CANARIOS EN CUBA EN EL SIGLO xx
CONSUELO NARANJO OROVIO
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
El tema elegido para esta comunicación, «canarios en Cuba en
el siglo XX», está enmarcado dentro de una investigación más
amplia sobre la colonia española en Cuba en este siglo.
Nos interesa el análisis de todo el proceso migratorio, desde la
salida de España y llegada a Cuba, hasta la partida de esta Isla y el
retomo a los lugares de origen, o el asentamiento en otros países. Si
bien este marco geográfico y sus condiciones histórico-temporales
son aspectos importantes en este estudio, el objetivo principal está
centrado en el análisis del acontecer diario de la colectividad española
en Cuba, la configuración del grupo, y su actuación frente y
dentro de la nueva sociedad.
El estudio de la colonia canaria es de sumo interés no sólo porque
su presencia en la Isla pueda ser rastreada desde el siglo XVI,
sino también porque presenta unas particularidades propias que la
diferencian de otras corrientes migratorias llegadas desde la
Península.
Su tradicional dedicación a la agricultura, su c'aracterístico sistema
emigratorio golondrina, no tan frecuente en otras áreas peninsulares,
la distinción que el nativo establece entre peninsulares y
canarios, creemos que son motivos suficientes para realizar un análisis
particular de dicho grupo.
Antes de centramos en el tema pasaremos a comentar brevemente
las fuentes documentales consultadas. Han sido examinados
diferentes archivos, bibliotecas y hemerotecas en España, Cuba, y
Estados Unidos. Junto a esta búsqueda en las fuentes documentales
escritas, se han realizado 344 entrevistas en España, Cuba y Miami,
y para el caso concreto que aquí tratamos en Las Palmas y
Tenerife.
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Los testimonios orales nos sirven para corroborar los escritos, o
bien para llegar allí donde éstos últimos no han podido llegar. Historia
oral e historia escrita se combinan y complementan, haciendo
que la historia se acerque más al «hombre común».
Para esta ocasión se han seleccionado algunos de los testimonios
orales recogidos entre los emigrantes canarios, así como algunas
de las cartas de otros con quienes no fue posible hablar de
forma directa.
Planes de colonización
La política poblacionista desarrollada por las autoridades españolas
desde el siglo xx se mantiene bajo los gobiernos de la República
independiente. Junto a esta política colonizadora a base de
población blanca, la cual dio pie a diversos planes de importación de
grandes contingentes humanos, hay que destacar el desarrollo económico
que experimenta la Isla desde comienzos de este siglo. El
fomento de una economía monoproductora y extensiva, la necesidad
de mano de obra, originaron una gran divergencia, de planes de
inmigración y dieron lugar a la elaboración de una vasta legislación
que regulase la traída de individuos.
En todos los planos el elemento español es el más, o al menos
uno de los más, deseado para el trabajo en Cuba. Razones de tipo
histórico y cultural pueden dar explicaciones a este hecho. Y dentro
de esta demanda, son los canarios y los gallegos los que se requieren
con mayor insistencia.
Ya en el siglo xx una de las primeras peticiones sobre la importación
de Canarias para las tareas agrícolas es la elevada por la United
Fruit Company. La urgente demanda de más mano de obra que
chocaba con las leyes rigurosas vigentes en Cuba sobre la introducción
de braceros, motivaron en 1905 esta petición, a través de
Manuel Silveira, representante de la citada Compañía en La
Habana, al presidente cubanol
. En este plan se preveía que los contactos
con las Islas se realizarían mediante los asociados de la Compañía
en Canarias. Los inmigrantes serían traídos en vapores o
1. United Fruit Company. Un caso de dominio impen'alista en Cuba. Editorial
Ciencias Sociales. La Habana. 1976.
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instalados en las fincas de Banes y Nipe donde explica Harold
Harty:
«Tenemos hospitales y médicos en la finca que los asistan y les
daremos todas las comodidades compatibles con el trabajo que
tienen que hacer».
El permiso para llevar a cabo tal proyecto 10 obtuvieron en
1906. En este año comenzaba la legislación que liberalizaba la
entrada de trabajadores y braceros. A partir de esta fecha se suceden
diferentes proyectos de inmigración.
Así en 1906 fue elaborado por el General Menocal, administrador
de las Centrales «Chaparra», «Delicias», y «San Manuel», la
traída y el establecimiento en estos ingenios de familias procedentes
de España y Canarias. Se fijó como límite el número de 25 familias
por central, y se calculó un presupuesto de 25.000 pesos para llevar
a cabo dicha empresa2
•
La inmigración es vista como una necesidad tanto por la falta
de mano de obra, como por los beneficios que suponía cada inmigrante
al país. En el «Informe de la Junta Directiva cara el Fomento
de la Inmigración» se apunta 10 siguiente: por cada peso que cada
inmigrante se lleva, el capital del país ha aumentado en 20 ó 21
pesos3•
Del mismo año, 1906, son las demandas surgidas por diversos
dueños de ingenios y del presidente de la Compañía Azucarera «El
Lugareño)). Este, cumpliendo los requisitos de la Ley de Inmigración
de 1966, preveía la traída de sesenta familias de Canarias, unas
doscientes cincuenta personas, para tareas agrícolas. El jornal
estipulado era de 80 centavos, oro español. Dichos inmigrantes
podían acceder a ser colonos si tal era su voluntad. El pasaje desde
Canarias correría a cargo del hacendado que lo solicitase4
•
En los informes consultados en el Archivo de la Nación, en La
Habana, se han hallado referencias claras al deseo de importar
2. Informe de la Junta Directiva de la Asociación Fomento de la Inmigración.
La Habana, 1913.
