TEATRO
No kny teatro de arte ni arte del teatro;
tq, serzcillamente, teatro.
IOSÉ BERGAMÍN
!%n de wcrcrrcih del Hospital de San Juan de Dios,
hospital de provincias en que se juega :t la beneficencia.
Pocos recursos, higiene primitiva, medicinns ;i cucharadas
por horas. La verdadera cura que se hace es la cura de
almas por oraciones, tnmbién por horas, como las medi-cinas.
Alma rebelde se nbandona v SC la desprccix, ade-lantrílldose
al juicio final. Todo hecho con la mejor buena
fe, con tan cnndorosa ceguera que dan ganas de dar Iri
mano ;I aquell¿ls buenas scííoras para que no tropiecen en la
escalera de los ciclos. ;\Tucho l~lanco en IRs paredes, en
las cortinillas; mucho lustre en el suelo; ni un grano de
polvo en los muebles; flores clc trnpo; cromos de milngros.
En sitio preferentc,‘un retrato aI crapcin, del seííor Obispo.
El edificio da In impresidn del limbo. Todo es infantil,
~JW-U CC111 t’S¿i hfnritili&lcl crue1 de los ninos que ahogan
un p:ijnro en sus juegos.
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SOR CI~AI~~~.-~QUf2 IlilJ~, hcfm:uIi~?
SOR CELILIA.-El sacristbn de Snn Alarcos desea h:iblnrlc.
‘Trae muchr1 prisa.
SOR CLARA.-Que pise..., que pnsr...
SOR CECILIA.-Pase usted; por aquí.
S.WRIST,\X.-(XZ~~ ligw0 da piculns, vivo dc ojos, gmu
1110 zlilirlnd de fisorr ontirr, 1lrcIIIos Cl1 rIgilm¿h COIZS-tuMe,
bwbn fnde, nfcifudn, que fomn so~rtbrn
nml m In.5 ntcjillrr.s; vestido mg1’0, coft chaleco
que sube ftnstn el CucZ¿O.U) uenos días, sor Clara;
bt~enos, sor ATercedes...; buenos, don Dionisio...
ADailslsri~Al)olc.-Respjre, hombre, respire... viene ahogado.
SACRISTAN.--ES COS:I de mucha prisa.. lfe cnvia el scfior
Cura...
SOR Can.A.-Si6ntcse... hable despacio... cQu6 quiere el
scfíor CLIr:*?
kCRJSI',iX.-PWS WJ-ti... Ftiirnw íì ndministrnr íi una mu-jer
que cst,Z d;mdo las boquwdns, al extremo de
arriba del callejón del Agua... T yn cn la puerta,
los vecinos, arrodilIndos, lev1ínt:isc uni] y grita ill
sefior Cura (g:IXlldcs .g&os y Vo3 fie f~lsefc): 6iNo se
puede entrar! iNo se puede entrar! ;Deténgase!s
SOR CLARA.-~~CS~S, ,\h-in y ]osC!
sACl<JST,kS--.P ues mdn... Que el señor Cara SC detiene a
tiempo de enterarse de que h... iltterfefa lleva mala
rida.. . vida pecaminosa... (L n .5 Jt cwt0uu.s no en5ien-
&IZ.) iQu6 tiene un jclttbl-o!
Son CLARA.-iXVe ht-ia purisimn!
S,wrzrsT.4.w.-Ustedes perdonen... Salió el señor Cura como
alma que llera el diablo... cs decir... quiero decir...
angustiado por el peligro de sw3-ilcgio en que estu-vimos
prdsilxos n caer por irrot*~7lrcin... y aqui mc
cwïin prlríì que ustedes envien una camilla donde
tr;tigm Ia enfermn para administrarla en el Santo
Hospital. Es un caso de respons;lbilidxd grktve...
SOR CL.abj.--Cierto, ciertisimo. Sor Mercedes, <quiere us-ted
;ìGs:tr que preparen la camilla?
r? D.\IlSIS1‘KADVt< (corc cief-ta iiuiidcs).-$or que no nvisn
usted antes nl médico? Ya sirhe que no le gusta que
den entrada a los enfermos sin contar con él.
SOR CL.aR.i.--En otros casos pndrd tenerse en cuenta esa
forn1alidnd; pu-0 en éste no es posible. :Cuál no
sería mi i-espons:lbilidad si esa mujer muriese en
pccítclo mortal? C\’ Iíì de usted, señor don Dionisio?
f1DUlsls~l~.~uor¿.-r\'0; si yo no me opongo. Lo dccín por-que
cor~ozco ;I don Lorenzo y sé que no le gustan
los cc~sos desesperados. Le estropean In estadística.
S3::r CL~12.~.-ILl verchlern est:díSticiì es la de los snlva-dos
y condenados por la eternidad. ;Qué espera,
sor XIerce~lcs? Vnyn pronto. Y usted (rrl Srrwistdlt),
:lmigo Deogrriciils, hatía obra de cristinno en ncom-pilíi:
lrles y guiarles.
Sxcars~,As --iPues no f:ilt:lbn mas! Para eso hc venido... yo
les llc\~arC y volverC con clla... Bs un cas0 dc cow
csucia. Buenos, sor Clara... buenos, sefior... don Dio-nisio.
(AI snl¿Y Ii-opiex cott 7fttn îttttj'e7' de nsficcto
27riscmblc qzrc sc hn dctcuido 021 el 22222b2wl.) Perclo-ne,
hermnua. jAh! $5 usted, Ihrbaritn? {Y cGmo
csth cl Compnñerito?
B.\~L~.~I~IT‘\.-I\I:~s pn la muerte que ~JLI In vidn. Aquí le
tenemos nliora.
SOR CL.xnh.-Siempre pide usted lo mismo. Mientras m2ís
sc le concede, nGis pide...
BARB.~RITA.-;Y qué quiere que haga, mndrita?
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SOR CL.~HA.--Conform<‘irSc con 121 divina voluntad. Y,? Sabe
usted que en la sala de hombres no pueden estar
todo cl día las mujeres.
U;\Rn.~lrI-rA.-Jesús, madritn, si yo soy una vieja. iQuien
me mira?
SOR CLARA.- Ya sé que es usted una mujer de bien, hon-rad:*
y compasiva con su pobre marido; por eso la
he permitido la entrada con rnhs frecuencia que a
otras. Pero no se puede abusar. Ademas, cl m6dico
se enfada poIque rracn usttjks lwrqnería.
BARBr~~~~~3.--Eso no. Vo vengo limpiti~...
