Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 4 (2009) 283
ISSN 1698-014X
El salto del pastor canario: orígenes
EL SALTO DEL PASTOR CANARIO: ORÍGENES
Tomás Ramos Rodríguez y Lucio Alberto García Santana1
Toda cultura pastoril que se realice en zonas montañosas ha tenido como una
de sus características universales la utilización de varas o bastones por parte del
pastor para ayudarse en sus desplazamientos. Y aunque los orígenes de los abo-rígenes
canarios se pierden en la noche de los tiempos, la lógica nos lleva a pen-sar
que su especial y novedosa forma de desplazamiento, el salto del pastor, co-menzó
como una derivación del clásico bastón que, adaptándose al terreno y a
las dificultades, fue adquiriendo nuevas técnicas e incrementando su longitud. En
relación con este probable origen aborigen del salto del pastor, los cronistas de
la conquista de Canarias hablan de la asombrosa facilidad de aquellos para des-plazarse
a través de riscos y barrancos ayudándose de largas varas. Además, se han
1 FALTA TEXTO.
Recreación del mundo aborigen palmero.
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encontrado en yacimientos arqueológicos varas largas pulidas y con un cuerno
enderezado al fuego y engastado como punta, que se supone que eran para des-plazarse
con esta técnica.
¿Cómo surgió esta técnica peculiar y por qué? Lo lógico es suponer que cuan-do,
dos mil años antes de Cristo, ciertas tribus bereberes de las montañas del
Atlas norteafricano llegaron a Canarias, tuvieron que adaptar su tradicional ocu-pación,
la ganadería de cabras, al nuevo territorio. El terreno volcánico en ge-neral,
y el canario en particular, es poco sólido, quebradizo, difícil de caminar
cuando el desnivel es fuerte porque las técnicas de trepa, usando manos y pies,
no se adaptan bien. Por tanto, con rebaños de cabras que son muy propensas
a meterse en los riscos y acantilados más difíciles, la vida del pastor recién lle-gado
era complicada. Por tanto, tuvo que adaptarse. De este modo, acuciados por
la necesidad, es de suponer que el cabrero aborigen fue introduciendo cambios
en los bastones que usaba para desplazarse por el monte, dando lugar al salto
del pastor. Y estos cambios, tremendamente sencillos y a la vez geniales, fueron
los siguientes:
Primero, el bastón fue pulido para lograr que las manos se deslizaran a tra-vés
de él. Ya el palo no se agarraba en un punto que servía de empuñadura, sino
Posición de estabilidad.
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que la mano se deslizaba arriba y abajo a lo largo de éste durante el desplaza-miento
del cuerpo al andar, manteniendo los brazos y manos siempre en la mis-ma
posición corporal, pudiendo así hacer más presión y logrando mantener el
centro de gravedad corporal más bajo, lo cual incrementa la estabilidad.
Deslizamiento.
Segundo, el palo adoptaba un grosor de menos a más, de arriba hacia aba-jo,
lo cual facilitaba la frenada al deslizar la mano.
Tercera, el centro de gravedad del cuerpo pasó de apoyarse sobre las piernas
del caminante, a sustentarse sobre el palo. Es decir, ya el pastor no caminaba
sobre sus pies y se ayudaba con un palo, sino que caminaba sobre el palo y se
ayudaba con los pies. Este cambio fue fundamental, pues supone descansar mu-chísimo
el esfuerzo de las piernas, especialmente en los descensos muy pronun-ciados.
Para lograr este cambio de posición del centro de gravedad corporal fue
necesario adoptar una postura más «echada palánte», sobre la vara, y sujetarla con
ambas manos, con las palmas hacia arriba y bien pegada al cuerpo, con el fin
de optimizar el rendimiento de esta técnica e impedir caídas peligrosas.
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Por tanto, y en perfecta lógica, es de suponer que lo primero que lograron
crear los antiguos pastores canarios fue la llamada actualmente «lanza o astia
corta». Es decir, la vara pulimentada que fluctúa desde la estatura del que la usa
hasta los dos metros y pico de larga. Se usa para caminar a través de senderos
de fuerte desnivel, o peligrosos por tener terreno resbaladizo o por ser muy es-
Descenso en vertical. Risco del Puntilla.
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trechos. También puede utilizarse a campo través, sin llegar a dificultades extre-mas.
Es decir, el instrumento ideal para el caminante, sea pastor o no.
Posteriormente se supone que, ante la necesidad de desplazarse también por
terrenos mucho más peligrosos y a campo través, usando la misma técnica, se
alargó progresivamente la longitud de esta herramienta, pasándose a la lanza o
Uso de la lanza en descenso. Risco Hoyo Verde.
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Lanzas de risco. Morada de D. Natalio.
Lanzadores junto a sus lanzas. Morada de Quico.
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astia media (2,50 / 3,50 metros) para laderas y barrancos de fuerte desnivel.
