EL PROGRAMA HERÁLDICO DE NÉSTOR ALAMO
PARA LA CASA DE COLON
JUANR A M ~GN~ MEZ-PAMY OG UERRAD EL RÍ0
1. LOS ESCUDOS DE LA CASA DE COLÓN
En la Casa-Museo de Colón de Las Palmas de Gran Canaria exis-te
un conjunto de escudos de armas colocados en distintos lugares del
edificio. Podemos contar hasta veinticuatro escudos tallados en pie-dra
que se encuentran repartidos por las fachadas, los patios, la crip-ta
y el salón de actos. Sólo dos de ellos se encontraban ya en uno de
los edificios que conforman la actual manzana. Otros cinco fueron
traídos de distintos lugares l , y por último los diecisiete restantes se
tallaron para ser colocados en la nueva construcción.
Dos importantes figuras de la vida cultural de Las Palmas partici-paron
de forma decisiva en la actual configuración del conjunto ar-quitectónico
de la Casa-Museo: el escritor e investigador Néstor Ála-mo,
que marcó las directrices fundamentales, y el pintor de la Escuela
Luján Pérez Santiago Santana, que llevó la dirección artística de la
obra en estrecha colaboración con Néstor Álamo *.
En este trabajo trataremos de identificar los escudos; localizar su
procedencia e interpretar el sentido que se dio a esa recopilación de
blasones. También trataremos de comprobar si efectivamente se siguió
un programa determinado a la hora de escogerlos y colocarlos.
2. LA FACHADA DE PIEDRA VERDE
Siguiendo las instrucciones de Néstor Álamo, Santiago Santana
dibujó y proyectó la fachada de la plaza del Pilar Nuevo. Su portada
fue labrada preferentemente en piedra verde de Tirma, en ella se dis-
268 Juan Rarndn Gdrnez-Parno y Guerra del Río
pusieron tres escudos y en lo alto de la fachada se colocó otro, tam-bién
de nueva factura. Una guía de 1968 los describió así: «En la fron-tera
de su ventanal central aparecen las armas del Obispo de Cana-rias
don Fernando Vázquez de Arce, sostenidas por dos guerreros y a
ambos lados del citado ventanal dos grandes canes en piedra blanca
que ofrecen en sus garras los escudos de armas del Obispo Frías y
de Juan Rejón. En lo alto y en nuestra clásica piedra gris, luce el signo
heráldico de don Gonzalo Argote de Molinan '.
Estos cuatro escudos llevan inscritos bajo ellos los nombres que
identifican a los personajes a los que realmente pertenecen. El que
está colocado debajo
del ventanal lleva la o
inscripción «Don Die-go
de Muros», corres-pondiente
al obispo
que ejercía su aposto-lado
en el momento
de la última estancia
de Colón en la isla 4,
no aparecen, por tan-to,
las flores de lis de
los Arce, sino un ca-ballero
armado, de-lante
de una torre. A
los lados, sostenidos
por dos perros de
piedra blanca, sobre
unas ménsulas, están
efectivamente las ar-mas
de dos figuras
claves en la empresa
conquistadora de
Gran Canaria y en la
fundación del Real de
Las Palmas. A la iz-quierda
las armas de
don Juan de Frías, el
primer obispo con
sede en esta ciudad.
Se aprecian claramen-te
sus piezas, el ma-
El programa heráldico de ~ é s t oArl amo para la Casa de Colón 269
droño, la banda, la torre y la bordura con ocho aspas de oro 5 .
A la derecha las tres rejas de arar, armas del capitán Juan Rejón, fun-dador
de la ciudad 6.
En lo alto de la fachada se colocó el escudo de Gonzalo Argote
de Molina, en campo de gules una cruz de veros de azur y plata '.
Este es un personaje posterior a la gesta colombina, ya que murió en
la ciudad de Las Palmas en 1596. Ocupó en las islas el honroso car-go
de Provincial de la Hermandad de Andalucía y fue enterrado en
la capilla mayor de la antigua parroquia de esta ciudad, contigua al
edificio de la Casa de Colón. El recuerdo a quién se tituló conde de
Lanzarote ennoblecía este recinto con su prestigio como historiador y
bibliófilo
Se trata de escudos elegidos para ennoblecer y prestigiar el entor-no,
evocando los primeros momentos de la ciudad. El Real había na-cid^
en p r ~ j e d, bn& &UVQ e! r_plmentQ de Rejbn, 1-
tutela espiritual del obispo Frías. El escudo de Muros remite a la pre-sencia
del Almirante en la isla, leitmotiv de Néstor Álamo para esta
Casa. El de Argote permite evocar un momento brillante del pasado
cultural de la ciudad, aludiendo a la presencia en ella del dueño de
una de las más importantes bibliotecas del siglo xvr español g. Gon-
-,1- A ., A, I d,-l,:.,,l ,,:, C..- A,,c,,,A, A, 1, *,,&..1:, A,
L i a l u ~ I ~ U L GUG l v l u l l u a IUG U ~ ~ G I U U ~ UU c b L a b a u u UG l a LGL LUI L ~ UG
Cairasco y autor de «Nobleza de Andalucía», el mejor y más docu-mentado
estudio heráldico-genealógico de su época.
