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467 PILAS BAUTISMALES SEVILLANAS EN LAS ISLAS CANARIAS Elena Sosa Suárez El trabajo de José Gestoso y Pérez, publicado en 19041 sobre la Historia de los barros vidriados sevillanos, sigue siendo una obra de obligada consulta para quienes quieran tener una visión de conjunto sobre la producción cerámica andaluza occidental, las distintas piezas de vajilla, así como sobre la azulejería fabricada en los alfares trianeros. En esta publicación de principios del siglo pasado, el autor destaca la existencia de una pila bautismal en la ciudad de La Laguna, fabricada en los arrabales de Sevilla a finales del siglo XV. Junto a la descripción incluye una carta remitida por el entonces sacerdote de dicha ciudad don José Rodríguez Moure, quien le facilitaría los datos, no sólo de la pila conservada en Tenerife, sino de otras tantas repartidas por el archipiélago, aunque con algún error de ubicación.2 Este conjunto de pilas “verdes” canarias sería más tarde estudiado por el Catedrático de Historia del Arte, don Jesús Hernández Perera, quien añadiría una pila más a las conocidas y citadas por Gestoso, que había sido registrada por Sebastián Jiménez Sánchez en sus archivos personales, y conservada actualmente en Valsequillo, aunque perteneciente originariamente a la iglesia de San Juan Bautista de Telde. En las páginas siguientes queremos dar a conocer estas pilas realizadas en Sevilla a finales del siglo XV, que estuvieron directamente relacionadas con la cerámica de importación, y fueron testigos asimismo de los acontecimientos que se produjeron con la llegada de estos objetos, íntimamente relacionados con la cristianización de la población aborigen, después de la Conquista del Archipiélago y de su incorporación a la Corona Castellana. En las Islas Canarias se conservan actualmente cinco pilas bautismales sevillanas, estudiadas por otros investigadores, como el citado profesor Hernández Perera,3 aunque en esta ocasión pretendemos analizarlas como objetos de interés arqueológico y su relación con los primeros contactos entre las culturas insulares canarias y la civilización castellana. Antecedentes históricos de producción El sustrato islámico supuso un fuerte impacto para la cultura española a lo largo de los siglos de ocupación peninsular; pero si la cultura islámica impregnó gran parte de la sociedad española, donde más ha persistido la tradición musulmana, en todo este tiempo, ha sido, sin duda, en Andalucía. Será, sobre todo, en la segunda mitad del siglo XIII y durante el XIV, cuando los acontecimientos históricos que se suceden repercutan directamente en la producción cerámica de Andalucía Occidental. Desde que cae el poder almohade, y por tanto el control del Mediterráneo occidental, sobrevendrán dos acontecimientos de enorme trascendencia: por un XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 468 lado, se reactivarán las rutas comerciales atlánticas,4 y por otro, se producirá la retirada de los musulmanes del valle del Guadalquivir a mediados del siglo XIII, tras la reconquista. Sin embargo, la producción cerámica heredada de esta población no se va a interrumpir, sino que proseguirá largo tiempo, como se refleja en la continuidad de las técnicas utilizadas, en las que adaptarán progresivamente los motivos decorativos a la nueva iconografía cristiana. Existen documentos en los que queda constatado el beneficio que se otorgó a estos artífices, tal es el caso del documento del rey Alfonso X el Sabio, fechado en 1271, quien ordena -refiriéndose a Córdoba- que “en cuanto a la alfarería se siga lo establecido antes de la reconquista de la ciudad”.5 La permanencia en la fabricación de los alfares mudéjares sevillanos se observa en obras de indudable belleza, como las tinajas de cuerpo generalmente globular, gollete troncocónico con molduras concéntricas y dos asas a modo de aletas que recuerdan a los hermosos vasos de la Alhambra. La decoración de estas tinajas se realizaba a base de estampillas, aplicadas con sellos de terracota, o incisa, dibujando los motivos con un punzón, la punta de un cuchillo o un peine. Estas piezas cuya cronología comprende desde los siglos XIII al XVI, cubiertas algunas veces con vidriado verde, podrían ser un antecedente de las pilas bautismales, al menos en lo que se refiere a su decoración.6 Los brocales de pozos mudéjares sevillanos se consideran también antecedentes de las pilas bautismales desde el punto de vista técnico, pues además de ser piezas cilíndricas de gran tamaño, se decoran con estampillas de temática islámica, dispuesta en registros concéntricos y en algunos casos con aplicaciones de vidriado verde. Desde el punto de vista de la forma, aunque predomina la cilíndrica ensanchada hacia la base, existe un ejemplar cordobés de forma octogonal, completamente vidriado en verde.7 Lo cierto es que, tanto por el tamaño de estos recipientes, como por las técnicas empleadas en su decoración, se acercan mucho a la elaboración y manejo de las pilas de barro objeto de nuestro estudio. Aunque sea Sevilla la que prevalece como ciudad alfarera, -entre otras cosas por su condición de puerto fluvial-, no creemos que esto sea un inconveniente para afirmar que otras ciudades como Toledo, Córdoba o Málaga, produjeran también este tipo de objetos: tanto tinajas como brocales de pozos.8 Pero, sin duda, es en Sevilla, y sobre todo en Triana, donde se concentrará una gran cantidad de alfareros y ceramistas, al menos desde 1304, llegando a adquirir un gran protagonismo a partir de la segunda mitad del siglo XV. Desde estas fechas, y con la implantación del arte gótico, se generaron grandes piezas vidriadas con decoración en relieve, entre las que destacarán las grandes pilas bautismales sevillanas que han venido fechándose entre mediados del siglo XV y principios del XVI. Algunas de ellas aún se conservan en Andalucía, así como una en Madeira,9 cinco en el archipiélago canario y otras que llegaron incluso al Nuevo Mundo.10 Los artífices de las pilas cerámicas Balbina Martínez Caviró -especialista en cerámica hispanomusulmana-, considera que los magnates andaluces debieron de contribuir a la elaboración de las pilas bautismales,11 ya que estos trabajos respondían a encargos o pedidos de los más ricos o poderosos. Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 469 A juzgar por las dimensiones de las piezas, éstas debieron ofrecer una gran dificultad en su ejecución, así como cierta maestría para poder manejarlas. Presumiblemente estos obstáculos contribuirían al encarecimiento del producto, por lo que el dominio en su fabricación estaría sólo al alcance de unos pocos alfareros. Existen varios ejemplares de este tipo de fábricas en la Península, y podemos decir que hasta el momento sólo figura la firma del autor en un original que se conserva en San Pedro de Carmona, en la que se puede leer: “Juan Sanchez Vachero”.12 Gestoso propone también como “maestro de azulejos é de pilas” a Fernán Martínez Guijarro, aunque no haya ningún documento específico que asegure que este autor realizó este tipo de labores.13 En otro documento fechado en 1534 aparece el nombre de Hernando de Olmedo, tinajero vecino de Triana, quien “por virtud de la cual dicha cedula de su magestad (...) compramos de hernando olmedo (...) las dos pilas vidriadas en la dicha cedula contenida por prescio de seis ducados de oro que son dos mill e doscientos e quinienta maravedís a razon de tres ducados cada una las cuales se entregaron al dicho Don fray thomas de berlanga obispo de tierra firme como su magestad lo manda (...)” (J. Gestoso, 1904:142). Proceso de elaboración Las piezas de vajilla andaluzas de los siglos XV y XVI, se fabricaron con un barro amarillo color crema o pajizo, en ocasiones rosado. Para otras piezas más toscas, se empleó, en cambio, un barro rojizo ideal para la alfarería común del ajuar sevillano. En ambos casos se trata de una arcilla típicamente andaluza existente a unos pocos kilómetros de la capital. En las pilas conservadas en el Archipiélago, según lo observado a través de algunos desconchones y grietas, el barro utilizado para su elaboración es de color ocre-rosado. No sabemos como sería el procedimiento de elaboración y posterior cocción de la pieza, pero probablemente recibiría el mismo tratamiento y similar proceso que las piezas trianeras cubiertas de esmalte blanco y decoradas con vidriado verde. Después de moldeada la taza de la pila, y en algunos casos el pie, se procedería a la aplicación de la decoración, ya fuera incisa, estampillada, o bien con aplicaciones de los motivos en relieve moldeados aparte. Una vez secadas recibirían una primera cochura o juaguete; a continuación se aplicaría un baño estannífero en el interior de las tazas, y por último se cubriría de vedrío verde con la consiguiente cochura.14 No sabemos si este era el proceso de elaboración, pero en todo caso entrañaría demasiado peligro para una pieza de tales dimensiones proporcionarle tres cochuras, como se hacía en las piezas tipo columbia con aplicaciones de vidriado verde. No podemos dejar de considerar que mientras mayor es el grueso de las paredes de una pieza cerámica, más probabilidades tiene de que se rompa. Además, para que los riesgos sean ínfimos hay que asegurar el secado completo y por igual del barro, pues si una pequeña parte queda húmeda, el objeto se agrietaría, perdiéndose la pieza.15 La temperatura a la que se cuecen las vajillas sevillanas es a 1100º C aproximadamente, sin que sepamos si esta fue la que se usaría para cocer las pilas. Lo que sí es seguro es que la XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 470 boca del horno debía ser de dimensiones considerables para introducir un objeto de este tamaño. Decoración Estas hermosas pilas bautismales vidriadas en verde, en algunos casos, sin embargo, dejan el interior de la taza en blanco estannífero. En cuanto a la profusa ornamentación que las caracteriza, todo el repertorio decorativo se concentra en la parte externa de la taza y del pie, en aquellos casos en los que aún se conserva. Sólo en la pila de la iglesia de San Pedro de Carmona, en Sevilla, hay una inscripción, excepcionalmente hecha en la cara interna de la copa, sobre el esmalte blanco, en la que están representados los símbolos del primado de Pedro: las llaves y la tiara papal. Continuando con los diseños que acompañan sus paredes podemos hablar de tres técnicas utilizadas: un primer método consiste en añadir a la superficie exterior de la taza, unas plaquitas en relieve moldeadas aparte. Los motivos más representativos suelen ser piñas, conchitas, caritas de Niño Jesús, etc. Un segundo método es el estampillado que se consigue presionando el barro aún blando con sellos de terracota. Los diseños utilizados se incluyen dentro del catálogo de la iconografía musulmana y cristiana, repitiendo el mismo elemento en fajas concéntricas. Un tercer método consiste en tallar el barro aún blando a través de la incisión con la punta de un cuchillo, de un punzón o de un peine. En la mayoría de los casos, tanto en la Península como en el archipiélago canario, aparece la combinación de varias de estas técnicas realizadas sobre la superficie de una misma pieza. En cuando al repertorio iconográfico podemos observar un claro mudejarismo al estar combinados elementos propios del arte musulmán, como las piñas (tema almorávide), castillos de tres torres, estrellas de ocho puntas, atauriques, manos de Fátima, o águilas sujetando entre sus garras a un ave,16 con otros tantos de la simbología cristiana, como son los monogramas IHS, caritas de Niños, epígrafes latinos, conchas, etc. Elementos todos dispuestos en fajas horizontales de manera reiterativa, cubriendo gran parte de la superficie de las piezas, hasta conseguir un horror vacui tan característico del arte musulmán. Otros motivos comunes son cruces flordelisadas, gallones cubriendo la mitad inferior de la taza, clavellinas, palmetas, soles con rostros leonados, etc. En definitiva, la combinación de temas góticos junto a otros de tradición hispano-musulmana. Modelos repetidos que en sí mismos reflejan el mudejarismo de la tradición cerámica,17 y dispuestos sobre las tazas –semiesféricas o carenadas18- y sobre los pies, cilíndricos u octogonales. Las pilas de Canarias Ya adelantamos que la primera noticia sobre estas pilas la tenemos gracias a una carta fechada en 20 de Octubre de 1901 que envió el entonces sacerdote de la Laguna don José Rodríguez Moure a José Gestoso y Pérez. Aunque el contenido del escrito viene desarrollado en la publicación de Gestoso, queremos dejar constancia de él en este trabajo para uso y provecho de