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www.pasosonline.org Vol. 9 Nº 4 págs. 585-597. 2011 Los vestigios prehispánicos del ex Bosque de Manzanilla en Puebla, México. De yacimiento arqueológico a producto turístico 1 Raúl Valdez Muñoz i Universidad de las Américas Puebla (México) i Ph.D. Departamento de Administración de la Hospitalidad. Escuela de Negocios y Economía. Universidad de las Américas Puebla. E-mail: raul.valdez@udlap.mx Resumo: Las ruinas pre-hispánicas del ex-bosque de Manzanilla, al noreste de la ciudad de Puebla, en México, constituyen un importante legado patrimonial que ha sido totalmente devorado por el crecimiento urbano y relegado al olvido y abandono. El propósito de este trabajo es el de hacer un llamado al rescate y rehabilitación del sitio a través de su puesta en valor turístico como una vía adecuada para protegerlo y preservarlo. Se utilizaron entrevistas con expertos, observaciones in situ y análisis documentales para estudiar este caso y sugerir acciones de intervención para lograr la recuperación y restauración física de estos vestigios pre-hispánicos, así como para su puesta en valor turístico e incorporación a los atractivos histórico-culturales de la ciudad de Puebla. Palabras clave: Ruinas arqueológicas; Valor histórico; Sitio patrimonial; Puesta en valor turístico. Title: The Pre-Hispanic Vestiges in the Former Forest of Manzanilla in Puebla, Mexico. From Ar-cheological Site to Tourist Product Abstract: The pre-Hispanic ruins located in the former forest of Manzanilla, at the north-east of Puebla, in Mexico, constitutes an important heritage site that has been absorbed by the urban growth, forgotten and abandoned. The purpose of this work is to call for rescue, preservation and rehabilita-tion of this unique site in order to convert it into a new tourist attraction. The present case study was carried out using such methodological tools as documentary analysis, interviews with experts and observations in situ. The analysis of the results has allowed us to conclude that total recovery and preservation are possible by means of a number of suggested actions aiming the incorporation of this pre-Hispanic site into the existing tourist offer of the city of Puebla. Keywords: Archeological ruins; Historic value; Heritage site. © PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. ISSN 1695-7121 586 PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Los vestigios prehispánicos del ex Bosque de Manzanilla en Puebla ... ISSN 1695-7121 Introducción México posee un gran patrimonio cultural a lo largo y ancho de su territorio. En el Estado de Puebla, ubica-do en el centro-sur del país, los vestigios arqueológicos del ex-bosque de Manzanilla testifi can la presencia de las antiguas culturas que se establecieron en el valle de Poblano-Tlaxcalteca muchos años antes de la conquista española. En la zona noreste de la ciudad de Puebla, en el lu-gar antiguamente llamado “Bosque de Manzanilla” se encuentra un yacimiento arqueológico que, según los arqueólogos parece estar vinculado a la misma cultura que construyó Teotihuacan durante el horizonte pre-clásico (2500 A.C. a 200 D.C.). Se trata de un conjunto arquitectónico integrado originalmente por 14 o 16 pirá-mides, varios juegos de pelota y otros edifi cios civiles y religiosos (Paterson, 1978 citado en Palacios, 2004:184). Actualmente, solamente uno de los juegos de pelo-ta puede apreciarse visualmente, pero existen edifi cios, tumbas, y otros objetos de cerámica que permanecen aún bajo la superfi cie del terreno, integrando un impor-tante conjunto monumental hasta ahora olvidado y muy probablemente condenado a desaparecer para siempre (Tscholl y Níquel, 1972, citados en Palacios, 2004:58). En otras épocas, Manzanilla fue un bello lugar bos-coso surcado por arroyos con colinas y acantilados sem-brados de pinos y oyameles (variedad de conífera de madera resinosa) que lo hacían propicio para ser habi-table (Escalante y García, 2004). Sin embargo, al pasar de los años, la falta de planeación urbana y, sobre todo, de interés por parte de los gobiernos federales, estatales y municipales para preservar las condiciones naturales del lugar, fueron la causa de su deplorable situación ac-tual, a la cual, deben añadirse también los efectos no-civos de la edifi cación de alojamientos populares en las proximidades del sitio y de sus consecuentes repercusio-nes sociales y económicas. Por ello, es factible prever la pérdida total del yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla si las condiciones actuales de abandono en las que se encuentra continúan prevaleciendo. En consecuencia, esta investigación desemboca en una propuesta de actividades a realizar para que esta zona, de gran valía histórica y arqueológica, adquiera el valor turístico en que es capaz de convertirse y, por lo tanto, constituirse como elemento promotor adicional de turismo cultural para la ciudad de puebla. En el con-texto del proyecto se contempla involucrar a la pobla-ción que reside en las cercanías de este lugar para que pueda participar en el cuidado y la conservación de la zona arqueológica del ex-bosque de Manzanilla, convir-tiendo a ésta última en una fuente importante de derra-ma económica para su población circundante. (Gagnon y Gagnon, 2007; Fernández, J., 2008; Gómez, Bárcenas y Amador, 2008). Asimismo, este trabajo también pretende constituir-se en una llamada urgente dirigida a los organismos pú-blicos y privados encargados de la gestión del patrimo-nio cultural y del turismo en México y, particularmente, en el Estado de Puebla con el fi n de que se avoquen a salvaguardar el yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla mediante su puesta en valor turístico y pueda ser incorporado a la oferta de atractivos cultura-les de la ciudad de Puebla. Patrimonio cultural y turismo Según la UNESCO (2000) el patrimonio cultural de un pueblo se integra por la producción de sus artistas, arquitectos, músicos y escritores; por las creaciones anó-nimas inspiradas por el alma popular y por el conjunto de valores que dan sentido a su vida. Así, el patrimonio cultural de un lugar, de una región, o de un país se con-forma por todos los elementos, los objetos y las manifes-taciones culturales tangibles e intangibles producidos por el devenir histórico de las sociedades a quienes les confi eren una identidad propia. El patrimonio cultural puede ser utilizado como un recurso privilegiado para desarrollar un destino turís-tico (Garcia y Dela Calle, 2010). Sin embargo, para que los recursos patrimoniales se conviertan en verdaderos destinos turísticos es imprescindible valorarlos y trans-formarlos en productos de ocio capaces de generar rique-za y empleo. El dinamismo del desarrollo del turismo en el mundo produce turistas cada vez más exigentes, pero a la vez, más sensibilizados hacia la protección del medio ambien-te (Breton, J, 2007). En efecto, el turista contemporáneo busca nuevos productos que ofrezcan algo diferente a los atractivos turísticos tradicionales (Reisinger, 2009; Pereiro, 2009), caracterizados por el consumo masivo y la uniformidad de la oferta de ocio y diversión (Ballart y Tresserras, 2003; Correa, 2010). En este contexto, el turismo cultural puede constituirse en un medio efi caz para contrarrestar la monotonía y estacionalidad de la demanda turística al ofrecer posibilidades de desarrollo de nuevos destinos complementarios a los destinos tra-dicionales. No obstante, es importante subrayar que cualquier estrategia de desarrollo local y regional que se sustente sobre proyectos integrales de crecimiento sostenible a partir de la utilización del patrimonio cultural y natural debe garantizar la preservación de culturas, monumen-tos y entornos. Adicionalmente, las estrategias de de- PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Raúl Valdez Muñoz ISSN 1695-7121 587 sarrollo turístico deben propiciar el desencadenamiento de efectos multiplicadores que incidan positivamente sobre el desarrollo del sector terciario en las regiones o localidades donde sean puestas en operación. También es necesario tener presente que la creación de toda oferta turística basada en recursos patrimonia-les requiere no solo del conocimiento de los recursos que la sustentan, sino también, de la identifi cación de los intereses y motivaciones del mercado y de la población residente en los lugares visitados (Garcia y Dela Calle, 2010). Patrimonio cultural y turismo son dos conceptos es-trechamente vinculados. El turismo, en tanto que activi-dad humana que busca el escape de la rutina cotidiana, ofrece al ser humano un medio privilegiado para vivir experiencias cognoscitivas, emocionales o simplemente recreativas que difi eren de sus actividades ordinarias (Delisle y Jolin, 2008; Reisinger, 2009). Por ello, en su dimensión cultural, el turismo ofrece al viajero una ex-celente manera de ponerse en contacto con las manifes-taciones históricas, artísticas y sociales de culturas dis-tantes o desconocidas (Correa, 2010). En contraparte, para los residentes de los lugares visitados, los turistas no solamente signifi can la presencia de individuos di-ferentes, sino también la posibilidad de aproximarse a valores, comportamientos y culturas con las cuales no tendrían la oportunidad de establecer contacto sin salir de su entorno natural (Delisle y Jolin, 2008). En su dimensión económica, el turismo representa un importante factor de cambio productivo y social. En efecto, el turismo bien planeado y controlado se convier-te en una importante fuente de ingresos económicos para las comunidades residentes cuando estas partici-pan de manera activa en los procesos de producción de bienes y servicios destinados al consumo de los turistas. En contraste, cuando el fenómeno turístico surge de manera desordenada, puede llegar a convertirse en un factor de deterioro económico, social y cultural. En resumen, puede decirse que el turismo efi caz-mente planeado y operado puede llegar a constituirse en una verdadera industria cultural, sin que esto signi-fi que que su función primordial sea únicamente econó-mica. En este sentido, el turismo no debe considerarse como un mecanismo para resolver de manera contun-dente los problemas del subdesarrollo económico, pero, asimismo, tampoco debe ser considerado como un agen-te destructivo del equilibrio social y de la identidad cul-tural de los destinos visitados. Los yacimientos arqueológicos como bienes pa-trimoniales Para el ser humano, la fascinación que produce el pasado perdido es un elemento que debe ser considera-do en cualquier proyecto de gestión de recursos patrimo-niales. Las manifestaciones materiales de una civiliza-ción total o parcialmente desaparecida signifi can mucho más que un conjunto de vestigios o ruinas con mayor o menor valor estético y/o científi co (Correa, 2010). Desde esta perspectiva, si bien los vestigios arqueológicos no son precisamente bellos en el sentido puro de la estéti-ca, su encanto radica en los sentimientos de curiosidad y nostalgia que suscitan en quienes los contemplan al imaginar en ellos la sombra de algo mayor, mas impre-sionante y mas rico, que testimonian -aun de manera parcial- la existencia de una sociedad llena de misterios y secretos (Pérez-Juez, 2006). En tanto que recursos patrimoniales, los yacimien-tos arqueológicos son bienes que deben ser objeto de una gestión apropiada para incorporarlos al acervo cul-tural