ECONOMÍA Y COMERCIO
Coordinadores: Dra. Dña. Elisa Torres Santana. ULPGC
Dr. D. Santiago de Luxán Meléndez. ULPGC
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GRAN PROPIEDAD Y RELACIONES DE PRODUCCIÓN
EN LA PALMA DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL
SIGLO XVII: LA CONTABILIDAD DE LOS VALCÁRCEL
Y LUGO
Pedro José Rodríguez Benítez
El objetivo genérico que perseguimos con el presente trabajo de investigación consiste en
analizar el modelo de funcionamiento de la gran propiedad canaria del Antiguo Régimen y la
articulación de los diferentes componentes de la explotación (propiedad-trabajo-capital), en
un momento histórico caracterizado por una serie de relaciones y condiciones generales.
El sistema de explotación de las haciendas canarias en el siglo XVII se caracterizaba por una
indispensable combinación de las cesiones en régimen de aparcería (medianería, cuartería y
quintería) o de enfiteusis, con la administración directa de la propiedad por parte del
hacendado. El funcionamiento de esas propiedades se dirigía a la obtención de unos
excedentes agrícolas que se destinaban tanto al mercado local de subsistencias como al
mercado de exportación, de cara a la realización de beneficios.
Bien distintas eran las condiciones de uno y otro mercado. Por un lado, el local estaba
aquejado de una acuciante escasez de circulación monetaria durante la segunda mitad del
siglo XVII.1 Esta situación estaba ocasionada por las pérdidas de los mercados coloniales
portugueses e inglés para el vino canario, producto central de exportación, así como por la
incapacidad de la América colonial española para absorber la producción vitivinícola isleña.
Asimismo, ese mercado de subsistencias conocía una gran estabilidad en sus precios,2
excepto para el caso del trigo por ser éste un artículo que frecuentemente era importado de los
países del norte de Europa. Ambas condiciones hacían que las relaciones de intercambio
predominantes en el mercado interior fueran las del trueque o de mercadería por mercadería.
Por otro lado, el mercado exterior, más monetarizado, era el lugar en que los grandes
hacendados realizaban sus mayores ingresos. Si querían lograr ese fin, esos grandes
propietarios debían contar con dos premisas fundamentales. Una ya la hemos apuntado: la
estabilidad de los precios locales para que no se encarecieran los costes de producción en
mano de obra. La otra era la venta del producto central de exportación, el vino, a altos precios
en el mercado internacional. Esos precios escapaban a su control directo (no ocurría como
con los precios locales), pues sus fluctuaciones dependían, en buena medida, de la relación
entre la oferta y la demanda, así como de las medidas político-económicas que pudieran
tomar los principales países compradores. Esta segunda premisa convertía a la economía
agromercantil canaria del XVII en una construcción dependiente del capitalismo internacional.3
A cambio de la venta del vino, los hacendados obtenían manufacturas y pagos en moneda.
Las manufacturas que no se destinaban al disfrute propio eran puestas en circulación en el
mercado local, juntamente con los excedentes de la producción agrícola de subsistencia.
Gran propiedad y relaciones de producción en La Palma durante la…
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Pero para garantizarse la adquisición de los bienes y servicios de consumo (que en nuestro
caso se pagaban en efectos, no en dinero), así como para el abono de los salarios o salidas de
capital circulante que requería la administración directa de sus fincas, los propietarios no
contaban únicamente con esas ganancias en manufacturas y dinero logradas con la
comercialización exterior del vino. A través del mecanismo de las rentas de la tierra obtenían
también una importante cantidad de ingresos o pagos en productos y trabajos.
Ambas situaciones, la del mercado interior y la del mercado exterior, favorecían el logro
de beneficios por parte de los hacendados, a pesar del defecto que tenía el sistema
económico de las islas y que ya hemos apuntado: su escasa monetarización. Y es que cabe
preguntarse cómo podía funcionar una economía altamente mercantilizada sin efectivos en
numerario. La única salida racional que se nos ocurre es el crédito, que fue la estrategia
adoptada como ya veremos. Y todo gracias a que se contaba con una circunstancia
absolutamente vital para que tal sustitución, del crédito por el numerario, fuera posible: la
estabilidad de los precios en el mercado interior. Esa estabilidad nos permite explicar también
la forma tan particular de llevar la contabilidad agrícola que tenían sus gestores, sin reducir
las partidas a valor monetario.
Pero si bien esto es lo que pretendemos demostrar genéricamente, nuestro objetivo
concreto se centra más en la construcción de una explicación histórica de las relaciones
económicas y sociales que se desarrollaron en torno a la gran propiedad en Canarias. A
nuestro juicio, ello requiere de la aportación de numerosos análisis concretos que contribuyan
a confirmar los aspectos ya desarrollados en el modelo teórico anterior. Este trabajo sólo
pretende ser una modesta contribución a esa tarea mediante el estudio de la contabilidad de
los Valcárcel y Lugo.
Pensamos que para alcanzar mejores frutos no bastaba con recurrir a una serie de teorías
generales o esquemas lógicos de relación entre determinadas variables (como los precios, los
salarios o la evolución de la renta agrícola), sino que debíamos arrojar luz sobre el modo de
operar de los hacendados dentro de la propia explotación agraria y con los mercaderes. Por lo
tanto, llegamos a la conclusión de que para esclarecer y verificar esa articulación entre el
funcionamiento de la gran propiedad de los Valcárcel (con las características ya referidas:
ubicación en una región dominada por una economía vitícola de exportación, con escasez de
numerario y con un raquítico mercado local) y los factores macroeconómicos, para alcanzar
ese nivel de detalle, debíamos encauzar nuestra investigación a través del enfoque
microeconómico.
Sin embargo, y a pesar del interés que de entrada despierta una serie de datos de tan larga
duración cronológica como la que hemos elaborado, nuestro trabajo se encuentra con dos
limitaciones básicas: una en el orden de las fuentes y otra en el de la elaboración de
conclusiones generales. La primera deriva del hecho de que sólo hemos podido manejar dos
libros de contabilidad: por un lado el de cuentas corrientes y, por el otro, el de sementeras y
cosechas. Sin embargo, por menciones hechas en el libro de cuentas corrientes, sabemos que
además había un libro de caja,4 así como un libro de trabajadores;5 y no resulta descabellado
pensar en la existencia de un libro de cuentas corrientes con los mercaderes.
La segunda limitación surge de la necesidad de agregar un mayor número de trabajos de
investigación, a realizar principalmente en los fondos familiares privados, para completar o
perfilar con mayor precisión el modelo de funcionamiento de las grandes haciendas canarias
en los siglos XVI y XVII. Nuestro trabajo no pretende alcanzar explicaciones de conjunto, sino
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crear un ejemplo que elaborado a partir de unas fuentes muy concretas, sirva de impulso para
acometer nuevas investigaciones y para corroborar, o refutar en su caso, las tendencias
observadas ahora por nosotros. En esa línea, somos conscientes de que las coyunturas
económicas específicas en que se desenvolvió una sola explotación agraria no pueden
servirnos para explicar la coyuntura general.
Los Valcárcel y Lugo: una familia terrateniente
Andrés de Valcárcel y Lugo padre (1607-1683) e hijo (1646-1710) fueron los principales
protagonistas de una historia familiar durante el siglo XVII. Ambos ejercieron, de forma
correlativa entre 1659 y 1710, las funciones administrativas y contables de una explotación
agrocomercial. Esta gran propiedad estaba compuesta por fincas heredadas de los Van de
Walle, los Monteverde y los Valcárcel, tres de los linajes nobiliarios más influyentes en la
vida social y política de La Palma desde la más temprana Edad Moderna.
Representantes de dichas familias participaron en la conquista y colonización de la isla
(caso de Pedro Fernández Crespo6 y de Marcos Roberto de Montserrat).7 Asimismo,
ejercieron oficios destacados en el concejo de La Palma durante los siglos XVI y XVII, bien
como regidores (por ejemplo, Francisco de Valcárcel,8 progenitor de Andrés “padre”, o
Andrés Lorenzo)9 o bien como sustitutos del alcalde mayor (lo fue de Andrés de Valcárcel y
Lugo “padre”),10 acaparando también de forma casi hereditaria los cargos de capitán de las
milicias concejiles y de castellanos en las principales fortalezas de la isla.11
Tampoco escapaban a su influencia la vida cultural y religiosa. Por una parte, sabemos que
fueron gestores de tierras, tributos y fincas pertenecientes a la iglesia de Nuestra Señora de la
Piedad de La Galga (Puntallana) y del Hospital de Santa Cruz de La Palma. Además,
ejercieron el patronato de diversas capellanías, algunas de las cuales habían sido instituidas
por sus antecesores. Es el caso de la que fundó la primera mujer de Francisco de Valcárcel12 o
la de Margarita Lorenzo, padre y tía respectivamente de Andrés de Valcárcel y Lugo “padre”.
