HISTORIAS DE VIDA DE UNA EMIGRACIÓN:
ISLEÑOS EN CUBA
Al iniciar el estudio de la inmigración canaria en Cuba en el si-glo
xx, nos planteamos desde el primer momento contar con los tes-timonios
orales como una fuente más, complementaria y10 alternativa
a las fuentes escritas. ¿Por qué no aprovechar la memoria aún viva
de los protagonistas de nuestro estudio, de aquellos que fueron testi-go
de los hechos que nos proponíamos analizar? Esta pregunta, esbo-zada
como hipótesis, fue tomando consistencia a medida que nos
adentrábamos en el tema e investigábamos en las fuentes escritas.
Estas últimas nos brindaban una información a veces demasiado
institucional y oficial del significado del proceso migratorio y de la
propia comunidad inmigrante. Nos faltaba, por así decirlo, la otra cara
de la moneda, la historia vivida en carne y hueso por los hombres y
mujeres que una vez tuvieron que dejar su tierra e incorporarse a un
país lejano y extraño, con frecuencia el lugar definitivo donde se asen-taron.
El deseo de rescatar los recuerdos de estos migrantes del tiempo
y de! olvido, de sacar a la luz su vida cotidiana, sus anhelos, triste-zas,
quehaceres, trabajos, diversiones y, en definitiva, de recrear el
fenómeno migratorio en todas sus dimensiones, fue lo que nos im-pulsó
a considerar la historia oral como una fuente histórica a utili-zar
en nuestra investigación.
Las historias de vida rescatadas nos ayudaron a tener un conoci-rr,
ientc! rnár prefi'nde de !I cn!ecti~idaC! canaria, asi como a penetrar
en algunos aspectos no reflejados en la documentación escrita, sobre
todo en aquellos más «íntimos» del entramado social y de la actua-
200 Consuelo Naranjo Orovio
ción del grupo: actuación que a veces sólo se revelará mediante el
estudio de los testimonios ofrecidos por sus miembros. Las historias
de vida no son sólo un medio de transmisión, sino que también refle-jan
la estructura familiar del individuo. El estudio de las familias nos
brindan elementos básicos para analizar algunos cambios sociales e
históricos -desde el momento que otorgamos a la familia un papel
destacado como centro de producción, reproducción y trasmisor de
mentalidades e ideologías-.
En el caso de los estudios migratorios es de gran interés la posi-bilidad
que nos ofrece la historia oral de introducir la dimensión fa-miliar
como elemento de análisis. Las entrevistas en profundidad nos
llevan a conocer el rol jugado por la familia en el proceso migrato-rio,
en el cual el conjunto familiar es una de las piezas claves para
comprender las causas de partida de un individuo determinado en el
seno de esa familia, la elección de un país, e incluso la decisión últi-ma
de ese individuo de permanecer temporalmente o de forma defi-nitiva
en el nuevo país.
En muchas ocasiones, las causas de la migración tuvieron un fuerte
componente familiar. En última instancia, en estos casos, fue el grupo
familiar el que acordó, como estrategia de supervivencia, la partida
de uno o varios de sus miembros, quienes, ya en. el país de acogida,
seguirían contribuyendo al mantenimiento de la familia con cantidades
similares a las que les correspondería en el caso de haber permaneci-do
en su tierra.
La incorporación de estas historias de familias abren nuevas vías
para el estudio de los procesos migratorios, ya que, en muchos casos,
la migración no es un fenómeno que responda a una elección indivi-dual,
sino colectiva, en tanto es familiar. El estudio de las familias
posibilitará, además, conocer quiénes son los miembros que emigran,
el rol de dichos individuos en el seno familiar, el porqué ellos y no
otros miembros, los nexos mantenidos desde el país receptor, etc.
Asimismo, en estos procesos migratorios, sobre todo en los tempora-les,
el retorno de los migrantes tiene un claro componente familiar.
