ACTIVIDADES
ES palpable que nuestros diarios, aunque de provin-cias
-no se puede negar-, son a veces originales, Un
CaSO, el CpIe nos ocupa, lo demuestra bien claramente. En
la prensa local se anunciá un acto cultural en el Club
Victoria la tarde del’20 de Agosto pasado para la celebra-ción
de la Vista poetica en la que habrían de intervenir
como magistrado, Juan Rodríguez Doreste; ministerio fis-cal,
tres poetas jdvenes: Lázaro Santana, Manolo Gonz&-
lez y Juan Jiménez; defensor, ‘Isidro Miranda Millares y
acusado Agustín Millares Sal1 por su obra Habla Viva,
reciente publicacidn del editor Joaquín Horta, de Barcelo-na.
El objeto cle los peribdicos al insertar estos anuncios
es inducir al lector a la asistencia, Ahora bien, la mayor
parte de los que leen se sienten atacados por la pereza y
deciden no comparecer, porque al fin calmarán su curio-sidad
viendo la reseña cle la sesibn al día siguiente. Pues
bien, esta vez la prensa, en justo castigo a esa viciosa
comodidad, hsl dejado con tres palmos de narices a sus
lectores: nada se clijo de la cuestidn posteriormente.
Nosotros nos apiadamos de los suscritores que hayan
incurrido en el mismo pecado y damos una suscinta in-formación
al respectu. El juez con SU fbcil verbo, abr-e
la causa, explica en que consiste y cede la palabra al poe-ta
clel banquillo para que elucide su decisidn de no de-fenderse
por si, como lo hizo en la vista anterior Pedro
Lezcano. Agustín Millares habla, cita a Pedro Salinas que
tiene la opinión cle que la poesía existe o no; cuando
existe es inatacable y, por lo mismo, indefendible. Des-pués
aduce que para someterse a lo que se le ha propues-to,
se vale de Isidro Miranda, pariente y amigo, en el que
tiene confianza por su buen juicio, que sabrA refutar las
acusaciones. Termina diciendo que nunca se debe destruir
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por (lestruir y que cuando se destruye algo ha de ser por-que
antes se ha construido algo mejor gue lo sustituya.
&lirandcl. interviene ahora solicitando permiso a la Se-fiaría
de la sala para dar un saludo 8 los poetas cle la
oposición, que tienen categoría trina, según dice, mientras
que 61, solo, se ve forzado 51 utilizar otra categoría para
lencerles: IR calidad. Deplora que la situacidn le haya
puesto en la defensa porque cree ser más efectivo en el
ataque. El permiso le es concedido y se dirige al minis-terio
fiscal y alaba su audacia, declarando que en sus
tiempos de poeta joven se miraba con mucho respeto a
los veteranos líricos. No quiere malas interpretaciones a
SUS palabras, no est8 picliendo clemencia de antemano.
Esl% dispuesto a pasar a una guerra sin cuartel. ‘ïal vez
en la lid, supone, cargando con mayor ironía su tono,
venga en su defensa, como lo fuera en la antiglledad en
favor de los atenienses en la batalla de Maratdn, el pe-quefio
dios heleno, con sus pntas de peluche, Pan, e ín-feste
de terror p8nico la osadía de los acusadores. Por Ul-timo
les dice que han empezado por dos figuras de la
poesía canaria que ya no pertenecen al 8mbito 10~81, que
ya han pasado la raya y que ello, sin duda, harA m8s va-liosa
su tarea. Habeis empezado por Pedro Lezcano -ob-jeta-
del mester de clerecía, m&s depurado y conceptista
y ahora la emprendéis contra Agustín, del mester de ju-glaría,
rrtbgico juglar, popular y sociaZ.
Toma la palabra el trío acusador que va desarrollan-do
SLIS cargos de forma intermitente, es decir, primero $0
hace uno y luego los otros dos para empezar de nuevo,
en la misma manera, hasta cuatro veces, Analizan por
poemas el libro y denuncian faltas de contenido social en
casi Lodos, pobreza de l&ico y consideran la poesía de
Mffbln Vz’Vn como arte de evasidn. Los alegatos, en oca-siones,
fueron adornados con exabruptos que no hicieron
perder la calma ni al poeta ni a la defensa.