Por otra parte, conocemos que Andrés de Valcárcel y Lugo “padre”, quien llegó a recibir
todas las órdenes menores,13 tributaba y era miembro de diversas cofradías y hermandades. Es
el caso de la Cofradía del Santísimo Sacramento de la iglesia parroquial de San Andrés14 y de
la Hermandad del Santísimo Sacramento de Santa Cruz de La Palma.15 Esta última sufragaba
cada año las representaciones teatrales que se celebraban en la capital palmera por la Octava
del Corpus,16 fiesta de cuya trascendencia para la reproducción de un orden social y cultural
abiertamente jerarquizado en el Antiguo Régimen nadie duda.17
Sin embargo, no debe escapársenos que en el origen de la brillantez social y política de
estos linajes estaba su riqueza económica, su pertenencia a la elite terrateniente insular con
propiedades en casi toda la isla. De hecho, y sirva de ejemplo, como sus conquistadores y
primeros colonizadores fueron receptores de datas de tierra y agua concedidas por el
Adelantado Alonso Fernández de Lugo (es el caso de Pedro Fernández Crespo,18 aunque se
desconozca el lugar y las dimensiones de dicha concesión). Pero otras posesiones las
obtuvieron a través de herencia, compra y otros métodos, destacando los casos de Jácome de
Monteverde en Tazacorte19 y de Diego de Guisla Van de Walle en Los Sauces.20 La
consolidación de dicho patrimonio vendría con el tiempo a través de la vinculación de los
bienes en mayorazgo, vía elegida al menos, hasta donde hemos podido conocer, por Ana de
Valcárcel y Lorenzo (1610-1690) en el siglo XVII y por Beatriz Ana de Valcárcel en 1712, tía
y hermana respectivamente de Andrés de Valcárcel y Lugo “hijo”.
Gran propiedad y relaciones de producción en La Palma durante la…
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Para finalizar este breve capítulo recurramos a la expresión de un símbolo de la relevancia
económica, social, política y cultural de los Valcárcel y Lugo: su casa familiar en Santa Cruz
de La Palma (la cual heredó Andrés de Valcárcel y Lugo “padre” de su suegro Andrés
Lorenz)21 compartía los tres costados de la principal plaza pública de la ciudad, la actual
Plaza de España, con la iglesia parroquial matriz de El Salvador y con la sede del cabildo-concejo
de La Palma.22
1.La propiedad rústica de los Valcárcel
Nuestros conocimientos sobre las fincas de la explotación los hemos extraído de tres
documentos distintos. En primer lugar, de los libros contables, donde únicamente se dan su
nombre y localización. En segundo lugar, del inventario encargado en 1646 por Andrés
“padre” a la muerte de suegro Andrés Lorenzo,23 de cara a la división de los bienes de éste
entre sus herederos. Y, por último, de la partición de las propiedades pertenecientes al
mayorazgo de Félix Poggio efectuada el 23 de diciembre de 1864.24
Las tierras de la explotación se situaban principalmente en los municipios de Puntallana
(sobre todo en el lugar de La Galga), San Andrés y Sauces y Santa Cruz de La Palma, aunque
también existían posesiones en los de Tazacorte, Breña Alta y Breña Baja.
El grueso de las fincas lo podemos dividir, a grandes rasgos, en dos lotes diferentes:
Las heredadas por Ana Lorenzo de Monteverde, esposa de Andrés “padre”, a la muerte de
su padre Andrés Lorenzo en 1645.
Las heredades pertenecientes al vínculo de Ana de Valcárcel y Lorenzo, hermana de
Andrés “padre”, y las del propio Andrés de Valcárcel y Lugo “padre”.
Ambos lotes fueron regentados por Andrés de Valcárcel y Lugo “padre” e “hijo”, pero
mientras el progenitor sólo ejerció como gestor del vínculo de su hermana Ana, el hijo se
convirtió además en propietario del mismo a la muerte de su tía en 1690.
No todas las fincas de la explotación eran propiedad de los Valcárcel, aunque su
contabilidad se hiciera de forma conjunta. Además de las tierras de sus hermanas, también
administraban otras pertenecientes a instituciones eclesiásticas como las heredades de viña de
la iglesia de Nuestra Señora de la Piedad de La Galga y del Hospital de Santa Cruz de La
Palma, cuyos datos han sido desagregados por nosotros en el análisis.
La propiedad de mayor superficie era la Hacienda de La Galga (Puntallana), la cual se
extendía “de mar a cumbre”. Según consta en la partición de 1864, la componían tierras
sembradías, árboles, montes, baldíos pastizales, riscos, laderas, casas, gañanías y pajeros. Se
dice que la componían distintos trozos, los cuales deben corresponder con muchos de los
nombres de las fincas que se apuntan en el libro de sementeras y cosechas (por ejemplo, el
llano de Álvaro Pérez). Sus linderos en aquella fecha eran: por el norte, con el barranco de La
Galga por la parte baja y con el barranco de San Juan (en Los Galguitos, San Andrés y
Sauces) por la alta; por el sur, con el barranco Hondo y terrenos privados; por el poniente,
con montes públicos; y por el naciente con el mar. Su extensión era la siguiente: 66 ha., 46 a.
y 24 ca. de sembradíos, acompañadas de 106 ha. y 24 a. de montes.
También se incluye una heredad de viñas en el barranco de El Río (Santa Cruz de La
Palma), que consta de un molino de agua harinero, lagar y casa. Esta finca en 1864 lindaba
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por el norte, con riscos que los separaban de tierras de Esteban Van de Walle; por el sur y
naciente, con el camino real; y por el poniente, con la entrada a otro molino particular. Su
superficie era de 8 a. y 28 ca.
Por último, citemos las tierras situadas en el barranco de Quintero (Santa Cruz de La
Palma), que incluyen una finca, dividida en dos trozos, y una suerte más de tierra. El primer
trozo de la finca, formado por riscos y laderas con árboles, lindaba en 1864 por el norte, con
el dicho barranco; por el sur y poniente, con tierras de herederos de Nicolás Molina; y por el
naciente, con el camino de las vueltas del Río. El segundo trozo, compuesto por sembradíos y
árboles, lindaba en 1864 por el norte y naciente, con tierras de los herederos de Esteban Van
de Walle; por el sur, con el barranco; y por el poniente, con tierras de Félix Poggio. La
superficie total de la finca eran 2 ha., 82 a. y 157 ca. La otra suerte de tierra, de 3 hectáreas,
18 a. y 2 ca. de extensión, lindaba en 1864 por el sur, con el barranco; por el norte, con una
propiedad de Esteban Van de Walle; y por poniente y naciente, con terrenos de Félix Poggio.
2.Las modalidades de explotación
Las cuentas de los individuos que tenían algún tipo de relación o de contrato agrario con
los Valcárcel pueden ser clasificadas en tres grupos. En primer lugar, se encuentran los
asientos correspondientes a los “aparceros”, los cuales registran los ingresos procedentes de
tierras de los Valcárcel explotadas mediante contratos de medianería, cuartería o quintería.25
En segundo lugar, aparecen las cuentas de los tributarios de censos perpetuos, los cuales
tenían obligación de pagar un canon anual al propietario de la finca a cambio del disfrute del
dominio útil de la misma. Por último, en la contabilidad también hallamos datos referentes a
deudores. Estas partidas corresponden a pagos realizados por deudores de los Valcárcel por
diferentes conceptos: deudas por efectos sacados de la tienda, por anticipos o créditos, etc.
La desagregación de los datos del libro de sementeras y cosechas en función de estas tres
categorías nos permite discriminar entre los ingresos por rentas y aquellos que se derivaban
de pequeñas operaciones comerciales o de crédito que practicaban los Valcárcel con los
campesinos.
Los medianeros constituían el grueso de los cultivadores que trabajaban las tierras de los
Valcárcel, lo mismo para los granos (en el caso del trigo hemos contabilizado 67) que para el
vino (en total hubo 82 medianeros de vidueño). Se trata de individuos que procedían
principalmente de los municipios de Puntallana y San Andrés y Sauces, aunque otros eran
oriundos de Garafía, Santa Cruz de La Palma y Las Breñas.
