CAMBIOS EN LOS CONCEPTOS DE INTERVENCI~N
EN LAS ARQUITECTURAS DE VEGUETA A PARTIR
DE LA RECUPERACI~N ARQUITECT~NICA
DE LA CASA DE COLON
Los trabajos que está realizando la Escuela Taller Vivir Vegueta,
en arquitecturas del barrio, nos han puesto ante una disyuntiva teóri-ca,
sobre los criterios actuales de intervención y la metodología que
para la recuperación de los restos significativos de lo que fueron sus
primeras construcciones.
Por ello, el conocimiento de trabajos realizados en otras ciudades
de nuestro entorno cultural, y los datos que Vegueta ofrece, cuando
se la observa con la suficiente meticulosidad, han ido perfilando unos
criterios particulares, capaces de responder a la recuperación científi-ca
de los ejemplos más señeros que aún perviven. A pesar de encon-trarse
envueltos en sucesivas transformaciones, que no hacen más que
informarnos de otra de las características arquitectónicas y urbanísti-cas
de Vegueta, la latencia de los estilos y la sobreposición de las
arquitecturas, han mantenido, en prácticamente todas sus calles, los
trazados originarios.
Desde esta flexibilidad conceptual, los trabajos de restauración
ofrecen importantes resultados que perfilan, cada vez con mayor
rotundidad, lo que fueron los principios genéricos que se emplearon
en la definición constructiva de los edificios: los procesos de forma-ción
de los modelos compositivos, las técnicas de trazado y pro-porción
de los muros, los sistemas de ensamblaje de las carpinterías ....
El análisis de toda esta casuística y la necesidad de consolidar una
fundamentación del trabajo que nos ocupa, ha dado lugar a inevita-bles
comparaciones con otras intervenciones o trabajos de nuevas ar-quitecturas
incorporadas al barrio a lo largo del presente siglo. De esta
comparación, y del oportuno estudio se ha concretado un cuadro de
patologías y de problemas usuales que lleva implícita la construcción
330 José Luis Gago
de la arquitectura canaria. Pero lo más sorprendente de los resultados
del análisis es la precariedad constructiva que se ha heredado, al in-currir
en las deficiencias y no en los mecanismos de mejora del dise-ño
constructivo.
Si, de estos ejemplos abundan con reiteración, léase la evacuación
de aguas de los balcones, la acomodación de las carpinterías de las
puertas en sus huecos, la inadaptación al uso de las ventanas de gui-llotina,
el remate superior de los muros, del sistema de evacuación
de aguas de las cubiertas y de los tejadillos sobrepuestos a los balco-nes,
o del mismo mantenimiento de estas piezas singulares; no pode-mos
comprender como en la actualidad (en proyectos modernos) se
repiten estos mismos endemismos sin acometer su resolución, eviden-temente
sin que afecte a la esencia del objeto arquitectónico.
De estas cuestiones, preocupa lo que ha ido fraguándose como con-tenido
de la rehabilitación de la arquitectura canaria, y de la superfi-cialidad
con que suele tratarse, pues, por lo general, es la mímesis o
la semejanza, el criterio que se ha asentado como adecuado para no
«molestar» la estabilidad del concepto de «lo canario».
Es más, en algunos casos, a partir del regeneracionismo estilístico
propiciado durante los años cuarenta y cincuenta, el proceso se ha
acentuado, llegando a simplificaciones y esquematismos que ponen en
peligro la- identificación cultural de la arquitectura vernácula frente a
estos nuevos ejemplos.
Un caso paradigmático, no solo por su resolución, sino por la
amplitud de los trabajos realizados, es la Casa de Colón. No podía
ser menos, que nuestra curiosidad se fijase en uno de los edificios más
representativos de la ciudad, y por tanto emblemáticos del barrio.
La Casa de Colón fue, desde un principio, el empeño del Cabildo
Insular de Gran Canaria por dotar a la ciudad de un centro que aco-giera
sectores del mundo de la cultura que resultaban de obligada
existencia en una sociedad occidental. En la primera propuesta, la
intención de la Corporación era ubicar en Vegueta el Archivo Histó-rico
Provincial: salvaguarda de nuestro pasado: y un pequeño Museo
Histórico-Artístico, lugar de presentación de la evolución de la plás-tica
y la cultura.