SOR CIhR.4. -No hablo de limpieza del cuerpo. Que traen
usleclcs microl~ic~s...
f3.4RLMRlT.4 ($'IlC SC f&W'~lt gUC CS d@ dC ColItCr;,.-ESO
quisiera. Yo no traigo sino palabras. Mire cl cesto
vacío. Puede registrartnc.
Sorz CLARA.-Vaya, entre; pero no abuse...
B~Ri3~~RiT~.--Dios se lo p;iguc, mndrita...
SOR CLARA (CI/ rl(~ltrittistl-nrlor;1.-~s una buena mujer. El
marido es un viejo con una enfermedad del corazón
y ella los ratos en que no trabaj:l se los pasa junto
R su cnbccera, ahuy~nt:in<Iole lns mnsras y hahk’ín-dole.
AD3fISTSTR~DoR.-Sí, es una buena tnlljer, y tienen ocho
hijos, y dos se murieron y otros dos se marcharon
n Buenos Aires. iPot)res viejos!
SOR CLARA.-VO quise colocarlos en las Hcrmanitns de los
pobres; pero no quieren separarse. Lloraban como
niílos.
f~D3IISISTRADOR.-ES interesante. iQuererse tanto, y a la
vejez!
SOR CLAnZ\.--En cualquier edad esa exagerwión no me es
simpíticn. Amor... n Dios.
ADMISISTRADOR.-ESO es lo primero. A Dios sobre todas
las cosas.
Son Csclra.-iSor Clara?
SOR CLARA.-<Que dice, hermana?
SOR CEcILIZ~.--Una sefiorn que dice es recomcndnda por
don Atanasio el Cura de Vega Honda, desea ha-blarl;
t.
SOR LLAI¿A.-*~O~O sea por Dios. Dígala que pase.
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AO~~I~I~-~IZ..\IXIR.-A ver.
LA REDOS»~\ (stzcn~zdo del cc.sfo).--Esto es un regxlito de
bollos de nltnn parn 1x5 hcrmnnitns. Un;3 poqued;~l...
unn miserin.
SOR CI,~RA.--ì\Iuchas grncins, seíiorn.
LI\ RE.DOSD.I.-A~ seiior Administr;ldor le IIevslx%n un ca-brito.
AD~IIslsT~t~zI~orz.-Señora... @or quf?
LA REDOMA.-Por buenz~ y pobre voluntad. Aquí tiene
usía In cartn del scííor Alcalde, y p;n-n usted, ma-dritn,
13 del seîior Curn. Sirv;wse leerlas.
A~~~ISISTR;~DOR.-PU~S usted dirá, porque mi xmigo don
Xintíns SC liníitn n reconíend:u-nte su persona y ga-r;\
ntiznr k-t honrndez de su prop0sito. Gr:ìn elogio
llzx de usted.
SOR CLAI~.~.-Como don Atnnnsio. Vn ~6.5q ue es urted per-sonrì
muy cristi;m;i. Dign usted...
LA RELIOSD.~ .-El mío es un czo de conciencia que he
consultado con quien potlin nconsejnrme ;Intes de dnr
este paso. (COI2 gl’alt OYgUlZO.) YO Soy una mujer
honr:~dfi IL carta cabal y cristinna. Dios, sin snber
por qu6, :llabndn sea su sx~ta voluntad, me hn GIS-tigìdo
con un mm-ido que me hn dndo muchos dis-gustos,
muchos, muchos. Porque yo me cnsC dc treinta
años con mnestro -Juan Perdomo, un buen znpntero,
que tr;lbnjabil cn c:tsn de m:lestro Alejo, que usíns
record:Win. Y yo cumplí;~ con todos mis dcbcres...;
en unn ocasión le soportk unn borrnchcrfi del lunes
de Cwnnval y Ic hice cRf6 fuerte y le puse en Iris
sienes rod:ljas de limón, y en fin... ,que íbnmos p-sírndo
in ridn, y lxistn había conseguido que fuese
n misn los domingos y demás di:~s de precepto. No
hnbí;ì zapntcro miis limpio en toda la ciudnd: su ca-misa
r-lpkmchnda, su chaleco de terciopelo, su cacho-
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rrn rlc tirol&, su ropa negrn para Semana Sanca y
FinílC~os... SLI petaca con tabnco habano, y en el bol-sillo
nunca le f;lltabn una peseta. Todos conocían n
maestro Juan Perclomo. <No se acuerdan usias de él?
ADa~rsrs~~,\uol¿.-;So era uno que le llnm;~ban el Iieclonclo?
LA REDOSD.\.--El mismo, sefior Administrador. Le llama-ban
el Redondo porque a mi me llnnxibnn de sol-tera
la Redonda.. . Dicen que tenía buenas carnes,
aunque eso senn pompas y vaniclales humanas. Pues
sucedid que un día se escapó para Tenerife y me
dejó sola. Al pronto me quedé como quien ve visio-nes,
porque no hbin motivo mayor cle rifia, como
no fuera que yo Ic sujetaba un poc‘ pwl- su bien.
Yo tenía alg~lnos bienecillos en Vega IIoncln y ayu-diIba
a la casa, planchaba y bacín dulces, que aprencìí
de esto en el convento dc 1~ CINXS; cm In ccono-mía
con f:~lchs, y íh3-nfis era bien parecida. &ue
m;ís rodin pretender aquel hombre? Al fin rccibi unn
c:wt:t SLIJ’:~, firtmdn por otro porqtle él no snbí:t de
letras, y en ella me clecia... iadmirense has!, aquí
eSti\, la traigo como comprobnnte... (A0ricndo tfw
cu í-tcm de clrngrilt nc~~m y frsada, ífe dnmlr! whnsn~r
los papeles.) Perdóneme. esta es In cklula..., Ia par-tich
de bautismo y 12-d1e casamiento. .., el certificado
dc las velaciones...
~~~r~s~s-rr~~~r~o~i.-~~o le parece a usted, seflora, que po-cliamos
prescindir de csos delalles?
L.1 Rwx~~t1.1.-To:1o tiene su importancia, seííor. Ir yo
quisiera, si no es abusar, que usía conociese todos
los antecedentes. Es; caso de conciencia. Esta es la
escritura de compra del Hoyo de Ortiz; esto no im-porta..
.
AD~IISISTR~\UOIZ.-~H;~ comprado usted cl Hoyo de Ortiz?
IA REDasu.-\.-Si, sefior; iconoce usía 1;~ finca?
ADJIISISTUDOIL-De nombre y con elogio... Gran finca de
almendros.