3. Ibidem, p. 6.
4. Archivo de la Nación de Cuba (ANC). Secretaría de la Presidencia, legajo
llS, n.O 92.
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canarios, por ser éstos los más aptos para el trabajo en el campos. La
ininterrumpida presencia canaria en Cuba y su fácil adaptación al
medio rural, quizá sean la explicación de este fenómeno.
La suspensión de los planos de inmigración no debe de hacer
pensar en el corte de esta corriente. La tradición, la imitación, la
propaganda, y las llamadas por los parientes allí asentados, sirvieron
de acicate a la salida de hombres y mujeres. Sin olvidar las condiciones
económicas y políticas por las que atravesaba España en
general y Canarias en particular.
En el «Proyecto de Colonización Central y Azucarero» de
Antonio Masferrer, de 1911,se puede observar la tendencia a elegir
para los trabajos agrícolas al canario: el inmigrante que mejor se
adapta al campo es el canario, el de Galicia para trabajos de ferrocarriles,
caminos..., etc. En este proyecto se proponía la creación de
un gran Central Azucarero, para lo cual serían traídas cien familias
al año, quienes en régimen de colonos trabajarían la tierra, al menos
un cuarto, a cambio de aperos, animales..., etc.6
La forma de reclutamiento de los individuos se realizaba a través
de una persona empleada en el ingenio que solicitase la traída de
inmigrantes. Algunos informes remitidos por los Consulados de
España en Cuba dan noticia sobre este hecho. En ellos se especifica
el nombre del reclutador enviado a las Islas Canarias. Este es el
caso del «Proyecto de la Asociación para el Fomento de la Inmigración
» de 1913, en el que se planeaba el traslado de cuatrocientos
individuos para los centrales Chaparra, Delicias y San Manuel.
Para tal fin fue enviado Antonio González, obrero del central Chaparra,
a Canarias, en donde enroló a dichos individuos para trabajar
en los centrales mencionados a nombre de «The Spanish-American
Sugar Company». Los emigrantes embarcaron en Las Palmas a
bordo del vapor «Conde Wifredo», de la Compañía Pinillos
Izquierdo, y desembarcaron en Puerto Padre, Oriente?
A través de este proyecto de inmigración, autorizado por el presidente
de la República, Mario G. Menocal, y subvencionado por el
Estado cubano, fueron traídas setenta y tres familias canarias, unas
5. ANC. Secretaría de la Presidencia, legajo 121, n.O 10.
6. ANC. Secretaría de la Presidencia, legajo 48, n.O 32.
7. Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares (AGAAH).
AE. Caja 1.694. Santiago de Cuba, 21 y 28 de junio de 1913.
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Canarias en Cuba en el siglo XX 519
cuatrocientas diecisiete personas. El individuo recibía un jornal por
su trabajo y un lote de tierra para cultivar en sus horas libres.
Respecto a este último aspecto, la concesión de un lote de tierra
las autoridades españolas llaman la atención para que se haga saber
entre los futuros emigrantes, que esta tierra nunca pasará a ser de su
propiedad. Así como exponen de forma clara la cuantía de los jornales,
por cada cien arrobas de caña cortada y alzada a la carreta se
pagaba entre 50 y 55 centavos, y 55 ó 60 centavos en las regiones de
Vuelta Abajo y Oriente, respectivamente8•
Todo parece indicar la engañosa propaganda que era realizada
en las Islas por los ganchos o reclutadores, quienes con falsas promesas
de tierras y de sueldos que superaban cuatro veces el salario
real, enrolaban a los jóvenes que veían en este individuo el modo de
llegar a «hacer la América» y salir de su penuria.
