IV CONGEG%O Galdosiano
LA REVlSION CRITICA DE WLDOS
EN LA GUERRA Y EL EXILIO;
SIGNIFICADOS ETICOS Y CULTURALES
1 cincuenta nniversíirio dcl exilio espaliol en Ainiiria,
El inoincnt~ineoe clipse 11 olvido que suele acomptiñar a tantos famosos autorcs cn las
t'eclias inrricdiütarnente posteriores a las de su muerte, se acenlub en el caso de Galclós al E coiticitlir su dcsuparición con un relevo generacional y el surgimieiico de la vanguardia y la d
cstc'tica di! "dcsliurnanizuc~(ind el arte". Adcni8s, Iiay que tener quc presente que, poi lar,
niisniai; I'eclitis quc el, si! puede decir que tarnbién moría el siglo xix, Lan vinculado a la obra
tlel gcnlril mlorcaiiario. Se tratritxi, pues, cii cl caso del eclipse de Galdbs, y como advirtiera
Angel del Río, tlc "uiia rcarcibri en contra dc todo un estilo vittil y esr&rico" (Es~srudfus92).
[.S muy ~iu,nil'ir.alivon, cstr respecto, el duro ataque lanzado contra él -en el prirncr O
niitnero de la orteguirina /i'evi.ss'm dtp Omdcnte, julio de 1923- por Aritonio Espina, uno de a
los tidalides dc la rrucvti iiarrativa expcriinerical. El escritor inadrilefio compendia toda la E
serie clc juicios dcspcctivos sobrc Güldós hcchos por los escritores del momento, aunque,
despuh de la guerra, los miciiibros de la genercicibri clcl 27, uno por uno, cantarían su
priliiiodia'. Tampoco cl adveniitiie~itidr e la República -por el que tanto bregó Galdbs ya entre
1906 y 10 13- trajo SLI esperada rcvalorizacibn critica.
Una cxcepcibn a los juicios adversos y al olvido, seria la valorucibn de Federico de Onis
prccisaincritii cii un acto cclcbrsido en inemoria de Iri rnuerte dc CaldDs en abril de 1920. En
Iii neoyorqiiinii Univcrsidrid dc Lolui~ibiti,a cta en donde le proclainarLi conio al irlbs grande
escritor espafiol "descle que se apagaron los fuegos del Siglo de Oro", deslachndolo también
conio "círnbolo superior clc nuestra cultura", lazo del pasado y del porvenir ("El espaiiolisrno
dsGald6sW)I.l csdc t'tierrt deEsptiña, inmersoenel mediodc la "cxtr;ifia" ciilturaatiglosajona,
"viva" y "pujante", De Onis liuscci, en sil inccrprctrición de Galdós, la allrnlricibn de las seliris
dc idcntidcid culluid hispiriicüs, viilitndose de iiri ctihquc critico culturalista y btico. Nos
dice que Gultlbs, conio hoinbre y coino artista, "ern liindarneritalmetzrc bueno" y dcst~ca
corno escnciii dc iii cultura cspaiiola la Lolcran~in rnortil "que lzacc posible la profuiida
coriiprenr;ihi rstEtica propia de lo qiic vrrgüinenre se llama el rcalismo cspar'iol y c]uc permite
ver rritlo x i l iuiníii~oI,i iisia en los mas bajos y rtiiscrablcs, la bdla luz de la Iitiiiiiiiiidd"
(E1 scritirk, 110) '. Esa ctlinprritisibii - afiadc-, que iidquicre sus fciriiias siipiciuas c i ~
Cciv,riikc:; y cn Vcl;izqiit~z,i iii l o p d o s i i 1119sc abal rxpicsii;0ri ~iiodcriic~ii laobru de Gtildoi;.
