Vol. 6 Nº1 págs. 83-96. 2008
www.pasosonline.org
© PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. ISSN 1695-7121
Actuaciones sobre el patrimonio minero-industrial de
la provincia de Huelva. Cuenca minera de Riotinto
Juan M. Pérez López i
Archivo Fundación Riotinto
Emilio M. Romero Macías ii
Universidad de Huelva (España)
Resumen: El Patrimonio Industrial está constituido por los bienes muebles e inmuebles generados, en el
transcurso histórico, por las actividades extractivas y productoras del hombre. Estos bienes patrimoniales
se insertan en un paisaje o entorno determinado que también ha de ser objeto de protección debido a que
la industria es una consecuencia directa del uso que la sociedad hace del medio natural. El Patrimonio
Industrial deja de ser una rémora para las administraciones y se convierte en un instrumento de desarro-llo
local. Patrimonio “cultural”, tanto histórico como industrial, y tanto material como inmaterial pasan a
formar el eje central de grandes proyectos turísticos (Parque Minero de Riotinto, Museo del Carbón en
Asturias, Museo del Ferrocarril en Gijón, etc.).
Palabras clave: Patrimonio Industrial; Minas de Riotinto; Sitio Histórico; Turismo; Desarrollo Local.
Abstract: The Industrial Heritage is constituted by the goods furniture and generated properties, in the
historical course, for the extractive activities and the man's producers. These heritage goods are inserted
in a landscape or certain environment that it must also be protection object because the industry is a
direct consequence of the use that the society makes of the natural mean.
The Industrial heritage stops to be a hindrance for the administrations and he/she transforms into an
instrument of local development. "Cultural" patrimony, so much historical as industrial and so much
material as immaterial they pass to form the central axis of tourist big projects (Mining Park of Riotinto,
Coal Museum of Asturias, Railroad Museum in Gijón, etc.).
Keywords: Industrial heritage; Riotinto mines; Historical site; Tourism; Local development.
i • Juan M. Pérez López. Archivo Fundación Riotinto (Huelva). E-mail: archivohistoricoriotinto@telefonica.net
ii • Emilio M. Romero Macías. Universidad de Huelva. Email: romaci@uhu.es
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PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 6(1). 2008 ISSN 1695-7121
Introducción
La gestión del Patrimonio Cultural,
orientado casi siempre hacia el Turismo, se
ha convertido en un instrumento dinami-zador
de Desarrollo Local en las zonas don-de
los sectores económicos tradicionales
han entrado en franca fase degenerativa.
En la actualidad, no sin grandes esfuer-zos,
está reconocida la importancia que
para el estudio de las sociedades modernas
tiene el patrimonio industrial que fue gene-rado
con las actividades de transformación
y explotación de los sectores productivos,
sobre todo a partir de la revolución indus-trial.
Las naves y edificios industriales que
antes cuando quedaban obsoletas, pasaban
sus estructuras por la acción del soplete,
hoy se empiezan a considerar como “cate-drales
modernas”. Elementos industriales,
maquinaria, malacates, torres, chimeneas,
empiezan a revelarse como espléndidas
obras de arte creadas por el conjunto de la
sociedad, ingenieros, técnicos y trabajado-res
que moldearon el hierro, acero y ladrillo
con objetivos productivos, cuando éstos
desaparecen, se empiezan a valorar como
bien patrimonial. El arte se proletariza,
arte generado por el pueblo en la acción
diaria de su trabajo, se produce una sociali-zación
del patrimonio industrial, se recono-cen
e identifican en este patrimonio que
hasta no hace mucho tiempo era desechado
o poco valorado como Patrimonio Indus-trial.
En Andalucía tenemos numerosas mues-tras
de proliferación de ideas y multiplicidad
de soluciones para superar la decadencia
económica. En el caso de Río Tinto como
consecuencia de la crisis galopante de la
minería del cobre, el Patrimonio Cultural se
está utilizando como recurso de desarrollo
endógeno. La industrialización y los testimo-nios
de la historia social y de la técnica, han
dejado de ser una rémora y se han convertido
en recursos para el desarrollo local, con fines
culturales y turísticos.
La preservación del patrimonio indus-trial
no se puede realizar siguiendo las
pautas de la del patrimonio artístico, donde
cada pieza tiene un valor de por sí y se su-pone
que se conservan porque son unas
obras que expresan la máxima creatividad
humana y por esto cada una de ellas son
unas realizaciones excepcionales que la
sociedad actual ha sacralizado.
Una de las mejores situaciones para el
Patrimonio Industrial es cuando se puede
convertir en museo. En este caso se ha de
saber muy claramente lo que se quiere co-municar
ya que la simple exposición de los
objetos puede tener unos resultados muy
pobres porque no son objetos para ser úni-camente
contemplados; en cambio, cada
objeto o cada conjunto de ellos pueden ex-plicar
una cantidad de cosas diferentes.