De igual manera, el estudio del grupo familiar y las relaciones
mantenidas con los parientes asentados en otras tierras, es un elemento
clave para analizar los mecanismos migratorios, la estructura de la
migración y la configuración y mantenimiento de un grupo. Las ca-denas
migratorias operan a partir de los nexos familiares, de compa-drazgo
y de amistad establecidos entre los individuos asentados en
ambos lados del Atlántico. Junto a este factor familiar, que en la gran
mayoría de los procesos migratorios se revela como uno de los mo-
Historias de vida de una emigración: lslerios en Cuba 201
tores y canalizadores de los movimientos, opera la etnicidad. El ele-mento
étnico es uno de los factores fundamentales para estudiar el
comportamiento y actuación del grupo migrante, en tanto que es fac-tor
de cohesión, solidaridad, definición, diferenciación, mantenimien-to
y fortalecimiento del grupo.
Por otra parte, la incorporación del estudio del grupo familiar ofre-ce
una nueva dimensión a la hora de analizar otros aspectos, como
por ejemplo la movilidad social de un sector determinado.
De forma paralela, nos interesaba recuperar lo individual, lo par-ticular
de cada hombre y mujer, a partir de lo cual poder recomponer
e interpretar el fenómeno colectivo. Nos proponíamos recuperar al
hombre común, darle cabida en la historia y que fuera él quien, con
sus propias palabras, nos relatase lo vivido. Nos alejábamos conscien-temente
de la historia de los grandes hombres, de las figuras destaca-das
que hicieron la América. De esta manera, sería este hombre co-mún
quien, incorporado a la historia, la juzgará e interpretará. Con
ello, también conoceríamos el modo de percibirse él mismo dentro de
la historia.
Si la historia oral juega un papel importante en todos los estudios
contemporáneos, creemos que su lugar es aún más destacado en los
estudios migratorios. La historia de la migración a América está he-cha
de hombres y mujeres cuyas historias y trayectorias vitales no
siempre recrean los éxitos que, algunos de ellos, consiguieron al fi-nal
de sus vidas. Son historias truncadas, marcadas muchas de ellas
por el desarraigo, la añoranza y el recuerdo: el recuerdo de un tiem-po
y un lugar lejanos, que, con el paso de los años, se ha idealizado.
Son historias que nos relatan otras versiones de la migración y la ale-jan
de los versiones triunfalistas, tantas veces rememoradas.
La subjetividad del testimonio no anula su validez como fuente
histórica. La forma de estructurar y organizar el discurso es uno de
los aspectos que el investigador tiene que valorar, pues nos encon-tramos
ante un elemento enriquecedor del estudio. El olvido, las
ep-isioner m!untariasj las distorsiones pueden ser indicativos de
los comportamientos de ciertos grupos o comunidades, que, a través
de ese testimonio, con esas omisiones voluntarias, quieren dar una
imagen determinada de sí mismos o de ciertos personajes. En este sen-tido,
la historia oral ofrece un campo de actuación más amplio al po-sibilitar
la combinación de la historia y el mito. No nos olvidemos
que, u rr.enudn, h2y m pxsadn estereotipado, muchas veces engran-decido
y nostálgico; unas tradiciones consolidadas que permanencen
en la memoria de los hombres y se manifiestan a través de sus rela-
202 Consuelo Naranjo Orovio
tos. Un pasado idealizado, modificado y matizado que también se re-fleja
en la documentación escrita.
La creación de identidades por parte de los sujetos entrevis-tados,
así como la interpretación que hacen de la historia vivida,
son manifestaciones de sus mitos, su propia historia, su mentalidad
y sus percepciones de la sociedad y cultura en las que están in-mersos.
De esta manera, ampliamos el objetivo de nuestro estudio y,
junto a la interpretación histórica de los hechos que ocurrieron, abor-damos
el análisis del significado de dichos hechos y su recepción,
percepción y reformulación por los individuos y por la memoria co-lectiva.
Uno de los aspectos a tener en cuenta al comienzo de una inves-tigación
en la que utilicemos la historia oral es saber que el modo de
recoger los testimonios condiciona su posterior utilización, ya que las
historias de vida suelen reflejar a menudo las demandas impuestas,
de forma inconsciente, por el entrevistador.
Como han señalado algunos autores, la investigación que requiere
llevar a cabo entrevistas es parecida a un «proceso de seducción». Qué
duda cabe que, a lo largo de la entrevista, el entrevistado y el entre-vistador
pasan a tener un grado de intimidad que de otra manera no
se obtendría. Las barreras entre ambos tienen que ir cayendo a medi-da
que avanza la entrevista. A lo largo de ella, el informante tiene
que percibir que su vida -su testimonio- interesa a su interlocutor, que
la entrevista no es un mero trámite.
