V CONGRESO Galdosiano m
EL PERIODISMO
COMO TEMA
EN LOS ART~CULOS
DE LA NACIÓN
M." del Pilar García Pinacho
L a prensa, como ahora veremos,
es una referencia constante en la labor periodística de Benito Yérez Cial-dos:
prueba de ello son las más de treinta cabeceras que cita, a modo
de ejemplo, en los artículos publicados en La Nación l .
Estos artículos son, en su mayoría, crónicas -sucesos, teatros, fiestas,
etc.-, y, como tales crónicas, reflejan la realidad que le rodea. Ahora
bien, existen para el joven periodista dos formas de captar dicha realidad:
por medio de su conocimiento personal y directo o a través de las elabo-raciones
que de esa realidad ha hecho ya la prensa más cercana.
Con respecto a esta prensa, que es el tema que nos ocupa, de los
artículos de La Nación más de las dos terceras partes hacen referencia a
ella 2. La prensa, por consiguiente, puede considerarse una fuente de
información inestimable. Es, para él, un instrumento de gran valor para
disponer de una actualidad sociocultural ya configurada y para aglutinar
las ideologías y posiciones políticas.
La obra periodística de Galdós es extensa y variada: escribió artículos
con regularidad en La Nación, Las Cortes, El Debate, la Revista del Movi-miento
Intelectual de Europa y la Revista de EspaBa. Hemos selecciona-do
para nuestro estudio los del primer periódico citado por razones tan-to
cualitativas como cuantitativas:
- En La Nación se le conocen 131 artículos seguros, mientras que
las otras colaboraciones, que se le suponen también copiosas -en Las
' Los periódicos que cita Cialdós, por orden alfabético, son El Abolicionista, La Ar-monía,
el Cascabel, La Constancia, La Correspondencia de España, El Diario Español,
La Dinamita, La Dinastía, Epoca, La España, La Esperanza, El Espíritu Público, Fígaro,
Fray Gerundio, Gaceta Musical. Gaceta de Madrid, Gaceta Popular, Gil Blas, Guía de
Forasteros, La Iberia, La Lealtad, La Ley, El Noticiero de Espaíla, La Nueva Iberia, Opi-nión
Nacional, El Pensamiento Español, El Pistón, La Regeneración, Siecle y El Uni-versal.
De los 13 1 artículos publicados en La Nación, solo 52 no hacen referencia a la
prensa porque se trata de crónicas y criticas teatrales, literarias o musicales; artículos
sobre temas inmediatos, costumbristas y relatos.
m BIBLIOTECA Galdosiana
Cortes y en El Debate3-, al no aparecer firmados sus trabajos, su atri-bución
y análisis resultan más complicados y discutibles.
- He tenido en cuenta, también, que sus colaboraciones en la Revis-ta
del Movimiento Intelectual de Europa y en la Revista de España, ade-más
de ser considerablemente menos numerosas, tienen un carácter
más intelectual, siendo Galdós consciente de que estos lectores suyos
disponen de otros Órganos de crítica o información política y social, es-pecializados
en eslos Lemas.
Por tanto, nos centramos en sus colaboraciones para La Nación 4, dia-rio
político progresista, y repartimos los intereses de Cialdós en cuatro
apartados: la libertad de prensa e imprenta, la prensa como poder o con-trapoder,
la prensa como órgano de expresión política y la labor del pe-m
- riodista propiamente dicha. N
Cialdós, siendo un joven liberal y viviendo del periodismo, lógicamen- E;
te se declara partidario de la libertad de expresión, pero, en el más puro - estilo decimonónico, considera que tal libertad debe estar sujeta, como
todo, a los límites de la ética profesional y de la moral; de ahí su recha- E
zo hacia los excesos que se cometen a través de ella. En este aspecto, E
S
destaca su inditerencia hacia el proyecto de ley de imprenta presenta-doen
marzo de 1865 5, ya que considera que lo justo y lo natural es 5 que exista libertad en esta materia 6. Por el contrarío, a la ley promulga- 1
da un año más tarde -en marzo del 66-, más restrictiva, la califica de
ílpastel~~ E
Frente a la libertad, la censura es una cuestión con la que se muestra O
menos explícito. Alude a ella en términos bastante irónicos y en tono de
falsa disculpa, porque el tema le resulta textualmente ((peliagudo y res-baladizo))
Para eludir estas constricciones gubernativas Galdós adopta ;
generalmente tres posiciones críticas distintas: recurre a la descripción
de personajes representativos de la vida cultural -&alería de espanoles
célebres>)y <(Galeríad e figuras de cera-; hace artículos de costumbres 5
O
Galdós comenzó a colaborar en 1868 en Las Cortes, pero sus artículos no están
aún reconocidos de modo seguro, ya que en la misma sección colaboran otros periodis-tas.
