1793
LÍA TAVÍO: ARTISTA ENTRE DOS SIGLOS
Lía Ripper Soto
Biografía (1874-1965)
Lía Tavío nace el día 20 de Octubre de 1874 en el Puerto de la Cruz (Tenerife),1 y será
precisamente en este pueblo donde transcurra su infancia y los primeros años de su
juventud.
En la primera formación de la futura artista juega un papel importante la figura de su
padre don Aquilino, hombre de carácter estricto, que se encargará de enviar a su hija con
cinco años a la única escuela del pueblo donde por entonces se instruía a los jóvenes.
Tenemos constancia de cómo quedaron grabadas en la memoria de la artista, tanto la
escuela, como las dos maestras que la iniciaron en las primeras letras, por las evocaciones
que resaltó en la prensa muchos años después. El progenitor se percató pronto no sólo de la
inteligencia, sino de las condiciones innatas para el arte que tenía su hija. Reflejo de este
interés porque aprovechara estas dotes artísticas, es singular resaltar un cuaderno de dibujo
que le regala el día de su 13 cumpleaños y que se conserva hoy día en el archivo personal
de su familia en Las Palmas de Gran Canaria.2 Estos son los dibujos más antiguos
conservados, de ahí que los consideremos como sus primeras obras. Hay gran variedad de
motivos, pero se aprecia su preferencia por el paisaje insular; tema que no se cansaría de
plasmar a lo largo de su trayectoria artística.
Sus primeras enseñanzas artísticas las recibió de manos del pintor portuense y gran
paisajista, Marcos Baeza, el cual, al percatarse de las dotes de nuestra protagonista, se
ofreció espontáneamente a enseñarla a dibujar cuando la alumna contaba sólo nueve años
de edad. Baeza marcharía becado a estudiar a la Academia de Bellas Artes de San
Fernando en 1877, fundando a su vuelta en 1879 una Academia de Pintura en el Puerto de
la Cruz,3 donde nuestra alumna recibiría como hemos dicho sus primeras enseñanzas. Aquí
tuvo la posibilidad de formarse en las técnicas artísticas y comenzar a adquirir una
formación sólida. Su maestro la llevó a la utilización de una técnica depurada de
considerable precisión dibujística, lumínica y cromática que más tarde ejercería la joven
con gran soltura y facilidad. Como veremos más adelante, los paisajes de la discípula van a
mostrar más de un paralelismo con los de su maestro. Al igual que Baeza, Lía va a
reproducir con espíritu romántico los rincones pintorescos del Puerto, sus paisajes y sus
playas con el Teide como telón de fondo, en los cuales sobresalen claramente sus grandes
dotes para el dibujo.
Las enseñanzas artísticas en la Academia de Marcos Baeza las compagina con las clases
de bordado y piano que recibía de doña Rosalía Díaz Fragoso en su casa del Puerto de la
Cruz. Esta señora desvelaría a nuestra artista los secretos del bordado, actividad que la
alumna seguiría cultivando toda la vida y con la que llegó a obtener importantes triunfos.
De las clases de piano alcanzó también altos rendimientos, pues en el futuro, y siendo aún
muy joven, aunque nunca compuso, sí llegó a adquirir fama interpretando obras de Claude
Debussy, Beethoven o Chopin.
XIV Coloquio de Historia Canario Americana
1794
En el aspecto personal diremos que contrajo matrimonio el 26 de octubre de 1901 con el
oficial de telégrafos Nicolás Soto Sánchez, almeriense que residía en Tenerife debido a su
trabajo. Éste fue una persona que mostró siempre gran interés hacia el estudio y la cultura,
motivo por el que apoyó firmemente a su mujer en toda su labor y así la artista a pesar del
enlace, no adoptó el comportamiento de las mujeres de su época cuya resignación las hacía
refugiarse -como únicas alternativas- en el matrimonio o la maternidad, las funciones que
la sociedad les había asignado y que parecían ser inamovibles, sino que siguió cultivando
el arte con total fruición.
Parten de viaje de novios con destino a Madrid, donde la joven intenta ampliar sus
conocimientos y formación. Así a fines del primer año del presente siglo, encuentra en la
capital un maestro que sería el paisajista Avendaño, que al igual que Baeza, había
estudiado en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Los efectos lumínicos fueron
la gran preocupación del paisajista, y fue precisamente esto lo que intentó enseñar a su
alumna.
