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ANTECEDENTES LITERARIOS Y ESTETICOS DEL "NATURALISMO Galdosiano": LA DESHEREDADA Antonio Marco Garcia n K Lvhentras August Comte desarrollaba la nueva concepción filosófica en su "Cours de Philosophie positive" (1830-1842)' en el -m -.-i -c -m - - n- ?aír tenia plena vigen& e! movimi~ntn& ~&tica rel!iy!r, re~ccibn contra el recién Romanticismo caracterizado por la fantasía desbordada de quienes f'iaban a la inspiración todas las herzas del crear. De la confluencia de la corriente literaria realista y de la filosofia positivista surgió el "Naturalismo" que se presentaba en e! campo ideológico como uno de los herederos de la tradición crítica racionalista surgida del siglo xv~iry, que tenía como máximos exponentes a pensadores y científicos como Hyppolite Tainc, Charles Darwin, Claude Bernard, René Bertlielot y Corrite; en el campo literariu suponía la culminación de la línea ascendente del realismo dada por Honoré de Balzac, "stendhal", Gustave Flaubert y los hermanos Goncourt'. Entre el "Realismo" y el "Naturalismo" no parecía existir una verdadera diferencia de principios, ya que "realidad y "naturaleza", según indicaban sus propios nombres, eran términos similares. Pero ya Emile Zola auguraba: "El naturalismo no es una escuela, que, por ejemplo, no encarna en el genio de un hombre ni en las locuras de un grupo, como hace el romanticismo, sino que consiste simplemente en la aplicación del método experimental al estudio de la naturaleza y del hombre. "2 Ei naturalismo no soio se corresponaia a ia figura ae zoia, ni a ias aiscusiones, entusiasmos y odios que su obra desencadenó -y que no fueron pocos-, sino Comte, Taine, Lamarck, etc., y sobre todo Bernard; el positivismo científico, el culto al dato clínicamente recogido y descrito, y también la explotación artística de un determinismo biológico y social; todo ello se convierte en razón última del novelista creador. De las ansias por el análisis, de querer llegar a la razón de los hechos, surgirá el carácter cientificista del Naturalismo, sirviéndose de la metodología de la Ciencia. Ya para Balzac el método del novelista debía asimilarse al del investigador cientifico; su modelo se correspondía a la figura declaude Bernard, En el "Prefacio" a La Comedie humaine (1842), su autor establecía una nueva preceptiva literaria, en la que, de forma apriorístlca, implicaba la filosofía del Positivismo: la novela debería ser "sociológica", basada en la "antropologia naturalista", y el personaje sería un producto más de la "evolución naturaln. De estas afirmaciones de Baizac sobre el concepto de "novela experimental" solo existe un paso, y éste fue franqueado -no sin cierto riesgo- por Emile Zola al nominar un fenómeno ya existente: él fue quienasentó minuciosamente las bases teóricas del arte de novelar según el Naturalismo. Su doctrina Fue dada a conocer en sus libros teóricos: Le roman expérimentaIe (1880) y Les romanciers naturalistes (1881). Como inevitable secuela de la progenie filosófica y científica, el Naturalismo se presentaba como un "arte" pesimista en el que se había roto la comunión entre lo natural y lo divino, y, por lo tanto, la noción de lo humano se había degradado. El hombre ya no era considerado una abstracción intelectual sino un animal que razona, y que pertenece a! m - entorno natural, en un habitat determinado en el que está sometido a múltiples influencias N E del medio mientras crece y vive. El naturalismo fue, por ello, valorado como el primer gran movimiento modernU que iiü partia de pietiüpiicstcs iildiridUa!istas, qüe t,o s*&a. a[ O - - individuo como agonista de la realidad colectiva, sino como un miembro más en un espacio - m O E global determinista. E Fundamentos de esta concepción estética son las hipótesis transformistas de lean 2 E Lamarck, autor de Filoso~azoológica( 18 09) y de Sisttme anaktique des connaissancesd e - l'home, quien aporta la fértil idea de la evolución en la que todos los seres humanos somos 3 producto de la naturaleza: los simples por generación espontánea, y los más complejos y O- - perfectos gracias al enriquecimiento de aquéllos. También Etienne Geofrroy Saint-Hilaire m E aportó nuevas interpretaciones a la tesis de la variabilidad de las especies, y en sus obras O Philosophie anatomique (1 8 12-1 822) y Étudesprogresives d 'un naturaliste (1 835), defien- o de el hecho de que la naturaleza haya formado todos los seres vivos, y atribuye sus cambios n -E a la acción directadel medio ambiente. Pero, por encima de todo, influyeron, con fuerza, las a teorías de Charles Darwin sobre el origen de las especies, la selección natural y el 2 n evolucionismo, desarrolladas en el libro On the origin qfthe species by rnearzs gfnatural n C O I O P ~ A11~ ~ m \ . "".L...+.",. \A---/ - También el libro de August Morell, Traité des dégénerescensesphysiques, intellectuelles O et morales de I'espéce humaine et des ca.u ses qui produisent ces varietés maladives (18 75) , se acercaba a; tiataiíiieiit~ de 15 eudücion, dcsdc !a perspectiva de !u Uegeneraci6n de !u especie humana y del conocimiento profundo de la génesis de las enfermedades heredo-patológicas, que fue uno de los más importantes temas de preocupación en el siglo xrx. El factor de la herencia morbosa y del cardcter regresivo de determinadas estirpes fueron estudiadas, posteriormente, con mayor amplitud y profundidad por el antropólogo y criminalista Cesare Lombroso en su teoría delos estigmas hereditarios. El degeneracionismo de Morel, como teoría genétic@psiquiátrica que modificará Magnan, tuvo gran aceptacion en el mundo científico de la segunda mitad del pasado siglo, y su conocimiento y utilización por la novela experimental está justificada por sus propios supuestos teóricos. Fue Claude Bernard quien defendió un nuevo método científico: la experimentación entendida como "observación provocada"; suponía la sustitución de formas empíricas (abstracciones) por análisis rigurosos (realidades) en los hechos fisiológicos y científicos 1Y CONGRESO Galdosiano para poder observar, analizar y experimentar dichas realidades, sin la existencia de apriorismos. C. Bernard reconoció como ley suprema del universo el "determinismo", es decir, "elvinculo inflexible de los fénomenos sin que ningúnagente extra-natural interviniese en ninguna ocasión para modificar el resultado de esta vinculación"J. Los procesos analísticos de la observación y experimentación y los progresos científicos de la primera mitad del siglo xix influyeron decisivamente en la cnnfigmlrñcibn de prncpdi; mientos naturalistas, manifestándoseen el cambio del tradicional "dato físico", transforma-do, ya, en lo que se llamó "dato fisiológico", e incluso "clínico". En las Últimas décadas del parado si@, y 2. ni o ! c r ~ i t imS,? zpredrrha iin2 m&$i ntimr f i~ib: ent:r !:; fi!os=fiu (!o psíquico) y la Ciencia (lo físico). Como resultado aparecía una nueva ciencia: la psicología, ~l espíritu latente de los escritores del momento condicionaba las concepciones eclécticas; e! it,:e:Cs hu~i:, !GS sistemvü nu prsgrnáticv; geímfiiios c ú ~eo: : zTfli[hciifi v h n& iiiL" sus sistema, basado en que el espíritu y la materia no existían independientemente sino que lo fisiológico se subordinase a lo psíquico, estuviera mucho más difundido que el "materia-iisiiiü pusitivistd" de Speí-ieei, e iiiduso rnás que ei Úei propio Taine. Hyppolite Taine, a modo de preludio naturalista, publicó su Histoire de la littérature anglais (1864) y la Philosophie de l'arl(1866), en cuyas páginas, tras aplicar su talento crítico, señalaba tres elementos condicionantes en todaobra, con clara Función determinista: "race, milieu et moment", la herencia, el medio y el momento histórico. Con estas causas próximas o inmediatas que se experimentan en las obras de creación, Taine propugnaba una estética que siguiera el movimiento general acercando las ciencias morales a las naturales, para poder dar a aquéllas los principios, las precauciones y la dirección de éstas; y a la vez comunicar a las morales la misma solidez, y asegurarles el mismo progresoque las naturales. Decisiva fue, también, la influencia de la obra de Arthur Schopenhauer Elmundo como voluntad y representación (181 9) en escritores naturalistas como Henry Céard, con su "positivismo escéptico", Huysrnans, Maupassant y el propio Emile Zoia, quien en un principio conoció la Filosofia schopenhaueriana por la lectura del libro de Caro titulado El pensamiento en elsiglo XZX leopardi, Schopmhauer, Harman (1 870) y, posteriormente, por el estudio de la propia obra del pensador alemán, y muy especialmente por la traduccibn francesa de pensamientos, máximas yJagmentos. Las supervivencias románticas del "sentimiento de la dignidad del homb. re" perdieron toda su validez; el tono sombrío de los , ..-e ..-m la-+-- & *,.h.. "---m- -.-- . a.,. .".'.L1 e. ..m -*"...A"-- -m*- -:- ?.-.:---a-.-- iiaLuraimLaa uaini i iurava la wi i q +wi U ~ Lu= lvCi ~1 uu x i l ima UIVUG~ LYa, 111 aqmawv~iGs de "lo absoluto", determinado y, por lo tanto, no libre del todo, "sans idéal". Los héroes del Naturalismo son, ante todo, "fisiologías" concretas, caracteres. El pesimismo naturalista poseía, paraáógicamente, ia capaciaaá ae moviiizar una inmensa energía, a ia que no renunciaba. El Naturalismo se presentaba como un movimiento combativo y esperanzado, y con una nueva Fe: Ia'Ciencia. El impacto del positivismo científico en el pensamiento social, las ideas sobre la relación entre la herencia patológica, la enfermedad y la conducta humana, las ideas biológicas, las tesis fisiológicas, la influencia recíproca entre acontecer biográfico y la enfermedad, la presencia del lenguaje médico en la literatura, ... facilitaron el surgimiento de un "realismo" más depurado, más riguroso, y que para algunos resultó exageradamente dogmático: el ".N.a mrdiibnio",E ci iiiisnioi ií,& qm fhibei: hübk dec!a:ado SE fe e: e! arte, Eíiíilc &id permutaba 'arte" por "ciencia". Zola basó toda su concepción reorica en el principio de que el individuo no era el sujeto sino el objeto de todas las circunstancias existentes. El hoinbie se hallaba determinado por el medio y por la herencia, y ello no podía convertirse en factor de progreso. Para Fiaubert lavidadel individuioestabacondenadaa1 fracaso por el mero hecho de existir; pero parazola, el hombre era una criatura pasiva, producto y victima -a la vez- Qe la nerencla y del medio. El "naturalismo francts" consideraba decisiva la relación determinante entre medio ambien-te e individuo, al igual que el papel de la herencia en el temperamento y la conducta del ser humano. EI hombre, en su aspecto corpóreo y visible, no era más que un indicio para poder m D c4 llegar al hombre interno e invisible, cuyos estados y operaciones eran causa de ciertas maneras genéricas de Densar y de sentir, Estas formas generales estaban determinadas. O - según H. Taine, por la herencia, el medio y el momento histórico; las tres fuerzas -- m primordiales. Para Emile Zola sólo los dos primeros factores tendránverdadera importancia, O E P porque reflejan las nuevas tendencias de los estudios psico-somáticos del ser humano EI S E personaje, para a l a , ya no es una abstracción psicológica, sino que se ha convertido en - producto del sustrato natural y del sustrato biológico, -o "struggle of life" según la teoría 3 darwiniana. - ExclamabaZola: ";el hombre metafísico ha muerto!" y ClaudeBernard e HyppoliteTaine, - 0 m después que August Comte, daban la norma de esta ideología. De ahí que Zola formulara el O plan de su novclistica orientado no en función de héroes individuales sino de familia*u, como o Les Rougon-Mac-quart (1871-1893), y de grupos sociales, como los mineros de Germina! n E (1885). Se correspondía a la concepcióncientífica del ser humano. Las dos grandes nociones - a puestas en practica eran del estudio de la herencia con los resultados de recientes investigaciones en el campo biológico, y de las tesis del evolucionismo; y del estudio del n n medio$aciasa los progresosenel anhlisis delasociedaddesde puntos devista antr~~ológicos, Puccanao en eiia ias formas más eiementaies y rudimentarias, pero, en estos "dempos a3 presentes". Todo fue incorporado a la novela, al proceso de creación. Se acudirá al pueblo, a las formas marginales de la sociedad, la complacencia 'en lo vulgar, lo ruin y lo pequeRo (...) su empeño de reproducir los más groseros y repugnantes aspectos de la realidad, viniendo a ser en ocasiones una especie de Idealismo al reves"'. según palabras deManuel de la Revilla, con el fin de observar en su nivel menos complejo los elementos que coadyuvaban a dar vida a esa sociedad, de igual forma con que el científico busca en losorganismos inferiores el secreto de lavida. Era lavoluntad expresa de incorporar a la obra la realidad objetiva en todas sus manifestaciones. Toda la realidad quedaba supeditada a la observación pasiva y científica del "sens du réel", en afortunada expresión del propio Zola. El, fiel a estos principios, en sus obras denunció la miseria social en toda su crueldad, y atacó ferozmente la sociedad francesa del segundo ~mperio (Les Rougon-Macquart); pero, como Flaubert, de todo esto no extrajo conclusión alguna. Los novelistas naturalistas sólo sometían los hechos a la observación y a la experimentación por la vía científica. En las tres últimas décadas del siglo xx, el arte novelesco había asumido la mayor dignidad entre los géneros literarios, y se caracterizaba por su misión de indagar y exponer la naturaleza humana entendida como "naturaleza sin ideal". La novela se convirtió en el único género con la sutlciente capacidad como para expresar íntegramente el espíritu de la época, y reflejar la gran indigencia filosófica y el gran progreso de las ciencias empíricas. Por el cauce novelesco se manifestaba fértilmente la única posibilidad experimental del hombre; la "tranche de vie" del método naturalista de Zola, además de constituir un gran descubrimiento de método suponía una nueva visión del universo, más desencantada. El naturalismo como método Fue un i n t ~ n t np nra ~q?ii!ihrar un qitehlcer ~rtirticrr; usu. innovadora perspectiva de la realidad. Con el mismo rigor en el análisis y un infinito sentido del detalle, comparable a los aplicados a un cuerpo vivo, el novelista trataba de describir la "anatomía" de la sociedad, la red de relaciones e interacciones entre el hombre y su mundo. Opinaba Emile Zola que: "el naturalismo no esuna escuela, en elestricto sentido dela palabra, y por qué no existe un jefe, porque deja campo libre a todas las individualidadesn5 ---- -1 2 ----c.