BIBLIOTECA Galdosiana
En la estela de Federico de Onis y también desde la misma Universidad de coiumbia, su
discipulo, Angel del Rio, abrió el camino a la revalorización crítica de Galdós q u e aun
rardaria años en llegar- en su extenso prólogo a la edición escolar de Torqueniada en la
hoguera, publicado en el mismo año, 1931, de la proclamación de la República. El ensayo
de Del Río-hecho ya con todo el rigor de la critica académica de laépoca- hay que englobar10
junto a otros intentos aislados de revalorización efectuados, tras la muerte de Galdós, por
De Onis, Madariaga, Perez de Ayala; hombres, todos ellos, de estirpe republicana-liberal,
"europeistas", como diriamos ahora, y que escribían fuera de España, tratando de conciliar
la tradición cultural española con los imperativos de la modernización. De aquí que valoren
la obra de Galdós como ese lazo entre el pasado y el porvenir ya destacado por De Onis; que
encuentren en sus libros la huella viva de la lucha librada en la España decimonónica en pro
de los valores -liberalismo, progresismo-que apuntaban a la integración en la civilización
moderna y en la comunidad europea. E
Hace Angel del Río hincapié en que esta ideología aparece fundida, en las páginas de las
novelas Galdosianas, en la vida: cuestionada y enriquecida por las contradicciones y ;
complejidades de esta. Lo cual motiva que su liberalismo sea "más amplio que el frío
liberalismo de escuela" y que Galdós se salve "de la compañía de esos vulgares, intolerables
y vacuos progresistas de mitin -tan intolerables y vacuos como los tradicionalistas
inflexibles- haciéndole Formar en la línea más pura de los reformadores españoles" $
(Estudios 1 20). B
Volveré sobre el tema de su liberalismo "no frío" y del Galdós reformador, y no B
E reformista. Baste decir, por ahora, que este liberalismo, además de llevar una fuerte dosis E de ironía, está imbricado en una serie de valores morales de la "esencia" e identidad cultural
española. Desde Estados Unidos, Angel del Río, como anteriormente lo hiciera Federico de
Onis, vuelve a enarbolar a Galdós como "símbolo superior de nuestra cultura", ensalzando,
junto al Galdós universaiista, su pecuiiar fibra morai espanoia, nuestro posibie aaimenro a
los ideales liberales y demócratas: la sinceridad, la tolerancia y comprensión de los otros,
basadas en la solidaridad y el "amor a la humanidad", encarnadas en las prácticas de ~ a z a r í n E
y Benigna. El enfoque ético es el que predomina en la valoración que h a c e~n g edle l ~ i oT.r as
un minucioso análisis de las distintas etapas y peculiaridades artísticas de la obrade Galdós,
concluye afirmando:
Se nos ocurrre, sin embargo, que cuando el tiempo vaya madurando un juicio sereno
y distante. Galdbs deberá su grandeza. como otros muchos autores de la literatura
española, a su visión Franca y moral de la vida que señala los valores más altos de ella
en esa mezcla de lo vulgar y de lo sublinie, lo ruin y lo elevado, lo ideal y lo real que hay
inmanente en el hombre (Estudios 124)
Será durante la guerra civil, y en el bando republicano, cuando se plantee en España la
vuelra a Galdós como un imperativo de urgencia. Esta reivindicación tiene un sentido más
vitalista que puramente critico-literario. Se lleva a cabo dentro de una coyuntura dramática,
cuando la raíz profunda que Galdós supiera ver hermanando a todas las facciones, en medio
. . d i ks giiiíics ~ i i ' i ! ~la~s discordias d d s iglo :ii:\, Sc ;%c k a deSgü::ü:. gil üquc! cofi:cxto,
IV CONGRESO Ci ALDOSIANO
Iii rcvalorticióri cle CialdBs viene, en primer lugar, por parte del piiblico receptor y vinculada
¿i iiiiii iidlitl~iiii liiiial. i'ifipiiiüiidü la C L S ~ S Y U Y~& el i ~ f i f l l i i fGi Cli~oe upai;lvl como üni;
guerr~pi opiilx y de inilepcndencia, se reiniprimieron, en la zona republicana, varios de los
i*:pisodios Niicioiiules de la primera serie, iíltrqqozu, Geroncr. Segun evocara, en 1943,
Albertl, niilcsdcestos rpnp1ares llegaron a las trincheras y "heron recibidos al lado del Fusil
de iiuestrossoltladoscon ansia parecida irla del pan en la rrincherd, a Iü del anhelado refuerzo
cn una agoiadora battill ii" ( [ '~i r s o(~'o~r~yf ~rrriciu1s6 )
Por parcc dr la críricii, la revaloracibn de Galdós en la guerra, signilicacivarnente, corre
LI cargo de (los niujcres, Rosa Cliacel y María Zambrano, en sendos ;irtículos publicados en
1:: rip".!ic.:!!i:! !lp,r<! & !$:,g!~g. !:fi %!ice!!:! !?y::! &! " s i~l~&r i rs 2!;R!e'' !?-.lía !q@ e!
nionicnlo qiic el propio cWós profetimrtr en una de sus últimas entrevistas: "Yo imagiiío,
sin cnibar~o~, i Ln ir nipo cn que canibiar!in de parcccr los que hoy empiezan a verme como
un vicjo niaiiiotiw, ubstintido eii miar cii serio las luclias de! siglo xix y en ver por todas
piirics .auperviveircias del iibsoliiti~mo" (I;,Stuí/ohs 125-26). Y el'ectivürnerilc, en unos
rnniircirtos, CII ~ L I CCI abso1~tis1nore divivo anegaba al país en el bario dc sangre, la critica O
viirlvrdr iittcbvctii Gi\ltlós,v alor:intlole como "sínibolosiiperior" dc iiucstra cultura moderna.