El fenómeno de la industrialización es
de por sí complejo y su funcionamiento pasa
por la interconexión de múltiples factores
que van desde la fábrica al hábitat obrero,
pasando por las vías de comunicación. Es
en este punto es el que se ha de hablar de
paisaje industrial constituido por un con-junto
de elementos que transmiten la com-plejidad
y la profundidad del impacto in-dustrial
tanto físico como social en una
comunidad.
Es evidente que no es posible convertir
todos los edificios industriales en museos y
que por lo tanto la preservación de un
número importante de elementos del Pa-trimonio
Industrial ha de realizarse a
través de la reutilización para otras funcio-nes,
sean públicas o privadas. Hay una
importante cantidad de ejemplos de edifi-cios
industriales convertidos en escuelas,
centros de ocio, viviendas, lugares comer-ciales,
etc. que se erigen como testimonio
del proceso industrial.
La visión sobre el patrimonio debe ser
flexible y dinámica, ya que queremos iden-tificar
en ella al conjunto de elementos y
prácticas sociales a través de los cuales un
colectivo pretende reconocerse y represen-tarse.
De esta forma, según nuestra concep-ción,
el patrimonio adquiere sentido pleno
como parte de los procesos de identificación
colectiva.
El patrimonio, según la definición que
manejamos aquí, tiene todas las vertientes
y materializaciones imaginables, lo que lo
define no es su "sustancia", sino su función
social. En este sentido confluyen vertientes
patrimoniales de carácter arqueológica,
paisajística, etnológica, industrial, docu-mental,
artística, monumental, histórica, y
cual quiera otra que pudiese surgir. Como
Juan M. Pérez López y Emilio M. Romero Macías 85
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vemos se trata de un conjunto de elemen-tos,
procesos, y prácticas de cualquier
índole que forman parte de ese proceso de
patrimonialización, que en este caso con-tribuye
a la definición de "lo minero" desde
cualquier perspectiva. Dentro de este pro-ceso
es fácil observar cómo diferentes ele-mentos
y prácticas dejaron en algún mo-mento
de considerarse patrimonio, o pasa-ron
a ocupar una posición secundaria de-ntro
del mismo, y en cambio otros se han
convertido recientemente en referentes
centrales del patrimonio minero, e incluso
cómo el concepto patrimonio ha pasado de
una convocatoria extremadamente elitista
a manejarse hoy como reclamo popular,
todo ello configura ese proceso dinámico
que constituye el patrimonio en sí.
Pero no es hasta la década de los 50 en el
Reino Unido, cuando se produce el nacimien-to
de la arqueología industrial, como res-puesta
a la necesidad de conservar unos edi-ficios
industriales que formaban parte del
paisaje, y de un pasado histórico más
reciente que explicaba las formas de
vida de una sociedad nacida a raíz de
la revolución industrial.
Posteriormente, en 1978 en
Grangarde (Suecia), se reúne el pri-mer
Comité Internacional para la
conservación del Patrimonio Indus-trial
(TICCIH). Son las primeras
iniciativas para organizar la protec-ción
de los restos industriales. Este
organismo incluye dentro de Patri-monio
Industrial, los restos físicos
del pasado industrial (paisaje, luga-res,
infraestructuras, edificios, pro-ductos
y equipamientos industria-les);
así como aquella documentación
producida por la propia industria
(archivo, recuerdos personales, memorias,
etc.).
Como consecuencia se produce la crea-ción
de Centros de Interpretación histórica
a través de los elementos e instalaciones
industriales que analizan y explican la his-toria
social y económica de una determina-da
región.
Desde una perspectiva etnológica la
Cuenca Minera de Riotinto es, dentro de
Huelva, una de las zonas donde más pro-fundamente
se ha desarrollado la cultura
minera, valdría decir dónde la cultura mi-nera
se ha manifestado de manera más
explícita, continuada y rica. De ahí la opor-tunidad
de la declaración de la comarca
como bien de interés cultural (BIC) en su
categoría de sitio histórico, por su inciden-cia
en el conjunto de la cultura y la historia
de Andalucía.
El patrimonio minero-industrial en Huelva
En el año 2001, la Comisión de Patri-monio
de la Junta de Andalucía, a través de
la Delegación Provincial de Cultura de
Huelva, acordó incoar expediente BIC a la
Cuenca Minera de Riotinto para su decla-ración
como Sitio Histórico, con la finalidad
de proteger los elementos representativos
de las diversas etapas históricas que han
conformado a este territorio desde los tiem-pos
prehistóricos hasta la actualidad, te-niendo
en cuenta el innegable valor que ha
tenido la actividad minera como precursora
del desarrollo económico e industrial en la
provincia de Huelva.
