HISTORIA DE LA IGLESIA EN CANARIAS:
ESTADO DE LA CUESTIÓN
Aunque, en sentido estricto, no sea el que os habla, un especialista
en historia eclesiástica, me voy a permitir edificar el contenido de esta
ponencia, ya que estimo y es legítimo opinar sobre lo que es capaz de
razonar con rigor y respeto.
Me reduciré, en primer lugar a trazar un cuadro sobre lo que ignora-mos
y tendremos que investigar, si queremos obtener una visión de
nuestro pasado en esta rica área, de la que carecemos. aunque reconozca
que algunos de mis planteamientos se reduzcan a meras hipótesis de
trabajo. En otras palabras, diseñar un modelo del activo papel que la
Iglesia ha jugado en las Islas a lo largo de los siglos.
A continuación analizaré las dificultades y las razones que hasta el
momento han impedido semejante construcción, a pesar del mensaje
que sobre la trascendencia de la misma nos emitió hace más de un par
de siglos el simpar Viera y Clavijol.
Finalmente, exponer en breve síntesis los grandes temas donde más
ha progresado la historiografía, así como un leve repaso a las últimas
contribuciones aparecidas con posterioridad a 1986, en que uno de los
más calificados expertos en la historia eclesiástica, el Dr. Hernández
Gonzáiez, presentó en estos mismos Coioquios un exceiente piantea-miento
sobre la cuestión2.
Pero antes, me detendré en explicar el porqué de la crisis del estudio
de nuestra parcela.
ABANDONO Y REGRESO A LA HISTOW DE LA IGLESIA
Es de todos conocido cómo y por qué las últimas generaciones de
jóvenes historiadores perdieron el interés por la historia eclesiástica.
404 Antonio de Béthencourt Massieu
Desde mediados de la presente centuria, por lo que a España se refiere,
los jóvenes van a ocuparse con entusiasmo de nuevas parcelas, como la
Economía y la Sociedad. Especialidades que permitieron la elaboración
de contribuciones a base de "un planteamiento teórico-eurístico a medio
camino entre la escuela de Annales y el materialismo histórico de raíz
~ilariano"a~l, q ue poco después se sumaban los métodos propuestos por
las escuelas anglosajonas. La razón última radicó en la imperiosa nece-sidad
de aplicar métodos cuantitativos, porque así, amén del interés del
historiador en buscar respuestas en el pasado a planteamientos que ato-sigan
en el presente, se añade la necesidad de medir, como base
imprescindible para comprobar el carácter científico de nuestra especia-lidad.
Paradójicamente, la profundización en las realidades socio-econórni-euii&
ju 1% iiecesi&&d de explicar los cümporlarri~erii"ys
mentalidades de los grupos en presencia - e l denominado tercer ni-vel-,
descubriendo que la última explicación se encontraba enraizada .
en la religiosidad. Y más aún durante la Edad Media y la Modernidad,
en la que el hombre se hallaba impregnado hasta los tuétanos de la
misma. Consecuencia; estudiar la religiosidad de una sociedad cristiana,
sin conocer en profundidad la historia de la Iglesia, era como arar en
el desierto, incluso para la Edad Contemporánea, donde la religiosi-dad,
a pesar de la secularización, marca profundas huellas. Pero al
tiempo, era necesaria una historia eclesial renovada, planteada desde
los nuevos parámetros, que permitan profundizar, mediante perspec-tivas
diacrónicas, globalizadoras e interdisciplinares en la religiosidad
del pasado4.
1. LA HISTORIA ECLESIÁSTICA AL DÍA
Si tenemos en cuenta el viejo concepto enunciado por Marc Bloch:
la historia debe estar presente donde quiera que haya hombres, "carne
humana" , no cabe la menor duda que la tradicional historia de la
Iglesia resulta insuficiente a todas luces.
En primer lugar, porque permanece en ella una concepción
endogámica, replegada en sí misma, o sea reducida a mera historia
eclesial, en la cual el campo clerical se encuentra separado del resto de
los humanos, dando como resultado una "historia de curas y fraile^"^.
Endogamia acentuada por la Teología, pues para el historiador eclesiás-
Historia de la iglesia en Canarias: estado de la cuestión 405
tic0 su ciencia se encontraba encerrada en el límite de lo teológico, o
sea constituía una historia especial, con estatuto propio y diferenciado.
Concepción que desde la década de los cincuenta viene siendo pues-ta
en tela de juicio, por algunos, por ejemplo por Delameau. Nueva
tendencia que se ha abierto camino, consagrada en el Concilio Vaticano
11. De la nueva concepción tenemos un buen ejemplo en la Historia &
la Iglesia que Heibert Hendin, publicada por la editorial católica Herder.
Renovación que exige como planteamiento tres condiciones: la His-toria
de la Iglesia no deberá ser autosuficiente; la de romper sus amarras
con problemas teológicos -lo que no implica el desconocimiento y
valoración de la Teología-; y, finalmente, fundará sus explicaciones de
la historia de la religión, de la Iglesia y de sus servidores.
Y, consecuencia de lo anterior, poner fin de un lado, a la acumula-ción
de enormes aportaciones documentales, sin otra finalidad en sí
misma, y que nada expiican. Y, acabar con ia historia rosa, o negra, cie
la que también hay abundantes ejemplos de autores anticlericales, para
dar paso a una historia, simplemente crítica.
La nueva temática
1. La doctrina
En primer lugar estamos obligados a estudiar diacrónicamente la
espiritualidad y sus modos en cada momento. Entendiendo por
espiritualidad un amplio abanico que abarque la doctrina, escuelas
teológicas, derecho canónico, así como la dogmática, moral, catequética
y métodos de apostolado, con los niveles de penetración alcanzados
entre la cristiandad insular, así como las resistencias y heterodoxias
suscitadas, y los intentos de conversión o represión, aspectos éstos en
los que destaca el papel que juega la Inquisición. E.. ,,+*o- ..nlnl.*nno "..l:,.n.. ,-.,.m* nCa,.tn,,.rr n l n n Tnlnn ln, .A":" a"....., . . u u a n puau~anG, nplbau ~VI I IVL U G ~ L ~ L V LaI 1 a n u1aa la u m i n ~ a y u l -
tual del Cuatrocientos sincrónica con la conquista, las ansias de reforma
y los métodos misionales. Los movimientos espiritualistas, el humanis-mo
hispánico, el neotomismo salmantino, el reformismo protestante y la
doctrina tridentina, que fija la postura de la iglesia católica frente a la
ruptura de la cristiandad occidental. El anquilosamiento del tomismo y
ei barroco, ios efectos de ias Revoiuciones Cientificas, ia nueva
espiritualidad de la Ilustración y al propio tiempo los avances de la
secularización, o la política regalista. Para la contemporaneidad, la nue-va
religiosidad y la pugna con la irreligiosidad liberal, la posición ante
406 Antonio de Béthencourt Massieu
el problema social, para coronar con la modernización de la eclesiología
y las estructuras con la doctrina emanada del Vaticano 11.
2. Relaciones jurisdiccionales
Pero la Iglesia, como institución, está además relacionada con otras
instituciones, posee una organización social jerarquizada y piramidal,
integrada por una clerecía que abarca un tamafia determinado, o sea una
demografía y, finalmente, necesita disponer de unos medios económicos
que la permitan subsistir.
A nivel nacional quizás sea el de las relaciones entre Papado, Estado
e Iglesia española en cuanto a relaciones jurisdiccionales entre poderes
se refiere, dmde más se h-! prnsper-!dn di'rmte !es ú!timns zñns. F ~ c t ~ r
distorsionador permanente ha sido el Regalismo, amén de las repercu-siones
del juego de las relaciones exteriores entre potencias, que
lógicamente afectaron positiva o negativamente entre España y el Vati-cano.
Por lo que se refiere a Canarías es necesario hacer hincapié en la
necesiaaa ae profunciizar sobre ias consecuencias de ia vincuiación de
la diócesis al Real Patronato desde fecha tan temprana como 14846.
Cuestión importante, porque dotó a nuestra Iglesia de unos signos espe-cíficos
de identidad.
De otro lado en Canarias, por su aislamiento, las relaciones jurisdic-cionales
son de suma trascendencia, porque la lejanía obliga a revestirse
de prestigio a las autoridades ante el pueblo. De ahí los frecuentes
choques jurisdiccionales no sólo internos dentro de las instituciones,
sino con el resto de las autoridades. Choques, en el caso de la Iglesia,
potenciados por la facultad a recurrir ante el rey, a través de la Cámara
de Castilla, mediante el recurso de fuerza , pues tanto el clero como los
\recines g e a b ~ n& ! & p s h ~& x ~ g p s p2 !a justicia & se PEYGCQ.
3. El estamento clerical y su demografía
La sociedad estamental, basada en el privilegio del clero y la noble-za,
frente ai tercer estado, íes perrnitia gozar de fuero propio y exenciones
tributarias. La estructura clerical era piramidal y rígidamente
jerarquizada, lo que impedía una homologación e implicaba la existen-cia
de un alto, medio y bajo clero, con muy diferente prestigio y poder
adquisitivo.
Historia de la iglesia en Canarias: estado de la cuestión 407
No hay por qué insistir en los componentes de cada uno de estos
escalones en cuanto clero secular se refiere, pero si señalar que a este
conglomerado hay que añadir el numeroso clero regular, integrado por
frailes y monjas, que desgrollan su actividad dentro de una regla y
residen en conventos.
Es imprescindible, lógicamente, verificar un estudio social, y cono-cer
su número, o sea la demografía eclesiástica, su evaluación, su peso
con relación a los otros estamentos, el número de habitantes por clérigo,
el diferente reparto entre el medio rural y urbano, la superficie de las
parroquias y la ratio cura de almas por feligreses o Km. cuadrado, con el
fin de acercamos al nivel de atención pastoral. También la procedencia
geográfica y social de cada grupo, su nivel de formación y títulos y
grados necesarios para el desempeño de sus funciones, el sistema selec-tivo,
la edad media de acceso a los escalones, el tiempo medio en el
ejercicio del mismo, etc, etc.
Y más particularmente en Canarias es urgente realizar un estudio del
episcopologio, sin olvidar los nombramientos dependientes del Real
Patronato, patrimonialidad o pilonaje. Y muy especialmente el papel
sociopolítico que juega el Cabildo Catedralicio e impacto que ejerce en
!es ~{erifiesq, eyades. en heate de! ~c!tc. T~mhiéf1i2 rn-r-n--r-~-d--~-n- r i n
popular del clero regular, su mayor conexión con los del medio de
donde proceden, su formación y papel que ejercen en misiones, sermo-nes
y apostolado.
4. Bases económicas de la Clerecía
Como es sabido, los siervos de la Iglesia era una minoría demográfi-ca
que poseía una importancia en la economía del Antiguo Régimen y
un peso inferior en la contemporaneidad.
El sostén fundamental del clero secular provenía del diezmo. A estos
se sumaban las primicias y el pie de altar, amen de las obras pías,
fundaciones, patronatos y capellanías, que constituían una masa de bie-nes
vinculados, o sea amortizados. Aún había que añadir censos,
aniversarios, cargas, entierros, limosnas, donaciones, etc. El clero regu-lar,
de origen mendicante, además vivían de gran parte de las partidas
sefiuli,dac'uus;! as rnefijus !e h ~ cdei !a~s d~ote s estah!eciUs px 2 temz e!
velo.