los investigadores canarios: En cuanto á que es sevillana no me cabe duda.19 Yo me eduqué en esa ciudad, y algo aficionado á antiguallas, puedo asegurarlo, pués las obras de cerámica Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 471 indubitables de esa ciudad que durante mi estancia pude ver, me dan el convencimiento de que ésta también lo es. Los otros ejemplares que conozco están en las Isla de Palma, que forman parte de este obispado de Tenerife, a saber: una en la parroquia de San Pedro de Breña Alta, y la otra en la de nuestra Señora de Monserrate de la villa de los Sáuces. En el obispado de Canarias que comprende las islas de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote sé que hay otro ejemplar en la parroquia de Santiago de la villa de Arucas20 é Isla de Gran Canaria; no la he visto, pero por un dibujo que de ella me enseñaron y las señas que me dan, es de la misma procedencia. Los canarios le dicen la pila verde, pues el melado21 es de este color como el de todas las que llevo citadas. En esta Isla de Tenerife sé que hubo otra en la parroquia de Santiago del Realejo Alto, pero, fue reemplazada por una de mármol, como la de esta ciudad en la parroquia de la Concepción. Y si la de esta se conserva, es merced al cuidado de un aficionado que la recogió de un sótano donde la tenían para depósito de cal, haciéndola colocar en sitio decente, en el Bautisterio. La del Realejo tuvo la desgracia de que el cura la aprovechara en su casa para otros usos, y pereciera á efectos de un golpe. De todas las cuatro que existen, que yo sepa, en los dos obispados, la mejor, como ejemplar, es la de la Concepción de esta ciudad, no tanto por su tamaño, pues tiene la copa más de un diámetro, si que también por las labores de que está adornada. Síguele en importancia las de Arucas (es decir Gáldar), Sáuces y Breña Alta; esta última es muy sencilla. La época en que se trajeron estas pilas, para mí tengo, que debió ser por los años 1499 á 1539 pués, no encuentro cargo ninguno en los libros de cuentas de fábrica en que dén estas partidas en el descargo, y como los más antiguos libros de esta clase que he registrado son de esta fecha, no dudo en asignarle esta antigüedad. (J. Gestoso, 1904:139-140). La pila “verde” de la Iglesia de la Concepción en La Laguna Está formada por una copa de perfil carenado decorada profusamente por piñas en altorrelieve en toda la superficie externa y aplicados a la taza antes de la cochura, y un pie cilíndrico decorado con cordones entorchados. Totalmente vidriada en verde, tanto el pie como la taza, recuerda mucho -por la iconografía representada- a la pila conservada en el Hospital de San Lázaro de Sevilla, completamente cubierta de piñas en relieve, con la diferencia de que en el caso del ejemplar sevillano cubren no sólo la taza sino también la peana. En opinión de Gestoso fue mandada a fabricar en 1479 para la ciudad de La Laguna, pues entre las cartas que los Reyes Católicos dirigieron al Consejo de Sevilla solicitando su auxilio de hombres y de dinero para la Conquista de Canarias, en una de ellas con fecha a 15 de Febrero de ese año ordenaron que se pagaran todos los maravedíes que se debían de la indulgencia de Canarias para atender a los gastos de la guerra y defenderse de los portugueses (...); y para que se aplicaran en acabar los monasterios que se habían empezado a labrar. Como Gestoso advierte, no se habla de iglesias, pero supone que éstas se labraron al mismo tiempo o ya estaban fabricadas y, como los monarcas debían dotar de todos los objetos XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 472 litúrgicos a las nuevas tierras conquistadas, las pilas bautismales debían estar incluidas en la carga de los barcos con destino a Las Canarias.22 Rodríguez Moure recuerda, en cambio, que la parroquia de La Concepción de La Laguna se fundó en 1496 por lo que la fecha de llegada de la pila a La Laguna habría que retrasarse al menos un año después de la fundación de la iglesia.23 Esta pila rescatada de un almacén en el que estuvo a punto de desaparecer, quedó en desuso desde 1760, sustituida por otra de mármol.24 Pudo ser encargada a Sevilla y traída por el mismo Adelantado Alonso Fernández de Lugo después de conquistar Tenerife y fundar San Cristóbal de La Laguna. En ella no fueron bautizados los siete menceyes tinerfeños, pues estos se presentaron ante los Reyes Católicos en Almazán (Soria), y no consta que en ella fuera cristianado el único Mencey que no viajó a la Península, don Diego de Adeje. Sí fueron bautizados, en cambio, los primeros guanches convertidos,25 así como importantes personajes de la sociedad tinerfeña como el marqués de Bajamar don Antonio Porlier y Sopranis ministro de Carlos III y Carlos IV, bautizado en la Concepción en 1722.26 La pila “verde” de la Iglesia de Santiago de Gáldar La decoración de esta pila se desarrolla sobre todo en la parte superior de la taza, cuyo perfil semiesférico nos recuerda, junto con la distribución de la decoración, a la pila de la Excma. Sra. condesa viuda de Casa Galindo, procedente de la villa de Castilleja de Talhara. En ambos casos la decoración principal se concentra en una franja cercana al borde que abraza toda la circunferencia del vaso, delimitada por dos baquetones en relieve que ayudan a remarcar la cenefa, enfatizando los diseños que contiene en su interior. Dichos motivos sobresalen, además, por estar realizados en altorrelieve, es decir, adheridos a la taza, a modo de placas moldeadas antes de la cochura. En el caso de la pila sevillana, el motivo decorativo que más se repite es la piña, mientras que en el caso de la canaria son las caritas de Niños. Ambos ejemplares coinciden en la distribución de la ornamentación a ambos lados de la cenefa principal que acabamos de describir, quedando también en ambos casos la mitad inferior de la taza sin decorar. Si en el ejemplar de la Casa Galindo los diseños se acercan más al repertorio mudéjar, con la representación de castillos de tres torres, águilas, etc.; en el caso de la pila de Gáldar están más vinculados a la iconografía cristiana; en ella podemos observar, junto a piñas típicas del arte mudéjar, cabezas de leones y caracolas. Pero además comparten otro rasgo de identidad, y es que ambas carecen de peana de barro. En el modelo de la Casa Galindo se conserva en un soporte de metal, mientras que en la galdense se apoya sobre un pie de piedra prismático octogonal.27 Desde el punto de vista cronológico, no tenemos datos precisos sobre cuándo se elaboró o se trajo la pila de Gáldar a Gran Canaria. Sólo podemos aproximarnos a su fecha de producción observando las características decorativas que insinúan de manera muy general una época determinada, junto a ciertos documentos que a continuación pasamos a detallar. Pues si bien la pila de la villa de Castilleja de Talhara muestra un repertorio de marcado Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 473 carácter morisco, en la de Gáldar predomina el estilo gótico, lo que nos llevaría a datarla a mediados del siglo XV. La iglesia de Santiago de Gáldar fue erigida en Beneficio, junto con la de Telde en 1533, según la copia de la “Real Cédula” de 5 de Diciembre de dicho año. La primitiva iglesia28 parece que fue edificada por los mismos conquistadores, según se deduce del informe hecho por el licenciado Fernán González de la Costa en su estancia como Visitador General en marzo de 1556.29 El actual templo fue inaugurado en 1824 habiéndose empezado el 23 de mayo de 1778. Aunque la primera partida de Bautismo que se registra en el archivo parroquial es del año 1506, no sabemos si el dicho rito de cristianar se realizó en la susodicha pila verde. El primer dato seguro que tenemos en que aparece citada la pila de barro -según30 Mª Teresa Ojeda Guerra-, es en los inventarios de 1541 y de 1846, indicando que en 1520 ya estaba agrietada y que “esta pila fue puesta por los conquistadores y pobladores de esta villa” por lo que hubo de colocarles lañas para su conservación.31 Esta pila, junto con la de Telde, es la más antigua de Gran Canaria, siendo muy significativo que ambas pertenecieron a las capitales de lo que fueran los dos guanartematos en los que estuvo dividida esta Isla antes de la conquista. Ambas pilas podrían estar fechadas en el año 1485, fecha en que fue anexionada Gran Canaria a la Corona de Castilla y trasladada definitivamente de la Catedral de Rubicón a Las Palmas; por tanto, casi con toda probabilidad se trata en ambos casos de ejemplares de finales del siglo XV.32 Situada actualmente detrás del altar mayor de la Iglesia de Santiago de Gáldar, se conoce como la “pila de los Guanartemes”, pues si bien es cierto que en ella recibieron las aguas del Bautismo aborígenes de la nobleza grancanaria, es sólo una tradición que en ella fueron cristianados los guanartemes rendidos ante el gobernador Pedro de Vera. Existe una tradición en la que se dice que fue bautizado en ella Don Fernando Guanarteme.33 Hoy sabemos que este dato no es exacto, pues fue -como demostró don Antonio Rumeu de Armas-, en la iglesia de Santo Domingo el Real de Madrid, durante su viaje con el conquistador Pedro de Vera, antes de ser presentado a los Reyes Católicos en Calatayud (Zaragoza), aunque en ella sí recibieron las aguas del Bautismo los familiares del guanarteme de Gáldar.34 También en el altar mayor, a ambos lados de la pila de “los guanartemes”, hay dos placas de plata que rezan lo siguiente: “pila verde de 1485. En el primer templo fue colocada por el capitán de la Conquista, Pedro de Vera, una pila bautismal traída de Andalucía, construida en cerámica vidriada, en ella recibieron el bautismo infantes, princesas, guayres y numerosos nobles galdenses”. En la segunda placa está grabado el recuerdo del primer registro bautismal: “Primera partida bautismal. Jueves 3 días de septiembre de 1506 años. Bateo Bastián De Naya, guanche una gifa suya y de Catalina esclava de Salvador fueron sus padrinos Juan González Portugués y María De Abila Guancha, y yo Rodrigo De La Vega, clérigo, año 1504”.35 Continuando con la iglesia de Santiago de Gáldar parece que en el Archivo Parroquial hay un documento que dice: “La Iglesia del Sr. Santiago de dha villa parece a verse hecho y fundado por los conquistadores desta Isla por los años 1486 según informo el Lic. Fernan Gonçales de la Gosta Prov. Visitador y vicario general de este Obispado en visita que hizo en 1556 y que la primera visita, que huvo de dha Iglesia fue el año 1506”.36 XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 474 Lo importante de estos documentos es confirmar no sólo la continuidad de los asentamientos aborígenes en los que fueron fundados por los castellanos, sino la constatación de bautizos dos décadas después de la conquista, en la iglesia primitiva, por lo que casi con toda probabilidad se trata de la pila verde que fue usada en los primeros años tras la conquista. La pila “verde” de la Iglesia de San Juan de Telde A las cuatro pilas consignadas por Gestoso en el archipiélago canario ha de añadirse la de Telde, hoy en Valsequillo (Gran Canaria), con una superficie completamente vidriada en verde, tanto la taza de perfil carenado, como el pedestal cilíndrico entorchado. La decoración de la copa consiste en una sucesión de hileras horizontales alternándose con motivos de jarritas, en las que sorprendentemente el motivo floral se ve sustituido por ramos de piñas y fajas de medallones, que inscriben águilas con las alas desplegadas. Este segundo motivo también lo vemos repetido en otra faja dispuesta en la parte superior de la peana. En el caso del pie, una serie de baquetones diagonales aplicados sobre la superficie de la base cilíndrica, pretende dar un efecto de pie entorchado como el ejemplar de la iglesia de la Concepción de La Laguna. Si bien todos estos elementos decorativos van en relieve, se distinguen de las pilas anteriormente descritas en que el resalte de los motivos es homogéneo. Otra de las técnicas utilizadas en estas fábricas es el estampillado, localizado en la franja que separa el pie de la taza carenada, en la que podemos ver sellos circulares con cruces en su interior. La utilización de plaquitas por toda la superficie de la taza hasta la misma base, en contacto con la peana, ofrece un efecto final de “horror vacui” mucho más acentuado que en la pila verde de Gáldar.37 Esta pila se conserva actualmente en la iglesia parroquial de San Miguel de Valsequillo, aunque originariamente perteneció a la parroquia matriz de San Juan Bautista de Telde, mandada a retirar por el Obispo entre 1770 y 1780 por estar en desuso y ordenando sustituirla por otra de mármol o piedra. Ésta se conservó hasta 1800, fecha en que fue adquirida por don Pedro Hernández Benítez38 por una suma de diez pesos39 en 1800, cuando se erigió la nueva parroquia.40 Según S. Jiménez Sánchez, en esta pila se bautizaron muchos aborígenes, así como el historiador Marín y Cubas, además de varios hijos de Telde, entre los que destacan los beneficiados pilongos,41 muy numerosos en los siglos XVI y XVII, hasta bien entrado el siglo XVIII. Considerada de origen sevillano, se cree que pudo llegar a nuestras costas junto a la de Gáldar en los alrededores del año 1485, pues en ella recibieron los aborígenes canarios las aguas del Bautismo. Por tanto, se puede fechar entre finales del siglo XV y 1552, fecha en la que aparece reseñada en el inventario. Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 475 La pila “verde” de la Iglesia de San Pedro de Breña Alta en La Palma La pila de la Iglesia de San Pedro la componen una copa semiesférica chata y un pie de cerámica decorado al exterior con los mismos motivos que la taza, a base de las características plaquitas en relieve adosadas antes de la cocción. Los motivos elegidos en este ejemplar fueron las caritas de Niños, piñas y otros motivos vegetales como las hojas de acanto. La sucesión de placas en altorrelieve están dispuestas en tres series horizontales, separadas las dos superiores de la tercera por un baquetón adosado. Las piñas de la cenefa interior van a su vez separadas por tallos oblicuos en relieve, intentando simular un fondo gallonado como en el caso de la pila de la iglesia de San Bartolomé en Jaén, fechada en los últimos años del siglo XV y comienzos del XVI.42 La pila de San Pedro de Breña Alta se diferencia del resto de las descritas, por el perfil de la taza, más achatada que las conocidas y por el pie estrangulado a media altura, decorado con los mismos motivos de tallos, piñas y caritas que en la taza, y dispuestos de manera fitomórfica. Entre los comentarios de S. Jiménez Sánchez sobre la pila verde de Breña Alta sólo existe una nota que indica “preguntar al Sr. Cura si existe un pila bautismal de piedra color melado donde se bautizaron los nobles guanches”. Y entre paréntesis “(pedirle fotografía)”. En el periódico El Día con fecha 17-10-1957 hay una ruta turística en cuyo recorrido se visita la “histórica pila que aquí llaman Verde”; y al describirla afirman que se trata de una reliquia de la época de la Conquista, pues en ella se sabe que fueron bautizados los “guanches” y los hijos de los conquistadores que se casaron en La Palma. Apostilla el autor graciosamente, que no duda que se celebraran los matrimonios de estos con las isleñas, pues la belleza de las mujeres palmeras, fue sin duda un “gancho” para los castellanos. Su existencia es de fecha inmediata a la conquista y evangelización de la isla en 1493. Estuvo primitivamente en la iglesia matriz del Salvador en Santa Cruz de La Palma y fue vendida a la de Las Breñas en 1552. “La parroquia fue fundada en los albores del XVII y en el archivo se custodian varios libros antiguos. En nuestras manos tuvimos el de Visitas y Mandatos, que es del mil quinientos...”.43 La tradición recoge, por su parte, que fue traída a la isla por el adelantado don Alonso Fernández de Lugo y que en ella recibieron las aguas del Bautismo los primeros convertidos.44 La pila “verde” de la Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat en Sauces en La Palma Por último, la segunda pila verde conservada en la isla de La Palma presenta un perfil carenado y pie cilíndrico. Como en el caso anterior, se repite la misma decoración en la taza y en el pie. Vidriada completamente al exterior y esmaltada en blanco en el interior. La decoración en altorrelieve y estampillas se localiza sólo en la parte superior de la taza por encima de la línea de la carena, que además la recorre un cordón franciscano en relieve. Los motivos utilizados son caritas de Niños que hacen de vértice entre dos ramas de piñas, rellenando los espacios intermedios con estampillas de medallones que dibujan anagramas, como el IHS, así como algunos motivos vegetales estilizados. XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 476 La distribución de los medallones se reparte de manera salpicada a lo largo de la superficie, guardando siempre un orden y una simetría, pero sin llegar al horror vacui que veíamos en el ejemplar de Telde. Esta es la única pila que en la actualidad se sigue utilizando para celebrar bautizos y de la que carecemos de documentación sobre su fabricación o sobre las primeras partidas de Bautismo en las que conste su existencia para fecharla de una manera aproximada, aunque debe ser contemporánea a las otras pilas repartidas por el archipiélago. Este ejemplar se asemeja bastante al de la ermita de la Virgen de Gracia en Archidona, tanto por su perfil carenado, por la repetición de los mismos motivos de la copa en la peana, como por la colocación de un cordón de San Francisco en relieve a la altura de la carena. La pila andaluza data de finales del siglo XV. Fechada por Gestoso en el siglo XV y de procedencia sevillana como las anteriores, quizás estuvo antes en la parroquia de San Andrés, primera feligresía de San Andrés y Sauces.45 Otras pilas En ciertos documentos encontrados por don Francisco Caballero Mújica en el Archivo Acialcázar de Las Palmas de G.C. (Leg. Obispado II, s.f), sobre las visitas pastorales del obispo de Canaria don Alonso Ruiz de Virués, de fecha 28 de mayo de 1544, se habla de la existencia de sendas pilas bautismales verdes en las islas de Lanzarote y de Fuerteventura, seguramente también de procedencia sevillana, aunque desaparecidas en la actualidad. En el caso de Lanzarote se encontraba en la iglesia parroquial de Santa María de Guadalupe de Teguise, “la pila del bautismo, la qual halló que era de barro vidriado de verde y su cubierta de madera y çercada a la redonda de una reja de madera e simesmo visitó el manual libro de bautismo y las crismeras”.46 En el mismo año consta que visitó la iglesia parroquial de Santa María del Valle en Fuerteventura encontrando asimismo una pila bautismal “que era de barro vedriada de verde y su cubierta de madera, y cercada a la redonda de una reja de palo, con un pie de madera, e asimismo visitó el manual y libro del bautismo y las chrismeras, ...”.47 Como apunta Jesús Hernández Perera, probablemente como consecuencia de los muchos ataques sufridos en las dos islas orientales en el siglo XVI, no se han conservado estas pilas bautismales, como tampoco otra “pilita de agua bendita de barro verde” que se conservaba en Santa María de Betancuria, según fue recogido asimismo por don Francisco Caballero Mújica del Archivo Acialcázar.48 Para la isla de Gran Canaria, S. Jiménez Sánchez anota que en los baptisterios de Agüimes, Gáldar y San Agustín en Las Palmas hubo pilas de esta clase. Otro dato recogido por este investigador lo atribuye a la tradición oral, según la información facilitada por don Manuel Santana Moreno, quien asegura que la pila de Nuestra Señora de la Candelaria en Moya, fechada en el siglo XVI, y depositada hoy en la casa del Teléfono de la citada villa, estuvo esmaltada, es decir, cubierta de una peculiar pasta vítrea que caracterizó a las pilas de los siglos XV y XVI.49 Otra pila desaparecida es la que perteneció a la iglesia de Santiago en Realejo Alto, Tenerife. En este caso, sólo existe un documento en el que se especifica que “bautizáronse en Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 477 un lebrillo de barro barnizado de verde los menceyes guanches que se rindieron”. Posiblemente describe una de estas pilas verde sin pedestal como la de Gáldar.50 Conclusiones En el archipiélago canario contamos en la actualidad con cinco bellas pilas bautismales de cerámica vidriada verde, llegadas desde Sevilla a nuestras costas en los años inmediatamente posteriores a la Conquista. Productos cuyos antecedentes de producción los tenemos en las tinajas y en los brocales de pozos elaborados desde el siglo XIII, y en cuyas superficies vimos evolucionar los repertorios iconográficos desde las tendencias islámicas, pasando por la mudéjar, -en la que se mezcla lo musulmán y lo cristiano-, hasta llegar a una ornamentación gótica, en la que aún se ven algunas reminiscencias árabes, a pesar del predominio de los temas cristianos, y cuyo soporte de producción son las pilas bautismales objeto de nuestro estudio. De origen sevillano, y en concreto de Triana, pues esta ciudad cobró auge como centro alfarero, no sólo por la tradición del oficio, sino también por ser un punto estratégico como puerto fluvial, lo que permitió el desarrollo y la exportación de su cerámica. Unas pilas que son testigos históricos por la función que ejercieron en el archipiélago, pero también lo son desde el punto de vista arqueológico, pues se fechan con gran probabilidad a finales del siglo XV y comienzos del XVI. Si bien es cierto que existieron otros centros de tradición cerámica musulmana, como Toledo, por las características físicas de los perfiles de las pilas y por la técnica decorativa utilizada, así como por el tratamiento superficial, sabemos que son sevillanas, como lo son también otras pilas de la misma serie repartidas por el territorio andaluz. Sabemos que no eran baratas, pues por las dimensiones de las piezas y lo complicado de su elaboración, era necesario tener cierta maestría para su manejo. Con la certeza de que llegaron en los años inmediatos a la conquista, sólo pudieron traerlas los que fueron protagonistas de estos acontecimientos bélicos. Queda la tradición, por ejemplo, que las pilas de La Palma y la de La Laguna fueron traídas por el Adelantado Alonso Fernández de Lugo, y también se cree que en el caso de las pilas de Gran Canaria se debe a Pedro de Vera. Esto no sería extraño, porque la compra de estos objetos la hacían sólo aquéllos con cierto poder adquisitivo; y además, como vimos en uno de los documentos, los Reyes Católicos eran los que tenían que suministrar los objetos litúrgicos a las nuevas fundaciones de su territorio, parece lógico que estuvieron también directamente vinculados con los episodios vinculados con el sometimiento del Archipiélago a la Corona Castellana. El problema es pues definir la fecha exacta de su llegada a las islas. Es sabido que los menceyes y los guanartemes fueron llevados a la Península a recibir las aguas del Bautismo, lo que nos podría indicar que no habían llegado aún las pilas a las costas canarias, y que la presentación de estos personajes ante el rey don Fernando podría haber sido el detonante para hacer que en el siguiente viaje de sendos personajes a las islas, se trajeran consigo las pilas sevillanas encargadas para continuar con la conquista y evangelización de los aborígenes canarios, una vez hubieron demostrado su conversión ante el rey. Por tanto, no podemos fechar las pilas en 1485, sino que tendríamos que retrasarla, al menos unos años, por lo que sólo podemos asegurar su datación entre la última década del siglo XV, para la pila de La XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 478 Laguna, y primera del XVI, para la de Gáldar, por la documentación que actualmente poseemos de estos objetos cerámicos. Otros recursos para fechar por aproximación estos objetos es a través de la ornamentación y su comparación con otras pilas existentes en la Península Ibérica. Siguiendo este criterio, podríamos decir que la pila con elementos islámicos es la de la Laguna, en la que hay piñas, pero sin ningún otro elemento. Si nos guiamos sólo por la decoración y por su evolución, ésta sería la más antigua. Por otro lado, tenemos pilas en las que se combinan elementos mudéjares como piñas, águilas, etc. junto a elementos cristianos, como las caritas de niños; es el caso de la pila de Telde en la que la superficie va totalmente cubierta de medallones hasta la base. Sería –desde el punto de vista de la iconografía- coetánea o subsiguiente en el tiempo a la de La Laguna. En tercer lugar tendríamos las pilas en las que la decoración se concentra sólo en la parte superior de la taza, y en ella destacan más los elementos cristianos, como las caritas de niños o medallones con el anagrama IHS, soles leonados, como los de la pila de Gáldar, la de Sauces y Breña Alta en La Palma. Pertenecerían, por tanto, a un tercer momento de producción. Si esto fuera cierto tendríamos dos pilas de finales del siglo XV, la de La Laguna y la de Telde, y otras tres de principios del siglo XVI. Sin embargo, al analizar cada uno de los elementos físicos y ornamentales de las pilas conservadas, comparadas con las existentes en la Península, vemos que hay ciertos patrones que se repiten, por lo