1 Véase PONCEMARRERO, J., (2011),
“La revalorización internacional
del Archipiélago en la era de Ca-nary
Islands”, en Millares Cantero
et al., Historia Contemporánea de Ca-narias,
Obra Social de La Caja de
Canarias, 175-198.
2 MARRERO PONCE, J., (2002), “La
rivalidad anglo-alemana en Cana-rias
en vísperas de la Gran Guerra”,
Anuario de Estudios Atlánticos, nº 48,
133-152.
Scars will vanish, but honour is inmortal.
John Bull is proud of him, and so, I guess, are you.
(Texto de una postal británica de 1914)
TOMÁS MORALES ANTE LA CULTURA OCCIDENTAL
En el contexto de la Primera Guerra Mundial es bien
conocida la postura oficial de España como estado neutral.
En la práctica, sin embargo, esta neutralidad fue laxa con
el Imperio Británico y altamente restrictiva con el alemán
en lo concerniente al archipiélago canario, debido a la tra-dicional
preponderancia naval de los ingleses en esa zona
del Atlántico y a su acusada influencia en la economía de
las Islas.1 Ello, como es obvio, no significa que la ciudada-nía
canaria no tuviera sus preferencias y que todos los sec-tores
de la población, especialmente el mundo empresarial
y cultural, estuvieran en el mismo bando, pero sí inclinó la
balanza determinantemente hacia el lado aliadófilo, espe-cialmente
en lo concerniente al ámbito cultural, ya que en
el terreno económico la rivalidad británica con Alemania y
el desarrollo de la propia guerra en sí perjudicó notable-mente
a las Islas.2
A pesar de la distancia física de las islas Canarias de las
escaramuzas terrestres de la contienda, la Gran Guerra era
omnipresente en las revistas y periódicos del momento:
aparte de las publicaciones locales, a los sectores isleños más
pudientes llegaban revistas y semanarios como La Esfera,
Nuevo Mundo, La guerra ilustrada, España, Los aliados, etc. En
esas lecturas verían Tomás Morales y sus amigos escritores
los horrores del conflicto con un corto desfase temporal.
30
L OSWALDO GUERRA SÁNCHEZ
Universidad de
Las Palmas de Gran Canaria
os Himnos fervorosos: el compromiso de
Tomás Morales con las banderas aliadas
Cubierta de La Esfera,
núm. 94 (1915),
il. de Manuel Bujados.
Archivo-Biblioteca
Casa-Museo Tomás Morales.
Cabildo de Gran Canaria.
Los intelectuales más cercanos a Morales manifestaron
su aliadofilia, especialmente, en el diario Ecos, cuya publi-cación
coincide con los años de la guerra, y donde Saulo
Torón, Alonso Quesada y el propio Morales, bajo distintos
pseudónimos y en escritura colectiva, hicieron una crónica
con dosis extremas de ironía en torno a los acontecimien-tos
bélicos, especialmente en la sección titulada “El tabla-do
de la farsa”. Aunque la sátira tuviera como telón de
fondo la propia guerra, lo cierto es que la altura intelectual
de estos protagonistas de la crónica satírica usaron la con-tienda
como pretexto para retratar las carencias de la socie-dad
del momento. Véase el tono de este fragmento en el
que la última de las estrofas reproducidas fue escrita por
Tomás Morales, según anotación al margen de un recorte
conservado en el archivo de Saulo Torón.3
EL TABLADO DE LA FARSA
Copias, apuntes y diálogos
[…] –El gran imperio teutón
anuncia que nos dará
para acabar la “cuestión”,
“lo de al lado y el Peñón…”
-¿Y a ellos quien se los da?
-Voy a hacerme periodista.
-¡Tú!... ¿Y ya sabes escribir?
-No, pero escribirá un cajista;
yo lo que haré es dirigir.
-Han torpedeado un vapor.
-¿Qué me dices? ¿Dónde?... ¿Cuándo?
-A treinta millas de Gando,
y esta madrugada… -¡Horror!
¡Nos van a sitiar por hambre!
¿Y qué hace el pueblo, qué hace?...
-Pues ya lo ves, se complace
en criar tripas de alambre.