Con esta voluntad, en 1946, el Cabildo Insular acuerda adquirir
la casa número 1 de la calle Colón, esquina al Pasaje de Pedro de
Algaba. El edificio era una vivienda con buenas proporciones (de
498,9 m2 sup-rfici~.)y~ factura acorde con los cánones de las cons-trucciones
del siglo xv. El patio, rodeado en tres de sus lados por una
galería de madera (según se desprende de la traza de la planta, aun-
Cambios en los conceptos de intervención en las arquitecturas de Vegueta ... 33 1
que no es posible ratificarlo por no haberse hecho el correspondiente
levantamiento del estado actual), era la pieza central de una edifica-ción
compuesta por tres crujías dispuesta sobre las tres fachadas con
que contaba la casa.
El responsable del diseño de las obras a realizar fue el arquitecto
Secundino Zuazo, quien efectuó los planos de un anteproyecto, que
respetó parcialmente la estructura tipológica del edificio, a fin de aco-modarse
con las necesidades que conllevaban los usos, a que iba a
ser destinado (figs. 1 y 2).
,150 anio (&,ha) ESCALA I 100
FIG. 1.-S. ZUAZOA: nteproyecto. Planta baja.
De ia propliesiad estaca el aicaismod e las fOiírias, tal como
estaban en el edificio que nos muestran las antiguas fotografías; la
fuerza expresiva de los huecos y de los paños ciegos, en un muro que
introducía el color blanco, con la intención de presentarlo de manera
radical en el conjunto cromático que caracterizaba la calle Colón y la
plaza de San Antonio Abad (figs. 3 y 4).
Partiendo de este anteproyecto, se iniciaron ias obi-as , de las qüe
sabemos por un informe del aparejador José L. Martín Barbosa, de
junio de 1950, que surgieron todo un cúmulo de imprevistos para los
332 José Luis Gago
I PISO PRIMERO (Reforma) ESCALA 1.100
FIG.2 .-S. ZUAZOA: nteproyecto. Planta alta
CALLE DE COL&
FIG.3 .-S. ZUAZOA: nteproyecto. Fachada principal.
que no tenía la adecuada resolución. Podemos leer en dicho informe
@er fig ser apreve~h&!e~nr, i-c-n-c- XJI terhnc pc !a C I E ~& &!& XI ante ----- J
la precisión de su derribo, así como también ocurrirá con la galería
del patio principal, escalera y pasamanos de la misma, sería intere-
Cambios en los conceptos de intervención en las arquitecturas de Vegueta ... 333
Fic. 4.-S. ZUAZO: Anteproyecto. Fachadas laterales.
sante que se le preguntara al Sr. Zuazo si tiene detalles de la forma
en que habría que construirse, dando los que crea precisos. También
habría que tener dibujos de pilares o columnas de la galería que hoy
son de madera, con sus zapatas)).
No sabemos en que consistió la respuesta de Zuazo a estos reque-rimientos
del técnico de la obra. pero sabemos que a partir de enero
de 1.951, prosiguen las obras que habían permanecido medio año pa-radas;
se adquiere, en febrero de 1951, la casa número 3, de la calle
Colón; y con posterioridad, en febrero de 1953, la casa número 12
del Pasaje de Pedro de Algaba. Se deduce de la marcha de las obras
y de la redefinición del programa, que ya sea por parte del arquitecto
o del técnico insular, se ha modificado el anteproyecto, (suposición
que aventuramos a pesar de no poder documentarlo).
En estos años, las obras han ido creando nuevas expectativas al
barrio, la instalación del Archivo Histórico Provincial, resultará ser
una llamada de atención sobre el interesante patrimonio arquitectóni-co
que guarda en silencio el casco fundacional, y el tratamiento esté-tico
abrirá paso a una sensibilización por el problema de la adecua-ción
de las arquitecturas domésticas a la calidad ambiental del barrio.