I'aiil Ltiiaoriir nos tlicc que cqticiiidou ri;i coniiiriidad cxpcrinicnea una t'utid~mcntticlr isis
dtk c6xisiriicici,i .u;indo st: sicrite nnienazadti por la destruccidri cxleriiri o intcrna, se ve E H
i~liligiirltiL I vlilvtlr ii 1~1rsc iiccs do $11 idenlirlad, cl nlicleo iriitico, que, en úlrirnri instancia, la
~ ~ i i r i i ~yr iti ~l i~ iwiii iiü (I)rrtlapri1cs38Y) iiiiiclia de esto hay cii la v t ~ ~ l at i Gi alJbs en Iü Esparla e
i c p~~b l i~x tcii:ii guerr;i y, dcspu&c,c ii cl cxilicr. 'l'atito I i t x i C11;iceI corno Marki Zanibrario
~Jciiril'i~aluii d r , i de c;;iltlhs con los rriiccs tic 111 idcnlidtid y el iiUcleo riiitico c irnagiizario de
lu lii:i[i;iiiicv. t:n sus crilirtis renirrcn ri lo sirribólico y CI Iri riiiiicn. Ven, en la obra de Galdbs, O
ids ci~ivrv?~i~ d cys hiliii~Vii~dIlsr iíci > L I ~ C I C IcLi d r t ~ i i ~UtCi irla Uiib ~ : ~ J ~ U I CaEuI i,~ í ~ i i dir1ü C ~CI I L~ c l O
niotlctnii, c.wiii~acl,ic ciii iilicstra entrafki iiacíoiiril.poptiiilr.
I:II ai " ~ rnici rnlirc a1 lieiite: üaldbs", liosa Clinccl Iiablndc la rcvol~icione spanal~LiO IIIO
E
uii L K L ~ d c mo r 3" iniircn:;urablc iieb~ilosa"q uc se iiutrc de lkis csperaiizas ruluras, pero
l i~r i~bibdi ie l l);ihiid~", corbiciitlo loda nucstro p;isaJo, rcacl~v~liidcoii cada palmo de tierrd
ilel pl;iiicl,i los ( L ~ L I ~ I C I(1~1C1~cIS í11n1;l de Cspaiia dcidcd J. su paso eri tienil~osn i& klices".
Y dcsde rl l'imlci tlc Mi 1 n[8blil~:;iyi lucnle cirigintzriri dcstclld la luz dc la llama de un rionibre:
~i~ilclirIs'.i ii'iosiiiii~:iitr,t ti~ltoe lla coino Mitriti %L~nibrtinvoe n la rcvolucián cspafialü como
t~i~i~:!!,p ~!!;c~i;l,G; !*~~C!(I!?, i!~~c!s;id;d!e sGg !zcfi~::!h:!d~;![!fi!- . ~;!~ig!lzcir;e 5ci617.y g!>c!;gi:~,
pio~ligi\drrsY II, iln 1'1s ~i i i l ed~e págiiias fialdosiüiias, donde lii histor~ci,e iitrctejidii en lo
~ o t i d i í ~wY ,01 SOI mtsmo dc Espanti -pllir¿il y diverso- apiirecen rr;~nsubstai~ciadocsii
pcirsi,~i:' n u~opiilii licrd y popul~irC. clcbrui las do!, crilicas rii @uldós, ~ioctíic,r cadoi y II~ISI.LI
V I S ~ O I I ~ I~~ i~iOm. ~ i i r : i e nl~i i~~c;u ~al~idia iles de sus obras y de sus personajes cri rncdforiis y
siinhulox dv IU itii,ign,iciiirz niaterid: raiz, roca, agiia, (uepo, sungrc, luz, aire.