que consideramos que se trata de distintos artífices que fabricarían sus pilas con su propio estilo. Los protototipos serían los siguientes: las pilas de perfil carenado con peana de barro y apliques en altorrelieve moldeados antes de la cocción. Esto lo vemos en la pila de Nuestra Señora de la Concepción en La Laguna y en la del Hospital de San Lázaro en Sevilla. En ambas se repite el mismo modelo decorativo, ocupando toda la superficie de la pila. Un segundo tipo serían las pilas de perfil semiesférico y sin peana. Al no trabajar el pie de barro podría abaratar el producto, aunque es característico también en otras pilas. A este tipo pertenecen la de Gáldar y la de la Casa Galindo. Además se vuelve a repetir el mismo patrón de diseño de una franja con placas en alto relieve y otras figuras más pequeñas acompañándolas. Podemos estar ante un segundo artífice. A este tipo perteneció la que existía en El Realejo Alto en Tenerife. El tercer maestro alfarero tiene como sello distintivo elaborar pilas de taza carenada con la aplicación de los diseños sólo en la parte superior de la carena, colocando en su punto de inflexión un cordón, en relieve, de San Francisco. Esto sucede tanto en la pila de la iglesia de Nuestra Señora de Montserrat en Los Sauces, como en la de la ermita de Nuestra Señora de Gracia en Archidona. Algunos autores han querido ver cierto paralelismo entre estas dos con la de Telde, si bien en las tres se utilizan los medallones como elemento ornamental, y en los tres casos llevan pies de barro decorados; en la de Telde, sin embargo, el esmalte blanco no existe –quizás se ha perdido- y el color del vedrío verde es diferente dándole una sensación de plasticidad poco natural que parece hasta una imitación. Por tanto, creemos que se trata de otra mano distinta a Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 479 las que hemos reconocido para las dos primeras, por lo que es probable que sean del mismo taller pero de dos alfareros diferentes. Por último, la pila de San Pedro de Breña Alta, cuyo perfil semiesférico achatado nos ha hecho incapaces de comparar con otra conocida, por lo que creemos estar una vez más ante una mano nueva. Se asemeja a las anteriores en el pie de barro decorado con los mismos motivos que soporta la taza, ornamentación que vimos en la de Sauces y en la de Telde. En definitiva, cinco pilas conservadas llegadas a Canarias, probablemente en fechas muy aproximadas, pero salidas de distintos talleres y ejecutadas por manos diferentes. Manos que ojalá pudiéramos asociar a los nombres conocidos por los documentos como artífices de estas obras de arte: Juan Sánchez Vachero, de Hernando de Olmedo, vecino de Triana o Fernán Martínez Guijarro y cuyas fechas de partida hacia las islas habría que comprobar en los registros de cargas de los barcos salidos desde Sevilla. XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 480 ANEXO FOTOGRÁFICO Foto 1: Pila bautismal de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción en La Laguna. Tenerife. Foto 2: Pila bautismal del Hospital de San Lázaro en Sevilla * Foto 3: Pila bautismal de la iglesia de Santiago de Gáldar. Gran Canaria. Foto 4: Pila bautismal de la Casa Galindo. Antiguamente de villa Talhara * Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 481 Foto 5: Pila bautismal de la iglesia de San Miguel de Valsequillo, antiguamente de la iglesia de San Juan de Telde. Gran Canaria. Foto 6: Pila bautismal de la iglesia de San Pedro de Breña Alta. La Palma. Foto 7: Pila bautismal de la iglesia de Nuestra Señora de Montserrat en Sauces. La Palma. Foto 8: Pila bautismal de la ermita de Gracia en Archidona. * * Fotos de Gestoso y Pérez, Jóse, 1904 XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 482 BIBLIOGRAFÍA BORGES, V. Periódico El Día, 17-10-1957. GESTOSO Y PÉREZ, J. Historia de los barros vidriados sevillanos, desde sus orígenes hasta nuestros días. Sevilla, 1904. HERNÁNDEZ PERERA, J. “Una pila bautismal de cerámica vidriada sevillana en Gran Canaria”. C.S.I.C. Instituto Diego Velázquez. Separata del Archivo Español de Arqueología, 99. Madrid, 1952. HERNÁNDEZ PERERA, J. “Las primeras pilas bautismales de Canarias”. Revista Almogarén nº9. Junio, 1992, pp:191-212. PLEGUEZUELO, A. y LAFUENTE, M.P. “Cerámicas de Andalucía Occidental (1200-1600)”. Spanish Medieval Ceramics in Spain and the British Isles. BAR International Series 610, 1995, pp:217-244. JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S. Archivo personal. Museo Canario. TORRIANI, L. Descripción de las Islas Canarias. Santa Cruz de Tenerife, 1978. Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 483 NOTAS 1 GESTOSO Y PÉREZ, J. Historia de los barros vidriados sevillanos, desde sus orígenes hasta nuestros días. Sevilla, 1904. 2 La pila conservada en la iglesia parroquial de Santiago corresponde a la villa de Gáldar y no al municipio de Arucas, como erróneamente indicó el autor. 3 HERNÁNDEZ PERERA, J. “Las primeras pilas bautismales de Canarias”. Revista Almogarén nº 9. Las Palmas, junio de 1992, pp:191-212. 4 PLEGUEZUELO HERNÁNDEZ, A. y LAFUENTE, Mª P. “Cerámicas de Andalucía occidental (1200- 1600)”. Spanish Medieval Ceramics in Spain and the Brithis Isles. BAR International. Series, 610. Oxford, 1995, pp:217-244. 5 AINAUD DE LASARTE, J. “Cerámica y vidrio”. Ars Hispaniae X. Madrid, 1952. 6 MARTÍNEZ CAVIRÓ, B. Cerámica hispanomusulmana. Andalusí y mudéjar. Madrid, 1991. p:291. 7 Ídem., p:291. 8 Ídem., p:291. 9 La pila verde se encuentra en la iglesia matriz de Ponta do Sol. Este dato ha sido facilitado recientemente por Elvio Sousa. 10 AINAUD DE LASARTE, J. op. cit. 1952. p:197. En un documento de 1514 consta la compra por parte de la Casa de Contratación de dos pilas bautismales de barro grandes para enviar a Jamaica . (MARTÍNEZ CAVIRÓ, B.1991:295). 11 MARTÍNEZ CAVIRÓ deduce, a partir de un texto de MÉNDEZ SILVA, que todas las iglesias del Ducado de Osuna poseen este tipo de pilas y posiblemente fueron hechas por encargo del propio Duque. El texto reza así: “Los Corrales, tres leguas de Osuna, tiene una parroquia de San Francisco Javier, 100 vecinos población de nuestros tiempos. Pila verde como todas las del Ducado de Osuna” (MARTÍNEZ CAVIRÓ, B., 1991:295). 12 PLEGUEZUELO HERNÁNDEZ, A. “Cerámica española”, Summa Artis Vol.XLII, 1997, p:360. 13 GESTOSO Y PÉREZ, J. op. cit., 1904. p:139. 14 Esto lo hemos observado en algunas pilas, como la de Gáldar, en las que el vidriado verde ha chorreado sobre el interior de las tazas previamente cubiertas de estannífero blanco. 15 GESTOSO Y PÉREZ, J. op. cit., 1904. p:138. 16 Es un viejo tema mesopotámico, sobre todo iranio, el animal fiero atacando al débil, de origen preislámico y que tanto juego dio al arte persa musulmán (MARTÍNEZ CAVIRÓ, B., op. cit., 1991. p:291). 17 Ídem., p:291. 18 Las pilas toledanas, por el contrario, se caracterizan por mostrar un perfil característico, consistente en dos piezas geométricas adosadas, el fondo suele ser un cono invertido, mientras que la mitad superior representa una forma geométrica cilíndrica o poligonal, de seis u ocho caras, que son, a su vez, las que soportan el diseño ornamental vidriado en verde. 19 Se refiere a la pila de la iglesia de La Concepción en La Laguna. XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 484 20 Ya adelantamos que es un error del autor, se trata de la iglesia de Santiago en Gáldar. 21 Tradicionalmente el término melado se utiliza para designar a los vidriados del color de la miel, aunque erróneamente se ha trasladado a todas aquellas piezas vidriadas. 22 GESTOSO Y PÉREZ, J. op. cit., 1904. p:140-141. 23 HERNÁNEZ PERERA, J. Archivo Español de Arqueología, 99, 1952, p:292-293. 24 HERNÁNDEZ PERERA, J. Rev. Almogarén nº9,1992, p:200. 25 En TORRIANI podemos leer: “Con esta segunda batalla y última victoria puso fin Lugo a la guerra de esta isla y de todas las demás. En efecto, todos los demás reyes obedecieron enseguida al rey de España y se hicieron cristianos, (...), y terminó felizmente a 26 de julio, año del Salvador de 1495”. Aunque no indique nada sobre la existencia de una pila bautismal, no es descabellado imaginar que fuera en este contexto de la Laguna y sobre la pila de barro verde (TORRIANI, L., 1978, p:186-187). 26 HERNÁNDEZ PERERA, J. op. cit., 1992. p:201. 27 HERNÁNDEZ PERERA, J. Rev. Almogarén nº 9, 1992, p:197. 28 En el caso de la ciudad de Gáldar hay noticias de la pronta reutilización de las viviendas aborígenes de manos de los conquistadores, por lo que el asentamiento no se hizo esperar, utilizando algunas de estas casas como refugios y como base estratégica para proseguir la conquista. El texto recogido por QUINTANA, P. dice lo siguiente: “en el pueblo de Gáldar, en una casa capaz y grande que esta en el canto del lugar, y en otra casa serca desian misa, y la yntitularon de la abogasion del Señor Santiago, do fueron enterrados los muertos, y mientras allí estuvieron los nuestros rehasiendose, por causa de los mal heridos que avia y de los muertos, hisieron alli junto un fuerte o torresilla arrimada a una casa grande de los antiguos”. Esta torre parece que vuelve a mencionarse en los siglos XVI-XVII “la qual torre dio a la Yglesia la cabdad” (QUINTANA, P. Rev. Almogarén, XXI/1/1990, p:58-59), encontrándose dicha construcción en la “calle vieja”, cuyos vestigios se mantendrían hasta 1679 fecha en que, quizás por las obras de ampliación de la iglesia o por las realizadas alrededor del susodicho edificio para la instalación de la cilla del Cabildo catedral, se encontraba deshecha y completamente arruinada (QUINTANA, P. Rev. Almogarén, XXI/1/1990, p:45). 29 Archivo personal de JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S. Museo Canario Las Palmas de G.C. 30 OJEDA GUERRA, Mª T. Estudio histórico-artístico de la iglesia de Santiago Apóstol de Gáldar. La Laguna, 1963. 31 HERNÁNDEZ PERERA, J. op. cit., 1992. p:196. 32 HERNÁNDEZ PERERA, J. A.E.A., 1952, p:292-293. 33 “Después de haber llegado tanta gente, apresaron al rey de Gáldar, quien, enviado a España, a la Corte, pidió bautismo en presencia del rey Católico, y fue llamado Fernando” (TORRIANI, L., 1978, p:138). 34 HERNÁNDEZ PERERA, J. A.E.A., 99, 1952, p:196. 35 Este dato es algo confuso, pues si bien los investigadores hablan de la primera partida de bautismo como del año 1506, no sabemos por qué firma el clérigo con fecha de 1504. 36 A.P.I.S.G. I Libro de Fábrica, 1534-1564, fol. 19-r. (QUINTANA ANDRÉS, P. Almogarén XXI/1/1990, p:58-59). 37 HERNÁNDEZ PERERA, J. Almogarén nº9, 1992, p:191-212. Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 485 38 Ídem., 1992, p:198. 39 Este dato consta en el Inventario de 31 de Diciembre de 1815, primero de la Parroquia de San Miguel de Valsequillo, se lee: “Una pila verde la misma que había antes en la Parroquia Matriz de Telde, que costó diez ps. (pesos) con una piletita de peltre dentro por donde pasa el agua al sumidero, todo costando con dichas limosnas” (JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S.). 40 Archivo Personal de JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S. Museo Canario. 41 Este dato lo remite el Dr. P. HERNÁNDEZ a JIMÉNEZ SÁNCHEZ en carta fechada el 12 de Julio de 1945. (Archivo Personal de JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S. Museo Canario). 42 MARTÍNEZ CAVIRÓ, B. op. cit., 1991. p:291. De esta pila sólo conocemos su descripción, ya que no hemos tenido ocasión de contemplarla si quiera a través de una fotografía. 43 BORGES, V. Periódico El Día, 17-10-1957. 44 HERNÁNDEZ PERERA, J. Almogarén nº9, 1992, p:199. 45 HERNÁNDEZ PERERA, J. Almogarén nº 9, 1992, p:199. 46 Ídem., p:194. 47 Ídem., p:195. 48 Ídem., p:195. En este caso existen ciertas dudas de que se trate de una pilita de fabricación sevillana. El único dato que apunta a tal origen andaluz es su cubierta vidriada verde, pues también es sabido que tras la orden de sustitución de las pilas de barro por otras de piedra, Toledo comenzó a elaborar pilitas de agua bendita en barro para ser colocadas dentro de las pilas bautismales de piedra. Esta labor talaverana pertenece al siglo XVII y se conocen dos series desde el punto de vista de la ornamentación, una policromada y otra azul (MARTÍNEZ CAVIRÓ, B. 1991, p:291). 49 Archivo personal de JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S. Museo Canario Las Palmas de G.C. 50 Archivo personal de JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S. Museo Canario Las Palmas de G.C. Este dato lo recoge a su vez de un estudio consignado por don CAMACHO Y PÉREZ GALDÓS, G. en la revista El Museo Canario nº33-36, en un estudio sobre dicha iglesia de Santiago del Realejo Alto, en Tenerife.