La estancia en Madrid sabemos que fue breve, aunque no hemos encontrado
información del tiempo que permanece la artista en la capital de España. Sí es cierto que
nunca llegó a ingresar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, pero el paso
por esta ciudad, sirvió a la joven para seguir formándose y de paso nutrirse con la
contemplación en el Museo del Prado de los lienzos fundamentales de los grandes
maestros universales y en especial los de la escuela española (Murillo, Ribera,
Velázquez...), por los que sentía gran devoción y que influirán en su pintura.
De vuelta de Madrid regresan de nuevo al Puerto de la Cruz. Durante este periodo y a
pesar de haber contraído matrimonio, la artista sigue ejerciendo sus actividades artístico-intelectuales
como ya habíamos mencionado anteriormente. Aunque sus primeras
creaciones tuvieron lugar en el ámbito de la plástica, sabemos que su espíritu polifacético
la llevarán a utilizar otras vías de expresión artística como fueron la música, el bordado o
la literatura. Reseñamos además la realización desde muy joven de: estandartes, sortijas,
cintas florales, casullas etc., colaborando con sus trabajos en diferentes certámenes y
fiestas. La vemos incluso tomando parte en conciertos públicos para fines benéficos, en
tertulias literario musicales o participando en cualquier acto de relieve que tuviera lugar en
el Puerto de la Cruz.4 También solía dar clases de canto y piano a varias jóvenes. Por esta
época será nombrada Socia Honoraria de diferentes círculos de la isla.
Los primeros años del siglo XX serán años marcados por un hecho importante en su vida
personal que es el nacimiento de sus tres primeros hijos. A pesar de su dedicación
exclusiva al trabajo, tuvo la misma necesidad de vivir la aventura de tener hijos como
cualquier otra mujer y a éstos les dedica su madre tiernas poesías que a su vez decora con
románticos y delicados dibujos. Son infinidad de poesías sueltas llenas de sentimiento y
dulzura que se conservan en el archivo familiar de la artista. Sus hijos nunca fueron
obstáculo para continuar desarrollando no sólo la pintura, el bordado o la música, sino que
tampoco descuidó sus aficiones literarias. Su temperamento de escritora se refleja en las
poesías, en algunas de sus novelas inéditas: La Negra, La Avara..., o en los propios escritos
de la artista entresacados de los periódicos o revistas en los que colaboraba. Sus contactos
con la prensa comienzan a principios del siglo XX. A partir de esta fecha la veremos
colaborar asiduamente en periódicos, donde aporta opiniones acerca de variados temas -
casi siempre relacionados con el mundo artístico-, pero escribe también cuentos, anécdotas,
poesías etc.
Lía Tavío: artista entre dos siglos
1795
Las obligaciones profesionales de su marido provocaron su traslado a otras ciudades
tales como Medina Sidonia, pueblo de la provincia de Cádiz, donde permanecieron
desde 1910 hasta 1918. En la propia Cádiz vivieron también unos años, concretamente,
desde 1918 hasta 1923.
De su estancia en Medina Sidonia se conservan cuadros y poesías inspiradas en dicho
pueblo. Incluso sabemos que abrió un taller de fotografía donde se dedicaba a colorear los
retratos en blanco y negro. A los cinco años de estancia en Medina Sidonia nació su último
y cuarto hijo.
De nuevo, motivos relacionados con la profesión del marido requieren un traslado de
residencia, esta vez a Las Palmas, donde permanecería hasta su fallecimiento en 1965. Su
vivienda estaba en la calle Buenos Aires, y esta casa no sólo fue su estudio, donde también
tenía una interesante biblioteca particular compuesta por libros de temática muy variada
(Arte, literatura mitología etc.), sino que en ella se celebraban amenas tertulias con
intelectuales de su época. En esta casa realizó también una importante labor docente;
dedicándose a la enseñanza de la pintura, el dibujo y la música (piano y canto). En esta
larga y última etapa realizó la mayor parte de su producción artística.
