JIZS AJIIGOS DE E,lT’O,VCES
Mis amigos de entonces,
aquellos que leíais mis versos
y escuchabais mi música:
Luis, Jorge, Rafael,
.\lanuel, Gustavo...
iy tantos otros ya perdidos!
Enrique, Pedro, Juan,
Emilio, Federico...,
<por qut’ este hueco entre las dos mitades?
Vosotros ayudasteis
H la blandura del que fue mi nido.
So me forme al calor
que con vuestras palabras me envolvía.
.1Ie hicísteis importante.
Con vuestro ejemplo,
me inventé una ambicion
y tuve
vuelos insospechados de gaviota.
Gaviota, si,
porque fue el mar mi espejo
y reflejó mi infancia, mis setiembres.
iAmigos que de mi hicisteis nambret
A la mitad vertiente de mi vida
hoy os llamo.
iTendedme vuestras manos!
Yo me senti nacer,
para luego rozar de los cimientos
la certera caricia.
Pero de pronto,
un dja me cubrio lo indefendible,
algo sin cuerpo, sin olor, sin música...,
y me seotí empujada,
cubiertn de ceniza,
horrada con olvido.
;Ihhde cstdhtis vosotros, compafieros,
vuestrils 1etlYS de mdile, vuestro ingenio,
WWSttX defensa
wntra el desconocido :ltaque?
i Oh, amigos!
Enrique, Pedro, Juan,
Emilio, Federico. ..I
nc~mhres
yw no responder3n mi voz.
h11ue1, Chst¿wJ,
lejcrs...
I,uis, jorge, Ritfitel...
Que aunque el afiin
vientos nos de para encontrarnos,
ignuro en qué ciuclad
y si llega-d el diu
en que vuel\Tit a sentirme descubierta.
JOSEFISA DE ~4 TORRE MILLARES