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© PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. ISSN 1695-7121 Vol. 15 N.o 1. Págs. 87-103. 2017 www .pasosonline.org Resumen: Un gran reto para el desarrollo del turismo religioso es la gestión turística del patrimonio religioso, para lograr un equilibrio entre ser un lugar de culto y un atractivo turístico, dos funciones que en un comienzo parecen contrarias, pero que pueden funcionar de la mano, alcanzando una actividad organizada y eficiente. En Colombia, la mayor parte del patrimonio religioso sigue siendo utilizado como lugares de culto así que conservan sus valores y tradiciones espirituales; en la capital del país, Bogotá, la gran mayoría de los templos, iglesias, catedrales y santuarios que pertenecen al patrimonio cultural pertenecen a la Iglesia Católica. Muchos de estos templos por su importancia espiritual, historia, belleza, riqueza artística y arquitectónica son considerados atractivos turísticos. Palabras Clave: Gestión; Turismo; Patrimonio religioso; Atractivo. Is the touristic management important for the religious heritage in Bogotá? Abstract: A great challenge for the development of religious tourism is the management of the religious heritage sites achieving a balance between being a worship site and being a touristic attraction, two functions that could seam contrary, but that could run simultaneously reaching to an organized and effective activity. In Colombia, a great part of the religious patrimony is still being used as places of worship, so they keep their values and spiritual traditions; in the capital of the country, Bogotá, the majority of temples, churches, cathedrals and sanctuaries that belong to the cultural heritage, belong to the Catholic Church. A great part of these temples are considered touristic attractions for the spiritual importance and for the history, beauty, artistic and architectural richness. Keywords: Management; Tourism; Religious heritage; Attractions. ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? Nancy Rocío Rueda Esteban* Universidad Externado de Colombia (Colombia) Nancy Rocío Rueda Esteban * Docente Investigadora – Facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras ‑ Universidad Externado de ColombiaAdministradora de Empresas Turísticas y Hoteleras ‑ Universidad Externado de Colombia (Bogotá, Colombia)Maestría en Planificación y Gestión del Turismo ‑ Universidad Externado de Colombia (Bogotá, Colombia)Master Professionnelles Tourismes et Patrimoines ‑ Université de Lyon 2 (Lyon, France); E‑mail: nancy.rueda@uexternado.edu.co 1. Introducción El movimiento de personas por motivos religiosos se ha dado desde hace cientos de años (Millán, Morales, Pérez, 2010), el ser humano busca estar más cerca de los dioses, sus profetas o sus milagros. El turista que viaja con motivación religiosa es el más fiel de los turistas, visita en repetidas ocasiones el destino en un período de tiempo menor (Robles, 2001 citado en Millán, Morales, Pérez, 2010). La diferencia entre turismo religioso y peregrinación ha sido ampliamente debatida, así como la carac‑terización de santuarios y el proceso de cómo se han convertido a través del tiempo, en destinos turísticos. Pero es poco lo que se ha escrito sobre la importancia real del patrimonio religioso y de la necesidad de una eficaz gestión turística para su sostenibilidad a largo plazo. Es importante tener en cuenta que durante mucho tiempo lo único que se evidenciaba era la mercantilización de la cultura gracias a la llegada de turistas, pero hoy en día, se pretende lograr un equilibrio entre religión y turismo (Ivars, 2014). El creciente desarrollo del turismo religioso y la constante utilización y saturación del patrimonio cultural religioso trae numerosos desafíos al enfrentar este rápido crecimiento. Según Talef Rifai, https://doi.org/10.25145/j.pasos.2017.15.006 PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 88 ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? Secretario General de la Organización Mundial del Turismo (OMT), hay 4 grandes retos: la preserva‑ción de los sitios religiosos, el respeto por las tradiciones locales, el desarrollo de una economía local sostenible y asegurar una experiencia positiva y enriquecedora para el visitante (OMT, 2015). Como respuesta a estos retos, surge la necesidad de una efectiva gestión del patrimonio religioso, debido a que los bienes del patrimonio cultural al entrar al mundo del turismo reciben un gran número de personas anualmente y se debe propender porque estos viajeros logren cumplir con sus expectativas y objetivos de viaje y, al mismo tiempo, proteger el patrimonio, su integridad, su mantenimiento y sostenibilidad. El turismo religioso y la peregrinación “son un fenómeno social que requiere la ade‑cuación del patrimonio, tanto su preservación, como la dotación de infraestructura para dar servicios a esta actividad turística” (Millán, Morales, Pérez, 2013). Esta gestión beneficiaría el desarrollo tanto de las actividades espirituales como de las actividades turísticas trabajando sobre los principios del desarrollo sostenible: preservando la cultura, los valores sociales y ambientales, asegurando, al mismo tiempo, la viabilidad económica (Ivars, 2014). Este artículo tiene como objetivo principal analizar la gestión turística en el patrimonio religioso donde se desarrolla el turismo religioso y el turismo de peregrinación en Bogotá, Colombia; para lo cual, se debe estudiar su importancia histórica y religiosa e indagar sobre los elementos de gestión utilizados como atractivos turísticos y como lugares de culto. Bogotá, ciudad capital de la República de Colombia se encuentra a 2.640 msnm (Instituto Distrital de Turismo, 2010) donde la gran mayoría de los templos, iglesias y santuarios que pertenecen al patrimonio cultural dependen de la Iglesia Católica, quién ha estado en este territorio desde la época de la Colonia. Muchos de estos templos son considerados atractivos turísticos por dos razones: la importancia espiritual que se ha ido construyendo en el tiempo y que hoy en día son el centro de innumerables expresiones religiosas; y por la belleza, riqueza artística y cultural, que con sus múltiples construcciones, destrucciones y remodelaciones representan una parte muy importante de la historia de la ciudad. En Colombia, la mayor parte del patrimonio religioso sigue siendo utilizado como lugares de culto, así que conservan sus valores y tradiciones espirituales. 2. Metodología Este artículo es el resultado, en primera instancia, de un análisis teórico y conceptual del turismo religioso y de peregrinación, así como de la gestión del patrimonio religioso como atractivo turístico, utilizando fuentes secundarias para entender y poder aplicar las características en la investigación de las iglesias y realizar una comparación de la realidad con la práctica. En segunda instancia, se realizó una comparación entre el inventario de patrimonio cultural de la ciudad de Bogotá, según el Decreto 678 de 1994 – quien regula el Centro Histórico de la ciudad – y el Decreto 606 de 2001 – quién normaliza el resto de la ciudad de Bogotá – y el inventario de atractivos turísticos de la ciudad realizado en el año 2010. La metodología utilizada para el inventario es la realizada por el Viceministerio de Turismo del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT) de Colombia, quien propone un sistema de clasificación de los atractivos de la siguiente manera: patrimonio material, patrimonio inmaterial, sitios naturales, grupos de especial interés, festividades y eventos; la calificación se da dependiendo de su calidad (70 puntos) y de su significado (30 puntos). La arquitectura religiosa se encuentra dentro del patrimonio material y se califica por los siguientes indicadores: calidad: estado de conservación1, constitución del bien2 y representatividad3; significado: local, regional, nacional o internacional (MinCIT, 2010). En el inventario de patrimonio cultural hay 49 iglesias (entre templos y santuarios) que pertenecen al patrimonio cultural material de la ciudad; el 100% de estas iglesias pertenecen al inventario de atractivos turísticos. Teniendo en cuenta esta información, se decidió realizar el estudio de las iglesias o santuarios que tienen un significado a nivel regional, nacional e internacional (de acuerdo con el inventario de atractivos turísticos), ya que este es su reconocimiento como atractivos turísticos. Existen 3 iglesias con significado Internacional – Iglesia de San Francisco, Santuario de Monserrate y Santuario del Divino Niño del 20 de Julio –, 5 tienen significado Nacional – Museo Iglesia de Santa Clara, Iglesia de San Ignacio, Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, Catedral Primada y Capilla del Sagrario – y 2 significado Regional – Iglesia de San Alfonso María de Ligorio y Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe – (IDT, 2010), éstas son las diez iglesias estudiadas y en las que se analizó la gestión en el patrimonio religioso como atractivo turístico. PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 Nancy Rocío Rueda Esteban 89 Posteriormente, se realizó una investigación de la historia de cada una de estas iglesias, para tener claridad sobre su importancia para la comunidad, así como su valor arquitectónico y artístico. Con estos aspectos definidos y claros, se procedió a realizar una investigación observatoria sobre cada uno de los templos para analizar su operación y desarrollo y se procedió a realizar entrevistas personales y telefónicas con los párrocos/rectores de 8 de los 10 lugares y obtener su opinión sobre el papel del turismo en las iglesias y la compatibilidad que existe entre éste y las actividades religiosas cotidianas. En la observación que se llevó a cabo, se analizó la accesibilidad del lugar, el desarrollo de las liturgias, la infraestructura de cada templo y las adaptaciones que se realizan cuando se tienen misas o actividades que convocan grandes números de personas, incluso que superan la capacidad de los templos; el manejo de los visitantes y los servicios prestados a los mismos. Las posibles adaptaciones para la museización o interpretación de las riquezas culturales en los templos. En las entrevistas realizadas se incluyeron preguntas sobre la importancia de los templos para la comunidad, la percepción de la compatibilidad entre la religión y el turismo en los templos de estudio; si cuentan o no un plan de gestión turística; también, se requirió sobre las fuentes de ingresos y si estas permiten el mantenimiento, conservación y restauración del patrimonio. Asimismo, se preguntó sobre la capacidad de carga de los templos, si se ha calculado y si se respeta esta medida. Las adecuaciones realizadas para recibir a los turistas también fueron tenidas en cuenta en las entrevistas y la existencia, descripción y limitantes en las reglamentaciones que los visitantes deben seguir para poder ingresar al templo. Incluso, los cambios que se hayan realizado para la museización, accesibilidad o interpretación del monumento se consideraron por ser de gran importancia para la visita del patrimonio cultural. La cantidad de información presentada de cada iglesia depende de la información obtenida en la entrevista personal y en la observación realizada, por lo que no es igual en todas ellas. Finalmente, se realiza un análisis sobre la gestión turística en los mismos 10 atractivos. 3. Turismo religioso y patrimonio religioso El turismo religioso y el turismo de peregrinaciones – aunque implican dos clases de vivencias diferentes, pueden ser consideradas una sola tipología de turismo ‑ son desde un punto de vista religioso “un turismo con connotaciones espirituales que permitirían paliar la fugacidad y la falta de sentido aparente de la vida cotidiana” (Gil, 2006). Pero desde un punto de vista cultural, se puede decir que consiste en entender y disfrutar las características y elementos diferenciales materiales, inmateriales, intelectuales y de creencias que caracterizan a la sociedad de un destino (SECTUR, 2006, citado en Fernández, 2010); y si se analiza desde un punto de vista económico, el turismo religioso es aquel que comercializa la religión y la devoción de las personas, pero sin depreciar su sentido (Santana, 2003, citado en Fernández, 2010). Tanto el turismo religioso como el turismo de peregrinación se desarrollan dentro del patrimonio religioso: de hecho varios lugares religiosos son sitios con valor nacional (Rinschede, 1992); éste patrimonio religioso pertenece al patrimonio cultural, el cual comprende monumentos, conjuntos de construcciones y lugares con un valor universal excepcional (Unesco, 2005), además de las tradiciones, creencias y expresiones tradicionales de una comunidad (Unesco, s.f.). En si, un patrimonio religioso o patrimonio cultural eclesiástico: “son los bienes dotados de interés cultural que se encuentran a manos de la confesión religiosa” (Tejón, 2008). El patrimonio religioso está compuesto por templos, santuarios, ciudades santas o con significado devoto, conjuntos arquitectónicos religiosos, imágenes religiosas, frescos, pinturas, esculturas, ornamentos, creencias religiosas, celebraciones especiales y devociones que como argumenta Máximo Buch, son lo suficientemente atractivos por si solos y pueden darle al visitante la posibilidad de revivir hechos histó‑ricos (Buch, 2014). Raquel Tejón define el patrimonio cultural de interés religioso como “aquellos bienes que presentan un interés cultural para la totalidad de la sociedad y, además, un interés religioso para determinados ciudadanos” (Tejón, 2008). El patrimonio religioso tiene un doble significado e importancia en la sociedad: religiosa y cultural. La importancia cultural, porque son representantes de la historia de una comunidad con su arquitectura y religiosa por ser centros espirituales y de recogimiento de gran acogida tanto para la comunidad local como para los visitantes. Al desarrollar el turismo religioso en un destino se quiere realzar las potencialidades de este patrimonio con su valor histórico y artístico, creando un desarrollo sostenible en el territorio (Moreno & Toledo, 2005). PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 90 ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? El patrimonio religioso es visitado por personas de una comunidad, turistas religiosos y peregrinos nacionales e internacionales. La función turística de los inmuebles religiosos con significados culturales deben ser gestionados eficientemente para cumplir con sus funciones espirituales y estar abiertos al público para visita y admiración, por lo que se necesita una adecuación del patrimonio para uso cultural y turístico; las personas que realizan este tipo de turismo buscan lo auténtico y lo identitario (Saldivar, 2012,). Este proceso de patrimonialización que se lleva a cabo, específicamente para fines turísticos integra actividades de protección y restauración, puesta en valor y promoción para motivar un gran número de turistas (Gil, 2006). Se deduce, entonces, que el patrimonio religioso enfrenta los mismo retos que cualquier otro tipo de turismo y debe promover un turismo responsable y respetuoso hacia las creencias de la población local (Denu, 2014) quienes han mantenido vivo este patrimonio durante tanto tiempo, asegurando así su vida futura. Esto implica también, lograr un desarrollo local derivado de los beneficios del turismo religioso y un desarrollo tanto económico, como social y cultural, aprovechando que el turismo religioso no es tan estacional como el turismo de sol y playa, sino que asegura un flujo continuo de visitas en el año (Petreas, 2014). 