tangible de las localidades, regiones y países que los poseen. En este caso, por gestión debe entenderse al conjunto de acciones que van desde la elaboración de un plan para su rescate físico y restauración hasta su puesta en valor tanto para fi nes culturales como para su posible uso turístico (Garcia y Dela Calle, 2010). Desde un punto de vista técnico el patrimonio ar-queológico puede defi nirse como “aquella parte del patrimonio histórico susceptible de ser estudiado con metodología arqueológica” (Pérez-Juez, 2006, p.33). Inexplicablemente, durante mucho tiempo no existió una defi nición universalmente aceptada sobre el signi-fi cado del patrimonio arqueológico aunque la UNESCO hizo referencia a él en su Recomendación sobre los Principios Internacionales Aplicables a las Excavacio-nes Arqueológicas publicada en Nueva Delhi en 1956. Posteriormente, fueron surgiendo algunos convenios de carácter internacional que se refi eren a los vesti-gios arqueológicos como elementos integrantes del pa-trimonio histórico o cultural (La Haya, 1956, Nairobi, 1976). Finalmente el International Council on Monu-ments and Sites (ICOMOS) en su asamblea general de 1990, promulgó la Carta para la Protección y Gestión del Patrimonio Arqueológico previamente redactada por el International Commitee on Archeológical Heri-tage Management (ICAHM) donde se defi ne al patrimo-nio arqueológico como “la parte de nuestro patrimonio material para la cual los métodos de la arqueología nos proporcionan la información básica” permitiendo su presentación al gran público como un medio esencial para dar a conocer los orígenes y desarrollo de las socie-dades modernas. Este mismo documento continúa estableciendo que el patrimonio arqueológico engloba todas las “huellas de la existencia del hombre” y se refi ere a los lugares “donde se ha practicado cualquier tipo de actividad hu- 588 PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Los vestigios prehispánicos del ex Bosque de Manzanilla en Puebla ... ISSN 1695-7121 mana, a las estructuras y los vestigios abandonados de cualquier índole, tanto en la superfi cie como enterrados, o bajo las aguas, así como al material relacionado con los mismos” (Pérez-Juez, 2006, p. 36). Afortunadamen-te, a raíz de esta declaratoria, los gobiernos centrales y locales de diversos países se han ido apegando a las normativas surgidas posteriormente para proteger y salvaguardar los vestigios arqueológicos patrimoniales que poseen con fi nes de utilización museística y/o turís-tica (Correa, A. 2010). Dentro del amplio espectro que abarca el turismo cultural, el turismo que visita yacimientos arqueológi-cos se encuentra entre los segmentos de mercado más antiguos y tradicionales. Basta recordar que el turismo moderno tiene como antecedente fundamental la visi-ta a las ruinas romanas de Pompeya y Herculano en el centro-sur de Italia. Actualmente, a pesar del indudable auge del que sigue gozando el turismo recreativo de sol y playa, el volumen de turistas motivados por la visita a sitios históricos -entre los que fi guran los yacimientos arqueológicos- sigue en aumento (Fernández y Ramos, 2010) y constituye un importante factor de derrama económica para muchos países, entre los cuales, México ocupa un lugar importante. En el contexto del turismo cultural que visita Méxi-co, se puede considerar al turismo que visita yacimien-tos arqueológicos como un factor de oportunidad en dos áreas esenciales: La primera, se refi ere al turismo como elemento motivador de acciones de rescate y conserva-ción de vestigios arqueológicos pertenecientes a las cul-turas prehispánicas establecidas en diferentes regiones del país, en tanto que la segunda, identifi ca al turismo como factor detonador de desarrollo económico y social para las comunidades establecidas en el entorno inme-diato de los yacimientos arqueológicos mediante accio-nes para su puesta en valor turístico incorporándolos a la oferta de atractivos culturales de las localidades en que se encuentran emplazados. Los yacimientos arqueológicos como atractivos turísticos La consideración de los yacimientos arqueológicos como atractivos turísticos remonta a la práctica del Grand Tour de mediados del siglo XVIII. Si bien es cier-to que el Grand Tour no puede ser considerado estric-tamente como un viaje turístico en el sentido moderno de este término, si es posible decir que representa el antecedente más cercano del viaje que se realiza para visitar de manera intencional y consciente los lugares donde persisten vestigios de épocas pasadas como un intento por acercarse, conocer y comprender las cultu-ras que los erigieron. Así, con el paso del tiempo, el de-seo por contemplar los yacimientos arqueológicos que existen alrededor del mundo se ha convertido en uno de los motivos fundamentales de los viajes culturales del presente (Pérez-Juez, 2006; Moir, 2010). Sin embargo, la creciente popularidad de los viajes culturales para visitar yacimientos arqueológicos entra-ña un peligro latente. Los fl ujos excesivos de visitantes y las actividades que se derivan de su visita turística producen per se daños materiales a las estructuras arquitectónicas y a los ambientes naturales y sociales donde los yacimientos arqueológicos se hallan situados. Es por esta razón que la declaración internacional para la gestión del patrimonio arqueológico establece que la conservación in situ de los edifi cios históricos es uno de los objetivos fundamentales de la conservación del pa-trimonio arqueológico. En consecuencia, uno de los retos más importantes que enfrenta el turismo cultural es el de favorecer la afl uencia de turistas a lugares patrimo-niales en proporciones y frecuencias calculadas de tal manera que puedan producir ingresos económicos signi-fi cativos para los lugares visitados (Fernández y García, 2010) y, al mismo tiempo, se minimicen sus efectos no-civos (Delisle y Jolin, 2008). En este contexto, la puesta en valor turístico de los sitios patrimoniales debe armo-nizar la explotación de su potencial turístico con la pre-servación de su integridad física y cultural, permitiendo el propósito de volverlos accesibles al público como un medio de recreación y de educación para los visitantes (ICOMOS, 1990; Delisle y Jolin, 2008, Moir, 2010). La problemática del yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla Aspecto histórico La zona arqueológica del ex-bosque de Manzanilla se sitúa a 5 Km del centro histórico de la ciudad de Puebla en dirección noreste, en el valle central de México, so-bre la carretera que conduce a los poblados de La Resu-rrección y de San Miguel Canoa. Geográfi camente, esta zona forma parte de las laderas del volcán Matlalcue-yetl conocido popularmente como “La Malinche”. La denominación antigua de este sitio es desconoci-da pero, en el presente, se sabe que las ruinas de esta zona arqueológica pertenecen a una antigua propiedad privada conocida como la Ex-Hacienda de Manzanilla. El primer establecimiento humano en el yacimiento ar-queológico del ex-bosque de Manzanilla parece haberse producido hacia el segundo siglo de la Era Cristiana. Se cree que este emplazamiento tuvo una extensión territo-rial cercana a los 2 kilómetros cuadrados. Actualmente, pueden observarse sus vestigios en forma de montículos PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Raúl Valdez Muñoz ISSN 1695-7121 589 na y de las invasiones sufridas por las civilizaciones que habitaban en Cacaxtla y en Cholula (Paterson, 1978; Moreno, 1982, citados en Palacios, 2004). El yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manza-nilla ha permanecido prácticamente olvidado a lo largo de los siglos desde su abandono hacia el periodo clásico tardío (600 a 900 D.C.). Desde principios del siglo XX y hasta mediados de la década de los años 80 el ex-bosque de Manzanilla fue un lugar frecuentado por los habi-tantes de la ciudad de Puebla como lugar de paseos campestres. Desgraciadamente, en 1982, al pretextar la extinción de una plaga forestal, los trabajos de fumiga-ción destruyeron prácticamente toda la zona arbolada del sitio, lo cual, contribuyó grandemente al deterioro de sus vestigios arquitectónicos. El aspecto arquitectónico Desde el punto de vista de su contenido monumen-tal, el yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manza-nilla se encuentra dividido en tres zonas principales: el Cerro de Manzanilla (período preclásico), el Parque de Manzanilla (período clásico) y la Hacienda de San Diego Manzanilla (período clásico tardío y posclásico). En la zona denominada Cerro de Manzanilla se en-cuentran tres agrupamientos de vestigios arqueológi-cos, de los cuales, destacan tres pirámides construidas en el periodo pre-clásico (2500 A.C. a 200 D.C.). Hasta el año de 1964 estas pirámides se encontraban en bue-nas condiciones arquitectónicas. Posteriormente, estas edifi caciones han sufrido deterioros notables causados fundamentalmente por la acción humana. Una de las pirámides se erige sobre la cima del cerro. Las otras dos pirámides contienen terrazas aun revestidas de piedra. En la zona denominada Hacienda de San Diego Man-zanilla se encuentran los vestigios de 15 o 16 pirámides prácticamente destruidas que, además, han sufrido sa-queos sucesivos en diferentes épocas. Existen también agrupados en dos sectores que parecen corresponder a dos tiempos históricos diferentes: los horizontes Preclá-sico Superior (600 A.C. a 200 D.C.) y Clásico Tardío (600 a 900 D.C.) (INAH, 1985, citado en Palacios, 2004:179). La civilización que fl oreció en el ex-bosque de Man-zanilla tiene características similares a las de la cultura Teotihuacana, sin embargo, también se distinguen en estos vestigios ciertas infl uencias de otras culturas que fl orecieron en las zonas cercanas a las actuales poblacio-nes de Teotitlán del Camino, Chila y Tehuacán. La civilización que se asentó en el ex-bosque de Man-zanilla ocupó una loma donde se distinguen basamentos de edifi cios, plataformas y habitaciones muy cercanas entre sí. Se ha llegado a considerar que esta población dependía económicamente de otro asentamiento po-blacional situado en la cima del cerro cercano conocido como Cerro de Amalucan. Una de las posibles causas de la decadencia de esta civilización (en su primera fase) podría atribuirse al esplendor de Cholula (10 km hacia el occidente de la ciudad de Puebla) como el más impor-tante centro regional de poder económico, social y reli-gioso (Reliford,1983). Durante el tercer siglo de la Era Cristiana, la civili-zación del ex-bosque de Manzanilla conoció un segundo período de esplendor. Se cree que a este periodo perte-necen los vestigios de siete pirámides y de un juego de pelota de grandes dimensiones (15 metros de anchura por 65 metros de longitud) considerado entre los más antiguos de Mesoamérica. Sin embargo, hacia fi nales del tercer siglo de nuestra era el lugar fue abandonado defi nitivamente por sus habitantes permaneciendo en el olvido durante todo el período de la dominación espa-ñola en México. Fue hasta los años sesenta del siglo pasado que tuvieron lugar las primeras exploraciones realizadas en este sitio por los arqueólogos J. L. Lorenzo en 1962 y1963; V Contreras en 1965; N. González en 1966, 1972, 1973 y 1974 y, posteriormente por T. Reliford en 1983, cuyos trabajos revelaron la importancia histórica y cul-tural del yacimiento arqueológico del ex-bosque de Man-zanilla a quien T. Reliford denominó con el nombre de “Los Teteles” (Palacios, 2004:181). Según Reliford (1983), el estudio del yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla –también denominado “Los Teteteles”- adquiere una relevancia particular porque sus características arquitectónicas presentan grandes similitudes con las de la cultura Teo-tihuacana pero también con otros pueblos asentados en el Valle de Oaxaca como los Mixtecas, los Zapotecas, los Mazatecas y los Cuicatecas. Finalmente, se cree que el abandono de este emplazamiento pudo haber sido una de las consecuencias del ocaso de la cultura Teotihuaca- Figura1. Pirámide cubierta en el Cerro de Manzanilla. Fuente: Palacios (2004, p. 195). 