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LAS FÓRMULAS SUPERLATIVAS EN LAS NOVELAS DE TORQUEMADA DE GALDÓS
SUPERLATIVE FORMULAS IN THE TORQUEMADA
SERIES OF GALDOS
Chaofang Wang
RESUMEN
El objetivo de esta comunicación es analizar las fórmulas superlativas en las novelas de la serie de Torquemada. En primer lugar, haremos una búsqueda cuantitativa para comprobar sus usos en dichas nove-las. Hallamos diversas fórmulas como el uso de harto, -ísimo, muy, bien y los prefijos superlativos. La pecu-liaridad de Galdós es la ingente creatividad con el uso de los prefijos requete-, archi-, re-, ultra-, extra- y sobre- con palabras como requetefina, sobredorada… Por otro lado, según Serradilla (2004, 2008), las dife-rentes fórmulas superlativas se emplean en distintos ámbitos sociales. Y hemos localizado el personaje en el que pronuncia cierta fórmula superlativa para de-terminar su carácter social, comprobando que se en-cuentran casos del prefijo re- pronunciados por far-macéutico, buñolera..., mostrando la creatividad de Galdós hasta las combinaciones entre diferentes inten-sificadores (muy rebonitas, muy requetedamas).
PALABRAS CLAVE: expresividad de Galdós, prefijos superlativos, superlativos cultos y populares, sociolin-güística.
ABSTRACT
The aim of this paper is to analyze the superlative formulas in the novels of the series of Torquemada. First, we will do a search to check quantitative uses in these novels. We found different formulas and the use of harto, -ísimo, muy, bien, and superlative prefixes. The peculiarity of Galdos is the enormous creativity with the use of the prefixes requete-, archi-, re-, ultra-, extra- and sobre- with words like requetefina, sobre-dorada... On the other hand, according Serradilla (2004, 2008), different superlative formulas used in different social settings. And we located the character that pronounces some superlative formula to determine its social character, we have found that the cases of prefix re- are used by pharmacist, bunolero …, showing the creativity of Galdos to the combinations between different superlatives (Muy rebonitas, muy requetedamas).
KEYWORDS: expressiveness of Galdós, superlative prefixes, cult and popular superlatives, sociolinguis-tics.
El motivo de dedicar a Galdós este estudio es que es, de hecho, el escritor más productivo en el empleo de las distintas fórmulas de intensificación en el siglo XIX. Hemos analizado las diferentes combinaciones que emplea y observamos que, en muchos casos, recurre a adjetivos que, según la norma, no deberían aceptar la gradación superlativa, o, incluso, encontramos casos en los que los in-tensificadores modifican al sustantivo y al adverbio. Esta capacidad creativa nos ha empujado a estu-diar con mayor profundidad la obra de Galdós.
En esta comunicación1 vamos a tratar las fórmulas superlativas en las novelas de la serie de Tor-quemada. Para empezar, sería imprescindible hacer algún apunte sobre el lenguaje usado por el autor. Isabel Román (1993,10) revela que en las obras de Galdós la inflación de calificativos, el estilo ampu-loso, el superlativismo, devalúan el sentido. El superlativismo, según considera, es tan caricaturesco que se desacredita como sentido y, convertido en cliché, denuncia en él «la retórica».
Las posibilidades de superlación son muy variadas durante los siglos XVIII y XIX. Un ejemplo de variedad lo encontramos en las obras de Galdós analizadas, en las que se pueden ver formas perifrásti-cas con asaz, muy, bien o harto, la forma sintética con –ísimo o prefijos como re-, archi-, requete-, etc.
Universidad Autónoma de Madrid.
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Veamos una a una estas fórmulas. En cuanto a asaz, Galdós solo lo emplea en 4 ocasiones, en comparación con su alta presencia, con 252 casos, en el siglo XIX.2
En los cuatro casos mencionados de uso de asaz en las obras de Galdós (ninguno en las obras de Torquemada), encontramos que esta palabra es pronunciada exclusivamente por personajes cultos como D. Pedro Hillo (el buen clérigo): «como pueden ustedes suponer, asaz dificultosa» (Pérez Galdós, Vergara, 1899). O el caso pronunciado por el D. Beltrán de Urdaneta (personaje noble): «Mi calavera, asaz expresiva en sus ojos huecos» (Pérez Galdós, La estafeta romántica, 1899), o en la pro-pia descripción de Galdós: «Sola salió muy de mañana, y volvió asaz contenta» (Pérez Galdós, El terror de 1824, 1877); «por la contumacia de su carácter asaz soberbio» (Pérez Galdós, La familia de León Roch, 1878), lo que da cuenta del carácter elevado de esta fórmula.