3.1. Gestión del patrimonio religioso como atractivos turísticos El patrimonio religioso no se puede manejar o gestionar de la misma forma que un monumento patrimonial como cualquier otro, no solamente por las funciones que debe cumplir – espirituales y de recogimiento – sino también por quienes administran estos lugares: las comunidades religiosas. Se debe encontrar un equilibrio entre ser un lugar de culto y un atractivo turístico, dos funciones que en un comienzo pueden parecer contrarias, pero que de hecho pueden funcionar de la mano si se desarrolla una gestión turística del patrimonio religioso. La complejidad de estos lugares reside, también, en la diversidad de visitantes que recibe: peregrinos en busca de una experiencia religiosa y turistas que buscan satisfacer una curiosidad (Nolan & Nolan, 1992). También, se puede encontrar personas religiosas que viajan y deciden visitar lugares sagrados como parte de su viaje (Nolan & Nolan, 1992). Las motivaciones no son iguales para todos los visitantes: turistas, peregrinos y feligreses, todos tienen motivaciones o expectativas diferentes en sus visitas, unos vienen de lejos para visitar estos lugares, para otros son sus parroquias o el centro de eventos especiales en sus vidas (Nolan & Nolan, 1992). De todas maneras, el turismo religioso es un instrumento muy poderoso para crear conciencia y responsabilidad para proteger este patrimonio y crear tolerancia y entendimiento entre las comunidades locales y los turistas (Rifai, 2015). Según Mary Lee Nolan y Sidney Nolan, existen tres clases de atractivos para el turismo religioso: los primeros son los santuarios de peregrinación, los segundos son atractivos turísticos religiosos y los terceros los festivales con asociación religiosa (Nolan & Nolan, 1992). Este artículo estudiará el atractivo del turismo religioso que tiene un gran significado e impacto para el turismo de la ciudad de Bogotá, Colombia, específicamente aquellos que son considerados como patrimonio cultural de la comunidad y que poseen el significado más alto de reconocimiento. La gestión turística de estos lugares debe incluir procesos de valorización, conservación y renta‑bilización del bien para poder asegurar su sostenibilidad a largo plazo. Se deben tener en cuenta las condiciones de musealización de las obras dentro de las iglesias, templos, santuarios o catedrales y el condicionamiento del mismo para recibir la diversidad de visitantes que llegan a estos lugares con motivaciones diferentes y en muchos casos contrarias. Estos condicionamientos, deben incluir la explicación del contexto y antecedentes de las obras – tanto arquitectónicas como de bellas artes – para poder asegurar su correcta comprensión e interpretación. La preservación de estos lugares sagrados no significa únicamente mantener los inmuebles en buenas condiciones para su utilización, sino también la preservación y respeto del significado del lugar, de las tradiciones y del “espíritu del lugar” (Sidorenko, 2015). Todas estas características deben ser respetadas por los visitantes que llegan a los templos, santuarios, catedrales, capillas e iglesias de un destino turístico específico ya que estas también hacen parte del valor único de las mismas. Uno de los puntos importantes a tener en cuenta en la gestión del patrimonio, es la capacidad de carga de los templos religiosos, teniendo en cuenta que se habla de monumentos patrimoniales, son edificaciones históricas que datan de los años 1600 a 1900, para asegurar su longevidad, su belleza y su funcionalidad como lugares de culto. Entendiendo capacidad de carga como “la capacidad que tiene un atractivo turístico para la recepción de visitantes por día” (Moreno & Toledo, 2005). Los administradores de éstos lugares deben saber cuántos visitantes – turistas, peregrinos y feligreses PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 Nancy Rocío Rueda Esteban 91 – soportan los inmuebles para evitar su deterioro a través del tiempo. Hallar la capacidad de carga de un lugar es trabajar en pro de la preservación de las iglesias, lo que no quiere decir que no se necesiten actividades de conservación y restauración para mantener los sitios históricos, para devolverles la imagen que una vez tuvieron y/o para fortalecer los cimientos de sus estructuras y asegurar su vida útil. El patrimonio religioso se debe rentabilizar, usualmente esta palabra entra en conflicto con los principios del clero, al no buscar enriquecerse con las actividades que realizan, inclusive con la actividad turística; pero esto no quiere decir que no deban asegurar el sostenimiento, la conservación y el mantenimiento de los templos dada su fragilidad, utilidad y su deterioro diario. Esto quiere decir que se deben incentivar mecanismos de protección del patrimonio más sostenibles (Sidorenko, 2015) Se debe encontrar estrategias económicas para garantizar estas actividades: hay iglesias y catedrales en el mundo que cobran la entrada para los turistas, hay otras que solo recaudan la entrada a las torres o las catacumbas; también se puede disponer de urnas para donaciones voluntarias, lo que en algunos casos resulta eficiente. En pocas palabras, el turismo puede ser una herramienta para lograr un beneficio económico que se reinvertiría en la conservación del patrimonio y de esta manera lograr su sostenibilidad para generaciones futuras, teniendo en cuenta que muchas veces las comunidades religiosas no cuentan con la capacidad económica para cumplir con estas funciones (Moreno & Toledo, 2005). En este punto es importante resaltar que se debe realizar un equipamiento para poder recibir a un número considerable de visitantes de cualquier parte de mundo: entradas, taquillas, urnas, audio guías, señalización, fichas informativas, entre otras. Si se realiza un cambio para el desarrollo del turismo religioso o cultural en los templos de culto, también se deben realizar adecuaciones para crear buenas condiciones museísticas, esto teniendo en cuenta que en la mayoría de las iglesias se encuentran elementos artísticos como pinturas, esculturas, murales y vitrales que las necesitan para ser admiradas, estudiadas y comprendidas, por lo tanto se debe reforzar en visitantes y turistas el entendimiento y respeto por las tradiciones, valores y creencias espirituales de los lugares visitados (Sidorenko, 2015). Esto no solo para su exhibición sino también para asegurar su interpretación, la satisfacción del visitante y la conservación de los mismos. “Para las comunidades religiosas (…) la importancia cultural de sus bienes es secundaria respecto a su función primordial, que es la de acoger el “culto religioso” (Moreno & Toledo, 2005). Pero es importante demostrarles a estas comunidades que el uso turístico y el uso religioso de este patrimonio pueden ser compatibles si se crean las adecuaciones necesarias para no afectar la “función principal” de los templos, ya que la mayoría están vivos y en constante cambio, siendo la salvaguarda de los valores esenciales para las generaciones futuras el punto central de la gestión en estos lugares (Sidorenko, 2015). En este artículo se presenta un estudio de los templos patrimoniales con mayor interés turístico en la ciudad de Bogotá, analizar la compatibilidad entre religión y turismo y las diferentes estrategias puestas en marcha para el aprovechamiento de estos lugares. 4. Patrimonio religioso como atractivos turísticos en Bogotá En Bogotá, los templos e iglesias que pertenecen al patrimonio religioso pertenecen en su mayoría a la religión católica, gracias a la historia que tiene éste país. 1492, es la fecha de la conquista de América por parte de los españoles, 1538, fue la fundación de Santa Fé de Bogotá (Groot, 1951), pero fue hasta 1550 cuándo comenzaron a llegar las primeras Órdenes Religiosas a Santafé de Bogotá: los Dominicos y los Franciscanos, quienes fueron los que iniciaron y desarrollaron el trabajo de evangelización con los indígenas del Nuevo Reino de Granada; en 1575 vinieron los Agustinianos, y los Jesuitas llegaron hasta el siglo XVII, también se resalta el trabajo de los sacerdotes Diocesanos quienes estuvieron al servicio de los españoles, en las Parroquias o Catedrales (Mantilla, 2002). Pasados los años, la religión tuvo un papel primordial en la vida de la sociedad colonial marcando los ritmos de la vida cotidiana, de las ocasiones especiales y de las festividades; siendo las iglesias y los templos puntos de referencia en la ciudad, representando estos momentos de la historia. Por esto, las primeras iglesias, capillas y templos construidos en Colombia pertenecen a la religión católica, algunos de estos templos todavía se erigen hoy en la ciudad conservando su belleza y son característicos del arte de la época: arquitectura, escultura y pintura que mezcla el arte traído de Europa, con el arte de la época de la Colonia. Turísticamente, éstas iglesias son un gran atractivo para las personas que visitan la ciudad: para los creyentes, por la importancia religiosa y espiritual de los templos, santuarios e iglesias; y para los no creyentes por su riqueza arquitectónica y artística que atraen a muchas personas PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 92 ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? motivadas por la historia y la cultura de Bogotá. En la Asociación de Santuarios del Secretariado del Episcopado Colombiano se consideran de modo especial los planes de pastoral que se desarrollan en los Santuarios y algunos aspectos relacionados con la cultura religiosa; pero la parte del impacto social y los aspectos propiamente turísticos son muy reducidos y en algunos casos se establecen acuerdos con las administraciones locales o con algunos voluntarios (P.A. Roballo, comunicación personal, junio 23 de 2015). El Instituto Distrital de Turismo de la ciudad de Bogotá es el ente gubernamental local encargado del turismo y en este momento se encuentra realizando los productos turísticos de la ciudad, el turismo religioso se está incluyendo dentro del producto turístico cultural, teniendo en cuenta su importancia en la ciudad y sus atractivos (J. Ramos, comunicación personal, junio de 2015). El IDT tiene una serie de rutas turísticas preestablecidas, aunque ninguna de ellas se centra en el turismo religioso; existe una ruta que se realiza en fechas especiales como Semana Santa que incluyen, en su mayoría, iglesias y templos del centro de la capital. La mayoría de estas iglesias, templos, santuarios, catedrales han tenido numerosas reconstruc‑ciones y restauraciones por varias razones: necesidad de aumentar el tamaño del templo, cambio del estilo arquitectónico de moda, fenómenos naturales como sismos y terremotos ocurridos en la ciudad, cambios en la configuración y evolución de la ciudad, entre muchas otras razones; lo que ha hecho que la riqueza de estos templos no se centre únicamente en un solo estilo artístico, sino en el conjunto de características sumadas a través de los años, convirtiéndolos en parte de la identidad de la sociedad bogotana. El Santuario de Monserrate resguarda la ciudad de Bogotá desde lo alto del cerro de Mon‑serrate a 3.152 metros sobre nivel del mar (IDT, 2015), es un lugar rodeado de historias, leyendas y mitos; su inicio se remonta a las creencias del pueblo indígena muisca, antiguos pobladores del territorio, para quienes algunos lugares de la montaña eran lugares sagrados de culto (M.S. Pulido, comunicación personal, 11 de junio de 2015); desde el período de la Colonia, ha sido lugar de peregrinación y devoción (Arquidiócesis de Bogotá, 2015). En el siglo XVII, en 1620 fue construida la primera Ermita del cerro por Fray Bruno Valenzuela (M.S. Pulido, comunicación personal, 11 de junio de 2015), en 1650 (Cuéllar, 2013) la ermita se llamó Nuestra Señora de la Cruz de Mon‑serrate, a quién el cerro le debe su nombre (Arquidiócesis de Bogotá, 2015). En 1656 se encargó la fabricación de numerosas imágenes, entre ellas el Cristo clavado en la cruz al santafereño Pedro Lugo y Albarracín. La devoción a la Virgen de Montserrat fue la principal devoción en el cerro de Monserrate hasta que su imagen desapareció en 1711, para volver en el año 2006. Después de los terremotos de 1743 y 1785 se le concedieron dones protectores al “Cristo Caído” como se llamó al Cristo clavado en la Cruz, lo que comenzó a motivar la llegada de peregrinos; con el tiempo, la pequeña iglesia demostró ser insuficiente para recibir al gran número de personas que llegaban todos los domingos. En 1915 se comenzó la construcción para la ampliación de la iglesia, se decidió realizar una iglesia nueva en honor al Señor Caído en 1917, la construcción se logró gracias a la ayuda de los devotos quienes ofrecían materiales como limosna y aprovechaban la penitencia para subir materiales de construcción a pie hasta la cima del cerro para la construcción de un templo/ santuario en estilo neogótico terminado en 1925, desafortunadamente este estilo no tuvo acogida por parte de la sociedad y en 1949 comenzaron las obras para cambiar la iglesia a un estilo neocolonial (Cuéllar, 2013). En el año de 1956 obtuvo el nombre de Basílica Menor Iglesia de Monserrate (Arquidiócesis de Bogotá, 2015). La tecnología para subir al Cerro de Monserrate llegó en 1924 con el Funicular y fue completada en 1956 con el teleférico (M.S. Pulido, comunicación personal, junio 11 de 2015). Los visitantes que llegan a Monserrate son de tres grupos básicamente: los deportistas que suben al cerro a pie, los turistas y los peregrinos. Los peregrinos, quienes representan un grupo muy importante, suben por motivo de fe; el Viernes Santo suben 75.000 personas y cada domingo de 30.000 a 35.000 personas. Los turistas también son un grupo muy importante, suben dos millones de turistas al año, se calcula que por una persona que sube en teleférico, 10 suben a pie por el camino de la crucifixión acompañado por imágenes en los pasos del vía crucis (M.S. Pulido, comunicación personal, junio 11 de 2015). El cerro tiene numerosos servicios para los visitantes que suben a Monserrate: parqueaderos y en la cima de la montaña se encuentran restaurantes, baños, mercado informal artesanal (M.S. Pulido, comunicación personal, junio 11 de 2015); cuenta con plan de evacuación, equipo de emergencias y contra incendios, cámaras de seguridad, alarmas y seguridad (IDT, 2010). Igualmente realiza promoción con PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 Nancy Rocío Rueda Esteban 93 su página de internet propia y con material promocional como un atractivo turístico en donde se le da importancia tanto a su relevancia religiosa como a la turística. Todo el dinero que ingresa al Santuario por la subida en el teleférico y el funicular, por los restaurantes y al Santuario como tal, son utilizados para el mantenimiento del cerro, la conservación del lugar y de los servicios prestados a los visitantes. Además, también se invierten en obras sociales que tiene el Santuario (M.S. Pulido, comunicación personal, junio 11 de 2015). A pesar de tener un gran número de visitantes anuales, Monserrate, no tiene un plan de gestión de visitantes, sin embargo un Plan Maestro está en proceso de realización para poder lograr un equilibrio entre el Santuario, el atractivo turístico y el área protegida (M.S. Pulido, comunicación personal, junio 11 de 2015) al encontrarse en la reserva de los cerros orientales siendo una zona importante para la recarga de acuíferos (Ambiente Bogotá, s.f.). En colaboración con FONTUR (Fondo Nacional de Turismo) hay en el cerro un Punto de Información Turística que funciona de lunes a sábado, todo el día, para que los turistas tengan un guía que explique la importancia histórica y les ayude a interpretar este lugar a través de recorridos y además tenga respuesta a sus preguntas (M.S. Pulido, comunicación personal, junio 11 de 2015). El Santuario del Divino Niño del 20 de Julio fue declarada parroquia en 1932, con el tiempo ha tenido numerosos cambios en su mayoría para aumentar el espacio del templo. Los domingos recibe 30.000 personas (aproximadamente) que llegan a las 20 misas celebradas (P.C. Aponte, comunicación personal, 10 de junio de 2015). Fue construida por la devoción al divino niño Jesús que comenzó en 1934, cuando el Padre Juan de Rizzo decidió encargar una imagen del Niño Jesús para propagar su devoción (IDT, 2015). Este templo no es muy antiguo, ni tampoco tiene una historia muy extensa, pero es de gran importancia para los devotos del Niño Jesús, las personas lo visitan para conocer la imagen del Divino Niño Jesús, realizar sus oraciones, pedir favores por sus necesidades y asistir a las misas celebradas. Los servicios con los que cuenta la iglesia son restaurante, baños públicos, parqueadero para los visitantes al templo, ascensor para asegurar el acceso de las personas discapacitadas y diversos espacios para que los visitantes puedan quedarse el tiempo que consideren apropiado en la iglesia, los jardines o plazoletas (P.C. Aponte, comunicación personal, junio 10 de 2015) también cuenta con tienda de suvenires (IDT, 2010). Para los peregrinos que deseen conocer la historia de la iglesia hay una persona que se encarga de ellos y abre una sala especial con la historia en video de la Iglesia desde sus inicios y se encarga de la apertura del museo para la persona que desee conocerlo, también cuenta con una línea del tiempo de la historia de la parroquia. Para recibir a las grandes masas de visitantes en las misas se cuenta con sonido exterior a la Iglesia, pantallas gigantes exteriores para que todas las personas puedan ver la misa y plazoletas con carpas para las personas que no alcancen a entrar en la iglesia. Sin embargo, no hay reglamentaciones especiales para recibir a los turistas, tampoco un código de conducta en el templo, se parte de la idea que los visitantes saben la manera de comportarse en la Iglesia del 20 de Julio (P.C. Aponte, comunicación personal, junio 10 de 2015). La iglesia cuenta con rutas de evacuación reglamentarias, 9 puertas de entrada/salida (3 frontales y 6 laterales). Todos los domingos para la protección de visitantes que asisten a las misas se tiene el apoyo de la Policía Nacional, Defensa Civil, vigilancia y una Póliza de eventos masivos (P.C. Aponte, comunicación personal, junio 10 de 2015). La administración del Templo es centralizada, con las donaciones que llegan se distribuyen para los 28 programas sociales y el mantenimiento de la iglesia (P.C. Aponte, comunicación personal, 10 de junio de 2015). No se cuenta con un plan de comunicación ni un plan de gestión de visitantes, pero la iglesia tiene una comunicación a nivel nacional e internacional muy eficiente a través de televisión, una emisora virtual, su página web y Facebook (L. Jaya, comunicación personal, junio 10 de 2015). La construcción de la Iglesia de San Francisco comenzó en el año de 1557 con mano de obra indígena, fue consagrada en 1566 aun sin estar terminada; en 1586 se comienza la construcción de una nueva iglesia porque las dos naves de la iglesia anterior eran insuficientes para el creciente número de religiosos y feligreses, construcción que terminó hacia 1611. En 1623 se encomendó la construcción del retablo mayor al arquitecto, escultor y ensamblador asturiano‑bogotano Ignacio García de Ascucha y la decoración en 1625 al español Lorenzo Hernández de la Cámara. Los últimos cambios significativos realizados fueron en el siglo XVIII, principalmente después de los terremotos de 1743 y 1785, reconstrucción que terminó en 1794, año en el que fue consagrada (Blanco, 2013); fue declarada Monumento Nacional en PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 94 ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? 