También están la mayoría de ellos sin firma en El Debate, periódico que llegó a
dirigir. Sin conocer exactamente éstos, los artículos publicados en La Nación se convier-ten
en la más copiosa colaboración periodística del canario. Vid. V~CTORG ABIRON(DdiOal,-
dós peno dista^^, La Lectura, Madrid, XX, 1920, pág. 85. Beme, JACQUEGSa, ldos et son
mythe, Atelier Reproduction des thkses, Université de Lille, 111, Lille y Difusion Librairie
Honore, París-Lille, 1980, págs. 257-284 y 309-342.
Vid. William H. SHOEMAKLoEsR a,r tículos de Galdós en La Nación, Insula, Madrid,
1972.
Vid. JosC Eugenio DE EQUIZÁBLAeLgi,s lación Espaiiola sobre imprenta, Imprenta clc
la Revista de Legislación, Madrid, 1879, págs. 219-220. Vid. Celso ALMUINALa, Prensa
Vallisoletana durante el siglo xix (1808-1894), Diputación Provincial de Valladolid,
Valladolid. 1977. págs. 237-245.
Cfr. W. H. SHOEMAKopE.R c,i t., pág. 41.
' Vid. J. E. EGUIZABoAp.L c,i t., págs. 225-228. Vid. C. ALMUIRoAp,. cit., págs. 237-245.
Cfr. W. H. SHOEMAKopE.R c,i t., pág. 358.
Cfr. W. H. SHOCMAoKpE. Rc,i t., págs. 261-262.
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más próximas por sus contenidos a los de Larra que a los de Mesonero
Romanos lo; o utiliza intencionadas referencias a la meteorología, recur-so
muy común en su tiempo, lo que parece aburrirle e incluso, has-tiarle
".
El concepto de prensa más reiterado por Benito Perez Galdós en es-tos
artículos es el de prensa como ({cuarto poder)). La sencillez que para
él caracteriza al estilo periodístico l 2 no es obstáculo para que ésta se
erija como un poder vigilante que no descansa y que no cierra los ojos,
mientras que los demás, la clase política y el resto de la sociedad, duer-men
13. Esto es, la prensa es el ,(vigía incansable^^ que despierta a la so-ciedad
de su letargo en el momento oportuno 14.
Más contundente es cuando otorga a la prensa, como fuerza viva, el
poder de arrastrar a la opinión pública, hasta el punto de poner en duda
que haya alguien a quien no le afecte 1 5 .
Características también de la prensa como poder son las luchas ince-santes
que se producen en su seno, y a las que, debido a su talante
moderado, rechaza y critica con dureza 1 6 . Esto no es obstáculo, sin
embargo, para que Ciald6s tome partido, cuando se prodiicen, por la
prensa más liberal e incluso a veces por la moderada 17.
En cuanto a ideologías, Galdós trata a la prensa y la divide en seis
grupos difereriles: rieocalólica, uiiioiiista o ministerial, noticiera, liberal
o progresista, satírica y especializada.