590 PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Los vestigios prehispánicos del ex Bosque de Manzanilla en Puebla ... ISSN 1695-7121 los vestigios de un juego de pelota. Estas edifi caciones pertenecen a los periodos clásico (200 a 900 D.C.) y post-clásico (900 a 1500 D.C.). En la época posterior al virrei-nato, se erigió en este lugar la hacienda dedicada a la explotación agrícola (que aportó la denominación actual del sitio) cuyo funcionamiento afectó en gran medida el estado físico de los vestigios que integran este yacimien-to. Finalmente, la zona denominada Parque de Manza-nilla existe un juego de pelota en excelentes condiciones que fue construido en el periodo clásico (200 a 900 D.C.). Este juego de pelota fue intervenido para su reconstruc-ción en 1965 por lo que actualmente es el edifi cio mejor conservado de todo el yacimiento. Además, en esta zona existen los vestigios de seis pirámides, de las cuales, dos fueron destruidas al cons-truir un camino de acceso hacia la antigua hacienda an-tes mencionada. En el sitio fueron encontradas diversas piezas de cerámica con características similares a las de la cultura Teotihuacana del periodo pre-clásico. El aspecto social Después de su abandono por la cultura que lo erigió, el yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla ha vivido siglos de olvido durante el periodo Virreinal y gran parte de la etapa del México independiente. En épocas posteriores, los usos del suelo de esta zona han variado desde la explotación agrícola (mediados del siglo XIX a los primeros años del siglo XX), la recreación cam-pestre y la realización de competencias de motocicleta (primeros años del siglo XX a la década de los años 70) hasta la edifi cación de las viviendas populares que pue-den apreciarse en la actualidad. En el presente, el hecho de que los vestigios arqueo-lógicos del ex-bosque de Manzanilla se encuentren prác-ticamente rodeados por viviendas populares, le confi e-re un carácter muy especial. En efecto, a diferencia de otros yacimientos arqueológicos, generalmente ubicados en zonas despobladas o sufi cientemente alejadas de los núcleos de población, los vestigios prehispánicos del ex-bosque de Manzanilla enfrentan el inminente peligro de desaparecer al poder ser completamente absorbidos por la incesante urbanización de la zona en que se encuen-tran. Las características económicas y culturales del teji-do social en el que el yacimiento se halla prácticamente inmerso amenazan enormemente su subsistencia inme-diata. Por razones tanto culturales como económicas, la población que reside en las colindancias del sitio no es capaz de apreciar en su exacta dimensión el valor his-tórico y patrimonial del sitio arqueológico y, por ende, Figura 2. Juego de pelota en la zona Parque de Manzanilla. Fuente: Palacios (2004, p. 200) Figura 3. Juego de pelota en la zona Parque de Manzanilla. Fuente: Palacios (2004, p. 198) Figura 4. Cerámica de manzanilla. Fuente: Tomado de Reliford (1983, p.212) PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Raúl Valdez Muñoz ISSN 1695-7121 591 es capaz de destruirlo para destinar el área que ocupa a usos habitacionales o comerciales. En este contexto, cabe señalar también la lamenta-ble negligencia de las autoridades gubernamentales en lo relativo al cuidado y conservación del sitio. Tanto a nivel municipal, como estatal y federal, los organismos encargados de la preservación del patrimonio histórico y cultural de México han relegado al olvido a este im-portante yacimiento arqueológico. Asimismo, entre la ciudadanía no existe una verdadera conciencia del gran valor que este yacimiento arqueológico representa para Puebla y para México. Por su parte, las universidades, las instituciones cul-turales, las asociaciones profesionales y otras organiza-ciones no gubernamentales tampoco han emprendido acciones tendientes a la salvaguarda del sitio. En con-secuencia, puede concluirse que los vestigios arqueoló-gicos del ex-bosque de Manzanilla no han sido valorados adecuadamente como una legítima riqueza patrimonial de la ciudad de Puebla y de México que debe ser prote-gida y conservada. Metodología Con el fi n de defi nir la problemática a la que se en-frenta el yacimiento arqueológico del ex-bosque de Man-zanilla para propósitos de su recuperación y puesta en valor turístico, se efectuó una labor de investigación uti-lizando como métodos de estudio el análisis de conteni-do, la observación y la entrevista. La metodología del análisis de contenido fue utiliza-da para defi nir las nociones conceptuales que sustentan la puesta en valor de los atractivos culturales. Para los fi nes específi cos de este estudio se seleccionaron y ana-lizaron artículos y documentos referentes al desarrollo turístico de los lugares patrimoniales. Se defi nieron seis conceptos centrales considerados como unidades de análisis en las que, a su vez, se distinguieron diez y seis distintas categorías conceptuales relacionadas con el desarrollo turístico de distintos tipos de atractivos culturales. El método de la observación se empleó para deter-minar el estado físico actual del yacimiento arqueoló-gico del ex-bosque de Manzanilla. Como herramientas Tabla 1 Unidades de análisis y conceptos relacionados con la puesta en valor turístico de los sitios patrimoniales. Tomado de Palacios (2004, p.75.) 592 PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Los vestigios prehispánicos del ex Bosque de Manzanilla en Puebla ... ISSN 1695-7121 2001a) b) La puesta en valor turístico de los sitios puede con-vertirse en una herramienta muy poderosa para la obtención de benefi cios económicos para sus pobla-ciones residentes (Gagnon y Gagnon, 2007; Moreno, 2000; Ratto, 2002; XVII Congreso Interamericano de Turismo, 1997; CONAC, 2000; Fernández, y Guz-mán, 2001; INAH, 2000; Rodríguez, 1995) c) La puesta en valor turístico puede también poner en riesgo los recursos patrimoniales (Delisle y Jolin, 2008) si no es realizada por expertos en la materia (Correa, 2010; Breton, 2007; Martín, 2001; UNAM, 1999; Messan, 1996; Malo, 2000; Sancho, 1995; San-telices y Rivas, 1999) d) La mejor manera de obtener benefi cios económicos y sociales duraderos es la de hacer participar a la población residente en la producción de artículos y servicios turísticos ofrecidos a los turistas (Correa, 2010; Fernández, 2008; Gagnon y Gagnon, 2007; OMT, 1999; Gómez, 2003; Martín, 2001; Reyes, 2000; Rivas, 2001) e) El desarrollo sostenible signifi ca, por sí mismo, la re-gulación de la carga turística, así como el diseño y la construcción de infraestructuras capaces de evitar la utilización incontrolada del agua, la energía y la pro-ducción excesiva de residuos (Delisle y Jolin, 2008; XVII Congreso Interamericano de Turismo, 1997; Ruiz et al. 2002; MONDIACULT, 2002; ICOMOS, 1999; Gómez, 2003; Mattson et Villanazo, 2001; Mo-linari, 2004) La observación Por el método de la observación fue posible identifi - car tres zonas principales donde se ubican los vestigios que integran el yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla. Estos sectores se denominan: Cerro de Manzanilla, Parque de Manzanilla y Hacienda San Die-go Manzanilla. En la zona llamada Cerro de Manzanilla se pueden distinguir tres grupos de pirámides que se conservaron en condiciones arquitectónicas relativamente buenas hasta 1964. Desafortunadamente, desde ese año, la rea-lización de carreras de motocicletas deterioró considera-blemente estos vestigios. Desde los inicios del siglo XX, los habitantes de la ciudad de Puebla utilizaron la zona conocida como Par-que o Bosque de Manzanilla como lugar de recreación familiar y paseos campestres de fi n de semana. Esta zona posee un juego de pelota en muy buen estado de conservación, así como los vestigios de dos pirámides que fueron parcialmente destruidas a consecuencia de la construcción de un camino pavimentado que permite de ayuda a la recolección de datos se utilizaron cáma-ras fotográfi cas y de video. Se practicó una observación sistemática del lugar con el fi n de obtener su delimita-ción territorial y la identifi cación de sus vestigios más representativos y visibles sobre la superfi cie de la zona arqueológica delimitada. Por último, se entrevistó a cinco expertos sobre as-pectos relativos al desarrollo turístico de lugares patri-moniales. Los expertos entrevistados fueron: un histo-riador y consejero de turismo del gobierno municipal de la ciudad Puebla, dos profesores investigadores de la Universidad de las Américas Puebla (un arqueólogo y una profesora de turismo), un funcionario de la Ofi cina de Turismo de la ciudad de Puebla, y un arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH). Las entrevistas se efectuaron utilizando como guía un cuestionario estructurado compuesto por cinco pre-guntas abiertas cuyo objetivo fue el de determinar si el yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla podría aún ser rescatado para fi nes de preservación pa-trimonial y puesta en valor turístico. Resultados El análisis de contenido Los resultados del análisis documental revelan la existencia de una opinión generalizada sobre dos aspec-tos principales relativos al desarrollo de los atractivos turísticos patrimoniales: El primer aspecto se refi ere a los tratamientos especializados que son requeridos para que los vestigios patrimoniales puedan ser rescatados considerando su fragilidad física y su antigüedad. El segundo aspecto se refi ere a la responsabilidad para identifi car, rescatar y preservar los lugares, edifi cios, monumentos o yacimientos arqueológicos para fi nes tu-rísticos, lo cual, implica la participación conjunta de la sociedad, del gobierno y de los organismos encargados de la conservación de los valores históricos, arqueológi-cos y artísticos. Además de estos dos aspectos de consenso, los resul-tados del análisis documental también revelaron otros aspectos cruciales para el desarrollo turístico de los atractivos patrimoniales. Entre los principales, se pue-den enumerar los siguientes: a) La participación comunitaria es esencial para la con-servación del patrimonio (Correa, 2010, Fernández, 2008; Gómez, Bárcenas y Amador, 2008; Gagnon y Gagnon, 2007; Delisle y Jolin, 2008; ICOMOS, 1990; Messan, 1996; Fujita, 2000; UNAM, 1999; ONU, 2002; UNESCO, 2000; Llanos y Forero, 2004; Ramos, 2000; UNESCO, 2000a; UNESCO, 2001, UNESCO, PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Raúl Valdez Muñoz ISSN 1695-7121 593 sito indispensable es la expropiación de la totalidad de los terrenos que ocupa actualmente, de lo contra-rio, se corre el riesgo de que se pierda defi nitivamen-te en un futuro inmediato (M. Salomón, profesora de arqueología). e) Para salvar el sitio arqueológico, así como para su po-sible puesta en valor turístico, es indispensable