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INTRODUCCIÓN Dentro de la aproximación que realizamos a los oficios y artesanías existentes en la isla de La Palma durante el siglo XVI, analizaremos en esta ocasión dos grandes colecti-vos que desempeñaron labores fundamentales en el desarrollo de la comunidad. Agrupados para su análisis según las materias primas utilizadas -cueros y pieles, o paños y telas- en realidad se trata de un amplio espectro de especialidades orientadas al vestido, ornato personal y calzado. Los zapateros y satres se encuentran entre los oficios más numerosos que hemos podi-do contabilizar. Noventa y ocho zapateros y setenta y tres sastres, son cifras altas tenien-do en cuenta que el periodo analizado se centra en la segunda mitad del siglo. Junto a los citados y pertenecientes al colectivo de trabajadores del tejido, encontramos a calceteros, juboneros, tundidores, y sederos o sedaceros, especialistas al fin como lo fueron también albarderos, curradores, curtidores, sombrereros, silleros o guanteros, partícipes estos últi-mos en el tratamiento de pieles. ISSN 1698-014X Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 171 PRIMEROS OFICIOS Y OCUPACIONES ARTESANAS DE SANTA CRUZ DE LA PALMA (SIGLO XVI). Paños y Telas – Cueros y Pieles Catálogo de Artesanos Manuel Garrido Abolafia Resumen: Una comunidad en plena for-mación como lo fue la de la isla de La Palma durante el siglo XVI, cuya principal necesidad se basa en asegurar la supervivencia y el de-sarrollo de aquellas actividades laborales que estaban enfocadas a suministrar a la población materias primas, son varios los oficios que so-bresalen. El colectivo de trabajadores dedica-dos a manipular los tejidos por una parte y el orientado a preparar los cueros y pieles por el otro son los que en esta ocasión se analizan. Palabras clave: Tejidos, paños, cueros, pieles, oficios, artesanías, La Palma, siglo XVI. Abstract: In an evolving community such as that of the island of La Palma in the 16th century, whose main needs were based on guaranteeing survival and developing occupa-tions directed towards supplying the local po-pulation with raw materials, various profes-sions stand out. On the one hand, the group of workers devoted to textile production and, on the other hand, those involved in the treat-ment of hides and leather will be analysed on this ocassion. Key words: textiles, cloth, hides, leather, professions, handicrafts, La Palma, 16th cen-tury. 172 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia Ambos son colectivos orientados a satisfacer el adorno del cuerpo o su protección ante los elementos, por ello son tan abundantes. Cada campesino, cada comerciante, clérigo, o habitante en general demandaba en mayor o menor medida los productos de estos espe-cialistas. Al ser trabajos que requerían especialización y aprendizaje, además de ser amplia-mente demandados, proporcionaban una relativa seguridad económica y un cierto reco-nocimiento social a su nivel, claro está, aunque los que manipulaban los tejidos siempre estuvieron mejor considerados que los que tocaban pieles y cueros. Independientemente del lugar que ocupaban en la escala social, dado su gran número, influyeron en la vida de la ciudad através de matrimonios, asociaciones gremiales o transaciones comerciales. Como en anteriores ocasiones, y dada la dificultad de encontrar fuentes documenta-les anteriores a 1553, la información que presentamos es parcial, aunque creemos que exhaustiva, para la segunda mitad del siglo. OFICIOS RELACIONADOS CON CUEROS Y PIELES El cuero y la piel animal han sido, desde tiempos inmemorables y gracias a sus pro-piedades, ampliamente utilizados por el hombre. A lo largo de la historia, este material ha ido ganando en durabilidad, consistencia y presentación a medida que los tratamien-tos utilizados en su preparación y transformación se fueron perfeccionando. Se puede decir que el uso del tanino supuso la verdadera curtición de la piel, al menos, tal como hoy la entendemos. Serán condicionantes estéticos los que impulsen a colorear el estado primitivo del cuero, así como su consistencia. Diferentes artesanos portugueses y andaluces trajeron desde el medioevo y por influencia musulmana, los conocimientos necesarios para preparar el cordobán, piel de cabra curtida que llegó a alcanzar en las islas una excelente calidad y que sería amplia-mente demandada en los mercados peninsulares. Al igual que ocurría con los trabajos de manipulación y transformación de los tejidos y paños, también los artesanos dedicados a trabajar el cuero fueron numerosos y conta-ron con diferentes especializaciones donde lucir sus conocimientos. Como en otros colectivos, los representantes más numerosos son los que intervienen en el proceso final de la manipulación del cuero, concretamente aquellos que como zapateros o guanteros, ofrecían los productos ya elaborados. Los que trabajaban en la preparación del cuero fue-ron pocos, cuatro curtidores y once curradores, ya que como se tendrá ocasión de comen-tar, una buena cantidad del cuero utilizado en la Isla llegaba desde fuera. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 173 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X CURTIDORES Y CURRADORES Se ha puesto de manifiesto el hecho de que tanto los productos como el proceso em-pleado en curar, curtir o preparar el cuero animal para hacerlo utilizable, varían a lo largo del tiempo, pero será a partir del Renacimiento cuando las técnicas empleadas alcancen una mayor perfección, métodos que no se verán modificados hasta los tiempos actuales. Dos son los materiales básicos empleados en Canarias por los curtidores. Por un lado el «çumaque», producto procedente en una gran parte de Castilla y de Madeira1 y el resto del mercado local, que se convirtió en el curtiente idóneo para el cordobán2. Por otra parte, el alumbre y todos aquellos vegetales ricos en tanino. El proceso de curtición, llevado a cabo en las llamadas «tenerías»3, contempla varias opera-ciones previas, como el remojo o descarnado de la piel lo que implica eliminar la «pelambre»4 y los restos de carne adheridos, manipulaciones estas que dan lugar al verdadero curtido. Las distintas fases del curtido y comercio de la piel estuvieron fuertemente reguladas tanto por los propios gremios como por los ayuntamientos, entidades estas que dictan una serie de normativas encaminadas principalmente a proteger la calidad de los pro-ductos, evitar la picaresca del oficio o salvaguardar el mercado: «se ordena que ninguna persona saque cordobanes ni zapatos hechos fuera de la isla, so pena de perderlos»5. Como se ha dicho, el «çumaque» fue el principal producto utilizado para curtir los cueros en las islas, imperativo este aplicado en especial a «los cueros menudos que son cordobanes que se hayan de cortir con çumaque y no con otra yerba nynguna so pena…»6 Quedan pocos testimo-nios documentales sobre los «molinos de moler çumaque», pero sin duda existieron ya desde el siglo XVI.7 Debieron ser varios los existentes en toda la Isla, cometiendo sus dueños irregula-ridades en su gestión, o al menos eso indica la ordenanza de 1601 en la que se estipula: «se manda que ningun arrendador o dueño de ingenio de zumaque lo compre por si ni interposita per-sona so pena de hurto con mas de mill maravedis…»8 Curiosamente y dado que, aún, el pro-ducto tenía que ser traído mayoritariamente desde lejanos lugares, llega el momento en que 1 RIVERO SUAREZ, Benedicta, pg. 377. 2 Piel curtida de macho cabrío o de cabra. 3 Taller donde se trabajan y curten pieles. 4 Se entiende el conjunto de pelo arrancado o quitado. 5 LORENZO RODRÍGUEZ, Juan. 1987, ordenanza nº. 21. 6 MORALES PADRÓN, Francisco. 1974, pg. 101. 7 No conocemos la fecha a partir de la cual se construyen molinos de zumaque en la Isla. La primera noticia que tenemos sobre su existencia, al menos en Santa Cruz de La Palma, se remonta a 1585 año en que el escri-bano Pedro Dávila Marroquí, junto a su mujer Catalina de Mesa venden al Ayuntamiento un censo redi-mible de veintiséis reales anuales sobre una viña en Breña Baja, el oficio de escribano y un «molino de moler zumaque que es en la cueva del Degredo». NUÑEZ PESTANO, y otros. 1999, pg. 372. 8 VIÑA BRITO, Ana y AZNAR VALLEJO, Eduardo. 1993, pp. 31-32. 174 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia los curtidores se dan cuenta que perdía parte de su efectividad en el transporte, por lo que algunos Concejos dispusieron que: «porque el çumaque biene de Castilla por mar y pierde la fuerça mandamos que de aqui adelante quando se oviere de echar en el baño a los cueros que lo hechen con agua caliente y que no este herviendo porque torne a cobrar fuerça so pena…».9 Además de este, y según el material a curtir, se utilizaron otros productos, generalmente vegetales, obte-nidos en las islas. En Tenerife fue de uso frecuente la corteza de haya, arrayán y bayón, estos últimos utilizados en la curación de los cueros vacunos10. Una vez elegido el producto, se procedía a poner en contacto el cuero con el curtien-te. Para ello, se utilizaban grandes recipientes llamados «tiestos» donde cabían hasta trein-ta y cinco cueros aunque a veces, por premuras de tiempo, los curtidores se excedían en el número a pesar de estar penalizado. También se prohibió el que realizasen el curtido de dos veces y no de una como estaba estipulado11. Tanto curtidores como zurradores mantuvieron frecuentes y constantes tratos con zapateros, chapineros, guanteros y todos aquellos trabajadores relacionados con el cuero, tanto es así que, a veces, las tareas se confunden, sobre todo, en aquellos casos en que se trabaja el cuero durante el proceso de preparación. Es normal que los curtidores desempeñen tareas encomendadas a los curradores, aun-que en este caso era preciso que antes el veedor del oficio comprobara que el curtido se había realizado correctamente12. El trato preferente que mantuvieron con los zapateros hizo que se prohibiera a los cur-tidores el tener «tienda de çapateria dentro de su cassa»13 en algunas islas, aunque esto no evitó que los zapateros tuvieran intereses en las tenerías,14 de las cuales solían ser dueños. A pesar de que el colectivo de zapateros fue durante este siglo uno de los más nume-rosos y por tanto la cantidad de cueros demandados bastante elevada, ya hemos men-cionado que el número de curtidores y curradores es relativamente escaso. Quizás la caba-ña ganadera no daba para cubrir las expectativas de nuevos puestos de trabajo, y en esta dirección apunta el hecho de que no nos ha sido posible encontrar ningún contrato de aprendizaje referido al oficio de curtidor. Por otro lado, se constata la frecuencia con que numerosos barcos llegan a la Isla cargados de cueros encargados por los grandes comer-ciantes de la ciudad, de quienes finalmente los obtienen los zapateros. 9 MORALES PADRON, Francisco. 1974, pg. 102. 10 Ibidem. 11 Ibídem, pg 101. 12 Ibídem., pg. 100. 13 Ibídem. 14 Duarte Rodríguez, conocido zapatero de la ciudad, declara en su testamento que: «se haga inventario de todos los bienes que por my fin y muerte ovieren(...) y que tengo en mi casa como en la teneria en poder de Jorge Hernández y Juan Remon, curtidores.» (A.I.P.N.P., Hernand Pérez, caja nº. 1, s.f ). Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 175 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X Se importaron cueros de todas clases y en diferentes procesos de manipulación. El origen suele ser muy variado dependiendo de la clase de piel requerida. Tanto el cordobán, como el cuero vacuno, se traían de los mercados andaluces. Otros tenían un origen diferente como la piel de toro, llegados en su mayor parte de las Indias, concretamente de la isla Española de Santo Domingo15. En los registros de mercancías podemos apreciar cómo y de que clase eran los cueros solicitados por los importadores de la ciudad: «cueros bacunos cortados, cueros bacu-nos en pelo, cueros cordobanes cortidos y adereçados en blanco, cueros de toro al pelo, cueros de toro cortidos, cueros de carneros, badanas». Llama la atención, además de la variedad, el hecho de que indistintamente del material se requiera el cuero tanto curtido, como «en pelo»16. Evidentemente durante la importación de «corambres»17, tras pasar por varias manos, sufrían un importante incremento en su precio dependiendo este, además, de si como hemos visto, se trataba de cueros vírgenes o curtidos. Como orientación se recoge en la Tabla I los precios pagados por algunos de estos cueros durante el año 1586. TABLA I Toro curtido 28 reales. c/u Toro en pelo 3 ducados c/u Vacuno curtido 1.550 maravedís. c/u Vacuno en pelo 1.250 maravedís. c/u Carnero curtido 72 maravedís. c/u Carnero virgen 42 maravedís. c/u Precios de algunos cueros pagados en 1586. A.G.P. Protocolos Notariales. Elaboración propia. TINTADORES El oficio de tintador o «tintadidor», como también aparece en la documentación de la época, requiere una serie de conocimientos tanto sobre las materias a teñir como de los productos empleados. Es por ello que el número de personas dedicadas a este traba-jo sea poco numeroso y las que lo hicieron repartieron sus actividades entre el tintado de cueros, el de paños o el de hilos y sedas. 15 A.I.P.N.P, Juan Lezana de Miranda, caja nº. 1. 11/03/1586. 16 Cuero aún no sometido al proceso de curtido. 17 Conjunto de cueros o pellejos, curtidos o no, de algunos animales, y particularmente de toro, vaca, buey o macho cabrío. 176 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia El proceso seguido para teñir cualquiera de estos materiales responde básicamente a operaciones comunes a todos ellos, además de otras más específicas. Cuando el dueño del cuero o tejido llegaba al taller con intención de teñirlo, le eran enseñadas varias mues-tras de color así como los precios correspondientes. Puestos de acuerdo sobre el color a utilizar, el artesano pesaba y mezclaba con agua los ingredientes y los ponía a cocer duran-te un cierto tiempo. Si el material a teñir era cuero, el tintador tenía la obligación de sepa-rar el no apto para teñir, aplicando a continuación el color, a mano, con el auxilio de una pluma o pincel. Finalmente, observando el tono adquirido por la pieza, y según fuera su uso final, se le agregaba más color o un decolorante. En el teñido de hilos el procedimiento se complica al tener que introducir los mismos en un soporte inmerso en la solución, así como controlar su agitado, enjuagado y secado. El proceso seguido en el teñido de telas y lienzos es prácticamente igual a los citados. Lo realmente importante en todo este proceso son los productos utilizados, de los que, mediante un determinado proceso de transformación, se extraen los colores característicos. La elección de uno u otro dependía de la materia a colorear o de la calidad final que se espe-raba obtener, a parte, por su puesto, del color resultante. De entre la amplia variedad de tintes que proporciona la naturaleza, tres serán los más utilizados en Canarias todos los cua-les se producían en las islas, incluso alguno de ellos en buen número. En primer lugar la «orchilla»18 (Rocella tinctórea), liquen que tras ser manipulado proporciona un tinte rojo púr-pura que fue muy apreciado a lo largo de los siglos. La escasez de orchilla (son necesarios seis años para que el liquen adopte su forma adulta) y las altas cotizaciones que llegaba a alcanzar en los mercados internacionales posibilitó que, en estos primeros años de la histo-ria palmera, fuese una de las principales manufacturas de la Isla, equiparándose en impor-tancia a los otros grandes exportables: azúcar, vino y plátanos. Otro producto utilizado fue la «hierva pastel»19 (Isatis tinctoria), vegetal abundante en La Palma y del que se extraía mediante secado y triturado un tinte de color azul malva, con el 18 Crece sobre las rocas en los acantilados de la costa, y hasta los trescientros metros barrancos a dentro, tope al que llegan la brisa marina, pues necesita de estas sales para vivir. De color negro, presenta manchas blan-cas ramificadas y en los bordes muestra tonalidades de color blanco-azulado. 19 La comercialización de este producto se materializa en la isla de La Palma desde los primeros años del siglo XVI y fue considerado tan importante para los intereses de los isleños que se emiten diversas Reales Cédulas autori-zando la exención del diezmo para este producto. La referencia más antigua de la que tenemos constancia, aun-que haciendo mención a años anteriores, data de 1585 y dice así: «…sepades que [roto] Hermosilla, en nombre de la isla de La Palma nos hizo relacion diciendo que estando la dha isla en posesion y uso y costumbre de mas de sesenta años de no pagar diezmos las veces que habian enviado y cogido una yerba que llaman Pastel que sirve para teñir paños y una simiente de arboles laureles silvestres del campo que se les llaman baga que hacen algunos vos pobres para vender-la y sustentar su pobreza, Vosotros y los beneficiados de la dicha isla pretendiades cobrar el diezmo de lo que se cogiere de la dha yerba y baga y no solo queriades cobrar de lo se que cogia con oja y [roto] sino tambien de los bollos y baga cozi-da » (Real Cédula de 30 de diciembre de 1585, “para que no se pague el diezmo de la yerba y baga de loro”. A.M.L.P. Libro IV de Reales Cédulas, leg., 732, fol.121). Recogido también en NUÑEZ PESTANO, y otros. 1999, p. 190. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 177 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X cual se teñían los paños. El secado de la hoja de este arbusto necesariamente se realizaba me-diante hornos sobre los que no hemos podido conseguir fuentes originales que describan su funcionamiento, aunque se atestigua la presencia de al menos un ingenio de este tipo en Barlovento, más concretamente en el término conocido como «la Laguna de Regian»20. Durante estos años y a lo largo de los siguientes, los habitantes de esta Isla estuvieron exentos de pagar el diezmo correspondiente a la Iglesia, pero a finales del siglo, la insti-tución intentó cobrarlo. No debieron de caer muy bien tales pretensiones entre las par-tes afectadas puesto que, tras reiteradas quejas de los regidores, consiguen finalmente, en 1585, leer en el Ayuntamiento una Real Cédula suscrita por D. Felipe II en la que se ordena: «que no se pague el diezmo de la yerba»21. Por último, incluimos en este grupo de productos tintóreos otro vegetal, que si bien no era apto para teñir todos los materiales citados, si que lo era para otros usos cotidia-nos. Dejemos que sea Gaspar Frutuoso quien describa el árbol y uso que se hacía de él: «…los almacigos son tres o cuatro arboles como olivos, pero mas bajos (…) tienen la hoja muy gruesa y luciente, la cual cocida con agua y en vino blanco, con unos hierros viejos dentro, hace tinta muy fina para escribir, sin añadirle agalla ni caparrosa.»22 ZAPATEROS Y AFINES El oficio de zapatero fue, atendiendo al numero de personas que lo ejercieron, hasta un total de noventa y nueve hemos podido localizar (véase Tabla VI), el más usual de la ciudad. La calidad de los cordobanes realizados en la Isla, así como el fuerte aumento de la población y por ende en la demanda de calzado, propiciaron que llegasen y se asenta-sen en ella muchos de estos profesionales, los cuales se ha podido comprobar que en gran número son de origen portugués. De todos ellos, un buen número llega con años de experiencia en el oficio aunque también los hay que completan su formación en la Isla tras un corto periodo de tiempo. Es el caso de Gonzalo Hernández, portugués, «estante»23 en la ciudad, quien se concier-ta con Juan Remón, zapatero, para que le enseñe el oficio por tiempo de un año, cuan-do lo usual era que el aprendizaje durase de cuatro a seis.24 Al final el pupilo recibía, entre 20 LORENZO RODRÍGUEZ, Juan B. 1987, pg. 209. 21 A.M.L.P. Libro IV de Reales Cédulas . Est. 41, leg.732, fol. 121. 22 FRUTUOSO, Gaspar. 1964, pg. 123. 23 Residente en la ciudad de forma temporal. Suele emplearse para diferenciarlo del vecino, o afincado de forma estable. 24 A.J.P.N.P. Luis Méndez. Inserto en la caja nº 1 de Pedro Hernández. 178 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia otras cosas, las ropas características del gremio de zapateros: «unos bestidos de paño que se entiende una capa y sayo de paño negro, y unos calzones y dos camizas de lienso y un gubón de lienço y unos çapatos y una gorra y sombrero, todo ello nuevo y hecho a vuestra costa»25. De entre todos los artesanos procedentes de Portugal, algunos fueron zapateros «cris-tianos nuevos de judíos» que probablemente huían de la justicia de su país y que una vez establecidos en la islas, lejos de abandonarlas, continuaban con las practicas de su reli-gión, lo que invariablemente daba lugar a que interviniese la Inquisición. Contamos con el ejemplo de una familia donde la madre, el padre y el hijo, zapateros, son sentenciados y ajusticiados por la Inquisición al habérseles probado los cargos de: «herejes, heresiarcas y enseñantes de la ley de los judíos.»26 Más suerte tuvo, pensamos, Duarte González, otro zapatero portugués acusado de los mismos cargos que los anteriores y que pudo escapar no volviéndose a saber nada más de él. Salvo contadas excepciones, como la que acabamos de ver, puede decirse que los zapa-teros que llegaron a establecerse en la ciudad gozaron de una economía desahogada y vivie-ron sin grandes complicaciones, siendo varios los casos en que se hicieron con pequeñas fortunas, como se puede apreciar por algunos testamentos. El dinero o los bienes que gene-raba el comercio del calzado era invertido por estos artesanos en otras actividades como la explotación de huertas,27 compra-venta de vino,28 suscripción de préstamos.29 Dependiendo del volumen de trabajo, los zapateros con tienda propia empleaban más o menos mano de obra, la cual se veía renovada por un constante trasiego de aprendices que, como se ha comentado, permanecían en la tienda de cuatro a seis años. Los contra-tos de trabajo «a soldada» solían fijarse en menos tiempo puesto que oscilaban entre meses y algunos años, estipulándose además, el salario a percibir por el obrero. A veces los términos del contrato no se cumplían, lo que daba lugar a su ruptura como debió de ocurrir en 1526 cuando un vecino de Tenerife puso a trabajar a su hijo de cator-ce años bajo las ordenes de Pero Vázquez, zapatero de La Palma. Después de servirle seis meses, el zapatero le debía treinta y seis reales lo que dio lugar a que el padre decidiera romper el contrato y formalizar uno nuevo con otro zapatero, Luis de Santa Cruz, quien se encargaría de cobrar la deuda al anterior.30 Dentro de este oficio surgieron especialidades orientadas a elaborar determinado tipo de calzado, bien por la dificultad en su elaboración o bien por ser objeto de una mayor 25 A.J.P.N.P. Hernand Pérez, caja nº. 1, 03/12/1569. 26 WOLF, Lucien. 1988, pg. 91. 27 A.J.P.N.P. Pedro Hernández, caja nº. 3, 26/11/1571. 28 A.J.P.N.P. Luis Méndez, 19/03/1565. Idem, sin fecha. Inserto en caja nº. 1 de Pedro Hernández. 29 A.J.P.N.P Hernand Pérez, caja nº. 1, s.f. 30 GALVAN ALFONSO, Delfina. 1990, pag. 395. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 179 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X demanda. En la Isla solo tenemos conocimiento de la especialidad de «chapinero», zapa-tero especializado en confeccionar chapeles y chapines, tipo de calzado artificioso que tenía la misión de “levantar” el cuerpo del suelo. Para ello se recurría a aumentar nota-blemente la altura de los talones con amplias capas de corcho, hasta seis o siete. Este tipo de zapato fue muy apreciado por las damas, tanto, que a veces se traían ya hechos desde algunas ciudades peninsulares31 y adornados según la moda. De todas formas, la varie-dad de zapatos realizados por estos artesanos era amplia y acorde a los gustos de la época, encontrándose en los expositores de las zapaterías: «borceguines de cordobán, zapatos de cordobán, zapatos zayanes de cordoban, servilletas de cuero, pantuflillas de hombre (alcor-ques), pantuflos de cordobán, chapeles de mujer, botines de mujer…» El zapatero mantenía contactos con curti-dores y tintoreros, a quienes compraba la mayoría de cueros para realizar los zapatos, aunque también solían acudir a los mercade-res de la ciudad para surtirse de materia prima.32 Por lo general, el mercader vende el cuero ya preparado para su transformación, pero a veces, los zapateros compran «cuero en pelo», llevándolos a la tenería para acabar de prepararlos.33 En otras ocasiones, los zapateros se unen para comprar a los mercaderes canti-dades importantes de cueros. Cincuenta y siete «cordobanes curtidos» compraron Antonio González y Joan González, al precio de dieciséis doblas de oro cada uno, a Diego de Solís uno de los mercaderes de la ciudad especializado en traer, entre otras mercancías, cueros, pieles y paños. La manipulación directa del cuero, antes y durante la confección del calzado, daba lugar a que se cometieran fraudes y engaños. Por ello, los Concejos de las islas son estric-tos y abundantes dictando normativas de calidad. En primer lugar se encontraba la cons-tante preocupación por controlar la producción del cuero así como su entrada y salida de la Isla. La medida más usual y la forma más fácil de controlar este aspecto era la obli-gatoriedad de que todo cuero llevara a la vista algún tipo de sello como el de la ciudad, el perteneciente al gremio de los tundidores, o el correspondiente al lugar de origen. Otras medidas se habilitaron para evitar el contrabando, como: «que los zapateros no 31 En 1557, son traídos desde Valencia, «tres pares de chapines de los mas pequeños vendidos a ocho rreales el par» (A.J.P.N.P, Domingo Pérez, caja nº. 4, 20/ 08/ 1557). 32 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº. 1, 03/07/1571. 33 Ibídem, 11/05/1570. 1: Borceguíes 2: Zapatos 3: Pantuflos 180 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia saquen de la tenería los cueros sin verlos un regidor con la persona nombrada ni los labre sin sellarlos la ciudad».34 También inquietaba el engaño al cliente, para evitarlo, se ordenó: «que ningún zurrador ni zapatero labren en negro ni vendan badanas por cordobanes35 o que cualquier çapatero que hiziere chapines de cordovan y les hechare palmylla o cerco o capelloda de badana que pague…».36 Por últi-mo, se ponen de manifiesto determinados comportamientos en la confección del calzado que, obligatoriamente, habían de ser tenidos en cuenta por sus artífices. Por ejemplo, se ordena que los zapatos realizados de octubre a marzo debían tener suelas con cueros curtidos utilizando zumaque, por el contrario, los vendidos desde abril hasta octubre debían de serlo con vayón37. También sobre las suelas se dice que los zapatos que las tuvieren «anda, quemada y lamyda o almo-ganara »38 serían quemadas. Un último ejemplo de hasta qué punto de minuciosidad llegaron a tener algunos Concejos a la hora de redactar sus normativas: «que cualquier çapatero que no echa-re al çapato de cinco puntos arriba barreta y contraforte y puerta y si no llevare puerta que lleve cha-peta y que pase la barreta al dorno de partes de fuera que caygan en pena por cualquier cosa que fal-tare »39. GUANTEROS Y SOMBREREROS. Siete guanteros y cinco sombrereros hemos podido identificar a lo largo de medio siglo, cifras estas que, aunque pudieran parecer esca-sas, en realidad consideramos que en este caso particular son bastantes ya que, según testimo-nios documentales, durante más de cuarenta años la ciudad contó con los servicios simultá-neos de, al menos, cuatro guanteros. Por otra parte, los cinco sombrereros han sido localiza-dos durante la última década del siglo. Tanto el guante como sombreros y tocados fueron, a lo largo de los siglos, atuendos indis- 34 LORENZO RODRÍGUEZ, Juan B. 1987, ord. nº. 33. 35 Opus cit., ord., nº. 21. 36 MORALES PADRÓN, Francisco. 1974, pg. 100. 37 Ibídem, pg. 101. 38 Ibídem, pg. 100. 39 Ibídem, pg. 100. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 181 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X pensables e importantísimos en las modas y usos sociales. No solamente eran un comple-mento estético a los trajes y vestidos de la época o elementos indispensables para resguar-darse de las inclemencias, también eran símbolo de la clase social a la que se pertenecía. Había guantes para mujeres y también los había para hombres, especialmente los desca-bezados en las puntas, utilizados en la práctica de la esgrima. Los guantes de mujer llegaban a ser verdaderas y costosas obras de arte, siendo más apreciados los que habían sido confeccio-nados con gamuza, bordados con hilo de oro y plata y perfumados con ámbar. Lo mismo ocurriría con las cofias, sombreros y copetes: ampulosos, sofisticados y armonizando con los tocados femeninos. Para los hombres existieron, en diferentes variedades, el sombrero, gorra y montera; los dos primeros de copa alta y el último, baja y flexible. El sombrero tenía ala o “falda” más o menos ancha, según la época, y la gorra solía presentarse adornada con plumas. Prácticamente carecemos de datos sobre la labor realizada en la Isla por estos artesa-nos. Dejando de lado los datos familiares que apenas nos dan indicios sobre la buena posición social que ocuparon, solo tenemos referencia de la amplia demanda que existía en la ciudad, especialmente de los sombreros, ya que fueron mercancía corriente en las importaciones de los mercaderes; al menos hasta finales del siglo puesto que, como se ha comentado, en la última década se establece un buen número de ellos en la ciudad. A falta de más datos, se relaciona en tabla II el precio que llegaron a alcanzar algunos de los sombreros más usados. TABLA II Tipo de Sombrero Material/Origen Precio Año Aforrado 768 maravedís 1557 Normal tafetán 576 maravedís. 