En la respuesta de la defensa se pone de manifiesto
la estructura débil de los argumentos empleados por los
fiscales. Ya en las declaraciones a la prensa el defensor
afirmõ que no era posible basar la pobreza de lkxico en
la incorporacidn de tópicos populares a su lenguaje poe-tico,
como hace Agustín Millares, puesto que ello indica
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lo contrario: enriquece con nuevos materiales su caudal
lingüístico. Por otra parte, el empleo de palabras cultas 0
poco corrientes no es lo único que denota el acervo ex-presivo
del escritor. El apelativo que colgaron a la poesía
del juzgado libro: «antisocial», Zc@w~s Zinguae de los jd-venes
poetas, que se desliz6 y estampd en la interviú pe-riodística,
cuyo yerro fue puesto también de manifiesto
por la defensa en la misma plana, declarando que enten-día
que 10 que se achacaba al volumen citado era el no
pertenecer a la poesía social, que es bien diferente; vol-vid
a poner en ridiculo al ministerio fiscal al caer en el
mismo error Juan Jimenez, el menos preparado de la tris,
durante su intervencidn en el juicio. La defensa, con ge-nerosidad,
hace caso omiso de tal dislate.
Cada vez que la defensa solicita que recite el poeta
acusado los poemas para ratificar ante la sala sus apre-ciaciones,
se produce siempre un alboroto entre el públi-co
que aplaude con entusiasmo y aclamaciones. El juez
tiene que imponer silencio con energia, pero con una mi-rada
chispeanle de gozo, que no puede ocultar tampoco.
La defensa tiene que abreviar, sacrificando buena par-te
de su discurso que tiene que ir acortando, con extre-mo
cuidado, suprimiendo precisamente lo menos eficaz
de su oratoria. Esta dificultad fue creada por la pastosa
habilidad del ministerio fiscal al tragarse, cn su exposi-cicín,
casi la totalidad del tiempo. No obstante, Isidro Mi-randa
logra hacerse oir con la máxima atención por parte
del público. Al fin, incrementando una ironía que no ha
abandonado sino en algtín momento a todo lo largo de
su oración para recrimjnar severamente la mala fe que
ha creído ver en la actitud hacia su defendido por par-te
de uno de los miembros del ministerio fiscal, se levan-ta
y, tomando un libro que recibe de Agustín Millares,
kace saber que va a representar el papel del lobo en el
cuento de Caperucita para exclamar: /Basta ya! Añade
que estk descorriendo una cortina que permitirá a todos
los presentes ver una prueba (con su mano derecha le-vantada
exhibe el volumen que trae consigo) tan rotunda
como Ia misma realidad, que hará inoperante toda la dis-cusión
anterior, de muy dudoso provecho por una de las
partes, A continuacidn entrega al juez la prueba para SU
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examen. EI juez lee en alta voz la biografíil del poeta in-culpado,
que se encuentra inserta en el indicado libro,
afirma que ve una fotografía en la cual se reconoce a
Agustín Millares, indica que se trata de una muy recien-te
publicaciún de Ediciones Alfaguara de Madrid, titulada
An,!olo& de Za Poesia Social espaZohc coïzknzpordnea
con selección, prdlogo y notas de Leopoldo de Luis. En
ella -sigue diciendo- figura, junto a Gabriel Celaya,
I3las de Otero, Gloria Fuertes, Eugenio de Nora, Angel
Gonzblez y otros poetas españoles del momento, el acusa-do...
Entre los clistlnlus poemas de este que fjguuran en
la antología, vemos precisamente uno de H&¿n Viva.
Juan Rodrfguez Doreste pasa al Jurado, compuesto
por cinco poetas y escritores, Servando Morales, O’Sha-nahan,
Ramírez, Sosa y Velbzquez, las notas correspon-dientes
a las incriminaciones para la clclibel-acidu. Duran-te
el debate de los jurados, espontáneamente se alza la
voz de Emilio Díaz, que se encuentra entre el público, y
solicita sea condenado el ministerio fiscal, por falsas acu-saciones
al poeta, a costear una nueva eclición de HQ?&~
Viva. MAS tarde, el jurado entrega su decisión al juez,
que declara absuelto de todos los cargos a Agustín Milla-res
por su obra, mientras se produce una gran ovacidn
en el nutrido público expectante.