La desamortización decimonónica supuso el desmembramiento del
sistema, al poner los bienes vinculados en el libre mercado, y terminar
con los diezmos como consecuencia del proceso de secularización y fin
408 Antonio de Béthencourt Massieu
de los privilegios. La solución fue, en compensación, el sostenimiento
del culto y clero, por parte del Estado mediante negociación
concordatoria (1 85 1).
Como es lógico, resulta imprescindible conocer la naturaleza y mon-to
de las rentas eclesiásticas, el valor y producto de los bienes
amortizados, las inversiones realizadas por conventos y entidades ecle-siásticas.
Así como el reparto de su producto dentro de este estamento
jerarquizado, lo destinado a sostener el culto, construcción y conserva-ción
de templos y edificios, etc.; así como la participación en las limosnas
donadas por los fieles, las pensiones, y en Canarias la contribución de la
Corona mediante la concesión de navíos de permiso para navegar a
Indias con el fin de fabricar templos y sostener centros benéficos, así
como la inversión eclesiástica en renglones donde no alcanzaba el Esta-do:
como la docencia, beneficencia: sanidad y ejercicio de la caridad.
Finalmente, las funciones y recaudación de la Bula y Tribunal de la
Santa Cruzada.
5. La asistencia espiritual
Fundamental conocerla en los distintos estratos del conglomerado.
En primer lugar, la recepción y difusión de las directrices pontificias,
una vez superado el trámite del pase regio por el Consejo de Castilla.
Del mayor interés conocer el contenido de la serie de los informes
presentados en las visitas ad limina de los prelados a Roma. Las cartas
pastorales y recomendaciones de los ordinarios, así como las visitas
diocesanas, o la acogida y efecto de las misiones. Para todo ello es
imprescindible conocer a fondo el organigrama y funcionamiento de la
curia episcopal, así como el papel y atribuciones delegadas en los vica-rios
insulares.
No olvidemos algo tan trascendental como los esfuerzos renovadores
de los sínodos diocesanos, valorando las nuevas orientaciones y eficacia
de las nuevas directrices, dada la importancia de ser marcada con el
beneplácito de la comunidad y no mediante una imposición emanada de
una autoidad superior.
En segundo lugar, el estudio diacrónico de la geografía parroquial,
11,- au ,,,, A-,A,Ll-,l,, .. 1,- ,I:F-,,-.,:,n ,., e,r , ,,,, IL~LUIIGJp a a uC;uuuulrulau y las u ~ ~ G ~ c í u uyua cu G A I J L I ~ IG LIUG p a ~ u -
quias beneficiales, diocesanas, catedralicias y ayudas de parroquias.
Problemas jurisdiccionales que plantean la erección de las nuevas, siste-ma
selectivo, fábricas u otros medios administrados por el mayordomo,
así como en su caso la contribución de los fieles. Y en Última instancia
Historia de la iglesia en Canarias: estado & la cuestión 409
el papel no despreciable que ejercen las ermitas y carácter de las mismas
en función de la tipología fundacional.
6. El apostolado
Fundamental las prácticas sacramentales, el cumplimiento pascual y
las devociones. Para éstas importa señalar las advocaciones de templos
y consagración de altares, las cofradías y sus variantes funcionales o el
hábito de los enterrarnientos. No basta la descripción, sino cuantificar
los fenómenos anteriores. Clarificador, cartografiar diacrónicamente y
numerizar los temas iconográficos, en busca de una explicación de la
devoción. Así como la lectura desde diferentes perspectivas los libros de
nxirlmien?~m, pcididad y enterr~mientns!^,S sfnt~sn nhnm.m, !as ol-ciones
de cumplimiento sacramental, libros de fábrica, de visitas, actas
de cofradía y cuanta documentación se encuentre en los archivos
parroquiales.
S610 así seremos capaces de profundizar sobre el nivel y modalidad
de la religiosidad de los feligreses, tema fundamental si tenemos en
cuenta que familia y parroquia son ios dos piiares básicos de la sociedad
cristiana.
Como resultado de esta multiplicidad de actuaciones, el clero se nos
presenta como "el gran moralizador", insuflando a la sociedad valores
éticos colectivos, ideologizándola mediante el catecismo, el confesiona-rio,
los libros, la lectura, la escuela, la iconografía, el ceremonial, las
procesiones, etc. Enaltecen el papel de la mujer, de la familia, los niños,
la sexualidad e incluso las relaciones personales. Empleando, finalmen-te,
la fiesta como visualizador de su poder para moldear la sociedad,
conduciendo al rebelde contumaz ante las parroquias y conventos, cole-gios
y cátedras de latinidad, o la enseñanza superior que estuvo en sus
-m- -a --n n- c , -h-a- st- a- f- -i-n-- w - d-- -~ silp o!~Y% !!, que cgmefigj 13 s ~ ~ - ! x ~ ~ z ~ j & .
embargo, estos campos no han sido abandonados por gran número de
servidores de la Iglesia, que hoy sigue gozando un prestigio con la
enseñanza privada, la labor de Cáritas Diocesana o la asistencia hospita-laria.
7. Otros puntos de interés
Con ser ingente el programa hasta aquí esbozado, no acaba el catálo-go.
Aún faltan matices que me reduzco a enumerar y que no trataremos
410 Antonio de Béthencourt Massieu
en adelante. Aspectos o especialidades como la contribución de la Igle-sia
a la Historia del Arte, a lo que ésta adeuda más del 75% de su
desarrollo en Canarias, o de la Literatura, desde un Cairasco de Figueroa
a un Viera y Clavijo, por no citar sino dos lumbreras.
Conviene recordar la reacción política del clero y la actitud del
mismo frente a los conflictos bélicos. Aspecto importante, porque cuan-do
las potencias protestantes atacaron las Islas, la actidud del clero
estuvo simultáneamente frente a enemigos de la Corona, pero también
peligrosos heteredoxos, aspecto donde, como hipóteis, puede basarse la
identificación de los isleños con la Monarquía Hispánica. Pero también
la actitud clerical frente a la secularización, el liberalismo, etc., donde
no faltaron tensiones, a veces profundas.
De otro lado la postura de la Iglesia ante los conflictos sociales, las
nuevas ideologías, la ciencia, las comentes culturales. Y en todo ello
evaluar la acción de los medios de comunicación al servicio o frente a la
Institución.
Recorrido complejo al que acabo de hacer referencia, que necesita
matizaciones, pues tampoco constituye un cuerpo mondítico. Por ejem-plo:
conversiones de protestantes ante la Inquisición, abrumadoramente
süperi~: e: nbmerc q e !US V ~ C ~ ~ E UCYSU SY~YS,C O ~ Oha e s t ~ d i ~ d ~
Fajardo7 ; en los conflictos sociales el clero rural se, solidariza con el
campesinado, como consecuencia de padecer a veces la situación de los
amotinadosS ; curiosa es la contraposición entre el clero secular partida-rio
de la asunción de la doctrina tridentina, mientras el regular se muestra
más afín con las expresiones devocionales durante los siglos XVII Y
xvllrg. En este sentido la presencia de sacerdotes entre los discípulos
doceañistas, etc.
11. LOS OBSTACULOS
l. Intrínsecas
Si contemplamos el planteamiento que acabamos de diseñar para
elaborar una Historia de la Iglesia en Canarias puesta al día, percibimos
que sólo contamos con un ente embrionario, con la excepción de algu-
,,, ,,,,,1," ",-.l...O lnn ".i* .r.-.l.rornmr\" llab ycut&iaa, auuir. iaa rjub vuivc,ibiiiu~.
Y la raíz de semejante realidad es bien simple. De un lado, el aban-dono
que esta disciplina ha padecido por parte de los jóvenes
historiadores formados en la Facultad de Geografía e Historia de la
Universidad lagunera. Y que sólo alguno que otro ha reparado en los
Historia de la iglesia en Canarias: estado de la cuestión 41 1
últimos años para cultivar con éxito facetas, como consecuencia del interés
por parcelas específicas, como son las de Inquisición, rentas eclesiásticas,
mentalidades y devociones, beneficencia y biografías no hagiográficas.
De otro, seré breve, pues ya he hecho referencia al pasado. La nece-sidad
de cubrir la brecha por algunos clérigos que han dedicado su
esfuerzo al cultivo de la misma. Pero reconozcamos que con mejor
voluntad que calidad científica generalmente. Lógicamente nos han de-parado
un producto muy en dependencia con la Teología, endogámica y
dogmática, o sea encerrada en sí misma y simultáneamente hagiográfica,
con acumulación excesiva y a veces abusiva de documentos, empleando
el método expositivo que Collingwood hace tantos años denominó de
"tijeras y goma", y finalmente carente de sentido crítico, aunque poda-mos
traer a colación meritorias excepciones.
Finalmente, la consideración de los archivos eclesiásticos como co-tos
cerrado, bajo pretextos tan infantiles como el adjetivo de secretos y
el peligro de poner la rica documentación en manos de historiadores
profesionales, creyentes o agnósticos, como si el Archivo Secreto Vati-cano
no llevara décadas abiertas al público. Quizás radique aquí, el
escaso nivel de nuestros conocimientos sobre el tema que hoy nos re- ..-,. Lo qüe Tíie oWgz a redizar üii ripíjido repzso par !os archivos
eclesiásticos.
ARCHIVISTICA ECLESIAL PARA CANARIAS
Hay que reconocer con pena que nuestro patrimonio documental ha
sufrido importantes e irreparables pérdidas. Desde la climatología que
favorece la humedad y la proliferación de insectos, a los incendios unos
fortuitos, otros producto de las invasiones de europeos y africanos. A tanta
desgracia, tendríamos que añadir otras más peligrosas: lo que han pasado del
patrimonio eclesial a mano de particulares; la secular desidia, expuoos y
minusvaloración de su riqueza con motivo de la desamortización.
Sin embargo son muchos los legajos y libros que se nos conservan y
millones los documentos, por lo que me parece oportuno realizar el
repaso que acabo de insinuar.
ARCHIVOS FUERA DE LAS ISLAS
Es compleja la problemática de consultarlos sino se diseña una bue-na
política de fotocopiarlos enviando documentalistas y becando a
412 Antonio de Béthencourr Massie~~
estudiantes de tercer ciclo para que realicen tesis doctorales con tan rica
documentación.
Comenzaremos por Roma y el archivo Vaticano que tiene que ence-rrar
bastantes novedades. Habría que repasar los bulario y fundamentalmente
la serie de visitas ad limina, las que podrían enriquecer nuestra visión de
las diócesis insulares. Junto a esta, las de las casas generalicias de las
ordenes religiosas que aquí tuvieron su asiento. Para los jesuitas ha dado
un buen resultadoJ0. Creo que también el del Vaticano guarda documen-tación
tocante a los regulares.
También guardan documentación los archivos nacionales. En
Simancas, las secciones de Patronato Real y Secretaría de Gracia y
Justicia, especialmente, aunque en otras secretarías podrían aparecer ,, -
informes de los diocesanos consultados sobre aspectos concretos. El E
Ar rhivn- H i c t í í ~ r n.N . s-rvi.n"uns..l- , "eun "c..Yi i c VYIVIVI .VCI cprrinnec de U- rVnV .nI UrL. Jov;Vn r Yr- Yiar n rIir,mLIUiV/Cl In, r u
especialmente el Supremo de Castilla y dentro del mismo la Cámara de n -
=m
Castilla, en la que el monarca había depositado la administración de O
E
Patronato Regio. La de Inquisición, porque es complementaria de las SE
fuentes que guarda El Museo Canario y también la de Clero por lo que =E
toca a los restos de lo conservado en los conventos cuando la desamor-tización.
