra identidad personal y social. El autor considera la existencia de tres
22 RETOS A LA TEOLOGIA DESDE LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
entornos: el entorno natural (El), el entorno urbano (E2) y el tercer entorno
(E3). Las nuevas tecnologías de la información y de las telecomunicaciones
(NTIT) crean unas nuevas circunstancias que modificarán a los seres humanos
en la medida en que E3 se consolide como espacio social diferenciado y nos
adaptemos a él. Esta transformación implica nuevas formas de conocimiento,
de saber, de manera que los sujetos que sepan desenvolverse en el tercer
entorno (E3) tendrán más y mejores posibilidades que los que sólo sepan
hacerlo en El y E2.
Si analizamos la evolución de los seres humanos sobre la tierra podemos
apreciar que nuestro primer entorno ha sido la naturaleza a la que hemos
tenido que adaptarnos y transformarla mediante el conocimiento técnico y las
formas de organización social y natural. El segundo entorno, el medio
ambiente urbano, nos ha exigido desarrollar nuevos conocimientos para la
adaptación. En el entorno telemático, se plantea la necesidad de adquirir
nuevos conocimientos y habilidades para podernos adaptar. Por otra parte, los
entornos El y E2 y ahora E3 ofrecen circunstancias que facilitan u obstruyen
la construcción de nuestra identidad personal y social.
Asimismo, es preciso tener en cuenta que en los entornos El y E2 hemos
aprendido y desarrollado conocimientos que pueden ser transferidos a E3. Los
conocimientos científicos, las bases de datos, los libros, los archivos, etc., se
están presentando en formato digital, electrónico e incluso virtual y son
accesibles a través de redes telemáticas. En El el conocimiento se archiva en el
cerebro; en E2 se archiva en los libros, documentos y revistas y E3 ofrece un
nuevo soporte electrónico y digital para archivar el conocimiento. Pero, en E3
podemos actuar (invertir en bolsa, comprar en Internet, etc.) lo que le
convierte en un nuevo espacio para la acción social. Esta dinámica hace
necesario adquirir nuevos conocimientos teóricos y prácticos (saber usar un
navegador, hacer búsquedas, etc.) y aprender a comportarse en el nuevo
entorno. Por esta razón, es necesario introducir modificaciones en los sistemas
educativos. Es preciso enseñar a los sujetos no sólo a caminar, jugar, vestirse,
escribir, trabajar, etc. en El y E2, sino a moverse, jugar, leer, escribir en
sistemas multimedia y el teletrabajo. Se necesita afrontar las posibilidades de
las tecnologías de la información y no vivirlas como una amenaza para los
procesos educativos, porque eliminan la interacción personal profesor-alumno
y alumno-alumno. Es preciso insistir que lo que determina la relación entre las
personas no es sólo el medio de comunicación que usamos, sino la capacidad
de comunicarnos y estas relaciones entre personas, además del cara a cara,. se
valen de otros medios: señales de humo, correo, teléfono, e-mail.
La educación no puede quedar al margen de las aportaciones de
numerosos espacios de relación virtual. La educación convencional y la
educación virtual están convergiendo en un mismo paradigma, en un mismo
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espacio de reflexión y análisis, que estimula los procesos de optimización
educativos, especialmente en el ámbito de la educación superior universitaria
y permanente (Duart, 2000).
Por otra parte, al plantear las perspectivas de la sociedad del
conocimiento en Europa, López Perona (2000) indica que la sociedad europea
necesita una orientación distinta para afrontar sus problemas sociales más
acuciantes: la creación de empleo y la supresión de la marginalidad que nace
de la exclusión social (suma pobreza, desempleo y delincuencia) cuyo coste se
sitúa entre 1/5 y 1/8 del PIB de la UE. En esta línea, hemos de tener en cuenta
que Europa es la región del mundo desarrollado con mayor número de parados
y donde menos empleos se han creado en los últimos 25 años (18,7 millones
frente a 50,9 de Estados Unidos). Asimismo, para el periodo 2000-2005 la
Cumbre de Lisboa, celebrada los días 23 y 24 de marzo de 2000, define como
objetivos estratégicos de la UE mejorar las formas de gobierno, incrementar la
competitividad de la economía europea, la creación de empleo y la respuesta a
las necesidades surgidas de la globalización y del nuevo mapa geopolítico.