Foto 1. Corta Atalaya (Riotinto, Huelva). Airplus,
S.A.
Esta inscripción en el CGPHA fue justi-ficada
considerando una serie de valores de
diversa índole y que se pueden resumir en
los siguientes:
‐ La imperiosa necesidad de incluir en
dicho catálogo los bienes muebles e in-muebles,
que debido a su naturaleza
histórica, han llegado a formar parte
de los distintos procesos productivos
que se generaron durante los siglos
XIX y XX en Andalucía y más en con-creto
en la provincia de Huelva.
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‐ Técnicamente ha sido considerado que
todos los elementos constituyeron una
buena muestra del avance tecnológico
de la época en el diseño y en materia de
ingeniería durante los siglos XIX y XX
en Europa, así como en la industria
minera, por lo que aglutinan una serie
de elementos especializados y singula-res
dentro del ámbito de desarrollo mi-nero-
industrial en la provincia de
Huelva.
Todo esto ha estado apoyado no tanto
por la necesidad como por la urgencia de
salvaguardar los bienes muebles e inmue-bles
de esta zona, debido a la existencia de
elementos sujetos a la venta de posibles
compradores del mercado de la chatarra,
que pueden dar al trate con los mismos, que
por su naturaleza histórica en el desarrollo
de la comarca, no debieran quedar fuera de
lo que en un momento pudiera ser la crea-ción
de un futuro Museo Minero-Industrial
a semejanza del actual de la Fundación Rio
Tinto en la Comarca de dicho nombre.
Foto 2. Archivo Histórico Riotinto (E. Romero)
Cuenca Minera de Riotinto
La Cuenca Minera de Riotinto es uno de
esos espacios diferenciados de Andalucía
que aún hoy sorprenden al visitante por la
originalidad de su paisaje, sus formas y el
eclecticismo cultural de sus gentes, todo
ello fruto de la actuación del hombre sobre
el medio y por su acervo cultural e históri-co.
La Cuenca Minera de Riotinto cuenta
con una extensión de aproximadamente
640 km2, lo que supone casi el 6,5% de la
extensión provincial y ocupa una posición
de centralidad en el sistema vial de comu-nicaciones.
Desde el punto de vista admi-nistrativo
la componen siete municipios:
Berrocal, El Campillo, Campofrío, La Gra-nada
de Riotinto, Minas de Riotinto, Nerva
y Zalamea la Real, entre los que se distri-buyen
sus aproximadamente 20.000 habi-tantes.
A estos 7 municipios pertenecen
también 7 pedanías: El Villar, El Pozuelo,
El Buitrón, Las Delgadas, Monte Sorrome-ro,
Membrillo, Ventas de Arriba y Marigen-ta.
Cuenca minera de Riotinto
La historia de la Comarca de Río Tinto es
singular por muchos y variados condicionan-tes,
pero sobre todo por dos aspectos funda-mentales,
en primer lugar, como hemos
apuntado al inicio, porque siempre ha estado
marcada por la existencia y explotación de
sus minas y en segundo lugar, porque siem-pre
ha dependido de las civilizaciones o em-presas
que las explotaron. Estas fueron ge-nerando
a través de su explotación un pa-trimonio
cultural e histórico, que es el que se
pretende poner en valor.
La descripción global de los bienes se
realizó en su ficha específica que permite su
plena identificación, no obstante se deta-llan
a continuación las características ge-nerales
de los tres grandes grupos que en-globan
los bienes minero-industriales de la
comarca minera de Riotinto.
Juan M. Pérez López y Emilio M. Romero Macías 87
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A) Edificios industriales
Desde su llegada al territorio minero es-pañol,
la compañía inglesa RTCL empieza
la construcción de instalaciones relaciona-das
con la explotación del cobre. Hoy día, de
los edificios industriales levantados a lo
largo de un siglo apenas subsisten algunos,
tan sólo los más modernos o aquellos a los
que se les encontró una última utilización.
Los demás han ido desapareciendo paulati-namente
tras haber sido de gran interés en
el contexto de una arquitectura que por su
singularidad y lo que significó en la revolu-ción
industrial de la minería onubense,
deberían haberse preservado o al menos
estudiado y catalogado antes de ser arrasa-dos.
Desde aquí haremos mención a los más
importantes, teniendo en cuenta que tan
solo existen los restos e incluso en algunos
casos solo los cimientos de muchos de ellos,
pero que no dejan de ser importantes aun-que
tan solo sea tenida en cuenta su men-ción
por la importancia que tuvieron en sus
tiempos.