Tanto los escudos de Muros, Rejón y Frías como el de Argote lle-van
incorporados el nombre de sus titulares, con lo que queda más
clara, a nuestro entender, la intención por la que fueron tallados para
la Casa de Colón.
3. LA FACHADA DE PIEDRA AMARILLA Y LA DE LA CALLE
COLÓN
Para la fachada de piedra amarilla de Teror, que da a las gradas
de la Catedral, Santiago Santana había proyectado colocar un escudo
episcopal de nueva factura que rompía el alfiz, finalmente dicho bla-són
se colocó por encima de la portada lo. Se trata de las armas del
obispo don Fernando Suárez de Figueroa, que contienen en su primer
cuartel las «cinco hojas de higuera verdes en campo de oro» tradi-cionales
de ese linaje, como el mismo Argote recoge en su obra an-tes
citada ", y en el segundo, un león coronado rampante 12. El escu-do
está sostenido por un águila, coronado por el sombrero y las borlas
270 Juan Ramón Gómez-Pamo y Guerra del Río
propias de la dignidad episcopal y lleva el lema meritas vincit» 13. Se
siguió, con variantes como ya veremos, el modelo de una labra he-ráldica
procedente de la catedral de la que ya trataremos en el epí-grafe
dedicado al patio de los gobernadores.
El obispo Figueroa es el mismo que quiso participar en la defen-sa
de las milicias isleñas contra las tropas invasoras de Drake en
1595 14. Argote, contemporáneo suyo, lo menciona elogiosamente
en su tratado «El Doctor don Fernando de Figueroa, Obispo de Ca-naria,
capellán del Rey nuestro señor, del hábito de Calatrava ... de
cuya virtud, valor y letras, vale más callar que decir poco» 15.
Para colocar en la esquina de las calles Herrería y Colón, Santia-go
Santana realizó un angelote de piedra blanca que sostiene con sus
manos el escudo tradicionalmente atribuido a Fernando Guanarteme,
el que fue considerado por los castellanos como el último rey indíge-na
de Gran Canaria y se reconoció vasallo de los Reyes Católicos.
Se trata del escudo que sus descendientes los Carvajal Guanarteme de
Gáldar le atribuían en informaciones de nobleza bastante posteriores
a su alegada concesión por dichos Reyes y que, sin duda está inspi-rado,
como ya han señalado los que han tratado el tema, en las ar-mas
de la isla tal y como quedaron tras la modificación posterior a
la defensa contra Drake y Van der Does a fines del sigo xvr 16.
Es el mismo que puede verse en un repostero en el salón de ac-tos,
mientras que las armas de la isla están talladas en piedra en la
pared de la misma sala. Estas las forman el castillo y el león de las
armas reales en los dos cuarteles superiores y, en el inferior, una to-rre
con una palmera y un can a cada lado, todo el escudo rodeado
por una bordura con ocho pares de espadas entrelazadas.
Ya en la calle Colón, en la fachada de la antigua casa que el
Doctor Martín Rodríguez ha denominado Santa Gadea-Mansel, apa-recen
dos escudos, los únicos que ya estaban en el lugar que ahora
ocupan cuando se remodeló el conjunto de la actual Casa de Colón ".
Se encuentran bastante deteriorados por el paso del tiempo, ya que
snn, sin diida, des de 12s piedr~sX EV~US =SS ~ i l t i g ~ ades! xchipiC-lago.
Este debió ser el motivo por el que Néstor Álamo decidió con-servar
intactos la fachada y los escudos.
En el superior parece distinguirse una banda, más claros aparecen
dos unicornios como tenantes. La presencia de una cimera, elemento
muy poco frecuente en la heráldica española y habitual en cambio en
et ru~r urqras '8, refUerza !a atfibcibn & este caja por e! autor cita-do
a esa familia de origen francés. El inferior es un escudo cuartelado,
con una rosa en los cuarteles segundo y tercero.
El programa herdldico de Néstor .&amo para la Casa de Colón 27 1
4. EL PATIO COLOMBINO
Para el patio de acceso al Museo, Néstor Álamo ideó la coloca-ción
sobre una fuente del escudo que los Reyes Cat6licos concedie-ron
al Almirante, el mismo que aparece en otro repostero de la sala
de conferencias. Formado por cuatro cuarteles, los dos primeros Ile-van
las armas reales, el castillo y el le6n propios de la Corona caste-llano-
leonesa. El tercero, las islas sobre el mar que aluden a las nue-vas
tierras que Colón incorporó a dicha Corona y el cuarto, las anclas
-
Eqcudo dc Fern;intlo Guanartcnie. debalo del haldn.
cn la esquina de las calles Herrería y Colón.
que hacen referencia
a su cargo de Almi-rante.
