Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, Núm. 0 (2004) 353
Han transcurrido ya varias horas desde que el farolero diera candela a las iluminarias
de las calles principales de la ciudad y a pesar de que esta noche de invierno se presenta
fría y húmeda, aún siguen concurridas. En una de ellas, acontece una escena que pasa
desapercibida para los transeúntes.
Parado en una esquina, calado el sombre ro protector y mirando de vez en cuando hacia
un balcón se encuentra un joven. Tiene aspecto serio y se le nota algo nerv i o s o. Desde hace
un rato observa cómo, a pesar de que los mistrales están entornados, se atisba luz en el inte-rior
de la habitación, así que decide armarse de paciencia y después de pasear por la calle dete-niéndose
de vez en cuando a charlar con conocidos para hacer tiempo, vuelve al mismo sitio
al cabo de un buen rato. Todo sigue igual, pero no mucho tiempo después nota cómo final-mente
se abren los postigos y la luz interior se ve con claridad desde la calle.
«Esta noche no hay lugar, vuelve mañana» recuerda el galán. Entre tanto, alguien está
apagando y encendiendo la luz de forma alternativa.
«Nos vemos mañana en la puerta de tierra, a las cuatro» ha comprendido. Aplacado
ya el nerviosismo inicial, opta por irse decidido y alegre pues sabe que su dama le ha cita-do
para el día siguiente. De regreso a la casa no puede por menos que alegrarse por haber
aprendido bien el lenguaje secreto que han ideado.
Espero que la comprensión del lector justifique esta escenificación idealizada que bien
podría haber sido vivida realmente en los albores del siglo XIX si hemos de suponer que
el documento conservado a lo largo de los años , tuvo un resultado práctico.
El manuscrito, con un total de tres folios, no aporta identificación alguna. Es un simple
listado de señales y significados, sin comentarios o anotaciones, en el que no consta el autor,
PLAN DE SEÑALES PARA EL CORTEJO A INTELIGENCIA
DE UNA DAMA Y SU GALÁN,
UTILIZANDO PAÑUELOS, CINTAS, ABANICOS O EL SOMBRERO
Manuel Garrido Abolafia
Resumen: El propósito de estas notas es el
dar a conocer un pequeño documento que, a
modo de apunte, sirvió al autor para recordar
una serie de señales acordadas de entre un
galán y su dama para comunicarse de forma
anónima.
Palabras clave: cortejo, señales,lenguaje
cifrado.
Abstract: The purpose otf the following
lines is to present a brief document, which,
written in note-form, helped the author re-member
a series of signals agreed on by a
gentleman and his lady in order to communi-cate
with each other anonymously.
Key words: courtship, siognals, coded
language.
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Manuel Garrido Abolafia
ni la fecha de redacción. Da la impresión, al no aparecer adjunto a ningún otro cuerpo docu-mental
y al citar lugares localizables de la ciudad, que se trata de un apunte re c o rdatorio del
plan previamente acordado entre una pareja para poder comunicarse sin que fuera notorio.
Ac u e rdan y planean utilizar los objetos más normales y asequibles (abanicos, pañuelos, cin-tas,
sombre ros…) para hacer señales, la forma de hacerlas, cuáles utilizar durante el día o la
noche, en verano, invierno…El sistema empleado por la pareja es una variante part i c u l a r i z a d a
de la costumbre extendida entre los jóvenes de los siglos X V I I I y X I X, fecha esta última en la que
podría haber sido redactado el documento según se desprende de la grafía y gramática utilizada.
Los lenguajes cifrados utilizan múltiples objetos de uso común; el más usado en España es,
sin duda, el abanico. Su uso tiene gran similitud con uno de los lenguajes utilizados por los sor-domudos,
la «dactilología», ambos métodos hacen corresponder las puntas del abanico o de los
dedos con las vocales, adjudicando las consonantes a las falanges o al varillaje del abanico; así,
tocando con el índice o la punta del abanico plegado diferentes zonas de la mano, se forman
palabras. En t re los hombres, fue común el uso de señales empleando el bastón o cualquier obje-to
asimétrico como llaves, libros, pipas, etc., pues según la posición y orientación adoptada por
el objeto se traducía en palabras. Fue conocida esta práctica como «campilogía».
La utilización de estos últimos sistemas era poco efectiva, pues formar una frase supo-nía
mover constantemente de una forma más o menos ordenada el abanico, llamando
mucho la atención y quedando patente que los partícipes mantenían algún tipo de comu-nicación.
El documento que se transcribe a continuación no utiliza palabras, sino acuer-dos
de actuaciones por lo que es más sutil que los comentados.
Pañuelos o cintas blancas.
Idem de color.
Blanco y de color juntos.