Estos objetivos se encuadran en torno a estos ejes: las reformas económicas
para potenciar la nueva economía, las medidas para consolidar el modelo social
europeo y la inversión en capital humano. Así, la mejora de los sistemas de
protección y el aumento de la inversión en educación y formación para el logro
de una economía del conocimiento, se encuentran en interacción. Por esta
razón, se aspira a dotar de conexión a Internet a todas las escuelas europeas
antes de finalizar el 2001 y promover la formación a lo largo de toda la vida
profesional. Además, se pretende la puesta en funcionamiento de una red
transeuropea para las comunicaciones científicas electrónicas (un espacio
europeo unificado de investigación), que conecte centros de investigación con
universidades y bibliotecas, la identificación de una red de centros europeos de
excelencia en investigación y desarrollo y la creación de un sistema de patentes
europeo, barato y fácil de obtener. Con estas medidas, se busca conseguir que
el año 2010 la tasa de paro europeo que se sitúa actualmente en el 10%,
descienda hasta el 4% y aumente la tasa de actividad del 60% actual al 70%, lo
que supone crear veinte millones de nuevos empleos.
Para López Perona (2000, 112-113) la expresión "economía del
conocimiento" acuña un concepto nuevo que representa el entramado
económico que refuerza las ventajas comparativas europeas en un mercado
global, especialmente el contar con una población altamente educada pero que
precisa adaptarse a puestos de trabajo que requieren el uso intensivo de la
informática y de tecnologías de vanguardia. Además, se hace necesaria una
nueva formación sensorial. En la actualidad en E3 los sentidos implicados son
el oído y la vista, pero las investigaciones sobre el tacto, el olfato y el gusto
avanzan vertiginosamente e incidirán de forma decisiva en nuestra forma de
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percibir, sentir y entender. Cada día será más urgente ver, oír, entender e
intervenir en entornos que no son naturales ni urbanos sino digitales,
electrónicos y virtuales.
Por otra parte, hemos de insistir en que la identidad de los seres
humanos se transforma por efecto del nuevo entorno: actuar en la televisión,
usar el correo electrónico, construir una página web, etc., determina una forma
de ser y estar en el tercer entorno, en el mundo. El entorno digital genera no
solo nuevos conocimientos sino una nueva forma de cultura y civilización y, por
tanto, de identidad personal y social. Es preciso, afirma Echevarría (2000, 29),
aprender a ser personas en el medio ambiente digital sin menoscabo ni
deterioro de nuestro cuerpo y de nuestra personalidad. Este es el desafío y la
tarea urgente para los seres humanos en las próximas décadas.
RETOS A LA TEOLOGIA DESDE LA SOCIEDAD DEL
CONOCIMIENTO
Ha llegado la hora de pensar la teología del nuevo milenio. Las
reflexiones elaboradas a lo largo de los siglos XIX y XX necesitan ser
revisadas. La defensa de la libertad, la igualdad y la solidaridad exige la
creación de nuevos instrumentos de análisis. N o podemos contentarnos con los
resultados de la reflexión teológica realizada para responder a los retos de la
Europa del racionalismo, de la modernidad y de la postmodernidad cuando nos
adentramos en el planeta de la intercomunicación, el mestizaje y la pluralidad.
La historia de la teología muestra que es más peligroso permanecer al margen
de las revoluciones científicas y tecnológicas que participar en ellas de forma
activa, confiada y crítica.
No es fácil acertar con el camino. La teología anda a tientas en este
nuevo modo de producir, vender, transportar, educar, aprender o vivir. Por
primera vez en la historia, el mundo es una aldea global, no teórica sino real.
Pero nos preguntamos, ¿cuál es la aportación de la teología ante estas
nuevas realidades que desbordan los marcos teóricos con los que estábamos
acostumbrados a convivir? No es fácil hacer predicciones ni pretender
encorsetar bajo normas prohibitivas o permisivas. Es preciso un esfuerzo de
imaginación y de creatividad.
La reflexión teológica tendrá en cuenta que estamos ante un nuevo
mundo en el que la base de la riqueza ya no son los recursos naturales o los
activos físicos de que un país disponga sino la capacidad de generar, desarrollar
y aplicar conocimientos que tengan sus ciudadanos.
GONZALO MARRERO RODRIGUEZ 25
La teología en los últimos años, salvo algunas excepciones, ha vivido en
un mundo acostumbrado a descansar en manos de una jerarquía sin correr
riesgos ni asumir grandes responsabilidades y donde a cambio de servidumbre
se obtenía protección, en un extraño pacto de vasallaje donde se afirmaba la
libertad, pero una libertad vigilada, dirigida; esta praxis entra necesariamente
en revisión.
La teología ha de analizar y pensar sobre los cambios que se están
produciendo y elaborar reflexiones que permitan concebir y aplicar las nuevas
tecnologías como una oportunidad para desarrollar a los seres humanos en aras
de la construcción de un mundo mejor, más humano y más solidario. La
realidad actual nos hace descubrir un mundo marcado por profundas
diferencias sociales donde emerge una nueva legión de excluidos: los
marginados por la tecnología. El pensamiento teológico insistirá en la
necesidad de apertura y democratización de la tecnología informativa de forma
que se incluya a los tecnológicamente marginados, ofreciendo sus reflexiones y
servicios para estimular con fuerza la conciencia social de las empresas de
telecomunicaciones y de nuevas tecnologías.