3 TORÓN, Saulo, “El tablado de la
farsa. Libreta de recortes”, 1914,
doc. 7, en Archivo personal de Saulo
Torón, Memoria Digital de Canarias,
Universidad de Las Palmas de Gran
Canaria.
31
Anoche con emoción
oímos una explosión.
¿Un torpedo extraordinario?
¿Una frase Kurturar?
¿Ha sido un estipendiario,
o fue acaso el secretario
de este Cabildo Insular?
Llegados a este punto habría que plantearse,
¿cuál fue la postura de Tomás Morales ante la Gran
Guerra? ¿Qué lugar ocupa en su obra el componen-te
ideológico en torno a los movimientos estratégi-cos
de las potencias europeas? Al hilo de estas pre-guntas
podríamos plantear algunas reflexiones:
• En el contexto de la obra de Morales, el rastreo de
las referencias al tema de la Gran Guerra y a los
aliados, por más que es evidente, ha pasado muy
desapercibido por parte de la crítica.
Una vez más, como suele ocurrir con Tomás
Morales, algunos clichés ampliamente repetidos han
confluido en una visión desideologizada y superfi-cial
o puramente esteticista de la obra del poeta. Sin
embargo, resulta llamativo que en un corpus litera-rio
marcado por el signo esteticista, con un progra-ma
deliberado de compromiso por el arte (l’art pour
l’art), Tomás Morales dedicara toda una sección de
sus Rosas de Hércules a su postura ante la Gran Guerra
y a su marcada anglofilia. Se trata de los “Himnos fervo-rosos”,
conformado por cinco poemas.
Tengamos en cuenta que el componente social no surge
de forma generalizada en poesía a raíz de la Primera Guerra
Mundial, sino que fue un fenómeno posterior a la Segunda.
En el periodo de preguerra y de entreguerras las vanguardias
pilotan la actitud rebelde del intelectual, por lo que el desa-sosiego
del creador no se configurará plenamente hasta unos
32
Recorte de “El tablado de
la farsa”, de Saulo Torón,
1914, doc.7 en Archivo
personal de Saulo Torón,
Memoria Digital de
Canarias, Universidad de
Las Palmas de Gran
Canaria.
años después de la muerte del poeta canario, a partir de la
generalización del pensamiento existencialista y tras el lega-do
cultural y estético del movimiento surrealista, por citar
sólo dos movimientos marcadamente rehumanizadores.
• La anglofilia de Morales, en particular, es prácticamente
una condición del ser canario desde finales del siglo
XIX, al menos en el contexto urbano.
¿Cuántos intelectuales canarios no trabajaron para los
ingleses? ¿Quién no reconocería que sin la presencia britá-nica
las islas Canarias hubieran estado ancladas en un pasa-do
más remoto? Pero no hablamos solo de economía,
infraestructuras, turismo, agricultura, tecnología, deporte,
moda, lenguaje o alimentación. Nos referimos a su cultura,
respirada por los cuatro costados en las capitales canarias.
Es vital la presencia de los ingleses en los escritores
canarios: los hermanos Millares Cubas, Claudio de la
Torre, Saulo Torón, Alonso Quesada. Tanto es así, que una
de las características de la literatura canaria contemporá-nea,
uno de sus rasgos distintivos y definidores es precisa-mente
la influencia inglesa.
Los poemas de Morales que se decantan por la cultura
británica son muy anteriores a los inicios de la contienda.
Adelantemos, como botón de muestra, que “Britania
Máxima” fue publicado en 1909.
• Aunque la vinculación de Morales con Francia es de
índole cultural-literaria, es indudable que este país ejer-ció
un notable influjo en el poeta para configurar su ide-ario
europeísta.
No es de extrañar esta vinculación de Morales con la cul-tura
francesa. Desde el punto de vista literario, las fuentes
del poeta canario son las del modernismo más occidental
traducido del francés. Entre los papeles privados de Mora-les
(Archivo del poeta en la Casa-Museo Tomás Morales,
Moya de Gran Canaria) encontramos numerosos apuntes
33
4 Véase el ya clásico e imprescin-dible
texto de MORALES LEZCANO,
V., (1992), Los ingleses en Cana-rias,
Santa Cruz de Tenerife, col.
