LA INMIGRACIÓN CANARIA CLANDESTINA
A VENEZUELA (1948-1952)
MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ ARVELO
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Introducción
En 1947, con la llegada del velero «Emilio» a costas venezolanas,
comenzará la historia de la inmigración canaria clandestina a
Venezuela. En pequeñas embarcaciones, veleros por lo general,
incómodos, peligrosos, con poca agua y provisiones, se embarcaban
continuamente migrantes procedentes de las Islas Canarias. Cada
una de estas travesías era una verdadera aventura. En el «Emilio»
venían 49 personas que huían de la miseria que los agobiaba en su
tierra, secuela de años de guerra civil. Esperanzados, deseosos de
encontrar un nuevo destino en tierras venezolanas, arribaban por
centenares al país. Helí Colombani, destacado poeta social venezolano,
describe así la odisea:
«A los dos días de navegación un vendaval hace perder parte
del carbón. A los quince días la comida y el agua comienzan a
ser racionadas. Por fortuna un buque los auxilia. Más adelante
dificultades y penurias. Mar gruesa al navegar el canal entre las
islas de Trinidad y Tobago. Boca de Dragos, península de
Paria, Isla de Patos donde fue posible talar unos cuantos árboles
para alimentar las calderas. Y luego GÜiria. La salvación.
Horizonte distinto y perspectiva diferente.» 1
Este fue el drama de los pasajeros del «Emilio» pero también
fue el de decenas de veleros que arribaron clandestinamente á Venezuela
con miles de inmigrantes canarios entre 1947 Y 1952.
La próspera Venezuela petrolera era el imán que atraía a los
migrantes canarios. Los que ya estaban en tierra venezolana escri-
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628 Miguel Angel Herndndez Arvelo
bían a sus familiares y amigos, enviaban dinero y servían de puente
para que más personas corrieran la aventura. América no era ya una
quimera.
Desde finales de los años 40 y durante toda la década del 50,
Venezuela experimentó una gran bonanza financiera que se tradujo
en un importante crecimiento de su economía. Un afltor dice al
respecto:
«La característica esencial de la década de los 50 en Venezuela
fue el crecimiento de todos los índices económicos, crecimiento
apoyado en la demanda mundial del petróleo que cada año iba
en aumento hasta 1956, cuando se estabilizó la demanda por la
finalización de la reconstrucción europea y japonesa y por
haberse superado la crisis de Suez y Corea ...»2
Junto a un acelerado aumento de la producción de petróleo y de
hierro, se comenzaron a dar los pasos hacia un proceso de sustitución
de importaciones mediante el establecimiento de industrias terminales
o ensambladoras, aupado por una cuantiosa inversión de
capitales extranjeros. Dichas inversiones pasaron de 938 millones
de dólares en 1945 a 3.710 millones en 19563•
En la década que va de 1949 a 1959, el producto territorial
bruto (PTB) se incrementó a una tasa promedio anual del 8%. Es
decir que, en menos de diez años el PTB se duplicó ya que pasó de
12.727 millones de bolívares en 1950 a 23.847 millones en 1958,
siendo ésta la tasa más alta de América Latina en cuanto a crecimiento
y, una de las más elevadas del mund04 • Este crecimiento
económico, a pesar de los cuantiosos gastos públicos, se tradujo en
un superávit de 3.278.354.659,77 bolívares para la década 1945555•
El proceso de crecimiento e industrialización iniciado durante
estos años, junto a la política de «puertas abiertas» instaurada por el
gobierno militar del general Marcos Pérez Jiménez, a partir de
1952, dio un impulso hasta entonces desconocido a la inmigración·
en Venezuela. Para la implementación del proceso inmigratorio el
gobierno venezolano contaba con el establecimiento de misiones
especiales, adscritas a las embajadas, en diferentes ciudades europeas,
concretamente, Roma, Munich, Madrid y Santa Cruz de
Tenerife, encargadas de contratar inmigrantes de acuerdo con el
Comité Intergubernamental para las Migraciones Europeas6 •
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La inmigración canaria clandestina a Venezuela (1948-1952) 629
Sin embargo, los inmigrantes llegaron principalmente de forma
clandestina y no tanto por los canales oficiales. De estos inmigrantes
ilegales el mayor número correspondió a los canarios. El número de
españoles aumentó hasta 1958, año en el cual representaron el
41,3% del total, de éstos, una tercera parte provenían de las Islas
Canarias que, en su mayoría, habían entrado al país sin visa entre
1948 y 19517
•
La inmigración y los cambios políticos en Venezuela
Durante el largo gobierno de Juan Vicente Gómez, prácticamente
no existió inmigración en Venezuela. El viejo general andino,
como buen montañés, era desconfiado. No tenía nada contra los
extranjeros pero prefería vigilarlos y no fomentar la inmigración
masiva. Sin embargo, mostró cierta predilección por los canarios...