--* -- - -- -1 - -- - - ~ C I UCL U U ~ L I I ~ L ~ D ICI~IUUCC : pupiu (IULVL C L I U L L L ~ ~ U ~SUC^I pI u g [ d l ~ l d bt ~ ó ~ i bwuspi dnmba el propósito expresado. Pese a todo, Zola pretendió fusionar un esquema teórico de corte cientificista y una materia inabarcable e inconstante como era la praxis literaria. Emile Zola rectificó, públicamente, de las exageraciones sistemáticas del naturalismo al darse cuenta de ello en su propia tarea novelistica. El fue -en última instancia- quien "no cumplió al pie de la letra can sus propios preceptos teóricos o que en un espléndido agestos logró sacar imprevistos chispazos pokticos de una determinada simbologÍa cientiñci~ta"~. En el ambiente cultural espanoi de la decada 1870-1 880, la polemica entre tradiciona-listas y liberales sobre temas literarios y filosóficos, que tenia ya una amplia repercusión, llegó a su punto culminanter; a partir de 1876 aparecieron en la prensa del país las primeras menciones explicitas sobre Zola y sus novelas8. El naturalismo francés empezaba a ser motivo de enfrentamientos; pero la verdadera eclosión de la querella no se produjo hasta el comienzo de la siguiente década, durante el curso 1881-1882, cuando en la Sección de Literatura y Bellas Artes del Ateneo de Madrid se lleg6 a debatir sobre la nueva tendencia. En ello terciaron Emilia Pardo Bazán (La cuestidn palpitante), Juan Valera (Apuntespara o n n ~ ~ ~ nA. r t c d c e . r r ~ h ~ rMne~névnedle1eP elayn, "Clarin";Y xart, Cánovas: etc. Suponía el reconocimiento explícito y manifiesto de la existencia del Naturalismo, de una nueva estética. Entre los años 1880 y 1890 se desarrolló lo que se ha dado en llamar el "ciclo glorioso" de la novela naturalista españolag. Evidentemente, para los españoles continuaba siendo Francia el punto de orientación; y así lo expresa el propio Pérez Galdós: "Francia poderosa impone su ley en todas las artes; nosotros no somos nada en el mundo, y las voces que aquí damos, por mucho que quieran elevarse, no salen de la estrechez de esta pobre casa""'. Desde 1876 se hablaba de una escuela "fisiológica", y en 1877 se mencionaban 10s "escritores que se apellidaban a sí propios nat~ralistas"'~ 'Hacia 1880, el naturalismo francés atravesó 10s Pirineos y se puso de moda entre [os jóvenes novelistas espaiioles"12. A partir de 1881 se hallan -ya- recursos zolescos en las creaciones literarias, fundidos con el realismo español de la época: Un viaje de novios de Emilia Pardo Bazan, y La desheredada de Benito Pérez Galdós. I'as teorías literarias que penetraban en España no se correspondían a las doctrinas naturalistas "strictu sensunl" en el espíritu de los críticos españoles se fue estableciendo, desde el principio, una asimilación y -por lo tanto- una confusión entre Flaubert y Zola, entre "rru!iamo" y " n . ~ ~ ~ r ~ ! i ~mE&~&" 1 4 .G bmir. Raqi~ero"~A ndr~nio"r? ii.a!6 tres partes enlainfluencia de las teorías de Zolaen España: "influencia de lectura", "influencia de doctrina" e "influencia de inlimitación"15. En el naturalismo español había una evidentísima tendencia hacia la intransigencia; no se aceptaba sin más el zolaísmo, antes bien, había que lograr una fórmula superadora que integrara la "materia" y el "ideal". Este anhelo por encontrar un justo medio partía de la Filosofía krausista16. EXlstio una actima de conciiiación, muy difundida, resuitado de ias aportaciones de ia filosofía de Sanz del Río. Esta postura era prolongación de la que existía y se había manifestado en Europa enel transcurso del siglo, basada enuna cooperación entre la ciencia, la filosofía y la religión. Además, la concepción del hombre como ser social, pese a estar considerado íntimamente relacionado con los demás, era visto más como un individuo que como una parte de la conciencia colectiva. La ideología krausista potenció varias disciplinas, como la pedagogía, el derecho, la sociología, etc. y a la vez conservó inalterable un residuo espiritual que se traslucía en un especial "estilo de vidan, cuyos rasgos más acusados eran la enterem nral, la magnanimidad y cl altruismo. De entre las corrientes culturales europeas del siglo xix que llegaron a Espafia, el pensamiento krausista, adaptado por Sanz del Río, implicaba un claro espíritu de tolerancia, y supuso la negación de dogmas pertenecientes a todos los sistemas filosóficos, científicos, políticos y, también, vitales. Así, la intelectualidad española supo conciliar las teorías positivistas conel racionalismo alemán. Eldeseo de aproximar conceptos como "naturaleza" y "razbn" mediante la fllosofia suponía el reflejo del creciente auge de la pslcologia soclal: el individuo se relacionaba con la sociedad. Prevalecía la idea de progreso, entendido como 'movimiento de las letras que las hace adaptarse a las nuevas ideas, costumbres, gustos y necesidades"17, según Palacio Valdés y Alas. El crítico J. Ortega y Munillaveía en el naturalismo no sólo una moda-como lo valoraba 'Andrenion-, sino una evolución natural del arte: IV CONGRESO WDOSiANO "aceptemos, pues, la moda, ya que esta vezva a servir de auxiliar a una transformacibn necesaria.. . Nuestra época es un inagotable tesoro de cosas nuevas"18. ~l naturalismo español, como al ruso, no le servía la fórmula francesa porque nuestro proceso cultural era muy distinto al del vecino país; si bien en Europa el positivismo evolucionaba a un progresivo hegelismo, en Espaiia el positivismo no se pudo dar en forma pura, porque desde un principio se apreciaba, ya, un cierto pensamiento proveniente de la concepción de Hegel. En esta etapa tan significativa para el pensamiento científico es cuando tiene lugar el nacimiento de la psicología social, que creó un ambientecultural muy determinado, en el que imperaban los estudios sociológicos de Césare Lombroso, Ferry, Pedro Dorado Montero, ~nncepciónArena1A: dolfoPosada, el Dr. Salillas, yatros miithnsiq. Insmances psic~!6gicoc adquirieron un interés especial al analizarlos en relación con el evolucionismo espiritual de Hegel: el hegelismo, que había perdido importancia frente al advenimiento del positivismo, e" i i ! t i ~ .te~rc io de! ~ ~ ~ ~ qp r~t e i s t pSp&@ , cUur,& !:, estic!{t:d e! filósofo Schopenhauer se encontraba en franco ascenso. Además coexistían en la Literatura española dos concepciones del "Naturalism~"u~n~a: era el iiat~rdisiiiüq üiiiilc~iiiieíiii;p r o , casi üiid a"usirac¿i6ril Uliiüjadü t ~Ci i ~ ~ i i i cpi iutrt Emile Zola, quien entrañaba un fuerte doctrinarisrno estético; y la otra era un naturalismo más flexible, no tan dogmático, defendido entre otros muchos por Josep Yxart, Narcis Oller, Benito Pérez Galdós y Emllia Pardo BazBn, menos zolesco, y que peIigrosamente se acercaba al realismo tradicional, hasta confundirse con él en algunos casosz1. El mismo Ortega y Munilla admitía que el movimiento naturalista no representaba nada nuevo, pero "lo que hay de nuevo es la proclamación del sistema, su definición y crítica; tarea propia de esta época de análisis"z2. Por su no poca independencia del zolesco, es posible limitar un "naturalismo español" en una "segunda etapa" de la novela realista, marcada por nuevas aportaciones. Así opinaban P. Valdés y "Clarín", conjuntamente: "Estudiando la vida de nuestros días, las tendencias del gusto, la deficiencia del arte actual, las necesidades del espíritu moderno, se Ilega a transigir con la nueva escuela, si no con sus exageraciones: y sin renegar del glorioso pasado, se llega a comprender que hoy la literatura, para no estancarse, para no hacerse juego pueril, necesita seguir nuevos rumbos, aspirar a algo más de lo que cumplió hasta ahora"". A partir de 1880 s e empiezan a publicar traducciones de "romans na t~r a l i s t e s "y~ ~, Ortega y Munilla puede proclamar que se vivía en "plena era naturalista y escépticanzs. Si el realismo presentaba la impotencia del individuo en su enfrentamiento con la realidad y todo obedecía a un encadenamiento de causas y efectos. el realismo tenía aue desembocar o en el fatalismo de Flaubert, o en eldeterminismo dezola. Pero -eso sí-siempre de modo "científico": el hecho, el dato de la observación, el restultado de la experiencia, dnirinrnn tino imnnvtnnrii- ci~narinr8 !U qge !~gr'rnfl en n t r o~! i~mpnr. T_~p'!do UUYU""" U I L U I L L I y V . L U . * * . U U U y L . " . afirmaba, a modo de defensa de un naturalismo "pragmáticon, que "el naturalismo no esuna receta, sino un " r e~ul t ado"r~ef~le,j ando el entorno cultural español, en el que se buscaba un sistema ~iiiitariüd e.! ser, sin sübordiiiai el espidtü a !a mr;:c;in (como Cemte, YpeCce: c BIBLIOTECA GaldósWYA Taine), sino equiparándolos. El "naturalismo espafioi" fue, en escueta y precisa definición de J. F. Botrel, "realista pero no determini~ta"~E'. l propósito no fue hacer de la filosofia una ciencia, sino lograr un equilibrio entre ambas. La novela española dejó de ser, progresivamente, un libro ameno para convertirse en un libro útil, en el que el novelista ataba su fantasía y ahuyentaba la imaginación. El método queda especificado en palabras del especialista Sergio Beser: "Finalidad: la verdad de lo real tal como es, Medios: la observación de los datos, minuciosa, atenta, sistem8ticamente estudiados, y después de la composición la experimentación, que es la que da la enseñanza, el resultado, que es la obra del arte después de la gestación y de todos los trabajos preparatorios. El idealismo niega ese propósito: la verdad tal como es; y niega los medios, que nunca en él son como deben ser: la observación y la e~perimentacion"'~. - N E La temprana aficiónque tuvo Pérez Galdós por viajar le llevó a descubrir, cuando contaba O veinticuatro años, al gran escritor Honore de Baizac, a raíz ae su primer viaje a Francia, en - m 1867, con motivo de la Exposición Universal de París: O E 2 'El primer libro quecompré Fue un tomito de Balzac-un franco, Librairie Nouvelle. con E la lectura de aquel librito, Eugéne Grandet, me desayuné del gran novelista francés, y en aquelviaje a París y enlos sucesivos completé lacolección de ochenta y tantos tomos, 3 que aun conservo con religiosa veneraciónwz9. - 0 m En Francia convivían el realismo romántico de Balzac, el realismo pesimista de Flaubert y delaGeneración delsegundo Imperio, y también el naturallsmo de Emile Zola; la existencia de estos movimientos literarios permitían establecer una continuidad entre Balzac y Flaubert. En España, antes de que Galdós asimilara el realismo y el naturalismo, se podía hablar de una "tendencia del realismo" más que del naturalismo "strictu sensu". Pérez Galdós, por sus viajes y su afán de conocimiento asimiló estas dos corrientes literario-estéticas francesas, y de igual manera asumió otras influencias -mucho menos estudiadas-como la del escritor belga Maurice Maeterlinck. La opinión que al respecto expresa don Benito, confidencialmente, puede generalizarse a los creadores literarios que influyeron, en mayor o menor medida, en él, en esta época: "pues usted no sabe lo que me influyeron en mi estilo y en mis gustos los autores de valíaW3O. En esta "etapa naturalista" de la producción Galdosiana, opina J. Casalduero que: "Dickens y Balzac san sus modelos, Taine y Comte son sus guías; Zola el fermento vital, Cervantes su maestro indiscutiblen3', en sucinta definición; ello comportauna cierta falta de matiz. Galdósdisientede la estCticadeH. Taine3'en el hechode que la historia de los pueblos, como la de losindividuos, es el Factor que rige el proceso de la historia y de la viday, también, del arte. Balzac fue quien utilizó el procedimiento del "retorno de los personajes" al querer que la sociedad apaleciera viva en sus novelas, sin que destacara ningún protagonismo; y PerezGaldós siguió este recurso dela reapariciónde personajes y lo puso en prácticade Forma constante a partir de El doctor Centeno (1884). IV CONGRESO Galdosiano Don ~ienico~ orlociab ien ias bases ideoiógicas y ¡as fuentes científicas del Naturalismo, por su lectura directa en obras, y, además, por traducciones y primeras ediciones en españo15j. Galdós",como miembro de la generación más "literaria" del Krausismo en el panorama crítico y creativo, entendía la literatura como la creación autónoma válida por sí misma, y, como su predecesor engeneracióndonManueldela Revilla, pensabaqueel creador debía mantener su propia personalidad para poder mostrarla en sus obras, sin someterse ni a la tradición, ni a ninguna escuela, ni a la autoridad ajena. Pérez Galdós observó con atención la marcha de la vida artística, y -ahí radica la maestría de don Benito- supo aprovechar los puntos de vista y las técnicas de novelistas anteriores, sin vincularse a ninguna línea preestablecida, sin seguir las exageraciones de la moda, para así, poder moldear "su" propia actitud artística en cauces estrictamente personales. Sin tomar a bulto Ffi*rnrio ni nrnrnrliminntna ni tan430 ni tsnAa-n:rnn A, ,+,, -,e^*:,- I:c----!- . I - r - - - ! - -A- ivli,iuu, p u r * u i s i i i r i h r u u , iii ruviiuvi iii Luiubiiilag ui uiia cabcriLa llicialla UciCkIiuuaua, opina el propio Galdós: "A muchos imponía miedo el tal Naturalismo, creyéndolo portador de todas las fealdades sociales y humanas (...) luego se vi6 que no era peligroso ni sistema, ni siquiera novedad, pues todo lo esencial del Naturalismo lo teníamos en casa desde tiempos remotos, y antiguos y modernos conocían ya la soberana ley de ajustar las ficciones del arte a la realidad de la Naturaleza y del alma. representando cosas y personas, caracteres y lugares como Dios lo ha Galdós insiste en la idea de que el naturalismo no significaba más que la 'repatriación de una vieja idea", aunque advierte que "las crudezas descriptivas pierden toda repugnancia bajo la máscara burlesca de Quevedo"; esta salvedad proporciona la clave para entender el punto de discernimiento entre la concepción del novelista canario respecto al naturalismo preconizado por Emile Zola, ya que la "máscara burlescan interpone un juicio de valor, un distanciamiento psicoiógico en ia percepción cai cuai de una reaiiciaci, en iugar aei enfoque científico y objetivo que el naturalismo ortodoxo reclamaba. Para Pérez Galdós el Naturalismo debería restaurarse dentro de la tradición cervantina, devolviéndole el humor y la naturalidad que la cultura francesa le había quitado: "el Naturalismo cambió de fisonomía en manos francesas: lo que perdió en gracia y donosura, lo ganó en fuerza analítica y en extensión, aplic&ndolea estados psicológicos que no encajan fácilmente en la forma picarescans. Con ello quedaba demostrado el rechazo thcito por parte de Caldós del materialismo zolesco y. consecuentemente. la afirmación del carácter "heterodoxon y flexible que la fórmula naturalista tomó en manos de don Benito, incluso en obras aparentemente tan "rigurosas" como La desheredada o Tormento. La obra de Pérez Galdós se encuentra, pues, condicionada no sólo por sus propios impulsos creadores, sino por las incitaciones que le llegabandel ambiente artístico y cultural europeo y de la tradición literaria española en continuo proceso evolutivo. Con acierto, el crítico Luis Alfonso apuntó, referido a Galdós, que "el novelista español ha tomado cuanto hay de bueno, o si se quiere cuanto hay de aplicable, de oportuno y de productivo en el novelista francés"37. Pero, a pesar de que Pérez Galdós utilizara procedimientos naturalistas, su perspectiva y su personalidad literarias no fueron las de un naturalista; todo en él señalaba la tendencia a la armonización de los contrarios, porque si la novela era entendida como reproducción, no por eso dejaba de ser, también, imagen Y, por ende, reconstrucción simbólica de la realidad. En el proceso mimético, el autor, Galdós, debía hacerlo siguiendo la función del sentimiento estético enunciado ya por el krausista Manuel de la Revilla: "e! rpg!!srn~ 0 natiiralicmo no es una fórmula general. como se pretende, ni aceptación supone la exclusión absoluta del arte idealista, cuya legitimidad, dentro de los límites debidos, es inata~able"~~. Cuando el gran escritor liberal, ya consagrado, como era Benito Pérez Galdós publica~a desheredada (1881) marca el comienzo de una nueva etapa en su novelística, caracterizada por !:, uti!izrriS~ ci,e x&.iooc nahr=!ista@, cnnio!i?