1975 (Templo de San Francisco, 2011) y los últimos trabajos de restauración se llevaron a cabo entre 1980 y 1990 (Blanco, 2013). Esta iglesia es muy visitada por su historia, riqueza artística y su privilegiada ubicación, no cuenta con ningún servicio para los visitantes, tiene puertas para personas en condición de discapacidad y como elementos de seguridad, un equipo contra incendios, un equipo de emergencias y vigilancia (IDT, 2010). La Iglesia de Santa Clara funciona como Museo desde 1983, pertenecía a las Hermanas Pobres de Santa Clara, se encontraba al lado del claustro de su mismo nombre. Su construcción comenzó en 1619 con un estilo barroco‑mudéjar y en 1646 fue consagrada con un gran patrimonio artístico. En 1863 las Hermanas Clarisas fueron expulsadas y el Estado separó la Iglesia del Convento, siendo este demolido. En 1874 la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús se hace cargo de la reparación y mantenimiento de la Iglesia hasta que en 1968 se desacraliza y es vendida al Ministerio de Cultura de Colombia y en 1983 abre sus puertas como Museo, como hoy en día se encuentra (Pedreros, 2013). El Museo Santa Clara no es solo un patrimonio religioso, sino también un patrimonio histórico y museológico. Las visitas que recibe son de dos tipos: por reserva o visita esporádica, las visitas por reservas son especialmente para grupos de estudiantes universitarios y las visitas esporádicas son los visitantes interesados en la arquitectura, riqueza artística e historia del lugar. Años atrás se recibían muchos visitantes en la Semana Santa por el significado religioso del museo, pero este interés se ha perdido con el tiempo (V. Arce, comunicación personal, junio 9 de 2015). Este Museo recibe 40.000 personas al año y tiene una capacidad de 120‑200 personas al mismo tiempo (V. Arce, comunicación personal, junio 9 de 2015); posee un plan de conservación y un plan museológico. Se cobra tiquete de entrada y tiene una tienda de souvenirs, pero no es suficiente para el autosostenimiento del lugar, por esta razón el Ministerio de Cultura es el encargado del mantenimiento del mismo, de la nómina de personal y del desarrollo de los proyectos de restauración, conservación y mejoramiento de la planta física del lugar como la tienda y la taquilla (V. Arce, comunicación personal, junio 9 de 2015). El Museo también alquila los espacios para eventos especiales, siempre y cuando se rija por las normas museológicas y de conservación de estricto cumplimiento (Museo Santa Clara, 2014), esto como se estipula en la Ley 397 de 1997 “El Estado, a través del Ministerio de Cultura, estimulará y asesorará la creación de planes, programas y proyectos de carácter comercial, afines con los objetivos de los museos, que puedan constituirse en fuentes de recursos autónomos para su funcionamiento” (Museo Santa Clara, 2014). Aunque no tiene un plan de gestión turística, se enfoca en el desarrollo cultural de la comunidad, el Museo está completamente equipado para recibir a los visitantes, cuenta con taquilla, señalización y guianza (IDT, 2010), además, cuenta con pantallas interactivas en español, inglés, francés y portugués para la mejor comprensión de la colección; también cuenta con salas de exhibición temporales y biblioteca y para asegurar el bienestar de los visitantes tiene un plan de evacuación, equipo de emergencias, equipo contra incendios y vigilancia (IDT, 2010). La Catedral Primada de Bogotá fue la primera iglesia de la ciudad, situada en la Plaza de Bolívar, construida en 1539 con techo de paja, la cual fue reemplazada en 1552 (Delgadillo, 2013), esta segunda edificación desaparece hacia 1569 (Bogotá turismo, 2015). En 1572 se comenzó la construcción de la tercera iglesia que debía ser propicia para ser la nueva sede arzobispal que se acababa de trasladar de Santa Marta a Santa Fe (hoy Bogotá), esta construcción nunca pudo ser terminada por completo, al ser dañada estructuralmente por fenómenos naturales, terremotos y sismos. En 1807 se comenzaron los trabajos para la nueva Catedral, consagrada en el año de 1823, aun sin estar terminada. Después de varias reformas y embellecimientos fue declarada como Bien de Interés Cultural de la Nación por el Decreto 1584 de 1975; en 1902 fue titulada Catedral Primada de Colombia por el Papa León XIII y en 1907 recibió el título de Basílica. De 1993 ‑ 1998 se realizaron los trabajos de restauración que le dieron la imagen actual a la Catedral, siendo su fachada uno de los primeros ejemplos de la arquitectura neoclásica de la ciudad (Delgadillo, 2013). En sus suelos descansan personajes y héroes nacionales: “el fundador (de la ciudad) Gonzalo Jiménez de Quesada, el precursor de la independencia Antonio Nariño y el pintor (colombiano) Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos” (Bogotá turismo, 2015). El tesoro de la Catedral cuenta con valiosas piezas como “la Custodia llamada La Preciosa (…) custodias, relicarios, cálices, incensarios, cruces, atriles, coronas y báculos, además de la vinajera y el cáliz de plomo utilizados, según la tradición, en la primera misa de Santa Fe” (Delgadillo, 2013), esta Custodia cuenta con “3.223 piedras preciosas, entre esmeraldas y zafiros” (El Tiempo, 2010). Desafortunadamente, el tesoro no se encuentra abierto al público. PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 Nancy Rocío Rueda Esteban 95 Los servicios que presta la Catedral a los visitantes se limitan a una tienda de souvenirs, tiene un plan de evacuación, equipo de emergencia, contra incendios y vigilancia (IDT, 2010). Para la comunicación cuenta con página de internet propia, aunque no realiza una comunicación eficiente para ser visitada por turistas nacionales e internacionales. La Capilla del Sagrario fue construida como parte de la Catedral Primada de Bogotá para exponer el Santísimo Sacramento, la primera piedra fue puesta 1660 y la fachada fue terminada en 1689 (Delgadillo, 2013), restaurada en 1827, con arquitectura barroca neogranadina excepcional (Bogotá turismo, 2015). Su mayor riqueza reside en las obras pictóricas, en su mayoría de Gregorio Vásquez Arce y Ceballos. En 1950 comenzó la reconstrucción masiva de la Capilla debido a su deterioro, obra que duró dieciocho años y que le dio la imagen actual a la Capilla. En 1975 fue nombrada Bien de Interés Cultural Nacional (Delgadillo, 2013). No tiene ningún servicio especial para los visitante, pero tiene plan de evacuación, equipo de emergencias, contra incendios, cámaras de seguridad, alarmas y seguridad (IDT, 2010). La Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes fue construida en 1875, su estilo gótico marcó el inicio de una nueva arquitectura religiosa en Colombia (IDT, 2015), reemplazó una pequeña capilla que había sido construida en el mismo lugar (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2015). Su última restauración duró tres años y fue terminada en 2014 (Caracol, 2014). Con la restauración se comenzaron varias adecuaciones para mejorar la visita del templo, como la visita a la torre de la iglesia, visitar el órgano tubular, adecuación de un museo, sin embargo ninguna de estas opciones están abiertas al público. Se realizó un reforzamiento de la estructura y se adaptaron 5 salidas para asegurar la seguridad de los turistas (P.A. López, comunicación persona, junio 11 de 2015). Tiene un plan de evacuación, plan de contingencia, equipo contra incendios, vigilancia (IDT, 2010) y propende por la accesibilidad de las personas discapacitadas (P.A. López, comunicación personal, junio 11 de 2015). A esta iglesia llegan aproximadamente 8500 feligreses todos los domingos (P.A. López, comunicación personal, junio 11 de 2015), pero no se tiene un conteo de cuantos visitantes llegan a diario, ni las motivaciones que los traen específicamente. Los medios de comunicación que tiene la Iglesia son su página de internet y el voz a voz (P.A. López, comunicación personal, junio 11 de 2015). La Iglesia de San Ignacio o Iglesia de la Compañía de Jesús comenzó su construcción en 1610, seis años después de la llegada de esta Compañía al Nuevo Reino de Granada (hoy Colombia) (Blanco, 2013); esta iglesia fue parte de un gran proyecto llamado la Manzana Jesuítica, es un eje orientado a humanizar a la sociedad y a su alrededor se crea una red de conocimiento y educación (P.G. Izquierdo, comunicación personal, junio 25 de 2015). La iglesia fue culminada con la construcción de la capilla mayor, el crucero y la cúpula de media naranja (Blanco, 2013), durante los siglos siguientes se realizaron numerosos cambios y fortalecimiento de la estructura que fue vulnerada por los terremotos de 1743 y 1785 (Blanco, 2013). En 1767 la Compañía de Jesús fue expulsada por Carlos III y la Iglesia pasó a llamarse Iglesia de San Carlos (Blanco, 2013). A comienzos del siglo XIX funcionó como Catedral cuando la nueva Catedral Primada, ubicada en la Plaza de Bolívar, estaba en construcción y después como parroquia (P.G. Izquierdo, comunicación personal, junio 25 de 2015). Fue devuelta a la Compañía de Jesús en 1891 cuando recuperó el nombre de Iglesia de San Ignacio (Blanco, 2013). La Iglesia de San Ignacio tiene numerosas riquezas artísticas y arquitectónicas, comenzando con su bóveda hecha en base de madera cubierta de estuco y yeso, decorada en semejanza al cielo, su cúpula de estilo colonial y el altar mayor realizados por el hermano Diego Loessing. Los retablos, de estilo barroco y las obras pictóricas creadas por diversos autores entre ellos Gregorio Vásquez, Gaspar de Figueroa, Baltasar de Figueroa, García de Campo, Acero Santacruz, el hermano Domingo de Vasconcelos, entre otros; también se puede resaltar las estatuas talladas. (P.G. Izquierdo, comunicación personal, junio 25 de 2015). Toda esta producción artística tiene unos significados teológicos y religiosos muy relevantes, por ejemplo la gran Custodia “La Lechuga”, llamada así por “por el verde intenso de sus 1.486 esmeraldas, todas ellas excelsas gotas de aceite y alas de mariposa” (Quinn, 1996), hacía parte de esta producción, la Compañía de Jesús decidió darla al Banco de la República para que fuera expuesta y admirada por el público en general, dado que únicamente era expuesta por la Iglesia el día del Sagrado Corazón de Jesús (P.G. Izquierdo, comunicación personal, junio 25 de 2015), hoy se encuentra exhibida en el Museo de Arte del Banco de la República (Banco de la República, s.f.). En el año 2003 se comenzaron labores de restauración (Blanco, 2013), pero desafortunadamente, estas obras no han podido ser terminadas, por lo tanto no podrá abrir al público hasta que estos trabajos no culminen (Fundación Colegio Mayor de San Bartolomé, s.f.). La restauración de la Iglesia tiene un costo PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 96 ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? de 15.000 millones de pesos, los cuales han sido fruto de donaciones en su mayoría; este templo puede albergar a 600 personas aproximadamente al mismo tiempo (P.G. Izquierdo, comunicación personal, junio 11 de 2015). Dentro de esta restauración no se pensó convertir la Iglesia en un museo, de hecho, lo que se quiere cuando la iglesia sea abierta al público de nuevo, es que sea un elemento vivo, no una realidad muerta, en el que la comunidad participe de las actividades religiosas y de las actividades culturales como conciertos y obras de teatro. Se quiere que la Iglesia tenga un impacto en el entorno donde se encuentra y la sociedad que la rodea. Se pretende tener una activa oferta de culto, de cultura y trabajar en 15 programas sociales paulatinamente, para poder proyectarse y servir a la comunidad (P.G. Izquierdo, comunicación personal, junio 11 de 2015). La Iglesia de San Alfonso María de Ligorio, es un puente entre el pasado y el presente. Ésta iglesia fue construida en 1954, gran parte su interior perteneció a la Iglesia de Santa Inés, la cual fue demolida en 1956. La Iglesia de Santa Inés fue consagrada en el año 1669, y terminada en 1676 con una gran variedad de muestras artísticas, fue la iglesia del convento de clausura de las Hermanas Inesitas (P.A. Roballo, comunicación personal, junio 23 de 2015). La Comunidad Redentorista compró la Iglesia de Santa Inés en el siglo XX, después de que en 1863 las comunidades religiosas fueron expulsadas y las Hermanas de Santa Inés, no fueron una excepción (Pedreros, 2013). Los Padres Redentoristas se establecieron en la Iglesia de Santa Inés en 1930 (Rojas, 2010) y man‑tuvieron la iglesia hasta 1955, momento en el cual el Estado compró los terrenos para la construcción de vías de comunicación para la ciudad y fue demolida. Por esta razón, los elementos artísticos y parte del mobiliario fueron trasladados a la Iglesia de San Alfonso María de Ligorio (Pedreros, 2013). Su gran importancia comenzó en el año de 1987 (Rojas, 2010) cuando se trajo a Bogotá la primera réplica del Señor de los Milagros de Buga, esto cambia la razón de ser de esta Iglesia y se convierte en un centro de devoción en esta parte del país, siendo los días 14 de cada mes el día mas importante para los feligreses, recibiendo aproximadamente 30.000 personas en comparación a las 5.000 que recibe cada domingo (P.J. Díaz, comunicación personal, junio 11 de 2015). Este giro en el destino de la Iglesia implicó grandes adecuaciones para recibir a la gran cantidad de visitantes, ya que en el momento de la construcción no se pensó como un lugar de masas. Las adecuaciones que se han hecho han sido pocas pero han mejorado la calidad y la seguridad de las visitas: se han abierto puertas para ingresar y salir del templo, se colocó señalización y servicios de baños. Aparte de esto, se realizaron algunas ajustes para que todas las personas que llegan en las eucaristías puedan ver y escuchar como son pantallas exteriores y equipos de sonido que transmiten la eucaristía (P.J. Díaz, comunicación personal, junio 11 de 2015). Aunque la Iglesia es un punto turístico de la ciudad, no se tiene un plan de gestión turística, tampoco actividades para la interpretación y entendimiento de su historia y riqueza artística; se preocupan por los visitantes y en las misas proyectan las reglamentaciones básicas para la visita al templo (P.J. Díaz, comunicación personal, junio 11 de 2015), además es una de las pocas iglesias que mantiene sus puertas abiertas al público todo el día (Rojas, 2010). Los medios de comunicación que se utilizan son televisión, radio, página de internet y la hoja de la eucaristía; estos medios son para actividades de culto, no para promocionar la iglesia como un atractivo turístico, pero de igual manera tienen un impacto positivo en la población (P.J. Díaz, comunicación personal, junio 11 de 2015). En el año 2014 se realizaron las actividades de mantenimiento y conservación de pinturas e imágenes del templo, para asegurar su perdurabilidad y buen estado; además, las obras están ase‑guradas y se encuentran en vigilancia con cámaras de seguridad (P.J. Díaz, comunicación personal, junio 11 de 2015). Tiene un plan de evacuación, equipo de emergencias y contra incendios y cuenta con vigilancia (IDT, 2010). El Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe resguarda la ciudad desde lo alto del cerro de Guadalupe a 3.300 msnm. En 1538 año de la llegada de los españoles a Bogotá se colocó una cruz en lo alto del cerro y en 1656 se construyó la primera Ermita en honor a la Virgen para que protegiera la ciudad; desgraciadamente el terremoto de 1743 destruyó por completo la ermita dejando intacta únicamente la imagen de la virgen; a pesar de los constantes intentos por levantar la ermita una vez más, fue imposible por los constantes sismos ocurridos en la ciudad. En 1858 se decidió reconstruir la iglesia junto a una gran cruz en la cima del cerro para alejar a los malos espíritus, iglesia en honor a la Virgen de Guadalupe de México, logrando terminarla trece años después con la ayuda de los devotos. En 1917 la iglesia volvió a quedar en ruinas a causa de los movimientos telúricos y el cerro quedó abandonado. Treinta años más tarde se construye la Ermita que hoy se encuentra en el cerro de Guadalupe para ser terminada en 1945. Un año después, en 1946, se decide colocar en PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 Nancy Rocío Rueda Esteban 97 la fachada de la ermita una imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción de quince metros de altura (Cuéllar, 2013) Este Santuario es un centro de gran Devoción Mariana, por la Virgen de Guadalupe, la gran afluencia al cerro, los primeros domingos del mes llegan unas 1000 personas y los otros domingos 800 aproximadamente, 50% son peregrinos que suben por primera vez y solo un 5% son turistas que suben sin ningún interés religioso. (P.A. Ballester, comunicación personal, junio 16 de 2015). Para los visitantes cuenta con baños, cafetería, restaurante, parqueadero, plan de evacuación, equipo de seguridad, equipo contra incendios y vigilancia (IDT, 2010). El Santuario de Guadalupe se encuentra en el Cerro de Guadalupe, que por pertenecer a los cerros orientales es un área protegida (Ambiente Bogotá, s.f.), esto hace que se tenga señalización para el cuidado y protección de la reserva. En el Santuario se realizó una señalización para la seguridad del peregrino (P.A. Ballester, comunicación personal, junio 16 de 2015). 