En general, los Valcárcel contaban con tres grupos de medianeros. Si observamos el
gráfico I, descubrimos un núcleo principal, que constituía el 60% del total, con un tiempo de
pervivencia del contrato de medianería inferior a los 5 años. Otro grupo permaneció en su
puesto entre 6 y 20 años; y sólo un 5% se mantuvo durante más de 20 años. Esto es un claro
indicativo de la inestabilidad de la relación contractual centrada en la medianería.
Gran propiedad y relaciones de producción en La Palma durante la…
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Gráfico 1. Fuente: Elaboración propia: RODRÍGUEZ BENÍTEZ, Pedro José
La contabilidad de los Valcárcel y Lugo (1659-1711)
1.Fuentes documentales
Los documentos que han servido de base para el desarrollo de nuestra investigación
forman parte del fondo de la familia Van de Walle que se encuentra en el Archivo Histórico
Diocesano de Tenerife (A.H.D.T.). Básicamente, consisten en dos libros de contabilidad de la
explotación de los Valcárcel y Lugo: uno de contabilidad agraria26 y otro de contabilidad
comercial.27
Desde 1659, y a lo largo de los 52 años que abarca la contabilidad, distinguimos al menos
tres amanuenses contables diferentes. Por un lado, los dos hacendados, Andrés de Valcárcel y
Lugo “padre” e “hijo”, sustituyendo el segundo al primero a la muerte de éste en 1683. Tras
el fallecimiento del hijo en 1710 debió ejercer las labores contables el encargado de
administrar los bienes de forma interina hasta que su hija Ana Beatriz y su marido Juan
Mateo Poggio y Escobar entraran en posesión de los mismos.
1.1.Las cuentas corrientes
El primero de los libros responde al método de contabilidad por partida doble, cuyo
principal difusor en Europa fue el fraile franciscano Luca Pacioli en el siglo XV y XVI28 y que
tuvo por impulsor básico en España a Salvador de Solórzano.29
Ese primer libro, muy deteriorado por acción de la humedad y los microorganismos, puede
corresponder a lo que en contabilidad se conoce como libro mayor.30 En dicho libro se
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recogen las entradas y salidas de las cuentas que un considerable número de clientes tenía
abiertas en la tienda o almacén de los Valcárcel en La Galga y en Santa Cruz de La Palma.
El perfil de los clientes se puede resumir en tres categorías básicas. En los 30 primeros
folios del libro aparecen las cuentas de vecinos de Santa Cruz de La Palma, los cuales en su
mayoría se dedicaban a oficios urbanos artesanales (herreros, pedreros, molineros,
carpinteros, sedereros, zurradores, etc.) y mercantiles (mercaderes y marinos), aunque
también constan agricultores y eclesiásticos (capellanes, mayordomos de fábrica de las
iglesias, etc.). En segundo lugar, del folio 32 al 45, se recogen las cuentas de tributarios a
censo cuya procedencia principal se sitúa en el lugar de La Galga (municipio de Puntallana).
Y, finalmente, desde el folio 46 al 110 se registran las cuentas de las escardaderas, originarias
en su mayoría de La Galga, Los Galguitos y San Andrés (estos últimos en el municipio de
San Andrés y Sauces), que trabajaban en tierras de la explotación.
Físicamente el libro tiene forma estrecha y alargada, constando de 110 folios escritos por
recto y vuelto, numerados en su parte superior derecha y cosidos longitudinalmente por la
zona central. Por otro lado, son frecuentes los folios en blanco, sobre todo al final del libro
(del 98 al 110), observándose también la pérdida de algunas hojas que fueron cortadas o
arrancadas.
En cuanto a su estructura, recoge un formato de asientos que ya es clásico: empezando con
el nombre y apellidos del titular de la cuenta, su filiación, lugar de procedencia y profesión,
prosigue con las palabras deve o deve por, el concepto o el monto de la deuda y la fecha de la
operación. Asimismo, las entradas o haberes de los clientes se recogen de igual manera,
aunque sustituyendo deve por dio o a de aver por, seguidos del dinero o artículo entregado,
de su descripción detallada y de la fecha.
Por lo que respecta a la data crónica, aunque contamos con ejemplos que siguen el modelo
típico descrito por Rafael Donoso Anes para la tesorería de la Casa de Contratación de
Sevilla,31 lo más habitual, en nuestro caso, es que la fecha se exprese en el texto de los
asientos.
Por otro lado, para el caso de las cuentas de las escardaderas, y en consonancia con los
consejos de Pacioli,32 contamos con un abecedario que precede a su desarrollo.
Pero no son éstas las únicas peculiaridades que hallamos en esta contabilidad. Así, a veces
se suele anotar la forma de pago de la deuda (en dinero o en especie), sobre todo en el caso de
los clientes urbanos, así como también puede reseñarse el nombre de la persona que abrió la
cuenta (si difiere del titular) o de su fiador.
Otra peculiaridad estriba en que raramente se reducen a valor monetario las entradas y
salidas de productos de la tienda, ni siquiera los trabajos realizados por las escardaderas, con
lo cual no se generaban balances periódicos en el propio libro contable. Esa ausencia del
valor numérico, como ya vimos, puede ser explicada por la escasa variación de los precios
del mercado interior: no importaba que pasaran años entre la salida del producto y su abono,
porque la deuda siempre podría conocerse en el momento de calcular el saldo a partir de un
precio que era fijo y conocido por todos.
El gestor de la explotación trasladaba periódicamente a libros mayores (viejos, aún no
cerrados, y nuevos),33 conservados en Santa Cruz de La Palma, las partidas contenidas en los
Gran propiedad y relaciones de producción en La Palma durante la…
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libros diarios anuales que eran llevados y guardados en La Galga por sus factores.34 Sin
embargo, los balances eran producidos en papelillos sueltos que hemos encontrado
intercalados entre los folios del libro mayor. En ellos, y siguiendo recomendaciones de
Pacioli,35 aparece el nombre del titular de la cuenta y en dos columnas, izquierda y derecha, la
suma del debe y del haber de cada cliente respectivamente. Sus resultados o saldos,
efectuados sin periodicidad fija, eran apuntados finalmente en el libro mayor.36
Especial resulta también la forma de recoger las cuentas de tributos, pues sólo constan el
nombre y apellidos del tributario (del actual y del originario), su filiación y lugar de origen, la
data crónica, el monto de la renta, su abono (en dinero o en especie) y un balance de dichas
pagas. Pero es de destacar que muchos de esos censatarios tenían también abiertas cuentas
comerciales, en las cuales se podían acabar saldando las deudas que tuvieran por los tributos
impagados.37
En lo que respecta a las unidades de recuento, las operaciones se contabilizaban en reales
de vellón antiguos (de 48 maravedíes), resultando curioso que las subunidades o cuartos (8
por cada real) se expresaran en forma de quebrados cuyo denominador era el 8, separados de
la unidad mediante un guión. De todas formas, era habitual que después del guión sólo se
expresara el numerador de la fracción.
Asimismo, el sistema de numeración utilizaba cifras arábigas y en las escasas
oportunidades en que hemos encontrado sumas en los márgenes del folio (de cantidades de
productos o del precio total de la operación), observamos el uso del calderón para señalar los
millares, así como el agrupamiento de unidades, decenas y centenas, todo lo cual contribuía a
facilitar la adición. Para el caso de cantidades inferiores a la unidad, en el lugar de ésta se
colocaba el cero.
Otra característica de este primer libro, como ya vimos, es la aparición de factores o
encargados contables de la tienda que los Valcárcel tenían en La Galga. Al menos conocemos
la existencia de tres de ellos: Sebastián Pérez, Diego y Francisco Pérez,38 encargados de
entregar, con o sin libranza, los artículos que fueran objeto del intercambio en nombre del
hacendado. También se ocupaban de llevar los libros diarios conservados en La Galga, los
cuales luego eran entregados a Andrés Valcárcel para que éste pasara sus asientos al libro
mayor de Santa Cruz de La Palma.
Por otro lado, no siempre eran los titulares de la cuenta quienes efectuaban las entradas y
salidas de la tienda, sino que podía haber personas interpuestas que parecían hacer de
“recaderos”.39
1.2.El libro de sementeras y cosechas
El segundo libro, de sementeras y cosechas, ha sufrido también de forma notable la acción
de la humedad y de los microorganismos, con especial afectación de sus primeros folios.
Escritos por el recto y el vuelto, en ellos se consignan de forma separada los granos (cereales
y legumbres) de las cosechas de mosto (vidueño o malvasía). A su vez, en lo que respecta al
mosto, se hace una distinción entre el que se encierra en La Galga y el que se almacena en el
puerto de Santa Cruz de La Palma, distinción que debe obedecer a su diverso destino: el gasto
de la explotación y la exportación respectivamente. Asimismo, es de destacar que para el año
1678 no se reseña el vino almacenado en el puerto.
