© PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. ISSN 1695-7121
Vol. 16 N.o 2. Págs. 483-500. 2018
https://doi.org/10.25145/j.pasos.2018.16.035
* Profesor de Comercialización e Investigación de Mercados; Departamento de Economía y Ciencias Sociales; Grado de
Turismo, Escuela Politécnica Superior Campus de Gandía -Universitat Politècnica de València-; E-mail: ensisig@upv.es
** Profesor de Comercialización e Investigación de Mercados; Departamento de Economía y Ciencias Sociales; Grado de
Turismo, Escuela Politécnica Superior Campus de Gandía -Universitat Politècnica de València-; E-mail: bernat@upv.es
*** Profesor de Marketing; Departamento de Economía y Ciencias Sociales; Facultad de Administración y Dirección de
Empresas -Universitat Politècnica de València-; E-mail: jmbuitrago@esp.upv.es
**** Profesora Departamento de Economía y Ciencias Sociales; Facultad de Administración y Dirección de Empresas
-Universitat Politècnica de València-; E-mail: ambapui@upv.es
Notas de Investigación
La necesidad de un plan director para ciudades
turísticas inteligentes. Propuestas metodológicas
basadas en la participación-acción
Enrique Sigalat Signes* Bernat Roig Merino**
Juan Manuel Buitrago Vera*** María Amparo Baviera Puig****
Universitat Politècnica de València (España)
Resumen: La Ciudad Inteligente es aquella comprometida con su entorno que intenta mejorar la calidad de vida
de la ciudadanía y la economía local, a través de elementos más sostenibles y tecnológicamente más avanzados.
Para alcanzar una implantación real del concepto smart city en las ciudades turísticas, es imprescindible
la colaboración de agentes públicos y privados, ciudadanos y de personas expertas de distintas disciplinas.
Además, este tipo de proyectos requieren necesariamente de un Plan Director, diseñado con la participación de
los stakeholders, que resuelva problemas reales. Nos encontramos ante la ausencia de una guía metodológica
para elaborar este plan director en ciudades turísticas intermedias. A través de una metodología basada en la
investigación acción participativa pretendemos trazar las líneas de ese plan director.
Palabras Clave: Smart city; Planificación; Investigación acción participativa; Destinos turísticos; Grupos de interés.
The need for a master plan for smart tourist cities. Methodological proposals based on participa‑tory
action
Abstract: Smart City is one committed to its environment that seeks to improve the citizens’ quality of life
and the local economy through more sustainable and more technologically advanced elements. To achieve a
real application of smart concept in tourist cities, the collaboration of public and private actors, citizens and
experts from different disciplines is essential. In addition, such projects necessarily require a master plan,
designed with the participation of stakeholders, to solve real problems. We are faced with the absence of a
methodological guide for developing this master plan in intermediate tourist cities. Using a methodology
based on participatory action research, we want to draw the lines of the master plan.
Keywords: Smart city; Planning; Participatory action research; Participatory methodologies; Stakeholders.
Enrique Signes, Bernat Merino, Juan Vera, María Puig
www .pasosonline.org
1. Introducción
1.1 El contexto actual
Desde hace ya algunos años se viene hablando de las ciudades inteligentes como el nuevo paradigma
de desarrollo urbano, y donde las nuevas tecnologías juegan un papel fundamental. Este concepto es el
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
484 La necesidad de un plan director para ciudades turísticas inteligentes.
resultado de la necesidad cada vez más urgente de orientar nuestra vida hacia la sostenibilidad. Caragliu
(2011), define Smart City como una ciudad inteligente cuando las inversiones en capital - tanto humano
como social -, y las infraestructuras de comunicación tanto tradicionales (transporte) como las modernas
(tecnologías de la información y comunicación), promueven un desarrollo socioeconómico sostenible y
a su vez un alto nivel de calidad de vida. Además de una eficiente gestión sostenible de los recursos y
medioambientales, así como ahorro. Y todo esto, y como condición sine qua non, a través de un gobierno
participativo. Por todo esto, los gobiernos actualmente transitan hacia este modelo de ciudad. No es
intrascendente, el hecho que una de las principales líneas de ayudas a los municipios fomentadas por el
gobierno central español sea precisamente la puesta en marcha de proyectos para sistemas de Smart City.
Así, la anterior definición, nos conduce a relacionar la Smart City con el Internet de las Cosas, donde
el espacio digital y físico se unen al poseer algo en común. Esto es, la idea de un futuro interconectado
en todos los sentidos. Las Smart Cities se dividen en seis dimensiones esenciales (Giffinger et al.,2007):
economía, personas, movilidad, medio ambiente, calidad de vida y gobierno. Concretamente, la Unión
Europea hace hincapié en la creación de una estrategia para la implementación de la inteligencia en
las ciudades. En el ADN de este nuevo paradigma de desarrollo urbano, está la proclama de que en
un futuro próximo, todos los elementos de la ciudad estarán perfectamente conectados, permitiendo la
interacción de estos, en tiempo real. Así mismo, el sistema también permitirá intercambiar información
en tiempo real. Y toda la información recaudada es medida, integrada y analizada. Con un fin, el de
mejorar la eficiencia y optimización de los recursos y servicios que se prestan, y en definitiva, de servir
de ayuda a una toma de decisiones más acertada.
Ahora bien, una ciudad inteligente comporta importantes retos. El primer reto es que tiene que contar con
la cobertura tecnológica necesaria para esta interactuación. Esto se consigue fomentando el wifi gratuito a
lo largo de la ciudad y ofreciendo servicios que permiten al ciudadano realizar gestiones y contratar servicios
de forma móvil. Y en tiempo real. Otro reto es el hecho de facilitar y liberar información pública. Es decir,
información relevante y personalizada que permita a los ciudadanos según sus necesidades y preferencias,
el hecho de personalizar su relación con el entorno. La ciudad, y concretamente la administración, tiene
que liberar pues parte de la información que controla, para que esta pueda ser usada por el ciudadano. Es
lo que se conoce como el Open Data. Finalmente, todo un reto educativo y formativo. Y bastante titánico,
como es el hecho de luchar contra la brecha tecnológica y digital. La de aquellos llamados desempoderados
digitales, para no permanecer excluidos y poder participar de esta ciudad.
El potencial y el abanico de posibilidades turísticas de convertirse en una ciudad inteligente puede ser
enorme. La interconexión e intercambio de información, y su tratamiento, pueden ampliar y mejorar la
experiencia de los turistas, adaptándonos a las distintas necesidades y preferencias de éstos, ofreciendo
una información más personalizada y enriquecida del destino. Para llevar a cabo el diseño de una ciudad
o destino turístico inteligente, es necesario un Plan Estratégico Director - de acuerdo con los criterios
establecidos de nueva gobernanza -, marcadamente participativo, que orqueste todas las sinergias que
se generan entre las administraciones, empresas, universidades y ciudadanos. La finalidad de este es
superior, pues tiene que resolver los problemas reales y mejorar la calidad de vida ciudadana. Sin esta
finalidad, ¿para qué serviría sino?
Ciertamente el actual contexto es un hándicap. Los problemas económicos que arrastran por ahora
muchas de las ciudades intermedias españolas, representan un freno para la implantación de este nuevo
paradigma de desarrollo urbano. Sin embargo, no tenemos que perder la oportunidad del modelo de
ciudades y destinos turísticos inteligentes. Por ahora, las posibilidades de financiación europea para
este tipo de proyectos son un hecho, y es una cuestión que no podemos dejar pasar. En definitiva, el
recorrido es amplio y todo está para hacer. Pero hay que empezar a rodar despacio y con una base sólida.
Por lo tanto, se abre una oportunidad para poner en marcha proyectos relacionados con Smart Cities
y con los Destinos Turísticos Inteligentes.
El artículo se estructura en cuatro partes. Su punto de partida es la revisión de los rasgos definitorios
de la situación actual, centrándonos en las bases conceptuales necesarias y en autores y trabajos que en
la literatura científica tratan sobre el tema. Le sigue un segundo punto que hace referencia al proceso
metodológico que se propone para atender al objetivo propuesto. Posteriormente, se incluye un tercer punto
de planteamientos previos al análisis, por las particularidades operativas de la metodología propuesta. Y
por último, un cuarto punto de conclusiones que derivan del análisis y discusión, y donde se muestran las
posibles implicaciones para la práctica de la propuesta metodológica en el desarrollo de planes directores.
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
Enrique Signes, Bernat Merino, Juan Vera, María Puig 485
2. Fundamentos Teóricos
Este apartado se subdivide en cinco sub-apartados. El primero concreta el objetivo del trabajo, la
necesidad de un plan director que permita alcanzar una implantación real del concepto smart city en
las ciudades turísticas intermedias. El segundo, define las variables que contribuyen a delimitar a
las denominadas ciudades intermedias. Un tercer y un cuarto sub-apartado, estrechamente ligados,
describen cuál es nuestro papel como investigadores para implicarnos en la producción de un tipo
de conocimiento propositivo y eminentemente pragmático a la realidad objeto de análisis, y nuestra
apuesta por la investigación acción participativa (IAP) como método de participación que puede ser
útil en el actual marco de gobernanza. Finalmente, damos cuenta de la importancia que tienen para la
planificación y gestión de los destinos turísticos intermedios, tanto la cuestión de la gobernanza como
la participación en la toma de decisiones de los distintos stackeholders.
