IV CONGRESO GaldósWYO m
MARCIAL: ACCION Y PALABRA
Pilar Barrio Martín Retortillo
E n una reciente conferencia', D. Fernando
Lázaro Carreter planteaba históricamente la resolución de uno de los problemas del escritor
en su caracterizaciónde los personajes: dar voz al plebeyo, al bobo, tarea en absoluto sencilla,
"la más dificil figura de la comedia" en palabras de Cervantes.
De los tres "genus" o estilos que las retóricas consideraban: alto, medio y bajo, este último
se expresó mediante cuatro recursos: la creación de un idioma propio (el sayaguks fue
ampliamente utilizado); la introducción de incorrecciones al hablar, es decir, el uso de un
lenguaje subestándar documentado desde Lope de Rueda; el empleo del lenguaje estándar
pero aplicado a materias de poca monta, a frecuentes tonterías; y por último, la utilización
de refranes, sentencias breves sacadas del conocimiento y experiencia de los antiguos. No
hace falta recordar al Arcipreste, a Celestina, La pícara Justina, La lozana andaluza, y por
supuesto El ~ugott?.
Pues bien, estudiaremos brevemente en esta comunicación otro personaje popular que
es caracterizado por su autor en su habla por dos de estos sistemas: la creación de un idioma
peculiar con base real y las frecuentes incorreciones y prevaricaciones idiomáticas. Se trata
de Marcial, Medio-Hombre, cuyos últimos sucesos de su mutilada, guerrera y generosa vida
se nos narran por boca de Gabriel Araceli, así como su confesión y postrera muerte.
Repasemos la caracterización de este personaje por Galdós, y recordemos pasajes que
todos conocen, pero tratando de que los vean con una luz nueva.
Siempre con Gabriel como telón de fondo, es decir, como narrador de hechos, palabras
(de Marcial, o de otros personajes sobre este), la figura del viejo marino va emergiendo ante
el lector hasta configurarse como una de las más acabadamente pergeñadas entre el inmenso
panorama que puebla los Episodios Nacionales 3.
Su primera aparición en Tr@a&ar (cap. 11) no es directa. Dña. Francisca, la arisca y
piadosa ama de Gabriel, es el primer punto de vista (siempre a través de los recuerdos del
muchacho) desde el que se nos califica a Marcial. Según el ama "el calzonazos de Marcial",
"el endiablado marinero" calienta los cascos a D. Alonso y, pensando los dos, puerilmente,
que aún están en edad de navegar, se ilusionan con una próxima salida. El esquema D. Quijote-
Sancho-sobrina o ama, se nos superpone casi sin querer, con la coincidencia del nombre de
D. Alomo Quijano, viejo hidalgo, y D. Alomo Gutiérrez de Cisniega, capitán de navío
retirado4.
D. Alonso Quijano D. Alonso G. de Cisniega
Sobrina . . . . Sancho Panza <-> Marcial . . . Doña. Francisca
La tara fisica de nuestro viejo personaje se nos anuncia aún sin detallar.