XIV Coloquio de Historia Canario Americana
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Los registros van ordenados por años, con sumas anuales de simiente y cosecha, de forma
que a una sementera de granos le sigue su correspondiente cosecha en la siguiente temporada,
así como la del mosto.
Las unidades utilizadas son las fanegas (con sus correspondientes subunidades, celemines
y doceavos) para los granos y los barriles (con las fracciones de cuartos, cuartones,
cuarterones, cuartillos y botijas)40 para el mosto. Las subunidades se suelen anotar en forma
del numerador del quebrado en cuestión a continuación de la unidad, separado de ella por un
guión. Entre las unidades cabe destacar el valor que se asigna al barril, pues difiere por
ejemplo del de Tenerife: mientras en esta isla tenía 40 cuartillos, en nuestro caso contenía 44.
Por un lado, se registra lo cultivado por vía de administración directa y, por otro, las
cantidades sembradas y cosechadas mediante diversos contratos de cesión (medianería,
cuartería, quintería y censos perpetuos); siendo habitual que para el trigo se aporten la
cantidad cosechada bruta y la diezmada. Los cereales menores, las legumbres y el mosto
suelen referirse ya diezmados.
Por último, la norma es que se refieran los nombres y apellidos de los cultivadores, su
profesión y lugar de origen, la relación contractual que los une a los Valcárcel y la finca que
es objeto de cultivo. Además, pero con cierta irregularidad, se suele aclarar cómo se repartían
determinados costes de producción en las fincas dadas a renta (las escardas, acarreos y
simientes), siendo más prolijo en estos detalles Andrés “hijo” que su padre.
2.La gestión de la propiedad
2.1.La producción cerealera: el trigo
2.1.1.Volumen de producción y rendimiento
Los cereales que se cosechaban en la explotación incluían, además del trigo, la cebada y el
centeno, pero dado el escaso volumen de datos que constan para estos últimos, hemos
decidido concentrar nuestro esfuerzo de análisis en el estudio de las rentas en trigo.
La cosecha bruta de trigo en la explotación de los Valcárcel entre 1659 y 1711 osciló
globalmente entre las 100 y las 450 fanegas, incluyendo las obtenidas por administración
directa (un 60,5% del total) y a través de las diversas modalidades de cesión(el 39,5%; del
cual un 95% correspondía a la medianería).
En cuanto a la evolución de este importante volumen de ingresos en trigo durante el
período 1659-1708, es destacable la importante caída (de 32 puntos) que se produce entre los
quinquenios 1684-1688 y 1689-1693, según podemos observar en la tabla I de índices de
producción bruta.
Únicamente hemos encontrado un momento de desajuste, concretamente en la cosecha de
granos de 1666. Se produce una disparidad entre el total que refleja el hacendado (451,92
fanegas) y el que hemos podido calcular a partir de los datos consignados en el libro contable
(390,92).
Gran propiedad y relaciones de producción en La Palma durante la…
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Años Trigo
1659-1663 60,02
1664-1668 91,64
1669-1673 100
1674-1678 88,60
1679-1683 95,31
1684-1688 105,94
1689-1693 73,93
1694-1698 78,64
1699-1703 82,59
1704-1708 80,25
TABLA I. Evolución de los índices de producción de trigo, 1659-1708.
Elaboración propia: RODRÍGUEZ BENÍTEZ, Pedro José. Base: 1669-1673.
Si consideramos los rendimientos anuales de las cosechas de trigo, éstos expresan una
situación destacada: la ausencia de años de cosechas malas o catastróficas pues, en general,
aquellos siempre fueron superiores al 4:1. Como era de esperar, la administración directa
obtenía mejores resultados de sus sementeras, ya que se reservaba las fincas más
productivas,41 aunque a partir de 1685 su diferencia con el rendimiento de los medianeros se
aminora.
En cuanto a la administración de los excedentes en grano que llegaban a manos de los
Valcárcel, podemos señalar que una vez diezmado el grano se almacenaba en La Galga,
quedando en poder de una serie de individuos que actuaban como factores del hacendado (a
la vez que también podían ser medianeros). Frecuentemente también estaban encargados de
la tienda: son los casos de Diego y de Sebastián y Francisco Pérez.
Por último, el trigo de La Breña, el de los Llanos de Puntallana y el de Tazacorte no
entraba en el almacén de La Galga. Sospechamos que debía ir a uno que había en las casas de
la familia en Santa Cruz de La Palma, a donde llegaba ya diezmado.
2.1.2.Costes de producción
En los casos de administración directa lo normal era que los Valcárcel corrieran con el
cargo de la simiente y de los trabajos de la tierra.42
En los contratos de medianería, los Valcárcel ponían la mitad de la simiente (lo cual queda
aclarado en la contabilidad, con cierta regularidad, sólo a partir de 1678, aunque pensamos
que esto era lo habitual), mientras que las faenas de la tierra eran costeadas por el medianero.
Así, en la sementera de 1702 encontramos un caso que lo atestigua.43 De todas formas, hay
fincas como Los Palomares (Tazacorte), La Viña de los Cuatro Caminos (Breña Alta) y Los
llanos de Puntallana (Puntallana) en que lo habitual, como vimos en la cita 44, era que toda la
simiente corriera a cargo del rentero.
2.1.3.La relación de producción
El análisis de los datos nos permite estudiar la evolución de las relaciones de producción
establecidas en la explotación de las fincas destinadas a la producción de cereales.
De los contratos a renta el predominante era el de medianería, pero además se daban los de
enfiteusis, cuartería y quintería, siendo frecuente que estos dos últimos, más favorables para
el aparcero, se dieran en tierras de nueva explotación o rozas.44
XIV Coloquio de Historia Canario Americana
592
Por otro lado, resulta muy interesante el estudio de la evolución de la relación contractual
con los medianeros para conocer las respuestas y reacciones que emprendían los agentes de la
producción ante las diversas coyunturas.
Si observamos atentamente el gráfico II, podemos constatar que entre 1674 y 1679 se
produce un incremento en la demanda de tierras por parte de los medianeros de cereal y
granos. En efecto, el índice del número de medianeros pasa de 80 a 200. La explicación de tal
ascenso podemos encontrarla, siguiendo a autores con Gonzalo Anes,45 en el crecimiento de
los precios del trigo cifrado en un 22% para el período inmediatamente anterior, 1670-1674.46
El mismo gráfico II refleja también la evolución de los índices de detracciones efectuadas
por el hacendado sobre la cosecha de trigo. Estas detracciones se expresan en forma de
porcentaje de la renta sobre el volumen total cosechado. Podemos comprobar la importante
elevación en dicho índice entre 1673 y 1679 (de 100 pasa a 385), como consecuencia también
del aumento de los precios del grano.
Esa subida de las detracciones es la causa, a nuestro juicio, del significativo abandono de
sus contratos por parte de los medianeros entre 1679 y 1682 (pasan del índice 200 a 40),
debido a la disminución de la rentabilidad de la relación para sus ingresos.
Gráfico 2. Elaboración propia; RODRÍGUEZ BENÍTEZ, Pedro José
El quinquenio 1682-1686 es de franca estabilidad en la relación contractual de medianería,
lo cual podemos poner en relación con la repentina defunción de Andrés de Valcárcel y Lugo
“padre” y su sustitución en la administración de la explotación por su hijo.
Gran propiedad y relaciones de producción en La Palma durante la…
593
La recuperación en el número de medianeros que ocurre entre 1686 y 1689, y que se
prolonga hasta 1699, puede ser puesta en relación con la larga estabilidad de las detracciones
(entre 1680 y 1698) en una época de franco descenso en el nivel de las cosechas, como ya
quedó apuntado. Todo ello a pesar de que entre 1680 y 1689 cayeran un 18% los precios del
grano.47
Finalmente, en el gráfico II vemos que entre 1699 y 1705 se produce un ciclo similar al de
1674-1679. Así, constatamos una mayor demanda de tierras por parte de los medianeros del
grano, cuyo número pasa del índice 140 a 240. Este hecho lo podemos poner en relación con
un incremento en los precios del grano del 31,4% que ocurre entre 1690 y 1694 y que se
mantiene en cifras altas hasta 1699.48 Pero nuevamente, como vemos en el gráfico II, el
aumento en el índice de las detracciones entre 1699 y 1709 (de 255 a 415) provoca que los
medianeros empiecen a despedirse a partir de 1705. Así, el índice del número de medianeros
de cereales pasa de 240 a 140 entre 1705 y 1711.