Viera y Clavijo.
personales de lecturas y traducciones de simbolistas france-ses
como Verlaine y José Mª Heredia, entre otros. La puerta
de entrada fue abierta por el propio Rubén Darío, gran fran-cófilo
que, como sabemos, divulgó el hispanismo desde
Francia a través de la revista Mundial Magazine, en la que,
como sabemos, aparecen dos poemas de Morales seleccio-nados
posteriormente en la sección “Himnos fervorosos”
que comentamos. La “Oda a las glorias de don Juan de Aus-tria”
apareció, por ejemplo, en París en julio de 1914, justo
en el mes en que empezó la guerra.
• Casi todos los poemas de Morales relacionados con la Pri-mera
Guerra Mundial o con su postura anglófila tuvieron
una difusión en medios de gran tirada o al menos se pro-yectaron
fuera de Canarias, ya sea en la Península como
en Francia.
Este último dato confirma que a Morales le preocupa-ba
difundir su postura ideológica y política más allá de su
desembarco en la política activa hacia el final de su vida y
de su pertenencia a un partido liberal. Casi todos los poe-mas
incluidos en los “Himnos fervorosos” se publicaron
fuera de las Islas: el semanario España, el diario La Lectura,
Mundial Magazine, Grecia…
LOS ANTECEDENTES: LA ANGLOFILIA DECLARADA
Para ilustrar la posición de Morales ante la Gran
Guerra, es preciso definir su postura como escritor en rela-ción
con los ingleses. Esta es la forma de entender su alia-dofilia.
Aunque no podemos datar los orígenes de esta atrac-ción
por lo inglés en el poeta canario, podemos señalar
que ésta debió de empezar muy temprano como una rela-ción
natural. No pretendemos detallar esos aspectos, por-que
es de sobra conocido por todos el empuje de los britá-nicos
en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria,4 pero sí
cabe recordar que sus mejores amigos trabajaban para los
ingleses y mantenían con esa colonia una relación de amor
34
Cubierta de Mundial
Magazine, núm. 12 (1912).
Archivo-Biblioteca
Casa-Museo Tomás Morales.
Cabildo de Gran Canaria.
y odio, como es el caso de Alonso Quesada, para quien lo
inglés protagonizó una relación cuasi traumática.
Lo que sí podemos hacer es datar los primeros textos
de Morales en los que la presencia inglesa es evidente. En
la serie “Poemas de la ciudad comercial” tenemos el espa-cio
natural en el que insertar el protagonismo inglés. En
ellos hay referencias importantes al mundo anglosajón
que lejos de ser de mera alabanza, presentan también un
matiz irónico.
Aunque estos poemas no verían la luz en libro sino
hasta 1919, lo cierto es que su gestación se puede datar
hasta diez u once años antes, justo hacia 1908, mucho antes
de la I Guerra Mundial y justamente el año en que apare-cieron
los Poemas de la gloria, del amor y del mar. Del periodis-ta
Adolfo Febles Mora se reproduce un artículo en la pren-sa
insular que anuncia, ya en1908, la preparación de un
libro titulado “Poemas de la ciudad comercial”.5 Ese mismo
año en la Revista crítica (dirigida por la amiga del poeta
Carmen de Burgos) y en La Mañana aparece finalmente
Tiendecitas de turcos, texto este último que aunque no se
refiere directamente a los ingleses, sino a la influencia
oriental, toma el pulso al vivir cosmopolita de la ciudad de
Las Palmas de Gran Canaria.
Pero el poema de las sección “Poemas de la ciudad
comercial” que verdaderamente ilustra la influencia britá-nica
en Canarias es “La calle de Triana”. No hay mejor
muestra en toda la poesía canaria de lo que Inglaterra sig-nificó
para las ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en
particular, y para el Archipiélago en general. Desde la ter-cera
estrofa la presencia inglesa cobra protagonismo en
una ciudad “donde corre sin tasa la esterlina / y es el
english spoken de rigor.” O donde “La miss enseña la estira-da
media al descender del tranvía.” y el Bank of British, se
nombra en tanto depositario del capital en manos de “gen-tes
que van tras el negocio cuerdo / las tiendas de los
indios prodigiosas,/ y el Bank of British, de especial recuer-do”.
