2043
140
ARRECIFE, UN NÚCLEO DE POBLACIÓN
CON FUTURO EN EL TRÁNSITO DEL
SIGLO XVIII AL XIX
Francisca María Perera Betancor
Los recuentos de poblacion en Lanzarote
Durante la mayor parte del Antiguo Régimen la localización geográfica de los
asentamientos poblacionales de Lanzarote se sitúan en zonas del interior. A priori, sus
indefensas costas no favorecían su proliferación, y a pesar de ello, cuando lo había, caso
de Arrecife con el Castillo de San Gabriel, no era suficiente. En los siglos que estuvo este
castillo en servicio, pasó el mayor tiempo cumpliendo la función de primera línea defensi-va,
a la cual se desplazaban del interior las compañías de milicianos, y a su vez para que el
resto de la Isla se prepara ante la incursión.
Los datos poblacionales que conocemos para Lanzarote no son numerosos, y por otro
lado, no del todo fiables.1 Realizaremos una exposición de los conocidos.
El siglo XV
Para el mismo año de la conquista normanda, 1402, se recoge para Lanzarote una cifra
de 300 habitantes,2 que consideramos algo baja si tenemos en cuenta lo estimado por los
arqueólogos.3
El siglo XVI
El siglo XVII
VECINOS HABITANTES
15724 350 De 1575 a 1925
15875 120 De 540 a 600
15906 - 1000
15957 300 -
VECINOS HABITANTES
16058 270 -
16299 500 -
167610 - 2000
167611 - 3447
1678 - 4146
2044
El siglo XVIII
VECINOS HABITANTES
1679 - 3952
1680 - 3737
1681 - 4492
1682 - 4402
1683 - 5267
1684 - 3897
1686 - 4006
1687 - 4416
1688 - 4483
VECINOS HABITANTES
1720-2312 2000 -
173013 1077 4967
173514 Da dos cifras
764 y 894
3438-4202 / 4023-4917
173715 725 De 3262 a 3987
174416 - 7210
175517 1500-1746 -
175718 1924 9843
176819 - 9705
1768-6920 - 9675-9705
177021 1939 -
177222 1514 -
177623 1903 7836
178724 - 12784
179025 - 10000
2045
El siglo XVIII supone en Lanzarote una obligada división cronológica, dada por su
historia geológica que implica el antes y el después de un cambio en la fisonomía insular.
La isla registra una serie de erupciones volcánicas de 1730 a 1736 que sepultará a muchos
núcleos poblacionales y a un tercio del territorio insular, sin registrarse fallecimientos
directamente relacionados con los volcanes.26 Sucumbirá gran parte de su suelo agrícola
sepultado por las lavas, y toda la isla es envuelta por humos y cenizas que generan inesta-bilidad
general. Desde septiembre de 1730, en que comienzan las erupciones, a enero de
1731 se estima que había emigrado el 44% de la población insular a otras islas.27 La
inestablidad geológica no es a priori favorable para que la población se incremente, lo
cual, posiblemente no sucediera hasta mediada la centuria, aunque se considera con res-pecto
a Lanzarote, que desde 1688 inicia un incremento en la tasa de crecimiento acumu-lado
alcanzando su mayor cota entre 1733-44, sólo superada por El Hierro28. La segunda
mitad del siglo registra un incremento estable, con oscilaciones dadas las duras condicio-nes
climáticas que soportó, especialmente las sequías desde finales de los años sesenta a
los ochenta.
Aportamos un nuevo recuento conservado en el Archivo Histórico Nacional (cita 13),
fechado en Teguise el 29 de diciembre de 1730.
Estando presentes Melchor de Arbelos Betencourt y Spínola, Alférez Mayor, Regidor
decano y Alcalde Mayor, el Gobernador de Armas Coronel Pedro de Brito Beténcourt,
Ambrosio Cayetano de Ayala y Navarro Comisario del Santo Oficio, el teniente capitán
Francisco Nantes Bethéncourt, el teniente capitán Felix Amaro Ferrer y Bethéncourt,
Melchor de Llarena y Ayala, el teniente capitán Bernardo Cabrera Bethéncourt, y por la
Junta Nicolás Clavijo Álvarez, escribano público. Notifican la ruina por el volcán desde la
noche del 1 de septiembre y apagándose el 19 de septiembre y continuando desde el 10 de
octubre. Se realiza el siguiente recuento de vecinos:
HARÍA
85. Iglesia y ermita de San
Juan Bautista.
