CANARIAS EN LA ESPAÑA CONTEMPORANEA:
LA FORMACION DE UNA NACIONALIDAD
HISTORICA
N. RÉYES GONZÁLEZ
C. SÁNCHEZ JIMÉNEZ
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
INTRODUCCIÓN
La Constitución de 1978 recupera el concepto de Nación española,
una de las creaciones de los constituyentes de Cádiz de 1812,
que en el presente texto adquiere un carácter globalizado de todas
las nacionalidades y regiones. En la Constitución late la idea de que
España es una nación de naciones una especie de supemación dentro
de la cual nada impide el reconocimiento del «derecho a la autonomía
de las nacionalidades y regiones que la integran» y puesto,
que esas nacionalidades y regiones forman la Nación española, es
lógico que también se reconozca y garantice «la solidaridad entre
todas ellas», el sentimiento y la realidad práctica de que todas juntas
son una sola (Artículo 2.)1.
La primera pregunta que surge, es saber si la Constitución de
1978 ha resuelto el problema de la «cuestión nacional» en España.
Si a esta pregunta se contestara desde Catalunya, Euskadi o Galicia,
la respuesta sería negativa. Hemos señalado las tres «nacionalidades
históricas» que tienen un mayor nivel de competencias autonómicas
transferidas, gracias a que se acogieron al procedimiento
tipificado en el artículo 151. Estas tres nacionalidades son consideradas
históricas porque elaboraron un proyecto de Estatuto de
Autonomía que fue plebiscitado afirmativamente durante la República,
antes del 18 de julio de 1936 (Disposición transitoria segunda).
También se podía recurrir a la vía del artículo 151, sin necesidad de
ser considerada una «nacionalidad histórica». En el caso de Canarias
nuestras autoridades y políticos decidieron seguir la vía más
lenta del artículo 143. La Constitución española respeta una serie de
peculiaridades propias, como son los Cabildos Insulares (Artículo
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141.4); Circunscripciones para elección de Senadores, en las que se
respeta la realidad del hecho insular (Artículo 69.3) y sobre la modificación
del régimen económico y fiscal (Disposición adicional Tercera).
¿Resuelve los problemas de Canarias el texto constitucional
de 1978?
Este sería el primer objetivo que nos proponemos abordar en el
presente trabajo que, además, plantea una propuesta de investigación
colectiva, a realizar con las aportaciones, necesarias, de especialistas
de las diversas áreas de conocimiento. Aquí nos
limitaremos a esbozar cual podría ser la aportación de los historiadores
en este proyecto, señalando algunas posibilidades o vías alternativas
que se pueden seguir. No pretendemos exponer nuestra
opinión personal sobre el tema en cuestión, sino realizar el planteamiento
del problema, con los datos que se conocen, unos más que
otros, pero de gran importancia.
Conociendo la realidad, puede parecer un atrevimiento por
nuestra parte que llamemos la atención sobre un tema, tan «secundario
» para algunos, que cuando se debate el futuro de las islas, hace
.pensar a un pueblo que la solución de sus problemas pasa por contar
con otra Universidad, porque la que tenemos es insuficiente. Pedimos
perdón a la audiencia por hablar de Canarias, cuando otros la
empequeñecen con planteamientos «insularistas» que sólo defienden
los intereses egoistas de ciertos grupos de presión. Nuestro objetivo
es, también, que los historiadores canarios revisen el llamado
«Pleito Insular» y estudiando sus orígenes, desarrollo y consecuencias,
desenmascarando a los culpables y responsables de esta pugna,
que nos está dividiendo en contra de nuestros verdaderos intereses
colectivos como «región», «nacionalidad», «Comunidad» o
«Nación», según se prefiera decir o sentir, empecemos a resolver, de
una vez, los auténticos problemas de Canarias. En este sentido,
vamos a estudiar, aplicadas al caso de Canarias, once tesis que un
grupo de investigadores han planteado para estudiar la cuestión
nacional de España, aplicadas en su obra solamente a los casos
vasco, catalán y valencian02•
ONCE TESIS SOBRE LA CUESTION NACIONAL EN ESPAÑA,
APLICADAS AL CASO DE CANARIAS
El Artículo 2 de la Constitución española de 1978, trata de
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Canarias en la España contemporánea: La formación... 83.5
lograr un entendimiento entre dos proyectos, uno conservador y
estatilista que defiende la tesis de que «solamente España es la
nación. En consecuencia, sólo España puede realizarse o desplegarse
como nación única y uniforme»3; otro progresista y descentralizador
que lo plantea de la siguiente manera: «España no es una
nación. La unidad nacional fue una realidad forzada históricamente
por la monarquía absoluta que ha venido siendo mantenida por los
diferentes regímenes políticos de la España contemporánea»4. El
«Estado de las Autonomías» que surge, no contenta ni a los partidarios
de la primera tesis centralista, ni a los defensores de la segunda,
que resulta mas amplia en su abanico ideológico, porque recoge en
su seno desde los partidarios de una simple autonomía, hasta los
partidarios de la separación de las diversas naciones, pasando por
los que ven en el federalismo una posible solución a los problemas
que tienen planteados en la actualidad. España podía abarcar también
a Portugal, si se hubiera mantenido como reino de la Corona,
después de la muerte de Felipe 11. Todos forman parte de un territorio
definido geográficamente, una Península europea. ¿Pero cómo
podemos incluir a Canarias en esta problemática? Canarias es también
un territorio geográficamente defmido, un archipiélago perteneciente
a otro continente, el africano. ¿Qué es Canarias?
