ALMOCiAKEN 25 (99). Pdg. I I~2-I. O CENI'KO TtOLOGICO DE LAS PALMAS
HAMBRE Y MISERIA EN CANARIAS: 1768-1772.
EL PAPEL DE LA IGLESIA'"'
JOSE LAVANDERA LOPEZ
PROFESOR DEL CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS
D u r a n t e el quinquenio 1768-1 772, las islas se vieron sometidas una ver
más a un período de fuerte sequía, que aunque extremo en islas como
Fuerteventura y Lanzarote también alcanzó a otras de mayor régimen
pluviométrico como Tenerife o La Palma.
Exponente de la gravedad de esa crisis y quizá en su punto álgido es el
libro de actas del Cabildo de Fuerteventura.
Ya en 1768 y recogiendo al inicio de la atroz sequía, se dice: "Dada la
fatalidad de pastos y hierbas en la isla, se acuerda puedan manchonear las
yuntas de animales en las vegas, sin orillar con los panes, se acuerda vigilen los
jueces de comisión para que tampoco manchoneen de noche. Dada la escasez
de géneros comestibles y potables existentes en la isla, se acuerda se ordene a
todos los comerciales y trajinantes traigan los necesarios para su abasto; y para
el surtido de pan a ella, se acuerda nombrar panaderas a Ana Trujillo, a Anna
Morales, a Francisco Javier y Josepha Trujillo"'".
( ) Lección Inaugural del Curso Académico 1999-2000.
(1) R. ROLDAN VERDEJO, Acuerr1o.i del Ctrhildo de Fuerreventurn, 1720-1795. La Laguna.
1966, p. 145.
HAMBRE Y MISERIA EN CANARIAS: 1768-1772, EL PAPEL Dt L.A IGLESIA
La fatalidad de la mala cosecha del 68 y la del 69 agrava la situación
motivando que muchos vecinos la abandonen, embarcándose para las demás
islas, dejando según el parecer del cabildo "la isla expuesta a la invasión de los
enemigos, haciéndose estos moradores molestos peregrinos, sufriendo las
incomodidades de una molesta transmigración, y experimentándose muchas
muertes a mano de la necesidad tanto en esta isla como en las demás adonde
han pasado, no habiendo barco que no vaya enteramente cargado de hombres,
mujeres y niños, que parecen por los caminos y calles difuntos andando,
padeciendo Fuerteventura la peor situación que se ha visto desde que se puede
hacer memoria y no habiendo simientes que plantar continuará esta isla en la
misma fatalidad" "l.
El Cabildo tomó medidas extremas, que no siempre resultaron eficaces.
Se recurre a los fondos de los quintos. La ayuda de la audiencia se materializó
en un préstamo inferior a los ocho mil pesos de los cuales 3.400 eran donación
del Rey y el resto de distinta procedencia.
La situación llevó finalmente al Comandante General a informar al rey
de lo preocupante de la situación, que afectaba también a las demás islas,
haciendo notar el aumento de tres mil personas más en la población de La
Palma y que habían llegado a ella empujados por el hambre y la miseria.
También influyó en el agravamiento de la crisis la peculiar situación
socioeconómica del archipiélago en el siglo XVIII. Así observamos que la
propiedad de la tierra era detentada en su mayor parte por la clase pudiente, la
corona o la iglesia, y el resto estaba en manos de mayorazgos más bien pobres
y una multitud de pequeños propietarios que además se encontraban en
situación muy difícil al estar sus tierras gravadas con numerosos tributos,
censos, capellanías y memorias de aniversarios ('l.
A este conjunto de factores se une la crisis vinícola que afecta también a
las clases privilegiadas. Además éstas no están dispuestas a reducir su tren de
vida produciéndose así una merma importante de capitales. Como medida
correctora ejercen sobre sus colonos una presión insoportable. La abundancia
del proletario campesino hace que el jornal se deprecie de tal forma que el
trabajador pierde su condición humana y se convierte en mera mercancía. Un
contemporáneo don Tomás Nava y Grimón, llega a afirmar que en Canarias al
depreciarse tanto los jornales la suerte de los braceros no es superior a la de los
siervos de la gleba.
(2) R. ROLDAN VERDEJO, Op.cit., pp. 148 y 158-159.
(3) Un análisis dctallado y lúcido de esta situación lo enconti-amos en V. SUAREZ GRIMON,
Crisis de silbsistencin en Lnnznrote v filerreventilru rn el sielo XVIII. en Tcbeto n. VI1
(1994), pp. 13-44. También interesadestacar para el período concreto que se cstudia: F.
OJEDA BAEZ y L. GONZALEZ MARTIN, Ltr crisis de siihsistenciri y el rnercndo (le In
tirrru erl Filerteverlrllrii (1769-1772). eii VI11 Jornadas de estudio sobrc Fuerieventura y
Laiirarote. Tomo 1. Puerto dcl Rosario. (1996), pp. 113-129.