2.1 Objetivo: la necesidad de un plan director en ciudades turísticas intermedias
La Ciudad Inteligente es aquella comprometida con su entorno que intenta mejorar la calidad de vida de
la ciudadanía y la economía local, a través de elementos más sostenibles y tecnológicamente más avanzados,
en aspectos como el desarrollo económico, la movilidad, el medio ambiente, la eficiencia energética, las
tecnologías de la información y el bienestar. Este tipo de desarrollo urbano basado en la sostenibilidad debe
ser capaz de responder adecuadamente a las necesidades esenciales de instituciones, empresas, y de los
propios ciudadanos, tanto en el plano económico, como en los aspectos operativos, ambientales y sociales.
Una Smart City convertida en un Destino Turístico Inteligente (Smart Touristic Destination) es una
ciudad que apuesta por crear un modelo de turismo sostenible y que aprovecha al máximo sus recursos,
con el objetivo de mejorar tanto el nivel de vida de su ciudadanía como de los turistas. La tecnología es
un factor esencial, ya que permite interconectar servicios públicos y privados y a éstos con los usuarios.
Se persigue así lograr la eficiencia, en el uso de la energía y de otros recursos, y aumentar la satisfacción
de las personas por el servicio recibido. De este paradigma surge el Smart Tourist, un nuevo usuario,
que está hiperconectado a la red, que consume contenido a cualquier hora, a través de distintos canales.
Un nuevo turista cada vez más exigente y que valora poder integrarse digitalmente con el destino antes,
durante y después de la visita. La literaturta científica sobre smart cities comienza a ser abundante
desde las distintas perspectivas (sociología, urbanismo, tecnología, medio ambiente, ciencia política),
si bien, sustentadas sobre un cuerpo más teórico que empírico (March y Ribera-Fumaz, 2014).
Con la finalidad de profundizar en el concepto Smart, la Universidad Politécnica de Valencia organizó
un multitudinario seminario en Gandía (Valencia) con representantes políticos de la región, personal
técnico, empresariado y comunidad universitaria¹. Entre las principales conclusiones destacar que,
para alcanzar una implantación real en las ciudades turísticas, es imprescindible la colaboración de
agentes públicos y privados, ciudadanos y de personas expertas de distintas disciplinas. Además, este
tipo de proyectos requieren necesariamente de un Plan Director, diseñado con la participación de los
stakeholders, que resuelva problemas reales. Nos encontramos ante la ausencia de una guía metodológica
para elaborar este plan director en ciudades turísticas intermedias. A través de una metodología basada
en la investigación acción participativa pretendemos trazar las líneas de ese plan director; que pueda
ser extrapolable a otras ciudades. Estos fueron los interrogantes iniciales que motivaron y orientaron
la discusión en forma de comunicación en el marco del 1st International Congress on Interdisciplinary
in Social and Human Sciencies². De las reflexiones, retroalimentación de conocimientos y comunidad
de aprendizaje compartido en el citado evento con otros investigadores presentamos aquí este artículo.
2.2 Las Ciudades turísticas intermedias
El término ciudad intermedia puede dar pie a distintas interpretaciones. Una definición tradicional,
en sintonía con el proyecto CIMES, es la basada en su tamaño. Definiendo a las ciudades intermedias
como aquéllas con una población superior a los 20.000 habitantes. Otras fuentes amplían esta cifra y
denominan ciudades intermedias a las que cuentan con más de 200.000 habitantes. Los rangos varían
según los contextos. En Europa, por ejemplo, el rango se delimita entre 20.000-500.000 habitantes.
Seguiremos aquí este patrón. Y es que según estimaciones, un 56% de la población urbana del planeta
vive en ciudades de menos de 500.000 habitantes³. Así, la talla demográfica, la dimensión y la extensión
física han sido las variables que contribuían, mayormente, en la delimitación de las denominadas
ciudades medias. Pero la ciudad media-intermedia no puede definirse solamente por estas variables.
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
486 La necesidad de un plan director para ciudades turísticas inteligentes.
Actualmente, el adjetivo intermedias sustituye al de medias, pues las anteriores variables han sido
consideradas demasiado estáticas y rígidas en su delimitación. Las aproximaciones más adecuadas a
escala territorial, van más allá de las formas clásicas de clasificar y definir las ciudades medias, por el de
ciudades intermedias, al preponderar las funciones de intermediación que realizan este tipo de ciudades
en el territorio y su vocación de articular los espacios concretos con otros nodos y territorios del ámbito
local/regional. Se introducen así, aspectos más funcionales, dinámicos y estratégicos que abren nuevas
posibilidades para la autoafirmación y reforzamiento de la ciudad-región y su apertura y/o consolidación
a otras escalas (Llop y Bellet, 2004). Así, estas ciudades cumplen las funciones de intermediación de los
espacios locales-territoriales y los espacios regionales-nacionales, y cómo no, con los globales.
A partir del análisis en la literatura científica y de los trabajos sobre el tema de autores como Canclini
(2010), Llop (2010), Bellet (2008) y otros, se establece cierto consenso en considerar tres dimensiones
distintivas que, en su conjunto, definen a estas estructuras de intermediación. La primera, el potencial y
la capacidad de estas ciudades de crear relaciones, de conectar y articular núcleos y espacios diversos. En
definitiva el favorecer relaciones y el hecho de tejer redes. Lo que caracteriza a las ciudades intermedias
es su trabajo en red, constituyen espacios dinámicos y funcionales. La segunda, una nueva concepción
más dinámica, abierta e interactiva que sobrepasa la idea clásica del concepto de sistema urbano como
algo estático y jerarquizado (Dematteis, G, 1991). Y por último, la capacidad de estas ciudades para
acumular relaciones y actividades en espacios y lugares determinados.
Y es que, ya desde la Estrategia Territorial Europea (1999), se ha venido señalando la importancia de
desarrollar un sistema urbano europeo más equilibrado, capaz de promover un desarrollo policéntrico
con aras de asegurar a la mayoría de la población de los recursos, los servicios, el empleo y la innovación
a través de redes de ciudades, con la finalidad de facilitar una mayor cohesión territorial (Romero y
Farinós, 2004). En este contexto, no resulta extraño que, en ese afán de buscar un mayor policentrismo,
adquieran importancia notoria las ciudades intermedias, tanto por sus capacidades de conexión entre
las metrópolis y el mundo rural como por su tamaño poblacional. Así pues, las ciudades intermedias y
los pequeños núcleos urbanos que “cumplen una función de cabeceras comarcales adquieren un evidente
protagonismo como núcleos potencialmente reequilibradores, tanto por su dinamismo interno como
por su capacidad para inducir efectos multiplicadores sobre su entorno, especialmente en regiones
periféricas” Méndez et al., 2008:3). Así, y tal como se afirma en uno de los documentos de la Comisión,
“las ciudades pequeñas y medias de estas regiones constituyen centros para desarrollar actividades
industriales y de servicios, investigación y tecnología, turismo y ocio” (Comisión Europea, 1999: 26).
Se trata de ciudades que están pues en condiciones de proporcionar servicios e infraestructuras para
las actividades económicas y de facilitar la interconectividad del trabajo en red.
Nuestro trabajo se contextualiza en aquellas ciudades intermedias del litoral español -ciudades turísticas
intermedias- que muestran un gran dinamismo y preponderancia del sector servicios. Y en donde el
turismo es un sector estratégico por ser la actividad predominante, favorecida por la presencia estacional
o permanente de residentes nacionales y/o extranjeros. Así, en los análisis de las ciudades intermedias
destacan las características y los elementos transversales y comunes a la vez que consideran su diversidad.
En esta línea, muchas de las ciudades turísticas intermedias comparten elementos característicos
que son comunes. Destacamos tres elementos como principales. En primer lugar, la terciarización de sus
economías, esto es, la transformación de las actividades económicas hacia otras más enfocadas al sector
de servicios. Y en donde la estructura económica ha cambiado hacia una basada fundamentalmente en
el sector de servicios -fundamentalmente hacia el sector turístico y el sector comercial- en detrimento
del sector industrial y del sector agrícola. En segundo lugar, se trata de ciudades con atractividad
turística, elemento vital en la motivación de los turistas a viajar, y no únicamente por sus playas y el
buen clima, sino también por su valor cultural, histórico-patrimonial y ocio. La cuestión del atractivo
turístico genera una actividad conexa (gastronomía, hostelería, agencias de viajes, hoteles, etc.) como
desarrollo de infraestructuras para el acceso y disfrute de los atractivos turísticos (rutas, señalización,
etcétera). En tercer lugar, suele tratarse de destinos con similares tamaños de población. Y que en muchas
ocasiones, triplican en el período estival su número de habitantes –y que pueden contar también con un
importante turismo intrarregional-. Los desplazamientos turísticos a estas ciudades intermedias, pueden
resultar mayores de disponer o no de ciertas infraestructuras (aeropuerto, conexión ferroviaria, etc.).
Por lo comentado anteriormente, destacar que actualmente es un hecho constatado que el turismo
no es una actividad inocua para los lugares donde se desarrolla. Este tipo de ciudades intermedias no
son ninguna excepción a lo comentado anteriormente. Sin duda, el crecimiento incontrolado y masivo
tiene importantes repercusiones sobre el medio natural (por la presión turística y urbanística), sobre el
desarrollo del transporte y la movilidad, sobre las propias economías locales, sobre los recursos turísticos‑
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
Enrique Signes, Bernat Merino, Juan Vera, María Puig 487
-culturales o incluso sobre las condiciones de desarrollo de la visita turística – la pérdida de calidad
de la experiencia -. Por tanto, a nivel turístico también, las ciudades tienen planteados importantes
retos en relación a la transmisión del legado cultural y patrimonial a las generaciones futuras y una
responsabilidad que pasa por mantener el desarrollo turístico dentro de los límites de la sostenibilidad.