En este tipo de emigración, por contratos de trabajo y pasaje
pagado por el Estado cubano, hay que destacar el papel jugado por
la Sociedad para el Fomento de la Inmigración, constituida en mayo
de 1912, e integrada fundamentalmente por hacendados y grandes
terratenientes. Su peso económico y social se ve reflejado en las presiones
que llevaron a cabo ante los gobiernos cubanos para la concesión
de créditos que impulsaran la importación de mano de obra y
dictase leyes que regulasen dicho comercio. Frente a los ataques a la
inmigración golondrina levantados desde diversos sectores que
veían en este tipo de inmigración una descapitalización para el país,
la Junta Directiva de la Sociedad para el Fomento de la Inmigración
redactó un informe en 1912 sobre los beneficios que esta corriente
ocasionaba. Beneficios que se desprenden no sólo del aumento de la
producción y de las exportaciones, sino también de la inversión que
el trabajador hacer al vivir, y de esta forma contribuir al aumento de
las rentas de Aduanas9
•
La producción azucarera se vio incrementada con el estallido
de La 1Guerra Mundial. Cuba se convirtió en uno de los principales
proveedores de azúcar a Europa y Estados Unidos. Este hecho
motivó la entrada de trabajadores haitianos y jamaiquinos, junto a
las otras corrientes inmigratorias ya tradicionales. La utilización de
8. AGAAH.AE. Caja 1.694. Santiago de Cuba, 25 de junio de 1913.
9. AGAAH.AE. Caja 1.694.
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esta nueva mano de obra, y también de la China, que exigían menores
costes y salarios inferiores, levantó en algunos círculos protestas en
estos años. Véase a manera de ejemplo el artículo publicado en el
periódico El «Guanche», «Por la inmigración canaria», en el cual
aparece una carta dirigida al presidente Zayas protestando contra las
inmigraciones perjudiciales, particularmente la china, y a favor de
una política de atracción que facilitase la inmigración de canarios,
«la que más prefieren la agricultura y la industria de este país» 10.
Carta firmada por el director del mencionado periódico, Luis F.
Gómez Wangüemert, y el presidente del Partido Nacionalista Canario,
J. Cabrera Díaz.
Pero los contratos de trabajo no sólo estaban destinados a
tareas agrícolas. Compañías mineras norteamericanas y cubanas
también ejercieron su propaganda en las Islas. Una muestra de lo
dicho la tenemos en los planes de la empresa «The SpanishAmerican
Iron Company», propietarias de las minas de hierro Felton
y Daiq~iri, y de la «Pompo Manganesse Company». La recluta
de trabajadores se hacía también a través de individuos asentados en
las Islas, quienes a comisión y en combinación con las compañías
navieras, ofrecían contratos fabulosos a los jóvenes para trabajar en
las minas.
Los engaños a los emigrantes no terminaban en las falsas promesas
sobre las inmejorables condiciones de vida que les esperaban
en Cuba. Ya en el barco, durante la travesía, hacinados en camarotes
y con una comida a veces detestable, los emigrantes podían irse
percatando poco a poco de la realidad. Una carta firmada por tres
emigrantes, dos de ellos procedentes de Tenerife, dan prueba de
lo dicho:
10. El Guanche, Año 1, Núm. 4, 30 de abril. La Habana, 1924, p. 6-7.
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Canarias en Cuba en el siglo XX 523
Un último proyecto de inmigraoión española es el convenio
propuesto al gobierno de Primo de Rivera. En éste se calcula que la
futura inmigración proporcionaría setenta mil individuos, con los
que se cubrirían las necesidades de mano de obra, de acuerdo a las
estadísticas de años anteriores.
Es sorprendente este plan presentado por el Embajador de
Cuba en España por la época en que fue elaborado, 1927. Período
por el cual Cuba atraviesa una situación económica no muy favorable,
y en el que se tienen noticias ya de repatriaciones de trabajadores
españoles. En dicho proyecto se fijaba que el transporte correría
a cargo del gobierno cubano. El gobierno español objetó algunos de
Íos puntos del proyecto, principalmente por la situación económica
del país caribeño, y por ir en contra de la Ley de emigración del 20
de diciembre de 1924, la cual prohibía el reclutamiento de emigrantes
en territorio español. Como una solución el gobierno español
preveía que los Patronatos provinciales y locales de acción social
agraria controlasen el movimiento emigratorio, de tal forma que
renaciese la emigración golondrina, nutrida de veinte mil o treinta
mil individuos al año, específicamente de Canarias y Galicia. Las
razones alegadas por tal elección fueron que dichas zonas siempre
habían proveído de mano de obra para las labores de la zafra, y que
son éstas las que presentan una elevada densidad de población12
•
Entre la documentación consultada de los años siguientes no se
ha hallado referencia alguna a la realización de este proyecto. Pensamos
que se quedó simplemente en palabras, sin llegar nunca
a concretarse.
La crisis del 29 tuvo enormes repercusiones en Cuba, en concreto
sobre su industria azucarera al producirse una baja en el precio
de este producto y ello obligar a un gran y violento reajuste económico.
Poseemos datos enviados por los Cónsules españoles en la
Isla sobre los irrisorios salarios cobrados en estos años por los jornaleros
españoles. Se calculaba una media de 60 centavos diarios, sin
comida, para los más afortunados, mientras que los otros tenían que
trabajar sólo por la alimentación. Salarios que no cubrían las,necesi-
11. AGAAH. AE. Caja 1694, 3 de diciembre de 1912.
12. Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores (AMAE). H. 1299.
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dades del individuo, ya que un obrero necesitaba entre 40 y 50 dólares
al mes en los pueblos, y 25 ó 30 dólares en el campol3.