MÁGUEZ 19.
TABAYESCO 6.
MONTAÑA 3. Ermita de Las Nieves.
MALA 14
GUATIZA 11
STA. MARGARITA 7. Ermita.
GUENIA 9.
MOJÓN, LOS VALLES,
TAIGA, TESEGUITE -
Ermita S.Leandro-
89.
2046
Hasta 1736 no deja de evolucionar la fisonomía insular, posibilitando que se inicie la
reconquista del espacio transformado. La isla recoge un nuevo orden poblacional y varios
pueblos, como por ejemplo Los Valles, Teseguite, Guatiza, Mala y Haría, que no sufrieron
las erupciones, atrajeron a los habitantes que se les había destruido sus bienes, o en otros
SAN JOSÉ 1. Ermita.
NAZARET 3. Ermita.
TAHICHE 13.
PUERTO 18. Ermita de S.Ginés.
ARGANA 4.
ZONZAMAS 1.
VILLA TEGUISE
201. Iglesia parroquial. Ermita de la Vera
Cruz y la del Espíritu Santo. Dos
conventos. Fuera, la de S. Rafael.
SOO 45.
MUÑIQUE 25.
YACEN Y CUCHILLO 14.
TINAJO 55. Ermita de S.Roque.
VEGUETA Y YUCO 51. Ermita de Regla.
TIAGUA 19.Ermita del Socorro.
TAO Y CERCADO 20.
GUIME,
CALDERETAS,
S.BARTOLOMÉ
- Ermita-
80.
MONTAÑA BLANCA 12.
MOZAGA Y LOMO
DE S.ANDRÉS
16.
GERIA 7. Ermita de la Caridad.
TINGAFA 46.Ermita S.Juan Evangelista.
INAGUADEN Y MTA.
BLANCA CHIQUITA
8.
FAMARA 2. Ermita de N.S. las Mercedes.
FIQUININEO 3.
YAIZA 90. Iglesia de Ayuda Parroquial.
FEMÉS 41. Ermita de S. Marcial.
UGA 18.
2047
que se mantuvieron como Tahíche, Tiagua, Yaiza y Mácher, siendo escasos los que direc-tamente
se les relaciona su nacimiento tras las erupciones, como es el caso de Tías.
Arrecife no recoge un incremento poblacional importante directamente relacionado
con el nuevo orden geográfico establecido. Posiblemente sí lo sea indirecto, ya que al
quedar gran parte del suelo exento de ser cerealero, las tierras del término del Yagabo y de
Argana se irán revalorando y convirtiendo de terrenos montuosos en tierras labradías. El
término del Puerto del Arrecife mantiene y potencia su principal aporte histórico, ser el
puerto de Lanzarote, y en este siglo comenzará la pujanza de un subsector económico que
será su exclusiva aportación insular, las actividades marítimas, especialmente las pesqueras.
El puerto del arrecife
Sabemos de su utilización como zona portuaria desde el inicio de las etapas históricas,
sin que ello diera lugar al asentamiento de una población numerosa y estable.
Contó desde finales del siglo XVI con una fortaleza y ermita. La posesión del término
correspondía al señor territorial, y desde el primer marqués de la isla se documentan las
primeras casas.
En 1596 Gaspar González compra al marqués el término y casas del Yagabo.29 En 1597
lo vuelve a vender por impago a Pascual González, quien toma posesión en 1599.