A propósito de este verso, el propio Morales, en una
nota al final del libro, escribirá:
5 FEBLES MORA, Adolfo, “Canarios
que triunfan: Tomás Morales”, Dia-rio
de Las Palmas, 6 de noviembre de
1908: “Y cuando todavía anda reco-giendo
aplausos y admiraciones
por sus Poemas de la Gloria, del Amor
y del Mar, ya Morales se ha metido
de lleno en la preparación de otro
libro que titula Los Poemas de la Ciu-dad
Comercial, que será tan magnífi-co
y originalísimo como el anterior,
si juzgamos por la muestra que nos
ha anticipado en la Revista Crítica,
su preciosa composición Tiendecitas
de Turcos. Todas ellas describirán,
con visión exacta de la realidad y
con arte supremo, escenas de la vi-da
comercial de Las Palmas”.
35
Cubierta de Poemas de la
gloria, del amor y del mar,
de Tomás Morales (1908).
Archivo-Biblioteca
Casa-Museo Tomás Morales.
Cabildo de Gran Canaria.
En esta entidad bancaria, bajo la terrible férula de
míster Jorge Lenton, hace números y, ahurtadillas, versos,
el excelente poeta, nuestro muy amado amigo D. Alonso
Quesada
Es en la última estrofa, especialmente, donde la isla ya
es nombrada hasta en lengua inglesa y donde la cara visible
del símbolo imperial británico es más que evidente, figura-da
en el pesonaje simbólico de John Bull:
Grand Canary… La gente ya comprende;
y bajo un cielo azul y nacional,
John Bull, vestido de bazar, extiende
su colonización extraoficial…
Se trata de un texto en el que la conciencia del poeta
revela un perfecto equilibrio: aunque su alma sueñe con el
“barrio de Vegueta, lleno de hispano-colonial encanto”, la
mostración de la realidad, no exenta de ironía, no permi-te
averiguar un enjuiciamiento negativo para con el poder
anglosajón. Diríase que, bien al contrario, esta realidad es
aceptada como símbolo de progreso.
En la misma sección hay un texto que, aunque no se
refiere a la presencia británica, atestigua las dotes de
Morales como cronista poético de distintas realidades. “Ha
llegado una escuadra”, en efecto, describe poéticamente la
visita de toda una flota de embarcaciones militares que bus-caban
el abrigo del puerto de la Luz para avituallarse en
sus rutas marinas en esos momentos de conflicto global.
LOS HIMNOS FERVOROSOS: PARA UN ANÁLISIS DEL
IDEARIO POLÍTICO DE MORALES
BRITANIA MÁXIMA
Si “La calle de Triana” se limitaba a describir poética-mente
una realidad social y una presencia concreta del
poder británico en las islas, “Britania Máxima” es el poema
en el que por antonomasia Tomás Morales declara su devo-
36
ción por Gran Bretaña. Apareció numerosas veces en
publicaciones periódicas antes de ver la luz en Las Rosas de
Hércules en 1919. Entre 1909, fecha de su primera apari-ción,
y 1919, se difundió en Canarias (La Mañana, Ecos),
Madrid (La Lectura), o París (Mundial Magazine). Ello reve-la
una cierta predilección de Morales por este poema. Un
artículo de Agustín Millares Carlo, publicado en la revista
Los Aliados (Madrid), refleja esa natural adscripción del
habitante insular canario al mundo anglosajón con una
referencia precisamente a “Britania Máxima”:6
Los trabajadores del puerto, esos hermanos nuestros,
manchados aún por el carbón de los días gloriosos, esos
hombres resignados que hoy llegan a los portales tendien-do
la mano con los ojos bajos, bendecían el nombre de
Britania máxima, de la Inglaterra sabia, industrial y previ-sora;
nuestra juventud, la misma que hoy se consume en
estériles discusiones de casino, seguía dos rumbos princi-pales
al encontrarse frente a frente al misterio de la exis-tencia:
o hacia España, o hacia Londres; o una profesión
liberal, o la carrera de Comercio: todo giraba alrededor
de Inglaterra, y el problema de la vida para nuestros agri-cultores
era cosa fácil y sencilla.