«A mí me gustan los isleños que son como yo, trabajadores del
campo...»8
No será sino a partir del gobierno del general Eleazar López
Contreras, quien sucederá a Gómez en 1936 tras su muerte, cuando
la inmigración recobrará el rumbo perdido desde la época del general
Antonio Guzmán Blanco. No -obstante el relativo interés del
gobierno, fue muy poca la inmigración que ingresó al país entre
1936-1944, el fantasma del comunismo, después de la Guerra Civil,
fue uno de los obstáculos a la inmigración peninsular9• El gobierno
del presidente Isaías Medina Angarita (1941-1944) fue muy poco lo
que hizo en tomo a la inmigración en el país. Quizás lo más importante
realizado por esta administración fue, tomando en cuenta el
probable éxodo de europeos a consecuencia de la Segunda Guerra
Mundial, el establecimiento de una comisión para estudiar en qué
forma se podría beneficiar el país de tan esperada inmigración.
En 1945, una Junta Revolucionaria de Gobierno reemplazó al
depuesto presidente Medina. Los nuevos gobernantes estaban interesados
en impulsar de nuevo la inmigración. La Junta presidida
por Rómulo Betancourt continuó y amplió los programas iniciados por
Medina. Se estableció una Comisión Nacional de Inmigración
encargada de formular la política inmigratoria. Se enviaron tres
misiones a Europa (Francia, Italia y Alemania) con el fin de seleccionar
la inmigración, pero no sería sino hasta 1948 cuando comenzarían
a verse los frutos de este trabajo con la entrada al país de gran
cantidad de inmigrantes10 •
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En 1948 el panorama político de Venezuela cambió radicalmente.
El presidente constitucional Rómulo Gallegos fue derrocado
por un movimiento castrense. Una Junta Militar comenzó a regir los
destinos del país. A partir de la década del 50, el gobierno presidido
por el general Marcos Pérez Jiménez abrió las puertas del país a la
cunstancias para hacer pingües ganancias a costa de la esperanza de
alcanzará un carácter masivo, convirtiéndose en un factor demográfico
de verdadera significación.
La riada de inmigrantes va a ocasionar un fenómeno nuevo que
mantendrá enjaque al gobierno. El eco que desde Venezuela llega a
Europa es de bonanza y bienestar. Los canarios que ya se encuentran
en el país envían el mensaje a los que aún se encuentran en el lar
nativo. Pronto se producirá un aluvión de inmigrantes ilegales e
indocumentados, mientras los agentes de viaje aprovecharán la circunstancia
para hacer pingües ganancias a costa de la esperanza de
miles de personas.
La aventura de los inmigrantes clandestinos
La prensa venezolana de finales de los años 40 y comienzos de
la década del 50, es testimonio fiel del singular fenómeno -mezcla
de dramatismo, esperanza y aventura- que significó el ingreso de
miles de habitantes de las Islas Canarias en territorio venezolano.
Uno de los artículos que con frecuencia casi diaria aparecían en los
periódicos del país, después de referirse al origen de las Islas y a la
inmigración canaria, dice con regocijo: ...«Es una inmigración de
gente sobria, tenaz, laboriosa y ordenada. Que sigan viniendo.»ll
Otras reseñas de prensa dan parte de las vicisitudes y azarientas circunstancias
que rodeaban a la aventura, desde el embarque en
endebles veleros en los puertos de Tenerife y Las Palmas, los contratos
de trabajo ficticio, las altas sumas de dinero cobradas por verdaderos
contrabandistas de seres humanos, la tormentosa travesía
en el Atlántico, hasta el arribo a costas venezolanas con la subsiguiente
detención por la Seguridad Nacional (policía política del
régimen), el·posterior confinamiento en la terrible isla de Guasina
-<::ampo de concentración que recibirá a miles de presos políticos-o,
el más benévolo, traslado al barrio de Sarría , en Caracas l2
.
En 1949 los viajeros clandestinos del velero «Providencia»
tuvieron que soportar una cuarentena preventiva en Guasina; tres
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meses después fueron trasladados a Puerto Cabello y de allí a la
colonia agrícola de El Trompillo, en el Estado Carabobo. Ese mismo
año, el velero «Miguelón» permaneció cuatro meses en la bahía de
Pampatar, isla de Margarital3 • En enero de 1950, 112 canarios
indocumentados llegaron a La Guaira en las embarcaciones «Cuatro
Hermanos» y «Cienfuegos» después de cancelar 5.000 pesetas a
Fausto Muñoz, organizador del viaje, el cual, supuestamente, contrató
bajo engaño a la tripulación. Lo cierto del caso es que este
asunto tuvo durante varios días la atención de la prensa, la policía y
de los tribunalesl4
•
ElIde julio del mismo año, fueron repatriados 12 canarios que
habían entrado a Venezuela sin documentación. La Seguridad
Nacional los embarcó en el vapor «Conde de Argalejo» 15.