EII su articiili~s,i gizil i~L~tiviiiliet i~tiul~l i ~d"~M, iscrit~lrd~Mtl"L~iri ;iX d1llb~i1110hí1~l1tir~d~cb
dtg :;i~t, ~lotl?pso ctic,is y de pciisadoia. Aporiri a Id riiterprcttiri0ii de Galdbs conccpros dc
cstii ~ i i b i i i i C ~ i ~ i ~ i t ~ iyc i cixi ,i~i1 gui;iii;i:11. inlraliistori;i, del pririlcro, y 111 raziin vital, ilel segiintfo.
i,cuiio l i t s tliiis, iiiscrihc ii lci olm gLiltlosiriticd~c iilro del ii;iilici~i~arle disiiio Iiispaiio,
i * ~ i c ~ i i t l i i ~ i i~r lh~ >~~Irii i~IO lI i1 1;i LIC ~ ~ ~ ~ l o i i n l(IiLeK~ ilsiti~~lI l c~L;ii ili;j;i y q~i ci - c ~ l ~ h i icdii ~Ic~i c
L ~ ~ I I! :,, I~ L~~: , I~I I IA [ ~ I I LiI~ iz61I1N rLiciaiaIistLdc~ la L L I s~ib ha [ I L I L I ~ ~ Lt Id 4 !it.icstra C L I ~ L L I ~yJ
BIBHOTECA GAIDOSIANA
saber ppular, incluyendo la cultura analfabeta y las riils alras y misteriosas obras de
niiesira literatura: una razón humilde, dispersa, misericordiosa que rezuma en las paginas
de Ga!dbs.
ve María Zambrano en Fortunata y Benigna, dos simbolos de la intrahistoria y del
protoplasma hispiinico: dos fuerzas fascinadoras de la vida hispánica. La primera, inniensa
fuerza de la fecundidad. ilimitada y espontánea; y la segunda. la heroína de Misericordia,
sirnblo de la fuerza sacada de la prodigalidad y del esplendor de la miseria. De la seña
Benigna, humilde Atlas que sostiene sobre su frágil espalda a todos los otros personajes de
su mundo novelesco, y que tiene mucho de figura alegbrica dc la savia popular, sobre la que
se nutre y descansa el ser histbrico de España, Zambrano escribe que es en si niisiria "agua
purayvivabrotandoentreescombros". Agua, madre, vida, el sirnbolisrnodeBenigna, según
.i --.- --.., .-.. J. C. . . , . . .--., 2. 8 - ri _ _ - _ _ LI ia iiiicipic~cxiViid e muia L ~ I I I V I ~ I I sUe, yucuc iuiiuii ~ u i ci i uc iu ~>pui i al ~ p ~ l ~ l i ~ d l l d ,
inmortalizada en los versos de César Vallejo. De aquí que cuando aquella España cayo -"Niños
del mundo,sicaeEspaña ..."-, nuestros escritores del "éxodo y de llanto" fueran a buscarla,
de nuevo, en e¡ espejo de ¡a obra gaiciosiana. La revaioración de Gaidós, en ei exiiio, está
inextricablemente ligadaaesa búsqueda del imaginario nacional, de los símbolos fundacionales
de la identidad hispana.
Desde las primeras fechas del exilio, aparecen en revistas americanas las llamadas a
Iavueltaa Galdós y a su revalorización5. César Arconada, en un articulo de junio de 1940,
escribe:
"Es claro que a Galdbs no le ha llegado el momento triunfante. Pero le llegará. Durante
nuestraguerra estuvo ya cerca de el. Algunas de sus obras de teatro se representaron
yei puebio-sinobsracuiosáeiante-bacaminode fundirse conelgranescritor popular.
Pero aquelio fue casi un suerío, uno de tantos sueños fallidos del pueblo espafiol que,
como otras veces, como muchas, estiivo en los lindes de su felicidad y se desplomo en
las realidades. (Romance 2).
Con la celebración de su centenario, en 1943, si llegó, al fin, el momento triunfante de
la revalorización de Galdós. Fueron muchas las rcvisras americanas -para no hablar de los
innumerables periódicos-queabrieronsus paginasa la celebración del centenarioGaldosiano,
con 13 colaboración de los escritores exiliados y, también de sus colegas latinoamericanos:
Cü~jüj~~%'~~/"' c~-efii.dTew C, rgeiiLiiiii, .&'@O pivij,'&ü y LUüdmiü~ü ~r~ericiu~does M, ~ X ~ C O ,
donde también aparecieron artículos de los mexicanas Alfonso Reyes y Agustin Yaiiez,
Revista Nuciond de L7drura, de Caracas, Atenea, de Chile, Revkla hispánica moderna, de
Kueva YorK y ¡a ñevlSta Cubana, cie ia Habana'.