En nuestra investigación, basada en informantes de avanzada edad,
el placer de hablar y la ilusión de ser escuchados en la etapa final de
su vida, de saber que sus experiencias y su vivir cotidiano eran inte-resantes
para alguien, permitió establecer una relación mutua muy
particular.
Entre los objetivos de nuestro estudio se encontraban conocer la
trayectoria vital de los migrantes tanto en Canarias como en Cuba,
para lo cual se hizo necesario analizar previamente el proceso histó-rico
de ambos países, así como la trayectoria individual y familiar del
migrante.
En la primera fase de la investigación, tras el estudio del con-texto
histórico, procedimos a realizar las primeras entrevistas como
modo de penetrar en el campo e ir dibujando los ejes en torno a los
cuales giraría nuestro trabajo. Estos testimonios, quizá menos ricos que
los posteriores, nos sirvieron para organizar la estructura del estu-dio.
Los primeros relatos tuvieron una función explicativa y se utili-zaron
de forma extensiva, es decir, como modo de abarcar en toda su
Historias de vida de una emigración: Isleños en Cuba 203
extensión el universo social, ya que aún no teníamos perfilados los
aspectos en los que nos queríamos centrar.
Cada uno de los testimonios recogidos fueron enriqueciendo la
investigación y, a partir de ellos, pudimos ir remodelando las entre-vistas,
surgiendo nuevas hipótesis y líneas de trabajo.
En nuestra investigación, a caballo entre las historias de vida y
las entrevistas, utilizamos los relatos de todas la personas como un
elemento más para el estudio de la colectividad canaria. No analiza-mos
las historias de vida una por una en su totalidad, sino en frag-mentos
que nos ayudaron a comprender el objeto de análisis, a la vez
que lo enriquecieron. De esta manera, la investigación refleja en su
conjunto todas y cada una de las historias recogidas, muchas de ellas
diferentes y a veces contradictorias.
La utilización de las historias de vida por sociólogos, antropólogos
y l:torn+nn o" rl:Cora-+o -.inntrn tro+om;nntr\ Doro nllric 1-0 h;rtnr;.ir
IILbIaCVJ bD UIIbIbIILb a llubJLIV LIULaIIIIbIIIV. UIU +llVO, IIILILV..ui>
de vida son una herramienta para estudiar las relaciones sociales, ade-más
de constituir por sí mismas un elemento de análisis en tanto
discurso, a la vez que presentan una totalidad significante. Este plan-teamiento
marca diferencias en el modo de realizar las entrevistas, en
el número total de las llevadas a cabo y en las horas de grabación de
cada una. En estos casos, ei número de entrevistas realizadas es me-nor,
mientras que las horas de grabación aumentan.
Los objetivos diferentes condicionan no sólo el tratamiento de las
historias de vida, sino también su procesamiento, elaboración, y, en
estos, casos, reconstrucción, hasta llegar a convertirlas en tratados de
antropología y sociología. El material recogido sirve de base para
reescribir autobiografías en las cuales se intercalan con gran precisión
teorías sociales, como es el caso de Los hijos de Sánchez, de Oscar
Lewis (1961).
LOS PROCESOS DEL ESTUDIO: ENTREVISTA Y CUESTIONARlO
En nuestra investigación general sobre la colectividad española se
realizaron un total de 350 entrevistas entre 1981 y 1986 en Estados
Unidos, en Miami, en diferentes zonas de España como Galicia, As-turias,
Canarias y Madrid, y en Cuba, en La Habana. El lugar elegi-do
para iniciar el trabajo de campo fue Miami, ya que a primera vis-ta
consideramos que sería más fácil la localización de españoles que
hubieran marchado a Cuba y tras la Revolución del 59 se hubiesen
asentado allá.
204 Consuelo Naranjo Orovio
Debemos tener en cuenta que en el territorio español los retoma-dos
se hallaban dispersos en aldeas, por lo que localizarlos era difí-cil.
Esta circunstancia se vió agravaba porque no contábamos con
estudios previos o estadísticas orientativas.
A partir de estas entrevistas y de los datos proporcionados por los
entrevistados sobre su procedencia, llevamos a cabo una búsqueda en -
las localidades españolas que con mayor frecuencia habían sido seña-ladas.