Frente a las costas de Naiguatá -Litoral central- un velero
de nombre «José Brito» con inmigrantes canarios, comenzó a hundirse
en agosto de 1950. la tripulación y los pasajeros fueron rescatados
y enviados a La Guaira16. Ese mismo mes, en el velero
«Nublos», tripulado por un menor de edad, llegaron 15 canarios
indocumentados los cuales, ante la negativa de las autoridades a
aceptarlos como inmigrantes, se dieron a la fuga17. Muy significativo,
y revelador de los motivos que impulsaban a los canarios a emigrar,
es el caso de los seis polizones que arribaron a La Guaira en
marzo de 1951 en el vapor «Urania 11». Según declararon en aquella
oportunidad al corresponsal del diario El Nacional, se embarcaron
porque estaban «oo. desesperados de la situación de miseria en
que vivíamos que nos impide socorrer a nuestras mujeres e hijos en
las necesidades más urgentesoo.» 18.
Pero no vamos a abundar en la descripción de los detalles, los
diarios venezolanos y los testimonios de los inmigrantes hablan por
sí solos.
El gobierno venezolano ante la inmigración clandestina
Si bien era la Seguridad Nacional -famosa por sus métodos
represivos e inhumanos- el organismo encargado de ocuparse del
aspecto policial de la inmigración, la actitud del gobierno venezolano,
en términos generales, se guió por un claro sentido de humanidad
y consideración hacia los inmigrantes ilegales procedentes de
. las Islas Canarias. Si tomamos en cuenta el hecho de que se trataba
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de un gobierno dictatorial, su política ante el problema de los indocumentados
fue bastante amplia. Los indocumentados españoles,
especialmente los procedentes de las Islas Canarias, llegaban cada
día más, esto motivó al gobierno a adelantar una campaña, tanto en
la prensa venezolana como canaria*, amenazando con no permitir la
entrada ni permanencia en el país de inmigrantes ilegales, y a los tripulantes
de los veleros, con pena de confinamiento 19. Sin embargo, en
la práctica, esto no se aplicaba. Tras unas semanas o meses de
detención, los inmigrantes ilegales eran trasladados a colonias agrícolas
o a las barracas de Sarría en Caracas, previa entrega de una
documentación especial que les permitía quedarse en el país. Este
procedimiento, que se había hecho rutinario, era referido por los
inmigrantes canarios que permanecían en el país, a sus familiares y
amigos en las Islas, decidiéndolos a afrontar la aventura de la emigración.
Sobre esto es muy clara una correspondencia del Cónsul
venezolano en Tenerife, José Roberto Vivas, al Ministerio de Relaciones
Exteriores, fechada el 17-4-50:
«Nadie cree nuestras advertencias de que serán devueltos, pues
los recién llegados escriben y lo cuentan todo, girando pronto
dinero a su familia; se cuenta con la seguridad de ser aceptados
a la postre; por eso incluyen en el riesgo la reclusión y las prisiones
temporales...»2o
No obstante lo antes dicho, el problema de la inmigración canaria
clandestina fue, durante estos años, el dolor de cabeza de los
organismos de seguridad y control de extranjeros en Venezuela. Los
funcionarios a cargo de estos asuntos se debatían entre el interés
gubernamental de favorecer la inmigración canaria y el deber de
hacer cumplir las leyes del país. Ejemplo de esto son las opiniones
formuladas, en ocasiones distintas, por el Cónsul venezolano en
Santa Cruz de Tenerife. En enero de 1950 dijo: « ... Por razones climáticas,
de idioma y de costumbres, así como por su vocación a la
agricultura, resultan convenientes los canarios a Venezuela.»21 Tres
meses después, ante la imposibilidad del gobierno venezolano de
resolver el problema de la inmigración clandestina de canarios,
escribía:
«... agotados por el Gobierno de Venezuela esos recursos,
queda apenas la devolución masiva y reiterada de los indocumentados,
para poder desanimar a los miles que esperan un
velero y burlar luego nuestras leyes...»22
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Por supuesto que, en el primer caso se refería a la inmigración
legal y dirigida por el gobierno, de acuerdo a las necesidades económicas
y demográficas del país.
En reiteradas ocasiones el gobierno venezolano, por intermedio
de sus funcionarios diplomáticos acreditados en España, se dirigió
al gobierno español solicitando se tomaran medidas drásticas contra
el problema. En 1949, año en que llegó el mayor número de veleros
con inmigrantes clandestinos, se produjo una reunión en la que participaron
el Director Nacional de Seguridad y Extranjeros, Federico
Schloeter, el Dr. Delfín Enrique Pérez, representante del ministro
de Relaciones Exteriores, el mayor José Héctor Vivas, representante
del ministro de la Defensa, el Dr. Ramón Pinto Salvatierra,
representante del Instituto Agrario Nacional y el Dr. Daniel Uzcátegui,
representante del ministro de agricultura y Cría, de la cual surgió
un documento en el que se recomendaba al Ejecutivo:
1. Dirigirse al Gobierno españolen términos de exigencia para
obtener reconocimiento de los gastos hechos en ocasión de la inmigración
clandestina**.