Antes de la llegada de la Riotinto Com-pany
Limited ya existían algunas activida-des
industriales en las minas con una serie
de edificios singulares como: Fábrica de
Sta. María, Fábrica de San Luis, Reverbe-ro,
Fábrica de La Cerda y Fábrica de Los
Planes. Por otra parte, amén de la enorme
área de tostación de teleras (calcination
ground) que produciría enormes estragos
en la flora del lugar y en el ánimo de la
población, existían unos estanques de lava-do
y cementación, que según los estudiosos
en el tema pertenecían a las primitivas
explotaciones del marqués de Remisa. Jun-to
a ellos, en el sector conocido por La Cer-da,
existieron unos nuevos estanques ya
construidos por los ingleses (new washing
and precipitating tanks).
En este mismo contexto se construyó el
Almacén Minas hacia el año 1874. Allá por
el año 1891 la RTC construyó en los terre-nos
de Naya unas cocheras (running sheds)
y un complejo de estanques de cementación
(precipitation tanks). En esta época ya apa-recen
los talleres primitivos del pueblo an-tiguo
de La Mina amenazados por las labo-res
de Filón Sur al borde de la corta.
Los primeros datos sobre una fundición
se refieren a la ubicada en el paraje de
Huerta Romana (Huerta Romana Blast
Furnace) en el lugar donde hoy se encuen-tran
los restos de la Central Eléctrica.
También en esta época, en los terrenos de-nominados
La Cerda existen ya unas
enormes extensiones de estanques de pre-cipitación,
así como nuevos estanques de
lavados junto a Riotinto Estación. Por últi-mo,
existe la primitiva fábrica de ácido
sulfúrico (demolida y construida en 1930) y
junto a ella, camino de Nerva, en el lugar
denominado Planes, también existía un
complejo denominado Shulphate of Cooper
Works y Planes Precipitating Tanks (un
nuevo frente de trabajo de la cementación
del cobre). De esta época tan sólo perduran
en la actualidad el Almacén Minas y los
estanques de Naya.
La primitiva fundición de Huerta Ro-mana
funcionó hasta 1900, cuando se cons-truyó
la Fundición Bessemer en el lugar de
los actuales Talleres Minas, construidos
éstos entre 1910 y 1920.
Foto 3. Central térmica “Huerta romana” (E.
Romero)
Foto 4. Almacén Mina (E. Romero)
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En 1892 se instaló muy cerca del dique
del pantano de Marismilla una construc-ción
muy típica de toda la industria inglesa,
que consistía en un edificio para bombear
agua con bombas Cornish (Cornish Pump
House), que actualmente no existe y tan
solo quedan los restos de los cimientos del
mismo.
Foto 5. Bomba Cornish (principios siglo XX)
(Archivo F.R.T.)
Foto 6. Bomba Cornish (Cornualles)
En todo esto tenemos que tener en cuen-ta
que los diseños de los edificios industria-les
eran realizados en Inglaterra por inge-nieros
ingleses y comprobados en Riotinto
por técnicos ingleses de la empresa.
En 1907 se construyó la fundición de Pi-ritas,
actualmente arrasados; poseía dos
grandes chimeneas en la cumbre de un
montículo (Sierra del Madroñal), con dos
conjuntos de hormigón que, por encima de
la falda del monte las enlazaba con la fac-toría.
Junto a esta Fundición se construyó
una fábrica de ácido sulfúrico, hoy también
destruida.
Entre 1910 y 1920 se construyeron el al-macén
para lavadoras en Naya, el Labora-torio
construido en 1919 con un conjunto de
tres naves anexas al edificio de lavadoras y
la Nueva Cochera de locomotoras de 1914
conservado actualmente como en su inicio y
como taller de recuperación de parte del
patrimonio ferroviario por la Fundación Rio
Tinto.
Foto 7. Restos Bomba Cornish (2002) (E.Romero)
Foto 8. Casa Bomba Cornish
Durante los años 1929 y 1930 se cons-truyeron
edificios de machaqueo y tritura-ción
de mineral para Naya y una nueva
fábrica de ácido sulfúrico en lugar de la
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primitiva, edificio que fue abandonado des-pués
de la construcción de la nueva fábrica
de ácido de Riotinto en 1960.
Foto 9. Antigua fábrica de ácido sulfúrico (Postal de la época, C.P.)
Foto 10. Panorámica de Corta Atalaya y el pueblo de Riotinto al fondo (Airplus, S.A.)
90 Actuaciones sobre el patrimonio minero-industrial ...
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B) Explotaciones mineras
El yacimiento minero de Riotinto cuenta
con una serie de masas minerales que per-miten
reunirlas en dos grandes grupos:
Grupo Norte: compuesto por la masa
Lago, Dehesa y Filón Norte o Salomón.
Grupo Sur: formado por el Filón Sur o
Nerva y la gran masa San Dionisio.
El criadero del Grupo Sur a efectos mi-neros
está compuesto por filón Sur, San
Dionisio y Masa Eduardo, aunque geológi-camente
se trata de un solo criadero con
una longitud total de 3000 metros.