No es mucho io que queda, pero a veces aparecen mareriaies 3
-
de interés. Sería útil localizar la documentación referente a la acción en em-las
islas del Tribunal de la Santa Cruzada. E1 General de Indias para el E
estudio de la labor rnisional y apostólica ejercida desde Canarias en O
América. n
También otros peninsulares, como el del arzobispado de Sevilla, del -E
que fuimos sufragáneos, así como la Chancillería de Granada, o los a
2
libros de matrícula de las universidades frecuentadas por los universita- n
rios isleños. También para los regulares sería de gran utilidad reconocer 0
los archivos de las casas generales y de provincias en España. O3
ARCHIVOS DIOCESANOS
A nivel regional, los diocesanos se conservan en muy distinto esta-do,
bien instalado, ordenado y abierto al público el Nivariense,
fundamental para este siglo y el pasado. El de Canarias ha sufrido
ciescuidos y pérdidas irreparables, los restos se encuentran depositados
en el Archivo Diocesano.
El Catedralicio es posiblemente el más rico -y digo posiblemente,
porque sólo hablo de oídas y sólo tuve ocasión de penetrar en él de
mano del canónigo don Miguel Suárez en 1946, siendo expulsado hasta
Historia de la iglesia en Canarias: estado de la cuestión 413
hoy por el archivero-. Se dice que con su contenido, y yo lo creo, se
podría reescribir una nueva Historia de Canarias. Los dos únicos aspec-tos
estudiados, diezmos por Antonio Macias y la Capilla por doña Lola
de la Torre, demuestran su enorme riqueza, así como datos para su
construcción y tesoros artísticos.
LOS PARROQUIALES Y OTROS
La situación de éstos, de tanta trascendencia, es muy dispar. En
general se han conservado bastante bien. No insisto en sus contenidos,
pues ya aludimos a los mismos. La dificultad máxima se encuentra en la
carencia de horarios Qos, que cuando se abre es por poco tiempo' con
la pérdida del mismo para los desplazamientos y la carencia de
fotocopiadora.
Tampoco podemos olvidar otros de tanta utilidad como el de El
Museo Canario, no sólo por los papeles de la Inquisición, ni otros
muchos útiles aunque de diversa naturaleza. Importantes son los Archi-vos
Históricos Provinciales, los de los Cabiidos de Terieiife y La Pdma;
las Sociedades Económicas de Amigos del País, sobre todo la de La
Laguna por la riqueza de su biblioteca, la Cosmológica de Santa Cruz
de La Palma, los fondos depositados en la Casa Lercaro de La Laguna,
magníficamente restaurada, o el del marqués de Acialcazar en Las Pal-mas
de Gran Canaria. También los municipales para problemas
referentes a los siglos XIX Y xx, que guardan lo referente a problemas
con las parroquias y referencias a las fiestas populares.
A la vista de la panorámica trazada y aunque sea con la escasa
autoridad que me concede el haber tocado algunos puntos de algún
interés para esta parcela de la Historia en Canarias, creo que es el
momento de realizar un examen de conciencia y buscar en primer lugar
mediante la racionalización de uso de los archivos eclesiásticos un pro-greso
en el camino señalado. Al tiempo de constituir un Centro de
Documentación Eclesiástica de Canarias, que podría perfectamente
ubicarse en el Centro Teológico, o en el Archivo Diocesano donde
acumular el máximo de documentación existente en las Islas -aunque
sea en depósito- y con la ayuda de la Universidad, los Cabildos y el
Gobierno de Canarias, proceder a fotocopiar y microfilrnar aquellas
414 Antonio de Béthencourt Massieu
fuentes que no puedan incorporarse, como asimismo las que custodian
archivos nacionales, penínsulares o situados en el extranjero. Es impres-cindible
llevar adelante con un modelo semejante, la constitución de un
centro similar en la Diócesis Nivariense y coordinar estrechamente,
mediante programas conjuntos las líneas de investigación a emprender.
Finalmente, firmar convenios con las dos Facultades de Geografía e
Historia y potenciar la dotación de becas que permitan realizar las in-vestigaciones
pertinentes.
111. BALANCE DE UN SEXENIO: 1986 - 1992
En conformidad con el planteamiento inicial, me reduciré no a reali-zar
una valoración global sobre la producción hístoriográfica referente
al pasado de la Iglesia en Canarias, sino a enlazar con el buen y ponde-rado
balance que en el VIi Coloquio realizó el Dr. Hernández Gonzálezl'.
Lo que no evita el que se realice en ciertos momentos y áreas
puntualizaciones más generalizadas.
X? 1- -L-....-
I JU ~ I I I I ICXU~ U sCak a a la visi2 es :a pi i~dujad e coíiucer hoy con
mucha más profundidad y homogeneidad el período que podríamos
denominar de la Iglesia primitiva, -o sea el que abarca el período
bisecular correlativo a la época de los descubrimientos, y conquista y
consolidación de la aculturación del Archipiélago-, que la etapa
multisecular que transcurre hasta el presente.
Una segunda observación consistente en que el progreso en los últi-mos
años radica sobre el contenido de aquellos aspectos que hoy atraen
al mundo académico: las rentas, la Inquisición, las mentalidades y devo-ciones,
la beneficiencia, y la enseñanza.
Finalmente, hubo progresos de interés en lo referente, al clero regu-lar,
el Parlamento Regio, mientras la preocupación por el clero Ilustrado
parece haberse amortiguado, mientras por el contrario, se ha acentuado
el interés por un prelado de tanta personalidad como Pildaín, al par que
sobre el resto de la temática que tracé al inicio de esta ponencia, sólo se
ha enriquecido con aportaciones puntuales.
LA IGLESIA EMERGENTE
Este período llamó poderosamente la atención desde el principio:
Torres Campos, Wolfel, Zunzunegui, Vincke, etc. Pero quien lo elevó a
jugar un papel estelar fue el profesor Rumeu de Armas en 1960 con la
Historia de la iglesia en Canarias: estado & la cuestión 415
publicación de su impensado Obispado de Telde . Aportación que pro-dujo
una avalancha de contribuciones.
Restringiéndonos ahora a la etapa que nos hemos marcado, hay que
señalar sobre todo el avance que ha supuesto la aparición tan renovada
de la mencionada obra de Rumeul*.
Este mismo año acaba de aparecer el voluminoso libro del canónigo
Francisco Caballero, Canarias hacia Castilla , en el que realiza un
esfuerzo digno de elogio al recoger y sintetizar cuanto se ha publicado
sobre la concesión pontificia, evangelización y misiones, diócesis y sus
prelados y la consolidación de la diócesis Canariensis, después de su
traslado desde la de Rubicón, en que no olvida la cultura eclesiástica o
las competencias jurisdi~cionales'~.
Finalmente, aunque sea propiamente historia eclesiástica, el hecho
de que cabaiieio MGjica ir& en ubia la iefigiSii de los abuE'geíies,
me obliga a traer a colación el libro del catedrático lagunero Antonio Tejera14. 1
Otras aportaciones sobre aspectos concretos, van desde la donación
pontificia15 a la adoración mariana entre los aborígenes16, pasando por la
evangelización 1ulianal7, el catecismo normando18, el testamento de los
trece hermanoslQ y hasta como llegaron a la diócesis de Urge11 las
indulgencias para la conquista y evangelización de las IslaP.
Vista la panorámica sobre el nacimiento de la cristianización, pase-mos
a reflejar el balance de las nuevas aportaciones sobre temas que
hoy se consideran punteros.
E
ECONOMÍA: LAS RENTAS a
-
Así como carecemos de estudios sobre la Sociología Clerical, amén
de algunas generalizaciones como que el clero regular por lo general
procedía de los estratos populares, con excepciones como es natural, así
comü los aIisisis sobre los soríeiidos a ja vi& convenkal; cUesiibn de
la que nos ocuparemos en el lugar oportuno.
Conocemos, por el contrario, con gran exactitud la entrada de las
rentas diezmales. Labor ímproba emprendida por el profesor Macías, al
realizar un exhaustivo análisis de la ingente documentación conservada
en el archivo catedralicio de Las Palmas. Con la serie ha podido estable-cer
la evolución de la producción agraria a lo largo de la modernidad,
tanto en su variable regional, como las insulares o parroquia le^^^. Gra-cias
a su labor conocemos bien la recepción del diezmo, pero ahora hace
falta profundizar en su distribución, lo cual será de gran provecho para
una historia económica de la Iglesia en las Islas.
416 Antonio de Béthencourt Massieu
Junto a esta aportación trascendental, no es menor nuestro grado
de conocimiento por lo que a Gran Canaria se refiere de la riqueza
rural y urbana eclesiástica, estudiada concienzudamente por el profe-sor
Suárez Grimón. Analiza con sumo acierto la vinculación de bienes
a la Iglesia - q u e no fueron precisamente excesivos como se venía
repitiendo por lo que toca al clero regular- mediante donaciones,
fundaciones, obras pías, patrimonios, capellanías, limosnas, etc. Va-loración
de la amortización, pero también análisis pormenorizado de
la desamortización, su geografía y a quiénes benefició en última
instanciaz2.
Otros aspectos puntuales, como la institución de Bula de Cruzada23 o
las pensiones sobre la mitra, tema sobre el que volveremos al tratar del m
D
Real Patronatoz4. E
"
n -
=m
EL SANTO OFICIO O
E
E
2
Institución que no obstante con tener un acentuado matiz político, se =E
encontró profundamente enraizado en la Iglesia hispana. Ha sido duran- =
te las últimas décadas, capítulo estelar para historiadores y especialistas -
tanto españoles como foráneos y, por tanto, ha dado lugar a una abun- -
0m
dante proliferación historiográfica. E
Tres libros de interés han aparecido en el último sexenio. Uno sobre O
los inicios del Tribunal en Canarias: metódico y con abundante docu- n
mentaciónz5.E l segundo, un estudio cuantitativo y comparativo para el -E
siglo XVI e inicios del xvrr entre los tribunales de Canarias, Barcelona y a
2
Córdoba, del que se derivan peculiaridades y signos de identidadz6. n
Finalmente, la muy reciente aparición de un extraordinario, exhaustivo e 0
insospechado estudio sobre la hechicería y brujeríaz7, obra de Francisco O3
Fajardo. La considero esencial y modélica tanto para el estudio de men-tnl;
AnAc%" en....- A n ln ".,lt.,,.n ,.c..... 1-.. A n 1"" T"1n" 0.. 1- .*Aa.;AmA
L P I J W U ~ ~ ~ULIIV ub & a kuuula yuyu~au~- lan L n L a a GII la IIIUUGIIIIU~U.
Aspectos sobre los que ya nos había presentado una acabada muestra
con su trabajo sobre Las Palmas en 152428.
Temática, ésta, la de las mentalidades que desde distinto ángulo ha
merecido acertada atención del autor citadoz9. Preocupa a L.A. Anaya,
como a otros colegas, la situación y mentalidad de las minonas étnicas
y religiosas, su comportamiento al estar continuamente en el punto de
mira inquisitoriaPO.
Fajardo en este campo y en este coloquio nos vuelve para el siglo
xvn con un tema que hace tiempo le preocupó como las conversiones de
protestantes en el Setecientos31.
Historia de la iglesia en Canarias: estado de la cuestión 417
Aún podríamos añadir nuevos trabajos sobre aspectos como las ren-tas
y administración del TribunaP2,'las visitas al mismo33, las visitas de
navíos34c, onnotaciones específicas para el Santo Oficio insular, así como
otras sobre aspectos más generales: lectura, censura de libros y temas
icono gráfico^^^, estudios puntuales como los presentados en los colo-quios
de Funchal, o relacionados con fuentes36.