1565 De hombre con cordones 384 maravedís. 1571 Normal fieltro 456 maravedís. 1571 Aforrado con toquilla 720 maravedís. 1577 Aforrado de hombre 672 maravedís 1578 Llano Castilla 336 maravedís. 1580 Aforrado fino Lisboa 1.056 maravedís. 1586 Fondo: A.G.P. Protocolos Notariales. Elaboración propia. ALBARDEROS Y SILLEROS Probablemente estos artesanos se establecieron desde principios del siglo, al menos con anterioridad a 1544, año en que Pedro Yanes, primer albardero localizado, declara 182 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia residir en la ciudad.40 No fueron muchos ya que el trabajo de preparar albardas y sillas para caballos, asnos o mulos, tenía una mayor demanda en el ámbito rural donde solían afincarse. En la ciudad trabajaron, al menos, dos silleros y cuatro albarderos. A falta de algún testimonio documental que nos aclare la forma de trabajar, los pre-cios cobrados o los materiales usados por estos artesanos a la hora de confeccionar y comercializar sillas o albardas y para ilustrar un tanto algunos aspectos del oficio, se pone de ejemplo un contrato suscrito ante el escribano Alonso Gutiérrez, quien tenía su escri-banía en la villa de San Cristóbal, La Laguna, por Francisco Méndez, tejedor y Francisco Martín, albardero. Por este contrato se comprometía el primero de ellos a suministrar al albardero todo el material necesario para que, durante un año, pudiese hacer albardas. “Francisco Méndez, tejedor, vecino, da a Francisco Martín, albardero, vecino, por un año toda la jerga, cordeles y balago para hacer albardas. Méndez le da por la hechura de una albarda caballar, un real y medio, más la comida; por albardas menores, lo mismo: Una albarda caballar igual a dos menores, pagados por tercios. Martín ha de darle cuenta de todos los materiales y en caso contrario ha de pagar-le a 50 mrs. la vara; ha de llevar cuenta de las hechuras de las albardas para que se sepa lo que alcanza Méndez por tercios, y lo que recaudare de las albardas que ado-bare, ha de partirlo a medias, y la costa del mantenimiento a medias también. Además Martín cogerá cada semana medio real para lo que quiera.”41 OFICIOS RELACIONADOS CON TEJIDOS Y PAÑOS MANUFACTURA TEXTIL. Una parte importante de los oficios que se vienen analizando, corresponde a todos aquellos que, directa o indirectamente, tuvieron algo que ver con los usos y costumbres en el vestir. Según que las labores a realizar estuviesen orientadas hacia la manufactura-ción del tejido, o hacia la manipulación del mismo, de cara a obtener ropas y otros com-plementos, los profesionales fueron más o menos numerosos. A pesar de la presencia en la Isla de múltiples telares, no se ha podido constatar la exis-tencia de talleres que produjeran la cantidad de paño necesario para abastecer la deman-da de la ciudad. Por contra, son numerosísimos los instrumentos notariales donde se pone de manifiesto la gran cantidad de paños y telas de todas clases y calidades que lle- 40 A.M.L.P, Hospital. Libro IV de Cuentas y Tributos, est. 35, leg. 725, fol. 471. 41 LOBO CABRERA, Manuel.1979, pp. 249-250. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 183 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X gaban procedentes de los principales centros distribuidores del continente. Esta casi ine-xistencia de manufacturación textil, fue la causa de que no se necesitara la presencia de artesanos especializados en tales labores, hecho corroborado por la total ausencia de esquilmadores, apartadores o carminadores, todos ellos especializados en los primeros procesos de confección del paño. Sí estuvieron presentes, aunque muy pocos, especialis-tas en las últimas operaciones, como los tundidores, aquellos que trabajaban sobre el paño burdo con el objeto de obtener del mismo sus cualidades finales. En líneas generales, la manufacturación del tejido comenzaba con el esquilmado de las ovejas. Una vez obtenido el vellón, seleccionado y clasificado según determinadas características, se procedía a eliminar el polvo y suciedad de la lana, lo cual, se hacía laván-dola con agua caliente y jabón: “Otrosy que sean obligados a las lavar escaldándolas primero con agua caliente y después se laven con agua fría, por manera que las dichas lanas sean bien lavadas y el que la vendiera la dicha lana y no sea bien lavada a vista de los veedores que sea obligado a hazer tornar a lavar a costa del que la vendió”.42 Una vez seca la lana, se esponjaba y sacudía para, con posterioridad, quitarle los nudos además de despuntarla. Todas estas operaciones eran la causa de que los pelos de la lana se volviesen ásperos, por lo que era necesario cardarla, operación que se realizaba con la «carda» instrumento compuesto por dos trozos de madera con mango, en cuyo interior se fijaban varios clavos no muy afilados, de modo, que al pasar la lana por ellos, se desen-marañaba y suavizaba. Tras el cardado o peinado le llegaba el turno al hilado. Siguiendo la costumbre castellana, la hilaza requerida para realizar un paño era comprada por los mercaderes a los hilanderos, para con ella, encargar los paños a los tejedores: “Que los peinadores que hubieren de peinar las lanas blancas o tintas las peynen claro y limpio y sin gornilas y en tal lana no puedan hechar mas de media açum-bre de agua en cada arroba y con el azeyte que es menester y en las lanas que no hubiere menester agua para se peynar que no se hechen”.43 En todos aquellos municipios que contaban con industrias de manufacturación tex-til de importancia, los Concejos dictaron extensas ordenanzas regulando cada uno de los procesos que hemos visto. Son especialmente puntuales las referidas a la calidad de los tejidos, de forma que se estipula no solamente el peso del paño, sino también de la trama, urdimbre y orillas del mismo. Como era de esperar, ni una sola de estas ordenanzas se encuentra entre las dictadas por el Concejo de la isla de la Palma. Solamente se hace refe- 42 Ley VII “Ordenanza sobre el obraje de los paños, lana, botones y sombreros”. 1511. 43 IDEM. 184 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia rencia, en una ocasión, a la obligación que tenían los tundidores de mojar el paño antes de tundirlo. Cuando el tejido salía de los telares, inmediatamente era llevado al batán44 donde se procedía al bataneado, operación cuyo objetivo era eliminar del tejido la grasa, polvo y suciedad adherida durante los anteriores procesos. Además, con ello se conseguía que adquiriese un aspecto lustroso y uniforme. La última operación consistía en el «tundido», proceso en el que se conseguía perfilar y eliminar los pelos del tejido. Al igual que ocurrió con el batán, también funcionaron máquinas de tundir, consistiendo estas en un conjunto de rodillos con cardas que gira-ban impulsados por energía hidráulica. Tampoco tenemos constancia de la existencia de estos ingenios en La Palma, aunque en su ausencia, utilizaron unos aparatos llamados «carmenadores», que puestos en hileras sobre un armazón de madera en forma de cruz, tenían como misión desenredar y levantar la pelusa del algodón, lana o seda para poste-riormente proceder a su corte. Para esto último (parte final y la más delicada del proce-so ya que un error podía echar a perder el tejido) se utilizaban unas tijeras enormes, de más de un metro, con las puntas achatadas y con un filo de cuarenta y seis centímetros. Estas tijeras llegaban a alcanzar precios considerables y su adquisición, a veces, forzaba al tundidor a hipotecar algún bien de su propiedad45. A pesar de ello era usual que los talle-res de tundir contasen con dos o incluso tres46 de estas tijeras, imprescindibles por demás, para el oficio. Una vez tundido el paño, se cepillaba, planchaba y plegaba, con lo que quedaba listo para su venta. 44 La invención del batán supuso a finales del XII, un importante progreso industrial. El batán era un moli-no en el que aprovechando la fuerza del agua, se impulsaban una serie de martillos mediante un rodillo gira-torio sujeto al eje de una rueda hidráulica. No hemos podido constatar la existencia de estos molinos en la isla de La Palma, por lo que es de suponer que el proceso se realizaba de forma tradicional. 45 «Diego Gentil, vº de la isla de la Palma, est. en Tfe debe a Diego Camacho, vº, presente 3.500 mrs de la mone-da corriente en Tfe por un par de tijeras de tundir a pagar en agosto de 1527, en esta isla de Tfe en dineros de contado. Hipoteca todo el esquilmo que dios diere el año de 1527 de una viña que tiene en la isla de la Palma en la Breña, lindante con Juan Anton, con Gonzalo Serrano y con el camino y el monte…» (GALVAN ALONSO, Delfina. 1990, pg. 250). 46 En 1523 llega a la isla de Tenerife «un oficial tundidor con tres tijeras de tundir, una prensa, un escaño, un tablero con su ropa, 3 rebotaderos, 2 frisaderas y chavelas y demás cosas anejas» ( LOBO CABRERA, Manuel. 1980, p. 554). Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 185 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X PAÑOS Y TELAS De entre las mercancías importadas a la Isla por los grandes mercaderes, serán los paños y toda clase de telas los géneros más solicitadas y rentables, por cuanto hemos visto la amplia demanda existente. El vocablo «paño» tuvo en la época el mismo significado genérico que hoy damos a tela; o sea, cualquier trozo más o menos amplio de tejido realizado con diversos mate-riales como lino, lana, o cáñamo. También, en un sentido más particularizado, se enten-día por tal, la tela de lana muy tupida y con pelo más o menos corto. Desde los almacenes de los mercaderes salían algunos paños hacia las sastrerías, donde los correspondientes artesanos confeccionaban la ropa de los ciudadanos. Pero buena parte del tejido era adquirido directamente por las personas interesadas según fuesen sus posibilidades o necesidades. En este sentido el mercader estaba obligado, por la ley del mercado, a poner en venta desde los paños más corrientes, como la bayeta o el anascote, telas bastas utilizadas en la confección de monjilones y hábitos de viudas pobres; a las más lujosas sedas, terciopelos, brocados, rasos o tafetanes reservados para la grandes damas; pasando por una amplia variedad de paños reconocidos, bien por el lugar en que eran confeccionados, «refino de Segovia, paño de Portalegre, paño basto de Tenerife, ber-nias47, berbi48», etc., bien por el tipo de entramado que formaba el tejido: «Paño pardo quatorzeno»49, lo que conseguía satisfacer las demandas tanto de los ciudadanos como de los campesinos50. El precio que llegaban a alcanzar algunos de los mejores tejidos como damascos o ter-ciopelos, posibilitó el que, a menudo, se utilizaran como objeto de intercambio en tran-sacciones comerciales. De forma similar, los paños formaron parte importante de las dotes, siendo valorados minuciosamente en los peritajes y repartos de herencias. De la documen-tación consultada y dejando para mejor ocasión una mayor profundización en el tema, se han recogido una serie, aleatoria, de muestras que reflejamos en la siguiente tabla y que nos orienta sobre el precio, en maravedís, de los tejidos más usados en la ciudad. 47 Se conoce por este nombre a un tipo de capa confeccionada con lana. Hace años, este tipo de lana basto se fabricaba en Irlanda. 48 De Verviers, ciudad de Bélgica famosa por sus paños. 49 En esta época eran usuales los paños: catorceno, sereno, dieciocheno, veinteno, veintedoceno, veintecua-troceno, veinteseno, veintedoseno y treinteno, todos ellos haciendo referencia al número de centenares de hilos de la urdimbre. 50 En el comercio de Lesmes de Miranda, uno de los más importantes mercaderes de su tiempo y que dedi-có parte importante de su negocio a la compra-venta de paños, tejidos y cueros, se daban cita personajes principales de la ciudad como los hermanos Monteverde, Rafael Borlengo o el catalán Marcos Ruberto. Pero también personas más modestas acudían a su tienda, así, Bartolomé León, criador, le hace algunas adquisi-ciones menos importantes: ocho varas y media de angeo y una de paño azul de Inglaterra. (HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 1228. 1557). 186 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia TABLA II TEJIDO 1546 1557 1565 1571 1577 1580 1586 Angeo 40 84 132 126 120 147 144 Angeo basto 132 96 Crea 105 120 Damasco 850 Palmilla azul 1.260 1.500 1.584 Refino de Segovia 1.050 1.848 Paño Azul Inglés 700 924 Terciopelo verde 1.000 Terciopelo negro 1.420 2.100 2.100 3.168 Paño de Portalegre 1.745 Paño negro de Córdoba 252 Paño pardo quatorzeno 646 2.112 Paño amarillo 1.260 Paño basto de Tenerife 192 Paño colorado 850 Paño de Londres 20 doblas Paño verde 1.000 Rasol 756 Ruan 168 168. 216 192 Ruan blanco 126 240 Holanda cruda 170 320 336 Holanda blanca 226 320 Fustán negro 180 Fustán pardo 122 120 Bretaña 108 120 Lienzo blanco 84 144 144 240 216 Friseta 126 144 Fuente: A.G.P. Protocolos Notariales. Elaboración propia. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 187 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X CONFECCIÓN Y ACABADO DE LOS PAÑOS. Rara vez llegaban a la Isla, entre las mercancías encargadas por los comerciantes, pren-das de vestir ya elaboradas. Por supuesto, las damas de la alta sociedad iban a la última moda gracias a que solían aprovechar los viajes de sus maridos o parientes para hacerse traer vestidos, sombreros y joyas lucidas en las cortes europeas, aunque hay que recordar que durante la segunda mitad de este siglo el imperio de Carlos V impuso la moda de la corte castellana en gran parte del mundo occidental. Está pues justificada la numerosa presencia, principalmente sastres, de artesanos espe-cializados en las tareas propias del vestir y la moda. Hecho un recuento de los sastres que pudieron ofrecer sus servicios al mismo tiempo, nos encontramos que en tan solo cinco años (1565-1570) ejercieron un mínimo de treinta, número este que consideramos con-siderable. Además de numerosos, los sastres fueron personas relativamente bien consideradas. - recordemos que algunos de ellos contaban con la suficiente confianza de las grandes fami-lias como para permitírseles probar los vestidos y ropas íntimas a las damas- ya que si tenían suerte, eran maestros en el oficio y además no sufrían tropiezos con la justicia seglar o eclesiástica, podían llegar a disfrutar una cómoda posición; adquiriendo tierras, casas o entrando en negocios más lucrativos, como hizo Juan Fernández, quien lograría ser adjudicatario de la renta del diezmo de la miel y de la sangre de drago y por la que tuvo que depositar treinta y seis mil maravedís de fianza51. El trabajo de sastre, al contrario de otros artesanos que dependían de factores externos, podía asegurar al maestro cierta estabilidad así como confianza en el futuro, hecho este que evidentemente propiciaba un alto índice de natalidad entre sus familias. Finalmente otra circunstancia viene a corroborar la fuerte actividad económica que generaba este oficio y no es otra que la capacidad que tuvieron para adquirir esclavos con el objeto de servirse de ellos en el taller, enseñándoles el oficio o atendiendo a las tareas de la casa52. A pesar de no haber encontrado algún testimonio escrito que pudiera servirnos para certificar de forma categórica la presencia en la ciudad de gremios formados por sastres, calceteros o tundidores, no por ello hemos de concluir que carecieron de corporación. Será la documentación protocolar, junto a la importancia que llegaron a tener en la socie-dad, lo que nos induce a pensar todo lo contrario. Al menos eso se desprende de un poder 51 También actuó como fiador en la adjudicación de la renta del diezmo de los parrales de Los Sauces. (HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 1515. 09/09/1558). 52 De los oficios que se vienen analizando serán los sastres, junto a zapateros y toneleros los colectivos que lle-van a bautizar un mayor número de esclavos, once concretamente. A estos, le siguen los tundidores con seis esclavos. (GARRIDO ABOLAFIA, Manuel. 1993). 188 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia otorgado por un total de diez sastres y en nombre de todos los del oficio, a Domingo Perera, procurador de causas, para que en su nombre informase al Real Consejo de Su Majestad, interponiendo a la vez pleito ante la justicia en contra del gremio de los mare-antes. La querella, de la que desconocemos el desenlace, surgió por «el agravio que ayer sinco del mes de junio se nos hizo por fuerça asernos yr delante del pendon de los mareantes». El hecho se refiere a la alteración del protocolo que, desde siglos atrás, dictaba el orden que habían de observar los diferentes oficios y sus pendones representativos en las pro-cesiones celebradas con ocasión del Corpus Christi y que concentraba a los gremios y cofradías más importantes de la ciudad53. El oficio de sastre se aprendía según las normas de la época, esto es, trabajando como aprendiz bajo la supervisión de un oficial o maestro examinado. Las cláusulas de los con-tratos especifican el tiempo que ha de durar el aprendizaje, entre tres y cuatro años, aun-que en casi todas las ocasiones se hace hincapié en: «hasta aprender el oficio». También, las tareas a las que se ve obligado el aprendiz así como sus derechos, entre los que se inclu-yen el de obtener los instrumentos propios del oficio esto es, tijeras, una aguja y un dedal para que pudiera emplearse como obrero en cualquier tienda de sastre una vez acabado el aprendizaje o el de ser mantenido hasta tanto, proporcionándole casaca y calzones. 53 Los sastres que actuaban en representación del colectivo fueron: Luis de Brito, Baltasar Hernández, Diego Alvarez, Miguel González, Francisco Hernández, Domingo Hernández, Lope de Campos, Gregorio Suarez, Bartolomé Rodríguez y Juan Pérez. (A.I.P.N.P, Juan Lezana de Miranda, caja nº. 1. 06/06/1586). TABLA IV Prendas de la casa Aderezo de cama Cortina Manta Mantel Sábana Saboyana Tapete Toaja Toaja de aguamanos Alba Amito Calza Calzón Camisa Capa Casaca Chamarra Chapeo de pelo Cosete Estola Faja Faldilla Gorgera Gorjal Hábito Jaqueta Jubón Manto Media Saíto Saya Sayo Sayuelo Vestido TABLA III Prendas de vestir Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 189 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X También en este aspecto se deja constancia de la importancia que llegaron a tener, ya que los contratos de aprendizaje de este oficio son los más usuales dentro de la tipología docu-mental. El maestro solía cobrar por sus enseñanzas alrededor de las ocho doblas54. Como curiosidad, decir que se han encontrado varios contratos de aprendizaje suscritos por mulatos o moriscos,55 pues al ser oficios manuales, podían ser ejercidos por libertos. Al oficio de sastre corresponde el marcar, cortar y coser los diferentes tejidos ya prepa-rados que, como hemos visto, procedían en su mayoría de fuera de la Isla, y con los que confeccionaban los vestidos y trajes de la época. En este sentido, las nuevas corrientes rena-centistas influirían en los gustos de la sociedad. Hablamos claro está de las clases pudien-tes, familias con posibles que traían de sus viajes a la península las últimas tendencias en la moda. La burguesía palmera de origen flamenco, portugués, italiano o castellano, gustaba de hacer ostentación de sus riquezas y una forma de evidenciarlo consistía en lucir ropas lujosas, sombreros a la moda italiana, calzado y joyas, para lo cual aprovechaban cualquier festividad en la que pudieran organizar recepciones y bailes en los salones familiares. La población asalariada de la ciudad, así como los campesinos isleños, limitaba su ves-tuario al necesario para realizar el trabajo, ropa hecha por las mujeres y remendada con-tinuamente hasta que era inservible. En ocasiones contaban con una sola muda y los más pudientes alguna que otra prenda algo más "lujosa" que guardaban para las grandes oca-siones. En cuanto a la ropa de la casa como sábanas, cortinas o manteles y tapetes, era confeccionada por el servicio doméstico femenino, o por el ama de casa. 54 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis, nº. 199. 26/10/1551. 55 Ibídem., nº 956. Nº 1035. También en A.I.P.N.P. Pedro Hernández, caja nº. 3. 1560. Sayo. Calzas. 190 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia Jubones simples, labrados o con broca-dos, junto a camisas, capas, sayos, faldas, calzas y calzones, fueron las prendas más utilizadas en esta época (Tablas III, IV). La mayoría eran confeccionadas por los sas-tres, pero junto a estos, trabajaban otros artesanos especializados en cortar y coser determinadas prendas, como los «jubete-ros » o los «calceteros». A pesar de ser nom-brados específicamente como tales espe-cialistas, lo eran según que circunstancias ya que se dieron casos como el de Diego Alvarez, que aparece nombrado en la documentación unas veces como calcete-ro56, otras como jubetero57 y finalmente como «maestre del offiçio de sastre»58. Los citados calceteros, tan solo nueve se han podido localizar, confeccionaban las lla-madas «calzas», prenda que varió según los tiempos, pero que básicamente era un calzón o media que cubría el muslo, la pierna o la mayor parte de ella y que se unía al jubón con unos cordones llamados «ajujetas». Por su puesto, estas prendas podían ser más o menos lujosas según la tela empleada o los adornos adosados. Hasta finales del siglo, las calzas suelen estar hechas de tiras, «fajas» o «cuchillas» utilizando telas diferentes. Las labores del jubetero seguramente fueron realizadas por los sastres mismos, ya que sola-mente hemos encontrado el testimonio de uno de estos artesanos el cual figura, además, como sastre. El jubón era una especie de chaleco que se ponía sobre la camisa y que cubría desde los hombros hasta la cintura ajustándose al cuerpo. A igual que ocurría con las calzas, los jubo-nes incrementaban su valor en relación a los materiales y adornos empleados generalmente sobre los cuellos, que podían ser rígidos o no, altos o cortos. Los más lujosos lucían ricas gor-gueras de seda; idénticos aditamentos se cosían en los puños de las mangas. Mención aparte merece otro colectivo que si bien no fue muy amplio, dada la des-treza requerida, - solamente ha sido posible localizar a uno de ellos y este ya en los pri-meros años del siglo XVII - sí que realizaron una importante función dentro del ámbito religioso. Se trata de los bordadores, especialistas en realzar todo género de telas con materiales ricos: en 1546, dos doblas y media de hilo de oro y seda equivalían al rededor 56 A.P.S, Libro I de Bautismos., fol. 168. 57 Ibídem, fol. 131. 58 A.I. P. N. P, Lope de Vallejo, caja nº 2. 11/08/1584. Jubón y capa o “herreruelo”. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 191 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X de 1.250 mrs.59 Normalmente estas prendas, de una alta calidad y valor, estaban desti-nadas principalmente a vestir o adornar las imágenes de las diferentes iglesias, ermitas y oratorios particulares existentes en la Isla. Andrés Montalvo se obliga a bordar «una manga de la cruz de terçiopelo para la cofradía del St. Sacramento del lugar de los Llanos, con las condiçiones y de la labor y bordadura que se contiene en la escriptura»60. Quizás la ausencia de estos artesanos se debió al hecho de que el bordado en la Isla era una tarea prácticamente doméstica que no alcanzó los mercados hasta siglos después. Pero el borde no solamente era una ocupación de las doncellas y damas de la sociedad, sino que también servía como fuente de ingresos extra para las familias menos pudien-tes. Veamos lo que dice Gaspar Frutuoso sobre el particular: “ellas, (las nativas), son tan galantes y visten con tanto costo que parecen tener gran-des rentas. (…) bordan bien, pero casi no saben hilar, ni tejer, cosa que dejan para las Portuguesas; solo en hacer camisas, despuntar jubones, bordas almohadas y hacer obras de red muy costosas, ganan todos sus gastos y así andan tan llenas de oro61”. Por último y dentro de este amplio colectivo dedicado a la manipulación y transfor-mación de los tejidos encontramos citados a un reducido grupo de «sederos». SERICULTURA Aún hoy está por fijar una fecha definitiva que nos indique cuándo y donde se intro-dujo por primera vez en el Archipiélago la cría del gusano o la manipulación y transfor-mación de la seda. A medida que surgen nuevos estudios sobre la sericultura canaria, su origen se remonta cada vez más atrás en el tiempo acercándose al principio del siglo. Probablemente la introducción del moral y la confección de seda en la Isla de La Palma se produzca en las primeras décadas del siglo XVI, al menos así reza en un informe emi-tido por Felix Póggio titulado “Vidas y tragedias de la Seda de El Paso62”, en el que dice: “ya en 1513, a 2 de mayo, el primer Fernando dictó una Real Provisión, que se conserva al folio 48 del Libro Tercero de Reales Cédulas del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, "para que el Gobernador haga información sobre que la Isla de La Palma no debe pagar el diezmo de la seda, sino de la hoja de moral, por ser lo de más trabajo personal.” 59 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis, nº 118 27/11/1546. 60 A. I. P. N. P, Tomas González. Sin catalogar. 1612. 61 FRUTUOSO Gaspar. 1964, pg. 109. 62 SÁNCHEZ, María de los Ángeles. “La Seda en La Palma”. Madrid: Consejería de Industria del Gobierno de Canarias, 1987. 192 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia Dejando a un lado este dato, ya que no hemos podido localizar el documento citado, será Juan Regulo quien sitúe las primeras noticias documentadas y referidas a la seda en la isla de La Palma en el año 1538.63 Con posterioridad, Lobo Cabrera aportaba la fecha de 1522 como primera referencia para «un maestro de façer seda», en Galdar.64 Por últi-mo, Martínez Galindo fija la implantación y comercio de la seda en Canarias algunos años antes, concretamente en 1515.65 En esta ocasión cita la comarca de Daute, en Tenerife, como el principal centro productor. Años antes o años después, lo realmente importante es que ya desde la segunda déca-da se produce abundante seda, al menos en varias islas del archipiélago, sirva de ejemplo el caso de Juan Alvarez, sedero establecido en la Isla quien, en 1555, se compromete mediante contrato, a vender a Juan de Çada, comerciante, la totalidad de la seda cruda que pensaba confeccionar ese año en la comarca de Los Sauces, todo, al precio de vein-tiún reales la libra66. Además, la calidad de la misma debió ser excelente ya que las auto-ridades isleñas remiten informes a la Corona manifestando que la seda es comparable e incluso mejor que la producida en la ciudad de Granada, famosa precisamente por la cali-dad de la seda que exportaba. Remitimos a las obras comentadas, especialmente a “La sericultura en Daute (1515- 1550)” para todo aquel que esté interesado en los primeros pasos de esta industria en Canarias, ya que en lo que respecta a la isla de La Palma, los datos son inexistentes si exceptuamos aquellos, de carácter familiar, referidos a los ocho sederos contabilizados. Cinco en los últimos treinta años del siglo. El primer sedero o «sedacero» sobre el que tenemos noticias es Melchor Luis (1550), que figura como tal en sus tratos comerciales con Lesmes de Miranda. Le sigue Antonio Pérez (1553), testigo en escrituras notariales; Juan Álvarez (1554) y Juan Hernández de Fonseca quien residió en la Isla avanzada la segunda mitad del siglo. Es el único que hemos visto cómo tomaba a su cargo aprendices, lo que indica que había llegado a establecer su propio taller. Llama la atención el hecho de que el periodo fijado para aprender el oficio fuese de, al menos, diez años, dando idea del grado de especialización requerida. 63 REGULO PÉREZ; Juan. 1946, pp. 167-169. Efectivamente, una Real Cédula existente, en muy mal esta-do, en el archivo Municipal de Santa Cruz de La Palma, de fecha 22 de noviembre de 1538, trata sobre que el diezmo no se cobre sobre la seda «que por la esperiencia que se ha hecho de ello (se refiere a la confección de la seda) era muy buena, mejor que en ninguna de la que se hace en el Reyno de Granada» sino sobre la «oja de moral». Esto induce a pensar, que aunque no se hace referencia a normativas anteriores, ya en esta fecha de 1538 se tenía conciencia de llevar años trabajando la seda en la Isla. (Real Cédula de 22 de noviembre de 1538 “Sobre el diez-mo de la seda sino de la oja de moral”. A.M.P. Libro III de Reales Cédulas, leg.726, carp.2). 64 LOBO CABRERA; Manuel. 1980, pp. 549-561. 65 MARTÍNEZ GALINDO, Pedro. 1981. 66 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 529, 2000. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 193 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X ZAPATEROS Y CHAPINEROS ALONSO DE ESPINOSA. (1589-1590) Casado con Angela Hernández tuvie-ron por hijos a Beatriz y Catalina.67 ALONSO PÉREZ. (1560) Este año era cofrade de La Vera Cruz.68 ALVARO GONZÁLEZ. (1526) Casado con Mencía Báez, tuvieron varios hijos uno de los cuales seguiría el oficio del padre. Procedente de Portugal, se dice de él que era «cristiano nuevo de judio», aunque es posible que siguiese practi-cando la religión durante su estancia en la isla, ya que el tribunal de La In-quisición le confiscó los bienes acu-sándole de: «hereje, heresiarca, predica-dor y enseñador de la ley de los judios.»69 ÁLVARO PÉREZ. (1599) Contrajo ma-trimonio con María Pérez.70 ÁLVARO RODRÍGUEZ. (1566-1572) Casado con María Blas,71 tuvieron una hija llamada Catalina Rodríguez, la cual casó con Diego Hernández en 158672. En 1566 era cofrade de La Vera Cruz.73 ANDRÉS HERNÁNDEZ. (1553-1577. dif.) Casado con Beatriz Vaez, tuvieron como mínimo cuatro hijos: Catalina, Andrés, Domingo y Margarita de Lima. Fallece en 1577.74 Las primeras noticias que tenemos sobre él, son como testigo de un poder notarial.75 Perteneció a la cofradía de La Vera Cruz.76 ANTÓN PIÑERO. (1590-1592) Casado con Ana Hernández. Tuvieron tres hi-jos: Pedro, María y Juan.77 ANTONIO ÁLVAREZ. (1567-1575) Contrajo matrimonio con María Este-vez, junto a la que procreó a Antonio Francisco y a Juan.78 En 1569 era miembro de La Vera Cruz.79 ANTÓN DE ARENAS. (1559) Cofrade de la cofradía de La Vera Cruz.80 67 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 295v. y 310v. 68 B.C. fondo antiguo Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz, fol. 20. 02/05/1560. 69 LORENZO RODRÍGUEZ, Juan B. 1987, pg. 44. 70 A.P.S. Libro I de Bautismos, fol. 420. 71 Ibídem, fol. 43v. y 96v. 72 A.J.P.N.P, Juan Lezana de Miranda, caja nº. 1. 11/03/1586. 73 B.C. fondo antiguo Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz, fol. 40. 12/05/1566. 74 A.P.S. Libro I de Bautismos, fol. 9/ 22/ 38/ 63v/ 83v y 153v. 75 HERNANDEZ MARTÍN. Luis. 1999. 76 B.C. fondo antiguo Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. fol., 25v. 17/05/1563. 77 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 310v/ 408v. y 321v. 78 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 33v./37/ 80v. y 129. 79 B.C. fondo antiguo Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz, fol. 44. 08/05/1569. 80 Idem. DICCIONARIO DE ARTESANOS CUEROS Y PIELES (II) 194 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia ANTONIO COELLO. (1577-1587) Mujer: Isabel Hernández. Hijos: An-tonio y Catalina.81 ANTONIO DÍAZ. (1565-1579) Casado con Elena Luis, tuvieron cinco hijos: Manuel, Ana, Juan, Antonio y Fran-cisca. 82 Al igual que otros zapateros, a este también lo encontramos comer-ciando con vino.83 En 1574 era cofra-de de La Vera Cruz.84 ANTONIO HERNÁNDEZ. (1567- 1589) Casado con Beatriz, figuran ambos como «prietos», lo que nos in-duce a pensar que fueron esclavos con anterioridad. Tuvieron cuatro hijos: Catalina, Antonio, Violante y Mel-chora. 85 En 1589, compra a otro zapa-tero, «...dos cueros bacunos cortados.»86 ANTONIO GONZÁLEZ. (1567-1569) Casado con Catalina González, debió ser uno de los primeros zapateros de la ciudad ya que entre 1567 en que bauti-za a Melchor y compra a Diego de Solís87 «…quatro dozenas y nuebe cueros cordobanes curtido» y 1569, año en que redacta testamento la mujer, se produ-ce su muerte. Dejaron por herederos a sus hijos: Francisco, Ana, Gaspar, Leo-nor, Baltasar, Melchor y Domingos.88 ANTONIO LÓPEZ. (1560-1570) Cita-do por Elisa Torres Santana, mantuvo relaciones comerciales con Benito Ló-pez, vecino de Sevilla, con el que em-barca a las Indias, varias pipas de vino.89 ANTONIO PÉREZ. (1564) En el año de referencia era cofrade de La Vera Cruz.90 BALTASAR HERNÁNDEZ. (1564- 1571) Casado con Francisca Hernán-dez. Tienen a Baltasar y a Domingo por hijos.91 Desde 1564 y hasta 1571, fue miembro de la cofradía de La Vera Cruz.92 BALTASAR MARTÍN. (1596-1598) Mujer: Francisca de Correa. Hijos: María y Gaspar.93 BARTOLOME HERNÁNDEZ. (1559- 1578) Contrajo matrimonio con Bea-triz Montero. Tuvieron tres hijos: Bal-tasar, Francisco y Bartolomé.94 Perte- 81 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 157v./ 183 y 279. 82 Ibídem, fols. 14v./ 55v./ 112v./ 150v. y 178v. 83 A.J.P.N.P. Luis Méndez. 28/03/ 1565. Inserto en la caja nº. 1 de Pedro Hernández. 84 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. fol. 53v. 20/05/1574. 85 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 36v./ 64/ 132v. y 169v. 86 A.J.P.N.P. Lope de Vallejo. caja nº. 2, 29/05/1584. 87 A.J.P.N.P, Luis Méndez / /10/1567. Inserto en la caja nº. 2 de Pedro Hernández. 88 A.J.P.N.P, Hernán Pérez, caja nº. 1. 1569. 89 TORRES SANTANA; Elisa. 1993. pg 159. 90 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz., fol. 33. 11/05/1564. 91 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 17v./ 21v. y 70. 92 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 93 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 366v. y 404v. 94 Ibídem, fols. 80v./ 148/ 213 y 289. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 195 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X neció a la cofradía de La Vera Cruz95 desde sus inicios. BARTOLOME LUIS. (1578-1581) Mu-jer: Catalina González. Hijos: José y Águeda.96 BASTIÁN HERNÁNDEZ. (1564- 1565) Casado con María Nuñez, bau-tizan a Baltasar.97 BASTIÁN FELIPE. ( 1584) En este año vende dos cueros vacunos a otro zapa-tero por precio de ocho ducados.98 BASTIÁN PÉREZ. (1553) Lo encontra-mos, por primera vez, como testigo de una escritura notarial.99 BLAS HERNÁNDEZ. (1566-1572) Ca-sado con Blanca López.100 COSME PÉREZ. (1565-1567) Padrino de bautismos a lo largo de estos años.101 CRISTOBAL ÁLVAREZ. (1576) Padrino.102 DIEGO ÁLVAREZ. (1584) Casado con Isabel Hernández Vázquez.103 DIEGO DÍAZ. (1569-1572) Tuvo este zapatero taller propio donde enseñaba a los aprendices el oficio, como a Salvador, hijo de Juan de la Fuente, empedrador, allá por el año 1569.104 Casado con Mayor Francisca, no se le conoce descendencia.105 DIEGO ESTEVEZ. (1574) Padrino de bautismo.106 DIEGO GARCÍA (1573) Padrino de bautismo.107 DOMINGO HERNÁNDEZ. (1571- 1593) A lo largo de estos años, lo en-contramos formando matrimonio con tres mujeres diferentes, con las que tuvo los siguientes hijos: con Francisca González, a Catalina. Melchor que lo tuvo con Luisa Sánchez. Dos hijas más con su última mujer, María Báez.108 DOMINGO PÉREZ. ( 1576-1582) Ca-sado con Magdalena Pérez, tuvieron cuatro hijos: Domingo, Gaspar, Juan y Melchor.109 DOMINGO YANES. (1571-1576) Casado con María Blas, tuvieron al menos dos hijos: Lázaro e Inés.110 Poseía un solar «con una portada de madera que linda por una parte con cassas de Sebastian Martin, e por 95 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 96 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 167v. y 193. 97 Ibídem, fols. 8v. y 18. 98 A.J.P.N.P. Lope de Vallejo. caja nº. 2, 29/05/1584. 99 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis. 1999. 100 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 28v. y 88. 101 Ibídem, fols. 18 y 33v. 102 Ibídem, fol. 137. 103 A.J.P.N.P. Lope de Vallejo. caja nº. 1, 04/05/1584. 104 A.J.P.N.P. Hernand Pérez, caja nº. 1, 03/12/1569. 105 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 54v. y 96v. 106 Ibídem, fol. 121v. 107 Ibídem, fol. 100v. 108 Ibídem, fols. 80v./ 136/ 289v. y 340v. 109 Ibídem, fols. 141/ 180/ 159 y 212. 110 Ibídem, fols. 105 y 140v. 196 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia otra parte con cassas de Antonio Martin y por otra la calle de los Molinos y la calle que va a la hermita de Santa Catalina.»111 DUARTE GONZÁLEZ. (1526-1535) Otro de los primeros zapateros que lle-garon a la isla procedentes de Portugal y que, siendo cristianos nuevos de ju-díos, fueron penitenciados por la San-ta Inquisición.112 DUARTE RODRÍGUEZ. (1528-1568) Procedente de Portugal, donde había te-nido una hija natural llamada María Ro-dríguez, se afincó en la Isla donde contra-jo matrimonio, en 1528, con Blanca Fer-nández, quien fallecería en 1560. Fruto del matrimonio tuvieron por hijos a Al-varo, Jorge, Isabel y Gracia. Ambas hijas casaron en Portugal. Isabel con Lorenzo Méndez y Gracia con Antonio Hernán-dez. Mientras vivió tuvo a su servicio dos esclavos prietos llamados Francisco e Inés, de quince y catorce años de edad respec-tivamente. 113 En 1563, pertenecía a la co-fradía de La Vera Cruz.114 ESTEBAN RODRÍGUEZ. (1553-1568) En la primera fecha de referencia otor-ga un poder general a Juan de Vilapa-dierna. 115 Casado con Felipa Vellosa, tu-vieron dos hijos: Francisco y Esteban.116 Fue miembro de la cofradía de La Vera Cruz desde 1560 hasta 1567.117 FRANCISCO ÁLVAREZ. (1559) Uno de los primeros miembros de la cofradía de La Vera Cruz.118 FRANCISCO AFONSO. (1551-1565) Tuvo una hija llamada Ana Francisca.119 En 1559 pertenecía a la cofradía de La Vera Cruz.120 FRANCISCO GONZÁLEZ (1546) Na-tural de la isla de Madeira, en la villa de Machico. Casó con Lucía Afonso hija de Pedro Afonso, carpintero, y de Malgarida González. Tuvieron por hija a Blanca González. En 1546 re-dacta testamento.121 FRANCISCO HERNÁNDEZ. (1566- 1578) Contrajo matrimonio con Ana González, de la que tuvo tres hijos: Baltasar, Angela y Catalina.122 FRANCISCO MARTÍN. (1583-1589) Mujer: Luisa Hernández. Hijos: María y Ana.123 111 A.J.P.N.P, Pedro Hernández, caja nº. 3, 21/11/1571. 112 LORENZO RODRÍGUEZ; Juan Bautista. 1987. 113 A.J.P.N.P. Hernand Pérez, caja nº. 1. s.f. 114 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz., fol. 25v. 17/05/1563. 115 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis 1999. 116 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 18v. y 48v. 117 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 118 Idem. 119 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 11v. 120 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 121 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis 1999. 122 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 28/ 56v. 131v. y 165v. 123 Ibídem, fols. 230v./ 285 y 298. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 197 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X FRANCISCO RODRÍGUEZ. (1553) En la fecha de referencia figura como testigo en un poder notarial.124 GASPAR ESPINOSA. (1553) Casado con María Hernández, poseían casas en la ciudad y tierras en las cabezadas de Velhoco, todo lo cual pusieron a tri-buto de dos mil quinientos maravedís a favor de Marcos Roberto, regidor.125 GASPAR GONZÁLEZ I. (1587) Casado con Antonia Rodríguez, tuvieron por hija a María.126 Este mismo año y por falta de pago del adjudicatario original Francisco Hernández, de quien había salido fiador, se le transfiere la renta decimal de los quesos de toda la Isla.127 GASPAR GONZÁLEZ II. (1598) Mu-jer: Catalina de Lugo. Hijo: Juan.128 GASPAR LÁZARO. (1583) Padrino de bautismo.129 GONZALO GONZÁLEZ. (1583) Ca-sado con Elvira Márquez.130 GONZALO LUIS. ( 1571-1573) Casado con Andresa Rodríguez, tuvieron a Juana por hija.131 GONZALO PÉREZ. (1559-1575) Casa-do con María González, tuvieron al menos cuatro hijos: Gonzalo, Catali-na, Agueda y Ana.132 Poseía casa en la calle Real.133 Cofrade de La Vera Cruz desde 1561134 hasta 1575. JORGE RODRÍGUEZ. ( 1567-1582) Contrajo matrimonio con Violante González. Tuvieron tres hijos: María, Antonio e Isabel.135 En 1571 era cofra-de de La Vera Cruz.136 JUAN CANERO. (1567) Casado con Magdalena Pérez, tuvieron a María por hija.137 JUAN DE ÇÚÑIGA. (1565-1585) Las primeras noticias que tenemos sobre este artesano apuntan a una obligación de pago que suscribe en nombre de Pe-dro Hernández, quien estaba preso y con los bienes embargados. Se com-prueba por este contrato que poseía conocimientos caligráficos al firmar de puño y letra ante el escribano.138 En 1585, compraba «...un esclavito de co-lor negro(…) de hedad de ocho o nueve 124 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis. 1999. 125 Idem. 126 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 281v. 127 A.J.P.N.P, Rodrigo Ponce, caja nº. 1. 28/02/1587. 128 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 400. 129 Ibídem, fol. 229. 130 Ibídem, fol. 224v. 131 Ibídem, fols. 78v./ 97v. y 120v. 132 Ibídem, fols. 16v./ 28/ 64v. y 127. 133 A.J.P.N.P, Domingo Pérez, caja nº. 3, 24/11/1559. 134 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 135 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 32v./ 38v./ 67 y 215. 136 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz, fol. 45 v. 06/05/1571. 137 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 36v. 138 A.J.P.N.P, Luis Méndez, 30/01/1565. 198 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia años mas o menos(…) en quarenta du-cados de oro» a Diego de Solís.139 JUAN FERNÁNDEZ. (1587) Casado con Ana Hernández.140 JUAN FRANCISCO. (1568-1586) Igno-ramos el nombre de la mujer con la que estuvo casado, aunque consta que tuvo dos hijas. Inés y Ana.141 En 1571 Do-mingo González, yerno de Cristóbal Gutiérrez, le arriendan una huerta por precio de cincuenta doblas.142 Años más tarde, lo encontramos comprando al mercader Melchor Alvarez de Escobar, cierta cantidad de cueros.143 JUAN GONZÁLEZ. I (1553-1570) Ca-sado con Antonia González, tuvieron dos hijos. Juan y Domingo.144 Fue pro-pietario de unas casas en la calle Real, así como tierras y viña en Mazo145 y la Breña.146 Años más tarde, en 1567, paga a Diego de Solís, mercader, 16 doblas de oro por seis docenas de cor-dobanes curtidos.147 En 1568, era miembro de la cofradía de La Vera Cruz.148 JUAN GONZÁLEZ II. ( 1566-1572) Ca-sado con Isabel González, tuvieron tres hijos: Isabel, Inés y Pedro.149 JUAN GONZÁLEZ III. (1570) Mujer: Catalina Alvarez. Hijo: Gonzalo.150 JUAN GONZÁLEZ IV. (1576-1589) Casado con Leonor López, tuvieron al menos cuatro hijos. Baltasar, Antonio, María y Ana.151 JUAN HERNÁNDEZ. (1569-1599) Contrajo matrimonio con Leonor Es-cudero, teniendo dos hijas: Margarita y María.152 JUAN LAMEGO. (1567-1569) Casado con Magdalena Pérez, bautizan a María.153 JUAN MARTÍN. (1565) Mujer: Isabel de La Calzada. Hijos: Gaspar y Mel-chora. 154 JUAN MUÑÍZ. (1572-1573) Tuvo, jun-to a su mujer Juana Vázquez, dos hijas: María e Inés.155 139 A.J.P.N.P, Luis Méndez 8/10/1585. Inserto en la caja nº. 2 de Pedro Hernández. 140 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 272v. 141 Ibídem, fols. 44/ 122v. y 149. 142 A.J.P.N.P, Pedro Hernández, caja nº. 3, 26/11/1571. 143 A.J.P.N.P, Juan Lezana de Miranda, caja nº. 1. 28/01/1586. 144 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 16v. y 69. 145 HERNÁNDEZ MARTÍN. Luis 1999. 146 A.J.P.N.P, Domingo Pérez, caja nº. 3, s.f., 13/11/1556. 147 A.J.P.N.P, Luis Méndez, oct. 1567. (Inserto en la caja nº. 2 de Pedro Hernández) 148 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz, fol. 42v. 16/05/1568. 149 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 21/ 55 y 89. 150 Ibídem, fol. 75v. 151 Ibídem, fol. 147/ 173/ 206v. y 301. 152 Ibídem, fols. 59/ 278/ 231 y 420v. 153 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 32 y 55. 154 Ibídem, fol. 9v. 155 Ibídem, fols. 87v./ 93v. y 101v. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 199 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X JUAN PÉREZ. (1567-1598) Mujer: Ana Bermúdez. Hijos: Margarita, Pedro, Juan y María.156 JUAN RAMON DE LENES. (1562- 1568) En 1562, se comprometió a en-señar el oficio de zapatero a un Portu-gués estante en la Isla.157 Estuvo casado con Magdalena Hernández, de quien tuvo a Isabel, su hija.158 JUAN RODRÍGUEZ I. (1575-1583) Casado con Ana Hernández, tuvo dos hijos llamados Juan.159 JUAN RODRÍGUEZ II. (1593-1596) Casado con María Correa, se les cono-cen dos hijos: Juan y Beatriz.160 LÁZARO HERNÁNDEZ. (1580) Casa-do con Marquesa Rodríguez, se les co-noce un hijo: Juan.161 LOPE GARCÍA. (1565-1571) Contrajo matrimonio con Catalina García, tenien-do dos hijos: Ana y Lope.162 En 1568 se le cita, junto a Susana Pérez viuda de Juan de Carmona, como arrendatario de unas tierras en Puntallana.163 LUIS FELIPE. (1582) Casado con Bea-triz Bermúdez.164 LUIS DE SANTA CRUZ. (1527) Sin duda, uno de los primeros zapateros instalados en la ciudad, es citado en los protocolos de Bernardino Justiniano, de la escribanía de Tenerife.165 MANUEL GONZÁLEZ. (1580) Casado con Francisca de Perera, tuvieron una hija: Catalina.166 MANUEL HERNÁNDEZ. (1582) Con-trajo matrimonio con Melchora Díaz. Tuvieron un hijo: Bartolomé.167 MARCOS HERNÁNDEZ. (1571-1583) Casado con María de Agrela.168 En 1571 compra a Diego de Solis, mercader, «doze cueros de cordobanes e por diez cueros [vacu-nos] a tres rreales cada uno»169. MARCOS MARTÍN. (1582) Casado con Inés Martín.170 MATEOS FERNÁNDEZ. (1504-1509) Primer zapatero del que tenemos noticias. Durante los años de referencia aparece primero, recibiendo del Adelantado tres 156 Ibídem, fols. 36/ 165/ 119/ 310 y 392v. 157 A.J.P.N.P,. Luis Méndez.. Inserto en la caja nº. 1 de Pedro Hernández. 158 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 49. 159 Ibídem, fols. .25v./ 156v./ 225/ 226v. 160 Ibídem, fol.s. 365v. y 337. 161 Ibídem, fol. 183. 162 Ibídem, fol.s. 14v./ 16 y 79v. 163 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº. 1, 1569. 164 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol.. 208v. 165 GALVAN AFONSO; Delfina. 1990. 166 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 191. 167 Ibídem, fol. 213v. 168 Ibídem, fols. 114v y 225v. 169 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº. 1, 03/07/1571. 170 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 215. 200 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia cahíces de tierra en Puntallana171, ratifica-da posteriormente por Lope de Sosa.172 Poco más tarde, compra a Mateos Cama-cho, regidor, dos pedazos de tierra por im-porte de ciento quince mil maravedís173. A este mismo señor le compra un par de meses antes una casa y solar en Santa Cruz de La Palma por treinta y dos mil mara-vedís. MATEOS GONZÁLEZ. (1598) Contrajo matrimonio con Leonor Rodríguez.174 MATHEOS MARTÍN. (1568-1571) Ca-sado con María Hernández, tuvieron al menos tres hijos: Inés, Ana y Mateo.175 En 1571 lo encontramos comprando «quatro hanegas de trigo y quatro de çen-teno ».176 MELCHOR ÁLVAREZ. ( -1553) Difun-to en la fecha de referencia, estuvo ca-sado con Inés Alvarez, hija de Alvaro Augusto. Poseían tierras en Mazo.177 MELCHOR HERNÁNDEZ. (1569- 1589) Casado con Catalina González lograron amplia descendencia, hasta un total de seis hijos: Catalina, Manuel, Diego, Juana, María y Francisco.178 MELCHOR HERRERA. (1587) Padri-no de bautismo.179 MELCHOR MARTÍN. (1565) Como tantos otros de su tiempo, compaginó la actividad de zapatero con la del co-mercio, al menos eso se desprende de un recibo de pago en el que se dice compra cincuenta y seis barriles de vino.180 NICOLAS GONZÁLEZ (1575-1588) Casado con Lucana González, tuvieron tres hijos: Gonzalo, María y María.181 PABLO PÉREZ. (1581) Mujer: María Hernández. Hijo: Baltasar.182 PEDRO DE SOSA. (1598) Casado con María Rodríguez.183 PEDRO DÍAZ. (1574-1583) Contrajo ma-trimonio con Francisca de Linares, con la que tuvo dos hijos: Pedro y Francisca.184 PEDRO GONZÁLEZ. (1553-1598) Ca-sado con Isabel Luis, tuvieron al me-nos seis hijos: Francisco, Gabriel, Ma-ría, Sebastián, José y Francisco.185 En 171 POGGIO CAPOTE, Manuel. 2001, documento 10,2 -27/04/1508. 172 Ibídem, documento 11, 12/07/1504. 173 Ibídem, documento 12, 08/06/1504. 174 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol.. 398v. 175 Ibídem, fol.s. 47v./ 105v. y 166v. 176 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº. 1, 14/04/1571. 177 HERNÁNDEZ MARTÍN. Luis 1999. 178 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol.s. 55/ 85/ 97v./ 130/ 154v./ 36v./ 177 y 300. 179 Ibídem, fol. 275. 180 A.J.P.N.P, Luis Méndez. 19/03/1565. (Inserto en la caja nº. 1 de Pedro Hernández) 181 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 128v./ 130v./ 282 y 160v. 182 Ibídem, fol. 203v. 183 Ibídem, fol. 399. 184 Ibídem, fols. 118 y 229. 185 Ibídem, fols. 20/ 21/ 39v./ 68v./ 102v./ 146 y 396v. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 201 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X 1570 compra a Lesmes de Miranda: «siete cueros vacunos en pelo a mill y duzientos y çinquenta mrs, cada uno y por ocho cueros de carneros a quarenta y dos mrs cada uno y por veynte y un cue-ros de carneros a setenta y dos mrs cada uno que todo monta los dichos 1051 mrs.»186 Perteneció a la cofradía de La Vera Cruz desde 1566, año en que desempeñó el cargo de prioste187, hasta 1575.188 PEDRO GONZÁLEZ II. (1567-1570) Casado con María González.189 PEDRO HERNÁNDEZ. (1569-1574) Casado con Andresa de Acosta.190 PEDRO OLIVERA (1560) Miembro de la cofradía de La Vera Cruz.191 PEDRO VÁZQUEZ. (1527-1546) En 1527 se encontraba en Tenerife donde recibe en soldada a Lucas, hijo de Pe-dro Hernández Halcón, vecino de Te-nerife192. Casado con Leonor Hernán-dez obtienen en 1546 el diezmo de los parrales de Puntallana en cuantía de doscientos treinta mil maravedís.193 PEDRO YANES. (1572) Casado con Leo-nor de Campo. Hijo: Marcos.194 SALVADOR HERNÁNDEZ. (1580- 1593) Casado con María Paz, tuvieron hasta un total de seis hijos: Francisca, Catalina, Polonia, María, Cristina y Margarita.195 SEBASTIÁN ÁLVAREZ. (1582) Mujer: Catalina Díaz. Hijo: Sebastián.196 SEBASTIÁN FELIPE. (1574-1593) Mu-jer: Beatriz de Bermúdez. Hijo: Luis.197 SEBASTIÁN GONZÁLEZ. (1566-1572) Casado con Isabel González, tuvieron tres hijos: Ana, Diego y Baltasar.198 SEBASTIÁN HERNÁNDEZ. (1567) Contrajo matrimonio con María Nuñez, con la que tuvo una hija llamada Espe-ranza. 199 SEBASTIÁN PÉREZ. (1559-1564) Co-frade fundador de la cofradía de La Vera Cruz.200 SEBASTIAN PIÑERO. (1598) Mujer: Isabel Gutiérrez. Hijo: Juan.201 186 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº. 1, 11/ 05/ 1570. 187 Mayordomo de una hermandad o cofradía. 188 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 189 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 32v. y 65. 190 Ibídem, fols. 59 y 120v. 191 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz, fol. 20. 02/05/1560. 192 GALVÁN AFONSO; Delfina. 1990, p. 395. 193 HERNÁNDEZ MARTÍN. Luis 1999. 194 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 94v. 195 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 191/ 204v./ 226v./ 270/ 297 y 339v. 196 Ibídem, fol. 206v. 197 Ibídem, fols. 114v./ 128v. y 335v. 198 Ibídem, fol.s. 18v./ 57v./ 70v. y 92. 199 Ibídem, fol. 39v. 200 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 201 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 393v. 202 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia SILVESTRE GONZÁLEZ. (1526) Hijo del zapatero Alvaro González, portu-gués, vecino de La Palma. Fueron con-fiscados sus bienes y relajado en persona por hereje y heresiarca. Antes de ser que-mado se le dio tormento extraordinario azotándosele públicamente por haber perjurado y escapado de la cárcel.202 SIMÓN RODRÍGUEZ. (1567-1587) En 1567 figura como tributario de unas tie-rras, sin especificar, pertenecientes al Cabildo por la cuales pagaba siete mil ciento cuarenta y cuatro maravedís.203 Años más tarde, lo encontramos com-prando a Diego de Solis, comerciante «çinco dozenas y tres cueros cordobanes curtidos a 3 doblas cada dozena y por otras tres dozenas y media de [roto] curtidos a cinco doblas y media la dozena.»204 En cuanto a su situación familiar solo sabe-mos que tenía una hija llamada Ana Ro-dríguez, la cual aparece como madrina de bautismos en la parroquia.205 GUANTEROS ANTONIO GONZÁLEZ. (1579) Con-trajo matrimonio con Gregoria de Acosta y tuvieron dos hijos: Antonio y María.206 FRANCISCO GONZÁLEZ. (1553-1582) Lo encontramos por primera vez como testigo de un poder notarial suscrito en 1553.207 Casado con Juana Bernal, figura en multitud de ocasiones como padrino de bautizos. Se le conoce una hija llama-da Lucía Díaz.208 En 1565 tanto él como su mujer aprueban el matrimonio entre María de Campoverde, de color loro209 y a quien posiblemente le habían dado libertad, y Lucas Hernández, de quien también se dice que era de color loro. En testimonio del acuerdo y para sostener las cargas del matrimonio, dotan a María de Campoverde con lo siguiente: “un colchón de lienço con un quintal de lana, ocho sabanas de lienço buenas y una frasada nueva y dos almohadas labradas nuevas, y otra almohada blan-ca labrada, e una [dozen]a de pañuelos nuevos, y dos sillas de madera y dos caxas, la una de madera de pino e la otra de viñátigo,que tenga la una [ ] pal-mos e la otra, syete, una dozena de pla-tos y escudillas y unavela, y una caçuela de barro, una saya de paño azul y un sayo de telilla de lana nuevo(…) y asi mismo 20 doblas en dinero”.210 Como los demás guanteros, disfrutó de una buena posición económica, como 202 LORENZO RODRÍGUEZ; Juan B. 1987, pg 44. 203 A.M.L.P, Libro V de Reales Cédulas, leg. 726, fol. 37v. 204 A.J.P.N.P,. Luis Méndez / /10/1567. (Inserto en la caja nº. 2 de Pedro Hernández). 205 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 281. 206 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 176. 207 HERNÁNDEZ MARTÍN. Luis 1999. 208 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 167v. 03/12/1578. 209 De color amulatado o de un moreno que tira a negro. 210 A.J.P.N.P, Luis Mendes.11/08/1565. (Inserto en la caja nº. 1 de Pedro Hernández). Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 203 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X lo demuestra tanto el contenido de la dote citada, como los pagos que realiza a mercaderes de la ciudad por compra de telas.211Desde 1563 hasta 1574, per-teneció a la cofradía de La Vera Cruz.212 JUAN RODRÍGUEZ. (1568) Casado con Constanza Rodríguez. En el año de referencia compra a Juan Rodrí-guez, mercader, de quien dice ser so-brino, quince pipas de vino al precio de 3 doblas cada una.213 MARTÍN DÍAZ. (1570-1578) Tuvo jun-to a Leonor Hernández, su mujer, tres hijos: Pedro, Bernabé y María.214 MELCHOR LÓPEZ. (1593-1595) Casó con Ana Rodríguez y tuvieron dos hi-jas, Ana y Leonor.215 PEDRO HERNÁNDEZ. (1556-1583) Casó con Isabel López. No se le conoce descendencia, al menos en el período ana-lizado. 216 Poseía morada en unas casas si-tuadas en la calle Real, de las cuales alqui-ló los altos que daban tanto a la calle Real como los que miraban al mar. El contra-to, realizado a nombre de Jorge Pinto y de Gonzalianes, tenía duración de un año y se cifraron treinta y cuatro doblas como renta del alquiler.217 En 1583 figuraba como miembro de la cofradía de La Vera Cruz.218 Mantuvo tratos comerciales con Domingos Hernández, vecino de Portu-gal, a quien libra una letra de ochenta du-cados. 219 RODRIGO LUIS. (1548- 1584) Primero de los guanteros registrados, quizás sea el más conocido, tanto por el tiempo que ejerció como tal, como por las actividades socia-les desplegadas por él o por miembros de su familia. Ya en 1548 era casado con Isa-bel Hernández de quien se le conocen tres hijas: Andresa Rodríguez, Joana Rodrí-guez y María Rodríguez. Por esta época sabemos que habían comprado unas casas en la ciudad, junto a la calle Real, a Tori-bio Riberos.220 Estas casas hubieron de ocupar amplios solares ya que en dos oca-siones las divide, llegando a formar el con-junto tres viviendas.221 En 1565 contrae 211 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº 1, 11/05/1570. 212 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 213 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº. 1. 23/01/1568. 214 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 72/ 118v. y 167v. 215 Ibídem, fols 331 y 354. 216 Ibídem, fols. 4v./ 23 y 99. 217 A.J.P.N.P, Luis Maldonado, caja nº. 1, 05/01/1558. 218 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. fol. 58, 19/05/1583. 219 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis, nº. 1070, 12/02/1557. 220 A.M.P., Hospital, Libro I de Legados y Donativos, est. 35, carpeta única, leg, 621, fol. 353- y 64. 221 En escritura de dote otorgada en 1560, Rodrigo Luis se compromete a entregar como dote, entre otras cosas «un colchon e quatro almohadas las dos labradas y las dos blancas y las dos de ellas llenas de lana y sábanas nuebas y una fresada nueva y sus bancos y tablas para la cama y quatro sabanas nuebas y una fresada nueba y sus bancos y tablas para la cama y una caxa de vinatigo y una mesa y dos sillas de palo» a su hija Joana Rodríguez, una casa que lindaba, por una parte con la casa que se había quedado Rodrigo Luis para vivir y por la otra parte otra casa que había obteni-do igualmente en dote su otra hija María Rodríguez. Estas tres casas tenían su fachada principal en la calle Real y la trasera, lindando con el mar. (A.J.P.N.P, Luis Maldonado, caja nº. 2. 25/04/1560.) 204 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia nuevo matrimonio, esta vez con María de Leira, con la que tendrá al menos ocho hijos.222 Ya en el siglo siguiente Catalina Rodríguez, una de sus hijas, casó con Antonio de Espino, los cuales tenían una casa terrera en la Somada, junto a la pla-ceta de Borrero.223 Adosada a esta casa, te-nía su morada Beatriz Rodríguez de La Trinidad, primera de las hijas habidas durante el segundo matrimonio.224Como tantos otros artesanos, perteneció a la co-fradía de La Vera Cruz en la cual estuvo desde 1559 hasta 1584.225 ÇURRADORES. ANTONIO DÍAZ. (1566-1577) Casado con Ana Francisca, bautizan a un total de cuatro hijos. Ana, Isabel, Antonio y Baltasar.226 ANTONIO HERNÁNDEZ. (1568) Ca-sado con Francisca Hernández. Hijo: José.227 BASTIÁN HERNÁNDEZ. (1571) Lo encontramos, por primera y única vez, junto a un compañero de oficio: Fran-cisco Romano, haciendo efectivo el pago de unas deudas que tenía con Juan Fernández Camillón.228 CRISTOBAL AFONSO. (1558-1565) Mujer: María Rodríguez. Hija: María.229 Entabló pleito contra Bastián Jorge, por la mitad de una sementera en tierras de Luís Álvarez.230 DOMINGO HERNÁNDEZ. (1559- 1563) Conocemos de su existencia por haber pertenecido a la cofradía de La Vera Cruz.231 de la que fue prioste los primeros años. FRANCISCO ROMANO. (1564-1571) Casado con Ana López, tuvieron un hijo llamado Domingo. Vendió unas casas que tenía en el barranco de San Francisco a un tal Joan González, por precio de nueve doblas de oro.232 Tam-bién fue miembro de La Vera Cruz du-rante los años 1567 y 1568.233 GONZALO VAEZ. (1575-1583) Tuvo por mujer a Francisca González siendo sus hijos Gaspar y Melchor.234 JUAN GONZÁLEZ. (1573) Casado con Ana López, solo se le conoce un hijo: Juan.235 222 “Beatriz, Margarita, Gregorio, Vicente, Simón, Ana, Francisco, Buenaventura” A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 12/ 30/ 33/ 54v./ 88v./ 124v./ 138/ 153v./ 177v./ 198/ 198v. y 220. 