EL CUARTO DE LOS CAPITANES
Hay en mi casa una estancia singular
donde, según me cuentan, dorminn apacibles,
tras rendir travesías increíbles,
unos extrafios hombres capitanes del mar.
Barbudos personajes de un remoto pasado,
fantbsticos pilotos de veleros de ensueño
que, pese a las galernas, con quimérico empefio,
al muelle se acercaban con el barco averiado.
Me parece que aún oigo, con mallorquín acento,
relatar a mi abuelo el rico cargamento
que de lejanas tierras traía el bergantín,
y sus risas viriles y su roncar profundo,
soRanclo que las olas de los mares del inundo
los llevan victoriosos en un viaje sin fin.
AGUSTfN BOSCH MILLARES
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