En punta, el
escudo de Colón, an- g
terior al acrecenta- r
miento de armas que 8- -
le hicieron los Reyes. =
-
O
El yelmo lleva como - e
cimera un globo te- :
rráqueo cimado de r
una cruz 19. $
Enfrente de la -
fuente están situadas e
m
dos puertas que sir- c
8 ven de acceso a otras 5
dependencias, sobre Iw
una de ellas podemos aE
ver un escudo con A
las barras de la Coro- -
n
na de Aragón soste- 5
nido por el águila de
San Juan. E1 escudo
que está sobre la otra
puerta contiene el
yugo y las flechas, y
está también sosteni-do
por el águila
evangélica. Como sa-bemos
estos dos ele-mentos
aluden a las
iniciales de los nom-
272 Juan Ramón Gómez-Pamo y Guerra del Río
bres del matrimonio real, la «y» de yugo y de Ysabela y la «f» de
flecha y de Fernando. Son las divisas o empresas personales de los
Reyes Católicos, cada uno usaba la correspondiente a la inicial del
conyuge, que acompañaban con el águila de San Juan, divisa perso-nal
de Isabel, a los escudos propios de sus reinos 20.
En este patio se intenta manifestar con estas tres labras, el escu-do
del almirante, el de Aragón y el que lleva el yugo y las flechas,
la viculación personal de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, con
Cristóbal Colón y con su obra, el descubrimiento de nuevas tierras
que se incorporan a la Corona de Castilla, como queda reflejado en
el propio escudo personal del Almirante.
5. EL PATIO DE ARMAS O DE LOS GOBERNADORES
En ei patio siguiente, en ia pared que dejan libre los restos del
antiguo claustro del convento dominico, está colocada otra represen-tación
de las armas del obispo Figueroa. Se trata de un escudo pro-cedente
de la catedral 21. En este caso, sus cuarteles aparecen inverti-dos
con respecto al de la fachada de piedra amarilla, es decir las hojas
de higuera de los Figueroa ocupan el segundo cuartel, mientras que
el león rampante ocupa el primero, pero además, este león y el águi-la
que sirve de soporte miran en dirección opuesta al del escudo
de la fachada 22.
En la misma pared del patio, pero situado en lo alto de la porta-da,
está colocado un escudo cuartelada cuya procedencia desconoce-mos
23. En los cuarteles primero y cuarto aparece una torre, en el se-gundo
y el tercero se representa un creciente ranversado y una estrella,
la bordura es de ocho aspas. El escudo está colocado dentro de una
láurea, decoración tipicamente renacentista 24.
Néstor Álamo defendía la tesis de que Colón, al desembarcar en
Gran Canaria tuvo que visitar al gobernador de la isla, primer fun-cionario
real y que éste tendría su residencia en una de las casas de
la manzana donde se levantó la actual Casa de Colón. En el patio del .
pozo, sobre los arcos del claustro del antiguo convento dominico de
San Pedro Mártir, Álamo hizo colocar los escudos, de nueva factura,
de los primeros gobernadores de Gran Canaria, todos contemporáneos
del Almirante, que incluso conoció personalmente a algunos de ellos.
Mientras que los escudos de la pared tendrían un carácter ambiental
o meramente decorativo, los correspondientes a los gobernadores ten-drían
a su vez una intención que podríamos calificar de documental
El programa herdldico de ~ é s t oArI amo para la Casa de Colón 273
o testimonial. Nos
situarían en la época
de la fundación de
la ciudad, inmedia-tamente
anterior a la
gesta colombina, y
nos enfrentarían a
algunos personajes
no sólo contemporá-neos,
sino también
cercanos a Colón.
En la antes cita-da
guía de insti-tuciones
culturales
del Cabildo Insular
de Gran Canaria de
1968, se menciona el
«Patio de Armas»,
dónde «se hallan los
blasones de los Go-bernadores
de las Ar-mas
de la isla desde
el inicio de la con-quista
» 25. Serían los
siguientes:
1. Escudo del
capitán Juan Rejón,
fundador de Las
Palmas, en campo
de gules tres rejas de
arar de plata. Es el mismo que esta en la fachada de piedra verde soste-nido
por el perro de la izquierda.
2. Escudo de Pedro de Algaba, gobernador de Gran Canaria en
1480, «en campo de oro una banda de gules engolada en cabezas de
dragones, de sinople, retocados de oro y lampasados de gules»2h.
3. Escudo de Pedro de Vera, conquistador de Gran Canaria y su
gobernador, lleva un cuartelado de fajas y veros, aunque parece que
su familia usaba solamente veros de azur y contraveros de plata 27.
4. Escudo de Francisco de Maldonado, gobernador de 1489 a
1494, «cinco lirios de plata en campo rojo»2x.
5. Escudo del Bachiller Alonso Fajardo, gobernador desde 1494,
274 Juan Ramón Gómez-Pamo y Guerra del Río
muerto en 1497, «tres matas de ortigas verdes en campo de oro, cada
una con siete hojas sobre tres rocas sobre ondas de azul y plata»29.