En 1615 Mariana Manrique Henrique de la Vega y su hijo Diego de Herrera hacen
gracia “por sus buenas artes” del Mesón del Puerto a Lorente Betancor y a su mujer María
Trinidad, el primer establecimiento de venta de vino, aguardiente y aceite, que mantiene el
monopolio de la venta de productos, lo que le llevó a entablar un largo pleito que llega a
finales del siglo XVIII, y que nunca cumplió con la función de hospedería.30
Otras casas se reconocen en el siglo XVII señalando un incipiente urbanismo. Desde
1646 se documenta la reparación de dos casas grandes, las Casas de la Aduana, siendo su
construcción anterior.31 Aparte de los edificios citados, desde finales del siglo XVII se
citan la casa del Guarda del Tabaco, la del capitán Manuel Perdomo, la casa Bonilla, y en
Argana sólo dos vecinos que son hermanos, Gonzalo y Juan Perdomo.32
En el siglo XVIII se añaden datos de otras casas. En 1719 El condestable Luis Francis-co
Fleitas vende una casa a Cristóbal Benítez, la cual había comprado en 1706 a Manuel
Perdomo Cigala.33 En 1732 Andrés Fernández vende una casa terrera a Domingo Ramos,
que la había comprado a José Calleros y al condestable José Pacheco.34
Con motivo de un pleito que se entabló entre la arrendadora del Mesón y el quintador
José de la Mota, se procedió a un interrogatorio en 1750 en que cita a los que por entonces
se les consideraba primeros vecinos con casa: María Luis (posiblemente sea María Lius
Pacheco, la hermana de María Rosa Pacheco casada con el capitán de la mar Jacinto de la
Barrera, documentados todos como vecinos desde 1718), Teodoro Bonilla, Gregorio Padilla,
Domingo Martín, José Bautista, Gopar Duarte.
2048
De los interrogatorios se recoge unánimemente que cuando se puso el Mesón apenas
contaba Arrecife con 3 ó 4 casas. Hace unos 20 años que recuerdan entre 7 ó 15 casas y en
la actualidad, 1750, entre 30 y 50, correspondiendo la cifra entre 30 y 40 la mayoritaria.
Los vecinos son marineros aunque hay también labradores. “En tiempos del comercio con
Madeira” solían haber en el Puerto algunos pocos barcos, ahora entre 14 y 22.
Se inicia así el recuento poblacional de Arrecife desde el primero que actualmente la
cita, el de 1730, donde se contabilizan a los siguientes vecinos:
En 1735 Dávila y Cárdenas recoge un ligero incremento en plena etapa eruptiva:
En el cómputo de vecinos de 1772 aparecen los lugares que configurarán la parroquia y
municipio de Arrecife:
Cuatro años más tarde, en 1776, se vuelve a relacionar el vecindario, pero posiblemen-te
la cifra de Argana corresponda a Corral de Guirre y a la inversa.
PUERTO 18
ARGANA 4
PUERTO 28
ARGANA 4
VECINOS DE 12 A 60 A. + DE 60
Corral del
Guirre
5 6 1
Argana 16 20 1
Puerto de
Caballos o
del Arrecife
69 69 3
VECINOS
Corral del
Guirre
11
Argana 66
Puerto de
Caballos o
del Arrecife
72
2049
Estableciendo la correspondencia de los vecinos-habitantes con los coeficientes pro-puestos
de 4,5 y 5, supondría el siguiente recuento de habitantes:
* Suponemos que las cifras están intercambiadas.
Establecemos así el total de los habitantes que se integran en el área de la demarcación
del Puerto del Arrecife:
En el siglo XVIII se inicia el período de atracción poblacional, que evolucionará lenta-mente
desde la primera mitad del siglo, pero ininterrumpidamente irá aumentando sus
cifras. El siglo XIX consolida la atracción poblacional de la segunda mitad del XVIII,
puesto que ya nunca retornará a cifras anteriores, aunque mantengan oscilaciones.
Partiremos de la estadística de Escolar y Serrano, quien aporta los nacimientos, defun-ciones
y casamientos de 1798 a 1802,35 y establece un recuento de los habitantes en
180236 para cimentar la inusitada evolución poblacional con respecto a siglos pasados.
ARRECIFE ARGANA C. GUIRRE
1730 De 81 a 90 De 18 a 20 -
1735 De 126 a 140 De 18 a 20 -
1772 De 310 a 345 De 72 a 80 De 22 a 25
1776 De 324 a 360 De 27 a 30* De 49 a 55*
1730 De 99 a 110
1735 De 144 a 160
1772 De 405 a 450
1776 De 400 a 445
2050
A partir del principio del siglo XIX el trasiego de colonos y el mantenimiento y aumen-to
de natalicios aumenta considerablemente la población. El mayor incremento se desa-rrolla
a principios de siglo, evolucionando hacia un estancamiento en la década de los
años cuarenta.