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Calificación | |
Título y subtítulo | Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias |
Autor principal | Sosa Suárez, Elena |
Publicación fuente | XIV Coloquio de historia canario - americano |
Numeración | Coloquio 14 |
Sección | Arqueología |
Tipo de documento | Congreso y conferencia |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 2000 |
Páginas | P. 0467-0485 |
Materias | Congresos ; Historia ; Canarias ; América |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 239820 Bytes |
Texto | 467 PILAS BAUTISMALES SEVILLANAS EN LAS ISLAS CANARIAS Elena Sosa Suárez El trabajo de José Gestoso y Pérez, publicado en 19041 sobre la Historia de los barros vidriados sevillanos, sigue siendo una obra de obligada consulta para quienes quieran tener una visión de conjunto sobre la producción cerámica andaluza occidental, las distintas piezas de vajilla, así como sobre la azulejería fabricada en los alfares trianeros. En esta publicación de principios del siglo pasado, el autor destaca la existencia de una pila bautismal en la ciudad de La Laguna, fabricada en los arrabales de Sevilla a finales del siglo XV. Junto a la descripción incluye una carta remitida por el entonces sacerdote de dicha ciudad don José Rodríguez Moure, quien le facilitaría los datos, no sólo de la pila conservada en Tenerife, sino de otras tantas repartidas por el archipiélago, aunque con algún error de ubicación.2 Este conjunto de pilas “verdes” canarias sería más tarde estudiado por el Catedrático de Historia del Arte, don Jesús Hernández Perera, quien añadiría una pila más a las conocidas y citadas por Gestoso, que había sido registrada por Sebastián Jiménez Sánchez en sus archivos personales, y conservada actualmente en Valsequillo, aunque perteneciente originariamente a la iglesia de San Juan Bautista de Telde. En las páginas siguientes queremos dar a conocer estas pilas realizadas en Sevilla a finales del siglo XV, que estuvieron directamente relacionadas con la cerámica de importación, y fueron testigos asimismo de los acontecimientos que se produjeron con la llegada de estos objetos, íntimamente relacionados con la cristianización de la población aborigen, después de la Conquista del Archipiélago y de su incorporación a la Corona Castellana. En las Islas Canarias se conservan actualmente cinco pilas bautismales sevillanas, estudiadas por otros investigadores, como el citado profesor Hernández Perera,3 aunque en esta ocasión pretendemos analizarlas como objetos de interés arqueológico y su relación con los primeros contactos entre las culturas insulares canarias y la civilización castellana. Antecedentes históricos de producción El sustrato islámico supuso un fuerte impacto para la cultura española a lo largo de los siglos de ocupación peninsular; pero si la cultura islámica impregnó gran parte de la sociedad española, donde más ha persistido la tradición musulmana, en todo este tiempo, ha sido, sin duda, en Andalucía. Será, sobre todo, en la segunda mitad del siglo XIII y durante el XIV, cuando los acontecimientos históricos que se suceden repercutan directamente en la producción cerámica de Andalucía Occidental. Desde que cae el poder almohade, y por tanto el control del Mediterráneo occidental, sobrevendrán dos acontecimientos de enorme trascendencia: por un XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 468 lado, se reactivarán las rutas comerciales atlánticas,4 y por otro, se producirá la retirada de los musulmanes del valle del Guadalquivir a mediados del siglo XIII, tras la reconquista. Sin embargo, la producción cerámica heredada de esta población no se va a interrumpir, sino que proseguirá largo tiempo, como se refleja en la continuidad de las técnicas utilizadas, en las que adaptarán progresivamente los motivos decorativos a la nueva iconografía cristiana. Existen documentos en los que queda constatado el beneficio que se otorgó a estos artífices, tal es el caso del documento del rey Alfonso X el Sabio, fechado en 1271, quien ordena -refiriéndose a Córdoba- que “en cuanto a la alfarería se siga lo establecido antes de la reconquista de la ciudad”.5 La permanencia en la fabricación de los alfares mudéjares sevillanos se observa en obras de indudable belleza, como las tinajas de cuerpo generalmente globular, gollete troncocónico con molduras concéntricas y dos asas a modo de aletas que recuerdan a los hermosos vasos de la Alhambra. La decoración de estas tinajas se realizaba a base de estampillas, aplicadas con sellos de terracota, o incisa, dibujando los motivos con un punzón, la punta de un cuchillo o un peine. Estas piezas cuya cronología comprende desde los siglos XIII al XVI, cubiertas algunas veces con vidriado verde, podrían ser un antecedente de las pilas bautismales, al menos en lo que se refiere a su decoración.6 Los brocales de pozos mudéjares sevillanos se consideran también antecedentes de las pilas bautismales desde el punto de vista técnico, pues además de ser piezas cilíndricas de gran tamaño, se decoran con estampillas de temática islámica, dispuesta en registros concéntricos y en algunos casos con aplicaciones de vidriado verde. Desde el punto de vista de la forma, aunque predomina la cilíndrica ensanchada hacia la base, existe un ejemplar cordobés de forma octogonal, completamente vidriado en verde.7 Lo cierto es que, tanto por el tamaño de estos recipientes, como por las técnicas empleadas en su decoración, se acercan mucho a la elaboración y manejo de las pilas de barro objeto de nuestro estudio. Aunque sea Sevilla la que prevalece como ciudad alfarera, -entre otras cosas por su condición de puerto fluvial-, no creemos que esto sea un inconveniente para afirmar que otras ciudades como Toledo, Córdoba o Málaga, produjeran también este tipo de objetos: tanto tinajas como brocales de pozos.8 Pero, sin duda, es en Sevilla, y sobre todo en Triana, donde se concentrará una gran cantidad de alfareros y ceramistas, al menos desde 1304, llegando a adquirir un gran protagonismo a partir de la segunda mitad del siglo XV. Desde estas fechas, y con la implantación del arte gótico, se generaron grandes piezas vidriadas con decoración en relieve, entre las que destacarán las grandes pilas bautismales sevillanas que han venido fechándose entre mediados del siglo XV y principios del XVI. Algunas de ellas aún se conservan en Andalucía, así como una en Madeira,9 cinco en el archipiélago canario y otras que llegaron incluso al Nuevo Mundo.10 Los artífices de las pilas cerámicas Balbina Martínez Caviró -especialista en cerámica hispanomusulmana-, considera que los magnates andaluces debieron de contribuir a la elaboración de las pilas bautismales,11 ya que estos trabajos respondían a encargos o pedidos de los más ricos o poderosos. Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 469 A juzgar por las dimensiones de las piezas, éstas debieron ofrecer una gran dificultad en su ejecución, así como cierta maestría para poder manejarlas. Presumiblemente estos obstáculos contribuirían al encarecimiento del producto, por lo que el dominio en su fabricación estaría sólo al alcance de unos pocos alfareros. Existen varios ejemplares de este tipo de fábricas en la Península, y podemos decir que hasta el momento sólo figura la firma del autor en un original que se conserva en San Pedro de Carmona, en la que se puede leer: “Juan Sanchez Vachero”.12 Gestoso propone también como “maestro de azulejos é de pilas” a Fernán Martínez Guijarro, aunque no haya ningún documento específico que asegure que este autor realizó este tipo de labores.13 En otro documento fechado en 1534 aparece el nombre de Hernando de Olmedo, tinajero vecino de Triana, quien “por virtud de la cual dicha cedula de su magestad (...) compramos de hernando olmedo (...) las dos pilas vidriadas en la dicha cedula contenida por prescio de seis ducados de oro que son dos mill e doscientos e quinienta maravedís a razon de tres ducados cada una las cuales se entregaron al dicho Don fray thomas de berlanga obispo de tierra firme como su magestad lo manda (...)” (J. Gestoso, 1904:142). Proceso de elaboración Las piezas de vajilla andaluzas de los siglos XV y XVI, se fabricaron con un barro amarillo color crema o pajizo, en ocasiones rosado. Para otras piezas más toscas, se empleó, en cambio, un barro rojizo ideal para la alfarería común del ajuar sevillano. En ambos casos se trata de una arcilla típicamente andaluza existente a unos pocos kilómetros de la capital. En las pilas conservadas en el Archipiélago, según lo observado a través de algunos desconchones y grietas, el barro utilizado para su elaboración es de color ocre-rosado. No sabemos como sería el procedimiento de elaboración y posterior cocción de la pieza, pero probablemente recibiría el mismo tratamiento y similar proceso que las piezas trianeras cubiertas de esmalte blanco y decoradas con vidriado verde. Después de moldeada la taza de la pila, y en algunos casos el pie, se procedería a la aplicación de la decoración, ya fuera incisa, estampillada, o bien con aplicaciones de los motivos en relieve moldeados aparte. Una vez secadas recibirían una primera cochura o juaguete; a continuación se aplicaría un baño estannífero en el interior de las tazas, y por último se cubriría de vedrío verde con la consiguiente cochura.14 No sabemos si este era el proceso de elaboración, pero en todo caso entrañaría demasiado peligro para una pieza de tales dimensiones proporcionarle tres cochuras, como se hacía en las piezas tipo columbia con aplicaciones de vidriado verde. No podemos dejar de considerar que mientras mayor es el grueso de las paredes de una pieza cerámica, más probabilidades tiene de que se rompa. Además, para que los riesgos sean ínfimos hay que asegurar el secado completo y por igual del barro, pues si una pequeña parte queda húmeda, el objeto se agrietaría, perdiéndose la pieza.15 La temperatura a la que se cuecen las vajillas sevillanas es a 1100º C aproximadamente, sin que sepamos si esta fue la que se usaría para cocer las pilas. Lo que sí es seguro es que la XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 470 boca del horno debía ser de dimensiones considerables para introducir un objeto de este tamaño. Decoración Estas hermosas pilas bautismales vidriadas en verde, en algunos casos, sin embargo, dejan el interior de la taza en blanco estannífero. En cuanto a la profusa ornamentación que las caracteriza, todo el repertorio decorativo se concentra en la parte externa de la taza y del pie, en aquellos casos en los que aún se conserva. Sólo en la pila de la iglesia de San Pedro de Carmona, en Sevilla, hay una inscripción, excepcionalmente hecha en la cara interna de la copa, sobre el esmalte blanco, en la que están representados los símbolos del primado de Pedro: las llaves y la tiara papal. Continuando con los diseños que acompañan sus paredes podemos hablar de tres técnicas utilizadas: un primer método consiste en añadir a la superficie exterior de la taza, unas plaquitas en relieve moldeadas aparte. Los motivos más representativos suelen ser piñas, conchitas, caritas de Niño Jesús, etc. Un segundo método es el estampillado que se consigue presionando el barro aún blando con sellos de terracota. Los diseños utilizados se incluyen dentro del catálogo de la iconografía musulmana y cristiana, repitiendo el mismo elemento en fajas concéntricas. Un tercer método consiste en tallar el barro aún blando a través de la incisión con la punta de un cuchillo, de un punzón o de un peine. En la mayoría de los casos, tanto en la Península como en el archipiélago canario, aparece la combinación de varias de estas técnicas realizadas sobre la superficie de una misma pieza. En cuando al repertorio iconográfico podemos observar un claro mudejarismo al estar combinados elementos propios del arte musulmán, como las piñas (tema almorávide), castillos de tres torres, estrellas de ocho puntas, atauriques, manos de Fátima, o águilas sujetando entre sus garras a un ave,16 con otros tantos de la simbología cristiana, como son los monogramas IHS, caritas de Niños, epígrafes latinos, conchas, etc. Elementos todos dispuestos en fajas horizontales de manera reiterativa, cubriendo gran parte de la superficie de las piezas, hasta conseguir un horror vacui tan característico del arte musulmán. Otros motivos comunes son cruces flordelisadas, gallones cubriendo la mitad inferior de la taza, clavellinas, palmetas, soles con rostros leonados, etc. En definitiva, la combinación de temas góticos junto a otros de tradición hispano-musulmana. Modelos repetidos que en sí mismos reflejan el mudejarismo de la tradición cerámica,17 y dispuestos sobre las tazas –semiesféricas o carenadas18- y sobre los pies, cilíndricos u octogonales. Las pilas de