Alertará la reflexión sobre las potencialidades de comunicación e
información que ofrece Internet, esta red de redes que en los últimos años se
ha vuelto amigable y atractiva penetrando en nuestras vidas cotidianas y
produciendo cambios significativos en los procesos de aprendizaje.
La reflexión teológica estará atenta para que Internet no ocupe el
espacio de una religión con sus devotos, apóstoles, fundamentalistas y
oficiantes como ya ha denunciado lúcidamente David F. Noble en su obra "La
religión de la tecnología".
La reflexión teológica tendrá en cuenta que Internet hará más accesible
la cultura y el arte, pero también la pornografía; hará más fácil la educación
permanente, pero aumentará las posibilidades del ocio banal; facilitará nuevas
formas de relación entre las personas, pero también que estas relaciones se
desarrollen en la falsedad. La reflexión teológica atenderá a facilitar que
ocurra lo que merece ocurrir y combatirá lo opuesto; ayudará a potenciar la
conciencia de la propia identidad y de la responsabilidad moral que lleva
aparejada la existencia humana en el mundo.
La reflexión teológica será consciente que se están produciendo
transformaciones exponenciales, problemas sobrevenidos y desafíos
impensables hace tan solo unos años; distintas manifestaciones que exigen
diferentes respuestas como consecuencia de la explosión técnica y del carácter
multidisciplinar de la revolución tecnológica basada en la convergencia de las
telecomunicaciones y la informática. Por otra parte, esta reflexión tendrá en
cuenta el proceso imparable de liberalización (mundialización de los
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mercados) al aumentar la velocidad y la calidad de la información para realizar
transacciones y el incremento de la eficiencia en la producción de bienes y
servicios.
La reflexión teológica, sin olvidar las aportaciones del discurso
tecnológico, insistirá en las consecuencias y contrapuntos, pues globalización
económica y fragmentación social favorecen el contrapunto abrupto de la
nueva era, porque nunca estuvimos tan cerca los seres humanos y tan lejos. En
la actualidad tenemos la sensación de que nos estamos alejando unos de otros,
de los otros, de los que quizá albergan la esperanza de que les ayudemos a
alcanzar la otra orilla.
La teología insistirá en que este mundo veloz e impávido, circunstancial
y casuístico genera víctimas, víctimas desprovistas de color, de etiquetas y de
cargos.
La teología hará notar, como ya hiciera Kranzberg, que la tecnología no
es ni buena ni mala, pero tampoco neutral y que su evolución no debe silenciar
los grandes interrogantes de la condición humana.
La teología deberá aportar una luz y plantear las cuestiones claves en
este nuevo milenio: ¿dónde estará el hombre?, ¿arrollado por el progreso?,
¿arrodillado y abatido ante su insignificancia?, ¿perdido en medio del océano
sin saber si rema en la dirección adecuada?, ¿desentendido de todo?, etc.
La teología nos debe recordar que al principio fue la palabra. Palabra
esculpida, signo de la historia, perteneciente a hombres que entregaron su vida
y que hicieron posible la construcción del mundo que hoy habitamos. Palabras
vacilantes, palabras de amor claras y profundas. Palabras para impulsar la
emoción humana, para elevarnos sobre nosotros o sobre las ruinas.
Comunicación y entendimiento en el espejo de la palabra. Piedras de la
memoria: las palabras. Centro de gravedad de nuestra libertad y de nuestros
proyectos. La palabra que nos hace propietarios de nuestro destino y nos
desvela que el mensaje somos nosotros: los hombres. Palabras que entretejen
corazón y razón (Moreno, 2000, 161).
La teología debe seguir planteando las cuestiones que sitúan a la técnica
en su lugar y al espíritu humano en su sitio, lo que nos permitirá sentirnos
seguros y confiados para mantener responsablemente el timón con el rumbo
elegido por nosotros mismos.
La teología debe potenciar la reflexión y la crítica en este mundo
vertiginoso y extraño donde el hombre está llamado a renacer y a construir día
a día el hombre nuevo.
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La reflexión teológica debe insistir, porque no se encuentra en el manual
de instrucciones, en que la red que es preciso tejer cada día es el compromiso
con los otros. La red de la fraternidad, de la educación y de la integración para
todos, de la cultura que nos transporta, a través de la palabra y del sentimiento,
a un mundo nuevo donde poder navegar sin negar la mano a los náufragos,
donde el fin es el hombre, donde los muros de lo inmediato se derrumban y
renace el horizonte de lo trascendente.
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Gonzalo Marrero Rodríguez