En este punto de la investigación el trabajo fue algo más fácil,
ya que en las aldeas y pueblos que visitábamos, nos proporcionaban
nuevos datos sobre el paradero de otras personas que habían emigrado,
y así sucesivamente. Un largo peregrinar en el que todas las personas
que entrevisté, así como otros, los más ancianos de las localidades,
ayudaron a hacerlo más sencillo y agradable.
El trabajo de campo hubiera quedado incompleto si no hubiéra-mos
realizado entrevistas a miembros de la colectividad canaria asen-tada
en Cuba. La Habana constituyó el centro donde desarrollamos
la investigación, que en esta fase fue más organizada y cómoda que
en anteriores lugares por la pervivencia de los centros regionales y
sociedades de beneficencia, cuyos miembros continúan asistiendo con
asiduidad.
Otra fuente documental utilizada fueron las cartas enviadas desde
distintos puntos de Cuba por algunas personas, con quienes no había
podido contactar en ninguno viajes.
El cuestionario utilizado, que fue variando según avanzaba la in-vestigación
y la propia entrevista, puede dividirse en tres bloques
cronológicos, marcados por las diferentes etapas de la vida del indi-viduo:
la vida en Canarias y su salida; la llegada y residencia en Cuba
y un tercer bloque destinado a aquellos que abandonaron la isla y se
asentaron de nuevo en Canarias o se dirigieron a un tercer país.
Las preguntas contenidas en este apartado tenían como objetivo
en primer lugar el conocer la procedencia, la edad, la estracción so-cial,
el nivel educativo, la pertenecia a un determinado sector econó-mico.
Asimismo nos interesaba conocer si existían relaciones, lazos fa-miliares
o contactos en la isla. Este aspecto contenía un interés espe-cial,
ya que a través de él llegamos a conocer con gran precisión todo
el sistema de cadena del proceso migratorio. El individuo no partía
Historias de vida de una emigración: Isleños en Cuba 205
al azar y en la gran mayoría de los casos tenía referencias del país al
que se dirigía. La existencia de cadenas migratorias encaminaron y
dirigieron la emigración a los países en los que las colectividades ya
estaban asentadas y desde los que llamaron a sus compatriotas.
Las llamadas de paisanos, amigos o familiares desde la isla caribe-ña
constituyeron uno de los factores de atracción para el joven mi-grante.
Unas llamadas que no caían en saco roto al estar dirigidas a
jóvenes que con frecuencia habían oído hablar de América, sobre todo
en determinados ámbitos donde el sueño de hacer la América se man-tuvo
como mito a lo largo de los años. Los viajeros y los migrantes
fueron los encargados de transmitirlo.
En algunos de sus relatos y cartas, América aparece como una tie-rra
de riqueza, donde el oro corría por sus ríos, una tierra de promi-sión
a la que cualquier individuo podía acceder y en cualquiera podía
"l,",..", ".." " . . , l , n A, ..:,..n,n E 1 n..,r;, rln hnnnr 1- Amár;nn .30toho
aiLaiuai aua auciiua u6 iiyubLa. LI DUGI IU UL uaLbl la nIm1bI1~u~ J L U U U
presente en estos jóvenes, a la manera de los retornados que gastaban
su dinero por doquier y relataban historias, muchas de ellas fantásti-cas,
sobre un mundo en el que los hombres podían variar su fortuna
y el clima era siempre benigno.
Es a posteriori, con la experiencia migratoria vivida, cuando apa-rece
en sus reiatos ia imagen ciei americano o indiano como una fi-gura
aislada dentro de la migración. Para ellos el americano ya no
representaba a todos los que salieron, sino a una minoría. Sin embar-go,
a la hora de partir, el americano, la idea de América como tierra
de jauja y promisión estuvo presente en todos ellos.
Queríamos que nos recrease no sólo la idea que en su aldea se
tenía sobre las Américas, sino también el ambiente generado en tor-no
a la emigración y la existencia de intermediarios entre el futuro
migrante y las compañías navieras. De esta manera, otro grupo de
preguntas estuvo dirigido hacia la propaganda desarrollada por los
agentes, tambien llamados ganchos, arregladores o garroteros, que
desarrollaron su labor en el medio rural. La actuación de estos gan-chos
como mediadores entre el emigrante y la compañía naviera cons-tituye
una parte importante del relato y de la historia de la migración.