Así, la falta de planificación de los espacios puede dar lugar a impactos no deseados. Por tanto, alcanzar
una implantación real en estas ciudades con la finalidad de poder convertirse en ciudades turísticas
inteligentes, conlleva ineludiblemente en comprometerse con su entorno. Intentar mejorar la calidad de
vida ciudadana y la economía local, a través de elementos más sostenibles y tecnológicamente avanzados,
en aspectos como la economía, medioambiente, movilidad, población, formas de vida y gobernanza, y
cuya aplicación íntegra hacen que una ciudad pueda convertirse en ciudad inteligente (Giffinger, 2010).
Y además, responder adecuadamente a las necesidades operativas esenciales de la sociedad entendida en
sentido amplio. Por tanto, este tipo de proyectos “smart” requieren necesariamente de la participación de
los stakeholders en su propósito de resolver problemas reales. No hay ningún Plan Director para ciudades
intermedias que quieran realizar esta transición a convertirse en ciudades turísticas inteligentes. Nuestro
objetivo es, proponer una guía metodológica para elaborar ese posible plan director.
2.3 El mundo de la práctica
El reflexionar sobre el interrogante: ¿para qué y para quién, en definitiva, hacemos la investigación?,
nos conlleva a repensar y reconstruir nuestro papel como investigadores para implicarnos en la producción
de un tipo de conocimiento que sea propositivo y pragmático; que vaya más allá del diagnóstico sobre
la realidad, y las posibles explicaciones de sus necesidades y límites en la estructura social. Nos trae a
incluir también la formulación de propuestas y estrategias de cambio; así como desarrollar procesos de
devolución de la información y de apropiación de esta por parte de los agentes implicados, incorporando
la perspectiva dialéctica.
La investigación propuesta, sigue la secuencia: descripción de la situación, análisis y propuestas
para la acción. Consideramos aquí que para poder trabajar desde las necesidades y potencialidades de
los sujetos en la estructura social (ámbito local-regional) necesitamos la perspectiva dialéctica, con una
visión estratégica construida de forma participada: hablamos de trabajar desde procesos y estrategias
que sean permeables y dinamizadores de la iniciativa empresarial e institucional local, que abran
espacios de reflexión y actuación en el nivel local.
En este sentido, el análisis tiene que partir desde la experiencia de los mismos protagonistas, con
reflexiones prácticas, que hay que trabajar individualmente y colectivamente, en tiempo y espacios
propios, como provocación para un aprendizaje desde la cotidianidad. Es, por lo tanto, una manera de
conocer desde el mutuo aprendizaje y a partir de prácticas concretas donde se propone, se razona, se
discute y se planifican estrategias, para construir desde la misma experiencia, y poder hacer accesible
este conocimiento práctico y reflexivo del objeto de estudio no solamente a unos pocos colectivos (actores),
sino también al resto de colectivos del ámbito territorial.
Así, el proceso abierto y en continuo avance que sigue el diseño de la investigación que proponemos,
nos conduce finalmente hacia la dimensión dialéctica, que parte de la consideración del objeto a investigar
como sujeto (protagonista de la investigación) y que considera que la finalidad de la investigación es
la transformación social. A partir de la perspectiva dialéctica, entendemos que los resultados de una
investigación, más todavía cuando tiene un carácter propositivo y una finalidad de aplicación, tienen
que ser sometidos a un proceso de contrastación social. Pero si nos situamos en la perspectiva dialéctica,
tenemos que ir más allá en el sentido de trascender la contrastación académica y de los investigadores,
propiciando la devolución de la información a aquellos que están implicados en la investigación. “En la
perspectiva dialéctica la información pasa siempre al sujeto analizante” (Ibañez, 1993:79).
Esto último nos parece de gran importancia en dos sentidos: por un lado respecto de cuestiones
técnicas y estratégicas como la validación (“no hay respuesta acertada sin la interpretación de los sujetos”,
dice R. Villasante (2000:37 y ss.)) y la utilidad. La cuestión principal es conocer cómo ven los sujetos
investigados el reflejo que se les presenta de su propia realidad, y comprobar qué están dispuestos a
cambiar o no, para poder establecer, en última instancia, estrategias de actuación y acciones acordes a
su realidad. Pero también, es importante en el sentido de la apropiación del saber y del poder, y de la
construcción colectiva del conocimiento, tal como lo plantea la investigación participativa.
Finalmente, ante la variedad de perspectivas teóricas disponibles en la indagación cualitativa,
adoptaremos, en cierta medida, una postura basada en el pragmatismo. En el mundo de la práctica,
pues no todas las cuestiones están basadas en la teoría. Así, “Mientras que los estudiantes que escriben
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
488 La necesidad de un plan director para ciudades turísticas inteligentes.
tesis y los académicos se preocuparán necesariamente por los marcos teóricos y la generación de teoría,
hay un lado muy práctico de los métodos cualitativos que simplemente supone hacer preguntas sobre
la gente y observar asuntos de interés en contextos reales en orden a resolver problemas, mejorar
programas, o desarrollar prácticas” (Patton, 1990:89).
2.4. La investigación acción participativa (IAP) en el marco de la gobernanza
¿Cómo situar a los actores sociales en una posición de constructores, cuando el interés de la investi‑gación
no es el conocimiento por el conocimiento, sino la comprensión para la acción transformadora o
la acción transformadora para la comprensión? Esta interpelación es la que nos conduce a introducirnos
en la investigación con la metodología de la investigación acción participativa (IAP), puesto que genera
un método de aproximación a la realidad que no pretende sólo observar para medir desde la óptica del
investigador, sino transformar desde los agentes sociales. En este proceso tienen que ser los mismos
sujetos investigados -juntamente con el equipo investigador- los constructores de la observación y también
de la toma de decisiones; con lo que se abre la posibilidad a los actores sociales de auto gestionar los
procesos de reflexión y de acción.
Los exponentes clásicos de la investigación-acción son (Salazar, 1992): Kurt Lewin, Peter Park, Anisur
Rahman o Fals Borda. En referencia a los exponentes clásicos, se trata de autores que provienen de
diferentes disciplinas – psicología, antropología, sociología, economía, etc. - y más o menos heterodoxos de
la Academia, debido a su compromiso con los procesos de cambio en países como en América Latina (Fals
Borda) o Asia (Anisur Rahman). Existen muchas definiciones y diferentes escuelas y denominaciones en
la literatura científica en relación a la Investigación Acción Participativa. Siguiendo a Alberich (2007:6),
la investigación social participativa se puede definir “como un método de estudio y de acción que busca
obtener resultados fiables y útiles para mejorar las situaciones colectivas, basando la investigación en
la participación de los mismos colectivos a investigar”. La IAP, por lo tanto, no rechaza el papel del
especialista (profesional conocedor de las técnicas de investigación) pero sí que plantea el para qué y
para quien de la investigación como primer problema a resolver, rechazando que la devolución del saber
obtenido en la investigación quede en exclusiva para el cliente que contrata.
La IAP no tiene como finalidad última el hacer a los actores ‘seudo científicos’, sino que los colectivos
sociales conozcan de una forma más científica la realidad y entorno social que los rodea. En esta línea,
Moreno Pestaña y Espadas Alcázar (2002) señalan que la IAP no acaba una vez se han producido los
conocimientos, sino que pretende actuar frente a las realidades sociales en un intento de transformarlas,
pues: “la investigación sociológica dialéctica ensaya, para intentar realizarse, sacar a los miembros de
la sociedad de la posición individual y débil de ‘sujetos consumidores’, para colocarlos en la posición
fuerte y colectiva de ‘sujetos productores’” (Gumpert, 1993, citado en Alberich 2007:5).
Ander-Egg (2003:4-5), al examinar los tres termas que componen esta denominación, investigación‑
-acción-participativa, y su combinación, destaca sus características básicas:
––En cuanto que investigación, se trata de un procedimiento reflexivo, sistemático, controlado y
crítico la meta del cual es el análisis de algún aspecto de la realidad.
––En cuanto que acción, significa que la forma de realizar el estudio es ya en sí mismo una manera
de intervención y que la finalidad de la investigación (en sí misma fuente de conocimiento) está
orientada a la acción.
––Y para ser participativa, están involucrados tanto el equipo de investigación como los actores
destinatarios de las actuaciones, no como meros objetos pasivos sino como sujetos activos que
contribuyen a conocer y transformar la realidad de la cual forman parte.
Para Ander-Egg (2003), toda metodología y toda forma de acción participativa, como es la IAP, solamente
puede aplicarse a una escala relativamente reducida (ciudad o comunidad como máximo; escala micro
social), pues en escalas mayores - macro social - la participación se vuelve más difícil (y para lo cual
ya existen otro tipo de metodologías y técnicas que no excluyen los procesos de participación) y porque
una participación efectiva requiere que exista una proximidad vital. Así pues, una de las aportaciones
más útiles y característicos de la IAP es el aprendizaje que proporciona esta metodología a los actores
implicados porque, a través del hecho de conocer, participan también del ‘poder hacer’. La meta última
de la IAP es conocer para transformar. Siempre se actúa en dirección a una finalidad o un “para qué”,
pero esta acción no se hace “desde arriba” sino “desde” y “con” la base social, los actores implicados
(stakeholders). Esto le otorga, un cierto sentido democratizador (Moreno Pestaña y Espadas Alcázar ,
2002). Así pues, consideramos que la investigación acción participativa (IAP) puede ser un método de
participación efectivo en el actual marco de la gobernanza.