Otro planteamiento que también se debate y que se puede exponer
en forma de una tercera tesis, sería que: «La nación es una entidad
sustancial en la historia de la humanidad, hasta el punto que
posee su propia dinámica por encima de las diferencias de clase, e
incluso por encima del proceso histórico mismo»6. Esta tesis recoge
planteamientos conservadores, que pueden incluso relacionarse con
definiciones de carácter fascista; corresponde también a la idea herdeniana
del Volkgeist, tan cara al nacionalismo alemán del siglo
XIX. Nos parece más racional y sobre todo más asumible para la
óptica investigadora de un historiador, la siguiente tesis, que dice
así: «El nacionalismo es un proceso político que atraviesa distintas
etapas de hegemonía de clases sociales que se van relevando en la
dirección del movimiento nacional»7 • Esta tesis que puede ser ausmida,
incluso desde una óptica marxista, aplicada al caso de Canarias,
nos plantea el problema de la necesidad perentoria, dentro de la
historiografía canaria, de realizar una serie de monografías, que puedan
permitir, entre otras cosas: un estudio en profundidad, de la burguesía
canaria, que aún está sin realizar, a pesar de las continuas
peticiones que se han hecho en este sentido y que a través de él se
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podría ver el papel que jugó esa «burguesía» en el nacionalismo del
siglo pasad08 • Asimismo es necesario un estudio sobre la Formación
social-histórica canaria, proyecto que no se puede llevar a cabo sin
contar con un equipo de investigadores, relacionándolo constantemente
con la realidad histórica de España9.La existencia de una burguesía
sin conciencia de clase, dependiente del exterior, no vería con
buenos ojos ninguna veleidad nacionalista y por ello acabará pronto
con el nacionalismo canario que encabezaba Secundino Delgado, de
base popular y nacido en el seno de la emigración canaria en América.
La burguesía de las islas reafirma, una vez más, su «españolismo
» radical, pero se deja dominar económicamente por
Inglaterra, como ya sabemos10•
Las dos tesis siguientes, también podemos presentarlas formando
una pareja, porque están intimamente ligadas al conocimiento
de la Estructura social de Canarias. La quinta tesis plantea
que: «El hecho nacional es primordialmente un fenómeno de las clases
medias y /0 populares. La burguesía. La burguesía siempre fue
más bien nacional española»ll. Pensamos que esta tesis es, practicamente
la que acabamos de enunciar, al final del comentario de la
cuarta tesis: la burguesía canaria, si se la puede designar con este
nombre, siempre fue «nacional española», para, de esta manera,
ocultar su dependencia económica con Inglaterra, que convenía a
sus intereses. En cambio, el mensaje de Secundino Delgado, encontró
cierta audiencia entre las clases medias y populares, difusión que se
cortó rápidamente al ser detenido Secundino y llevado a Madrid,
donde permaneció once meses en la carcel sin ser juzgadol2 . Un
defensor de esta tesis es el historiador catalán Josep Termes que ha
dicho: «Creo que el hecho nacional es mucho más un hecho de las
clases populares que de las respectivas burguesías (...). Si la burguesía
(...) es una clase social nacionalista del mercado nacional que
intenta creer, como dijo Marx y repitió Lenin, resulta evidente que el
mercado nacional que creó la burguesía catalana industrial del siglo
XIX fue el mercado nacional español y no el mercado nacional catalán,
y, por tanto, (...), si es nacionalista de algún tipo, será nacionalista
española y no nacionalista catalana»13 • En Canarias, nuestra
«burguesía» no puede, ni quiere, plantearse esa creación del «mercado
nacional canario» y va desvelándose poco a poco, que el fenómeno
canario no se puede explicar sino en el contexto de considerar
que Canarias, no era efectivamente una nación, ni siquiera una
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reglOn, era simplemente, aunque nos duela reconocerlo, una
colonial4.