que el INAH (Instituto Nacional de Antropología e His-toria) declare ofi cialmente a las ruinas del ex-bosque de Manzanilla como un lugar de gran valor histórico y cultural (P. Domínguez profesora de turismo en la UDLA). f) Es aún posible salvar el juego de pelota que se puede observar en la zona conocida como Parque de Man-zanilla, pero es necesario aislar y proteger el lugar antes que nada. Es el INAH quien debe asumir la responsabilidad del rescate arquitectónico y cultural del sitio (A. Allende, arqueólogo). Recomendaciones generales para el rescate y puesta en valor turístico de los vestigios prehis-pánicos del ex-bosque de Manzanilla El rescate y la puesta en valor turístico de los vesti-gios prehispánicos del ex-bosque de Manzanilla requie-re necesariamente del apoyo de los gobiernos federal, estatal y municipal de Puebla, de la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia y de orga-nizaciones privadas y públicas encargadas de la salva-guarda del patrimonio tangible e intangible de México así como de la colaboración de la comunidad residente en el sitio. Las acciones encaminadas hacia esta salvaguarda y puesta en valor se inscriben en 4 áreas fundamentales: el aspecto físico-ambiental, el aspecto fi nanciero, el as-pecto turístico-operativo y la sostenibilidad del proyec-to. El aspecto físico-ambiental Para el establecimiento de las condiciones físicas y ambientales necesarias para el desarrollo turístico del ex-bosque de Manzanilla se requiere, en primer ter-mino, del reconocimiento sobre el valor histórico y pa-trimonial de este yacimiento arqueológico a través de una declaratoria ofi cial emitida por el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) y reconocida por el gobierno del Estado de Puebla. Así, con base en este reconocimiento ofi cial se podrá defi nir una estrategia de intervención encaminada hacia: a) La delimitación del área de estudio. b) La asignación de un presupuesto especial para reali-zar los trabajos requeridos. el acceso al lugar. En la zona conocida como Hacienda San Diego Man-zanilla se encuentran la mayoría de los vestigios ar-quitectónicos del lugar; sin embargo, por los efectos del tiempo y del olvido, estos vestigios se han ido deterio-rando paulatinamente. Por lo tanto se puede decir que con excepción del juego de pelota (en la zona del Parque de Manzanilla) casi la totalidad de los vestigios prehis-pánicos del lugar se encuentran en el abandono y en un estado desastroso de conservación. Además, es importante mencionar que en el presen-te, el lugar prácticamente está rodeado por casas habi-tación de tipo popular, las cuales, han sido fi nanciadas por programas de vivienda social del gobierno y este he-cho ha contribuido enormemente al deterioro del sitio. Figura 5. Viviendas populares rodeando al sitio. Fuente: Pala-cios (2004, p.196) Entrevistas La interpretación de la información procedente de las entrevistas con los expertos permitió clasifi car las opiniones de éstos de la siguiente forma: a) La destrucción del lugar parece presentar un proble-ma de carácter irreversible (M. Salazar, arqueólogo). b) El gobierno y la sociedad son responsables solidarios de la pérdida de este importante sitio histórico, lo que constituye una verdadera catástrofe arqueológi-ca (M. Salazar, arqueólogo). c) El rescate arqueológico del ex-bosque de Manzanilla es una tarea muy difícil de realizar porque implica problemas de expropiación de propiedades privadas y de afectación de los intereses de las personas que viven en los alrededores del lugar (O. López, funcio-nario de la Ofi cina de Turismo de Puebla). d) Es posible aún salvar el sitio pero, para ello, el requi- 594 PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Los vestigios prehispánicos del ex Bosque de Manzanilla en Puebla ... ISSN 1695-7121 c) La protección de los vestigios arqueológicos por medio de mecanismos que controlen el acceso al sitio. d) La asignación de elementos de seguridad pública para la protección del sitio arqueológico de manera constante. Debido a la fragilidad de los restos arquitectónicos del sitio, los arqueólogos deberán diseñar las estrate-gias de intervención para la conservación y rehabilita-ción del yacimiento, así como para su eventual puesta en valor turístico. El aspecto fi nanciero El rescate, conservación y puesta en valor turístico de las ruinas arqueológicas del ex-bosque de Manza-nilla deben propiciar que se convierta en un elemento generador benefi cios económicos, sociales y culturales que conlleven desarrollo sostenible de esta zona. Para obtener los fondos necesarios se sugieren las acciones siguientes: a) Inclusión de una partida fi nanciera especial en los presupuestos de los gobiernos municipal, estatal y federal destinada a sufragar los gastos relativos a la puesta en valor turístico y promoción del sitio. b) El cobro de una tarifa de visita a este sitio zona ar-queológico. c) La venta de mapas, libros, revistas, folletos, que con-tengan información y literatura sobre este bien cul-tural. d) La integración de la visita al sitio dentro de los reco-rridos turísticos por la ciudad de Puebla. Los guías especializados podrían ser reclutados y capacitados de entre la población residente. e) La venta de objetos artesanales representativos de la región y de la cultura que se manifestó en las rui-nas arqueológicas del ex-bosque Manzanilla. Los ne-gocios para esta venta podrían ser operados por la población residente. La elaboración y venta de artesanías en la zona ar-queológica del ex-bosque de Manzanilla podría inspirar-se en modelos auténticos y representativos de la cultura teotihuacana y de las culturas provenientes de Oaxaca, que infl uyeron y se establecieron en este sitio. El aspecto turístico-operativo Para convertir al yacimiento arqueológico del ex-bos-que de Manzanilla en un atractivo accesible se requiere de su puesta en valor turístico mediante las siguientes acciones estratégicas: a) Creación de infraestructura de apoyo: caminos, esta-cionamientos, terminales de transporte, servicios de vialidad, servicio de vigilancia, etc. b) Equipamiento del sitio: creación de áreas de recep-ción de turistas, áreas de descanso, itinerario de re-corrido, señalización, paneles explicativos, fotogra-fías, exhibición de maquetas, presentaciones orales, sesiones informativas, restaurante, instalaciones sa-nitarias, establecimientos para la venta de artículos promocionales, museo del sitio, etc. c) Ofrecimiento de servicios complementarios: centro de interpretación, servicio de guías, folletería y todo tipo de información relacionada con el sitio. Sostenibilidad del proyecto. En el terreno puramente ambiental, la puesta en va-lor turístico del yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla requiere de un programa de reforesta-ción basado en la siembra de vegetación nativa para sal-vaguardar las estructuras arquitectónicas existentes, logrando con ello una ambientación más cercana a sus condiciones originales. Asimismo, la siembra de árboles y plantas contribuiría a volver más placentero el reco-rrido de los visitantes y a resaltar la belleza paisajística del sitio. En cuanto a su dimensión sostenible, el proyecto debe considerar: a) La adecuada divulgación y apreciación de este sitio patrimonial con miras hacia su preservación para el disfrute de las generaciones presentes y futuras. b) La distribución equitativa de los benefi cios económi-cos derivados de la puesta en valor turístico del si-tio entre la población residente y las organizaciones participantes. c) El uso racional de los recursos naturales y la preser-vación y conservación de los recursos culturales. d) La prevención y control del fl ujo turístico con el fi n de no dañar las estructuras arquitectónicas del sitio. e) La protección de los vestigios existentes frente a los peligros que entraña la construcción de la infraes-tructura necesaria para su puesta en valor turístico. f) El aseguramiento de la supervivencia de las tradicio-nes y costumbres de la comunidad anfi triona. Conclusiones El yacimiento arqueológico del ex-bosque de Man-zanilla representa un importante patrimonio histórico para México y especialmente para la ciudad de Puebla, al estar situado dentro de su zona urbana, lo que facili-taría su visita turística y podría permitir y asegurar su preservación y mantenimiento. A pesar de su importan-cia histórica y cultural, el yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla permanece aún abandonado debido a la negligencia de los gobiernos y de la sociedad y, por consiguiente, en un alto riesgo de desaparecer PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Raúl Valdez Muñoz ISSN 1695-7121 595 para siempre. No obstante, los resultados de este trabajo conducen a concluir que el rescate arquitectónico y la puesta en valor turístico del yacimiento arqueológico del ex-bos-que de Manzanilla son temas controvertidos tanto en medios académicos como gubernamentales. Las labores de investigación arqueológica realizadas en los últimos años, la observación del estado físico de los vestigios y la opinión de algunos expertos parecen sugerir que el lugar debe darse por perdido. A esta conclusión parecen conducir también el gran reto de reconstruir los restos de las estructuras arquitectónicas que aún subsisten, la difi cultad de solucionar con prontitud y efi cacia los pro-blemas derivados de las acciones de expropiación de los terrenos ocupados por las ruinas, así como las probables reacciones negativas de la población que rodea el lugar. Afortunadamente, hay también expertos que opinan positivamente. Para ellos, el sitio aun puede rescatar-se aunque la recuperación sea solamente parcial. Estos expertos opinan que las acciones de restauración y pro-tección del lugar deben ser, en primer lugar, la respon-sabilidad de los gobiernos federal y del estado de Puebla y que, una vez que el INAH realice la declaratoria del yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla como valor patrimonial de México, se deben también asignar los fondos monetarios y los recursos tecnológi-cos y humanos necesarios para emprender los trabajos de rescate, restauración y conservación que sean perti-nentes. Finalmente, en lo referente a la puesta en valor tu-rístico del lugar, la opinión generalizada de los expertos establece que este proceso depende enteramente del éxi-to obtenido en los trabajos de restauración física de las ruinas y en las condiciones necesarias para su conserva-ción futura. En consecuencia, a partir del hecho de que el lugar puede ser rescatado (aún si esto fuera en forma parcial) se hace un llamado urgente a las autoridades gubernamentales, a las organizaciones educativas, cul-turales y artísticas y a la sociedad mexicana en general, para que, haciendo conciencia del valor patrimonial e histórico que poseen los vestigios del yacimiento ar-queológico del ex-bosque de Manzanilla, este importan-te sitio pueda ser defi nitivamente rescatado. Bibliografía Ballart, J. y Tresserras, J. 2003. “El Patrimonio y el Turismo”. En CONACULTA, Patrimonio Cultural y Turismo, Vol. 3 (pp. 185-212. México: CONACULTA. Breton, J. 2007 “Tourisme, culture et environnement. Une pro-blématique idéntitaire? ”. En Gagnon Christiane y Gagnon Serge (Eds.), L’écotourisme. Entre l’árbre et l’écorce (pp. 43-70). Québec, Canada: Presses de l’Université du Québec. 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México, del 7 al 9 de octubre de 2009.