án?nrp la adaptg.cibn ~ I J ~ I J ~ movimiento por emulación. ~e s u i t aev idente que el Naturalismo, en el amplio sentido del término, fue penetrando lentamente en el ambiente literario español, y hubo novelistas eriiinerites que se oponían a ello con fuerza. Pércz Galdós, autor original sin espíritu dogmático pero con firme y serio propósito y profunda convicción, al publicar dicha novela unió su firma a la de jóvenes escritores que escribían según las nuevas tendencias estéticas, en torno a la revista Artesy L e m . opinaba ei propio Gaiaós: "Efectivamente, yo he querido en esta obra entrar por nuevo camino o inaugurar mi segunda0 tercera manera, como se dice de los pintores. Puse en ello especial empeño, y desde que concluí el tomo, lo tuve por superior a todo lo que he hecho anteriormente. Pero como nadie me habia dicho nada, y, por el contrario, he encontrado cierta frialdad en el público y en la critica, casi me sentía incllnado a variar de rumbo. Seguramente lo hubiera hecho si la carta de usted no viniera a dar cierto temple a mi voluntad y a fortalecerme haciendo resolución inquebrantable lo que sólo era una aspiración vaga, .. ~ . -..!L- uri pr uiito nias o iiieiiüs drilo"". Este "gran proyecto" que fue La desheredada supuso el inicio del extenso ciclo que constituyensus "novelascontemporáneas"E: lamzgoManso (1882), EldoctorCenteno (1884), Tormento (l884), LadeBnrgas (1884), Loprohibido (1884-5) ,For¿unatayjacinta (1 886-7). Esta serie se inicia bajo la asimilación de la filosofía krausista y de la concepción de la "psique" humanademanodew. Wundt, queno deH. Taine ni de H. Spencer. Este acceso a las corrientes culturales europeas hace que el naturalismo español sea "el primer movimiento literario moderno que saliendo del aislamiento cultural español, se incorpora a la cultura europea, pero sin traducirla literalmente, sino recreándola y modifichndola desde sus propias circunstancia^"^', IY CONGRESO Galdosiano Segúii u p i i i i h de jüaii uieza, gict~idsa id iiiq uiecuci ideoiógicd ~reaa'ap or ei iírausismo, y desde la base particular de la filosofía de la conciliación y armonización, se pudo asimilar el naturalismo literario sin traducirlo literalmente, confiriéndole una forma española; si se acercaba al positivismo era para abandonarlo, y se pasaba de Comte a Hegel. Con una mayor amplitud de miras que Zola, don Benito trató obstinadamente de armonizar los conocimientos de todo orden en una interpretación de la naturaleza humana como parte integrante de la Naturaleza total; el autor de La desheredada exigía en todo momento la presencia creadora del artista para transmitirla al material que tenía entre sus manos, y así poder elevar la realidad al plano estético, ya que entendía que ésta era la tarea primordial del creador literario42. Aparentemente, Galdós no seguía ningún propósito "estéticon o teórico sobre la iileraiuia, pero 10 cierto 2s q ~a clo l argo de sü dilatada viday de sú fe'c¿~liílao"uae,n npeiidas veces se preocupó de problemas de crítica literaria, aunque rehusó dar explicaciones personales sobre cuál era teóricamente su concepto de novela; prefería dejar que la obra misma se explicara. una vez hizo excepcion a tal inhibicion, en el discurso de su recepcion en la Real Academia Española, en 1897; al aludir inexcusablemente al Naturalismo, utilizó el mismo recurso de que se había servido Emilia Pardo Bazán en La cuestión palpitante (1883): subrayar la filiación hispánica del naturalismo deshaciendo todo reproche de extranjerismo: "el presente estado social, con toda su confusión y nerviosas inquietudes, no ha sido estéril para la novela en España, y que talvez la misma confusión y desconcierto han favorecido el desarrollo de tan hermoso arte (...) puede afirmarse que la literatura narrativa no ha de perderse porque mueran o se transformen los antiguos organismos sociales. Quizás aparezcan formas nuevas, quizás obras de extraordinario poder y belleza, que sirvan de anuncio a los ideales futuros o de despedida a los pasados, como el Quijote es el adiós del mundo caballere~co"~~. Para Benito Pérez Galdós el naturalismo no se reducía al a introducción de nuevas técnicas, sinoque ante todo eraunarma, una intención, en la queel fin preciso podíacambiar a medida que iba escribiendo sus novelas, adaptando siempre las necesidades de su genio 2 !ñr nemidad~dce !:, roci~dad4y~ t,r ansformando las técnicas desus novelas para hacerlas capaces de expresar su nueva intención; don Benito aprovechó toda la parte útil de la revolución naturalista, y se esmeró, sobre todo en el individualismo de sus creaciones, en la copia fiel dellenguaje, en la riqueza dedetalles casi microscópicos, pero no fue materialista ni determinista en el estrecho significado de ambos términos, porque en las novelas de esta segunda etapa se evidencia, junto a la mucha y loable atención al dato fisiológico, la presencia de elementos subjehvos, temperarneniaies en ios personajes. En pleno auge del "naturalismo Galdosiano", el crítico José Alcázar Hernández afirmaba que era Pérez Galdós "el que hasta ahora cultiva con más acierto el arte n a t~r a l i s t a "p~e~ro; otros han negado tal influencia, dando como explicación una serie de razones históricas y sociales4! Mucho más esclarecedora -como siempre- es la opinión crítica de "Clarinn al publicarse Torm~ntode Galdós: BIBLIOTECA WDOSIANA "Una de las ventajas del modo de en~endelra literatura que va predominando, es que aun los aurores que no han inventado procedimientos, sino que siguen, engeneral, los de 10s otros, lo hacen sin imitar. con originalidad en la observación y en las otras cualidades principales puramente artisti~¿~s"~'. Se evidencia el "mitigated na t~r a l i s rn"Y~ ~s e, reconoce la influencia naturalista en la creación literaria Galdosiana, de modo especial entre 1884 Y 1885, y en novelas como La de Bnn@'my Lo prohibido, en las que las taras heredopatológicas funcionan como fatalidad, r n n rnhihih-m- I-n- n- h-r-n- má.! : e- s- t -r- -i-c tamente ~ naturalista de todala prodiicción, yen -!a se desentiende de todo estudio social para fijarse exclusivamente en los individuos, Y contarnos la "historia clínica" de cada uno de los personajes, la transmisión hereditaria de f,imi$a:es :o: sus cururteristicrs y defectcs, e! ~ P & Q e!? P! cp? h m ria&jG j, sc hafi educado, y poder, así, comenzar la propia experiencia en un relato narrado autobiográficamente. Sobre esta novela Narcís Oller le pidió al crítico positivista catalán joan n--j: I- --?-:L- -. -.. ---l---,.:L. -.. .-.J.-.i.-- -w,.- ,..+A"-&.~m +-A- 1- -....A..--:i- - - . . I L ~ , J C I L U ~la U ~ I I I I U IyI ,3 u VUIVI ~ L IVI I ~ U W I IICILIIUL. I A L ~ W ~ V U U LVUU IU ~ LUUUL L IUI II I U V G I I S L I ~ ~ de Galdós, y englobarla: h. .. NI es naturaiisca, ni es reaiisia, ni es ideaiisia. Es Gáidús. iYu es cie cap escoia, ni imita de prop ó de lluny a ningú. Desde sa manera de concebir a sa manera de sentir i a sa maneraci'escriure, totes propi: Ses noveles sonengros lo que en petit cadaunadeses f1ases"49, Galdós rechazó, en su constante selección de principios estéticos, la visión pesimista de la vida que comportaba implícitamente este movimiento literario; pero aceptaba las técnicas de profundidad analítica y del examen psicológico de los personajess0, arrastrando una poderosa dosis de espiritualismo que trasciende los moldes excesivamente estrechos del programa teórico de Emile ZoIa; porque si éste creaba los personajes a partir de la teoría del medio y de la herencia, con evidente predisposición para Galdós, estos dos principios se convertían en instrumentos para analizar los personajess1, y así les otorgaba una mayor capacidad de libertad al colocarlos fuera de la acción exclusiva de un determinismo incontrolable y opresivo: Yialdós shares the Naturalists' critica1 attitude towards romantic idealism, and he expresses this in a way which leads to the weaknesses of open didactism and distorted ~haracterization"~~. opjna el estudioso E. Rodgers. Eludía, así, Perez Galdós, el considerar al hombre como un producto único de! medio y de la herencia, y el aplicar con atención y minuciosidad los cánones científicos del método experimental, como creía el jefe de la "escuela" naturalista. El novelista canario utilizaba el simple método de observación, que todo escritor realista o de costumbres había usado anteriormente, complementándolo con la experimentación, yaque, en palabras deMenéndezPelayo, "todo procedimiento técnico, admite continua rectificación y mejora, porque la técnica es lo Ynico que hay perfectible en el arte"". ~ a l d órse chazó en última instancia los postulados más estrictos de la novela experimen-tal y del naturalismo literario; y creó la propia negación, lo que se ha denominado el "naturalismo Galdosiano". El naturalismo, para Benito Pérez Galdós, no fue un fin en sí mismo ni un capricho pasajero, sino una nueva posibilidad de comprehensión -más si cabe-de la realdiad que ya era Ia protagonista en sus novelas anteriores a La desheredadd4. Durante los primeros meses de 1881, al aparecer La desheredada, "enpoc mes de deu anys, des deLa fontanadeoro (1870) Fins a ladesheredada (1881), aquesta novella ha passat del quasi no-res a situar-se a l'altura de la millor novella europea"55 en d ~ ~ r i d dopdi niú~d~r. Sergi Dcser. Sincomácicamence aparece impresa por entregasg, hecho que provocó una crítica de su amigo José ML Pereda, quien en una enjundiosa carta a Galdós le recrimina el hecho de que un novelista de su talla utilice esta fórmula editorial que "podrá ser lucrativa, pero no e~tética"~'. cuando apareció La desheredada el oleaje de las polémicas en torno al naturalismo ultrapirenaico rompía en España sus crestas más altas. Ello valió que Giner de los Ríos en carta a Galdós adjudicara a esta novela la cualidad de ser "única novela moderna española que puede saltar el Pirineo sin inferioridad alguna a lo mejor extranjero"". Pérez Galdós no permaneció inmune al alcance de las doctrinas naturalistas, ni tampoco se dejó deslumbrar por ellas; sino que acertó a conciliarlas muy serenamente gracias al auténtico espíritu de buen escritor; en su novelística, a partir de La desheredada, aparece un eco naturalista que en el fondo está más cerca de la línea cervantina que de Zola59, y es más reviviscencia del tradicional realismo español que del dogmatismo francés. Cierto es que La desheredada marca el principio de una nueva etapa en el desarrollo literario del autor, porque Fuedescrita en uri clima en el que elNaturalismo estaba en pleno éxito y aceptaciónestética, pero no fue nunca imitación en el caso de Galdós, sino resultado de la combinación heterogénea de la innovación francesa y de la tradición española: "It is a bridge between these two styles that La desheredada is of crucial impor t an~e "s~in; seguir las exageraciones teóricas ni prácticas del novelista francés, Pérez Galdós estudió imparcialmente la "cuestión palpitante" y decidió "seguir en gran parte los procedimientos y atender a los propósitos de ese naturalismo tan calumniado como mal comprendido y ligeramente e~arninado"~". según Palacio Valdés y "Clarín". Esa "nueva faceta* del naturalismo, denominado "naruralismo espiritual" encontró un exponente desusadamente importante en Benito Pérez Galdós, cuyo punto de vista antiromántico no le obligó a rechazar todo aquello que podía parecerse al sentimentalismo vacío. A diferencia del naturalismo francés que se había orientado poderosamente hacia los aspectos infrahumanos hasta el punto de excluir toda otra consideración, el "naturalismo Galdosiano" tomó de aquél el procedimiento experimental, detallista, así como la búsqueda del sentido integral de lo humano en zonas sociales e individuales, cargando el acento sobre los aspectos más humdnos y coinplejos dela vida personal de cada personaje,\. cnfocándolos como centro de interés al aplicar el filtro del arte a los pormenores del más descarnado realismob2. Con La desheredada su autor toma posesión de la realidad madrileña, en La que los instintos se manifestarán más libres y sin el dominio de una idea superior que los ordene y arregle; el contenido humano resaltará a medida que Galdós ilumine los ambientes repugnantes y amargos del inframundo nanirallsta, mlentras un clima propicio para e\ nacimiento de sentimientos de amor y solidaridad se va forjando. Esto hace que Pérez Galdós con La desheredada inicie un nuevo ciclo en su creación literaria, caracterizado por la recuperación de elementos tradicionales y la adopción de formas extranjeras, llevándolas a un punto de nitidez y verismo inusual en la novela española de entonces, como es la visión de al-nos caracleres, generalmentesecundarios, que bajo especie animal, están articulados en un contexto de valores humanos que trascienden de dialéctica naturalista. Guillermo de Torre da su original impresión sobre el quehacer de Galdós: "No idealiza, no desfigura, no r o m p e tampoco: transcribe con artística crudeza la vidaw6$Y. así, Pérez Galdós. como heredero del Romanticismo, escribe historias de mujeres, pero que no son románticas, m 'transcribe" el mundo madrileño, y por extensión el español, reacio, obstinadamente O esquivo a todo lo romántico, y por ello ahonda incalculablemente en la pintura de las clases t 2 medias y de lasvidas mezquinas, mezclando costumbrisrno y psicología con la crítica y aún con la &ira de la realidad social6*. 