ARTISTAS PORTUGUESES EN CANARIAS.
JOAO DIAZ MONTERO Y LA PINTURA LUSA
DEL SIGLO XVII EN TENERIFE
En Canarias el influjo portugués ha sido importante desde los tiem-pos
de la conquista, destacando de modo especial el éxodo procedente
de Azores y Madeira, y si bien los lusitanos desplegaron toda clase de
actividades en casi todas las islas, aquellas donde su presencia se hizo
más notable fueron La Palma y Tenerife conservando ambas - e n este
sentido- un amplio muestrario tanto de obras como de influencias
lusas l . Sirva a modo de ejemplo para el caso tinerfeño, cómo durante
la primera mitad del siglo XVI (1505-1550) en el Beneficio de Daute, si
bien la llegada de población de diversos orígenes fue importante, por
su número destacaron -sobre todos los demás- los portugueses que
constituían el 80% del total 2. Aunque muchos de ellos fueron usados
como mano de obra en el cultivo de la caña de azúcar, no es menos
cierto que también llegaronotros más cualificados, como cañaveros,
carpinteros, albañiles, pedreros, herreros, sastres, etc. Según Ulpiano
Pérez Bamos fueron tan numerosos que el Libro l." de Cuentas de Fá-brica
de la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios de Buenavista
del Norte -iniciado en 1512- está escrito en portugués 3; ello expli-caría,
además, los múltiples portuguesismos existentes tanto en el habla
de !u c=marcu, c=m= en !u de !m is!as en generd.
En otros casos, los primeros párrocos de algunas poblaciones eran
portugueses, como el Puerto de la Cruz, que tuvo por primer beneficia-do
de la parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia a Matheo
de Sossa, siendo además el impulsor de la fábrica parroquia1 4; a él se
debe -entre otras cosas- la magnífica decoración sogueada que os-
-"*..&, rciiraii 1ia""a uA-v- a y-.u. c-i&ra-"a ,yAi,i,i:,i,bl,"i yaica Au-1 ~ +~i,--c1 ,.i iiyiu,,y ,, ~ i u, ",.., ,.. -"+, ,.,,",, GJ y u u~ i GJLG Laau
en particular, además, también era portugués su primer mayordomo, el
capitan D. Nicolás Alvarez quien en unión de su esposa construyó la
154 Clementina Calero Ruiz
capilla mayor, amén de los numerosos regalos que le hizo a la iglesia,
dejando constancia de su lugar de origen al redactar las cuentas en los
libros de Fábrica en su lengua natal 5.
Efectivamente la presencia de maestros -canteros, albañiles,
orfebres, escultores, pintores, etc.- o influencias lusas se manifiesta más
que en otras artes en la arquitectura. En este sentido el profesor Hemán-dez
Perera indica que desde los tiempos inmediatamente posteriores a
la conquista el goticismo castellano aparece unido al gusto portugués,
tal y como lo ejemplifican -entre otros ejemplos- los torsos baque-tones
de la portada de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de
San Sebastián de La Gomera. La presencia lusa en la arquitectura isle-ña
se acrecentará conforme sean conquistadas las restantes islas, espe-cialmente
La Palma y Tenerife, y se eleven allí las primeras iglesias y
viviendas, contratadas por canteros y albañiles portugueses, caso de
Miguel Alonso activo en Las Palmas y La Laguna. y Diego Alonso
Montaude, el primer arquitecto que tuvo la catedral de Santa Ana de
Las Palmas 6; es por lo que a la herencia catellana y andaluza de nues-tra
arquitectura, tenemos que sumarle la portuguesa, traída por la po-blación
llegada tanto de Portugal como de las islas de Madeira y Azo-res,
que aportan sus influencias tanto desde el punto de vista técnico
como decorativo. En este sentido «los préstamos lusitanos» de los pri-meros
momentos históricos -como los denomina el profesor Hernán-dez
Perera- derivan de las fórmulas del arte manuelino, coincidentes
con el reinado de D. Manuel el Afortunado '. De este modo a los ejem-plos
constructivos ya mencionados tendríamos que sumar otros, como
el de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción -cuyos primeros
constructores fueron portugueses- y el claustro noble del convento de
San Agustín, ambos en La Laguna, en cuyos arcos y jambas se advier-ten
temas funiculares de ascendencia lusitana.