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Título y subtítulo | Los Vestigios Prehispánicos del Ex Bosque de Manzanilla en Puebla, México. De yacimiento arqueológico a producto turístico |
Autor principal | Valdez Muñoz, Raúl |
Publicación fuente | Pasos. Revista de turismo y patrimonio cultural |
Numeración | Volumen 09. Número 4 |
Sección | Artículos |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | El Sauzal, Tenerife |
Editorial | Universidad de La Laguna |
Fecha | 2011-10 |
Páginas | pp. 585-597 |
Materias | Turismo ; Patrimonio cultural ; Publicaciones periódicas |
Enlaces relacionados | Página web: http://todopatrimonio.com/revistas/101-pasos-revista-de-turismo-y-patrimonio-cultural |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 351236 Bytes |
Texto | www.pasosonline.org Vol. 9 Nº 4 págs. 585-597. 2011 Los vestigios prehispánicos del ex Bosque de Manzanilla en Puebla, México. De yacimiento arqueológico a producto turístico 1 Raúl Valdez Muñoz i Universidad de las Américas Puebla (México) i Ph.D. Departamento de Administración de la Hospitalidad. Escuela de Negocios y Economía. Universidad de las Américas Puebla. E-mail: raul.valdez@udlap.mx Resumo: Las ruinas pre-hispánicas del ex-bosque de Manzanilla, al noreste de la ciudad de Puebla, en México, constituyen un importante legado patrimonial que ha sido totalmente devorado por el crecimiento urbano y relegado al olvido y abandono. El propósito de este trabajo es el de hacer un llamado al rescate y rehabilitación del sitio a través de su puesta en valor turístico como una vía adecuada para protegerlo y preservarlo. Se utilizaron entrevistas con expertos, observaciones in situ y análisis documentales para estudiar este caso y sugerir acciones de intervención para lograr la recuperación y restauración física de estos vestigios pre-hispánicos, así como para su puesta en valor turístico e incorporación a los atractivos histórico-culturales de la ciudad de Puebla. Palabras clave: Ruinas arqueológicas; Valor histórico; Sitio patrimonial; Puesta en valor turístico. Title: The Pre-Hispanic Vestiges in the Former Forest of Manzanilla in Puebla, Mexico. From Ar-cheological Site to Tourist Product Abstract: The pre-Hispanic ruins located in the former forest of Manzanilla, at the north-east of Puebla, in Mexico, constitutes an important heritage site that has been absorbed by the urban growth, forgotten and abandoned. The purpose of this work is to call for rescue, preservation and rehabilita-tion of this unique site in order to convert it into a new tourist attraction. The present case study was carried out using such methodological tools as documentary analysis, interviews with experts and observations in situ. The analysis of the results has allowed us to conclude that total recovery and preservation are possible by means of a number of suggested actions aiming the incorporation of this pre-Hispanic site into the existing tourist offer of the city of Puebla. Keywords: Archeological ruins; Historic value; Heritage site. © PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. ISSN 1695-7121 586 PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Los vestigios prehispánicos del ex Bosque de Manzanilla en Puebla ... ISSN 1695-7121 Introducción México posee un gran patrimonio cultural a lo largo y ancho de su territorio. En el Estado de Puebla, ubica-do en el centro-sur del país, los vestigios arqueológicos del ex-bosque de Manzanilla testifi can la presencia de las antiguas culturas que se establecieron en el valle de Poblano-Tlaxcalteca muchos años antes de la conquista española. En la zona noreste de la ciudad de Puebla, en el lu-gar antiguamente llamado “Bosque de Manzanilla” se encuentra un yacimiento arqueológico que, según los arqueólogos parece estar vinculado a la misma cultura que construyó Teotihuacan durante el horizonte pre-clásico (2500 A.C. a 200 D.C.). Se trata de un conjunto arquitectónico integrado originalmente por 14 o 16 pirá-mides, varios juegos de pelota y otros edifi cios civiles y religiosos (Paterson, 1978 citado en Palacios, 2004:184). Actualmente, solamente uno de los juegos de pelo-ta puede apreciarse visualmente, pero existen edifi cios, tumbas, y otros objetos de cerámica que permanecen aún bajo la superfi cie del terreno, integrando un impor-tante conjunto monumental hasta ahora olvidado y muy probablemente condenado a desaparecer para siempre (Tscholl y Níquel, 1972, citados en Palacios, 2004:58). En otras épocas, Manzanilla fue un bello lugar bos-coso surcado por arroyos con colinas y acantilados sem-brados de pinos y oyameles (variedad de conífera de madera resinosa) que lo hacían propicio para ser habi-table (Escalante y García, 2004). Sin embargo, al pasar de los años, la falta de planeación urbana y, sobre todo, de interés por parte de los gobiernos federales, estatales y municipales para preservar las condiciones naturales del lugar, fueron la causa de su deplorable situación ac-tual, a la cual, deben añadirse también los efectos no-civos de la edifi cación de alojamientos populares en las proximidades del sitio y de sus consecuentes repercusio-nes sociales y económicas. Por ello, es factible prever la pérdida total del yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla si las condiciones actuales de abandono en las que se encuentra continúan prevaleciendo. En consecuencia, esta investigación desemboca en una propuesta de actividades a realizar para que esta zona, de gran valía histórica y arqueológica, adquiera el valor turístico en que es capaz de convertirse y, por lo tanto, constituirse como elemento promotor adicional de turismo cultural para la ciudad de puebla. En el con-texto del proyecto se contempla involucrar a la pobla-ción que reside en las cercanías de este lugar para que pueda participar en el cuidado y la conservación de la zona arqueológica del ex-bosque de Manzanilla, convir-tiendo a ésta última en una fuente importante de derra-ma económica para su población circundante. (Gagnon y Gagnon, 2007; Fernández, J., 2008; Gómez, Bárcenas y Amador, 2008). Asimismo, este trabajo también pretende constituir-se en una llamada urgente dirigida a los organismos pú-blicos y privados encargados de la gestión del patrimo-nio cultural y del turismo en México y, particularmente, en el Estado de Puebla con el fi n de que se avoquen a salvaguardar el yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla mediante su puesta en valor turístico y pueda ser incorporado a la oferta de atractivos cultura-les de la ciudad de Puebla. Patrimonio cultural y turismo Según la UNESCO (2000) el patrimonio cultural de un pueblo se integra por la producción de sus artistas, arquitectos, músicos y escritores; por las creaciones anó-nimas inspiradas por el alma popular y por el conjunto de valores que dan sentido a su vida. Así, el patrimonio cultural de un lugar, de una región, o de un país se con-forma por todos los elementos, los objetos y las manifes-taciones culturales tangibles e intangibles producidos por el devenir histórico de las sociedades a quienes les confi eren una identidad propia. El patrimonio cultural puede ser utilizado como un recurso privilegiado para desarrollar un destino turís-tico (Garcia y Dela Calle, 2010). Sin embargo, para que los recursos patrimoniales se conviertan en verdaderos destinos turísticos es imprescindible valorarlos y trans-formarlos en productos de ocio capaces de generar rique-za y empleo. El dinamismo del desarrollo del turismo en el mundo produce turistas cada vez más exigentes, pero a la vez, más sensibilizados hacia la protección del medio ambien-te (Breton, J, 2007). En efecto, el turista contemporáneo busca nuevos productos que ofrezcan algo diferente a los atractivos turísticos tradicionales (Reisinger, 2009; Pereiro, 2009), caracterizados por el consumo masivo y la uniformidad de la oferta de ocio y diversión (Ballart y Tresserras, 2003; Correa, 2010). En este contexto, el turismo cultural puede constituirse en un medio efi caz para contrarrestar la monotonía y estacionalidad de la demanda turística al ofrecer posibilidades de desarrollo de nuevos destinos complementarios a los destinos tra-dicionales. No obstante, es importante subrayar que cualquier estrategia de desarrollo local y regional que se sustente sobre proyectos integrales de crecimiento sostenible a partir de la utilización del patrimonio cultural y natural debe garantizar la preservación de culturas, monumen-tos y entornos. Adicionalmente, las estrategias de de- PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Raúl Valdez Muñoz ISSN 1695-7121 587 sarrollo turístico deben propiciar el desencadenamiento de efectos multiplicadores que incidan positivamente sobre el desarrollo del sector terciario en las regiones o localidades donde sean puestas en operación. También es necesario tener presente que la creación de toda oferta turística basada en recursos patrimonia-les requiere no solo del conocimiento de los recursos que la sustentan, sino también, de la identifi cación de los intereses y motivaciones del mercado y de la población residente en los lugares visitados (Garcia y Dela Calle, 2010). Patrimonio cultural y turismo son dos conceptos es-trechamente vinculados. El turismo, en tanto que activi-dad humana que busca el escape de la rutina cotidiana, ofrece al ser humano un medio privilegiado para vivir experiencias cognoscitivas, emocionales o simplemente recreativas que difi eren de sus actividades ordinarias (Delisle y Jolin, 2008; Reisinger, 2009). Por ello, en su dimensión cultural, el turismo ofrece al viajero una ex-celente manera de ponerse en contacto con las manifes-taciones históricas, artísticas y sociales de culturas dis-tantes o desconocidas (Correa, 2010). En contraparte, para los residentes de los lugares visitados, los turistas no solamente signifi can la presencia de individuos di-ferentes, sino también la posibilidad de aproximarse a valores, comportamientos y culturas con las cuales no tendrían la oportunidad de establecer contacto sin salir de su entorno natural (Delisle y Jolin, 2008). En su dimensión económica, el turismo representa un importante factor de cambio productivo y social. En efecto, el turismo bien planeado y controlado se convier-te en una importante fuente de ingresos económicos para las comunidades residentes cuando estas partici-pan de manera activa en los procesos de producción de bienes y servicios destinados al consumo de los turistas. En contraste, cuando el fenómeno turístico surge de manera desordenada, puede llegar a convertirse en un factor de deterioro económico, social y cultural. En resumen, puede decirse que el turismo efi caz-mente planeado y operado puede llegar a constituirse en una verdadera industria cultural, sin que esto signi-fi que que su función primordial sea únicamente econó-mica. En este sentido, el turismo no debe considerarse como un mecanismo para resolver de manera contun-dente los problemas del subdesarrollo económico, pero, asimismo, tampoco debe ser considerado como un agen-te destructivo del equilibrio social y de la identidad cul-tural de los destinos visitados. Los yacimientos arqueológicos como bienes pa-trimoniales Para el ser humano, la fascinación que produce el pasado perdido es un elemento que debe ser considera-do en cualquier proyecto de gestión de recursos patrimo-niales. Las manifestaciones materiales de una civiliza-ción total o parcialmente desaparecida signifi can mucho más que un conjunto de vestigios o ruinas con mayor o menor valor estético y/o científi co (Correa, 2010). Desde esta perspectiva, si bien los vestigios