En cuanto a la estructura de asaz, Galdós ha empleado 2 casos de asaz con adjetivo predicativo (volvió asaz contenta, fue asaz dificultosa) y 2 casos de sustantivo + asaz + adjetivo (carácter asaz soberbio; calavera, asaz expresiva). No hemos encontrado casos en que asaz modifique al adjetivo antepuesto al sustantivo.
MUY
Al tratar de la combinación de muy con adjetivos, adverbios, sustantivos o locuciones, se presenta una distribución interesante: 4 casos de doble intensificación:3
1.- «Heme lanzado a emprender obras muy importantísimas» (Pérez Galdós, Torquemada en el purgatorio, 1894).
2.- «No me canso de repetíroslo, soy un hombre muy humildísimo, muy llano, de cortas faculta-des» (Torquemada en el purgatorio, 1894).
3.- «Me quiere mucho, y otras cosas muy bonitas, muy rebonitas» (Torquemada y San Pedro, 1895).
4.- «Si ya sé que son damas, y muy requetedamas» (Torquemada en la Cruz, 1893).
En alguna ocasión, muy cuantifica a más o mejor, Galdós ha presentado este uso: Me siento mejor, muy mejor (Torquemada y San Pedro, 1895). Se presentan otras construcciones como 2 casos de muy + sustantivo (muy niño, muy requetedamas). Muy está normalmente agrupado a un adjetivo o partici-pio, en las obras de Galdós también aparecen más casos de este tipo que del resto de combinaciones, ya que encontramos 133 casos de muy + adjetivo predicativo, y 178 casos de muy + adjetivo atributi-vo. Esta última es la estructura más predominante (frente a 165 casos de sustantivo + muy + adjetivo pospuesto, solo hallamos 13 casos de muy + adjetivo antepuesto al sustantivo como epíteto (muy buen sentido, muy buena sombra...).
BIEN
Es interesante ver que en las obras de Galdós han aparecido varios casos de bien + adjetivo + sus-tantivo como epíteto. Por el carácter popular que representa bien, es curiosa la estructura de la combi-nación como epíteto, ya que el epíteto se considera como un tipo de expresión retórica. De todas for-mas, la presencia de esta construcción es mínima ya que solo hemos encontrado 2 casos de bien con participio y sustantivo actuando como epíteto.
En las novelas de Torquemada, hallamos 21 casos de bien junto al adjetivo con sentido superlativo, la mayoría de ellos están en estructuras sin nombre y como predicativo, encontramos, como acabo de señalar, 2 casos como epíteto y 7 casos de bien pospuesto al sustantivo modificando al adjetivo. Vea-mos algunos de los casos documentados:
Bien + adjetivo + sustantivo como epíteto: 2 casos:
1.- «Frío era intenso en la calle y aun dentro de las bien caldeadas habitaciones» (Torquemada y San Pedro, 1895).
2.- «Estaba muy húmedo, y ninguna falta le hacía en el bien templado gabinete» (Torquemada y San Pedro, 1895). 185
Obsérvese que en ambos ejemplos no está completamente difuminado el valor modal positivo. Otra construcción que encontramos es bien junto al adjetivo pospuesto al sustantivo, véase los siguientes ejemplos:
1.- «Los minutos como horas, y estas como días bien largos» (Torquemada en la Cruz, 1893) -Descripción del autor.
2.- «Siempre y cuando yo le dé cuenta y razón bien clara de todos los pecados» (Torquemada y San Pedro, 1895) -Torquemada.
Por otro lado, también hallamos bien junto al adjetivo predicativo como en los siguientes ejem-plos:
1.- «¿Está usted bien seguro de lo que dice?» (Torquemada y San Pedro, 1895) -Descripción del autor.
2.- «La tuya es bien chiquita, y la de su papá no choca por grande» (Torquemada y San Pedro, 1895) -Augusta, madre de Fidela, mujer de una familia aristocrática.
Por último, hay que destacar que en las obras de Torquemada, según el CORDE, encontramos 21 casos de bien con sentido claro como superlativo, esto nos indica que el lenguaje de Galdós también ha demostrado ser de tono coloquial y cercano a la realidad.
