La luz que proyectaste ya se aleja;
aunque proxima esta, se ve lejana.
De nuevo se alza la implacable reja
que impide entrar el sol de la mañana.
Vuelve la noche que a la sombra hermana
con la tristeza que la luz nos deja.
Cuando te fuiste, resurgid la queja
que en vano grita la miseria humana.
Como la luz del alba fue tu vida:
a un tiempo suave, penetrante, ardida,
como caricia de mujer amada.
Pero el alba pas6, vino el ocaso,
y así fuimos entrando, paso a paso,
en la noche sin suefios de la nada.