Ante esta situación las autoridades españolas en un informe
sobre emigración aconsejan que la corriente emigratoria hacia Cuba
debía de nutrirse principalmente de canarios. De nuevo se vuelve a
repetir de que son los isleños los más aptos para las tareas agrícolas,
y debido a que Cuba tenía que hacer frente a la crisis intensificando
y diversificando su agricultura, sería de gran provecho la inmigración
de éstosl 4
•
Actividades laborales y formas de vida en Cuba
Tanto a través de la documentación escrita consultada como
mediante las entrevistas realizadas, todo parece apuntar al trabajo en
el campo como la principal actividad del canario en Cuba. Este
hecho significativo que lo diferencia y define frente a los emigrantes
procedentes de otras zonas españolas, es también importante a la
hora de establecer unos caracteres en el sistema emigratorio.
Si en todo el proceso emigratorio hacia Iberoamérica el papel
del paisano o pariente cobra un papel importante ya que es éste
quien en muchas ocasiones, y en concreto en esta emigración puede
observarse claramente en la zona norte de España, llama al joven
para que le ayude y lo suceda en el negocio, en la emigración canaria
dicho sistema de paisanaje o parentesco tiene un lugar secundario. Si
bien los jóvenes de las Islas pudieron estar influenciados por las
leyendas que sobre Cuba se ideaban, por sus vecinos que volvían
con algún dinero ahorrado tras largos meses de trabajo, y el padre de
familia pudo llamar al resto una vez que obtuvo cierta posición, el
hecho de ser esencialmente una emigración golondrina, y de ir a trabajar
al campo, donde las posibilidades de llegar a ser dueño del
ingenio o central son escasas, la diferencian de otras emigraciones
como la asturiana, la gallega..., etc. Nos referimos especialmente a
un aspecto muy interesante y poco visible en la emigración canaria.
13. Memoria sobre Emigración. correspondiente al año 1930. Imprenta Pérez
Sierra y Cía. La Habana. 1931. p. 5-6.
14. Ibídem. p. 11.
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Canarias en Cuba en el siglo XX 525
La red étnica que se establece entre Cuba y España, el grupo que se
retralimenta con la llamada y llegada de nuevos individuos, el monopolio
ejercido por este grupo en ciertos sectores económicos, su adscripción
a un nicho eéonómico determinado, y el mantenimiento del
grupo a través, entre otros factores, de su peso económico, no es tan
visible en el análisis de la emigración canaria.
La figura del sobrino que pasa a ser dependiente de negocio del
tío, y poco a poco va ascendiendo en el escalafón laboral hasta
hacerse socio y dueño del establecimiento, no es el rasgo fundamental
del grupo canario en Cuba. Por otra parte ha de tenerse en cuenta
en qué sectores económicos la inversión de capital es más factible
para el individuo. El comercio, controlado tradicionalmente por
peninsulares, dio una mayor posibilidad de ascenso económico y del
establecimiento del sujeto por cuenta propia. El capital necesario
para invertir en el campo, ingenios, cafetales... , etc., era superior al
necesitado en el comercio. Y lógicamente pocos inmigrantes llegaron
a través de sus ahorros a ser grandes propietarios y a
almacenar fortunas.
El canario iba a trabajar el campo, donde pasaba a formar parte
del proletariado rural, sin muchas posibilidades de adquirir parcelas
o independizarse.
A través de las entrevistas realizadas a canarios emigrantes y
de la correspondencia mantenida con algunos de ellos, trataremos de
reconstruir el vivir cotidiano de estos hombres en el campo
cubano.
Todos los testimonios señalan la esclavitud del trabajo en el
campo, tanto en los ingenios en la época de zafra y molienda, como
en las plantaciones de tabaco. El trabajo comenzaba en la madrugada
y se prolongaba hasta altas horas de la noche.
Algunos fueron a trabajar a plantaciones de tabaco, vegueríos o
sitios de tabaco, donde percibían a cambio de una larga jornada
laboral el jornal de 25 pesos mensuales:
«Se trabajaba todo el día i parte de la noche en el tabaco ai trabajos
que rrequiere aserIos por la madrugada y tamvien cuando
hai apuro por que el tabaco es mui esijente no se puede perder
el tiempo» 15.
15. Carta enviada desde Sancti Spiritu por Lorenzo Pérez Rodríguez,
1984.
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Los meses de intenso trabajo se extendían de noviembre a
marzo, y «y despues el trabajo es a rratos nada mas». Durante el
tiempo muerto el obrero debía trabajar en otras tareas de la colonia,
al servicio del dueño de ésta para seguir manteniéndose hasta el
comienzo de la nueva cosecha. Aquellos que no permanecían en el
sitio de tabaco, se iban a los ingenios al corte de la caña y otras labores,
hasta que en noviembre volvían a la siembra del tabaco.
La vivienda era un bohío, construcción de guano y tablas, y a
veces sin éstas, y con el suelo de tierra. Como dice uno de los entrevistados,
«es nada más que· el techo de guano, eso depende del
dueño si es consciente con los trabajadores o no».