HARTO
Según Serradilla (2004, 117), en el español clásico, a excepción de la obra de Santa Teresa, harto no ha sido una estructura de uso frecuente pero sí aparece en otros muchos autores de la época. En la época analizada va aumentando su presencia y, a la vez, especializando su uso en textos cultos y prácticamente no aparece en el lenguaje coloquial. Respecto a la obra de Galdós, hemos de decir que en la serie de las obras de Torquemada, solo se utiliza harto en dos ocasiones en descripciones de Galdós de personajes de clase elevada: el señor Marqués; el tipo aristocrático:
1.- «Aquel día tuvo el señor Marqués buen apetito, y comió de cuanto llevaron a la mesa, sin que nada le hiciera daño, cosa rara, pues sus digestiones habían llegado a ser harto difíciles» (Torquemada y San Pedro, 1895).
2.- «El tipo aristocrático presentaba en ella una variante harto común» (Torquemada en la Cruz, 1893).
En las novelas de Torquemada no aparece como epíteto, aunque sí descubrimos casos del adjetivo pospuesto al sustantivo (en la variante harto común) y de predicativo. En otras obras de Galdós, sí encontramos algunos casos de anteposición, aunque sigue siendo muy infrecuente:
1.- «A ponerlas en el son debido, las harto tirantes o harto flojas cuerdas de tus nervios» (De Oña-te a la Granja, 1876).
2.- «La concentración tardó en efectuarse por estar harto diseminadas estas fuerzas» (De Cartago a Sagunto, 1911).
Desde una perspectiva sociolingüística, el uso de harto en las obras de Galdós se observa en las clases cultas y en las descripciones del autor: el médico (Moreno), Don José Ido, el fraile, o el histo-riador (Don Tito)..., que pertenecen a la clase más culta. Según nuestro estudio sobre el uso de harto en las cartas y los sainetes se encuentran pocos casos.
Serradilla (2008, 607) afirma que en español actual su frecuencia de uso en la lengua oral es míni-ma, salvo en fórmulas semifosilizadas como harto sabido, harto conocido, harto difícil... y que ha quedado relegado, como arcaísmo, a la escritura formal. La situación de harto en la obra galdosiana coincide con lo que propone Ana Serradilla, los datos obtenidos de harto en la serie de Torquemada son mínimos, pero sí hay un caso de harto difícil, lo que confirma la evolución de harto a la que hace referencia esta autora.
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-ÍSIMO
Entre todas las obras de Galdós aparecen 5834 casos de –ísimo, y en la serie de Torquemada, 370. En cuanto a la posición que ocupa -ísimo, encontramos un mayor número de casos de anteposición, como epíteto en estructuras más cultas (144 casos), 119 casos con el adjetivo pospuesto al sustantivo y, por otro lado, la estructura verbo + adjetivo + ísimo/a es la menos utilizada (solo 107 casos).
Los casos de anteposición nos permiten ver que Galdós prefiere la forma sintética como epíteto, aunque con una mínima diferencia como acabamos de señalar. Aquí presentamos dos casos de ellos:
1.- «¡Qué dirá la nación, qué la humanidad, qué el mismísimo Ser Supremo!...» (Torquemada y San Pedro, 1895).
2.- «Al término de esta galería, una gallardísima escalera conduce a las habitaciones propiamente» (Torquemada y San Pedro, 1895).
Hay que destacar que han aparecido unos adjetivos extremos junto a -ísimo como excelente, sumo (excelentísimo, sumísimo), la mayoría de los casos de excelentísimo son fórmula del tratamiento, mien-tras que de sumísimo, es un caso de –ísimo junto al adjetivo extremo:
1.- «¡Quiere judías... un excelentísimo senador... judías!» (Torquemada y San Pedro, 1895).
2.- ««Con sumísimo gusto... No faltaba más» (Torquemada en la Cruz, 1893).
En nuestro estudio sobre las novelas de Torquemada de Galdós, también encontramos en algunos casos, y con sentido humorístico, la combinación sustantivo + ísimo: «Aquellas delicadísimas seño-ras... ¡por vida del Todísimo!» (Torquemada en la Cruz, 1893).
González Calvo (1992) comentaba que, en el teatro de Lope de Rueda (1505-1565), el uso de –ísimo aparece en personajes de distintos niveles sociales; señalaba este autor que la comicidad se logra también con la superposición de niveles: un personaje de baja condición social puede intentar superar su plano lingüístico al escribir una carta en un imposible discurso amoroso, o para captar la benevo-lencia del interlocutor. En las novelas de Torquemada también podemos localizar esta misma situa-ción, donde se puede encontrar que los personajes de diferentes niveles sociales pronuncian ísimo/a y se localiza también algún uso paródico como el que acabamos de ver en el último ejemplo citado.