arqueológicos no son precisamente bellos en el sentido puro de la estéti-ca, su encanto radica en los sentimientos de curiosidad y nostalgia que suscitan en quienes los contemplan al imaginar en ellos la sombra de algo mayor, mas impre-sionante y mas rico, que testimonian -aun de manera parcial- la existencia de una sociedad llena de misterios y secretos (Pérez-Juez, 2006). En tanto que recursos patrimoniales, los yacimien-tos arqueológicos son bienes que deben ser objeto de una gestión apropiada para incorporarlos al acervo cul-tural tangible de las localidades, regiones y países que los poseen. En este caso, por gestión debe entenderse al conjunto de acciones que van desde la elaboración de un plan para su rescate físico y restauración hasta su puesta en valor tanto para fi nes culturales como para su posible uso turístico (Garcia y Dela Calle, 2010). Desde un punto de vista técnico el patrimonio ar-queológico puede defi nirse como “aquella parte del patrimonio histórico susceptible de ser estudiado con metodología arqueológica” (Pérez-Juez, 2006, p.33). Inexplicablemente, durante mucho tiempo no existió una defi nición universalmente aceptada sobre el signi-fi cado del patrimonio arqueológico aunque la UNESCO hizo referencia a él en su Recomendación sobre los Principios Internacionales Aplicables a las Excavacio-nes Arqueológicas publicada en Nueva Delhi en 1956. Posteriormente, fueron surgiendo algunos convenios de carácter internacional que se refi eren a los vesti-gios arqueológicos como elementos integrantes del pa-trimonio histórico o cultural (La Haya, 1956, Nairobi, 1976). Finalmente el International Council on Monu-ments and Sites (ICOMOS) en su asamblea general de 1990, promulgó la Carta para la Protección y Gestión del Patrimonio Arqueológico previamente redactada por el International Commitee on Archeológical Heri-tage Management (ICAHM) donde se defi ne al patrimo-nio arqueológico como “la parte de nuestro patrimonio material para la cual los métodos de la arqueología nos proporcionan la información básica” permitiendo su presentación al gran público como un medio esencial para dar a conocer los orígenes y desarrollo de las socie-dades modernas. Este mismo documento continúa estableciendo que el patrimonio arqueológico engloba todas las “huellas de la existencia del hombre” y se refi ere a los lugares “donde se ha practicado cualquier tipo de actividad hu- 588 PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Los vestigios prehispánicos del ex Bosque de Manzanilla en Puebla ... ISSN 1695-7121 mana, a las estructuras y los vestigios abandonados de cualquier índole, tanto en la superfi cie como enterrados, o bajo las aguas, así como al material relacionado con los mismos” (Pérez-Juez, 2006, p. 36). Afortunadamen-te, a raíz de esta declaratoria, los gobiernos centrales y locales de diversos países se han ido apegando a las normativas surgidas posteriormente para proteger y salvaguardar los vestigios arqueológicos patrimoniales que poseen con fi nes de utilización museística y/o turís-tica (Correa, A. 2010). Dentro del amplio espectro que abarca el turismo cultural, el turismo que visita yacimientos arqueológi-cos se encuentra entre los segmentos de mercado más antiguos y tradicionales. Basta recordar que el turismo moderno tiene como antecedente fundamental la visi-ta a las ruinas romanas de Pompeya y Herculano en el centro-sur de Italia. Actualmente, a pesar del indudable auge del que sigue gozando el turismo recreativo de sol y playa, el volumen de turistas motivados por la visita a sitios históricos -entre los que fi guran los yacimientos arqueológicos- sigue en aumento (Fernández y Ramos, 2010) y constituye un importante factor de derrama económica para muchos países, entre los cuales, México ocupa un lugar importante. En el contexto del turismo cultural que visita Méxi-co, se puede considerar al turismo que visita yacimien-tos arqueológicos como un factor de oportunidad en dos áreas esenciales: La primera, se refi ere al turismo como elemento motivador de acciones de rescate y conserva-ción de vestigios arqueológicos pertenecientes a las cul-turas prehispánicas establecidas en diferentes regiones del país, en tanto que la segunda, identifi ca al turismo como factor detonador de desarrollo económico y social para las comunidades establecidas en el entorno inme-diato de los yacimientos arqueológicos mediante accio-nes para su puesta en valor turístico incorporándolos a la oferta de atractivos culturales de las localidades en que se encuentran emplazados. Los yacimientos arqueológicos como atractivos turísticos La consideración de los yacimientos arqueológicos como atractivos turísticos remonta a la práctica del Grand Tour de mediados del siglo XVIII. Si bien es cier-to que el Grand Tour no puede ser considerado estric-tamente como un viaje turístico en el sentido moderno de este término, si es posible decir que representa el antecedente más cercano del viaje que se realiza para visitar de manera intencional y consciente los lugares donde persisten vestigios de épocas pasadas como un intento por acercarse, conocer y comprender las cultu-ras que los erigieron. Así, con el paso del tiempo, el de-seo por contemplar los yacimientos arqueológicos que existen alrededor del mundo se ha convertido en uno de los motivos fundamentales de los viajes culturales del presente (Pérez-Juez, 2006; Moir, 2010). Sin embargo, la creciente popularidad de los viajes culturales para visitar yacimientos arqueológicos entra-ña un peligro latente. Los fl ujos excesivos de visitantes y las actividades que se derivan de su visita turística producen per se daños materiales a las estructuras arquitectónicas y a los ambientes naturales y sociales donde los yacimientos arqueológicos se hallan situados. Es por esta razón que la declaración internacional para la gestión del patrimonio arqueológico establece que la conservación in situ de los edifi cios históricos es uno de los objetivos fundamentales de la conservación del pa-trimonio arqueológico. En consecuencia, uno de los retos más importantes que enfrenta el turismo cultural es el de favorecer la afl uencia de turistas a lugares patrimo-niales en proporciones y frecuencias calculadas de tal manera que puedan producir ingresos económicos signi-fi cativos para los lugares visitados (Fernández y García, 2010) y, al mismo tiempo, se minimicen sus efectos no-civos (Delisle y Jolin, 2008). En este contexto, la puesta en valor turístico de los sitios patrimoniales debe armo-nizar la explotación de su potencial turístico con la pre-servación de su integridad física y cultural, permitiendo el propósito de volverlos accesibles al público como un medio de recreación y de educación para los visitantes (ICOMOS, 1990; Delisle y Jolin, 2008, Moir, 2010). La problemática del yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla Aspecto histórico La zona arqueológica del ex-bosque de Manzanilla se sitúa a 5 Km del centro histórico de la ciudad de Puebla en dirección noreste, en el valle central de México, so-bre la carretera que conduce a los poblados de La Resu-rrección y de San Miguel Canoa. Geográfi camente, esta zona forma parte de las laderas del volcán Matlalcue-yetl conocido popularmente como “La Malinche”. La denominación antigua de este sitio es desconoci-da pero, en el presente, se sabe que las ruinas de esta zona arqueológica pertenecen a una antigua propiedad privada conocida como la Ex-Hacienda de Manzanilla. El primer establecimiento humano en el yacimiento ar-queológico del ex-bosque de Manzanilla parece haberse producido hacia el segundo siglo de la Era Cristiana. Se cree que este emplazamiento tuvo una extensión territo-rial cercana a los 2 kilómetros cuadrados. Actualmente, pueden observarse sus vestigios en forma de montículos PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Raúl Valdez Muñoz ISSN 1695-7121 589 na y de las invasiones sufridas por las civilizaciones que habitaban en Cacaxtla y en Cholula (Paterson, 1978; Moreno, 1982, citados en Palacios, 2004). El yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manza-nilla ha permanecido prácticamente olvidado a lo largo de los siglos desde su abandono hacia el periodo clásico tardío (600 a 900 D.C.). Desde principios del siglo XX y hasta mediados de la década de los años 80 el ex-bosque de Manzanilla fue un lugar frecuentado por los habi-tantes de la ciudad de Puebla como lugar de paseos campestres. Desgraciadamente, en 1982, al pretextar la extinción de una plaga forestal, los trabajos de fumiga-ción destruyeron prácticamente toda la zona arbolada del sitio, lo cual, contribuyó grandemente al deterioro de sus vestigios arquitectónicos. El aspecto arquitectónico Desde el punto de vista de su contenido monumen-tal, el yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manza-nilla se encuentra dividido en tres zonas principales: el Cerro de Manzanilla (período preclásico), el Parque de Manzanilla (período clásico) y la Hacienda de San Diego Manzanilla (período clásico tardío y posclásico). En la zona denominada Cerro de Manzanilla se en-cuentran tres agrupamientos de vestigios arqueológi-cos, de los cuales, destacan tres pirámides construidas en el periodo pre-clásico (2500 A.C. a 200 D.C.). Hasta el año de 1964 estas pirámides se encontraban en bue-nas condiciones arquitectónicas. Posteriormente, estas edifi caciones han sufrido deterioros notables causados fundamentalmente por la acción humana. Una de las pirámides se erige sobre la cima del cerro. Las otras dos pirámides contienen terrazas aun revestidas de piedra. En la zona denominada Hacienda de San Diego Man-zanilla se encuentran los vestigios de 15 o 16 pirámides prácticamente destruidas que, además, han sufrido sa-queos sucesivos en diferentes épocas. Existen también agrupados en dos sectores que parecen corresponder a dos tiempos históricos diferentes: los horizontes Preclá-sico Superior (600 A.C. a 200 D.C.) y Clásico Tardío (600 a 900 D.C.) (INAH, 1985, citado en Palacios, 2004:179). La civilización que fl oreció en el ex-bosque de Man-zanilla tiene características similares a las de la cultura Teotihuacana, sin embargo, también se distinguen en estos vestigios ciertas infl uencias de otras culturas que fl orecieron en las zonas cercanas a las actuales poblacio-nes de Teotitlán del Camino, Chila y Tehuacán. La civilización que se asentó en el ex-bosque de Man-zanilla ocupó una loma donde se distinguen basamentos de edifi cios, plataformas y habitaciones muy cercanas entre sí. Se ha llegado a considerar que esta población dependía económicamente de otro asentamiento po-blacional situado en la cima del cerro cercano conocido como Cerro de Amalucan. Una de las posibles causas de la decadencia de esta civilización (en su primera fase) podría atribuirse al esplendor de Cholula (10 km hacia el occidente de la ciudad de Puebla) como el más impor-tante centro regional de poder económico, social y reli-gioso (Reliford,1983). Durante el tercer siglo de la Era Cristiana, la civili-zación del ex-bosque de Manzanilla conoció un segundo período de esplendor. Se cree que a este periodo perte-necen los vestigios de siete pirámides y de un juego de pelota de grandes dimensiones (15 metros de anchura por 65 metros de longitud) considerado entre los más antiguos de Mesoamérica. Sin embargo, hacia fi nales del tercer siglo de nuestra era el lugar fue abandonado defi nitivamente por sus habitantes permaneciendo en el olvido durante todo el período de la dominación espa-ñola en México. Fue hasta los años sesenta del siglo pasado que tuvieron lugar las primeras exploraciones realizadas en este sitio por los arqueólogos J. L. Lorenzo en 1962 y1963; V Contreras en 1965; N. González en 1966, 1972, 1973 y 1974 y, posteriormente por T. Reliford en 1983, cuyos trabajos revelaron la importancia histórica y cul-tural del yacimiento arqueológico del ex-bosque de Man-zanilla a quien T. Reliford denominó con el nombre de “Los Teteles” (Palacios, 2004:181). Según Reliford (1983), el estudio del yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla –también denominado “Los Teteteles”- adquiere una relevancia particular porque sus características arquitectónicas presentan grandes similitudes con las de la cultura Teo-tihuacana pero también con otros pueblos asentados en el Valle de Oaxaca como los Mixtecas, los Zapotecas, los Mazatecas y los Cuicatecas. Finalmente, se cree que el abandono de este emplazamiento pudo haber sido una de las consecuencias del ocaso de la cultura Teotihuaca- Figura1. Pirámide cubierta en el Cerro de Manzanilla. Fuente: Palacios (2004, p. 195). 