Finalmente, no me parece oportuno silenciar la relectura que en uno
de los anteriores coloquios realizó Bennassar sobre un proceso dado a
conocer y analizado por mí en 197337.
El balance sobre este aspecto de la justicia eclesial no puede, por
tanto, ser más positivo. Y aunque falte mucha tela que cortar, no es poca
la que tienen algunos de los citados en el telar.
MENTALIDAD RELIGIOSA
Enraizado con el apartado inquisitorial, como hemos visto al estudiar
la actitud del Santo Oficio frente a la hechicería y brujería, amén de
otros aspectos, se encuentran ios probiemas de mentaiiaad y reiigiosi-dad.
Aunque en este campo no contamos con aportaciones tan ricas y
variadas, es conveniente señalar que no faltan contribuciones signifi-cativas,
que han abierto líneas de investigación de inmejorable
metodología.
Destaca a la cabeza de estos estudios los realizados por el profesor
Hernández González, que abrió brecha con sendos libros, sobre la muer-te
en Canarias y la religiosidad popular en Tenerife, a los que podríamos
añadir otras aportaciones en artículos3s.
A estas aportaciones punteras hay que añadir el estudio de Aranda
sobre mentalidades a través de testamento^^^, o los análisis sobre las
fiestus re&adGs per arrx%ú&z y Garc-a y Gzvf$O, iniciuda p=:
Galván Tudela, y el del profesor Aznar Vallejo sobre la religiosidad
popular en los inicios del proceso de aculturación4'.
También sena conveniente traer a colación algunas muestras impor-tantes
sobre la religiosidad popular a través del romancero, en lo que
descuella Maximiano Trapero4=, las Hermandades como muestra
devocional, o como era la Semana Santa en Las Palmas4'.
Para finalizar me parece obligado mencionar el para su época
modélico libro sobre costumbres populares que escribió hacia 1913
Béthencourt Afonso. Ha sido editado en 1985 y al mismo no se hizo
mención en el balance que realizó Manuel Hernánde~~~.
ENSENANZA Y BIBLIOTECAS
Aspectos éstos íntimamente entrelazados y que al no cubrirlos el
Estado moderno, permanecen en manos de la clerecía. También aquí
hemos prosperado de manos de los universitarios, aunque casi reducidos
al Setecientos.
Por lo que toca a la docencia, el anterior interés generalizado parece
haberse amortiguado con respecto a los años anteriores. El fuego sagra-do
parece sostenerlo con éxito el doctor Santana Pérez, a quien debemos
el libro sobre la política educativa de Carlos 111 para-las IslasJs, así como
una serie de contribuciones, muchas de ellas en colaboración con María
Eugenia Monzón", aunque esta autora firme individualmente uno sobre
la educación femenina4'. A éstos hemos de sumar un libro de Suárez
Grirr?án, en e! que refiera a !uo escue!as de pacrvnam, prvlundizandc e::
su larga repercusión en Teror (Gran Canaria)48.
Finalmente J.M. Santana presenta en este Coloquio una instructiva co-municación
sobre el proceso de reforma y secularización de la enseñanza en
el siglo xvii~,q ue no fructificó desgraciadamente, a pesar de que sobre su
necesidad, fueron conscientes instituciones y personalidades ilustradasJ9, lo
que expiica, como expuse hace ya años, que ei nivei de anaifabetismo tuera
muy inferior al setecientos en la primera mitad del siglo pasado5').
Como es natural, el nivel educativo y la formación cultural del clero
y la élite, estuvo en dependencia del hábito de lectura y del número de
bibliotecas y riqueza de sus fondos.
Si es poco lo publicado sobre lectura, salvo la censura inquisitorial
de libros y licencias, de las que se ocupa Luxán, como ya vimos, tampo-co
son muchos los estudios sobre bibliotecas, a pesar de ser tema hoy en
boga. Por lo que toca al sexenio de nuestro interés, hay que destacar el
estudio de la biblioteca de los jesuitas en el momento de su expulsión5',
y el del profesor Lobo Cabrera sobre la que en Las Palmas poseía el
u:z~!ispc de Sunte Ecminge, Pun?a!eS~ A!vurez Abreu5'.
Ante tan triste panorama, llama la atención las aportaciones de Luxán
Meléndez sobre los efectos de la desamortización y sobre las bibIiotecas
conventuales, así como la puesta en funcionamiento de las parroquias
bajo el reinado de Isabel Ii y el Sexenio Revolucionario53.
El interés despertado en las últimas décadas entre los historiadores
por los problemas de la marginación social, también ha tenido eco entre
Hisroricr de la iglesia e17 Canarias: estado de la cuesiióri 41 9
nuestros historiadores, aunque sean pocos los interesados y se reduzcan
a trabajar sobre el siglo xv~ir.M arginación y beneficiencia, como decía-mos,
era acaparada por la Iglesia, pues al Estado sólo le interesaba la
peligrosidad social que representaban.
Fundamental para su comprensión en Canarias es la tesis de María
Eugenia Monzóns4. Como quiera que los marginados, los pobres, vivían de
la caridad pública. pero ésta era insuficiente a todas luces, la Iglesia venía
desde la Edad Media cargando con la asistencia social, o sea la hospitalaria
y la de asilo u hospiciana, a la que los ilustrados tratan de utilizar como
medio para la incorporación de los acogidos al sistema productivo.
Beneficiencia que durante el último sexenio es acaparada por la
producción de José Miguel Santana. Arranca con su tesis doctoral sobre
las instituciones benéficasj5 y bien sólo o en colaboración, mediante una larga
serie de pubiicaciones uata ae a'mcar ia situación nospitaiaria5" y ii~spiciana~~.
Finalmente, y aunque de paso me he detenido o detendré en Cofradías,
las he tratado más como devoción, que no en su papel asistencial. Ultima-mente
he tratado esta faceta, en un amplio proyecto de montepío textiP.
LO NUEVO Y LO TKADICIONAL
Hasta ahora hemos analizado las cuestiones de aque!las especialida-des
dentro de la historia eclesiástica a las que últimamente los
profesionales de la ciencia histórica vienen prestando atención preferen-te.
Observamos que en algunas el nivel alcanzado aquí es excelente o de
calidad, aunque circunscritos, salvo en el caso de la Inquisición y la
Iglesia emergente, sobre todo al Setecientos, por lo que queda mucha
tela por cortar, para alcanzar una visión panorámica y poner al día sobre
la globalidad de la acción de la Iglesia en las Islas a lo largo de su presencia.
Ahora abarcaremos otra serie de aspectos que salvo excepciones
-patrimonio y ciero secuiar- ia tarea na recaicio en mayor porción en
eclesiásticos. Aparte de los dos aspectos que acabo de señalar, me de-tendré
suscintamente en los emanados de la jerarquía diocesana, la
catedral y su cabildo, parroquias y ermitas, finalizando con los escasos
trabajos sobre la Iglesia en la contemporaneidad y el clero regular.
EL REAL PATRONATO
Es curioso señalar y llama poderosamente la atención, cómo la
especifidad más particular de la dióceis canariense, al formar parte con
420 Antonio de Béthencourt Massieu
las del reino de Granada del Patronato Regio, ha sido marginada hasta
hoy, salvo para dos autores: Viera y Clavijo y Peraza de Ayala.
Curiosidad por la cual procuré llamar la atención sobre el tema y '
algunos problemas que afectaron a nuestra Iglesia en el siglo xvrrr,
consecuencia de su dependencia del monarca59.
Hasta ahora llevo estudiados tres de estos aspectos: el pilonaje o
patrimonialidad de los beneficios curados, factor que junto a las orografía
y la endogarnia explican el localismo típico de nuestra sociedad rural en
el pasado -la "isla en la isla" de Unam~no-~O; los capellanes reales en
la Catedral, institución única, pues los capellanes en otras catedrales
andaluzas acabaron de medios racioneros6'; y, finalmente la interven-ción
real por medio de la Cámara de Castilla y la Audiencia en la
construcción del espléndido templo barroco de la Concepción de la
n-t,.,,62 I-,,x~:,, -,L..- 1, ,., ,,,+:-..A +-,L:,A, , , , , +,..,- v I w a v a . 1 ~ 1 1 1 a u b a J UUIG la ~ U bGu u u u u a lCi ~~auajauuu~ ,U G JL G L I ~ UIG -
unido algún material archivístico.
En esta labor y paralelamente, pero para la primera mitad del siglo
XVII, ha contribuido al pasado y presente coloquio el Dr. Aranda Doncel,
con dos comunicaciones de sumo interés, en las que estudia la asigna-ción
por el monarca de pensiones la tercera parte de las mismas y la
provisión de beneficios eclesiásticos catedralicios, labor selectiva enco-mendada
a la Cámara de Ca~t i l l a~Ta~m. bién afecta al Patronato el
artículo sobre recursos de fuerza de don Juan Artiles y cómo, para
frenar este procedimiento, la diócesis apostó por una audiencia eclesiás-ticaa.
No es, pues mucho, pero es novedoso y pienso que puede abrir
brecha para el futuro.
LA DIOCESIS Y SUS PRELADOS
lx..-L.." A- le- ---A--: ---- --..l:--a-" L-e .--:A- --L:A.. -- 1-A a:c-
I Y L U L I I ~ UG l a 3 apulLauuuc> I c a u L a u a S uau LCLIIUU L d u l u a CLI IUS UUG-rentes
apartados que venimos tratando.
Hicimos en su momento referencia a la necesidad de reconstruir un
episcopologio, no hagiográfico y como hoy se estila. La realidad es que
durante el último sexenio han aparecido numerosas referencias a lo
diocesano. Tanto que cuantitativamente siguen en orden numérico de-trás
de los dedicados a la Inquisición. El inconveniente es que la mayoría
sólo traten aspectos concretos de los prelados, con sólo tres excepcio-nes.
La primera, los análisis que encierra la obra de Caballero Mújica
sobre los primeros obispos, trasladada ya la sede episcopal a Las Pal-
Historia de la iglesia en Canarias: estodo de la cuestidn 42 1
mas, hasta el apostolado ejercido por Vázquez de Arce, con un estudio
muy completo y hermeneútico de los cuatro primeros concilios sinodales
celebrados en las Islas6s, como vimos al tratar de la iglesia emergente.
Sobre el resto de los sínodos hay un silencio absoluto, salvo la explica-ción
de García Jiménez a Carlos 11 de por qué no se convocaban en su
época, del autor arriba citado66.
En segundo lugar, parece como si con la ausencia de monseñor
Infantes Florido hubiera remitido el interés por Tavira, pero él desde
Córdoba ha mantenido el fuego, al considerar el pensamiento taviriano
como alternativa a la Iglesia de su tiempo67.
Es de justicia, finalmente, reconocer como se ha suscitado el foco de
interés por la recia y rica personalidad de monseñor Pildaín, que ha
merecido sendas biografías de.Rodríguez Doreste y la capital de Chil
esté ve^^^, así como análisis sobre su actitud frente al poder constitui-d
~SU ~mag~iste,rio sociaPo o documentos de interés7'.
Y ya en este orden el recuerdo que Bermúdez Suárez realiza sobre la
labor postconciliar de Infantes Florido7*.
Del resto, como arriba apuntaba, numerosas aportaciones parciales
piE~a.&jse fi 1~ maljeiiSe7l3a. Ca7h+ense14, co,~,,=s, =bre
eclesiásticos canarios que accedieron a diócesis americana^^^.