A la vista de los datos manejados podemos concluir que, si bien predomina la anteposición, la pos-posición en esta época está absolutamente asentada. Asimismo, hay que señalar que esta fórmula está muy extendida en la obra galdosiana tanto por el tipo de adjetivo al que puede acompañar como por los diversos personajes que hacen uso de ella. Por otro lado, el matiz burlesco, que se observaba en Cervantes y que sigue vivo en la actualidad, también forma parte del estilo de Galdós.
LOS PREFIJOS COMO FÓRMULAS SUPERLATIVAS
Galdós emplea abundantes y variados prefijos para ponderar y expresar la superlación, por ejem-plo, documentamos prefijos como los siguientes: archi, ultra, requete, re, super, supra, extra, etc.
En realidad, en las novelas de Torquemada, hay dos casos con el prefijo requete- (requetefina, re-quetedamas). En las otras obras del autor, encontramos más casos de requete- (requetefinos, requete-usía, requetemerecido, requetebién, requetecivilmente). Galdós combina el prefijo requete- no solo con adjetivos, sino, como veremos inmediatamente, con el adverbio y el sustantivo, y lo pone en la boca de personajes de diferente nivel social, incluyendo al autor, es decir el yo del narrador.
Se proponen a continuación algunos de los ejemplos localizados:
Requete- + adjetivo:
«Toda ella pulcra, decente, requetefina, despidiendo de su persona» (Torquemada en la Cruz, 1893).4
Requete- + sustantivo:
«Si ya sé que son damas, y muy requetedamas?» (Torquemada en la Cruz, 1893).5
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Es digno de mencionar que esta frase es pronunciada por Don Francisco de Torquemada. José Mar-ía Navarro (1997, 152) habla de la sensibilidad lingüística de Torquemada, diciendo que Galdós ha mostrado el proceso de adquisición de un lenguaje más elevado en este personaje, desde el lenguaje vulgar en su período inicial de aprendizaje; luego, por el intento de cambio de nivel, empieza a emple-ar los estereotipos del lenguaje pequeño-burgués. En este caso, Torquemada está en el período inicial de aprendizaje, mostrando una creación coloquial del prefijo requete- junto al sustantivo damas. Apar-te de estos casos en las novelas de Torquemada, en el resto de las obras de Galdós también se docu-mentan varios casos:
1.- «Porque yo soy muy reseñorona y muy requete-usía» (El 19 de marzo y el 2 de mayo, 1873) -frase pronunciada por la Primorosa-buñolera.
2.- «Está a ese botarate lo que le pasa; pero muy bien requetemerecido» (Realidad. Novela en cinco jornadas, 1889) -frase pronunciada por Bárbara-hermana de la criada de Federico.
3.- «Porque soy muy ordinaria y ellos muy requetefinos» (Fortunata y Jacinta, 1885-1887). -frase pronunciada por Fortunata.
También se documentan algunos casos en los que este prefijo acompaña a un adverbio:
1.- «De cuyos balcones se ha de ver muy requetebién toda la comitiva» (Los Apostólicos, 1879) -Frase pronunciada por Don Benigno.
2.- «Y á la madrugada estábamos ya casados requetecivilmente...» (Amadeo I, 1910). -Frase pro-nunciada por Ruiz-gobernante.
Gregorio Salvador ha estudiado que en el siglo XVIII estos prefijos fueron esenciales en la forma-ción de un nuevo léxico. En Latinoamérica se suele ver todavía este tipo de prefijación, por ejemplo, en Chile se usa re-, recontra- y requete-. En Colombia se usa el prefijo re- para la intensidad también. En Galdós también se documentan varios casos del prefijo re-; en la serie de Torquemada, presenta dos de ellos, que demuestran la expresividad en el lenguaje de Galdós.
1.- «Que me quiere mucho, y otras cosas muy bonitas, muy rebonitas» (Torquemada y San Pedro, 1895) -Cruz, cuñada de Francisco de Torquemada, de una familia aristocrática arruinada.
Además, aparte de en las novelas de Torquemada, Galdós ha utilizado este prefijo en más ocasio-nes en sus obras:
1.-«Yo soy muy reseñorona y muy requeteusía, y sé dar pa el pelo, y vivan los farolones de Ma-drid» (El 19 de marzo y el 2 de mayo, 1873)6 -la Primorosa-buñolera.