En el capitulo siguiente el punto de vista es directamente Gabriel Araceli. Este capítulo,
así como el siguiente son importantes en lo que se refiere a la caracterización de Medio-
",
D
Hombre. El primero de ellos contiene el retrato del personaje, y el segundo la primera E
intervención directa de aquél, así como un largo excursus del narrador acerca de la peculiar O n
forma de hablar de Marcial. Detengámonos en ambos puntos: -- m
"Marcial (nunca supe su apellido), llamado entre los marineros Medio-Hombre, había O
sido contramaestre en los barcos de ,guerra durante cuarenta años. En la época de mi E
2
narración la facha de este héroe de los mares era de lo más singular que puede imaginarse. -
Figúrense Vd., señores míos, un hombre viejo, más bien alto que bajo, con una pierna de palo, 3
el brazo izquierdo cortado a cercén más abajo del codo, un ojo menos, la cara garabateada -
por multitud de chirlos en todas direcciones y con desorden trazados por armas enemigas -
0
m
E de diferentes clases, con la tez morenay curtida como la de todos los marinos viejos, con una O voz ronca, hueca y perezosa, que no se parecía a la de ningún habitante racional de tierra g
firme, y podrán formarse idea de este personaje, cuyo recuerdo me hace deplorar la sequedad n
de mi paleta. pues a fe que merece ser pintado por el más diestro retratistan5. a
L
Hasta aquí las palabras de Gabriel que son pocas pero expresivas, aunque a él le A n parecieran pobres y falseadoras de la realidad. Sus miembros mutilados, su rostro moreno n
n
y surcado de cicatrices y su voz son los tres elementos que aparecen. Pero bastan. No es una $
5
etopeya detallada ni canónica, que empiece por la cabeza y acabe en los pies, deteniéndose O
en el color del cabello, de los ojos, en la sonrisa, el modo de andar, etc ... Sólo una pata de
palo, un ojo ausente y un muñón, sólo una tez curtida y castigada, sólo un timbre de voz
extraordinario. Pero bastan.
Todos estos caracteres creemos que apuntan al propósito Galdosiano de pintarnos un
personaje extraordinario, mitiificado y algo irreal, lo que va más allá de su consideración de
mero símbolo del declinar de la marina española, tópico, éste último, repetido por parte de
la critica6, Pero además de estas notas de cierto espiritualismo y simbolismo, que luego
imntentaremos completar al hilo del relato, Marcial es un personaje vivo y como tal Galdós
le confiere un particularísimo modo de expresión, que trataremos de analizar.
Gabriel nos añade unos datos biográficos y unas referencias a su modo actual de vida
hasta enlazar con el presente en el que acompaña a D. Alonso en sus ensueños marineros.
"Su vida es la historia de la marina española en la última parte del siglo pasado y principios
del presente". Así resume el narrador el impresionante "curriculum" de Marcial. Retirado a
los sesenta y seis años no por falta de brios sino de cuerpo, vive con su hija y su familia,
cuidando de su nietecillo y alternando con el viejo capitán.
IV CONGRESO WDOSIANO m
En el capitulo IV, como hemos anunciado, se contienen las primeras palabras de Marcial,
al que ya hemos podido oir páginas atrás, pero del que sólo escuchamos 'una tos recia y
permnan7.
Como se encarga el narrador de señalarnos, el habla de Marcial es particular y digna de
comento. A mi entender, esta intervención del narrador es excesivamente larga y resta
frescura a la caracterización del personaje, pues se adelanta a las propias palabras de éste
y a las conclusiones que ha de sacar el lector "a posteriorins.
Gabriel clasifica a los marinos como una raza aparte en lo que se refiere al dominioverbal.
Esta especial etnia, a la que el órgano de la lengua estorba, se caracteriza por varios puntos,
según Gabriel: convertir verbos en nombres y viceversa, aplicar el vocabulario de navegación m
a todo y asimilar en particular al hombre con un navio, inventar palabras de la nada, dar D
nombres estrafalarios a los oficiales ingleses. E
Estos cuatro puntos están ampliamente documentados en los parlamentos del viejo O
n -
mutilado, pero hay más que Gabriel se olvida (afortunadamente para los críticos) y que - m
O
veremos posteriormente. E
E
Convertir verbos en sustantivos y viceversa: "el inglés no se larguea y siempre ataca por 2
sorpresa", "principiaba a amanecer", "musiqueo" , "plabreo ", "se candilean ". -
Aplicar el vocabulario de navegación a todos los órdenes de la vida especialmente al 3
cuerpo humano asiinilado a un navío. De entre estas comparaciones algunas son típicas: B
"donde manda capitán no manda marinero : pero otras son más personales: "he tenido un m
E
farol como un lince ",tiene pocofarol: "pedíamos a Dios que nos pusiera unfarol en cada O
dedo': referido a un ojo; "dos mil hombres apagaronfuegos, "Dios qu&o que no mefiera
apique tanpronto : ambas, expresiones de la muerte; "nosemehapuesto lapopade ningún n
E inglés: la persona; "barco sin lastre no navega: el hombre sin alimentacion muere: por
-
a
último, otras expresiones son indescifrables: "manque los pelosse nos hicieran cañones: 2
n
"esregabacho tiene un peluquero para rizar lagaviay cargar las velas con tenaci¿las". n
n
~nvencar palabras de la nada: "esparranchb", "se encabrillb ", "cuchipandu cc", 3
xniqueleando '', O
Dar nombres estrafalarios a oficiales y ciudades inglesas por su desconocimiento de la
fonética inglesa: "Plinmuf'por "Plymouth", el tío Calambre" por Collingwood, "el tíoPeroln
por Calder; "Monsieur Cometa" en vez de Monsieur Villeneuve, nombre tomado de un
sainete, apunta el narrador, lo que refleja por otra parte que el personaje no es ajeno a los
medios de transmisión de cultura, pero a su nivel, un sainete, pieza breve popular.