La sexta tesis se enuncia así: «El nacionalismo es un fenómeno
histórico de naturaleza burguesa»15, no tiene aplicación en el caso
de Canarias, a no ser que partamos del hecho siguiente, como formula
lo expuesto: al no existir en Canarias burguesía, no puede
haber nacionalismo, porque este es de naturaleza burguesa. Además,
en el caso de Canarias, la emigración de los siglos XIX y XX
hacia América, explica, en parte, que no se pudiera desarrollar un
nacionalismo popular como señalaba Termes Ardevol16.
La septima tesis plantea que: «La lengua es el factor más profundo
de existencia, conservación y desenvolvimiento de la nacionalidad.
La Lengua es la expresión espiritual de un pueblo: y en cierta
manera, la depositaria del ser nacional»l? Constituye la tesis tipica
del nacionalismo idealista y romántico. La lengua materna, constituye
una realidad importante y definitoria de la personalidad de un
pueblo, pero esta concepción trae en su aplicación práctica demasiados
problemas. Si seguimos esta tesis, todos los hablantes de la lengua
vasca o catalana, tendrían que formar una nación y esto, traería
problemas de orden interno con Navarra, País Valenciano y Baleares,
y de orden extenso, con Francia. También sería discutible que
todos lo que hablasen la lengua española tuvieran que formar una
nación, en este caso estaría incluida Canarias junto a las Repúblicas
hispanoamericanas. Lo verdaderamente importante para constituir
una nación, aparte del territorio que se ocupa, el deseo expresado
libremente de pertenecer a esa comunidad de intereses que constituye
la nación. En el caso de Canarias, se equivocan aquellos nacionalistas
que quieren fabricar artificialmente una nueva lengua para
los canarios, no la necesitamos puesto que ya la tenemos; es una
variedad dialectal del español que podemos llamar «canario» y que
nos identifica cuando hablamos con otros hispanohablantes18.
La octaba tesis se formula como sigue: «Los pueblos tienen
unas bases biológicas y diferenciadas que hacen posible -y
marcan- su devenir como comunidades nacionales»19. Podemos
decir, en el caso de Canarias, que el pueblo canario constituye, históricamente
hablando, una «etnia» distinta, claramente definida.
Esta posición se ha pretendido defender desde algunas ópticas
nacionalistas, que quieren justificar en la pervivencia de los rasgos
étnicos de los canarios pre-hispánicos, el fundamento diferenciador
de los «canario», como algo completamente diferente de lo «espa-
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ñol». Pensamos que hay que valorar los estudios realizados por
nuestros prehistoriadores y arqueólogos así como los estudios antropológicos,
pero no creemos que este factor sea tan importante. Los
canarios actuales somos el fruto de la unión de esos aborígenes con
sucesivas aportaciones foráneas, castellanas y portuguesas principalmente,
pero que también podríamos ampliar a otras naciones
europeas: genoveses, normandos, venecianos, catalanes, ingleses,
irlandeses, etc...20.
La novena tesis que presentamos es la siguiente: «La nación
hunde sus raices en un pasado lejano, constituyéndose así un
"Caraéter nacional" o "ser nacional" inalterable a lo largo del devenir
históricO»21. Este tipo de tesis es de dificil aplicación, incluso en
el caso español, como intentan demostrar historiadores y ensayistas
nacionalistas, (desde Menéndez Pelayo a Sánchez Albornoz,
pasando por Ortega, Américo Castro y Menéndez Pidal). Esta idea
también está presente en ciertos nacionalistas románticos y radicales
catalanes (Almirall, Rovira y Soldevilla entre otros), sin olvidar
a ciertos fueristas y nacionalistas radicales vascos (Arana el
más destacado)22.