2.- «Pues, entonces, ¡córcholis, recórcholis!, ¿adónde vas?» (Marianela, 1878) -Celipín: Niño que quiere ser médico. Es hijo de Centeno, Centeno es capataz de las minas.
3.- «Qué blanquita estás, mamá... ¡y qué rebonita!» (Tormento, 1884) -Hijo de Rosalía.
Rodríguez Marín (1996) afirma que, en cuanto a la lengua de los estratos socioculturales más ba-jos, Galdós ha sido el novelista más proclive a recrear sus rasgos verbales específicos. A lo largo de las novelas de Galdós, a partir de La desheredada, se encuentran dos tipos diferentes de alusiones concernientes a la lengua vulgar. En el nivel léxicosemántico, Rodríguez Marín encuentra exclama-ciones y muletillas degradantes (hostia, re-hostia, en Fortunata y Jacinta, pp. 543, 544, 545, 546...), eufemismos (puño, puñales, repuñales, en La desheredada y en Fortunata y Jacinta). En este sentido, sabemos que en Galdós tampoco falta la expresión intensificada como el prefijo superlativo re-.
El prefijo griego archi- se ha difundido mediante formaciones originariamente humorísticas (el pre-fijo archi-, procedente a su vez de ambientes eclesiástico–jerárquicos, ha desarrollado un matiz paró-dico): archibonito, archimalo, archifresco, archisabido. En las novelas de Torquemada de Galdós, no hemos visto casos donde aparezca este prefijo, pero en otras obras de Galdós, señalamos 6 casos de uso de archi (archi-bravísimo, archiengorrosa, archi-delicadísima, archipequeño, archipasmado, archi-excelentísima, archiduquesa). En el caso de este prefijo, encontramos que Galdós no solo lo 188
emplea con adjetivos sino también lo extiende a los sustantivos. Y este prefijo también es pronunciado por personajes de diferente nivel social, además del yo del narrador.
Galdós también utiliza la doble intensificación archi- más –ísimo/a para reforzar la expresividad en varias ocasiones:
1.- «Bien, bravísimo, archi-bravísimo -exclamó el vagabundo» (El terror de 1824, 1877). -Frase pronunciada por el vagabundo.
2.- «Hablarte de una cosa grave, delicada, digo mal, archi-delicadísima» (Los Apostólicos, 1879). -Frase pronunciada por el yo narrador.
3.- «Le daré yo el superlativo de archi-excelentísima, pues era muy buena» (Cánovas, 1912). -Frase pronunciada por el farmaceútico Segismundo Ballester.7
No se localizan casos del prefijo extra-. Respecto al prefijo sobre-, solo hemos localizado un caso con adjetivo:
1.- «En fin, muy de su época, o de sus días, informado espiritualmente en una vulgaridad sobredo-rada» (Torquemada en el Purgatorio, 1894). -Descripción del autor.
Aunque no hemos encontrado el prefijo ultra-en las novelas de Torquemada, sin embargo, en algu-nas de sus obras de los primeros años del siglo XX Galdós ha utilizado este prefijo combinándolo con diferentes adjetivos para expresar superlación:
1.- «De un sentido, más que exótico, ultramundial» (La de los tristes destinos, 1907). -Descripción del autor.
2.- «Si por la doctrina ultra-reaccionaria que profesó fue odioso a muchos» (O'Donnell, 1904). -descripción del autor.
3.- «Pensaba que todo aquel aparato ultrasensible» (El caballero encantado, 1909).-descripción del autor.
CONCLUSIÓN
A partir de lo que hemos estudiado sobre la superlación en la serie de Torquemada de Galdós, po-demos confirmar que Galdós hace uso de los más variados recursos: prefijación, fórmulas analíticas y el superlativo sintético -ísimo. Hemos analizado todas estas expresiones del superlativo absoluto y hemos atendido a la preferencia de cada una de ellas por determinados adjetivos y por determinadas construcciones. Se puede decir que muy ha sido la fórmula más usada por Galdós, sin embargo, no debemos olvidar que Galdós ha empleado otras fórmulas superlativas para dar estilo a sus personajes como asaz, bien, -ísimo, harto y los prefijos superlativos.
