La avifauna de la Charca
de Maspalomas
La Charca de Maspalomas
se encuentra en el ex -
tremo sur de la isla de .Gran
Canaria y, junto con el
complejo <lunar colindante,
constituye un espacio protegido
bajo la categoría de
Reserva Natura! Especial.
Entre sus valores destaca la
importancia de su ornitocenosis,
puesta de manifiesto
desde la visita de los primeros
naturalistas a mitad del
siglo pasado. En la actualidad,
La Charca y su entorno
han sido alterados por
un desorbitado e inadecua-do
uso turístico, lo que ha
llevado a la desaparición de
ciertas aves o a la reducción
de sus efectivos. No obstante,
las relativamente recientes
medidas proteccionistas
emprendidas por la
Viceconsejería de Medio
Ambiente del Gobierno
Canario han dado ya sus
frutos, permitiendo · la recolonización
de algunas especies
nidificantes, así como
un importante paso e invernada
de las migratorias,
pero aún así, es necesaria
una gestión más profunda
Chorlitejo chico ( Charadrius dubius) incubando.
Pollos de chorlitejo patinegro ( Charadrius alexandrinus).
que mejore las condiciones
del medio y asegure la supervivencia
de las aves.
Antecedentes
históricos
La primeras referencias
sobre las aves de La Charca
de Maspalomas parten
de mitad del siglo pasado
(Bolle, 1857), siendo destacada
su importancia también
posteriormente por
otros ornitólogos (Thanner,
1910; Bannerman, 1912;
Volsoe, 1951). Además de
las citas de numerosas aves
limícolas se mencionan
otras como el milano real
(Milvus milvus), ya extinguido
en Canarias, o el
águila pescadora (Pandion
haliaetus), que ha desaparecido
como nidificante en
Gran Canaria. Algunas
otras como la polla de agua
( Gallinula Chloropus) y la
focha común (Fulica atra)
fueron citadas también por
Thanner (1910) como nidificantes,
sin embargo, llama
más la atención la nidificación,
y posterior desaparición
en 1914 (Bannerman,
1963), del único pato
que se ha reproducido en
Canarias en tiempos históricos,
se trata de la cerceta
pardilla (Marmaronetta
angustirostris ), una anátida
que se encuentra actualmente
en regresión a nivel
mundial (del Hoyo et al.,
1992).
Otra de las menciones
sobresalientes de este en-
15 -
Octavio Trujillo Ramírez
Biólogo.
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2016
Vicia Siivestre: Fauna
Ejemplar adulto de polla de agua ( Gallinula chloropus). En
el recuadro, nido de polla de agua ( G. chloropus) expoliado.
clave hace referencia a la
existencia de una colonia
de cría de charrán común
(Sterna hirundo) en las dunas
de Maspalomas, la cual .
posiblemente estaba constituida
por más de 500 parejas
reproductoras a juzgar
por los comentarios de
Bolle ( 1857), quién llegó a
colectar más de 400 huevos,
siendo estos recogidos
sólo de aquellos nidos que
contenían puestas incompletas
de 1 ó 2 huevos. Bannerman
(1912), después
de su visita en febrero de
1912 a la zona, da como ·
desaparecida esta colonia.
Actualmente se estiman
entre 38 y 51 las parejas de
charranes en toda Canarias
(Quilies et ar, 1990).
La comunidad
de aves
en la actualidad
Desde el año 1993 se lleva
realizando sin interrupción
una serie de trabajos
subvencionados por la Vic
eco ns e j ería de Medio
Ambiente del Gobierno canario
con el fin de conocer
la evolución y fonología de
las aves ligadas a La Charca
y asegurar unas adecuadas
medidas de gestión para
su protección y recuperación.
Dos censos mensuales
distanciados en el tiempo
y una serie de visitas en
momentos de especial importancia
han permitido
detectar un total de 40 especies,
siendo la polla de
agua ( Gallinula chloropus),
el chorlitejo chico
( Charadrius dubius) y el
chorlitejo patinegro (Charadrius
alexandrinus) nidificantes,
mientras que el
resto se corresponden con
aves migratorias en paso regular
invemantes o de presencia
ocasional en las Islas.
La polla de agua ha manteni9o,
desde el año 1993
hasta el 95, una población
casi constante formada por
unos 20 individuos. En estos
años han salido adelante
unos 6 pollos por año, lo
cual se debe principalmente
a la depredación por ga-tos
(Pelis catus). Es frecuente
observar a estos felinos
qurante las primeras horas de
la mañana en el borde superior
de Lá Charca agazapados
en típica actitud de caza.
En el año 1996, el llano su-perior
de La Charca se anegó
quedando grupos aislados
de vegetación de tal
manera que posiblemente
se haya impedido la depredación,
como lo justifica
la ·sorprendente cifra de
Amenazas para lcis aves
y recomendaciones
No cabe duda que las acciones emprendidas por
la Viceconsejería de Medio Ambiente (destrucción
del Hotel Dunas, desaparición de la carretera que
atravesaba~ Charca, eliminación del asfalto que
. se e«.tendía al este del canal que desemboca en La
Charca e impedir el paso de vehículos, vallado para
eliminar el trasiego de personas por los borde Norte
y Este, etc.) han mejorado considerablemente las
condiciones naturales de este ecosistema tan particular,
sin embargo, todavía queda mucho camino por
recorrer hasta llegar a la situación ideal. Los problemas
más importantes y las medidas más acuciantes
se resumen a continuación:
• Presencia de ratas (Rattus sp.) y sobre todo gatos
semiasilvestrados (Felis catus) en las inmediaciones
de La Charca Su depredación sobre las aves
exige un riguroso control.