Pero no sólo surgía decididamente una población estable y prolífica en el litoral del
este de la isla, sino que se cimenta y consolida una nueva geografía poblacional y econó-mica
en el territorio insular.
A pesar de las diferentes valoraciones que cada recuento tiene, se puede incluir a la
población de Lanzarote dentro del aumento general que experimenta Canarias desde el
siglo XVI.49 Para la primera mitad del siglo XIX Lanzarote tiene una tasa de crecimiento
que oscila entre el 0,21 para el período 1802-37 y el -0,41 para la etapa 1837-66, mostran-do
un ciclo recesivo con coyunturas negativas para la población - sequías, hambres, epide-mias
-.50 Del recuento de Tabalosos, 1776, al de Escolar, 1802, la población insular se
duplica. A partir de esta fecha hasta 1845 no se recoge la tendencia alcista de finales del
siglo XVIII, descendiendo a partir de 1835, sin lograr la cifra alcanzada en 1802 hasta
bien pasada la media centuria - 1876 -.
Por demarcaciones, Teguise registra un claro retroceso, llegándose a igualar en 1843
con la de Arrecife, que es donde se registra el mayor incremento y estabilidad. Haría, San
Bartolomé y Tías registran una tendencia a afianzar su población, aunque no se libran de
un estancamiento. Yaiza, y especialmente Tinajo, recogen un paulatino retroceso, recono-ciéndose
en ellas la mayor incidencia de la emigración.
VECINOS HABITANTES
1802 - 1.393
1818-19 37 616 -
1826 38 608 2.432
1829 39 603 -
1830 40 568 2.351
1834 41 - 2.337
1835 42 - 2.760
1840 43 571 2.373
1845 44 689 2.414
1845-50 45 571 2.363
1848 46 - 2.400
1849 47 - 2.023
1860 48 - 2.699
2051
Profundizaremos en el nuevo orden, relacionando la densidad de población y producti-vidad.
Teguise, la más poblada y con tendencia al descenso, es también la más extensa - 31,2%
del territorio insular- por lo que registra un mayor ritmo de descenso en su densidad.
Arrecife, la demarcación más reducida -2,7%-, registra el mayor incremento y estabilidad
poblacional, y es la que va a recibir mayor densidad, distanciándose con gran diferencia
del resto. Yaiza y Tinajo, con clara tendencia a la despoblación, son las demarcaciones
más extensas tras Teguise -25% y 15,9% respectivamente-, lo que hacen que tengan las
más bajas densidades. La relativa similitud de las cifras poblacionales para Haría y San
Bartolomé quedan claramente descompensadas en sus densidades, ya que Haría posee
casi el triple de extensión -12,6%- de lo que tiene San Bartolomé -4,8%-. La densidad de
Haría se relaciona más con la de Tías, que representa casi la mitad de la extensión de Haría
-7,6%-, evidenciando la bonanza agrícola de esta zona sur que evitaba la emigración,
frente a la norteña, en que su lenta evolución se realza con la tendencia a subir la densidad.
Sobre el espacio incide enormemente la productividad. En el Antiguo Régimen se rela-cionan
íntimamente el desenvolvimiento de la población con las fluctuaciones de las cose-chas.
Relacionaremos así la evolución general de la población con la producción agrícola,
dado que es el subsector económico más importante, destacando como factor negativo el
que se desarrollen, prácticamente, los mismos cultivos en todas las demarcaciones de la
isla. Durante todos los siglos del Antiguo Régimen la producción se centra en los cereales,
y de éstos destaca la cebada, de ciclo más corto que el trigo y adaptado a la escasez de
lluvias. Al final del siglo XVIII la barrilla irrumpe con fuerza y se mantendrá hasta pasada
la mitad del siglo XIX, aunque con diferente rentabilidad económica. Otro cultivo impor-tante
es la papa, que no llega a cubrir las necesidades de la Isla. También destaca el millo,
y muy por debajo el vino y las legumbres. El resto de productos es escasamente represen-tativo.
Los cereales y el millo representan siempre algo más del 50% de la producción total.