LA REDOSDA.-L:I mejor pipa del mundo. Aquí estA...
ADMSISTIL~DOIZ (conqnishrlo po~ Zn pipa).--Veamos. Debe
ser intcresantc.
LA REDOSD.~ fiz’cs~oblrrrrrio 1112 pnjw.2 mqriettlo).- CAli es-timado
esp0sn.v Uueno... iremos a 10 m,Zs importante;
esto... dice. Fzjeme: <cMe figuro te habras quedado
fría cuando te dijeron mi marcha. Yo no me atreví
a dccíl telu porque nw daba cortedad, y además por
que sabia que no me dejarías marchar. Hacía mu-cho’
tiempo que lo pensaba: era como si me hiciesen
cosquillas, y yo mismo no entendia por qu& Yo to-davía
no lo entiendo.> Fijeme: <cTú siempre me tra-taste
bien, mejor que 10 que yo merezco; pero no
podia hacerme R ti. No era porque no me dejaras
beber los lunes, por más que lo echaba de menos,
ni era porque me hicieras fumar tabaco habano en
vez de virginio, que es mtts fuerte y de mi gusto...
No sé por qué era; pero no estaba bien, sentía como
frio y cortedad; muchas veces, antes de entrar me
quedaba en la calle y me entraban ganas de echar
n correr. ..» Fljcmc: <cY eso estaba muy mal, porque
tú siempre me hiciste bien. Ahora trabajo de oficial
en la zapatería de Costa, y me pagan mal. Si me
vieras de sucio y roto, te daría asco, sobre todo el
lunes, cuando echamos unas copas. Ya no me afeito.
Ahora fumo virginio. Pero...)) Fqcme: «Aunque me
da vergüenza decírtelo, estoy muy contento. hfe pres-taron
una guitarra, que ya sabes lo que me gustaba
tocarla, y tú me 10 prohibiste. Si no te sirve de mo-lestia
mAndame la mía, que In tiene Antoñita Soco-rro.
Te pide perdón y besa tus pies..., tu esposo,
que te respeta y siempre te recordará, Juan Perdo-mo.*
f71yellse.- cJ?ost data: file parece que el no con-geniar
contigo es porque te tengo mucho respeto,
porque eres demasiado para mi. Como si fueras un
sacerdote y yo un pecador. Tnmbien me precias ~1x1
juez, y también me parecías un guardia municipal.
En fin, que no sc.> FLyemc... (Sihcio.)
~~D~rlsls~~.~uul~.-~~ p;wxx 5eï muy maln persona.
SOR CL.\Ra.--iPobre hombre...! Sin duda no supo resistir
la tentación.
ADI~~ISISTR-\DOR.-Y por lo visto, {no se ha arrepentido?
LA REooNDA.-Durante veinte años me ha hecho sufrir.
Otra cualquiera se hubiera desesperado, hubiera re-clamado
en justicia, por su buen nombre, por su
dignidad, Yo... nada.
191
AD~IrSlSTI~;~DOR.-ESO CS mUy noble.
Soa Cr,Cw.~.-IXos se lo LendrA en cuenta.
Lx Rwosn.-!.-Así lo cs[)ero. Veinte afios he perm:~necido
viuda. L>csde los treinta me abnndond. (Colt ciwfo
OIgIllo.) Tengo cincuenta.
fZDJIrsIsTRr\DoIz.-No lo dirk nndie, esta usted fresca, ni
canas ni arrugas.
LA lirsoos~~.-No &rlí por falta de sufrimientos.
SOR CLARA.-KLS padeció la divina i\ladre de Cristo.
LA bDO?IDA.-Asi me lo decía miscgun(lo padre, don An-tonio
del fil:tmo.
SOR CLXR.-L--~.~~ scííor Cura de Andux?
L.1 RITDOSDA~E~ mismo santo vw&l. Con él viví para
servirle hasta su muerte, y alguna confianza tuvo
cn mi poco merito cuando me dej6 en herencia el
cortijo de Novwlcles.
~~2DJ1IslS~~aDoa.-XIuy seiiora mia: iCín:t gran finca! Los
quesos de Nov;tlrles no tienen riwl.
IA Rra~)orl>~.---\~:~ In; prohrá el señor ndministr:wlor.
Aclcm:is, esa finca pienso quede a mi muerte a este
santo hospik-tl.
SOR Cr~.~l~:\.-;Oh, sZtlor;l; el cielo serti su recompensa!
13ucnn ncccsidnd tenemos de almas generosas.
ADMXISTRADOR.- Admirable. Ese rasgo la pintn a usted.
Siga usted, me interesa extc~ordinariamente su his-toria.
L.1 REDOSO.+.-PLI~S verAn ustedes. Yo nunca he olvidado
que existe en la tierra un ser aI que me uni6 con
lazo indisoluble nuestra Santa Aladre la Iglesia, y
hc hecho muchi~s tentativas pnrn hncerle volver al
camino de 1:~ virtud y del honor. Todo ha sido intitil.
~~D~lfSlSTI2~I\DO~2.-~Cnn;l~~~!
Sor? Ct.4w.--iVeinte años en pecado mortal!
LA REDoson.--Xlortal, usted lo dijo, madritn, hace vida...
nefnnd:: con otra mujer.
SOR CL.alw.-iJesils!
~\D.\IrsrsTR,~DoR.-irobre señora!
L.1 RI~DOSD.~.-V hm tenido hijos..., muchos hijos..., seis
u ocho... no sé..., varones, hembr:is...
~~r,.\IISISTR~~DOR.-I-IijOS del pecado.
SOR CLAILL-Esa es 1:~ vida del siglo . . . . esn . . . . el pecado...
192
La REDoxDrz.-Por fin he sabido que ella y él han venido
n Canaria a buscarse la vida, pues la miseria les
comía. Él, que tiene cinco años menos que yo, cli-cen
que parece un viejo. Y aquí esta mi decisi6n:
he hecho el viaje para redimirlo, para llevdrmelo a
Vega Honda, para sentarlo por el día en un cilldn
al sol y acostarlo en una cama sahumada por la
noche, para nsearlc como Santa Isabel de Hungría
n los leprosos. para darle de comer y levantar su
alma a los cielos, y nsi prepararlo para la vida
eterna.
ADxIslsTRADoR.-ihdmirable! iEs es digno de escribirse
en los peri&licos!
SOR CL.\RA.-ES usted una mujer cristiana. Es un alto ejem-plo
en estos tiempos, en que la calumnia nos persi-gue.
Gran consuelo es para mí.