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
Enrique Signes, Bernat Merino, Juan Vera, María Puig 489
2.5. La planificación de los destinos turísticos intermedios: stackeholders y gobernanza
Como apuntan March y Ribera-Fumaz (2014), es importante señalar qué stakeholders construyen el
debate de la ciudad inteligente y también evaluar el papel que juega el ciudadano en este proceso. La
heterogeneidad y la complejidad de los destinos turísticos ha motivado la realización de no pocos estudios
enfocados a la identificación de los stakelhoders, su clasificación y las interrelaciones producidas entre
estos (Reed, 1997; Liu, 2003; Bornhorst et. al., 2010; Bramwell, 2011; Cruz y Pulido, 2012), es por este
motivo que no existe una clasificación uniforme de los mismos sino que encontramos tantas clasificaciones
como estudios especializados en referencia a la materia. Tras la revisión de la literatura científica sobre
el tema, se identifican cuatro tipologías comunes a todas las clasificaciones: sector público, sector privado,
la sociedad civil y los turistas. Una participación, la de los distintos stackeholders, que como muestran
los resultados del estudio de Gómez y Martín (2015) -a partir de una muestra a 89 expertos consultados
según criterios de procedencia geográfica y de actividad laboral del territorio nacional-, constituye uno
de los principales factores para lograr la gobernanza de los destinos turísticos. En sus análisis, indican
que existen diferentes razones que justifican la necesidad de que los stackeholders participen en la toma
de decisiones, en la planificación, en la gestión y la evaluación de los procesos. Sin embargo, existen
también un buen número de problemas que imposibilitan que exista una cooperación real entre los
distintos stackeholders presentes en los destinos españoles y, muy especialmente, entre el sector público
y el sector privado -la falta de coordinación tanto vertical como horizontal en el propio sector público,
la búsqueda de intereses individuales entre los distintos actores, la falta de comunicación entre ellos,
etcétera, se erigen como los principales escollos a superar-. Buhalis y Amaranggana (2014), señalan que
uno de los aspectos capitales para la implementación y actuación de los destinos turísticos inteligentes
sería la implantación de una gobernanza turística (asociaciones público-privadas y la comunidad), con el
sostén de los gobiernos. Cuestión que también comparten Santos-Júnior et al. (2015), en sus análisis de la
visión de los stakeholders sobre Smart Tourism Destination ejemplificado en el caso de Marbella (España).
No obstante, advertir que la implementación del modelo de smart city supone un cambio ineludible
en la forma de gobernar las ciudades. Así, en los últimos años, la planificación y gestión de los destinos
turísticos han comenzado a girar alrededor del concepto de la gobernanza (Bramwell y Lane, 2011),
produciéndose, tal como apunta Hall (2011), un desplazamiento de la noción de gobierno hacia la de
gobernanza. Un concepto éste que ha emergido para consolidarse tanto en el mundo académico como en
la jerga política, significando la apertura de la toma de decisiones hacia otros colectivos (sector privado,
tercer sector, ciudadanía, etc.) en detrimento del Estado como principal actor de la acción colectiva (Jouve,
2003). La gobernanza urbana refleja estos cambios en un estilo de gobierno menos jerárquico, basado
en relaciones más horizontales, directas, flexibles y abiertas (John, 2001), tratando de incorporar los
distintos actores -públicos y privados- y las escalas teritoriales. Así, la gobernanza urbana implica un
proceso de coordinación de los primeros en objetivos definidos y debatidos de forma colectiva (Le Galès,
2004). Pero este ideal de gobernanza tiene dos lecturas opuestas. La primera, de carácter más optimista
como la propugnada por Kübler y Wälti (2001), que consideran que los ciudadanos tienen mayor poder
en la toma de decisiones. Y una segunda, más pesismista, como la apuntada por Stone (1989), que ve
en la gobernanza urbana una oportunidad para los intereses privados de empresas.
En esta línea, Tomàs (2015) investiga la experiencia de Barcelona y cómo el desarrollo de la smart city
ha cambiado el modelo de gobernanza urbana, tanto en lo referente a sus objetivos como a las relaciones
existentes entre los actores. En su análisis del caso barcelonés, nos muestra como se ha establecido una
relación directa entre importantes empresas -energéticas y tecnológicas- y gobierno local, mientras no
ha sido igual esa relación con la sociedad civil, que ha quedado al margen de la definición de la smart
city. La tecnología y el conocimiento, más que en los ayuntamientos están en manos de las empresas,
quienes realizan sus propuestas a los primeros. Los ciudadanos no han tenido los mecanismos para
decidir si querían una smart city, ni tampoco la opción de cómo debería de ser ésta y los mecanismos
tradicionales de participación tampoco se han integrado en el proceso. Por tanto, una de las principales
conclusiones -que suscita una reflexión que puede ser extensible a otras ciudades- es que la definición de
un modelo específico de smart city es ideológica y política, pues como apunta Tomàs (2015:10): “considerar
pues las smart cities como apolíticas es negar el papel del gobierno local en la gobernanza urbana”.
3. Aspectos metodológicos
Nuestra estrategia de investigación trae a la práctica una metodología con una clara dimensión
propositiva y con intencionalidad dialéctica. Es por eso que basamos la investigación en la participación
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
490 La necesidad de un plan director para ciudades turísticas inteligentes.
de los mismos colectivos a investigar. Pretendemos servir, desde la perspectiva participativa, de una
nueva herramienta metodológica de estudio y acción - para transformar - que busca obtener resultados
útiles para la toma de decisiones y mejorar situaciones colectivas en el ámbito local/regional. Y todo
esto, desde los mismos interesados y a partir de sus recursos potenciales y endógenos.
En nuestra metodología de trabajo, hemos diseñado una herramienta que supone la inclusión de
negociaciones y participación plural en el proceso de investigación, busca el aprendizaje mutuo mediante
técnicas de investigación más nuevas (grupos de trabajo, en nuestro caso) sin rechazar la necesidad de
utilizar otras técnicas de investigación clásicas (entrevistas, encuesta, etc.), si bien, con una perspectiva
diferente que explora aquello existente, analiza sus posibilidades potenciales transformadoras y que
plantea los procesos reflexivos de los sujetos como los verdaderos protagonistas -¿quién sino?- de las
propuestas de actuación y transformación.
3.1 Metodologías participativas: la técnica de los grupos de trabajo4
Con la mirada puesta en la IAP, utilizamos técnicas participativas (Alberich te ali., 2009) mediante
la realización de grupos de trabajo sobre la temática objeto de estudio. Entendemos aquí como grupo
de trabajo al conjunto de personas asignadas o autoasignadas, según habilidades, conocimientos
y competencias específicas (profesionales o expertos), para cumplir una determinada meta bajo la
conducción de un coordinador (Alberich, T. et ali., 2009).
Así pues, para la aplicación de la IAP, utilizaremos la técnica participativa de los grupos de trabajo. Para el
diseño de la muestra inicial de participantes en los grupos de trabajo nos planteamos incorporar los posibles
puntos de vista según criterios no estadísticos, puesto que “no se trata de una muestra de temas o elementos
sino de una muestra de relaciones” (Ibáñez, 1993). Cómo dice Villasante (2002:124) “la realidad no se algo
preexistente que se pueda objetivizar y archivar cono datos (…), sino construcciones siempre en proceso”.
La selección de participantes se completa paralelamente al desarrollo del mismo proceso de selección.
Así pues, para captar una muestra diversa de informantes clave para participar en el grupo de trabajo
se utiliza la estrategia de bola de nieve, en la cual el primer sujeto proporciona el contacto de otra u
otras personas que también pueden aportar una opinión fundamentada y experiencia para el tema
objeto de análisis.
Se debe tener muy presente antes de aplicar cualquier técnica, los principios de intervención en
grupo respecto al ambiente, liderazgo, cohesión grupal, flexibilidad, evaluación del proceso, etcétera.
Puesto que si estos no están garantizados, habría que operar las estrategias oportunas, incluyendo la
aplicación de técnicas u otro tipo de ejercicios grupales, para que los mismos estén garantizados. Pues
coincidimos con Thelen (1964:170), cuando nos indica que: “una técnica no es en sí misma ni buena ni
mala; pero puede ser aplicada eficazmente, indiferentemente o desastrosamente”.
Desde la perspectiva dialéctica, independientemente de las técnicas que se emplean, se parte de
conocimientos y posicionamientos diferentes (Villasante, 1995). Y es que, en una asociación u organización
de cualquier tipo, hay profesionales, dirigentes, vecinos, personas acostumbradas a hablar en público y
otras que nunca lo han hecho. Es por esta razón que este autor señala que no se trata de una reunión
(grupo de trabajo) entre iguales. Es más, es importante partir de las desigualdades existentes que
puedan haber para transformarlas y conseguir finalmente, mayores cotas de igualdad de oportunidades.
Así pues, la técnica que proponemos se basa en un proceso para llegar a una situación de mayor
igualdad entre actores sociales que parten de conocimientos, experiencias y posicionamientos diferentes.
Para tratar de llegar dentro de la diversidad a una posición de mayor igualdad en la cual encontrar
soluciones en sus problemáticas. Además las propuestas que se pueden derivar de su metodología se
adecúan más y mejor a la realidad concreta, porque parten de las opiniones de los actores protagonistas
(Villasante, 2002).