“Britania Máxima” es un poema de dos caras. Las refe-rencias
a la cultura inglesa, minuciosamente distribuidas
por el poema, la descripción prolija de elementos cultura-les,
económicos, militares, históricos, etc. hacen del poema
todo un manifiesto de adhesión del poeta a la civilización
anglosajona. Pero en otro orden de cosas, “Britania
Máxima” no es un poema cualquiera. Es probablemente el
poema que abre una nueva etapa estilística en la obra de
Morales, pues en él ensaya los ritmos más trabajados, más
poderosos y marcados de toda su producción. En este caso,
la trimembración de cada verso produce un efecto de mar-cha
militar realmente prodigioso.7 Destaquemos unas
pocas estrofas para ilustrar esa doble cara ideológico-estéti-ca
del poema. Estrofas que reafirman la posición de Gran
Bretaña como garante de una “paz armada” que pocos
años después se verá quebrantada por la Gran Guerra:
6 MILLARES CARLO, Agustín, “Las
Afortunadas”, en Los Aliados, Ma-drid,
n.º 9, 7-IX-1918, p. 2. Texto
reproducido íntegramente por A.
Henríquez Jiménez (2008), “Agus-tín
Millares Carlo y la primera gue-rra
mundial en dos textos”, Boletín
Millares Carlo, núm. 27. Centro Aso-ciado
UNED. Las Palmas de Gran
Canaria, 11-15.
7 SUÁREZ CABELLO, José Juan (1985),
Introducción a la lengua poética de To-más
Morales, Santa Cruz de Tenerife,
Consejería de Cultura y Deportes;
id. (2006), “Estilística de la sintaxis
en la poesía de Tomás Morales”, en
Moralia. Revista de estudios modernis-tas,
Las Palmas de Gran Canaria, Ca-sa
Museo Tomás Morales, Cabildo
de Gran Canaria, 56-73.
37
“Britania Máxima”
[fragmento] en
Maquetas artesanales o
Libros de autor de
Las Rosas de Hércules,
de Tomás Morales.
Libro II (1919).
Archivo documental
de Tomás Morales.
Casa-Museo Tomás Morales.
Cabildo de Gran Canaria.
8 Diario de Las Palmas, 14 de no-viembre
de 1921.
Hoy, en el transcurso de la paz, tus fastos descansan rendidos;
plegadas, las alas reposan un punto las nobles victorias,
mientras los caudillos en sus guanteletes sostienen ardidos
los áureos hachones que alumbran perennes tus máximas glorias.
Y en tanto renuevas con épico alarde tu esfuerzo fecundo,
para la gran Era se aprestan marciales tus fuertes soldados;
los gestos de estatua de tus marineros recorren el mundo,
e imponen silencio con fiero prestigio tus acorazados.
Bajo ellos florecen y duermen tranquilas tus viejas ciudades;
bajo ellos al tiempo se impone imperioso tu orgullo civil;
a su sombra, ¡oh libre! –que la fuerza es madre de las libertades–,
en Londres los muelles de hierro desatan su ardor mercantil.
Luis Doreste Silva tras la muerte del poeta, publicó un
artículo en el suplemento español de The Times de Londres
titulado “El cantor de Britania”, donde además reprodujo
el poema completo. Las palabras de Luis Doreste Silva
constituyen probablemente la más temprana referencia
que existe sobre la anglofilia de Morales:
Nacido en el archipiélago Atlántico, en las Hespérides
de los ingleses tan amadas, donde se devuelve el culto sim-pático
a Inglaterra noblemente (…), TM llevaba bien
encendido el amor que todos los hijos de Canarias sienten
hacia la gran nación inglesa. Así el ardor y la vehemencia
grandilocuentes de su Britania Máxima.8
38
EL EUROPEÍSMO DE MORALES: SOBRE EL SIMBOLISMO DE LA
“ODA A LAS GLORIAS DE DON JUAN DE AUSTRIA”
Resulta curioso que entre los “Himnos
fervorosos”, claramente referenciados a la
Gran Guerra o las culturas aliadas, Tomás
Morales inserte una composición como la
“Oda a las glorias de Don Juan de Austria”,
aparentemente descontextualizada del
momento histórico.