L.4 RFWOXD.I.-~~ complace la aprobación de usias, y no
esperaba otra cosa. No elogien lo que es cumpli-miento
de un deber de conciencia. Es mi marido;
me lo confió nuestra Santa Madre la Iglesia por me-dio
de un sacramento, y es mi obligación salvar su
alma. 11 eso vengo.
ADMIsIsTR~~DoR.-Permítame usted que le dé la mano. Soy
SLI servidor y su admirador.
LA ReDuxo.* .-Me av~@ien~a usía. Soy una pobre mujer
sin educación.
ADMINISTRADOR (p~~Oh?sfnnr~~ virilmwte).- iCa, ca! Ya la
quisieran las damas encopetadas.
LA Rnuo,uDA.-Por Dios, seíior don Dionisio.
SOR CL.&I?.k.-Tomar& usted un ligero refrigerio, un bizco-chito
con vino..., un vaso de leche . . . . un caldo...
LA RnDosD.k.-Si la seíiorn superiora me lo permite, pre-feriría
una taza de caldo del que toman los enfermos...
AD.\II~~ISTI~..\~~R.-~~II~ santa humildad!... iEsa, esa es la
verdadera mujer del Evangelio!
SOR CLARA (Umnn~~do ell Ia pne?‘tn).-iSor Mercedes...!
Venga. Diga usted que preparen una taza de caldo...
y un poco de vino generoso con un bizcocho...
LA I?wosDA.--Eso es demasiado...
Son CLARA,-LOS tenemos frescos. (BnjO n SO?’ JfWCede5.)
193
Que le pongan al caldo una yema de huevo... Vaya
usted, hermana.
Lx l?El>OSDA. --Y ahora concluyo por donde debía haber
empcz-ido. Puesto que aprueban mi determinación,
me ayuilarrín R cumplirl;4.
AD.\II.UIS?.R~DOI:-ConmiS cuente usted para todo.
Soiz CLAIcA.-Diga usted, hermana..., jah! perdone..., quise
decir scñorn.
LA RENNDA.-~O~! si eso fuese posible. iEse hn sido mi
sueño! iT-Tcrmnnfi de usí:l! Pero soy cxad:1..., vieja...,
joh! Si algunn vez enviudo (Dios le conserve In vida),
vivir6 con ustedes, si me lo permiten; hare vida cle
religiosa y mi pequefia fortunn set-n de esta snntn
Hermandad.
At~~rrsrs~r:x~o~z.-Ya In ¿ìclministnlremoc bien... iQuien sabe!
Son Ll,r\l~.\.-Respetcruos los altos juicios de Dios.
LA r\EDos~x.--Eso es. Iíi sabe lo que nos conviene. Pues,
col110 ih cliciend0 .7 usin, mi n7nrido esr;i nqllí,
r~D~llSI~TRAlJOIi.-Ejí. Ya lu clijo uslcll. Vino a Las Palmas
con esa mnln hcmbrn.
Soro CLARA -pero jcstti usted seg-rrra? (h ¿CfLtl Ofci-?fZQ
co11 cll silencio $l~íciito.) {En la enfermería? (Y de
IIIICÜO, ufds que cl geslo, In i~mot’i¿idad del rostro
afirllllr.) Pero, ¿cbmo se Ilnm:l?
LA Rwosr,;\.-J uan Perdomo, mds conocido por el Re-blondo,
y:t tuve cl honor de decirIo.
~~D~IlSIsT~~,~DOl~.-ì\~e he quedado CSttitiCO.
SOR CL.ZRA.-- iJuan Perdomol iE Redondo! iSor Cecilia1
(.G’lrtm SOY 11fenmlc.~ COII cl mido.) <Quiere uswl lla-mar
;I sor Cecili:l? Déme usted... Ro le COnOZCo...,
es cho, nosotras no preguntamos los nombres. ..,
son hermanos enfermos, y eso basta.
194
AD.\IINISTR~DOR.-TO~~ usted el caldo, scííora. Debe usted
estar muy emocionada.
L.4 REDOSD.\.-MUC~MS p-aci;7s. Estoy tranquila. Mi vidn
me 1x1 d:tdo resisten& para soportar los clolorcs.
SOR CL.AnA.-Diga usted, sor Cecilia; ?conoce a Juan Per-domo?
{Un enfermo que debe estar en la sala de
Santo Tomás o en la de San Roque... no sé...?
SOR cIKILIA.-¿JLlan Per-domo? Si quiere la señora supe-riora
me enteraré... Juan se llamaba el tísico que
murió el martes.
L.1 ReuoxDn.--;\lurio? (Dice usted que murió, hermanita?
SOR CL,4tzr\.- Sí; pero no recuerdo si era Per-domo... Un
chico como de veinte años.
LA REDOXD.-\.-NO, no es ese. (Siglre torlln?ldo 11 sorbos el
ClddO.)
SOR CL,-\R.I.-Vaya usted, hermana, y pregunte. (Snle so?
Cecilia . )
ADMISPSTR.\DOR -Debió usted sufrir un choque muy fuerte
cuando la hermana dijo que había muerto.
L,\ REooxL>A.--Sí, señor; fue como un vuelco... Morir sin
‘arrepentimiento, sin mi perdón...; no por lo que valga
mi perdón, sino porque es necesario para obtener el
de Dios.
SOR CLARA.-iQué cosas! iQue complicaciones en la vida
por los mismos hombres creadas!
LA REDOXDX (deuoWef¿rlo Zn taxcz).-Riquísimo. Tiene un
sabor muy agradable a huevo.
ADJIISISTRADOR (ilzocelttemelrtej.-Como que es de gallina.
Fijese.
Son CrcrLIa.-CSor Clara?
SOR CL.A~,A.-<Le encontró usted? ¿Quien es?
SOR CI~CILIA.-Bs el cufe~mo del número uno de San Roque.
SUR CL.~IIA (lacordnmio).-El número uno.
ADMINISTIZADOR (r-ecol-rlnwfo).-<El uno...?
SOR CECILIA. Un viejo que padece del corazxh... Ese que
llaman Compañerito.
SOR CLARA.-$Xno? ;Qué me dice?
ADMINISTRADOR (snltnnrio).--¿Compaiierito?
SOR CL.wA.-Ese . . . . ese viejecito . . . . el marido de... Barba-rita,
de esa..., digo, no es el marido... iJesús! iJesús!
iJesús divino!
195
ADJIISISTR.\D~R. -+E5t2í segura. sor Cecilia?
SOR CEclLl.~.-Segura.