También contribuyeron a su estudio los testimonios obtenidos con
las preguntas sobre las posibles causas que motivaron la partida, fe-cha
de salida, puerto elegido, precio del pasaje, forma de pago, barco
y compañía naviera, duración y condiciones de su estancia en la lo-calidad
portuaria mientras esperaba embarcar y condiciones del viaje.
En la ciudad portuaria muchos de los emigrantes se dieron cuenta
de los abusos a los que eran sometidos. Los días interminables a la
206 Consuelo Naranjo Orovio
espera de la salida, las estancias en pensiones cuyos dueños estaban
compinchados con los ganchos, son entre otros aspectos comentados
por los entrevistados. Los testimonios sobre las condiciones de viaje,
las comidas y camarotes de tercera en donde viajaban los emigrantes
son también de un gran valor.
Este apartado fue el eje central de la entrevista. En quedaban
englobadas preguntas que abarcaban desde el momento del desembarco
hasta prácticamente la actualidad.
Tras arribar el barco en la bahía de La Habana, las autoridades
de inmigración se encargaban del desembarco de los emigrantes en
esta ciudad o de su CI I I~UCCU~ STE~ i s c~micca,r nparmnte e !azrtrete
de inmigración, creado en 1900, situado al otro lado de la bahía
habanera, sobre una pequeña colina de Casablanca.
La posesión de dinero, el ser socio de algún centro regional espa-ñol
o el poseer carta presentada por algún familiar ya asentado en
Cuba, es decir alguna credencial que acreditase que no sería carga pú-blica,
le facilitaba al recién llegado su entrada en La Habana. A los
que no cumplían estos requisitos, o bien eran portadores de alguna
enfermedad se les enviaba a Triscornia. El inmigrante permanecía en
el campamento hasta que el gobierno cubano le proporcionaba un tra-bajo
o bien alguna institución española, familiar o amigo le reclama-se
bajo su responsabilidad.
La documentación oficial nos da una visión algo idílica sobre las
condiciones de vida en Triscornia; discurso que a veces se contrade-cía
con los testimonios de los inmigrantes que en él permanecieron.
Por ello, y para contrastar todas las informaciones, las primera pre-guntas
iban encaminadas a conocer las condiciones de vida en Trisco-rnia,
el modo en qué se realizó la salida de él y las primeras impre-sionas
recibidas.
La entrevista continuaba con preguntas relativas a la inserción en
la sociedad cubana. En este apartado los centros regionales y asocia-ciones
de beneficencia españolas tenían un papel destacado, ya que,
en la mayoría de las ocasiones, estas asociaciones de carácter mutua-lista
facilitaron la incorporación del joven al mundo laboral y sirvie-ron
de amortiguador en el proceso de adaptación. Asimismo, estos
centros fueron el espacio donde junto a las relaciones intraétnicas tam-bién
tuvieron lugar relaciones interétnicas. Las preguntas contenidas
Historias de vida de una emigración: Isletios en Cuba 207
en este apartado giraban en torno a las causas de afiliación, organi-zación
interna y participación en ellos.
Las preguntas sobre la incorporación al mundo laboral sin duda
constituyeron uno de los apartados más amplios, debido a la movili-dad
laboral del inmigrante. Nos proponíamos conocer las actividades
económicas desarrolladas, jornada laboral, salarios y forma de pago,
condiciones laborales, nacionalidad de los dueños de las casas, em-presas
o negocios donde trabajaban y posibles vínculos del individuo ,,
con ellos. Otras preguntas iban encaminadas a averiguar el ascenso
económico del individuo y el modo en qué se produjo, las propieda-des
adquiridas, las inversiones en negocios, bienes, etc.
La realidad encontrada en Cuba chocaba con los sueños de todos
los jóvenes que veían en América la tierra de jauja, donde el trabajo
sería mucho más liviano que el dejado atrás y donde pronto la fortu-na
les sonreiráa. Los relatos de todos los migrantes no dejan de apun-tar
todas las «fatigas», que al menos durante algunos años desde su
llegada, tuvieron que pasar, así como la explotación a la que se vie-ron
sometidos por sus propios paisanos. Estas experiencias que he-mos
recogido a lo largo del trabajo de campo son el núcleo básico
de información que poseemos para acercarnos al vivir cotidiano de los
hombres y mujeres que un día decidieron mejorar su vida y marchar
a «hacer la América*.