En principio, la conexión con el tema
que nos ocupa se puede establecer en sen-tido
literal, por la descripción detallada de
una campaña militar, aunque ésta se refie-ra
a otro tiempo, a otra época. Sin embar-go,
simbólicamente, la “Oda” resulta rele-vante
en varios sentidos:
– Ahonda en el concepto de Europa, en
oposición a otras civilizaciones, en este
caso representadas por los turcos.
– Resalta la visión imperial y unificadora en torno al Mare
Nostrum, con una visión nostálgica del antiguo imperio
español a la cabeza.
– El elemento unificador de Europa en el poema es sin-gular:
Juan de Austria, de sangre hispana mestiza, naci-do
en territorio germánico, con ambición sobre el tro-no
de Inglaterra, luchador contra los turcos, muerto en
el corazón de la actual Europa unida (Bélgica), se con-vierte
en un símbolo del europeísmo de Morales.
En conclusión, el resultado de aquella gloriosa batalla
de Lepanto es vista por Tomás Morales como el nítido
reflejo de un posible “imperio de paz” que siglos después
se desmorona. En la nostalgia del poeta, aquellas potencias
occidentales del siglo XVI conformarían ingenuamente
una Europa “civilizada” que con la Primera Guerra Mun-dial
se habría de derrumbar ante sus ojos de forma irre-mediable:
39
“Oda a las glorias de don
Juan de Austria”
[fragmento] en Maquetas
artesanales o Libros de autor
de Las Rosas de Hércules,
de Tomás Morales.
Libro II (1919).
Archivo documental de
Tomás Morales.
Casa-Museo Tomás Morales.
Cabildo de Gran Canaria.
40
41
42
43
“Oda a las glorias de don Juan de Austria en Mundial Magazine, nº 39, julio de 1914, pp. 227-230.
9 La referencia completa es: Mun-dial
Magazine, nº 39, julio de 1914,
227-230. Para una contextualiza-ción
del poema véase. O. Guerra
Sánchez, edición crítica de Las Ro-sas
de Hércules (2006), Las Palmas
de Gran Canaria, Cabildo de Gran
Canaria, 340-341.
10 NUEZ, Sebastián de la (1956),
Tomás Morales. Su vida, su tiempo y su
obra, La Laguna, Universidad de la
Laguna, II-33.
¡Yo al Mar invoco para estas honras a sus derechos,
y oscuro hijo de aquel Imperio que hoy se derrumba:
un ditirambo pone mi alma sobre sus Hechos,
y un estandarte negro, mi mano, sobre su Tumba!
Un dato significativo es, como ya se anticipó, el lugar y
fecha de publicación de este poema, en junio de 1914, en
París, en la revista Mundial Magazine dirigida por Rubén
Darío,9 justo el mes en que empezó la guerra. Aunque es
un hecho casual, este poema y su significación simbólica se
sitúan en primera línea de actualidad en un momento cru-cial
para el futuro de Europa.
LA GRAN GUERRA EN LA POESÍA DE MORALES: EL CAMPO
DE BATALLA
Los tres poemas que se refieren directamente a la con-tienda
militar presentan tres momentos distintos de su
visión poética:
• Sentimiento de adhesión: “Canto en loor de las banderas
aliadas”.
El texto fue publicado en Ecos el 26 de septiembre de
1917. Nos encontramos en la cima del compromiso políti-co
de Morales. En este poema expresa de un modo total-mente
abierto, es decir, partidario, su adhesión a los países
aliados. Tanto es así que el momento en que el autor escri-bió
el poema y la versión definitiva difieren en un dato muy
significativo, como ya hiciera notar Sebastián de la Nuez.10
En la cuarta estrofa del texto Morales enumera poéticamen-te
a cada uno de los aliados mediante algún atributo sim-bólico.
Así, los ingleses se asimilan a Neptuno, y son los pri-meros
en ser nombrados. Le siguen los franceses, simboli-zados
por la flor de lis; a continuación aparecen los norte-americanos,
identificados por el concepto de Democracia;
y finalmente los italianos, en el origen de la civilización
occidental. He aquí el fragmento:
44
¡Neptúneos Britanos de audacia sobrehumana!
¡Galos maravillosos de la Francia del lis!
