Susana Calvo*
Carlos MediavilJa**
*Vicepresidenta de la Comisión
Internacional de la U1CN.
**Miembro de la Comisión
Espaíiola de la U1CN.
-a
...
E
El Libro Blanco y las
estrategias regionales
de Educación Ambiental
en España
La Educación Ambiental
nace como respuesta a los problemas
ambientales, con la ilusión
por construir un mundo
diferente y de la convicción,
no sólo de tener razón, sino de
que tal cambio es posible. El
entusiasmo y las energías que
han movilizado esta convicción
se han traducido en veinticinco
años de acción: campañas,
talleres, propuestas,
grupos de trabajo, actividades
en
---~'-..
_-
España
o
que han ido creando una red
de relaciones y una base de experiencias.
Así, se ha configurado
la Educación Ambiental
como una corriente de pensamiento
y de acción con carta
de naturaleza en el ámbito internacional.
Ya que hablamos de carta,
podemos fijar la presentación
mundial de la Educación Ambiental
en la Carta de Belgrado
(NNUU 1975) que afirma
.
LIBRO
BLANCO
de la educación ambiental en España
en pocnpal3.bras
que su objetivo es "lograr que
la población mundial tenga
conciencia del ambiente y se
interese por él y por sus problemas
conexos y que cuente
con los conocimientos, aptitudes,
actitudes, motivación y
deseo necesarios para trabajar
individual y colectivamente en
la búsqueda de soluciones a los
problemas actuales y para prevenir
los que pudieran aparecer
en lo sucesivo". Los hitos
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no son el camino, pero sí nos Educan nuestra müada, la
permiten recorrerlo en la me- abren a los más amplios hori-moria.
La Carta de Belgrado zontes. Sin embargo, la llama-nos
da la pista del momento en da de atención de Sauvé es per-que
se está produciendo un tinente, ya que al hacer crecer
punto de inflexión en la con- nuestra mirada no hemos de
cepción del desarrollo: desde perder de vista el terreno que
el sacrificio de la naturaleza en estamos recorriendo. Esto nos
aras del bienestar humano ha- recuerda esa canción de Silvio
cia·el desarrollo sostenible, que Rodríguez sobre los tres her-pretende
romper con la idea de manos que fueron saliendo su-que
conservación y desarrollo cesivamente a descubrir ya
son términos irreconciliables. fundar. El tercero de ellos, para
Grandes compensar los errores de sus
hermanos de mírar el uno sólo perspectivas y
al horizonte y el otro sólo a su pasos limitados
paso, iba con un ojo atento a
Durante estos veinticinco una cosa y el otro a la otra has-años
podemos destacar, con ta que su mirada terminó ex-
Palmer (1998) , la rapidez con traviada. No tenemos por qué
que el término Educación Am- terrninar con la mirada extra-bien
tal se ha extendido en to- viada: en una mirada integra-dos
los países. Los documen- da cabe el horizonte y el paso
tos , definiciones, acuerdos del canÚllante. Echemos una
intemacionales y experiencias mirada a los pasos recon·idos.