En cuanto a la labor pastoral de los diocesanos han aparecido noti-cias
de algunas visitas pastorales, pero de todas formas las que
conocemos todavía son poco homogéneas @a poder derivar conclusio-n
e ~ ~ ~ .
Ya hice referencia a la necesidad de estudiar la serie de informes
derivados de las visitas ad limina de los prelados o sus apoderados que
se conservan en el Archivo Vaticano. Afortunadamente el profesor
Sánchez Herrero, asiduo a estos Coloquios, nos presenta un estudio
sobre las verificadas entre 1622 y 163177 y en el resumen de la comuni-cuci&
ncs &e que y2 hr re&& enuega p... e! h ~mp n ~2i p!a
Dra. Manero Rodríguez, catedrática emérita de la Universidad de La
Laguna. Mi desconocimiento de los textos me impiden profundizar en el
contenido, por lo que no me queda sino felicitar y felicitarme por tan
preciadas novedades.
LA CATEDRAL Y SU CABILDO
Continuamos sin una historia de la Catedral de Las Palmas en toda
su complejidad, tal como hoy se requiere. Y más si tenemos en cuenta el
juego de su Cabildo como contrapoder de diocesanos, el relevante papel
que ejerció ante la sociedad insular, no sólo en el plano espiritual, sino
en el cultural, jurisdiccional y econ6mico. El boato desplegado en el
culto ante el pueblo y ia alta capacidad intelectual del grupo represeiita-do
por dignidades y canónigos, explican su magisterio, así como la
defensa a ulira!lza de sus privilegios y prestigio, con lo que ello signifi-ca
en una sociedad estaniental.
Sólo son tres líis aspectos bien conocidos de su pasado: la recepción
de diezmos gracias ai empeño de .4ntonio Macías, la Capilla por la
labor de doña Lola de la Torre, y los avatares de su prolonpia y aún
inacabada reedificación, gracias a las contribuciones de Antonio Rumeu,
en lugar destacado, así como de Marco Dorta y Jesús Hernindez Perera.
El canónip archivero, don Saniiayo Cazorla acaba de dar a luz una
voluminosa Historiu de la Cnredrul de Cunarius ?? Libro poco con-vincente
si tenemos en cuenta lo esbozado anteriormente y las complejidades
derivadas de tal enfoque. Sin embargo, contiene transcripciones de do-cumentos
valiosos y hasta el preser,k celosamente custodiados, pero es,
a pesar de todo, más una guía de curiosidades que encierra la catedral,
que una historia de la misma.
Muy escasas son las aportaciones a lo largo del sexenin. Mi estudio
,.-L..- 1-?. '----lI D-..I--75 - 1 c ,...A- WULC NJS L ~ J G I I ~ U G Shr ;aic;> 6- . LI I G ~ L ~ ~ ; L LL1L kGi caíiviigk de; Sriíiio Gfi-cjo"
y otro referente al tema rnariaiio en la Catedralx1.
Sin embargo, no quiero silenciar, por su enjundia y perfección. tanto
estética como técnica, la traza que ha diseñado el arquitecto Fábregas
GilY2p ara rematar nuestro hermoso templo, esa sinfonía incompleta, en
el lado norte de la más esplendorosa muestra de nuestra arquitectura
religiosa. Ganaría el templo, pero también Vegueta y la ciudad. Razones
que abogan por incidir que entre las conclusiones del Coloquio señalar a
autoridades, instituciones, entidades, empresas. fieles y población en
general la imperiosa necesidad de adquirir conciencia para tomar las
medidas conducentes al logro de tan brillante remate.
LA IGLESIA LOCAL: PARROQUIA Y ERMIT.4S
No es precisamente excesivo lo que conocemos sobre tema tan trns-cendental
como el de parrocluias, párroco y ermitas. Aspectos esenciales
para una profundización scbre este piiar, en ei que junto cori 1a faii-uh
se cimenta todo el edificio de la Iglesia.
Apenas mi estudio renovado sobre !a parroquia de La Antigua en
FuerteventuraY3L, a Concepciór, de Ea Laguna de Scínchez Herrerox3, o
la segregación de la de Valleseco de Teror de Suárez Grirnón", y aspec-
tos sobre los inicios de la vida parroquia1 en La Palma y FuerteventuraS6.
La tesis de Antonio Macías, al estudiar la demografía, encierra informa-ción
de suma utilidad para seguir los procesos de creación y
segregación de parroquias8'. Sin embargo, seguimos sin estudiar las
reformas de los planes beneficiales en el siglo xvw, p. ej. salvo para
Fuerteventura8*.
Frente a las escasas contribuciones citadas, existen abundantes histo-rias
y descripciones parroquiales, que hoy caen fuera de nuestra atención,
por predominar en ellos el interés artístico: arquitectónico, escultórico o
pictórico.
La insuficiente atencicín apostólica y sacramental que podrían prestar
el escaso número de parroquias a una población rural, que constituía un
alto porcentaje de la total, por desarrollar sus actividades en un "hábitat"
disperso, se trató de paliar mediante la erección de ermitas. Son bastan-tes
las referencias a las mismas dispersas en la prensa cotidiana y las
revistas, por lo que es necesario emprender un estudio global a nivel de
la región, para realizar una cuantificación y que explique el papel de las
mismas: ia tipología de sus fundaciones, servicios que prestan, ermitas,
e[r., [a! he intenta& p!unific&re n ! ikr~q ue 2 !as de Ggia &&ca
Pedro González SosaRy.
Finalmente no es mucha la labor realizada para el estudio de párro-cos
y sacerdotes, sus modos de vida y biografíasy0.
Incluso es de notar como se ha difuminado el interés por nuestros
clérigos diputados doceañistas, aunque no nos falten muestras9'.
LAEDADCONTEMPORANEA
Lamentablemente, los tiempos mas próximos a nosotros no han lla-m&
pn ~ X C ~ S12O a f ~ f i ~ jpb n~ !Qy q ue I!' p p ~ ! !a [,ole& pfi ]a Is!fi,
en el último sexenio se refiere. Hagamos la excepción de la figura de
monseñor Pildain, como vimos al tratar del episcopado.
Dei resto, sólo contamos con la aportación de José Miguel Pérez
sobre las relaciones Iglesia en el poder políticow, los orígenes del cato-licismo
socjalg3, el anticlericalismogJ o la situación planteada tras la
proclamación de la 11 Kepublica'j. Es curioso como ante tanto vac~o
Lothar Siernens se haya preocupado de la música religiosa en la
c~ntemporaneidad~~.
Por lo tanto, un conjunto de meritorias aportaciones puntuales, que
nos traen a la memoria la versión articulada y homogénea que ya hace
años presentó Agustín Millares Cantero9'.
424 Antonio de Béthencourr Massieu
ELCLEROSECULAR
Da la sensación que se ha ido mitigando el interés por la vida
conventual, que comenzó con tanto énfasis en los inicios del último
sexenio. En éste, como en otros tantos aspectos de la historia eclesiásti-ca,
abrió brecha el profesor Hemández Gonzálezg8c on su ejemplar libro
sobre los conventos orotavenses, al que vino a sumarse las publicacio-nes
de las tesis del P. Julián Escribano sobre los jesuitas en Canarias99 y
el volumen más general de González Yanesloo.
Aunque no numerosas,no faltan aportaciones sobre las tensiones y riva-lidades
con ven tu ale^^^', o las referentes al campo de la enseñanza a que
hicimos referencia. Finalmente tampoco han sido excesivas las novedades m
D
sobre biografías de conventuales, concentradas en el P. An~hieta~~*. E
ii
PALABRAS FINALES
De cuanto llevamos dicho se deriva que la historia de la Iglesia en
Canarias solamente ha alcanzado un estado embrionario.
Sin embargo, si analizamos el conjunto de la producción de los
últimos seis años y el balance que estableció en el VI1 Coloquio con
tanto acierto Manuel Hernández, podemos observar que en una serie de
subespecialidades o ramas, precisamente las que mayor interés suscita a
los historiadores occidentales hoy, el progreso ha sido muy satisfactorio
y los métodos muy al día, aunque en los mismos queden vacíos que
investigar. Entre estos signos positivos, contar con algunos especialistas
que pueden servir de guía a quienes se interesen por estas líneas de
investigación.
En los otros, se puede reconocer que estamos en mantillas, con
contribuciones fragmentadas y dispersas y, a veces, sin Ia precisa
-,i*-Arilririn. ni...,..- h,mrin na=;nlnA* o1ni.r.on nv,-.a-,-.;n~n" C n t o "a"""
u lCiwu u l u&l a , auuyuc IIGIIIUJ JUIULUUU CIL~ULIUL JA L ~ J U U I I ~ J .L aLa JUIJU-ción
sombría, en cambio -y ese ha sido el objetivo de la primera parte
de la ponencia- cuenta con un ambicioso programa, en el que segura-mente
es fácil de descubrir huecos y problemas, que espero salgan a luz
una vez puestos mano a la obra.
Otro signo muy positivo ha sido la apertura del Centro Teológico de
Las Palmas, que cuenta con un Departamente de Ciencias Históricas y
una revista Almogarén, muy regular en sus apariciones y que ha servi-do,
como hemos comprobado, de vehículo difusor de ponencias y
comunicaciones a las cuatro Jornadas de Historia de la Iglesia de Ca-narias
hasta ahora celebradas, lo que prueba una inusitada actividad.
Historia de la iglesia en Canarias: estado <ie In cuestión 425
Como programa para el futuro habrá que racionalizar los archivos
eclesiásticos, catalogarlos y abrirlos al público en general y en particular
a los historiadores. Pero, además dotarlos de unos horarios flexibles y
amplios, así como de servicio de reprografía, aunque sea mediante com-pensación
económica.
Junto a este paso, que considero sumamente necesario, otros dos:
estudiar la posibilidad de establecer un convenio entre las dos Diócesis,
ambas Universidades, la UNED (SEHIC), los archivos e instituciones
públicas y privadas, incluso personas individuales -si se quiere bajo la
fórmula de una fundación- que permite desarrollar tal cúmulo de pro-blemas
conforme a una cuidada prelación. Y al tiempo gestionar una
serie de becas que permitan financiar la elaboración de tesis doctorales
y monografías, así como la edición de cuanto se produzca.
Finalmente, reiterar la colaboración de ustedes para que apoyen como
conciusiones ciei X Soioquio -tan significativo por aicanzar ia decima
convocatoria, como por ser un año tan especial en el que se celebra-,
tanto los que acabo de señalar como incitar a la imprescindible necesi-dad
de finalizar nuestra cinco veces centeraria catedral conforme a la
traza de Salvador Fábregas.
ANAYAH EKNANIIWL,u is Albcrtn: "TesriFicacic->ncsy p ! - o c t ~ ~insq iiisi:oriales
contra judeoconversos de 1,anzarote y Fuerteven~ui-J". En Ifl .loni~zdc~s
cle Est~ldios sobre I=iiertci!ctllum y Larrzorote. Cabildo Insular. Puerto
del Rosario, 1989, pp. 63-77,
BÉTI~ENCOUMR~Ts s i ~ uA,,: "La enseñanza en Tenerite en 1790. Situación y
plan para financiar la dotac16n de escuclas públicas". En R.1-l.L. 174
(1984-86). pp. 33-61.
CABALLERMOú .~icn,F rancisco: "La lglesia Católica en Cünarias desde los
origenes nasta el presente". En VI11 C.H.C.A.. 198s (199 l ) , pp. 187-
216.