Las técnicas participativas son instrumentos que se utilizan en determinados procesos informativos
y de toma de decisiones, y se aplican para adquirir conocimientos a partir siempre de la práctica. Es
decir, de lo que la gente sabe, de las experiencias vividas y de los sentimientos que muchas situaciones
originan, así como de los problemas y dificultades de nuestro entorno. Todas las técnicas tienen una
aplicación variable y flexible, pueden ser adaptadas en función del tipo de grupo, de las necesidades,
del momento en que se encuentra, de cómo se establezca el trabajo, de los objetivos marcados, y otros
aspectos. Con su aplicación intentamos: desarrollar procesos colectivos de discusión y reflexión, que
los conocimientos individuales se intercambien y de este modo se enriquezca el grupo, que a raíz del
trabajo en grupo se pueda trabajar desde un punto común de referencia, y que el grupo pueda, a través
del análisis, implicarse de forma más directa en nuevas prácticas.
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
Enrique Signes, Bernat Merino, Juan Vera, María Puig 491
El objetivo de este análisis estratégico es el logro de un proceso ordenado y sistemático para:
––Identificar oportunidades, problemas y soluciones
––Definir acciones a emprender, sean correctivas o de nueva implantación
––Jerarquizar y dar prioridades
––Definir estrategias y políticas operacionales
––Precisar objetivos, y
––fortalecer o poner las bases de un sistema de planeamiento del tema objeto de análisis.
En este sentido, el interés que tiene la elaboración de los grupos de trabajo se fundamenta en:
––Hacer un esfuerzo continuo de reflexión para diseñar un plan director de ciudades intermedias
––Elaborar ese plan director a través de un proceso de concertación entre todos los agentes
(institucionales y socioeconómicos) concernidos por la cuestión
Los objetivos de los grupos de trabajo son:
––Identificar colectivamente las fortalezas, potencialidades, limitaciones y oportunidades que
presentan ambas ciudades para conseguir un reconocimiento, inserción y posicionamiento en
el concepto de smart
––Definir colectivamente estrategias para enfrentar los desafíos y conseguir los objetivos
Así pues, el marco de la realización de los grupos de trabajo debe girar en torno a tres ejes importantes:
––Pensamiento creativo: el desarrollo de ideas y conceptos que superen la barrera de lo obvio y
lo tradicional, buscando siempre alternativas en lo establecido y a las posibles soluciones. La
fuente del pensamiento creativo es la imaginación.
––Pensamiento convergente: definición de iniciativas y priorización de acciones que tendrían que
hacerse para conseguir, la meta de todos nuestros esfuerzos, una ciudad turística inteligente,
sostenible, competitiva y de continuidad en el tiempo. Esto implica la evaluación conjunta de
las iniciativas planteadas y el establecimiento de su grado de importancia y de dificultad que
plantean, entre los grupos en la sesión de trabajo.
––Interpretación de los resultados: interpretación y reflexión de los resultados con el grupo en
conjunto.
Las reglas son las de conseguir uno debate colectivo abierto a diferentes actores y agentes del
territorio, públicos y privados, basado en cuestionamientos sobre cada una de las propuestas (temas) que
estos mismos propongan. El debate, a partir de los análisis desarrollados en las etapas metodológicas
anteriores (diagnóstico que se realice), tiene que situarse en el plano de las respuestas e investigación
de salidas desde una actitud positiva, propositiva y con visión prospectiva.
Moderadores y relatores servirán de facilitadores en la sesión de trabajo. Serán profesionales y
especialistas los que coordinarán el trabajo en la sesiones. El proceso de participación se fundamenta
en la creación de grupos de trabajo, coordinado cada uno por el moderador, que dinamiza el debate
y ordena las propuestas. Cómo dice Rodríguez Porras (2003:160), el moderador es el profesional
responsable tanto de que el grupo trabaje de forma productiva como que conserve su propia unidad
interna, puesto que es el encargado de facilitar los procesos que se producen dentro de la metodología
participativa. Su papel principal consiste en promover la participación, la tarea reflexiva y el diálogo
de todos los actores participantes incluidos en el proceso. Se trata de favorecer el debate abierto y
participativo que incorpore la pluralidad, sin imponer nunca su visión de las cosas y su concepción
de la realidad.
Las razones que traen al desarrollo de las sesiones de trabajo es ampliar el conocimiento sobre
las ciudades turísticas inteligentes, así como estudiar y reflexionar sobre determinados efectos
económicos y sociales de su posible desarrollo, en ciudades intermedias, tanto positivos como
negativos. También la necesidad de instrumentar políticas integrales desde dentro, que atiendan de
forma coherente estos efectos con objeto de potenciar los efectos positivos y reducir las distorsiones
negativas. Con una mirada desde dentro, y con un compromiso con la estructura social de quienes
trabajan y viven en la ciudad.
3.2 La explicación de la dinámica e identificación de los actores (stakeholders)
La participación debe estar abierta a grupos de profesionales en diferentes áreas del tema objeto de
análisis y agentes socioeconómicos implicados en las políticas de desarrollo de la ciudad y colectividad
civil, mediante carta de invitación previa. Las personas convocadas reciben una breve información
sobre la metodología y lo que se va a tratar en el grupo de trabajo. Todos los participantes (asistentes),
previamente a la sesión de trabajo, deben visualizar un breve diagnóstico para conocer la situación real
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
492 La necesidad de un plan director para ciudades turísticas inteligentes.
y actual del tema objeto de estudio -realizado a partir de técnicas de investigación clásicas: encuesta,
entrevistas, etcétera- así como su posible análisis y sus vinculaciones con los componentes económicos,
sociales, ambientales y de infraestructuras en el territorio. A los asistentes se les solicita su participación
personal en la sesión de trabajo aportando ideas e iniciativas, a partir de su conocimiento de la realidad
objeto de estudio.
Aún con todo, tampoco queremos profundizar mucho en los datos. Datos los justos para tener
una idea de un primer diagnóstico del tema objeto de análisis. Pretendemos con esto encontrar
ideas nuevas y frescas que no estén determinadas propiamente por nosotros como investigadores.
Buscamos la espontaneidad, la frescura y la creatividad en las ideas. Adoptamos una postura basada
en el pragmatismo por decirlo a la manera de Patton (1990). Así pues, el planteamiento de inicio de la
sesión de trabajo una vez explicada la estructura de la misma puede comenzarse con la siguiente frase:
propuestas y estrategias para un plan director para ciudades turísticas inteligentes: ¿qué hacemos?,
¿qué proponemos?, y, ¿por dónde empezamos?5
Figura 1: La selección de los stakeholders
Fuente: elaboración propia
Se ha avanzado ya, que la selección de los participantes, se realiza siguiendo fundamentalmente una
estrategia de bola de nieve. La fase de realización de los primeros contactos con los stakeholders (figura
1, donde se identifican las tipologías comunes a todas las clasificaciones) nos traerá a abrir nuevas redes
de contacto, puesto que los mismos actores facilitan otras entidades y personas que podrían participar
en el grupo de trabajo. Así mismo, también pueden participar representantes y profesionales expertos
de fuera de la ciudad objeto de análisis cuya aportación sea valiosa para el objeto de la investigación.
Trabajamos con una metodología “flexible” y específica de participación que consiste en una reunión
organizada alrededor de un número de personas (pueden llegar a cincuenta) pertenecientes a las
anteriores categorías sociales: miembros de asociaciones cívicas y de ONG’s, ciudadanos individuales,
investigadores y técnicos profesionales, representantes del sector privado, representantes políticos y
responsables de la toma de decisiones. La lista es -y debe- ser abierta.
Así pues, por todo lo comentado, y de acuerdo con Monnet et al. (2013), consideramos que lo urbano
-smart city- merece una mirada diversa por las cualidades que cada disciplina o ámbito del saber
pueda aportar, sin ser un ámbito casi exclusivo de ingenieros en energía o en tecnología, y dar cabida,
también y entre otras, a la multiplicidad de miradas de las ciencias sociales (sociología, demografía,
medio ambiente, geografía, turismo, etcétera). La cuestión de la interdisciplinariedad en este tipo
de proyectos es necesaria. Además, y cuestión no menos importante, se debe tener en cuenta y hacer
partícipes dentro de cualquiera de las iniciativas y de los procesos de planificación, gestión y desarrollo
urbano a sus verdaderos protagonistas, que no son otros que los ciudadanos (Hernández, 2007).
3.3 La identificación de las dimensiones de estudio
Según Giffinger (2007), las “ciudades inteligentes” pueden ser identificadas y clasificadas, según seis
dimensiones principales: economía, movilidad, medioambiente, habitantes, forma de vida y gobernanza.
La aplicación íntegra de todas estas dimensiones es lo que le hace a una ciudad convertirse en ciudad
inteligente. Así pues, estas dimensiones conforman las líneas de propuestas a realizar por parte de los
distintos actores en referencia al tema objeto de análisis. Los distintos actores en la sesión de trabajo
realizan propuestas para cada una de las dimensiones planteadas (figura 2).
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
Enrique Signes, Bernat Merino, Juan Vera, María Puig 493
Figura 2: Las principales dimensiones de una ciudad inteligente
CIUDAD
INTELIGENTE
ECONOMIA
MEDIO
AMBIENTE
VIDA SOCIAL
GOBERNANZA
POBLACIÓN
MOVILIDAD
Fuente: elaboración propia, basado en Giffinger (2007).
3.4 Sesión de trabajo con las partes interesadas. Propuestas conjuntas y su evaluación
Se considera como escenario idóneo para llevar a cabo la sesión de trabajo, una sala con servicios
totalmente adaptados a las exigencias de las necesidades del trabajo. Se tiene que contar con unos
medios materiales (aunque mínimos) y humanos que posibilitan y hagan viable la metodología (Streibel,
2002; Porras, 2003). En cuanto al proceso metodológico, y a modo de resumen, destacar que consta de
las siguientes fases:
––Explicación de la dinámica de la sesión.
