POESIA
Conquistaré el azul ávido de plumaje.
MIGUEL HERNANDEZ
DE LA AMISTAD
A mis compañeros del Teatro.
Amigos míos: Pienso
que el corazón del hombre
lanza su sangre en un circuito abierto,
que llega al corazdn de los amigos
para volver al nuestro.
El que guarda su sangre para él solo,
ese es un hombre muerto.
Y que vivir no es más que hacer amigos.
Que vivimos por ellos.
Que hablar sin ser oído es estar mudo,
mirar sin ser mirado es estar ciego.
Que el hombre que ha vivido sin amigos
es que ha sofiado y ha olvidado el sueño.
S610 si oís mi corazr)n, me late.
La existencia se narra como un cuento.
Si no se narra y se comparte,
la vida es como vienro sobre yermo,
que pasa sin mover hoja ni espiga
ni cabello.
Yo vivir6 lo que querkis vosotros.
Cuando olvideis mi nombre me habr6 muerto.
Pero seré inmortal con que un amigo
me erija un buen recuerdo.
Para entonces diréis de vez en cuando:
Aquel amigo Pedro
des~u&s de todo feo era mal n22rckczcko.
Y guardareis silencio.
Y el pequeíro lugar que yo ocupaba
sobre la tierra, volver& a estar lleno.
Esa es, amigos mfos,
la gloria que os debo.
(He conocido acaudalados hombres
que se han marchado sin que aúílle un perro).
Yo espero que al marcharme,
de verdad me acompañe el sentimiento.
PEDRO LEZCAXO
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