Tampoco podía venir la solución a esta deficiente estructura
socioeconómica del sector de la industria pues el archipiélago carecía
absolutamente de ella. Este hecho se explica porque nunca hubo tradición de
obreros especializados y además era inexistente el capital necesarioí4'.
¿Cuál fue la respuesta de la iglesia a ésta crisis de subsistencia? ¿Se sintió
afectada por la misma? La respuesta está evidentemente condicionada por la
documentación existente. Es decir, sólo se nos permite analizar el estamento
clerical aunque haciendo ciertas distinciones que sobre todo imperan en el
Antiguo Régimen; es decir, el alto clero y el bajo clero. Dentro del alto clero
situamos al obispo diocesano, al Cabildo Catedralicio y los rectores de las
iglesias beneficiales más importantes que podían ser por ejemplo los de la
iglesia del Salvador en La Palma o la de los Remedios en La Laguna. Con el
término bajo clero comprendemos a los llamados curas amovibles, situados
preferentemente en zonas rurales y que constituyen la mayoría.
Para averiguar el compromiso de éstos últimos poseemos una
documentación muy peculiar y bastante representativa como la que se generó
a partir del llamado "Espolio y Vhcante del obispo Delgado y Venegas ".
Con el nombre de espolio se designa la masa de bienes procedentes de
la mitra que dejan al fallecer o en su traslado los Arzobispos y Obispos. Y con
el de vacante a las rentas generadas por estos bienes en el período que media
entre el fallecimiento o el traslado del obispo y el nombramiento de su sucesor.
El espolio y vacante siempre estuvo sometido en distinto grado al poder
civil y fue motivo de frecuentes conflictos con la autoridad eclesiástica. El
concordato de 1753 entre la Corona española y la Santa Sede también
contempló el arreglo de este litigio. La negociación llevó al establecimiento de
un tribunal específico, que a su vez elaboró un reglamento definiendo los fines
a los que iban destinados la masa de bienes y rentas generadas en estos
períodos.
El artículo 14 del Reglamento del Tribunal de Espolios y Vacantes
concreta lo que llama usos piadosos según los cánones, y a los cuales habría que
atenderse en las distribuciones. Dice:
"Proc~iraráe l Colector General informarse oportunamente de
las necesidades que padezcan las iglesias catedrales, colegiutas y
parroquiales de la diócesis, en todo lo que mive a la decencia del
c~l l tod ivino y a su servicio; teniendo a su vista las rentas de sus
fábricas, y las obligaciones que en algunos residan de contribuir al
socorro de dichas necesidades por causa del Patronato,
(4) Vid. A. BETHENCOURT MASSIEU, Apr-oxinlncicín o la econornía (le los islas Cclnarins,
en "Campus", número especial. 1975.
HAMBRE Y MlSEKlA EN CANARIAS: 1768-1772. FL PAPEL Dt LA IGLESIA
participación de diezmos u otros. Igualnzente se instituir6 de las
casas de niños expósitos, huérfanos y de~amparados y de las
destinadas para recoger mujeres de mal vivir, y otras gentes
perjudiciales a la república, como también de los hospitales para la
curación de enfermos y de los hospicios; y adonde no haya y
convenga su erección se procede a ella, inquiriendo el estado de
unas y otras fundaciones, o si alguna de las de esta clase hace
notoria falta en las Capitales u otros pueblos. También averiguar6
cuanto sea posible, las pobres doncellas que haya en disposición de
tomar estado, y por falta de competente dote no se les socorre; y
últimamente las necesidades de los labradores por la esterilidad y
otros infortunios; y las que se hallen algunas familias o personas
honradas, que no pueden adquirir .YLL sustento con el trabajo no
mendigando; y con previsión de todas las referidas necesidades,
atendiendo las que sean más urgentes y recomendables, sin
acepción de personas no moverse por afección o inclinación a
parientes no familiares de lo5 que intervinieren o tuvieren pare en
este negocio antes bien procediendo con todo desinterés y
justificación, y apartando de si toda sospecha de parcialidad
reglurá la distribución de dicho prodzicto".
Producida la vacante del obispo Delgado y Venegas que corre desde
el 19 de diciembre de 1768, al 11 de junio del año 1769 hubo que
proceder a la distribución de los fondos generados durante la misma.
Esta misión le correspondió al Juez de espolios y vacantes en Canarias
don Gonzalo Galiano, oidor de la Real Audiencia. Don Gonzalo
escribió una carta a todos los párrocos de las islas en Diciembre de 1769.
De éstas conservamos las respectivas a Tenerife (28) La Palma (11) y
Fuerteventura (1). El resto sabemos que también se encontraba en el
archivo pero actualmente no se han encontrado"'.