desmTOllados durante este tiem- Hemos señalado la proli-po
son base suficiente para feración de reflexiones y ac-buscar
el tiempo, el lugar y la ciones durante las décadas pa-compañía
necesmios para re- sadas. ¿Por qué hablamos de
flexionar sobre lo realizado, las frustración con respecto a los
dudas, los retos , para seleccio- resultados? Uno de los mayo-nar
nuestras prioridades para res problemas que ha impedi-actuar
en adelante. Para ello, es do que tal cúmulo de energías
imprescindible también desa- movilizadas se haya traducido
ITollar la autocrítica. Lucie Sau- en resultados consolidados es
vé (2000) nos enfrenta al con- la dispersión de los esfuerzos
traste entre lo limitado de los realizados. Por otra parte, te-logros
de la Educación Am- nemos que ser conscientes de
biental si se compm·an con lo que el cambio que persigue la
ambicioso de sus definiciones. Educación Ambiental es, en úl-
En las definiciones expre- timo término , un cambio cul-samos
nuestra perspectiva , tlIral, más a.IIá de un mero cam-nuestros
deseos. En este senti- bio de actitudes concretas. Este
do, deben ser ambiciosas y dar empeño se ha intentado llevm·
cabida a todo lo realizable . a cabo a menudo con falta de
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Ielueael •• A.llle.tal
ligor en el proceso, falta de for- generales de objetivos come
mación y capacitación de los en la Carta de Belgrado, sino
educadores ambientales y fal- de quién lo hace y cómo lo
ta de mecanismos y recursos. hace. Podemos tener un acuer-
Pero, probablemente, el pro- do de base: lo hacemos noso-blema
más profundo y que, por tros (todos), desarrollando pro-lo
tanto, ataca a la raíz de estos cesos. Lo que nos pemútirá
esfuerzos, es de parte de la so- que estemos de acuerdo en
ciedad la falta de cultura de- esto no es la unanirmdad en la
mocrática y de participación , opinión, sino la participación.
que encuentra su correspon- Se está abriendo paso un
dencia en la política ambiental nuevo enfoque de la Educa-que
desarrolla procesos de es- ción Ambiental que podemos
paldas a los ciudadanos y que ilustrar con el cambio de tér-sólo
tiene en cuenta las herra- minos en cinco aspectos que
rmentas de la Educación Am- señala Hesselink. Dicho enfo-biental
al final y con un dis- que insiste en la democratiza-curso,
por ende, alejado de la ción a través de la adquisición
realidad cotidiana. de valores y la construcción de
El compromiso y
una cultura de protección del
la participación medio garantizando la impli-cación
de las personas a través
Otro hito en el carmno que de la capacitación para la par-nos
ayude a recorrerlo con ticipación y potenciando la fi-nuestra
memoria: la Cumbre losofía del hacer (Baraza ,
de la Tienll, en Río de Janeiro, 1998).
en 1992. Uno de los cbmpro- La participación está en el
misos asumidos en ella fue el corazón de esta nueva concep-de
elaborar estIlltegias de Edu- ción , tanto por su posición cen-cación
Ambiental. Este com- tral como por su capacidad
prormso nos proporciona la para bombear nuevas energías
oportunidad de abrir un deba- Y dinamizar las ya implicadas.
te sobre cómo llevar a cabo los Es necesario abrir nuevos cau-cambios
necesarios en nuestra ces para que los ciudadanos
relación con el ambiente y con puedan intervenir en las gran-las
generaciones futuras, al des politicas con trascendencia
tiempo que nos da la garantía ambiental y no perder la opor-de
que no estamos solos en ese tunidad de capacitación de los
empeño. La construcción de participantes que supone cada
estrategias es el marco de re- proceso (Heras , 1998). Para
flexión y acción que necesitá- ello es preciso, por una parte,
bamos pm·a catalizar energías hacer un esfuerzo de realismo
que hasta ahora no se tradu- y comenzar por iniciativas via-cían
en resultados. Ya no esta- bIes , cuyo éxito estimule a la
mos hablando de definiciones continuidad en la acción y, por
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Eelucaclón Ambiental
OUa, asumir los conflictos existentes
entre los intereses implicados
en cada contexto en
que se pretende actuar y hacer
de su resolución una experiencia
de aprendizaje.
El Libro y el
proceso
Hemos hablado de hitos
que nos ayudan a recon'er caminos
en nues1la memoria. Podemos
señalar la elaboración
del Libro Blanco de la Educación
Ambiental en España
(1999) en el caso de nuestro
país. El Libro Blanco es, antes
que un documento o resultado
concreto, un proceso que no
hubiese sido posible sin la concurrencia
de tres elementos. El
Plimero es el compromiso internacional
asumido en Río al
que ya hemos aludido. El segundo
es un proceso de reflexión
realizado por los educadores
ambientales a lo largo
de casi dos décadas, que han
ido confOlmando un colectivo
en un proceso de aprendizaje
entre iguales desarrollando una
cultura común. Su expresión la
encontramos en los sucesivos
encuentros nacionales (Sitges,
1983; Valsaín, 1987; Pamplona,
1998) y en otros ámbitos
entre los que queremos destacar
las 1 Jomadas de Educación
Ambiental en Canarias (1996).