Por tanto, hemos visto como el hacendado Valcárcel siempre aprovechaba la mayor
demanda de tierras por parte de los campesinos (debida al alza de precios del grano) para
aumentar las detracciones sobre las cosechas, es decir, para ejercer mayor presión sobre la
renta, excepto en el período de 1686 a 1689, el cual puede ser considerado como de
reorganización de la explotación. Asimismo, los medianeros, una vez que empezaban a sufrir
esa presión en sus ingresos, se veían impelidos a dejar sus contratos.
2.2.La producción de leguminosas: los chochos
En las fincas de los Valcárcel y Lugo también se cultivaban plantas leguminosas,
concretamente chochos, chícharos, lentejas, arvejas, habas y garbanzos, aunque en unas
cantidades que resultan escasas para extraer conclusiones de su análisis.
De todas formas, el caso de los chochos o altramuces resulta llamativo, dada la utilidad
doble que se perseguía con su siembra. Por un lado, los chochos o altramuces formaban parte
de la dieta de las familias palmeras en forma de chochos majados.49 Pero más importante si
cabe parece ser su función de renovación del contenido de nitrógeno del suelo, evitando el
agotamiento de fincas sembradas de cereal durante largos períodos de tiempo. Esto explica
que con frecuencia nos encontremos ante sementeras de chochos de las cuales no se reseña su
cosecha correspondiente, o que se manifieste que los granos cosechados se quedaban
íntegramente para la siguiente sementera.50
2.3.La producción vitivinícola: el vidueño
2.3.1.Tipos de mosto, almacenamiento y destino
Las cosechas vitícolas de la explotación Valcárcel generaban dos tipos de mosto: vidueño
y malvasía; pero este último se producía en tan escasa cantidad, que centraremos
prioritariamente el análisis en el primero.
Ambas clases de vino tenían diferente lugar de producción y utilidad. El malvasía se
cosechaba casi exclusivamente en las fincas de Las Breñas y de Santa Cruz de La Palma (en
el lugar de El Río), encerrándose habitualmente en la bodega del puerto de la capital, claro
indicio de que se reservaba para la exportación. Por el contrario, el vidueño se cosechaba en
todas partes y tanto se almacenaba en La Galga como en el puerto, destinándose al gasto de la
hacienda con prioridad, aunque también se disponían algunas partidas para la exportación.51
XIV Coloquio de Historia Canario Americana
594
Otros usos, como queda reflejado en la cita anterior, eran la elaboración de dulces
(membrillada) y de arrope, un producto de finalidad variada.52
Los lugares de almacenamiento del mosto, como hemos apuntado, eran dos: La Galga y
Santa Cruz de La Palma. Pero, mientras en la capital se encerraba en la bodega del puerto, en
La Galga podía guardarse en la bodega de la casa de los Valcárcel o en la de la iglesia (caso
que registramos en 1676), lo cual no es de extrañar pues la viña perteneciente a dicha
institución, que cedían en régimen de medianería, era administrada con las demás de la
explotación de los Valcárcel y Lugo.
Tanto en La Galga como en Santa Cruz de La Palma había una serie de factores o
bodegueros que, como ya ocurría con el trigo, a la vez que ejercían de medianeros también se
encargaban de recibir y encerrar el mosto. Son los casos de Francisco Rodríguez Manco,
Francisco Hernández Títere, Francisco Varela, Domingo Francisco de Abreu y Matías
Hernández para la bodega del puerto, y de Sebastián Pérez, Francisco Pérez y Diego para la
de La Galga. Estos tres últimos recordemos que también se encargaban de almacenar el grano
y de llevar la tienda. Sólo un factor, Mateo Pérez Jorge, encerraba el mosto en ambas
bodegas.
2.3.2.Volumen y costes de producción
El volumen de las cosechas brutas de vidueño se mueve entre los 50 y los 900 barriles a lo
largo del período cronológico de estudio, con un 70% del total producido por medianería y
sólo un 11,5% a través de la administración directa. Esta situación puede hablarnos de la
voluntad de los gestores de la explotación de limitar los costes de producción derivados de la
contratación de mano de obra asalariada, sobre todo en las heredades vitícolas, pues las vides
requieren una serie de trabajos específicos a lo largo del año (despampanar, arrendar, cavar,
podar, desojar, vendimiar, etc.) que únicamente podían realizarse con mano de obra
asalariada, jornales que en los regímenes de medianería recaían en el rentero. Veamos, al
respecto lo que nos dice Macías Hernández:
El empleo de mano de obra asalariada había sido el sistema de explotación
dominante... el régimen de tenencia óptima en estas circunstancias era la medianería
o aparcería; a cambio de la mitad de la cosecha, recogida en la vica del lagar, el
colono costeaba prácticamente todos los gastos de explotación, es decir, por término
medio, el 70 por ciento del total invertido.53
Ese amplio margen de oscilación de las vendimias de mosto, bien distinto de lo que pasaba
con las cosechas de trigo, se desarrolla en forma de una caída evidente en la producción de
vidueño desde 1663 a 1711, con un período de descenso más rápido entre los quinquenios
1669-1673 y 1674-1678 (véase tabla II).
Gran propiedad y relaciones de producción en La Palma durante la…
595
Años Vidueño
1659-1663 103,92
1664-1668 105,16
1669-1673 100
1674-1678 50,93
1679-1683 61,08
1684-1688 53,18
1689-1693 39,35
1694-1698 30,41
1699-1703 27,55
1704-1708 33,42
TABLA II. Evolución de los índices de producción de vidueño, 1659-1708.
Elaboración propia: RODRÍGUEZ BENÍTEZ, Pedro José. Base: 1669-1673.
Esa importante e imparable bajada en la producción de mosto de las fincas de los
Valcárcel no puede ser achacada a los factores climáticos.54 En cambio, ese decremento en la
producción puede ser explicado por la gran caída de los precios del vino, producto central de
exportación, en el mercado internacional como consecuencia de la independencia
portuguesa55 y de la reorientación de la política económica inglesa en el área atlántica,56 con
una progresiva preferencia de sus comerciantes por los vinos lusos en perjuicio de los
canarios a partir del último cuarto del siglo XVII.
Esas dificultades para la venta de los vinos quedan reflejadas por el gestor de la
explotación, por ejemplo, cuando en la cosecha de 1669 asienta que “La cosecha fue la más
corta que en toda mi vida he visto, pero como no hay saca de vinos ni comercio alguno, no
tiene valor ni hay quien trate de comprar vinos, ni tampoco hubo quien comprase mostos”,
repitiéndose referencias análogas en 1661 y 1674.
2.3.3.La relación de producción
Al igual que ocurría con el trigo, en la contabilidad se diferencia entre el mosto cosechado
por administración directa y aquél que se produce mediante los contratos de cesión (censos
perpetuos, medianería y cuartería).También se incluían en la contabilidad ingresos de mosto
en concepto de pago de deudas, así como compras de mosto efectuadas generalmente a sus
medianeros y que se encerraban en las bodegas de la explotación.
En cuanto a los renteros centraremos el análisis en los registros de los medianeros, pues de
ellos tenemos el mayor volumen de datos. Recurramos para ello al gráfico III, el cual refleja,
por un lado, los índices de las detracciones de mosto vidueño (expresadas como porcentaje de
la renta de medianería sobre la cosecha bruta total) y, por otro, la evolución del número de
medianeros vitícolas.
Entre 1659 y 1686 podemos observar un suave ascenso de las detracciones, con un período
de aceleración importante desde 1678 a 1686. Ese ascenso se puede poner en relación en el
descenso en los precios del vidueño del 11% que se produce entre los quinquenios de 1661-
1664 y 1685-1689.57
Como consecuencia del mayor peso ejercido sobre la renta de aparcería por los Valcárcel,
se observa una caída brusca en el número de medianeros entre 1671 y 1683. La cifra de
medianeros vuelve a recobrarse a partir de 1686 y hasta 1693, quizá en relación con el
período de franca estabilidad en las detracciones sobre la cosecha de mosto que se produce a
XIV Coloquio de Historia Canario Americana
596
partir de 1686 y con la subida de los precios del vino en un 16% entre los quinquenios de
1685-1689 y 1695-1699.58
Gráfico 3. Elaboración propia: RODRÍGUEZ BENÍTEZ, Pedro José
Por lo que hace a las compras de mosto que los Valcárcel hacían de una porción o del total
de la parte que tocaba a los renteros en la cosecha vitícola, hemos de reflejar su rápido
incremento entre 1659 y 1672, para descender luego de forma importante entre 1672 y 1684,
siguiendo luego una línea descendente más suave hasta alcanzar cifras poco significativas al
final del período.