La cebada logra siempre ser el cultivo más importante, por lo general entre el 40-50%, y a
su vez es el cereal más barato.51 La barrilla llega a superar la producción de trigo. El resto
se distancian significativamente. No contamos con una muestra suficientemente represen-tativa
de tablas de producción donde se relacione a las diferentes demarcaciones. Compa-raremos
la realizada por Escolar para la primera mitad del siglo XIX, y la de Olive para
finales de la década de los 50.52 Analizaremos la producción de los cereales y el millo, ya
que es lo que aporta Olive.
En 1802 Teguise cultivaba el mayor porcentaje de cebada. Le siguen por orden de
importancia Yaiza, Haría y Tinajo, con porcentajes similares, aunque sin llegar, aún jun-tas,
a la importancia de la producción de Teguise. Muy por debajo se encuentran San
Bartolomé, Tías y Arrecife. A mitad de siglo (1857, 1858, 1859 y 1860), la base alimenti-cia
y económica más importante, la cebada, ha variado su localización geográfica. Haría y
Yaiza tienen la mayor producción, logrando ambas, por lo general, el 50% de la produc-ción
total.
Teguise también tiene el mayor porcentaje en la producción de trigo a principios de
2052
siglo, ocupando Yaiza el segundo lugar. A mitad de siglo, Yaiza y, especialmente, Tías
consiguen superar a Teguise.
El centeno no es representativo y tiene una especial referencia a la dieta alimenticia,
más que económica. En las fechas comparadas, Haría será siempre la que destaca con gran
diferencia del resto, que por lo general se sitúa entre el 40 y 50%, hasta que en 1860
irrumpe con fuerza Tías, logrando el 60%. La segunda demarcación más importante en
este cultivo es Teguise, que por lo general representa el 20%. Le suceden Yaiza y San
Bartolomé, entre el 10 y 15%. El porcentaje de Arrecife no es representativo y en Tinajo
no se registra.
El millo será el que muestre la mayor variación geográfica. A principio de siglo Teguise
es la de mayor producción. A mitad de siglo lo serán Haría, Tías y especialmente San
Bartolomé.
Se puede perfilar así la paulatina evolución de las demarcaciones insulares. Teguise, el
centro territorial, poblacional y económico, va decayendo porque diferentes demarcacio-nes
van a suplantar este papel. Como demarcaciones en ascenso se sitúan Arrecife, Haría,
San Bartolomé y Tías. Arrecife concentra una especial importancia ya que es un reducido
territorio que no genera la producción agrícola necesaria para su subsistencia, y que sin
embargo se mantiene como uno de los lugares más poblados -ya que en todas las demarca-ciones
la población corresponde a numerosos asentamientos, y en Arrecife está concentra-da
excepto en Argana, pero que por su cercanía se le considera como un barrio-. Arrecife
acapara importancia por su actividad portuaria, pesquera y comercial, aparte de la admi-nistrativa.
Haría, San Bartolomé y Tías mantienen una mayor tendencia a equilibrar favorable-mente
su producción agrícola, siendo territorios de extensión media. Teguise verá suplan-tada
su anterior supremacía por Arrecife en todo lo que tuviera que ver con la canalización
de la producción agrícola, como centro comercial, núcleo poblacional y sede administra-tiva,
y por Haría, San Bartolomé y Tías en la primacía de la producción agrícola. Las
demarcaciones menos favorecidas por el incremento de población serán Yaiza y especial-mente
Tinajo, aunque ello no conlleve, en el caso de Yaiza, un retroceso de la producción
agrícola. Esto nos remite a su vez a otros condicionantes del campo productivo, los facto-res
estructurales, infraestructurales y políticos. Aparte de la mayor o menor bonanza
poblacional o productiva, también debemos de tener en cuenta los condicionantes que
repercutían en la canalización de los excedentes agrícolas. Por un lado, a consecuencia de
los desbarajustes de la coyuntura climática, Lanzarote mantenía un círculo vicioso que
giraba sin cesar sobre la subsistencia, pues mantiene cíclicas sequías y plagas. Por otro,
aunque se obtuvieran buenas cosechas no implicaba una buena rentabilidad económica.