2. Tomar medidas similares con relación a cualquier expedición
proveniente de cualquier otro país.
3. Enviar a las colonias móviles de «El Dorado» a los capitanes,
armadores y organizadores de las expediciones.
4. Convocar a los directores de los diarios de Caracas para
obtener su colaboración.
5. Autorizar al Ministerio de Relaciones Exteriores a que le dé
publicidad a estas medidas23
•
Como se puede ver, hacia principios de la década del 50, la
situación del gobierno venezolano con respecto a la inmigración
clandestina era desesperada. Las amenazas y las medidas policiales
no habían surtido ningún efecto, mientras que las diligencias practicadas
ante el gobierno español no se habían materializado en resultados
concretos.
Causas de la emigración y de la inmigración clandestina
Es indudable que el origen de la emigración canaria de aquellos
años, tanto legal como ilegal, estaba en la extrema miseria que pade-
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cían los migrantes. Dificultades de orden económico (desempleo,
bajos salarios, carencia de tierras y altos precios de los productos)
fueron los factores de expulsión que llevaron a miles de canarios a
emigrar. Por otra parte, la supuesta bonanza financiera, de que
hablaban muchos canarios residenciados en Venezuela y que habia
llegado a oídos de otras personas en las Islas, jugó el papel de factor
de atracción.
Si bien estos factores estaban en la base del proceso migratorio
desde las Islas Canarias, también es cierto que la emigración e inmigración
clandestina estuvo influida por las caracteristicas restrictivas
de la política migratoria española.
Diversos documentos de la Cancillería venezolana exponen
como razones que inducen a los españoles, especialmente canarios,
a embarcarse clandestinamente, las siguientes: el alto costo de los
pasajes, los cuales pueden costar entre ocho y diez mil pesetas mieni "
tras que el viaje clandestino sólo costaba entre tres mil y cuatro mil
pesetas y, por otra parte, que el Estado español imponía como requi-
- sito para emigrar poseer la «carta de llamada» y los «contratos de
trabajo» debidamente visados por el consulado de España en Caracas.
Como para el primero de estos documentos se requería la presencia
de un familiar inmediato en Venezuela, y para los segundos
.un elevado depósito bancario, quienes no podían obtenerlos se veían
impedidos de conseguir el pasaporte y el correspondiente «permiso
de salida» de España24 •
Otros factores que contribuyeron a mantener la inmigración
clandestina fueron la lenidad del gobierno venezolano al no cumplir
con las medidas drásticas con las cuales amenazaban constantemente
las que, además, estaban contempladas en las leyes venezolanas.
Esto, es nuestra opinión, era producto de la carencia de una
política inmigratoria coherente y en función de las necesidades económicas
reales del país. Otra causa de este problema fue el poco interés
relativo mostrado por el gobierno español en adoptar medidas
tendentes a erradicarlo. Por nuestra parte creemos que las autoridades
españolas «hicieron la vista gorda» con el fin de favorecer una
emigración que se constituyó en válvula de escape para la crítica
economía de las Islas Canarias.
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Actitud del gobierno español
La actitud del gobierno español ante el problema de la emigración
clandestina parece haber sido de cierta indiferencia, a pesar de
los insistentes reclamos del gobierno venezolano, pidiendo medidas
drásticas contra el embarque clandestino de migrantes indocumentados
en los principales puertos canarios, fue poco lo que las autoridades
españolas hicieron al respecto. Los funcionarios españoles
alegaban que las medidas que tomaran no darían resultado por los
siguientes motivos:
1. Los veleros salían despachados en cabotaje o hacia las costas
de Africa.
2. Una vez fuera de las aguas jurisdiccionales españolas, cambiaban
de rumbo y, favorecidos por los vientos alisios, emprendían
la aventura hacia América.
3. En última instancia, siempre les quedaba el pretexto de un
supuesto arribo forzoso, por tratarse de veleros y por la imposibilidad
de dominar las corrientes que los empujaban a América25 •
Los funcionarios del gobierno español planteaban, además, que
sólo las medidas que tomaran las autoridades venezolanas podían
rendir algún efecto disuasivo sobre los inmigrantes canarios ilegales.
Sobre esta situación es terminante un informe del Cónsul venezolano
en Santa Cruz de Tenerife, José Roberto Vivas, dirigido al
Ministerio de Relaciones Exteriores:
«oo. no hay sanciones judiciales para la tentativa de estos
hechos y las autoridades de policía y de marina dan escasa
importancia a estas fugas porque los tribunales de justicia
ponen en libertad a los detenidos.»