Comoagudamenteescribiera RicardoBaeza, en aquella "glorificación" deCaldós, llevada
a cabo en América con motivo de su cenrenario, tenía lugar un acto de un hispanismo
autkntico, que el escritor situaba en los antípodas de la hispanidad, "fraudulenta" y
"decrépita", de la propaganda franquista. Dichoacto, como, engeneral (habria que añadir),
la obra de los exiliados en America, sentaban las bases para el hispanoamericanismo del
mañana: "nutrido -ycito sus palabras-de médula universalista, que considerara como una
gran comunidad la familia de las repúblicas hispanoparlantes, con una cultura y un idionia
y un porvenir conlunes .. ." (C~rs0s.cyo nferenc¿¿,?s 133).
IV CONGRESO Galdosiano
De todos ciyuellos números-homenaje, en el que se da cita el más nutrido grupo de
destacados escritores cxiliados cs en el de la revista argentina, Cursosy conJermcius, con
la colaboración dc Kafael Albcrti y María Teresa León, Guillcrmo de Torre, Jacinto Grau,
Aiejanclro Casona, Angel Osso~ioy Ricardo Baeza. En sus revalorizaciones de los Episodios
Ndcioriüles, las Novelas y el Teatro de Güldós podemos advertir un denominador común de
valores éticos que representan lo que signiFicaba Galdós para las señas de identidad cultural
dc In Esparia reptiblicma en el exilio. A grosso modo podemos agruparlos en cuatro
apartados principales.
1) Algo ya tratado ~nagistralmcntee n el ensayo de María Zümbrano sobrehlisericordiu,
en donde inibiicabli lci ~uestiónd e la problcniá~icau nidad de España dentro de la diversidad
dc clcnienlos ttnicos, cullurales y religiosos contenidos en el pueblo español. Ejemplarizaba
esto con cI ejemplo deMiscricordzu y Nazurín, donde esta diversidad de elementos apürecen
al>sorbidos en una poderosa corriente popular unificadora. Casona vuelve sobre el tema,
valibntlose del ejemplo de Gloriu para hacer Iiincapi6 en la diversidad cultural y religiosa
Iiispana. Destaca la capacidad de anior y de absorción como nuestra mejor herencia que nos
llcga destlc los Icjarioc ticmpos de Alfonso el Sabio y su esciicla de Toledo, donde "grabes,
licbieos y cristianos eran hermanos en el tiabajo y la canción", añadiendo:
[)e alii ;irinica CI noble perisamicnto de Galdós; y los espatioles que lo amamos y
sdieiiio!~q ue cl agua quiniicaniente pura no es potable y que la sangre quirnicameníe
~ ~ i isrol,o~ c ngendra idiot:is, nos enorgullecemos de levantar, entre las luchas racistas
tlc hoy, Iii biiritlera de nuestra sangre :irabe-liebrca.cristiaria, maravillosamente niulti-
1i I~y Iirrrd~rnd e tres arinas y de tres culturas (Cursosy Co@erencias 109)
2) BI arrcilgo de GilldO~e n lo popular; reconoc~do- como dan cuenta Albcrti y Casona-en
la circulnciijn de los "Episodios Nacionales" por las trincheras de la Kepíiblica durante la
guerra. Casona nos dicc que si Galdós no tuvierüolros titulos para merecernuestradevoción,
~ i n ole bastaría: "el tle haber resuciwio como guerrillero, a través de sus libros, en la nueva
giicrra de In Iiidependencin espaiiola" (L'urwy ca~fcrencias 106). El arraigo de Galdbs eii
lo popular viene de iniiy atriís. Corno cvom Aclgel Ossorio, "el sentido popular de Cald6sW
eski en lados sus obras. Jacinto Grau y Ossorio insisleii en la solidaridad de Galdós con los
Iiirinildcs. Grau (leslaca cómo nuestro gran novelicta nos muestra "esa parte noble no
ciisiiiiriuiaa anws iocias las humiiiaciones nabidas y renidas por ¡as gentes iiumiicies, en el
n~utido"( c'urso~~~yco!~brc5n4c-i5~5c).~ Y. Ossorio insistc en la especial atención que hay en
Giildós hacia los rnhs humildes: cn los niás míseros rinconcs dc los barrios pobres madrilcilos,
n u t s t r ~au ror encuentra, junio con la miseria, la piedad, unas generosidades incoricebiblcs
y unos corazones de los que irradia una luz esplendorosa (C~trsoscyo ~13/erermu1 14). De
: i r l i ~ ir !iic8 I:i l i y r ; ~cl r I:i .scnú 13cnipiia se senale. una y otra vez. como símbolo de esta
cxdtación cle lo mAs hlitnilde de la so~iedade spañola: del reconociniiento de la parte noble
tle los hutuiltlcs.