Los últimos años del reinado de Isabel 11 -época en que Galdós cola-bora
en La Nación- fueron el marco idóneo para que la prensa ideológi-ca
se transformara y se asentase definitivamente como prensa de parti-do
l a . Al mismo tiempo, la prensa informativa empieza a arrasar con sus
grandes tiradas y su longevidad Ig. Esta prensa informativa, a la que él
denomina noticiera, capta y estimula su interés, mostrando una especial
predilección por La Correspondencia de España, a la que convierte fre-cuentemente
en ejemplo y síntesis del resto.
Esta prensa es referencia obligada cuando se trata de grandes suce-sos,
si bien, casi siempre, pone en duda su veracidad y rigor con ironías
y sarcasmos aparentemente despreocupados 20. Hace especial hincapié
'O El estilo Galdosiano está cargado, al igual que el de Larra, de ironia y crítica so-cial,
mientras que el de Mesonero es más descriptivo.
" Cfr. W. H. SIIOCMAoKpC. cRit,. , pág. 539.
l 2 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. Rci,t ., págs. 429-430.
l 3 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. cRit,. , pág. 90.
l 4 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. Rci.t .. pág. 137.
l 5 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. Rci,t ., pág. 196.
l 6 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. Rci,t ., págs. 33, 237-239 y 243-245.
l 7 Cfr. W. H. SHOEMAOKPE. Rci,t ., págs. 237-239 Y 243-245.
l8 Vid. María CRUZS EOANHEi,s toria del Periodismo en España, 2. El siglo x~x,A lianza
Universidad, Madrid, 1989, págs. 199-203. Vid. J. J. S Á n c n e z ARARDA y C. BARRERDAE L BA-RRIO,
Historia del periodismo español, Eunsa, Pamplona, 1992, págs. 147- 157.
l 9 Vid. J. J. SÁNLHEL AKANUAy C. BAKKEKADE L BARRIUo, p. cit., págs. 153-157.
20 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. Rci,t ., págs. 4 1-42, 1 10, 154, 169, 368 y 4 10.
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en la banalidad 2 ' , la morbosidad 22 y la mala calidad y fundamento de
sus críticas artísticas 23, sobre todo teatrales y musicales.
No obstante, La Correspondencia vendría a ser en poco tiempo la
mayor en tirada y difusión, debido, entre otros factores, a su bajo pre-cio
24, lo que aprovecha Galdós para apuntar el poco valor -nulo, en
ocasiones- de este diario 25. Paralelamente, el que sea el periódico más
leído hace que se convierta en un elemento cotidiano de la vida madrile-ña,
y como tal lo menciona en sus cuadros costumbristas Lb.
A pesar de todo, Galdós no le resta importancia a esta prensa. Sim-plemente
juzga, denunciándolo públicamente, lo que no le gusta de ella
y, aun con todo, en estos artículos subyace la idea de que es a la que
hay que recurrir para conocer las noticias 27 con una cierta garantía, por-que
es a la que primero llegan y la que realiza una labor de investigación
sobre todos los sucesos.
Galdós se sorprende además ante el espíritu de publicidad 28 crecien-te
que se fue irripuriiendu en el siglo decimonono y del que fueron
pioneros los periódicos informativos. Su admiración hacia la audacia e
imaginación de los empresarios de La Correspondencia y de El Noticiero
queda reflejada en la descripción de los sistemas de venta callejera de
estos rotativos: .el carro de la publicidad^^ de aquél y los farolillos
de este 29.
Por último, refiriéndose a ellos, juzga lamentable su acercamiento al
poder político, tachándolo de ministeriales 30, junto con los adscritos ofi-cialmente
a la Unión Liberal. A El Espíritu Publico le acusa de ser una
calamidad y de ser apocalíptico 3'. Este, junto con El Diario Español y La
España, le merecen aun menos confianza que los noticieros jZ.
Galdós refleja reiteradamente las reyertas que se producen entre los
periódicos ministeriales y los neocatólicos, convirtiendo a cada uno en
representación y portavoz de sus respectivos
claramente de la oportunidad que le brinda la
ticar a la neocatólica 34.
partidos 33. Se aprovecha
prensa unionista para cri-
Z1 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. Rci,t ., pág. 1 15, 123, 142,
22 Cfr. W. H. SH~EMAOKpE. cKit,., &S. 8 1 , 107, 1 15,
23 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. Rci,t ., págs. 49, 193, 270 y 407.
