Expedición canQria a
Mauritania
Su objetivo fue el establecimiento de parcelas
para tomar datos taxonómicos y biométricos de
la vegetación
En los cauces, ejemplares de Cassias forman
verdes praderas junto a las acacias.
Las Islas Canarias no se Marruecos, el Sáhara o Mau-encuentran
,;¡sladas en su en- ritania, a pesar de encontrarse
tomo, ni se puede entender su tan próximos a nosotros son,
singularidad sin comprender en gran medida, grandes des-el
entorno geográfico en el que conocidos para los canarios y,
se ubican. Nuestra situación por lo tanto, para los natura-de
islas próximas a África listas.
marca obviamente nuestra flo- Por todo esto, y con mo-ra
y vegetación. destaCando si- tivodc la estancia en Canaria>
rnilitudes y diferencias cuan- del alumno mauritano del 3°
do uno se acerca al continente. ciclo en el Departamento de
Medio Ambiente Canarios ~ 17
Manuel González.
Ecología de la Univen;idad de
LaLaguna, Yussuf PedroAI>-
derrahmane, cuya tesis es co-dirigida
por los profesores José
Maria Femández-Palacios, del
área de Ecología, y Juana Ma-ría
González-Mancebo del
área de Botánica, se organizó
entre los días 6 y 13 de marzo
de 2000 una expedición bio-lógica
a Mauritania.
13
ManuelGonz.álezMartín
&cciónF/orayFauna
Viceconsejería de Medio AmbienJt.
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Julio2000
Vida Slhestrea flora
Oasis de Mhatreth.
Un pais en el
desierto
La República Islámica de
Mauritania es un gran país de
más de un millón de kilómetros
cuadrados, con sólo algo
más de dos millones de habitantes,
situado en el África Occidental,
aproxllpadamente entre
los paralelos 15 y 27 grados
de latitud norte. Esto le confiere
unas características climáticas
que lo incluyen dentro
del gran desierto del
Sáhara, siendo sólo la frontera
sur con Senegal más benigna,
sobre todo por la influencia
del rio del mismo nombre.
Esta aridez se ha visto agravada
en las últimas décadas
por una grave sequía que ha
modificado en parte el paisaje
y ha provocado la migración
Medio Arr-b;en1e Canarias n' 17
de muchos nómadas hacia las
ciudades. Ante estas circunstancias,
el país de los Moros o
Moritanos constituye una gran
zona árida donde las precipitaciones
son muy escasas y localizadas
en el tiempo, y donde
la vegetación de este tipo
de formaciones domina el paisaje.
Esto no significa ni mucho
menos que la monotonía
sea la tónica de una vegetación
que se adapta a los cambios
orográficos, de lejanía al mar
y usos del hombre, pasando, .
en la zona visitada por la expedición,
desde campos de
uvillas de mar (Zygophyllum
water/otit) a estepas de acacias
(Acacia tortilis) y palmerales
de Phoenix que constituyen
auténticos oasis, donde aparecen
incluso paredones de culantrillos
(Adiantum capillus-
Manuel González.
veneris). A estas especies se
debe unir un número de Capparidáceas,
Cassias, Chenopodiáceas,
etc. que se distribuyen
de acuerdo con las
caracteristicas de los ecosistemas
y sus requerimientos ecológicos,
dando lugar a una riqueza
de diferentes paisajes
que se unen a las variaciones
orográficas.
El objetivo de dicha expedición,
autofinanciada casi en
su totalidad por los interesados,
era básicamente determinar
sobre el terreno los parámetros
de estudio y el
establecimiento de parcelas en
las que tomar datos taxonómicos
y biométricos de la vegetación.
Para ello, se diseñó
un transecto abordable de
acuerdo al tiempo y medios
disponibles.
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Un viaie hacia el
interior
Tomando como punto de
partida la capital, Nouakchott,
en la costa del país, nos desplazarnos
hacia el interior recorriendo
más de 500 kilómetros
hasta Chinguetti, una de
las siete ciudades santas del Islam
y puerta del desierto, desde
donde se divisa un impresionante
mar de dunas que,
junto a sus casas de piedras,
palmeras, mezquitas y bibliotecas
constituye uno de los lugares
más mágicos visitados.