La masa San Dionisio, a la cual pertene-cen
la Corta Atalaya y Pozo Alfredo, se
localiza en el flanco sur del anticlinal de
Riotinto, asociado a un pliegue menor (sin-clinal)
de dicho flanco. En este yacimiento
concurren un "Stockwork" y un lentejón de
sulfuros masivos situado sobre él. El
Stockwork afecta a la roca del muro de los
sulfuros masivos, que son fundamental-mente
volcánicas ácidas altamente cloriti-zadas,
lo que les confiere un color verdoso.
Pues bien, la masa de sulfuros masivos se
explotaba a cielo abierto mediante la Corta
Atalaya y el Stockwork a través de Pozo
Alfredo (minería subterránea).
En la actualidad, Corta Atalaya es la
seña de identidad de toda una comarca
dedicada de por vida a la minería, como es
la Cuenca Minera de Riotinto. Está situa-da
al oeste del término municipal de Rio-tinto
y su forma elíptica supone un inmen-so
y espectacular "cráter" cuyas dimensio-nes
superan los 1200 metros de diámetro
en su parte más ancha por 900 en su parte
más estrecha y 345 metros de profundidad,
excavados sobre bancos de 12 metros de
alto. Llegó a ser un modelo revolucionario
de explotación minera que en tiempos al-bergó
a más de 12000 obreros en sus labo-res
de arranque, carga y transporte de
minerales.
Esta explotación a cielo abierto, lo
que los ingleses denominaban “open
cast ”, comienza en 1907 con ayuda de las
palas de vapor Bucyrus, en la masa de
mineral denominada San Dionisio, pero
pronto se conocerá popularmente con el
nombre de Corta Atalaya, gracias al pu-eblo
que estaba al lado de los trabajos.
Entre 1912 y 1918 se construyó un túnel
de más de 5 Km. de longitud, que pasa por
debajo del pueblo de Naya, atravesaba
Filón Sur y conectaba con el piso 16 de Cor-ta
Atalaya, con la finalidad de transportar
el mineral que se extraía desde la misma
hasta Zarandas. Al principio se utilizaban
máquinas de vapor pero en 1924 fueron
sustituidas por las eléctricas.
De Corta Atalaya se extraía pirita, para
la fabricación de Ácido Sulfúrico y Abonos,
utilizados en la industria química. En Cor-ta
Atalaya se trabajó hasta los años 80
cuando la crisis del precio del cobre hizo
inviable su explotación.
La justificación de Corta Atalaya como
elemento histórico de la minería onubense
hay que buscarla desde antes de Cristo,
pues ya hacia 2400 años A.C. se conocen
datos de explotación en la zona.
El Filón Sur o Nerva alcanza una longi-tud
de 1350 metros en uno de sus niveles
superiores y el afloramiento midió 1700
metros, siendo su potencia media de unos
Foto 11. Excavadora principios siglo XX (Ar-chivo
F.R.T.)
Foto 12. Excavadora década de los 80
Juan M. Pérez López y Emilio M. Romero Macías 91
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75 metros. Esta masa de pirita, hoy día
agotada, se ha seguido explotando por los
pórfidos cupríferos con destino a la concen-tración
por flotación. La Masa Planes se
considera también agotada, aunque que-dan
allí algunas piritas de extracción no
remuneradora por leyes bajas.
El Grupo Norte, formado por las masas
Dehesa, Lago y Salomón se alinea unos
600-800 metros por encima del grupo sur,
o más concretamente al norte del Filón
Sur. Las tres han sido explotadas y se con-sideran
prácticamente agotadas como mi-na
de piritas, si bien parece pueden extra-erse
aún allí grandes tonelajes de pórfidos
cobrizos para flotación.
La masa Valle fue descubierta en 1867
por el ingeniero de minas Eloy Cossio y
Cos, la cual tuvo escasas dimensiones,
pero se estima que su situación representa
un alto valor, como indicio de masas ocul-tas.
La mina Peña de Hierro está situada en
el término municipal de Nerva y, más con-cretamente
al sur de la sierra de San
Cristóbal; debe su nombre al enorme
crestón ferruginoso que corona la corta el
cual no se encuentra en la vertical de la
masa pirítica sino desplazado de la misma.
Peña de Hierro estaba compuesta por un
total de 36 concesiones mineras, que hac-ían
473,8111 hectáreas.
De todas estas instalaciones, hoy día
tan solo perduran algunas ruinas de la
casa de máquinas del pozo maestro (el cual
se encuentra tapado), el antiguo grupo
Pilones y los lavaderos de pirita y azufro-nes.
No obstante destaca la labor que se
está llevando a cabo por la Fundación Rio-tinto
en cuanto a la recuperación y restau-ración
del túnel Sta. María que comunica
con la corta para uso de la ruta turística,
además de la recuperación del paisaje de
alrededor desde el punto de vista histórico
y minero.