Pero durante la ejecución de las obras, la Corporación cambia el
programa que había asumido y se compromete a alcanzar, solamente,
el primero de los objetivos fijados, es decir la ubicación del Archivo
Histórico, y se renuncia a la idea del Museo de Bellas Artes, al com-
,",h, 1n0 ;mn~Tl;mP,,tnP ;n'..31,,?hl~'. ni,* .2iinnní9 n n pnnts,. pnn ni"- tJl""LLl ,"O IIIIyCIUIIIICIIICVJ I.IUUI * U"IV.7 "UY"...U 11" "VI..... "Vi. iii..
gún patrimonio previo que pudiera ser la base para dicha institución.
Será por ello que desde 1951 se empieza a hablar de la Casa de Co-lón
como única denominación para el centro en construcción, y así
evitar insistir en el contenido museístico del que se había partido, lo -
que, por otra parte, supone un giro en la potencialidad de las activi-
A - A - - A-1 ,.--*,.-,.A-- -..l+ ..-- 1
U~UGS UGI LUIILGIIGUUI LUILUI~I.
Con esta concepción mas abierta, la Casa de Colón cumple con
ser destinataria de los esfuerzos inversores de la Corporación Insular,
334 José Luis Gago
en materia cultural y de paso proseguir en lo que empezaba a ser un
objetivo «adquirir todos los edificios que constituyen la manzana de
la Casa de Colón, con objeto de ampliar e instalar adecuadamente los
diversos centros e instituciones culturales en aquella comprendidos».
Vemos en estas palabras que la Casa de Colón no es en sí una obra
única, sino que encierra un abanico de contenidos que precisarán de
tiempo para llegar a ser una estructura de desarrollo cultural de la isla.
Esta cita, corresponde al año 1957, y dista mucho de lo que ha-bía
sido hasta entonces la idea del proyecto. Se ha precisado toda una
década para llegar a prefijar cuales eran las verdaderas dimensiones
del programa, lo cual deja muy perdida la concepción que Zuazo di-bujó
cuando hizo los primeros planos.
En 1957, el Cabildo había adquirido las casas 5 y 7 de la calle
Colón, amplia las obras basándose en los planos trazados por la ofi-cina
técnica insulari cuya dncumentacibn firmíl e! ~pílre;xkx Tnmás
Campos Doreste. Por entonces, ya se ha encargado realizar en piedra
amarilla de Teror, la portada de la calle Herrería. De esta portada
conocemos los dibujos publicados por Santiago Santana, de lo que se
desprende ser el responsable del diseño (figs. 5 y 6).
Fic. 5.-E. LAFORETF: achada Casa n." 5. CI. Colón. Plano del A.H.P.L.P
Cambios en los conceptos de intervención en las arquitecturas de Vegueta ... 335
FE. 6.-E. LAFORETF:a chada Casa n." 7. C/ Colón. Plano del A.H.P.L.P.
Por otra Darte. vemos como han ido avanzando sobre la manzana x ,
las transformaciones de, la ya conocida como, Casa de Colón, aun-que
también es cierto que no conocemos, con exactitud, quienes han
sido los responsables de su diseño. A lo largo de los años se ha man-tenido
un cierto ermetísmo por parte de los responsables, sin hacer
recaer en nadie la adjudicación directa de este trabajo (solo en su fir-
336 José Luis Gago
ma aparece Tomás Campos Doreste como técnico de las obras, de-jando
pendiente una evidente duda sobre su cometido).
Pero, la Casa de Colón tiene en su historial muchas más dudas
razonables que se han ido prodigando mediante el proceso verbal de
su popularización: la cripta, los túneles hasta la catedral, la traída
de restos arquitectónicos de otros edificios destruidos etc, que crean
un marco de fantasía en torno a su construcción y existencia.
Si observamos la planta del proyecto de inclusión de las casas 5
y 7 de la calle Colón, y la número 2 de Herrería, nos interesa parti-cularmente
la planta sótano, en la que se coloca el salón de actos,
conectado con la cripta construida con anterioridad. La forma de la
sala, la conexión con la cripta y la escalera de bajada forman una de "2
las partes más curiosas de la propuesta. Posiblemente, de haberse rea- S
lizado, hoy tendríamos muchas respuestas a preguntas que surgen O
cuando recorremos sus dependencias (fig. 7). d-
De la planta, lo que más llama la atención es la carencia de un ó"
S
sentido unificador distinto al de contigüidad que ya tenían los pro- 2I
pios edificios. Y esta carencia no parece pasar desapercibida a To- 1
más Campos, pues en la memoria que presenta adjunta de los planos, 5
Y
2
Fic. 7.-Planta sótano. Ampliación del proyecto.