Canarias Ya adelantamos que la primera noticia sobre estas pilas la tenemos gracias a una carta fechada en 20 de Octubre de 1901 que envió el entonces sacerdote de la Laguna don José Rodríguez Moure a José Gestoso y Pérez. Aunque el contenido del escrito viene desarrollado en la publicación de Gestoso, queremos dejar constancia de él en este trabajo para uso y provecho de los investigadores canarios: En cuanto á que es sevillana no me cabe duda.19 Yo me eduqué en esa ciudad, y algo aficionado á antiguallas, puedo asegurarlo, pués las obras de cerámica Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 471 indubitables de esa ciudad que durante mi estancia pude ver, me dan el convencimiento de que ésta también lo es. Los otros ejemplares que conozco están en las Isla de Palma, que forman parte de este obispado de Tenerife, a saber: una en la parroquia de San Pedro de Breña Alta, y la otra en la de nuestra Señora de Monserrate de la villa de los Sáuces. En el obispado de Canarias que comprende las islas de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote sé que hay otro ejemplar en la parroquia de Santiago de la villa de Arucas20 é Isla de Gran Canaria; no la he visto, pero por un dibujo que de ella me enseñaron y las señas que me dan, es de la misma procedencia. Los canarios le dicen la pila verde, pues el melado21 es de este color como el de todas las que llevo citadas. En esta Isla de Tenerife sé que hubo otra en la parroquia de Santiago del Realejo Alto, pero, fue reemplazada por una de mármol, como la de esta ciudad en la parroquia de la Concepción. Y si la de esta se conserva, es merced al cuidado de un aficionado que la recogió de un sótano donde la tenían para depósito de cal, haciéndola colocar en sitio decente, en el Bautisterio. La del Realejo tuvo la desgracia de que el cura la aprovechara en su casa para otros usos, y pereciera á efectos de un golpe. De todas las cuatro que existen, que yo sepa, en los dos obispados, la mejor, como ejemplar, es la de la Concepción de esta ciudad, no tanto por su tamaño, pues tiene la copa más de un diámetro, si que también por las labores de que está adornada. Síguele en importancia las de Arucas (es decir Gáldar), Sáuces y Breña Alta; esta última es muy sencilla. La época en que se trajeron estas pilas, para mí tengo, que debió ser por los años 1499 á 1539 pués, no encuentro cargo ninguno en los libros de cuentas de fábrica en que dén estas partidas en el descargo, y como los más antiguos libros de esta clase que he registrado son de esta fecha, no dudo en asignarle esta antigüedad. (J. Gestoso, 1904:139-140). La pila “verde” de la Iglesia de la Concepción en La Laguna Está formada por una copa de perfil carenado decorada profusamente por piñas en altorrelieve en toda la superficie externa y aplicados a la taza antes de la cochura, y un pie cilíndrico decorado con cordones entorchados. Totalmente vidriada en verde, tanto el pie como la taza, recuerda mucho -por la iconografía representada- a la pila conservada en el Hospital de San Lázaro de Sevilla, completamente cubierta de piñas en relieve, con la diferencia de que en el caso del ejemplar sevillano cubren no sólo la taza sino también la peana. En opinión de Gestoso fue mandada a fabricar en 1479 para la ciudad de La Laguna, pues entre las cartas que los Reyes Católicos dirigieron al Consejo de Sevilla solicitando su auxilio de hombres y de dinero para la Conquista de Canarias, en una de ellas con fecha a 15 de Febrero de ese año ordenaron que se pagaran todos los maravedíes que se debían de la indulgencia de Canarias para atender a los gastos de la guerra y defenderse de los portugueses (...); y para que se aplicaran en acabar los monasterios que se habían empezado a labrar. Como Gestoso advierte, no se habla de iglesias, pero supone que éstas se labraron al mismo tiempo o ya estaban fabricadas y, como los monarcas debían dotar de todos los objetos XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 472 litúrgicos a las nuevas tierras conquistadas, las pilas bautismales debían estar incluidas en la carga de los barcos con destino a Las Canarias.22 Rodríguez Moure recuerda, en cambio, que la parroquia de La Concepción de La Laguna se fundó en 1496 por lo que la fecha de llegada de la pila a La Laguna habría que retrasarse al menos un año después de la fundación de la iglesia.23 Esta pila rescatada de un almacén en el que estuvo a punto de desaparecer, quedó en desuso desde 1760, sustituida por otra de mármol.24 Pudo ser encargada a Sevilla y traída por el mismo Adelantado Alonso Fernández de Lugo después de conquistar Tenerife y fundar San Cristóbal de La Laguna. En ella no fueron bautizados los siete menceyes tinerfeños, pues estos se presentaron ante los Reyes Católicos en Almazán (Soria), y no consta que en ella fuera cristianado el único Mencey que no viajó a la Península, don Diego de Adeje. Sí fueron bautizados, en cambio, los primeros guanches convertidos,25 así como importantes personajes de la sociedad tinerfeña como el marqués de Bajamar don Antonio Porlier y Sopranis ministro de Carlos III y Carlos IV, bautizado en la Concepción en 1722.26 La pila “verde” de la Iglesia de Santiago de Gáldar La decoración de esta pila se desarrolla sobre todo en la parte superior de la taza, cuyo perfil semiesférico nos recuerda, junto con la distribución de la decoración, a la pila de la Excma. Sra. condesa viuda de Casa Galindo, procedente de la villa de Castilleja de Talhara. En ambos casos la decoración principal se concentra en una franja cercana al borde que abraza toda la circunferencia del vaso, delimitada por dos baquetones en relieve que ayudan a remarcar la cenefa, enfatizando los diseños que contiene en su interior. Dichos motivos sobresalen, además, por estar realizados en altorrelieve, es decir, adheridos a la taza, a modo de placas moldeadas antes de la cochura. En el caso de la pila sevillana, el motivo decorativo que más se repite es la piña, mientras que en el caso de la canaria son las caritas de Niños. Ambos ejemplares coinciden en la distribución de la ornamentación a ambos lados de la cenefa principal que acabamos de describir, quedando también en ambos casos la mitad inferior de la taza sin decorar. Si en el ejemplar de la Casa Galindo los diseños se acercan más al repertorio mudéjar, con la representación de castillos de tres torres, águilas, etc.; en el caso de la pila de Gáldar están más vinculados a la iconografía cristiana; en ella podemos observar, junto a piñas típicas del arte mudéjar, cabezas de leones y caracolas. Pero además comparten otro rasgo de identidad, y es que ambas carecen de peana de barro. En el modelo de la Casa Galindo se conserva en un soporte de metal, mientras que en la galdense se apoya sobre un pie de piedra prismático octogonal.27 Desde el punto de vista cronológico, no tenemos datos precisos sobre cuándo se elaboró o se trajo la pila de Gáldar a Gran Canaria. Sólo podemos aproximarnos a su fecha de producción observando las características decorativas que insinúan de manera muy general una época determinada, junto a ciertos documentos que a continuación pasamos a detallar. Pues si bien la pila de la villa de Castilleja de Talhara muestra un repertorio de marcado Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 473 carácter morisco, en la de Gáldar predomina el estilo gótico, lo que nos llevaría a datarla a mediados del siglo XV. La iglesia de Santiago de Gáldar fue erigida en Beneficio, junto con la de Telde en 1533, según la copia de la “Real Cédula” de 5 de Diciembre de dicho año. La primitiva iglesia28 parece que fue edificada por los mismos conquistadores, según se deduce del informe hecho por el licenciado Fernán González de la Costa en su estancia como Visitador General en marzo de 1556.29 El actual templo fue inaugurado en 1824 habiéndose empezado el 23 de mayo de 1778. Aunque la primera partida de Bautismo que se registra en el archivo parroquial es del año 1506, no sabemos si el dicho rito de cristianar se realizó en la susodicha pila verde. El primer dato seguro que tenemos en que aparece citada la pila de barro -según30 Mª Teresa Ojeda Guerra-, es en los inventarios de 1541 y de 1846, indicando que en 1520 ya estaba agrietada y que “esta pila fue puesta por los conquistadores y pobladores de esta villa” por lo que hubo de colocarles lañas para su conservación.31 Esta pila, junto con la de Telde, es la más antigua de Gran Canaria, siendo muy significativo que ambas pertenecieron a las capitales de lo que fueran los dos guanartematos en los que estuvo dividida esta Isla antes de la conquista. Ambas pilas podrían estar fechadas en el año 1485, fecha en que fue anexionada Gran Canaria a la Corona de Castilla y trasladada definitivamente de la Catedral de Rubicón a Las Palmas; por tanto, casi con toda probabilidad se trata en ambos casos de ejemplares de finales del siglo XV.32 Situada actualmente detrás del altar mayor de la Iglesia de Santiago de Gáldar, se conoce como la “pila de los Guanartemes”, pues si bien es cierto que en ella recibieron las aguas del Bautismo aborígenes de la nobleza grancanaria, es sólo una tradición que en ella fueron cristianados los guanartemes rendidos ante el gobernador Pedro de Vera. Existe una tradición en la que se dice que fue bautizado en ella Don Fernando Guanarteme.33 Hoy sabemos que este dato no es exacto, pues fue -como demostró don Antonio Rumeu de Armas-, en la iglesia de Santo Domingo el Real de Madrid, durante su viaje con el conquistador Pedro de Vera, antes de ser presentado a los Reyes Católicos en Calatayud (Zaragoza), aunque en ella sí recibieron las aguas del Bautismo los familiares del guanarteme de Gáldar.34 También en el altar mayor, a ambos lados de la pila de “los guanartemes”, hay dos placas de plata que rezan lo siguiente: “pila verde de 1485. En el primer templo fue colocada por el capitán de la Conquista, Pedro de Vera, una pila bautismal traída de Andalucía, construida en cerámica vidriada, en ella recibieron el bautismo infantes, princesas, guayres y numerosos nobles galdenses”. En la segunda placa está grabado el recuerdo del primer registro bautismal: “Primera partida bautismal. Jueves 3 días de septiembre de 1506 años. Bateo Bastián De Naya, guanche una gifa suya y de Catalina esclava de Salvador fueron sus padrinos Juan González Portugués y María De Abila Guancha, y yo Rodrigo De La Vega, clérigo, año 1504”.35 Continuando con la iglesia de Santiago de Gáldar parece que en el Archivo Parroquial hay un documento que dice: “La Iglesia del Sr. Santiago de dha villa parece a verse hecho y fundado por los conquistadores desta Isla por los años 1486 según informo el Lic. Fernan Gonçales de la Gosta Prov. Visitador y vicario general de este Obispado en visita que hizo en 1556 y que la primera visita, que huvo de dha Iglesia fue el año 1506”.36 XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 474 Lo importante de estos documentos es confirmar no sólo la continuidad de los asentamientos aborígenes en los que fueron fundados por los castellanos, sino la constatación de bautizos dos décadas después de la conquista, en la iglesia primitiva, por lo que casi con toda probabilidad se trata de la pila verde que fue usada en los primeros años tras la conquista. La pila “verde” de la Iglesia de San Juan de Telde A las cuatro pilas consignadas por Gestoso en el archipiélago canario ha de añadirse la de Telde, hoy en Valsequillo (Gran Canaria), con una superficie completamente vidriada en verde, tanto la taza de perfil carenado, como el pedestal cilíndrico entorchado. La decoración de la copa consiste en una sucesión de hileras horizontales alternándose con motivos de jarritas, en las que sorprendentemente el motivo floral se ve sustituido por ramos de piñas y fajas de medallones, que inscriben águilas con las alas desplegadas. Este segundo motivo también lo vemos repetido en otra faja dispuesta en la parte superior de la peana. En el caso del pie, una serie de baquetones diagonales aplicados sobre la superficie de la base cilíndrica, pretende dar un efecto de pie entorchado como el ejemplar de la iglesia de la Concepción de La Laguna. Si bien todos estos elementos decorativos van en relieve, se distinguen de las pilas anteriormente descritas en que el resalte de los motivos es homogéneo. Otra de las técnicas utilizadas en estas fábricas es el estampillado, localizado en la franja que separa el pie de la taza carenada, en la que podemos ver sellos circulares con cruces en su interior. La utilización de plaquitas por toda la superficie de la taza hasta la misma base, en contacto con la peana, ofrece un efecto final de “horror vacui” mucho más acentuado que en la pila verde de Gáldar.37 Esta pila se conserva actualmente en la iglesia parroquial de San Miguel de Valsequillo, aunque originariamente perteneció a la parroquia matriz de San Juan Bautista de Telde, mandada a retirar por el Obispo entre 1770 y 1780 por estar en desuso y ordenando sustituirla por otra de mármol o piedra. Ésta se conservó hasta 1800, fecha en que fue adquirida por don Pedro Hernández Benítez38 por una suma de diez pesos39 en 1800, cuando se erigió la nueva parroquia.40 Según S. Jiménez Sánchez, en esta pila se bautizaron muchos aborígenes, así como el historiador Marín y Cubas, además de varios hijos de Telde, entre los que destacan los beneficiados pilongos,41 muy numerosos en los siglos XVI y XVII, hasta bien entrado el siglo XVIII. Considerada de origen sevillano, se cree que pudo llegar a nuestras costas junto a la de Gáldar en los alrededores del año 1485, pues en ella recibieron los aborígenes canarios las aguas del Bautismo. Por tanto, se puede fechar entre finales del siglo XV y 1552, fecha en la que aparece reseñada en el inventario. Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 475 La pila “verde” de la Iglesia de San Pedro de Breña Alta en La Palma La pila de la Iglesia de San Pedro la componen una copa semiesférica chata y un pie de cerámica decorado al exterior con los mismos motivos que la taza, a base de las características plaquitas en relieve adosadas antes de la cocción. Los motivos elegidos en este ejemplar fueron las caritas de Niños, piñas y otros motivos vegetales como las hojas de acanto. La sucesión de placas en altorrelieve están dispuestas en tres series horizontales, separadas las dos superiores de la tercera por un baquetón adosado. Las piñas de la cenefa interior van a su vez separadas por tallos oblicuos en relieve, intentando simular un fondo gallonado como en el caso de la pila de la iglesia de San Bartolomé en Jaén, fechada en los últimos años del siglo XV y comienzos del XVI.42 La pila de San Pedro de Breña Alta se diferencia del resto de las descritas, por el perfil de la taza, más achatada que las conocidas y por el pie estrangulado a media altura, decorado con los mismos motivos de tallos, piñas y caritas que en la taza, y dispuestos de manera fitomórfica. Entre los comentarios de S. Jiménez Sánchez sobre la pila verde de Breña Alta sólo existe una nota que indica “preguntar al Sr. Cura si existe un pila bautismal de piedra color melado donde se bautizaron los nobles guanches”. Y entre paréntesis “(pedirle fotografía)”. En el periódico El Día con fecha 17-10-1957 hay una ruta turística en cuyo recorrido se visita la “histórica pila que aquí llaman Verde”; y al describirla afirman que se trata de una reliquia de la época de la Conquista, pues en ella se sabe que fueron bautizados los “guanches” y los hijos de los conquistadores que se casaron en La Palma. Apostilla el autor graciosamente, que no duda que se celebraran los matrimonios de estos con las isleñas, pues la belleza de las mujeres palmeras, fue sin duda un “gancho” para los castellanos. Su existencia es de fecha inmediata a la conquista y evangelización de la isla en 1493. Estuvo primitivamente en la iglesia matriz del Salvador en Santa Cruz de La Palma y fue vendida a la de Las Breñas en 1552. “La parroquia fue fundada en los albores del XVII y en el archivo se custodian varios libros antiguos. En nuestras manos tuvimos el de Visitas y Mandatos, que es del mil quinientos...”.43 La tradición recoge, por su parte, que fue traída a la isla por el adelantado don Alonso Fernández de Lugo y que en ella recibieron las aguas del Bautismo los primeros convertidos.44 La pila “verde” de la Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat en Sauces en La Palma Por último, la segunda pila verde conservada en la isla de La Palma presenta un perfil carenado y pie cilíndrico. Como en el caso anterior, se repite la misma decoración en la taza y en el pie. Vidriada completamente al exterior y esmaltada en blanco en el interior. La decoración en altorrelieve y estampillas se localiza sólo en la parte superior de la taza por encima de la línea de la carena, que además la recorre un cordón franciscano en relieve. Los motivos utilizados son caritas de Niños que hacen de vértice entre dos ramas de piñas, rellenando los espacios intermedios con estampillas de medallones que dibujan anagramas, como el IHS, así como algunos motivos vegetales estilizados. XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 476 La distribución de los medallones se reparte de manera salpicada a lo largo de la superficie, guardando siempre un orden y una simetría, pero sin llegar al horror vacui que veíamos en el ejemplar de Telde. Esta es la única pila que en la actualidad se sigue utilizando para celebrar bautizos y de la que carecemos de documentación sobre su fabricación o sobre las primeras partidas de Bautismo en las que conste su existencia para fecharla de una manera aproximada, aunque debe ser contemporánea a las otras pilas repartidas por el archipiélago. Este ejemplar se asemeja bastante al de la ermita de la Virgen de Gracia en Archidona, tanto por su perfil carenado, por la repetición de los mismos motivos de la copa en la peana, como por la colocación de un cordón de San Francisco en relieve a la altura de la carena. La pila andaluza data de finales del siglo XV. Fechada por Gestoso en el siglo XV y de procedencia sevillana como las anteriores, quizás estuvo antes en la parroquia de San Andrés, primera feligresía de San Andrés y Sauces.45 Otras pilas En ciertos documentos encontrados por don Francisco Caballero Mújica en el Archivo Acialcázar de Las Palmas de G.C. (Leg. Obispado II, s.f), sobre las visitas pastorales del obispo de Canaria don Alonso Ruiz de Virués, de fecha 28 de mayo de 1544, se habla de la existencia de sendas pilas bautismales verdes en las islas de Lanzarote y de Fuerteventura, seguramente también de procedencia sevillana, aunque desaparecidas en la actualidad. En el caso de Lanzarote se encontraba en la iglesia parroquial de Santa María de Guadalupe de Teguise, “la pila del bautismo, la qual halló que era de barro vidriado de verde y su cubierta de madera y çercada a la redonda de una reja de madera e simesmo visitó el manual libro de bautismo y las crismeras”.46 En el mismo año consta que visitó la iglesia parroquial de Santa María del Valle en Fuerteventura encontrando asimismo una pila bautismal “que era de barro vedriada de verde y su cubierta de madera, y cercada a la redonda de una reja de palo, con un pie de madera, e asimismo visitó el manual y libro del bautismo y las chrismeras, ...”.47 Como apunta Jesús Hernández Perera, probablemente como consecuencia de los muchos ataques sufridos en las dos islas orientales en el siglo XVI, no se han conservado estas pilas bautismales, como tampoco otra “pilita de agua bendita de barro verde” que se conservaba en Santa María de Betancuria, según fue recogido asimismo por don Francisco Caballero Mújica del Archivo Acialcázar.48 Para la isla de Gran Canaria, S. Jiménez Sánchez anota que en los baptisterios de Agüimes, Gáldar y San Agustín en Las Palmas hubo pilas de esta clase. Otro dato recogido por este investigador lo atribuye a la tradición oral, según la información facilitada por don Manuel Santana Moreno, quien asegura que la pila de Nuestra Señora de la Candelaria en Moya, fechada en el siglo XVI, y depositada hoy en la casa del Teléfono de la citada villa, estuvo esmaltada, es decir, cubierta de una peculiar pasta vítrea que caracterizó a las pilas de los siglos XV y XVI.49 Otra pila desaparecida es la que perteneció a la iglesia de Santiago en Realejo Alto, Tenerife. En este caso, sólo existe un documento en el que se especifica que “bautizáronse en Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 477 un lebrillo de barro barnizado de verde los menceyes guanches que se rindieron”. Posiblemente describe una de estas pilas verde sin pedestal como la de Gáldar.50 Conclusiones En el archipiélago canario contamos en la actualidad con cinco bellas pilas bautismales de cerámica vidriada verde, llegadas desde Sevilla a nuestras costas en los años inmediatamente posteriores a la Conquista. Productos cuyos antecedentes de producción los tenemos en las tinajas y en los brocales de pozos elaborados desde el siglo XIII, y en cuyas superficies vimos evolucionar los repertorios iconográficos desde las tendencias islámicas, pasando por la mudéjar, -en la que se mezcla lo musulmán y lo cristiano-, hasta llegar a una ornamentación gótica, en la que aún se ven algunas reminiscencias árabes, a pesar del predominio de los temas cristianos, y cuyo soporte de producción son las pilas bautismales objeto de nuestro estudio. De origen sevillano, y en concreto de Triana, pues esta ciudad cobró auge como centro alfarero, no sólo por la tradición del oficio, sino también por ser un punto estratégico como puerto fluvial, lo que permitió el desarrollo y la exportación de su cerámica. Unas pilas que son testigos históricos por la función que ejercieron en el archipiélago, pero también lo son desde el punto de vista arqueológico, pues se fechan con gran probabilidad a finales del siglo XV y comienzos del XVI. Si bien es cierto que existieron otros centros de tradición cerámica musulmana, como Toledo, por las características físicas de los perfiles de las pilas y por la técnica decorativa utilizada, así como por el tratamiento superficial, sabemos que son sevillanas, como lo son también otras pilas de la misma serie repartidas por el territorio andaluz. Sabemos que no eran baratas, pues por las dimensiones de las piezas y lo complicado de su elaboración, era necesario tener cierta maestría para su manejo. Con la certeza de que llegaron en los años inmediatos a la conquista, sólo pudieron traerlas los que fueron protagonistas de estos acontecimientos bélicos. Queda la tradición, por ejemplo, que las pilas de La Palma y la de La Laguna fueron traídas por el Adelantado Alonso Fernández de Lugo, y también se cree que en el caso de las pilas de Gran Canaria se debe a Pedro de Vera. Esto no sería extraño, porque la compra de estos objetos la hacían sólo aquéllos con cierto poder adquisitivo; y además, como vimos en uno de los documentos, los Reyes Católicos eran los que tenían que suministrar los objetos litúrgicos a las nuevas fundaciones de su territorio, parece lógico que estuvieron también directamente vinculados con los episodios vinculados con el sometimiento del Archipiélago a la Corona Castellana. El problema es pues definir la fecha exacta de su llegada a las islas. Es sabido que los menceyes y los guanartemes fueron llevados a la Península a recibir las aguas del Bautismo, lo que nos podría indicar que no habían llegado aún las pilas a las costas canarias, y que la presentación de estos personajes ante el rey don Fernando podría haber sido el detonante para hacer que en el siguiente viaje de sendos personajes a las islas, se trajeran consigo las pilas sevillanas encargadas para continuar con la conquista y evangelización de los aborígenes canarios, una vez hubieron demostrado su conversión ante el rey. Por tanto, no podemos fechar las pilas en 1485, sino que tendríamos que retrasarla, al menos unos años, por lo que sólo podemos asegurar su datación entre la última década del siglo XV, para la pila de La XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 478 Laguna, y primera del XVI, para la de Gáldar, por la documentación que actualmente poseemos de estos objetos cerámicos. Otros recursos para fechar por aproximación estos objetos es a través de la ornamentación y su comparación con otras pilas existentes en la Península Ibérica. Siguiendo este criterio, podríamos decir que la pila con elementos islámicos es la de la Laguna, en la que hay piñas, pero sin ningún otro elemento. Si nos guiamos sólo por la decoración y por su evolución, ésta sería la más antigua. Por otro lado, tenemos pilas en las que se combinan elementos mudéjares como piñas, águilas, etc. junto a elementos cristianos, como las caritas de niños; es el caso de la pila de Telde en la que la superficie va totalmente cubierta de medallones hasta la base. Sería –desde el punto de vista de la iconografía- coetánea o subsiguiente en el tiempo a la de La Laguna. En tercer lugar tendríamos las pilas en las que la decoración se concentra sólo en la parte superior de la taza, y en ella destacan más los elementos cristianos, como las caritas de niños o medallones con el anagrama IHS, soles leonados, como los de la pila de Gáldar, la de Sauces y Breña Alta en La Palma. Pertenecerían, por tanto, a un tercer momento de producción. Si esto fuera cierto tendríamos dos pilas de finales del siglo XV, la de La Laguna y la de Telde, y otras tres de principios del siglo XVI. Sin embargo, al analizar cada uno de los elementos físicos y ornamentales de las pilas conservadas, comparadas