La carta del subcolector tiene como preocupaciones fundamentales
el dar a los caudales el curso establecido por los cánones insistiendo de
manera notoria en la rectitud de conciencia que se ha de observar en el
procedimiento mandando se acompañe el informante de otra persona,
sacerdote o clérigo si es posible.
A la vez envía un formulario de preguntas a rellenar por los párrocos.
Fundamentalmente se puede dividir en los siguientes bloques:
1. Fondos que tiene dc dotación la parroquia. Hay que destacar que las
parroquias en su mayoría eran beneficios curados de provisión
(5) Archivo Histórico Diocesano. Sección 20. Espolios y Vacantes. Caja h.
episcopal, cuyos fondos generalmente pendían sobre beneficios
reales o laicales y obligaciones aceptadas por el pueblo.
2. Situación en que se encuentra el culto divino; ornamentos de que se
dispone y estado material de las iglesias. "Y estas cosas que se
tuvieren por convenientes".
3. Se pide el nombre de tres doncellas señalándose que "sean honestas,
hijas de padres honrados, virtuosas, y de edad de catorce hasta
treinta años, vecinas de la feligresía". Se insiste en que han de ser las
que se encuentren en mayor necesidad y si hay alguna que por no
ponerse en estado de casamiento pueda peligrar, y por orden de su
mérito, poniendo en primer lugar la más benemérita y así del
segundo y tercero a quienes se pueda con alguna ayuda de costa para
tomar estado.
4. Se pregunta si hay alguna familia de honor en estado de decadencia,
particularmente señoras viudas con familia, que suelen peligrar más
fácilmente.
5. Cuántos vecinos tiene cada feligresía y cuántas personas.
6. Hay una respuesta de los párrocos que no podemos enmarcar en
ninguna de las preguntas anteriores pero que ellos consideran una
cuestión muy importante; se refiere al estado general de la parroquia.
La información aportada por los rectores de iglesias es aquí
particularmente rica sobre todo en orden a conocer la situación
socioeconómica de sus comunidades.
LAS CARTAS DE LOS PARROCOS AL JUEZ D. GONZALO GALIANO
La situación es de clara pobreza en muchas de ellos, dada la escasez de
sus dotaciones.
Así en la isla de Tenerife el cura de San Juan de la Rambla dice que "no
tiene tributos ni aún par lo diario; hostias, vino, cera, lámpara del Sagrario". La
Iglesia tiene algunos tributos, pero entre ellos los hay confusos y perdidos,
"sobre los cuales se llevan ejecuciones cuyos autos están arrimados por no
haber dinero para proseguirlos"'"'. La Concepción de Santa Cruz estaba dotada
por el Real Patronato con 208 reales anuales y los fieles contribuían con
algunos tributos, claramente insuficientes"'. En La Guancha los tributos rentan
296 reales añadiendo los 400 que aportan los vecinos y que 14 junto con los
(6) Ibídem., Corta (le don Vicente Anrottio Lasso tic, la Vega. Enero de 1770.
(7) Ibídem,. Ctrrtcr de don .los¿ Gaspor Don7írzglrez. 4-1-1770.
16 HAMBKt Y MISFRIA FN CANARIA5 1768 1772 EL PAPEL DE LA IGI FSIA
caídos no llegan a los 200 pesos a n ~ a l e s " (T~e.n emos un caso particular con una
iglesia de patronato, la de Santiago del Teide. Cada año recibe de la fábrica de
Garachico 100 reales, los vecinos aportan de 90 a 100, pero su patrono no
cumple con su obligación que es la de proporcionar a la iglesia una fanega de
trigo y un barril de vino, y otra fanega para a quien lava la ropa'"'. Guía de Isora
cuenta con una casa que los vecinos han puesto al servicio del cura, rentando
12 pesos anuales y doce botijas de aceite para el Santísimo; siendo necesario en
ocasiones que el mayordomo se valga de la justicia para cobrarlos ('"'. El
párroco de La Orotava, localidad en otro tiempo de gran prosperidad dice con
gran ironía, que la dotación está en los paladares de los ingleses('''.
En la isla de La Palma la situación es parecida. Hay que señalar que los
vecinos colaboran, aunque en los pobres niveles que estaban a su alcance. En
muchas ocasiones su prestación es en especie. Cpmo caso particular
destacamos al beneficio matriz de la isla, El Salvador, con ocho o nueve mil
reales anuales "'l.
Los datos que tenemos de la única parroquia de Fuerteventura
(posiblemente La Oliva), nos hablan de unas pocas fanegas de tierra,
prácticamente estériles por la escasez de lluvias("'.
Problemas semejantes de pobreza y necesidad encontramos en las
informaciones de los párrocos sobre el culto y sus iglesias.