6. Escudo de Lope Sánchez de Valenzuela, gobemador entre 1499
y 1502, «en campo de plata un león negro rampante con corona de
oro en la cabeza», lleva también la «orla de los trozos blancos y
roxosn concedida, según Argote, a otro Lope Sánchez de Valenzuela
por su participación en las guerras de Setenil y Antequera el siglo
anterior 30.
7. Escudo de Antonio de Torres, gobemador en 1502, cinco to-rres,
según Argote hay dos linajes con ese apellido, unos llevan «cin-co
torres de plata en campo azul», y otros cinco torres de oro en
campo rojo» 31.
En el texto que escribió para un programa de actos de la Casa de
Colón en los años cincuenta, Néstor Alamo comenta así su cubierta,
decorada con motivos heráldicos:
«La carátula de este PROGRAMreAgi stra las Armas del Almirante
de la Mar Océana enmarcadas en bordura que superan los elementos
heráldicos base del escudo de Gran Canaria.
A la izquierda, en orla, las insignias de Francisco de Maldonado,
Gobernador de las Armas por sus Altezas al tocar Colón en nuestra
isla en 1492 y 1493, y las de Juan Rejón, el valiente y caballeroso
Conquistador, ejemplo y espejo de dignidad y prestigio militar, que
inició la unión de Gran Canaria a la Corona de Castilla.
A la derecha, escudo de Antonio de Torres, el gran amigo del
Almirante que ejercía el Gobierno de las Armas de la isla en 1503,
año del último viaje del Descubridor y el de Pedro de Vera que fina-lizó
la conquista de Gran Canaria en 1483.
Sustentando el todo (zona inferior de la bordura) blasón y escudo
del Santo y batallador Obispo don Juan de Fríaw3'.
Todos los escudos que menciona Néstor Álamo en este texto se
realizaron de nueva factura para el edificio de la Casa de Colón. Néstor
Álamo los debía considerar necesarios para la inteligibilidad de su pro-yecto
para el Museo. Se colocaron en la portada de piedra verde (los
de Juan Rejón y el obispo Frías), en el patio colombino (el de Colón),
en el patio de los gobernadores (los de Rejón, Maldonado, Torres y
Vera) y en el salón de actos (los de Gran Canaria y Colón).
6. LOS ESCUDOS DE LA CRIPTA
En el suelo de la cripta se colocaron dos lápidas sepulcrales y en
la pared un escudo real. La guía citada anteriormente señala textual-
El programa heráldico de ~ é s t oArl amo para la Casa de Colón 275
mente al referirse a la cripta: «Se custodia en ella la lápida que cobi-jó
los restos de la princesa canaria Th e n e ~ o y a »S~i~n .d uda se refiere
a la lápida procedente del antiguo convento de San Antonio de Gáldar
patronato de la familia Béthencourt en esa villa norteña de Gran Ca-naria.
En uno de sus libros 34 Néstor Álamo hace materia literaria de
la vida de Thenesoya o Luisa de Betancor, sobrina del guanarteme
de Gáldar y esposa de Maciot de Betancor. Este era nieto del otro
Maciot, sobrino y lugarteniente del barón normando Jean de Béthen-court
conquistador de Lanzarote y Fuerteventura, y de Teguise, hija
de Guadarfía, último rey aborigen de Lanzarote. De Luisa y Maciot
descendían los Béthencourt de Gáldar 35.
En la lápida figura el nombre de Juan Antonio de Béthencourt
Franchi y Westerling, coronel del regimiento provincial de Las Pal-mas
y patrono del convento de San Antonio Abad en Gáldar, había
nacido en Las Palmas en 1691, y murió en 1749. En el cuartel supe-rior
aparecen las armas de los Béthencourt «en campo de plata un león
rampante de sable», aunque para Argote sería «un león rojo rampante
en campo de plata»36, que está representado invertido con respecto a
la posición normal. En el cuartel inferior, las armas de los Franchi,
«De plata la cruz de gules; cortado de gules, tres coronas de oro» 37.
El escudo está sostenido por los dos canarios tenantes propios de los
Béthencourt y que hacen alusión a la conquista de las islas por el
barón normando. El yelmo aparece invertido con respecto a su posi-ción
normal, lo que indicaría la calidad de bastardo que no tenía don
Juan Antonio. Suponemos que esto se debe al uso de un sello como
modelo para la labra, se trataría del mismo caso que el escudo del
obispo Figueroa procedente de la catedral.
La segunda lápida tiene inscrito el nombre de doña Beatriz Ventu-ra
Lorenzo de Béthencourt, hija del capitán don Antonio Lorenzo de
Acosta Béthencourt, Regidor perpetuo preeminente de Gran Canaria y
Alcaide Mayor del castillo que había levantado en Santa Cruz del
Romera1 para la defensa de sus salinas, y de doña Lorenza de Ayala
P,cjus de! custi!!~ ~7 Eeíe&z 38. n~fiEze ztTiz, que m ~ r i bpf i Tprir ñ_ 10s
24 años, fue sepultada en la capilla mayor de la iglesia parroquia1 de
Nuestra Señora del Pino el 2 de agosto de 1709. Había sido, desde 1699,
la primera esposa del capitán don Juan de Quintana Montes de Oca
Rodríguez de Vivar y Rivera-Dávila, castellano de San Pedro y Alcal-de
Real de Teror. Este caballero hizo extensas informaciones de su as-cendefici:.
y !:. & k i j e ~ ,a p,i?.reh&~ e~ 1710, !ihr&q&le!e certifica-ción
del uso constante de las armas y blasones de los Rodríguez de
Vivar, Quintana, Montes de Oca y Rivera-Dávila 39.