La décima tesis, al igual que la anterior, tampoco tiene aplicación
al caso que nos ocupa, ya que pone de manifiesto que: «Las
nacionalidades históricas son unidades geoculturales y Lingüisticas
más amplias que las entidades autonómicas aceptadas por la Constitución.
La máxima aspiración de Euzkadi y Cataluña es la reunificación
de los territorios históricos divididos por los Estados español
y Francés»23. A no ser que se planteen alianzas con pueblos vecinos
del Africa Occidental, nos referimos a la República Arabe Saharaui
Democrática, pero esto sería una alianza o pacto, pero no lo que se
plantea en esta tesis.
La undécima tesis dice: «Las nacionalidades y regiones son
ámbitos comunitarios diferenciados con derecho a su autonomía»24.
Esta es la tesis constitucional y estatutaria por excelencia, que ya
hemos comentado al principio del presente trabajo, cuando nos referíamos
al artículo dos. Este planteamiento que nos podía hacer pensar
en formas abiertas hacia un posible federalismo, se rompe ante el
artículo 145. Que dice: «(...) en ningún caso se admitirá la federación
de Comunidades Autónomas».
Una vez analizadas las once tesis que plantean la «cuestión
nacional» en España, vemos que no todas son aplicables al caso de
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Canarias, pero también queda claro la necesidad de matizar cuales
han sido los orígenes del nacionalismo canario. Lo que nos proponemos
a continuación es reflexionar sobre las posibles causas del
retraso de una conciencia nacional canaria.
CANARIAS: ¿UNA NACIONALIDAD HISTORICA?
Canarias constituye un territorio con fronteras naturales bien
definidas, formado por islas que se unen entre sí a través del mar y
que tienen por fronteras naturales, dicho mar. Lo que decimos es
algo ya sabido y, es posible, que a lo largo de esta exposición no
digamos nada nuevo. Pero lo que nos parece interesante y necesario,
.es que refresquemos la memoria y saquemos a la luz temas viejos,
.para intentar analizarlos y, de esta manera, tratar de explicamos por
qué en Canarias no se ha configurado el «hecho nacional». Para
nosotros, el problema hay que enfocarlo desde diversos planos.
Señalaremos algunos someramente.
En primer lugar, hay que tener en cuenta un factor que juega un
importante papel en la configuración de nuestra sociedad. Las dificultades
económicas, de carácter cíclico, por las que han atravesado
las Islas a lo largo de su historia (crisis del azúcar, del vino, de la
cochinilla, etc)., así como otras causas de diversa índole (elevado
índice demográfico, un marcado desajuste entre precios elevados en
los artículos de primera necesidad y los cortos salarios, la presión
fiscal, etc.), obligaron a gran parte de la población a obtener su sustento
lejos de su tierra. En una palabra, para poder sobrevivir había
que emigrar. Esta particularidad, hace que un sector importante de
la población campesina se desarraige, quedando en ella la gente más
«sumisa», que por su conformismo, no creará graves conflictos
sociales a las oligarquías insulares. Esta ausencia de respuesta
popular ante situaciones dificiles, hace posible el desarrollo y la
influencia ideológica, cada vez mayor, de este grupo social, marcadamente
conservador, que luchará solo por mantener su hegemonía.
Unido a esto, la incultura en que vive el pueblo, como consecuencia
de esta situación y que se traduce en un alto grado de analfabetismo,
hace posible la manipulación de la clase trabajadora, que se verá
inmersa en pleitos insulares que no responden a sus intereses, ni a
sus necesidades.
Aunque el fenómeno de la emigración se da en todas las islas,
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siendo incluso más grave en las llamadas islas menores, que nosotros
preferimos decir no capitalinas. El fenómeno de manipulación
se pone más de manifiesto en Tenerife y Gran Canaria, cuyas oligarquías
pugnan por el poder político y económico que se plasma en la
lucha por la capitalidad. Estos grupos oligárquicos locales, tendrán
intereses tanto en la agricultura, como en el comercio y la industria.
Su dependencia del exterior, sobre todo en Inglaterra y, en menor
medida, de España, lo que explica, en gran medida, que no podamos
calificarla de burguesía, por no responder su función a la que corresponden,
en otras latitudes, a esta categoría social. A este respecto,
es obligado citar los trabajos realizados por el historiador canario
Victor Morales Lezcano. En su aportación a la Historia General de
las Islas Canarias, de Millares Torres, dice lo siguiente:
«La burguesía canaria del comercio, en grande o al menudo, y
de la industria, artesanal o con visos de modernidad, fue dependiente
del capitalismo europeo, desde finales del siglo XIX
hasta un ayer no muy remoto.