3 ~l naturalismo que don Benito empieza a emplear en La desheredada está concebido como una técnica; la cuestión reside en multiplicar la observación para poder asir la realidad, E acumulandodetalles-comoquería Stendhal y pontificabaTaine-; Galdós enLadesheredada manifestó, por primera vez, una clara autoconciencia del novelar y un completo control de 66 sus facultades narrativas: igual contaba con gusto y firmeza de propósito la pintura de un manicomio, o un taller, el cuadro de pelo que hacia Bringas o los mil aposentos de Palacio, 1 la pedrea de los chiquillos o la casa de huéspedes, el tormento sexual, las ilusiones de Manso, la borrachera que a Celipín le causa el puro, los remordimientos de la conciencia, una sonata de Beethoven, o el determinismo interior, psicológico o moral -que no biológico-de Isidora RuteteOJ. Acumulación de detalles que van reapareciendo progresivamente en sus novelasm, u porque los motivos naturalistas que tímidamente se insinuaban en la enfermedad de Rocarito en Dofia Pefecta son ya evidentes en Ladeshredada; y la patología del misticismo de la mujer de León Roch es, ahora, un caso clínico en La desheredadd7. Benito Pirez Galdbs rechazó del naturalismo su filosofía, el concepto mecánico de la vida, y deldeterminismo que sirvió de base a la posición de Emile Zola, por parecerle inconcebible einadaptable a la culturadeeste país de honda raigambre individualista y liberal (asumiendo la condición etimológica y originaria del término). Así, el personaje se halla en el mundo novelístico creado por Pérez Galdós en condiciones afirmativas de poder moldear su propia vida y, en cierto modo, de someter la realidad externa gracias a la heroicidad y firmeza de su propia voluntad. Lejos de pararse en las apariencias, Galdós, con su maestría, traza un naturalismoasu medida y creaen tornoaIsidora, marquesa imaginaria, un mundo queoscila sin cesar entree! 'sueño y laverdad", según palabrasdeMariaZambranobs, entre la idealidad y la realidad; en concluyente valoración de Robert: H. Russell: "La desheredada 1s an almost ---&.-*....m-J- -F S-+.. .."l:"... .- 1" ""..".--l" *jf,o ~ L L L L LIL~ ~ R I I I ~ULL L I L ~ L U L R I I ~ I*LaI i a G a p a r i u i a a . Vid. Pierre Martino, Le naturalismefragaise (18701895) Paris, Armand Colin, l96s7, Emile Zola, Elnaturalisrno (Laureano Bonet, ed.), Barcelona, Península, 1972; p. 61. Cito por idem; p, 90. Manuel de la Revilla, "El Naturalismo en el Arte" enKrausiSmo: Esréa'cayLiterafura Antologia (Juan López-Morillas, ed.), Barcelona, Labor, 1973; p. 179. E. Zola, op. cit.; p. 98. Laureano Bonet, "Introducción", E. Zola, El naturalismo, ed cit.; p. 21. A este respecto vid Gifford DaViS, "The critica1 reception of Naturalism Ln Spain before La cuesh.bnpa@itante", Hispanic Reviao, XXII, 2 (April, 1954); pp. 97-108. Y del mismo autor el estudio posterior "The Spanish Debate Over ldealism and Reaiism Before the lmpact of Zola's Naturalism", Publicatior*i gfModm Lurguage Associalion gAmenku, WMIV (1969): pp. 1.649-1 656. Según Benito Vareia Jácome, Estructuras novelíshms del siglo XIX, Barcelona, Clásicos y ensayos, 1974; p. 45: la primera noticia sobre la obra de Zola en la cultura española es la reseña de l 1 Walter T. Pattison,ElnaCura~ismoespaRoH1.i storiaextemadeun movimientoliferarioM, adrid, Gredos. 1965: p. 12. IZ Jaime Fitzmaurice Kelly, Historia de la Literatura España2a, Madrid, Ruíz hermanos editores, 1926; p. 323. Vid Francisco Caudet, "La querella naturalista. España contra Francia", Realismo y nnrurnlicmn pn E p ñ n ~n In vgunda mirad del XIX (Yvan Lissoryes. ed.). Barcelona. Anthropos, 1988; pp. 58-74, l3 Pedro Muñoz Peña en la segunda parte de su articulo "La novela contemporánea", Rwista Contemporánea, LViI, 4 (30 junio 1885): p. 409 señalaba: "(nuestros noveiistascontemporáneos) hanimpreso ensus produccioneselgusto por elnaturalimo reinante, siendo este naturalismo en la mayor parte de los casos preferentemente aceptable y sin las exageraciones de la escuela Francesa; siguiendo en esto nuestros ingenios, de una parte la tradición BIBLIOTECA GaldósIAMA reaiista de ia iicerarura pairia; í.., j y 20 0 ! u i d ~ Fd ~e n XBt:X c ~ ~ tU~ b :yí X.U ssiiur rioaod e vida, y por consecuencia nuestrosgustos y aFiciones artísticas no pueden ser las mismas, ni menos llegar al grado de cmdeza con que nos las ofrecen los novelistas franceses". '4 Vid. Francisco Ayala, "El concepto de realismo y de naturalismo en España", Re#[js,,la y naturalismo ..., ed cit., pp. 208-21 1. 1s "Andrenio", "Zoia en España", la GacetaLiteraria, 1, 21 (1 noviembre 1927);p . primera ,+a, Y añade: "la influencia de Zola fue más la de un estimulante y la de un procedimiento que la de un modelo, Se repitió el caso constante de nuestra literatura, que se distingue, más que por la inventiva, por la realización; digiere las influencias extrañas y nacionaliza en seguida 10s temas y las formas importados, vistiéndolos con nuestros colores". p. primera, c. Vid, tambien, sobre el particular: Rafael Pérez de la Dehesa, "Z0h y la literatura española f i c i S P l ~ ! ~ r n.,~ i~pg.q~~RflfX&X!,X !X, 1 (1971); pp. 49-60. 16 vid a este respecto el excelente estudio de Juan López Morillas, El krausismo español, México, F.C.E., 1980. 17 hnandn Palacio Valdés y 12eopoldo Alas (Clarín). La literatura en 1881 (Alfredo de í'ar!ns Hierro, ed.), Madrid, 1882; p. 132. l8 losé Ortega y Muniiia, "¿Qué es el naturalismo?", LosLunesdelImparcial(20 febrero 1882), cito por W. T. Pattison, op. cit; p. 46. '9 Vid el documentadisimo estudio introducido de Raque1 Asún, "La editorial d a España Moderna,", Archivum, XXXI-XXXII (1981-1982); pp. 133-156, para poder comprobar el auge de la cienciasociológica en el ambiente cultural e intelectual de entresiglos; la diferencia en el tiempo -creo-no contradice el presente propbsito, antes bien, todo lo contrario. Datos de L. Bonet, "Introducción", op. ciL; p. 11. 21 Jean-Francois Botrel, "España, 1880-1890: el naturalismoensituación" , Rea~ismoynaturalismo,,., ed c i ~p;. 185-6, opina que: "comprobar que durante el período contemplado no existe "un" naturalismo literario constituido que se anuncie como tal, como "moderna escuela" española, pero sí múltiples manifestaciones o éxpresiones científicas o literarias, como entonces se decia, que, de una manera u otra, tienen algo que ver con el naturalismo zolesco y español, por postularse claramente la filiación, o por recoger uno o vanos de los componentes de dicha corriente, con la consiguiente confusibn". 22 Jose Ortega y Munilla, articulo de Los lunes del Imparcial (22 octubre 1883), cito por W. T. Pattison, op. cit.; p. 104. 23 A. Palacio Valdes y L. Alas (Clarín), op. cit.; p. 133. i1 vid w. 'l. rattison, op. cir; pp. 30 y ss. 2s Opinibn de José Ortega y Munilla, cito por Juan Oleza, La novela delXIX. Del parto a la cnsis de una ideologia, Barcelona, Laia, 1984; p. 25. " Según L. Bonet, "Introducción", B. Pérez Galdós, Ensqyos ..., ed. cfL; p. 70. 27 J. F. Botrel, art cit.; p. 193. 28 sergio Beser, LeopIdo Alas. Teoriay críOba de la novela crpañoia Barcelona, Laia, 1972; p. 1274. 19 Benito Ptrez Galdós, "Memorias de un desmemoriado", RecuerdosyMemorias, Madrid, Tebas, 1975; p. 195. 30 En Narcis OIler, Mémories literdries, Barcelona, Aedos, 1962: p. 2 14, Cito según la traducción de L. Bonet, "Introducción", D. Pérez Galdbs, Ensayos. .., ed. tic; p. 9. 31 Opinión de Joaquín Casalduero, Viday obra de Galdós (1843-1S ZO), Madrid, Gredos, 1970; p. 69. 32 Vid Marcelino Menéndez Pelayo, "Estética de Taine", Historia de lasldeas Estéticasen ESpmia, Obra Comp/etas vol. V, Cap. VIII, Santander, C.S,I.S., 1940. IY CONGRESO Galdosiano 33 !+d. Rzqiie! A s h ,n rL cit: p. !8 0, ». X:.E :: este rnugis:;~; u ~ i c ~ a!ü~iu :~s cfi& :e piiiiieiü y posteriores ediciones de las obras de Zola, Darwin, Comte, Wundt, Balzac, entre otros, en España. vid. ~eopoldAo las, "BenitoPérezGaldós"( 1889),e nKrausismoyLireratura. Antologá, ed cic; pp. 213-235. 35 B. Pérez ~a ldbs",P rólogo" a la edición de LaRegenta (1901), ed. cit; p. 214, 3b ldem; p. 215* 3' Luis Alfonso, artículo deLaEpoca (7 noviembre 1881), cito porMariano López, "El naturalismo ~Galdosianon de La desheredada': Perspectivas de la novela. Ensayos sobre la novela esparíola de [os siglos XIXy XX Valencia, Albatros Hispanofilia, 1979: p. 13, n. 2. 38 Manuel de la Revilla. art. cit.: p. 172-3. 39 Ignacio Elizalde afirma en "El naturalismo de Pérez Galdós".Realismoy namralismo ..., ed mt.; p. 480-1: "En esta síntesis de realidad y fantasía, de historia y Eiccibn. los elementos naturalistas estan frenados por un potente espiritualismo. El naturalismo y el espiritualismo, dos grandes fuerzas antitéticas, ya no son signos de oposición irreductible, en esta novela (La desheredada), sino que ronfluyen en el realismo trascendido y humano de Pkez Galdó~". Corno complemento a esta opinión, vid. Mariano López-Sanz, Naturalismoyespiricualismoen la riove~fshirad e Pérez Galdósy Pardo Bazán, Madrid, Pliegos, 1985. fl Carta de Pérez Galdós a Francisco Giner de los Ríos. fechada el 14 de abril de 1882. y publicada por Manuel Bartolomé Cossio en el Bolenii dela/nsrihicidn deEnsefianza, XLIV, 718 (31 enero 1920); pp. 60-1. Y reproducida en la revista madrileñaLa leckra, 1, 131 (marzo 1920); pp. 257-8. Con anterioridad, en otra carta de Galdós a su amigo José MLde Pereda, Fechada el 4 de marzo de 1879 el novelista canario le confesaba: "Ahora tengo un gran proyecto. Hace tiempo que me está bullendo en la imaginacidn una novela que yo guardaba para más adelante, con objeto de hacerlo detenido y juiciosamente. Pero (...) quiero acometerlo ahora. Necesito un año o año y medio". En Carmen Bravo Villasante, "28 cartas de Galdós a Pereda", CuadernosHLIpanoamenCanos, 250- 252 (octubre 1970- enero 1971); pp. 31-2. 41 J. Oleza, op. cit,; p. 104. 42 Vid en particular: Ricardo Gulión, Galdós, novelista moderno, Madrid, Taum, 1960. Carmen Bravo Villasante, Galdbs yisto por si mismo, Madrid. E.M.E.S.A. 1970. Benito Pérez Galdds (D. M. Rogers, ed.), Madrid, Taums, 1973. Y José F. Montesinos, Galdós (3 vols.), Madrid, Castalia, 1980. 4Q8. Pérez Galdós, "La sociedad como materia novelable" (1897), Ensayos ..., ed cit.; p. 182. '+ "La popularidad de Galdós, en efecto, es indiscutible. Pero también lo es el hecho de que, para mantenerla, el novelista procuró no volver en ningún momento la espalda al píiblico" Ricardo Senabre, Literamray público, Madrid, Paraninfo, 1987: p. 74. 45 José Alcázar Hernández, "Del naturalismo en nuestra novelacontemporáneanR, evista Contem-poránea, LXXXV (1882); p. 115. 46 Tal es el ejemplo de Claire-Nicole Robin, Le naturalísmedans 'ZadesheredadandePéruGaldós, Centre de recherches d'tlistoire et Litterature aux xviii et xix siecles. Volume 7. Annales Litttraries de I'Université de Besancon, 185. Les Belles Lettres 95. Paris vié. La autora descarta con convicciones aparentes la influencia teórica de Zola, aportando razones históricas y sociales. 47 Cito por Sergi Beser, "La novelarealista", Lli~onsdeLiteraharacomparadacatalanicaa stelíana (seglesXIX-Z), Barcelona, Publicaciones de 1'Abadia de Montserrat, 1982; p. 20. Opinión de W. T. Pattison, Benito Pérez Galdós, Boston, 1975; vid pp. 63-67. 49 Carta de J. Sarda a N, Oller, Fechada el 26 de julio de 1886. Cito por Segi Beser. art. cit.: p. 12. " Od Ricardo Gulión. "Desdoblamiento interior en LnDesheredadannnI~f3s0~0~-l3n0,1 (1971):p . 9 y 10. BIBLIOTECA GaldósIAM Brian J. Dendle opina -con acierto- que: 'el ambiente influye en las acciones de los personajes deLadesheredada pero no los determinaM. En "Galdós, Zola y el naturalismo deLa desheredada", Reali~mo-yn aturalismo. .., ed. rit; p. 451, vid, también, Antonio Ruiz Salvador, "La función del trasFondo histórico enLadesheredadal: Anales Galdosianos, 7 (1966); pp. 53-62. $2 Eamonn Rodgers. "Galdós' La desheredada and Naturalism" Bu2Zehn ~fh'is~anic~tzzdiexs1.. v. 99 (1968); p. 297, 53 Marcelino Menéndez Pelayo, "Benito Pérez Galdós" (Discurso de contestación al ingreso de 0, P. Galdós en la Real Academia Espaíiola el 7 de febrero de 1897) E~~dio~ydiscursosdecríricahistó~ yliteraria, vol. V, Santander, C.S.I.C., 1942; p. 98. 54 Vid Carmen Bravo Villasante, "El Naturalismo de Galdós Y el mundo de La desheredada': CuadernosHispanoameRcanos, 230 (febrero 1969); PP. 479-486. Y Robert Ricard, "innovaciones de ~a desheredada '> Historiay Critica de laLiteratura Española, vol. 5 (Francisco Rico, ed. ) , Barcelona, Critica, 1982; pp. 497-502. 55 Sergi Beser, art cir.; p. 10. Sobre la estructura deLaaesñereÜaÜa y su pubiicacion por entregas, vzd Kobert H. Russell, "The structure oFLn desheredada'; Modern Languaje Notes, LXXVI (1961); pp. 794-800. s7 En Soledad Ortega, Cartas a Galdós, Madrid, Revista de Occidente, 1964; p. 79, n. 25. -e-* Larca re~iladdr i 29 tic iiidizu da i8Di; eiiü pui Y$. ii. Jhücmahci, "Sui y surribra cie iJine[ en Galdós", Homende al profesor Rodriguez Mofiino, Madrid, 1966; pp, 123. 59 Vid James H. Hodie, "The genesis of La desheredada: Beethoven, the picaresque and Platon, Anales GaZdosianos, XIV (1979); pp. 27-50. Y Germán Gullón, "Originalidad y sentido de La desheredada", Anales Galdosianos, XVII (1982); pp. 39-50. 60 Eamonn Rodgers, art. cit., p. 298. 61 A. Palacio Valdés y L. Alas (Clarín), op. cif; p. 132. 62 Coincido, modestamente, con J. F. Botrel, art. cit.; p. 185, quien afirma: "Ahí está La desheredada, (...) que no enarbolan la bandera del naturalismo y no obstante tienen muchas caracteristicas del mismo". Guilleromo deTorre, "Revalorización deGaldÓswD, el98aIBavoc0, Madrid, Gredos, 1969; p. 199. M LO corrobora el juicio del critico Pedro Muñoz Peña, arL cit.; p. 414: "(AGaldós) nadie le aventaja en profundidad de intención, en la pintura interna de los personajes, ni en el naturalismo y verdad de las descripciones". Vid Marie-Claire Petit, "La desheredada, ou le procks du reve", Romance Notes, IX, 2 (Spring 1968): pp. 235-243. Vid Kay Engler, "Linguistic determination of point of view: La desheredada", Anales Ga/dosianos, volumen conmemorativa, V (1970): pp. 67-73. Y, también, Emma Martinell Gifrk, "Relacibn entre pensamiento y lenguaje en los personajes de Galdós", Actas del Centenario de "Fortunatay/acinta" (1887-19871, Madrid, Universidad Complutense, 1989; pp. 51-59. J. P. Petit, "La folie et la mort dans La desheredada", Caravelle, 11 (1968); pp. 193-204. 68 Vid. María Zambrano, "La mujer en la España de Gald6sWE, spaña, sueñoy verdad, Barcelona, E d h ~1,9 82: pp. 67-89. Y de la misma pensadora LaESpam de Galdás, Barcelona, La Gaya Ciencia, 1982. R. H. Russell, art. cit.; p. 794.