Pero además, Marcial comete muchas otras irregularidades:
Alteración de palabras (rasgo que le acerca a Sancho Panza, el eterno prevaricador del
lenguaje). Algunas las confunde por su parecida fonética y produce un efecto cómico en el
lector. Es este un recurso ampliamente utilizado en El Qugote". Veamos algunos ejemplos:
"comestibles" por 'combustible", "comodón " por ucommodore", "solución " por "absolu-ción".
Las conjunciones o locuciones conjuntivas son objeto de particular deformación:
"anque, manque" por "aunque", "dende, denque" por "desde que", hantimás" por "cuanto
más", "pospaeso"envez de "pues para eso". Y otras alteraciones: "entavía"por "todavía",
"haga" por "haya", "pantasmas" por "fantasmas*. Alteración del género: "la condenada
reuma " por "el condenado reuma".
m BIBLIOTECA GaldóslANA
uso de expresiones o interjecciones para caracterizar la alegría, la sorpresa, la indigna-ción,
el movimiento, el mido: "zapataplús ","jqué batahola!: jqué julepe! ", "jcátate qué
. . . !: "en un guiñar del ojo que. .. : "salir de Guatemala para entrar Guatepeor", "esto está
muy guapo dicho".
Utilización de diminutivos con distintas funciones expresivas: "calenturillas: "ahorri-llos",
para quitar importancia, "oJicialilfo" , despectivo; "Gabrielillo: "sardiniya ", cariño-s0'
O.
Redundancias: "veremos a ver si vemos ".
Personificaciones: "La Santa Bárbara ... y esa señora no se anda con bromas: "cuatro
señorHragatas: "a una bala le dio lagana de quítame la pierna
Comparaciones: "unanochemásl arga que barrrilde chapatote :" nuestrafr agata tenia
más agujeros que capa vieja : "más larga que e2 Camino de Santiago
Expresiones de una religiosidad popular y sencilla que alcanzará su culminación en su
última confesión, como veremos: "Nosotros navegábamos conJados porque ni de perros
herejes moros teme la traición, cuantísimas de un inglés que es civily al modo de cnsnano.
Pero no, e[ que ataca a traición no es ~nkti'4~s0in, o un salteador de caminos 1"Vir-een del
Carmen, la quese armó ", invocación a la Virgen bajo la advocación del Carmen, patrona del
mar, que será frecuente en boca de Marcial. Otros ejemplos: "Nosotros jurábamos,
gritábamos, insultando a Dios, a la Virgen, y a lossantos, porqtlc c2st'patcce qucscdt.sahoga
auno cuando está lleno de coraje hasta la escotilla > "si ellos están en el cielo, no quiero ir",
"a aquellos herejes el demonio pegójego '; "EnJn ... Diosy la Vigen del Carmen vayan con
nosotrosy nos libren de amigosjrancesesporsiemprejamásamén :re medando una oración
litúrgica oída en la iglesia, para terminar un discurso ante la tripulación. Recurso que se
repite dos páginas más adelante: "lo que digo es que Dios nos saque bien y nos libre de
franceses por siempre jamás amén Jesús".