Este transecto inicial nos permitió
visitar lugares como
Azougui, cuna de los "almorávides",
monjes-guerreros islámicos
que realizando la guerra
santa llegaron hasta
Andalucía; Atar, capital y centro
de comercio de la región;
parajes muy hermosos como
el Paso de Amogjar, puerta de
la meseta; u oasis como Tergit
o Mhatreth, auténticos bosques
de datileras. Especial interés
reviste la visita a las
pinturas rupestres de Fort Zagane,
donde la representación
de figuras humanas en la roca
en actitud cazadora de gacelas,
jirafas, etc., nos da idea de
un pasado de climatología más
benigna, donde grandes herbívoros
ocupaban esta región
hoy árida. Este recorrido hacia
el interior se completó con
un retomo hacia la costa por
una ruta en gran medida diferente,
bordeando los campos
de ergs (dunas móviles), pa-
Julio2000
sando por Bennichchab, hasta
la costa arenosa del país.
Desde este punto, ascendiendo
por la orilla del mar en marea
baja, se llega al Parque Nacional
del Banco de Arguín,
inmensa costa arenosa aJ norte
del país e importante núcleo
de paso de aves migratorias
entre Europa, Asia y África,
con una costa llena de islas de
arenas que cambian con las
mareas y que recoge el punto
de Manglar más al none del
continente, con individuos del
géneroAvicennia. &te y otros
géneros constituyen en las wnas
óptimas los Manglares o
Mangles, que conforman bosques
siempreverdes (sub)tropicales
ligados a condiciones
ambientales particulares, no
existentes en Canarias, cuyas
especies están adaptadas a las
inundaciones de las aguas mediante
la existencia de glándulas
salinas y raíces respiratorias
(neumatóforos) que
surgen del fango por encima
del agua.
Trabajando en el
campo
A lo largo de todo este camino,
que en su conjunto
suma más de 1.200 kilómetros,
se hicieron diferentes parcelas
de tamaño variable, entre
600 y 10.000 metros
cuadrados, de acuerdo a la tipología
de la vegetación. Se
tomaron datos taxonómicos,
biométricos (diámetros y alturas
de los individuos principalmente)
que junto con datos
iViedio Ambiente Canarias rf 17
Ylda lllve ..... 1 Fiera
Pinturas rupestres en Fort Zagane.
abióticos como orientación,
pendiente, tipología del terreno,
etc:, caracterizaban la parcela.
Por otro lado, se recogieron
muestras de suelo para
su análisis, así como para la
futura evaluación del banco de
semillas.
fute ambicioso trabajo, realizado
en sólo una semana, no
hubiera sido posible sin la colaboración
de un grupo de personas.
Para ello, la expedición
contó, además, con otros biólogos
canarios y personas colaboradoras
que aportaron su
trabajo en las tareas de campo,
desde personal del Cabildo de
Gran Canaria, para recolección
de material de herbario y su
posterior identificación, hasta
para estudios de himenópteros
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asociados a la vegetación. De
esta forma pudieron establecerse
más de una veintena de
parcelas de datos completos,
que han sido posteriormente
aumentadas en otra quincena
más por el propio doctorando
ya con las pautas establecidas
en este trabajo.
Además del intenso trabajo
llevado a cabo, en ocasiones
superando los 40 grados
de temperatura o en medio de
nubes de arena, se pudieron
establecer contactos con personal
de la Universidad de
Nouakchon para futuras colaboraciones
y con empresarios
locales, algunos de los cuales
mostró gran interés por el acercamiento
de canarios para conocer
y estudiar su realidad.
Águedo Marrero.
Actualmente, se está analizando
y ordenando la información
y el material recolectado,
y con el objetivo de dar
continuidad al estudio, está
prevista una visita en octubre
para la realización de un segundo
muestreo y la ampliación
del trabajo de campo,
para lo que se está intentando
conseguir financiación por
parte de empresas privadas y
administraciones públicas.
Es de esperar que en wnas
próximas tan interesantes botánica,
geográfica y culturalmente,
se fomenten los estudios
y colaboraciones entre
canarios y mauritanos, tal y
como ya hacen otros países, y
que estas colaboraciones reciban
el apoyo social e institucional
adecuado.
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