No obstante, uno de los testimonios más claros de la influencia portu-guesa
en las islas lo observamos en la carpintería, especialmente en los
techos compuestos de grandes paneles poligonales pintados o cubiertos
de tallas. e! marqd& de LazGj..:, ::e:: retab!Gs, t:ibunas y púIPitGs
se despliega un barroco riquísimo, que tiene más de la prolija finura de
los portugueses que de la ampulosa grandiosidad del churrigueresco
castellano» El profesor Martínez de la Peña al hacer el estudio de este
tipo de techumbres en Tenerife señaló, que eran el capítulo más brillante
en la serie de techumbres de madera con que contaban algunos edifi-cios
C.íi Caíiw;aS, y si bieíi respoiide a los pus~c;ados i?iü&
jares -aunque con algunas variantes-, no ocurre lo mismo en el aspec-to
decorativo ya que en éstas aparecen pinturas. Esta tipología se localiza,
Artistas portugueses en Canarias. Joao Díaz Monrero ... 155
fundamentalmente, en las regiones portuguesas de la Extremadura y
Beira, aunque allí a veces se cubren las iglesias con grandes paneles lisos
que no aparecen en las islas. Los techos más antiguos tienen los faldones
y almizate con pinturas de flores, hojarasca, rosetas, grutescos, meda-llones
y rostros de sátiros, enlazados en simétrico movimiento, empleán-dose
colores de tonos vivos que se recortan sobre un fondo claro 9. Uno
de los más antiguos se localiza en la capilla que en 1714 fundara en la
iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de La Laguna don Bartolomé
Casabuena y Guerra, dedicada a San Bartolomé, su patrón. Semejantes
son los localizados en el Santuario del Cristo de Tacoronte, situados en
las capillas de la Epístola y Evangelio respectivamente, o en algunos
edificios civiles como el Palacio Nava y la escalera de acceso al salón
de plenos del actual ayuntamiento, ambos en La Laguna.
Posteriormente se construyen otras cubiertas, también de madera, pin-tadas
con magníficas perspectivas arquitectónicas, que vienen a sustituir
las sencillas decoraciones vegetales: así se observa -entre otros- en
la capilla mayor de la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación
en la Victoria de Acentejo o en la de Santa Catalina en Tacoronte. La
tercera variante viene de la mano de aquellos techos en los que la figu-ra
humana es la gran protagonista; Santa Cruz de Tenerife, en este sen-tido,
conserva varios ejemplares dentro de esta modalidad, siendo el más
importante el que cubre la capilla mayor de la iglesia matriz de Nues-tra
Señora de la Concepción, construido a mediados del siglo XVIII 'O.
Los dos últimos techos decorados al estilo portugués en Tenenfe, se loca-lizan
en Icod de los Vinos. El primero se sitúa en la capilla de Animas
de la parroquia1 de San Marcos, construido en 1776 con los fondos reca-bados
por la cofradía, cobrando el maestro Nicolás Perdomo 40 pesos
por «forrarlo» "; el otro -considerado el más importante de los de es-tilo
portugués en Canarias- cubre el altar mayor de la Capilla de los
Dolores, construida por Da Bernarda Isabel Pérez Domínguez, junto al
convento de San Francisco, en 1770 12.
Pero aparte de las corrientes de influencias que se han mencionado,
a las islas -por motivos diversos sobre todo comerciales y10 profesio-nales-,
se han :;as!adado también d s t a s , esí;ecia!men:e cqinteios, es-cultores,
pintores y orfebres de origen lusitano, caso del escultor Diego
de Landa estante en La Laguna en 1597 1 3 , aunque a fines de ese mis-mo
año había regresado a Lisboa; el carpintero Francisco González, quien
en 1629 compró para la iglesia de Ntra. Sra. de la Concepción de La
Laguna una imagen de San José 14; el platero Gaspar Núñez, avecinda-do
en Teneiife en 1591, quien ~üandoc ontaba 27 afios, que curii-parecer
ante el Tribunal de la Inquisión acusado de dar tajos y reveses
156 Clementina Calero Ruiz
con la partesana que tenía en las manos a una cruz de madera 15, O el
pintor Sebastián Alvarez de Soto, que si bien había nacido en La Lagu-na
en la tercera década del siglo XVII, tenía ascendientes lusitanos ya
que su padre, de profesión confitero, era natural de Braga, aunque por
motivos profesionales se había trasladado a Tenerife, concretamente a
La Laguna, donde casó e instaló su negocio 16.