En San Juan de la Rambla solamente se tiene una casulla blanca que
dice "parece celosías". Para un culto decente se necesitarían al menos 1.100
reales. De un cuadrante de 300 pesos al párroco le corresponden 80. "Si no
tuviera yo bienes patrimoniales, por cura pidiera limosna". Dice ("' "En La
Guancha hay falta de ornamentos y la capilla mayor, derruida, sin fondos para
su reedificación (''l. En Santiago del Teide nos encontramos con una ermita
llena de problemas de seguridad y con la ya señalada irresponsabilidad del
patrono de quien se dice que no ha cumplido con su compromiso de edificar la
nueva iglesia parroquial, con su torre, campanas, retablo dorado y órgano, y
que "Comete muchas extorsiones; obliga al sacristán a que deje solo al cura,
prohibiendo a todos que le ayuden a misa. Y como Juan Melo no le hacía el
gusto en esto juntó la hermandad del Santísimo para quitarle la túnica. Los
sacerdotes no quieren venir a servir la iglesia por la fama que hay de dicho
Ibídcm, Carta ríe (ion .lo.sé Lbpez Bautista. 3- 1 - 1770.
Ibídem., Carta de don José Atzronio de León Ferrera. 20-1 -1770.
Ibídem., Crlrtu de tion José Antotzio de León Ferreru. 20-1-1770.
Ibídem.. La crrrra carece de firma. 30-1-1770.
Ibídem.. Carta de don Pedro Vélei. 4-1 -1770.
Ibídcm., Cartrr (le don .lercínimo Nrgrin Viña. 13-3-1770.
Ibídem.. Op., cit.
Ibídem., Op., cit.
señor. Todo lo cual tengo por mejor que el Rey Ntro. Sr. bien servido; Y
aquellos pobres vasallos libres con de esclavitudi16i.
En San Pedro de Daute se acusa el daño que hizo el volcán al destruir
terrenos sobre los que gravaban tributos. En la actualidad se reciben 200 pesos
lo cual es insuficiente para sus necesidades. La ropa se pide a otra iglesia el día
de la fiesta y las campanas se hallan en dos palos, expuestas a caerse por su
antigüedadu7'. En Arico son muchas las necesidades, sobre todo de orden
material. La nave de la Iglesia amenaza ruina y sus paredes se están cayendo.
Los misales viejos y el órgano "descon~hado"(~~.
Igualmente de preocupante es la situación en la isla de La Palma.
En San Andrés el culto se mantiene gracias a la ayuda desinteresada del
conventou"'. En Barlovento hay gran necesidad de ornamentos. El estado del
templo es deplorable y se filtra gran cantidad de agua que cae sobre el altar.
Esto ocurre por estar la iglesia "bajo el Norte y en lo alto de un monte"(20JE. n
Los Llanos hay que cerrar al culto la capilla mayor pues amenaza ruina total y
"se ha venido en este presente mes de diciembre un remate abajo que hubiera
peligrado la vida de cualquiera". En Garafía hay que levantar la Capilla
Mayor '"l.
En Fuerteventura la pobreza de la iglesia es tanta que "ni aún el sagrario
tiene retablo". La iglesia está sin piso y la torre comenzada. No tiene
cementerio, razón por lo cual los huesos se ponen en un corral y a veces ocurre
que los perros entran a roerlos. La Iglesia sin tejas, de forma que cuando llueve
entra el agua "Quasi como en la calle"(").
Cuando a los sacerdotes se les pregunta por tres jóvenes virtuosas y en
estado de casarse éstos responden teniendo en cuenta los siguientes
parámetros.
La nota de virtud se les supone a todas y solo en un caso se dice "ayuda
a vestir imágenes".
Lo que más destaca es su pobreza, sin dejar libre a la clase notable. Así
doña María, de la familia de los Monteverde, tercera hija del conde del Palmar
"empobrecida". El de la Victoria dice de María de la Cruz "con trabajo
(16) Ibídem.. Op., cit.
(17) Ibídc111,. Crrrtu de don Crisrbbril Andrés de Ponte S~tarez y (ion Francisco de /u Cruz
Marrinez Finueroa. 11 -1 -1770.
(1 8 ) Ibídem., ~c;ta (le (ion José Nicolris K~l1ntlrrre.s4. - 1-1770.
(19) Ibídein,. Carta de don José Arturo. 2 1 - 1 - 1770.
(20) Ibídem., Carta de don .losé Mariano Domíng~iez. Enero dc 1770
(21) Ibídem,. Crrrtu de don Narciso Art~tro v Bruto. 29-12-1769.
(22) Ibídem., Carta de don .losé Antonio ~ k r r e r o1. - 2-1770.
(23) Ibídem., Op., cit.
alimenta a su madre y a unas hermanitas pobresc4. Elocuente también el caso
de Isabel, vecina de Icod, "cargada de hijos y vive de cultivar tierras que no son
SUYaS)' ( Z i ) .