C) Material ferroviario
Las minas de la provincia de Huelva se
explotaron desde tiempos remotos, siendo
las de Riotinto junto a las de Chipre proba-blemente
las más antiguas del mundo. Las
etapas tartésicas, fenicias y más tarde la
romana, fueron las de mayor esplendor
para la minería onubense, bajando su nivel
de explotación hacia el siglo XX.
A mediados de este siglo, todas las mi-nas
onubenses conocidas comienzan a caer
en manos de empresas concesionarias ex-tranjeras,
principalmente inglesas y fran-cesas.
Pronto todo el Andévalo onubense,
comarca minera por excelencia, entra en
ebullición, surgen ferrocarriles, muelles de
embarque, explotaciones a cielo abierto,
etc., dando lugar a una transformación
económica y fisonómica de la provincia
onubense.
En la compra de las minas de Riotinto
por la empresa británica Riotinto Company
Limited, se incluía a perpetuidad la propie-dad
del suelo y del subsuelo de todo el
término municipal de Riotinto, así como la
mayor parte de las casas del pueblo y todo
lo referente a edificios y pertenencias de la
explotación minera existente, así como la
concesión de un ferrocarril que debía cons-truirse
entre las minas y el puerto de Huel-
Foto 13. Locomotora saliendo del túnel Naya
(Archivo F.R.T.)
Foto 14. Locomotora con troley (2002)
(E. Romero)
92 Actuaciones sobre el patrimonio minero-industrial ...
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va, según se exigía en una de las condicio-nes
para la compra de las mismas.
Dos de las realizaciones más importan-tes
de la compañía británica fueron sin
duda el ferrocarril Riotinto-Huelva y la
construcción del embarcadero de mineral
en la ciudad de Huelva. Estas grandes
infraestructuras permitieron la explotación
masiva del mineral a cielo abierto, ya que
se podían transportar al puerto de Huelva
ingentes cantidades de mineral diariamen-te.
Muy pronto el parque ferroviario de la
empresa alcanzó niveles extraordinarios en
cantidad y calidad, llegando en algún mo-mento
a poseer cerca de un centenar y me-dio
de locomotoras en activo.
El proyecto del ferrocarril, puentes,
túneles y muelle de la compañía inglesa,
fue encargado al ingeniero inglés George
Barclays Bruce, comenzando las obras en
julio de 1873. El ferrocarril de Riotinto-
Huelva, es de una anchura del tipo colonial
inglesa, con 3 pies y 6 pulgadas (1067 mm),
teniendo una longitud de 84 kilómetros en
la llamada vía general, pero además exist-ían
unos 270 km de vías repartidas en los
ramales de Zalamea y Nerva, y radiando
desde las estaciones de Riotinto y Naya con
vías a los departamentos de Contramina,
Cortas a cielo abierto, Fundición Piritas,
Concentrador, Lavadora, Zarandas, Preci-pitación,
Terreros Naya y Cerda, Talleres y
los Almacenes de materiales y hulla.
La construcción del ferrocarril corrió a
cargo de la empresa inglesa Clark and
Punchard Co.. Los primeros 13 kilómetros
de trazado, Huelva-San Juan del Puerto
discurren por las marismas de la orilla de-recha
del río Tinto, habiendo que terraple-nar
hasta unos 3 metros sobre el nivel del
mar. El tramo San Juan del Puerto-Las
Mallas (Niebla) de 14 kilómetros ofreció
poca dificultad. Desde las Mallas hasta
Riotinto el terreno pasa a ser abrupto y el
ferrocarril se hace inseparable del río
cruzándolo 4 veces mediante puentes metá-licos
y, en determinados momentos perfo-rando
túneles.
Foto 15. Locomotora de vapor serie I(Nº 51) (E.
Romero)
Foto 16. Locomotora de vapor Serie
200(“Gilda”) (E. Romero)
Foto 17. Locomotora de vapor “Garratt” (E. Ro-mero)
Foto 18. Automotor “Billard” (E. Romero)
Juan M. Pérez López y Emilio M. Romero Macías 93
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Las obras terminaron en julio de 1875 y
el presupuesto ascendió a 700.000 libras.
Este ferrocarril además de transportar las
piritas entre Riotinto y Huelva y diversas
mercancías supuso un importante trans-porte
de pasajeros en este trayecto,
formándose trenes mixtos para este efecto.
También de unas explotaciones a otras y en
los ramales de Zalamea y Nerva se llegó a
superar el millón de viajeros (la mayoría
obreros). El objeto de la construcción de los
ramales de Zalamea y Nerva fue proveer
medios de transportes a los obreros que
vivían en Nerva, El Valle, El Campillo y
Zalamea la Real para acceder a los distin-tos
departamentos de la Mina. Los precios
de transporte eran muy bajos y la baja ren-tabilidad
hizo que la empresa suspendiera
este servicio de viajeros en 1968, susti-tuyéndolo
por autobuses.