223 A.M.P., Hospital, Libro I de Legados y Donativos, est. 35, leg,621, fol 357. 224 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 12. 225 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz.. 226 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 22/ 51/ 152v y 83v. 227 Ibídem, fol. 42. 228 A.J.P.N.P, Pedro Hernández, caja nº. 4, 1571. 229 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 13v. 230 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis, 2003, 28/02/1558. 231 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz.. 232 A.J.P.N.P, Luis Méndez, 27/06/1564. (Inserto en la caja nº. 2 de Pedro Hernández). 233 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz.. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 205 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X JUAN MARTÍN. (1566) Padrino de bau-tismo. 236 LORENZO HERNANDEZ. (1566-1575) Contrajo matrimonio con Felipa Martín, junto a la que tendría tres hijos: Lucrecia, Baltasar y Domingo.237 MANUEL ÁLVAREZ. (1599) Mujer: María Luis. Hijo: Manuel.238 MANUEL GONZÁLEZ. (1580) Casado con Ana Santos tuvieron a Juan por hijo.239 ALBARDEROS Y SILLEROS ANTONIO FRANCISCO GONZÁLEZ. (1565) Sillero. padrino de bautismo.240 DOMINGO DE MOTA. (1575) Albar-dero. Padrino de bautismo.241 FRANCISCO GONZÁLEZ. (1555-1571) Sillero. En 1555 ratifica la venta realizada a Francisco de Salazar de un solar que había poseído en el puerto por precio de diecisiete doblas.242 Años más tarde acude como padrino a la iglesia principal de la ciudad.243 Estuvo casado con Juana Ro-dríguez, hija de Cristóbal Díaz.244 JUAN ÁLVAREZ. (1562) Albardero. Casa-do con Ana de Cabrera, tienen al menos dos hijos: Bartolomé y María Cordera. A esta última, la casó con Antonio Martín, dando en dote un pedazo de tierras en Las Cabeçadas, concretamente «46 hanegas de tierra medidas por cordel.»245 JUAN PÉREZ. (1565-1575) Albardero. Casado con María González, tienen dos hijas: Agueda y Catalina.246 PEDRO GÓMEZ. (1557) Fue dueño de una casa en el barrio de los Lordelos247. PEDRO YANES. (1544-1557) Albardero. Aparece nombrado en una escritura de tributo entre Duarte de Fraga y Alonso Fernández de Lugo sobre unas viñas que el primero tenía en el barranco de La Madera. En este mismo barranco tenía Pedro otras viñas que lindaban con las del anterior y con otras de Sebastián Martín, barbero.248 En 1553, tres meses después 234 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 125v. y 225. 235 Ibídem, fol. 109. 236 Ibídem, fol. 27v. 237 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 23v./ 77v. y 126. 238 Ibídem, fol.417. 239 Ibídem, fol.186v. 240 Ibídem, fol. 13. 241 Ibídem, fol. 126v. 242 A.J.P.N.P, Domingo Pérez, caja nº. 3, s.f. 1555. 243 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 76. 244 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis 2000, nº 759. 245 A.J.P.N.P, Luis Méndez. 16/1/1562. (Inserto en la caja nº. 1 de Pedro Hernández). 246 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 19v./ 28v. y 129v. 247 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis, nº. 1247. 24/05/1557. 248 A.M.L.P. Hospital. Libro IV de cuentas y tributos. Est.35, leg.725, fol 471. 206 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia de que la ciudad fuera incendiada por el pirata Le Clair, empezaba a fabricar unos solares que poseía en «la [calle] rreal que va a los molinos».249También fue dueño de una casa en el barrio de los Lordelos.250 CURTIDORES. JUAN GUTIERREZ. (1527) Primer curti-dor del que poseemos algún dato que no sea el estrictamente familiar. El hecho des-crito pone de manifiesto los roces y dis-putas habituales de una sociedad marca-damente imbuida en el espíritu religioso de la época «denuncia hecha ante el vicario de la Isla de la Palma Enrique Fernández, por Juan Gutierrez, curtidor, contra Juan Alvarez, portugués, que solia pedir limosna para Nª SRª de las Nieves, porque trato de impedir que lo hiciera el demandante para la santisima trinidad en la iglesia de san Francisco de aquella Isla».251 JUAN REMÓN. (1571-1577) Casado con Magdalena Hernández. Tuvieron dos hijos: Ana y Miguel.252 MARTIN DÍAZ. (1568) Casado con Leonor Díaz, bautizan a su hija María, en el año de referencia.253 NICOLAS GONZÁLEZ. (1593) Mujer: Lucana González. Hijo: Juan.254 249 A.P.N. Domingo Pérez, caja nº. 1 fols .551v.-554. 19/10/1553. 250 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis, nº. 1209. 24/05/1557. 251 RODRÍGUEZ GALINDO; Aurina. 1970-1971, pg.165. 252 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 79v. y 155v. 253 Ibídem, fol. 43v. 254 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 43v. TABLA VI Oficio Número Hijos Esclavos Artesanos más antiguos Albarderos 4 4 - (1544) Pedro Yanes Chapineros - - - - Curradores 12 8 - (1564) Fco. Romero Curtidores 4 4 - (1527) Juan Gutiérrez Guanteros 7 19 1 (1548) Rodrigo Luis Silleros 2 - - (1555) Fco. Glez Sombrereros 5 8 - (1590) Domingo Díaz Zapateros 99 142 18 (1504) Mateos Fernández Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 207 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X SOMBREREROS. BALTASAR GONZÁLEZ. (1597-1599) Casado con Beatriz de Lima, tiene dos hijos: Juan e Isabel.255 DOMINGO DÍAZ. (1590-1597) Contra-jo matrimonio con Isabel Pérez, con la que tuvo al menos cuatro hijos: Fran-cisco, Juan, Leonor y María.256 FRANCISCO PEDRIANES. (1598) Pa-drino de bautismo.257 FRANCISCO YANES. (1595) Casado con Isabel Pérez, tienen por hijo a Juan.258 JUAN PÉREZ. (1591) Casado con María Pérez, tienen a Juan por hijo.259 PAÑOS Y TEJIDOS. BORDADORES. ANDRÉS MONTALVO. (1612) Ya hemos visto como aparece citado en un contrato mediante el cual se obliga a rea-lizar una obra para la cofradía del St. Sacramento260. CALCETEROS ALONSO DE OCAÑA. (1568) Casado con Isabel Nuñez, se les conoce un hijo llamado Alonso261. ALONSO DE ORTEGA. (1568-1570) Casado con María de San Juan, tuvie-ron dos hijos: Francisca y Alonso262. BERNARDO DE ORIHUELA.(1570- 1590) Una de sus hijas, María de Las Nieves, figura como madrina de bau-tizos en varias ocasiones263. DIEGO ÁLVAREZ. (1579) Padrino de bautismo264. Veremos más adelante como también ejerció los oficios de sastre y jubetero. FRANCISCO ÁLVAREZ. (1557-1559) Casado con Leonor Pérez.265 También figura como testigo en una escritura de adjudicación del décimo de los parra-les de Puntallana.266 FRANCISCO DE BENAVENTE. (1553- 1557) Aparece por primera vez firman-do como testigo en una escritura de arrendamiento.267 En 1556 figura como propietario de una casa lindante con 255 Ibídem, fols. 388 y 413v. 256 Ibídem, fols. 310v./ 328v. 354 y 380. 257 Ibídem, fol. 395. 258 Ibídem, fol. 356. 259 Ibídem, fol.317v. 260 A.J.P.N.P. Tomás González, 1612. 261 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol.47. 262 Ibídem, fols. 34/ 42/ 57 y 63. 263 Ibídem, fols. 71/ 213 y 362. 264 Ibídem, fol. 168. 265 A.J.P.N.P, Pedro de Belmonte caja nº. 1, 06/ 06/ 1559. 266 HERNANDEZ MARTÍN, Luis nº. 1289, 24/06/1557. 267 Ibídem, nº. 337, 02/11/1553. 208 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia otras de Alonso Hernández, de los hijos de Lope de Vallejo y con la calle Real268. Al año siguiente, estando en el Hierro es comisionado por Luis Vendaval, para defender a un esclavo al que le tenían puesto pleito en esa isla269. También al-quila a Cristobal de Espinosa la parte alta de una casa de su propiedad, que aún estaba sin terminar270. FRANCISCO GONZÁLEZ MARTÍN. (1565-1579) Casado con Beatriz Gon-zález, tuvieron a Francisca, María, Mi-guel y María por hijos271. JUAN LÓPEZ DE MEDINA. (1556- 1557) Figura como testigo en el testa-mento de Elvira de Carmona. Tam-bién en una deuda entre Luis Vendaval y Melchor Luis272. PEDRO HERNANDEZ. (1566-1579) Casado con Catalina de Cabrera, tienen cuatro Hijos: Gaspar, Manuel, Juana y Baltasar273. PEDRO LUIS. (1546-) Testigo en una venta de mercancías274. JUBETEROS. DIEGO ALVAREZ.(1575) Único artesa-no de este oficio del que tenemos constancia275. LANEROS GIL DE BARRADAS.(1570) Contrajo matrimonio con María Pérez. Tuvie-ron una hija llamada Lucía276. HERNAND GARCÍA. (1589) Padrino de bautismo277. SEDEROS O SEDACEROS ANTONIO PÉREZ.(1553-¿?) Aparece varias veces como testigo de obligacio-nes notariales.278 DOMINGO DE SOSA. (1575-1598) Ca-sado con María de Leira, tuvieron tres hijos: Ana, Juan y Francisco279. En 1592, era miembro de la Cofradía La Vera Cruz. FRANCISCO HERNÁNDEZ. (1594) Fi-gura como padrino de bautismo280. 268 A.J.P.N.P, Pedro de Belmonte, caja nº. 3, 08/02/1556. 269 HERNANDEZ MARTÍN, Luis , nº. 1321, 29/07/1557. 270 Ibídem, nº. 741 30/10/1555. 271 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 11/ 15/ 57/ 147v. y 176v. 272 HERNANDEZ MARTÍN, Luis, nº. 1251, 14/06/1557. 273 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 23v./ 86/ 112v./ 139 y 172v. 274 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis. Nº 25, 15/06/1546. 275 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 131. 276 Ibídem, fol. 72. 277 Ibídem, fol. 301v. 278 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 308. 279 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 130/ 317 y 404. 280 Ibídem, fol. 344. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 209 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X JUAN ÁLVAREZ. (1554-1558) Figura en escritura notarial vendiendo el producto del trabajo de todo un año a Juan de Çada, mercader281. Estuvo casado con Ana Fraile282. Tenía su residencia en el barranco del agua, comarca de Los Sau-ces, tierras por las que pagaba catorce doblas de tributo a Marcos Ruberto283. JUAN HERNÁNDEZ DE FONSECA. (1559-1569) Casado con Luisa de Fonseca, tuvo tres hijos: Pedro, Ana y Pedro284. En 1569 toma por aprendiz del oficio a Luis, hijo de Andrés Vaez, de diez años de edad y por un espacio de ocho años285. Desde el año 1559 y hasta 1562, fue miembro activo de la cofradía La Vera Cruz.286 MELCHOR LUIS. (1550-1557) Lo en-contramos en tratos comerciales con Lesmes de Miranda. En 1557 se en-contraba temporalmente en la isla de El Hierro287. MIGUEL ASEVEDO.(1598) Padrino de bautismo288. PEDRO RODRÍGUEZ.(1571) Padrino de bautismo289. SASTRES ALONSO DE CARIA.( 1564) Padrino de bautismo290. ALONSO DE VERGARA. (1597) Pa-drino291. ALONSO GONZÁLEZ. (1567-1568) Casado con Ana Hernández, tuvieron una hija llamada Violante292. ALONSO HERNÁNDEZ. (1566) Pa-drino de bautismo293. ALONSO MEXIA. (1556) Testigo en es-critura notarial294. ANDRÉS MARTÍN. (1565-1567) Casa-do con Caterina de la Rocha, tuvieron dos hijos. Beatriz y Francisco295. ANTON ALVAREZ. (1581) Miembro de la cofradía La Vera Cruz.296 ANTONIO GONZÁLEZ. (1570-1583) Contrajo matrimonio con Ana Mar- 281 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 529, 09/09/1554. 282 Ibídem nº. 529, 2000. 283 Ibídem nº. 839, 31/01/1556. 284 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 11v./ 45 y 30v. 285 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº. 1, 14/ 7/ 1569. 286 B.C, Libro de la cofradía de La Vera Cruz. Opus, cit. 287 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 1.171, 10/04/1557. 288 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 404v. 289 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 77v. 290 Ibídem, fol. 2. 291 Ibídem, fol. 382. 292 Ibídem, fols. 36v. y 48. 293 Ibídem, fol. 22. 294 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 965, 16/10/1556. 295 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 13v. y 32v. 296 B.C, Libro de la cofradía de La Vera Cruz. Opus, cit. 210 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia tín. Tuvieron por hijos a Blanca, Cata-lina, Andrés, Andresa y Antonio297. Perteneció a la cofradía La Vera Cruz. ANTONIO LÓPEZ. (1577-1581) Mujer: Dominga Vera. Hijos: María y Ana298. ANTONIO PÉREZ. (1569) Padrino299. ANTONIO RODRÍGUEZ. (1566-1569) Casado con Catalina Pérez, tienen dos hijos: Antonio y Francisca300. BALTASAR HERNANDEZ. (1567-1593 Casado con Luisa Rodríguez, tuvieron al menos cinco hijos: María, Ana, Águeda, Domingo y María301. BALTASAR LÓPEZ. (1554) Testigo en dote302. BALTASAR MENDEZ. (1551) En esta fecha declara haber recibido una com-pensación por el pleito entablado con-tra Lope Yanes303. BALTASAR RODRÍGUEZ. (1573) Pa-drino de bautismo304. BALTASAR SUAREZ. (1592) Padrino de bautismo305. BARTOLOMÉ ESQUIVEL. (1566) Pa-drino de bautismo306. BARTOLOMÉ RODRÍGUEZ. (1580- 1587) Mujer: Leonor Pérez. Hijos: Antonia y Margarita307. BARTOLOMÉ TEJERA. (1593) Padrino de bautismo308. BLAS LOPEZ. (1568) Durante este año, ocupó el cargo de prioste en la cofra-día La Vera Cruz.309 DIEGO ÁLVAREZ. (1564-1568) Contrajo matrimonio en dos ocasiones. La prime-ra, con Luisa Hernández, con quien ten-dría dos hijos: Andrés y Baltasar. De su segundo matrimonio con Agueda Gó-mez, tuvo otros dos hijos: Juana y Fran-cisca310. En sus diversas manifestaciones públicas, unas veces es nombrado como jubetero y otras como calcetero, aunque también como «maestre del offiçio de sas-tre »311. Miembro de La Vera Cruz en 1564 DIEGO DE CASTRO. (1547-1550) Cons-ta como fiador en un diezmo de renta censal referente a los parrales de Los Sau-ces y sus términos312. Tres años después es él quien recibe la adjudicación de la renta de estos mismos parrales313. 297 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 70/ 86/ 125/ 218 y 224. 298 Ibídem, fols. 149v. y 199v. 299 Ibídem, fol. 53. 300 Ibídem, fols. 22 y 60v. 301 Ibídem, fols. 33/ 45v./ 64/ 92v./ 119/ 146/ 221/ 277v. y 341v. 302 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 605, 21/11/1554. 303 Ibídem, nº. 223, 14/10/1551. 304 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 106. 305 Ibídem, fol.322. 306 Ibídem, fol. 23. 307 Ibídem, fols. 185v. y 278. 308 Ibídem, fol. 339. 309 B.C, Libro de La cofradía de La Vera Cruz. Opus, cit. 310 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 19v./ 39/ 215/ 270 y 290. 311 A.J.P.N.P. Lope de Vallejo, caja nº. 2, 11/ 8/ 1584. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 211 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X DIEGO GONZÁLEZ. (1568-1573) Mujer: Inés Hernández314. DOMINGO GONZÁLEZ. (1558-1571) Casado con Juana Nuñez, tuvieron dos hijos: Ana y Miguel315. Vivía y trabajaba en unas lonjas de las casas pertenecientes a Marcos Dalmao Roberto situadas en la calle Real y que tenían por linderos: «por una parte, cassas q[ue] fueron de Françisco Benavente que agora son mias e por la otra [parte] cassas de Domingo Sanc[he]z de Ortega y por detras cassas de S[evas]tian de Vallejo, alguacil mayor y por delante la [calle] rreal»316. Fue cofrade de La Vera Cruz durante los años 1561 y 1562 DUARTE RODRÍGUEZ. (1521) En esta fecha poseía un solar en la ciudad, junto a otro de Pedro Belmonte, que había comprado a Riberos317. FRANCISCO ÁLVAREZ. (1580) Casado con María Blás, tuvieron por hijo a Cristóbal318. FRANCISCO DE ANGULO. (1568) Mujer: Juana Luís. Hija: Inés319. FRANCISCO DE SALAZAR. (1551) Testigo en escritura de dote320. FRANCISCO DE VARGAS. (1567- 1568) Padrino de bautismo321. FRANCISCO HERNÁNDEZ. (1557) Yerno de Juan Fernández Peñalva, actúa como fiador en la renta de la miel y cera de toda la Isla322. FRANCISCO HERNÁNDEZ VOSO-BLANCO. (1574-1596) Instituye una capellanía de misa cantada perpe-tuamente, con ministros y órgano, en la iglesia de El Salvador. Para ello, dis-puso de dos fanegas y media de tierra en Puntallana. Nombra como patrón a su mujer María Martín, con la que acude asiduamente a la parroquia como padrino323. En 1587 se le adju-dicaba la renta decimal del queso de toda la Isla, por la cantidad de 172.500 mrs.324 FRANCISCO PÉREZ. (1565-1567) Ca-sado con Ana González, tienen a Bea-triz por hija325. FRANCISCO RODRÍGUEZ. ( +1554) Ya en esta fecha queda constancia de su defunción al vender Diego Ro-dríguez, su hijo y heredero, unas viñas 312 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 170, 20/05/1547. 313 Ibídem, nº. 189, 9/06/1550. 314 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 41/ 43 y 98. 315 Ibídem, fols. 10/ 59v./ 76 y 85v. 316 A.J.P.N.P, Domingo Pérez, caja nº. 1, fols. 416 y 416v. 10/ 1/ 1558 317 POGGIO CAPOTE, Manuel. 2001 Caja 6, exp.2. 318 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 190v. 319 Ibídem, fol. 42v. 320 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 726, 24/12/1551. 321 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 30 y 49v. 322 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 1085, 20/02/1557. 323 A.J.P.N.P, Pedro Hernández, 20/10/1599. (Inserto en José Manuel de Salazar, 1798). 324 A.J.P.N.P, Pedro Ponce, caja nº. 1, 28/02/1587. 325 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 19 y 37. 212 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia en La Breña por precio de cuarenta doblas de oro326. GASPAR BELTRAN. (1569) Casado con Juana Hernández, tuvieron a Lucía por hija327. GASPAR DE LOS REYES. (1567) Padrino de bautismo328. GASPAR GONZÁLEZ. (1594) Padrino de bautismo329. GASPAR HERNÁNDEZ. (1569) Casa-do con Leonor Rodríguez330. GASPAR LÓPEZ. (1570) Casado con Beatriz Piñera, tuvieron una hija lla-mada María331. GASPAR RODRÍGUEZ. (1553-1556 En la fecha de referencia, otorga poder nota-rial332. En 1556 suscribe un contrato de aprendizaje con Juan Anrriquez, para enseñar el oficio a un sobrino de este úl-timo333. Poco después, ejerce como testi-go en una escritura de deuda334. GONZALO HERNÁNDEZ. (1588- 1598) Fruto de su matrimonio con Inés González, tuvo al menos tres hi-jos: María, Gonzalo y María. GREGORIO SUÁREZ. (1586-1593) Casado con Angela Hernández, no se le conoce descendencia335. HERNANDO DE SALAZAR. (1565- 1569) Padrino de bautismo336. JORGE DE LA CRUZ. (1574-1582) Padrino de bautismo337. JUAN ÁLVAREZ. (1564-1578) Casado con Beatriz Pérez, tuvieron cuatro hijos: Ana, Baltasar, María y Juan338. Pertene-ció a la cofradía La Vera Cruz.339 JUAN DACOSTA. (1546-1559) Casado con Francisca Hernández, no se les cono-ce descendencia. Se hizo construir una casa de alto y bajo donde tendría la tien-da, encargando a Diego Hernández, car-pintero, la hechura de puerta, armarios, ventanas y escaleras340. La edificó en 1554 sobre unos solares arrasados por el incen-dio del año anterior, concretamente en la calle de la Carnicería, junto a solares de Lesmes de Miranda y Francisco Belmon-te341. Ya en 1546, ejercía como maestro del 326 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 774, 20/03/1554. 327 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol.57v. 328 Ibídem, fol. 32. 329 Ibídem, fol. 350v. 330 Ibídem, fol. 58. 331 Ibídem, fol. 75v. 332 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 242, 06/10/1553. 333 Ibídem, nº 1035 30/02/1556. 334 Ibídem, nº 1270 11/08/1557. 335 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 301 y 337v. 336 Ibídem, fols. 13 y 53v. 337 Ibídem, folS. 114v. y 207. 338 Ibídem, fols. 19v./ 76/ 114v. y 159. 339 B.C, Libro de La cofradía de La Vera Cruz. Opus, cit. 340 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 587. 341 Ibídem, nº 619. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 213 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X oficio al acoger aprendices en su taller342. Gozó de una cómoda situación, poseyen-do «una heredad de cassas, vina e lagar en la breña»343, lindantes con tierras de Luis Vendaval, las cuales puso a partido en di-versas ocasiones, además de otras en la ciudad. Parte de una de ellas, la tenía al-quilada a Doña Agueda de Socarrás, mu-jer de Don Diego de Monteverde344. La otra parte, la cedió en tributo a Melchor de Acosta, su sobrino345. De las escrituras notariales se desprende que mantuvo buenas relaciones de amistad y comercio con Lesmes de Miranda, comerciante, Diego de Solís, escribano, Duarte de Fra-ga, procurador, y Miguel de Lomelín, re-gidor, entre otros. JUAN DE ORTEGA. (1566) Mujer: An-dresa Rodríguez. Hijo: Bartolomé346. JUAN FERNÁNDEZ. (1521.1570) Mujer: Catalina del Corral. Ha sido registrado por primera vez en 1521 vendiendo unas tierras y cueva en Los Galguitos a Domin-gos Afonso347. Más tarde aparece como testigo de un testamento348. Poseía casa con huerta y corral en el barrio de Horós, lindes con casas de Pedro de Castilla, huerta de Mondoño y la calle Real. En 1557 ejerce testimonio en escritura de venta del diezmo del mosto de Santa Lu-cía y La Galga349. También como fiador en la adjudicación de la renta de los parrales de Los Sauces350. Fue, varias veces, adjudi-catario de la renta del diezmo de la miel y sangre de drago, por la cual pagó veintio-cho y treinta y seis mil mrs351. Su última aparición lo es como testigo de un poder notarial352. Se le conocen tres hijos adultos llamados: Lorenzo Hernández, Ana del Corral y Beatriz Herrero. Como dato anecdótico decir que en 1546, por la he-chura de una capa, cobraba doscientos cincuenta y dos mrs y por una chamarra de tafetán, cuatrocientos veinte mrs353. 342 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 33, 18/ 06/ 1546 y nº. 106, 24/04/1546. 343 A.J.P.N.P,. Luis Méndez. 1/6/1562. (Inserto en la caja nº. 1 de Pedro Hernández). 344 «Sepan como yo Dacosta, sastre (…) os doy a rrenta a vos Agueda de mujer de Diego de Monteverde (…) unas cassas que lindan de una parte, con casas del bach. Juan Espino, rregidor, e de la otra cassas de la mujer e hijosde Juan Gonzalez, çapatero, e por delante la calle e por detras el corral de las cassas de payo de laça por tiempo de un año cumplido, que empeso a correr e contar desde nueve dias deste presente mes de diçiembre, por presio de treyn-ta y çinco doblas de oro (…) e una lonja de las cassas de Don Diego de [roto], vuestro hierno ques la que sale de la plaseta y para que en ellas podays bibir e morar por tiempo de un año (…) y el preçio de las dhas es de treyn-ta e çinco doblas e me las abeys de pagar la mitad por el mes de diciembre siguiente del año de quinientos çin-quenta e ocho.» (A.J.P.N.P, Domingo Pérez, caja nº. 1, fol. 907, 20/12/1557). 345 A.J.P.N.P, Domingo Pérez, caja nº 3, 13/11/1556. 346 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 27v. 347 POGGIO CAPOTE, Manuel. 2001, caja 8, exp. 6, 16/04/1521. 348 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 48, 26/06/1546. 349 Ibídem, nº. 1283, 22/06/1557. 350 Ibídem, nº. 1284, 22/06/1557, nº. 181, 04/06/1550. 351 Ibídem, nº. 442 y 1515. 352 A.J.P.N.P, Pedro Hernández, caja nº. 3, 04/04/1570. También en HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 958, 14/10/1556. 353 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 118, 27/11/1546. 214 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia JUAN GONZÁLEZ. (1559-1582) En la primera fecha de referencia figura como testigo de un poder notarial.354 Contrajo matrimonio con María Her-nández, de quien tuvo cuatro hijos: María, Juan, Francisco y Beatriz355. Durante diez años fue miembro de La Vera Crúz.356 JUAN PÉREZ. (1564-1586) Casado con Elvira Rodríguez. Hijos: Ana, Luis y María.357 JUAN VELASCO. (1569) Mujer: Beatriz Hernández. Hijo: Gaspar.358 JUAN ZORRILLA. (1546) Fiador en una escritura de curaduría.359 LOPE DE CAMPO. (1578-1594) Casado con Beatriz de Nogueira, tuvieron cuatro hijos: Agueda, María, Pedro y Andrés.360 LUIS ALVAREZ. (1558) Solo sabemos de él que poseía una casa en el barrio de la Somada, en esta ciudad.361 LUIS DE BRITO. (1571-1595) Mujer: Agueda Gómez. Hija: María.362 LUIS FERNÁNDEZ. (1572) Figura como tributario al Ayuntamiento por unas tie-rras de este y en cuantía de 2000 mrs.363 LUIS LOPEZ. (1553) Testigo de escritu-ra notarial.364 MANUEL ANTONIO. (1566-1582) Casado con María de Ortega, llegaron a tener hasta siete hijos.365 MANUEL DE BARRIOS. (1557-1574) Esposa, María Taño. Hijos: Tomé, Luis e Inés.366 Cofrade de La Vera Crúz.367 Apa-rece en 1557 como testigo en escritura de otorgamiento de poderes.368 MANUEL GONZÁLEZ. (1577-1581) Ca-sado con María Corvella, tuvieron a Se-bastiana, Miguel y María por hijos.369 MARTÍN FERNÁNDEZ. (1546) Testigo en escritura de compañía de una nao370. Poseía tierras en Tazacorte, junto al Malpaís371. 354 Ibídem, nº. 1686, 16/02/1559. 355 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 24v./ 46/ 57v./ 212 y 710v. 356 B.C, Libro de la cofradía de La Vera Cruz. Opus, cit. 357 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 8/ 25/ 50v./ 207 y 227v. 358 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 59v. 359 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 64, 10/07/1546. 360 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 159v./205v./ 301 y 351. 361 A.J.P.N.P, Domingo Pérez. Caja nº. 1, 10/ 3/ 1558. 362 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol.. 80/ 185v. y 357. 363 A.M.L.P, Libro V de Reales Cedulas, lega. 726, fol. 37. 364 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 364 16/11/1553. 365 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 36v./ 49/ 71/ 140/ 163v./ 183v. y 215. 366 Ibídem, fols. 11v./ 30v./ 65v. y 110. 367 B.C, Libro de la cofradía de La Vera Cruz. Opus, cit. 368 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº 1195 05/05/1557. 369 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 149/ 173 y 203. 370 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 5 13/04/1554. 371 Ibídem, nº. 66 15/07/1546. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 215 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X MATÍAS DE ALMEIDA. (1592) Padrino de bautismo.372 MELCHOR ÁLVAREZ. (1573- +1592) Casado con Elvira Hernández. Hijos: Pedro, Gaspar, José, Ursula y Bal-tasar. 373 Cofrade de La Vera Cruz.374 En 1592 figura como difunto.375 PEDRO CARRO. (1557-1577) En 1557 aparece como testigo en un poder no-tarial. 376 Casado con Blanca Pérez, bautizan a Juan y Catalina.377 PEDRO DE AGUIRRE. (1567-1581) Casado con Catalina Ramos.378 PEDRO DONIS MONTAÑES. (1555) Figura como testigo en escritura de dote otorgada por Beatriz Sánchez, viuda de Gonzalo Serrano379. También como perito en paños y ropas de dote.380 PEDRO GONZÁLEZ. (1564-1582) Ca-sado con Juana Blas, tuvieron seis hijos.381 PEDRO HERNÁNDEZ. (1551-1592) Contrajo matrimonio en 1551 con Juana Díaz, hija de Juan González y Magdalena Díaz, quienes les dieron en dote setenta doblas de oro.382 Alcanza-ron amplia descendencia.383 PEDRO PÉREZ. (1574) Padrino de bau-tismo. 384 PEDRO RODRÍGUEZ. (1564) Casado con Francisca Díaz, tuvieron un hijo llamado Juan.385 PEDRO SÁNCHEZ. (1564) Padrino de bautismo.386 ROQUE HERNANDEZ. (1595) Padrino. SEBASTIÁN PÉREZ. (1573-1576) Mu-jer: Catalina Martín. Hijos: Sebastián e Isabel.387 SIMON RODRÍGUEZ. (1582) Poseía una viña en «la Breña de Arriba», y tenía su morada en el barrio de San Sebastián.388 372 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 320. 373 Ibídem, fols. 106/ 132/ 223/ 156 y 184v. 374 B.C, Libro de la cofradía de La Vera Cruz. Opus, cit. 375 POGGIO CAPOTE, Manuel. 2001, caja 1, leg. 1. 376 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 1314 15/07/1557. 377 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 14/ 184v. y 149. 378 Ibídem, fols. 24v. y 81. 379 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 1179, 05/04/1557. 380 Ibidem, nº. 788, 15/12/1555. 381 Ibídem, fols. 7/ 82/ 102/ 122v./ 136v./ 200v. y 215. 382 A.J.P.N.P, Lope de Vallejo. 1551. Inserto en la caja nº. 2 de Pedro Hernández. 383 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 23v./ 28v./ 53v./ 80/ 105/ 139/ 169v./ 194/ 205v. y 335. 384 Ibídem, fol. 115. 385 Ibídem, fol. 7. 386 Ibídem, fol. 8v. 387 Ibídem, fol. 8v. 388 Ibídem, fol. 361. 216 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia TUNDIDORES LEONIS BARBA. (1556) Consta haber trabajado para el comerciante y hacen-dado Marco Ruberto, el cual estipula-ba en su testamento se le pagasen ochocientos cuarenta mrs.389 LUIS HERNÁNDEZ Casado con Felipa Díaz, poseía un solar en la calle Real. Según Pérez García, es mencionado también como comerciante. 389 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 839, 31/01/1556. TABLA VII Oficio Número Hijos Esclavos Artesanos más antiguos Bordadores 1 - - Andrés Montalvo (1612) Calceteros 10 12 - Pedro Luis (1546) Jubeteros 1 - - Diego Alvarez (1575) Laneros 2 1 - Gil de Barradas (1570) Sederos 8 6 - Melchor Luis (1550) Sastres 73 93 - Duarte Rodríguez (1521) Juan Fernández (1521) Tundidores 2 - - Leonis Barba (1556) Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 217 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X BIBLIOGRAFÍA FRUTUOSO, Gaspar. Saudades da Terra. La Laguna. 1964. GALVÁN ALONSO, Delfina. Protocolos de Bernardino Justiniano. (1526-1527) Tomo I, La Laguna: Instituto de Estudios Canarios. 1990. GARRIDO ABOLAFIA, Manuel. Los esclavos bautizados en Santa Cruz de La Palma. Siglo XVI. Santa Cruz de La Palma: Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma. 1993. HERNÁNDEZ MARTÍN; LUIS AGUSTÍN Protocolos de Domingo Pérez, escribano público de La Palma (1546-1553). 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Título y subtítulo | Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (siglo XVI). Paños y telas - Cueros y pieles - Catálogo de artesanos |
Autor principal | Garrido Abolafia, Manuel |
Entidad | Sociedad de Estudios Generales |
Publicación fuente | Revista de Estudios Generales de la isla de La Palma |
Numeración | Número 01 |
Sección | Estudios |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Santa Cruz de La Palma |