Respecto a la relación de viudas pobres hemos de precisar lo siguiente:
en algún caso se tiene especial cuidado en resaltar los casos de nobleza como
las elegidas por la parroquia de San Juan de la Rambla; doña Josefa y doña
Ana Madán del Castillo.
No es sin embargo la tónica general, siendo lo más frecuente que las
condiciones que se destaquen sean las de la pobreza. Así la relación del cura de
Santiago del Teide que dice: "viudas hay muchas y en suma pobreza" (2"1. Lo
mismo el cura de Tejina("l. O el de Adeje que manifiesta: "viudas habrá catorce
o quince, muy necesitadas, aunque no sean nobles" ('". O el caso de Dominga
Florez, del lugar de la Victoria "con la muerte de su esposo en suma decaden-cia""'.
En La Palma dice al respecto el cura de Breña Baja; hay viudas sin
señorío, pero pobres y necesitadas y con crecido número de hijos" ( " l .
En Puntagorda de la misma isla: Hay veinte y seis casas de viudas, todas
pobres" ('".
En algunos casos se advierte que se ofrecen datos no de viudas sino de
hombres pobres, viudos o solteros o también de casados en extrema necesidad.
Así en la relación de Santiago del Teide se dice que Juana Gil "aunque no es
viuda, está su madre en Indias y no hace caso de ella y tiene dos niños"('2'. O
Rita García Trujillo y su hermana María, solteras y huérfanas en Masca. O Juan
Martín "impedido del todo". En Guía de Isora, Agustín Delgado, "solo, sin
otros haberes que la administración del estanquillo de tabaco y enfermo"''''.
Por lo común en casas de las viudas hay un crecido número de hijos y de
otras personas que encuentran cobijo en sus hogares, como sobrinos, hermanos
más pequeños, etc. Ya hemos visto que en Breña Baja se manifiesta que "las
viudas tienen crecido número de hijos. O en Icod de las tres viudas que se
reseñan dos tienen tres hijos y la tercera parece que seis'"'. En Granadilla doña
Ana del Castillo "esta pobre que aún para recibir el sacramento tiene que pedir
prestado un manto. Mantiene una hija también pobre y viuda, tres hijos, con el
oficio de tejer" ("l.
(24) Ibídem., Op., cit.
(25) Ibídem.. 01>..c it. 1 , (26) Ibídem,. Op., cit.
(27) Ibídem., Cnrtn de don Mntíns A~ltonioS ilirrez. 28-2-1770,
(28) Ibídcm,. Carta tle (ion L11i.s Anzhrosio Fernirntlez del Cnstillo. 31-12-1769.
(29) Ibídem.. Op., cit.
(30) Ibídcm., Ctrrttr (le don T / IO~ ZELrIirSln rdo Snzalley.
(31) Ibídem., Carta de tiorl A~l tonio.l os¿ Aniarrrritt~y Lerírl. 5-1 -1770.
(32) Ibídem.. Op., cit.
(33) Ibídem., 011.. cit.
(34) Ibídem., O!)., cit.
(35) Ibídem.. Cnritr o'(, (ion Jotrqr~írr Gor~zirlez Pí>rnzti del Cnstillo.
.IOSE LAVANDERA LOPEZ 19
Finalmente a través de la relación de los párrocos, sin que medie
pregunta alguna aflora su preocupación por la extrema necesidad a la que se
ven sometidas sus comunidades.
El párroco de la Guancha dice que "los caudales de los feligreses se
fundan en unas sementeras de papas que son su esperanza de vida. Sólo
algunos, tres o cuatro, tienen un puño de gofio "todo es de una suma pobreza"
('"l. Los relatos de los curas de Santiago del Teide, y de Guía de Isora son
estremecedores. El de Guía de Isora dice: "No dudo que muchas familias
tendrán que hurtar para vivir o tendrán que hacer otras cosas en detrimento de
su alma, "Exceptuando 9 o 10 de Santiago y ocho o diez y seis de Guía de Isora
que pueden poseer con menos ahogo, de los demás, muchos están escasos de
alimentos y el resto puedo decir del todo faltos pues ni yerba tienenn(").
Cualquier situación es buena para hacer relucir la situación de miseria y
así el cura de Granadilla al tratar de las doncellas dice: "las doncellas son
pobres y muchas. Viudas hay muchas pobres y no acceden a los oficios por su
desnudez. Todos se exercitan en la labranza del campo y haciendo ya algunos
años de cosechas cortas, dejo a la consideración de V.M. el cómo estarán estos
pobres, exceptuando algunos que no llegan a la tercera parte, desnudos y
muriéndose de hambre7'(' ".