IIERNÁNDEZ GONZ,~I.EMZ,a rcos: LLI S~1nmc1. S L ~ I ~e~n LIIco cl en el iíltinio ~ercio
del .sigio XVIII: decndencici ec.oncímicn. Il~ts!rncidtSi cmi~rnción(1 Ar716-
rica a trmGs de dos proce~iot1cs: el Gtnn Poclcr rlc Dios y Nir~strtl
Señorcr de lr~S oieclarl. Progr:iina de Srniana Santa. Icod. 199 1 .
,Wo~zbi*Pi ERDOMOM. . E.: La mnr,yi17illitlod sí~ciule ??C rin(lriris( hr r~nf2c1 siglo
XWif. %iaicelcm. IJniversidnd de La L:~uIu, 1990 (Microiichas)
RIQCELMPEÉ KEZM. aría Jesús: La Vi r p n de Candeiariu L i s 1.slu.s Cancwias.
Cahildo Insular. Aula de Cultura. Santa Cruz de Tenerifc. 199 1 .
SANTANPAL RIZZJ, . M. y MONZONP EKUOLIOM: . E.: "Clero aniericano y
secularizacitk~ en Canari~is". En Siutlici Ni~tc.íricrt . Historia Modem
(Salamanca), 1991, pp. 273-289.
SL).&EZA CQS.~J.o~sé, Juan y GOK~.ÁI.DE~I:.O UEL, ucas: "La Virgen de Candela-ria
y cl Cabildo de Tenerife: Apuntes en torno a una confrontación
sagrada". En Altnogaren 7 (1 991), pp. 87-100
1-lisrnria de 111 iglesia en C(uioricr.s: esratio de la cuesrióri 42 7
1. VIERA Y CLAVIJO, J.: "Noticias dc la Histeria General de las lslas Cana-rias".
Madrid, 1783. T. IV.
2. HERNÁNDEZ CONZÁLEZ. M.: " ~ Iagle sia cn Canariasme n VII ~ o í o q u i o
de Historia Canario í2mericarra (C.H.C.A.) 1986. Ed. Cabildo Insular de Gran Cana-ria,
1990. T. 11, 165-176.
3. FERNÁNDEZ D~AZR. .: "La clerecía catalana en el setecientos" en Eglesia
i societur a la Curdtmya dcl S. XVIII. Cervera. UNED. 1990. T. 1. Ponencias. 23-118.
4. HERNANDEZ GONZÁLEZ. M.: op. cir.. 167.
5 . FERNANDEZ D~AZR, .: op. cir., 28.
6. BETHENCOURT MASSTEIJ. A.: "Problemas dc la diócesis de Canarias en
relación con cl patronato". TX C.H.C.A.. 1990.
7. FAJARDO SPINOLA. F.: Reducciones de protesruntes u1 catolicismo en
Canarias. Las Palmas: Cabildo Insular, 1977.
8. BETHENCOURT MASSIEU, A. Canarias e Inglriterra: el comercio de
vinos (1650- 1800). Las Palmas: Cabildo Insular. 1991. Cfr. "El derrame del vino" pág.
59-60. ]D.ID.: El ntorín de Agiiinies-L,as Pa1rna.s. 1718-1739. Agüinies, 1989 o VIERA
Y CLAVIJO, J.: Ob. cit. "Alborotos en la Orot:iva", T. 11. 320-322.
9. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ. M.: "La devoción a .lesús Nazareno en Cana-rias
durante el Antiguo Régimen". Separata de las Actas del Congreso lnrernacional
Crisrcíbul Cdún de Sanla Caiulinu las Cofradías de Jesús Nuzareno. s.1.n.a.
i U . ESCR~BANO GAKKIDO, J.: L0.r jesuitas y Canariris. Granada, Facultad de
Teología, 1987.
1 1. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M.: ~i iglesia en Canariasn ya cit.
12. RUMEU DE ARMAS, A.: El ohisy~adn de Telde. Misiories rnallorquinas
catcilanas en el Arliíntico. Madrid-Tclde, 1986, 2.ed.
13. CABALLERO MUIICA, F.: Canarias hacia Casrilla. Las Palmas de Gran
Canaria. Caja dc Ahorros de Canarias, 1992. 2 vols. Cfr. 111 y IV parte dcdicada a los
siglos xiv Y xv y primera decada del xvi. Este libro esta dcstinado a desatar polémica,
a causa del desequilibrio de estructuras. Mientras que en la partr: I y 11 dedicadas a los
aborígenes, mantiene hipótesis y tesis que no se sostienen en pie; en los dos siguientes
-a las que ahora nos referimos- realiza una ponderada síntesis de todo lo hasta
428 Antonio de Béthencourt Massieu
ahora publicado, con escasísima aportación de nuevos documentos. Por el contrario la
V, correspondiente al 11 volumen, encierra un estudio de la historia de los primeros
sínodos diocesanos -los dos presididos por Diego de Muros y las dos bajo la direc-ción
de Fernando Vázquez de Arce, con la reproducción dentro del texto de la
sinodales, nueva documentación y un análisis comparativo con otras peninsulares.
14. TEJERA GASPAR, A.: La religiosidad de los Guanches (Ritos, mitos y
leyendas). Caja general de Ahorros. Santa Cruz de Tenerife, 1988.
15. GARCIA Y GARCIA, A.: "Fundamento de la donación pontificia de Cana-rias".
Almogarem, 9 (1992), pp. 21-35.
16. BERMUDEZ SUAREZ, F.: "Los relatos tradicionales del Pino y Candela-ria:
hacia una relectura de la Historia de la Conquista". Alrnogaren. 9 (1992), pp.
43-53.
LAVANDERA LOPEZ, J.: "Una escultura cristiana en la cueva aborigen de Aldeite.
Fuerteventura". V11I C.H.C.A. (1989). T. 11, 1991, pp. 767-753. m
Idem: "Una escultura cristiana en la cueva aborigen de Aldeite (Fuerteventura). -
Nuevas aportaciones". Almogaren. 9 (1992), pp. 97-98.
17. GARCIA SANTOS, J. (O.F.M.): "La evangelización luliana. El obispado de O
Telde". Almogaren. 9 (1992), pp. 55-85. -n-
18. SANCHEZ HERRERO, J.: "El tratado de doctrina cristiana incluido en "Le m
O
Canarien". V C.H.C.A. (1984), 1985. T. 11, segunda parte, pp. 743-764. CABALLE- E
E
RO MUJICA, F.: "El catecismo normando. Notas y comentarios". Almogaren, 2 (1988), 2
pp. 171-183. -E
19. CABALLERO MUJICA, F.: "El testamento de los 13 hermanos: notas y
comentarios". Almogaren, 3 (1989), pp. 167-178. 3
20. MOLINÉ, E.: "Noticias sobre la difusión en la diócesis de Urgell de las - -
0 indulgencias para la conquista y evangelización de Canarias", en Evangelización y m
E Teología en América (siglo XVI). X Simposio Internacional de Teología. Pamplona. '
Universidad de Pamplona, 1988; pp. 223-235. . O
21. MACIAS HERN~NDEZA, .: Economía y Sociedad en Canarias durante el n
Antiguo Régimen (1500-1850). Tesis doctoral. UNED, 1984, 10 vols (inedita) Id Id.: -E
"Fuentes para el estudio de la producción agrícola en las Islas Canarias: el diezmo en a
la diócesis de Canarias (1480-1820)". A.E.A. 32 (1986), pp. 269-354. l
n 22. SUAREZ GRIMON, V.: Ln propiedad pública, vinculada y eclesiástica en n
Gran Canaria en la crisis del Antiguo Régimen. Ed. Cabildo Insular de G. C. Las
Palmas, 1987. 2 vols. Cfr. especialmente capítulos X-XIII. O3
23. AZNAR VALLEJO, E.: "Los inicios de la bula de Cruzada en Canarias". En
Revista espaiiola de Derecho Canónico. LIX (1927).
24. ARANDA DONCEL, J.: "Las pensiones de mitra y provisión de beneficios
eclesiásticos en la Diócesis de Canarias a comienzos del siglo xvn". En IX C.H.C.A.,
1990, pp. 225-255. Id id.: "Las pensiones de mitra y la provisión de beneficios
eclesiásticos en la diócesis de Canarias durante el siglo XVII (1615-1651)". En X
C.H.C.A., 1992. (En prensa.)
25. RONQUILLO RUBIO, M.: Los orígenes de la Inquisición en Canarias
(1488-1526). Ed. Cabildo Insular de G. C., Las Palmas, 1991, y ANAYA
HERNANDEZ, L. A.: "Establecimiento de la Inquisición en Canarias". Congreso
Internacional de la Inquisición (1987). Lisboa, 1989.
26. ACOSTA GONZALEZ, A.: Estudios comparados de Tribunales Inquisitoria-les
(períodos 1540-1570 y 1571-1621). UNED, Madrid, 1990; y "La Inquisición en
Canarias". A.E.A., 32 (1986), pp. 129-193.
Historia de la iglesia en Canarias: estado de la cuestión 429
27. FAJARDO SPINOLA, F.: Hechicería y brujería en la Edad Moderna. Ed.
Cabildo Insular de Gran Canaria. Las Palmas, 1992. Premio de investigación Viera y
Clavijo 1990.
28. FAJARDO SPINOLA, F.: "Las Palmas en 1524: Hechicería y sexualidad".
En A.E.A., 31 (1985), pp. 177-275.
29. FAJARDO SPINOLA, F.: "Competencias jurisdiccionales en los navíos en
materia de hechicería". IX C.H.C.A. (1990), pp. 25-53. "Procesos de hechicería de la
Inquisición en Canarias (siglos xvi, xvrr Y xviii). En VI1 C.H.C.A. (1986), 1990, pp.
515-533; "Inquisición y hechicería en Canarias durante la Edad Moderna". 1 Congreso
Luso Brasileiro sobre Inquisicao, 1987 (En prensa); "Des vols et des assamblées des
sorcieres dans les documments de llnquisition canariene". En Colloque: Les sabat
des sorcieres en Europe (XV-XVIII siicle). París, 1992. (En prensa).
ANAYA HERNANDEZ Y GONZALEZ CHAVEZ MELENDEZ, J.: "Inquisición
y brujería en Canarias en el siglo XVIII". En 1 Congreso Iberoaméricano de Estudios de
Folcklore. Las Palmas de G. C., 1991. (En prensa.)
30. ANAYA HERNANDEZ, L. A.: "La religión y la cultura de los moriscos de
Lanzarote y Fuerteventura a través de los procesos inquisitoriales". En IV Symposium
Internationale d'estudes Morisques. Tunez, 1989 (En prensa); "La hechicería morisca
y su represión por la Inquisición de las Islas Canarias". En V Symposium Internationale
d'Estudes Morisques. Tunez, 1991 (En prensa). FAJARDO SPINOLA, F.: "La hechi-cería
morisca en Lanzarote y Fuerteventura". En IV Jornadas de Estudios sobre
hnzarote y Fuerteventura. Arrecife, 1989 (En prensa).
ANAYA HERNANDEZ, L. A.: "Los judios expulsos en Canarias". En A.E.A., 33
(1987), pp. 43-52; "Una comunidad judeo conversa de origen portugués a comienzos
del siglo XVI en la isla de la Palma". En 11 Coloquio Internacional de Historia da
Madeira, 1989. Funchal, 1990 y "Las minorías en la historia de Canarias", VI1 CHCA,
1986, (1990) T. 1, 29-57. WERNER, Th: "El juego del gato y el ratón: flamencos ante
la Inquisición de Canarias en el siglo xvn". VI11 CHCA. 1990. Podemos añadir, en
este campo, aunque fuera del período inquisitorial la contribución de SANCHEZ
HERRERO, J.: "La presencia de otras confesiones cristianas en las Islas Canarias. La
presencia de otras religiones". VI1 CHCA 1986 (1990) 515-533.