El tercer elemento fue la iniciativa
de las adrninisu'aciones
autonómicas y general a través
de la Comisión Temática de
Educación Ambiental, que
abrió en 1998 un amplio pro-
Ya tenninada Se está organizando un "Observatorio
Gallego de EA" para lograr su cumplimiento.
Castilla-León Se ha terminado la primera fase, que se llevó a
cabo a través de seminarios permanentes de educadores
ambientales. Ellexto está publicado.
Navarra Se ha terminado la primera fase y publicado su
texto. Hay 7 sectores, que van a continuar con sus
propios compromisos de trabajo.
Cataluña En elaboración.
Baleares Ya se ha realizado el primer foro de debate y se
están constituyendo los grupos de trabajo.
Andalucía Se está empezando.
ceso de participación articulando
la intervención de cinco
sectores: la adrninisu'ación local
, los medios de comunicación,
las ONGs, las empresas
de Educación Ambiental y los
agentes sociales. Quedó abierto
asimismo a aportaciones individuales,
reflexiones de colectivos
e incluyó un proceso
de participación en el sistema
educativo formal.
El resultado es un documento
con vocación expresa
de ser abierto y participativo,
que combinando el rigor profesional,
la participación pública,
la formulación de propuestas
realizables, pennite ser
debatido y consensuado por
los diferentes actores y organismos
para dar un nuevo impulso
a la Educación Ambiental
en España Por ello, el Libro
Blanco no se agota en sí mismo,
es un marco general que
requiere que cada comunidad
autónoma construya su propia
estrategia desde su propio con-texto.
No se trata de una lógica
de desarrollo nom1ativo, ni
de establecer planos de competencia,
sino de sumar esfuerzos
y crecer con cada proceso.
Construir
estrategias y
liberar fronteras
El término estrategia contiene
una potencialidad prometedora
porque reúne dos dimensiones
humanas que
acostumbramos a entender separad'as:
el pensamiento y la
acción. Consuuir una estrategia
supone pensar y actuar, y
liberamos de la ficticia frontera
entre lo uno y lo otro. Uno
de los lemas más utilizados en
el movimiento ambientalista,
propone "actuar desde lo local,
pensar' desde lo global". Una
lectura limitada de esta consigna
reproducida una separ'ación
entre planos superiores
que piensan y planos inferio-
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res que actúan. El espíritu de
Río no tiene esta vocación jerárq
uica. El compromiso de
elaborar eS1lategias requiere de
la hOlizontalidad y la suma de
esfuerzos. Por ello, tenemos
que insistir en que en todos los
ámbitos hay que dar' espacio a
la reflexión y a la acción como
aspectos indisolubles de la actividad
humana, y mantener
una perspectiva en que lo local
y lo global estén conectados,
como lo están de hecho en
la realidad.
En este sentido, en la consuucción
de estrategias de Educación
Ambiental hay que considerar
tanto las defmiciones y
la ambición de los documentos
internacionales y nacionales
como la dinámica del contextu
en el que se van a
des arTO llar. Parte de este contexto
lo constituyen las experiencias
ya realizadas, ámbito
en el que Canarias tiene mucho
que apOltar. Trabajar sin
tener en cuenta el pasado significa
poner una piedra en el
camino, en la que estaremos
tropezando continuamente.
El fm es compartir los retos
y las dudas par'a plantear
nuevas acciones, pero sin olvidar
que en el camino está
nuestro aprendizaje y que es
ese aprendizaje el que nos permite
creer que podemos mejorar
nuestra relación con el
ambiente en el sentido más
amplio de la palabra, que incluye
también a las personas
que convivimos en él.
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