30 noticia de la muerte de Tomás Morales, expresa, en su au-tobiografía,
el desasosiego y el dolor que le causa la inespe-rada
noticia, y piensa en la noche gloriosa de la lectura de
Las Rosas de Hércules en el Ateneo.
La fotografía donada por Dña. María Isabel Torón nos
recuerda las décadas en que el busto del poeta estuvo ubi-cado
en el Parque San Telmo. Un entorno vegetal ciñe el
pie del pedestal y la hiedra ha crecido serpeteante hacia
arriba, envolviendo el plinto en una halagüeña y ondulan-te
línea modernista. El busto está en la actualidad situado
en la plaza homónima que el Ayuntamiento de Las Palmas
de Gran Canaria ha restaurado y ampliado recientemente,
detrás de El Obelisco, en el entorno espiritual que le con-viene,
entre el Instituto que porta su nombre y el campus
de Humanidades de la ULPGC.
EXTENSA Y EMBLEMÁTICA ES LA ICONOGRAFÍA FOTOGRÁFICA de la
polifacética artista grancanaria Josefina de la Torre Milla-res.
Nacida en 1907, Josefina de la Torre será a lo largo de
su dilatada vida, que sigue casi en su integridad al siglo XX,
actriz de teatro y de cine, realizadora y directora teatral,
poeta y novelista, soprano e instrumentista, y cómo no, fe-mme
à la mode por excelencia, imagen de la “Eva moderna”
española y canaria, primero durante los años de la Repúbli-ca,
después durante el Frente Popular y después, dominan-do
siempre el glamour que toleraba el Régimen, hasta los
años de la democracia que vio instaurada y firme.
Josefina de la Torre nace en el seno de la mejor y más
avanzada tradición cultural canaria, en una familia que le
construye un teatro en el patio de su casa, el famoso “Tea-tro
Mínimo”, (que Enrique Díez Canedo calificará de
“Máximo Teatro Mínimo”, donde se escenifica a Bernard
Shaw, a Singe y a Claudio de la Torre, su hermano). En es-te
teatro casero oirán por primera vez sus versos la gene-ración
modernista de Gran Canaria: Domingo Rivero, To-más
Morales y Saulo Torón. La actriz adolescente, de rostro
dulce, cabellera rubia y aspecto nórdico, empieza a posar
Retrato de Josefina
de la Torre
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Retrato de Josefina de la Torre. 1935
Fotografía en blanco y negro
13 × 9,5cm
Con dedicación autógrafa a Saulo Torón,
el 19 de marzo de 1935.
Donación de la familia Torón Macario
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dentro y fuera de la escena, asimilando instintivamente los
modos fotográficos de la gran Sarah Bernhardt, cuyos estu-diados
fotogramas determinarán en gran medida la histo-ria
de la diva cinematográfica.
Los retratos femeninos de los años 20 nos muestran a
Josefina de la Torre en lánguidos medios cuerpos, creando
sus iconos más libres y desenfadados. Espontáneos y libres
asimismo son los fotogramas sacados de las obras del Tea-tro
Mínimo. A partir de 1930, cuando Josefina afirma su
currículum poético con su segundo poemario (Poemas de la
Isla), su imagen fotográfica se torna más consciente y pro-fesional,
algo que apreciamos en las actitudes asumidas an-te
la cámara que pierden la soltura de los años 20.
Esta imagen madura se consolidará según prosperará la
actriz nacional de teatro y de cine, hasta alcanzar el estilo
definitivo del retrato de perfil, sobresaliente en la fotogra-fía
de promoción del filme Primer Amor (1941) y en la Por-tada
de la revista Primera Plana. La diva, ya gran señora de
la escena, legará al glamour femenino español de la década
de 1950 numerosas y trascendentes imágenes.
La fotografía donada por Dña. Isabel Torón data de
1935, fecha del establecimiento definitivo en Madrid. En
aquel año Josefina de la Torre da un concierto en el Teatro
María Guerrero (“Concierto de 1900”), en que le acompa-ña
al piano el crítico y escritor Cipriano Rivas Cheriff. Mi-rando
fija y resueltamente al espectador la artista proyecta
la imagen de la mujer que ha abrazado su propio destino.
LA CENA EN CASA DE SIMÓN O LA CENA DE BETHANIA es la única obra
dramática para escena completa que escribió Tomás Mora-les.
De marcado carácter simbolista, en la tradición del tea-tro
religioso contemporáneo vanguardista, al estilo de Salo-mé
de Oscar Wilde, que Morales seguramente leyó o si no al
menos conocía, La cena de Bethania es una celebración me-siánica
que rompe los moldes habituales de la concepción
sentimental de Jesús, sin llegar en ningún momento a la
heterodoxia. La presencia del Hijo de Dios se anticipa lar-
Fotografía del
estreno de ‘La cena
en casa de Simón’