276 Juan Ramón Gómez-Pamo y Guerra del Río
Su nieta doña Angela de Quintana casó con don José de
Béthencourt, hijo de don Juan Antonio, titular de la otra lápida de la
cripta 40.
En la lápida se representan las armas de los esposos, en un escu-do
partido, cada partición tiene un cuartelado, el primero correspon-de
a las armas del marido y el segundo a las de doña Beatriz, ade-más
tiene una campaña, con lo que se suman en total 9 particiones,
correspondientes a otros tantos linajes. La talla es bastante tosca y
plana, pero pueden identificarse las piezas de los escudos de cada
familia.
En primer lugar se representan las armas de los linajes de Juan
de Quintana. Rodríguez de Vivar, «de azur un brazo armado, acom-pañado
en la punta de dos banderas de gules cargadas de medias lu-nas
de plata, abatidas, y una cabeza de rey moro». En el segundo
cuartel, Quintana, «de azur un castillo de El tercero, «de oro
tres fajas sinople», que es de Ribera. El cuarto, de Montes de Oca,
«de gules un árbol y en su tronco un perro de su color que persigue
un ave (oca) entre sus ramas».
En el segundo cuartelado, las armas correspondientes a Beatriz
Lorenzo de Béthecourt. Acosta, «en campo de plata -y otros heral-distas
dicen que de gules- seis costillas de sable colocadas de dos
en dos>>42B. éthencourt, el león rampante que ya vimos en la lápida
anterior, esta vez colocado en su posición correcta. Ayala, «dos lo-bos
negros en campo de plata»43. En el siguiente cuartel aparece cin-co
torres o castillos, como los dos primeros cuarteles de Beatriz per-tenecen
a su lado paterno, Acosta y Béthencourt, creemos que este
como Ayala, pertenece al lado materno 44. Debe corresponder a
Heredia, uno de los apellidos de la madre de Beatriz, «de gules, cin-co
castillos de oro»45. La campaña o pieza inferior del escudo, lleva
las armas de Dávila, correspondiente a uno de los linajes del marido
«de azur seis roeles de oro» 46. Por timbre lleva la corona de mar-qués
que corresponde según Femández de Béthencourt a los Quinta-na,
junto con dos ángeles tenantes, apoyados sobre dos leones
yacentes, que son propios de la Ribera. En esta lápida podemos apre-ciar,
además de la corona, esos dos leones tallados a los pies del es-cudo
de una forma tosca y esquemática.
En la pared de la cripta se colocaron las armas reales. Se trata de
un escudo ovalado con un cuartelado de Castilla y León, el escusón
con las flores de lis horhrinicas, corona real y collar di! t~iscín. De-bajo
hay una inscripción con una fecha, 1789, que se corresponde con
el principio del reinado de Carlos IV. Es una representación de las
El programa heráldico de ~ é s t oArl amo para la Casa de Colón 277
armas simpificadas que usaron los reyes de España desde Felipe V
hasta Isabel 11 47.
7. CONCLUSIONES
Los escudos que se tallaron para la Casa de Colón se eligieron
para contribuir a dar una ambientación histórica al edificio, para en-noblecer
y prestigiar el nuevo marco con uno de los elementos tradi-cionalmente
ligados a las manifestaciones de poder y de ostentación
nobiliaria. Los escudos se escogieron por sus referencias a los prime-ros
momentos de la presencia de la Corona de Castilla en Canarias y
al paso de Cristóbal Colón por la isla. Son los escudos de los obis-pos,
los gobernadores, los Reyes, Colón, Fernando Guanarteme,
.A rgute. -A
Los escudos procedentes de otros lugares se colocaron con el mis-mo
sentido decorativo, ennoblecedor y de prestigio histórico y se apro-vecharon
sus referencias al pasado de las islas. Los escudos de la
familia Béthencourt permitían remontarse al primer colonizador euro-peo,
Juan de Béthencourt, del que esa familia descendía a través de
la iiaíejqj fuiria~as pr sobrino Maciat y la casi pLticu Teguise, y
por el nieto de estos, también llamado Maciot y Thenesoya Vidina, a
la que Álamo dedicó también un libro. El escudo del obispo Figueroa
nos recordaba su participación en la defensa contra Drake. El escudo
real hacía patente el papel de la Corona de Castilla.
Puede verse en este repertorio de blasones el mismo criterio que
rigió el proyecto de Néstor Álamo para la Casa de Colón: lograr un
edificio «histórico» que sirviera de marco a la evocación colombina
y fuera el espacio adecuado para una actividad de animación cultu-ral.