con las existentes en la Península, vemos que hay ciertos patrones que se repiten, por lo que consideramos que se trata de distintos artífices que fabricarían sus pilas con su propio estilo. Los protototipos serían los siguientes: las pilas de perfil carenado con peana de barro y apliques en altorrelieve moldeados antes de la cocción. Esto lo vemos en la pila de Nuestra Señora de la Concepción en La Laguna y en la del Hospital de San Lázaro en Sevilla. En ambas se repite el mismo modelo decorativo, ocupando toda la superficie de la pila. Un segundo tipo serían las pilas de perfil semiesférico y sin peana. Al no trabajar el pie de barro podría abaratar el producto, aunque es característico también en otras pilas. A este tipo pertenecen la de Gáldar y la de la Casa Galindo. Además se vuelve a repetir el mismo patrón de diseño de una franja con placas en alto relieve y otras figuras más pequeñas acompañándolas. Podemos estar ante un segundo artífice. A este tipo perteneció la que existía en El Realejo Alto en Tenerife. El tercer maestro alfarero tiene como sello distintivo elaborar pilas de taza carenada con la aplicación de los diseños sólo en la parte superior de la carena, colocando en su punto de inflexión un cordón, en relieve, de San Francisco. Esto sucede tanto en la pila de la iglesia de Nuestra Señora de Montserrat en Los Sauces, como en la de la ermita de Nuestra Señora de Gracia en Archidona. Algunos autores han querido ver cierto paralelismo entre estas dos con la de Telde, si bien en las tres se utilizan los medallones como elemento ornamental, y en los tres casos llevan pies de barro decorados; en la de Telde, sin embargo, el esmalte blanco no existe –quizás se ha perdido- y el color del vedrío verde es diferente dándole una sensación de plasticidad poco natural que parece hasta una imitación. Por tanto, creemos que se trata de otra mano distinta a Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 479 las que hemos reconocido para las dos primeras, por lo que es probable que sean del mismo taller pero de dos alfareros diferentes. Por último, la pila de San Pedro de Breña Alta, cuyo perfil semiesférico achatado nos ha hecho incapaces de comparar con otra conocida, por lo que creemos estar una vez más ante una mano nueva. Se asemeja a las anteriores en el pie de barro decorado con los mismos motivos que soporta la taza, ornamentación que vimos en la de Sauces y en la de Telde. En definitiva, cinco pilas conservadas llegadas a Canarias, probablemente en fechas muy aproximadas, pero salidas de distintos talleres y ejecutadas por manos diferentes. Manos que ojalá pudiéramos asociar a los nombres conocidos por los documentos como artífices de estas obras de arte: Juan Sánchez Vachero, de Hernando de Olmedo, vecino de Triana o Fernán Martínez Guijarro y cuyas fechas de partida hacia las islas habría que comprobar en los registros de cargas de los barcos salidos desde Sevilla. XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 480 ANEXO FOTOGRÁFICO Foto 1: Pila bautismal de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción en La Laguna. Tenerife. Foto 2: Pila bautismal del Hospital de San Lázaro en Sevilla * Foto 3: Pila bautismal de la iglesia de Santiago de Gáldar. Gran Canaria. Foto 4: Pila bautismal de la Casa Galindo. Antiguamente de villa Talhara * Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 481 Foto 5: Pila bautismal de la iglesia de San Miguel de Valsequillo, antiguamente de la iglesia de San Juan de Telde. Gran Canaria. Foto 6: Pila bautismal de la iglesia de San Pedro de Breña Alta. La Palma. Foto 7: Pila bautismal de la iglesia de Nuestra Señora de Montserrat en Sauces. La Palma. Foto 8: Pila bautismal de la ermita de Gracia en Archidona. * * Fotos de Gestoso y Pérez, Jóse, 1904 XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 482 BIBLIOGRAFÍA BORGES, V. Periódico El Día, 17-10-1957. GESTOSO Y PÉREZ, J. Historia de los barros vidriados sevillanos, desde sus orígenes hasta nuestros días. Sevilla, 1904. HERNÁNDEZ PERERA, J. “Una pila bautismal de cerámica vidriada sevillana en Gran Canaria”. C.S.I.C. Instituto Diego Velázquez. Separata del Archivo Español de Arqueología, 99. Madrid, 1952. HERNÁNDEZ PERERA, J. “Las primeras pilas bautismales de Canarias”. Revista Almogarén nº9. Junio, 1992, pp:191-212. PLEGUEZUELO, A. y LAFUENTE, M.P. “Cerámicas de Andalucía Occidental (1200-1600)”. Spanish Medieval Ceramics in Spain and the British Isles. BAR International Series 610, 1995, pp:217-244. JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S. Archivo personal. Museo Canario. TORRIANI, L. Descripción de las Islas Canarias. Santa Cruz de Tenerife, 1978. Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 483 NOTAS 1 GESTOSO Y PÉREZ, J. Historia de los barros vidriados sevillanos, desde sus orígenes hasta nuestros días. Sevilla, 1904. 2 La pila conservada en la iglesia parroquial de Santiago corresponde a la villa de Gáldar y no al municipio de Arucas, como erróneamente indicó el autor. 3 HERNÁNDEZ PERERA, J. “Las primeras pilas bautismales de Canarias”. Revista Almogarén nº 9. Las Palmas, junio de 1992, pp:191-212. 4 PLEGUEZUELO HERNÁNDEZ, A. y LAFUENTE, Mª P. “Cerámicas de Andalucía occidental (1200- 1600)”. Spanish Medieval Ceramics in Spain and the Brithis Isles. BAR International. Series, 610. Oxford, 1995, pp:217-244. 5 AINAUD DE LASARTE, J. “Cerámica y vidrio”. Ars Hispaniae X. Madrid, 1952. 6 MARTÍNEZ CAVIRÓ, B. Cerámica hispanomusulmana. Andalusí y mudéjar. Madrid, 1991. p:291. 7 Ídem., p:291. 8 Ídem., p:291. 9 La pila verde se encuentra en la iglesia matriz de Ponta do Sol. Este dato ha sido facilitado recientemente por Elvio Sousa. 10 AINAUD DE LASARTE, J. op. cit. 1952. p:197. En un documento de 1514 consta la compra por parte de la Casa de Contratación de dos pilas bautismales de barro grandes para enviar a Jamaica . (MARTÍNEZ CAVIRÓ, B.1991:295). 11 MARTÍNEZ CAVIRÓ deduce, a partir de un texto de MÉNDEZ SILVA, que todas las iglesias del Ducado de Osuna poseen este tipo de pilas y posiblemente fueron hechas por encargo del propio Duque. El texto reza así: “Los Corrales, tres leguas de Osuna, tiene una parroquia de San Francisco Javier, 100 vecinos población de nuestros tiempos. Pila verde como todas las del Ducado de Osuna” (MARTÍNEZ CAVIRÓ, B., 1991:295). 12 PLEGUEZUELO HERNÁNDEZ, A. “Cerámica española”, Summa Artis Vol.XLII, 1997, p:360. 13 GESTOSO Y PÉREZ, J. op. cit., 1904. p:139. 14 Esto lo hemos observado en algunas pilas, como la de Gáldar, en las que el vidriado verde ha chorreado sobre el interior de las tazas previamente cubiertas de estannífero blanco. 15 GESTOSO Y PÉREZ, J. op. cit., 1904. p:138. 16 Es un viejo tema mesopotámico, sobre todo iranio, el animal fiero atacando al débil, de origen preislámico y que tanto juego dio al arte persa musulmán (MARTÍNEZ CAVIRÓ, B., op. cit., 1991. p:291). 17 Ídem., p:291. 18 Las pilas toledanas, por el contrario, se caracterizan por mostrar un perfil característico, consistente en dos piezas geométricas adosadas, el fondo suele ser un cono invertido, mientras que la mitad superior representa una forma geométrica cilíndrica o poligonal, de seis u ocho caras, que son, a su vez, las que soportan el diseño ornamental vidriado en verde. 19 Se refiere a la pila de la iglesia de La Concepción en La Laguna. XIV Coloquio de Historia Canario-Americana 484 20 Ya adelantamos que es un error del autor, se trata de la iglesia de Santiago en Gáldar. 21 Tradicionalmente el término melado se utiliza para designar a los vidriados del color de la miel, aunque erróneamente se ha trasladado a todas aquellas piezas vidriadas. 22 GESTOSO Y PÉREZ, J. op. cit., 1904. p:140-141. 23 HERNÁNEZ PERERA, J. Archivo Español de Arqueología, 99, 1952, p:292-293. 24 HERNÁNDEZ PERERA, J. Rev. Almogarén nº9,1992, p:200. 25 En TORRIANI podemos leer: “Con esta segunda batalla y última victoria puso fin Lugo a la guerra de esta isla y de todas las demás. En efecto, todos los demás reyes obedecieron enseguida al rey de España y se hicieron cristianos, (...), y terminó felizmente a 26 de julio, año del Salvador de 1495”. Aunque no indique nada sobre la existencia de una pila bautismal, no es descabellado imaginar que fuera en este contexto de la Laguna y sobre la pila de barro verde (TORRIANI, L., 1978, p:186-187). 26 HERNÁNDEZ PERERA, J. op. cit., 1992. p:201. 27 HERNÁNDEZ PERERA, J. Rev. Almogarén nº 9, 1992, p:197. 28 En el caso de la ciudad de Gáldar hay noticias de la pronta reutilización de las viviendas aborígenes de manos de los conquistadores, por lo que el asentamiento no se hizo esperar, utilizando algunas de estas casas como refugios y como base estratégica para proseguir la conquista. El texto recogido por QUINTANA, P. dice lo siguiente: “en el pueblo de Gáldar, en una casa capaz y grande que esta en el canto del lugar, y en otra casa serca desian misa, y la yntitularon de la abogasion del Señor Santiago, do fueron enterrados los muertos, y mientras allí estuvieron los nuestros rehasiendose, por causa de los mal heridos que avia y de los muertos, hisieron alli junto un fuerte o torresilla arrimada a una casa grande de los antiguos”. Esta torre parece que vuelve a mencionarse en los siglos XVI-XVII “la qual torre dio a la Yglesia la cabdad” (QUINTANA, P. Rev. Almogarén, XXI/1/1990, p:58-59), encontrándose dicha construcción en la “calle vieja”, cuyos vestigios se mantendrían hasta 1679 fecha en que, quizás por las obras de ampliación de la iglesia o por las realizadas alrededor del susodicho edificio para la instalación de la cilla del Cabildo catedral, se encontraba deshecha y completamente arruinada (QUINTANA, P. Rev. Almogarén, XXI/1/1990, p:45). 29 Archivo personal de JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S. Museo Canario Las Palmas de G.C. 30 OJEDA GUERRA, Mª T. Estudio histórico-artístico de la iglesia de Santiago Apóstol de Gáldar. La Laguna, 1963. 31 HERNÁNDEZ PERERA, J. op. cit., 1992. p:196. 32 HERNÁNDEZ PERERA, J. A.E.A., 1952, p:292-293. 33 “Después de haber llegado tanta gente, apresaron al rey de Gáldar, quien, enviado a España, a la Corte, pidió bautismo en presencia del rey Católico, y fue llamado Fernando” (TORRIANI, L., 1978, p:138). 34 HERNÁNDEZ PERERA, J. A.E.A., 99, 1952, p:196. 35 Este dato es algo confuso, pues si bien los investigadores hablan de la primera partida de bautismo como del año 1506, no sabemos por qué firma el clérigo con fecha de 1504. 36 A.P.I.S.G. I Libro de Fábrica, 1534-1564, fol. 19-r. (QUINTANA ANDRÉS, P. Almogarén XXI/1/1990, p:58-59). 37 HERNÁNDEZ PERERA, J. Almogarén nº9, 1992, p:191-212. Pilas bautismales sevillanas en las Islas Canarias 485 38 Ídem., 1992, p:198. 39 Este dato consta en el Inventario de 31 de Diciembre de 1815, primero de la Parroquia de San Miguel de Valsequillo, se lee: “Una pila verde la misma que había antes en la Parroquia Matriz de Telde, que costó diez ps. (pesos) con una piletita de peltre dentro por donde pasa el agua al sumidero, todo costando con dichas limosnas” (JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S.). 40 Archivo Personal de JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S. Museo Canario. 41 Este dato lo remite el Dr. P. HERNÁNDEZ a JIMÉNEZ SÁNCHEZ en carta fechada el 12 de Julio de 1945. (Archivo Personal de JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S. Museo Canario). 42 MARTÍNEZ CAVIRÓ, B. op. cit., 1991. p:291. De esta pila sólo conocemos su descripción, ya que no hemos tenido ocasión de contemplarla si quiera a través de una fotografía. 43 BORGES, V. Periódico El Día, 17-10-1957. 44 HERNÁNDEZ PERERA, J. Almogarén nº9, 1992, p:199. 45 HERNÁNDEZ PERERA, J. Almogarén nº 9, 1992, p:199. 46 Ídem., p:194. 47 Ídem., p:195. 48 Ídem., p:195. En este caso existen ciertas dudas de que se trate de una pilita de fabricación sevillana. El único dato que apunta a tal origen andaluz es su cubierta vidriada verde, pues también es sabido que tras la orden de sustitución de las pilas de barro por otras de piedra, Toledo comenzó a elaborar pilitas de agua bendita en barro para ser colocadas dentro de las pilas bautismales de piedra. Esta labor talaverana pertenece al siglo XVII y se conocen dos series desde el punto de vista de la ornamentación, una policromada y otra azul (MARTÍNEZ CAVIRÓ, B. 1991, p:291). 49 Archivo personal de JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S. Museo Canario Las Palmas de G.C. 50 Archivo personal de JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S. Museo Canario Las Palmas de G.C. Este dato lo recoge a su vez de un estudio consignado por don CAMACHO Y PÉREZ GALDÓS, G. en la revista El Museo Canario nº33-36, en un estudio sobre dicha iglesia de Santiago del Realejo Alto, en Tenerife. |
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