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Título y subtítulo | Antecedentes literarios y estéticos del "Naturalismo Galdosiano": La desheredada |
Autor principal | García, Antonio Marco |
Entidad | Casa-Museo Pérez Galdós |
Publicación fuente | Actas del cuarto congreso internacional de estudios Galdosianos II |
Numeración | Congreso 04. Volumen 2 |
Sección | Estudios generales |
Tipo de documento | Actas de congreso |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 1990 |
Páginas | P. 439-456 |
Materias | Pérez Galdós, Benito (1843-1920) ; Crítica e interpretación |
Enlaces relacionados | Casa Museo Pérez Galdós: http://www.casamuseoperezgaldos.com Benito Pérez Galdós en la Biblioteca virtual de Miguel de Cervantes: http://www.cervantesvirtual.com/bib/bib_autor/galdos/ |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
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Texto | ANTECEDENTES LITERARIOS Y ESTETICOS DEL "NATURALISMO Galdosiano": LA DESHEREDADA Antonio Marco Garcia n K Lvhentras August Comte desarrollaba la nueva concepción filosófica en su "Cours de Philosophie positive" (1830-1842)' en el -m -.-i -c -m - - n- ?aír tenia plena vigen& e! movimi~ntn& ~&tica rel!iy!r, re~ccibn contra el recién Romanticismo caracterizado por la fantasía desbordada de quienes f'iaban a la inspiración todas las herzas del crear. De la confluencia de la corriente literaria realista y de la filosofia positivista surgió el "Naturalismo" que se presentaba en e! campo ideológico como uno de los herederos de la tradición crítica racionalista surgida del siglo xv~iry, que tenía como máximos exponentes a pensadores y científicos como Hyppolite Tainc, Charles Darwin, Claude Bernard, René Bertlielot y Corrite; en el campo literariu suponía la culminación de la línea ascendente del realismo dada por Honoré de Balzac, "stendhal", Gustave Flaubert y los hermanos Goncourt'. Entre el "Realismo" y el "Naturalismo" no parecía existir una verdadera diferencia de principios, ya que "realidad y "naturaleza", según indicaban sus propios nombres, eran términos similares. Pero ya Emile Zola auguraba: "El naturalismo no es una escuela, que, por ejemplo, no encarna en el genio de un hombre ni en las locuras de un grupo, como hace el romanticismo, sino que consiste simplemente en la aplicación del método experimental al estudio de la naturaleza y del hombre. "2 Ei naturalismo no soio se corresponaia a ia figura ae zoia, ni a ias aiscusiones, entusiasmos y odios que su obra desencadenó -y que no fueron pocos-, sino Comte, Taine, Lamarck, etc., y sobre todo Bernard; el positivismo científico, el culto al dato clínicamente recogido y descrito, y también la explotación artística de un determinismo biológico y social; todo ello se convierte en razón última del novelista creador. De las ansias por el análisis, de querer llegar a la razón de los hechos, surgirá el carácter cientificista del Naturalismo, sirviéndose de la metodología de la Ciencia. Ya para Balzac el método del novelista debía asimilarse al del investigador cientifico; su modelo se correspondía a la figura declaude Bernard, En el "Prefacio" a La Comedie humaine (1842), su autor establecía una nueva preceptiva literaria, en la que, de forma apriorístlca, implicaba la filosofía del Positivismo: la novela debería ser "sociológica", basada en la "antropologia naturalista", y el personaje sería un producto más de la "evolución naturaln. De estas afirmaciones de Baizac sobre el concepto de "novela experimental" solo existe un paso, y éste fue franqueado -no sin cierto riesgo- por Emile Zola al nominar un fenómeno ya existente: él fue quienasentó minuciosamente las bases teóricas del arte de novelar según el Naturalismo. Su doctrina Fue dada a conocer en sus libros teóricos: Le roman expérimentaIe (1880) y Les romanciers naturalistes (1881). Como inevitable secuela de la progenie filosófica y científica, el Naturalismo se presentaba como un "arte" pesimista en el que se había roto la comunión entre lo natural y lo divino, y, por lo tanto, la noción de lo humano se había degradado. El hombre ya no era considerado una abstracción intelectual sino un animal que razona, y que pertenece a! m - entorno natural, en un habitat determinado en el que está sometido a múltiples influencias N E del medio mientras crece y vive. El naturalismo fue, por ello, valorado como el primer gran movimiento modernU que iiü partia de pietiüpiicstcs iildiridUa!istas, qüe t,o s*&a. a[ O - - individuo como agonista de la realidad colectiva, sino como un miembro más en un espacio - m O E global determinista. E Fundamentos de esta concepción estética son las hipótesis transformistas de lean 2 E Lamarck, autor de Filoso~azoológica( 18 09) y de Sisttme anaktique des connaissancesd e - l'home, quien aporta la fértil idea de la evolución en la que todos los seres humanos somos 3 producto de la naturaleza: los simples por generación espontánea, y los más complejos y O- - perfectos gracias al enriquecimiento de aquéllos. También Etienne Geofrroy Saint-Hilaire m E aportó nuevas interpretaciones a la tesis de la variabilidad de las especies, y en sus obras O Philosophie anatomique (1 8 12-1 822) y Étudesprogresives d 'un naturaliste (1 835), defien- o de el hecho de que la naturaleza haya formado todos los seres vivos, y atribuye sus cambios n -E a la acción directadel medio ambiente. Pero, por encima de todo, influyeron, con fuerza, las a teorías de Charles Darwin sobre el origen de las especies, la selección natural y el 2 n evolucionismo, desarrolladas en el libro On the origin qfthe species by rnearzs gfnatural n C O I O P ~ A11~ ~ m \ . "".L...+.",. \A---/ - También el libro de August Morell, Traité des dégénerescensesphysiques, intellectuelles O et morales de I'espéce humaine et des ca.u ses qui produisent ces varietés maladives (18 75) , se acercaba a; tiataiíiieiit~ de 15 eudücion, dcsdc !a perspectiva de !u Uegeneraci6n de !u especie humana y del conocimiento profundo de la génesis de las enfermedades heredo-patológicas, que fue uno de los más importantes temas de preocupación en el siglo xrx. El factor de la herencia morbosa y del cardcter regresivo de determinadas estirpes fueron estudiadas, posteriormente, con mayor amplitud y profundidad por el antropólogo y criminalista Cesare Lombroso en su teoría delos estigmas hereditarios. El degeneracionismo de Morel, como teoría genétic@psiquiátrica que modificará Magnan, tuvo gran aceptacion en el mundo científico de la segunda mitad del pasado siglo, y su conocimiento y utilización por la novela experimental está justificada por sus propios supuestos teóricos. Fue Claude Bernard quien defendió un nuevo método científico: la experimentación entendida como "observación provocada"; suponía la sustitución de formas empíricas (abstracciones) por análisis rigurosos (realidades) en los hechos fisiológicos y científicos 1Y CONGRESO Galdosiano para poder observar, analizar y experimentar dichas realidades, sin la existencia de apriorismos. C. Bernard reconoció como ley suprema del universo el "determinismo", es decir, "elvinculo inflexible de los fénomenos sin que ningúnagente extra-natural interviniese en ninguna ocasión para modificar el resultado de esta vinculación"J. Los procesos analísticos de la observación y experimentación y los progresos científicos de la primera mitad del siglo xix influyeron decisivamente en la cnnfigmlrñcibn de prncpdi; mientos naturalistas, manifestándoseen el cambio del tradicional "dato físico", transforma-do, ya, en lo que se llamó "dato fisiológico", e incluso "clínico". En las Últimas décadas del parado si@, y 2. ni o ! c r ~ i t imS,? zpredrrha iin2 m&$i ntimr f i~ib: ent:r !:; fi!os=fiu (!o psíquico) y la Ciencia (lo físico). Como resultado aparecía una nueva ciencia: la psicología, ~l espíritu latente de los escritores del momento condicionaba las concepciones eclécticas; e! it,:e:Cs hu~i:, !GS sistemvü nu prsgrnáticv; geímfiiios c ú ~eo: : zTfli[hciifi v h n& iiiL" sus sistema, basado en que el espíritu y la materia no existían independientemente sino que lo fisiológico se subordinase a lo psíquico, estuviera mucho más difundido que el "materia-iisiiiü pusitivistd" de Speí-ieei, e iiiduso rnás que ei Úei propio Taine. Hyppolite Taine, a modo de preludio naturalista, publicó su Histoire de la littérature anglais (1864) y la Philosophie de l'arl(1866), en cuyas páginas, tras aplicar su talento crítico, señalaba tres elementos condicionantes en todaobra, con clara Función determinista: "race, milieu et moment", la herencia, el medio y el momento histórico. Con estas causas próximas o inmediatas que se experimentan en las obras de creación, Taine propugnaba una estética que siguiera el movimiento general acercando las ciencias morales a las naturales, para poder dar a aquéllas los principios, las precauciones y la dirección de éstas; y a la vez comunicar a las morales la misma solidez, y asegurarles el mismo progresoque las naturales. Decisiva fue, también, la influencia de la obra de Arthur Schopenhauer Elmundo como voluntad y representación (181 9) en escritores naturalistas como Henry Céard, con su "positivismo escéptico", Huysrnans, Maupassant y el propio Emile Zoia, quien en un principio conoció la Filosofia schopenhaueriana por la lectura del libro de Caro titulado El pensamiento en elsiglo XZX leopardi, Schopmhauer, Harman (1 870) y, posteriormente, por el estudio de la propia obra del pensador alemán, y muy especialmente por la traduccibn francesa de pensamientos, máximas yJagmentos. Las supervivencias románticas del "sentimiento de la dignidad del homb. re" perdieron toda su validez; el tono sombrío de los , ..-e ..-m la-+-- & *,.h.. "---m- -.-- . a.,. .".'.L1 e. ..m -*"...A"-- -m*- -:- ?.-.:---a-.-- iiaLuraimLaa uaini i iurava la wi i q +wi U ~ Lu= lvCi ~1 uu x i l ima UIVUG~ LYa, 111 aqmawv~iGs de "lo absoluto", determinado y, por lo tanto, no libre del todo, "sans idéal". Los héroes del Naturalismo son, ante todo, "fisiologías" concretas, caracteres. El pesimismo naturalista poseía, paraáógicamente, ia capaciaaá ae moviiizar una inmensa energía, a ia que no renunciaba. El Naturalismo se presentaba como un movimiento combativo y esperanzado, y con una nueva Fe: Ia'Ciencia. El impacto del positivismo científico en el pensamiento social, las ideas sobre la relación entre la herencia patológica, la enfermedad y la conducta humana, las ideas biológicas, las tesis fisiológicas, la influencia recíproca entre acontecer biográfico y la enfermedad, la presencia del lenguaje médico en la literatura, ... facilitaron el surgimiento de un "realismo" más depurado, más riguroso, y que para algunos resultó exageradamente dogmático: el ".N.a mrdiibnio",E ci iiiisnioi ií,& qm fhibei: hübk dec!a:ado SE fe e: e! arte, Eíiíilc &id permutaba 'arte" por "ciencia". Zola basó toda su concepción reorica en el principio de que el individuo no era el sujeto sino el objeto de todas las circunstancias existentes. El hoinbie se hallaba determinado por el medio y por la herencia, y ello no podía convertirse en factor de progreso. Para Fiaubert lavidadel individuioestabacondenadaa1 fracaso por el mero hecho de existir; pero parazola, el hombre era una criatura pasiva, producto y victima -a la vez- Qe la nerencla y del medio. El "naturalismo francts" consideraba decisiva la relación determinante entre medio ambien-te e individuo, al igual que el papel de la herencia en el temperamento y la conducta del ser humano. EI hombre, en su aspecto corpóreo y visible, no era más que un indicio para poder m D c4 llegar al hombre interno e invisible, cuyos estados y operaciones eran causa de ciertas maneras genéricas de Densar y de sentir, Estas formas generales estaban determinadas. O - según H. Taine, por la herencia, el medio y el momento histórico; las tres fuerzas -- m primordiales. Para Emile Zola sólo los dos primeros factores tendránverdadera importancia, O E P porque reflejan las nuevas tendencias de los estudios psico-somáticos del ser humano EI S E personaje, para a l a , ya no es una abstracción psicológica, sino que se ha convertido en - producto del sustrato natural y del sustrato biológico, -o "struggle of life" según la teoría 3 darwiniana. - ExclamabaZola: ";el hombre metafísico ha muerto!" y ClaudeBernard e HyppoliteTaine, - 0 m después que August Comte, daban la norma de esta ideología. De ahí que Zola formulara el O plan de su novclistica orientado no en función de héroes individuales sino de familia*u, como o Les Rougon-Mac-quart (1871-1893), y de grupos sociales, como los mineros de Germina! n E (1885). Se correspondía a la concepcióncientífica del ser humano. Las dos grandes nociones - a puestas en practica eran del estudio de la herencia con los resultados de recientes investigaciones en el campo biológico, y de las tesis del evolucionismo; y del estudio del n n medio$aciasa los progresosenel anhlisis delasociedaddesde puntos devista antr~~ológicos, Puccanao en eiia ias formas más eiementaies y rudimentarias, pero, en estos "dempos a3 presentes". Todo fue incorporado a la novela, al proceso de creación. Se acudirá al pueblo, a las formas marginales de la sociedad, la complacencia 'en lo vulgar, lo ruin y lo pequeRo (...) su empeño de reproducir los más groseros y repugnantes aspectos de la realidad, viniendo a ser en ocasiones una especie de Idealismo al reves"'. según palabras deManuel de la Revilla, con el fin de observar en su nivel menos complejo los elementos que coadyuvaban a dar vida a esa sociedad, de igual forma con que el científico busca en losorganismos inferiores el secreto de lavida. Era lavoluntad expresa de incorporar a la obra la realidad objetiva en todas sus manifestaciones. Toda la realidad quedaba supeditada a la observación pasiva y científica del "sens du réel", en afortunada expresión del propio Zola. El, fiel a estos principios, en sus obras denunció la miseria social en toda su crueldad, y atacó ferozmente la sociedad francesa del segundo ~mperio (Les Rougon-Macquart); pero, como Flaubert, de todo esto no extrajo conclusión alguna. Los novelistas naturalistas sólo sometían los hechos a la observación y a la experimentación por la vía científica. En las tres últimas décadas del siglo xx, el arte novelesco había asumido la mayor dignidad entre los géneros literarios, y se caracterizaba por su misión de indagar y exponer la naturaleza humana entendida como "naturaleza sin ideal". La novela se convirtió en el único género con la sutlciente capacidad como para expresar íntegramente el espíritu de la época, y reflejar la gran indigencia filosófica y el gran progreso de las ciencias empíricas. Por el cauce novelesco se manifestaba fértilmente la única posibilidad experimental del hombre; la "tranche de vie" del método naturalista de Zola, además de constituir un gran descubrimiento de método suponía una nueva visión del universo, más desencantada. El naturalismo como método Fue un i n t ~ n t np nra ~q?ii!ihrar un qitehlcer ~rtirticrr; usu. innovadora perspectiva de la realidad. Con el mismo rigor en el análisis y un infinito sentido del detalle, comparable a los aplicados a un cuerpo vivo, el novelista trataba de describir la "anatomía" de la sociedad, la red de relaciones e interacciones entre el hombre y su mundo. Opinaba Emile Zola que: "el naturalismo no esuna escuela, en elestricto sentido dela palabra, y por qué no existe un jefe, porque deja campo libre a todas las individualidadesn5 ---- -1 2 ----c.