v... - a . ..-..l. .:- + . .,ai,.*:m.. h A i . i f r~r 7nrirhr.rrir.rlr. , irnrini . :ri rr In C * : r n . ~A~ i il Ar inl~nrpr r~nr lIrl i' :m< r n
i ~ 1 i L l l l ULL LLLIClJLI 1 1 L 1 3 L L l l V I i I Y L C l I L C I C ~ < I I 1 I U 1 < L I L U U \ r ~ L C L L C L I L L LL I 1LI LLbUILIUCI U b O l l L I L LC<[ IL<UV \ I l b U L L I
iiitiliih~iiictl ii 1'1 pintura (Ir Goya, en id iiovela tic Caldos y , en nucstro licmpo, en el cinc de
~$iin~icwli)i io sinibolci pldiltico LIV lo nihs ostensible del "iealismo cspanol" y viendo en El
u11 S I I I ~ ~ O \IWO I I tk51 ~ l o n ~ l itwi ~ l e g le~n~ ,c arne )' nuesu. ~nnciuycN iaria ~a n i b r a n os u
BIBLIOTECA Galdosiana
elucubracion diciendo que eri la intimidad de todo español "por muy alta que sea su
representación espiritual alienta siempre este desharrapado, esta criatura arisca y
desgarradora" (Pensaminoy P e a 208).
3) Podriarnos decir que esta presencia del desharrapaao aniaa también, cuesrionándoio
y atrayéndole hacia las reivindicaciones de los de abajo, en la concepción del liberalismo de
Galdós: otra de las constantes que destaca la revaloración crítica de los exiliados, viendo en
Galdós todo un símbolo de la España democrática y republicana.
4) Se destaca a la obra Galdosiana como espejo del drama y de la vida española del siglo
xix, y tambiéndel presente y del futuro. "Galdós, espejo trágico de España", es el título del
lúcido ensayo de Bergarnín en que elucida sobre tal cuestión.
Enla noveleriadeGaldós (escribe) encontramos, es cierto, laexplicación-¡a exculpación-de
una España pasada o muerta; pero ¿encontraremos tambien la justificación de una
Espaf!a viva? t!i Frpafia v ~ n i d ~ r aY?o creo que si. y esto es. en mi sentir. lo que hace
de Galdós una figura permanentemente espatiola (De una Españaperegrina 55).
Dentrodela criticaacadémica. Angel del Río con sendos artículos, "Los ideales de Galdós"
y, 'Aspectosdel pensamiento moral deGaldósWy Joaquín Casalduerocon su libro, Viday obra
de Galdós, publicado en Buenos Aires. se suman a la recuperación de Galdós en el exilio con
motivo de su centenario. Estos estudios viene a poner el sello a la revalorización plena del
gran esaito~ca nario por parte de la crítica que se extenderá a lo largo de la segunda mitad del siglo d.
Para el propósito del presente ensayo los estudios de Angel del Río, centrados sobre la
ideologia y la moral, tienen mayor pertinencia. Analiza en ellos cómo en la obra Galdosiana
la tradición viva, "la que da continuidad a un pueblo", se funde con las preocupaciones
artísticas, sociales, religiosas e ideológicas de su tiempo, vistas -habría que añadir- desde
las preocupaciones del tiempo en el cual Del Rio escribe su critica: los años de la posguerra
española, el exilio y la guerra mundial, vividos desde Estados Unidos.
En "Los ideales de Galdós" vuelve el profesor de la "Columbia University" a destacar los
idealesdel liberalismo, profesados por Galdós con mucha yadeesa actitud del liberal ironista,
con la cual el filósofo norteamericano, Richard Rorty, reactualiza en nuestros días el
marchito y/o desvirtuado liberalismo. En cierto modo, adelantándose al mencionado
filósofo, ya Giiillermo de Torre viera en Galdós un liberal ironista, cuando sintetizando la
"gran lección ética" de nuestro autor, escribe: "Frente al fanatismo, liberalismo, pero no débil
sino enérgico. Contra la intolerancia, ironía, su mejor disolvente" (Del 98 alBarroco 232).
Del Río nos advierte de que dichos ideales liberales, "aunque a veces nos hayamos burlado
de ellos", sin embargo, brillan en la obra Galdosiana encarnados en seres verdaderos y en
la vida, coa tdas coíi:;ac!icci~nes. ideaies tales ct;mv !a fe en !as pt;si';i!i&.& de!
progreso moral de la humanidad, vinculada al amor al prójimo, a la tolerancia, y a la libertad
para que cada uno pueda ser lo que es con todas sus limitaciones y con todos sus ensueños
('maios SS j.