––Exposición de las reglas de la dinámica: máxima creatividad, no criticar ideas del resto de
participantes, respetar el turno y la opinión.
––Estado de la cuestión: breve explicación de la situación actual sobre la cual se va desarrollar el
trabajo (diagnóstico previo).
––Formación de grupos de trabajo entre los participantes. Identificación por cada uno de los grupos:
tanto de las fortalezas y oportunidades de la ciudad alrededor del tema objeto de estudio como de
las debilidades y amenazas al respeto.
Se recomienda abrir dos rondas de participación -durante un periodo de tiempo de 20 minutos- en
el cual cada uno de los grupos (y del representante nombrado para cada uno de estos) en la sesión
comenta por turno una propuesta de acción referida al tema objeto de estudio. Una vez planteadas – e
identificadas - las distintas propuestas, se utiliza un breve cuestionario individual de trabajo dónde de
forma anónima se recogen las puntuaciones y valoraciones a todas las propuestas planteadas por los
distintos grupos. En el cuestionario se utilizan dos plantillas (cuestionario-formulario), con escalas de
gradación del 1 al 4, para medir las propuestas planteadas en base a los siguientes gradientes considerados:
––Grado de importancia de las propuestas planteadas. El nivel de importancia que tiene para la
ciudad la consecución de la actividad (propuesta) planteada.
––Grado de implementación. La facilidad o dificultad de desarrollo de las propuestas planteadas.
A continuación, presentamos el cuestionario individual de trabajo que planteamos para recoger las
puntuaciones y valoraciones a las diferentes propuestas planteadas por los diferentes grupos.
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
494 La necesidad de un plan director para ciudades turísticas inteligentes.
Figura 3: Indicar el grado de importancia. Escala valoración del
1 (ninguna importancia) al 4 (mucha importancia)
Valoración de las propuestas
Propuesta número 1 1 2 3 4
Propuesta número 2 1 2 3 4
Propuesta número 3 1 2 3 4
Propuesta número 4 1 2 3 4
… 1 2 3 4
Figura 4: Indicar el grado de implementación. Escala
valoración del 1 (muy difícil) al 4 (muy fácil)
Valoración de las propuestas
Propuesta número 1 1 2 3 4
Propuesta número 2 1 2 3 4
Propuesta número 3 1 2 3 4
Propuesta número 4 1 2 3 4
… 1 2 3 4
Fuente: elaboración propia.
Cada participante realiza sus valoraciones (puntuaciones) de cada una de las propuestas formuladas
y se obtiene unos resultados a partir de las anteriores gradaciones (del 1 al 4). Seguidamente, se dividen
las diferentes propuestas realizadas en las sesiones, a manera de conclusiones en base al grado de
prioridad otorgado según las calificaciones realizadas por los participantes y utilizando el baremo que
se expone a continuación6, y de acuerdo con los siguientes criterios matemáticos, y en donde todas las
escalas responden al mismo criterio, a saber:
––Alta: ≥ 3 puntos de nota media
––Baja: ≤ 2 puntos de nota media
El resultado de las puntuaciones obtenidas de las distintas propuestas se traslada a una matriz
(figura 5). La importancia de utilización de la matriz estriba a la hora de reflexionar sobre el grado de
importancia de las propuestas planteadas y el grado de implementación (facilidad) de realización de las
mismas. Así mismo, nos permite ordenar las propuestas en función de la prioridad o no de realización
en pro de establecer las actuaciones básicas para el establecimiento de un plan director ‘tipo’ para
ciudades turísticas inteligentes. La combinación de facilidad e importancia de una propuesta es lo que
determina el tipo de acción a realizar con ella. Posteriormente se pasa, a un proceso de operacionalización
de variables que incorpore los indicadores que miden cada una de las propuestas de las dimensiones
consideradas, y que serán también un referente para el seguimiento y la evaluación.
Finalmente destacar que después de realizar el grupo de trabajo, tal como señalamos en este apartado,
realizaremos un informe de devolución de información a los stakeholders. En este informe, se incluirá la
parte de conclusiones y propuestas que los afectan más directamente y las apreciaciones y sugerencias
del grupo de trabajo respecto de las actuaciones que se proponen.
Las propuestas pueden complementarse posteriormente con otras propuestas por parte de una comisión
que puede crearse para asuntos del Destinos Turísticos Inteligentes a partir del informe de devolución de
la información. Probablemente, el nivel de definición de las actuaciones contenidas permitirá plantear
diferentes alternativas y soluciones técnicas para conseguir los mismos objetivos. Sabemos pues que
se tratan de recreaciones representativas de los objetivos a conseguir, que tendrán que ser objeto de
posteriores revisiones en el momento de redacción de los proyectos técnicos, mediante los cuales se
lleven a cabo las intervenciones (sobre todo en aquello referente por ejemplo a estrategias propuestas
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
Enrique Signes, Bernat Merino, Juan Vera, María Puig 495
de tipo tecnológico y/o planificación urbana). Y es que algunas de las actuaciones no tienen por qué
afectar sólo a un sector, sino a todo el conjunto de la estructura social. En la figura 6, se esquematiza
las etapas de la investigación descrita.
Figura 5: Matriz del grado de prioridad de las propuestas
Importante
No fácil
No importante
No fácil
Importante
Fácil
No importante
Fácil
FÁCIL
IMPORTANTE
PRIORITARIO
NO PRIORITARIO
-
-
+
+
Fuente: elaboración propia.
Figura 6: Esquema resumen de las etapas de la investigación
1
•Identificación de stakeholders.
2
•Identificación de dimensiones
3
•Sesión de trabajo. Propuestas conjuntas con base a las dimensiones y evaluaciones a través de
cuestionarios.
4
•Cuestionario con escala de 1 al 4 en base al grado de importancia y facilidad de la propuesta.
Matriz del grado de prioridad de la acción.
5
•Presentación de resultados e indicadores guía y propuestas por las partes interesadas
6
• Devolución de la información a las partes interesadas. Quince días para incluir más
informaciones y definir otros indicadores a tener en cuenta
7
• Comparativa entre ciudades. Retroalimentación de la información e indicadores.
8
•Guía metodológica para ciudades intermedias
CIUDADES TURÍSTICAS INTELIGENTES
METODOLOGÍAS PARTICIPATIVAS. INVESTIGACIÓN ACCIÓN PARTICIPATIVA
ETAPAS DE LA INVESTIGACIÓN
Fuente: elaboración propia.
Es principalmente en el ámbito de lo cotidiano y en el espacio local, donde se da la mayor proximidad
entre autoridades públicas y ciudadanos. La aportación fundamental de la dinámica participativa es que,
cuando logra la involucración total de los actores territoriales en el proceso de convertir la información
en conocimiento, “hasta el punto de incorporar la actividad investigadora en sus cursos de acción, se
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
496 La necesidad de un plan director para ciudades turísticas inteligentes.
produce uno impacto directo en las capacidades de aprendizaje de los actores a partir de su propia
experiencia, y de sus posibilidades de adaptación al cambio, estimulando su inteligencia individual y
mejorando sus capacidades para la acción sobre el territorio” (Miedes, 2010: 190).
4. Planteamientos previos al análisis de resultados
La metodología planteada se enmarca en la investigación-acción-participativa (IAP), abierta al
diálogo, desde una perspectiva dialéctica, con una finalidad propositiva-transformadora. La IAP es una
metodología más entre otras posibles, no sustituye al resto otras formas de investigación igualmente
necesarias, pero es una investigación con peculiaridades operativas sin método propio (aunque sí que
atiende a las exigencias del “método científico”) y orientada a la acción y transformación social. Aquí
no se plantea el “todo vale” metodológico, ya que es el profesional de la investigación el que tiene que
adaptar -como conocedor de las técnicas de análisis - la manera de enfrentarse al problema a investigar,
con rigor pero sin rigidez. Bourdieu (Bourdieu i Wacquant, 1994:198) señala de forma muy ilustrativa lo
que se pretende decir: “Evidentemente, la libertad extrema que pido, y que me parece de sentido común,
tiene como contrapartida una vigilancia extrema de las condiciones de utilización de las técnicas, de
su adecuación al problema propuesto y a las condiciones de su puesta en acción”. El profesional de la
investigación tiene que cumplir necesariamente principios del método sociológico a decir de Durkheim
(1995) pero usando como nos recomienda Mills (1992) su imaginación sociológica.
La IAP ofrece ya una cierta historia de investigación colectiva y experimentación tanto en colectivos
como en procesos de desarrollo comunitario. La metodología IAP, ya se ha aplicado también con éxito en
el mundo empresarial entre otros en Detroit Diesel, Shell, Statoil y en España en el Grupo Mondragón
y en DaimlerChrysler, por citar algunos ejemplos. El método consiste básicamente en plantearse un
problema a “investigar” con la participación de todos los actores involucrados encontrar diversas
soluciones (Bezos, 2003). Así mismo, la metodología planteada en este artículo, ya ha sido utilizada por
los autores, tanto en trabajos de consultoría7 como en trabajos de tesis doctoral8.