--* -- - -- -1 - -- - - ~ C I UCL U U ~ L I I ~ L ~ D ICI~IUUCC : pupiu (IULVL C L I U L L L ~ ~ U ~SUC^I pI u g [ d l ~ l d bt ~ ó ~ i bwuspi dnmba el propósito expresado. Pese a todo, Zola pretendió fusionar un esquema teórico de corte cientificista y una materia inabarcable e inconstante como era la praxis literaria. Emile Zola rectificó, públicamente, de las exageraciones sistemáticas del naturalismo al darse cuenta de ello en su propia tarea novelistica. El fue -en última instancia- quien "no cumplió al pie de la letra can sus propios preceptos teóricos o que en un espléndido agestos logró sacar imprevistos chispazos pokticos de una determinada simbologÍa cientiñci~ta"~. En el ambiente cultural espanoi de la decada 1870-1 880, la polemica entre tradiciona-listas y liberales sobre temas literarios y filosóficos, que tenia ya una amplia repercusión, llegó a su punto culminanter; a partir de 1876 aparecieron en la prensa del país las primeras menciones explicitas sobre Zola y sus novelas8. El naturalismo francés empezaba a ser motivo de enfrentamientos; pero la verdadera eclosión de la querella no se produjo hasta el comienzo de la siguiente década, durante el curso 1881-1882, cuando en la Sección de Literatura y Bellas Artes del Ateneo de Madrid se lleg6 a debatir sobre la nueva tendencia. En ello terciaron Emilia Pardo Bazán (La cuestidn palpitante), Juan Valera (Apuntespara o n n ~ ~ ~ nA. r t c d c e . r r ~ h ~ rMne~névnedle1eP elayn, "Clarin";Y xart, Cánovas: etc. Suponía el reconocimiento explícito y manifiesto de la existencia del Naturalismo, de una nueva estética. Entre los años 1880 y 1890 se desarrolló lo que se ha dado en llamar el "ciclo glorioso" de la novela naturalista españolag. Evidentemente, para los españoles continuaba siendo Francia el punto de orientación; y así lo expresa el propio Pérez Galdós: "Francia poderosa impone su ley en todas las artes; nosotros no somos nada en el mundo, y las voces que aquí damos, por mucho que quieran elevarse, no salen de la estrechez de esta pobre casa""'. Desde 1876 se hablaba de una escuela "fisiológica", y en 1877 se mencionaban 10s "escritores que se apellidaban a sí propios nat~ralistas"'~ 'Hacia 1880, el naturalismo francés atravesó 10s Pirineos y se puso de moda entre [os jóvenes novelistas espaiioles"12. A partir de 1881 se hallan -ya- recursos zolescos en las creaciones literarias, fundidos con el realismo español de la época: Un viaje de novios de Emilia Pardo Bazan, y La desheredada de Benito Pérez Galdós. I'as teorías literarias que penetraban en España no se correspondían a las doctrinas naturalistas "strictu sensunl" en el espíritu de los críticos españoles se fue estableciendo, desde el principio, una asimilación y -por lo tanto- una confusión entre Flaubert y Zola, entre "rru!iamo" y " n . ~ ~ ~ r ~ ! i ~mE&~&" 1 4 .G bmir. Raqi~ero"~A ndr~nio"r? ii.a!6 tres partes enlainfluencia de las teorías de Zolaen España: "influencia de lectura", "influencia de doctrina" e "influencia de inlimitación"15. En el naturalismo español había una evidentísima tendencia hacia la intransigencia; no se aceptaba sin más el zolaísmo, antes bien, había que lograr una fórmula superadora que integrara la "materia" y el "ideal". Este anhelo por encontrar un justo medio partía de la Filosofía krausista16. EXlstio una actima de conciiiación, muy difundida, resuitado de ias aportaciones de ia filosofía de Sanz del Río. Esta postura era prolongación de la que existía y se había manifestado en Europa enel transcurso del siglo, basada enuna cooperación entre la ciencia, la filosofía y la religión. Además, la concepción del hombre como ser social, pese a estar considerado íntimamente relacionado con los demás, era visto más como un individuo que como una parte de la conciencia colectiva. La ideología krausista potenció varias disciplinas, como la pedagogía, el derecho, la sociología, etc. y a la vez conservó inalterable un residuo espiritual que se traslucía en un especial "estilo de vidan, cuyos rasgos más acusados eran la enterem nral, la magnanimidad y cl altruismo. De entre las corrientes culturales europeas del siglo xix que llegaron a Espafia, el pensamiento krausista, adaptado por Sanz del Río, implicaba un claro espíritu de tolerancia, y supuso la negación de dogmas pertenecientes a todos los sistemas filosóficos, científicos, políticos y, también, vitales. Así, la intelectualidad española supo conciliar las teorías positivistas conel racionalismo alemán. Eldeseo de aproximar conceptos como "naturaleza" y "razbn" mediante la fllosofia suponía el reflejo del creciente auge de la pslcologia soclal: el individuo se relacionaba con la sociedad. Prevalecía la idea de progreso, entendido como 'movimiento de las letras que las hace adaptarse a las nuevas ideas, costumbres, gustos y necesidades"17, según Palacio Valdés y Alas. El crítico J. Ortega y Munillaveía en el naturalismo no sólo una moda-como lo valoraba 'Andrenion-, sino una evolución natural del arte: IV CONGRESO WDOSiANO "aceptemos, pues, la moda, ya que esta vezva a servir de auxiliar a una transformacibn necesaria.. . Nuestra época es un inagotable tesoro de cosas nuevas"18. ~l naturalismo español, como al ruso, no le servía la fórmula francesa porque nuestro proceso cultural era muy distinto al del vecino país; si bien en Europa el positivismo evolucionaba a un progresivo hegelismo, en Espaiia el positivismo no se pudo dar en forma pura, porque desde un principio se apreciaba, ya, un cierto pensamiento proveniente de la concepción de Hegel. En esta etapa tan significativa para el pensamiento científico es cuando tiene lugar el nacimiento de la psicología social, que creó un ambientecultural muy determinado, en el que imperaban los estudios sociológicos de Césare Lombroso, Ferry, Pedro Dorado Montero, ~nncepciónArena1A: dolfoPosada, el Dr. Salillas, yatros miithnsiq. Insmances psic~!6gicoc adquirieron un interés especial al analizarlos en relación con el evolucionismo espiritual de Hegel: el hegelismo, que había perdido importancia frente al advenimiento del positivismo, e" i i ! t i ~ .te~rc io de! ~ ~ ~ ~ qp r~t e i s t pSp&@ , cUur,& !:, estic!{t:d e! filósofo Schopenhauer se encontraba en franco ascenso. Además coexistían en la Literatura española dos concepciones del "Naturalism~"u~n~a: era el iiat~rdisiiiüq üiiiilc~iiiieíiii;p r o , casi üiid a"usirac¿i6ril Uliiüjadü t ~Ci i ~ ~ i i i cpi iutrt Emile Zola, quien entrañaba un fuerte doctrinarisrno estético; y la otra era un naturalismo más flexible, no tan dogmático, defendido entre otros muchos por Josep Yxart, Narcis Oller, Benito Pérez Galdós y Emllia Pardo BazBn, menos zolesco, y que peIigrosamente se acercaba al realismo tradicional, hasta confundirse con él en algunos casosz1. El mismo Ortega y Munilla admitía que el movimiento naturalista no representaba nada nuevo, pero "lo que hay de nuevo es la proclamación del sistema, su definición y crítica; tarea propia de esta época de análisis"z2. Por su no poca independencia del zolesco, es posible limitar un "naturalismo español" en una "segunda etapa" de la novela realista, marcada por nuevas aportaciones. Así opinaban P. Valdés y "Clarín", conjuntamente: "Estudiando la vida de nuestros días, las tendencias del gusto, la deficiencia del arte actual, las necesidades del espíritu moderno, se Ilega a transigir con la nueva escuela, si no con sus exageraciones: y sin renegar del glorioso pasado, se llega a comprender que hoy la literatura, para no estancarse, para no hacerse juego pueril, necesita seguir nuevos rumbos, aspirar a algo más de lo que cumplió hasta ahora"". A partir de 1880 s e empiezan a publicar traducciones de "romans na t~r a l i s t e s "y~ ~, Ortega y Munilla puede proclamar que se vivía en "plena era naturalista y escépticanzs. Si el realismo presentaba la impotencia del individuo en su enfrentamiento con la realidad y todo obedecía a un encadenamiento de causas y efectos. el realismo tenía aue desembocar o en el fatalismo de Flaubert, o en eldeterminismo dezola. Pero -eso sí-siempre de modo "científico": el hecho, el dato de la observación, el restultado de la experiencia, dnirinrnn tino imnnvtnnrii- ci~narinr8 !U qge !~gr'rnfl en n t r o~! i~mpnr. T_~p'!do UUYU""" U I L U I L L I y V . L U . * * . U U U y L . " . afirmaba, a modo de defensa de un naturalismo "pragmáticon, que "el naturalismo no esuna receta, sino un " r e~ul t ado"r~ef~le,j ando el entorno cultural español, en el que se buscaba un sistema ~iiiitariüd e.! ser, sin sübordiiiai el espidtü a !a mr;:c;in (como Cemte, YpeCce: c BIBLIOTECA GaldósWYA Taine), sino equiparándolos. El "naturalismo espafioi" fue, en escueta y precisa definición de J. F. Botrel, "realista pero no determini~ta"~E'. l propósito no fue hacer de la filosofia una ciencia, sino lograr un equilibrio entre ambas. La novela española dejó de ser, progresivamente, un libro ameno para convertirse en un libro útil, en el que el novelista ataba su fantasía y ahuyentaba la imaginación. El método queda especificado en palabras del especialista Sergio Beser: "Finalidad: la verdad de lo real tal como es, Medios: la observación de los datos, minuciosa, atenta, sistem8ticamente estudiados, y después de la composición la experimentación, que es la que da la enseñanza, el resultado, que es la obra del arte después de la gestación y de todos los trabajos preparatorios. El idealismo niega ese propósito: la verdad tal como es; y niega los medios, que nunca en él son como deben ser: la observación y la e~perimentacion"'~. - N E La temprana aficiónque tuvo Pérez Galdós por viajar le llevó a descubrir, cuando contaba O veinticuatro años, al gran escritor Honore de Baizac, a raíz ae su primer viaje a Francia, en - m 1867, con motivo de la Exposición Universal de París: O E 2 'El primer libro quecompré Fue un tomito de Balzac-un franco, Librairie Nouvelle. con E la lectura de aquel librito, Eugéne Grandet, me desayuné del gran novelista francés, y en aquelviaje a París y enlos sucesivos completé lacolección de ochenta y tantos tomos, 3 que aun conservo con religiosa veneraciónwz9. - 0 m En Francia convivían el realismo romántico de Balzac, el realismo pesimista de Flaubert y delaGeneración delsegundo Imperio, y también el naturallsmo de Emile Zola; la existencia de estos movimientos literarios permitían establecer una continuidad entre Balzac y Flaubert. En España, antes de que Galdós asimilara el realismo y el naturalismo, se podía hablar de una "tendencia del realismo" más que del naturalismo "strictu sensu". Pérez Galdós, por sus viajes y su afán de conocimiento asimiló estas dos corrientes literario-estéticas francesas, y de igual manera asumió otras influencias -mucho menos estudiadas-como la del escritor belga Maurice Maeterlinck. La opinión que al respecto expresa don Benito, confidencialmente, puede generalizarse a los creadores literarios que influyeron, en mayor o menor medida, en él, en esta época: "pues usted no sabe lo que me influyeron en mi estilo y en mis gustos los autores de valíaW3O. En esta "etapa naturalista" de la producción Galdosiana, opina J. Casalduero que: "Dickens y Balzac san sus modelos, Taine y Comte son sus guías; Zola el fermento vital, Cervantes su maestro indiscutiblen3', en sucinta definición; ello comportauna cierta falta de matiz. Galdósdisientede la estCticadeH. Taine3'en el hechode que la historia de los pueblos, como la de losindividuos, es el Factor que rige el proceso de la historia y de la viday, también, del arte. Balzac fue quien utilizó el procedimiento del "retorno de los personajes" al querer que la sociedad apaleciera viva en sus novelas, sin que destacara ningún protagonismo; y PerezGaldós siguió este recurso dela reapariciónde personajes y lo puso en prácticade Forma constante a partir de El doctor Centeno (1884). IV CONGRESO Galdosiano Don ~ienico~ orlociab ien ias bases ideoiógicas y ¡as fuentes científicas del Naturalismo, por su lectura directa en obras, y, además, por traducciones y primeras ediciones en españo15j. Galdós",como miembro de la generación más "literaria" del Krausismo en el panorama crítico y creativo, entendía la literatura como la creación autónoma válida por sí misma, y, como su predecesor engeneracióndonManueldela Revilla, pensabaqueel creador debía mantener su propia personalidad para poder mostrarla en sus obras, sin someterse ni a la tradición, ni a ninguna escuela, ni a la autoridad ajena. Pérez Galdós observó con atención la marcha de la vida artística, y -ahí radica la maestría de don Benito- supo aprovechar los puntos de vista y las técnicas de novelistas anteriores, sin vincularse a ninguna línea preestablecida, sin seguir las exageraciones de la moda, para así, poder moldear "su" propia actitud artística en cauces estrictamente personales. Sin tomar a bulto Ffi*rnrio ni nrnrnrliminntna ni tan430 ni tsnAa-n:rnn A, ,+,, -,e^*:,- I:c----!