SOR CLARA.-(NO es posible! Usted se equivoca. Si son los
viejecitos rnns buenos que he conocido... Si se quie-rcn
Es la pareja de que hablab;t 3 usted hace poco.
Ao;Irscsr~rao3R.-Si; los que no quisieron ir al Asilo por
no scpíirílrse.
Sor2 Ct.41¿.4.--iTienen ocho hijos!
LA REDOSD.\.--Me parece que es mi esposo.
SOR CL:\w.-Sor Mercedes, busque usted el libro de en-tr:
tdns . . . . pronto... il’ero, Señor . . . . de quién puede
finrsc un alma cristiana! Si Cjtos me han engafiado,
digan ustedes que cs par:1 desesperar de todo. Vamos,
que no lo creo... tH;l encontrado usted, sor bIercedcs?
SOR Af IIRCBDFE.-J u;ln Perdomo Arencibia, cuarenta y dos
arlos, castrao.
SOR CL:\RX.-iven UStc(zlcS?
AD.\fisrs-rrz‘~Doa.-Sí; pero puede ser casndo con Otra.
Sor< Ct.4ncx.--Siga . . . . sigz.
sülc hfrz~ice~as.--Con I%+ara Umpih-ez García, ¿iC Snnta
Cruz de Tenerife...
L.\ Rrtuoxu.\.-La misma que viste y calza.
tb.\IISISTRADOR (qfl~?l~hll~O ?mCCl- 1111 Chkk? qliC Él SolO apl-C-cifz).-
Pues viste y c;~lzn muy mal.
Sol2 M~r2c~~as (urrly bojo golpetí1d0.w los mfriiZZos).-De
bucn:l ley,.. (Por fortnm 110 ¿rr oyeu.)
SOR CLAR.\,-(sU SClih!J~~Ill¡e h Clzlllbh~o de Cxpt'cSidIl ?.t?-
p.entiuntrtcntc; twn r[g7¿tcs unei fijrl y prottlfrdn
nrl~ri.,rn.s 110 .so.spccllnr3ll.s t?IZ 31 rostro re~wttcte y
phicido. D;r kl ilrtpresidtr de ttfl cntttpo Ae trigo cies-
PIIL% de /mb~i* pnsntio 111141 mrbe de cigarms.) 1Sor
Cecilia, traiga usted il Hiwbnrita nqui!
(Uny 1111 silencio triigico. Se oye un choprc cris-tnliuo
de cuzittm de rosririo y um!lt~Zt~~s estiwttecidn.5
por 111 ctilem, la cólem terrible de los jnst0.s tìlrte 62
pmdor. Ln R~ti01&, con cl disco de In Iztîrn, ihr-lnirrrr
fría y cmel el cnnzpo rlcvastntlo por trr.5 ci-gWWS.)
(ll011 i.0rc12.30 P~~.s~~IIIo~~#~~, el nrtfflico dcì Hos-pitni,
entrn c~rfr~lrrt~itlo CII SII Iczritn, co11 ti4 chistcm
DOCTOR.-;,\Ic dinín ustedes adónde llevan la camilla con
tanta prisa?
~U~IISISTRrZI~OR.-DOCtor, se trata de un:1 gr:ul necesidad...,
muy gr;ìnde..., una mujer moribuntln...
Doc~o~z.--IEso es! Ale lo figuraba. Un muerto más. ihenrì
fnmn va adquiriendo In casa! iY todo esto sin contar
con el médico! iY no soy nadie aquí!
ADarl‘rrsTRaoo~.-Pero, déjeme usted explicnrle...
DOCTOR.-~PL~IYJ quk, SCAOI- adtninisrrndor? Cualquier día
voy 2 encargar que envien doce camas nuevas, que
-buena falta hacen, pmi ver lo que usted dice.
So12 Cl,.azr.k-Perdone usted, don Lorenzo, es cosa mia.
Se trata de una mujer cn pccndo mortnl..., uní3 mujer
que vive de mala m:mcr;t..., con un homùrc que no
es su marido. iParece que esto es cosa corriente!
DOCTOI~(w í3 SHIZV~)-.- {Qué le pasa a usted, sor Clara?
So1r CLAI<X .-KittlÍl, q~le plrece que hoy cl diablo hace cle
las suyas. <Srtbe usted lo que ocurre? Que ese horn-brc,
ese que llaman ustedes Compnfierito...
Doc+o~<.--$3e ha muertw?
SOR CLARA.--Peor. Digo..., no... peor no. Que resulta que
no es casado con r3arbaritn.
DOCTOR. NO me extrafin.
SOR CLARA.--&0 sabía Usted?
DOCTOR.-NO. Pero ahora me explico por qu6 se quieren
tanto.
Son CLARA.-i\;o diga usted tonterías. Hoy no estamos pnrn
bromas. iY yo t¿m inocente que le he permitido la
entr:lti:l fuera dc los días dc visita1
DOCTOR.-ESO le cst:í n usted bien empleado. Si se njus-taran
a mis mandatos no pasaria eso. La familia, en
In c;~llc; el enfermo, aquí, solo. RCgimen hospitalario.
Es el que da mejor estadística.
197
SOR CLARA -Venga usted acá. Ahí, en el centro. Míreme
de frente.
BARBXRITA .-Ya In miro, madrita. (Por qué me habla así?
Yo no he hecho I~B malo. No traje comida PB mi
compnñerito. iSe lo juro por el divino Dios!
SOR CLARx.-Calle usted, engendro de maldades... no mien-ta,
nO condene más su alma...
BARBARITA.-iAy, mndrita... yo se lo confieso too..., toíto!
Es cierto le traigo toos los días una copita de ron.,,
una copitn pfln WA.
SOR CLARA.-¿QU~~ me importa eso?
B.wn:!RrTx.-Pues no ha habido trrri. Si otra cosa le dije-ron
la engañaron. Gente que quiere ptrjudicarme.
El otro din el número dos, porque quería beber de
lo que yo traia a mi compañcrito...
SOR CLAR.A.-NO emplee más esa palabra... por algo me
sonaba mal.
B.4RB.\RITA.--@IeS Cómo qUiere que le diga?
SOR CLaRA.--Atienda y avergükncese. ¿Conoce usted a esta
serlora? (Es Ln Kedolrdn.)
BARBt\RlT&-En jambs de los jamases la vide. Nunca pude
hacerle mal Ite~~gwzo..
SOR C~.41<.4.--~Es~it usted se@m?
BARB.4RlT.4.-COIIlO de mi salvación.
SOR CLAKA.--DiCe usted bien. Esta seííora es la esposa le-gítima
de Juan Pa-domo.