Para ello contó con el buen hacer y la capacidad de Santiago
Santana, que llevó la dirección artística de toda la obra y dibujó y
tal16 las labras heráldicas de nueva factura.
Juan Ramón Gómez-Pamo y Guerra del Río
1. A este respecto, Santiago Santana, en una entrevista que sostuvimos con él
en octubre de 1994, nos informó que en el solar contiguo a la Catedral dónde se pen-saba
constmir la iglesia del Sagrario, se hallaban amontonados distintos escudos de
piedra. Estos procedían de diversos derribos y fueron aprovechados para la decora-ción
de la Casade Colón y de otros edificios de Vegueta y de Triana.
2. ABAD, Angeles. Santana: Santiago Santana. Viceconsejería de Cultura y De-portes,
1992, pp. 27 y 28, y LEZCANOF, rancisco M.: «Los museos de Santiago
Santana», en Santiago Santana y los museos insulares: exposición: 18 de mayo-11
de junio 1993. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular, 1993.
3. G U ~ ADE INSTlTUCIONES DE CULTURA. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo
Insular de Gran Canaria, 1968, p. 21. Como veremos más adelante, las armas repre-sentadas
son las del Obispo Muros, no las de Arce, las de éste, talladas en piedra en
su sepultura de la catedral de Sigüenza, las podemos ver en RUMEUDE ARMASA, nto-nio:
«Escultura funeraria episcopal canariensen. Anuario de Estudios Atlánticos. 1980,
n. 26, lám. XVII.
4. El hecho histórico de la estancia de Cristóbal Colón en Gran Canaria y con-cretamente
en la naciente ciudad del Real de Las Palmas produjo paralelamente a la
constmcción de la Casa de Colón una polémica historiográfica, los investigadores se
pronunciaban sobre el hecho de si Colón estuvo o?o en la isla, como era de esperar,
Xésior Aiamo pariicipó en dicha poiémica. Vid: ALAMO, Néstor: Ci Almirante de ia
Mar Océana en Gran Canaria. Sevilla, 1956; ALONSOM, aría Rosa: «Colón en Cana-rias
y el rigor histórico*. El Museo Canario. XXI, 73-74, 1960, pp. 31-42; CIORA-NESCUA,
lejandro: Colón y Canarias. La Laguna de Tenerife: Instituto de Estudios
Canarios en la Universidad, 1959; COMISI~DEN C ANARIAPSA RA LA CONMEMORACI~N
DEL V CENTENARD~EOL DESCUBRIMIENDTEO A MÉRICAD. errotas de las naves de CO-lón
en las Islas Canarias en el viaje del descubrimiento. 1986; MORALEPS ADR~N,
Raiiciscu: C ~ i ~ i t b üCüi h 5ii; Aiiiiirüriie de iü idür Océuna. ivladrid: Anaya, i9aa;
RUMEUD E ARMASA, ntonio. «El Almirante Cristóbal Colón en Las Palmas: (el nauta
Juan Bivas, testigo presencial de la estancia)». En Homenaje a Don Agustín Millares
Carlo. Las Palmas: Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria, 1975, v. 11, pp. 415-
El programa heráldico de Néstor Alarno para la Casa de Colón 279
432 y ((Cristóbal Colón y Doña Beatriz de Bobadilla en la antevísperas del descubri-miento
». El Museo Canario. XXI, 75-76, 1960, pp. 255-279; SANTIAGMO,i guel. d o -
lón en Canarias*. Anuario de Estudios Atlánticos. 1955, 1 , pp. 337-396.
5. PLATEROFE RNÁNDECZa, rlos: Los apellidos en Canarias (españoles y castella-nizados).
Las Palmas de Gran Canaria, 1992, p. 320, ofrece una disposición de las
piezas distinta a la del escudo de la portada «Partido; 1, en oro un madroño de sinople
frutado de gules y un perro de su color atado al tronco y brochante sobre el todo una
banda de gules y 2, en azur una torre de plata; bordura de plata con ocho aspas de
gules».
6. CHAPARRDO'A COSTA,L ino: Heráldica de los apellidos canarios. Las Pal-mas
de Gran Canaria: Estudios Técnicos del Blasón, 1979-1980, t. 11, p. 146.
7. ARGOTED E MOLINAG, onzalo: Nobleza de Andalucía. Jaén: Riquelme y
Vargas, 1991, pp. 103 y 169. Las armas del Provincial se colocaron también en la
placa conmemorativa a su enterramiento en la catedral de Santa Ana, situada en
la pared del templo que da a las gradas, enfrente de la portada de piedra amarilla
de la Casa de Colón.
8. PALMACH AGUACEDAAnt,o nio: El historiador Gonzalo Argote de Molina: es-tudio
biográfico. bibliogrLifico y crítico, 2 ed. corr. y aum. por Agustín Millares Carlo.
Las Palmas: Ayuntamiento, 1973.
9. MILLARESC ARLOA, gustín: «La biblioteca de Gonzalo Argote de Molinan.
Revista de Filología Española. X , 1923, pp. 137-152.