La comida consistía en arroz, frijoles, harina de maíz, y leche.
Dieta que rara vez se compJetaba con carne.
Si estas condiciones erap duras en las épocas de mayor auge
económico de Cuba, nos podremos imaginar la miseria de muchos
de estos hombres en las épocas de crisis en las cuales se trabajaba
sólo a cambio de la comida. Pero dejamos la palabra a uno de nuestros
entrevistados:
«Los tiempos que se trabajo por la comida fue del 28 hasta el
34. La jente andaba por los campos y no conseguía un día de
trabajo por ningún precio. La comida en el campo estaba abundante
pero no balía nada no havia dinero.»16
En esta época que señala nuestro informante los precios del
azúcar y del tabaco descendieron vertiginosamente, y con ello disminuyeron
los salarios: «el corte de caña valía hasta 10 centavos el
ciento de arrobas». Esto equivale a que el individuo debía de trabajar
todo el día y media noche para ganar entre 30 y 40
centavos.
Dice un entrevistado: «muchos no lo rrecuerdan pero el que
tiene memoria no las puede olvidar los atropellos de la policía y de la
guardia miraI..., rrobaban a diestra y siniestra botaban las familias
para el camino rreal sin mas lei que la que ellos imponian el
plan de machete...»
16. Ibídem.
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Canarias en Cuba en el siglo XX 527
Otra modalidad en este trabajo era el de «partidario». Los sitios
de tabaco eran arrendados en parcelas de diferentes tamaños, y
estos sitieros o arrendatarios contrataban a su vez partidarios, quienes
eran los encargados en realidad del cultivo del tabaco. Su salario
dependía de la producción. Estos trabajando sin un horario fijo, percibían
su sueldo en relación a lo producido: «al terminar la cosecha
después de sacar los costos de producción, el o los partidarios que
son los que atienden el cultivo cobran la mitad» 17.
Las condiciones laborales y de vida no eran muy diferentes en
el trabajo de la caña. Durante la época de zafra se cortaba la caña,
se guataqueaba, y se limpiaba. Labores que también se prolongaban
hasta ya entrada la 'noche.
En algunos ingenios el obrero no recibía dinero en metálico a
cambio de su trabajo. Si se ganaba, supongamos 20 pesos, el capataz
del ingenio iba dando vales al trabajador, los cuales canjeaba en la
bodega o cantina del ingenio por las mercancías o viandas necesarias
para la subsistencia. Esta modalidad fue prohibida por la Ley
Arteaga a principios de siglo, a pesar de lo cual continuó existiendo
por los beneficios que el propietario extraía de esta forma, ya que
éste era a la vez el dueño de la pequeña fonda o bodega.
«Sí, vivían. Te daban facilidades si tú no tenías el dinero los
jefes tenían tiendas en las colonias y te daban vales y tú comprabas
con los vales esos hasta que trabajabas y tú se los
pagabas.» 18
Frente a la mayoría de los testimonios recogidos que señalan
como principal actividad el trabajo en el campo, al menos por el
momento poseemos uno cuya ocupación está dentro del sector terciario.
Aunque se salga de la norma hay que rescatarlo y mostrarlo
como otra actividad que en menor medida fue ejercida por los
canarios.
En su relato el informante nos señala su ida a Cuba, a un
pequeño pueblo de Camagüey, desde la Guancha, isla donde nació
17. Carta enviada desde Jatibonico por Dionisio González Rodríguez,
1984.
18. Entrevista n.O 192. Madrid. Enero, 1982.
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en 1904, por la llamada de un tío, quien asociado con otro inmigrante
poseía un pequeño comercio. Las condiciones de trabajo a
pesar de ser duras eran más livianas que en el campo.
Estos dependientes ganaban entre 20 y 25 pesos mensuales
libres, ya que tenían cubierta la comida y el alojamiento. Este era en
el establecimiento, en un pequeño cuarto, en la trastienda, y en ocasiones
en el mismo local que el del negocio. Los escasos ratos de
ocio posibilitaban al individuo a ir ahorrando y a asociarse con otros
inmigrantes para independizarse y montar su propio negocio.
Tenemos referencias de que esta actividad no fue la prioritaria
entre el grupo aquí analizado, no sólo a través de la información
escrita y oral. La imagen del inmigrante español en la Isla que ha
quedado reflejada en la literatura cubana, y que pervive en la actualidad
en la mentalidad popular, se desglosa en dos estereotipos perfectamente
caracterizados, por una parte el inmigrante peninsular o
«gallego», tacaño, usurero, egoista, sucio..., etc., dependiente de
bodega o comerciante, y por otra el canario, trabajador asentado en
el medio rural y dedicado a la agricultura. Quizá el hecho de que los
«gallegos» contolasen el 80% del comercio y la escasa oportunidad
que le daban al nativo de formar parte del gremio, aun como meros
dependientes, es una de las causas por las que se figura recibe tantos
ataques en contraste con la del canario. Este fenómeno no puede
explicarse sólo a través de la xenofobia contra un grupo extranjero,
contra el «otro», ya que ambos, peninsulares y canarios eran
inmigrantes.