Cambios en los conceptos de intervención en las arquitecturas de Vegueta ... 337
hecha en falta de nuevo la experiencia de un técnico: «se hace im-prescindible
el nombramiento de un arquitecto-director».
Esta lacónica frase nos hace pensar en la magnitud de los proble-mas
a los que tenía que enfrentarse el aparejador y, en el fondo, nos
da su opinión sobre la inconsistencia del trabajo que se estaba ejecu-tando
y proyectando.
Desde 1957 se abre un laborioso período de negociaciones, expro-piaciones,
deshaucios, etc., que van a llevar a prefigurar el nuevo fren-te
del edificio cultural, es decir, la fachada hacia la plaza del Pilar
Nuevo. Ya, a estas alturas de los trabajos empiezan a tomar más re-levancia
Néstor Alamo y Santiago Santana, quienes se encargan de
proseguir adelante con las obras y en particular será Néstor quien di-señe
la espectacular portada verde de esta nueva fachada. (fig. 8)
Estamos en 1961 y procedente de la finca Tima, se extrae la pie-dra
que servirá para la construcción de la portadai que ir6 instalada
sobre la preexistente estructura de hormigón armado que tenía la casa
Rivero, justo la que centraba el frente de la manzana.
Las obras duran cerca de dos años, y una vez acabadas se trasla-da
de nuevo el Archivo Histórico Provincial a las dependencias re-cién
terminadas. Se restaura la Casa de los Hidalgos «respetando el
FIG. 8.-Planta baja. Conjunto de la Casa Colón en su ocupación actual.
338 José Luis ~ a g o
tipo de arquitectura y hogar canario del siglo XVIID, se adaptan los
frontis de las dos casas hacia la calle Colón y por fin se instala el
tan anhelado Museo de Bellas Artes en lo que era la Casa de Colón,
u origen del centro cultural. (Podemos ver resurgir de nuevo el Mu-seo
de Bellas Artes, sobreponiéndose a los anteriores cambios que lo
habían desaconsejado, situación que nos reafirma en la idea de la cla-rificación
real de las intenciones del programa para el edificio).
Desde que el edificio se considera recuperado no paran las modi-ficaciones
parciales y complementos para asegurar otros usos que se
hacen imprescindibles como puede ser el acondicionamiento interior
del salón de actos, la pavimentación con lajas del patio, etc.
Este relato nos muestra cual fue el sistema seguido en la concep- ,, -
tualización de los trabajos llevados a cabo para la recuperación ar- E
quitectónica de los edificios que hoy dan cabida a la Casa de Colón. O vnrn. nboa+~a r .p.. ..fininwo#r. .baw i.,.o iwa i:..i+ie~..nbninr... a a i l+u -nro. 2 ~ u r . ~ r i w i ~yrb\irr&a. nr ~rnl b"i+inrmb ini inbtin~.~ r1l.,a.. n--
primera, la idea en sí de organizar un centro cultural uniendo edifi- m
O
E cios de carácter doméstico hasta alcanzar el volumen requerido para E
2 acogerlo; la segunda, el que se pensase que puede hacerse una inter- E
vención arquitectónica de este tipo, paso a paso y según se vieran las
-
necesidades; y la tercera, el que la idea del conjunto se sobreponía, 3
según avanzaban ias obras, a ia propia idea de ias adiciones. -
-
0
Pero ninguna de estas tres cuestiones mantiene una relación lógi- m
E
ca y en consonancia con el conjunto concluido. Por ello, nos vemos O
obligados a recurrir a un análisis arquitectónico que optimice cada uno
de los acontecimientos y ayude a crear un medio en el que las partes n
E se conviertan en legibles. -
a
Partiendo del proyecto de Zuazo tenemos como primera contradic- 2
n
ción el que no se cuenta con el terreno suficiente para ejecutarlo, ya n
n
que si el arquitecto parte de un programa funcional, la satisfac- 3
ción de este requiere una superficie acorde, que no cabe en la sola O
parcela de la casa adquirida por el Cabildo Insular. Una vez resuelto
este primer problema y compradas las casas colindantes hacia el Pa-saje
Pedro de Algaba, y calle Colón, apreciamos que la contradicción
se extiende, y se precisa cambiar la relación entre los dos patios, trans-formando
una pared medianera, en muro separador. A modo de fil-tro,
se perfora el muro a fin de lograr la mayor permeabilidad posi-ble
y se le colocan sendos corredores en la planta alta, en ambas caras,
con el fin de unificar el sistema circulatorio y semejarlo lo más posi-ble
al ideal del patio canario, una vez salvadas todas las apariencias.