La táctica de comprarle al rentero su parte de la cosecha (sobre todo, de malvasía), descrita
por Macías Hernández:
Una segunda variante contractual otorgaba a la clase propietaria mayores
beneficios. Se trataba de comercializar la parte de cosecha correspondiente al
medianero, adelantándole los capitales necesarios para la reproducción de la unidad
productiva y generando de este modo un campesinado sujeto por deudas59,
pudo valer inicialmente, pero la pérdida de los mercados exteriores para el vino y el
declive de sus precios hicieron fracasar dicha estrategia. En efecto, en la tabla III, que refleja
los barriles de mosto comprados por los hacendados a sus medianeros, se ve que entre los
quinquenios 1659-1663 y 1669-1673 las compras de mosto vidueño fueron importantes. Con
esas compras los Valcárcel tenían el objetivo de completar un mayor volumen de vino
exportado, que permitiera compensar las pérdidas derivadas de la caída de sus precios. Pero a
partir del quinquenio 1674-1678 vemos que esta táctica empezó a ser abandonada por su
escasa rentabilidad.
Gran propiedad y relaciones de producción en La Palma durante la…
597
Por otro lado, en esa tabla III también se ve que la caída en las compras fue espectacular
para el malvasía a partir de los años 90, momento que coincide, y no casualmente, con el
brusco decremento de sus precios en el mercado londinense.60
Años Mosto vidueño Mosto malvasía
1659-1663 186 -
1664-1668 193,66 -
1669-1673 100 100
1674-1678 41 133,41
1679-1683 22,69 160,73
1684-1688 22,61 178,78
1689-1693 12,89 164,13
1694-1698 11,21 136,34
1699-1703 8,35 72,10
1704-1708 7,64 111,84
TABLA III. Evolución de los índices de las compras de mosto a los medianeros, 1659-1708.
Elaboración propia: RODRÍGUEZ BENÍTEZ, Pedro José. Base: 1669-1673.
Asimismo, y en la misma línea, si hasta el quinquenio 1669-1673 el hacendado aceptó el
pago de deudas en vidueño, a partir de entonces se cambia radicalmente de táctica. La tabla
IV refleja claramente el brusco cambio de proceder que se produce a partir del quinquenio
1669-1673, con una drástica reducción por parte de los Valcárcel de las deudas a pagar en
vidueño, dada la importante caída de sus precios.
Años Mosto vidueño
1659-1663 78,65
1664-1668 77,34
1669-1673 100
1674-1678 38,20
1679-1683 32,47
1684-1688 42,1
1689-1693 10,34
1694-1698 5,06
1699-1703 6,74
1704-1708 8,16
TABLA IV. Evolución de los índices de deudas abonadas en vidueño, 1659-1708.
Elaboración propia: RODRÍGUEZ BENÍTEZ, Pedro José. Base: 1669-1673.
Al respecto de las deudas saldadas con mosto, y para los casos en que el artículo adeudado
era vino, hemos observado que los hacendados cobraban recargos que oscilaban entre el 100
y el 300%. Así, por ejemplo, en 1688 vemos que mientras el mosto valía a 4 y 5 reales el
barril, el precio que se fijaba para la devolución del vino prestado era de 10 y 16 reales cada
barril. El beneficio era evidente para los Valcárcel.
Por otro lado, y aunque sólo disponemos de datos para las décadas de los 60 y 70 del siglo
XVII, hay que destacar la estabilidad del precio a que los Valcárcel pagaban el mosto a sus
medianeros: entre 4,5 y 6 reales el barril de vidueño, lo cual contrasta con los precios del vino
(más altos) que aporta Macías Hernández para los mismo años,61 aunque sepamos que un
barril de mosto no equivale exactamente a un barril de vino. La ganancia económica se
situaba evidentemente en el mercado exterior y allí sólo llegaba el gestor de la explotación.
Por último, digamos que además de aparceros, también había tributarios a censo en las
heredades vitícolas de la explotación. En este sentido, es de destacar que los Valcárcel
XIV Coloquio de Historia Canario Americana
598
cobraban el tributo anual de los censatarios de la viña del Hospital de Santa Cruz de La
Palma, un mosto que siempre aclaran que correspondía a su mayordomo,62 aunque ellos lo
comercializaban y se beneficiaban de la diferencia entre el precio a que lo compraban y el de
su venta en el mercado exterior.
3.Las cuentas comerciales: la tienda y los trabajadores agrícolas
3.1.Las cuentecillas menudas
Los Valcárcel llaman libro de las “quentesillas menudas” al registro de las cuentas
corrientes que diversos trabajadores urbanos (desde pedreros a zurradores) y personas de
cierta consideración social (mayordomos de fábrica de las iglesias y otros clérigos, personas
de su familia, etc.) tenían abiertas en la tienda.
Estos clientes solían sacar artículos de la tienda a cuenta de servicios que prestaban al
hacendado: por ejemplo, el arreglo de un molino, la confección de “cordovanes”, o las misas
cuyo pago estaba a cargo de los Valcárcel (en memoria de sus antepasados o en concepto de
patronato de alguna capellanía).
3.2.Las cuentas de las escardaderas
Las escardaderas constituían uno de los principales grupos de clientes del almacén de los
Valcárcel. Éstas eran mujeres que realizaban principalmente labores de escarda en las fincas
de la explotación que se llevaban en administración directa.
Se trata de las esposas, viudas o hijas de los medianeros, cuarteros y tributarios de las
tierras de los Valcárcel y Lugo. Así, nos encontramos con que era frecuente que gran parte
de la unidad familiar, y no sólo el cabeza de familia, estuviera ligada al hacendado Valcárcel
de una u otra manera (por contrato agrario o por cuenta corriente).
Resulta destacable que en los asientos de las cuentas corrientes de las escardaderas se
señale su relación filial o marital con los medianeros o colonos que trabajaban en las
propiedades de los Valcárcel.63 Sin embargo, y salvo excepciones, eran ellas quienes abrían,
saldaban y cerraban dichas cuentas de forma directa, personal y autónoma con el hacendado
Valcárcel.
Estas mujeres realizaban faenas de escarda, pero también de acarreo de productos
agrícolas y otros servicios que no resultan detallados en las fuentes documentales
consultadas. Por esas labores debían percibir un jornal, el cual era valorado en una
determinada cantidad de dinero (como podemos observar en los “a de aver” de los balances
de sus cuentas), pero que no recibían en moneda, sino en forma de descargo en sus cuentas
corrientes.
De igual manera, los artículos que eran sacados de la tienda por los clientes solían ser
abonados con entradas de otros productos que ellos mismos efectuaban y en el caso de las
escardaderas, además con sus trabajos de escarda. Por tanto, nos encontramos con un
predominio de los intercambios de mercadería por mercadería, lo cual concuerda
perfectamente con la tesis de la escasa monetarización de la economía canaria para la
segunda mitad del siglo XVII.
Gran propiedad y relaciones de producción en La Palma durante la…
599
Llegados a este punto cabe plantearse si los trabajos que realizaban las escardaderas
pueden encajar en el concepto de “peonaje por deudas” descrito para América Latina por
autores como Magnus Mörner y Silvio Zavala.64 Según Mörner:
La tienda de la hacienda representa uno de los mecanismos más claramente
vinculadores empleados por la hacienda para vincular a los trabajadores. La
ejecución del trabajo se acredita en mercaderías de la tienda, y las mercaderías
recibidas se acreditan a menudo contra trabajo futuro. Pero esa tienda no sólo
satisface las necesidades de consumo de un trabajador, sino que con frecuencia le
obliga a comprar mercaderías que de otro modo no compraría, acostumbrándose así
a un nuevo comportamiento de consumidor, que a su vez sólo puede satisfacer
trabajando en la hacienda.65
¿Las deudas que contraían las escardaderas con los Valcárcel constituían un mecanismo
utilizado por ellos para ligar la mano de obra a la tierra a la manera del peonaje de la
América colonial? A nuestro juicio, no puede considerarse que este fuera un sistema de
trabajo forzoso por deudas, pues como podemos observar en el gráfico IV, en general los
saldos comerciales fueron siempre favorables a las escardaderas (negativos para Andrés en el
gráfico), con lo cual no se cumplía el requisito de la deuda obligada que reseñaba Mörner.