- . I - r - - - ! - -A- ivli,iuu, p u r * u i s i i i r i h r u u , iii ruviiuvi iii Luiubiiilag ui uiia cabcriLa llicialla UciCkIiuuaua, opina el propio Galdós: "A muchos imponía miedo el tal Naturalismo, creyéndolo portador de todas las fealdades sociales y humanas (...) luego se vi6 que no era peligroso ni sistema, ni siquiera novedad, pues todo lo esencial del Naturalismo lo teníamos en casa desde tiempos remotos, y antiguos y modernos conocían ya la soberana ley de ajustar las ficciones del arte a la realidad de la Naturaleza y del alma. representando cosas y personas, caracteres y lugares como Dios lo ha Galdós insiste en la idea de que el naturalismo no significaba más que la 'repatriación de una vieja idea", aunque advierte que "las crudezas descriptivas pierden toda repugnancia bajo la máscara burlesca de Quevedo"; esta salvedad proporciona la clave para entender el punto de discernimiento entre la concepción del novelista canario respecto al naturalismo preconizado por Emile Zola, ya que la "máscara burlescan interpone un juicio de valor, un distanciamiento psicoiógico en ia percepción cai cuai de una reaiiciaci, en iugar aei enfoque científico y objetivo que el naturalismo ortodoxo reclamaba. Para Pérez Galdós el Naturalismo debería restaurarse dentro de la tradición cervantina, devolviéndole el humor y la naturalidad que la cultura francesa le había quitado: "el Naturalismo cambió de fisonomía en manos francesas: lo que perdió en gracia y donosura, lo ganó en fuerza analítica y en extensión, aplic&ndolea estados psicológicos que no encajan fácilmente en la forma picarescans. Con ello quedaba demostrado el rechazo thcito por parte de Caldós del materialismo zolesco y. consecuentemente. la afirmación del carácter "heterodoxon y flexible que la fórmula naturalista tomó en manos de don Benito, incluso en obras aparentemente tan "rigurosas" como La desheredada o Tormento. La obra de Pérez Galdós se encuentra, pues, condicionada no sólo por sus propios impulsos creadores, sino por las incitaciones que le llegabandel ambiente artístico y cultural europeo y de la tradición literaria española en continuo proceso evolutivo. Con acierto, el crítico Luis Alfonso apuntó, referido a Galdós, que "el novelista español ha tomado cuanto hay de bueno, o si se quiere cuanto hay de aplicable, de oportuno y de productivo en el novelista francés"37. Pero, a pesar de que Pérez Galdós utilizara procedimientos naturalistas, su perspectiva y su personalidad literarias no fueron las de un naturalista; todo en él señalaba la tendencia a la armonización de los contrarios, porque si la novela era entendida como reproducción, no por eso dejaba de ser, también, imagen Y, por ende, reconstrucción simbólica de la realidad. En el proceso mimético, el autor, Galdós, debía hacerlo siguiendo la función del sentimiento estético enunciado ya por el krausista Manuel de la Revilla: "e! rpg!!srn~ 0 natiiralicmo no es una fórmula general. como se pretende, ni aceptación supone la exclusión absoluta del arte idealista, cuya legitimidad, dentro de los límites debidos, es inata~able"~~. Cuando el gran escritor liberal, ya consagrado, como era Benito Pérez Galdós publica~a desheredada (1881) marca el comienzo de una nueva etapa en su novelística, caracterizada por !:, uti!izrriS~ ci,e x&.iooc nahr=!ista@, cnnio!i?án?nrp la adaptg.cibn ~ I J ~ I J ~ movimiento por emulación. ~e s u i t aev idente que el Naturalismo, en el amplio sentido del término, fue penetrando lentamente en el ambiente literario español, y hubo novelistas eriiinerites que se oponían a ello con fuerza. Pércz Galdós, autor original sin espíritu dogmático pero con firme y serio propósito y profunda convicción, al publicar dicha novela unió su firma a la de jóvenes escritores que escribían según las nuevas tendencias estéticas, en torno a la revista Artesy L e m . opinaba ei propio Gaiaós: "Efectivamente, yo he querido en esta obra entrar por nuevo camino o inaugurar mi segunda0 tercera manera, como se dice de los pintores. Puse en ello especial empeño, y desde que concluí el tomo, lo tuve por superior a todo lo que he hecho anteriormente. Pero como nadie me habia dicho nada, y, por el contrario, he encontrado cierta frialdad en el público y en la critica, casi me sentía incllnado a variar de rumbo. Seguramente lo hubiera hecho si la carta de usted no viniera a dar cierto temple a mi voluntad y a fortalecerme haciendo resolución inquebrantable lo que sólo era una aspiración vaga, .. ~ . -..!L- uri pr uiito nias o iiieiiüs drilo"". Este "gran proyecto" que fue La desheredada supuso el inicio del extenso ciclo que constituyensus "novelascontemporáneas"E: lamzgoManso (1882), EldoctorCenteno (1884), Tormento (l884), LadeBnrgas (1884), Loprohibido (1884-5) ,For¿unatayjacinta (1 886-7). Esta serie se inicia bajo la asimilación de la filosofía krausista y de la concepción de la "psique" humanademanodew. Wundt, queno deH. Taine ni de H. Spencer. Este acceso a las corrientes culturales europeas hace que el naturalismo español sea "el primer movimiento literario moderno que saliendo del aislamiento cultural español, se incorpora a la cultura europea, pero sin traducirla literalmente, sino recreándola y modifichndola desde sus propias circunstancia^"^', IY CONGRESO Galdosiano Segúii u p i i i i h de jüaii uieza, gict~idsa id iiiq uiecuci ideoiógicd ~reaa'ap or ei iírausismo, y desde la base particular de la filosofía de la conciliación y armonización, se pudo asimilar el naturalismo literario sin traducirlo literalmente, confiriéndole una forma española; si se acercaba al positivismo era para abandonarlo, y se pasaba de Comte a Hegel. Con una mayor amplitud de miras que Zola, don Benito trató obstinadamente de armonizar los conocimientos de todo orden en una interpretación de la naturaleza humana como parte integrante de la Naturaleza total; el autor de La desheredada exigía en todo momento la presencia creadora del artista para transmitirla al material que tenía entre sus manos, y así poder elevar la realidad al plano estético, ya que entendía que ésta era la tarea primordial del creador literario42. Aparentemente, Galdós no seguía ningún propósito "estéticon o teórico sobre la iileraiuia, pero 10 cierto 2s q ~a clo l argo de sü dilatada viday de sú fe'c¿~liílao"uae,n npeiidas veces se preocupó de problemas de crítica literaria, aunque rehusó dar explicaciones personales sobre cuál era teóricamente su concepto de novela; prefería dejar que la obra misma se explicara. una vez hizo excepcion a tal inhibicion, en el discurso de su recepcion en la Real Academia Española, en 1897; al aludir inexcusablemente al Naturalismo, utilizó el mismo recurso de que se había servido Emilia Pardo Bazán en La cuestión palpitante (1883): subrayar la filiación hispánica del naturalismo deshaciendo todo reproche de extranjerismo: "el presente estado social, con toda su confusión y nerviosas inquietudes, no ha sido estéril para la novela en España, y que talvez la misma confusión y desconcierto han favorecido el desarrollo de tan hermoso arte (...) puede afirmarse que la literatura narrativa no ha de perderse porque mueran o se transformen los antiguos organismos sociales. Quizás aparezcan formas nuevas, quizás obras de extraordinario poder y belleza, que sirvan de anuncio a los ideales futuros o de despedida a los pasados, como el Quijote es el adiós del mundo caballere~co"~~. Para Benito Pérez Galdós el naturalismo no se reducía al a introducción de nuevas técnicas, sinoque ante todo eraunarma, una intención, en la queel fin preciso podíacambiar a medida que iba escribiendo sus novelas, adaptando siempre las necesidades de su genio 2 !ñr nemidad~dce !:, roci~dad4y~ t,r ansformando las técnicas desus novelas para hacerlas capaces de expresar su nueva intención; don Benito aprovechó toda la parte útil de la revolución naturalista, y se esmeró, sobre todo en el individualismo de sus creaciones, en la copia fiel dellenguaje, en la riqueza dedetalles casi microscópicos, pero no fue materialista ni determinista en el estrecho significado de ambos términos, porque en las novelas de esta segunda etapa se evidencia, junto a la mucha y loable atención al dato fisiológico, la presencia de elementos subjehvos, temperarneniaies en ios personajes. En pleno auge del "naturalismo Galdosiano", el crítico José Alcázar Hernández afirmaba que era Pérez Galdós "el que hasta ahora cultiva con más acierto el arte n a t~r a l i s t a "p~e~ro; otros han negado tal influencia, dando como explicación una serie de razones históricas y sociales4! Mucho más esclarecedora -como siempre- es la opinión crítica de "Clarinn al publicarse Torm~ntode Galdós: BIBLIOTECA WDOSIANA "Una de las ventajas del modo de en~endelra literatura que va predominando, es que aun los aurores que no han inventado procedimientos, sino que siguen, engeneral, los de 10s otros, lo hacen sin imitar. con originalidad en la observación y en las otras cualidades principales puramente artisti~¿~s"~'. Se evidencia el "mitigated na t~r a l i s rn"Y~ ~s e, reconoce la influencia naturalista en la creación literaria Galdosiana, de modo especial entre 1884 Y 1885, y en novelas como La de Bnn@'my Lo prohibido, en las que las taras heredopatológicas funcionan como fatalidad, r n n rnhihih-m- I-n- n- h-r-n- má.! : e- s- t -r- -i-c tamente ~ naturalista de todala prodiicción, yen -!a se desentiende de todo estudio social para fijarse exclusivamente en los individuos, Y contarnos la "historia clínica" de cada uno de los personajes, la transmisión hereditaria de f,imi$a:es :o: sus cururteristicrs y defectcs, e! ~ P & Q e!? P! cp? h m ria&jG j, sc hafi educado, y poder, así, comenzar la propia experiencia en un relato narrado autobiográficamente. Sobre esta novela Narcís Oller le pidió al crítico positivista catalán joan n--j: I- --?-:L- -. -.. ---l---,.:L. -.. .-.J.-.i.-- -w,.- ,..+A"-&.~m +-A- 1- -....A..--:i- - - . . I L ~ , J C I L U ~la U ~ I I I I U IyI ,3 u VUIVI ~ L IVI I ~ U W I IICILIIUL. I A L ~ W ~ V U U LVUU IU ~ LUUUL L IUI II I U V G I I S L I ~ ~ de Galdós, y englobarla: h. .. NI es naturaiisca, ni es reaiisia, ni es ideaiisia. Es Gáidús. iYu es cie cap escoia, ni imita de prop ó de lluny a ningú. Desde sa manera de concebir a sa manera de sentir i a sa maneraci'escriure, totes propi: Ses noveles sonengros lo que en petit cadaunadeses f1ases"49, Galdós rechazó, en su constante selección de principios estéticos, la visión pesimista de la vida que comportaba implícitamente este movimiento literario; pero aceptaba las técnicas de profundidad analítica y del examen psicológico de los personajess0, arrastrando una poderosa dosis de espiritualismo que trasciende los moldes excesivamente estrechos del programa teórico de Emile ZoIa; porque si éste creaba los personajes a partir de la teoría del medio y de la herencia, con evidente predisposición para Galdós, estos dos principios se convertían en instrumentos para analizar los personajess1, y así les otorgaba una mayor capacidad de libertad al colocarlos fuera de la acción exclusiva de un determinismo incontrolable y opresivo: Yialdós shares the Naturalists' critica1 attitude towards romantic idealism, and he expresses this in a way which leads to the weaknesses of open didactism and distorted ~haracterization"~~. opjna el estudioso E. Rodgers. Eludía, así, Perez Galdós, el considerar al hombre como un producto único de! medio y de la herencia, y el aplicar con atención y minuciosidad los cánones científicos del método experimental, como creía el jefe de la "escuela" naturalista. El novelista canario utilizaba el simple método de observación, que todo escritor realista o de costumbres había usado anteriormente, complementándolo con la experimentación, yaque, en palabras deMenéndezPelayo, "todo procedimiento técnico, admite continua rectificación y mejora, porque la técnica es lo Ynico que hay perfectible en el arte"". ~ a l d órse chazó en última instancia los postulados más estrictos de la novela experimen-tal y del naturalismo literario; y creó la propia negación, lo que se ha denominado el "naturalismo Galdosiano". El naturalismo, para Benito Pérez Galdós, no fue un fin en sí mismo ni un capricho pasajero, sino una nueva posibilidad de comprehensión -más si cabe-de la realdiad que ya era Ia protagonista en sus novelas anteriores a La desheredadd4. Durante los primeros meses de 1881, al aparecer La desheredada, "enpoc mes de deu anys, des deLa fontanadeoro (1870) Fins a ladesheredada (1881), aquesta novella ha passat del quasi no-res a situar-se a l'altura de la millor novella europea"55 en d ~ ~ r i d dopdi niú~d~r. Sergi Dcser. Sincomácicamence aparece impresa por entregasg, hecho que provocó una crítica de su amigo José ML Pereda, quien en una enjundiosa carta a Galdós le recrimina el hecho de que un novelista de su talla utilice esta fórmula editorial que "podrá ser lucrativa, pero no e~tética"~'. cuando apareció La desheredada el oleaje de las polémicas en torno al naturalismo ultrapirenaico rompía en España sus crestas más altas. Ello valió que Giner de los Ríos en carta a Galdós adjudicara a esta novela la cualidad de ser "única novela moderna española que puede saltar el Pirineo sin inferioridad alguna a lo mejor extranjero"". Pérez Galdós no permaneció inmune al alcance de las doctrinas naturalistas, ni tampoco se dejó deslumbrar por ellas; sino que acertó a conciliarlas muy serenamente gracias al auténtico espíritu de buen escritor; en su novelística, a partir de La desheredada, aparece un eco naturalista que en el fondo está más cerca de la línea cervantina que de Zola59, y es más reviviscencia del tradicional realismo español que del dogmatismo francés. Cierto es que La desheredada marca el principio de una nueva etapa en el desarrollo literario del autor, porque Fuedescrita en uri clima en el que elNaturalismo estaba en pleno éxito y aceptaciónestética, pero no fue nunca imitación en el caso de Galdós, sino resultado de la combinación heterogénea de la innovación francesa y de la tradición española: "It is a bridge between these two styles that La desheredada is of crucial impor t an~e "s~in; seguir las exageraciones teóricas ni prácticas del novelista francés, Pérez Galdós estudió imparcialmente la "cuestión palpitante" y decidió "seguir en gran parte los procedimientos y atender a los propósitos de ese naturalismo tan calumniado como mal comprendido y ligeramente e~arninado"~". según Palacio Valdés y "Clarín". Esa "nueva faceta* del naturalismo, denominado "naruralismo espiritual" encontró un exponente desusadamente importante en Benito Pérez Galdós, cuyo punto de vista antiromántico no le obligó a rechazar todo aquello que podía parecerse al sentimentalismo vacío. A diferencia del naturalismo francés que se había orientado poderosamente hacia los aspectos infrahumanos hasta el punto de excluir toda otra consideración, el "naturalismo Galdosiano" tomó de aquél el procedimiento experimental, detallista, así como la búsqueda del sentido integral de lo humano en zonas sociales e individuales, cargando el acento sobre los aspectos más humdnos y coinplejos dela vida personal de cada personaje,\. cnfocándolos como centro de interés al aplicar el filtro del arte a los pormenores del más descarnado realismob2. Con La desheredada su autor toma posesión de la realidad madrileña, en La que los instintos se manifestarán más libres y sin el dominio de una idea superior que los ordene y arregle; el contenido humano resaltará a medida que Galdós ilumine los ambientes repugnantes y amargos del inframundo nanirallsta, mlentras un clima propicio para e\ nacimiento de sentimientos de amor y solidaridad se va forjando. Esto hace que Pérez Galdós con La desheredada inicie un nuevo ciclo en su creación literaria, caracterizado por la recuperación de elementos tradicionales y la adopción de formas extranjeras, llevándolas a un punto de nitidez y verismo inusual en la novela española de entonces, como es la visión de al-nos caracleres, generalmentesecundarios, que bajo especie animal, están articulados en un contexto de valores humanos que trascienden de dialéctica naturalista. Guillermo de Torre da su original impresión sobre el quehacer de Galdós: "No idealiza, no desfigura, no r o m p e tampoco: transcribe con artística crudeza la vidaw6$Y. así, Pérez Galdós. como heredero del Romanticismo, escribe historias de mujeres, pero que no son románticas, m 'transcribe" el mundo madrileño, y por extensión el español, reacio, obstinadamente O esquivo a todo lo romántico, y por ello ahonda incalculablemente en la pintura de las clases t 2 medias y de lasvidas mezquinas, mezclando costumbrisrno y psicología con la crítica y aún con la &ira de la realidad social6*. 