La situación en la isla de La Palma no es mejor. Aunque tiene nacientes
de agua, éstos no están debidamente canalizados y además han mermado por
la falta de lluvias. Los párrocos manifiestan varias veces que la única comida
son yerbas. Al respecto el de San Andrés: "solamente en dos casas no se comen
helechos"('"). El de Breña Baja nos señala que una de las causas es el alza de
los precios: "Es gente tan indigente que se alimenta de raíces de helechos y no
alcanzan de su pobreza a lo sumo de los
El párroco de Fuerteventura manifiesta que la "pobreza es sin igual"'").
Ante esta situación la primera reacción del Cabildo Catedral, (representante
del alto estamento clerical), se recoge en acta de 28 de abril de 1770:
El Cabildo "considerando las graves necesidades que padecen los
pobres de este lastimoso pueblo que muchas llegan a ser extremas por la falta
de alimentos y enfermedades en que algunos han caído, altos motivos que
obligan a ejercitar la caridad cristiana para con los pobres, particularmente al
Cabildo por su dignidad y carácter". Y al margen de que muchos capitulares ya
(36) Ibídem., Op., cit.
(37) Ibídem,. O)?., cit.
(38) Ibídem,. Op., cit.
(39) Ibídem., Op., cit.
(40) Ibídem.. Op., cit.
(41) Ibídem,. Op., cit.
20 HAMBRE Y MISERIA EN CANARIAS: 1768-1772 EL PAPEL Dk 1.A I<iLtSIA
de manera privada, ya pública han contribuido a paliar esta crisis de
subsistencia acordó lo siguiente: 1) Destinar 1.000 pesos corrientes para el
socorro de estas necesidades, sobre todo a la compra de granos. 2) Se
responsabiliza de esta tarea al chantre Manrique y al prior Viña, a los
canónigos Huerta, Massieu, Díaz y Reyes. A los racioneros Giraud, Roo, Sossa
y Arroyo. 3) Se formaron cinco diputaciones de a dos capitulares cada una y
abarcando cada una éstas respectivas demarcaciones o cuarteles; Vegueta y
Cárcel, Triana, San José, San Juan y San Roque, San Nicolás. De momento se
liberan 500 pesos, reservándose los otros para cuando haya grano que se pueda
comprar. El canónigo Barrios será el encargado de la distribución del dinero,
proporcionando a cada uno 100 pesos según se vayan necesitando. 4) El
Cabildo insiste en que se tenga en cuenta sobre todo a los que están por las
calles llevándoles al hospital si no tienen donde quedarse, haciéndose cargo si
fuera necesario, de su manutención. Y que se tenga especial cuidado de los
enfermos y moribundos. 5) Adopta la decisión de no dar dinero sino alimentos
y otras ayudas en especie debido a que los acreedores de los pobres pueden
recabarles el dinero o ser objeto del abuso de los revendedores de grano o
incluso víctimas del robo. En cuanto a la reventa de granos ya el Cabildo
advertía del alto precio del trigo hasta 8 pesos la fanega y 7 la de millo. 6) Dado
estos altos precios y para conseguir más cantidad de trigo aconseja que se pida
prestado a las comunidades religiosas, a los capitulares y a otros particulares, a
los cuales el Cabildo se obliga a pagarles en especie el siguiente mcs de
junio 'J2).
En los meses subsiguientes el Cabildo sigue manifestándose preocupado
por la situación ordenando a sus hacedores que vendan el grano más barato de
lo que propone su representante, dada "la infelicidad de aquella isla" o manda
en otras ocasiones que lo vendan al precio de mercado o más bajo si fuera
necesario. Y siempre se hace una llamada a que el hacedor tenga en cuenta la
mente del cabildo en este problema.
El año 71 se hace eco el Cabildo catedralicio de la mala cosecha que se
presenta lo que agravará el problema dado el crecido número de pobres, sobre
todo de Fuerteventura y Lanzarote a los que describe como "infelices mal
vestidos y peor alimentados". En estas circunstancias acordó en junta de 15 de
junio de 1771. 1) Comprar 4.000 fanegas de trigo para el abastecimiento del
público. 2) Escribir al Rey dándoles cuenta de la calamidad pública y de que el
Cabildo hará todo lo que esté a su alcance para rem~diarla'~".
(42) ARCHIVO CATEDRAL DE CANARIAS, Libro (le Actirs Cnl~irrt1nre.s.n . 48. Años 1769-
1772.
(43) Ibídem.. Op.. cit.
JOSF 1 AVANDEKA LCIPEZ 21
En los libros copiadores de cartas del Archivo capitular conservamos la
que el Cabildo escribió al Rey con fecha de 4 de julio de 1771. Describe en tono
patético la miseria que se ha generado y las posibles epidemias que podrían
sobrevenir dado el aumento de las enfermedades y las numerosas muertes. El
Cabildo, dice, ha hecho todo lo posible. Sus capitulares incluso han ido con
utensilios de cocina por los barrios proporcionando comida a los necesitados y
pagándoles medicinas y esto por espacio de un mes y diariamente. Menciona
las partidas de trigo que se han pedido y se recaba finalmente la generosa
ayuda de S.M., "a unos vasallos tan fieles y esforzados contra los enemigos de
la Corona en todos los tiernpo~"'.'~'.