Pero para no hartarles a Vds. con la enumeración de estos rasgos, continuaremosel relato
y dejaremos a un lado la descripción del habla rica, persoiial, deformadora de nuestro viejo
personaje.
Al final de este mismo capítulo IV, el narrador recupera la voz y nos relata la actuación
de Marcial y D. Alonso a los que retrata "como escolares bulliciosos que pierden de vista al
maestro" 1 1 , y nos pinta a Marcial jugando e imitando con sus reducidos miembros los
movimientos de los barcos. Al oir al maestro, esdecir a Dña. Francisca, disimulan y recuperan
su compostura.
La parodia continúa en el capítulo VI en el que el narrador nos describe al trio formado
por amo, criado y viejo marino como "una de esas procesiones en que marchaba sobre
vacilante palanquínun grupo de santos viejos yapolillados . . . " 1 2 . La figura del marino pierde
protagonismo hasta el capítulo IX y sólo nos aparece interviniendo en la conversación de los
señores para dar datos exactos sobre barcos y cañones. Es curioso apuntar cómo sutilmente
vuelve a aparecer este personaje en el modo peculiar de hablar, pero en boca de Gabriel. Este,
contagiado por Marcial, recuerda que les comentó a sus viejos amigos de la Caleta: "que
Monsieur Corneta era un cobarde y que la próxima función sería buena"I3. El fenómeno, tan
cervantino y del que Sancho es principal protagonista, de las limitaciones de tono y forma
de hablar funciona aquí en pequeñas dosisI4.
En los capítulos IX, X y XI, que narran la parte central de la batalla, volvemos a recuperar
la figuradelviejo mutiladoy de nuevo comprobamos sus lastres idiomáticos, sus peculiarísimos
giros y expresiones. Gabriel califica de "conferencias" los parlamentos de Marcial ante los
marinos de 'pura raza", aquellos que se han embarcado voluntariamente y que aman y
conocen el oficio. Y es que Marcial se permitía disertar acerca de las causas diplomáticas y
políticas de la guerra, haciendo suyos muchos de los embustes y exageraciones del señor
Malespipna, el curioso personaje Galdosiano que engaña sistemáti~amente'~.
Marcial hace de altavoz de las maniobras de botadura de laescuadra desde su privilegiada
posición en el Santísima Trinidad. La familiaridad a la hora de nombrar a los almirantes:
";Qué pesado está don Federico!", "Allá va monsieur Corneta!'; "jBien por papá Jpzacio!",
y su propia explicación de la estrategia que va acompañada por un coro de "rumores", "7
D
"grandes muestras de asentimiento", "aplausos" ... son las notas más características de sus E
solemnes intervenciones. O
n
Gabriel nos va relatando la batalla citando en auxilio de su opinión la gran autoridad de -- m
O Marcial, quien tras sus conferencias se había alzado "desde la profesión naval hastala ciencia E dipl~mática"'~. S
En los momentos más sangrientos y difíciles de la refriega, Gabariel nos pinta al marino -
como numen mítico que inspira valor a los guerreros, carácter subrayado también por el 3
nombre del personaje: Marcial, cualidad del soldado, derivado de Marte, dios de la guerra. --
Aunque "su cuerpo mutilado no eracapaz de responder al heroísmo de su alma"I7, los apuros 0
m
E
de la proximidad del enemigo le obligan a multiplicarse y "era a la vez contramaestre, O
marinero, artillero, carpintero, y cuanto había que ser en tan terribles instantes"18. g
Con una herida en la cabeza, sobrellevando sus anteriores mutilaciones y los momentos n a más dramáticos. la voz de Marcial se oía profiriendo bromas y animando a todos: L
'jMuchachos, vengan l a hachas. Metamos este mueble en la alcoba c..) Pedro Abad, A
n
mándales el vino a esos casaconespara que nos dejen en paz(. ..) Huele una hajtade azahar, n
n
camarudu, para que se te pase e[ desmayo ¿Quieres un paseo en bote? Anda. Neison nos i$
convida a echar unas caña.Pg Hasta la última frase que surca el aire antes de que el barco O
sea tomado: "El Trinidad no se rinden
Los capítulos XI al XV conducen al final del heroico marino. Herido de poca gravedad,
come y bebe vino para recuperar energías junto a Gabriel. Ante el peligro de hundimiento
del Trinidad han de saltar a una lancha y cl muchacho asustado busca a Marcial como único
capaz de salvarle, le atribuye, además, el valor de escapar de los ingleses. El marino es el
único que adivina la procedencia del barco que se les acerca, pero nuevamente es herido
cuando el Santa Ana se amotina contra los ingleses. Gabriel sufre por él, ("para mí muy
querido"), el cual es trasladado a otro buque, el Rayo, junto con los oficiales heridos, en
consideración a su avanzada edad.