Estas actividades se vieron momentáneamente truncadas, cuando el 12 de octubre de
1926 fallece de forma inesperada su esposo con el que mantuvo siempre una estrecha
relación. A pesar del óbito, continúa con su infatigable labor creadora y docente para poder
seguir subsistiendo, y porque nunca conoció otra vida que no fuera la del arte en sus
variadísimas facetas.
Creo conveniente resaltar ahora otra triste y fatal desgracia ocurrida el 20 de marzo de
1934 con la muerte de su joven hija Maruja, único de sus hijos que había heredado el
talante artístico de su madre. Éste sería para Lía Tavío un golpe que nunca logrará superar.
Su estado melancólico se verá a partir de ahora claramente reflejado en numerosos escritos
y poesías en memoria de su hija.5 Pero la vida continúa, y nuestra artista no cesará en su
infatigable labor creadora. Si tras su viudedad se había consagrado de lleno al trabajo,
ahora volvió a utilizar la misma táctica. Será en esta labor que realiza donde encontrará la
verdadera paz que necesita. Incluso en los últimos años de su vida no le habían
abandonado la ilusión ni las fuerzas para seguir trabajando. Con más de 80 años se la veía
pintando con la misma constancia y pasión que siempre le caracterizaron. Poco a poco fue
perdiendo visión y pinta con ayuda de una lupa. Los colores de su paleta cambian
haciéndose más fuertes y llamativos. Sufre varias embolias, hasta que una insuficiencia
cardio-respiratoria acaba con su vida el 7 de noviembre de 1965 cuando contaba 92 años.
Análisis de la obra artística
La mayor labor la desarrollará Lía Tavío en el campo de la pintura, de la que nos ha
dejado innumerables trabajos de temáticas muy variadas, aunque también muchas obras
que sabemos que realizó están en paradero desconocido. Un aspecto a tener en cuenta es el
lamentable estado de gran parte de su obra y lo difícil que resulta la datación de sus
cuadros, pues sólo en ocasiones excepcionales hacía referencia al año en que fueron
realizados. Sí era, en cambio, más común que firmara su obra, pero tampoco ocurría
siempre. El hecho de que no fechara sus composiciones ha dificultado la labor para ver la
evolución de su estilo. Debido a su longevidad, pudo cultivar diversos lenguajes estéticos a
lo largo de su existencia. Podemos afirmar que parte de una pintura de paisajes
XIV Coloquio de Historia Canario Americana
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preferentemente, paisajes con carácter romántico y sentimental (influencia de sus
maestros), para pasar a otra etapa en la que su producción presenta influencias del
simbolismo y modernismo. El toque modernista va a dejarse notar sobre todo en las
acuarelas. En esta etapa trabaja sobre todo en cuadros relacionados con la inspiración
musical y mitológicos, son casi todos temas ligados al amor, leyendas, mitos, es lo onírico,
lo indescifrable. Aparecen en sus obras centauros, fuentes aves, sirenas, faunos, ángeles y
lagos; todos ellos elementos habituales en las creaciones simbolistas. Tiene igualmente una
importante vertiente de carácter tipista o costumbrista. Eligió la pintura figurativa,
manteniéndose siempre al margen de los movimientos de vanguardia.
En su obra pictórica la artista cultivará las más variadas técnicas y soportes. Sus
excepcionales condiciones de dibujante hacen que domine el dibujo a lápiz, al carboncillo,
a la tinta china, el creyón, pero también usará el plumín, la acuarela y el óleo. El pastel lo
usará en contadas ocasiones. A veces incluso mezclaba varias técnicas como pueden ser el
carboncillo con los lápices de colores. Será la acuarela el procedimiento del que más se va
a valer en su producción artística. Con el óleo realizará también tapices.
Los soportes empleados van a ser de todo tipo: papel, lienzo, cartón, madera, seda,
cerámica, conchas e incluso llegó a pintar sobre paletas.
En cuanto a los temas propiamente dichos, decir, que la artista sentía necesidad de
trasladar al lienzo todo tipo de asuntos pictóricos: retratos, marinas, bodegones, asuntos
mitológicos, temas populares y de costumbrismo canario -a veces relacionados con oficios
o profesiones-, temas musicales o literarios, elaboración de vestimentas tradicionales, etc.
