Flora canaria
Miguel Angel Vera.
La flora canaria, e¡em·
plo vegetal inepetible
La flora canaria está compuesta
por un conjunto · de
especies que son el resultado
de procesos evolutivos
locales, o réliquias de una
vegetación que en tiempos
remotos, cuando las condiciones
climáticas del vecino
continente eran diferentes,
ocupó amplias extensiones
de Africa y que, hoy en día,
se encuentra sólo en las islas
circundantes y en regiones
marginales. Se trata, sin duda
alguna, de un conjunto
florístico de un valor científico
incalculable, diriase infinito.
Un recurso de siglos
Esa biodiversidad vegetal
ha significado un importante
recurso para los diferentes
pobladores de las islas,
tanto para los prehispánicos
como para los actuales,
siendo utilizadas numerosas
especies para variados usos.
La búsqueda de la madera
para la construcción o el fogón,
de las plantas forrajeras
para el ganado, su uso
culinario o medicinal, etc.,
ha sido una constante que,
a veces, se ha realizado en
armonía entre el hombre y
la naturaleza, reconociédose
éste integrado en ella.
Sin embargo otras muchas ·
veces esta relación se ha vis-
Acercamiento al valor de las plantas canarias
to rota, forjando el deterioro
y hasta la destrucción de
nuestros matorrales y bosques,
producto de los intereses
de una econonúa de
vis1on estrecha, estricta -
mente monetaria o de situaciones
de penuria, donde
la necesidad impera.
El paisaie
haCe al canario
La constante relación del
canario con un entorno
único también influye en su
forma de ser~ El contacto
con matorrales costeros, agrestes,
a veces indómitos,
en ocasiones incluso lujuriosos,
con la armonía de
las palmeras, con los dragos,
cuya presencia es un
desgarrado grito al cielo, y
con el ambiente acogedor
de los montes, impregna y
caracteriza a los pobladores
de esta tierra. Aún cuando
poco a poco lo vamos perdiendo,
gracias a nuestras asépticas
maneras urbanas y
urbanizadoras.
La flora canaria,
revalorizada
No cabe ninguna duda de
que la flora canaria ha sido
altamente valorada en ámbitos
científicos y paracientíficos.
Y continúa siéndolo.
Han sido numerosos los
botánicos que han visitado
Canarias a lo largo de los
últimos doscientos cincuenta
años, fruto de los cuales
se ha extendido más y más
el interés por nuestra singular
flora, plagada de especies
exclusivas de las islas. Ejemplo
ilustre a resaltar entre
todos los que nos han visitado
es, sin duda alguna, Eric
Svenson Sventenius,
. promotor del Jardín Botánico
Viera y Clavija, aunque
ello no pretende dejar
en el olvido otros como Philip
Barker Webb, Sabin
Berthelot y tantos más.
Protección reciente
Siguiendo la actual tendencia
global de valoración
ambiental, ra:h \.t'Z ira prioritaria,
como consecuencia
del grave deterioro por el
que pasa el planeta, en Canarias
ha aumentado el interés
por lo extraurbano,
por aquello que nos permite
olvidamos de las agobiantes
y sofocantes jornadas
de trabajo en Santa
Cruz o Las Palmas. Por
ello, el monte y la rumbre o
los barrancos, adquieren
una nueva consideración,
pasan a tener interés
no exclusivamente urbanístico,
y con ellos se incrementa
el valor de su contenido:
la flora, la fauna y la
gea. Fruto de este interés
público es la declaración de
gran parte del territorio canario
como Espacio Natural
Protegido en alguna de
sus categorías.
Inicio de uso
en jarclineria
Así se va fraguando un contexto
social donde lo canario
tiene mayor significación,
donde las costumbres
tradicionales, los paisajes
rurales, fa flora endémica,
etc,· adquiere una nueva dimensión.
Se refleja por ejemplo
en la confección de
jardines con plantas canarias,
tanto por parte de organisma)
e instimciones públicas
como a través de iniciativas
privadas. Este es un
hecho loable y problemático,
del que hablaremos· a
continuación.
Problemas
q_ue p!antea
el cultivo
de endemismos
1 º Faltan especialistas. Si,
en lo que a plantas canarias
se refiere, no se exigiera un
control de qué, dónde, cómo
y quién las cultiva, pasaríamos
a una situación de
imposible de detener, cuyo
final sería la pérdida, irrepa -
rable e incalculable, de gran
parte de las poblaciones, incluso
de especies, que consti-
. ../..
El género Sonchus, es un buen ejemplo de Ja evolución de Ja flora canaria.
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2016
Las magazas (del género Argyranthemum) son utilizadas de forma indiscriminada en jardinería, a pesar
de su elevado potencial hidrógeno.
tuyen nuestro acervo botaruco.