Merece que nos detengamos en el capítulo XV, pues relata la escena final de Marcial, el
abandono, laconfesión, su muerte. Todo el fragmento se ve aureolado por una estela trágico-heroica
que conmueve.
El Rayo se desencuaderna, y es necesario saltar a una balandra de Chipiona que viene
en su auxilio. Ante el peligro. el ser humano busca primero su superviviencia, y así el único
que queda para ayudar a un pobreviejo, mutilado ygravemente herido, es un muchacho que
m BIBLIOTECA Galdosiana
ante el "Gabrielillo, no me abandones", no puede dejar sólo a su amigo. Todos saltan, el
muchacho duda, Marcial le insta a que se salve pero cuando va a saltar, el más negro vacío
y el más terrible de los silencios le esperan. Sólo puede regresar junto a la masa informe del
Medio-Hombre, abrazarse a él llorando y escuchar sus palabras, su terrible y conmovedora
confesión:
"Animo Gabrielillo, el hombre debe ser hombre, y ahora es cuando se conoce quién tiene
alma y quién no la tiene. Tú no tienes pecados, pero yo sí. Dicen que cuando uno se muere
y no halla cura con quien confesarse, debe decir lo que tiene en la conciencia al primero que
encuentre. Pues yo te digo, Gabrielillo, que me confieso contigo, y que te voy a decir mis
pecados, y cuenta con que Dios me está oyendo detrás de ti, y que me va a perdonarnz0.
De la forma más sencilla e impresionante Marcial repasa, en su asimilada y elemental
cultura cristiana a la que aludíamos, los deberes fundamentales del hombre según los Diez
Mandamientos:
1: Amar a Dios: Marcial se confiesa cristiano, católico, ')?osróiico", romano.
2% Honrar el nombre de Dios: Marcial dice ser devoto de la Virgen del Carmen.
3: Santificar las fiestas: Lleva veinte anos sin sacramentos, pero lo achaca al servicio
de la marina, y asegura que ha estado a punto esta última semana de ir a la iglesia.
5: No matarás: Dice haber dado palos a su mujer que era muy "churra", se medio
arrepiente de ello. Perdona a todos, franceses y "casacones" incluidos.
79. No robarás: "No he robado ni la punta de un afiler:
P. NO decir mentiras ni falsos testimonios: "Ni he dicho más mentiras que a[guna que
otra para bromear?
Y resumiendo: "Yo amo a Diosy estoy tranquilo ". No puede haber frase que compendie
mejor lo que ha de ser la buena muerte desde el punto devista humano y cristiano. Y no puede
haber mejor conclusión: amar a Dios y estar tranquilo.