En la vieja y real ciudad de Gálclar, el 13 cle julio,
con motivo de las fiestas de la villa, pronunció una confe-rencia
sobre hechiceria, que por su particular asunto fue
acogida con mucho interb por el auclitorio, Juan Bosch
Millares. Este colaborador nuestro acaba de publicar tam-bien
una monografía en la que se estudia una cuestidn me-dica.
sobre Coz4sideracione.9 cZf~&zs y tempéut~ccrs sobre
ciento setenta y cinco casos de t&nos.
§
En el Nlusco Ctwnrio el 28 cle mayo ClLirno se celebro
un concierto por los alumnos de Lola de la Torre, orga-nizado
por nuestra colaboradora, actuando al piano ella
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también. En la ciudad de GBldar el 15 de julio ofrecid otro
concierto en el casino de aquella ciudad con SUS alumnos.
En la última revista .¿!?ZJ k.~eo Canario, editada reciente-mente,
LOla de la Torre nos ofrece un trabajo de investi-gación
sobre musicología titulado La ca$$Ila & w4sica de
la cah-bd de LaS Palmas y el compositor don Sebastz’án
hydn, en la que se aclara un viejo error que había hecho
pensar hasta ahora que el indicado músico perteuecib a
la capilla de mtisica de la catedral de Las Palmas y en el
que aparecen el descubrimiento de un compositor de ex-tensa
obra que sí fue maestro de la capilla citada, don
Diego Durón, hermano del anterior, con el que se le tenía
confundido, y el hallazgo de dos pequeñas obras religiosas
de aquel.
§
Mercecles Ballesteros, esposa de Claudio de la Torre,
quedó finalista en el último NadaC con su reciente novela
La Sed. En el número 1455 de D8stzlt0, 3 de julio 1965, de
Barcelona, Rafael Vázquez Zamora hace una amplia crítica
del libro en la que comenta los personajes de la obra y la
justeza de los retratos que cle aquellos aparecen. Se ha
publicado en la Coleccibn Ancora y Del’&, número 264.
Ediciones Destino, Barcelona.
José del $30 Amor pronuncid una conferencia sobre
la personalidad, en SLI doble aspecto: profesional y hu-mana,
del que fue ilustre y preclaro abogado de esta ciu-dad,
Rafael. Cabrera. La sesi6n tuvo lugar recientemente
en esta Audiencia,
Manolo Millares en estos días mantiene Una exposicidn
en Cannes. EI Museo de Arte Moderno de Israel, dirigido
en la actualidad por el conocido poeta Samberd que fue
director también del Museo de Amsterdnm, de arte mo-derno,
adquirió un cuadro de nuestro colaborador. El arte
de este, pues, se encuentra presente en la tierra del pueblo
elegido.
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§
En LCBwopco último, revista de arte de Roma, apa-rece
un escrito dedicado a Manolo Millares en el que se
incluye una encuesta que se le hace, sobre arte, cuya tra-ducción
extractada estampamos qnás adelante por consi-derar
de interés las mstnifestaciones autorizadas de nueS-tro
colaborador.
--~Cu~zl es el tributo que paga hoy, en España, a la li-bertad
el artista?
--Veanlos ante todo a qué libertad nos referimos, <Ii-bertad
estética o libertad humana? Se está llegando a una
gran confusión al ignorar a ddnde se dirigen los golpes
del arte en su verdadera climensiõn. Mi opinidn es que lo
que tiene hoy en demasía el arte es la libertad, libertad
de practicar el estcticismo, sin empeÍínrse en nad:l m&
que vaya m2ís lejos de sus límites conceptuales. Esta es
una forma relativa de libertad del arte de hoy. (Existe,
sin embargo, en este mundo formal, vigente, necesario,
alguna cosa capaz de aportar algún otro tipo de eficacia
que pueda ser positiva en el campo de la libertad social
y política?
Esto es a lo que me referia al principio, porque ese
problema, esa contradicciún, no son exclusivos de un solo
país, sino que se presenta en todas partes. En casi todo
el arte contempor8neo y en las tendencias mBs destaca-das
tenemos lo mismo: un arte no integrado a la sociedad
que lo produce (o mejor, a la libertad que lo guía) y te-nemos
un divorcio entre el hombre-artista y el hombre-hombre.
En conclusidn, o el arte se limita a su proble-msltica
formal, para lo que deberemos considerar libre al
artista, aún donde no exista la libertad, o se trata cle algo
mas: del resuttado de una responsabilidad humana ante
unti realiiliid que le afecta directamente.