También por motivos profesionales se trasladó a Tenerife Joao Díaz
Montero, pintor y escultor lisboeta, a quien tenemos documentado en la
ciudad de Aguere a partir de 1625, con la misión de dorar y policromar
la capilla mayor de la iglesia matriz de Nuestra Señora de la Concep-ción,
recibiendo carta de pago por la misma el 5 de abril del año antedi-cho
". La tarea le fue encomendada por Juan Anguiano Ibarra, mayor-domo
de la mentada iglesia, y consistió en representar «piñas y rosas y
florón y entablamento» en la techumbre de la mentada capilla, cobran-do
por tal menester la suma de 2.603 reales 18.
Dos años más tarde, en 1627, lo tenemos trabajando en el dorado
del retablo de San Ildefonso de la iglesia conventual de Santa Catalina
de la misma población, habiendo contratado sus servicios el capitán don
Tomás Solís de Pacheco, cumpliendo las últimas voluntades de su tío
el Licenciado don Alonso de Solís y Aguiar, muerto en La Laguna en
1617. Efectivamente la familia Solís había fundado una capilla en el
mentado monasterio, que se encontraba situada «junto al arco de la ca-pilla
mayor, entrando por la puerta principal a la mano derecha», ubi-cand.
o .e n ella un retablo presidido por el santo arzobispo de Toledo, suyriiiii& eoiocar-se en su lugar el dedicado a la lvJirgcn Tiáiisiio
en 1843 19. El trabajo de Joao Díaz consistió no sólo en dorar todo el
retablo, sino que además pintó en el banco «de abajo» los retratos de
los donantes -Alonso de Solís y su esposa Juana de Nava y Alzola
Vergara- con sus armas, y el cuadro del san Ildefonso, «el cual habría
de limpiar y «renobar de colores y matizes y dorar la mesma moldura
dei dicho quaáro»; también realizaría ia imagen dei santo que ei comi-tente
eligiere, que se situaría en lo alto del frontispicio, cobrando por
Artistas portugueses en Canarias. Joao Díaz Montero ... 157
todo la suma de mil reales «en tantas botas de bino de cargasón que
balgan la dicha cantidad», comprometiéndose a darlo por entregado en
el mes de agosto del año antedicho. Respecto al pago especifica que una
de las botas de vino debe proceder de las viñas que don Tomás de Solís
poseía en Geneto y el resto de los viñedos de Bajamar, aunque indica
que en caso de que todo procediera de la última viña mentada se discu-tiría
el precio del acarreo y sería cargado por los mercaderes del puerto
de Santa Cruz 20. Será el 4 de enero de 1633, cuando por ante el escri-bano
Francisco de Miraba1 Rivero se otorgue carta de pago por el cita-do
trabajo 2'.
Dada la buena situación económica por la que estaba atravesando,
el 29 de octubre de 1628, contrae matrimonio en la iglesia conventual
de Santo Domingo -cercana a su domicilio- con María Milán 2?, de
cuya unión nacerán varios hijos, uno de ellos fallecido el 10 de julio
de 1641, y enterrado en el templo antes mencionado 23; un año antes,
an 1 l;An hcah;~r niiartn ci i acnncca ra~ihis=nAncc =niiltnirca s=n al m;rmn tom-
U'. L V T V llUVlU . I . U V I C V UU YUyVUU, l V I l V l I L l L l V U V y U I L u I u u11 Y1 . I I I U I I I V L I L . .
plo, el 19 de mayo 24.
Aunque generalmente se le suele relacionar con actividades pictóri-cas,
se sabe -como se apuntó más arriba- que también fue un impor-tante
escultor y tallista, de modo que suele autotitularse indistintamente
como pintor o escultor, cuando por cualquier motivo acude en calidad
de testigo a una escribanía pública. Efectivamente como escultor firmó
cuando en 1629, en unión de los mercaderes Diego y Domingo López
de Lerga, se comprometió a pagar al escribano de La Laguna Diego
Gómez mil seiscientos sesenta y tres reales nuevos de plata castellanos
por nueve pipas de vino que le habían comprado, y que le habían que-dado
debiendo del total 25.