5. Análisis de resultados Al realizar el análisis de la información recopilada, se desarrolló un análisis comparativo (tabla 1 y 2) donde se refleja, en resumen, la baja importancia que se le da a la gestión turística y a los servicios o adecuaciones que se deben tener en cuenta para los turistas y visitantes. La planeación de visitantes se limita a realizar adecuaciones para que las misas sean accesibles a los feligreses que deseen asistir. Esto para los casos de la Iglesia de San Alfonso María de Ligorio, quien debe poner pantallas de televisión y sonido los días 14 de cada mes por la gran afluencia de personas que asisten en devoción al Señor de los Milagros; y para el Santuario del Divino Niño Jesús del 20 de Julio quien ha agrandado el espacio para recibir a las personas los días domingo y poner pantallas y sonido para que todos los asistentes puedan ser parte de la celebración religiosa por la devoción al Niño Jesús. El Santuario de Monserrate tiene un manejo de gestión mas desarrollado en comparación con las otras iglesias estudiadas, no solo por el número de visitantes que recibe semanalmente – por devoción al Señor Caído de Monserrate, por deporte, turismo, peregrinación o asistencia a eucaristía – sino porque es un emblema de la ciudad y es uno de los atractivos más importantes de Bogotá. Las adecuaciones que se han realizado para recibir a los visitantes en le cerro van desde la accesibilidad por teleférico, funicular, a pie, instalaciones de baños, mercado artesanal, restaurantes, manejo de basuras, agua y uno de los más importantes para este estudio, un punto de información turístico en convenio con FONTUR, facilitando la interpretación del lugar. Únicamente 3 de las 10 iglesias conocen, de una manera muy general, el tipo y las características de los visitantes que reciben. Son 5 las iglesias que tienen una idea del número de visitantes que llegan los días más importantes (domingos, días 14, semana santa, festividades religiosas) en un periodo de un año: Santuario de Monserrate, Iglesia de Santa Clara, Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, Iglesia de San Alfonso María de Ligorio, Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Los servicios básicos como baños son prestados por 4 iglesias únicamente (Santuario de Monserrate, Santuario del Divino Niño Jesús del 20 de Julio, Iglesia de San Alfonso María de Ligorio, Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe). Todas tienen planes de seguridad de emergencias o contra Incendios, excepto la Iglesia de San Ignacio, que no esta abierta al público en este momento. Cinco de los templos utilizan medios de comunicación: Santuario de Monserrate, Santuario del Divino Niño del 20 de Julio, Catedral Primada de Bogotá, Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, Iglesia de San Alfonso María de Ligorio, entre los que se encuentran páginas de internet propias, emisoras de radio y programas de televisión (dedicadas a los programas pastorales), y únicamente el Santuario de Monserrate se promociona como atractivo turístico. Solamente, dos templos tienen planes de gestión: Santuario de Monserrate y la Iglesia Santa Clara, quienes no manejan planes turísticos sino planes de conservación, plan maestro o planes museológicos. Teniendo en cuenta que el Museo Iglesia Santa Clara es un museo que no realiza actividades religiosas y que el Santuario de Monserrate todavía mantiene su función religiosa, recibe grandes números de turistas y visitantes en el año, además se encuentra en un área natural protegida. El Museo Iglesia Santa Clara es el único que se enfoca en el desarrollo de la cultura y propende por la comprensión de las obras e historia del lugar. Los otros templos se dedican exclusivamente a su actividad religiosa, con muy pocas facilidades para que los visitantes entiendan la importancia de estos lugares y su patrimonio. Aunque, el Santuario de Monserrate y el Santuario del Divino Niño Jesús del 20 de Julio, prestan servicios básicos para quienes este motivados a conocer aspectos históricos del lugar. PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 98 ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? Santuario de Monserrate Santuario del Divino Niño del 20 de Julio Iglesia de San Francisco Museo Iglesia de Santa Clara Catedral Primada de Bogotá Caracterización de visitantes Deportistas Turistas Peregrinos ‑‑ ‑‑ Reserva: grupos de estudiantes universitarios Visita esporádica: interesados en la arquitectura, riqueza artística e historia del lugar. ‑‑ Número de visitantes Viernes Santo: 75.000 personas Domingos: 30.000‑ 35.000 personas. 30.000 personas cada domingo ‑‑ 40.000 personas al año ‑‑ Servicios Parqueaderos abajo de la montaña Restaurantes Baños Mercado artesanal Punto de Información Turística de FONTUR Restaurante Baños públicos Parqueadero Ascensor para asegurar el acceso de las personas discapacitadas Persona que enseña la historia Sala especial con la historia de la Iglesia en video y con una línea del tiempo Museo Tienda de souvenirs ‑ Puertas para personas en condición de discapacidad Entrada Tienda de souvenirs Alquiler los espacios para eventos especiales Taquilla Señalización Guianza Pantallas interactivas en español, inglés, francés y portugués. Salas de exhibición temporales Biblioteca Tienda de souvenirs Adecuaciones para recibir grandes números de personas Funicular/ Telesférico Sonido por fuera de la Iglesia Pantallas Plazoletas con carpas ‑‑ ‑‑ ‑‑ Seguridad Plan de evacuación Equipo de emergencias Equipo contra incendios Cámaras de seguridad Alarmas Seguridad Rutas de evacuación Todos los domingos tiene el apoyo de la Policía Nacional, la Defensa Civil, la vigilancia Póliza de eventos masivos ‑ Equipo contra incendios ‑ Equipo de emergencias y vigilancia Plan de evacuación Equipo de emergencias Equipo contra incendios Vigilancia Plan de evacuación Equipo de emergencias Equipo contra incendios Vigilancia Comunicación Página de internet propia Material promocional como un atractivo turístico Televisión Emisora virtual Página web Facebook Página de internet Página de internet Página de internet Plan de gestión turística Plan Maestro en proceso ‑‑ ‑‑ Plan de conservación Plan museológico. ‑‑ Elaboración propia PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 Nancy Rocío Rueda Esteban 99 Capilla del Sagrario Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes Iglesia de San Ignacio Iglesia de San Alfonso María de Ligorio Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe Caracterización de visitantes ‑‑ ‑‑ ‑‑ ‑‑ 50% son peregrinos que suben por primera vez 5% son turistas que suben sin ningún interés religioso. Número de visitantes ‑‑ 8500 feligreses todos los domingos No se tiene un conteo de cuantos visitantes llegan a diario ‑‑ 14 de cada mes recibiendo aprox. 30.000 personas Domingos 5.000 personas Los primeros domingos del mes: 1000 personas Los otros domingos del mes: 800 personas. Servicios ‑‑ Futuros Visita a la torre de la iglesia Visita el órgano tubular Museo ‑‑ Puertas de acceso Señalización Baños para los visitantes Baños Cafetería Restaurante Parqueadero Señalización Adecuaciones para recibir grandes números de personas ‑‑ ‑‑ ‑‑ Pantallas Equipos de sonido ‑‑ Seguridad Plan de evacuación Equipo de emergencias Equipo contra incendios Cámaras de seguridad Alarmas Seguridad para proteger a los visitantes 5 salidas Plan de evacuación Plan de contingencia Equipo contra incendios Vigilancia ‑‑ Plan de evacuación Equipo de emergencias Equipo contra incendios Vigilancia Cámaras de Seguridad Plan de evacuación Equipo de seguridad Equipo contra incendios Vigilancia Comunicación ‑‑ Página de internet Voz a voz ‑‑ Televisión Radio Página de internet ‑‑ Plan de gestión turística ‑‑ ‑‑ ‑‑ ‑‑ ‑‑ Elaboración propia 6. Conclusiones La gestión del patrimonio religioso no puede ser determinada y ejecutada como la de cualquier patrimonio cultural o a la de cualquier atractivo turístico. Estos lugares tienen una función principal: la de ser un lugar de culto; el turismo tiene un papel secundario, pero no por esta razón debe desarrollarse de una manera espontánea, al contrario, se debe gestionar para lograr una armonía entre estas dos actividades que en un comienzo pueden parecer contrarias, pero son complementarias. PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 100 ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? Para lograrlo, se debe conocer el visitante que llega a los templos, iglesias, catedrales, santuarios, y saber sus motivaciones y expectativas, sean religiosas, artísticas, culturales o por curiosidad. Estas expectativas son de naturaleza muy variable teniendo en cuenta la riqueza histórica que tienen estos lugares, además, conservan objetos muy antiguos que no solamente son la fuente de la devoción de la comunidad, sino que también representan el desarrollo artístico en una determinada época de la historia. Por el impacto que crea el constante movimiento de personas y el paso del tiempo sobre estos lugares patrimoniales y los objetos que albergan, es importante incluir procesos de conservación, restauración y preservación del patrimonio mueble e inmueble para asegurar sus subsistencia a largo plazo. Aunque el patrimonio material no es lo único que se debe conservar, el valor y el significado que ha tenido es también prioritario para la valorización integral de las iglesias. Además, se debe cultivar el respeto por los valores, las tradiciones y las costumbres de la sociedad receptora, siendo la religión parte importante de la cultura de una sociedad. En Bogotá hay 49 templos nombrados patrimonio cultural, todos y cada uno de ellos con una historia que se remonta en los años y albergan un gran valor para la sociedad local y nacional; pero no todos son catalogados como atractivos turísticos. Existe un gran potencial para el desarrollo del turismo religioso en la ciudad, pero falta planificación y acompañamiento por parte de las entidades públicas de turismo para lograr una cooperación y crear un producto turístico religioso consolidado. En las iglesias, templos y santuarios estudiados la compatibilidad entre religión y turismo se ha dado espontáneamente, únicamente tres de los casos analizados realizan procesos de planeación para recibir grandes números de visitantes: Santuario de Monserrate, Santuario del Divino Niño Jesús del 20 de Julio y la Iglesia de San Alfonso María de Ligorio; pero ninguna de las iglesias tiene un plan de gestión turística, ni un plan definido de servicios para los visitantes, únicamente el Museo Santa Clara tiene un plan museológico y de conservación y Monserrate quién tiene en proceso un plan maestro. La gestión turística de las iglesias debe incluir una interpretación de los valores, objetos y de los significados que tiene el templo; también debe contar con una museización, entendiéndola no como un congelamiento de la realidad, sino como la mejora en la presentación de la riqueza artística y cultural contenida en los templos para ser contemplada y entendida. Otro elemento primordial es la conservación y restauración para asegurar la perdurabilidad a través del tiempo; sin olvidar la adecuación de diferentes servicios como la guianza, la interpretación, la señalización, los códigos de conducta y la división de espacios para que cada visitante pueda cumplir sus expectativas sin importar su motivación, cultivando un respeto cultural entre todos. Ahora bien, la gestión del patrimonio religioso es algo que debe ser realizado por el clero que ejerce sus actividades en estos lugares, quienes mantienen estos lugares con vida, material y espiritualmente. Sin embargo, las entidades gubernamentales son los responsables de la organización, divulgación y promoción de un producto o atractivo turístico religioso con los que cuenta la ciudad; por esta razón deben crear alianzas con las comunidades religiosas para idear estrategias conjuntas con el objetivo de dinamizar el turismo religioso de la ciudad sin interferir con las actividades religiosas de los templos. Igualmente, hoy en día el clero debe permitir que estos sitios patrimoniales sean conocidos y visitados por turistas sea cual sea sus intereses o motivaciones, siempre y cuando se respeten las creencias, principios y valores inherentes a estos lugares de culto. Los prestadores de servicios turísticos pueden ayudar a la difusión de estas riquezas de la ciudad de Bogotá e invitar a los turistas a visitar estos lugares patrimoniales que también enseñan una parte muy importante de la historia de la ciudad. A través de comunicación directa o indirecta, lo importante es que los turistas reconozcan la existencia de estos lugares y los visiten de acuerdo a sus intereses y expectativas. Bibliografía Alcandía Mayor de Bogotá 2015. « Turismo religioso en Bogotá, iglesias y santuarios ». Bogotá, Colombia. Disponible en: http:// bogota.gov.co/article/turismo‑religioso‑en‑bogotá‑iglesias‑y‑santuarios. Arquidiócesis de Bogotá 2015. «Basílica Santuario de Monserrate». Bogotá, Colombia. Disponible en: http://santuariomonserrate. org/index.php/el‑santuario/ historia Banco de la República s.f.. «Custodia de la Iglesia de San Ignacio de Bogotá (La Lechuga)». Bogotá, Colombia. Disponible en: http://www.banrepcultural.org/coleccion‑de‑arte‑banco‑de‑la‑republica/ obra/custodia‑de‑la‑iglesia‑de‑san‑ignacio‑de‑bogotá‑la‑lechuga. PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 Nancy Rocío Rueda Esteban 101 Blanco, R. 2013 «Las Comunidades Masculinas y sus conventos». 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Notas 1 “Si conserva su homogeneidad estética y su integridad física desde su situación original o a partir de las posibles acciones del hombre (restauración) para mejorar la calidad del recurso.” (Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, 2010, p. 18). 2 “Se refiere a los materiales y las técnicas de elaboración del bien” (Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, 2010, p. 18). 3 “Importancia del bien como un elemento que dio partida a un hecho histórico, social o cultural” (Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, 2010, p. 19). Recibido: 20/02/2016 Reenviado: 15/05/2016 Aceptado: 16/05/2016 Sometido a evaluación por pares anónimos
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Título y subtítulo | ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? |
Autor principal | Rueda Esteban, Nancy Rocío |
Entidad | Universidad de La Laguna. Instituto de Ciencias Políticas y Sociales |
Publicación fuente | Pasos: Revista de Turismo y Patrimonio Cultural |
Numeración | Volumen 15. Número 01 |
Sección | Artículo |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | El Sauzal, Tenerife |