La biodiversidad de la flora
canaria representa una gran
riqueza en ejemplos únicos
en el mundo de especiaci6n
(formación, tras un
proceso de evolución biológica,
de nuevas especies),
que estamos (como ciudadanos
y como Administración)
en la obligación de
conservar, por lo que los
propios viveros deberían de
contar con profesionales especializados
en estas cuestiones,
lo que disminuye,
sin duda alguna, los riesgos
que se están corriendo.
2º El problema de la hibri.;
dación. Algunos géneros
(p.e. Sonchus -cerrajones-,
Argyranthemum -magarzas,
margaritas-, etc.) presentan
gran facilidad para producir
híbridos entre individuos
de la mayoría de sus especies
cuando se les sitúa juntos.
Sinembargo, esta circunstancia
no es corriente
dado que las especies se
suelen encontrar geográficamente
separadas en la
naturaleza. Pero si las colocamos
cercanas, a pocos
metros en un jardín o vivero,
dado el estrecho parentesco
que las une aún, ya
que los procesos de especiación
aún están actuando,
~ posibilidades de hibridación
son altísimas.
El peligro de estos se resume
en dos aspectos, el primero,
en la aparición de plantas
no fértiles que compiten
con. las fértiles por el espa-cio,
la luz y los nutrientes,
con la consiguiente disminución
en individuos y aumento
del peligro de extinción
de la población (e incluso
de la especie) silvestre,
y el segundo, en la destrucción
de los procesos de
especiación fruto de siglos
de aislamiento genético,
esto es, en la destrucción
de la biodiversidad que caracteriza
nuestros ecosistemas
insulares.
Por ello, el manejo de estas
espeCies no es sencillo, requiere
de extremo cuidado
para mantener bien diferenciadas
las especies, de
impedir la polinización entre
ellas y, sobre todo, de
que una vez comercializadas
no transporten semillas
resultado de una hibridación
o vayan a parar a un
jardín próximo a poblaciones
de otra especie del mismo
género, facilitando la
formación de los peligrosos
híbridos.
Es posible
encontrar soluciones
Inicialmente hay que abogar
por la profesionalidad
de aquellos que determinen
convertirse en cultivadores
de plantas canarias.
El auténtico viverista profesional
(que contribuye a la
conservación del recurso
renovable que explota) sabe
que las especies que va a
manipular no son como. las
que generalmente se cultivan
con finalidad ornamen-
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Las inflorescencias de los diferentes cabezones (Cheirolophus spp.) atraen numerosos insectos que participan
en la dispersión del polen a otras plantas.
tal (clavel,. croto, rosa, etc.),
sino que la existencia de
poblaciones naturales en el
entorno (silvestres y dinámicas),
las hace sensibles a
las posibles manipulaciones
del viverista·. Por ello, una
mejor preparación de los
cultivadores, así como su asesoramiento,
por parte de
profesionales de la flora canana,
contribuirán enor,.
memente al mantenimiento
de ia misma en condiciones
óptimas, convirtiéndolos
a la vez en puntos de distribución
del conocimiento a
través de sus clientes.
La normativa legal existente
pretende, desde su ámbito,
contribuir a regular
estos aspectos y para que
pueda compatibilizarse el
aprovechamiento de los recursos
con su conservación.
Otros usos
de la flora Canaria
Sin embargo, las plantas
canarias también tienen otros
usos posibles, de gran
interés en floristería, como
por ejemplo en ~a composición
floral. Aquí es necesario
hacer una crítica a nuestros
floristas y viveristas,
quienes generalmente utilizan
en sus trabajos tejos,
brezos y algunos helechos
recolectados .directamente
del medio natural, sistema
injustificable cuando existen
adelantos suficientes en
materia de cultivos de plantas,
resultando injustificado
que se siga obteniendo material
de manera perjudicial
para el medio natural. Asimismo
sería de interés el
aprovechamiento a través
de cultivos de algunas especies,
por ejemplo los cabezones
(del género Cheirolophus
), cuya morfología
de ·varas largas, coronadas
de luminosas y atractivas
flores, las hace idóneas para
su uso como flor cortada.
Y múltiples posibilidades
más que la lúcida y activa
mente de los profesionales
será capaz de descubrir.
La conservación
requiere de la colaboración
ciudadana
Las soluciones expuestas
coritribuyen á un óptimo
manejo de los recursos vegetales
y a una disminución
del riesgo de extinción de
algunos de los bellos ejemplos
con los que cq.enta
nuestro nutrido conjunto
floristico. Este es un objetivo
que deben proponerse tcxios
aquellos profesionales que
trabajan con las plantas canarias,
ya sea desarrollando
nuevas modalidades de floricultura,
ya sea diseñando
jardines u ofreciendo al público
ramos confeccionados
con estas plantas. Esta
actitud va a ser el mejor apoyo
a todos aquellos que
trabajamos en pro de la
conservación de ese conjunto
singular, admirado por
d mundo entero, que es nuestra
flora.
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2016