La peculiaridad de Galdós es la ingente creatividad con el uso de los prefijos. Los que más destacan son requete-, re- y archi-. En nuestro estudio hemos podido ver que el empleo de los prefijos requete- y archi- con sentido superlativo en los siglos XVIII y XIX es escaso. Incluso en el siglo XVIII no encon-tramos ningún caso de uso del prefijo requete-. A pesar de ello, Galdós acuña varios vocablos con estos dos prefijos para intensificar los adjetivos y hasta los combina con el superlativo sintético -ísimo en estructuras de doble intensificación.
Por otro lado, por lo que respecta a las fórmulas analíticas, debemos señalar que dos fórmulas su-perlativas como asaz y harto mantienen la situación del español clásico (Serradilla: 2004) ya que asaz se restringe a un ámbito culto y harto, que había sustituido a asaz ya entrado el siglo XV, en las obras de Galdós, se observa pronunciado por personajes cultos y por el autor, Galdós, como descripción.
En cuanto al superlativo sintético -ísimo, es ya una forma muy usada y hay que destacar el predo-mino de la anteposición adjetival al sustantivo, preferencia en el orden opuesta a la del resto de las fórmulas como muy y bien. Además, la mayoría de los adjetivos antepuestos son formas cultas, y entre ellos, vale mencionar la alta frecuencia de santo/a como fórmula estereotipada.
Si analizamos los superlativos empleados desde el punto de vista sociolingüístico, podemos obtener un esquema interesante, por ejemplo, respecto al uso de prefijos, podemos apreciar que el uso de ar-chi- se distribuye entre las diferentes clases sociales; así, en los siete casos de archi- documentados, 189
tres casos provienen del propio Galdós y los otros cuatros casos pertenecen al vagabundo, al fraile, y dos usos atribuidos al carnicero. Con el prefijo requete-, encontramos descripciones del autor, y tam-bién se pone en boca de personajes populares como Fortunata (clase baja), Torquemada (en evolución del lenguaje vulgar al culto). Recordemos que, cuando Torquemada pronuncia esa frase (muy requete-damas), está en el comienzo del aprendizaje de lenguaje más culto. Pero también en la clase alta se utiliza este prefijo, tal como lo hace D. Benigno (clase burguesa), por lo que podemos decir que reque-te- ha sido utilizado también por personajes que pertenecen a clases sociales distintas. Por otro lado, también se encuentran casos del prefijo re- pronunciados, en este caso, por personajes tan dispares como un farmacéutico, una buñolera, el hijo de un capataz de las minas, etc., e, incluso, hay que desta-car que varios de ellos son pronunciados por el narrador, mostrando así la creatividad del autor y la coloquialidad de estos usos.
Y al hablar del uso de bien como superlativo, hallamos que la mayoría de los casos proceden del narrador. Según José María Navarro (1997, 162), el narrador emplea la función mimética del lenguaje según sus personajes, utilizando el lenguaje vulgar, popular, irónico, imaginario, del delincuente, etc. El narrador es, de esta forma, como un personaje más. Esto nos confirma la coloquialidad del uso de bien como fórmula superlativa. Por otro lado, también encontramos casos pronunciados por Torque-mada y otros personajes que también emplean -ísimo.
Podemos confirmar de este modo que Galdós ha utilizado fórmulas superlativas en abundancia y ricas en variantes, para lograr la apabullante fuerza expresiva en su lenguaje, pleno de matices colo-quiales de su época.
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RECURSOS ELECTRÓNICOS
Corpus Diacrónico del español (CORDE) de la Real Academia Española en http://corpus.rae.es/cordenet.html 191
NOTAS
1 Agradezco a mi directora de tesis la Dra. Ana Serradilla la lectura previa de este trabajo y sus sugerentes aportaciones.
2 Recuérdese que en estos siglos sigue apareciendo la forma clásica asaz con de, más otras formas y combinaciones de uso.
3 Ya Morreale (1955) hablaba de la doble intensificación en el bajo latín, y aún hoy se observa en expresiones coloquiales “incorrectas” en las que el superlativo solo no basta (por ejemplo, muy guapísimo).
4 Frase pronunciada por el autor.
5 Frase pronunciada por D. Francisco.
6 Ricardo Senabre (1998, 139) dice que «es inequívocamente coloquial el abultamiento de la expresión, el énfasis afectivo, resuelto a menudo en la utilización de formas realzadoras, de prefijos y sufijos de carácter apreciativo».
7 Obsérvese cómo en el propio texto se hace referencia al hecho de que estamos ante una forma superlativa.