Podemos afirmar, que tanto en su época de formación con Marcos Baeza, como a lo
largo de su trayectoria artística el género que más cultivó fue el paisajístico, pero también
se conserva mucha obra con temas de inspiración musical o de tipo popular.
Las primeras telas de Lía Tavío ya reflejaban los paisajes donde transcurría su infancia.
A través de ellos queda demostrado su amor por la naturaleza y muy especialmente su
predilección por el paisaje de las islas en los que solía incluir la representación de
elementos vegetales autóctonos (pitas, dragos...) La pintora solía dar paseos por los campos
del interior de la isla donde se acostumbraba a tomar el lápiz para realizar apuntes de todo
cuanto veía y en especial de la flora local. Tenemos por ejemplo la acuarela titulada
Paisaje con pita, paisaje del que se conserva el modelo a carboncillo y a la acuarela. El
centro de la obra está ocupado por una pita con su vara o flor que le da un gran sentido de
verticalidad a la obra. Las marinas localizadas son en un alto porcentaje representaciones
del mar chocando contra los acantilados del Puerto de la Cruz como por ejemplo: Bahía
del Penitente.
En los retratos consigue captar bastante la fisonomía del personaje. Un ejemplo lo
tenemos en su autorretrato, óleo, que por información oral sabemos que se lo hizo
mirándose a un espejo. Es curiosa la firma: “Yo, Lía Tavío”, autoafirmándose como artista,
de hecho se retrató con la paleta y los pinceles en la mano. Se encuentra en la colección
particular de su familia en Las Palmas de G.C.
En la misma colección nos encontramos con algún retrato de sus discípulas. En
Discípula como Dios Baco representa a una de ellas caracterizada como el dios griego del
vino. Es una obra al óleo en la que los elementos dedicados a Dionisos hacen acto de
Lía Tavío: artista entre dos siglos
1797
presencia: el vino, la hiedra y el laurel. La discípula posa con una amplia sonrisa en su
rostro y la mirada fija en el espectador.
También realizó numerosos retratos a sus familiares. El de Su nieta Lía es un cuadro de
aire romántico y ensoñador, en el que la retratada aparece vestida con un traje blanco
vaporoso y su rostro es sereno, de mirada algo perdida y soñadora.
El bodegón es otro género que tratará con asiduidad, plasmando elementos sencillos
como pueden ser frutas, flores, caracolas, objetos etc. Destaca por ejemplo el titulado
Peras (Las Palmas de G.C), o el de Sardinas (Puerto de la Cruz).
Muy interesante en su producción pictórica son sus cuadros mitológicos en los que
aparecen representados dioses y diosas de la mitología griega y romana. Como ejemplo
tenemos Sueño del fauno, acuarela sobre papel localizada en la colección particular de su
familia. Los libros sobre mitología fueron un manantial inagotable de inspiración para
nuestra artista a la hora de realizar estos cuadros.
Tenemos también que mencionar la serie de cuadros realizada al carboncillo cuyos
temas están inspirados en obras musicales de Chopin, Debussy, etc. Algunos ejemplos son:
Tango flamenco o Nocturno de Chopin. Son cuadros que ponen de manifiesto su gran
sentido musical, apreciándose en ellos líneas y figuras dotadas de gran movilidad.
Pero donde la artista se sentía muy cómoda era representando temas populares y de
costumbrismo canario. En estas obras de género expone historias de la vida real, narrando
lo anecdótico de lo que le rodea y la simplicidad de lo popular. Están hechas con gracia y
cariño, recogiendo con espontaneidad asuntos tales como: mendigos, figuras humanas en
actitudes de trabajo etc. Como ejemplos destacamos El Mendigo (Las Palmas de G.C.), o
La Enferma (Las Palmas de G. C.). También son muchas las obras conservadas en las que
se reflejan escenas costumbristas canarias, tanto con guanches, alfareras, o campesinas con
sus trajes típicos. Como ejemplo mencionamos: Juego del palo y Lavanderas, ambas
localizadas en la colección particular de su familia en Las Palmas de G.C.
La importancia que supuso para ella la vestimenta tradicional también es digna de
resaltar. Una importante colección de acuarelas sobre este tema se encuentra en el Museo
Cho Zacarías en la Vega de San Mateo (Gran Canaria).