El arte debe tener un verdadero contenido humano
que es el testimonio de «aquello que sucede,. El lenguaje
pkIstico, en el que respiramos, no puede sernos desconocido
y debe explicar, a su modo, cuanto hacemos con nuestra
conducta responsable respecto a la posicidn que tenemos
como hombres-artistas en una sociedad determinada.
Me enCLIentr0 entre los que creen que no hay dema-
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siada libertad artística en toda Europa, y España trabaja,
mas o menos, de acuerdo con la realidad formal tan ne-m@.
ria a fUeStrO tiempo. Mas depender dentro de la ex-clusividad
estetica es una cosa; mientras que contrjbujr a
otro tipo de libertades, es otra,
-¿Cree, en CUc\nto a esto áltimo, que revele tal tribu-to
un componente deformante en la &ra?
-No, no creo que haya deformación en aquellos ar-tiSta5
españOleS que se esfuerzan en introducir en su obra
Ull eJpeCk de testimonio que supere la pura problemati-ca
formalista, para entrar en la denuncia o protesta de
fondo social.
-CSignificación de la pintura espafIola con relación a
la de los demas países?
--En mi parecer, SU constante dram&tica que se de-bate
entre una grandeza aparente y una evidente miseria
y que encuentra siempre su centro en una reklidad pro-funda
y humana.
-&C&no juzga In experiencia de vanguardia que apa-rca
comunmente bajo el nombre d’inforwel?
-No hay duda de que el informalismo ha tenido m&
xima importancia en el movimiento de vanguardia. (Ha
tenido y quisiera decir, nclcmds, que In tiene). Conviene
¿Mnir, para evitar riesgos. Porque el informnd 0 C’art
wtre no es, como creen muchos, una escuela 0 un esti-lo
determinado, como lo fue el cubismo; por el contrario,
resulta ser una conjuncidn de escuelas y maneras, una
cosecha de todo UII panorama de modos de hacer diver-sos,
sea puro, 0 lo que sea, pero, al mismo tiempo, uni-dos
gracias cl. ese espíritu de experiencia y de aaventura
total». El término ambjguo de informal se define general-mente
como el que se opone a la construcción y SU orden
geométrico abstracto. Pero la verdad es que, bajo su ban-dera,
se agrupan nada menos que abstractos geómetras,
surrealistas, dadaistas, y figurativos expresionistas del
Cobra, la pintura de nccion americana, la técnica del CO-
2Zage y del cuadro-objeto y se prolonga hoy en el PoP
americano y en el nuevo figurativo. Según mí opini6n 10
que da sentido e importancia al iniormalisnlo es jLlSta-mente
SU falta de normas como estilo específico (pese a
cuanto dicen ciertos libelos comerciales Y publicitario.4 Y
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el ser, antes que todo, una puesta sobre el tapete de los
problemas más agudos del arte, que lleva en activo cin-cuenta
aHos de edad.
§
Alfonso García-Ramos ha tenido una sobresaliente ac-tuación,
como mantenedor de la fiesta de arte celebrada
en Los Llanos de Aridanes, en julio del presente ano,
donde pronuncio una pieza oratoria emotiva y brillante so-bre
Ia princesa IXtril, ‘Tom,/ls de Iriarte y Pedro de Bethen-court,
a cuyos insignes isleÍ'ms estaba dedicada la fiesta.
s
En la colección Tagoyo, en su número once, saldrá, el
cuento premiado en el concurso del Gabinete Literario de
1963, Juanito Torres, înnnkredor 9 solz’tario en suetios del
que es autor Juan Marrero I3osch. Éste ha prologado el
libro de Luis Benítez Inglott, Poemas del m,mdo interior
que acaba de ver la luz.
Tenemos noticias que en la Antología de Poesía Espa-ñola
que acaba de publicar el poeta vallisoletano Luis L6-
pez Anglada, fig-ura rlgustin h/lillares Sal1 con algunos
poemas.
En Puerto de la Cruz, especialmente invitado, parti-cipó
en el Festival de Arte que tuvo lugar en 16 de julio
pasado, Agustín Millares SalI quien dio a conocer su Oda
al Puerto de In Cruz, composicidn hecha ex profeso para
dicho acto. En este número publicamos dicha composición.
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