Editorial | Sociedad de Estudios Generales de la isla de La Palma |
Fecha | 2005 |
Páginas | pp. 173-220 |
Materias | Historia ; Etnografía ; Patrimonio ; Cultura ; Canarias ; La Palma ; Publicaciones periódicas |
Enlaces relacionados | Enlace a la Revista en la web del editor: http://www.palmensis.com/estudios-generales/ |
Notas | Historia y Etnografía |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 1310475 Bytes |
Texto | INTRODUCCIÓN Dentro de la aproximación que realizamos a los oficios y artesanías existentes en la isla de La Palma durante el siglo XVI, analizaremos en esta ocasión dos grandes colecti-vos que desempeñaron labores fundamentales en el desarrollo de la comunidad. Agrupados para su análisis según las materias primas utilizadas -cueros y pieles, o paños y telas- en realidad se trata de un amplio espectro de especialidades orientadas al vestido, ornato personal y calzado. Los zapateros y satres se encuentran entre los oficios más numerosos que hemos podi-do contabilizar. Noventa y ocho zapateros y setenta y tres sastres, son cifras altas tenien-do en cuenta que el periodo analizado se centra en la segunda mitad del siglo. Junto a los citados y pertenecientes al colectivo de trabajadores del tejido, encontramos a calceteros, juboneros, tundidores, y sederos o sedaceros, especialistas al fin como lo fueron también albarderos, curradores, curtidores, sombrereros, silleros o guanteros, partícipes estos últi-mos en el tratamiento de pieles. ISSN 1698-014X Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 171 PRIMEROS OFICIOS Y OCUPACIONES ARTESANAS DE SANTA CRUZ DE LA PALMA (SIGLO XVI). Paños y Telas – Cueros y Pieles Catálogo de Artesanos Manuel Garrido Abolafia Resumen: Una comunidad en plena for-mación como lo fue la de la isla de La Palma durante el siglo XVI, cuya principal necesidad se basa en asegurar la supervivencia y el de-sarrollo de aquellas actividades laborales que estaban enfocadas a suministrar a la población materias primas, son varios los oficios que so-bresalen. El colectivo de trabajadores dedica-dos a manipular los tejidos por una parte y el orientado a preparar los cueros y pieles por el otro son los que en esta ocasión se analizan. Palabras clave: Tejidos, paños, cueros, pieles, oficios, artesanías, La Palma, siglo XVI. Abstract: In an evolving community such as that of the island of La Palma in the 16th century, whose main needs were based on guaranteeing survival and developing occupa-tions directed towards supplying the local po-pulation with raw materials, various profes-sions stand out. On the one hand, the group of workers devoted to textile production and, on the other hand, those involved in the treat-ment of hides and leather will be analysed on this ocassion. Key words: textiles, cloth, hides, leather, professions, handicrafts, La Palma, 16th cen-tury. 172 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia Ambos son colectivos orientados a satisfacer el adorno del cuerpo o su protección ante los elementos, por ello son tan abundantes. Cada campesino, cada comerciante, clérigo, o habitante en general demandaba en mayor o menor medida los productos de estos espe-cialistas. Al ser trabajos que requerían especialización y aprendizaje, además de ser amplia-mente demandados, proporcionaban una relativa seguridad económica y un cierto reco-nocimiento social a su nivel, claro está, aunque los que manipulaban los tejidos siempre estuvieron mejor considerados que los que tocaban pieles y cueros. Independientemente del lugar que ocupaban en la escala social, dado su gran número, influyeron en la vida de la ciudad através de matrimonios, asociaciones gremiales o transaciones comerciales. Como en anteriores ocasiones, y dada la dificultad de encontrar fuentes documenta-les anteriores a 1553, la información que presentamos es parcial, aunque creemos que exhaustiva, para la segunda mitad del siglo. OFICIOS RELACIONADOS CON CUEROS Y PIELES El cuero y la piel animal han sido, desde tiempos inmemorables y gracias a sus pro-piedades, ampliamente utilizados por el hombre. A lo largo de la historia, este material ha ido ganando en durabilidad, consistencia y presentación a medida que los tratamien-tos utilizados en su preparación y transformación se fueron perfeccionando. Se puede decir que el uso del tanino supuso la verdadera curtición de la piel, al menos, tal como hoy la entendemos. Serán condicionantes estéticos los que impulsen a colorear el estado primitivo del cuero, así como su consistencia. Diferentes artesanos portugueses y andaluces trajeron desde el medioevo y por influencia musulmana, los conocimientos necesarios para preparar el cordobán, piel de cabra curtida que llegó a alcanzar en las islas una excelente calidad y que sería amplia-mente demandada en los mercados peninsulares. Al igual que ocurría con los trabajos de manipulación y transformación de los tejidos y paños, también los artesanos dedicados a trabajar el cuero fueron numerosos y conta-ron con diferentes especializaciones donde lucir sus conocimientos. Como en otros colectivos, los representantes más numerosos son los que intervienen en el proceso final de la manipulación del cuero, concretamente aquellos que como zapateros o guanteros, ofrecían los productos ya elaborados. Los que trabajaban en la preparación del cuero fue-ron pocos, cuatro curtidores y once curradores, ya que como se tendrá ocasión de comen-tar, una buena cantidad del cuero utilizado en la Isla llegaba desde fuera. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 173 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X CURTIDORES Y CURRADORES Se ha puesto de manifiesto el hecho de que tanto los productos como el proceso em-pleado en curar, curtir o preparar el cuero animal para hacerlo utilizable, varían a lo largo del tiempo, pero será a partir del Renacimiento cuando las técnicas empleadas alcancen una mayor perfección, métodos que no se verán modificados hasta los tiempos actuales. Dos son los materiales básicos empleados en Canarias por los curtidores. Por un lado el «çumaque», producto procedente en una gran parte de Castilla y de Madeira1 y el resto del mercado local, que se convirtió en el curtiente idóneo para el cordobán2. Por otra parte, el alumbre y todos aquellos vegetales ricos en tanino. El proceso de curtición, llevado a cabo en las llamadas «tenerías»3, contempla varias opera-ciones previas, como el remojo o descarnado de la piel lo que implica eliminar la «pelambre»4 y los restos de carne adheridos, manipulaciones estas que dan lugar al verdadero curtido. Las distintas fases del curtido y comercio de la piel estuvieron fuertemente reguladas tanto por los propios gremios como por los ayuntamientos, entidades estas que dictan una serie de normativas encaminadas principalmente a proteger la calidad de los pro-ductos, evitar la picaresca del oficio o salvaguardar el mercado: «se ordena que ninguna persona saque cordobanes ni zapatos hechos fuera de la isla, so pena de perderlos»5. Como se ha dicho, el «çumaque» fue el principal producto utilizado para curtir los cueros en las islas, imperativo este aplicado en especial a «los cueros menudos que son cordobanes que se hayan de cortir con çumaque y no con otra yerba nynguna so pena…»6 Quedan pocos testimo-nios documentales sobre los «molinos de moler çumaque», pero sin duda existieron ya desde el siglo XVI.7 Debieron ser varios los existentes en toda la Isla, cometiendo sus dueños irregula-ridades en su gestión, o al menos eso indica la ordenanza de 1601 en la que se estipula: «se manda que ningun arrendador o dueño de ingenio de zumaque lo compre por si ni interposita per-sona so pena de hurto con mas de mill maravedis…»8 Curiosamente y dado que, aún, el pro-ducto tenía que ser traído mayoritariamente desde lejanos lugares, llega el momento en que 1 RIVERO SUAREZ, Benedicta, pg. 377. 2 Piel curtida de macho cabrío o de cabra. 3 Taller donde se trabajan y curten pieles. 4 Se entiende el conjunto de pelo arrancado o quitado. 5 LORENZO RODRÍGUEZ, Juan. 1987, ordenanza nº. 21. 6 MORALES PADRÓN, Francisco. 1974, pg. 101. 7 No conocemos la fecha a partir de la cual se construyen molinos de zumaque en la Isla. La primera noticia que tenemos sobre su existencia, al menos en Santa Cruz de La Palma, se remonta a 1585 año en que el escri-bano Pedro Dávila Marroquí, junto a su mujer Catalina de Mesa venden al Ayuntamiento un censo redi-mible de veintiséis reales anuales sobre una viña en Breña Baja, el oficio de escribano y un «molino de moler zumaque que es en la cueva del Degredo». NUÑEZ PESTANO, y otros. 1999, pg. 372. 8 VIÑA BRITO, Ana y AZNAR VALLEJO, Eduardo. 1993, pp. 31-32. 174 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia los curtidores se dan cuenta que perdía parte de su efectividad en el transporte, por lo que algunos Concejos dispusieron que: «porque el çumaque biene de Castilla por mar y pierde la fuerça mandamos que de aqui adelante quando se oviere de echar en el baño a los cueros que lo hechen con agua caliente y que no este herviendo porque torne a cobrar fuerça so pena…».9 Además de este, y según el material a curtir, se utilizaron otros productos, generalmente vegetales, obte-nidos en las islas. En Tenerife fue de uso frecuente la corteza de haya, arrayán y bayón, estos últimos utilizados en la curación de los cueros vacunos10. Una vez elegido el producto, se procedía a poner en contacto el cuero con el curtien-te. Para ello, se utilizaban grandes recipientes llamados «tiestos» donde cabían hasta trein-ta y cinco cueros aunque a veces, por premuras de tiempo, los curtidores se excedían en el número a pesar de estar penalizado. También se prohibió el que realizasen el curtido de dos veces y no de una como estaba estipulado11. Tanto curtidores como zurradores mantuvieron frecuentes y constantes tratos con zapateros, chapineros, guanteros y todos aquellos trabajadores relacionados con el cuero, tanto es así que, a veces, las tareas se confunden, sobre todo, en aquellos casos en que se trabaja el cuero durante el proceso de preparación. Es normal que los curtidores desempeñen tareas encomendadas a los curradores, aun-que en este caso era preciso que antes el veedor del oficio comprobara que el curtido se había realizado correctamente12. El trato preferente que mantuvieron con los zapateros hizo que se prohibiera a los cur-tidores el tener «tienda de çapateria dentro de su cassa»13 en algunas islas, aunque esto no evitó que los zapateros tuvieran intereses en las tenerías,14 de las cuales solían ser dueños. A pesar de que el colectivo de zapateros fue durante este siglo uno de los más nume-rosos y por tanto la cantidad de cueros demandados bastante elevada, ya hemos men-cionado que el número de curtidores y curradores es relativamente escaso. Quizás la caba-ña ganadera no daba para cubrir las expectativas de nuevos puestos de trabajo, y en esta dirección apunta el hecho de que no nos ha sido posible encontrar ningún contrato de aprendizaje referido al oficio de curtidor. Por otro lado, se constata la frecuencia con que numerosos barcos llegan a la Isla cargados de cueros encargados por los grandes comer-ciantes de la ciudad, de quienes finalmente los obtienen los zapateros. 9 MORALES PADRON, Francisco. 1974, pg. 102. 10 Ibidem. 11 Ibídem, pg 101. 12 Ibídem., pg. 100. 13 Ibídem. 14 Duarte Rodríguez, conocido zapatero de la ciudad, declara en su testamento que: «se haga inventario de todos los bienes que por my fin y muerte ovieren(...) y que tengo en mi casa como en la teneria en poder de Jorge Hernández y Juan Remon, curtidores.» (A.I.P.N.P., Hernand Pérez, caja nº. 1, s.f ). Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 175 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X Se importaron cueros de todas clases y en diferentes procesos de manipulación. El origen suele ser muy variado dependiendo de la clase de piel requerida. Tanto el cordobán, como el cuero vacuno, se traían de los mercados andaluces. Otros tenían un origen diferente como la piel de toro, llegados en su mayor parte de las Indias, concretamente de la isla Española de Santo Domingo15. En los registros de mercancías podemos apreciar cómo y de que clase eran los cueros solicitados por los importadores de la ciudad: «cueros bacunos cortados, cueros bacu-nos en pelo, cueros cordobanes cortidos y adereçados en blanco, cueros de toro al pelo, cueros de toro cortidos, cueros de carneros, badanas». Llama la atención, además de la variedad, el hecho de que indistintamente del material se requiera el cuero tanto curtido, como «en pelo»16. Evidentemente durante la importación de «corambres»17, tras pasar por varias manos, sufrían un importante incremento en su precio dependiendo este, además, de si como hemos visto, se trataba de cueros vírgenes o curtidos. Como orientación se recoge en la Tabla I los precios pagados por algunos de estos cueros durante el año 1586. TABLA I Toro curtido 28 reales. c/u Toro en pelo 3 ducados c/u Vacuno curtido 1.550 maravedís. c/u Vacuno en pelo 1.250 maravedís. c/u Carnero curtido 72 maravedís. c/u Carnero virgen 42 maravedís. c/u Precios de algunos cueros pagados en 1586. A.G.P. Protocolos Notariales. Elaboración propia. TINTADORES El oficio de tintador o «tintadidor», como también aparece en la documentación de la época, requiere una serie de conocimientos tanto sobre las materias a teñir como de los productos empleados. Es por ello que el número de personas dedicadas a este traba-jo sea poco numeroso y las que lo hicieron repartieron sus actividades entre el tintado de cueros, el de paños o el de hilos y sedas. 15 A.I.P.N.P, Juan Lezana de Miranda, caja nº. 1. 11/03/1586. 16 Cuero aún no sometido al proceso de curtido. 17 Conjunto de cueros o pellejos, curtidos o no, de algunos animales, y particularmente de toro, vaca, buey o macho cabrío. 176 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia El proceso seguido para teñir cualquiera de estos materiales responde básicamente a operaciones comunes a todos ellos, además de otras más específicas. Cuando el dueño del cuero o tejido llegaba al taller con intención de teñirlo, le eran enseñadas varias mues-tras de color así como los precios correspondientes. Puestos de acuerdo sobre el color a utilizar, el artesano pesaba y mezclaba con agua los ingredientes y los ponía a cocer duran-te un cierto tiempo. Si el material a teñir era cuero, el tintador tenía la obligación de sepa-rar el no apto para teñir, aplicando a continuación el color, a mano, con el auxilio de una pluma o pincel. Finalmente, observando el tono adquirido por la pieza, y según fuera su uso final, se le agregaba más color o un decolorante. En el teñido de hilos el procedimiento se complica al tener que introducir los mismos en un soporte inmerso en la solución, así como controlar su agitado, enjuagado y secado. El proceso seguido en el teñido de telas y lienzos es prácticamente igual a los citados. Lo realmente importante en todo este proceso son los productos utilizados, de los que, mediante un determinado proceso de transformación, se extraen los colores característicos. La elección de uno u otro dependía de la materia a colorear o de la calidad final que se espe-raba obtener, a parte, por su puesto, del color resultante. De entre la amplia variedad de tintes que proporciona la naturaleza, tres serán los más utilizados en Canarias todos los cua-les se producían en las islas, incluso alguno de ellos en buen número. En primer lugar la «orchilla»18 (Rocella tinctórea), liquen que tras ser manipulado proporciona un tinte rojo púr-pura que fue muy apreciado a lo largo de los siglos. La escasez de orchilla (son necesarios seis años para que el liquen adopte su forma adulta) y las altas cotizaciones que llegaba a alcanzar en los mercados internacionales posibilitó que, en estos primeros años de la histo-ria palmera, fuese una de las principales manufacturas de la Isla, equiparándose en impor-tancia a los otros grandes exportables: azúcar, vino y plátanos. Otro producto utilizado fue la «hierva pastel»19 (Isatis tinctoria), vegetal abundante en La Palma y del que se extraía mediante secado y triturado un tinte de color azul malva, con el 18 Crece sobre las rocas en los acantilados de la costa, y hasta los trescientros metros barrancos a dentro, tope al que llegan la brisa marina, pues necesita de estas sales para vivir. De color negro, presenta manchas blan-cas ramificadas y en los bordes muestra tonalidades de color blanco-azulado. 19 La comercialización de este producto se materializa en la isla de La Palma desde los primeros años del siglo XVI y fue considerado tan importante para los intereses de los isleños que se emiten diversas Reales Cédulas autori-zando la exención del diezmo para este producto. La referencia más antigua de la que tenemos constancia, aun-que haciendo mención a años anteriores, data de 1585 y dice así: «…sepades que [roto] Hermosilla, en nombre de la isla de La Palma nos hizo relacion diciendo que estando la dha isla en posesion y uso y costumbre de mas de sesenta años de no pagar diezmos las veces que habian enviado y cogido una yerba que llaman Pastel que sirve para teñir paños y una simiente de arboles laureles silvestres del campo que se les llaman baga que hacen algunos vos pobres para vender-la y sustentar su pobreza, Vosotros y los beneficiados de la dicha isla pretendiades cobrar el diezmo de lo que se cogiere de la dha yerba y baga y no solo queriades cobrar de lo se que cogia con oja y [roto] sino tambien de los bollos y baga cozi-da » (Real Cédula de 30 de diciembre de 1585, “para que no se pague el diezmo de la yerba y baga de loro”. A.M.L.P. Libro IV de Reales Cédulas, leg., 732, fol.121). Recogido también en NUÑEZ PESTANO, y otros. 1999, p. 190. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 177 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X cual se teñían los paños. El secado de la hoja de este arbusto necesariamente se realizaba me-diante hornos sobre los que no hemos podido conseguir fuentes originales que describan su funcionamiento, aunque se atestigua la presencia de al menos un ingenio de este tipo en Barlovento, más concretamente en el término conocido como «la Laguna de Regian»20. Durante estos años y a lo largo de los siguientes, los habitantes de esta Isla estuvieron exentos de pagar el diezmo correspondiente a la Iglesia, pero a finales del siglo, la insti-tución intentó cobrarlo. No debieron de caer muy bien tales pretensiones entre las par-tes afectadas puesto que, tras reiteradas quejas de los regidores, consiguen finalmente, en 1585, leer en el Ayuntamiento una Real Cédula suscrita por D. Felipe II en la que se ordena: «que no se pague el diezmo de la yerba»21. Por último, incluimos en este grupo de productos tintóreos otro vegetal, que si bien no era apto para teñir todos los materiales citados, si que lo era para otros usos cotidia-nos. Dejemos que sea Gaspar Frutuoso quien describa el árbol y uso que se hacía de él: «…los almacigos son tres o cuatro arboles como olivos, pero mas bajos (…) tienen la hoja muy gruesa y luciente, la cual cocida con agua y en vino blanco, con unos hierros viejos dentro, hace tinta muy fina para escribir, sin añadirle agalla ni caparrosa.»22 ZAPATEROS Y AFINES El oficio de zapatero fue, atendiendo al numero de personas que lo ejercieron, hasta un total de noventa y nueve hemos podido localizar (véase Tabla VI), el más usual de la ciudad. La calidad de los cordobanes realizados en la Isla, así como el fuerte aumento de la población y por ende en la demanda de calzado, propiciaron que llegasen y se asenta-sen en ella muchos de estos profesionales, los cuales se ha podido comprobar que en gran número son de origen portugués. De todos ellos, un buen número llega con años de experiencia en el oficio aunque también los hay que completan su formación en la Isla tras un corto periodo de tiempo. Es el caso de Gonzalo Hernández, portugués, «estante»23 en la ciudad, quien se concier-ta con Juan Remón, zapatero, para que le enseñe el oficio por tiempo de un año, cuan-do lo usual era que el aprendizaje durase de cuatro a seis.24 Al final el pupilo recibía, entre 20 LORENZO RODRÍGUEZ, Juan B. 1987, pg. 209. 21 A.M.L.P. Libro IV de Reales Cédulas . Est. 41, leg.732, fol. 121. 22 FRUTUOSO, Gaspar. 1964, pg. 123. 23 Residente en la ciudad de forma temporal. Suele emplearse para diferenciarlo del vecino, o afincado de forma estable. 24 A.J.P.N.P. Luis Méndez. Inserto en la caja nº 1 de Pedro Hernández. 178 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia otras cosas, las ropas características del gremio de zapateros: «unos bestidos de paño que se entiende una capa y sayo de paño negro, y unos calzones y dos camizas de lienso y un gubón de lienço y unos çapatos y una gorra y sombrero, todo ello nuevo y hecho a vuestra costa»25. De entre todos los artesanos procedentes de Portugal, algunos fueron zapateros «cris-tianos nuevos de judíos» que probablemente huían de la justicia de su país y que una vez establecidos en la islas, lejos de abandonarlas, continuaban con las practicas de su reli-gión, lo que invariablemente daba lugar a que interviniese la Inquisición. Contamos con el ejemplo de una familia donde la madre, el padre y el hijo, zapateros, son sentenciados y ajusticiados por la Inquisición al habérseles probado los cargos de: «herejes, heresiarcas y enseñantes de la ley de los judíos.»26 Más suerte tuvo, pensamos, Duarte González, otro zapatero portugués acusado de los mismos cargos que los anteriores y que pudo escapar no volviéndose a saber nada más de él. Salvo contadas excepciones, como la que acabamos de ver, puede decirse que los zapa-teros que llegaron a establecerse en la ciudad gozaron de una economía desahogada y vivie-ron sin grandes complicaciones, siendo varios los casos en que se hicieron con pequeñas fortunas, como se puede apreciar por algunos testamentos. El dinero o los bienes que gene-raba el comercio del calzado era invertido por estos artesanos en otras actividades como la explotación de huertas,27 compra-venta de vino,28 suscripción de préstamos.29 Dependiendo del volumen de trabajo, los zapateros con tienda propia empleaban más o menos mano de obra, la cual se veía renovada por un constante trasiego de aprendices que, como se ha comentado, permanecían en la tienda de cuatro a seis años. Los contra-tos de trabajo «a soldada» solían fijarse en menos tiempo puesto que oscilaban entre meses y algunos años, estipulándose además, el salario a percibir por el obrero. A veces los términos del contrato no se cumplían, lo que daba lugar a su ruptura como debió de ocurrir en 1526 cuando un vecino de Tenerife puso a trabajar a su hijo de cator-ce años bajo las ordenes de Pero Vázquez, zapatero de La Palma. Después de servirle seis meses, el zapatero le debía treinta y seis reales lo que dio lugar a que el padre decidiera romper el contrato y formalizar uno nuevo con otro zapatero, Luis de Santa Cruz, quien se encargaría de cobrar la deuda al anterior.30 Dentro de este oficio surgieron especialidades orientadas a elaborar determinado tipo de calzado, bien por la dificultad en su elaboración o bien por ser objeto de una mayor 25 A.J.P.N.P. Hernand Pérez, caja nº. 1, 03/12/1569. 26 WOLF, Lucien. 1988, pg. 91. 27 A.J.P.N.P. Pedro Hernández, caja nº. 3, 26/11/1571. 28 A.J.P.N.P. Luis Méndez, 19/03/1565. Idem, sin fecha. Inserto en caja nº. 1 de Pedro Hernández. 29 A.J.P.N.P Hernand Pérez, caja nº. 1, s.f. 30 GALVAN ALFONSO, Delfina. 1990, pag. 395. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 179 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X demanda. En la Isla solo tenemos conocimiento de la especialidad de «chapinero», zapa-tero especializado en confeccionar chapeles y chapines, tipo de calzado artificioso que tenía la misión de “levantar” el cuerpo del suelo. Para ello se recurría a aumentar nota-blemente la altura de los talones con amplias capas de corcho, hasta seis o siete. Este tipo de zapato fue muy apreciado por las damas, tanto, que a veces se traían ya hechos desde algunas ciudades peninsulares31 y adornados según la moda. De todas formas, la varie-dad de zapatos realizados por estos artesanos era amplia y acorde a los gustos de la época, encontrándose en los expositores de las zapaterías: «borceguines de cordobán, zapatos de cordobán, zapatos zayanes de cordoban, servilletas de cuero, pantuflillas de hombre (alcor-ques), pantuflos de cordobán, chapeles de mujer, botines de mujer…» El zapatero mantenía contactos con curti-dores y tintoreros, a quienes compraba la mayoría de cueros para realizar los zapatos, aunque también solían acudir a los mercade-res de la ciudad para surtirse de materia prima.32 Por lo general, el mercader vende el cuero ya preparado para su transformación, pero a veces, los zapateros compran «cuero en pelo», llevándolos a la tenería para acabar de prepararlos.33 En otras ocasiones, los zapateros se unen para comprar a los mercaderes canti-dades importantes de cueros. Cincuenta y siete «cordobanes curtidos» compraron Antonio González y Joan González, al precio de dieciséis doblas de oro cada uno, a Diego de Solís uno de los mercaderes de la ciudad especializado en traer, entre otras mercancías, cueros, pieles y paños. La manipulación directa del cuero, antes y durante la confección del calzado, daba lugar a que se cometieran fraudes y engaños. Por ello, los Concejos de las islas son estric-tos y abundantes dictando normativas de calidad. En primer lugar se encontraba la cons-tante preocupación por controlar la producción del cuero así como su entrada y salida de la Isla. La medida más usual y la forma más fácil de controlar este aspecto era la obli-gatoriedad de que todo cuero llevara a la vista algún tipo de sello como el de la ciudad, el perteneciente al gremio de los tundidores, o el correspondiente al lugar de origen. Otras medidas se habilitaron para evitar el contrabando, como: «que los zapateros no 31 En 1557, son traídos desde Valencia, «tres pares de chapines de los mas pequeños vendidos a ocho rreales el par» (A.J.P.N.P, Domingo Pérez, caja nº. 4, 20/ 08/ 1557). 32 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº. 1, 03/07/1571. 33 Ibídem, 11/05/1570. 1: Borceguíes 2: Zapatos 3: Pantuflos 180 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia saquen de la tenería los cueros sin verlos un regidor con la persona nombrada ni los labre sin sellarlos la ciudad».34 También inquietaba el engaño al cliente, para evitarlo, se ordenó: «que ningún zurrador ni zapatero labren en negro ni vendan badanas por cordobanes35 o que cualquier çapatero que hiziere chapines de cordovan y les hechare palmylla o cerco o capelloda de badana que pague…».36 Por últi-mo, se ponen de manifiesto determinados comportamientos en la confección del calzado que, obligatoriamente, habían de ser tenidos en cuenta por sus artífices. Por ejemplo, se ordena que los zapatos realizados de octubre a marzo debían tener suelas con cueros curtidos utilizando zumaque, por el contrario, los vendidos desde abril hasta octubre debían de serlo con vayón37. También sobre las suelas se dice que los zapatos que las tuvieren «anda, quemada y lamyda o almo-ganara »38 serían quemadas. Un último ejemplo de hasta qué punto de minuciosidad llegaron a tener algunos Concejos a la hora de redactar sus normativas: «que cualquier çapatero que no echa-re al çapato de cinco puntos arriba barreta y contraforte y puerta y si no llevare puerta que lleve cha-peta y que pase la barreta al dorno de partes de fuera que caygan en pena por cualquier cosa que fal-tare »39. GUANTEROS Y SOMBREREROS. Siete guanteros y cinco sombrereros hemos podido identificar a lo largo de medio siglo, cifras estas que, aunque pudieran parecer esca-sas, en realidad consideramos que en este caso particular son bastantes ya que, según testimo-nios documentales, durante más de cuarenta años la ciudad contó con los servicios simultá-neos de, al menos, cuatro guanteros. Por otra parte, los cinco sombrereros han sido localiza-dos durante la última década del siglo. Tanto el guante como sombreros y tocados fueron, a lo largo de los siglos, atuendos indis- 34 LORENZO RODRÍGUEZ, Juan B. 1987, ord. nº. 33. 35 Opus cit., ord., nº. 21. 36 MORALES PADRÓN, Francisco. 1974, pg. 100. 37 Ibídem, pg. 101. 38 Ibídem, pg. 100. 39 Ibídem, pg. 100. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 181 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X pensables e importantísimos en las modas y usos sociales. No solamente eran un comple-mento estético a los trajes y vestidos de la época o elementos indispensables para resguar-darse de las inclemencias, también eran símbolo de la clase social a la que se pertenecía. Había guantes para mujeres y también los había para hombres, especialmente los desca-bezados en las puntas, utilizados en la práctica de la esgrima. Los guantes de mujer llegaban a ser verdaderas y costosas obras de arte, siendo más apreciados los que habían sido confeccio-nados con gamuza, bordados con hilo de oro y plata y perfumados con ámbar. Lo mismo ocurriría con las cofias, sombreros y copetes: ampulosos, sofisticados y armonizando con los tocados femeninos. Para los hombres existieron, en diferentes variedades, el sombrero, gorra y montera; los dos primeros de copa alta y el último, baja y flexible. El sombrero tenía ala o “falda” más o menos ancha, según la época, y la gorra solía presentarse adornada con plumas. Prácticamente carecemos de datos sobre la labor realizada en la Isla por estos artesa-nos. Dejando de lado los datos familiares que apenas nos dan indicios sobre la buena posición social que ocuparon, solo tenemos referencia de la amplia demanda que existía en la ciudad, especialmente de los sombreros, ya que fueron mercancía corriente en las importaciones de los mercaderes; al menos hasta finales del siglo puesto que, como se ha comentado, en la última década se establece un buen número de ellos en la ciudad. A falta de más datos, se relaciona en tabla II el precio que llegaron a alcanzar algunos de los sombreros más usados. TABLA II Tipo de Sombrero Material/Origen Precio Año Aforrado 768 maravedís 1557 Normal tafetán 576 maravedís. 