Una aproximación cuantitativa sobre la colonia canaria
El interés mostrado por el gobierno republicano español hacia
los españoles residentes en el extranjero se ve plasmado en la Orden
Circular N.o 1.221 del 8 de enero de 193219
. A través de esta se
pedía que fuesen realizados y remitidos por los Cónsules españoles
inventarios sobre los «intereses demográficos, económicos y espirituales
» de las colonias españolas. En los mismos se detalla con precisión
la situación de la colonia española en Cuba, en sus diversas
19. AMAE. R. 720, exp. 4.
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Canarias en Cuba en el siglo XX 529
demar-eaciones. De estos han sido localizados los informes enviados
por los Consulados de España en Santiago de Cuba, en Cienfuegos,
en Camagüey, y por la Embajada de España en La Habana.
El número total de españoles residentes en la Isla ascendía en el
momento de ser elaborado el informe, e121 de septiembre de 1931,
a 625.466. Con el siguiente porcentaje según su lugar de
origen:
Islas Canarias .
Galicia .
Asturias .
Castellanos y Montañeses .
Cataluña y Baleares .
Andalucía .
Vasconia .
Valencia, Aragón y Murcia .
7%
37%
33%
15%
5%
1.50%
1%
0.50%20
En Cienfuegos el número total de españoles inscritos en el Consulado
era de 8.000. De ellos 1.793 eran canarios, cantidad superada
únicamente por los gallegos, con un total de 3.13221
•
En el informe remitido por el Viceconsulado Honorario de
España en Caibarien aparecen 1.000 españoles residentes, de los
cuales el 20% era procedente de Canarias22• La relación remitida por
los Viceconsulados Honorarios de España en Trinidad, Sagua La
Grande, y Santa Clara es la siguiente:
En Sagua La Grande los 3.000 españoles residentes estaban
repartidos en esta proporción:
Asturias. ........................................ 30%
Galicia. .......................................... 30%
Santander. ...................................... 15%
Canarias. ... .. ....... ..... ... .. ... .. ... .. ... .. ... 20%
Otras 5%
20. AMAE. R. 720, exp. 71.
21. AMAE. R. 721, exp. 52.
22. Ibídem.
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530 Consuelo Naranjo Orovio
En Santa Clara el porcentaje de españoles, un total de 1.500,
según su procedencia es de dos quintos para canarios, un quinto
para gallegos (La Coruña, Lugo y Pontevedra), un quinto para asturianos
(Oviedo), y un quinto para el resto de las zonas españolas. En
este informe se especifica como zonas de mayor volumen emigratorio
Canarias y La Coruña, y como principal actividad económica
el campo23.
Aunque faltan algunos datos de otros Viceconsulados pertenecientes
a la Demarcación Consular de Cienfuegos, poseemos un
resumen aproximado del volumen de españoles asentados en este
territorio. De los 17.400 españoles inscritos, el mayor número
corresponde a los canarios, con un total de 5.578, seguido de gallegos,
5.200, y de asturianos, 3.058. Las actividades económicas de
esta colonia estaban centradas en el comercio, 50%, jornaleros,
45%, y propietarios, 5%24.
Por último pasaremos a revisar el porcentaje de canarios
en Camagüey:
Camagüey ; .
Santa Cruz del Sur i .
Florida .
Algarrobo y Céspedes
Piedrecitas y San Jerónimo
Vertientes· ¡ .
Esmeralda
Elía y Francisco ·········,······· ·.················
Hatuey e Ignacio .
Marchena y Marti················.······· .. ·························
Cascorro y Sibanicu .
Total:
V H
40 6
74 10
80 15
40 8
25 10
5
20
51 5
335 54
389
23. Ibídem.
24. Ibídem.
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Canarias en Cuba en el siglo XX 531
Estos 389 canarios representan el 5.25% respecto al total
de españoles.
Demarcación de Ciego de Avila:
V H
Ciego de Avila .
Majagua .
Caballos y Angel Castillos ·······
Jicotos, La Ceiba y Jucaro ..
Jagueyal .
Simón Reyes y San Nicolás · · ..
Baragua : .
Jatibonico .
Total:
345 57
639 323
47 11
203 41
207 62
127 24
324 70
392 35
2.282 623
2.905
Los 2.905 canarios contabilizados suponen un 55% del
total español.
Demarcación de Morón:
v
Morón .. ··· · .