El día 4 de abril de 1974 se cerraba la
estación de Huelva remolcándose todo el
carruaje que había con la locomotora Nº
202. El día 9 de febrero de 1984 bajaba el
último tren a Las Mallas remolcado por la
locomotora diesel nº 911. La misma máqui-na
remolcaría las tres locomotoras eléctri-cas
Nº 1, 4 y 6 que se encontraban en Las
Mallas y el día 24 se retiraban los 43 vago-nes
vacíos del tren que bajó el día 9. Con
este último servicio quedaba clausurado
definitivamente el ferrocarril.
En lo concerniente al material motor de
la compañía, llegó a tener 150 locomotoras
de vapor, 5 diesel, 15 eléctricas y 2 de aire
comprimido. Se compraron todas nuevas, la
mayoría británicas, predominando las lo-comotoras
escocesas, recurriendo además a
fábricas alemanas y españolas.
En 1890 se contaba con 30 locomotoras
de ancho 1067 mm y 4 para el ancho 600
mm. En 1930 estaba casi completa la tota-lidad
de locomotoras con 143 de vapor y 4
eléctricas, aunque algunas fueron desgua-zadas
o estaban fuera de servicio. Entre los
años 1953-54 se compraron 6 nuevas
máquinas de vapor para sustituir a las
fatigadas Garratt adquiridas en 1929, y en
1960 se adquiere la primera locomotora
diesel-hidráulica, 6 años más tarde una
serie de 4 diesel-eléctricas de fabricación
española. Por último en la década de los 70
se completa con 2 tractores diesel-hidráulica
para maniobras y 2 locomotoras
diesel-eléctricas para la vía general fabri-cadas
en España.
El verdadero impulso del ferrocarril de
Riotinto se produce cuando llega George
Rice Trevor Lewis en 1931 sustituyendo a
Mr. Harding. George Rice (Don Jorge) que
estuvo en Riotinto hasta su jubilación en
1959 fue un verdadero experto en ferroca-rriles.
Llevó a cabo una fuerte reforma en
la vía general, bajando la rasante en los
túneles para ganar gálibo a las locomotoras
de la clase 200. Reforzó los puentes para el
paso de las grandes Garratt y mandó pintar
el flanco de las locomotoras con grandes y
característicos números blancos, para dis-tinguirlas
de lejos.
La compañía aunque numeró todas sus
locomotoras, don Jorge propuso la clasifica-ción
dentro de una serie de grandes grupos
diferenciados por las letras del alfabeto,
que fueron desde la A hasta la O y otras
sueltas que fueron designadas por núme-ros.
Todas las locomotoras estuvieron siem-pre
pintadas de negro y la traviesa de tope-ras
con u ribete rojo. En las fotos de fábrica
se observan los tenderse fileteados con
líneas de distinto grosos, las placas del fa-bricante
colocadas a cada lado de los tan-que
y en número que le asignó Rio Tinto
Company situado a cada lado de la chime-nea
de latón. Hasta los años cuarenta algu-nas
de la clase I lucían sus domos pulimen-tados
en latón.
Sello de la Riotinto Company Limited
En el año 1946 estaban inventariadas
104 locomotoras de las cuales, 55 estaban
en reparación, lo que da una idea de la im-portancia
del ferrocarril en la comarca mi-nera
de Riotinto. El ferrocarril de Riotinto
94 Actuaciones sobre el patrimonio minero-industrial ...
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 6(1). 2008 ISSN 1695-7121
nació a consecuencia de solventar el pro-blema
de transporte de mineral fuera de
nuestro país. Esto se llevó a cabo a partir
de la construcción del muelle cargadero en
el puerto de Huelva, construcción llevada a
cabo por el ingeniero inglés George Barclay
Bruce el cual fue el encargado de la cons-trucción
del ferrocarril, puentes, túneles y
muelle de la compañía.
La construcción y ubicación del muelle
embarcadero estuvo apoyada en los ante-riores
trabajos de Deligny entre 1853 y
1859, donde sus sondeos en la ría del Odiel
encontró calados de dieciocho pies en marea
baja y veintidós en marea alta y su poste-rior
comprobación de la posibilidad de en-trada
de barcos de mil toneladas. Pero ante
esto no debemos olvidar que el 29 de marzo
de 1873, fecha de constitución de la com-pañía,
ya existía el ferrocarril de Tharsis a
Huelva y su muelle y por supuesto el ante-riormente
construido del Buitrón a San
Juan del Puerto, por lo que Huelva era ya
un importante puerto de salida de minera-les
y más aún cuando se
instaló la RTCL.