La pintura que podríamos llamar de época o de ambientes dieciochescos la trató sobre
todo en los tapices. Son muchos de ellos copias -como Pastoral Galante, copia de Boucher
(1703-1770, Museo del Louvre)-; pero a pesar de ello no carecen de valor, pues son obras
muy trabajadas en donde varios personajes se mueven en ambientes de aire romántico.
Tenía afición por copiar a otros grandes maestros de la pintura en especial a Murillo o
Rubens.
Dentro de la pintura de Historia destacan los cuadros que realizó con motivos históricos
de Canarias y que fueron posteriormente trasladados a cerámica para decorar los bancos
del parque García Sanabria en Santa Cruz de Tenerife. Estos bancos siguen actualmente en
el mismo sitio, pero en un lamentable estado de conservación.
Como ya hemos indicado, otra faceta en la que mostraba habilidad era en los bordados,
donde plasma una gran riqueza de matices con el colorido de los hilos, ya fueran sedas o
XIV Coloquio de Historia Canario Americana
1798
lanas, logrando con ellos una expresión que parecen pintados. Estas obras no sólo tienen
gran mérito, sino que denotan una gran paciencia. Destaca El paseo en barca (Colección
particular, Las Palmas de G.C.) entre otros.
Lía Tavío acudió a lo largo de su vida a diversas exposiciones y certámenes, donde
obtuvo diversos premios, tanto por su obra pictórica como por sus bordados.
Desgraciadamente la mayoría de estas obras están hoy en paradero desconocido.
Conclusiones
Con esta visión general de la vida y obra de Lía Tavío hemos querido sacar del olvido a
una artista desconocida por casi todos, pero que llegó a ser una de las pioneras del arte
femenino en Canarias. Nuestra biografiada tuvo una personalidad polifacética y vital con
unas cualidades que prácticamente no cambiaron a lo largo de su vida: Poseyó un vigoroso
instinto artístico, siempre acompañado de grandes dotes de observación, una excepcional
capacidad de trabajo, un espíritu romántico y sensible y un enorme entusiasmo en todo lo
que hacía que creemos dignos de resaltar.
Resultado de estas cualidades es la extensa y variada obra que nos ha dejado que
comenzó desarrollando en los años finales del siglo XIX hasta mediados del XX y que es fiel
reflejo de lo que podemos llamar una artista y no una simple aficionada.
Lía Tavío: artista entre dos siglos
1799
ANEXO GRÁFICO
Paisaje Pita Autoretrato
Sueño del Fauno Tango flamenco
XIV Coloquio de Historia Canario Americana
1800
El mendigo
Paseo en barca Pastoral galante
Fco. Bougher (1703-1770)
Lía Tavío: artista entre dos siglos
1801
BIBLIOGRAFÍA
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- Registro Civil de Las Palmas de G.C. Folio 585. Acta de Defunción.
- Archivo Parroquial de la Iglesia de Sta Teresita. Las Palmas de G.C. Libro de Partida de Defunción.
- Archivo Parroquial de la Iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia. Puerto de la Cruz. (Tenerife).
Libro de Partida de Nacimiento.
- Archivo Personal de la familia Soto Grizziotti. Las Palmas de G.C.
Cartas, poesías, novelas, pensamientos etc. manuscritos y mecanografiados de Lía Tavío. Documentos
personales de la artista.
XIV Coloquio de Historia Canario Americana
1802
NOTAS
1 Acta de nacimiento de Lía Tavío. Juzgado Municipal de Puerto de la Cruz. Folio 132.
2 ALLOZA MORENO, M.A: La pintura en Canarias en el siglo XIX, Santa Cruz de Tenerife, 1981, p.95.
3 En el citado cuaderno se puede leer la siguiente dedicatoria “Album que regala en su cumpleaños a Lía
Tavío y Martínez en prueba de cariño. Su padre Aquilino de los Reyes Tavío”.
4 BEYRO, S.: “Una flor de Taoro” en La Atlántida, 15 de abril, 1901.
5 Muchos de estos documentos originales se conservan actualmente en el archivo personal de su familia.
Papeles sueltos, sin fecha.