Sin embargo, la puesta en marcha de metodologías y procesos participativos como los aquí planteados no
resultan fáciles. No obstante, el balance final estos procesos resulta del todo positivo. Entre los beneficios
(o ventajas) derivados del desarrollo e implementación de esta metodología destacamos los siguientes:
Figura 7: Principales beneficios (ventajas) de la metodología
Aproximación directa entre los distintos actores al tema de análisis y el hecho de disponer de una
información más completa (conocimiento)
Mejora la imagen pública de la entidad que aplica estos procesos, ya que superan otras maneras de hacer
más tradicionales para la toma de decisiones
Reforzamiento del sentido de pertenencia a la comunidad gracias a los acercamientos conseguidos
Se establecen sinergias donde los efectos colectivos son superiores a los efectos individuales
Se comparten conocimientos desde diferentes perspectivas y se establece un aprendizaje mutuo y un
fortalecimiento del capital social
Los procesos adoptados (en un contexto participativo y plural) aumentan la aceptabilidad social de las
medidas resultantes
Proceso democratizador de las relaciones comunitarias (ámbito público)9
Fuente: elaboración propia
Pero, huyamos de la ingenuidad. Frente a los beneficios derivados de la utilización de esta metodología
de investigación, tenemos que considerar la existencia de eventuales dificultades (o desventajas) que se
nos plantean también como retos a trabajar y superar en el futuro. Advertimos las siguientes:
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
Enrique Signes, Bernat Merino, Juan Vera, María Puig 497
Figura 8: Principales dificultades (desventajas) de la metodología
Los resultados de estos procesos se obtienen a medio-largo plazo. Algunos resultados pueden afectar a
cambios en la estructura social y pueden comportar más complejidad y tiempo
Conseguir cotas de igualdad de oportunidades en relación a los actores sociales que son diversos10. Se
parte de conocimientos, experiencias y posicionamientos -relaciones de poder- diferentes
Conseguir la representación de todos los colectivos en igual proporción, incluso de ciudadanos
individuales proactivos
Estar abiertos de forma permanente a la participación de cualquier nueva incorporación a medida que se
avance en el proceso de investigación
No convertir esta metodología en un medio, programa o plataforma reivindicativa que sea monopolizada
por individuos o colectivos con intereses particulares¹¹
Respetar aquello acordado en los resultados del proceso metodológico para no caer en la desmotivación¹²
Fuente: elaboración propia
5. Reflexiones finales
El hecho que los resultados de este tipo de proyectos de investigación habitualmente se observen a
medio y largo plazo hace que, todavía siga siendo marginal su utilización, incluso en el campo de las
ciencias sociales. La principal razón puede ser que la dinámica de investigar juntos - investigadores y
actores desde la pluralidad - es complicada. Esto es debido fundamentalmente a la falta de instrumentos
que fomentan, desarrollan y facilitan el aprendizaje cooperativo.
La combinación de métodos y técnicas como las planteadas en este trabajo, independientemente de
los cambios que puedan producirse en un futuro por las tecnologías de la información y comunicación
(y de sus distintas aplicaciones), también necesitan que los profesionales de la investigación trabajen
en el sentido de conseguir hacer más accesibles los conocimientos y las herramientas disponibles para
el análisis de los asuntos sobre el territorio a la pluralidad de los actores sociales, como protagonistas
y orquestadores de sus propias propuestas y transformaciones.
La figura del profesional de la investigación es fundamental como guía y orientador del proceso de
investigación. Y aunque no se trata de hacer a los distintos actores “seudo-científicos”, hay que propiciar
que los colectivos sociales conozcan científicamente sobre la realidad y el entorno social, y sean ellos mismos
los sujetos -y no meros objetos- de las propuestas y transformaciones. Aquí, la figura del profesional de la
investigación es necesaria como hilo conductor (guía) en diferentes fases o niveles del proceso metodológico
a los actores (stakeholders) para acometer, y en este orden: conocer, comprender y actuar sobre su realidad.
El hecho de actuar juntos investigadores y actores multisectoriales y multidisciplinarios, incentiva
al profesional de la investigación (y a todos por defecto) a realizar el importante esfuerzo de convertir
el difícil en fácil (estadísticas, presentación de datos, elaboración de muestras, etc.); también a utilizar
un lenguaje acorde al público para quien realiza el trabajo de investigación y que sea comprensible (sin
tecnicismos que solamente este o unos pocos comprendan); y de ayudar a divisar nuevas posibilidades
(alternativas) y sobre todo, velar por el rigor científico y metodológico del proceso.
Con la finalidad de que todas estas cuestiones devengan en herramientas de utilidad para quienes
procuren desarrollar investigaciones similares, y éstas sean a su vez, un espacio de retroalimentación
y aprendizaje compartido, nos gustaría destacar el potencial de extrapolación que la metodología y
técnica utilizada pueden tener para la investigación social. Y la posibilidad que puede ofrecer, siguiendo
idénticos planteamientos metodológicos, el que se puedan establecer comparativas al tema entre ciudades,
homogeneizando indicadores que contribuyan al desarrollo de una guía metodológica en el desarrollo
de planes directores. Y que a su vez, se pueda extrapolar y retroalimentar a partir de los resultados
obtenidos, a otras ciudades turísticas intermedias, con el objeto de crear un marco homogéneo que
delimite los requisitos mínimos a cumplir por los destinos turísticos como “destinos inteligentes” de
forma alineada a las propensiones de las Ciudades Inteligentes.
La propuesta metodológica presentada es una primera aproximación, en un intento de trazar las
posibles líneas metodológicas de un plan director en ciudades turísticas intermedias. Las limitaciones
del trabajo pasan por poseer un sustento más teórico que empírico. Somos conscientes que se tendrán que
operativizar y revisar posibles variables que surjan de los resultados de este tipo de investigaciones, y que
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
498 La necesidad de un plan director para ciudades turísticas inteligentes.
se deberá realizar posteriormente un análisis de los objetivos propuestos. También se deberá dar cuenta
de su evaluación, para crear ese marco homogéneo que delimite los requisitos mínimos a cumplir para los
destinos turísticos que quieran transitar al modelo smart. Y que, en última instancia, dependerá también
de la voluntad de los distintos stakeholders de querer crear nuevos cauces de diálogo y participación.
Bibliografía
Alberich, T.
2007. “La Investigación-Acción Participativa, método y práctica”. Ponencia en IV Congreso Internacional
sobre Investigación – Acción Participativa, octubre, Valladolid (España).
Alberich, T. et ali
2009. Manual Metodologías Participativas. Madrid, Edita: Observatorio Internacional de Ciudadanía
y Medio Ambiente Sostenible (Cimas).
Ander-Egg, E.
2003. Repensando la Investigación-Acción-Participativa. Argentina: Lumen Hvmanitas.
Aranguren Gonzalo, L.
2005. “La participación ciudadana: posibilidades y retos”, Aposta, Revista de Ciencias Sociales.
Noviembre, nº. 22, pp. 1-23.
Bellet, C.
2008. “El espacio público y la nueva urbanidad: Reflexiones sobre el caso de las ciudades intermedias”.
En: Llop, J. M. (dir), et al. Ciudades en (re)construcción: Necesidades sociales, transformación y
mejora de barrios, pp. 207-230. Barcelona: Diputación de Barcelona.
Bellet, C. y Llop, JM.
2004. “Ciudades intermedias. Entre territorios concretos y espacios globales”. En Ciudad y territorio.
Estudios Territoriales (CYTET), Vol. XXXVI, núm. 141- 142, pp. 569-581.
Bezos, C.
2003. “La formación basada en Investigación Acción Participativa como herramienta de cambio
organizativo”. En: Herramientas, Revista de Formación y Empleo, nº 71. Bilbao. Fundación CIREM.
Bourdieu, P. i Wacquant, L.
1994. Per a una sociología reflexiva, Barcelona: Editorial Herder.
Bornhorst, T., Ritchie, J.R. y Sheehan, L.
2010. “Determinants of tourism success for DMOs & destinations: An empirical examination of
stakeholders perspective”. Tourism Management, 31(5), 572-589.
Buhalis, D., y Amaranggana, A.
2014. “Smart Tourism Destinations”. In Z. Xiang & I. Tussyadiah (Eds.), Information and Communication
Technologies in Tourism, 553564.
Heidelberg: Springer.
Bramwell, B.
2011. “Governance, the state and sustainable tourism: a political economy approach”. Journal of
Sustainable Tourism, 19 (4-5), 459-477.
Bramwell, B. y Lane, B.
2011. “Editorial Introduction. Critical research on the governance of tourism and sustainability”. Journal
of Sustainable Tourism, 19 (4-5), 411-421.
Canclini, N.
2010. La sociedad sin relato: antropología y estética de la inminencia. Buenos Aires: Katz Editores.
Caragliu, A.; Del Bo, C. y Nijkamp, P.
2011. “Smart Cities in Europe”. En Journal of Urban Technology, Volume 18, Issue 2, Special Issue: Creating
Smart-er Cities, guest edited by Mark Deakin, pp. 65-82.
Colmenares, A.M.
2012. “Investigación-acción participativa: una metodología integradora del conocimiento y la acción”.
En Voces y silencios: Revista Latinoamericana de Educación, Vol.3, nº. 1, pp. 102-115.
Comisión Europea
1999. «Estrategia Territorial Europea. Hacia un desarrollo equilibrado y sostenible del territorio de la UE»,
acordada en la reunión informal de Ministros responsables de ordenación del territorio en Ptsdam, mayo
de 1999. Disponible: http://ec.europa.eu/regional_policy/sources/docoffic/official/reports/pdf/sum_es.pdf
Cruz, G.M. y Pullido, J.I.
2012. “Dinámica relacional inter-organizacional para el desarrollo turístico. Los casos de Villa Gesell
y Pinamar (Argentina)”. Revista de Estudios Regionales, nº. 94, 167-194.