«La devolución de los patronos y pilotos de veleros resulta
nugatoria: entregados a los tribunales, salen enseguida bajo
fianza, dispuestos con mayores bríos a una nueva aventuraoo.
»26
De acuerdo a este informe, queda claro que la continua y reiterada
organización de viajes clandestinos hacia Venezuela, estaba
determinada, en gran medida, por la carencia en España de leyes
que castigaran esta actividad. A pesar de que se avisaba a las autoridades
de un inminente embarque clandestino, éstas, a sabiendas de
que sus organizadores, aun siendo capturados, no serían enjuiciados,
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en muchos casos hacían caso omiso de la advertencia. El mismo
Cónsul venezolano escribió en una ocasión: «He facilitado a la Policía
datos precisos de varios embarcos clandestinos pero los veleros
se han hecho a la mar...»27
Ante la dramática situación, muchos funcionarios venezolanos,
directamente involucrados en el problema, planteaban con insistencia
la necesidad de firmar un convenio con España a la brevedad
posible. Un memorándum de la Dirección de Consulados a la embajada
de Venezuela en Madrid, fechado el 14 de octubre de 1949 afirmaba
que: «La única forma de poner término a este estado de cosas
es concluir un acuerdo con el Gobierno de España sobre inmigración
...»28. Este asunto, de la carencia de un tratado entre Venezuela
y España sobre cuestiones migratorias, había estado gravitando
durante mucho tiempo sobre el problema de los inmigrantes canarios
clandestinos.
Las relaciones diplomáticas entre Venezuela y España
y el asunto de la inmigración clandestina
Las relaciones diplomáticas entre España y Venezuela estuvieron
cruzadas por el impasse alrededor de la inexistencia de un
acuerdo sobre inmigración entre ambos países.
En repetidas ocasiones, y a raíz de la solicitud venezolana ante
el gobierno español de que adoptara medidas contra el tráfico ilícito
de inmigrantes, éste insistió en la necesidad de firmar un convenio
con Venezuela sobre inmigración, como paso previo para comenzar
a resolver el problema de los indocumentados. Por otra parte, el
gobierno venezolano, como consecuencia de su política migratoria
de instalar misiones o agregadurías de inmigración en diferentes países
europeos, insistió ante las autoridades peninsulares para que se le
reconociera el status diplomático a la Misión de Inmigración en
España. Sin embargo, esto fue rechazado reiteradamente por España
al no existir un acuerdo migratorio entre ambos países.
En mayo de 1951, se recibió una correspondencia de Héctor
Guillermo Villalobos, quien fuera designado en febrero de ese año
como Agregado de Inmigración en España, en el despacho del
ministro de Relaciones Interiores, la cual, al referirse a la calidad
diplomática de la Misión decía:
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La inmigración canaria clandestina a Venezuela (1948-1952) 637
« ... no la tiene. Es una Misión apenas tolerada... Porque el
gobierno español insiste en un convenio inmigratorio para reconocer
a la Misión aquella calidad... considero indispensable un
entendimiento, un 'pour parler' -llámese convenio o como se
quiera- entre ambos gobiernos a propósito de inmigración. Es
la única forma de llevar esta cuestión, tan importante para
nosotros, en serio»29.
A pesar de esta situación, en 1950 -el año anterior había sido
el de mayor movimiento clandestino de personas- el gobierno español
dio muestras efectivas, por primera vez en mucho tiempo, de
querer terminar con la emigración clandestina y con el tráfico ilícito
de los contratos de trabajo. En septiembre de aquel año, las autoridades
españolas le concedieron a los habitantes de Tenerife -de
donde emigró el 90% de la masa clandestina entre 1947 y 1950libertad
pra emigrar fuera de los requisitos de Carta de Llamada y
Contrato de Trabajo. El decreto autorizaba la salida de Tenerife con
la presentación del pasaporte y el boleto de viaje que no exceda de
9.000 pesetas (tercera clase)30. Sin embargo, esta medida no era
extensiva a la provincia de Las Palmas de donde continuaron
saliendo pasajeros y veleros clandestinos.
No obstante haber disminuido el número de migrantes indocumentados
como consecuencia de la aplicación del decreto antes
mencionado, en septiembre de 1952, el Gobernador Civil de la provincia
de Santa Cruz de Tenerife, por instrucciones de la Dirección
General de Seguridad de Madrid, volvió a eliminar la libertad para
emigrar restituyendo los requisitos de Carta de Llamada y Contrato
de Trabaj0 3!.
Conclusiones
El origen fundamental de la emigración canaria clandestina de
finales de la década del 40 y comienzos de la del 50, estuvo en la
miseria que vivían los habitantes de las Islas. Tanto los factores de
expulsión como los de atracción -la bonanza petrolera que vivía
Venezuela- tenían un claro origen económico.