Cuando recorremos el primer patio, ya sea en plano o in situ, en-seguida
nos damos cuenta que este ha sido manipulado parcialmente.
Cambios en los conceptos de intervención en las arquitecturas de Vegueta ... 339
El muro de poniente está abierto hacia el segundo patio, por una puerta
y una ventana corrida. Esta lamentable composición, atípica en cual-quier
construcción de Vegueta, fue el mecanismo utilizado para for-zar
la conexión entre los antiguos edificios, dando como consecuen-cia
una tan extraña relación espacial.
Fijándonos un poco mas en la planta, detectaremos de inmediato
una incongruencia mayor: el segundo de los patios cuenta con una
formalización arquitectónica monumental, a pesar de que no sirve a
ningún espacio de escala semejante. Este patio está ocupado en tres
de sus lados por una magnífica arcatura, de estilo renacimiento, pero
lo escaso de su desarrollo, la altura de sus fustes, la hacen entrar en
contradicción con el resto de los huecos a que sirve.
En realidad estamos ante un engañoso injerto, que tiene su origen
en el traslado de restos arquitectónicos del claustro del convento de
Santc! Domi~gc. Evidentemente, !ir prqmrcinnes de un rlaiistrn se
corresponden con el porte de los paños de los arcos en cuestión, pero
en ese pequeño patio doméstico sobrepasan la escala admisible.
Para evitar esta contradictoria situación, hubo de pensarse una
solución que pasó por resolver el encuentro con las siguientes amplia-ciones.
Allí, se colocará una nueva portada a dos alturas, que enta-blará
un dialogo más acorde en escala, pero menos afortunado
compositiva y estilísticamente.
Esta portada neogótica, que se ubica en un patio, no encaja tam-poco
con lo que es la arquitectura de interiores, ni con la composi-ción
propia de un patio, pero hemos de entenderla como la entrada a
un nuevo edificio de museo, desde el edificio del museo existente. Por
eso la portada se corresponde con la suntuosa proporción del patio que
se construye en el solar de las casas 5 y 7 de la calle Colón, una vez
que han sido vaciadas.
Otro detalle a considerar, es que para salvar el desnivel entre es-tos
dos patios se precisará de nueve escalones, secuenciados en tres
grupos. Esta diferencia de niveles tiene su explicación en la diferen-cia
cie cota sobre ia que se asienta ia casa iiúmero 5. Terü, taiiibiéii
en la intención de colocar el salón de actos en el sótano, aprovechan-do
el vaciado del edificio para construirlo.
Lo que resulta más complejo de explicar es el acceso al tercer
patio desde la Plaza de los Álamos. El desnivel entre la plaza y
el patio es relativamente escaso, pero se han colocado cuatro escalo-nes
cie subida, secuenciacios en 60s tramos, y una escaiera de bajada,
ya dentro del patio, con cuatro escalones. Si dibujásemos ahora una
sección longitudinal que nos ponga en relación los tres patios, nos da-
340 José Luis Gago
remos cuenta de que se han mantenido forzadamente unos desniveles
innecesarios, y que sólo tienen justificación en el escaso rigor con el
que contaba el proyecto ejecutivo (fig. 9).
LONGITU
COLO Fi
W LOS
FIG.9 .-Sección longitudinal del desnivel entre los patios de la Casa Colón
y la entrada desde la plaza de los Alarnos.