¡Ínclitas Democracias de la urbe americana
e Ítalos que en las ubres de la loba romana
mamasteis de la leche genitriz!
Sin embargo, la primera versión del
poema, escrita durante la guerra, presenta-ba
una combinación de alianzas notable-mente
distinta. Está claro que Morales no
respondía a la neutralidad de su país, sino a
su firme espíritu aliadófilo, pues incluyó en
el texto al Estado que, por motivos históri-cos,
abandonó la alianza hacia 1917: Rusia.
En efecto, con la salida de Rusia de la gue-rra
con motivo de la Revolución bolchevi-que,
y tras la firma de un tratado bilateral de
paz con Alemania, la nueva relación de fuer-zas
favorece la entrada de EE.UU. en el con-flicto,
hasta entonces oficialmente neutral,
aunque en la práctica no lo era. La primera
versión del poema, en coherencia con esta
situación, decía (el subrayado es nuestro):
¡Neptúneos Britanos que el heroísmo adoba!
¡Galos maravillosos de la Francia del lis!
¡Herácleos osos-robles, guerreros de Moscova
e Ítalos que en las ubres de la romana loba
mamasteis de la leche genitriz!
• Los horrores de la guerra: “Elegía de las ciudades bom-bardeadas”.
El poema apareció en la revista España
(Madrid) en 1918.11
Éste es el poema más triste y dramático de la produc-ción
de Tomás Morales. El realismo, el dolor y la rabia están
presentes en el texto. No hay atisbo de esperanza. Las imá-genes
de la guerra que le llegan de las revistas son el refe-rente
visual que detona la inspiración del poeta. Es Francia
en este caso la protagonista, una cultura sentida como pro-
45
11 Apareció con el título “Las ciu-dades
bombardeadas”, España, nº
169, 4 de julio de 1918.
“Canto en loor de las
banderas aliadas”
[fragmento] en Maquetas
artesanales o Libros de autor
de Las Rosas de Hércules,
de Tomás Morales.
Libro II (1919).
Archivo documental de
Tomás Morales.
Casa-Museo Tomás Morales.
Cabildo de Gran Canaria.
pia, tal y como lo expresa Agustín Millares Carlo en una
carta enviada al cónsul de Francia en Canarias:
Las Palmas 11 de Julio de 1917
Al Señor Cónsul de Francia en Las Palmas.
Muy distinguido señor: Todos los años hemos senti-do
una emoción distinta al conmemorar la fecha
gloriosa del catorce de Julio. Desde que comenzó
esta guerra, que ha puesto frente a frente dos distin-tos
ideales y dos opuestas concepciones de la reali-dad,
la fiesta nacional francesa ha tomado un carác-ter
simbólico y representativo. No creo necesario
insistir en ello y toda la cita histórica paréceme, por
evidente, inútil y fuera de lugar. Estos momentos
son de intensa emoción y es necesario abrir el espí-ritu
con toda amplitud para comprender primero,
y saturarnos luego, del nuevo concepto de la vida,
bueno y generoso, que será consecuencia segura de
la guerra. Vuestro país, que acertó siempre a poner
una nota de firmeza y de elegancia en todas las
manifestaciones de su vida, triunfará una vez más
por su espíritu, que ha sabido encarnar el dolor y la
indignación de una nueva raza, constituida por la
comunidad de ideales y aspiraciones.12
Morales se fija en el poema en aspectos propios de su
imaginario poético, como si fuera consciente de que su
mundo, el que cantara allá en las islas Canarias como sím-bolo
de progreso, se derrumbara estrepitosamente. Una
destrucción en dos tiempos: primero la urbe como símbo-lo
de progreso; después el hogar, cuyo ensueño ha sido
mancillado. Es como si se hubiera trasladado físicamente al
escenario de la guerra para contemplar la destrucción de
los símbolos en que sustenta su obra clara y optimista: el
progreso y la intimidad.
• Celebración y esperanza: “Canto conmemorativo”.
“Canto conmemorativo” apareció en El Ciudadano y en
La Crónica en 1919, pero también, el mismo año, en la revista
46
12 Reproducido por A. Henríquez
Jiménez. Véase nota 6.
“Elegía a las ciudades
bombardeadas”
[fragmento] en Maquetas
artesanales o Libros de autor
de Las Rosas de Hércules,
de Tomás Morales.