Con ella se lograba no solo caminar, sino también «saltar», apoyando su punta
en un lugar seguro, brincando al aire y deslizándose por ella. Se ganaba en ra-pidez
y se accedía a lugares más difíciles con menos esfuerzo y peligro. Con esta
lanza más específica se comenzó también a usar el salto más espectacular, aun-que
menos frecuente, «a regatón muerto»: salto al vacío para pasar de un pequeño
saliente a otro, frenando la caída mediante el ya mencionado deslizamiento a
través del palo.
Por último, ya para las paredes de mucha verticalidad, o de terreno especial-mente
inestable o resbaladizo, se incrementó todavía más la longitud de la lanza
(3,50 / 4 metros) para dar mayor seguridad en riscos y pasadas muy difíciles.
TÉCNICAS DE USO DE LA LANZA EN EL SALTO DEL PASTOR
Como ya se ha mencionado anteriormente, todas las técnicas de salto del
pastor canrio pueden ser utilizadas en las diferentes longitudes de la lanza, ex-cepto
el «regatón muerto». Veámoslas con detalle.
AGARRE.—La forma de agarre es única para todas las técnicas: las manos con
las palmas hacia arriba, la anterior recta sin doblar el codo, y la posterior sobre
el hombro, un poco más arriba o abajo según comodidad, y pegada o muy cer-cana
al cuerpo, rozando bien la cara interior del muslo, el vientre o el pecho.
Enseñando técnicas de agarre. 1ª Aprendiendo técnicas de agarre 2ª
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BASTONEO EN DESCENSO.—Se echa la lanza hacia adelante, aprovechando al
máximo su extensión. El peso del regatón ayuda a que ésta se deslice sin esfuerzo
por las palmas de las manos. El avance se realiza manteniendo el palo pegado
al cuerpo y deslizándose por él, frenando el peso corporal lo necesario para no
realizar esfuerzos fatigosos con las piernas, hasta llegar al regatón. Puede hacer-se
colocando la lanza al frente o lateralmente. Los pies se desplazan suavemen-te,
tocando lo mínimo la superficie del terreno. Cuando llegan a la altura de la
lanza, ésta se levanta y se vuelve a desplazar hacia adelante buscando un nuevo
punto de apoyo. Se debe repetir el movimiento de forma ágil y rápida para evitar
paradas entre un desplazamiento y el siguiente.
Posición de agarre y puntos de frenada corporal.
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Bastoneo en ladera con Maestro Quico.
Bastoneo en ladera con Maestro Quico.
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BASTONEO EN ASCENSO.—En el ascenso la lanza puede utilizarse tanto como
bastón a una mano, como con las dos manos. En el primer caso tendrá la di-ferencia
con el bastón «normal» de que la mano se puede deslizar a la altura más
conveniente en cada caso. En la segunda forma, se usará un movimiento lateral
como de «remo de piragua» para impulsarse hacia arriba, para subir una cuesta
pronunciada o superar un obstáculo. Aunque su uso pueda parecer a veces fa-rragoso
cuando la lanza es larga, es utilísima a campo través en laderas resbala-dizas
por tener un terreno inestable o cubierto de la hojarasca del pino.
Bastoneo en ascenso. Paso del Rodeo.
Bastoneo en ascenso tierras bermejas. Barranco Jieques.
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BASTONEO LATERAL O COSTEAR.—Cuando el sendero o trillo, o a campo
través, discurre lateralmente por una ladera y, sobre todo, si es estrecho e in-clinado
hacia afuera, con peligro de resbalar hacia algún precipicio, el uso de la
lanza se convierte en algo muy importante. Agarrada a ambas manos, con la
mano anterior por el lado del peligro, se apoya por fuera y se avanza deslizan-do
las manos hasta llegar al regatón, y así sucesivamente. Es importante, aun-que
parezca paradójico, que el cuerpo se «eche» sobre la lanza, hacia el «peli-groso
» lado exterior del precipicio, pues eso aumenta la seguridad en el apoyo
al clavarse más profundamente el regatón en el suelo.
Costeo en pasada de la Tagasasta.
Costeo en Hoyo Verde.
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TREPAS.—Cuando en el ascenso el pastor se encuentra con una pared o cuesta
muy empinada o resbaladiza, el bastoneo en ascenso se convierte en trepa. Se
clava el regatón en sitio seguro, se apoya el palo en la cadera del saltador, se echa
el cuerpo hacia atrás y, con ambas manos, se trepa a lo largo de la lanza apo-yando
los pies suavemente en la pared, hasta llegar a un sitio seguro. Desde allí
se repite el movimiento cuantas veces sea necesario. Esta técnica también se pue-de
realizar con una mano en el risco y otra en la lanza, si se ve más conveniente.
Trepa a dos manos en
lanza. Caldera de
Taburiente
Trepa a lanza y mano al risco en Los Suitos.