En el caso palmero, aunque los artículos sacados se paguen con los trabajos de escarda
(entre otros), no observamos que las mercaderías prestadas se acrediten contra la realización
de una escarda futura. Creemos que las escardaderas eran libres para abandonar sus faenas
(pues no debían habitualmente al hacendado), aunque también es cierto que la tienda ejercía
un cierto control sobre la fuerza de trabajo. Esto era así ya que en un mercado local tan
escasamente monetarizado, sólo a través de ese almacén y vendiendo su fuerza de trabajo
podían conseguir determinados artículos de consumo necesarios para la vida diaria.
En esa gráfica IV vemos que, a partir de 1689, los saldos que antes eran tan favorables a
las escardaderas, empiezan a nivelarse a favor de los Valcárcel.
Podemos concluir que a partir de 1683, momento en que Andrés de Valcárcel y Lugo
“hijo” se convierte en responsable de la gestión del patrimonio familiar tras la muerte de su
padre, parece observarse una reorganización general de la explotación, la cual podría
resumirse en los siguientes puntos:
1. Un incremento en la detracción de las cosechas de sus medianeros.
2. Un descenso en las compras de la parte de mosto cosechado que tocaba a los medianeros.
3. Una drástica reducción de los adelantos a crédito, fueran éstos pagados en escarda (como
vemos en la tabla V de salidas quinquenales) o en artículos de consumo (recordemos lo
que ocurría con las deudas pagadas en mosto).
XIV Coloquio de Historia Canario Americana
600
Gráfico 4. Elaboración propia: RODRÍGUEZ BENÍTEZ, Pedro José
Años Salidas
1680-1684 100
1685-1689 179,65
1690-1694 79,65
1695-1699 59,30
1700-1704 65,12
1705-1709 34,30
TABLA V. Evolución de los índices de salidas quinquenales, 1659-1708.
Elaboración propia: RODRÍGUEZ BENÍTEZ, Pedro José. Base: 1680-1684.
En lo que hace a los productos que los clientes sacaban de la tienda, en general, como
vemos en el gráfico V, además del dinero a crédito, predominan los alimentos y tejidos, con
una importancia destacada de los cereales. Las escardaderas cumplían esa regla general, pero
hemos de destacar que sacaban unas cantidades promedio anuales de dichos productos tan
pequeñas que no creemos que fueran fundamentales para mantener el nivel de consumo de la
familia campesina. Las cuentas, el dinero y los productos manejados por estas mujeres bien
pudieran haber estado destinados más al consumo propio, lo cual podría hablarnos de un
cierto nivel de independencia o autonomía en la toma de decisiones por parte de la mujer
palmera en el contexto de la unidad familiar.
Finalmente, este relevante papel socioeconómico de la mujer creemos que debe ser puesto
en relación con una relación de masculinidad claramente favorable a la mujer palmera, hecho
que podemos observar en la tabla VI
Gran propiedad y relaciones de producción en La Palma durante la…
601
Gráfico 5. Elaboración propia: RODRÍGUEZ BENÍTEZ, Pedro José
Años Puntallana Los Sauces S/C de La Palma La Palma
1686 78,43 77,35 76,88 81,74
1687 81,55 75 67,74 76,8
1688 82,14 72,82 69,23 75,42
Media 80,71 75,05 71,18 77,99
TABLA VI. Relación de masculinidad, 1686-1688. Elaboración propia: RODRÍGUEZ BENÍTEZ, Pedro José.
Esa relación de masculinidad, calculada a partir de los padrones generales del Obispado de
Canaria realizados a fines del siglo XVII,66 muestra un claro predominio femenino tanto para el
total de la población palmera, como para los principales municipios de procedencia de los
trabajadores de las tierras de los Valcárcel.
Conclusiones
Como hechos destacados, hemos podido constatar la vinculación entre la mano de obra
local con la exportación e importación de productos a través del comercio exterior, una
articulación que se hacía presente en el marco de la gran propiedad.
Asimismo, esas relaciones se producían en el contexto de una economía agromercantil que
producía unos excedentes destinados a la exportación y al mercado interior de subsistencias.
Ese mercado local tenía que afrontar unas condiciones de escasa monetarización, fruto de la
extracción de numerario provocada por una balanza de pagos desfavorable en el último
cuarto del siglo XVII. Como consecuencia de todo ello, observamos que en las relaciones
XIV Coloquio de Historia Canario Americana
602
comerciales que se daban en el mercado interior había un predominio de los intercambios de
mercadería por mercadería.
Por otro lado, constatamos las acciones de los distintos sujetos de la producción,
propietarios y renteros, en las diversas situaciones económicas. Esos comportamientos dan
lugar a unas relaciones de producción inestables en cuanto a la duración contractual se
refiere, con predominio de la medianería (especialmente en las heredades vitícolas) y con una
clara sensibilidad a las variaciones de los precios del mercado exterior del vino (producto
exportado) y trigo (producto importado), así como a la mayor o menor presión sobre la renta
ejercida por los propietarios de la explotación.
Gran propiedad y relaciones de producción en La Palma durante la…
603
NOTAS
1 MACÍAS HERNÁNDEZ, A. M.: “Canarias en el proyecto monetario ilustrado”. En A.E.A., 38, 1992, p. 302:
“...después de un largo período de relativa abundancia de circulante metálico de buena ley y peso, a partir del
último cuarto del siglo XVII se reproducían de nuevo los síntomas de su escasez...”
2 MACÍAS HERNÁNDEZ, A. M.: “La economía moderna (siglos XV-XVIII)”. En VVAA: Historia de
Canarias. Las Palmas de Gran Canaria: ed. Cabildo Insular de Gran Canaria, 1995, p. 137-138: “El mercado
interior de bienes se hallaba a su vez fuertemente reglamentado, con precios y flujos regulados por la autoridad
municipal, sobre todo por los ediles de aquella isla que centralizaba el comercio exterior en virtud de su mayor
especialización en el cultivo exportador, con objeto de asegurar la reproducción de este último y su tasa de
beneficio.”
3 MACÍAS HERNÁNDEZ, A. M.: “Canarias y la <<crisis>> del siglo XVII. La singularidad isleña”. En R.H.C,
177, 1992, p. 180: “El desarrollo del capital mercantil forjó en las Islas una sociedad colonial y una economía
dependiente, productora de bienes agrícolas sometidos a la demanda exterior y de ahí su elevada sensibilidad a
los flujos y reflujos de la economía atlántica.”
4 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 2: “Y me remito a su libro de caxa, que si yo debiere, estoi pronto a pagar i doi por lo
que dicho señor dixere.”
5 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 2. F. 63: “Paso al libro de trabajadores, al folio 73 buelta.”
6 PÉREZ GARCÍA, J. Casas y familias de una ciudad histórica: la Calle Real de Santa Cruz de La Palma, p.
203.
7 FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT, F. Nobiliario de Canarias. T. III. Santa Cruz de La Palma: ed. Juan
Régulo, 1954, p. 831.
8 PÉREZ GARCÍA, J. Casas y familias... op. cit., p. 204.
9 PÉREZ GARCÍA, J. Casas y familias... Ibídem, p. 204.
10 PÉREZ GARCÍA, J. Fastos biográficos de La Palma. T. I. Santa Cruz de La Palma: ed. Confederación
española de Cajas de Ahorro, 1990, p. 227.
11 FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT, F. Nobiliario... op. cit., p. 832-833.
12 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 7.
13 PÉREZ GARCÍA, J. Fastos... op. cit., p.227.
14 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 4.
15 SERTA GRATULATORIA IN HONOREM JUAN RÉGULO. V. III. La Laguna: ed. Secretariado de
Publicaciones de la Universidad de La Laguna, 1988, p. 304.
16 SERTA GRATULATORIA... Ibídem, p. 303.
17 GALVÁN TUDELA, A.; PRAT CAROS, J. Y SOSA ÁLAMO, C.: La Fiesta: Multiplicidad de intérpretes,
pluralidad de significados. San Sebastián: Actas del IV Congreso de Antropología, 1984: “Las fiestas no son la
realidad social, pero sí mecanismos de construcción de la misma.”
18 VIÑA BRITO, A. Conquista y Repartimiento de la isla de La Palma. Puerto de la Cruz (S/C de Tenerife): ed.
Búho, 1997, p. 44.
19 VIÑA BRITO, A. “Los heredamientos de aguas en La Palma”. En R.H.C., 177, 1992, p. 249-262.
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20 LORENZO RODRÍGUEZ, J.B. Noticias para la historia de La Palma. T. I. La Laguna (S/C de Tenerife): ed.
I. E. C., 1987, p. 206-207 y 454.
21 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 3.