Enunciados así, pueden sonar con ese carácter uni~ersalistaa, bstracto y racionalizante
del viejo o frío liberalismo, contra el cual el propio Del Río nos ponía en guardia, en su trabajo
IV CONGRESO GaldósWYO
sobre Galdós, de 1931, pero encarnados en el viralista y concreto mundo novelesco
Galdósiüno adq uiereii todo su sentido contigente, irónico y ulópico, que destaca Rorty en su
redescripción del liberalismo.
En "Aspectos dcl pensamiento moral de Galdós" Del Río arraiga estos ideales de la obra
Galdosiana en valores morales que constituyen el núcleo mito-poético, imaginario, de la
tradición hisphica. De aquí que podamos considerar este ensayo conio la surnade los rasgos
de la visión moral y élica de Galdós. privilegiada por la crítica de la que nie he venido
ocupando, remont:indonos a la temprana reivindicación de Federico de Onís, en 1920.
Iní'l~iirlo asiriiisiiio por la Ulosofla existencialista de la época, insiste Angel del Río en ver la
iiiorril de Iiic cibrii:; de Galdós, no como una moral impuesta por imperativos categóricos o
inlcle~waless, ino por algo quc radica en el carhcter de sus personajes, e n una manera c ~ s i
incon~cicnted e seiitir IiispAnico de la vidd.
i.ds iUen!,es ue csra visión niorai provienen uei fondo catóiico de ia cuicurü española, Uei
nicollo opaco constitutivo de esta cultura. como lo hicieran María Zambrano y otros
cwitorcs dcl exilio. Angel dcl Ilio analiza esto a partir de Mismicordiu. Esta novela,
constiluyc parr! él, una üdniirable sinlesis de ideas religiosas y sociales que preocupan al O,
pensamiento europeo tl fincsdel sigloxix, y un arranque directo fundamentülmenteespañol. P
[.a nnr~idójicaH enigria. (pie cntronca por ese costado con el i.aearillo. Don Ouijote y Sancho. d
es, coirio kslcis, un sí~ribolo vivienle de un sciitirriicnLo radical de Iü igualdad humana,
: en~satiürle inliiiian~cnte en la psicologiu del español y del cucil dimanan casi todds tas
cutilitititlcc de su carácter y ~ainbikr:i:u .: "defectos t r c rnendo~"C~o.m o cualidades, el critico
d ~ t o c a1;) sinipiith liadzi cl caído, la protcsta aiite la injiisticia, y la tolerancia Iiacia la
conduc~aa jena y las cicbilidiides del prójimo. Estas cualidades hispánicas aparecen vincu-ladas
cn la obra Galdosiana -en la estirnaliva de su críLico- a los valores del liberalisnio E
doiiiocr2t.icode la Europa inodcrnü, claro que, con laya rncncionada dosis dc ironía y humor.
Conio Muria Zambrano, Del Río clcsracri cdmo en la obra Galdósiatia, Frente a los E
B
dccafiieros de la razbn razonante, sc opone otras formas de conocirnir?titos, en las cuales los
sciiliniientos ocupan un rango primordial: cspecialmenle el scntimjentn del amor. A ccte
respecto. 11cl nio Lrac a calacibn (en unas kchris niuy próximiis ci In tragedia de la guerra
I'ralicidti csp;iñoIa yen plena gucrca niundial) unas palabras deElaudnz, novela siruada en O
cl r~i rwidoe Carlos IV, cuando en España empezaba el proceso revolucionario moderno: "Los
!li;;I:btcl; dicc M;;:ie! 2 :;u :l:;la&i !?and e :;/rr igl!a!e$ ~r~[puy&ndc?f.isce; ,!!o hz de !!zbcr
ig~iiildüde li el tiiiindo sino por cl wmot" (Estlc(i'i~3s 3).
Y este amor lo fundcGald6s en la actitud del liberalismo deniocrálico favorable a resolver
los problctnas prod~icitlosp or las nucvas ideas iguallcarias mediante la concillaci6n y no
iiicdian~ela luclia: clave -coriio rcvela Del Río- del pensamiento galtlosiano en lo referente
;i la rcsolucióii de los conrlic~ocs ociales de clase. De aquí que, a piirtir de ftculrdul y de
Forttirict~u.y/~~cic~ri? scu~s~ n,o velas y obras dc teatro, s e dcii nuinerosüc uniones mo r o s a s
quc Ilcvan ii Iti t'risiári de la burguesía y/o Iti aristocracia con el pueblo bajo. Su liberrilisrno
cici1iocr:trico quc.ila ncí iricxtri~.;ililciiie111v~i?i iculxla u la colidaridrid con cl piiebio y sus
scicrorcs rrids rnxginaclos'.