Las labores de restaura-ción
y recuperación del ma-terial
ferroviario se vienen
haciendo a través de Escue-la
de Taller en el seno de la
Fundación Riotitno,
habiéndose recuperado y
puesta en funcionamiento
la locomotora de vapor más
antigua de España entre
otras.
Potencialidades turísticas
de la comarca minera de
Riotinto
Asumida, por el momen-to,
el declive de la minería de la comarca, se
han puesto en funcionamiento numerosos
proyectos para potenciar de algún modo la
zona, entre ellos destacan aquellos encami-nados
a dar a conocer el patrimonio minero
desde el punto de vista turístico.
Uno de ellos es el que se enmarca dentro
de la iniciativa “Agrícola 2005” e incluido
en el Programa Comunitario “Culture
2000”, dirigido especialmente a jóvenes con
edades comprendidas entre los 14 y 18 años
y alumnos de Escuelas Taller, Institutos o
Colegios de la Zona. Para ello, la Manco-munidad
Cuenca Minera de Riotinto firmó
un convenio con Francia (Comunidad de
Val-De-Marne) y Alemania (Chemnitz)
para poder mostrar los procesos mineralúr-gicos
llevados a cabo durante el siglo XVI y
transmitir este importante patrimonio cul-tural.
El proyecto consistía en seguir las direc-trices
de construcción de máquinas mineras
recogidas en la obra “De Re Metallica” de
Georgius Agrícola en el año 1556, documen-to
que se ha venido a convertir en libro de
culto y base de la historia minerometalúr-gica
en Europa.
En concreto, la Mancomunidad Cuenca
Minera ha elaborado un horno de nueve
metros de ancho, ocho de fondo y 4,5 de alto
preparado para fundir malaquita con un
grado de pureza alta y a través del cual se
obtendrá mineral de cobre fundido, llevado
a cabo por los alumnos del módulo de car-pintería
de la Escuela Taller ‘Vázquez
Díaz’, y que se expusieron en la localidad de
Riotinto en el presente año.
Foto 19. Reproducción de horno de fundición
(Juan M. Pérez)
Por su parte, Alemania se ha encargado
de reproducir una machacadora de mineral
y Francia ha elaborado dos artilugios de
grandes dimensiones: un martinete, tam-bién
llamado martillo pilón, y una fragua.
La puesta en marcha de la exposición
itinerante de este trabajo, materializa uno
de los proyectos más importantes puestos
en marcha en la Cuenca Minera en los
últimos años, tanto por su importancia en
la investigación minerometalúrgica como
Juan M. Pérez López y Emilio M. Romero Macías 95
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 6(1). 2008 ISSN 1695-7121
en la transmisión del patrimonio minero,
ya que servirá para contrastar las técnicas
de extracción de mineral usadas en la Edad
Media con las utilizadas en la mina riotin-teña
tras la Revolución Industrial.
Estos proyectos presentan un contenido
formativo-educativo y laboral que reprodu-ce
la filosofía de las Escuelas Taller y Casas
de Oficio y que poseen un valor turístico-cultural
muy importante en cuanto a la
recuperación y transmisión del patrimonio
cultural minero.
Otro de los proyectos que se han llevado
a cabo ha sido la reconstrucción del malaca-te
de Peña del Hierro, financiado por la
Mancomunidad Minera y ADR y ejecutada
por la Fundación Rio Tinto, dentro de un
convenio de colaboración entre las citadas
entidades para proyectos de conservación
de elementos patrimoniales que puedan
revertir en el desarrollo turístico de la zona
y que ha consistido en la reproducción exac-ta
del malacate que existía en el entorno
con el objetivo de complementar el paquete
turístico que ya ofrece Peña del Hierro,
donde actualmente está abierta al público
una galería subterránea de unos 200 me-tros
de longitud que se ha rehabilitado para
que el visitante pueda conocer los métodos
de trabajo y los sistemas de extracción de
mineral de la época. En este mismo espacio
se ha construido además, con el apoyo de
Mancomunidad Cuenca Minera, un centro
de recepción de visitantes y se ha acondi-cionado
el entorno con la construcción de
distintos miradores y un itinerario de unos
4 kilómetros de longitud para la práctica de
senderismo.
Fotos 20 y 21. Poblado minero
“Grupo Pilones” en Peña del Hierro
(antes y después de su restauración)
(E. Romero)
Asimismo, la Fundación Rio
Tinto tiene previstos en Peña de
Hierro otros proyectos a corto
plazo, como la construcción de
tres galerías conectadas entre sí
para que el visitante pueda
comprobar en un circuito los
métodos de trabajo de la época y,
la reconstrucción del poblado
minero de Peña del Hierro, ac-tualmente
en ruinas, para dar a
conocer el modus vivendi de los obreros de
este yacimiento minero.
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Recibido: 01 de septiembre de 2007
Aceptado: 20 de diciembre de 2007
Sometido a evaluación por pares anónimos