Dos años después, en 1631, y en calidad de pintor, firma y da un
poder a nombre de Pedro de Carmenatis -Licenciado y chantre de la
catedral de Tucumán- y a su hermano el capitán Juan Jacome de
Carmenatis, ambos vecinos de La Laguna y próximos a viajar a Améri-ca,
para que en su nombre puedan cobrar del mercader portugués Gon-zalo
Carballo todo lo que éste le había quedado debiendo de unas par-tidas
que ie nabía entregado. Efectivamente ei pintor ie había dado ai
mentado Carballo -mercader lusitano estante en la ciudad de Córdoba,
en el barrio de La Plata- unos cuadros, tabaco y otras cosas para que
los vendiese en su nombre y le enviase a la isla el producto de la ven-ta,
pero dado que aquél no había cumplido lo estipulado, pide a los
mentados hermanos que lo cobren en su nombre, recalcando que deben
hacerlo «tanto en la ciudad de Cordova o en otra parte que estuviere y
de sus bienes de quien y con derecho puedan y deban toda la cantidad
158 Clementina Calero Ruiz
o cantidades de maravedisesn que el dicho Gonsalo Carballo le es deu-dor,
actuando como testigos Francisco de Mesa, el procurador José
Martín de Ribera y Diego García, todos vecinos de La Laguna 26.
Como otros muchos extranjeros establecidos en las islas, tuvo pro-blemas
con la Inquisición, teniendo que presentar las justificaciones y
alegatos necesarios que aclarasen su vida y situación anterior 27, es por
lo que en 1631 -el 8 de octubre- solicitó que la carta de justificación
de limpieza de sangre que en 1629 había pedido en Lisboa y que había
redactado el escribano Luis Gómez de Barrios y pasado por ante el
Examinador Cristóbal de Masedo, se incluyese en el registro del escri-bano
lagunero Salvador Fernández de Villarreal y se tradujese al caste-llano,
pidiendo que se le entregase una copia autorizada, alegando que
deseaba tener todos sus asuntos en regla dado que estaba avecindado en
la isla de Tenerife, concretamente en La Laguna, donde se había casado
y nacido sus hijos «para guarda y conservacion» de su derecho y de su
familia». En la misma se indicaba que era hijo de Domingo Goncález y
Ana Díaz, vecinos de la ciudad de Lisboa «a la puerta de la crus», que
era cristiano viejo tanto por parte de su padre como de su madre y abue-los,
por ser todos cristianos viejos sin haber raza de cristianos nuevos,
ni moros, ni judios, viviendo siempre con «honradez y decencia». De-clararon
como testigos el abogado Simón Rodríguez Bote110 de más de
50 años, vecino de Lisboa, en la calle de las arcas, quien declaró que
los susodichos eran «vecinos y vivian en la collacion de San Esteban
Dalfama en la calle derecha de la puerta de la crus». Asírnismo el zapate-ro
Francisco González, de más de 60 años, corroboró lo dicho ante-riormente,
añadiendo que el padre de Joao Díaz -Domingo González-era
«hombre de la mar»; lo mismo señalaron los restantes testigos, a
saber Pedro Hemández, de más de 70 años y de profesión «siriero»;
María Luis, mujer de Fernán González, hombre de la mar, de más de
60 años; y Francisca Hernández, mujer del mareante Tomé Núñez, de
más de 50 años 28.
Al año siguiente de la muerte de su esposa y aquejado de proble-mas
de salud, acude al escribano de La Laguna Francisco de Miraba1
nN:Ul.,G,, IUu4,,",A, ,wlgauuu .v."aAl,,a > b"+".", a ~ a >A, A.,. ., . A 1 1 n ...*m UG ~UUGI -uiia u6 ciiao piibiai- a iiwiii-bre
de su cuñado Alonso Hemández Verano para que se enacargue de
defender los intereses de sus hijos si ocurriese su fallecimiento. La pri-mera
la firmó en La Laguna el 28 de septiembre de 1641 29, mientras
que la segunda fue redactada el mismo año, en el mes de octubre 30.
Falleció el artista en La Laguna dos años más tarde -en 1643-, sien-do
enterrado en ia igiesia de Nuestra Señora de ivs Reriieciiüs ei 18 de
noviembre 3 ' .