Nació espoleada, principalmente, por las salpicaduras inversionistas
del conglomerado inglés asentado en Canarias/Madera,
puntos de apoyo inventerados de su flota mercante en el Atlántico,
y escala obligada para la navegación con destino al continente
africano, en vias de apropiación (1880-1914), o de
puesta en explotación (1918-39).»25
En segundo lugar, pero al hilo de lo dicho anteriormente, creemos
que el llamado «Pleito Insular», ha fomentado, desde mediados
del siglo XIX hasta la actualidad, una polémica que, a nuestro juicio,
ha impedido la formación de una verdadera «conciencia nacional».
El sistema de partido políticos existentes en Canarias, desde el siglo
XIX, ve reflejado en su estructura y organización las influencias de
los «caciques» locales. Tanto el partido liberal como el conservador,
defenderán más los intereses insularistas que los de la región.
Divididos por las posibles soluciones al tema de la capitalidad, unos
se inclinarán por el cambio de capital, mientras que otros preconizarán
la división de Canarias en dos provincias. La división provincial
será la solución final dada desde Madrid, durante la Dictadura de
Primo de Rivera, concluyendo con este gesto, toda una estrategia
llevada a cabo por los diferentes gobiernos nacionales, para impedir
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la formación de un partido regionalista. Sobre todo, después del
desastre del 98 y el rebrote de las nacionalidades perifericas en
las Península.
Una vez planteado el problema y las posibles causas de a falta
de «conciencia nacional» que detectamos a través de este rápido
repaso histórico, se pone de manifiesto la necesidad de aclarar una
serie de conceptos tales como región, nación, nacionalidad y
nacionalismo.
La región, que surge desde épocas históricas remotas, se ve
absorbida por la formación de los Estados modernos, volviendo a
tener hoy una entidad jurídica propia. Las características que, desde
el punto de vista sociológico, debe tener una región, son para el profesor
Busquets las siguientes: Tener una historia peculiar y diferenciada
con respecto a otras regiones, así como un territorio con
fronteras naturales definidas. Asimismo, debe contar con una población
que posea semejanzas etnográficas, culturales y sociales. También
debe poseer un derecho consuetudinario de uso secular y contar
con una unidad económica, reflejada en un marcado comercio interior26
• Desde esta perspectiva Canarias configura una región ya que
posee todas las características señaladas.
Veamos lo que nos dice Busquets sobre las «regiones
especiales»:
«Son aquellos que tienen un hecho diferencial especifico, una
característica propia, peculiar, de raíz histórica, geográfica,
religiosa, étnica, cultural, etc., como puede ser la insularidad de
Canarias.. 0»27
,13:1 paso del concepto de región al de nación, supone la toma de
conciencia de un pueblo:
«000' pues si bien la región actualmente es un concepto estático,
resultado de siglos de historia, la nación, por el contrario, es
un concepto más dinámico, que puede surgir en cualquier territorio
determinado en el que un hecho diferencial permita tomar
a su población conciencia de su diferencia ·respecto al
hecho estatal»28.
Simplificando, podemos decir que la región es, en realidad, una
nacionalidad cultural que puede convertirse en política y llegar,
incluso, a ser una Nación, si el pueblo así lo desea y puede expre-
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
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sarlo libremente. Por otra parte, vemos que en ocasiones se emplean
unos conceptos, porque la realidad política impide la utilización de
otros; puede servimos de ejemplo el caso de los catalanes en el siglo
XIX que, al no poderse llamar «nacionalistas», utilizaban la etiqueta
de «regionalistas». Además, el lenguaje político se transforma de
una época a otra, no solamente en las palabras que se utilizan, sino
también en el significado real que estos poseen, de ahí la gran dificultad
que entraña el estudio de determinados conceptos históricos
que con el paso del tiempo han ido. evolucionando.
Para finalizar, podemos decir que la historia de Canarias puede
verse enquecida si se adoptara un enfoque metodológico, análogo al
que ha utilizado Pierre Vila.r29 , para el caso de Cataluña: se tratarla de
estudiar a Canarias como un hecho diferencial en el seno de la Historia
de España y no como se ha venido realizando hasta ahora,
viendo solamente el impacto de los acontecimientos históricos del
Estado español en el Archipiélago. Este cambio de perspectiva
haría cambiar mucho las interpretaciones que se han venido dando,
algunas veces, sin demasiado rigor histórico.