3 1. FAJARDO SPINOLA, F.: "Un producto de las relaciones atlinticas: la con-versión
de protestantes en Canarias durante el siglo XVII". X CHCA, 1992. Id. Id.
Reducciones de protestantes al catolicismo en el siglo XVIII, 1700-1812. Las Palmas:
Mancomunidad de Cabildos, 1977.
32. MARTIN MILLAN, J.: "La Hacienda del Tribunal de la Inquisición de
Canarias, 1550-1780". IV CHCA 1982 (1986) T. 11, 556-584. Id. Id. "La venta de
oficios inquisitoriales en Canarias durante el si310 xvrrr" V CHCA, 1984 (1987) T: 1;
689-696. Id. Id.: "La burocratización del Santo Oficio en Canarias durante el siglo
xvnf' V CHCA, 1984 (1987), T. 1,697-724.
33. ANAYA, L.A. Y FAJARDO, F.: "Las visitas de inspección de la Inquisición
canaria" VI1 CHCA 1988 (1991) T. 11, 775-801 y ACOSTA GONZALEZ, A. "La
visita al tribunal de Canarias de Bravo de Zayas". A.E.A. 38 (1992). pp. 17-72.
34. GONZALEZ DE CHAVEZ MENENDEZ, J.: "Las visitas de navíos en el
'!'rihcn$ & !z Inq~i~ici6&n . ~ ~ n ~~ &i g,!YV~& '. VI!! CECA 1988 (1990) T. 11,
713-731.
35. LUXAN MELENDEZ, S.: "Las clases de libros prohibidos en Canarias a
fines del siglo XVIII". Almogarén, 7 (1990), 37-52; ALZOGA GONZALEZ, J. M.:
"Expediente incoado por la Inquisición con motivo de la publicación de la novena de
430 Antonio de Hérhencourt Mus.sieu
la Virgen del Pino de Diego Alvarez Silva. Año 1755" Altnogaréti 7 i1990), 11-24 y
HERNANDEZ SOCORRO, M. R.: "Un caso de censura iriquisitoBal de las Bellas
Artes en Canarias". Al~nogurén 7 (1991). 67-75.
36. FAJARDO. F. y ANAYA, L.A.: "Relaciones dc Azorcs y de la kladcira con
Canarias. según fuentes inquisitorialcs. Siglos xvi Y xvri". en 1 C~loqtrioI i~ternaciotial
de História da Madeira. Funchal, 1989 y los mismos: "Azores y Madeira en el
Archivo de la Inquisición (Nuevas aportaciones)". // Coloquio Inlertzacional de Histo-ria
da Madeira. Funchal. 1990.
37. BETHENCOURT MASSIEU, A. de: "Canarias, Berbcría e Inquisición, 1580-
1610. Aportaciones para un estudio" en Homenrde (I Ellas Serni Rgfols. La Laguna,
1973, T. 1, 225-247 y BENNASSAR, B: "El Santo Oficio de Canarias, observatorio de
la política africana (1603-1610)". Vlll CHCA, 1958. (1991) T. 1. 5-15.
38. HERNANDEZ GONZALEZ, M.: La muerte en Canririns en el siglo XVIII
(Un estudio de historin de las rnenralidades). Santa Cruz de 'Tcnerife. Taller de Hisio- m
D ria, 1990. Religio.sidud popular en Terlerife en el siglo XC'III. La Laguna: C.C.P.C.
1990. "La devoción n Jesús Nazareno cn Canarias durüntc cl Antiguo Régimen" en E
Actas del Congreso Internacional Cr i s t~~bodel Sanla Catalina y Cqfrcidíu de Jesús O
Nazareno (tirada aparte). "Rcligiosidad popular y sincretisrno religioso: La Virgen de -- m
la Peña entre lo aborigen y lo cristiano". II Jornadas de Historia de Lanzarore y O
E
Fuerteventura. Arrecife, 1990. 'T. 1. 195-216 y "religiosidad y creencias religiosas en E
Canarias y América durante el siglo xviii: Las conlínuas influencias". .4/tnr~grrrén 7 2
E
(1990). 67-75. -
39. ARANDA MENDIAZ, M.: Mentalidad y religiosidad en Gran Canaria a
través de los testamentos. Tesis doctoral. U.L.P.G.C.. 1990. 2 vols.. intdita. 3
-
40. BERMUDEZ [SUAREZ]. F.: Fiesta cutiorio. Unci inlerpretación teológica. O-Las
Palmas: Cen~roT cológico, 1991 y CARCIA y GARCI.4, A.: "Fjes¿a y religiosidad m
E
popular en el dcrccho canónico canario". VI1 CHC.4, 1986. (1990). T. 11, 217-245. O
41. AZNAR VALLEJO. E: "Rcligiosidad popular cn los orígenes del Obispado
de Canarias". VI[ CHCA 1986 (1 990), T. 11, 2 17-245. n
42. TRAPERO, Maximiano: Los romances religiosos en la tradición oral de -E
Canarias, Madrid, Ed. Nieva. 1990. a
43. HERNANDEZ SANTOS, T.: Antecedenres hisróricos de la Hertnandod del 2
n
Santísirno Cristo del Huerto. S. C. de T. 1990 y ALZOLA GONZALEZ, J. M.: La n
n
Semana Santa en Las Palmas. Las Palmas de G. C.. 1989.
44. BETHENCOURT AFONSO: J.: Cosrrrmbrcs Populares Canarias de Naci- 3
O
inienro. Matrimonio g M~ierte.S . C. de Tenerife: Cabildo Insulrtr. 1985.
45. SANTANA PEREZ, J. M.: Política educativa de Carlos 111 en CanArias. La
Laguna: Universidad, 1990.
46. SANTANA PEREZ. J. M.: "Contenidos en la enseñanza canaria del siglo
xvrrr". Revista Témpora. (En prensa) y en colaboración con MONZON PERDOMO,
M. E.: "Escuelas canarias en la Ilustraci6n para una economía en crisis". Islenha 6
(1990), 79-92.
47. MONZON PERDOMO, M. E.: "La Instrucción femenina en Canarias bajo
el reinado de Carlos III", en Coloquio Internacional sobre Curlos 111 y su siglo.
Madrid. 1988 (en prensa?.
48. SUAREZ GRIMON, V. J.: Contribución al estudio de la historia de la
enseñanza en Gran Canaria: lo escuela de patronato de Teror (1790-1936). Teror:
Ayuntamiento, 1990.
49. SANTANA Y MONZON: "La Iglesia en la Institución pública canaria en el
siglo xvrrr". X CHCA, 1992, 41 pp.
50. 13ETliGNCC~URi' MASSIEU, A. de: "L:I ctiseiianza primaria en Canarias
duraiitc cl Antiguo Liégiinen". La . Palriias: UNED. 1985. 75 pp.
5 1 . ESCRIBANO GARRIDO. vp. ci:.. 506-5 1 l .
5'7. LOBO CABRERA, XI.: "La hibliotcc:~ dc tlon Domingo Pantnlcón Alvarez
Abrei!. Armhispo de S s n t ~do niingo" A.E.A. 1 5 (1989). 417-438.
53. LUXAN MEL.ENDEZ. S.: "Dcsarriiotizacióri eclesiástica y patrinionio cul-tural:
la Comisión de Monumcnios durante el rainado de Isabel 11". 1X CHCA 1990,
pp. 367-399 y "Lu sccularizaciríii de las bibliolccas cclcsiáslicas cn Canarias durante
cl Scxcnio Kcvolucionariu" VIII CIiC.4 1988 (1991j. T. 1, 751-775 y "La Iglesin y el
desarrollo cultural cn Canarias duriiiite ci reinado dc lsabel 11: Las bibliotecas
parroquiales del Obispo Liuch y Garrign". A/tnr>,yorén 2 (1988) 131 -142.
54. MUNOZ PERDOMO. M. E.: (;r~!pos niar~inrir10.s en lo sociedori de 'fenerife
en el .sigio XVIII. La Laguna: Universidad: Mcrnoria de Licenciatura. 1985.
55. SANTANA PEKEZ, J . M.: 1n.sritircioties b~tiifi-ficnesn Cnnririus bc~jge 1 ub-soliiti.
snio ilitstnrdo. Barcelona, Universidad de 1;) Lxguna-Caja Canarias, 1989.
(Micrnf;chnq).
56. SANTANA PEREZ. .l. M.: "lnsiiuicioiics asislcnciales laguneras cn el siglo
svrii". Periferia iL:i 1,aguria). 2 ¿ i9Xh) 49-64, "Beneficiencia en Lanzarote". 111 Jornn-drrs
de Estudii>.r .robrc Ltr~~znroyre F r4srici;etiturn. Arrcciíc 1990, 8 1-97 con la Dra.
MONZON y "Niitricián cn 10s hospitales canarios dcl Antiguo RSginicn". Congreso
de J O V C ~ PHSi storinrlore.i y Geijgruros. Madrid, 1990. 176- 186. (con LEON
SANTANA. E. M.).
57. SAKTNNH PtREZ. j. M.: ""Kg;iiisino cn ias insiituciones asistenciaics. Ei
hospicio de Santa Cruz dc Tciitirife". Tubelo, Puerta Rosario 2 ( 1989)' 93-104. "Hos-picios
de la Llustración en Canarias". Kev. El Museo Cutlario XLVII. 249-267 y "La
poblacicin inajorcra cn el Hospital dc los Dolores (1760-1790)" en 11 Jornadas de
Estudios sobre Lnnzlrrote y Fuerievetrtrrrn. Arrecife, 1990, 435-448.
58. BETHENCOUR'T I\iASSTEiJ. A. dc: "La Cofradía dc San Tclmo cn Las
Palmas dc Grw Canaria: proyecto de un rnoiitc pío textil (1781-1805)". En E.rpacio,
'fiem{~o y Fortnci. UNED. Madrid. Histori:~ Modern:~, 2 (19891, pp.243-267.
59. BETllt3lCOIJRT MASSIEU, A,: "Problcrnas de la diócesis dc Canarias en
relación con CI Patrona[o". En IX C.tl.C:.A.. 1992, pp. 5-23.
60. BETI-IENCOURT MASSIEU, A,: "Pilonaje o patrinionialidad dc los benefi-cio.;
curados en Canarias". En Aimogaren. 9 ( 1 9921, pp. 156-1 76: y "Pntrimoniaiidad
de los beneficios curados cn la !)ii>cccis de Canarias. fcn6rneno dc larga duri~ción". En
.R. .I. -I . . r- . , 1 993 (en prcnsn), Er contenic!!? sGperi^r z! anterior y nce\Ja ~ ~ r ! ~ ~ ~ ! 2 ! ~ r j 6 n ,
61. BBTHENCOUK'T MASSIEU, A.: "Los capellanes reales de la Catedral de
Las Palmas, 1515-1755". En i'eguera , O (1992). pp. 55-65.
62. BETHENCOURT MASSIEU. A,: "L,a Iglesia de la Concepción de La
Orotava. Nuevas aportaciones". En A.E.A. 39 (1992). En prensa.
63. ARANDA DONCEL, J.: "Las pensiones de la mitra y provisión de los
beneficios eclesiásticos en la Diócesis de Canarias en el siglo xvii". En IX C.H.C.A.,
i9YÜ. p47. 222-255 y "¡,as pensiones de la mitra y la provisión de beneticios eclesiiis-ticos
en la Diócesis de Canarias durante el siglo xvri (1615-1653)". En X C.H.C.A..