Por otra parte, la «política de puertas abiertas» del gobierno
venezolano y la evidente lenidad en la aplicación de las leyes
de inmigración, favorecieron el incremento del tráfico clandestino de
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inmigrantes. Igualmente, la poca importancia que el gobierno españolle
dio al problema, contribuyó a que se desarrollara. Lo cierto es
que -sin proponérselo- tanto el gobierno venezolano como el
español favorecieron, con su debilidad, la inmigración clandestina
desde las Islas Canarias.
La carencia de leyes en España que castigaran con firmeza
esta actividad, y la inexistencia de un convenio de inmigración entre
Venezuela y España, le quitó calidad diplomática a la Misión de
Inmigración venezolana en la Península y, por ende, le restó fuerza a
los reclamos y exigencias de los funcionarios venezolanos ante las
autoridades españolas en lo que respecta a la resolución del problema
de los indocumentados.
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NOTAS
1. Heli Colombani, presentación a Javier Díaz, La inmigración canaria en
Venezuela, inédito, 1989, p. 1.
2. Felicitas López Portillo: El Perezjimenismo: génesis de las dictaduras
desarrollistas. México, Universal Nacional Autónoma de México, 1986,
p. 107.
3. Ibídem, p. 109.
4. Ibídem, p. 108.
5. Idem.
6. Jesús Antonio Aguilera:La población de Venezuela. Caracas, Universidad
Central de Venezuela-FACES, 1975, p. 65.
7. Susan Berglund y Humberto Hernández Calimán:Los de afuera: un estudio
analítico del proceso migratorio en Venezuela, 1936-1985. Caracas, Centro de
Estudios de Pastoral y Asistencia Migratoria (CEPAM), 1985, pp. 51 Y 53.
8. Ramón J. Velásquez: Confidencias Imaginarias de Juan Vicente GÓmez.
Caracas, Ediciones Centauro, 1979, p. 381.
9. S. Berglund y H. Hernández,op. cit., p. 43.
10. Ibídem, p. 44.
11. Atonio V. Martín, «Isleños. Vida y trabajo de una Inmigración Laboriosa»,
El Nacional, 10-2-51, p. 13.
12. «Estafaban a los extranjeros, haciéndose pasar por investigadores», El
Nacional, 4-3-50, p. 10. En Puerto la Cruz y otras ciudades del país, se habían establecido
inescrupulosos que, haciéndose pasar por policías, estafaban a los inmigrantes,
especialmente a los canarios que venían sin documentación. El procedimiento
consistía en que, a las horas en las cuales se encontraban reunidos en los hoteles, se
presentaban los estafadores los cuales atemorizaban a los inmigrantes diciéndoles
que serían deportados, posteriormente se ofrecían para legalizar su situación en el
país, previa cancelación de altas sumas de dinero. Pero no sólo de los estafadores
eran víctimas los inmigrantes clandestinos. La prisión en las Islas o en Venezuela, las
vicisitudes y peligros de la travesía en el mar, el pago a los organizadores de los viajes
-previa venta de todas sus pertenencias-, eran parte de la aventura. A diario la
prensa se hacía eco de esta odisea migratoria. Ver: «En un barco de vela llegaron 140
españoles», El Nacional, 28-7-50, p. 10; Manuel Rodríguez Cárdenas, «Tierra de la
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640 Miguel Angel Herndndez Arvelo
Esperanza», El Nacional, 13-8-50, p. 4; «En 3 veleros llegaron a La Guaira 300
indocumentados de las Canarias», El Nacional, 23-9-50, p. 26; Juan Cabrices, «La
Inmigración y el Contrabando Humano»,EI Nacional, 26-9-50, p. 4 Y«Otro velero
canario en costas venezolanas», El Nacional, 14-2-51, p. 20.
13. H. Colombani, op. cit., p. 2.
14. «5 mil pesetas por venir a Venezuela pagaron 112 españoles a una organización
fantasma», El Nacional, 10-1-50.
15. Ermila Troconis de Veracoechea:EI Proceso de la Inmigración en Venezuela.
Caracas, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, vol. 41,
1986, p. 266.
16. «A punto de hundirse embarcación de inmigrantes», El Nacional, 24-8-50,
p. 21.
17. E. Troconis,op. cit., p. 269.
18. «Polizones españoles en busca de trabajo», El Nacional, 9-3-51.
19. «No permitirá el Gobierno la entrada de Indocumentados», El Nacional,
20-9-50, p. 20. Esta noticia se refiere a 300 inmigrantes que venían en los barcos
«Telémate» y «Doramas». Los indocumentados españoles, especialmente los procedentes
de las Islas Canarias, llegaban cada día más, esto motivó al gobierno venezolano
a no continuar aceptándolos. Hasta ese momento se les entregaba una
documentación especial para que pudieran permanecer en el país.