10. El primer proyecto aparece en un dibujo firmado por el artista y fechado en
1958, reproducido en SANTANDAÍA z, Santiago: Arquitectura rural: Gran Canaria. Las
Palmas: Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, 1991.
11. ARGOTEDE MOLINAO, P. cit., PP. 729-730.
12. Era hijo de Toribio de Figueroa y doña María de los Cobos, VIERAY CLAVIJO,
Joseph: Noticias de la historia general de las islas Canarias. Santa Cruz de Tenerife:
Goya, 1971, p. 526. Los Cobos usaban un escudo con «cinco leones de oro corona-dos
en campo azul», ARGOTEp,p . 581 y 653.
13. Fray Fernando de Vera, arzobispo de Santo Domingo y primado de las In-dias,
que usaba las mismas armas que los Vera canarios, llevaba también un águila
como soporte y el mismo lema que el obispo Figueroa weritas vincit~,a sí aparece
en su escudo grabado por Juan de Courbes y que reproduce MATILLAJu, an Manuel:
La estampa en el libro barroco: Juan de Courbes. Vitoria-Gasteiz: Ephialte, 1991,
p. 97.
14. RUMEUD E ARMASA, ntonio: Piraterías y ataques navales contra las Islas
Canarias. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Jeróni-mo
Zurita, 1947-1950, t. 11, v. 2, pp. 697-699.
15. ARGOTEo, p. cit., pp. 730-731.
16. QUINTANDAi,e go de: «Notas sobre el blasón de mi ciudad*. El Pals (Las
Palmas de Gran Canaria), 6 de agosto y 4 de septiembre 1909; RODR~GUYE RZO DRI-GUEZR,
AFAEL«: Escudo de armas de don Fernando Guanartemen. Asociación Cana-ria
de Estudios Históricos Rey Fernando Guanarteme, año 1, n. l, 1986, pp. 68-74;
G~MEZ-PAMJuOa,n : «Los escudos de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria».
Noticias del Museo Canario. Enero-junio, 1994, n. 6, p. 7.
17. MART~RNO DR~GUFEeZr,n ando Gabriel: Arquitectura doméstica canaria. Santa
Cruz de Tenerife: Auia de Cuitura de Tenerife, i976, p. 2íX.
18. PARDOD E GUEVARYA VALDÉSE, duardo: Manual de heráldica española.
Madrid: Aldaba, 1987, p. 41.
280 Juan Ramón Gómez-Pamo y Guerra del Río
19. ARGOTEo, p. cit., pp. 496 y 628. MENÉNDEPZI DALD E NAVASCUÉFSa, ustino:
Heráldica medieval espariola 1: la casa real de León y Castilla. Madrid: Hidalguía,
1982, p. 253. MESSIAD E LA CERCAY GABEIRASM, . Teresa y M. CANDELAR«IASO: -
bre las armas de Cristóbal Colón» (resumen). En Las armerías en Europa al comen-zar
la Edad Moderna y su proyección al Nuevo Mundo. Madrid: Dirección de Archi-vos
Estatales, 1993, pp. 297-301. NOBILIARIDOE CONQUISTADORES DE INDIASM. adrid:
La Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1892, pp. 1-2 y Iáms. 1 y 11, es precisamente
la versión del escudo del almirante que aparece en esta última lámina la que se ha
seguido fielmente para la talla del escudo de la fuente y para la confección del re-postero
del salón de actos. Es la misma versión que se reproduce, creemos que in-vertida,
en MILLARETSO RRESA, gustín: Historia general de las islas Canarias. Las
Palmas de Gran Canaria: Edirca, 1977, v. 11, p. 229, «Escudo de Cristóbal Colón, de
1502, conservado en la guarda de un libro del Archivo de Indias (Sevilla)».
20. MENÉNDEZ-PIDDAEL NAVASCUO~PS. ,c it., PP. 199-206.
21. Guía de la exposición retrospectiva en El Museo Canario (del 11 al 26 de
julio de 1950) en conmemoración del 467 aniversario de la incorporación de Gran
Canaria a la Corona de Castilla. Las Palmas, 1950, n. 282, «Escudo de armas del
Obispo D. Fernando Suárez de Figueroa en la S.I.C. de Canarias». Este obispo en-cargó
a Próspero Casola la puerta principal de la Catedral de Santa Ana en 1589, vid.
RUMEUD E ARMASP: iraterías ..., t. 11, v. 1, p. 75.
22. El escudo del patio es más antiguo que el de la fachada, pero la disposición
de este último, con las armas de Figueroa en el primer cuartel es la más lógica.
Muchas veces el modelo que tenía un labrante para realizar un escudo, era un sello,
con lo cual lo representaba invertido. Pensamos que al ejecutar la versión más mo-derna
se tuvo esto en cuenta.
23. La citada Guía de la exposición ..., enumera una serie de fotografías de es-cudos,
de la ciudad de Las Palmas en su mayoría, el único que no hemos identifica-do
y cuya fotografía no hemos podido consultar es el n. 276, «Escudo de armas gó-tico,
con blasones no identificados, en la casa n. 5 (interior) de la calle de Reyes
Católicos?, quizás se trate de éste, actualmente colocado sobre la portada del patio.