24 Vid. J. J. SANCHAEKZA NDyA C. B A ~ RDEAL BARRIOo, p. cit., págs. 153-157.
25 Cfr. W. H. SHOENAKopE.R c,i t., pág. 344.
26 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. cKit,. , pág. 144,344 y 406.
27 Cfr. W. H. S H O EMo~p.K ci,t ., págs. 1 10-1 1 1 , 1 15, 152.
28 BENITPOER EZQ ALDO'<SR, evistad e Madrid'),d e 25 de noviembre de 1867, en Leo J.
HUAKB, enilo Pkrez Ualdós y la Revista del Movimiento Intelectual de Europa. Madrid
1865-1 867, lnsula, Madrid, 1968, págs. 259-262.
29 Cfr. W. H. SHOEMAKopE. Rci,t ., págs. 464-465.
"O Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. cKit.,, pág. 56.
3' Cfr. W. H. S H O EMo~p.R c,it ., pág. 359.
32 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. Rci,t ., págs. 3 14-315 y 47 1 .
33 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. Rci,t ., págs. 237-239.
34 Cfr. W. H. SHOEMAoKpC. cRit,. , págs. 243-245.
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Esta su especial aversión hacia la prensa neocatólica le lleva a esper-pentizarla
incluyéndola en uno de los artículos de la serie manicomio
político- social^^ 35, en el que un loco en su demencia lee La Regeneración,
La Constancia, La Lealtad, El Pensamiento Español y La Esperanza, es
decir, los periódicos neos. De esta prensa, el periódico que concentra
sus ataques con una especial intencionalidad es La Constancia de Noce-dal,
el autor de la represiva y efectiva Ley de Prensa del 57 36.
Además de esta predilección por Nocedal y La Constancia, también se
muestra siempre sardónico con toda la prensa nea, hasta el punto de
que las disputas dentro de este grupo las compara con las peleas entre
dominicos y franciscanos 37.
Cada uno de estos periódicos está marcado por una apreciación gal- m -
dosiana que nos informa de sus contenidos y talantes: la inocencia de E
La Lealtad -al que denomina periódico tonto de solemnidadl~38 -, la O
mala calidad literaria de La Re.qeneración, la ñoñería y empalago de La -- - Esperanza, la intransigencia en los juicios de El Pensamiento Español m
O
E o las ideas anticuadas y arcaicas de La Constancia, periódico de los E
charcos) 39.
2
En general, dejando a un lado este anticlericalismo ya patente, a Gal- =
dós le molestan especialmente su prepotencia y presunción 40. El reco- 3
noclmtento del reino de Italia, de que es parlidario, se corivieite en ex- --
tusa para decir que (<hane scondido la vergüenza bajo la sotana))y que 0
m
E
son chaqueteros y rastreros. Sus palabras se hacen especialmente afila- O das cuando se refiere a estos periódicos hablando de (<bilis acristanes- :
cal),d e .odio reconcentrado~ld, e hipocresía, de .fealdad moral)),y de lean- -
guinarios Marats del ahsnlutismo~41~, juzgando además a sus lectores
como 14nocentes borregos)) 42. A
El desprecio y la lástima que siente por La Lealtad y La Ley está -
0 patente en el silencio y caso omiso que hace sobre ellos tanto como en E
el réquiem cargado de ironía que les dedica a ambos cuando desapa- 5O
recen 43.
Galdós muestra, por el contrario, simpatía por la prensa satírica, a
pesar de incluirla como una de las plagas que hicieron tristemente céle-bre
el año 65. junto con la Noche de San Daniel o el neocatolicismo 44.
De El Cascabel y su director, Carlos Frontaura, en perfecta simbiosis, no
tiene más que elogios, calificándolos de comedidos, patrióticos y ecléc-j5
Cfr. W. H. SHOEMAKopE.K ci,t ., pág. 447.