20. José Roberto Vivas (Cónsul de Venezuela en Santa Cruz de Tenerife) al
Ministerio de Relaciones Exteriores, 17-4-50. Expediente n.O 551, DC-18, «Informe
sobre el vicecónsul de Las Palmas y la emigración clandestina».
21. José Roberto Vivas al Ministerio de Relaciones Exteriores, 19-1-50. Expediente
n.° 121, DC-18, «Recopilación de datos para inmigración canaria».
22. José Roberto Vivas al Ministerio de Relaciones Exteriores, 17-4-50. Expediente
n.O 551.
23. Ministerio de Relaciones Exteriores, Dirección de Consulados, expediente
n.o 1.389, 1949.
24. Ministerio de Relaciones Exteriores. Expediente n.O 551, 1950Ycomunicaci6n
de José Roberto Vivas al Ministerio de Relaciones Exteriores, 5-11-52. Expediente
N.o 1.569, DC-18, «Informe del Cónsul en Santa Cruz acerca de españoles
indocumentados rumbo a Venezuela».
25. Ministerio de Relaciones Exteriores, Dirección de Consulados, expediente
n.O 1.389, 1949.
26. Ministerio de Relaciones Exteriores. Expediente N.o 551, DC-18, 1950.
1950.
27. Idem.
28. Ministerio de Relaciones Exteriores. Exp. n.O 1.389, DC-18, 1949.
29. Ministerio de Relaciones Exteriores, Dirección General, expediente
n.O 278, DG-7, 1951.
30. José Roberto Vivas al Ministerio de Relaciones Exteriores, 18-9-50. Expediente
n.O 172, DC-18, «Inmigrantes por Santa Cruz de Tenerife».
31. Ministerio de Relaciones Exteriores. Exp. n.O 1.569, DC-18, 1952. El
decreto mediante el cual se eliminaban las restricciones a la emigración parece que
produjo una sensible disminución de los embarques clandestinos. En 1949, arribaron
a costas venezolanas un total aproximado de 29 veleros; en 1950 llegaron 15 veleros,
pero entre septiembre de ese año y marzo de 1951, sólo arribaron 8 veleros. En octu-
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La inmigracidn canaria clandestina a Venezuela (1948-1952) 641
bre y diciembre de 1950, y en enero de 1951, no se conoció el arribo de veleros clandestinos,
esto, sin lugar a dudas, reflejaba una tendencia decreciente que se vio
incrementada de nuevo en 1952. El Cónsul venezolano en Santa Cruz de Tenerife,
José Roberto Vivas, ante el recrudecimiento del problema planteó, en noviembre de
aquel año, la necesidad de ampliar el número de cupos para emigrar que era de 54
personas anuales, según lo establecido por el LA.N. y, la eliminación de la Carta de
Llamada y los Contratos de Trabajo. Ministerio de Relaciones Exteriores, Dirección
de Consulados, expediente n.O 1.569, DC-18, 1952, «Informe del Cónsul en Santa
Cruz, acerca de españoles indocumentados rumbo a Venezuela».
ANEXO N.o 1
«Comunicado de los Consulados de Venezuela
en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas»
Han tenido conocimiento estos Consulados de que existen sujetos que se
dedican a contratar personas para marcharse a Venezuela, desprovistas de
documentación debidamente visada por los funcionarios consulares, y, en
consecuencia, se advierte a todos lo irregular de este procedimiento. Ejemplo
de lo citado, fue la recién frustrada expedición en la que fueron detenidas
por las autoridades de la Provincia de Gran Canaria, CIENTO VEINTIDÓS
PERSONAS indocumentadas que se aprestaron a embarcar con destino
a Venezuela.
Cumplen estos Consulados instrucciones de su Gobierno, en hacer
saber al público que no será permitido el desembarco de personas indocumentadas.
las cuales serán devueltas a su punto de partida.
Como se comprende, resultará en lo sucesivo una aventura costosa y
sin resultado favorable, el embarcarse indocumentado, ya que los únicos
beneficiados en estas temerarias incursiones, serán los mismos sujetos inescrupulosos
que se dedican a este tráfico irregular, en riña con las leyes y
prácticas internacionales.
A objeto de hacer expedita la emigración a Venezuela, el Gobierno
Nacional acaba de crear Consulados de Carrera en Santa Cruz de Tenerife
y en Las Palmas, a donde pueden acudir los interesados para enterarse de
los trámites y facilidades de que dispondrán en todo momento.»
Ministerio de Relaciones Exteriores, Dirección de Consulados, expediente
n.O 1.389, DC-18, 1949, «Acerca de indocumentados provenientes
de las Islas Canarias».