Editorial | Universidad de La Laguna |
Fecha | Enero 2017 |
Páginas | pp. 0087-0103 |
Materias | Turismo ; Patrimonio cultural ; Publicaciones periódicas ; Gestión ; Patrimonio religioso ; Colombia |
Enlaces relacionados | Enlace a la revista: http://www.pasosonline.org/es/ |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 152274 Bytes |
Texto | © PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. ISSN 1695-7121 Vol. 15 N.o 1. Págs. 87-103. 2017 www .pasosonline.org Resumen: Un gran reto para el desarrollo del turismo religioso es la gestión turística del patrimonio religioso, para lograr un equilibrio entre ser un lugar de culto y un atractivo turístico, dos funciones que en un comienzo parecen contrarias, pero que pueden funcionar de la mano, alcanzando una actividad organizada y eficiente. En Colombia, la mayor parte del patrimonio religioso sigue siendo utilizado como lugares de culto así que conservan sus valores y tradiciones espirituales; en la capital del país, Bogotá, la gran mayoría de los templos, iglesias, catedrales y santuarios que pertenecen al patrimonio cultural pertenecen a la Iglesia Católica. Muchos de estos templos por su importancia espiritual, historia, belleza, riqueza artística y arquitectónica son considerados atractivos turísticos. Palabras Clave: Gestión; Turismo; Patrimonio religioso; Atractivo. Is the touristic management important for the religious heritage in Bogotá? Abstract: A great challenge for the development of religious tourism is the management of the religious heritage sites achieving a balance between being a worship site and being a touristic attraction, two functions that could seam contrary, but that could run simultaneously reaching to an organized and effective activity. In Colombia, a great part of the religious patrimony is still being used as places of worship, so they keep their values and spiritual traditions; in the capital of the country, Bogotá, the majority of temples, churches, cathedrals and sanctuaries that belong to the cultural heritage, belong to the Catholic Church. A great part of these temples are considered touristic attractions for the spiritual importance and for the history, beauty, artistic and architectural richness. Keywords: Management; Tourism; Religious heritage; Attractions. ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? Nancy Rocío Rueda Esteban* Universidad Externado de Colombia (Colombia) Nancy Rocío Rueda Esteban * Docente Investigadora – Facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras ‑ Universidad Externado de ColombiaAdministradora de Empresas Turísticas y Hoteleras ‑ Universidad Externado de Colombia (Bogotá, Colombia)Maestría en Planificación y Gestión del Turismo ‑ Universidad Externado de Colombia (Bogotá, Colombia)Master Professionnelles Tourismes et Patrimoines ‑ Université de Lyon 2 (Lyon, France); E‑mail: nancy.rueda@uexternado.edu.co 1. Introducción El movimiento de personas por motivos religiosos se ha dado desde hace cientos de años (Millán, Morales, Pérez, 2010), el ser humano busca estar más cerca de los dioses, sus profetas o sus milagros. El turista que viaja con motivación religiosa es el más fiel de los turistas, visita en repetidas ocasiones el destino en un período de tiempo menor (Robles, 2001 citado en Millán, Morales, Pérez, 2010). La diferencia entre turismo religioso y peregrinación ha sido ampliamente debatida, así como la carac‑terización de santuarios y el proceso de cómo se han convertido a través del tiempo, en destinos turísticos. Pero es poco lo que se ha escrito sobre la importancia real del patrimonio religioso y de la necesidad de una eficaz gestión turística para su sostenibilidad a largo plazo. Es importante tener en cuenta que durante mucho tiempo lo único que se evidenciaba era la mercantilización de la cultura gracias a la llegada de turistas, pero hoy en día, se pretende lograr un equilibrio entre religión y turismo (Ivars, 2014). El creciente desarrollo del turismo religioso y la constante utilización y saturación del patrimonio cultural religioso trae numerosos desafíos al enfrentar este rápido crecimiento. Según Talef Rifai, https://doi.org/10.25145/j.pasos.2017.15.006 PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 88 ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? Secretario General de la Organización Mundial del Turismo (OMT), hay 4 grandes retos: la preserva‑ción de los sitios religiosos, el respeto por las tradiciones locales, el desarrollo de una economía local sostenible y asegurar una experiencia positiva y enriquecedora para el visitante (OMT, 2015). Como respuesta a estos retos, surge la necesidad de una efectiva gestión del patrimonio religioso, debido a que los bienes del patrimonio cultural al entrar al mundo del turismo reciben un gran número de personas anualmente y se debe propender porque estos viajeros logren cumplir con sus expectativas y objetivos de viaje y, al mismo tiempo, proteger el patrimonio, su integridad, su mantenimiento y sostenibilidad. El turismo religioso y la peregrinación “son un fenómeno social que requiere la ade‑cuación del patrimonio, tanto su preservación, como la dotación de infraestructura para dar servicios a esta actividad turística” (Millán, Morales, Pérez, 2013). Esta gestión beneficiaría el desarrollo tanto de las actividades espirituales como de las actividades turísticas trabajando sobre los principios del desarrollo sostenible: preservando la cultura, los valores sociales y ambientales, asegurando, al mismo tiempo, la viabilidad económica (Ivars, 2014). Este artículo tiene como objetivo principal analizar la gestión turística en el patrimonio religioso donde se desarrolla el turismo religioso y el turismo de peregrinación en Bogotá, Colombia; para lo cual, se debe estudiar su importancia histórica y religiosa e indagar sobre los elementos de gestión utilizados como atractivos turísticos y como lugares de culto. Bogotá, ciudad capital de la República de Colombia se encuentra a 2.640 msnm (Instituto Distrital de Turismo, 2010) donde la gran mayoría de los templos, iglesias y santuarios que pertenecen al patrimonio cultural dependen de la Iglesia Católica, quién ha estado en este territorio desde la época de la Colonia. Muchos de estos templos son considerados atractivos turísticos por dos razones: la importancia espiritual que se ha ido construyendo en el tiempo y que hoy en día son el centro de innumerables expresiones religiosas; y por la belleza, riqueza artística y cultural, que con sus múltiples construcciones, destrucciones y remodelaciones representan una parte muy importante de la historia de la ciudad. En Colombia, la mayor parte del patrimonio religioso sigue siendo utilizado como lugares de culto, así que conservan sus valores y tradiciones espirituales. 2. Metodología Este artículo es el resultado, en primera instancia, de un análisis teórico y conceptual del turismo religioso y de peregrinación, así como de la gestión del patrimonio religioso como atractivo turístico, utilizando fuentes secundarias para entender y poder aplicar las características en la investigación de las iglesias y realizar una comparación de la realidad con la práctica. En segunda instancia, se realizó una comparación entre el inventario de patrimonio cultural de la ciudad de Bogotá, según el Decreto 678 de 1994 – quien regula el Centro Histórico de la ciudad – y el Decreto 606 de 2001 – quién normaliza el resto de la ciudad de Bogotá – y el inventario de atractivos turísticos de la ciudad realizado en el año 2010. La metodología utilizada para el inventario es la realizada por el Viceministerio de Turismo del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT) de Colombia, quien propone un sistema de clasificación de los atractivos de la siguiente manera: patrimonio material, patrimonio inmaterial, sitios naturales, grupos de especial interés, festividades y eventos; la calificación se da dependiendo de su calidad (70 puntos) y de su significado (30 puntos). La arquitectura religiosa se encuentra dentro del patrimonio material y se califica por los siguientes indicadores: calidad: estado de conservación1, constitución del bien2 y representatividad3; significado: local, regional, nacional o internacional (MinCIT, 2010). En el inventario de patrimonio cultural hay 49 iglesias (entre templos y santuarios) que pertenecen al patrimonio cultural material de la ciudad; el 100% de estas iglesias pertenecen al inventario de atractivos turísticos. Teniendo en cuenta esta información, se decidió realizar el estudio de las iglesias o santuarios que tienen un significado a nivel regional, nacional e internacional (de acuerdo con el inventario de atractivos turísticos), ya que este es su reconocimiento como atractivos turísticos. Existen 3 iglesias con significado Internacional – Iglesia de San Francisco, Santuario de Monserrate y Santuario del Divino Niño del 20 de Julio –, 5 tienen significado Nacional – Museo Iglesia de Santa Clara, Iglesia de San Ignacio, Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, Catedral Primada y Capilla del Sagrario – y 2 significado Regional – Iglesia de San Alfonso María de Ligorio y Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe – (IDT, 2010), éstas son las diez iglesias estudiadas y en las que se analizó la gestión en el patrimonio religioso como atractivo turístico. PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 Nancy Rocío Rueda Esteban 89 Posteriormente, se realizó una investigación de la historia de cada una de estas iglesias, para tener claridad sobre su importancia para la comunidad, así como su valor arquitectónico y artístico. Con estos aspectos definidos y claros, se procedió a realizar una investigación observatoria sobre cada uno de los templos para analizar su operación y desarrollo y se procedió a realizar entrevistas personales y telefónicas con los párrocos/rectores de 8 de los 10 lugares y obtener su opinión sobre el papel del turismo en las iglesias y la compatibilidad que existe entre éste y las actividades religiosas cotidianas. En la observación que se llevó a cabo, se analizó la accesibilidad del lugar, el desarrollo de las liturgias, la infraestructura de cada templo y las adaptaciones que se realizan cuando se tienen misas o actividades que convocan grandes números de personas, incluso que superan la capacidad de los templos; el manejo de los visitantes y los servicios prestados a los mismos. Las posibles adaptaciones para la museización o interpretación de las riquezas culturales en los templos. En las entrevistas realizadas se incluyeron preguntas sobre la importancia de los templos para la comunidad, la percepción de la compatibilidad entre la religión y el turismo en los templos de estudio; si cuentan o no un plan de gestión turística; también, se requirió sobre las fuentes de ingresos y si estas permiten el mantenimiento, conservación y restauración del patrimonio. Asimismo, se preguntó sobre la capacidad de carga de los templos, si se ha calculado y si se respeta esta medida. Las adecuaciones realizadas para recibir a los turistas también fueron tenidas en cuenta en las entrevistas y la existencia, descripción y limitantes en las reglamentaciones que los visitantes deben seguir para poder ingresar al templo. Incluso, los cambios que se hayan realizado para la museización, accesibilidad o interpretación del monumento se consideraron por ser de gran importancia para la visita del patrimonio cultural. La cantidad de información presentada de cada iglesia depende de la información obtenida en la entrevista personal y en la observación realizada, por lo que no es igual en todas ellas. Finalmente, se realiza un análisis sobre la gestión turística en los mismos 10 atractivos. 3. Turismo religioso y patrimonio religioso El turismo religioso y el turismo de peregrinaciones – aunque implican dos clases de vivencias diferentes, pueden ser consideradas una sola tipología de turismo ‑ son desde un punto de vista religioso “un turismo con connotaciones espirituales que permitirían paliar la fugacidad y la falta de sentido aparente de la vida cotidiana” (Gil, 2006). Pero desde un punto de vista cultural, se puede decir que consiste en entender y disfrutar las características y elementos diferenciales materiales, inmateriales, intelectuales y de creencias que caracterizan a la sociedad de un destino (SECTUR, 2006, citado en Fernández, 2010); y si se analiza desde un punto de vista económico, el turismo religioso es aquel que comercializa la religión y la devoción de las personas, pero sin depreciar su sentido (Santana, 2003, citado en Fernández, 2010). Tanto el turismo religioso como el turismo de peregrinación se desarrollan dentro del patrimonio religioso: de hecho varios lugares religiosos son sitios con valor nacional (Rinschede, 1992); éste patrimonio religioso pertenece al patrimonio cultural, el cual comprende monumentos, conjuntos de construcciones y lugares con un valor universal excepcional (Unesco, 2005), además de las tradiciones, creencias y expresiones tradicionales de una comunidad (Unesco, s.f.). En si, un patrimonio religioso o patrimonio cultural eclesiástico: “son los bienes dotados de interés cultural que se encuentran a manos de la confesión religiosa” (Tejón, 2008). El patrimonio religioso está compuesto por templos, santuarios, ciudades santas o con significado devoto, conjuntos arquitectónicos religiosos, imágenes religiosas, frescos, pinturas, esculturas, ornamentos, creencias religiosas, celebraciones especiales y devociones que como argumenta Máximo Buch, son lo suficientemente atractivos por si solos y pueden darle al visitante la posibilidad de revivir hechos histó‑ricos (Buch, 2014). Raquel Tejón define el patrimonio cultural de interés religioso como “aquellos bienes que presentan un interés cultural para la totalidad de la sociedad y, además, un interés religioso para determinados ciudadanos” (Tejón, 2008). El patrimonio religioso tiene un doble significado e importancia en la sociedad: religiosa y cultural. La importancia cultural, porque son representantes de la historia de una comunidad con su arquitectura y religiosa por ser centros espirituales y de recogimiento de gran acogida tanto para la comunidad local como para los visitantes. Al desarrollar el turismo religioso en un destino se quiere realzar las potencialidades de este patrimonio con su valor histórico y artístico, creando un desarrollo sostenible en el territorio (Moreno & Toledo, 2005). PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 90 ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? El patrimonio religioso es visitado por personas de una comunidad, turistas religiosos y peregrinos nacionales e internacionales. La función turística de los inmuebles religiosos con significados culturales deben ser gestionados eficientemente para cumplir con sus funciones espirituales y estar abiertos al público para visita y admiración, por lo que se necesita una adecuación del patrimonio para uso cultural y turístico; las personas que realizan este tipo de turismo buscan lo auténtico y lo identitario (Saldivar, 2012,). Este proceso de patrimonialización que se lleva a cabo, específicamente para fines turísticos integra actividades de protección y restauración, puesta en valor y promoción para motivar un gran número de turistas (Gil, 2006). Se deduce, entonces, que el patrimonio religioso enfrenta los mismo retos que cualquier otro tipo de turismo y debe promover un turismo responsable y respetuoso hacia las creencias de la población local (Denu, 2014) quienes han mantenido vivo este patrimonio durante tanto tiempo, asegurando así su vida futura. Esto implica también, lograr un desarrollo local derivado de los beneficios del turismo religioso y un desarrollo tanto económico, como social y cultural, aprovechando que el turismo religioso no es tan estacional como el turismo de sol y playa, sino que asegura un flujo continuo de visitas en el año (Petreas, 2014). 