1992.
64. ARTILES RAMOS. J.: "Siglo xviii: "Recursos de fuerza" en Canarias". En
Almognrén, 7 (1991), pp. 111- 122.
65. CABALLERO MUJICA, F.: Cnnaria.r hacia Castilln. Ya cit. Parte IV del 1
T. y V del U.
432 Antonio de Béthencourr Mqssieu
66. CABALLERO MUJICA, F.: "Recesión sinodal española en el siglo xvii:
Carta de don Bartolomd García Jiménez obispo de Canarias al rey Carlos 11".
Almogarén 6 (1990), 181-191.
67. INFANTES FLORIDO, J. A.: "Tavira ¿Una alternativa de la Iglesia?" C6r-doba:
Monte de Piedad y Caja de Ahorros, 1989.
68. RODRiGUEZ DORESTE, J.: "Visión sesgada de un gran obispo: el Doctor
Pildain (1890-1973)". Las Palmas de G. C. Núm. 59. 1985.
CHIL ESTEVEZ, A.: "Pildain un obispo para una epoca". Las Palmas de G. C.:
Caja de Ahorros, 1987.
69. MILLARES CANTERO, S. y ANAYA HERNANDEZ, L. A.: "Algunos
aspectos'de la actuación del obispo Pildain durante la Guerra Civil y el Franquismo".
Almogarén. 1 (1988), 153-164.
70. DIAZ SANTOS, S.: "El magisterio social del episcopado de Monseñor
Pildain y Zapiain". Almogarén. l(1988). 73-1 10. ECHARREN YSTURIOZ, R.: "La m
doctrina social de monseñor Pildain". Almogarén 5 (1990), 215-219. D
71. LAVANDERA L0PE.Z.. 1:: "C.arta de! Dr_ Pildain a SS. Pfn X!! -&re ! ~ s E
sindicatos verticales españoles (1956). No remitida". Almogarén, 6 (1990), 169-1 76 y O
PABLO VI: "Carta de S.S. el papa Pablo VI al obispo Monseñor Pildain y Zapiain". n -
=m
Almogarén, 5 (1990), 215-219. O E 72. BERMUDEZ SUAREZ, F.: "El Vaticano 11 en la Diócesis de Canarias. Lon E
once años de D. Antonio Infantes Florido". Almogarén. 1 (1988), 111-131. 2
E 73. ALEGRE DE LA ROSA, O.: "El último de todos. Perfil de un hombre de =
Iglesia. El obispo de Tenerife Daniel Ignacio Borau". La laguna: Centro de Estudios 3 Teológicos, 1991. -
74. RUBIO MERINO, A.: "Presentación del doctor Antonio Camionero para el e-obispado
de Canarias". VI11 CHCA, 1988 (1990) T. 11,847-869. CASTRO ALFIN, Q.: m
E
"Algunos aspectos del proceso del obispo Romo: Iglesia y Estado en los comienzos O
del rtgimen liberal". En Almogarén, 3 (1989). 41-53 y RIVERO y RiVERO, M. R. y
AFONSO SANTANA, S. P.: "Causa formada contra el obispo Romo por el jefe n
político de Canarias y el Tribunal Supremo de Justicia". Almogarén, 3 (1990), 31-40. -E
75. CABALLERO MUJICA, F.: "Fray Vicente Peraza, O. P. en Canarias". a
Almogarén, 9 (1992), 133-156. MEDINA RODRIGUEZ, V. y MARTINEZ GALVAN, 2
n
L: "Breve biografia de dos prelados canarios en la silla episcopal de Yucatán: Don n
0
Francisco Pablo Matos y Don Pedro Agustín de Estdvez y Ugarte". Aquayro (LPGC)
118 (1991), 877-881. RODRIGUEZ CRESPO, P.: "Actitud del obispo Encina frente a 3
O
la Independencia Americana". VI11 CHCA 1988 (1991).
76. LAVANDERA LOPEZ, J.: "Diario de la visita pastoral del obispo Martinez
de la Plaza a las Islas de Tenerife. La Palma, Gomera y Hierro. Febrero de 1778-abril
1790". Almogarén, 5 (1989), 143-157 y 6 (1990), 179-213. NUNEZ MUROS, M. F.:
"Visita pastoral del obispo Folguera a la isla de El Hierro". El Hierro: Cabildo Insular,
1989. VIERA DENIZ, Sor E.: "Visitas pastorales al Cister de Teror en el siglo XIX".
Almogarén, 1 (1988), 135-138.- Es curioso el trabajo de GONZALEZ DUQUE, L. y
SÜAREZ ASOSIA, j. j.: Aproximación a ias fuentes no eciesiásucas para ei esruaio
del obispado de Tenerife a mediados del siglo xvi" Almogarén 5 (1990), 157-161.
77. SANCHEZ HERRERO, J.: "La Diócesis de Canarias durante el siglo xvii a
través de las visitas ad limina" X CHCA, 1992.
78. Las Palmas de Gran Canaria. Real Sociedad Económica de Amigos del País
de L.P.G.C., 1992. Amen de la deficiente estnicturación, el autor utiliza en demasía la
ttcnica expositiva que bautizara Collingwood de "tijera y goma".
Historia de la iglesia en Canarias: estado de la cuestión 433
79. BETHENCOURT MASSIEU, A.: "Los capellanes...", ya cit.
80. LERA GARCIA, R.: "La canongía del Santo Oficio en la ciudad de Las
Palmas". En VI1 CHCA 1988 (1991), T. 11, 803-815.
81. QUINTANA SANCHEZ, H.: "María en el Archivo de la Catedral de Las
Palmas". Almogarén 6 (1990), 135-163.
82. FABREGAS GIL, S.: Traza para terminación del lado Norte de la Catedral
de Las Palmas. Madrid: Safer-Reprografía.- 1991.
83. BETHENCOURT MASSIEU, A.: La parroquia de Nuestra Señora de la
Antigua y la división eclesiástica de Fuerteventura en el siglo XVIII. Fuerteventura.
Colectivo Mafasca, 1990.
84. SANCHEZ HERRERO, J.: "La parroquia de la Concepción de La Laguna
(Tenerife) en el tránsito del siglo xvr al xvrr". En VI11 C.H.C.A., 1988 (1991). T. 11,
pp. 817-845.
85. SUAREZ GRIMON, V. F.: Teror y la separación de Valleseco. 150 aniver-sario.
Valles-, Ayuntamiento, 1992.
A, .,..T. .,.*r.* m. VINW DKIIU, A.: "La primitiva ürganización eeiesiásiica de La Pdma". Cü
A.E.A., 35 (1989), pp. 45-65. LAVANDERA LOPEZ, J.: "Aspectos litúrgicos, admi-nistrativos
y disciplinares de la Iglesia de Fuerteventura en el siglo xvl'. En 1 Jornaah
de Estudios sobre Fuerteventura y Lunzarote. Puerto del Rosario, 1987. T. 1, pp. 295-313.
87. MACIAS HERNANDEZ, A. M.: op. cit., T. 11.
88. BETHENCOURT MASSIEU, A.: Vid. supra nota 85.
89. BETHENCOURT MASSIEU, A.: "A propósito de un libro sobre ermitas en
Canarias". Premio a GONZALEZ SOSA, P.: Las Ermitas de Guía. Ed. Cabildo Insular
de Gran Canaria. (En prensa).
90. LAVANDERA LOPEZ, F.: "El testamento del beneficiado de Betancuria
don Estebán González de Socuevas y la fundación del convento dominico en
Fuerteventura". En Almogarén, 7 (1991). pp. 161 -169. HERNANDEZ DIAZ, A.: Bio-grafía
del benemérito sacerdote José Ponte y Méndez (1907-1966). Ayuntamiento de
La Orotava, 1991. DIAZ MARTIN, M.: "Biobibliografía de sacerdotes canarios". En
Almogarén, 1 (1988). pp. 165-182 y "Aproximación a la biobibliografía de sacerdotes
de la Diócesis Nivariense". En Almogarén, 4 (1989), pp. 77-99.
91. LOPEZ CANEDA, R.: "Nuevas aportaciones documentales sobre Antonio
Ruiz Padrón. Inventario post-morten, biblioteca y bienes muebles y raices (1823)". En
A.E.A., 34 (1988), pp. 593-641 y CHIST CALERO, M.: "Pedro Gordillo: un discurso
paradigmático frente a la problemática americana". En VI11 C.H.C.A., 1988 (1991).
pp. 645-678.
92. PEREZ GARCIA, J.M.: "Relaciones Iglesia-poder político en Gran Canaria
tras el concordato de 1851". En Almogarén, 2 (1988), pp. 97-111.
93. BARRETO ROMANO. J .M.: "Los orígenes del catolicismo social en Gran
Canaria, 1860-1890. En VI11 C.H.C.A. (1991). T.1, pp. 833-895.
94. FELIPE GONZALEZ, R. Y CABRERA ACOSTA, M.: "Algunas noticias
-so bre el anticlericalismo masónico en Fuerteventura a comienzos de la década 1880.
on ii Jornadas de Estuiiios de Lanzarore y Fuerteventura. Arrecife, 1990, pp. i i5-137.
95. LAVANDERA LOPEZ, F.: "La Iglesia en Canarias durante la 11 República.
Documentos de prensa". En Almogarén, 1 (1988). pp. 45-60.
96. SIEMENS HERNANDEZ, L.: "La creación musical religiosa en Gran Cana-ria
en el siglo xx". En Almogarén, l (1988), pp. 147-151 y "La música religiosa de
Agustin Millares Torres", Almogarén, 5 (1990), pp. 169-175.
97. MILLARES CANTERO, A,: "Aproximacibn a una fenomenologia de la
Restauración en Canarias". CIES, Las Palmas, 1975.
434
98.
1984.
99.
Granada,
100.
Antonio de Béthencourt Massieu
HERNANDEZ GONZALEZ, F.: Los conventos de La Orotava. La Orotava,
ESCRIBANO GARRIDO, J.: Los jesuitas y Canarias. Facultad de Teología,
1991.
GONZALEZ YANES, E.: Historia de los conventos. La Laguna. Instituto de
Estudios Canarios, 1991. También MARTINEZ DE LA PENA, D.: "El Colegio de
Agustinos de Garachico". En A.E.A., 33 (1987), pp. 647-671 y RODRIGUEZ RODRI-GUEZ-
MATOS, R.: "Incidencias sociohistóricas de los conventos masculinos existentes
en la capital de Gran Canaria". En VI11 C.H.C.A., 1988 (1991). T. 11, pp. 263-285.
101. SALAS SALGADO, F.: "Agustinos contra jesuitas: dos conflictivas provi-siones
de la catedra de gramática en La Laguna del siglo XVIII". En A.E.A., 36 (1990),
pp. 65-78.
102. RODRIGUEZ-PANTOJA MARQUES, M.: José Anchieta. Vida y obra.
Ayuntamiento de La Laguna, 1988. GONZALEZ LUIS; F.: "Nuevas informaciones en m
D
relación con el beato José Anchieta. S. T. en las actas capitulares". En A.E.A. 34
,.,,O", r r c m. - . , -..-* - t. A r , t . , A , - . A " n T , ? 7 A x , n m . c-.. ,,--<- 2- ,--., - E
(iras), pp. JUJ - J Y L . riiiaiinciirc, ufiALin DrtnDu&ni*v, u.. ~ u i vr i u r r u us J ~ J U J .
Santa Cruz de Tenerife, CCPC, 1990. O
n-- m
O