Centrándonos en la exportación tradicional, la de cereales, el único gran comprador y de
gran volumen era Tenerife, deficitaria especialmente durante seis meses al año. Cuando
había buenas cosechas bajaban los precios y aumentaban los costos de fletes, derechos,
lonjas y graneros, las dilaciones -tanto por la poca capacidad de los barcos como por la
detención de su despacho- que deterioraban su calidad y más si se encontraban en los
barcos por la humedad, llegando sólo a poder venderse para los animales.53 Recibía así un
doble círculo que cerraba posibilidades para la rentabilidad económica. La exportación
2053
hacia la Península y el extranjero estaba prohibida. La obligación no escrita pero tácita de
comerciar con Tenerife no significó más que un doble yugo que Lanzarote soportó mien-tras
veía subir sus importaciones. La producción agrícola mantiene un sistema fuertemen-te
dependiente de numerosos factores y, aunque algunos de éstos sean coyunturalmente
favorables, su imperfecto sistema se encargará de que su resultado óptimo se truncara la
mayoría de las veces. En esta coyuntura, el favorable y beneficioso cultivo y comercio de
la barrilla supuso una expansión económica, tanto por sostener un comercio directo como
por su rentabilidad, no superada por ningún otro producto anteriormente. La evolución
poblacional de Arrecife se potencia al confluir a finales del siglo XVIII una población
suficientemente representativa de asentamiento estable y prolífico con una coyuntura eco-nómica
que atraerá el definitivo despegue económico.
2054
NOTAS
1 Macías Hernández, A.M.: “Problemas metodológicos de la demografía histórica de Canarias”. A.E.A.
nº.34, 1988.
2 Le Canarien: Crónicas francesas de la conquista de Canarias. Introducción y traducción de Alejandro
Cioranescu. Santa Cruz de Tenerife, 1980, p. 66, para el texto de Gadifer, y p. 170 para el texto de
Béthencourt. Ambos textos coinciden en que “ sólo habían unas 300 personas ”.
3 Cabrera Pérez, J.C.: Lanzarote y los majos. Santa Cruz de Tenerife, 1992, p. 30. Tejera Gaspar, A.: Majos
y europeos. El contacto de culturas en Lanzarote en los siglos XIV y XV. ( Un precedente americano ).
Madrid, 1992, p. 27.
4 Lobo Cabrera, M.: “ Lanzarote en el siglo XVI. Noticias históricas ”. II Jornadas de Historia de Lanzarote
y Fuerteventura. T.I, Madrid, 1990, p. 290. Propone como coeficiente de vecinos-habitantes el 4,5. Macías
Hernández, A.M.: Art. cit., p. 144 propone como coeficiente el 5.
5 Santiago, M.: “ Compendio anónimo de la historia de Canarias compuesto en el primer cuarto de siglo
XVIII ”. El Museo Canario, I-IV, 1936, p. 99, cita a Betancuria, confundida con Teguise, con 100 vecinos
y a Haría con 20. Varios autores. Barcelona, 1984, p. 323. La fuente citada es Macías Hernández, A.M.:
Sociedad y economía en Canarias durante el Antiguo Régimen. (1500 - 1850). Tesis doctoral inédita.
Arbelo Curbelo, A.: Población de Canarias, siglos XV al XX y sus fenómenos demográficos sanitarios
1901-1981. Las Palmas de Gran Canarias, 1990, p. 39, recoge como coeficiente de vecinos-habitantes a
5.
6 Torriani, L.: Descripción de las Islas Canarias. Santa Cruz de Tenerife, 1978, p. 50.
7 Macías Hernández, A.M.: Art. cit., p. 75. En este Informe de la Inquisición no se recoge a la población
morisca que se le supone 3/4 partes de la población.
8 Anaya Hernández, L.A.: “ La invasión de 1618 en Lanzarote y sus repercusiones socioeconómicas” . VI
Coloquio de Historia Canario-Americana. Aula Canarias-Noroeste de África. T.III, Santa Cruz de Tenerife,
1987, p. 193.
9 Cámara y Murga, C.: Constituciones Sinodales del Obispado de la Gran Canaria ...( 1629 ). Madrid,
1634.
10 Nuñez de la Peña, J.: Conquista y antigüedades de la isla de la Gran Canaria. Santa Cruz de Tenerife,
1874. Cifra no muy fiable, Santiago Rodríguez, M.: Art. cit. p. 1.541. Lo que queda patente al contrastar-lo
con el publicado por Sánchez Herrero.