A modo de conclusión, debemos señalar que las diferencias que
persisten en las dos islas capitalinas, en un continuo flujo y reflujo de
enfrentamientos, siguen dificultando la toma de conciencia del pueblo
canario para poder afrontar sus verdaderos problemas, dejando
de lado, de una vez por todas, la estrechez de miras de sus políticos,
lo que les permitirá asumir una «conciencia nacional».
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Canarias en la España contemporánea: La formación... 843
NOTAS
l. Ramón Tamames,Introducción a la Constitución española, Alianza Editorial,
Madrid, 1980, pág. 13.
2. Francesc Mercadé, F. Hernández y Benjamín Oltra, Once tesis sobre la
Cuestión Nacional en España, Anthropos, Ed. del Hombre, Barcelona, 1983.
3. F. Mercadé y otros, Once tesis sobre , pág. 24.
4. F. Mercadé y otros, Once tesis sobre , pág. 27.
5. Víctor Morales Lezcano, «Fragílidad económica y utilización estratégíca de
Canarias (Una perspectiva histórica)>>, Gaceta de Canarias, año 1, n.O 1, Santa Cruz
de Tenerife, 1982, pp. 11-16.
6. F. Mercadé y otros, Once tesis sobre , pág. 48.
7. F. Mercadé y otros, Once tesis sobre , pág. 55.
8. Anuario Centro Asociado de Las Palmas, IV Coloquio de Historia Social
de Canarias, Año 1979, n.O 5. (Dedicado a la Burguesía canaria.)
9. Alberto Galván Tudela y Alvaro de Mello Sousa, «Economía y Sociedad
en Canarias: aproximación a la realidad socioeconómica canaria», Canarias ante el
Cambio, Universidad de La Laguna, 1981, pp. 87-100.
10. Nicolás Reyes González, «Canarias en la expansión colonial del siglo XIX»,
Revista del Oeste de Africa (ROA), nos. 1 y 2, Junio-Julio, 1985, pp. 83-90.
11. F Mercadé y otros, Once tesis sobre..., pág. 61.
12. Manuel Suárez Rosales, Secundino Delgado. Apuntes para una biografía
del padre de la nacionalidad canaria, Santa Cruz de Tenerife, 1980.
13. Josep Termes,Federalismo anarcosindicalismo y catalanismo, Barcelona,
Anagrama, 1976, pp. 131-136.
14. Francisco Galván Fernández, Burgueses y obreros en Canarias (del siglo
XIX al XX), Universidad de La Laguna, 1985.
15. F. Mercadé y otros, Once tesis sobre..., pág. 70.
16. Julio Hernández García, La emigración canaria contemporánea, contribución
a la edición de la Historia General de las Islas Canarias de A. Millares Torres,
Las Palmas, 1977.
17. F. Mercadé y otros, Once tesis sobre..., pág. 78.
18. Diego Catalán, «El español en Canarias», Presente y futuro de la lengua
española, Ed. Cultura Hispánica, Madrid, 1954. L. A. Millares Cubas, «Cómo
hablan los canarios», Tipografía Diario de Las Palmas, 1932.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
844 N. Reyes González y C. Sánchez Jiménez
19. F. Mercadé y otros, Once tesis sobre...• pág. 91.
20. E. Aznar Vallejo, La integración de las Islas Canarias en la Corona de
Castilla (1478-1520). Col. Viera y Clavijo, La Laguna, 1983.
21. F. Mercadé y otros, Once tesis sobre , pág. 101.
22. F. Mercadé y otros, Once tesis sobre pág. 101.
23. F. Mercadé y otros, Once tesis sobre pág. 121.
24. F. Mercadé y otros, Once tesis sobre pág. 135.
25. V. Morales Lezcano, «Esbozo de Canarias en la edad contemporánea
(1850-1936»), contribución a la edición de la Historia General de las Islas Cana-
rias, de A. Millares Torres, Las Palmas, 1977, pág. 295 del tomo V.
26. Julio Busquets, Introducción a la sociologfa de las nacionalidades.
Madrid, Edicusa, 1971, pág. 296.
27. J. Busquets, Introducción a las , pág. 297.
28. J. Busquets, Introducción a las pág. 298.
29. Pierre Vilar,La Catalogne dans l'Espagne modeme (3 vols.), Paris, 1964.
Hay edición catalana y traducción castellana.
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