3 ~l naturalismo que don Benito empieza a emplear en La desheredada está concebido como una técnica; la cuestión reside en multiplicar la observación para poder asir la realidad, E acumulandodetalles-comoquería Stendhal y pontificabaTaine-; Galdós enLadesheredada manifestó, por primera vez, una clara autoconciencia del novelar y un completo control de 66 sus facultades narrativas: igual contaba con gusto y firmeza de propósito la pintura de un manicomio, o un taller, el cuadro de pelo que hacia Bringas o los mil aposentos de Palacio, 1 la pedrea de los chiquillos o la casa de huéspedes, el tormento sexual, las ilusiones de Manso, la borrachera que a Celipín le causa el puro, los remordimientos de la conciencia, una sonata de Beethoven, o el determinismo interior, psicológico o moral -que no biológico-de Isidora RuteteOJ. Acumulación de detalles que van reapareciendo progresivamente en sus novelasm, u porque los motivos naturalistas que tímidamente se insinuaban en la enfermedad de Rocarito en Dofia Pefecta son ya evidentes en Ladeshredada; y la patología del misticismo de la mujer de León Roch es, ahora, un caso clínico en La desheredadd7. Benito Pirez Galdbs rechazó del naturalismo su filosofía, el concepto mecánico de la vida, y deldeterminismo que sirvió de base a la posición de Emile Zola, por parecerle inconcebible einadaptable a la culturadeeste país de honda raigambre individualista y liberal (asumiendo la condición etimológica y originaria del término). Así, el personaje se halla en el mundo novelístico creado por Pérez Galdós en condiciones afirmativas de poder moldear su propia vida y, en cierto modo, de someter la realidad externa gracias a la heroicidad y firmeza de su propia voluntad. Lejos de pararse en las apariencias, Galdós, con su maestría, traza un naturalismoasu medida y creaen tornoaIsidora, marquesa imaginaria, un mundo queoscila sin cesar entree! 'sueño y laverdad", según palabrasdeMariaZambranobs, entre la idealidad y la realidad; en concluyente valoración de Robert: H. Russell: "La desheredada 1s an almost ---&.-*....m-J- -F S-+.. .."l:"... .- 1" ""..".--l" *jf,o ~ L L L L LIL~ ~ R I I I ~ULL L I L ~ L U L R I I ~ I*LaI i a G a p a r i u i a a . Vid. Pierre Martino, Le naturalismefragaise (18701895) Paris, Armand Colin, l96s7, Emile Zola, Elnaturalisrno (Laureano Bonet, ed.), Barcelona, Península, 1972; p. 61. Cito por idem; p, 90. Manuel de la Revilla, "El Naturalismo en el Arte" enKrausiSmo: Esréa'cayLiterafura Antologia (Juan López-Morillas, ed.), Barcelona, Labor, 1973; p. 179. E. Zola, op. cit.; p. 98. Laureano Bonet, "Introducción", E. Zola, El naturalismo, ed cit.; p. 21. A este respecto vid Gifford DaViS, "The critica1 reception of Naturalism Ln Spain before La cuesh.bnpa@itante", Hispanic Reviao, XXII, 2 (April, 1954); pp. 97-108. Y del mismo autor el estudio posterior "The Spanish Debate Over ldealism and Reaiism Before the lmpact of Zola's Naturalism", Publicatior*i gfModm Lurguage Associalion gAmenku, WMIV (1969): pp. 1.649-1 656. Según Benito Vareia Jácome, Estructuras novelíshms del siglo XIX, Barcelona, Clásicos y ensayos, 1974; p. 45: la primera noticia sobre la obra de Zola en la cultura española es la reseña de l 1 Walter T. Pattison,ElnaCura~ismoespaRoH1.i storiaextemadeun movimientoliferarioM, adrid, Gredos. 1965: p. 12. IZ Jaime Fitzmaurice Kelly, Historia de la Literatura España2a, Madrid, Ruíz hermanos editores, 1926; p. 323. Vid Francisco Caudet, "La querella naturalista. España contra Francia", Realismo y nnrurnlicmn pn E p ñ n ~n In vgunda mirad del XIX (Yvan Lissoryes. ed.). Barcelona. Anthropos, 1988; pp. 58-74, l3 Pedro Muñoz Peña en la segunda parte de su articulo "La novela contemporánea", Rwista Contemporánea, LViI, 4 (30 junio 1885): p. 409 señalaba: "(nuestros noveiistascontemporáneos) hanimpreso ensus produccioneselgusto por elnaturalimo reinante, siendo este naturalismo en la mayor parte de los casos preferentemente aceptable y sin las exageraciones de la escuela Francesa; siguiendo en esto nuestros ingenios, de una parte la tradición BIBLIOTECA GaldósIAMA reaiista de ia iicerarura pairia; í.., j y 20 0 ! u i d ~ Fd ~e n XBt:X c ~ ~ tU~ b :yí X.U ssiiur rioaod e vida, y por consecuencia nuestrosgustos y aFiciones artísticas no pueden ser las mismas, ni menos llegar al grado de cmdeza con que nos las ofrecen los novelistas franceses". '4 Vid. Francisco Ayala, "El concepto de realismo y de naturalismo en España", Re#[js,,la y naturalismo ..., ed cit., pp. 208-21 1. 1s "Andrenio", "Zoia en España", la GacetaLiteraria, 1, 21 (1 noviembre 1927);p . primera ,+a, Y añade: "la influencia de Zola fue más la de un estimulante y la de un procedimiento que la de un modelo, Se repitió el caso constante de nuestra literatura, que se distingue, más que por la inventiva, por la realización; digiere las influencias extrañas y nacionaliza en seguida 10s temas y las formas importados, vistiéndolos con nuestros colores". p. primera, c. Vid, tambien, sobre el particular: Rafael Pérez de la Dehesa, "Z0h y la literatura española f i c i S P l ~ ! ~ r n.,~ i~pg.q~~RflfX&X!,X !X, 1 (1971); pp. 49-60. 16 vid a este respecto el excelente estudio de Juan López Morillas, El krausismo español, México, F.C.E., 1980. 17 hnandn Palacio Valdés y 12eopoldo Alas (Clarín). La literatura en 1881 (Alfredo de í'ar!ns Hierro, ed.), Madrid, 1882; p. 132. l8 losé Ortega y Muniiia, "¿Qué es el naturalismo?", LosLunesdelImparcial(20 febrero 1882), cito por W. T. Pattison, op. cit; p. 46. '9 Vid el documentadisimo estudio introducido de Raque1 Asún, "La editorial d a España Moderna,", Archivum, XXXI-XXXII (1981-1982); pp. 133-156, para poder comprobar el auge de la cienciasociológica en el ambiente cultural e intelectual de entresiglos; la diferencia en el tiempo -creo-no contradice el presente propbsito, antes bien, todo lo contrario. Datos de L. Bonet, "Introducción", op. ciL; p. 11. 21 Jean-Francois Botrel, "España, 1880-1890: el naturalismoensituación" , Rea~ismoynaturalismo,,., ed c i ~p;. 185-6, opina que: "comprobar que durante el período contemplado no existe "un" naturalismo literario constituido que se anuncie como tal, como "moderna escuela" española, pero sí múltiples manifestaciones o éxpresiones científicas o literarias, como entonces se decia, que, de una manera u otra, tienen algo que ver con el naturalismo zolesco y español, por postularse claramente la filiación, o por recoger uno o vanos de los componentes de dicha corriente, con la consiguiente confusibn". 22 Jose Ortega y Munilla, articulo de Los lunes del Imparcial (22 octubre 1883), cito por W. T. Pattison, op. cit.; p. 104. 23 A. Palacio Valdes y L. Alas (Clarín), op. cit.; p. 133. i1 vid w. 'l. rattison, op. cir; pp. 30 y ss. 2s Opinibn de José Ortega y Munilla, cito por Juan Oleza, La novela delXIX. Del parto a la cnsis de una ideologia, Barcelona, Laia, 1984; p. 25. " Según L. Bonet, "Introducción", B. Pérez Galdós, Ensqyos ..., ed. cfL; p. 70. 27 J. F. Botrel, art cit.; p. 193. 28 sergio Beser, LeopIdo Alas. Teoriay críOba de la novela crpañoia Barcelona, Laia, 1972; p. 1274. 19 Benito Ptrez Galdós, "Memorias de un desmemoriado", RecuerdosyMemorias, Madrid, Tebas, 1975; p. 195. 30 En Narcis OIler, Mémories literdries, Barcelona, Aedos, 1962: p. 2 14, Cito según la traducción de L. Bonet, "Introducción", D. Pérez Galdbs, Ensayos. .., ed. tic; p. 9. 31 Opinión de Joaquín Casalduero, Viday obra de Galdós (1843-1S ZO), Madrid, Gredos, 1970; p. 69. 32 Vid Marcelino Menéndez Pelayo, "Estética de Taine", Historia de lasldeas Estéticasen ESpmia, Obra Comp/etas vol. V, Cap. VIII, Santander, C.S,I.S., 1940. IY CONGRESO Galdosiano 33 !+d. Rzqiie! A s h ,n rL cit: p. !8 0, ». X:.E :: este rnugis:;~; u ~ i c ~ a!ü~iu :~s cfi& :e piiiiieiü y posteriores ediciones de las obras de Zola, Darwin, Comte, Wundt, Balzac, entre otros, en España. vid. ~eopoldAo las, "BenitoPérezGaldós"( 1889),e nKrausismoyLireratura. Antologá, ed cic; pp. 213-235. 35 B. Pérez ~a ldbs",P rólogo" a la edición de LaRegenta (1901), ed. cit; p. 214, 3b ldem; p. 215* 3' Luis Alfonso, artículo deLaEpoca (7 noviembre 1881), cito porMariano López, "El naturalismo ~Galdosianon de La desheredada': Perspectivas de la novela. Ensayos sobre la novela esparíola de [os siglos XIXy XX Valencia, Albatros Hispanofilia, 1979: p. 13, n. 2. 38 Manuel de la Revilla. art. cit.: p. 172-3. 39 Ignacio Elizalde afirma en "El naturalismo de Pérez Galdós".Realismoy namralismo ..., ed mt.; p. 480-1: "En esta síntesis de realidad y fantasía, de historia y Eiccibn. los elementos naturalistas estan frenados por un potente espiritualismo. El naturalismo y el espiritualismo, dos grandes fuerzas antitéticas, ya no son signos de oposición irreductible, en esta novela (La desheredada), sino que ronfluyen en el realismo trascendido y humano de Pkez Galdó~". Corno complemento a esta opinión, vid. Mariano López-Sanz, Naturalismoyespiricualismoen la riove~fshirad e Pérez Galdósy Pardo Bazán, Madrid, Pliegos, 1985. fl Carta de Pérez Galdós a Francisco Giner de los Ríos. fechada el 14 de abril de 1882. y publicada por Manuel Bartolomé Cossio en el Bolenii dela/nsrihicidn deEnsefianza, XLIV, 718 (31 enero 1920); pp. 60-1. Y reproducida en la revista madrileñaLa leckra, 1, 131 (marzo 1920); pp. 257-8. Con anterioridad, en otra carta de Galdós a su amigo José MLde Pereda, Fechada el 4 de marzo de 1879 el novelista canario le confesaba: "Ahora tengo un gran proyecto. Hace tiempo que me está bullendo en la imaginacidn una novela que yo guardaba para más adelante, con objeto de hacerlo detenido y juiciosamente. Pero (...) quiero acometerlo ahora. Necesito un año o año y medio". En Carmen Bravo Villasante, "28 cartas de Galdós a Pereda", CuadernosHLIpanoamenCanos, 250- 252 (octubre 1970- enero 1971); pp. 31-2. 41 J. Oleza, op. cit,; p. 104. 42 Vid en particular: Ricardo Gulión, Galdós, novelista moderno, Madrid, Taum, 1960. Carmen Bravo Villasante, Galdbs yisto por si mismo, Madrid. E.M.E.S.A. 1970. Benito Pérez Galdds (D. M. Rogers, ed.), Madrid, Taums, 1973. Y José F. Montesinos, Galdós (3 vols.), Madrid, Castalia, 1980. 4Q8. Pérez Galdós, "La sociedad como materia novelable" (1897), Ensayos ..., ed cit.; p. 182. '+ "La popularidad de Galdós, en efecto, es indiscutible. Pero también lo es el hecho de que, para mantenerla, el novelista procuró no volver en ningún momento la espalda al píiblico" Ricardo Senabre, Literamray público, Madrid, Paraninfo, 1987: p. 74. 45 José Alcázar Hernández, "Del naturalismo en nuestra novelacontemporáneanR, evista Contem-poránea, LXXXV (1882); p. 115. 46 Tal es el ejemplo de Claire-Nicole Robin, Le naturalísmedans 'ZadesheredadandePéruGaldós, Centre de recherches d'tlistoire et Litterature aux xviii et xix siecles. Volume 7. Annales Litttraries de I'Université de Besancon, 185. Les Belles Lettres 95. Paris vié. La autora descarta con convicciones aparentes la influencia teórica de Zola, aportando razones históricas y sociales. 47 Cito por Sergi Beser, "La novelarealista", Lli~onsdeLiteraharacomparadacatalanicaa stelíana (seglesXIX-Z), Barcelona, Publicaciones de 1'Abadia de Montserrat, 1982; p. 20. Opinión de W. T. Pattison, Benito Pérez Galdós, Boston, 1975; vid pp. 63-67. 49 Carta de J. Sarda a N, Oller, Fechada el 26 de julio de 1886. Cito por Segi Beser. art. cit.: p. 12. " Od Ricardo Gulión. "Desdoblamiento interior en LnDesheredadannnI~f3s0~0~-l3n0,1 (1971):p . 9 y 10. BIBLIOTECA GaldósIAM Brian J. Dendle opina -con acierto- que: 'el ambiente influye en las acciones de los personajes deLadesheredada pero no los determinaM. En "Galdós, Zola y el naturalismo deLa desheredada", Reali~mo-yn aturalismo. .., ed. rit; p. 451, vid, también, Antonio Ruiz Salvador, "La función del trasFondo histórico enLadesheredadal: Anales Galdosianos, 7 (1966); pp. 53-62. $2 Eamonn Rodgers. "Galdós' La desheredada and Naturalism" Bu2Zehn ~fh'is~anic~tzzdiexs1.. v. 99 (1968); p. 297, 53 Marcelino Menéndez Pelayo, "Benito Pérez Galdós" (Discurso de contestación al ingreso de 0, P. Galdós en la Real Academia Espaíiola el 7 de febrero de 1897) E~~dio~ydiscursosdecríricahistó~ yliteraria, vol. V, Santander, C.S.I.C., 1942; p. 98. 54 Vid Carmen Bravo Villasante, "El Naturalismo de Galdós Y el mundo de La desheredada': CuadernosHispanoameRcanos, 230 (febrero 1969); PP. 479-486. Y Robert Ricard, "innovaciones de ~a desheredada '> Historiay Critica de laLiteratura Española, vol. 5 (Francisco Rico, ed. ) , Barcelona, Critica, 1982; pp. 497-502. 55 Sergi Beser, art cir.; p. 10. Sobre la estructura deLaaesñereÜaÜa y su pubiicacion por entregas, vzd Kobert H. Russell, "The structure oFLn desheredada'; Modern Languaje Notes, LXXVI (1961); pp. 794-800. s7 En Soledad Ortega, Cartas a Galdós, Madrid, Revista de Occidente, 1964; p. 79, n. 25. -e-* Larca re~iladdr i 29 tic iiidizu da i8Di; eiiü pui Y$. ii. Jhücmahci, "Sui y surribra cie iJine[ en Galdós", Homende al profesor Rodriguez Mofiino, Madrid, 1966; pp, 123. 59 Vid James H. Hodie, "The genesis of La desheredada: Beethoven, the picaresque and Platon, Anales GaZdosianos, XIV (1979); pp. 27-50. Y Germán Gullón, "Originalidad y sentido de La desheredada", Anales Galdosianos, XVII (1982); pp. 39-50. 60 Eamonn Rodgers, art. cit., p. 298. 61 A. Palacio Valdés y L. Alas (Clarín), op. cif; p. 132. 62 Coincido, modestamente, con J. F. Botrel, art. cit.; p. 185, quien afirma: "Ahí está La desheredada, (...) que no enarbolan la bandera del naturalismo y no obstante tienen muchas caracteristicas del mismo". Guilleromo deTorre, "Revalorización deGaldÓswD, el98aIBavoc0, Madrid, Gredos, 1969; p. 199. M LO corrobora el juicio del critico Pedro Muñoz Peña, arL cit.; p. 414: "(AGaldós) nadie le aventaja en profundidad de intención, en la pintura interna de los personajes, ni en el naturalismo y verdad de las descripciones". Vid Marie-Claire Petit, "La desheredada, ou le procks du reve", Romance Notes, IX, 2 (Spring 1968): pp. 235-243. Vid Kay Engler, "Linguistic determination of point of view: La desheredada", Anales Ga/dosianos, volumen conmemorativa, V (1970): pp. 67-73. Y, también, Emma Martinell Gifrk, "Relacibn entre pensamiento y lenguaje en los personajes de Galdós", Actas del Centenario de "Fortunatay/acinta" (1887-19871, Madrid, Universidad Complutense, 1989; pp. 51-59. J. P. Petit, "La folie et la mort dans La desheredada", Caravelle, 11 (1968); pp. 193-204. 68 Vid. María Zambrano, "La mujer en la España de Gald6sWE, spaña, sueñoy verdad, Barcelona, E d h ~1,9 82: pp. 67-89. Y de la misma pensadora LaESpam de Galdás, Barcelona, La Gaya Ciencia, 1982. R. H. Russell, art. cit.; p. 794. |
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