'i' ilasdii lOcY1, ol Ikrerite ck lu Canjunci6n rcpublic;~nos ocirilislii, G~ilrlckc c si;Sorz¿iri por
pl c \ . " i~l~L1'i1l1 Ic\ p ~ i l C~IC ilii~ v idii LIIIOY VLIIO~W( ~ L K ,i ltlLCS, i'l l~ilbiuI I ~ ~ i i l(1t1 ' ~ ii í ~v iilii CI 111
EH BIBLIOTECA GhlDOSiANA
1V CONQRESO GaldósNYO
8 Ilnas pdlabras dc Buriuel rcsumen la actitud compartida por sugencracibn. Nos dice: "No soy
un Galdóslano viejo. En mi juvcntud Galdbs nos interesaba muy poco a iiil y a riiis aniigos. Galdbs nos
parccid anticuado y urr poco farragoso. Fiic inLis tarde, en el cxillo. cuando ernpccl! dc verdad a Icerlo,
y erltoilcP..i nie iriteresb (Lais IIutluel122). tlabrla quc ailadir que ese intcres plasmb cri las versiones
Illniicis bufluclianas deNcrzar(n y Tri.Ptana y a que IluiliieI llegara a reconocer la impronta Galdosiana
coma la rniiyor irifliicncia cri su obra clrieniatogr8rica.
"lecordelnos que el proplo üaldbs, en su prblogo a La Regento, es uno de los primeros en fillar
c6tc reall'lmo Iibpaiio, qiic CI tamblh remonta a GaldQs y VclBzquez, como tina de las catacter[sticas
"perdurables" dcl arte y la litcrdtura cspafiolas. Serd Meiz&ndcí: Pldal, en un articulo de 1916, qulen
"canonice" el soticcpto.
l Laobradehnthoriy Pcrcival, Galddsundhiscritics, contlcnc unacomplctlsiniallsta blbllogrb~ca
de los artículos de esta rcvalorimcibn. En marcado contraste con cl Inrerbs por Galdbs eii la espaifa del
exilio, en la franquista el cenkenarlo de cjaldbs fue silenciado.
El artlcula de Maria 'Lamlrrario en esta revlsta, "La mujer e11 Iü EspaAa de Galdbs" se pucdc
considerar como precursor de la cxltica fcmlnista hispiinica. En tl Icerrios: "Sald6s es cl primer escritor
e$par\ol que Introdilce valienrcmeiite las mujeres en su mondo. Las MuJeres múltiples y dlversafi. las
nsilcres realce y distintas, "ontolbglcamcntc" Iguales al varbn" ("La mujer" 81).
En la obra deestos do8 criticasse da una divcrgcncla. una polkmica en clcrncs -que haceeclosidn
eri nuestra &poca-entre formalistas y cultimllsras. Dcl Rlo, en SLI resefia del libro de Casalducro aduce
que la critlm de &te es cxcesivamcn& lntelcduailsra y coiiccptual. "LA rica substancia huniana -escribe-,
popular, espailala, cbrnica y patbtica, vulgar y subllmc, grotesca y trSgica que palpita en las pdginas
del novcllsta y en los inlliiitos seres de ficcibn por 151 creadas se nos escapa, y su mutido poktica-vkal
qiieda reducido a un sistcmri de abstracciones (Estudios 142).
e, Entremtoti "ireriieiidas" tlel¿!ctoii, DcI Rla irrcluye: lasaberbis, laciividia, la InLransigciicia tiada
el psritiriinicnio original y hast~lia crueldad, "pasiones todas -anade--cuyo origen es el ciego furor qilc
se ailo<lcra del hombrc, y niuy particularmcntc del csyaiiol, cuando sotlpecha yiie "el otro" pucdc en
niii@rii rrionieiito scnlirsc suycrior (1S:utrtdio.s 26).
los anmwserita, alguiiosdc lo~criticosq~pi~cd c~iios~o~isitlcmr~oiii~delse~~titidotcaslielsi ci.
(~11111H1 il~iirIlJ os~li[,t otlri~:iir;! I'iibrtolati. rarl~i:~~lsi-i"cioii iioc ir rl i~riiiicr csilio-y yo tniaino, trattiiiws
BIBLIOTECA Galdosiana
de relacionar esta vertiente Galdosiana con las reivindicaciones populares de la clase obrera-campesina
española. tan pujante a principios de siglo.
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