• Molestias por el enorme trasiego de personas que
atraviesan la zona de La Charca, que atemorizan
a las aves, reducen el espacio para la nidificación
de los chorli~jos y ponen en peligro su éxito
reproductivo. La Viceconsejerfa ha instalado una
valla desde el campo de golf hasta el puente que
cruza el barranco con intención de impedir el acceso
haci~ el interior, pero todavía hay una gran
afluencia de personas que se desplazan por el canal
hacia y desde la playa. Se debe, por tantQ,
• ampliar la valla y dotar el espacio con una vigilancia
permanente.
• Prolongar La Charca hacia el Noreste, con el fin
de adecuar su estructura a la que tuvo inicialmente.
Se ampliarla el espacio de asentamiento de aves
acuáticas y se dificultaría el acceso de personas
desde la playa.
• sería conveniente instalar, de forma experimental,
una serie de estrUcturaS que sirvan de posaderos
para las aves (águila pescadora, charranes,
garzas y garcetas, ete.), así como plataformas flotantes
para descanso e incluso nidificación de algunas
especies.
16 -
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2016
Vida Siivestre: Fauna
Pato cuchara (Anas clypeata), una de las 4 anátidas detectadas.
Correlimos tridáctilo ( Calidris alba) y correlimos común
( Calidris alpina).
unas 67 crías que han sali
·do adelante en lo que va de
afio. Por otra parte, en el pasado
año se verificó el expolio
por parte del hombre de
un nido con huevos que estaba
sobre un montículo de
vegetación muy visible a
unos dos metros escasos de
la orilla.
Peligro de extinción
Los chorlitejos chico y
patinegro están considerados
como en peligro de ex -
tinción para Gran Canaria
en el Libro Rojo de los Vertebrados
Terrestres de Canarias
(Martín et al., 1990).
f
El primero constituye una
primera cita local como
nidificante, ya que su distribución
insular está con- ·
dicionada por la presencia
de ciertos embalses de rie-go.
Ambos están presentes
por unas dos parejas que
suelen sacar adelante dos
puestas anuales. El chorlitejo
patinegro sólo se ha
comprobado nidificando en
la actualidad en Gran Canaria
en la franja costera del
Sur y Este, donde puede
existir una población nidificante
cercana a las 30 parejas
reproductoras y que se
encuentra además en franca
regresión (Trujillo, 1994).
Cuatro anátidas han sido
observadas en La Charca,
siendo la cerceta común
(Anas cr:.ecca) la más abundante
-hasta 5 ejemplaresy
la que se ha comportado .
como invernante, al permanecer
hasta seis meses consecutivos
en el lugar. Sin
embargo, el porrón común
(Aythya ferina) ha sido el
más constante, ya qu~ un
ejemplar nos ha visitado
ininterrumpidamente desde
1993. Estas cifras, aunque
parezca,n ridículas, tienen
cierta importancia, ya que,
como es sabido, la presencia
de anátidas en Canarias
es inapreciable. No ocurre
así, sin embargo, con lagarza
real (Ardea cinerea) y la
garceta común (Egretta
garzetta) cuya presencia es
ocasional con respecto a
otras zonas de la isla, donde
no sufren las molestias
por el continuo trasiego de
personas.
De entre los cinco Láridos
detectados cabe mencionar
la presencia, durante
los dos últimos años y en
época adecuada para la reproducción,
de dos ejemplares
de charrán común
(Sterna hirundo ), por lo de
esperanzador que tiene para
la recuperación del ecosistema
y de la especie.
El mayor contingente de
aves observados en La
Charca lo forman las limícolas,
tanto en número de
individuos como de especies
(52,5% de total). Las
más abundantes son los
chorlitejos patinegros,
grandes y chicos ( Charadius
alexandrinus, Ch. hiaticula
y Ch. dubius ,' respec-
. tivamente), y sobre todo el
correlimos tridáctilo ( Calidris
alba), del cual se ha
llegado a contabilizar hasta
240 individuos en el invierno
de 1993. En general,
la comunidad de aves de La
Charca tuvo una abundancia
máxima (número total
de individuos) de entre 22
y 358 ejemplares durante
1993, mientras que la riqueza
lo hizo también en el
mismo año y osciló entre 3
17 -
y 18. Los valores mínimos
se alcanzan durante la época
estival y los máximos ·
durante la invernada, concentrando
el paso migratorio
postnupcial un mayor
contingente de especies e
individuos. El correlimos
tridáctilo (C. alba) fue la
especie dominante durante
1993, excepto de mayo a
septiembre, cuyos valores
máximos correspondieron al
chorlitejo patine gro (Ch.
alexandrinus) y a la polla de
agua (G. chloropus). Esta
última característica se cumple,
aunque en menor medida,
durante los años 94 y 95.
Hay que destacar que durante
estos años se ha detectado
la presencia de un martín
pescador (Alcedo atthis ),
una polluela pintoja (Porzana
porzana) y un correlimo
s pectoral ( Calidris
melanotos ), los cuales no
habían sido citados hasta la
fecha para la isla de Gran
Canaria. Asimismo, la detección
de un morito (Plegadis
falcinellus) constituye la segunda
cita para la isla.
Por último, mencionar
que en junio del presente
año se detectó la presencia
de un águila pescadora
(Pandion haliaetus) en La
Charca. Aunque se tratara ,
de un divagante, no debemos
escatimar esfuerzo en
atraer esta especie a la zona
y cultivar la esperanza de
una recolonización insular.
En el momento de la redacción
de este artículo, la Viceconsejería
de Medio Ambiente
está tratando de instalar
la estructura de un árbol
como lugar de descanso
y oteadero para estas
aves u otras de requerimientos
similares. o
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