590 PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Los vestigios prehispánicos del ex Bosque de Manzanilla en Puebla ... ISSN 1695-7121 los vestigios de un juego de pelota. Estas edifi caciones pertenecen a los periodos clásico (200 a 900 D.C.) y post-clásico (900 a 1500 D.C.). En la época posterior al virrei-nato, se erigió en este lugar la hacienda dedicada a la explotación agrícola (que aportó la denominación actual del sitio) cuyo funcionamiento afectó en gran medida el estado físico de los vestigios que integran este yacimien-to. Finalmente, la zona denominada Parque de Manza-nilla existe un juego de pelota en excelentes condiciones que fue construido en el periodo clásico (200 a 900 D.C.). Este juego de pelota fue intervenido para su reconstruc-ción en 1965 por lo que actualmente es el edifi cio mejor conservado de todo el yacimiento. Además, en esta zona existen los vestigios de seis pirámides, de las cuales, dos fueron destruidas al cons-truir un camino de acceso hacia la antigua hacienda an-tes mencionada. En el sitio fueron encontradas diversas piezas de cerámica con características similares a las de la cultura Teotihuacana del periodo pre-clásico. El aspecto social Después de su abandono por la cultura que lo erigió, el yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla ha vivido siglos de olvido durante el periodo Virreinal y gran parte de la etapa del México independiente. En épocas posteriores, los usos del suelo de esta zona han variado desde la explotación agrícola (mediados del siglo XIX a los primeros años del siglo XX), la recreación cam-pestre y la realización de competencias de motocicleta (primeros años del siglo XX a la década de los años 70) hasta la edifi cación de las viviendas populares que pue-den apreciarse en la actualidad. En el presente, el hecho de que los vestigios arqueo-lógicos del ex-bosque de Manzanilla se encuentren prác-ticamente rodeados por viviendas populares, le confi e-re un carácter muy especial. En efecto, a diferencia de otros yacimientos arqueológicos, generalmente ubicados en zonas despobladas o sufi cientemente alejadas de los núcleos de población, los vestigios prehispánicos del ex-bosque de Manzanilla enfrentan el inminente peligro de desaparecer al poder ser completamente absorbidos por la incesante urbanización de la zona en que se encuen-tran. Las características económicas y culturales del teji-do social en el que el yacimiento se halla prácticamente inmerso amenazan enormemente su subsistencia inme-diata. Por razones tanto culturales como económicas, la población que reside en las colindancias del sitio no es capaz de apreciar en su exacta dimensión el valor his-tórico y patrimonial del sitio arqueológico y, por ende, Figura 2. Juego de pelota en la zona Parque de Manzanilla. Fuente: Palacios (2004, p. 200) Figura 3. Juego de pelota en la zona Parque de Manzanilla. Fuente: Palacios (2004, p. 198) Figura 4. Cerámica de manzanilla. Fuente: Tomado de Reliford (1983, p.212) PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Raúl Valdez Muñoz ISSN 1695-7121 591 es capaz de destruirlo para destinar el área que ocupa a usos habitacionales o comerciales. En este contexto, cabe señalar también la lamenta-ble negligencia de las autoridades gubernamentales en lo relativo al cuidado y conservación del sitio. Tanto a nivel municipal, como estatal y federal, los organismos encargados de la preservación del patrimonio histórico y cultural de México han relegado al olvido a este im-portante yacimiento arqueológico. Asimismo, entre la ciudadanía no existe una verdadera conciencia del gran valor que este yacimiento arqueológico representa para Puebla y para México. Por su parte, las universidades, las instituciones cul-turales, las asociaciones profesionales y otras organiza-ciones no gubernamentales tampoco han emprendido acciones tendientes a la salvaguarda del sitio. En con-secuencia, puede concluirse que los vestigios arqueoló-gicos del ex-bosque de Manzanilla no han sido valorados adecuadamente como una legítima riqueza patrimonial de la ciudad de Puebla y de México que debe ser prote-gida y conservada. Metodología Con el fi n de defi nir la problemática a la que se en-frenta el yacimiento arqueológico del ex-bosque de Man-zanilla para propósitos de su recuperación y puesta en valor turístico, se efectuó una labor de investigación uti-lizando como métodos de estudio el análisis de conteni-do, la observación y la entrevista. La metodología del análisis de contenido fue utiliza-da para defi nir las nociones conceptuales que sustentan la puesta en valor de los atractivos culturales. Para los fi nes específi cos de este estudio se seleccionaron y ana-lizaron artículos y documentos referentes al desarrollo turístico de los lugares patrimoniales. Se defi nieron seis conceptos centrales considerados como unidades de análisis en las que, a su vez, se distinguieron diez y seis distintas categorías conceptuales relacionadas con el desarrollo turístico de distintos tipos de atractivos culturales. El método de la observación se empleó para deter-minar el estado físico actual del yacimiento arqueoló-gico del ex-bosque de Manzanilla. Como herramientas Tabla 1 Unidades de análisis y conceptos relacionados con la puesta en valor turístico de los sitios patrimoniales. Tomado de Palacios (2004, p.75.) 592 PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Los vestigios prehispánicos del ex Bosque de Manzanilla en Puebla ... ISSN 1695-7121 2001a) b) La puesta en valor turístico de los sitios puede con-vertirse en una herramienta muy poderosa para la obtención de benefi cios económicos para sus pobla-ciones residentes (Gagnon y Gagnon, 2007; Moreno, 2000; Ratto, 2002; XVII Congreso Interamericano de Turismo, 1997; CONAC, 2000; Fernández, y Guz-mán, 2001; INAH, 2000; Rodríguez, 1995) c) La puesta en valor turístico puede también poner en riesgo los recursos patrimoniales (Delisle y Jolin, 2008) si no es realizada por expertos en la materia (Correa, 2010; Breton, 2007; Martín, 2001; UNAM, 1999; Messan, 1996; Malo, 2000; Sancho, 1995; San-telices y Rivas, 1999) d) La mejor manera de obtener benefi cios económicos y sociales duraderos es la de hacer participar a la población residente en la producción de artículos y servicios turísticos ofrecidos a los turistas (Correa, 2010; Fernández, 2008; Gagnon y Gagnon, 2007; OMT, 1999; Gómez, 2003; Martín, 2001; Reyes, 2000; Rivas, 2001) e) El desarrollo sostenible signifi ca, por sí mismo, la re-gulación de la carga turística, así como el diseño y la construcción de infraestructuras capaces de evitar la utilización incontrolada del agua, la energía y la pro-ducción excesiva de residuos (Delisle y Jolin, 2008; XVII Congreso Interamericano de Turismo, 1997; Ruiz et al. 2002; MONDIACULT, 2002; ICOMOS, 1999; Gómez, 2003; Mattson et Villanazo, 2001; Mo-linari, 2004) La observación Por el método de la observación fue posible identifi - car tres zonas principales donde se ubican los vestigios que integran el yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla. Estos sectores se denominan: Cerro de Manzanilla, Parque de Manzanilla y Hacienda San Die-go Manzanilla. En la zona llamada Cerro de Manzanilla se pueden distinguir tres grupos de pirámides que se conservaron en condiciones arquitectónicas relativamente buenas hasta 1964. Desafortunadamente, desde ese año, la rea-lización de carreras de motocicletas deterioró considera-blemente estos vestigios. Desde los inicios del siglo XX, los habitantes de la ciudad de Puebla utilizaron la zona conocida como Par-que o Bosque de Manzanilla como lugar de recreación familiar y paseos campestres de fi n de semana. Esta zona posee un juego de pelota en muy buen estado de conservación, así como los vestigios de dos pirámides que fueron parcialmente destruidas a consecuencia de la construcción de un camino pavimentado que permite de ayuda a la recolección de datos se utilizaron cáma-ras fotográfi cas y de video. Se practicó una observación sistemática del lugar con el fi n de obtener su delimita-ción territorial y la identifi cación de sus vestigios más representativos y visibles sobre la superfi cie de la zona arqueológica delimitada. Por último, se entrevistó a cinco expertos sobre as-pectos relativos al desarrollo turístico de lugares patri-moniales. Los expertos entrevistados fueron: un histo-riador y consejero de turismo del gobierno municipal de la ciudad Puebla, dos profesores investigadores de la Universidad de las Américas Puebla (un arqueólogo y una profesora de turismo), un funcionario de la Ofi cina de Turismo de la ciudad de Puebla, y un arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH). Las entrevistas se efectuaron utilizando como guía un cuestionario estructurado compuesto por cinco pre-guntas abiertas cuyo objetivo fue el de determinar si el yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla podría aún ser rescatado para fi nes de preservación pa-trimonial y puesta en valor turístico. Resultados El análisis de contenido Los resultados del análisis documental revelan la existencia de una opinión generalizada sobre dos aspec-tos principales relativos al desarrollo de los atractivos turísticos patrimoniales: El primer aspecto se refi ere a los tratamientos especializados que son requeridos para que los vestigios patrimoniales puedan ser rescatados considerando su fragilidad física y su antigüedad. El segundo aspecto se refi ere a la responsabilidad para identifi car, rescatar y preservar los lugares, edifi cios, monumentos o yacimientos arqueológicos para fi nes tu-rísticos, lo cual, implica la participación conjunta de la sociedad, del gobierno y de los organismos encargados de la conservación de los valores históricos, arqueológi-cos y artísticos. Además de estos dos aspectos de consenso, los resul-tados del análisis documental también revelaron otros aspectos cruciales para el desarrollo turístico de los atractivos patrimoniales. Entre los principales, se pue-den enumerar los siguientes: a) La participación comunitaria es esencial para la con-servación del patrimonio (Correa, 2010, Fernández, 2008; Gómez, Bárcenas y Amador, 2008; Gagnon y Gagnon, 2007; Delisle y Jolin, 2008; ICOMOS, 1990; Messan, 1996; Fujita, 2000; UNAM, 1999; ONU, 2002; UNESCO, 2000; Llanos y Forero, 2004; Ramos, 2000; UNESCO, 2000a; UNESCO, 2001, UNESCO, PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Raúl Valdez Muñoz ISSN 1695-7121 593 sito indispensable es la expropiación de la totalidad de los terrenos que ocupa actualmente, de lo contra-rio, se corre el riesgo de que se pierda defi nitivamen-te en un futuro inmediato (M. Salomón, profesora de arqueología). e) Para salvar el sitio arqueológico, así como para su po-sible puesta en valor turístico, es indispensable que el INAH (Instituto Nacional de Antropología e His-toria) declare ofi cialmente a las ruinas del ex-bosque de Manzanilla como un lugar de gran valor histórico y cultural (P. Domínguez profesora de turismo en la UDLA). f) Es aún posible salvar el juego de pelota que se puede observar en la zona conocida como Parque de Man-zanilla, pero es necesario aislar y proteger el lugar antes que nada. Es el INAH quien debe asumir la responsabilidad del rescate arquitectónico y cultural del sitio (A. Allende, arqueólogo). Recomendaciones generales para el rescate y puesta en valor turístico de los vestigios prehis-pánicos del ex-bosque de Manzanilla El rescate y la puesta en valor turístico de los vesti-gios prehispánicos del ex-bosque de Manzanilla requie-re necesariamente del apoyo de los gobiernos federal, estatal y municipal de Puebla, de la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia y de orga-nizaciones privadas y públicas encargadas de la salva-guarda del patrimonio tangible e intangible de México así como de la colaboración de la comunidad residente en el sitio. Las acciones encaminadas hacia esta salvaguarda y puesta en valor se inscriben en 4 áreas fundamentales: el aspecto físico-ambiental, el aspecto fi nanciero, el as-pecto turístico-operativo y la sostenibilidad del proyec-to. El aspecto físico-ambiental Para el establecimiento de las condiciones físicas y ambientales necesarias para el desarrollo turístico del ex-bosque de Manzanilla se requiere, en primer ter-mino, del reconocimiento sobre el valor histórico y pa-trimonial de este yacimiento arqueológico a través de una declaratoria ofi cial emitida por el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) y reconocida por el gobierno del Estado de Puebla. Así, con base en este reconocimiento ofi cial se podrá defi nir una estrategia de intervención encaminada hacia: a) La delimitación del área de estudio. b) La asignación de un presupuesto especial para reali-zar los trabajos requeridos. el acceso al lugar. En la zona conocida como Hacienda San Diego Man-zanilla se encuentran la mayoría de los vestigios ar-quitectónicos del lugar; sin embargo, por los efectos del tiempo y del olvido, estos vestigios se han ido deterio-rando paulatinamente. Por lo tanto se puede decir que con excepción del juego de pelota (en la zona del Parque de Manzanilla) casi la totalidad de los vestigios prehis-pánicos del lugar se encuentran en el abandono y en un estado desastroso de conservación. Además, es importante mencionar que en el presen-te, el lugar prácticamente está rodeado por casas habi-tación de tipo popular, las cuales, han sido fi nanciadas por programas de vivienda social del gobierno y este he-cho ha contribuido enormemente al deterioro del sitio. Figura 5. Viviendas populares rodeando al sitio. Fuente: Pala-cios (2004, p.196) Entrevistas La interpretación de la información procedente de las entrevistas con los expertos permitió clasifi car las opiniones de éstos de la siguiente forma: a) La destrucción del lugar parece presentar un proble-ma de carácter irreversible (M. Salazar, arqueólogo). b) El gobierno y la sociedad son responsables solidarios de la pérdida de este importante sitio histórico, lo que constituye una verdadera catástrofe arqueológi-ca (M. Salazar, arqueólogo). c) El rescate arqueológico del ex-bosque de Manzanilla es una tarea muy difícil de realizar porque implica problemas de expropiación de propiedades privadas y de afectación de los intereses de las personas que viven en los alrededores del lugar (O. López, funcio-nario de la Ofi cina de Turismo de Puebla). d) Es posible aún salvar el sitio pero, para ello, el requi- 594 PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Los vestigios prehispánicos del ex Bosque de Manzanilla en Puebla ... ISSN 1695-7121 c) La protección de los vestigios arqueológicos por medio de mecanismos que controlen el acceso al sitio. d) La asignación de elementos de seguridad pública para la protección del sitio arqueológico de manera constante. Debido a la fragilidad de los restos arquitectónicos del sitio, los arqueólogos deberán diseñar las estrate-gias de intervención para la conservación y rehabilita-ción del yacimiento, así como para su eventual puesta en valor turístico. El aspecto fi nanciero El rescate, conservación y puesta en valor turístico de las ruinas arqueológicas del ex-bosque de Manza-nilla deben propiciar que se convierta en un elemento generador benefi cios económicos, sociales y culturales que conlleven desarrollo sostenible de esta zona. Para obtener los fondos necesarios se sugieren las acciones siguientes: a) Inclusión de una partida fi nanciera especial en los presupuestos de los gobiernos municipal, estatal y federal destinada a sufragar los gastos relativos a la puesta en valor turístico y promoción del sitio. b) El cobro de una tarifa de visita a este sitio zona ar-queológico. c) La venta de mapas, libros, revistas, folletos, que con-tengan información y literatura sobre este bien cul-tural. d) La integración de la visita al sitio dentro de los reco-rridos turísticos por la ciudad de Puebla. Los guías especializados podrían ser reclutados y capacitados de entre la población residente. e) La venta de objetos artesanales representativos de la región y de la cultura que se manifestó en las rui-nas arqueológicas del ex-bosque Manzanilla. Los ne-gocios para esta venta podrían ser operados por la población residente. La elaboración y venta de artesanías en la zona ar-queológica del ex-bosque de Manzanilla podría inspirar-se en modelos auténticos y representativos de la cultura teotihuacana y de las culturas provenientes de Oaxaca, que infl uyeron y se establecieron en este sitio. El aspecto turístico-operativo Para convertir al yacimiento arqueológico del ex-bos-que de Manzanilla en un atractivo accesible se requiere de su puesta en valor turístico mediante las siguientes acciones estratégicas: a) Creación de infraestructura de apoyo: caminos, esta-cionamientos, terminales de transporte, servicios de vialidad, servicio de vigilancia, etc. b) Equipamiento del sitio: creación de áreas de recep-ción de turistas, áreas de descanso, itinerario de re-corrido, señalización, paneles explicativos, fotogra-fías, exhibición de maquetas, presentaciones orales, sesiones informativas, restaurante, instalaciones sa-nitarias, establecimientos para la venta de artículos promocionales, museo del sitio, etc. c) Ofrecimiento de servicios complementarios: centro de interpretación, servicio de guías, folletería y todo tipo de información relacionada con el sitio. Sostenibilidad del proyecto. En el terreno puramente ambiental, la puesta en va-lor turístico del yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla requiere de un programa de reforesta-ción basado en la siembra de vegetación nativa para sal-vaguardar las estructuras arquitectónicas existentes, logrando con ello una ambientación más cercana a sus condiciones originales. Asimismo, la siembra de árboles y plantas contribuiría a volver más placentero el reco-rrido de los visitantes y a resaltar la belleza paisajística del sitio. En cuanto a su dimensión sostenible, el proyecto debe considerar: a) La adecuada divulgación y apreciación de este sitio patrimonial con miras hacia su preservación para el disfrute de las generaciones presentes y futuras. b) La distribución equitativa de los benefi cios económi-cos derivados de la puesta en valor turístico del si-tio entre la población residente y las organizaciones participantes. c) El uso racional de los recursos naturales y la preser-vación y conservación de los recursos culturales. d) La prevención y control del fl ujo turístico con el fi n de no dañar las estructuras arquitectónicas del sitio. e) La protección de los vestigios existentes frente a los peligros que entraña la construcción de la infraes-tructura necesaria para su puesta en valor turístico. f) El aseguramiento de la supervivencia de las tradicio-nes y costumbres de la comunidad anfi triona. Conclusiones El yacimiento arqueológico del ex-bosque de Man-zanilla representa un importante patrimonio histórico para México y especialmente para la ciudad de Puebla, al estar situado dentro de su zona urbana, lo que facili-taría su visita turística y podría permitir y asegurar su preservación y mantenimiento. A pesar de su importan-cia histórica y cultural, el yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla permanece aún abandonado debido a la negligencia de los gobiernos y de la sociedad y, por consiguiente, en un alto riesgo de desaparecer PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 9(4). 2011 Raúl Valdez Muñoz ISSN 1695-7121 595 para siempre. No obstante, los resultados de este trabajo conducen a concluir que el rescate arquitectónico y la puesta en valor turístico del yacimiento arqueológico del ex-bos-que de Manzanilla son temas controvertidos tanto en medios académicos como gubernamentales. Las labores de investigación arqueológica realizadas en los últimos años, la observación del estado físico de los vestigios y la opinión de algunos expertos parecen sugerir que el lugar debe darse por perdido. A esta conclusión parecen conducir también el gran reto de reconstruir los restos de las estructuras arquitectónicas que aún subsisten, la difi cultad de solucionar con prontitud y efi cacia los pro-blemas derivados de las acciones de expropiación de los terrenos ocupados por las ruinas, así como las probables reacciones negativas de la población que rodea el lugar. Afortunadamente, hay también expertos que opinan positivamente. Para ellos, el sitio aun puede rescatar-se aunque la recuperación sea solamente parcial. Estos expertos opinan que las acciones de restauración y pro-tección del lugar deben ser, en primer lugar, la respon-sabilidad de los gobiernos federal y del estado de Puebla y que, una vez que el INAH realice la declaratoria del yacimiento arqueológico del ex-bosque de Manzanilla como valor patrimonial de México, se deben también asignar los fondos monetarios y los recursos tecnológi-cos y humanos necesarios para emprender los trabajos de rescate, restauración y conservación que sean perti-nentes. Finalmente, en lo referente a la puesta en valor tu-rístico del lugar, la opinión generalizada de los expertos establece que este proceso depende enteramente del éxi-to obtenido en los trabajos de restauración física de las ruinas y en las condiciones necesarias para su conserva-ción futura. En consecuencia, a partir del hecho de que el lugar puede ser rescatado (aún si esto fuera en forma parcial) se hace un llamado urgente a las autoridades gubernamentales, a las organizaciones educativas, cul-turales y artísticas y a la sociedad mexicana en general, para que, haciendo conciencia del valor patrimonial e histórico que poseen los vestigios del yacimiento ar-queológico del ex-bosque de Manzanilla, este importan-te sitio pueda ser defi nitivamente rescatado. Bibliografía Ballart, J. y Tresserras, J. 2003. “El Patrimonio y el Turismo”. En CONACULTA, Patrimonio Cultural y Turismo, Vol. 3 (pp. 185-212. México: CONACULTA. Breton, J. 2007 “Tourisme, culture et environnement. Une pro-blématique idéntitaire? ”. En Gagnon Christiane y Gagnon Serge (Eds.), L’écotourisme. Entre l’árbre et l’écorce (pp. 43-70). Québec, Canada: Presses de l’Université du Québec. 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México, del 7 al 9 de octubre de 2009. |
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