Las historias de vida se repiten una y otra vez y en todas ellas
sus protagonistas enfatizan y reiteran, como por temor a que nos per-damos
en sus relatos, todos los trabajos pasados hasta que llegaron a
situarse; unos como intentando justificar y a la vez resaltar la posi-ción
lograda, otros tan sólo con el empeño de dar a conocer sus vi-das,
que hasta el momento de la entrevista creían sin importancia.
En el estudio de la vida cotidiana nos preguntábamos de qué ma-nera
se construyó esa nueva cotidianidad en un universo nuevo, qué
factores influyeron a que su vivir cotidiano, ahora transformado, fue-ra
tomando el carácter de «normalidad», y en qué momentos ésta fue
.!terada. La adaptaci6n, !os trabajos, los miedos, la soledad, la leja-nía
fueron sensaciones compartidas por cada uno de ellos y ellas y
que nosotros queríamos recrear. Para ello la historia oral fue el arma
fundamental. Las historias de vida rescatan, recrean y reconstruyen esa
nueva cotidianidad de los individuos.
El análisis del vivir cotidiano nos parece fundamental puesto que
es e! e!emento rvmún c~mrn-a--r-t i-d-n p m t ~ d !~OSr m iembros de !a co-lectividad
inmigrante. Los trabajos, la fortuna, la suerte fueron los
mecanismos que diferenciaron posteriormente a algunos de ellos.
208 Consuelo Naranjo Orovio
Pero como el acontecer diario no se puede aislar en un capítulo,
en nuestra investigación aparece a lo largo de todo el estudio: ¿Cómo
separar la inserción del inmigrante en el mundo laboral, de los rela-tos
de las largas jornadas laborales vividas detrás del mostrador de la
bodega, o las noches pasadas en el duro camastro de la trastienda?;
jacaso no fueron estos elementos fundamentales en el ascenso eco-nómico
del joven inmigrante?; jcómo aislar la explotación sufrida por
sus propios paisanos, del estudio de las relaciones laborales?
Otro grupo de preguntas iba dirigido hacia el cambio del estado
civil, la nacionalidad del cónyuge y el lugar donde se conocieron -
como indicativos del funcionamiento de la colectividad, de su endoga-mia
o no-; estudios realizados por sus hijos y los colegios elegidos;
adopción de la nacionalidad cubana,, etc.
También nos interesaba conocer detalles de las condiciones de
vida: los barrios donde vivían, condiciones de !a vivienda, si Psta era
o no compartida, si era propia o alquilada y a cuanto ascendía el al-quiler;
amistades frecuentadas, sitios de reunión, empleo de las ho-ras
de ocio en teatros, cines, centros regionales, billares, etc.
El recuerdo presente de Canarias afloró en diferentes ocasiones a
lo largo de la entrevista. De manera especial preguntamos sobre los
medios con los que mantuvieron los vínculos con su tierra, tales como
la lectura de prensa española o que contuviese noticias de Canarias y
de la Península; el envío de dinero, el seguimiento de los aconteci-mientos
políticos y su participación en las organizaciones políticas
españolas creadas en la isla, tanto de carácter nacionalista como aque-llas
que abarcaban el ámbito estatal, etc.
Otro bloque de preguntas lo constituyeron aquellas referentes a la
evolución de la política cubana y la participación en organizaciones
sindicales y partidos políticos, así como la participación en huelgas y
manifestaciones, y, en qué manera, ello repercutió en la vida del in-dividuo
-detención, encarcelamiento y expulsión del trabajo o del
país-.
Este apartado se cerraba con preguntas sobre la consideración del
nativo y la manera en que ellos creen que son vistos por los cubanos.
Uno de los temas que en un primer momento no habíamos plan-teado
desarrollar en este estudio fue el impacto de la guerra civil es-pañola
en Cuba y el seguimiento de las misma desde la Gran Antilla.