22 PÉREZ GARCÍA, J. Casas y familias... op. cit., p. 203-204.
23 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 3. F. 8-11.
24 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 11. F. 11v-15r.
25 Si bien en la medianería propietario y cultivador se repartían a medias la cosecha, los contratos de cuartería y
quintería eran más favorables para el campesino, el cual se llevaba tres cuartas y cuatro quintas partes de la
cosecha respectivamente.
26 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 1.
27 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 2.
28 ÁLVAREZ LÓPEZ, J. Elementos de contabilidad y teneduría de libros. San Sebastián: ed. Donostiarra, 1990,
p.107.
29 ÁLVAREZ LÓPEZ, J. Elementos de contabilidad... Ibídem, p.107.
30 BALLESTÀ GRAU, G. y MONFORT AGUILAR, E. Contabilidad general: una visión práctica. Barcelona:
ed. Eada Gestión, 1991, p. 90: “El LIBRO MAYOR es el lugar donde se relacionan todas las cuentas que han
tenido movimiento durante el ejercicio... nos informa del movimiento cronológico de cada cuenta pudiendo
analizar cuál ha sido su evolución a lo largo del período.”
31 DONOSO ANES, R. Una contribución a la historia de la contabilidad: Análisis de las prácticas contables
desarrolladas por la tesorería de la Casa de Contratación de las Indias de Sevilla (1503-1717). Sevilla: ed.
Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1996: “... el año en que se comenzaban en el centro
de la parte superior de la plana que empezaba a escribirse... En el margen izquierdo se consignaba un nuevo año
cuando se habían agotado las operaciones realizadas en el anterior y así sucesivamente. La fecha concreta, día y
mes, se escribía al principio de cada asiento y, cuando varios asientos se realizaban en el mismo día, se sustituía
la fecha por la expresión <<en dicho día>>.”
32 CROSBY, A.W. La medida de la realidad. La cuantificación y la sociedad occidental, 1250-1600. Barcelona:
ed. Crítica, 1988, p. 179.
33 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 2. F. 59r: “Pasa al libro nuevo número tres, al folio 5”.
34 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 2. F. 58v: “Por 7 zelemines de trigo de la cosecha de 706 [que] le dio Diego por mi
horden. Constan del libro de noviembre de dicho año de 706; que por no aver entregádome aún el libro, no
entraron en esta quenta.”
35 CROSBY, A.W. La medida de... op. cit., p. 179-180.
36 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 2. F. 90r: “En 21 de agosto de 703, hecha esta quenta con la dicha y pagándole sus
escardas, le resté deviendo 2 reales 1/8.”
37 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 2. F. 40r: “Ajustada esta quenta de Ysavel Hernandes hasta la paga de 1678, a restado
debiendo dies reales y dos quartos. Está pagada porque el resto está en la quenta corriente que tenemos.”
38 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 2. F. 69r, 75r y 69r: “Por media fanega de trigo [que] dio Diego por mi horden de la
cosecha de 707... Por un selemín de trigo [que] le dio Sebastián Peres, sin libransa, por el memorial de
noviembre del 82... Por 2 zelemines de trigo [que] le dio Francisco Peres. Constan del libro de noviembre del
94.”
Gran propiedad y relaciones de producción en La Palma durante la…
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39 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 2. F. 64r. Es el caso de un individuo apodado El Negro, del cual se dice lo siguiente:
“Por dos baras de frisa buena, buena (sic), de la que me dio Smalley en abril de 710. Y se las llevó El Negro oy,
4 de maio de dicho año.”
40 El cuarto es 0,25 de barril; el cuartón 0,75; el cuarterón 0,091; el cuartillo 0,023 y la botija 0,182.
41 Las fincas que sembraban directamente los Valcárcel rara vez bajaban del 6:1.
42 A.H.D.T. Leg.14. Doc. 1. F. 71v. En este caso, el hacendado apunta lo siguiente acerca de lo que un
medianero siembra de medias y por cuenta suya: “Francisco Peres Coxedor en las medias de mis llanos de
Puntallana sembró siete fanegas y media, que fue lo que se sembró, porque pone toda la simiente muerta, que así
es el consierto. Y, assimismo, me sembró para mí dos fanegas que tiene obligasión sembrarme, dando yo la
simiente y pagando la escarda.”
43 A.H.D.T. Leg.14. Doc. 1. F. 122r: “Y en las rosas del Caracol sembraron diferentes personas de medias diez
fanegas y onze zelemines. Y toda esta simiente de rosa di yo, y ellos costearon todo lo demás.”
44 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 1. En este ejemplo, se citan 45,583 fanegas de trigo que tocan a los Valcárcel en 1673
procedentes de “quintos en las rosas que se hicieron en La Lomada.”
45 ANES, G. Las crisis agrarias... op. cit., p. 430: “La brusca disminución de las cosechas provoca una violenta
subida de los precios, y el aumento de la demanda de tierras origina un incremento de la renta.”
46 MACÍAS HERNÁNDEZ, A.M.: “Canarias y la ‘crisis’ ...”, op. cit., p. 192.
47 MACÍAS HERNÁNDEZ, A.M.: “Canarias y la ‘crisis’...”, Ibídem, p. 192.
48 MACÍAS HERNÁNDEZ, A.M.: “Canarias y la ‘crisis’...”, Ibídem, p. 192.
49 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 1. F. 14v: “De chochos, que majaron a medias, me tocaron veinte y siete fanegas y
tres selemines.”
50 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 1. F. 106 r-v: “Y Andrés Lorenzo en La Lomada y José Rodrigues en Puntallana
también coxieron chochos, y éstos les quedaron para sembrar.”
51 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 1. F. 113v: “Estos 48 barriles ¼ diezmados entraron en poder de Diego. Y de ellos
baxó al puerto en mosto seis barriles, y en vino cosido51 14, y hizo en arrope51, pasas y membrillada 2 barriles,
con que quedaron para el gasto de la hazienda 26 barriles ¼.”
52 MARTÍNEZ GALINDO, P.M. La vid y el vino en Tenerife en la primera mitad del siglo XVI. La Laguna
(Tenerife): ed. IEC, 1998, p. 254: ...”por una parte, puede utilizarse en el proceso de vinificación... lo que parece
más seguro es el consumo del arrope.”
53 MACÍAS HERNÁNDEZ, A.M.: “La economía ...”, op. cit., p. 188.
54 MARTÍNEZ GALINDO, P.M. La vid y el vino en Tenerife..., p. 18. En referencia a los efectos de la sequía o
de las excesivas lluvias sobre la producción vitícola dice lo siguiente: “Pero estos cambios climáticos no tienen
gran repercusión en el cultivo de la vid, ya que no hay que olvidar que es más resistente que el de los cereales,
huertas y frutales a las inclemencias climatológicas.”
55 MACÍAS HERNÁNDEZ, A. M.: “La economía ...”, op. cit., p. 155.
56 MACÍAS HERNÁNDEZ, A. M.: “Canarias y la ‘crisis’...”, op. cit., p. 200.
57 MACÍAS HERNÁNDEZ, A. M.: “Canarias y la ‘crisis’...”, op. cit., p. 192.
58 MACÍAS HERNÁNDEZ, A. M.: “Canarias y la ‘crisis’...”, Ibídem, p. 192.
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59 MACÍAS HERNÁNDEZ, A. M.: “La economía...”, op. cit., p. 188.
60 Véase el gráfico de precios elaborado por Steckley en STECKLEY, George F.: “La economía vinícola de
Tenerife en el siglo XVII: relación angloespañola en un comercio de lujo”. En Aguayro, 138, p. 26.
61 MACÍAS HERNÁNDEZ, A. M.: “Canarias y la ‘crisis’...”, op. cit., p. 189-190.
62 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 1. F. 60v: “Mosto que se da para el hospital y toca a su mayordomo.”
63 A.H.D.T. Leg. 14. Doc. 2. F. 56v y 87r: “ Juana, hija de Pedro Juan de Puntallana, vecina de La Galga...
María Rodrigues, viuda de Matías de León.”
64 ZAVALA, S. “Orígenes Coloniales del peonaje en México”. En El Trimestre Económico, T. X, F.C.E.,
México, 1944.
65 MÖRNER, M. “La hacienda hispanoamericana: examen de las investigaciones y debates reciente”. En
FLORESCANO, E. Haciendas, Latifundios y Plantaciones en América Latina, ed. Siglo XXI, México, 1975, p.
15-48.
66 SÁNCHEZ HERRERO, J.: “Las Islas Canarias en la segunda mitad del siglo XVII”. En A.E.A., 21 (1975), p.
166,170 Y 176.