11 Sánchez Herrero, J. : “ La población de las Islas Canarias en la segunda mitad del siglo XVIII ( 1676-
1688 ) ”. A.E.A., nº. 21. Madrid, 1975, pp. 286-287.
12 Santiago, M.: Art. cit., p.90.
13 Archivo Histórico Nacional. Conventos Dominicos. L. 1.842. Protocolo I.
14 Dávila y Cárdenas, P.M.: Constituciones Sinodales ... ( 1735 ). Madrid, 1935.
15 Santiago Rodríguez, M.: Estudio bibliográfico ... Art. cit., pp. 1.540-41, 1.563-64, 1.566-67.
16 Bosch Millares, J.: “ El hospital del Espíritu Santo en la isla de Lanzarote ”. El Museo Canario, nº.85-88,
1963, p. 53, según la Visita del obispo Francisco Guillén. Pierre Ledru, A.:Viaje a la isla de Tenerife
( 1796 ). Tenerife, 1991, p.41
17 Jiménez de Gregorio, F.: “ La población de las Islas Canarias en la segunda mitad del siglo XVIII ”.
A.E.A. nº. 14, p. 137. Compendio de las ciudades, villas, lugares, aldeas y otras poblaciones en la com-prensión
y distrito de la Real Chancillería de Granada, con distribución de los que tocan a las Reales
Audiencias de Sevilla y Canarias y con expresión de sus vecinos, jurisdicción eclesiástica y seculares...
Año 1755. Recoge 1.500 vecinos para Lanzarote y 1.746 para Teguise, que posiblemente se refiera a la
2055
insular.
18 Alzola, J.M.: El manuscrito de Fray Juan de Medinilla. Homenaje a Elías Serra Rafols. T. I. Tenerife,
1970, p. 156.
19 Viera y Clavijo, J.: Noticias de la historia general de las Islas Canarias. T.II. Libro X, p. 49.
20 Jiménez Gregorio, F.: Art. cit. pp. 141-143. Macías Hernández, A.M.: Problemas metodológicos..., p. 83,
no considera este censo fiable.
21 Romeu de Armas, A.: “ Estructura socioeconómica de Lanzarote y Fuerteventura en la segunda mitad del
siglo XVIII ”. A.E.A., nº. 27, pp. 439-440.
22 Ibídem.
23 Compendio breve y Famosso, historico y politico en que [se] contiene la cituazion, poblacion, division,
gobierno, produziones, fabricas y comercio que tiene la Ysla de Lanzarote en el año de 1776. Introduc-ción
y notas de Francisco Caballero Mújica. Las Palmas de Gran Canaria, 1991, pp. 40-42.
24 Jiménez de Gregorio, F.: Art. cit. pp. 214-217. Macías Hernández, A.M.: Art. cit., p. 83, considera a este
censo, el de Floridablanca, como fiable. Martín Ruiz, J.F.: “ La población en el siglo XVIII ”. Historia de
Canarias. V.III. Valencia, 1991, p. 462. Lo considera el más fiable del siglo XVIII. Existe una pequeña
diferencia entre el total insular ( 12.784 ) y la suma del cómputo que hace por sexos ( 6.474 hombres y
6.312 mujeres ) que son 12.786.
25 Ledru, A.P.: Op. cit., p. 41.
26 Suárez Grimón, V.: “Crisis de subsistencias en Lanzarote y Fuerteventura a principios del siglo XVIII”.
Actas del II Coloquio Internacional de Historia de Madeira. Funchal, 1989. Coimbra, 1990.
27 Romero Ruiz, C.: La erupción de Timanfaya ( Lanzarote, 1730-1736 ). Análisis documental y estudio
geomorfológico. La Laguna, 1991. Carracedo, J.C., Rodríguez Badiola, E.: Lanzarote. La erupción vol-cánica
de 1730. Madrid, 1991.
28 Romero Ruiz, C.: Op. cit., p. 90.
29 Martín Ruiz, J.F.: “La población del siglo XVIII”. Art. cit.,, p. 455.
30 Archivo Histórico Provincial de Las Palmas Joaquín Blanco, en adelante A.H.P.L.P. Real Audiencia.
Leg. 10.749. Auto del Capitán Francisco Guerra con Eusebio García.