1565 De hombre con cordones 384 maravedís. 1571 Normal fieltro 456 maravedís. 1571 Aforrado con toquilla 720 maravedís. 1577 Aforrado de hombre 672 maravedís 1578 Llano Castilla 336 maravedís. 1580 Aforrado fino Lisboa 1.056 maravedís. 1586 Fondo: A.G.P. Protocolos Notariales. Elaboración propia. ALBARDEROS Y SILLEROS Probablemente estos artesanos se establecieron desde principios del siglo, al menos con anterioridad a 1544, año en que Pedro Yanes, primer albardero localizado, declara 182 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia residir en la ciudad.40 No fueron muchos ya que el trabajo de preparar albardas y sillas para caballos, asnos o mulos, tenía una mayor demanda en el ámbito rural donde solían afincarse. En la ciudad trabajaron, al menos, dos silleros y cuatro albarderos. A falta de algún testimonio documental que nos aclare la forma de trabajar, los pre-cios cobrados o los materiales usados por estos artesanos a la hora de confeccionar y comercializar sillas o albardas y para ilustrar un tanto algunos aspectos del oficio, se pone de ejemplo un contrato suscrito ante el escribano Alonso Gutiérrez, quien tenía su escri-banía en la villa de San Cristóbal, La Laguna, por Francisco Méndez, tejedor y Francisco Martín, albardero. Por este contrato se comprometía el primero de ellos a suministrar al albardero todo el material necesario para que, durante un año, pudiese hacer albardas. “Francisco Méndez, tejedor, vecino, da a Francisco Martín, albardero, vecino, por un año toda la jerga, cordeles y balago para hacer albardas. Méndez le da por la hechura de una albarda caballar, un real y medio, más la comida; por albardas menores, lo mismo: Una albarda caballar igual a dos menores, pagados por tercios. Martín ha de darle cuenta de todos los materiales y en caso contrario ha de pagar-le a 50 mrs. la vara; ha de llevar cuenta de las hechuras de las albardas para que se sepa lo que alcanza Méndez por tercios, y lo que recaudare de las albardas que ado-bare, ha de partirlo a medias, y la costa del mantenimiento a medias también. Además Martín cogerá cada semana medio real para lo que quiera.”41 OFICIOS RELACIONADOS CON TEJIDOS Y PAÑOS MANUFACTURA TEXTIL. Una parte importante de los oficios que se vienen analizando, corresponde a todos aquellos que, directa o indirectamente, tuvieron algo que ver con los usos y costumbres en el vestir. Según que las labores a realizar estuviesen orientadas hacia la manufactura-ción del tejido, o hacia la manipulación del mismo, de cara a obtener ropas y otros com-plementos, los profesionales fueron más o menos numerosos. A pesar de la presencia en la Isla de múltiples telares, no se ha podido constatar la exis-tencia de talleres que produjeran la cantidad de paño necesario para abastecer la deman-da de la ciudad. Por contra, son numerosísimos los instrumentos notariales donde se pone de manifiesto la gran cantidad de paños y telas de todas clases y calidades que lle- 40 A.M.L.P, Hospital. Libro IV de Cuentas y Tributos, est. 35, leg. 725, fol. 471. 41 LOBO CABRERA, Manuel.1979, pp. 249-250. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 183 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X gaban procedentes de los principales centros distribuidores del continente. Esta casi ine-xistencia de manufacturación textil, fue la causa de que no se necesitara la presencia de artesanos especializados en tales labores, hecho corroborado por la total ausencia de esquilmadores, apartadores o carminadores, todos ellos especializados en los primeros procesos de confección del paño. Sí estuvieron presentes, aunque muy pocos, especialis-tas en las últimas operaciones, como los tundidores, aquellos que trabajaban sobre el paño burdo con el objeto de obtener del mismo sus cualidades finales. En líneas generales, la manufacturación del tejido comenzaba con el esquilmado de las ovejas. Una vez obtenido el vellón, seleccionado y clasificado según determinadas características, se procedía a eliminar el polvo y suciedad de la lana, lo cual, se hacía laván-dola con agua caliente y jabón: “Otrosy que sean obligados a las lavar escaldándolas primero con agua caliente y después se laven con agua fría, por manera que las dichas lanas sean bien lavadas y el que la vendiera la dicha lana y no sea bien lavada a vista de los veedores que sea obligado a hazer tornar a lavar a costa del que la vendió”.42 Una vez seca la lana, se esponjaba y sacudía para, con posterioridad, quitarle los nudos además de despuntarla. Todas estas operaciones eran la causa de que los pelos de la lana se volviesen ásperos, por lo que era necesario cardarla, operación que se realizaba con la «carda» instrumento compuesto por dos trozos de madera con mango, en cuyo interior se fijaban varios clavos no muy afilados, de modo, que al pasar la lana por ellos, se desen-marañaba y suavizaba. Tras el cardado o peinado le llegaba el turno al hilado. Siguiendo la costumbre castellana, la hilaza requerida para realizar un paño era comprada por los mercaderes a los hilanderos, para con ella, encargar los paños a los tejedores: “Que los peinadores que hubieren de peinar las lanas blancas o tintas las peynen claro y limpio y sin gornilas y en tal lana no puedan hechar mas de media açum-bre de agua en cada arroba y con el azeyte que es menester y en las lanas que no hubiere menester agua para se peynar que no se hechen”.43 En todos aquellos municipios que contaban con industrias de manufacturación tex-til de importancia, los Concejos dictaron extensas ordenanzas regulando cada uno de los procesos que hemos visto. Son especialmente puntuales las referidas a la calidad de los tejidos, de forma que se estipula no solamente el peso del paño, sino también de la trama, urdimbre y orillas del mismo. Como era de esperar, ni una sola de estas ordenanzas se encuentra entre las dictadas por el Concejo de la isla de la Palma. Solamente se hace refe- 42 Ley VII “Ordenanza sobre el obraje de los paños, lana, botones y sombreros”. 1511. 43 IDEM. 184 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia rencia, en una ocasión, a la obligación que tenían los tundidores de mojar el paño antes de tundirlo. Cuando el tejido salía de los telares, inmediatamente era llevado al batán44 donde se procedía al bataneado, operación cuyo objetivo era eliminar del tejido la grasa, polvo y suciedad adherida durante los anteriores procesos. Además, con ello se conseguía que adquiriese un aspecto lustroso y uniforme. La última operación consistía en el «tundido», proceso en el que se conseguía perfilar y eliminar los pelos del tejido. Al igual que ocurrió con el batán, también funcionaron máquinas de tundir, consistiendo estas en un conjunto de rodillos con cardas que gira-ban impulsados por energía hidráulica. Tampoco tenemos constancia de la existencia de estos ingenios en La Palma, aunque en su ausencia, utilizaron unos aparatos llamados «carmenadores», que puestos en hileras sobre un armazón de madera en forma de cruz, tenían como misión desenredar y levantar la pelusa del algodón, lana o seda para poste-riormente proceder a su corte. Para esto último (parte final y la más delicada del proce-so ya que un error podía echar a perder el tejido) se utilizaban unas tijeras enormes, de más de un metro, con las puntas achatadas y con un filo de cuarenta y seis centímetros. Estas tijeras llegaban a alcanzar precios considerables y su adquisición, a veces, forzaba al tundidor a hipotecar algún bien de su propiedad45. A pesar de ello era usual que los talle-res de tundir contasen con dos o incluso tres46 de estas tijeras, imprescindibles por demás, para el oficio. Una vez tundido el paño, se cepillaba, planchaba y plegaba, con lo que quedaba listo para su venta. 44 La invención del batán supuso a finales del XII, un importante progreso industrial. El batán era un moli-no en el que aprovechando la fuerza del agua, se impulsaban una serie de martillos mediante un rodillo gira-torio sujeto al eje de una rueda hidráulica. No hemos podido constatar la existencia de estos molinos en la isla de La Palma, por lo que es de suponer que el proceso se realizaba de forma tradicional. 45 «Diego Gentil, vº de la isla de la Palma, est. en Tfe debe a Diego Camacho, vº, presente 3.500 mrs de la mone-da corriente en Tfe por un par de tijeras de tundir a pagar en agosto de 1527, en esta isla de Tfe en dineros de contado. Hipoteca todo el esquilmo que dios diere el año de 1527 de una viña que tiene en la isla de la Palma en la Breña, lindante con Juan Anton, con Gonzalo Serrano y con el camino y el monte…» (GALVAN ALONSO, Delfina. 1990, pg. 250). 46 En 1523 llega a la isla de Tenerife «un oficial tundidor con tres tijeras de tundir, una prensa, un escaño, un tablero con su ropa, 3 rebotaderos, 2 frisaderas y chavelas y demás cosas anejas» ( LOBO CABRERA, Manuel. 1980, p. 554). Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 185 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X PAÑOS Y TELAS De entre las mercancías importadas a la Isla por los grandes mercaderes, serán los paños y toda clase de telas los géneros más solicitadas y rentables, por cuanto hemos visto la amplia demanda existente. El vocablo «paño» tuvo en la época el mismo significado genérico que hoy damos a tela; o sea, cualquier trozo más o menos amplio de tejido realizado con diversos mate-riales como lino, lana, o cáñamo. También, en un sentido más particularizado, se enten-día por tal, la tela de lana muy tupida y con pelo más o menos corto. Desde los almacenes de los mercaderes salían algunos paños hacia las sastrerías, donde los correspondientes artesanos confeccionaban la ropa de los ciudadanos. Pero buena parte del tejido era adquirido directamente por las personas interesadas según fuesen sus posibilidades o necesidades. En este sentido el mercader estaba obligado, por la ley del mercado, a poner en venta desde los paños más corrientes, como la bayeta o el anascote, telas bastas utilizadas en la confección de monjilones y hábitos de viudas pobres; a las más lujosas sedas, terciopelos, brocados, rasos o tafetanes reservados para la grandes damas; pasando por una amplia variedad de paños reconocidos, bien por el lugar en que eran confeccionados, «refino de Segovia, paño de Portalegre, paño basto de Tenerife, ber-nias47, berbi48», etc., bien por el tipo de entramado que formaba el tejido: «Paño pardo quatorzeno»49, lo que conseguía satisfacer las demandas tanto de los ciudadanos como de los campesinos50. El precio que llegaban a alcanzar algunos de los mejores tejidos como damascos o ter-ciopelos, posibilitó el que, a menudo, se utilizaran como objeto de intercambio en tran-sacciones comerciales. De forma similar, los paños formaron parte importante de las dotes, siendo valorados minuciosamente en los peritajes y repartos de herencias. De la documen-tación consultada y dejando para mejor ocasión una mayor profundización en el tema, se han recogido una serie, aleatoria, de muestras que reflejamos en la siguiente tabla y que nos orienta sobre el precio, en maravedís, de los tejidos más usados en la ciudad. 47 Se conoce por este nombre a un tipo de capa confeccionada con lana. Hace años, este tipo de lana basto se fabricaba en Irlanda. 48 De Verviers, ciudad de Bélgica famosa por sus paños. 49 En esta época eran usuales los paños: catorceno, sereno, dieciocheno, veinteno, veintedoceno, veintecua-troceno, veinteseno, veintedoseno y treinteno, todos ellos haciendo referencia al número de centenares de hilos de la urdimbre. 50 En el comercio de Lesmes de Miranda, uno de los más importantes mercaderes de su tiempo y que dedi-có parte importante de su negocio a la compra-venta de paños, tejidos y cueros, se daban cita personajes principales de la ciudad como los hermanos Monteverde, Rafael Borlengo o el catalán Marcos Ruberto. Pero también personas más modestas acudían a su tienda, así, Bartolomé León, criador, le hace algunas adquisi-ciones menos importantes: ocho varas y media de angeo y una de paño azul de Inglaterra. (HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 1228. 1557). 186 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia TABLA II TEJIDO 1546 1557 1565 1571 1577 1580 1586 Angeo 40 84 132 126 120 147 144 Angeo basto 132 96 Crea 105 120 Damasco 850 Palmilla azul 1.260 1.500 1.584 Refino de Segovia 1.050 1.848 Paño Azul Inglés 700 924 Terciopelo verde 1.000 Terciopelo negro 1.420 2.100 2.100 3.168 Paño de Portalegre 1.745 Paño negro de Córdoba 252 Paño pardo quatorzeno 646 2.112 Paño amarillo 1.260 Paño basto de Tenerife 192 Paño colorado 850 Paño de Londres 20 doblas Paño verde 1.000 Rasol 756 Ruan 168 168. 216 192 Ruan blanco 126 240 Holanda cruda 170 320 336 Holanda blanca 226 320 Fustán negro 180 Fustán pardo 122 120 Bretaña 108 120 Lienzo blanco 84 144 144 240 216 Friseta 126 144 Fuente: A.G.P. Protocolos Notariales. Elaboración propia. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 187 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X CONFECCIÓN Y ACABADO DE LOS PAÑOS. Rara vez llegaban a la Isla, entre las mercancías encargadas por los comerciantes, pren-das de vestir ya elaboradas. Por supuesto, las damas de la alta sociedad iban a la última moda gracias a que solían aprovechar los viajes de sus maridos o parientes para hacerse traer vestidos, sombreros y joyas lucidas en las cortes europeas, aunque hay que recordar que durante la segunda mitad de este siglo el imperio de Carlos V impuso la moda de la corte castellana en gran parte del mundo occidental. Está pues justificada la numerosa presencia, principalmente sastres, de artesanos espe-cializados en las tareas propias del vestir y la moda. Hecho un recuento de los sastres que pudieron ofrecer sus servicios al mismo tiempo, nos encontramos que en tan solo cinco años (1565-1570) ejercieron un mínimo de treinta, número este que consideramos con-siderable. Además de numerosos, los sastres fueron personas relativamente bien consideradas. - recordemos que algunos de ellos contaban con la suficiente confianza de las grandes fami-lias como para permitírseles probar los vestidos y ropas íntimas a las damas- ya que si tenían suerte, eran maestros en el oficio y además no sufrían tropiezos con la justicia seglar o eclesiástica, podían llegar a disfrutar una cómoda posición; adquiriendo tierras, casas o entrando en negocios más lucrativos, como hizo Juan Fernández, quien lograría ser adjudicatario de la renta del diezmo de la miel y de la sangre de drago y por la que tuvo que depositar treinta y seis mil maravedís de fianza51. El trabajo de sastre, al contrario de otros artesanos que dependían de factores externos, podía asegurar al maestro cierta estabilidad así como confianza en el futuro, hecho este que evidentemente propiciaba un alto índice de natalidad entre sus familias. Finalmente otra circunstancia viene a corroborar la fuerte actividad económica que generaba este oficio y no es otra que la capacidad que tuvieron para adquirir esclavos con el objeto de servirse de ellos en el taller, enseñándoles el oficio o atendiendo a las tareas de la casa52. A pesar de no haber encontrado algún testimonio escrito que pudiera servirnos para certificar de forma categórica la presencia en la ciudad de gremios formados por sastres, calceteros o tundidores, no por ello hemos de concluir que carecieron de corporación. Será la documentación protocolar, junto a la importancia que llegaron a tener en la socie-dad, lo que nos induce a pensar todo lo contrario. Al menos eso se desprende de un poder 51 También actuó como fiador en la adjudicación de la renta del diezmo de los parrales de Los Sauces. (HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 1515. 09/09/1558). 52 De los oficios que se vienen analizando serán los sastres, junto a zapateros y toneleros los colectivos que lle-van a bautizar un mayor número de esclavos, once concretamente. A estos, le siguen los tundidores con seis esclavos. (GARRIDO ABOLAFIA, Manuel. 1993). 188 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia otorgado por un total de diez sastres y en nombre de todos los del oficio, a Domingo Perera, procurador de causas, para que en su nombre informase al Real Consejo de Su Majestad, interponiendo a la vez pleito ante la justicia en contra del gremio de los mare-antes. La querella, de la que desconocemos el desenlace, surgió por «el agravio que ayer sinco del mes de junio se nos hizo por fuerça asernos yr delante del pendon de los mareantes». El hecho se refiere a la alteración del protocolo que, desde siglos atrás, dictaba el orden que habían de observar los diferentes oficios y sus pendones representativos en las pro-cesiones celebradas con ocasión del Corpus Christi y que concentraba a los gremios y cofradías más importantes de la ciudad53. El oficio de sastre se aprendía según las normas de la época, esto es, trabajando como aprendiz bajo la supervisión de un oficial o maestro examinado. Las cláusulas de los con-tratos especifican el tiempo que ha de durar el aprendizaje, entre tres y cuatro años, aun-que en casi todas las ocasiones se hace hincapié en: «hasta aprender el oficio». También, las tareas a las que se ve obligado el aprendiz así como sus derechos, entre los que se inclu-yen el de obtener los instrumentos propios del oficio esto es, tijeras, una aguja y un dedal para que pudiera emplearse como obrero en cualquier tienda de sastre una vez acabado el aprendizaje o el de ser mantenido hasta tanto, proporcionándole casaca y calzones. 53 Los sastres que actuaban en representación del colectivo fueron: Luis de Brito, Baltasar Hernández, Diego Alvarez, Miguel González, Francisco Hernández, Domingo Hernández, Lope de Campos, Gregorio Suarez, Bartolomé Rodríguez y Juan Pérez. (A.I.P.N.P, Juan Lezana de Miranda, caja nº. 1. 06/06/1586). TABLA IV Prendas de la casa Aderezo de cama Cortina Manta Mantel Sábana Saboyana Tapete Toaja Toaja de aguamanos Alba Amito Calza Calzón Camisa Capa Casaca Chamarra Chapeo de pelo Cosete Estola Faja Faldilla Gorgera Gorjal Hábito Jaqueta Jubón Manto Media Saíto Saya Sayo Sayuelo Vestido TABLA III Prendas de vestir Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 189 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X También en este aspecto se deja constancia de la importancia que llegaron a tener, ya que los contratos de aprendizaje de este oficio son los más usuales dentro de la tipología docu-mental. El maestro solía cobrar por sus enseñanzas alrededor de las ocho doblas54. Como curiosidad, decir que se han encontrado varios contratos de aprendizaje suscritos por mulatos o moriscos,55 pues al ser oficios manuales, podían ser ejercidos por libertos. Al oficio de sastre corresponde el marcar, cortar y coser los diferentes tejidos ya prepa-rados que, como hemos visto, procedían en su mayoría de fuera de la Isla, y con los que confeccionaban los vestidos y trajes de la época. En este sentido, las nuevas corrientes rena-centistas influirían en los gustos de la sociedad. Hablamos claro está de las clases pudien-tes, familias con posibles que traían de sus viajes a la península las últimas tendencias en la moda. La burguesía palmera de origen flamenco, portugués, italiano o castellano, gustaba de hacer ostentación de sus riquezas y una forma de evidenciarlo consistía en lucir ropas lujosas, sombreros a la moda italiana, calzado y joyas, para lo cual aprovechaban cualquier festividad en la que pudieran organizar recepciones y bailes en los salones familiares. La población asalariada de la ciudad, así como los campesinos isleños, limitaba su ves-tuario al necesario para realizar el trabajo, ropa hecha por las mujeres y remendada con-tinuamente hasta que era inservible. En ocasiones contaban con una sola muda y los más pudientes alguna que otra prenda algo más "lujosa" que guardaban para las grandes oca-siones. En cuanto a la ropa de la casa como sábanas, cortinas o manteles y tapetes, era confeccionada por el servicio doméstico femenino, o por el ama de casa. 54 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis, nº. 199. 26/10/1551. 55 Ibídem., nº 956. Nº 1035. También en A.I.P.N.P. Pedro Hernández, caja nº. 3. 1560. Sayo. Calzas. 190 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia Jubones simples, labrados o con broca-dos, junto a camisas, capas, sayos, faldas, calzas y calzones, fueron las prendas más utilizadas en esta época (Tablas III, IV). La mayoría eran confeccionadas por los sas-tres, pero junto a estos, trabajaban otros artesanos especializados en cortar y coser determinadas prendas, como los «jubete-ros » o los «calceteros». A pesar de ser nom-brados específicamente como tales espe-cialistas, lo eran según que circunstancias ya que se dieron casos como el de Diego Alvarez, que aparece nombrado en la documentación unas veces como calcete-ro56, otras como jubetero57 y finalmente como «maestre del offiçio de sastre»58. Los citados calceteros, tan solo nueve se han podido localizar, confeccionaban las lla-madas «calzas», prenda que varió según los tiempos, pero que básicamente era un calzón o media que cubría el muslo, la pierna o la mayor parte de ella y que se unía al jubón con unos cordones llamados «ajujetas». Por su puesto, estas prendas podían ser más o menos lujosas según la tela empleada o los adornos adosados. Hasta finales del siglo, las calzas suelen estar hechas de tiras, «fajas» o «cuchillas» utilizando telas diferentes. Las labores del jubetero seguramente fueron realizadas por los sastres mismos, ya que sola-mente hemos encontrado el testimonio de uno de estos artesanos el cual figura, además, como sastre. El jubón era una especie de chaleco que se ponía sobre la camisa y que cubría desde los hombros hasta la cintura ajustándose al cuerpo. A igual que ocurría con las calzas, los jubo-nes incrementaban su valor en relación a los materiales y adornos empleados generalmente sobre los cuellos, que podían ser rígidos o no, altos o cortos. Los más lujosos lucían ricas gor-gueras de seda; idénticos aditamentos se cosían en los puños de las mangas. Mención aparte merece otro colectivo que si bien no fue muy amplio, dada la des-treza requerida, - solamente ha sido posible localizar a uno de ellos y este ya en los pri-meros años del siglo XVII - sí que realizaron una importante función dentro del ámbito religioso. Se trata de los bordadores, especialistas en realzar todo género de telas con materiales ricos: en 1546, dos doblas y media de hilo de oro y seda equivalían al rededor 56 A.P.S, Libro I de Bautismos., fol. 168. 57 Ibídem, fol. 131. 58 A.I. P. N. P, Lope de Vallejo, caja nº 2. 11/08/1584. Jubón y capa o “herreruelo”. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 191 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X de 1.250 mrs.59 Normalmente estas prendas, de una alta calidad y valor, estaban desti-nadas principalmente a vestir o adornar las imágenes de las diferentes iglesias, ermitas y oratorios particulares existentes en la Isla. Andrés Montalvo se obliga a bordar «una manga de la cruz de terçiopelo para la cofradía del St. Sacramento del lugar de los Llanos, con las condiçiones y de la labor y bordadura que se contiene en la escriptura»60. Quizás la ausencia de estos artesanos se debió al hecho de que el bordado en la Isla era una tarea prácticamente doméstica que no alcanzó los mercados hasta siglos después. Pero el borde no solamente era una ocupación de las doncellas y damas de la sociedad, sino que también servía como fuente de ingresos extra para las familias menos pudien-tes. Veamos lo que dice Gaspar Frutuoso sobre el particular: “ellas, (las nativas), son tan galantes y visten con tanto costo que parecen tener gran-des rentas. (…) bordan bien, pero casi no saben hilar, ni tejer, cosa que dejan para las Portuguesas; solo en hacer camisas, despuntar jubones, bordas almohadas y hacer obras de red muy costosas, ganan todos sus gastos y así andan tan llenas de oro61”. Por último y dentro de este amplio colectivo dedicado a la manipulación y transfor-mación de los tejidos encontramos citados a un reducido grupo de «sederos». SERICULTURA Aún hoy está por fijar una fecha definitiva que nos indique cuándo y donde se intro-dujo por primera vez en el Archipiélago la cría del gusano o la manipulación y transfor-mación de la seda. A medida que surgen nuevos estudios sobre la sericultura canaria, su origen se remonta cada vez más atrás en el tiempo acercándose al principio del siglo. Probablemente la introducción del moral y la confección de seda en la Isla de La Palma se produzca en las primeras décadas del siglo XVI, al menos así reza en un informe emi-tido por Felix Póggio titulado “Vidas y tragedias de la Seda de El Paso62”, en el que dice: “ya en 1513, a 2 de mayo, el primer Fernando dictó una Real Provisión, que se conserva al folio 48 del Libro Tercero de Reales Cédulas del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, "para que el Gobernador haga información sobre que la Isla de La Palma no debe pagar el diezmo de la seda, sino de la hoja de moral, por ser lo de más trabajo personal.” 59 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis, nº 118 27/11/1546. 60 A. I. P. N. P, Tomas González. Sin catalogar. 1612. 61 FRUTUOSO Gaspar. 1964, pg. 109. 62 SÁNCHEZ, María de los Ángeles. “La Seda en La Palma”. Madrid: Consejería de Industria del Gobierno de Canarias, 1987. 192 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia Dejando a un lado este dato, ya que no hemos podido localizar el documento citado, será Juan Regulo quien sitúe las primeras noticias documentadas y referidas a la seda en la isla de La Palma en el año 1538.63 Con posterioridad, Lobo Cabrera aportaba la fecha de 1522 como primera referencia para «un maestro de façer seda», en Galdar.64 Por últi-mo, Martínez Galindo fija la implantación y comercio de la seda en Canarias algunos años antes, concretamente en 1515.65 En esta ocasión cita la comarca de Daute, en Tenerife, como el principal centro productor. Años antes o años después, lo realmente importante es que ya desde la segunda déca-da se produce abundante seda, al menos en varias islas del archipiélago, sirva de ejemplo el caso de Juan Alvarez, sedero establecido en la Isla quien, en 1555, se compromete mediante contrato, a vender a Juan de Çada, comerciante, la totalidad de la seda cruda que pensaba confeccionar ese año en la comarca de Los Sauces, todo, al precio de vein-tiún reales la libra66. Además, la calidad de la misma debió ser excelente ya que las auto-ridades isleñas remiten informes a la Corona manifestando que la seda es comparable e incluso mejor que la producida en la ciudad de Granada, famosa precisamente por la cali-dad de la seda que exportaba. Remitimos a las obras comentadas, especialmente a “La sericultura en Daute (1515- 1550)” para todo aquel que esté interesado en los primeros pasos de esta industria en Canarias, ya que en lo que respecta a la isla de La Palma, los datos son inexistentes si exceptuamos aquellos, de carácter familiar, referidos a los ocho sederos contabilizados. Cinco en los últimos treinta años del siglo. El primer sedero o «sedacero» sobre el que tenemos noticias es Melchor Luis (1550), que figura como tal en sus tratos comerciales con Lesmes de Miranda. Le sigue Antonio Pérez (1553), testigo en escrituras notariales; Juan Álvarez (1554) y Juan Hernández de Fonseca quien residió en la Isla avanzada la segunda mitad del siglo. Es el único que hemos visto cómo tomaba a su cargo aprendices, lo que indica que había llegado a establecer su propio taller. Llama la atención el hecho de que el periodo fijado para aprender el oficio fuese de, al menos, diez años, dando idea del grado de especialización requerida. 63 REGULO PÉREZ; Juan. 1946, pp. 167-169. Efectivamente, una Real Cédula existente, en muy mal esta-do, en el archivo Municipal de Santa Cruz de La Palma, de fecha 22 de noviembre de 1538, trata sobre que el diezmo no se cobre sobre la seda «que por la esperiencia que se ha hecho de ello (se refiere a la confección de la seda) era muy buena, mejor que en ninguna de la que se hace en el Reyno de Granada» sino sobre la «oja de moral». Esto induce a pensar, que aunque no se hace referencia a normativas anteriores, ya en esta fecha de 1538 se tenía conciencia de llevar años trabajando la seda en la Isla. (Real Cédula de 22 de noviembre de 1538 “Sobre el diez-mo de la seda sino de la oja de moral”. A.M.P. Libro III de Reales Cédulas, leg.726, carp.2). 64 LOBO CABRERA; Manuel. 1980, pp. 549-561. 65 MARTÍNEZ GALINDO, Pedro. 1981. 66 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 529, 2000. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 193 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X ZAPATEROS Y CHAPINEROS ALONSO DE ESPINOSA. (1589-1590) Casado con Angela Hernández tuvie-ron por hijos a Beatriz y Catalina.67 ALONSO PÉREZ. (1560) Este año era cofrade de La Vera Cruz.68 ALVARO GONZÁLEZ. (1526) Casado con Mencía Báez, tuvieron varios hijos uno de los cuales seguiría el oficio del padre. Procedente de Portugal, se dice de él que era «cristiano nuevo de judio», aunque es posible que siguiese practi-cando la religión durante su estancia en la isla, ya que el tribunal de La In-quisición le confiscó los bienes acu-sándole de: «hereje, heresiarca, predica-dor y enseñador de la ley de los judios.»69 ÁLVARO PÉREZ. (1599) Contrajo ma-trimonio con María Pérez.70 ÁLVARO RODRÍGUEZ. (1566-1572) Casado con María Blas,71 tuvieron una hija llamada Catalina Rodríguez, la cual casó con Diego Hernández en 158672. En 1566 era cofrade de La Vera Cruz.73 ANDRÉS HERNÁNDEZ. (1553-1577. dif.) Casado con Beatriz Vaez, tuvieron como mínimo cuatro hijos: Catalina, Andrés, Domingo y Margarita de Lima. Fallece en 1577.74 Las primeras noticias que tenemos sobre él, son como testigo de un poder notarial.75 Perteneció a la cofradía de La Vera Cruz.76 ANTÓN PIÑERO. (1590-1592) Casado con Ana Hernández. Tuvieron tres hi-jos: Pedro, María y Juan.77 ANTONIO ÁLVAREZ. (1567-1575) Contrajo matrimonio con María Este-vez, junto a la que procreó a Antonio Francisco y a Juan.78 En 1569 era miembro de La Vera Cruz.79 ANTÓN DE ARENAS. (1559) Cofrade de la cofradía de La Vera Cruz.80 67 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 295v. y 310v. 68 B.C. fondo antiguo Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz, fol. 20. 02/05/1560. 69 LORENZO RODRÍGUEZ, Juan B. 1987, pg. 44. 70 A.P.S. Libro I de Bautismos, fol. 420. 71 Ibídem, fol. 43v. y 96v. 72 A.J.P.N.P, Juan Lezana de Miranda, caja nº. 1. 11/03/1586. 73 B.C. fondo antiguo Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz, fol. 40. 12/05/1566. 74 A.P.S. Libro I de Bautismos, fol. 9/ 22/ 38/ 63v/ 83v y 153v. 75 HERNANDEZ MARTÍN. Luis. 1999. 76 B.C. fondo antiguo Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. fol., 25v. 17/05/1563. 77 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 310v/ 408v. y 321v. 78 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 33v./37/ 80v. y 129. 79 B.C. fondo antiguo Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz, fol. 44. 08/05/1569. 80 Idem. DICCIONARIO DE ARTESANOS CUEROS Y PIELES (II) 194 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia ANTONIO COELLO. (1577-1587) Mujer: Isabel Hernández. Hijos: An-tonio y Catalina.81 ANTONIO DÍAZ. (1565-1579) Casado con Elena Luis, tuvieron cinco hijos: Manuel, Ana, Juan, Antonio y Fran-cisca. 82 Al igual que otros zapateros, a este también lo encontramos comer-ciando con vino.83 En 1574 era cofra-de de La Vera Cruz.84 ANTONIO HERNÁNDEZ. (1567- 1589) Casado con Beatriz, figuran ambos como «prietos», lo que nos in-duce a pensar que fueron esclavos con anterioridad. Tuvieron cuatro hijos: Catalina, Antonio, Violante y Mel-chora. 85 En 1589, compra a otro zapa-tero, «...dos cueros bacunos cortados.»86 ANTONIO GONZÁLEZ. (1567-1569) Casado con Catalina González, debió ser uno de los primeros zapateros de la ciudad ya que entre 1567 en que bauti-za a Melchor y compra a Diego de Solís87 «…quatro dozenas y nuebe cueros cordobanes curtido» y 1569, año en que redacta testamento la mujer, se produ-ce su muerte. Dejaron por herederos a sus hijos: Francisco, Ana, Gaspar, Leo-nor, Baltasar, Melchor y Domingos.88 ANTONIO LÓPEZ. (1560-1570) Cita-do por Elisa Torres Santana, mantuvo relaciones comerciales con Benito Ló-pez, vecino de Sevilla, con el que em-barca a las Indias, varias pipas de vino.89 ANTONIO PÉREZ. (1564) En el año de referencia era cofrade de La Vera Cruz.90 BALTASAR HERNÁNDEZ. (1564- 1571) Casado con Francisca Hernán-dez. Tienen a Baltasar y a Domingo por hijos.91 Desde 1564 y hasta 1571, fue miembro de la cofradía de La Vera Cruz.92 BALTASAR MARTÍN. (1596-1598) Mujer: Francisca de Correa. Hijos: María y Gaspar.93 BARTOLOME HERNÁNDEZ. (1559- 1578) Contrajo matrimonio con Bea-triz Montero. Tuvieron tres hijos: Bal-tasar, Francisco y Bartolomé.94 Perte- 81 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 157v./ 183 y 279. 82 Ibídem, fols. 14v./ 55v./ 112v./ 150v. y 178v. 83 A.J.P.N.P. Luis Méndez. 28/03/ 1565. Inserto en la caja nº. 1 de Pedro Hernández. 84 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. fol. 53v. 20/05/1574. 85 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 36v./ 64/ 132v. y 169v. 86 A.J.P.N.P. Lope de Vallejo. caja nº. 2, 29/05/1584. 87 A.J.P.N.P, Luis Méndez / /10/1567. Inserto en la caja nº. 2 de Pedro Hernández. 88 A.J.P.N.P, Hernán Pérez, caja nº. 1. 1569. 89 TORRES SANTANA; Elisa. 1993. pg 159. 90 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz., fol. 33. 11/05/1564. 91 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 17v./ 21v. y 70. 92 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 93 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 366v. y 404v. 94 Ibídem, fols. 80v./ 148/ 213 y 289. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 195 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X neció a la cofradía de La Vera Cruz95 desde sus inicios. BARTOLOME LUIS. (1578-1581) Mu-jer: Catalina González. Hijos: José y Águeda.96 BASTIÁN HERNÁNDEZ. (1564- 1565) Casado con María Nuñez, bau-tizan a Baltasar.97 BASTIÁN FELIPE. ( 1584) En este año vende dos cueros vacunos a otro zapa-tero por precio de ocho ducados.98 BASTIÁN PÉREZ. (1553) Lo encontra-mos, por primera vez, como testigo de una escritura notarial.99 BLAS HERNÁNDEZ. (1566-1572) Ca-sado con Blanca López.100 COSME PÉREZ. (1565-1567) Padrino de bautismos a lo largo de estos años.101 CRISTOBAL ÁLVAREZ. (1576) Padrino.102 DIEGO ÁLVAREZ. (1584) Casado con Isabel Hernández Vázquez.103 DIEGO DÍAZ. (1569-1572) Tuvo este zapatero taller propio donde enseñaba a los aprendices el oficio, como a Salvador, hijo de Juan de la Fuente, empedrador, allá por el año 1569.104 Casado con Mayor Francisca, no se le conoce descendencia.105 DIEGO ESTEVEZ. (1574) Padrino de bautismo.106 DIEGO GARCÍA (1573) Padrino de bautismo.107 DOMINGO HERNÁNDEZ. (1571- 1593) A lo largo de estos años, lo en-contramos formando matrimonio con tres mujeres diferentes, con las que tuvo los siguientes hijos: con Francisca González, a Catalina. Melchor que lo tuvo con Luisa Sánchez. Dos hijas más con su última mujer, María Báez.108 DOMINGO PÉREZ. ( 1576-1582) Ca-sado con Magdalena Pérez, tuvieron cuatro hijos: Domingo, Gaspar, Juan y Melchor.109 DOMINGO YANES. (1571-1576) Casado con María Blas, tuvieron al menos dos hijos: Lázaro e Inés.110 Poseía un solar «con una portada de madera que linda por una parte con cassas de Sebastian Martin, e por 95 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 96 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 167v. y 193. 97 Ibídem, fols. 8v. y 18. 98 A.J.P.N.P. Lope de Vallejo. caja nº. 2, 29/05/1584. 99 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis. 1999. 100 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 28v. y 88. 101 Ibídem, fols. 18 y 33v. 102 Ibídem, fol. 137. 103 A.J.P.N.P. Lope de Vallejo. caja nº. 1, 04/05/1584. 104 A.J.P.N.P. Hernand Pérez, caja nº. 1, 03/12/1569. 105 A.P.S. Libro I de Bautismos, fols. 54v. y 96v. 106 Ibídem, fol. 121v. 107 Ibídem, fol. 100v. 108 Ibídem, fols. 80v./ 136/ 289v. y 340v. 109 Ibídem, fols. 141/ 180/ 159 y 212. 110 Ibídem, fols. 105 y 140v. 196 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia otra parte con cassas de Antonio Martin y por otra la calle de los Molinos y la calle que va a la hermita de Santa Catalina.»111 DUARTE GONZÁLEZ. (1526-1535) Otro de los primeros zapateros que lle-garon a la isla procedentes de Portugal y que, siendo cristianos nuevos de ju-díos, fueron penitenciados por la San-ta Inquisición.112 DUARTE RODRÍGUEZ. (1528-1568) Procedente de Portugal, donde había te-nido una hija natural llamada María Ro-dríguez, se afincó en la Isla donde contra-jo matrimonio, en 1528, con Blanca Fer-nández, quien fallecería en 1560. Fruto del matrimonio tuvieron por hijos a Al-varo, Jorge, Isabel y Gracia. Ambas hijas casaron en Portugal. Isabel con Lorenzo Méndez y Gracia con Antonio Hernán-dez. Mientras vivió tuvo a su servicio dos esclavos prietos llamados Francisco e Inés, de quince y catorce años de edad respec-tivamente. 113 En 1563, pertenecía a la co-fradía de La Vera Cruz.114 ESTEBAN RODRÍGUEZ. (1553-1568) En la primera fecha de referencia otor-ga un poder general a Juan de Vilapa-dierna. 115 Casado con Felipa Vellosa, tu-vieron dos hijos: Francisco y Esteban.116 Fue miembro de la cofradía de La Vera Cruz desde 1560 hasta 1567.117 FRANCISCO ÁLVAREZ. (1559) Uno de los primeros miembros de la cofradía de La Vera Cruz.118 FRANCISCO AFONSO. (1551-1565) Tuvo una hija llamada Ana Francisca.119 En 1559 pertenecía a la cofradía de La Vera Cruz.120 FRANCISCO GONZÁLEZ (1546) Na-tural de la isla de Madeira, en la villa de Machico. Casó con Lucía Afonso hija de Pedro Afonso, carpintero, y de Malgarida González. Tuvieron por hija a Blanca González. En 1546 re-dacta testamento.121 FRANCISCO HERNÁNDEZ. (1566- 1578) Contrajo matrimonio con Ana González, de la que tuvo tres hijos: Baltasar, Angela y Catalina.122 FRANCISCO MARTÍN. (1583-1589) Mujer: Luisa Hernández. Hijos: María y Ana.123 111 A.J.P.N.P, Pedro Hernández, caja nº. 3, 21/11/1571. 112 LORENZO RODRÍGUEZ; Juan Bautista. 1987. 113 A.J.P.N.P. Hernand Pérez, caja nº. 1. s.f. 114 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz., fol. 25v. 17/05/1563. 115 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis 1999. 116 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 18v. y 48v. 117 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 118 Idem. 119 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 11v. 120 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 121 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis 1999. 122 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 28/ 56v. 131v. y 165v. 123 Ibídem, fols. 230v./ 285 y 298. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 197 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X FRANCISCO RODRÍGUEZ. (1553) En la fecha de referencia figura como testigo en un poder notarial.124 GASPAR ESPINOSA. (1553) Casado con María Hernández, poseían casas en la ciudad y tierras en las cabezadas de Velhoco, todo lo cual pusieron a tri-buto de dos mil quinientos maravedís a favor de Marcos Roberto, regidor.125 GASPAR GONZÁLEZ I. (1587) Casado con Antonia Rodríguez, tuvieron por hija a María.126 Este mismo año y por falta de pago del adjudicatario original Francisco Hernández, de quien había salido fiador, se le transfiere la renta decimal de los quesos de toda la Isla.127 GASPAR GONZÁLEZ II. (1598) Mu-jer: Catalina de Lugo. Hijo: Juan.128 GASPAR LÁZARO. (1583) Padrino de bautismo.129 GONZALO GONZÁLEZ. (1583) Ca-sado con Elvira Márquez.130 GONZALO LUIS. ( 1571-1573) Casado con Andresa Rodríguez, tuvieron a Juana por hija.131 GONZALO PÉREZ. (1559-1575) Casa-do con María González, tuvieron al menos cuatro hijos: Gonzalo, Catali-na, Agueda y Ana.132 Poseía casa en la calle Real.133 Cofrade de La Vera Cruz desde 1561134 hasta 1575. JORGE RODRÍGUEZ. ( 1567-1582) Contrajo matrimonio con Violante González. Tuvieron tres hijos: María, Antonio e Isabel.135 En 1571 era cofra-de de La Vera Cruz.136 JUAN CANERO. (1567) Casado con Magdalena Pérez, tuvieron a María por hija.137 JUAN DE ÇÚÑIGA. (1565-1585) Las primeras noticias que tenemos sobre este artesano apuntan a una obligación de pago que suscribe en nombre de Pe-dro Hernández, quien estaba preso y con los bienes embargados. Se com-prueba por este contrato que poseía conocimientos caligráficos al firmar de puño y letra ante el escribano.138 En 1585, compraba «...un esclavito de co-lor negro(…) de hedad de ocho o nueve 124 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis. 1999. 125 Idem. 126 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 281v. 127 A.J.P.N.P, Rodrigo Ponce, caja nº. 1. 28/02/1587. 128 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 400. 129 Ibídem, fol. 229. 130 Ibídem, fol. 224v. 131 Ibídem, fols. 78v./ 97v. y 120v. 132 Ibídem, fols. 16v./ 28/ 64v. y 127. 133 A.J.P.N.P, Domingo Pérez, caja nº. 3, 24/11/1559. 134 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 135 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 32v./ 38v./ 67 y 215. 136 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz, fol. 45 v. 06/05/1571. 137 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 36v. 138 A.J.P.N.P, Luis Méndez, 30/01/1565. 198 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia años mas o menos(…) en quarenta du-cados de oro» a Diego de Solís.139 JUAN FERNÁNDEZ. (1587) Casado con Ana Hernández.140 JUAN FRANCISCO. (1568-1586) Igno-ramos el nombre de la mujer con la que estuvo casado, aunque consta que tuvo dos hijas. Inés y Ana.141 En 1571 Do-mingo González, yerno de Cristóbal Gutiérrez, le arriendan una huerta por precio de cincuenta doblas.142 Años más tarde, lo encontramos comprando al mercader Melchor Alvarez de Escobar, cierta cantidad de cueros.143 JUAN GONZÁLEZ. I (1553-1570) Ca-sado con Antonia González, tuvieron dos hijos. Juan y Domingo.144 Fue pro-pietario de unas casas en la calle Real, así como tierras y viña en Mazo145 y la Breña.146 Años más tarde, en 1567, paga a Diego de Solís, mercader, 16 doblas de oro por seis docenas de cor-dobanes curtidos.147 En 1568, era miembro de la cofradía de La Vera Cruz.148 JUAN GONZÁLEZ II. ( 1566-1572) Ca-sado con Isabel González, tuvieron tres hijos: Isabel, Inés y Pedro.149 JUAN GONZÁLEZ III. (1570) Mujer: Catalina Alvarez. Hijo: Gonzalo.150 JUAN GONZÁLEZ IV. (1576-1589) Casado con Leonor López, tuvieron al menos cuatro hijos. Baltasar, Antonio, María y Ana.151 JUAN HERNÁNDEZ. (1569-1599) Contrajo matrimonio con Leonor Es-cudero, teniendo dos hijas: Margarita y María.152 JUAN LAMEGO. (1567-1569) Casado con Magdalena Pérez, bautizan a María.153 JUAN MARTÍN. (1565) Mujer: Isabel de La Calzada. Hijos: Gaspar y Mel-chora. 154 JUAN MUÑÍZ. (1572-1573) Tuvo, jun-to a su mujer Juana Vázquez, dos hijas: María e Inés.155 139 A.J.P.N.P, Luis Méndez 8/10/1585. Inserto en la caja nº. 2 de Pedro Hernández. 140 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 272v. 141 Ibídem, fols. 44/ 122v. y 149. 142 A.J.P.N.P, Pedro Hernández, caja nº. 3, 26/11/1571. 143 A.J.P.N.P, Juan Lezana de Miranda, caja nº. 1. 28/01/1586. 144 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 16v. y 69. 145 HERNÁNDEZ MARTÍN. Luis 1999. 146 A.J.P.N.P, Domingo Pérez, caja nº. 3, s.f., 13/11/1556. 147 A.J.P.N.P, Luis Méndez, oct. 1567. (Inserto en la caja nº. 2 de Pedro Hernández) 148 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz, fol. 42v. 16/05/1568. 149 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 21/ 55 y 89. 150 Ibídem, fol. 75v. 151 Ibídem, fol. 147/ 173/ 206v. y 301. 152 Ibídem, fols. 59/ 278/ 231 y 420v. 153 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 32 y 55. 154 Ibídem, fol. 9v. 155 Ibídem, fols. 87v./ 93v. y 101v. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 199 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X JUAN PÉREZ. (1567-1598) Mujer: Ana Bermúdez. Hijos: Margarita, Pedro, Juan y María.156 JUAN RAMON DE LENES. (1562- 1568) En 1562, se comprometió a en-señar el oficio de zapatero a un Portu-gués estante en la Isla.157 Estuvo casado con Magdalena Hernández, de quien tuvo a Isabel, su hija.158 JUAN RODRÍGUEZ I. (1575-1583) Casado con Ana Hernández, tuvo dos hijos llamados Juan.159 JUAN RODRÍGUEZ II. (1593-1596) Casado con María Correa, se les cono-cen dos hijos: Juan y Beatriz.160 LÁZARO HERNÁNDEZ. (1580) Casa-do con Marquesa Rodríguez, se les co-noce un hijo: Juan.161 LOPE GARCÍA. (1565-1571) Contrajo matrimonio con Catalina García, tenien-do dos hijos: Ana y Lope.162 En 1568 se le cita, junto a Susana Pérez viuda de Juan de Carmona, como arrendatario de unas tierras en Puntallana.163 LUIS FELIPE. (1582) Casado con Bea-triz Bermúdez.164 LUIS DE SANTA CRUZ. (1527) Sin duda, uno de los primeros zapateros instalados en la ciudad, es citado en los protocolos de Bernardino Justiniano, de la escribanía de Tenerife.165 MANUEL GONZÁLEZ. (1580) Casado con Francisca de Perera, tuvieron una hija: Catalina.166 MANUEL HERNÁNDEZ. (1582) Con-trajo matrimonio con Melchora Díaz. Tuvieron un hijo: Bartolomé.167 MARCOS HERNÁNDEZ. (1571-1583) Casado con María de Agrela.168 En 1571 compra a Diego de Solis, mercader, «doze cueros de cordobanes e por diez cueros [vacu-nos] a tres rreales cada uno»169. MARCOS MARTÍN. (1582) Casado con Inés Martín.170 MATEOS FERNÁNDEZ. (1504-1509) Primer zapatero del que tenemos noticias. Durante los años de referencia aparece primero, recibiendo del Adelantado tres 156 Ibídem, fols. 36/ 165/ 119/ 310 y 392v. 157 A.J.P.N.P,. Luis Méndez.. Inserto en la caja nº. 1 de Pedro Hernández. 158 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 49. 159 Ibídem, fols. .25v./ 156v./ 225/ 226v. 160 Ibídem, fol.s. 365v. y 337. 161 Ibídem, fol. 183. 162 Ibídem, fol.s. 14v./ 16 y 79v. 163 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº. 1, 1569. 164 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol.. 208v. 165 GALVAN AFONSO; Delfina. 1990. 166 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 191. 167 Ibídem, fol. 213v. 168 Ibídem, fols. 114v y 225v. 169 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº. 1, 03/07/1571. 170 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 215. 200 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia cahíces de tierra en Puntallana171, ratifica-da posteriormente por Lope de Sosa.172 Poco más tarde, compra a Mateos Cama-cho, regidor, dos pedazos de tierra por im-porte de ciento quince mil maravedís173. A este mismo señor le compra un par de meses antes una casa y solar en Santa Cruz de La Palma por treinta y dos mil mara-vedís. MATEOS GONZÁLEZ. (1598) Contrajo matrimonio con Leonor Rodríguez.174 MATHEOS MARTÍN. (1568-1571) Ca-sado con María Hernández, tuvieron al menos tres hijos: Inés, Ana y Mateo.175 En 1571 lo encontramos comprando «quatro hanegas de trigo y quatro de çen-teno ».176 MELCHOR ÁLVAREZ. ( -1553) Difun-to en la fecha de referencia, estuvo ca-sado con Inés Alvarez, hija de Alvaro Augusto. Poseían tierras en Mazo.177 MELCHOR HERNÁNDEZ. (1569- 1589) Casado con Catalina González lograron amplia descendencia, hasta un total de seis hijos: Catalina, Manuel, Diego, Juana, María y Francisco.178 MELCHOR HERRERA. (1587) Padri-no de bautismo.179 MELCHOR MARTÍN. (1565) Como tantos otros de su tiempo, compaginó la actividad de zapatero con la del co-mercio, al menos eso se desprende de un recibo de pago en el que se dice compra cincuenta y seis barriles de vino.180 NICOLAS GONZÁLEZ (1575-1588) Casado con Lucana González, tuvieron tres hijos: Gonzalo, María y María.181 PABLO PÉREZ. (1581) Mujer: María Hernández. Hijo: Baltasar.182 PEDRO DE SOSA. (1598) Casado con María Rodríguez.183 PEDRO DÍAZ. (1574-1583) Contrajo ma-trimonio con Francisca de Linares, con la que tuvo dos hijos: Pedro y Francisca.184 PEDRO GONZÁLEZ. (1553-1598) Ca-sado con Isabel Luis, tuvieron al me-nos seis hijos: Francisco, Gabriel, Ma-ría, Sebastián, José y Francisco.185 En 171 POGGIO CAPOTE, Manuel. 2001, documento 10,2 -27/04/1508. 172 Ibídem, documento 11, 12/07/1504. 173 Ibídem, documento 12, 08/06/1504. 174 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol.. 398v. 175 Ibídem, fol.s. 47v./ 105v. y 166v. 176 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº. 1, 14/04/1571. 177 HERNÁNDEZ MARTÍN. Luis 1999. 178 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol.s. 55/ 85/ 97v./ 130/ 154v./ 36v./ 177 y 300. 179 Ibídem, fol. 275. 180 A.J.P.N.P, Luis Méndez. 19/03/1565. (Inserto en la caja nº. 1 de Pedro Hernández) 181 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 128v./ 130v./ 282 y 160v. 182 Ibídem, fol. 203v. 183 Ibídem, fol. 399. 184 Ibídem, fols. 118 y 229. 185 Ibídem, fols. 20/ 21/ 39v./ 68v./ 102v./ 146 y 396v. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 201 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X 1570 compra a Lesmes de Miranda: «siete cueros vacunos en pelo a mill y duzientos y çinquenta mrs, cada uno y por ocho cueros de carneros a quarenta y dos mrs cada uno y por veynte y un cue-ros de carneros a setenta y dos mrs cada uno que todo monta los dichos 1051 mrs.»186 Perteneció a la cofradía de La Vera Cruz desde 1566, año en que desempeñó el cargo de prioste187, hasta 1575.188 PEDRO GONZÁLEZ II. (1567-1570) Casado con María González.189 PEDRO HERNÁNDEZ. (1569-1574) Casado con Andresa de Acosta.190 PEDRO OLIVERA (1560) Miembro de la cofradía de La Vera Cruz.191 PEDRO VÁZQUEZ. (1527-1546) En 1527 se encontraba en Tenerife donde recibe en soldada a Lucas, hijo de Pe-dro Hernández Halcón, vecino de Te-nerife192. Casado con Leonor Hernán-dez obtienen en 1546 el diezmo de los parrales de Puntallana en cuantía de doscientos treinta mil maravedís.193 PEDRO YANES. (1572) Casado con Leo-nor de Campo. Hijo: Marcos.194 SALVADOR HERNÁNDEZ. (1580- 1593) Casado con María Paz, tuvieron hasta un total de seis hijos: Francisca, Catalina, Polonia, María, Cristina y Margarita.195 SEBASTIÁN ÁLVAREZ. (1582) Mujer: Catalina Díaz. Hijo: Sebastián.196 SEBASTIÁN FELIPE. (1574-1593) Mu-jer: Beatriz de Bermúdez. Hijo: Luis.197 SEBASTIÁN GONZÁLEZ. (1566-1572) Casado con Isabel González, tuvieron tres hijos: Ana, Diego y Baltasar.198 SEBASTIÁN HERNÁNDEZ. (1567) Contrajo matrimonio con María Nuñez, con la que tuvo una hija llamada Espe-ranza. 199 SEBASTIÁN PÉREZ. (1559-1564) Co-frade fundador de la cofradía de La Vera Cruz.200 SEBASTIAN PIÑERO. (1598) Mujer: Isabel Gutiérrez. Hijo: Juan.201 186 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº. 1, 11/ 05/ 1570. 187 Mayordomo de una hermandad o cofradía. 188 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 189 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 32v. y 65. 190 Ibídem, fols. 59 y 120v. 191 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz, fol. 20. 02/05/1560. 192 GALVÁN AFONSO; Delfina. 1990, p. 395. 193 HERNÁNDEZ MARTÍN. Luis 1999. 194 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 94v. 195 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 191/ 204v./ 226v./ 270/ 297 y 339v. 196 Ibídem, fol. 206v. 197 Ibídem, fols. 114v./ 128v. y 335v. 198 Ibídem, fol.s. 18v./ 57v./ 70v. y 92. 199 Ibídem, fol. 39v. 200 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 201 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 393v. 202 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia SILVESTRE GONZÁLEZ. (1526) Hijo del zapatero Alvaro González, portu-gués, vecino de La Palma. Fueron con-fiscados sus bienes y relajado en persona por hereje y heresiarca. Antes de ser que-mado se le dio tormento extraordinario azotándosele públicamente por haber perjurado y escapado de la cárcel.202 SIMÓN RODRÍGUEZ. (1567-1587) En 1567 figura como tributario de unas tie-rras, sin especificar, pertenecientes al Cabildo por la cuales pagaba siete mil ciento cuarenta y cuatro maravedís.203 Años más tarde, lo encontramos com-prando a Diego de Solis, comerciante «çinco dozenas y tres cueros cordobanes curtidos a 3 doblas cada dozena y por otras tres dozenas y media de [roto] curtidos a cinco doblas y media la dozena.»204 En cuanto a su situación familiar solo sabe-mos que tenía una hija llamada Ana Ro-dríguez, la cual aparece como madrina de bautismos en la parroquia.205 GUANTEROS ANTONIO GONZÁLEZ. (1579) Con-trajo matrimonio con Gregoria de Acosta y tuvieron dos hijos: Antonio y María.206 FRANCISCO GONZÁLEZ. (1553-1582) Lo encontramos por primera vez como testigo de un poder notarial suscrito en 1553.207 Casado con Juana Bernal, figura en multitud de ocasiones como padrino de bautizos. Se le conoce una hija llama-da Lucía Díaz.208 En 1565 tanto él como su mujer aprueban el matrimonio entre María de Campoverde, de color loro209 y a quien posiblemente le habían dado libertad, y Lucas Hernández, de quien también se dice que era de color loro. En testimonio del acuerdo y para sostener las cargas del matrimonio, dotan a María de Campoverde con lo siguiente: “un colchón de lienço con un quintal de lana, ocho sabanas de lienço buenas y una frasada nueva y dos almohadas labradas nuevas, y otra almohada blan-ca labrada, e una [dozen]a de pañuelos nuevos, y dos sillas de madera y dos caxas, la una de madera de pino e la otra de viñátigo,que tenga la una [ ] pal-mos e la otra, syete, una dozena de pla-tos y escudillas y unavela, y una caçuela de barro, una saya de paño azul y un sayo de telilla de lana nuevo(…) y asi mismo 20 doblas en dinero”.210 Como los demás guanteros, disfrutó de una buena posición económica, como 202 LORENZO RODRÍGUEZ; Juan B. 1987, pg 44. 203 A.M.L.P, Libro V de Reales Cédulas, leg. 726, fol. 37v. 204 A.J.P.N.P,. Luis Méndez / /10/1567. (Inserto en la caja nº. 2 de Pedro Hernández). 205 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 281. 206 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 176. 207 HERNÁNDEZ MARTÍN. Luis 1999. 208 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 167v. 03/12/1578. 209 De color amulatado o de un moreno que tira a negro. 210 A.J.P.N.P, Luis Mendes.11/08/1565. (Inserto en la caja nº. 1 de Pedro Hernández). Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 203 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X lo demuestra tanto el contenido de la dote citada, como los pagos que realiza a mercaderes de la ciudad por compra de telas.211Desde 1563 hasta 1574, per-teneció a la cofradía de La Vera Cruz.212 JUAN RODRÍGUEZ. (1568) Casado con Constanza Rodríguez. En el año de referencia compra a Juan Rodrí-guez, mercader, de quien dice ser so-brino, quince pipas de vino al precio de 3 doblas cada una.213 MARTÍN DÍAZ. (1570-1578) Tuvo jun-to a Leonor Hernández, su mujer, tres hijos: Pedro, Bernabé y María.214 MELCHOR LÓPEZ. (1593-1595) Casó con Ana Rodríguez y tuvieron dos hi-jas, Ana y Leonor.215 PEDRO HERNÁNDEZ. (1556-1583) Casó con Isabel López. No se le conoce descendencia, al menos en el período ana-lizado. 216 Poseía morada en unas casas si-tuadas en la calle Real, de las cuales alqui-ló los altos que daban tanto a la calle Real como los que miraban al mar. El contra-to, realizado a nombre de Jorge Pinto y de Gonzalianes, tenía duración de un año y se cifraron treinta y cuatro doblas como renta del alquiler.217 En 1583 figuraba como miembro de la cofradía de La Vera Cruz.218 Mantuvo tratos comerciales con Domingos Hernández, vecino de Portu-gal, a quien libra una letra de ochenta du-cados. 219 RODRIGO LUIS. (1548- 1584) Primero de los guanteros registrados, quizás sea el más conocido, tanto por el tiempo que ejerció como tal, como por las actividades socia-les desplegadas por él o por miembros de su familia. Ya en 1548 era casado con Isa-bel Hernández de quien se le conocen tres hijas: Andresa Rodríguez, Joana Rodrí-guez y María Rodríguez. Por esta época sabemos que habían comprado unas casas en la ciudad, junto a la calle Real, a Tori-bio Riberos.220 Estas casas hubieron de ocupar amplios solares ya que en dos oca-siones las divide, llegando a formar el con-junto tres viviendas.221 En 1565 contrae 211 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº 1, 11/05/1570. 212 B.C. fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. 213 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº. 1. 23/01/1568. 214 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 72/ 118v. y 167v. 215 Ibídem, fols 331 y 354. 216 Ibídem, fols. 4v./ 23 y 99. 217 A.J.P.N.P, Luis Maldonado, caja nº. 1, 05/01/1558. 218 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz. fol. 58, 19/05/1583. 219 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis, nº. 1070, 12/02/1557. 220 A.M.P., Hospital, Libro I de Legados y Donativos, est. 35, carpeta única, leg, 621, fol. 353- y 64. 221 En escritura de dote otorgada en 1560, Rodrigo Luis se compromete a entregar como dote, entre otras cosas «un colchon e quatro almohadas las dos labradas y las dos blancas y las dos de ellas llenas de lana y sábanas nuebas y una fresada nueva y sus bancos y tablas para la cama y quatro sabanas nuebas y una fresada nueba y sus bancos y tablas para la cama y una caxa de vinatigo y una mesa y dos sillas de palo» a su hija Joana Rodríguez, una casa que lindaba, por una parte con la casa que se había quedado Rodrigo Luis para vivir y por la otra parte otra casa que había obteni-do igualmente en dote su otra hija María Rodríguez. Estas tres casas tenían su fachada principal en la calle Real y la trasera, lindando con el mar. (A.J.P.N.P, Luis Maldonado, caja nº. 2. 25/04/1560.) 204 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia nuevo matrimonio, esta vez con María de Leira, con la que tendrá al menos ocho hijos.222 Ya en el siglo siguiente Catalina Rodríguez, una de sus hijas, casó con Antonio de Espino, los cuales tenían una casa terrera en la Somada, junto a la pla-ceta de Borrero.223 Adosada a esta casa, te-nía su morada Beatriz Rodríguez de La Trinidad, primera de las hijas habidas durante el segundo matrimonio.224Como tantos otros artesanos, perteneció a la co-fradía de La Vera Cruz en la cual estuvo desde 1559 hasta 1584.225 ÇURRADORES. ANTONIO DÍAZ. (1566-1577) Casado con Ana Francisca, bautizan a un total de cuatro hijos. Ana, Isabel, Antonio y Baltasar.226 ANTONIO HERNÁNDEZ. (1568) Ca-sado con Francisca Hernández. Hijo: José.227 BASTIÁN HERNÁNDEZ. (1571) Lo encontramos, por primera y única vez, junto a un compañero de oficio: Fran-cisco Romano, haciendo efectivo el pago de unas deudas que tenía con Juan Fernández Camillón.228 CRISTOBAL AFONSO. (1558-1565) Mujer: María Rodríguez. Hija: María.229 Entabló pleito contra Bastián Jorge, por la mitad de una sementera en tierras de Luís Álvarez.230 DOMINGO HERNÁNDEZ. (1559- 1563) Conocemos de su existencia por haber pertenecido a la cofradía de La Vera Cruz.231 de la que fue prioste los primeros años. FRANCISCO ROMANO. (1564-1571) Casado con Ana López, tuvieron un hijo llamado Domingo. Vendió unas casas que tenía en el barranco de San Francisco a un tal Joan González, por precio de nueve doblas de oro.232 Tam-bién fue miembro de La Vera Cruz du-rante los años 1567 y 1568.233 GONZALO VAEZ. (1575-1583) Tuvo por mujer a Francisca González siendo sus hijos Gaspar y Melchor.234 JUAN GONZÁLEZ. (1573) Casado con Ana López, solo se le conoce un hijo: Juan.235 222 “Beatriz, Margarita, Gregorio, Vicente, Simón, Ana, Francisco, Buenaventura” A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 12/ 30/ 33/ 54v./ 88v./ 124v./ 138/ 153v./ 177v./ 198/ 198v. y 220. 