3.1. Gestión del patrimonio religioso como atractivos turísticos El patrimonio religioso no se puede manejar o gestionar de la misma forma que un monumento patrimonial como cualquier otro, no solamente por las funciones que debe cumplir – espirituales y de recogimiento – sino también por quienes administran estos lugares: las comunidades religiosas. Se debe encontrar un equilibrio entre ser un lugar de culto y un atractivo turístico, dos funciones que en un comienzo pueden parecer contrarias, pero que de hecho pueden funcionar de la mano si se desarrolla una gestión turística del patrimonio religioso. La complejidad de estos lugares reside, también, en la diversidad de visitantes que recibe: peregrinos en busca de una experiencia religiosa y turistas que buscan satisfacer una curiosidad (Nolan & Nolan, 1992). También, se puede encontrar personas religiosas que viajan y deciden visitar lugares sagrados como parte de su viaje (Nolan & Nolan, 1992). Las motivaciones no son iguales para todos los visitantes: turistas, peregrinos y feligreses, todos tienen motivaciones o expectativas diferentes en sus visitas, unos vienen de lejos para visitar estos lugares, para otros son sus parroquias o el centro de eventos especiales en sus vidas (Nolan & Nolan, 1992). De todas maneras, el turismo religioso es un instrumento muy poderoso para crear conciencia y responsabilidad para proteger este patrimonio y crear tolerancia y entendimiento entre las comunidades locales y los turistas (Rifai, 2015). Según Mary Lee Nolan y Sidney Nolan, existen tres clases de atractivos para el turismo religioso: los primeros son los santuarios de peregrinación, los segundos son atractivos turísticos religiosos y los terceros los festivales con asociación religiosa (Nolan & Nolan, 1992). Este artículo estudiará el atractivo del turismo religioso que tiene un gran significado e impacto para el turismo de la ciudad de Bogotá, Colombia, específicamente aquellos que son considerados como patrimonio cultural de la comunidad y que poseen el significado más alto de reconocimiento. La gestión turística de estos lugares debe incluir procesos de valorización, conservación y renta‑bilización del bien para poder asegurar su sostenibilidad a largo plazo. Se deben tener en cuenta las condiciones de musealización de las obras dentro de las iglesias, templos, santuarios o catedrales y el condicionamiento del mismo para recibir la diversidad de visitantes que llegan a estos lugares con motivaciones diferentes y en muchos casos contrarias. Estos condicionamientos, deben incluir la explicación del contexto y antecedentes de las obras – tanto arquitectónicas como de bellas artes – para poder asegurar su correcta comprensión e interpretación. La preservación de estos lugares sagrados no significa únicamente mantener los inmuebles en buenas condiciones para su utilización, sino también la preservación y respeto del significado del lugar, de las tradiciones y del “espíritu del lugar” (Sidorenko, 2015). Todas estas características deben ser respetadas por los visitantes que llegan a los templos, santuarios, catedrales, capillas e iglesias de un destino turístico específico ya que estas también hacen parte del valor único de las mismas. Uno de los puntos importantes a tener en cuenta en la gestión del patrimonio, es la capacidad de carga de los templos religiosos, teniendo en cuenta que se habla de monumentos patrimoniales, son edificaciones históricas que datan de los años 1600 a 1900, para asegurar su longevidad, su belleza y su funcionalidad como lugares de culto. Entendiendo capacidad de carga como “la capacidad que tiene un atractivo turístico para la recepción de visitantes por día” (Moreno & Toledo, 2005). Los administradores de éstos lugares deben saber cuántos visitantes – turistas, peregrinos y feligreses PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 Nancy Rocío Rueda Esteban 91 – soportan los inmuebles para evitar su deterioro a través del tiempo. Hallar la capacidad de carga de un lugar es trabajar en pro de la preservación de las iglesias, lo que no quiere decir que no se necesiten actividades de conservación y restauración para mantener los sitios históricos, para devolverles la imagen que una vez tuvieron y/o para fortalecer los cimientos de sus estructuras y asegurar su vida útil. El patrimonio religioso se debe rentabilizar, usualmente esta palabra entra en conflicto con los principios del clero, al no buscar enriquecerse con las actividades que realizan, inclusive con la actividad turística; pero esto no quiere decir que no deban asegurar el sostenimiento, la conservación y el mantenimiento de los templos dada su fragilidad, utilidad y su deterioro diario. Esto quiere decir que se deben incentivar mecanismos de protección del patrimonio más sostenibles (Sidorenko, 2015) Se debe encontrar estrategias económicas para garantizar estas actividades: hay iglesias y catedrales en el mundo que cobran la entrada para los turistas, hay otras que solo recaudan la entrada a las torres o las catacumbas; también se puede disponer de urnas para donaciones voluntarias, lo que en algunos casos resulta eficiente. En pocas palabras, el turismo puede ser una herramienta para lograr un beneficio económico que se reinvertiría en la conservación del patrimonio y de esta manera lograr su sostenibilidad para generaciones futuras, teniendo en cuenta que muchas veces las comunidades religiosas no cuentan con la capacidad económica para cumplir con estas funciones (Moreno & Toledo, 2005). En este punto es importante resaltar que se debe realizar un equipamiento para poder recibir a un número considerable de visitantes de cualquier parte de mundo: entradas, taquillas, urnas, audio guías, señalización, fichas informativas, entre otras. Si se realiza un cambio para el desarrollo del turismo religioso o cultural en los templos de culto, también se deben realizar adecuaciones para crear buenas condiciones museísticas, esto teniendo en cuenta que en la mayoría de las iglesias se encuentran elementos artísticos como pinturas, esculturas, murales y vitrales que las necesitan para ser admiradas, estudiadas y comprendidas, por lo tanto se debe reforzar en visitantes y turistas el entendimiento y respeto por las tradiciones, valores y creencias espirituales de los lugares visitados (Sidorenko, 2015). Esto no solo para su exhibición sino también para asegurar su interpretación, la satisfacción del visitante y la conservación de los mismos. “Para las comunidades religiosas (…) la importancia cultural de sus bienes es secundaria respecto a su función primordial, que es la de acoger el “culto religioso” (Moreno & Toledo, 2005). Pero es importante demostrarles a estas comunidades que el uso turístico y el uso religioso de este patrimonio pueden ser compatibles si se crean las adecuaciones necesarias para no afectar la “función principal” de los templos, ya que la mayoría están vivos y en constante cambio, siendo la salvaguarda de los valores esenciales para las generaciones futuras el punto central de la gestión en estos lugares (Sidorenko, 2015). En este artículo se presenta un estudio de los templos patrimoniales con mayor interés turístico en la ciudad de Bogotá, analizar la compatibilidad entre religión y turismo y las diferentes estrategias puestas en marcha para el aprovechamiento de estos lugares. 4. Patrimonio religioso como atractivos turísticos en Bogotá En Bogotá, los templos e iglesias que pertenecen al patrimonio religioso pertenecen en su mayoría a la religión católica, gracias a la historia que tiene éste país. 1492, es la fecha de la conquista de América por parte de los españoles, 1538, fue la fundación de Santa Fé de Bogotá (Groot, 1951), pero fue hasta 1550 cuándo comenzaron a llegar las primeras Órdenes Religiosas a Santafé de Bogotá: los Dominicos y los Franciscanos, quienes fueron los que iniciaron y desarrollaron el trabajo de evangelización con los indígenas del Nuevo Reino de Granada; en 1575 vinieron los Agustinianos, y los Jesuitas llegaron hasta el siglo XVII, también se resalta el trabajo de los sacerdotes Diocesanos quienes estuvieron al servicio de los españoles, en las Parroquias o Catedrales (Mantilla, 2002). Pasados los años, la religión tuvo un papel primordial en la vida de la sociedad colonial marcando los ritmos de la vida cotidiana, de las ocasiones especiales y de las festividades; siendo las iglesias y los templos puntos de referencia en la ciudad, representando estos momentos de la historia. Por esto, las primeras iglesias, capillas y templos construidos en Colombia pertenecen a la religión católica, algunos de estos templos todavía se erigen hoy en la ciudad conservando su belleza y son característicos del arte de la época: arquitectura, escultura y pintura que mezcla el arte traído de Europa, con el arte de la época de la Colonia. Turísticamente, éstas iglesias son un gran atractivo para las personas que visitan la ciudad: para los creyentes, por la importancia religiosa y espiritual de los templos, santuarios e iglesias; y para los no creyentes por su riqueza arquitectónica y artística que atraen a muchas personas PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 92 ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? motivadas por la historia y la cultura de Bogotá. En la Asociación de Santuarios del Secretariado del Episcopado Colombiano se consideran de modo especial los planes de pastoral que se desarrollan en los Santuarios y algunos aspectos relacionados con la cultura religiosa; pero la parte del impacto social y los aspectos propiamente turísticos son muy reducidos y en algunos casos se establecen acuerdos con las administraciones locales o con algunos voluntarios (P.A. Roballo, comunicación personal, junio 23 de 2015). El Instituto Distrital de Turismo de la ciudad de Bogotá es el ente gubernamental local encargado del turismo y en este momento se encuentra realizando los productos turísticos de la ciudad, el turismo religioso se está incluyendo dentro del producto turístico cultural, teniendo en cuenta su importancia en la ciudad y sus atractivos (J. Ramos, comunicación personal, junio de 2015). El IDT tiene una serie de rutas turísticas preestablecidas, aunque ninguna de ellas se centra en el turismo religioso; existe una ruta que se realiza en fechas especiales como Semana Santa que incluyen, en su mayoría, iglesias y templos del centro de la capital. La mayoría de estas iglesias, templos, santuarios, catedrales han tenido numerosas reconstruc‑ciones y restauraciones por varias razones: necesidad de aumentar el tamaño del templo, cambio del estilo arquitectónico de moda, fenómenos naturales como sismos y terremotos ocurridos en la ciudad, cambios en la configuración y evolución de la ciudad, entre muchas otras razones; lo que ha hecho que la riqueza de estos templos no se centre únicamente en un solo estilo artístico, sino en el conjunto de características sumadas a través de los años, convirtiéndolos en parte de la identidad de la sociedad bogotana. El Santuario de Monserrate resguarda la ciudad de Bogotá desde lo alto del cerro de Mon‑serrate a 3.152 metros sobre nivel del mar (IDT, 2015), es un lugar rodeado de historias, leyendas y mitos; su inicio se remonta a las creencias del pueblo indígena muisca, antiguos pobladores del territorio, para quienes algunos lugares de la montaña eran lugares sagrados de culto (M.S. Pulido, comunicación personal, 11 de junio de 2015); desde el período de la Colonia, ha sido lugar de peregrinación y devoción (Arquidiócesis de Bogotá, 2015). En el siglo XVII, en 1620 fue construida la primera Ermita del cerro por Fray Bruno Valenzuela (M.S. Pulido, comunicación personal, 11 de junio de 2015), en 1650 (Cuéllar, 2013) la ermita se llamó Nuestra Señora de la Cruz de Mon‑serrate, a quién el cerro le debe su nombre (Arquidiócesis de Bogotá, 2015). En 1656 se encargó la fabricación de numerosas imágenes, entre ellas el Cristo clavado en la cruz al santafereño Pedro Lugo y Albarracín. La devoción a la Virgen de Montserrat fue la principal devoción en el cerro de Monserrate hasta que su imagen desapareció en 1711, para volver en el año 2006. Después de los terremotos de 1743 y 1785 se le concedieron dones protectores al “Cristo Caído” como se llamó al Cristo clavado en la Cruz, lo que comenzó a motivar la llegada de peregrinos; con el tiempo, la pequeña iglesia demostró ser insuficiente para recibir al gran número de personas que llegaban todos los domingos. En 1915 se comenzó la construcción para la ampliación de la iglesia, se decidió realizar una iglesia nueva en honor al Señor Caído en 1917, la construcción se logró gracias a la ayuda de los devotos quienes ofrecían materiales como limosna y aprovechaban la penitencia para subir materiales de construcción a pie hasta la cima del cerro para la construcción de un templo/ santuario en estilo neogótico terminado en 1925, desafortunadamente este estilo no tuvo acogida por parte de la sociedad y en 1949 comenzaron las obras para cambiar la iglesia a un estilo neocolonial (Cuéllar, 2013). En el año de 1956 obtuvo el nombre de Basílica Menor Iglesia de Monserrate (Arquidiócesis de Bogotá, 2015). La tecnología para subir al Cerro de Monserrate llegó en 1924 con el Funicular y fue completada en 1956 con el teleférico (M.S. Pulido, comunicación personal, junio 11 de 2015). Los visitantes que llegan a Monserrate son de tres grupos básicamente: los deportistas que suben al cerro a pie, los turistas y los peregrinos. Los peregrinos, quienes representan un grupo muy importante, suben por motivo de fe; el Viernes Santo suben 75.000 personas y cada domingo de 30.000 a 35.000 personas. Los turistas también son un grupo muy importante, suben dos millones de turistas al año, se calcula que por una persona que sube en teleférico, 10 suben a pie por el camino de la crucifixión acompañado por imágenes en los pasos del vía crucis (M.S. Pulido, comunicación personal, junio 11 de 2015). El cerro tiene numerosos servicios para los visitantes que suben a Monserrate: parqueaderos y en la cima de la montaña se encuentran restaurantes, baños, mercado informal artesanal (M.S. Pulido, comunicación personal, junio 11 de 2015); cuenta con plan de evacuación, equipo de emergencias y contra incendios, cámaras de seguridad, alarmas y seguridad (IDT, 2010). Igualmente realiza promoción con PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 Nancy Rocío Rueda Esteban 93 su página de internet propia y con material promocional como un atractivo turístico en donde se le da importancia tanto a su relevancia religiosa como a la turística. Todo el dinero que ingresa al Santuario por la subida en el teleférico y el funicular, por los restaurantes y al Santuario como tal, son utilizados para el mantenimiento del cerro, la conservación del lugar y de los servicios prestados a los visitantes. Además, también se invierten en obras sociales que tiene el Santuario (M.S. Pulido, comunicación personal, junio 11 de 2015). A pesar de tener un gran número de visitantes anuales, Monserrate, no tiene un plan de gestión de visitantes, sin embargo un Plan Maestro está en proceso de realización para poder lograr un equilibrio entre el Santuario, el atractivo turístico y el área protegida (M.S. Pulido, comunicación personal, junio 11 de 2015) al encontrarse en la reserva de los cerros orientales siendo una zona importante para la recarga de acuíferos (Ambiente Bogotá, s.f.). En colaboración con FONTUR (Fondo Nacional de Turismo) hay en el cerro un Punto de Información Turística que funciona de lunes a sábado, todo el día, para que los turistas tengan un guía que explique la importancia histórica y les ayude a interpretar este lugar a través de recorridos y además tenga respuesta a sus preguntas (M.S. Pulido, comunicación personal, junio 11 de 2015). El Santuario del Divino Niño del 20 de Julio fue declarada parroquia en 1932, con el tiempo ha tenido numerosos cambios en su mayoría para aumentar el espacio del templo. Los domingos recibe 30.000 personas (aproximadamente) que llegan a las 20 misas celebradas (P.C. Aponte, comunicación personal, 10 de junio de 2015). Fue construida por la devoción al divino niño Jesús que comenzó en 1934, cuando el Padre Juan de Rizzo decidió encargar una imagen del Niño Jesús para propagar su devoción (IDT, 2015). Este templo no es muy antiguo, ni tampoco tiene una historia muy extensa, pero es de gran importancia para los devotos del Niño Jesús, las personas lo visitan para conocer la imagen del Divino Niño Jesús, realizar sus oraciones, pedir favores por sus necesidades y asistir a las misas celebradas. Los servicios con los que cuenta la iglesia son restaurante, baños públicos, parqueadero para los visitantes al templo, ascensor para asegurar el acceso de las personas discapacitadas y diversos espacios para que los visitantes puedan quedarse el tiempo que consideren apropiado en la iglesia, los jardines o plazoletas (P.C. Aponte, comunicación personal, junio 10 de 2015) también cuenta con tienda de suvenires (IDT, 2010). Para los peregrinos que deseen conocer la historia de la iglesia hay una persona que se encarga de ellos y abre una sala especial con la historia en video de la Iglesia desde sus inicios y se encarga de la apertura del museo para la persona que desee conocerlo, también cuenta con una línea del tiempo de la historia de la parroquia. Para recibir a las grandes masas de visitantes en las misas se cuenta con sonido exterior a la Iglesia, pantallas gigantes exteriores para que todas las personas puedan ver la misa y plazoletas con carpas para las personas que no alcancen a entrar en la iglesia. Sin embargo, no hay reglamentaciones especiales para recibir a los turistas, tampoco un código de conducta en el templo, se parte de la idea que los visitantes saben la manera de comportarse en la Iglesia del 20 de Julio (P.C. Aponte, comunicación personal, junio 10 de 2015). La iglesia cuenta con rutas de evacuación reglamentarias, 9 puertas de entrada/salida (3 frontales y 6 laterales). Todos los domingos para la protección de visitantes que asisten a las misas se tiene el apoyo de la Policía Nacional, Defensa Civil, vigilancia y una Póliza de eventos masivos (P.C. Aponte, comunicación personal, junio 10 de 2015). La administración del Templo es centralizada, con las donaciones que llegan se distribuyen para los 28 programas sociales y el mantenimiento de la iglesia (P.C. Aponte, comunicación personal, 10 de junio de 2015). No se cuenta con un plan de comunicación ni un plan de gestión de visitantes, pero la iglesia tiene una comunicación a nivel nacional e internacional muy eficiente a través de televisión, una emisora virtual, su página web y Facebook (L. Jaya, comunicación personal, junio 10 de 2015). La construcción de la Iglesia de San Francisco comenzó en el año de 1557 con mano de obra indígena, fue consagrada en 1566 aun sin estar terminada; en 1586 se comienza la construcción de una nueva iglesia porque las dos naves de la iglesia anterior eran insuficientes para el creciente número de religiosos y feligreses, construcción que terminó hacia 1611. En 1623 se encomendó la construcción del retablo mayor al arquitecto, escultor y ensamblador asturiano‑bogotano Ignacio García de Ascucha y la decoración en 1625 al español Lorenzo Hernández de la Cámara. Los últimos cambios significativos realizados fueron en el siglo XVIII, principalmente después de los terremotos de 1743 y 1785, reconstrucción que terminó en 1794, año en el que fue consagrada (Blanco, 2013); fue declarada Monumento Nacional en PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 94 ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? 