DOCTOR , -iHola! iUn drama!
(Brrhwitn Zn n~inz con cwiosidad; uiugzíu otro
se~rtiu~ieuto revelm su boca nbieytn y sm- ol*il¿os
tirmos.)
B.\RB:\I~ITX.-¿QLle. . . que esta sefiora es.. como qUien dice
In mujer de mi Compañerito?
L.1 RED~sD.\.-L~ misma, hija mía.
BARBARITA. -Y parece buena señora.
SOR CLARA.-<\ se queda usted tan fresca?
hRB;\RlTA.--¿hf?S que quiere que le diga, mndritn?
SOR CLAR;\.-iPero no le da n usted vergüenza?
198
R.\RB.\KIT.~.-cvergtlenza? (De qué?
Son CI.AIPA.-No tiene ide;t de nada. Es una mujer perdida.
B,wu.-\IUT;\ (~,~~o~‘LI~é/~dosc).-Yo no soy una mujer perdida,
mxll-ita, y rtnide pudrLí decirlw. QLI~ llnmen ZA toa el
mundo $n que se vea y se sepa que yo no he conocío
otro hombre que el mío, el mío, mi compafierito.
AD.\II~~ISTI~~DOR.-~QU~ educación!
B.~RwRIT..I.-ESO es verdad, don Dionisio, y yo no oc~f~to
la verdad. Yo no tengo educación, yo soy una itro-
7mrte; ~pero’hnnrad;~? iA carta cabal! íPor éstas! (U
besa Zn.5 c1'lIces digitntes coft nrxia qJJe hncc peJJsnr
1212 CÓJJJO be.%?-in tlL bOUl de COJJl&VlJ%JitO.)
LA RCZDOXD:~ -No jure, criatwa, que eso es pecuùo.
SOR CLARA.-Pues ya sabe usted, Barbarita: ese hombre
no es de usted.
B.\RB.\l¿ITA.--¿Que no es mío? {Pues no ha vivido en mi
compaííía veinte aííos? ;Pues y los hijos que tenemos?
SOR CL.ARA.-?Y se atreve usted ~1 hnblnr de sus hijos?
D..~RB.-~IzITx.-~Q~~ si me ntrcCo? ~PUCS (Ic quih son sino
de él? Ocho hijos, mndrita, ocho.
ADXINISTRr\DoR.- jEst0 dn asco!
DocTon.-ZPor qué ser5 t:ln fecundo el pecado?
SOR CLan~.+Pero usted no entiende que esta señora es
su esposa?
BARBARIT,Y.-NO le digo que no; pero yo soy su mujer.
SOR CLARA.-DES una pgmn!
BARBARITA.-iY $z que lo quiere ella! Si nunca le ha hecho
fwtn &!KZ qué lo viene R buscar ahora cuando está
murikndose? Esa seiíora no puede ser buena, ma-drita;
no lo es, no lo es cuando quiere hacernos ese
mal. illire usted que separarnos ahora, cuando so-mos
viejos, cunndo nos fwfn tan poco plz morirnos!
No, no puede ser eso... /K~JJZ~C n ZLoinr.,)
SOR CLAva.---Se concluyó. Siéntese allí..., allí quieta en
un rincón. Sor Cecilia, hágame usted el favor de
conducir aquí R Juan Perdomo. (/3crr?jnI*iin si&e IlO-t*
crJrdo ert tlJt riJJCóiJ; coJz el sobretodo fzegro y roto
se cnj~rgn Zas Zdrrincns y se me~za fmg-orosflnre~zte.)
Calle usted, desgraciada; aplique usted este dolor a
su purificación.
199
BARBARITA.-Si fl0 puedo...; si es más fuerte que toa lo
que he pfzsno . .
Son CL.-wx.--Mejor; mas mérito.
BIRB.WTA.-isi n mí se me murió un hijo y no me dolió
tanto! iSi yo he pasado hambre y trabajos y me han
pc.gJo y Izan... 1tf7~ como este dolor!
SOR CL\rw-Si no calla usted la echo a la calle.
B.\RB.IRITA.-Ya me callo... tenga IG.tima... usted, mndritn,
que es un Angel... tenga piedá.. ., soy... soy un animal.
SOR CLAKR (n In KL~dotrdn).-Perdone usted, seííora, este
cscdndnlo tan desagradable.
LA REDosDA.-iCLKínt0 he sentido In molestia!
(Se prodnce uu silcltcio. k-L nt&?ico nmc~de e2
pu170 del bzstórt; el crdutirtistfurfor se Zitnpin los 2tlin.s;
de pro~lto, SOY Afelredcs SC nplnstcl sobre 5-u pupitre
z¿oYmcrZo CEesV~~~I-IlcZízlllellt~. uu pruf1turZu estlLppor se
pitttrt eu todos io.3 sembhntes; Itastn Bctrbnuitn se
clllh .)
SOR cL:\Rx.-~pae le pnsn, sor Rferceiles? iQue es eso?
(Se ha puesto mala?
DOCTOR.-Vaya, vaya; eso no ser5 nada.
Soa ~Ii3RcRDEs.-PerclOnenme... cl~~icrlrne... esto pasará.
DocTon.--Una crisis nerviosa . , nifias que no estAn acos-tumbradas
n la miseria de In vida. Ustedes se han
empeíía-lo a cducx~-las conversando con los Santos.
Vaya, a tranquilizarse.
Soa C~.~~z~.-Vtfnga usted... Salgn n tomar aire...
Soa A1ERCI2DE3. -No, madre, no... Ya pasó..., ya pas6.
SOR CL.ARA (n B.wB.wL’ttr).-<Lo ve usted...? Usted tiene la
CUlpCl... B1 especthculo de SLI maldad, de SLI insis-tencin
en el pecado, 1x1 impresionado :I la hermana.
SOR ~IERCEDES.-NO, sor Clara . . . . no . . . . por Dios, no la
aflija mas...
KIRBARITX (rorttphtdo de Itttmo el Ilftltto).-jYo tengo la
culpa...! iE'0 soy muy mala!
SOR MERCEDES.-QLI~ no . . . . que no es eso . . . . no llore.
BARRARITA (ittfet,~ntrtpic~trlo).-iQue si.. . , yo soy la culpa-ble...,
la mala!
(Unn n otra se intmwtntpett i~tconsolnbles.)
SOR CLmA.--Basta . . . . basta . . . . así me gusta . . . . arrepen-
300
tidii.. ., sintiendo do!or..., dolor profundo de haber
ofendido a Dios. B-o es bueno.