Dematties, G.
1991. “Sistemi locali nucleari e sistema a rete. Un contributo geografico all’ interpretazione delle
dinamiche urbane”. En C.S. Bertuglia y A.La Bella, I sistema urbani. Leteorie. Il sistema e le reti,
vol. I, pp. 417-439. Milán: Franco Angeli,
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
Enrique Signes, Bernat Merino, Juan Vera, María Puig 499
Durkheim E.
1995. Las reglas del método sociológico. Madrid: Akal.
Giffinger, R., Fertner, C., Kramar, H., Meijers, E., Pichler-Milanović, N.
2007. Ranking of European medium-sized cities, Vienna: Final Report.
Giffinger, R., Haindlmaier, G. y Kramar, H.
2010. “The role of rankings in growing city competition”, In: Urban Research & Practice, vol.3, no.3,
S. 299-312.
Gómez, D. y Martín, C.
2015. “La participación de los stakeholders en los destinos turísticos españoles: análisis de la situación
actual”. En Aposta Revista de Ciencias Sociales, nº. 65, abril-junio, p. 151-174.
Hall, M.
2011. “A typology of governance and its implications for tourism policy analysis”. Journal of Sustainable
Tourism, 19(4-5), pp.437-457.
Hernández, M.
2007. “Participación ciudadana y el rescate de la ciudad”. En Revista INVI, 22 (59).
John, P.
2001. Local Governance in Western Europe. London: Sage Publications.
Jouve, B.
2003. La gouvernance urbaine en questions. Paris: Elsevier.
Kübler, D. y Wälti, S.
2001. “Metropolitian governance and democracy: how to evaluate new tendencies?”. En Mclaverty, P.
(ed). Public participation and developments in community governance. Aldershot: Ashga, 115-140.
Ibáñez, J.
1993. “Perspectivas de la investigación social: el diseño en las tres perspectivas”. En García Ferrando,
Ibáñez y Alvira, El análisis de la realidad social. Madrid: Alianza.
Le Galès, P.
2004. “Gouvernance”. En Boussaguet et al., Dictionnaire des polítiques publiques, Paris: Presses de
Science po, 242-250.
Liu, Z.
2003. “Sustainable tourism development: A critique”. En Journal of Sustainable Tourism, 11 (6), 459-475.
Llop Torné, J. Mª.
2000. Megalópolis, metrópolis y ciudades intermedias del mundo: Programa UIACIMES [en línea].
Conferencia inédita pronunciada en verano de 2000. Disponible en: http://www. ceut.udl.cat/wp‑
-content/uploads/D5.pdf [consulta: 04-02-2016]
March, H. y Fumaz, R.
2014. “Smart contradictions: The politics of making Barcelona a Self-sufficient city”, European Urban
and Regional Studies, DOI: 101177/0969776414554488.
Méndez, R. et al.
2008. “Dinámicas industriales, innovación y sistema urbano en España: trayectorias de ciudades
intermedias”. En Boletín de la AGE, Nº 46, pp. 227-260.
Miedes, B.
2010. “Gobernanza e inteligencia territorial”. En O de Barroso, M. y Flores, D. (coords.): Teoría y
estrategias de Desarrollo Local, capítulo V, pp. 169-198.
Mills, W.
1992. La imaginació sociológica. Barcelona: Editorial Herder.
Monnet, N; Tapia, M; Sánchez, J; García, R; Rossano, M.
2013. “Miradas cruzadas: observaciones, entendimientos y representaciones en torno a las dinámicas
urbanas contemporáneas”. Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea].
Barcelona: Universidad de Barcelona, Vol. XVIII, nº 1045. <http://www.ub.es/geocrit/b3w-1045.htm>.
Moreno, J.L. y Espadas, M.A.
2002. Diccionario crítico de ciencias sociales, Terminología Científico Social, obra dirigida por D. Román
Reyes. 3ª Edición (digital). Madrid: UCM, ucm.es.
Patton, M.Q.
1990. Qualitative evaluation and research methods. Newbury Park: Sage.
Porras, S.T.
2003. “Confianza y colaboración en redes organizacionales”, Gestión y Estrategia 24, Julio – Diciembre,
pp. 206-217
Programa Internacional de Trabajo de la UIA
1999. “Ciudades intermedias y urbanización mundial” documento inicial del programa de trabajo
CIMES: http://www.ceut.udl.cat/wp-content/uploads/D1.pdf
Reed, M.
1997. “Power Relations and Community-Based Tourism Planning”. En Annals of Tourism Research,
24 (3), 556-591.
PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 16 N° 2. Abril 2018 ISSN 1695-7121
500 La necesidad de un plan director para ciudades turísticas inteligentes.
Romero, J. y Farinós, J. (eds.).
2004. Ordenación del territorio y desarrollo territorial. El gobierno del territorio en Europa: tradiciones,
contextos, culturas y nuevas visiones. Gijón: Trea y (Cecodet) Universidad de Oviedo.
Salazar, M.C.
1992. La Investigación Acción participattiva. Inicios y desarrollos. Madrid: Editorial Popular.
Santos-Júnior, A., Almeida-García, F. y Mendes-Filho, L.
2015. “La visión de los stakeholders sobre smart tourism destinations: estudio de caso de Marbella,
España”. Disponible: https://www.cett.es/fitxers/campushtml/MiniWebs/122/papers/Santos-Junior_
Almeida_Mendes-FIlho%20(2).pdf
Sigalat, E.
2015. Estratègies de desenvolupament local en el context de la globalització comercial. Un estudi de cas:
Bellreguard (València). Universitat de València: Tesi doctoral.
Stone, C.
1989. Regime Politics: Governing Atlanta 1946-1988, Lawrence, KS: University of Kansas Press.
Streibel, B.J.
2002. The manager’s Guide to Effective Meetings. Chicago: Mc Graw-Hill.
Tomàs, M.
2015. “¿Son las smart cities una oportunidad de participación para la ciudadanía?”, en XII Congreso
de la Asociación Española de Ciencia Política y de la Administración (AECPA). Disponible en: http://
www.aecpa.es/uploads/files/modules/congress/12/papers/1059.pdf
Thelen, HA.
1964. Dinámica de grupos en acción. Buenos Aires: Editorial Escuela.
Villasante, T. R. et ali.
1995. “Metodologías participantes y práxicas”, Cuadernos de la Red nº 3. Madrid: Red CIMS.
Villasante, T.R. y otros.
2002. La Investigación social participativa. Barcelona: El Viejo Topo.
Villasante, T.R., Montañes, M. y Martí, J.
2000. La investigación social participativa. Construyendo ciudadanía/1. Barcelona: El Viejo Topo.
Notas
1 Universitat Politècnica de Valencia: http://cienciagandia.webs.upv.es/2015/12/sinergias-para-lograr-ciudades-y-destinos-inteligentes/
2 University of Algarve, Faro, Portugal, 5th-6th May 2016, organizado por el Research Center for Spatial and Organizational
Dynamics (CIEO).
3 Programa de Trabajo de la Unión Internacional de Arquitectos (1999): “Ciudades intermedias y urbanización mundial”. Su
objetivo es la creación de un marco de reflexión sobre las ciudades intermedias frente a los importantes cambios producidos
en las últimas décadas en los patrones de asentamiento de la población mundial. “Documento inicial del programa de
trabajo CIMES: http://www.ceut.udl.cat/wp-content/uploads/D1.pdf
4 Es adecuado y conveniente, previamente a la sesión de grupo de trabajo, realizar un previo diagnóstico de la realidad
objeto de estudio mediante la recopilación de datos primarios y/o datos secundarios (según el criterio profesional del equipo
de investigación). Los resultados que se obtengan, han de servir para mostrar un diagnóstico previo al inicio de la sesión
-que incluso podría incorporar encuestas a turistas y visitantes-. Así pues, es aconsejable realizar en el diagnóstico un
resumen de los principales resultados, de aquellos que se consideran más relevantes y que centrarán la discusión.
5 Ejemplo de los cuestionamientos –preguntas- que pueden dar pie al debate sobre el modelo de smart city.
6 Para ello nos podemos servir de cualquiera de los programas estadísticos para Ciencias Sociales existentes en el mercado.
7 Jornadas de desarrollo local y territorio (2014). Noticia disponible: http://www.alginet.es/noticia/172
8 Sigalat, E. (2015). Estratègies de desenvolupament local en el context de la globalització comercial. Un estudi de cas:
Bellreguard (València). Tesi doctoral, Universitat de València.
9 O en su caso, de las relaciones laborales-empresariales de aplicarse en el ámbito privado.
10 Desde esta diversidad, se tienen que realizar los grupos de trabajo u otras técnicas. Como una negociación entre casi
iguales (Alberich, 2007). Cuestión ciertamente difícil que debemos superar, más cuando “no hemos sido educados en la
cultura participativa” (Aranguren, 2005:4).
11 Apuntamos aquí, que de aplicarse esta metodología en el ámbito empresarial, la representatividad de las áreas o
departamentos de la empresa y de trabajadores, tiene que estar sujeta también a los anteriores planteamientos.
12 Pues, si no hay voluntad de respetar aquello acordado en los resultados del proceso metodológico y no se implementan las
actuaciones, puede llegar a desalentar a sus participantes, desmotivar la futura participación y restar confianza y credibilidad
al proceso.
Recibido: 10/01/2017
Reenviado: 26/07/2017
Aceptado: 26/07/2017
Sometido a evaluación por pares anónimos