1975 (Templo de San Francisco, 2011) y los últimos trabajos de restauración se llevaron a cabo entre 1980 y 1990 (Blanco, 2013). Esta iglesia es muy visitada por su historia, riqueza artística y su privilegiada ubicación, no cuenta con ningún servicio para los visitantes, tiene puertas para personas en condición de discapacidad y como elementos de seguridad, un equipo contra incendios, un equipo de emergencias y vigilancia (IDT, 2010). La Iglesia de Santa Clara funciona como Museo desde 1983, pertenecía a las Hermanas Pobres de Santa Clara, se encontraba al lado del claustro de su mismo nombre. Su construcción comenzó en 1619 con un estilo barroco‑mudéjar y en 1646 fue consagrada con un gran patrimonio artístico. En 1863 las Hermanas Clarisas fueron expulsadas y el Estado separó la Iglesia del Convento, siendo este demolido. En 1874 la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús se hace cargo de la reparación y mantenimiento de la Iglesia hasta que en 1968 se desacraliza y es vendida al Ministerio de Cultura de Colombia y en 1983 abre sus puertas como Museo, como hoy en día se encuentra (Pedreros, 2013). El Museo Santa Clara no es solo un patrimonio religioso, sino también un patrimonio histórico y museológico. Las visitas que recibe son de dos tipos: por reserva o visita esporádica, las visitas por reservas son especialmente para grupos de estudiantes universitarios y las visitas esporádicas son los visitantes interesados en la arquitectura, riqueza artística e historia del lugar. Años atrás se recibían muchos visitantes en la Semana Santa por el significado religioso del museo, pero este interés se ha perdido con el tiempo (V. Arce, comunicación personal, junio 9 de 2015). Este Museo recibe 40.000 personas al año y tiene una capacidad de 120‑200 personas al mismo tiempo (V. Arce, comunicación personal, junio 9 de 2015); posee un plan de conservación y un plan museológico. Se cobra tiquete de entrada y tiene una tienda de souvenirs, pero no es suficiente para el autosostenimiento del lugar, por esta razón el Ministerio de Cultura es el encargado del mantenimiento del mismo, de la nómina de personal y del desarrollo de los proyectos de restauración, conservación y mejoramiento de la planta física del lugar como la tienda y la taquilla (V. Arce, comunicación personal, junio 9 de 2015). El Museo también alquila los espacios para eventos especiales, siempre y cuando se rija por las normas museológicas y de conservación de estricto cumplimiento (Museo Santa Clara, 2014), esto como se estipula en la Ley 397 de 1997 “El Estado, a través del Ministerio de Cultura, estimulará y asesorará la creación de planes, programas y proyectos de carácter comercial, afines con los objetivos de los museos, que puedan constituirse en fuentes de recursos autónomos para su funcionamiento” (Museo Santa Clara, 2014). Aunque no tiene un plan de gestión turística, se enfoca en el desarrollo cultural de la comunidad, el Museo está completamente equipado para recibir a los visitantes, cuenta con taquilla, señalización y guianza (IDT, 2010), además, cuenta con pantallas interactivas en español, inglés, francés y portugués para la mejor comprensión de la colección; también cuenta con salas de exhibición temporales y biblioteca y para asegurar el bienestar de los visitantes tiene un plan de evacuación, equipo de emergencias, equipo contra incendios y vigilancia (IDT, 2010). La Catedral Primada de Bogotá fue la primera iglesia de la ciudad, situada en la Plaza de Bolívar, construida en 1539 con techo de paja, la cual fue reemplazada en 1552 (Delgadillo, 2013), esta segunda edificación desaparece hacia 1569 (Bogotá turismo, 2015). En 1572 se comenzó la construcción de la tercera iglesia que debía ser propicia para ser la nueva sede arzobispal que se acababa de trasladar de Santa Marta a Santa Fe (hoy Bogotá), esta construcción nunca pudo ser terminada por completo, al ser dañada estructuralmente por fenómenos naturales, terremotos y sismos. En 1807 se comenzaron los trabajos para la nueva Catedral, consagrada en el año de 1823, aun sin estar terminada. Después de varias reformas y embellecimientos fue declarada como Bien de Interés Cultural de la Nación por el Decreto 1584 de 1975; en 1902 fue titulada Catedral Primada de Colombia por el Papa León XIII y en 1907 recibió el título de Basílica. De 1993 ‑ 1998 se realizaron los trabajos de restauración que le dieron la imagen actual a la Catedral, siendo su fachada uno de los primeros ejemplos de la arquitectura neoclásica de la ciudad (Delgadillo, 2013). En sus suelos descansan personajes y héroes nacionales: “el fundador (de la ciudad) Gonzalo Jiménez de Quesada, el precursor de la independencia Antonio Nariño y el pintor (colombiano) Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos” (Bogotá turismo, 2015). El tesoro de la Catedral cuenta con valiosas piezas como “la Custodia llamada La Preciosa (…) custodias, relicarios, cálices, incensarios, cruces, atriles, coronas y báculos, además de la vinajera y el cáliz de plomo utilizados, según la tradición, en la primera misa de Santa Fe” (Delgadillo, 2013), esta Custodia cuenta con “3.223 piedras preciosas, entre esmeraldas y zafiros” (El Tiempo, 2010). Desafortunadamente, el tesoro no se encuentra abierto al público. PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 Nancy Rocío Rueda Esteban 95 Los servicios que presta la Catedral a los visitantes se limitan a una tienda de souvenirs, tiene un plan de evacuación, equipo de emergencia, contra incendios y vigilancia (IDT, 2010). Para la comunicación cuenta con página de internet propia, aunque no realiza una comunicación eficiente para ser visitada por turistas nacionales e internacionales. La Capilla del Sagrario fue construida como parte de la Catedral Primada de Bogotá para exponer el Santísimo Sacramento, la primera piedra fue puesta 1660 y la fachada fue terminada en 1689 (Delgadillo, 2013), restaurada en 1827, con arquitectura barroca neogranadina excepcional (Bogotá turismo, 2015). Su mayor riqueza reside en las obras pictóricas, en su mayoría de Gregorio Vásquez Arce y Ceballos. En 1950 comenzó la reconstrucción masiva de la Capilla debido a su deterioro, obra que duró dieciocho años y que le dio la imagen actual a la Capilla. En 1975 fue nombrada Bien de Interés Cultural Nacional (Delgadillo, 2013). No tiene ningún servicio especial para los visitante, pero tiene plan de evacuación, equipo de emergencias, contra incendios, cámaras de seguridad, alarmas y seguridad (IDT, 2010). La Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes fue construida en 1875, su estilo gótico marcó el inicio de una nueva arquitectura religiosa en Colombia (IDT, 2015), reemplazó una pequeña capilla que había sido construida en el mismo lugar (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2015). Su última restauración duró tres años y fue terminada en 2014 (Caracol, 2014). Con la restauración se comenzaron varias adecuaciones para mejorar la visita del templo, como la visita a la torre de la iglesia, visitar el órgano tubular, adecuación de un museo, sin embargo ninguna de estas opciones están abiertas al público. Se realizó un reforzamiento de la estructura y se adaptaron 5 salidas para asegurar la seguridad de los turistas (P.A. López, comunicación persona, junio 11 de 2015). Tiene un plan de evacuación, plan de contingencia, equipo contra incendios, vigilancia (IDT, 2010) y propende por la accesibilidad de las personas discapacitadas (P.A. López, comunicación personal, junio 11 de 2015). A esta iglesia llegan aproximadamente 8500 feligreses todos los domingos (P.A. López, comunicación personal, junio 11 de 2015), pero no se tiene un conteo de cuantos visitantes llegan a diario, ni las motivaciones que los traen específicamente. Los medios de comunicación que tiene la Iglesia son su página de internet y el voz a voz (P.A. López, comunicación personal, junio 11 de 2015). La Iglesia de San Ignacio o Iglesia de la Compañía de Jesús comenzó su construcción en 1610, seis años después de la llegada de esta Compañía al Nuevo Reino de Granada (hoy Colombia) (Blanco, 2013); esta iglesia fue parte de un gran proyecto llamado la Manzana Jesuítica, es un eje orientado a humanizar a la sociedad y a su alrededor se crea una red de conocimiento y educación (P.G. Izquierdo, comunicación personal, junio 25 de 2015). La iglesia fue culminada con la construcción de la capilla mayor, el crucero y la cúpula de media naranja (Blanco, 2013), durante los siglos siguientes se realizaron numerosos cambios y fortalecimiento de la estructura que fue vulnerada por los terremotos de 1743 y 1785 (Blanco, 2013). En 1767 la Compañía de Jesús fue expulsada por Carlos III y la Iglesia pasó a llamarse Iglesia de San Carlos (Blanco, 2013). A comienzos del siglo XIX funcionó como Catedral cuando la nueva Catedral Primada, ubicada en la Plaza de Bolívar, estaba en construcción y después como parroquia (P.G. Izquierdo, comunicación personal, junio 25 de 2015). Fue devuelta a la Compañía de Jesús en 1891 cuando recuperó el nombre de Iglesia de San Ignacio (Blanco, 2013). La Iglesia de San Ignacio tiene numerosas riquezas artísticas y arquitectónicas, comenzando con su bóveda hecha en base de madera cubierta de estuco y yeso, decorada en semejanza al cielo, su cúpula de estilo colonial y el altar mayor realizados por el hermano Diego Loessing. Los retablos, de estilo barroco y las obras pictóricas creadas por diversos autores entre ellos Gregorio Vásquez, Gaspar de Figueroa, Baltasar de Figueroa, García de Campo, Acero Santacruz, el hermano Domingo de Vasconcelos, entre otros; también se puede resaltar las estatuas talladas. (P.G. Izquierdo, comunicación personal, junio 25 de 2015). Toda esta producción artística tiene unos significados teológicos y religiosos muy relevantes, por ejemplo la gran Custodia “La Lechuga”, llamada así por “por el verde intenso de sus 1.486 esmeraldas, todas ellas excelsas gotas de aceite y alas de mariposa” (Quinn, 1996), hacía parte de esta producción, la Compañía de Jesús decidió darla al Banco de la República para que fuera expuesta y admirada por el público en general, dado que únicamente era expuesta por la Iglesia el día del Sagrado Corazón de Jesús (P.G. Izquierdo, comunicación personal, junio 25 de 2015), hoy se encuentra exhibida en el Museo de Arte del Banco de la República (Banco de la República, s.f.). En el año 2003 se comenzaron labores de restauración (Blanco, 2013), pero desafortunadamente, estas obras no han podido ser terminadas, por lo tanto no podrá abrir al público hasta que estos trabajos no culminen (Fundación Colegio Mayor de San Bartolomé, s.f.). La restauración de la Iglesia tiene un costo PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 96 ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? de 15.000 millones de pesos, los cuales han sido fruto de donaciones en su mayoría; este templo puede albergar a 600 personas aproximadamente al mismo tiempo (P.G. Izquierdo, comunicación personal, junio 11 de 2015). Dentro de esta restauración no se pensó convertir la Iglesia en un museo, de hecho, lo que se quiere cuando la iglesia sea abierta al público de nuevo, es que sea un elemento vivo, no una realidad muerta, en el que la comunidad participe de las actividades religiosas y de las actividades culturales como conciertos y obras de teatro. Se quiere que la Iglesia tenga un impacto en el entorno donde se encuentra y la sociedad que la rodea. Se pretende tener una activa oferta de culto, de cultura y trabajar en 15 programas sociales paulatinamente, para poder proyectarse y servir a la comunidad (P.G. Izquierdo, comunicación personal, junio 11 de 2015). La Iglesia de San Alfonso María de Ligorio, es un puente entre el pasado y el presente. Ésta iglesia fue construida en 1954, gran parte su interior perteneció a la Iglesia de Santa Inés, la cual fue demolida en 1956. La Iglesia de Santa Inés fue consagrada en el año 1669, y terminada en 1676 con una gran variedad de muestras artísticas, fue la iglesia del convento de clausura de las Hermanas Inesitas (P.A. Roballo, comunicación personal, junio 23 de 2015). La Comunidad Redentorista compró la Iglesia de Santa Inés en el siglo XX, después de que en 1863 las comunidades religiosas fueron expulsadas y las Hermanas de Santa Inés, no fueron una excepción (Pedreros, 2013). Los Padres Redentoristas se establecieron en la Iglesia de Santa Inés en 1930 (Rojas, 2010) y man‑tuvieron la iglesia hasta 1955, momento en el cual el Estado compró los terrenos para la construcción de vías de comunicación para la ciudad y fue demolida. Por esta razón, los elementos artísticos y parte del mobiliario fueron trasladados a la Iglesia de San Alfonso María de Ligorio (Pedreros, 2013). Su gran importancia comenzó en el año de 1987 (Rojas, 2010) cuando se trajo a Bogotá la primera réplica del Señor de los Milagros de Buga, esto cambia la razón de ser de esta Iglesia y se convierte en un centro de devoción en esta parte del país, siendo los días 14 de cada mes el día mas importante para los feligreses, recibiendo aproximadamente 30.000 personas en comparación a las 5.000 que recibe cada domingo (P.J. Díaz, comunicación personal, junio 11 de 2015). Este giro en el destino de la Iglesia implicó grandes adecuaciones para recibir a la gran cantidad de visitantes, ya que en el momento de la construcción no se pensó como un lugar de masas. Las adecuaciones que se han hecho han sido pocas pero han mejorado la calidad y la seguridad de las visitas: se han abierto puertas para ingresar y salir del templo, se colocó señalización y servicios de baños. Aparte de esto, se realizaron algunas ajustes para que todas las personas que llegan en las eucaristías puedan ver y escuchar como son pantallas exteriores y equipos de sonido que transmiten la eucaristía (P.J. Díaz, comunicación personal, junio 11 de 2015). Aunque la Iglesia es un punto turístico de la ciudad, no se tiene un plan de gestión turística, tampoco actividades para la interpretación y entendimiento de su historia y riqueza artística; se preocupan por los visitantes y en las misas proyectan las reglamentaciones básicas para la visita al templo (P.J. Díaz, comunicación personal, junio 11 de 2015), además es una de las pocas iglesias que mantiene sus puertas abiertas al público todo el día (Rojas, 2010). Los medios de comunicación que se utilizan son televisión, radio, página de internet y la hoja de la eucaristía; estos medios son para actividades de culto, no para promocionar la iglesia como un atractivo turístico, pero de igual manera tienen un impacto positivo en la población (P.J. Díaz, comunicación personal, junio 11 de 2015). En el año 2014 se realizaron las actividades de mantenimiento y conservación de pinturas e imágenes del templo, para asegurar su perdurabilidad y buen estado; además, las obras están ase‑guradas y se encuentran en vigilancia con cámaras de seguridad (P.J. Díaz, comunicación personal, junio 11 de 2015). Tiene un plan de evacuación, equipo de emergencias y contra incendios y cuenta con vigilancia (IDT, 2010). El Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe resguarda la ciudad desde lo alto del cerro de Guadalupe a 3.300 msnm. En 1538 año de la llegada de los españoles a Bogotá se colocó una cruz en lo alto del cerro y en 1656 se construyó la primera Ermita en honor a la Virgen para que protegiera la ciudad; desgraciadamente el terremoto de 1743 destruyó por completo la ermita dejando intacta únicamente la imagen de la virgen; a pesar de los constantes intentos por levantar la ermita una vez más, fue imposible por los constantes sismos ocurridos en la ciudad. En 1858 se decidió reconstruir la iglesia junto a una gran cruz en la cima del cerro para alejar a los malos espíritus, iglesia en honor a la Virgen de Guadalupe de México, logrando terminarla trece años después con la ayuda de los devotos. En 1917 la iglesia volvió a quedar en ruinas a causa de los movimientos telúricos y el cerro quedó abandonado. Treinta años más tarde se construye la Ermita que hoy se encuentra en el cerro de Guadalupe para ser terminada en 1945. Un año después, en 1946, se decide colocar en PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 Nancy Rocío Rueda Esteban 97 la fachada de la ermita una imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción de quince metros de altura (Cuéllar, 2013) Este Santuario es un centro de gran Devoción Mariana, por la Virgen de Guadalupe, la gran afluencia al cerro, los primeros domingos del mes llegan unas 1000 personas y los otros domingos 800 aproximadamente, 50% son peregrinos que suben por primera vez y solo un 5% son turistas que suben sin ningún interés religioso. (P.A. Ballester, comunicación personal, junio 16 de 2015). Para los visitantes cuenta con baños, cafetería, restaurante, parqueadero, plan de evacuación, equipo de seguridad, equipo contra incendios y vigilancia (IDT, 2010). El Santuario de Guadalupe se encuentra en el Cerro de Guadalupe, que por pertenecer a los cerros orientales es un área protegida (Ambiente Bogotá, s.f.), esto hace que se tenga señalización para el cuidado y protección de la reserva. En el Santuario se realizó una señalización para la seguridad del peregrino (P.A. Ballester, comunicación personal, junio 16 de 2015). 