La profundización en la vida de la colectividad española y canaria,
en particular, nos llevó a conocer la enorme trascendencia que el
conflicto español había tenido entre dicha colectividad y su repercu-sión
en la propia sociedad cubana. El entusiasmo trasmitido por nues-
Hisrorias de vida de una emigración: Isleños en Cuba 209
tros interlucutores nos llevó a apasionarnos por el tema y junto a los
testimonios orales emprendimos la búsqueda de material escrito, que
nos ayudara a completar el panorama. Desde el comienzo tuvimos la
impresión de que Cuba fue otro escenario de lucha en el que republi-canos
y nacionales defendieron sus ideologías y desplegaron toda su
propaganda. Un escenario en el que si bien la colectividad española
fue la principal receptora y, a veces, protagonista, también nos en-contramos
a los cubanos adoptando posiciones a favor o en contra de
una de las dos causas, como si de su propia contienda se tratara.
El estudio de la guerra civil nos llevó a analizar otro fenómeno,
el exilio republicano español. Se trataba de ofrecer un panorama que
abarcase a todas las clases sociales, a todos los hombres y mujeres
que desde sus diferentes posiciones ideológicas y profesiones, inte-lectuales
y no intelectuales, se vieron afectados. Su llegada a Cuba,
-..-l.-- .. iiiubiias V L L G ~ p v ~ r ; & i i r r ; a de !a ccrcaiia República Dominicana, bien
como vía de paso hacia México, bien como lugar definitivo donde
asentarse, abrió otros horizontes en la investigación.
Tratamos de estudiar no sólo el acontecer diario de estos exiliados,
sino también su participación en la lucha antifranquista desarrollada
en la isla. La labor de las organizaciones surgidas y de los partidos
poiíticos a veces sóio se puede rescatar a partir de ios testimonios
orales. Asimismo, es de gran interés conocer a partir de los relatos
de los miembros de estas organizaciones sus objetivos, las discrepan-cias
internas y luchas ideológicas, sus trayectorias, etc.
La Casa de la Cultura, institución en la que se integraron la ma-yoría
de los exiliados llegados a Cuba, la Juventud Combatiente Es-pañola,
la Alianza de Intelectuales Antifranquistas, etc., desarrollaron
una amplia campaña en contra del gobierno de Franco, aunando en
varias ocasiones a diferentes sectores del exilio.
La pasión con la que algunos de nuestros entrevistados nos relata-ban
los hechos, así como los mismos testimonios nos ayudaron, una vez
más, a ampliar nuestro objeto de estudio, al comprender que España,
sus problemas y avatares, eran seguidos y vividos con gran fuerza.
La guerra civil no fue el único conflicto vivido y seguido desde
Cuba, cualquier acontecimiento, cambio de régimen o creación de
nuevos partidos en España eran hechos conocidos y apoyados desde
la isla. Su impacto y seguimiento motivó la creación de formaciones
políticas; refleja de las, surgidas en España a nivel general y en Ca-narias,
a nivel particular, muchas de ellas de carácter nacionalista.
Dicho fenómeno no se enmarca en los años de la guerra, ya que existía
con anterioridad.
210 Consuelo Naranjo Orovio
Este último apartado se centró en las causas que motivaron al in-dividuo
a dejar Cuba, así como los factores que le condicionaron a
elegir el nuevo país de residencia: causas de la partida, fecha en que
se produjo, llegada al nuevo país, actividades laborales y adaptación
al mismo.
Coincidiendo este apartado con la última etapa vivida por el indi-viduo,
en la gran mayoría de las ocasiones el entrevistado hacía una
valoración de su trayectoria vital, de las ventajas e inconvenientes de
la migración y de la situación actual, resultado de la decisión que un ,,
día ya lejano adoptó. Inevitablemente el individuo daba marcha atrás D
E y sopesaba aquella decisión que varió para siempre el curso de su vida.
Ln reng!nnes de !a memnria 110s hab!m S&~P !OS dias, !OS traba- O
-
jos, los sueños, las esperanzas, las frustraciones de un grupo humano =m
O
que quiso encontrar el amanecer de una nueva vida hacia el Occiden- E
E
te. Sus palabras nos evocan el vivir cotidiano, la mentalidad, la for- 2
E
ma de sentir y el presente de un pasado cercano. =
3
Historias de vida de una emigración: Isleños en Cuba 21 1
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