Hacia diciembre de 1771 la situación sigue empeorando, pues en
Cabildo espiritual de 6 del 12 del 71 se dice "muchos pobres enfermos se han
muerto de necesidad en el ladrillado, portales y otros sitios de esta ciudad. Se
acordó que se apronten 500 pesos por vía de limosna. Se encarga al canónigo
Reyes que recoja a los pobres que se encuentre en extrema necesidad y los
conduzca al hospital de San Martín pagándoles su manutención y cuidado hasta
que estén buenos y recuperado^"^^.
Los ingresos de estos pobres en el hospital de San Martín debieron sus
numerosos y la cantidad destinada se agotaba. Además se fue ocasionando el
desorden y existían casos de entrada sin previa orden del Canónigo Reyes. El
Cabildo dispuso que los ingresos se hicieran teniendo en cuenta estos tres
elementos. 1) El dinero existente para este fin. 2)La mente del Cabildo. 3)
Otras circunstancias. Así consta en acta de 4 de febrero de 1772(46i.
No era infrecuente que en tiempos de crisis tanto al Cabildo Insular
(caso de Fuerteventura) como el comandante general (para todas las islas),
ordenaran el secuestro de granos en orden a garantizar el abastecimiento del
público. En el primer caso el Cabildo catedralicio indica a su hacedor que
extraiga los granos "si buenamente puede y presente una Real Pragmática para
que no se le impida la extracción pues ha existido una buena cosecha (70
fanegas) y era innecesaria esta medida'").
Que la acción del Cabildo catedralicio encontró algún reconocimiento se
deduce por una carta del alcalde Mayor de Fuerteventura "dándole las gracias
por lo mucho que ha socorrido a los pobres de aquella isla que estrechados de.
las necesidades se han acogido a ésta por el tiempo de 4 año^"'^'^.
(44) Ibídem., Libro copiador de cartus, n. 5. S. fol. Año 1768 a 1784
(45) Ibídem,. Libro de Cabildos Espirituales, n. 4. Año 1754-1785.
(46) Ibídem,. Op., cit.
(47) Ibídem., Op., cit. Actas de 19 y 26 de febrero de 1771.
(48) Ibídem . Op., cit. Acta de 27 de junio de 1772.
22 HAMBRE Y MISERIA EN CANARIAS: 1768-1772. EL PAPEL Ut' 1.A IGLESIA
Los socorros programados en ambos casos se llevaron a cabo. En cuanto
al espolio y vacante del obispo Delgado tenemos para comprobarlo el libro de
entradas y salidas de su caudal y las cuentas dadas por don Narciso Laguna,
depositario que fue de dicha vacante""'.
Hubo tres repartos del caudal generado por la vacante, la primera ofi-cce
el esquema siguiente:
. .
Cargo contra el depositario ...................................................... 137.614.4 rl
DESCARGOS:
Remitidos a la corte .................................................................. 22.335.15 >>
Bulas del Sr. Servera ................................................................. 28.400.32 »
Pensiones .................................................................................... 23.262.19 >>
Salarios ........................................................................................ 9.108.16 >>
Hospitales y parroquias ............................................................ 29.333.16 >>
Labradores .................................................................................. 26.108.32 >>
.....................................................................................................1. 28.548.34 »
Alcance contra el depositario .................................................. 9.065.18 >>
La segunda distribución se hizo por orden de 1 de octubre de 1776 del
Iltrmo. Sr. Colector General.
Cargo contra el depositario por acumulación de la cuenta anterior y
otros ingresos ........................................................................................3. 7.629.6 rl
DESCARGOS:
Enviados a la Corte ................................................................... 2.466.6 >>
Librados para el subcolector .................................................... 1.060 >>
Recargos de la letra de Cádiz a Madrid ................................. 49.6
Distribuidos en labradores y doncellas según islas:
ISLA
Gran Canaria
Tenerife
La Palma
Lanzarote
Fuerteventura
Gomera
Hierro
LABRADORES
4.039,42
4.500
2.250
2.333,16
2.333,16
875
625
DONCELLAS
5.373
4.500
2.250
1.666,32
l.666,32
875
625
Más
TOTAL
9.413,6 rl
9.000 >>
4.500 >>
4.000 >>
4.000 >>
1.750
1.250
(49) A.H.D. A~1to.s de las cuentas del riepositurio (ion Narciso Lnglrnn. Sección 20. E.rpolios >>
vacantes. Caja n. 6.
.10SE LAVANDFRA 1.OPE.Z
La cuenta por lo tanto queda ajustada.