3G Vid. J. E. EGUI~ABAoLp,. cit.. págs. 2 15-2 16. Vid. C.. AI.MIINopIA. c.i t., págs. 233-235.
37 Cfr. W. H. SHOEMAKopE.R ci, t., págs. 363-364.
3R Cfr. W. H. SHOEMAKopE.R c,i t., págs. 384-385 y 392.
39 Cfr. W. H. SHOEMAKopE.R c,i t., pág. 367.
40 Cfr. W. H. SHOEMAKopE.R c,i t., pág. 41 1-412.
4 1 Cfr. W. H. SHOEMAKopC. Rci,t ., pág. 90-91.
42 Cfr. W. H. SHOEMAKopE. Rcj, t., pág. 91-93.
43 Cfr. W. H. SHOEMAKopE.K ci,t ., páy. 442-443.
44 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. Rci,t ., pág. 250-257.
m BIBLIOTECA Galdosiana
ticos. Y en lo que se refiere al Gil Blas, también lo ensalza, sobre todo
por su afinidad con él en su postura contraria al nuevo periódico La Di-nastía,
lo que le lleva a decir que e s ti ingenioso y bien escrito))4 5; O aplau-diendo
los golpes que asesta a los neos 46.
La prensa progresista, en la que se enmarca La Nación, no es objeto,
sin embargo, de menciones especiales, ya que no le preocupan en modo
alguno sus contenidos, paralelos a los de su periódico. Sólo cita a La
Nueva Iberia y a El Universal en una ocasión senalando que son ~libe-rales~
4)7 .
Galdós se adscribe también al movimiento progresista cuando trata el
tema de la esclavitud haciendo referencia a El Abolicionista, doliéndose
de la situación de los negros y esclavos americanos y africanos que con- ",
sidera ultrajante y ([el mayor de los crímenes de la sociedad moderna)! 48.
D
Su esmerada y completa educación artística y su interés hacia la cul- E
tura hace que se muestre igualmente solidario con los elevados propósi- O
n -
tos de la Gaceta ~nusicaly, a que piensa que llena un vacío en la prensa - m
0
madrilena, aunque acusa al fipúblico en general!) de ser ((más dado a la E
politica que a la música114 9.
E
2
Galdós comenzó su vida de canario trasterrado en la corte madrileña -
cambiando las abstracciones escolares por la inmediata actividad del 3 periodismo. Sus artículos son los más numerosos y de más perindiridad -
No es de extrañar, pues, que en ellos se manifieste también la dureza, -
0
m
esclavitud y miserias de la profesión periodística; fue entonces cuando E
conoció a aquellos pioneros de la profesión, muertos de hambre y escla- O
vos de su labor. Se solidariza y se siente identificado con ellos; no los n
defiende, ni los critica; los comprende y los compadece o, lo que es lo
mismo, siente autocompasión por una tarea tan ingrata. Deja traslucir
A claramente una postura quejumbrosa y hastiada ante ((la pesada carga de n
escribir cada semana)), definiendo al periodista como ((una de las víctimas n
E
más dignas de compasión que registra el martirologio literario)^ 50. 5
Nada mejor que unas palabras suyas para poner fin a esta aproxima- O
ción a la importancia de la prensa en la formación de su cosmovisión
según aparece en estos artículos: ((He visto escrito un millón de veces
que el estilo es el hombre. E1 periódico también e s el hombre))5' .
45 Cfr. W. H. ~HOEMAKER, OP. cit., pág. 167.
46 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. cRit,. , pág. 501.
47 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. cRit,. , pág. 379.
48 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. Rci,t ., pág. 128-129.
49 Cfr. W. H. SHOEMAKER, op. cit., pág. 168.
50 Cfr. W. H. SHOEMAoKpE. cRit, ., pág. 529-530.
5' Cfr. W. H. SHOEMAKER, OP. cit., pág. 370.