223 A.M.P., Hospital, Libro I de Legados y Donativos, est. 35, leg,621, fol 357. 224 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 12. 225 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz.. 226 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 22/ 51/ 152v y 83v. 227 Ibídem, fol. 42. 228 A.J.P.N.P, Pedro Hernández, caja nº. 4, 1571. 229 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 13v. 230 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis, 2003, 28/02/1558. 231 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz.. 232 A.J.P.N.P, Luis Méndez, 27/06/1564. (Inserto en la caja nº. 2 de Pedro Hernández). 233 B.C. Fondo antiguo. Libro de actas de la cofradía de La Vera Cruz.. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 205 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X JUAN MARTÍN. (1566) Padrino de bau-tismo. 236 LORENZO HERNANDEZ. (1566-1575) Contrajo matrimonio con Felipa Martín, junto a la que tendría tres hijos: Lucrecia, Baltasar y Domingo.237 MANUEL ÁLVAREZ. (1599) Mujer: María Luis. Hijo: Manuel.238 MANUEL GONZÁLEZ. (1580) Casado con Ana Santos tuvieron a Juan por hijo.239 ALBARDEROS Y SILLEROS ANTONIO FRANCISCO GONZÁLEZ. (1565) Sillero. padrino de bautismo.240 DOMINGO DE MOTA. (1575) Albar-dero. Padrino de bautismo.241 FRANCISCO GONZÁLEZ. (1555-1571) Sillero. En 1555 ratifica la venta realizada a Francisco de Salazar de un solar que había poseído en el puerto por precio de diecisiete doblas.242 Años más tarde acude como padrino a la iglesia principal de la ciudad.243 Estuvo casado con Juana Ro-dríguez, hija de Cristóbal Díaz.244 JUAN ÁLVAREZ. (1562) Albardero. Casa-do con Ana de Cabrera, tienen al menos dos hijos: Bartolomé y María Cordera. A esta última, la casó con Antonio Martín, dando en dote un pedazo de tierras en Las Cabeçadas, concretamente «46 hanegas de tierra medidas por cordel.»245 JUAN PÉREZ. (1565-1575) Albardero. Casado con María González, tienen dos hijas: Agueda y Catalina.246 PEDRO GÓMEZ. (1557) Fue dueño de una casa en el barrio de los Lordelos247. PEDRO YANES. (1544-1557) Albardero. Aparece nombrado en una escritura de tributo entre Duarte de Fraga y Alonso Fernández de Lugo sobre unas viñas que el primero tenía en el barranco de La Madera. En este mismo barranco tenía Pedro otras viñas que lindaban con las del anterior y con otras de Sebastián Martín, barbero.248 En 1553, tres meses después 234 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 125v. y 225. 235 Ibídem, fol. 109. 236 Ibídem, fol. 27v. 237 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 23v./ 77v. y 126. 238 Ibídem, fol.417. 239 Ibídem, fol.186v. 240 Ibídem, fol. 13. 241 Ibídem, fol. 126v. 242 A.J.P.N.P, Domingo Pérez, caja nº. 3, s.f. 1555. 243 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 76. 244 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis 2000, nº 759. 245 A.J.P.N.P, Luis Méndez. 16/1/1562. (Inserto en la caja nº. 1 de Pedro Hernández). 246 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 19v./ 28v. y 129v. 247 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis, nº. 1247. 24/05/1557. 248 A.M.L.P. Hospital. Libro IV de cuentas y tributos. Est.35, leg.725, fol 471. 206 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia de que la ciudad fuera incendiada por el pirata Le Clair, empezaba a fabricar unos solares que poseía en «la [calle] rreal que va a los molinos».249También fue dueño de una casa en el barrio de los Lordelos.250 CURTIDORES. JUAN GUTIERREZ. (1527) Primer curti-dor del que poseemos algún dato que no sea el estrictamente familiar. El hecho des-crito pone de manifiesto los roces y dis-putas habituales de una sociedad marca-damente imbuida en el espíritu religioso de la época «denuncia hecha ante el vicario de la Isla de la Palma Enrique Fernández, por Juan Gutierrez, curtidor, contra Juan Alvarez, portugués, que solia pedir limosna para Nª SRª de las Nieves, porque trato de impedir que lo hiciera el demandante para la santisima trinidad en la iglesia de san Francisco de aquella Isla».251 JUAN REMÓN. (1571-1577) Casado con Magdalena Hernández. Tuvieron dos hijos: Ana y Miguel.252 MARTIN DÍAZ. (1568) Casado con Leonor Díaz, bautizan a su hija María, en el año de referencia.253 NICOLAS GONZÁLEZ. (1593) Mujer: Lucana González. Hijo: Juan.254 249 A.P.N. Domingo Pérez, caja nº. 1 fols .551v.-554. 19/10/1553. 250 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis, nº. 1209. 24/05/1557. 251 RODRÍGUEZ GALINDO; Aurina. 1970-1971, pg.165. 252 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 79v. y 155v. 253 Ibídem, fol. 43v. 254 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 43v. TABLA VI Oficio Número Hijos Esclavos Artesanos más antiguos Albarderos 4 4 - (1544) Pedro Yanes Chapineros - - - - Curradores 12 8 - (1564) Fco. Romero Curtidores 4 4 - (1527) Juan Gutiérrez Guanteros 7 19 1 (1548) Rodrigo Luis Silleros 2 - - (1555) Fco. Glez Sombrereros 5 8 - (1590) Domingo Díaz Zapateros 99 142 18 (1504) Mateos Fernández Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 207 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X SOMBREREROS. BALTASAR GONZÁLEZ. (1597-1599) Casado con Beatriz de Lima, tiene dos hijos: Juan e Isabel.255 DOMINGO DÍAZ. (1590-1597) Contra-jo matrimonio con Isabel Pérez, con la que tuvo al menos cuatro hijos: Fran-cisco, Juan, Leonor y María.256 FRANCISCO PEDRIANES. (1598) Pa-drino de bautismo.257 FRANCISCO YANES. (1595) Casado con Isabel Pérez, tienen por hijo a Juan.258 JUAN PÉREZ. (1591) Casado con María Pérez, tienen a Juan por hijo.259 PAÑOS Y TEJIDOS. BORDADORES. ANDRÉS MONTALVO. (1612) Ya hemos visto como aparece citado en un contrato mediante el cual se obliga a rea-lizar una obra para la cofradía del St. Sacramento260. CALCETEROS ALONSO DE OCAÑA. (1568) Casado con Isabel Nuñez, se les conoce un hijo llamado Alonso261. ALONSO DE ORTEGA. (1568-1570) Casado con María de San Juan, tuvie-ron dos hijos: Francisca y Alonso262. BERNARDO DE ORIHUELA.(1570- 1590) Una de sus hijas, María de Las Nieves, figura como madrina de bau-tizos en varias ocasiones263. DIEGO ÁLVAREZ. (1579) Padrino de bautismo264. Veremos más adelante como también ejerció los oficios de sastre y jubetero. FRANCISCO ÁLVAREZ. (1557-1559) Casado con Leonor Pérez.265 También figura como testigo en una escritura de adjudicación del décimo de los parra-les de Puntallana.266 FRANCISCO DE BENAVENTE. (1553- 1557) Aparece por primera vez firman-do como testigo en una escritura de arrendamiento.267 En 1556 figura como propietario de una casa lindante con 255 Ibídem, fols. 388 y 413v. 256 Ibídem, fols. 310v./ 328v. 354 y 380. 257 Ibídem, fol. 395. 258 Ibídem, fol. 356. 259 Ibídem, fol.317v. 260 A.J.P.N.P. Tomás González, 1612. 261 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol.47. 262 Ibídem, fols. 34/ 42/ 57 y 63. 263 Ibídem, fols. 71/ 213 y 362. 264 Ibídem, fol. 168. 265 A.J.P.N.P, Pedro de Belmonte caja nº. 1, 06/ 06/ 1559. 266 HERNANDEZ MARTÍN, Luis nº. 1289, 24/06/1557. 267 Ibídem, nº. 337, 02/11/1553. 208 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia otras de Alonso Hernández, de los hijos de Lope de Vallejo y con la calle Real268. Al año siguiente, estando en el Hierro es comisionado por Luis Vendaval, para defender a un esclavo al que le tenían puesto pleito en esa isla269. También al-quila a Cristobal de Espinosa la parte alta de una casa de su propiedad, que aún estaba sin terminar270. FRANCISCO GONZÁLEZ MARTÍN. (1565-1579) Casado con Beatriz Gon-zález, tuvieron a Francisca, María, Mi-guel y María por hijos271. JUAN LÓPEZ DE MEDINA. (1556- 1557) Figura como testigo en el testa-mento de Elvira de Carmona. Tam-bién en una deuda entre Luis Vendaval y Melchor Luis272. PEDRO HERNANDEZ. (1566-1579) Casado con Catalina de Cabrera, tienen cuatro Hijos: Gaspar, Manuel, Juana y Baltasar273. PEDRO LUIS. (1546-) Testigo en una venta de mercancías274. JUBETEROS. DIEGO ALVAREZ.(1575) Único artesa-no de este oficio del que tenemos constancia275. LANEROS GIL DE BARRADAS.(1570) Contrajo matrimonio con María Pérez. Tuvie-ron una hija llamada Lucía276. HERNAND GARCÍA. (1589) Padrino de bautismo277. SEDEROS O SEDACEROS ANTONIO PÉREZ.(1553-¿?) Aparece varias veces como testigo de obligacio-nes notariales.278 DOMINGO DE SOSA. (1575-1598) Ca-sado con María de Leira, tuvieron tres hijos: Ana, Juan y Francisco279. En 1592, era miembro de la Cofradía La Vera Cruz. FRANCISCO HERNÁNDEZ. (1594) Fi-gura como padrino de bautismo280. 268 A.J.P.N.P, Pedro de Belmonte, caja nº. 3, 08/02/1556. 269 HERNANDEZ MARTÍN, Luis , nº. 1321, 29/07/1557. 270 Ibídem, nº. 741 30/10/1555. 271 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 11/ 15/ 57/ 147v. y 176v. 272 HERNANDEZ MARTÍN, Luis, nº. 1251, 14/06/1557. 273 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 23v./ 86/ 112v./ 139 y 172v. 274 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis. Nº 25, 15/06/1546. 275 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 131. 276 Ibídem, fol. 72. 277 Ibídem, fol. 301v. 278 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 308. 279 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 130/ 317 y 404. 280 Ibídem, fol. 344. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 209 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X JUAN ÁLVAREZ. (1554-1558) Figura en escritura notarial vendiendo el producto del trabajo de todo un año a Juan de Çada, mercader281. Estuvo casado con Ana Fraile282. Tenía su residencia en el barranco del agua, comarca de Los Sau-ces, tierras por las que pagaba catorce doblas de tributo a Marcos Ruberto283. JUAN HERNÁNDEZ DE FONSECA. (1559-1569) Casado con Luisa de Fonseca, tuvo tres hijos: Pedro, Ana y Pedro284. En 1569 toma por aprendiz del oficio a Luis, hijo de Andrés Vaez, de diez años de edad y por un espacio de ocho años285. Desde el año 1559 y hasta 1562, fue miembro activo de la cofradía La Vera Cruz.286 MELCHOR LUIS. (1550-1557) Lo en-contramos en tratos comerciales con Lesmes de Miranda. En 1557 se en-contraba temporalmente en la isla de El Hierro287. MIGUEL ASEVEDO.(1598) Padrino de bautismo288. PEDRO RODRÍGUEZ.(1571) Padrino de bautismo289. SASTRES ALONSO DE CARIA.( 1564) Padrino de bautismo290. ALONSO DE VERGARA. (1597) Pa-drino291. ALONSO GONZÁLEZ. (1567-1568) Casado con Ana Hernández, tuvieron una hija llamada Violante292. ALONSO HERNÁNDEZ. (1566) Pa-drino de bautismo293. ALONSO MEXIA. (1556) Testigo en es-critura notarial294. ANDRÉS MARTÍN. (1565-1567) Casa-do con Caterina de la Rocha, tuvieron dos hijos. Beatriz y Francisco295. ANTON ALVAREZ. (1581) Miembro de la cofradía La Vera Cruz.296 ANTONIO GONZÁLEZ. (1570-1583) Contrajo matrimonio con Ana Mar- 281 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 529, 09/09/1554. 282 Ibídem nº. 529, 2000. 283 Ibídem nº. 839, 31/01/1556. 284 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 11v./ 45 y 30v. 285 A.J.P.N.P, Hernand Pérez, caja nº. 1, 14/ 7/ 1569. 286 B.C, Libro de la cofradía de La Vera Cruz. Opus, cit. 287 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 1.171, 10/04/1557. 288 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 404v. 289 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 77v. 290 Ibídem, fol. 2. 291 Ibídem, fol. 382. 292 Ibídem, fols. 36v. y 48. 293 Ibídem, fol. 22. 294 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 965, 16/10/1556. 295 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 13v. y 32v. 296 B.C, Libro de la cofradía de La Vera Cruz. Opus, cit. 210 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia tín. Tuvieron por hijos a Blanca, Cata-lina, Andrés, Andresa y Antonio297. Perteneció a la cofradía La Vera Cruz. ANTONIO LÓPEZ. (1577-1581) Mujer: Dominga Vera. Hijos: María y Ana298. ANTONIO PÉREZ. (1569) Padrino299. ANTONIO RODRÍGUEZ. (1566-1569) Casado con Catalina Pérez, tienen dos hijos: Antonio y Francisca300. BALTASAR HERNANDEZ. (1567-1593 Casado con Luisa Rodríguez, tuvieron al menos cinco hijos: María, Ana, Águeda, Domingo y María301. BALTASAR LÓPEZ. (1554) Testigo en dote302. BALTASAR MENDEZ. (1551) En esta fecha declara haber recibido una com-pensación por el pleito entablado con-tra Lope Yanes303. BALTASAR RODRÍGUEZ. (1573) Pa-drino de bautismo304. BALTASAR SUAREZ. (1592) Padrino de bautismo305. BARTOLOMÉ ESQUIVEL. (1566) Pa-drino de bautismo306. BARTOLOMÉ RODRÍGUEZ. (1580- 1587) Mujer: Leonor Pérez. Hijos: Antonia y Margarita307. BARTOLOMÉ TEJERA. (1593) Padrino de bautismo308. BLAS LOPEZ. (1568) Durante este año, ocupó el cargo de prioste en la cofra-día La Vera Cruz.309 DIEGO ÁLVAREZ. (1564-1568) Contrajo matrimonio en dos ocasiones. La prime-ra, con Luisa Hernández, con quien ten-dría dos hijos: Andrés y Baltasar. De su segundo matrimonio con Agueda Gó-mez, tuvo otros dos hijos: Juana y Fran-cisca310. En sus diversas manifestaciones públicas, unas veces es nombrado como jubetero y otras como calcetero, aunque también como «maestre del offiçio de sas-tre »311. Miembro de La Vera Cruz en 1564 DIEGO DE CASTRO. (1547-1550) Cons-ta como fiador en un diezmo de renta censal referente a los parrales de Los Sau-ces y sus términos312. Tres años después es él quien recibe la adjudicación de la renta de estos mismos parrales313. 297 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 70/ 86/ 125/ 218 y 224. 298 Ibídem, fols. 149v. y 199v. 299 Ibídem, fol. 53. 300 Ibídem, fols. 22 y 60v. 301 Ibídem, fols. 33/ 45v./ 64/ 92v./ 119/ 146/ 221/ 277v. y 341v. 302 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 605, 21/11/1554. 303 Ibídem, nº. 223, 14/10/1551. 304 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 106. 305 Ibídem, fol.322. 306 Ibídem, fol. 23. 307 Ibídem, fols. 185v. y 278. 308 Ibídem, fol. 339. 309 B.C, Libro de La cofradía de La Vera Cruz. Opus, cit. 310 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 19v./ 39/ 215/ 270 y 290. 311 A.J.P.N.P. Lope de Vallejo, caja nº. 2, 11/ 8/ 1584. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 211 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X DIEGO GONZÁLEZ. (1568-1573) Mujer: Inés Hernández314. DOMINGO GONZÁLEZ. (1558-1571) Casado con Juana Nuñez, tuvieron dos hijos: Ana y Miguel315. Vivía y trabajaba en unas lonjas de las casas pertenecientes a Marcos Dalmao Roberto situadas en la calle Real y que tenían por linderos: «por una parte, cassas q[ue] fueron de Françisco Benavente que agora son mias e por la otra [parte] cassas de Domingo Sanc[he]z de Ortega y por detras cassas de S[evas]tian de Vallejo, alguacil mayor y por delante la [calle] rreal»316. Fue cofrade de La Vera Cruz durante los años 1561 y 1562 DUARTE RODRÍGUEZ. (1521) En esta fecha poseía un solar en la ciudad, junto a otro de Pedro Belmonte, que había comprado a Riberos317. FRANCISCO ÁLVAREZ. (1580) Casado con María Blás, tuvieron por hijo a Cristóbal318. FRANCISCO DE ANGULO. (1568) Mujer: Juana Luís. Hija: Inés319. FRANCISCO DE SALAZAR. (1551) Testigo en escritura de dote320. FRANCISCO DE VARGAS. (1567- 1568) Padrino de bautismo321. FRANCISCO HERNÁNDEZ. (1557) Yerno de Juan Fernández Peñalva, actúa como fiador en la renta de la miel y cera de toda la Isla322. FRANCISCO HERNÁNDEZ VOSO-BLANCO. (1574-1596) Instituye una capellanía de misa cantada perpe-tuamente, con ministros y órgano, en la iglesia de El Salvador. Para ello, dis-puso de dos fanegas y media de tierra en Puntallana. Nombra como patrón a su mujer María Martín, con la que acude asiduamente a la parroquia como padrino323. En 1587 se le adju-dicaba la renta decimal del queso de toda la Isla, por la cantidad de 172.500 mrs.324 FRANCISCO PÉREZ. (1565-1567) Ca-sado con Ana González, tienen a Bea-triz por hija325. FRANCISCO RODRÍGUEZ. ( +1554) Ya en esta fecha queda constancia de su defunción al vender Diego Ro-dríguez, su hijo y heredero, unas viñas 312 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 170, 20/05/1547. 313 Ibídem, nº. 189, 9/06/1550. 314 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 41/ 43 y 98. 315 Ibídem, fols. 10/ 59v./ 76 y 85v. 316 A.J.P.N.P, Domingo Pérez, caja nº. 1, fols. 416 y 416v. 10/ 1/ 1558 317 POGGIO CAPOTE, Manuel. 2001 Caja 6, exp.2. 318 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 190v. 319 Ibídem, fol. 42v. 320 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 726, 24/12/1551. 321 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 30 y 49v. 322 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 1085, 20/02/1557. 323 A.J.P.N.P, Pedro Hernández, 20/10/1599. (Inserto en José Manuel de Salazar, 1798). 324 A.J.P.N.P, Pedro Ponce, caja nº. 1, 28/02/1587. 325 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 19 y 37. 212 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia en La Breña por precio de cuarenta doblas de oro326. GASPAR BELTRAN. (1569) Casado con Juana Hernández, tuvieron a Lucía por hija327. GASPAR DE LOS REYES. (1567) Padrino de bautismo328. GASPAR GONZÁLEZ. (1594) Padrino de bautismo329. GASPAR HERNÁNDEZ. (1569) Casa-do con Leonor Rodríguez330. GASPAR LÓPEZ. (1570) Casado con Beatriz Piñera, tuvieron una hija lla-mada María331. GASPAR RODRÍGUEZ. (1553-1556 En la fecha de referencia, otorga poder nota-rial332. En 1556 suscribe un contrato de aprendizaje con Juan Anrriquez, para enseñar el oficio a un sobrino de este úl-timo333. Poco después, ejerce como testi-go en una escritura de deuda334. GONZALO HERNÁNDEZ. (1588- 1598) Fruto de su matrimonio con Inés González, tuvo al menos tres hi-jos: María, Gonzalo y María. GREGORIO SUÁREZ. (1586-1593) Casado con Angela Hernández, no se le conoce descendencia335. HERNANDO DE SALAZAR. (1565- 1569) Padrino de bautismo336. JORGE DE LA CRUZ. (1574-1582) Padrino de bautismo337. JUAN ÁLVAREZ. (1564-1578) Casado con Beatriz Pérez, tuvieron cuatro hijos: Ana, Baltasar, María y Juan338. Pertene-ció a la cofradía La Vera Cruz.339 JUAN DACOSTA. (1546-1559) Casado con Francisca Hernández, no se les cono-ce descendencia. Se hizo construir una casa de alto y bajo donde tendría la tien-da, encargando a Diego Hernández, car-pintero, la hechura de puerta, armarios, ventanas y escaleras340. La edificó en 1554 sobre unos solares arrasados por el incen-dio del año anterior, concretamente en la calle de la Carnicería, junto a solares de Lesmes de Miranda y Francisco Belmon-te341. Ya en 1546, ejercía como maestro del 326 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 774, 20/03/1554. 327 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol.57v. 328 Ibídem, fol. 32. 329 Ibídem, fol. 350v. 330 Ibídem, fol. 58. 331 Ibídem, fol. 75v. 332 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 242, 06/10/1553. 333 Ibídem, nº 1035 30/02/1556. 334 Ibídem, nº 1270 11/08/1557. 335 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 301 y 337v. 336 Ibídem, fols. 13 y 53v. 337 Ibídem, folS. 114v. y 207. 338 Ibídem, fols. 19v./ 76/ 114v. y 159. 339 B.C, Libro de La cofradía de La Vera Cruz. Opus, cit. 340 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 587. 341 Ibídem, nº 619. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 213 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X oficio al acoger aprendices en su taller342. Gozó de una cómoda situación, poseyen-do «una heredad de cassas, vina e lagar en la breña»343, lindantes con tierras de Luis Vendaval, las cuales puso a partido en di-versas ocasiones, además de otras en la ciudad. Parte de una de ellas, la tenía al-quilada a Doña Agueda de Socarrás, mu-jer de Don Diego de Monteverde344. La otra parte, la cedió en tributo a Melchor de Acosta, su sobrino345. De las escrituras notariales se desprende que mantuvo buenas relaciones de amistad y comercio con Lesmes de Miranda, comerciante, Diego de Solís, escribano, Duarte de Fra-ga, procurador, y Miguel de Lomelín, re-gidor, entre otros. JUAN DE ORTEGA. (1566) Mujer: An-dresa Rodríguez. Hijo: Bartolomé346. JUAN FERNÁNDEZ. (1521.1570) Mujer: Catalina del Corral. Ha sido registrado por primera vez en 1521 vendiendo unas tierras y cueva en Los Galguitos a Domin-gos Afonso347. Más tarde aparece como testigo de un testamento348. Poseía casa con huerta y corral en el barrio de Horós, lindes con casas de Pedro de Castilla, huerta de Mondoño y la calle Real. En 1557 ejerce testimonio en escritura de venta del diezmo del mosto de Santa Lu-cía y La Galga349. También como fiador en la adjudicación de la renta de los parrales de Los Sauces350. Fue, varias veces, adjudi-catario de la renta del diezmo de la miel y sangre de drago, por la cual pagó veintio-cho y treinta y seis mil mrs351. Su última aparición lo es como testigo de un poder notarial352. Se le conocen tres hijos adultos llamados: Lorenzo Hernández, Ana del Corral y Beatriz Herrero. Como dato anecdótico decir que en 1546, por la he-chura de una capa, cobraba doscientos cincuenta y dos mrs y por una chamarra de tafetán, cuatrocientos veinte mrs353. 342 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 33, 18/ 06/ 1546 y nº. 106, 24/04/1546. 343 A.J.P.N.P,. Luis Méndez. 1/6/1562. (Inserto en la caja nº. 1 de Pedro Hernández). 344 «Sepan como yo Dacosta, sastre (…) os doy a rrenta a vos Agueda de mujer de Diego de Monteverde (…) unas cassas que lindan de una parte, con casas del bach. Juan Espino, rregidor, e de la otra cassas de la mujer e hijosde Juan Gonzalez, çapatero, e por delante la calle e por detras el corral de las cassas de payo de laça por tiempo de un año cumplido, que empeso a correr e contar desde nueve dias deste presente mes de diçiembre, por presio de treyn-ta y çinco doblas de oro (…) e una lonja de las cassas de Don Diego de [roto], vuestro hierno ques la que sale de la plaseta y para que en ellas podays bibir e morar por tiempo de un año (…) y el preçio de las dhas es de treyn-ta e çinco doblas e me las abeys de pagar la mitad por el mes de diciembre siguiente del año de quinientos çin-quenta e ocho.» (A.J.P.N.P, Domingo Pérez, caja nº. 1, fol. 907, 20/12/1557). 345 A.J.P.N.P, Domingo Pérez, caja nº 3, 13/11/1556. 346 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 27v. 347 POGGIO CAPOTE, Manuel. 2001, caja 8, exp. 6, 16/04/1521. 348 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 48, 26/06/1546. 349 Ibídem, nº. 1283, 22/06/1557. 350 Ibídem, nº. 1284, 22/06/1557, nº. 181, 04/06/1550. 351 Ibídem, nº. 442 y 1515. 352 A.J.P.N.P, Pedro Hernández, caja nº. 3, 04/04/1570. También en HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 958, 14/10/1556. 353 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 118, 27/11/1546. 214 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia JUAN GONZÁLEZ. (1559-1582) En la primera fecha de referencia figura como testigo de un poder notarial.354 Contrajo matrimonio con María Her-nández, de quien tuvo cuatro hijos: María, Juan, Francisco y Beatriz355. Durante diez años fue miembro de La Vera Crúz.356 JUAN PÉREZ. (1564-1586) Casado con Elvira Rodríguez. Hijos: Ana, Luis y María.357 JUAN VELASCO. (1569) Mujer: Beatriz Hernández. Hijo: Gaspar.358 JUAN ZORRILLA. (1546) Fiador en una escritura de curaduría.359 LOPE DE CAMPO. (1578-1594) Casado con Beatriz de Nogueira, tuvieron cuatro hijos: Agueda, María, Pedro y Andrés.360 LUIS ALVAREZ. (1558) Solo sabemos de él que poseía una casa en el barrio de la Somada, en esta ciudad.361 LUIS DE BRITO. (1571-1595) Mujer: Agueda Gómez. Hija: María.362 LUIS FERNÁNDEZ. (1572) Figura como tributario al Ayuntamiento por unas tie-rras de este y en cuantía de 2000 mrs.363 LUIS LOPEZ. (1553) Testigo de escritu-ra notarial.364 MANUEL ANTONIO. (1566-1582) Casado con María de Ortega, llegaron a tener hasta siete hijos.365 MANUEL DE BARRIOS. (1557-1574) Esposa, María Taño. Hijos: Tomé, Luis e Inés.366 Cofrade de La Vera Crúz.367 Apa-rece en 1557 como testigo en escritura de otorgamiento de poderes.368 MANUEL GONZÁLEZ. (1577-1581) Ca-sado con María Corvella, tuvieron a Se-bastiana, Miguel y María por hijos.369 MARTÍN FERNÁNDEZ. (1546) Testigo en escritura de compañía de una nao370. Poseía tierras en Tazacorte, junto al Malpaís371. 354 Ibídem, nº. 1686, 16/02/1559. 355 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 24v./ 46/ 57v./ 212 y 710v. 356 B.C, Libro de la cofradía de La Vera Cruz. Opus, cit. 357 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 8/ 25/ 50v./ 207 y 227v. 358 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 59v. 359 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 64, 10/07/1546. 360 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 159v./205v./ 301 y 351. 361 A.J.P.N.P, Domingo Pérez. Caja nº. 1, 10/ 3/ 1558. 362 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol.. 80/ 185v. y 357. 363 A.M.L.P, Libro V de Reales Cedulas, lega. 726, fol. 37. 364 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 364 16/11/1553. 365 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 36v./ 49/ 71/ 140/ 163v./ 183v. y 215. 366 Ibídem, fols. 11v./ 30v./ 65v. y 110. 367 B.C, Libro de la cofradía de La Vera Cruz. Opus, cit. 368 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº 1195 05/05/1557. 369 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 149/ 173 y 203. 370 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 5 13/04/1554. 371 Ibídem, nº. 66 15/07/1546. Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 215 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X MATÍAS DE ALMEIDA. (1592) Padrino de bautismo.372 MELCHOR ÁLVAREZ. (1573- +1592) Casado con Elvira Hernández. Hijos: Pedro, Gaspar, José, Ursula y Bal-tasar. 373 Cofrade de La Vera Cruz.374 En 1592 figura como difunto.375 PEDRO CARRO. (1557-1577) En 1557 aparece como testigo en un poder no-tarial. 376 Casado con Blanca Pérez, bautizan a Juan y Catalina.377 PEDRO DE AGUIRRE. (1567-1581) Casado con Catalina Ramos.378 PEDRO DONIS MONTAÑES. (1555) Figura como testigo en escritura de dote otorgada por Beatriz Sánchez, viuda de Gonzalo Serrano379. También como perito en paños y ropas de dote.380 PEDRO GONZÁLEZ. (1564-1582) Ca-sado con Juana Blas, tuvieron seis hijos.381 PEDRO HERNÁNDEZ. (1551-1592) Contrajo matrimonio en 1551 con Juana Díaz, hija de Juan González y Magdalena Díaz, quienes les dieron en dote setenta doblas de oro.382 Alcanza-ron amplia descendencia.383 PEDRO PÉREZ. (1574) Padrino de bau-tismo. 384 PEDRO RODRÍGUEZ. (1564) Casado con Francisca Díaz, tuvieron un hijo llamado Juan.385 PEDRO SÁNCHEZ. (1564) Padrino de bautismo.386 ROQUE HERNANDEZ. (1595) Padrino. SEBASTIÁN PÉREZ. (1573-1576) Mu-jer: Catalina Martín. Hijos: Sebastián e Isabel.387 SIMON RODRÍGUEZ. (1582) Poseía una viña en «la Breña de Arriba», y tenía su morada en el barrio de San Sebastián.388 372 A.P.S, Libro I de Bautismos, fol. 320. 373 Ibídem, fols. 106/ 132/ 223/ 156 y 184v. 374 B.C, Libro de la cofradía de La Vera Cruz. Opus, cit. 375 POGGIO CAPOTE, Manuel. 2001, caja 1, leg. 1. 376 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 1314 15/07/1557. 377 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 14/ 184v. y 149. 378 Ibídem, fols. 24v. y 81. 379 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 1179, 05/04/1557. 380 Ibidem, nº. 788, 15/12/1555. 381 Ibídem, fols. 7/ 82/ 102/ 122v./ 136v./ 200v. y 215. 382 A.J.P.N.P, Lope de Vallejo. 1551. Inserto en la caja nº. 2 de Pedro Hernández. 383 A.P.S, Libro I de Bautismos, fols. 23v./ 28v./ 53v./ 80/ 105/ 139/ 169v./ 194/ 205v. y 335. 384 Ibídem, fol. 115. 385 Ibídem, fol. 7. 386 Ibídem, fol. 8v. 387 Ibídem, fol. 8v. 388 Ibídem, fol. 361. 216 Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) Manuel Garrido Abolafia TUNDIDORES LEONIS BARBA. (1556) Consta haber trabajado para el comerciante y hacen-dado Marco Ruberto, el cual estipula-ba en su testamento se le pagasen ochocientos cuarenta mrs.389 LUIS HERNÁNDEZ Casado con Felipa Díaz, poseía un solar en la calle Real. Según Pérez García, es mencionado también como comerciante. 389 HERNÁNDEZ MARTÍN, Luis nº. 839, 31/01/1556. TABLA VII Oficio Número Hijos Esclavos Artesanos más antiguos Bordadores 1 - - Andrés Montalvo (1612) Calceteros 10 12 - Pedro Luis (1546) Jubeteros 1 - - Diego Alvarez (1575) Laneros 2 1 - Gil de Barradas (1570) Sederos 8 6 - Melchor Luis (1550) Sastres 73 93 - Duarte Rodríguez (1521) Juan Fernández (1521) Tundidores 2 - - Leonis Barba (1556) Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 1 (2005) 217 Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma (Siglo XVI). –II– ISSN 1698-014X BIBLIOGRAFÍA FRUTUOSO, Gaspar. Saudades da Terra. La Laguna. 1964. GALVÁN ALONSO, Delfina. Protocolos de Bernardino Justiniano. (1526-1527) Tomo I, La Laguna: Instituto de Estudios Canarios. 1990. GARRIDO ABOLAFIA, Manuel. Los esclavos bautizados en Santa Cruz de La Palma. Siglo XVI. Santa Cruz de La Palma: Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma. 1993. HERNÁNDEZ MARTÍN; LUIS AGUSTÍN Protocolos de Domingo Pérez, escribano público de La Palma (1546-1553). 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