SOR CECILIA (CO?1 CoJltprr&rito í?JL Zn pzrcl~tcl). -Aquí cstR
Junn rz;-c10111u, sur clili-íl.
SOR CLARA.--Entre usted, hen hombre.
BARI~ARITA (eI2 IIIL 7*illCóJt, silt porlene COl¿tCJler).-iny,
Compaííerito mío!
/ColJlpnJ~el-ito gncdn elt cl cei~tro sin preocîl-
&llXe dC ll~dit?; pJ~Obiì6/CJltCllte 110 Ve fl IUldie; SótO
tiene 7131 gesto 12313ifiZdc de se3wifJ3imú3~e. se quita cl
solI~Dlv?ro y zo IrlnlrtieJre colltm cl pcc710, elItre zas
dos ~JzffJzos tclllbZomwIs. 22 teiJJbl00f. SC coJJln~zicn nl
so~~rb~*cr-0 y te dn Zn npwiclxin áe mt me csttzlJrc-
CidLl DO?’ h ~~Ollííl de Ill eStJTlJ1~Zfk~CidJL)
ADWNISTRr\DOR.-EStA bueno el Tenorio. (El4 VOã k’jfi.)
DKTOR.-~~IOI~, Compdicrito!
CONP;\Ñ:;RITO (ur~fy hjo,J--Buenos días tenga SLI merced.
SOR CL.4rz.A.-Sefior Perdomo... EstA usted de enhorabuena...
Dios se 1x1 npindndo de usted... de usted, que no lo
merece.
B.\RB.\RITA (ofiCiosnJJlcl~tc-n sor CZnm). - HBblelc alto, mn-dritn,
está algo illrpcdío.
SOR CLARA (ehmIrlo Zn voz).-Digo que Dios se ha apia-dado
de usted y Ic cnvin, pm-o remediar SLI miseria,
1111 ,rlngel de bondad. ¿Ile entiende?
201
CO~IP.*ÑE~IT~ (ca am bnjn).-SI, madrita.
SOR CL;\IZ.\.-D,- hoy en adelante ten&4 usted comida sana
y abundante, un traje decente, ropa interior limpia,
cnmn blandn y manos honrndns que le revuelvan en
las miserias de su enfermedad. Chle entiende?
Cosw~NE~rro (iZesprI& de 2111 silencio).- iY no quiero ir
al Asilo!
SOR CL.-\R.L-NO irli al Asilo. Ird usted a su casa. Vamos,
atienda: hlire usted a esta señora. <La conoce? <No
1~ recuerda?
LA REDOXD~ (tevcmtríudosc, con touo clc jmto. Uu obser-tWdOJ*
SCl~n.P ClttCI¿¿2%>f’/ll qtfB tJW¿? t~~>J~CJZdidBS hl.9 f7Y-scs)
. -Soy yo, Juan Perdomo.
Com.4Ñml~o.-~Y quién es su merced?
LA l~~noxn.~.--Sng l’cpitn Rodríguez, In Redonda, tu es-posn
lcgitimn. (Comprrhwito tiembla... SIIS ~mntos
estrmtg~rlnn f¿r-omtmte cl sombrero.) Despu,& de
veinte años nos volvemos n ver, y nndie 21 mir:w-nos
podrA dudar de la justicia de Nuestro Sefíor. En
mí todo ha prosperado, porque he sido fiel a la Ley
de Dios; en ti todo es miseria y enfermedad, porque
In olvidaste.
ADJII.VISTIUDOR (ilrocerltelttelrte).-híuy bien. (Al m?dico.)
LA REDOXDL-NO quiere Dios la muerte del pecndor, sino
su nrrepentimiento; y yo, siguiendo su mandnto,
vengo n ofrecerte mi perdón, mi modestn fortuna,
Ix comodidxles de mi casa, mis servicios de esposa
obediente parn que Dios me dé su perdón y un
puesto en la Gloria.
~DulSlSTR.~DOR.-.iPero muy bien! (AZ IUt%?iCO.)
Docron.--Cüllese, que esto es muy curioso. Dejeme oir.
(ColrrpnCerifo hn edxdido n mediros; lo que te
Iu IZtg0do ciaclrtl0 cs que estci CIC p0aflr de Zn Re-
202
CoJIr.\Rr;.RITo.-iBarbar¡ta...! iBarbaritn...! inarbnrita.. !
B.~RB.\RITX.-jC‘or~7pnîierito mío!
SOR CL,xRx.--(Todavía tiene usted en los labios ese nom-bre
del pecado? icompañerito! iCompañerito! No hay
otro compañero que el esposo, el que nos dio nues-tra
Santa Madre Iglesia, no solamente para... (y qzre-da
1fCtellidll Sil1 CJlCOJJtJ*fW h pdh'll StllÍTJC q2lE CX-presc
el IJccho JzntnJ*ffZ; es In vnCiZncióJ2 deZ qtre Dnscn
2cJttlsgofrls mgros p.xra mirar cl sol y coJJcZuye Po?
CeJïYJl' /OS OJ*OS)
DOCTOR (Q~I~J&IJUI'O socnrroJtmneJtte).- Para la fornica-cibn...
(Al AdiJliJZistJ-ndOJ*.)
SOR CLARA.- . ..pnra tener hijos, sino parn alabar a Dios.
B.ARB.IRITA (~rcyc~~do qlle hn garrnrlo CB óntrrCLa COU Zas
cl~'Jt~ns del CJZCJJI~~O).- iEso... eso IJtes1110, madrita;
yo he tenido los hijos! iElla no ha tenido ~rc~r~zr~zo!
SOR CLARA (Cn cóCem cle loos jztstos se le mõe n tk cabcsn.
s?l YOStrO J*eSUh lllJIOJ*~lt~ldO y k?S $ilt~bJZS SC CJtJ'O-p?
ZZnJz).-Ahora... ahora mismo... sin mfis dilacio-nes,
sale ushxl de esta santa casa, que 1na1~11ac on
su presencia.. .
BxRB-[RITA.- jAladrita! ihfadrita!
Sotr CLArcA.-Ni una palabra. iR la cnlle! Pronto, o llamo
:il portero.
BARI).-IRITA.-YO me estoy callada... yo no vuelvo a hablar...
SOR CLARA-VLI he dicho que snlg:~. Sor Mercedes, abra
usted esa puerta.. . por ahí sale usted directamente.
Ni una palabra o llamo un guardia.