Artistas portugueses en Canarias. Jouo Díaz Monrero ... 159
La producción artística de Joao Díaz Montero si bien desde el pun-to
de vista documental es conocida -caso de la decoración de la capi-lla
mayor de la iglesia de la Concepción de La Laguna y la realización
de estofados, pinturas y esculturas del retablo de San Ildefonso del con-vento
de Santa Catalina, en la misma población-, no ocurre lo mismo
desde el punto de vista de su conservación, dado que los pocos ejem-plos
mencionados no existen en la actualidad. Por su condición de pin-tor
cabe pensar que tuviera contacto con alguno de los talleres y artis-tas
avecindados por aquellas fechas en la ciudad de Aguere. Por otro
lado también se ha observado la estrecha relación que mantenía con los
distintos templos laguneros, si bien los contactos con la parroquia ma-triz
de Ntra. Sra. de la Concepción iban más allá que los meramente
profesionales; efectivamente Joao Díaz fue uno de los primeros herma-nos
que tuvo la Hermandad del Santísimo, constituída como tal dentro
& !E c ~ f r u & ~& ig~z!t itule, u! ceE$garse esta& &ra&nriu X I
abandono en que se encontraba, aprobándose sus constituciones el 3 de
diciembre de 1633. La finalidad de esta Hermandad era servir al Santísi-mo
de «modo inmediato» en cuanto lo permitiera su condición de se-glares
y cuidar de su culto 32.
Respecto a la relación que pudiera tener con otros talleres y artis-tas,
baste recordar que el maestro era cuñado de Alonso Hernández
Verano, pariente de un tal José Hernández Verano también pintor, y
documentado en La Laguna desde 1673 hasta 1721 (fecha de su muer-te)
33. De ello se deduce que si bien él -por fallecimiento en 1643-
no pudo contactar más estrechamente con el círculo pictórico lagunero
de la segunda mitad del Seiscientos, sí que lo hicieron los hijos que le
sobrevivieron, pues una hermana de José Hernández Verano llamada
María Josefa, casó en 1686 con el pintor lagunero Juan Delte, quien a
su vez había sido discípulo - e n 1661- del pintor - d e ascendencia
portuguesa- Sebastián Alvarez de Soto 34. Ellos serán los encargados
de mantener viva -al menos en la ciudad de Aguere- la tradición de
la plástica portuguesa a lo largo de esa centuria; tradición que hereda-rán
sobre todo los escultores y carpinteros laguneros en contacto con ella
formados.
Clementina Calero Ruiz
NOTAS
1. HERNÁNDEPZE RERAJ,e sús: «La arquitectura canaria y Portugal». Anuario del
Instituto de Estudios Canarios, La Laguna, 1965-668, pp.72-74. MARQUÉSD E LOZOYA:
«¿a hueiia poriuguesa en ei aríe de ¡as idas Caiiaiiusn. Cüiüqüiü, Lisbuz, íi.^ 57 (:E@.
PÉREZV IDALJ,o sé: «Esbozo de un estudio de la influencia portuguesa en la cultura tra-dicional
canaria». En Homenaje a Elías Serra Rafols, 1, La Laguna (1970), pp. 371-390.
SERRAE, lías: Los portugueses en Canarias. La Laguna, 1941.
2. DE LA ROSA OLIVERAL,e opoldo: El siglo de la conquista, Santa Cruz de
Tenerife, 1978, p. 229.
3. PÉREZB ARRIOSU, lpiano: Buenavista. Estudio Histórico-artístico, Ed. Labris,
La Laguna, 1985, p. 14.
4. Testamento cerrado de Matheo de Sossa, fechado en el Puerto de la Cruz el
17 de noviembre de 1720. A.H.P.T., escribanía de Baltasar Vandama de Lessana, P.N.
3816, f. 245-247v.O
5. HERNÁNDEDZ~ AzP, atricio: «La iglesia matriz del Puerto de la Cruz y sus be-nefactores
». VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984). Las Palmas de Gran
Canaria, 1988, t. 11 (primera parte), p. 357.
6. HERNÁNDEPZE RERAJ,e sús: «Arte» en Canarias. Colección Tierras de España,
Fundación Juan March y Ed. Noguer, Madrid, 1984, p. 153.
7. Idem, p. 193.
8. MARQUBSD E LOZOYA«: Impresiones artísticas de una excursión a Canarias»,
Boletín dela Sociedad Española de Excursiones. Arte-Arqueología-Historia. Madrid, pri-mer
trimestre de 1944, pp. 7-8.
9. MART~NEDEZ LA PERA, Domingo: «Las cubiertas de estilo portugués en
Teí;eiife;i, A;&& EsjxAo! de ,&m. Xadrid, ! 955, G." ! ! 2.
10. Idem, pp. 316-318. Semejante factura presentan los techos que cubren la capi-lla
mayor de las iglesias de San Francisco (último tercio del siglo xviii), Orden Tercera
(segunda mitad del Setecientos) y Nuestra Señora del Pilar (siglo xvlii).