La tercera y la última distribución tuvo lugar el lejano año de 1786.
Fueron unos remanentes que quedaron de la vacante y que el mismo obispo
Delgado donó, cuando ya era cardenal-arzobispo de Sevilla a la iglesia
parroquia1 de Agüimes y a las Ermitas de Ingenio y Temisas. Esta última
cantidad fue de 35.905,2 m.
En cuanto al Cabildo Catedral, están perfectamente documentadas las
salidas de dinero según los respectivos acuerdos de este cuerpo. Así se refleja
en libro de entradas y salidas del Arca:
28 de abril de 1770. Se sacaron 500 pesos por cuenta de los 1.000
mandados a entregar al arcediano Barrios. Acuerdo del mismo día.
10 de mayo de 1770. Se sacan 5.000 reales de los que estaban reservados,
para comprar trigo de modo "que no pare la limosna". Por acuerdo de 9 del
mismo mes.
18 de septiembre de 1771. Se sacaron 50.000 reales para pagar al
Hacedor Ramos una letra que envió a España para comprar trigo para Gran
Canaria. Por acuerdo de 12 del mismo mes.
10 de diciembre de 1771. Se sacan 2.500 reales para socorrer a los pobres
enfermos y extremadamente necesitados. "Por acuerdo de seis del mismo
mes".
10 de febrero de 1772. Se sacan de la prebenda de pleitos 2.500 reales
"para socorrer a los pobres enfermos y extremadamente necesitados".
Acuerdo de 10 de diciembre pasado.
6 de junio de 1772. Se sacan 200 pesos de la prebenda de pleitos para que
se entreguen al contador y éste compre 50 fanegas de trigo "del que traxo el
capitán Lourdieu para el público". Acuerdo de tres del mismo mes.
CONCLUSIONES
El juicio de valor que pueda emanar del presente estudio sobre la
actitud de la Iglesia (léase estamento clerical) ante la crisis de subsistencia
reseñada, está condicionado por la falta de documentación. Sólo conocemos la
actitud de una institución, aunque clave en la sociedad de esta época, pero
ignoramos el papel que como individuos particulares tuvieron los capitulares,
sobre todo en cuanto a la distribución de sus limosnas.
Por otra parte encontramos a un clero, sobre todo el situado en zonas
rurales, sufriendo condiciones de precariedad parecidas a las de sus pueblos,
24 HAMBRE Y MISERIA EN CANARIAS. 1768-1772 EL PAPEL DE LA IGLESIA
estando al frente de edificios muchas veces ruinosos y en estado deplorable,
con dotaciones escasas o inexistentes en algún caso. Es un clero que muestra
una gran sensibilidad para con sus fieles pues en los informes que eleva al Juez
subcolector va más allá de lo que se le pide universalizando las situaciones de
necesidad en cuanto a personas e insistiendo en lo grave de la calamidad
pública por la que atraviesa. Son víctimas ellos mismos de esta situación de
miseria.
El Cabildo Catedral, institución señera del momento, tampoco
permanece ajeno a la tragedia que se ha desarrollado.
Destacaríamos no solo la dotación que destina a este fin, sino la
participación personal de sus capitulares, la insistencia en mantener la ayuda,
las órdenes dadas a sus hacedores sobre la venta de granos en las mejores
condiciones o sobre su extracción a la fábrica catedralicia.
¿Fue suficiente o no esta ayuda? ¿Fue significativa? Es una cuestión de
difícil respuesta ya que el cabildo estaba gravado con otras obligaciones en este
momento e incluso su obra predilecta, la terminación del magno templo
catedralicio de Santa Ana estaba paralizada por falta de fondos.
Lo que difícilmente se puede negar es la sensibilidad y compromiso de
la más antigua institución de la iglesia canariense y de un notable grupo de
pastores, para aquella su con~unidad de fieles sometida a los estragos de
pobreza, miseria y muerte que representan los años de 1768 a 1772.
El obispo que en aquellos momentos regía la Diócesis de Canarias, era
Fray Juan Bautista Cervera. Conocemos su actitud a través de varios
documentos. En carta escrita al Rey con fecha octubre de 1772, le hace patente
la necesidad y miseria de aquel momento y la ayuda que les ha prestado la
iglesia incluso facilitándoles y subvencionándoles la vuelta a sus hogares una
vez que había pasado la crisis. Pero en carta escrita con anterioridad (6 de
marzo de 1770) a d. Agustín del Castillo, ya había dejado claro su pensamiento;
le suplica que ahorre todo lo posible en alhajas y ornamentos para la iglesia del
Hospital de los Dolores pues el adorno más importante de la iglesia, dice, son
el alimento y curación de los pobres necesitados y esto es lo que siempre hay
que mirar con mayor cuidado.
José- Lavandera López