B.XRRARIT+Y (nZ nom6re de1 guurfiin, de 10 mrtnridnd Visi-ble
pnrn los pobres, In mujer se ntcJrJoG3~. Yn uJtn
vex ¿n ZZCVOJ'OJ~ a In pJaeVeJ¿cióJl por J'iJ?n COI1 oh
Jtruje~~ eu Zn frwute).-No..., no es preciso..., ya me
voy.. . jAy mi Compañerito, y cómo nos separan!
COAIPA~~ERITO (sollosn~tdo, soztrrrloy agitnJrdo ZCIS IJKWOS).-
iBarbarita!
DOCTOR (llevhdose n Bwbwitcr).-Vaya, salga usted... ya
veremos, ya veremos lo que puede hacerse.
hRm!U’r.~.-iAdidS, Compañerito! iQuién lo había de de-
203
cir! iQué ICS diré n los pobres hijitos cwmdo rnC
pregunten por ti!
SOR CL.\RA.-ESOS niños estarían mejor en el Hospicio
B.~RB~~RITA (cou cir~rrìov cr~iirimble, siu ira ui f,eltcoI;).-
iCómo se conoce que su merced no ha pn?,ío!
L.4 RI‘DozíDA.--iJesús, Maria y José!
SOR CLAR:\.--iPuerca! (No /t&¿n Ott’a pnkrr!,~r; cl I-esto Se
cottrpleta cou gesto qztc seC-inZn Zn pflerta.)
SOR hlmcE~~s (krjo).-Vcíyase..., v&yase... (EL m?dico In
cmpuja, y SOY Mwcedrs cicrm. Sihncio. Fztem, eu
Za calle, se oycu los solZoxos de Bdmrita.)
SOR CLARA (que hn ~*~xarlo).--iDios me perdone! Esa mu-jer
me ha hecho caer en el pccndo de In c6lera.
L.1 Rf:oosD.A.-iCu,Znto siento todo esto que ha pasado!
No es culpa mia; si lo hubiera sabido...
Son CL;\~.\.--Por Dios, no iliga eso. ¿Qu6 culpa tiene usted?
Vaya, ya estamos tranquilos. Akgrese, señor Juan
Perdomo; su mujer se lo lleva para el campo... ?En-tiende?
CO~AR~~RITO.-YO quiero irme con mi mujer. (Bajo y tezn-
BlmtrZo.;
SOR CLARA.-Si, Señor; con su mujer, con su mujer ver-dailern,
a quieu usted ha hecho sufrir tanto, y que le
perdona.
COMPAÑERITO.-YO quiero irme con mi mujer.
La RaDosnh.--Tendriís cnn~ snhumndn y una huertn para
tomar el sol y un traje nuevo, y te lavards todos los
días, y rezaremos el rosario por las noches e iremos
n misa los domingos y fiestas de precepto, y te con-fesar&
con don Atanasio..., ya ver6s...; pero es ne-cesario
que seas bueno, que no fumes virginio, que
nn bebns ron... eso es... 2Estús contento?
COAIP.~JERITO.-YO quiero irme con mi mujer.
SOR CLAR,\.-Tiene medio perdido el juicio. Ya le pasarc? con
el aire del c;mpo. la limpieza y la buena comida.
Lx REDONDA.-Y si no, los trabajos serán para mí.
SOIZ Cr~.~x.~.-~Y cuAndo piensa usted marchar?
Lh Rwozrni.--;\Iañann; ahora quisiera salir y hacer algu-nas
compras para vestirle decentemente. CUstedes
podnín guardarle aquí hasta después?
SOR CL;\l<A.--<Quién lo duda? Aquí, aquí seguirá para
20-l
evitar el co~~tactu CUII lus ut1~0s enfel0nos. Sor Ceciliri
guardara la puerta. Él se quedará dormido. Pero {qué
pasa? (Cr12 gmu ~zlirlo SC oye en cl irtterior del cdi-f
ki0; geittes aj5wsrirndns qzrc cor?vft, Woccs .CO~zflC
sm-, dg-ht getuido. E.l doctor y el ndntittisttmfor
srrleir n etttet-ctrse.)
SOR Mkxce~~s (levftnt~ttd0.w cott ctgitncióu exttwmr; pare-ce
enloqlfecidn; cl dntn, dos nlrlrm emmtcltntt Zns
pltpiks).-iSor Clara! iSor Clara! iEs ella! iElla!
SOR CL.AI:A.-(Qué dice? <Por qué se agita de esa manera?
SOR ~\IIwc~DEs.--~Es ella! iElla!
SOR G,.alii\.--<Pero quién es ella?
SOR hfERcEDEs -Esa pobre mujer... la IllUjer de Compa-ñerito...,
esa... Barbarita.. . jse ha matado!
SOR CLAR.k-{Pero quif5n le ha dicho eso? CEstZí loca?
SOR ~IERCEDES.-NO. hIe In dice el corazón. La traen... la
traen... en la camilla. La he visto pasar.
SOR CLARA.-[NO es posible! Otro pecado. A ver... iSor
Cecilia...!
DOCTOR (en In pzte&).--CSaben ustedes lo que han hecho?
ihle alegro! Allí traen IR camilla, y en vez de la
moribunda que iban a buscar sin permiso mío...
viene dentro el sacristán... Deogrncias... con una
pierna rota... que se la rompió el jctnbro de la tal
cuando quiso sacarla de su casa. (Sor Mexerles erre
ett Za siUn Ilomttdo y t%ertdoJ.
SOR CLARA.-Hoy es día malo para las personas honradas.
iPobre Deogracias! (Acexkdose n sor Mercedes y
&z~o.) Ya hablaremos despacio. (AUo). Vamos a con-solar
n esa pobre criatura. (Sale cott Zn Redottdn.)
DOCTOR.-YO soy el que ha salido ganando. Un buen caso
par;1 mi estadística.
(Sor A~e~~cct~cs qucdfl en stt pttpitre.)
COJIP.&~TO (Eu voz baja y so~~o.m~zfc, co1110 hz de tu2
tciiío trzitrzoso).- ~B~~rbarita...! ihrbarita...! iBarba-rita...!
(U nsísigxe.)
SOR hkl2C13D~S (Se ~~Va~Zt~. r(1. a ¿a $WCh Ch? CYiShk
pie comkce n In cnlle y nrim fttcn7. DesjWt?s va íi?e
puisn n Compm7etito y 1c dice acerchrlose nZ oido).-
iBarbarita está en la calle! Le espera. iV:lyase...,
vílyase! (Cowpn~etito se Zevnfttn ttwblmtdo; elLa Ze
htS Y fktlSTfS ,\ftLLdRtX CUI3AS
206