Si la dama se pone en el balcón y da vuelta a
la derecha.
Si con el mismo disimulo la da a la izquierda.
Si está sentada.
Pasear continuamente y trémola, batir el
pañuelo.
Mantenerse algún rato sobre la baranda del
balcón.
Si pone un pañuelo o cinta blanca sobre el
balcón.
SEÑALES CON PAÑUELOS O CINTAS COMO SI FUERAN BANDERAS
Entrar.
No hay lugar.
Vuelve luego.
A la noche te espera.
Ven mañana más temprano.
Observar los mismos movimientos que haga
con la cabeza sobre derecha e izquierda.
Voy al risco.
No salgo hoy.
[Roto]
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Plan de señales para el cortejo a inteligencia de una dama y su galán, utilizando pañuelos, cintas, abanicos o el sombre ro
SEÑALES DE NOCHE DE VERANO
POR LA NOCHE EN INVIERNO
Si lo pone de color.
Si blanco o color juntos, una cinta, papel o
retazo.
Un papel blanco atado al fierro del balcón o
ventana.
Si fuere negro.
Si fuere encarnado.
Papel enrollado al fierro del balcón o ve n t a n a .
Una alcarraza (jarra, jarrón) de agua en la
ventana o balcón.
Dos alcarrazas.
Un vaso, plato o alcarraza con flores.
La cortina del balcón corrida y una plumita
en cualquier sitio.
Un hilo pendiente de la ventana o balcón.
Voy a la iglesia.
No me sigas, que voy con mi madre.
Ven a la siesta.
Ven a la noche.
No vengas hasta que te avise.
Está fuera la dama.
Entrar sin temor.
Espera en la muralla.
Te espero en la Alameda.
[ilegible].
Señal para dar el papel atándolo.
Entrar.
No hay lugar esta noche, hasta mañana.
Ven a la media noche y llama con un silbo o
seña particular.
Retírate, que hay quien vea.
Escríbeme.
Espera, te daré un papel.
Golpear con el abanico la ventana o balcón.
Cantar o tararear.
Llamar a alguna vecina o criada
precipitadamente.
Tirar a la calle cáscaras o piedrecitas.
Echar un poco de agua a la calle.
Repetir el agua en dos o más ocasiones.
Aún no es hora, vuelve.
Entrar.
Esta noche no hay lugar, vete hasta mañana.
Vete y mañana irás a la puerta de tierra a las
cuatro de la tarde.
Hay visita.
Palmadas, silbos, pitos o lo que sea menos
escandaloso.
Si desde la calle se ve la luz o los mistrales
están cerrados.
Si está un postigo abierto que da luz por los
cristales.
Estando todo el balcón abierto, esto es que se
vea luz.
Mover la luz de un lugar a otro o hacerla
oscurecer y encender.
Si toca o canta aunque haya luces o luz solar.
Para que la dama sepa que el galán está en la
calle.
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Manuel Garrido Abolafia
SEÑALES EN EL ESTRADO
¡Atención!.
Muda de asiento.
Celos porque el galán se divierte con otra.
Rendimiento, satisfacción.
No estoy contenta hasta que dejes esa Amistad.
Te ofrezco agradar.
Satisfacción, ofrecimiento de guardar
consecuencia al galán.
Date priesa (sic) en las diligencias de nuestro
matrimonio.
Eres falso porque me han dicho que tú
casado eres. Tienes otra dama.
Tu criada me ha dicho que tienes otro galán.
Caer el abanico.
El guante.
[roto].
Licencia para [roto].
Vuelve a la noche.
Vete a tu casa y no vayas a otra parte.
No te vayas aún.
Advierta el galán cuantas veces lo hace o
atienda a la postura de los dedos y sabrá a la
hora en que ha de volver.
Será señal de que sale pero sin posibilidad de
hablarle.
Es que va a la comedia.
Que el galán se guarde porque se ve algo de
sus amores.
Se cita para el día siguiente en la iglesia.
Mándale que escriba.
El abanico cerrado de golpe.
Si la dama saca un pañuelo y lo deja caer.
Tener alfiler o picar con este sobre algo.
Caerse el sombrero al galán.
La dama, el abanico en la banca.
Sombrero apretado al pecho.
Si la dama lleva la mano al pecho y suspira.
Jugar con una flor natural.
Jugar con una flor fingida.
Si lo ejecuta el galán o siendo militar juega
con la escarapela.
Satisfacción de la dama.
Si es invierno, uno u otro.
Un dedo en la boca, el galán.
Mirar el techo.
La mano a los ojos.
Si es de noche.
Reirse y ojear la dama.
Si la dama dice reloj.
Si dice cadenas.
Si dice monos.
Si dice gallegos.
Si dice santos.
Si dice caracteres.