Libro II (1919).
Archivo documental
de Tomás Morales.
Casa-Museo Tomás Morales.
Cabildo de Gran Canaria.
Grecia,13 la publicación de las primeras vanguardias en
España que mejor retrató el movimiento ultraísta y que
aglutinó un gran número de tendencias literarias innova-doras.
14 Este dato no deja de ser importante porque revela
un acercamiento de Morales a los círculos más contestata-rios,
estéticamente hablando, de la literatura del momento.
Algunos elementos del poema revelan también un cierto
desprendimiento de los cánones del modernismo clásico,
como veremos a continuación.
Contextualmente hay que mencionar un aspecto clave:
el texto lleva por subtítulo la fecha “11 de noviembre de
1918”. Ésa fue justamente la fecha de la firma del Armisti-cio
de Compiegne entre la Entente y Alemania, que pondría
fin a la Primera Guerra Mundial. Aunque explícitamente
conmemora la fecha del fin de la guerra, indirectamente
es un canto a la Paz de Versalles, al ser publicado repetida-mente
tras la firma de ese tratado (28 de junio de 1919).
“Canto conmemorativo” es el gran poema de Morales
dedicado a la esperanza. El optimismo que emana del texto
es paralelo al renovado intento (aunque moderado toda-vía)
por retratar la necesidad de un mundo nuevo levanta-do
de las cenizas. En lo métrico elige la estrofa más libre del
metro hispánico: una suerte de silva que le permite mover-se
por el verso de forma libre. En el estilo hay un guiño fun-damental,
que no riñe con cierta tendencia del poeta por
figurar el progreso (otra vez el “Canto a la ciudad comer-cial”
está presente: se trata de cierto cariz futurista que se
manifiesta en términos y referencias muy concretas:
¡Victoria!
La palabra flamígera,
plena de trascendentales renuevos,
ha resonado insólita:
voz juzgadora de los tiempos nuevos...
Magnífica de gloria,
vibrando hasta el cimiento soterrado,
con eléctrico grito
al espacio infinito
la gran torre metálica de París la ha lanzado.
47
Agustín Millares Carlo
por Luis Ojeda Pérez
(1900-1910).
Archivo de Fotografía
Histórica de la FEDAC.
Cabildo de Gran Canaria.
13 El Ciudadano, 5 de septiembre
de 1919; La Crónica, 9 de septiembre
de 1919; Grecia. Revista Decenal de li-teratura,
nº XXVIII, Sevilla, 30 de
septiembre de 1919, 4-5.
14 BARRERALÓPEZ, José María,(2002),
“Revisión de Grecia en la Vanguar-dia”,
en Monteagudo, 3ª época, nº 7,
45-56.
Estremecido, el éter recoge las vibrantes
palpitaciones, giran los átomos radiantes
y en círculos celéricos su ondulación extienden;
las antenas enhiestas de tierra y mar las prenden
y en medio de la intensa pesadilla macabra
cae, poblando el aire de imperativos nodos,
sobre los pueblos todos
y en todos los idiomas, la divina palabra...
Eléctrico, torre metálica, átomos radiantes, círculos celéricos,
antenas, nodos… Resulta difícil no ver una fuente de inspi-ración
inmediata (anclada en el movimiento futurista) en
la edición del 14 de noviembre de 1918 del periódico gran-canario
La Provincia, donde Tomás Morales pudo leer este
telegrama:
SUSPENSIÓN DE HOSTILIDADES
Madrid 11 -13
Por noticias recibidas de París y radiografiadas por la
estación de la Torre Eiffel se sabe que a las once de la
mañana de hoy se han suspendido las hostilidades en todos
los frentes.
La noticia ha sido confirmada oficialmente por el Pre-sidente
del Consejo de Ministros Sr. Marqués de Alhucemas
y por el Ministro de Estado Sr. Conde de Romanones.
48
“Canto conmemorativo”
[fragmento] en Maquetas
artesanales o Libros de autor
de Las Rosas de Hércules,
de Tomás Morales.
Libro II (1919).
Archivo documental
de Tomás Morales.
Casa-Museo Tomás Morales.
Cabildo de Gran Canaria.