Punta Alegre.......................................................... 300
Chambas 55
Falla············ 250
Florencia. ............................ ................. ................. 88
Tamarindo y Maduya 741
Cunagua y Cupeyes................................................. 1.580
Pina ..... ··............................................................... 53
3.067
En esta demarcación la colonia canaria representaba el
41.14% respecto al total general de españoles25 •
25. AMAE (17).
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532 Consuelo Naranjo Orovio
Asociación Canaria y Beneficencia Canaria
Uno de los aspectos más sobresalientes en el estudio de la emigración
española a Iberoamérica es la formación de centros regionales
y asociaciones benéficas, culturales y de recreo constituidas por
los inmigrantes en los países receptores. En el análisis profundo de
dichas sociedades es de sumo interés ya que estos no sólo prestaban
una asistencia benéfica y educativa al inmigrante a cambio de una
pequeña cuota mensual, sino que fueron las formas institucionalizadas
del grupo étnico. Entendiendo por tal grupo a la colectividad
española en su conjunto, la cual se conforma y constituye como
grupo frente a los «otros», con unas pautas formales e informales,
con un comportamiento y una actividad profesional determinadas y
unos mecanismos de adaptación e integración y a su vez de autoconservación,
detectables en el análisis de la vida e historia de
dicha colonia.
Estos centros y sociedades sirvieron como amortiguadores de
choque cultural y como canales de adaptación al individuo a la
nueva sociedad. El entorno conocido y familiar que el inmigrante
encontraba a su llegada en tales asociaciones, le ayudaron a cubrir
una serie de necesidades afectivas, culturales, y, en algunas ocasiones,
políticas, con lo cual se reproducía el pequeño microcosmos que
este había dejado atrás.
Dentro del estudio de las asociaciones es interesante observar
la multiplicidad de centros y pequeñas sociedades que se formaron.
Ante esto cabe preguntamos, hasta qué punto dicho fenómeno no
fue consecuencia del deseo de cada subgrupo, según su procedencia
geográfica, de marcar sus diferencias frente a los otros, y no perderse
en la homogeneidad con la que la sociedad nativa los
calificaba.
Bien es cierto que muchas de estas pequeñas asociaciones no
son sino el trasvase de las formas municipales, comarcales, y locales
de algunas zonas de España llevadas a América. Pero creemos que
la creación de las sociedades de «mayor ámbito», por así llamarlas,
cada una de las cuales reunían a los individuos procedentes del
mismo lugar de origen, no sólo se debió al fenómeno anteriormente
aludido, sino que fue un intento por parte de cada uno de ellos de
conservar su propia ideosincracia.
Dentro de este contexto situamos a las dos asociaciones cana-
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Canarias en Cuba en el siglo XX 533
rias constituidas en Cuba, la «Asociación Canaria» y la «Beneficencia
Canaria».
La «Asociación Canaria» fue fundada en La Habana el 16 de
agosto de 1906. Entre sus objetivos se encontraban, proporcionar
asistencia sanitaria, instrucción, recreo y auxilio al inmigrante canario.
Los socios estaban clasificados en cuatro categorías:
- «Fundadores», inscritos hasta el 31 de agosto de 1907.
- de «Número», aquellos que figuran inscritos desde elIde
septiembre de 1907. .
- de «Mérito», aquellos individuos que hayan prestado apoyo
a canarios o a la institución.
- «Honorarios», para conseguir tal distinción debían de ser
presentados por un socio.
Los socios «Fundadores» y de «Número» naturales y oriundos
de Canarias, tenían voz y voto transcurridos tres meses desde su inscripción.
Los socios de «Mérito» que a la vez sean socios de
«Número», también tenían voz y voto. Los no naturales de Canarias
tenían voz pero no voto.
El gobierno de esta sociedad radicaba en una Asamblea de
Representantes. El número de Representantes guardaba relación
con el número de socios, 1 Representante por cada 300 socios. En
caso de que la delegación sólo tuviese 150 anociados, también tendría
1 Representante. La Asamblea era renovada cada dos años,
pudiendo ser reelegidos sus miembros. La elección se realizaba por
sufragio directo. Esta tenía lugar el tercer domingo de agosto, de 12
de la mañana a 6 de la tarde. Por cada 500 asociados se constituía
una Mesa. La convocatoria a las elecciones se realizaba 8 días antes
de su celebración a través de periódicos.
La Asamblea se reunía en sesión ordinaria tres veces al año, el
segundo domingo de abril, de julio, y de noviembre. En ella recaía la
elección del Comité Ejecutivo, órgano encargado de la administración.
Su presidente era también el presidente de la Asociación.
El funcionamiento de la sociedad estaba en manos de seis secciones:
«Sanidad», «Cultura», «Recreo y Adorno», «Propaganda,
Inmigración y Protección al Trabajo», «Fomento Económico», e
«Intereses Morales y Materiales»26.
26. Asociación Canaria. Reglamento General. Imprenta Arturo Casín Faife.
La Habana. 1936.