Y sus últimas frases, como en el fragor de la batalla, las dedica con enorme entereza a
animar a los otros, a su pequeño y asustado compañero:
"Gabrielillo, abrázate conmigo y apriétate bien contra mí. Tú no tienes pecados, y vas
a andar finiqueleando con los ángeles divinos (.. .) La muerte del que se ahoga es muy buena:
no te asustes ... abrázate conmigo. Dentro de un ratito estaremos libres de pesadumbres, yo
dando cuenta a Dios de mis pecadillos, y tú contento como unas pascuas danzando por el
cielo que está alfombrado con estrellas, y allí parece que al modo la felicidad no acaba nunca,
porque es eterna que es como dijo el otro, mañana y mañana y mañana y al otro y
siempre ..."2L.
Así acaba su andadura, o su botadura, este viejo personaje Galdosiano, primero de una
lista de heroicos combatiente^^^ que pueblan las cinco series de los Episodios Nacionales, y
al que hemos querido acercarnos un poco en su acción y su palabra.
Muchas gracias.
N CONGRESO GaldósIAMO m
l LAZAR0 CARRETER, F.: El QuUore 114 Madrid, Fundación German Sánchez Ruipérez, 31-X-89.
* Para la inmensa bibliografía sobre este aspecto del QuQore, vid. FLORES, RM.: Sancho Panza,
rhrnugh 375yem gfcontinuntrons, imitnh'onsn ndcriticism, 1615-1980,N ewark, Delaware, Juan de
la Cuesta, 1982.
Vid. censo de personajes de la edición de SAINZ DE ROBLES, FC.: Obras, Madrid, Aguilar. 1979;
o BARR, GLEN R.: "A census of the character of the EpisodiosNucÍonu¿es of B. Pérez Galdós" (Ph. D.
dissertation, University of Wisconsin, 1937), 306 leaves.
Este paralelismo no lo he visto señalado en obras que tratan del cervantismo de Galdós,
generalmente porque se circunscriben alas novelas. Vid. CORREA, G.: "Tradición mística y cervantismo
en las novelas de Galdós 1890-97", en Hispania, LII, 4, 1970; HEKMAN, J. CH.: Don Qugote and the
novek oJPérez Galdós, A&, Oklahoma, East Central Oiúahoma State College, 1955; ELIZALDE, 1.:
"Cervantes y las novelas gddosianas", Madrid, Antrhopos, Actas d d l l Coloquio Internacional de la
Asociación de Cervantiscas, nov. 89, (en prensa) ; OBAID, AH. : "Galdós y Ce~antes."H ispania, XLI,
(1 958), págs. 269-273; 'La Mancha en los EpisodiosNacionales'; Hispania, XLI, (1958), págs. 42-47;
"El QuQoreen losl;ioisodiosNaciona/es>U npublished Doctoral Dissenation, Univ. of Minessota, 1953;
"Sancho Panza en los Episodios Nacionales", Hispania, XLIII, (1 959). págs. 199-201. Ricardo Gullón
en "Los EpísodiosNacionales: la primera serie "en PhiIologicuZQuarter/y, LI, 1,1972. escribe: "Araceli,
superada la teritacibri de lo pícaro, se deja llevar a lo yuijotesco de una salida y de una aventura de la
que no podia esperar provecho material, aunque si gloria (. . .) la novela caballeresca y no su caricatura
sirve de pauta para lo que sigue. donde no faltará ni siquiera un amor cortés, el de Gabriel por Rosita".
señala también en nota cierto quijotismo en la salida de Don Alonso y Gabriel, pero no nombra para
nada a Marcial. Fernández Montesinos en GaZdÓsl, Madrid. Castalia, 1968, también indica algo acerca
de la parodia quijotesca dé esta salida. Por otra parte, nuevos rasgos del ce~antismog aldosiano
aparecen a lo largo de susEp:pisodiosNacionalesM. encionaré sólo unos cuantos: Gabriel dice haber leído
solamente un libro: El Quoote; en la página 470 se contiene una bella evocación de la figura del Quijote
en su caminar por laMancha, cuando Gabriel. Marijuan y Cantorcaz atraviesan esta región; el escrutinio
de la librería que hacen Amaranta, el P. Salmón y el P. Castillo es parodia indudable del Famoso de D.
Quijote.