31 A.H.P.L.P. Real Audiencia. Leg. 14.942. Restablecimiento del Mesón en el Puerto del Arrecife.
32 Lobo Cabrera, M., Quintana Andrés, P.: Arquitectura de Lanzarote en el siglo XVII. Documentos para su
historia. Irún, 1997, pp. 89 y 115.
33 A.H.P.L.P. Real Audiencia. Leg. 14.942.
34 A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Diego Cabrera Betancort. Leg. 2.797. Fols. 114 y 114v.
35 A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Diego González Sepúlveda. Leg. 2.808. Fols. 391-392.
36 Hernández Rodríguez, G.: Estadística de las Islas Canarias 1793 - 1806 de Francisco Escolar y Serrano.
Las Palmas de Gran Canaria, 1983, T.II, pp. 87 y 88. Las cifras no coinciden con las registradas en los
libros parroquiales de San Ginés, excepto la de los casamientos.
37 Ibídem, p. 88.
38 Moreno Alonso, M: “ La renta del excusado en las Islas Canarias a finales del Antiguo Régimen ”. V
Coloquio de Historia Canario-Americana. T.II, Madrid, 1986, p.609.
39 Miñano, de S.: Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal. Madrid, 1826.
40 Archivo Diocesano de Las Palmas de Gran Canaria. Padrón de Parroquias. 1829.
41 Madoz, P.: Diccionario geográfico, estadístico, histórico de España y sus posesiones de ultramar. 1845-
1850. Salamanca, 1986, p. 140.
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42 Millares Cantero, A.: “ Arrecife, el Puerto de la Barrilla. ( En torno a los orígenes y desarrollo de una
ciudad burguesa canaria entre el antiguo y nuevo régimen )”. Boletín Millares Carlo, V.III, nº.5, junio
1982, pp. 143-144.
43 De León y Xuares, F.M.: Historia de Las Islas Canarias. 1776-1868. Madrid, 1977, p.345. Para 1835
establece 104 nacimientos y según las partidas del Archivo Parroquial de San Ginés le corresponden 98,
51 defunciones, siendo 78 las partidas del A.P.S.G. y 24 matrimonios frente a los 18 registrados en el
A.P.S.G.
44 Zufiria, J.V., Monteverde, J.J.: Guía de las Islas Canarias para el año 1840. Las Palmas de Gran Cana-rias,
1840, p.108.
45 Madoz, P.: Op. cit., p. 140.
46 Madoz, P.: Op. cit., p. 47.
47 Prudena Ossuna Manrique, V.: Un viaje a las Islas Canarias. Teruel, 1848, p. 79.
48 Alvarez Rixo, J.A.: Historia del Puerto del Arrecife en la isla de Lanzarote una de las Canarias. Santa
Cruz de Tenerife, 1982, p. 98.
49 Olive de, P.: Diccionario estadístico y administrativo de las Islas Canarias. Barcelona, 1865, p. 113.
50 Martín Ruiz, J.F.: “ El desarrollo histórico de la población canaria: la evolución del régimen demográfico
antiguo ( 1520 - 1940 ) ”. En Historia General de las Islas Canarias. Santa Cruz de Tenerife, 1977. T.V,
p. 206.
51 Martín Ruiz, J.F.: Dinámica y estructura de la población de las Canarias orientales ( S.XIX - XX ).
Madrid, 1985. T.I, p. 27.
52 Madoz, P.: Op. cit. p. 140. Boletín Oficial de la Provincia de Canarias, nº.34, 20-III-1848. Archivo Mu-nicipal
de Arrecife. Correspondencia, sin catalogar. Comunicación de Julián Ferrer Fuentes, alcalde de
Arrecife, del 17 de junio de 1851, sobre el precio de los principales productos. Olive de, P.: Op. cit., p.
608.
53 Olive de, P.: Op. cit., pp. 118, 342, 505, 907, 1.102, 1.159, 1.173 y 1.237.
54 Macías Hernández, A.M., Ojeda Cabrera, M.: Legislación ilustrada y sociedad isleña. Santa Cruz de
Tenerife, 1988, pp. 100-106.