Si acometemos, por último, el análisis de ¡a obra que correspon-de
al frente de la plaza del Pilar Nuevo, observamos que lo que-más
llama la atención es el cambio de escala entre los elementos que la
componen. Las importantes contradicciones entre los huecos y los sis-temas
decorativos que les corresponden, dan lugar a una comple-mentaria
revisión del problema. El despiece por familias de los ele-mentos
constitutivos hacen corresponder a cada una de ellas con una
secuencia de fachadas, que se explica por la agregación, como forma
de composición.
Dado que se trata de un trabajo relativamente reciente podemos
documentar con cierta facilidad cual ha sido el proceso de transfor-mación
de este paño de fachada a partir de las tres que había en un
principio. Básicamente se trata de un ejercicio de reapropiación de una
nrt,.,rotrit., mn~nrnri A- L,.,.-;,-,x~ -1 -zrr i ami UDCIUULUIU IIIVUCIIIIU UCI U U L U U ~ U L L , buuauuiua bi auu L ~ J L , uia UGL
arquitecto Rafael Masanet, quien demolió un edifico de similares ca-racterísticas
formales a los contiguos, y que se componía de la ma-nera
siguiente: dos huecos de puerta de distinta altura y anchura en
la planta baja, con evidentes trazas goticistas, y dos ventanas con
carpinterías de guillotina en la planta alta (fig. 10).
E: cuiij.Giiio de las ires focha(jas en cuesiibn resulia"u
pensado y la conexión interna de los edificios también. Lamentable-mente,
se opta por la solución mas perniciosa, salvar la estructura de
Cambios en los conceptos de intervención en las arquitecturas de Vegueta ... 341
e, if34e/d* CI b4/Ó . . . 721: OOH
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1 W I :-IR-FIG.
10.-R. MASANETC: asa Rivero. Plaza Pilar Nuevo 2. Fachada.
Plano del A.H.P.L.P.
342 Jose Luis Gago
hormigón y colocarle delante una nueva fachada. De entrada, se topa
con el inconveniente de elevar un piso a los edificios laterales, y en
ello se emplean también elementos y proporciones desconocidas para
esa arquitectura. Las grandes superficies de muro nuevo, alejan los
huecos, ricamente revestidos, de los agrupamientos originales, posi-bilitando
un cambio de escala que se resume en la presencia de la
gran portada verde. (fig. 11)
Las nuevas secuencias entre los huecos no son un simple detalle
diferenciador, más bien son una injustificable falta de control de obra
y diseño. Si profundizamos en el estudio de la sección de la fachada
vemos que se han dejado espacios vacíos entre la cubierta del edifi-
FIG. 1 l.-Casa de Colón. Estado anterior a las modificaciones realizadas para
cnnfigi'r-r !a iinificari6n del conjunto arquitectónico de la manzana y nueva
fachada tras la intervención. J. L. GAGO: Vivir Vegueta. Ponencia al Congreso
Internacional «Rehabilitación del patrimonio arquitectónico y edificación*.
Tomo 11, p. 322.
Cambios en los conceptos de intervención en las arquitecturas de Vegueta ... 343
cio lateral y el inicio del piso de la planta añadida. Este espacio, de
más de metro y medio de altura, es impracticable y representa una
evidencia clarificadora de la falta de criterios arquitectónicos en la
ejecución de los trabajos.
Desde estos parámetros ha de medirse, en verdad, la influencia
ejercida por la Casa de Colón en posteriores proyectos de interven-ción
en el casco de Vegueta. Podemos decir que a partir de entonces
es posible encontramos con propuestas decorativistas que pretendie-ron
«mejorar» los clichés de algunas arquitecturas que habían ido
quedando muy arcaicas en su rusticidad, y fáciles de renovar con la
incorporación de señuelos de carácter historicista.
Este amaneramiento, impropio de un pensamiento científico, ini-ció
un desafortunado camino que va a costar trabajo de revisar, a la
vez que destruirá para siempre testigos mudos que manifiestan el pa-sado,
sin haber tenido la prudencia de documentarlo fidedignamente,
a fin de preservar la verdadera evolución de la historia.
Uno de los complejos que será preciso erradicar cuando tengamos
de hecho la intención de salvaguardar el patrimonio arquitectónico de
Vegueta, es el de los conceptos preconcebidos, pues nada más falso
qüe est= pura enfrentmos a üfia rec~peraciSn consecuente coü !a m-turaleza
de la arquitectura.