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FINCHEO.—Esta técnica, también conocida a veces como «bastoneo fino», se
realiza cuando la pared o ladera a descender tiene un nivel de dificultad gran-de,
bien por el tipo de terreno o por su inclinación, o por la escasez de pun-tos
de apoyo. El regatón se clava en algún saliente seguro y el saltador se des-liza
suavamente por el palo, echando el cuerpo bastante hacia adelante y con los
pies tocando ligeramente la pared, como si caminaras por ella boca abajo, has-ta
llegar junto al regatón. Allí se apoyan mínimamente los pies y se busca un
nuevo lugar de apoyo para continuar el descenso. Por razones obvias, es en este
tipo de técnica donde son más necesarias las lanzas de longitud máxima, de 3,50
a 4 metros.
Fincheo en Carcos
de Caceres 2.
Fincheo en Carcos
de Caceres 1.
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BANDEO.—El bandeo se utiliza para pasar de un lado a otro cuando hay un
obstáculo por medio, que puede ser un hoyo, un riachuelo, una roca, un arbus-to,
etc. El saltador de agarra al palo de la forma usual, pero no se desliza, sino
que impulsa su cuerpo para llegar al objetivo como si de una pértiga se trata-ra,
pero sin doblar ésta, pues podría quebrarse. El bandeo se puede realizar entre
dos lugares situados a la misma altura, desde uno inferior a otro superior o, al
contrario, desde uno superior a otro inferior. En este último caso es convenien-te
realizar un cierto deslizamiento simultáneo por el palo, para llegar más seguro
al lugar fijado.
Bandeo en bco.
Jieques -2
Bandeo en bco.
Jieques -1
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REGATÓN MUERTO.—Es la técnica más espectacular pero menos frecuente. Se
realiza cuando la longitud del palo es menor que la distancia que se pretende
salvar. El saltador fija la vista en un punto, se lanza al vacío con los brazos ex-tendidos
agarrando la lanza, y al tocar tierra el regatón, se pega al palo para bajar
por él deslizándose y frenando la caída con el frotamiento de las manos y del
cuerpo en la madera.
Regatón muerto. Alberto, La Cumbrecita.
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Regatón muerto.
Cecilio, La Trocha
Regatón muerto.
Eduardo, cascada de Colores. La Caldera
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VARIACIONES LOCALES DEL SALTO DEL PASTOR
A pesar de que las técnicas básicas del salto del pastor son similares en to-das
las islas, lo que demuestra su origen común, hay pequeñas diferencias tan-to
en la fabricación como en el uso de la lanza, normalmente provocadas por la
adaptación al terreno circundante.
Con relación a la fabricación de la lanza, hay que tener en cuenta que la lon-gitud
de ésta varía en función de la existencia de mayores o menores desnive-les
del terreno. Más cortas en islas bajas como Lanzarote o Fuerteventura, y más
largas en las zonas montañosas de Tenerife, Gran Canaria o La Palma. Además
se daban diferencias locales, según el pastoreo se realizara en la costa (más cor-tas)
o en la cumbre (más largas). Curiosamente, en La Gomera se daba la si-tuación
contraria, por ser más escarpados los acantilados y barrancos costeros, y
menos agrestes en la cumbre. También son evidentes las diferencias en la forma
del regatón, para adaptarse al terreno. Cuando es más rocoso, la punta es más
aguda y larga (Gran Canaria), y cuando más terroso, el regatón se vuelve más
ancho y corto, en forma de cono (La Palma), pasando por variaciones interme-dias
en terrenos mixtos (Tenerife). Por último, hay que mencionar que en aque-llos
lugares que se usaban las lanzas más largas, como La Caldera en La Palma,
éstas tenían un mayor «tiro», o diferencia de grosor entre la parte más delgada
y la más gruesa, siendo menor el «tiro» en las lanzas más cortas.
En cuanto a las diferencias en las técnicas utilizadas por el saltador, salvo
aquellas que respondían a costumbres personales, hay que señalar las siguientes
tendencias generales:
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Los saltadores de Gran Canaria y Tenerife tienden a colocar la lanza entre los
muslos, «sentándose» sobre el palo, y llegando en esta posición hasta el suelo. En
La Palma es más usual que el roce del palo se realice a través del vientre y el pe-cho
del saltador. En La Gomera la norma general es colocar el palo sobre un lado
del cuerpo, frenando con la cadera o la parte exterior del muslo. Una variación es-pecial
de tipo local es la del Sur de Gran Canaria, en la zona de La Aldea. Allí los
saltadores, al lanzarse «a regatón muerto», no extienden los brazos hacia adelante
buscando el suelo, como es lo habitual, sino que mantienen ya desde la salida el
cuerpo pegado al palo para deslizarse desde que el regatón toque el terreno.
De todas formas, los encuentros anuales organizados por la Federación de
Salto del Pastor Canario, más los viajes que saltadores de diferentes islas reali-zan
a otras, han dado lugar a que el contacto entre diferentes escuelas de salto
facilite un positivo intercambio de técnicas y usos que enriquecen la diversidad
de esta práctica ancestral.