11. Idem, p. 321.
12. Idem, pp. 319-321.
13. CALEROR UIZ,C lementina: «El escultor portuguCs Diego de Landa*. VI11 Co-loquiv
U2 His:vrio C~xuri~-a4mericnn(!no &?), LESP z!mar de Gran Canaria, 1991, t. l!?
pp. 631-638.
14. A.H.P.T., escribanía de Francisco de la Parra (La Laguna, 9 de abril de 1629).
P.N. n." 1372, f. 86. Este mismo personaje unos años antes - e n 1605- firmó como
Artistas portugueses en Canarias. Joao Díaz Montero ... 161
testigo en la escritura de patronato y fabricación de un altar con sepultura en la nave
del Evangelio de la iglesia de Ntra. Sra. de la Concepción de La Laguna, en la pared
que lindaba con la capilla de Juan Yánez, dada por Bárbara Rivero. (ver documento en
A.H.P.T., escribanía de Cosme de Prendes -La Laguna 19 de septiembre de 1605-
P.N. n." 1061. f. 407).
15. MILLARETSO RRES, Agustín: Historia de la Inquisición en las Islas Canarias. II
(4 vols.). Edición facsímil, Las Palmas de Gran Canarias, 1981, p. 112.
16. Idem: «La pintura en Tenerife en el siglo xv11: Sebastián Alvarez de Soto».
X Coloquio de Historia Canario-Americana (1992), Las Palmas de Gran Canaria, 1994,
t. 11, PP. 1177-1 189.
17. CIORANESCAUl,e jandro: La Laguna. Guía histórica y monumetal. La Laguna,
1965, p. 44.
18. Ver documento en: TARQUISM, iguel y VIZCAYAA, ntonio: Documentos para
la Historia del Arte en las Islas Canarias. l. (La Laguna), Santa cruz de Tenerife, 1977,
pp. 97-98. (A.H.P.Tescribanía de Diego Gómez -La Laguna, 5 de abril de 1625- P.N.
n." 806, f. 225).
19. A.C.S.C.L.L. (Archivo del convento de Santa Catalina de Siena, La Laguna).
Papeles Sueltos: Licencia para el traslado de la imagen y retablo de la Virgen Difunta
desde e! convent~d e San Apst ín de l a Laguna. Año 1843. CIORANESCAU.. O.D. cit.
p. 112.
20. Ver documento en TARQUISM, . y VIZCAYAA,. Op. cit., pp. 129-130. (A.H.P.T.,
escribanía de Francisco de Mirabal Rivero (La Laguna, 11 de mayo de 1627), P.N.
n." 749, f. 92).
21. Idem, p. 130 (A.H.P.T., escribanía de Francisco de Mirabal Rivero -La La-guna,
4 de enero de 1633- P.N. n." 749, f. 92.
22. Archivo Parroquia1 de Santo Domingo de La Laguna (A.P.D.L.L.), L." 3." de
Casamientos, f. 12.
23. Idem, L." l." de Defunciones, f. 42v.O
24. Idem, L." l." de Defunciones, f. 32.
25. A.H.P.T., escribanía de Juan Alonso Argüello (La Laguna, 29 de marzo de
1629). P.N. n." 481, f. 109.
26. Idem, escribanía de Juan Alonso Argüello (La Laguna, 31 de mayo de 1631).
Cuaderno l." de 1631. P.N. n." 483, f. 49.
27. TARQUISP,e dro: «La pintura clásica en La Orotava». La Tarde, Santa Cruz de
Tenerife, 25 de agosto de 1958.
28. A.H.P.T., escribanía de Salvador Fernández de Villarreal (La Laguna, 8 de oc-tubre
de 1631). P.N. n." 1545, cuaderno 3." de 1631, fols. 350-363.
29. A.H.P.T., escribanía de Francisco de Mirabal Ribero (La Laguna, 2 de octubre
de 1641).P.N. n." 1244.f. 299v."
30. Idem, cuaderno l." de 1641, f. 32v.O
31. A.P.D.L.L., L." 1." de Defunciones, f.@.
32. RODR~GUMEZO UREJ, osé: Historia de la Parroquia matriz de Nuestra Señora
de la Concepción de la ciudad de La Laguna. La Laguna, 1915, p. 116.
33. RODR~GUGEOZN ZÁLEZM, argarita: La pintura en Canarias durante el siglo XVIII.
Las Palmas de Gran Canaria, 1986, pp. 248-250.
34. CALEROR uIZ, C. : La pintura en Tenerife .... Art. cit.