5. Análisis de resultados Al realizar el análisis de la información recopilada, se desarrolló un análisis comparativo (tabla 1 y 2) donde se refleja, en resumen, la baja importancia que se le da a la gestión turística y a los servicios o adecuaciones que se deben tener en cuenta para los turistas y visitantes. La planeación de visitantes se limita a realizar adecuaciones para que las misas sean accesibles a los feligreses que deseen asistir. Esto para los casos de la Iglesia de San Alfonso María de Ligorio, quien debe poner pantallas de televisión y sonido los días 14 de cada mes por la gran afluencia de personas que asisten en devoción al Señor de los Milagros; y para el Santuario del Divino Niño Jesús del 20 de Julio quien ha agrandado el espacio para recibir a las personas los días domingo y poner pantallas y sonido para que todos los asistentes puedan ser parte de la celebración religiosa por la devoción al Niño Jesús. El Santuario de Monserrate tiene un manejo de gestión mas desarrollado en comparación con las otras iglesias estudiadas, no solo por el número de visitantes que recibe semanalmente – por devoción al Señor Caído de Monserrate, por deporte, turismo, peregrinación o asistencia a eucaristía – sino porque es un emblema de la ciudad y es uno de los atractivos más importantes de Bogotá. Las adecuaciones que se han realizado para recibir a los visitantes en le cerro van desde la accesibilidad por teleférico, funicular, a pie, instalaciones de baños, mercado artesanal, restaurantes, manejo de basuras, agua y uno de los más importantes para este estudio, un punto de información turístico en convenio con FONTUR, facilitando la interpretación del lugar. Únicamente 3 de las 10 iglesias conocen, de una manera muy general, el tipo y las características de los visitantes que reciben. Son 5 las iglesias que tienen una idea del número de visitantes que llegan los días más importantes (domingos, días 14, semana santa, festividades religiosas) en un periodo de un año: Santuario de Monserrate, Iglesia de Santa Clara, Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, Iglesia de San Alfonso María de Ligorio, Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Los servicios básicos como baños son prestados por 4 iglesias únicamente (Santuario de Monserrate, Santuario del Divino Niño Jesús del 20 de Julio, Iglesia de San Alfonso María de Ligorio, Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe). Todas tienen planes de seguridad de emergencias o contra Incendios, excepto la Iglesia de San Ignacio, que no esta abierta al público en este momento. Cinco de los templos utilizan medios de comunicación: Santuario de Monserrate, Santuario del Divino Niño del 20 de Julio, Catedral Primada de Bogotá, Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, Iglesia de San Alfonso María de Ligorio, entre los que se encuentran páginas de internet propias, emisoras de radio y programas de televisión (dedicadas a los programas pastorales), y únicamente el Santuario de Monserrate se promociona como atractivo turístico. Solamente, dos templos tienen planes de gestión: Santuario de Monserrate y la Iglesia Santa Clara, quienes no manejan planes turísticos sino planes de conservación, plan maestro o planes museológicos. Teniendo en cuenta que el Museo Iglesia Santa Clara es un museo que no realiza actividades religiosas y que el Santuario de Monserrate todavía mantiene su función religiosa, recibe grandes números de turistas y visitantes en el año, además se encuentra en un área natural protegida. El Museo Iglesia Santa Clara es el único que se enfoca en el desarrollo de la cultura y propende por la comprensión de las obras e historia del lugar. Los otros templos se dedican exclusivamente a su actividad religiosa, con muy pocas facilidades para que los visitantes entiendan la importancia de estos lugares y su patrimonio. Aunque, el Santuario de Monserrate y el Santuario del Divino Niño Jesús del 20 de Julio, prestan servicios básicos para quienes este motivados a conocer aspectos históricos del lugar. PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 98 ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? Santuario de Monserrate Santuario del Divino Niño del 20 de Julio Iglesia de San Francisco Museo Iglesia de Santa Clara Catedral Primada de Bogotá Caracterización de visitantes Deportistas Turistas Peregrinos ‑‑ ‑‑ Reserva: grupos de estudiantes universitarios Visita esporádica: interesados en la arquitectura, riqueza artística e historia del lugar. ‑‑ Número de visitantes Viernes Santo: 75.000 personas Domingos: 30.000‑ 35.000 personas. 30.000 personas cada domingo ‑‑ 40.000 personas al año ‑‑ Servicios Parqueaderos abajo de la montaña Restaurantes Baños Mercado artesanal Punto de Información Turística de FONTUR Restaurante Baños públicos Parqueadero Ascensor para asegurar el acceso de las personas discapacitadas Persona que enseña la historia Sala especial con la historia de la Iglesia en video y con una línea del tiempo Museo Tienda de souvenirs ‑ Puertas para personas en condición de discapacidad Entrada Tienda de souvenirs Alquiler los espacios para eventos especiales Taquilla Señalización Guianza Pantallas interactivas en español, inglés, francés y portugués. Salas de exhibición temporales Biblioteca Tienda de souvenirs Adecuaciones para recibir grandes números de personas Funicular/ Telesférico Sonido por fuera de la Iglesia Pantallas Plazoletas con carpas ‑‑ ‑‑ ‑‑ Seguridad Plan de evacuación Equipo de emergencias Equipo contra incendios Cámaras de seguridad Alarmas Seguridad Rutas de evacuación Todos los domingos tiene el apoyo de la Policía Nacional, la Defensa Civil, la vigilancia Póliza de eventos masivos ‑ Equipo contra incendios ‑ Equipo de emergencias y vigilancia Plan de evacuación Equipo de emergencias Equipo contra incendios Vigilancia Plan de evacuación Equipo de emergencias Equipo contra incendios Vigilancia Comunicación Página de internet propia Material promocional como un atractivo turístico Televisión Emisora virtual Página web Facebook Página de internet Página de internet Página de internet Plan de gestión turística Plan Maestro en proceso ‑‑ ‑‑ Plan de conservación Plan museológico. ‑‑ Elaboración propia PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 Nancy Rocío Rueda Esteban 99 Capilla del Sagrario Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes Iglesia de San Ignacio Iglesia de San Alfonso María de Ligorio Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe Caracterización de visitantes ‑‑ ‑‑ ‑‑ ‑‑ 50% son peregrinos que suben por primera vez 5% son turistas que suben sin ningún interés religioso. Número de visitantes ‑‑ 8500 feligreses todos los domingos No se tiene un conteo de cuantos visitantes llegan a diario ‑‑ 14 de cada mes recibiendo aprox. 30.000 personas Domingos 5.000 personas Los primeros domingos del mes: 1000 personas Los otros domingos del mes: 800 personas. Servicios ‑‑ Futuros Visita a la torre de la iglesia Visita el órgano tubular Museo ‑‑ Puertas de acceso Señalización Baños para los visitantes Baños Cafetería Restaurante Parqueadero Señalización Adecuaciones para recibir grandes números de personas ‑‑ ‑‑ ‑‑ Pantallas Equipos de sonido ‑‑ Seguridad Plan de evacuación Equipo de emergencias Equipo contra incendios Cámaras de seguridad Alarmas Seguridad para proteger a los visitantes 5 salidas Plan de evacuación Plan de contingencia Equipo contra incendios Vigilancia ‑‑ Plan de evacuación Equipo de emergencias Equipo contra incendios Vigilancia Cámaras de Seguridad Plan de evacuación Equipo de seguridad Equipo contra incendios Vigilancia Comunicación ‑‑ Página de internet Voz a voz ‑‑ Televisión Radio Página de internet ‑‑ Plan de gestión turística ‑‑ ‑‑ ‑‑ ‑‑ ‑‑ Elaboración propia 6. Conclusiones La gestión del patrimonio religioso no puede ser determinada y ejecutada como la de cualquier patrimonio cultural o a la de cualquier atractivo turístico. Estos lugares tienen una función principal: la de ser un lugar de culto; el turismo tiene un papel secundario, pero no por esta razón debe desarrollarse de una manera espontánea, al contrario, se debe gestionar para lograr una armonía entre estas dos actividades que en un comienzo pueden parecer contrarias, pero son complementarias. PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 100 ¿Es la gestión turística importante para el patrimonio religioso de la ciudad de Bogotá? Para lograrlo, se debe conocer el visitante que llega a los templos, iglesias, catedrales, santuarios, y saber sus motivaciones y expectativas, sean religiosas, artísticas, culturales o por curiosidad. Estas expectativas son de naturaleza muy variable teniendo en cuenta la riqueza histórica que tienen estos lugares, además, conservan objetos muy antiguos que no solamente son la fuente de la devoción de la comunidad, sino que también representan el desarrollo artístico en una determinada época de la historia. Por el impacto que crea el constante movimiento de personas y el paso del tiempo sobre estos lugares patrimoniales y los objetos que albergan, es importante incluir procesos de conservación, restauración y preservación del patrimonio mueble e inmueble para asegurar sus subsistencia a largo plazo. Aunque el patrimonio material no es lo único que se debe conservar, el valor y el significado que ha tenido es también prioritario para la valorización integral de las iglesias. Además, se debe cultivar el respeto por los valores, las tradiciones y las costumbres de la sociedad receptora, siendo la religión parte importante de la cultura de una sociedad. En Bogotá hay 49 templos nombrados patrimonio cultural, todos y cada uno de ellos con una historia que se remonta en los años y albergan un gran valor para la sociedad local y nacional; pero no todos son catalogados como atractivos turísticos. Existe un gran potencial para el desarrollo del turismo religioso en la ciudad, pero falta planificación y acompañamiento por parte de las entidades públicas de turismo para lograr una cooperación y crear un producto turístico religioso consolidado. En las iglesias, templos y santuarios estudiados la compatibilidad entre religión y turismo se ha dado espontáneamente, únicamente tres de los casos analizados realizan procesos de planeación para recibir grandes números de visitantes: Santuario de Monserrate, Santuario del Divino Niño Jesús del 20 de Julio y la Iglesia de San Alfonso María de Ligorio; pero ninguna de las iglesias tiene un plan de gestión turística, ni un plan definido de servicios para los visitantes, únicamente el Museo Santa Clara tiene un plan museológico y de conservación y Monserrate quién tiene en proceso un plan maestro. La gestión turística de las iglesias debe incluir una interpretación de los valores, objetos y de los significados que tiene el templo; también debe contar con una museización, entendiéndola no como un congelamiento de la realidad, sino como la mejora en la presentación de la riqueza artística y cultural contenida en los templos para ser contemplada y entendida. Otro elemento primordial es la conservación y restauración para asegurar la perdurabilidad a través del tiempo; sin olvidar la adecuación de diferentes servicios como la guianza, la interpretación, la señalización, los códigos de conducta y la división de espacios para que cada visitante pueda cumplir sus expectativas sin importar su motivación, cultivando un respeto cultural entre todos. Ahora bien, la gestión del patrimonio religioso es algo que debe ser realizado por el clero que ejerce sus actividades en estos lugares, quienes mantienen estos lugares con vida, material y espiritualmente. Sin embargo, las entidades gubernamentales son los responsables de la organización, divulgación y promoción de un producto o atractivo turístico religioso con los que cuenta la ciudad; por esta razón deben crear alianzas con las comunidades religiosas para idear estrategias conjuntas con el objetivo de dinamizar el turismo religioso de la ciudad sin interferir con las actividades religiosas de los templos. Igualmente, hoy en día el clero debe permitir que estos sitios patrimoniales sean conocidos y visitados por turistas sea cual sea sus intereses o motivaciones, siempre y cuando se respeten las creencias, principios y valores inherentes a estos lugares de culto. Los prestadores de servicios turísticos pueden ayudar a la difusión de estas riquezas de la ciudad de Bogotá e invitar a los turistas a visitar estos lugares patrimoniales que también enseñan una parte muy importante de la historia de la ciudad. A través de comunicación directa o indirecta, lo importante es que los turistas reconozcan la existencia de estos lugares y los visiten de acuerdo a sus intereses y expectativas. Bibliografía Alcandía Mayor de Bogotá 2015. « Turismo religioso en Bogotá, iglesias y santuarios ». Bogotá, Colombia. Disponible en: http:// bogota.gov.co/article/turismo‑religioso‑en‑bogotá‑iglesias‑y‑santuarios. Arquidiócesis de Bogotá 2015. «Basílica Santuario de Monserrate». Bogotá, Colombia. Disponible en: http://santuariomonserrate. org/index.php/el‑santuario/ historia Banco de la República s.f.. «Custodia de la Iglesia de San Ignacio de Bogotá (La Lechuga)». Bogotá, Colombia. Disponible en: http://www.banrepcultural.org/coleccion‑de‑arte‑banco‑de‑la‑republica/ obra/custodia‑de‑la‑iglesia‑de‑san‑ignacio‑de‑bogotá‑la‑lechuga. PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 15 N° 1. Enero 2017 ISSN 1695-7121 Nancy Rocío Rueda Esteban 101 Blanco, R. 2013 «Las Comunidades Masculinas y sus conventos». 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Notas 1 “Si conserva su homogeneidad estética y su integridad física desde su situación original o a partir de las posibles acciones del hombre (restauración) para mejorar la calidad del recurso.” (Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, 2010, p. 18). 2 “Se refiere a los materiales y las técnicas de elaboración del bien” (Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, 2010, p. 18). 3 “Importancia del bien como un elemento que dio partida a un hecho histórico, social o cultural” (Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, 2010, p. 19). Recibido: 20/02/2016 Reenviado: 15/05/2016 Aceptado: 16/05/2016 Sometido a evaluación por pares anónimos |
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