24. ALVAREVZI LAR,J ulián: De heráldica salmantina: historia de la ciudad en
el arte de sus blasones. Salamanca : Universidad, 1966, p. 58.
25. Guía de instituciones de cultura, op. cit., p. 11.
26. PLATEROFE RNÁNDEoZp, . cit., p. 92.
27. FERNÁNDEDZE BÉTHENCOURFTra,n cisco: Nobiliario y blasón de Canarias. La
Laguna de Tenerife: Juan Rtgulo, 1952-1967, t. 111, p. 353.
28. ARGOTEo, p. cit., pp. 462 y 609.
29. ARGOTEo,p . cit., pp. 549 y 641.
30. ARGOTEo, p. cit., pp. 627 y 664.
31. ARGOTE?o ?. cit., ?p. 290> 397, 432 y 560.
32. Programa oficial de los actos que habrán de celebrarse en la ciudad de Las
Palmas de Gran Canaria con motivo del día de la Hispanidad. Las Palmas de Gran
Canaria, 1957.
33. Guía de instituciones de cultura, op. cit., p. 14.
34. ALAMON, éstor: Thenesoya Vidina y otras tradiciones. 2 ed. aum. La Lagu-na:
Instituto de Estudios Canarios, 1959.
35. La historia de la casa BBthencourt en FERNANDDEEZ B~THENCOUoRp.T c, it.,
t. 111, pp. 581-718. Los datos sobre don Juan Antonio, el titular de la lápida, en la p. 624.
36. FERNÁNDEDZE B~THENCOUoRpT. c, it., t. 111, p. 708, ARGOTEo,p . cit., pp. 431
y 560.
El programa heráldico de Néstor Alamo para la Casa de Colón 28 1
37. FERNÁNDEDZE BÉTHENCOURoTp,. cit., t. 1, p. 331, ARGOTEo, p. cit., pp. 492
y 596.
38. FERNÁNDEDZE BÉTHENCOURoTp,. cit., t. 111, p. 684.
39. FERNÁNDEDZE BÉTHENCOURoTp,. cit., t. 11, pp. 729-730. Las armas combi-nadas
de Rodríguez de Vivar, Quintana, Montes de Oca, Rivera, Dávila, etc., estaban
también en el escudo de mármol colocado sobre la cornisa de la fachada principal de
la casa Quintana en la plaza del Espíritu Santo, como se ve en la lámina CCLVII del
tomo 11 de esa obra, y están representadas en el retrato de don Pedro de Quintana y
López de Morales de la colección C. Massieu van de Walle, que también se puede
ver en la lámina CCLX de ese tomo 11, en este retrato vemos un cuartelado de
Rodríguez de Vivar, Quintana, Rivera y Montes de Oca, con los roeles de Dávila en
campaña.
40. FERNÁNDEDZE BÉTHENCOURoTp,. cit., t. 11, pp. 734-735 y t. 111, p. 625.
41. Para las armas de Juan de Quintana seguimos a FERNÁNDEDZE B~THENCOURT,
Francisco: Nobiliario y blasón de Canarias: diccionario histórico, biográfico, geneal-ógico
y heráldico de la provincia. Santa Cruz de Tenerife, 1878-1886, 7 v., en su
t. 6, p. 93. La edición de J. Régulo de 1952-1967, describe en su t. 11, p. 745, un
PSCI~Q c~71Tte!x!n cnmn armar de los Quintana, 10 toma de la piedra armera de la
casa Quintana de Guía, reproducida en la lámina CCLVI de ese mismo tomo. Dicha
casa fue edificada por Mateo de Carvajal Quintana en el siglo xvii, vid. RODR~CUEZ
D~ADZE QUINTANAM,i guel: «Doña Margarita Fernández Guanarteme~A. sociación Ca-naria
de Estudios Históricos Rey Fernando Guanarteme. Año 111, 1988, n. 4, p. 78.
Pero el cuartelado de la piedra armera de su fachada creemos que puede correspon-der
a las armas de los cuatro abuelos de Mateo de Carvajal, Quintana (el castillo),
Zurita (una banda), Carvajal (otra banda) y San Juan (los palos).
42. PLATEROFE RNÁNDEoZp, . cit., p. 65.
43. ARGOTEo, p. cit., pp. 157 y 305.
44. Para la Guía de la exposición ..., ya citada, n. 338, se trataría del escudo de
la familia Torres, cinco torres como ya hemos visto, aquí reducidas a una, pero ese
linaje no aparece entre los antepasados de Beatriz Lorenzo, ni tampoco entre los de
Juan de Quintana.
45. PARDOD E GUEVARYA VALDÉSo, p. cit., p. 32.
46. FERNÁNDEDZE BÉTHENCOUReTd,. de Santa Cruz de Tenerife, 1878-1886, t. 6,
p. 93.
47. MENÉNDEZ-PIDADEL NAVASCUÉoSp, . cit., pp. 222-226.