Galdós, Episodios Nacionales, ed. citada, pág. 187. Citaré siempre por esta edición.
m BIBLIOTECA Galdosiana
Vid. DEN N IS. Ward H. : Pérez Galdós: a sRl@ in characten'tation "Episodios Nacionales" First
Series, Madrid, Suc. Rivadeneyra. 1968, pág. 63-65. 'Marcial represents the decline of the Spanish
navy, and his life traces it battle by battle".
Nueva incidencia en lo irracional del personaje.
Guilbn en el art. cir. analiza el papel del narrador y no hace referencia a este excursus.
Vid. mi artículo 'Simplicidad, ingenuidad y temperamentabilidad en el lenguaje de Sancho"
Madrid, Anthropos. Actas del IICuluquio IRte~Raci~na/dlae A sociación de Cervantr'sm, nov. 89, (en
prensa).
lo Vid NMEZ FERNANDEZ. E.: "D. Benito Pérez Galdós" en Eldiminutivo:H iston'a,~uncionese n
el español clásico y moderno, Madrid, Gredos 1973.
l1 Pág. 193.
l2 Pág. 198.
l3 Pág. 205.
l4 Vid. nuevamente mi art. cit.
'S Este personaie que según Baquero Goyanes en Perspechvism0.y contraste, Madrid, Gredos, 1963,
pag. 77 enlaza con la tradición del Barón de la Castaña. me ha llamado profeticamente por cumplirse
(por ejemplo lo que se refiere a la invencibn del barco de vapor) introduce una ambigüedad que lleva
a preguntarse c~iáless on los limites entre verdad y mentira. Destaca también. dentro del gusto tan
cewantino de Galdós de escoger nombres expresivos, el nombre de Malespina, es decir 'mala espina",
persona huesuda de mal talante, de poco fiar. Creo interesante indicar el paralelismo de este personaje
con otro de La Cortede CarlosIli que tiene además bastante protagonismo en el conjunto de la primera
serie, el diplomático, tío de Amaranta, por su afán de hacerse el importante, y por sus exageraciones,
no embustes. El propio narrador señala La coincidencia, y en Bailen aparecen juntos los dos personajes.
Por último, puede quizás hablarse también de paralelismo con D. Santiago Fernández, 'El Gran
Capitán", que en Napoleón en Chamartín juega un importante papel. Este personaje carece como los
dos anteriores del sentido de lo real por su exagerado patriotismo que lleva a negar la evidencia del
fracaso. Pero su bondad natural y su heroica muerte mas lo aproximan a Marcial.
l b Pág. 215.
l7 Pág. 220.
l8 Pág. 222.
l9 Pág. 222.
20 Pág. 246.
Pág. 247.
22 Entre estos destacan Pacorro Chinitas, que se puede poner en contacto con Marcial por su baja
extracción social. es amolador. por su especial clarividencia para ver y juzgar la realidad política, y por
su heroica muerte. También podnamos hablar de Pujitos al que lo acerca a Medio-Hombre su gusto por
lanzar arengas en público y, sobre todo, su mal hablar que merecería otro estudio detallado. En menor
medida puede seaalarse la similitud con Santurrias, orador también y herido en la lucha. Gabriel
comparte con otro personaje, Don Celestino Santos del Malvar. otra vez la terrible experiencia que vivió
con Marcial: prepararse para la muerte. ver morir a su compaiiero y salvarse milagrosamente.
Paradójicamente en el primer caso el personaje se confiesa con él y en el segundo, cl cura Ic sosiega su
conciencia a él, a la vez que también hace un repaso de su propia vida, (pág. 451). Un personaje
femenino muy curioso de Napoleón en Chamaron, La Zaina, verdulera cortesana, nos recuerda a
Marcial en el modo de hablar deformado. Otro personaje, esta vez de Zaragoza, tiene diversas
similitudes con Marcial. Es el "infeliz lisiado" del principio. que acaba en las rodillas. tiene un apodo
peculiar "Sursum Corda" y es extraordinariamente parlanchín, (pág. 658).