Comunicado aparecido en los diarios canarios El Dio., La Tarde, La
Provincia, Falange y Diario de Avisos, durante una semana, entre el 22 y
28 de agosto de 1949.
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ANEXO N.o 2**
Miguel Angel Hernandez Arvelo
Gastos aproximados hechos por el gobierno venezolano para alojar
a los inmigrantes clandestinos en la colonia de Sacupana,
entre el mes de abril y el de octubre de 1949
Gastos efectuados por el Instituto Técnico de Inmigración
y Colonización para dotar la referida .Colonia .
Gastos efectuados por el Ministerio de Obras Públicas
representado en materiales y otros suministros.....
Valor de una casa flotante suplida , .
Gastos hechos por el Ministerio de Relaciones Interiores
en viajes y otras diligencias............... . .
Bs. 295.000
Bs. 80.000
Bs. 40.000
Bs. 5.000
Bs. 420.000
Ministerio de Relaciones Exteriores, Dirección de Consulados, expediente
n.O 551, DC-18, 1950, «Memorándum de la Dirección de Consulados, acerca del problema
de los indocumentados españoles».
ANEXO N.o 3
Relación de veleros e inmigrantes canarios indocumentados llegados
a Venezuela entre febrero de 1948 y marzo de 1951
Nombre Puerto Fecha N.o personas
Basilio
Gracie Bleu
Merche
Defensa
Andrés Cruz
Arroyo
Magdalena
Antonio Ignacio
Arlequín
Carlota
Express
Estrella Polar
José Morales
Miguelín
La Guaira
""
"
Güiria
Pampatar
"
Pto. Cabello
La Guaira
Juan Griego
febo 1948
27- 4-48
26- 6-48
6- 7-48
25- 7-48
7- 8-48
30- 8-48
7- 9-48
10- 9-48
13- 9-48
28-10-48
8-11-48
15-11-48
19-11-48
51
10
32
68
30
93
24
25
58
189
56
31
38
11
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Nómbre Puerto Fecha N.o personas
Andrew Higuerote 28-12-48 12
Carmen Batista 28-12-48 4
Mari Pepa La Guaira S- 1-49 31
Antonio Carvallo 28- 1-49 16
Dragón S- 2-49 11
Maruca Pto. Cabello 13- 2-49 SO
Rafael a Unare 29- 3-49 S7
La Providencia La Guaira 4- 4-49 61
Juanito PorIamar 9- 4-49 22
Soledad Güiria 2- S-49 34
Ntra. Sra. del
Carmen La Guaira 7- S-49 41
Benartemi 14- S-49 31
Bambi " 21- S-49 S
Rafael Oribe Carúpano 9- 6-49 S7
Cristóbal Güiria 18- 7-49 19
Jorge II agosto 1949 S
Gota La Guaira 13- 9-49 46
Juanita de Hierro Carúpano 6-10-49 6S
Encarnación La Guaira 8-10-49 76
Juan Manuel " 9-10-49 96
Juanita oct. de 1949 60
María Encamación oct. de 1949 77
José Brito Naiguatá S-II-49 29
Gota nov. de 1949 46
Luisa Díaz La Guaira 29-11-49 23
Fefita Güiria 29-11-49 11
Eva O 4-12-49 42
Pepito Carúpano 12-12-49 34
Saturnino " IS-12-49 99
4 Hermanos La Guaira 24-12-49 112
Cienfuegos 27-12-49 9
Rubén Pampatar 27- I-S0 S6
San Jorge 1 La Guaira 7- 2-S0 147
Dolores Ortega Carúpano 12- 2-S0 30
Potemide La Guaira 14- 2-S0 12
Joven Pedro Carúpano 10- 3-S0 90
América La Guaira 2S- S-SO 102
Nuevo Teide " 7- S-SO 289
Benahoare " 11- S-SO 122
Nuevo Adán " 24- S-SO 121
Higuerote 2S- 6-S0 231
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644 Miguel Angel Hernández Anelo
Nombre Puerto Fecha N.o personas
Joven Gaspar Pta. La Cruz 27- 7-50 140
Nublas agosto 1950 15
Telémate
Doramas 19- 9-50 300
El Delenico
Islas Canarias
Joven Gaspar 22- 9-50 300
Anita La Guaira 3-11-50 119
M.a Eugenia 13- 2-51 40
Urania 11 La Guaira 8- 3-51 6
Total: 74 veleros y 4.135 pasajeros indocumentados.
Ministerio de Relaciones Exteriores, Dirección de Consulados, Expediente
N.o 1.389, DC-18, 1949 y Expediente N.o 551, DC-18, 1950. El Nacional,
1948-1951.
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La inmigración canaria clandestina a Venezuela (1948-1952) 645
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FUENTES
Documentales:
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de la Dirección General y de Consulados. 1947-1952.
Hemerográficas:
El Nacional. Caracas, Ven~uela. 1948-1951.
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