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534 Consuelo Narar¡jo Orovio
Al igual que en otras asociaciones y centros, el ingreso de la
mujer en un primer momento estuvo vedado. Es solamente a partir
de 1931 cuando se puso en vigor el inciso 18 del artículo 8.0 del
Reglamento de la Asociación, por el cual se reconocían los derechos
de la mujer y de sus hijos a los servicios sanitarios y de
inmigración27
•
Sobre el número de asociados con que contaba esta sociedad
sólo poseemos dos datos procedentes de la «Memoria sobre Emigración
» del año 1930, en la que se señala el número de 19.183 individuos
asociados a esta entidad, y el otro dato extraído de los fondos
documentales The National Archives, en Washington, de 1943. En
dicho informe se indica que en este año el número era de
11.324 miembros28
•
Con lo que respecta a la otra sociedad canaria, la «Beneficencia
Canaria», hasta el momento sólo conocemos la fecha de su constitución,
el 23 de marzo de 1917.
Uno de los aspectos a destacar en cuanto a la aportación cultural
de los inmigrantes es la enorme labor de prensa llevada a cabo
por los mismos, la cual en patte estuvo promovida desde sus asociaciones.
En lo que se refiere a la prensa canaria desarrollada en Cuba
hay que mencionar: «Islas Canarias», órgano de expresión de la
colonia canaria. Su publicación comenzó en 1909, en La Habana,
con Francisco Bethencourt Apolinario como director29
• Las «Afortunadas
», periódico, semanario regional, fundado en 1893 en La
Habana y dirigido por Félix Carballo Armas. El ejemplar que pudo
ser consultado correspondía a 1907. Constaba de cuatro páginas en
las cuales abundaban las noticias sobre las Islas y algunos datos
sobre la colonia canaria en Cuba. «Guanche», El, periódico dirigido
por Miguel Martí. Con el mismo nombre fue creada en 1924 en La
Habana una revista quincenal, órgano oficial del Partido Nacionalista
Canario. Esta revista estuvo dirigida por Luis F. Gómez
Wangüemert.
27. Diario Español. Año XXIV, Núm. 99, miércoles, 15 de abril. La Habana.
1931, p. 5. Véanse los números 101 y 108 de este periódico correspondientes al 17 y
24 de abril de 1931, p. 5.
28. Véase cita (13), y National Archives (NA). 852.20237/203. Federal Boureau
of Investigation. March. 1943.
29. Islas Canarias. La Habana. 1911-1913.
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Canarias en Cuba en el siglo XX
Formación de partidos políticos
535
Uno de los apartados prioritarios de la investigación en curso es
el análisis de la creación de partidos políticos españoles en Cuba, en
relación a los acontecimientos que se producían en España3o•
El estudio de dicho fenómeno es interesante no sólo en tanto
que refleja la conexión mantenida por el inmigrante con su tierra
natal, así como por revelar el peso económico y social que las colectividades
españolas tenían en los países Iberoamericanos, a lo cual
no eran ajenos los políticos españoles, quienes en muchas ocasiones
utilizaron dichos partidos, y ayudaron a su creación, como armas de
propaganda de sus ideales, sino porque también nos sirven como
punto de análisis de la conducta política del individuo, de sus motivaciones
a participar en éstos y sus por qués.
En lo que respecta al caso canario hasta el momento se ha
detectado un partido, el «Partido Nacionalista Canario», cuya acta
de fundación en La Habana es del 30 de enero de 1924. Presidente
de este fue J. Cabrera Díaz. Partido nacionalista de ideología separatista
que desde sus inicios estuvo apoyado por otros partidos afines
también constituidos en Cuba, tales como «Hermandad
Nacionalista Gallega» y el «Centre Catalá».
El «Guanche» publica en su editorial el comunicado de adhesión
enviado por «Hermandad Nacionalista Gallega» el 19 de
marzo de 1924, firmada por su presidente A. Xelas y Jesús Varela,
como secretari03
!.
La creación de este partido levantó ecos en la prensa cubana de
la época. Véanse los artículos publicados en El «Reporten>, La
«Debache», La «Lucha», La «Noche», El «Imparcial», El
«Heraldo de Cuba», «España Nueva», o El «Triunfo».
Paralelamente a este partido se fundó la logia «Secundino Delgado
N.o 3» en La Habana. Organización secreta similar a la masonería,
pero que según una información procedente de El
«Guanche», no tenía conexión con ésa32
•
30. «Considerations on Spanish political parties croated in Cuba during XXth
contury», Annual Meeting of Oral History. Pensacola, Florida, 1985 Consuelo
Naranjo Orovio.
31. El Guanche, Año 1, Núm. 2, 30 de marzo. La Habana, 1924, p. 6.
32. El Guanche, Año 1, Núm. 1, 15 de marzo. La Habana, 1924, p. 9 Y
14.
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536 Consuelo Naranjo Orovio
Sin tener hasta el momento mayor información sobre esta organización,
su funcionamiento y sus objetivos, sólo podemos apuntar
algo acerca de su nombre, «Secundino Delgado». Este junto con
José Guerrero Z. habían fundado en Canarias en 1897 la revista El
«Vaguare». Posteriormente huyeron a Cuba, y es allí donde reaparece
El «Guanche».
La posible conexión entre estos hombres y la constitución del
Partido Nacionalista Canario en Cuba está siendo objeto de estudio
en la Actualidad, sin que se puedan aventurar por el momento hipótesis
posibles.
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