LOS ESPECTACULOS VISUALES EN CANARIAS
EN EL SIGLO XIX: DE LOS GABINETES OPTICOS
AL CINEMATOGRAFO
C. VEGA DE LA ROSA
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Constituye un lugar común iniciar todos los trabajos sobre la
historia del cine haciendo referencia a la amplia gama de sistemas y
mecanismos ópticos que, desde la Edad Media hasta el siglo XIX
hacen su aparición adquiriendo un importante desarrollo como
espectáculos visuales de signo colectivo. En este sentido, se inscriben
en un mismo conjunto manifestaciones tan diversas y dispares
como las Sombras Chinescas, las Linternas Mágicas o las representaciones
pictóricas iluminadas de gran formato.
Sin embargo estas referencias son en algunos casos discutibles.
C. W. Ceram en un libro, ya clásico, sobre el tema -Arqueología
del Cine- propone una acertada matización sobre estos antecedentes,
insistiendo en señalar la existencia de «precursores dudosos y
precursores auténticos», entendiendo que el cine significa por sí
mismo, un medio concreto y específico, producto, eso sí, de experiencias
técnicas anteriores pero que alcanza su dimensión exacta
con la aplicación del movimiento a la imagen fotográfical .
No obstante hay que reafirmar, más allá de los parentescos técnicos,
la existencia de una «herencia cultural» que vincula al cine a
una rica tradición de espectáculos de divertimento, ya que en los
momentos de su eclosión aquel se encuentra al mismo nivel que otras
atracciones pertenecientes a la física y a la óptica recreativa.
La famosa cita de uno de los creadores del cine, Louis Lumiére,
según la cual el nuevo invento no tenía «ningún porvenir comercial»
y sólo podría ser explotado «durante algún tiempo como curiosidad
científica», ratifica en cierto modo esta opinión. Tengamos en
cuenta también que los primeros circuitos de introducción se realizan
a través de distribuidores transeúntes, muchas veces formando
parte de barracones de feria; en definitiva, no dejaba de ser el cine,
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
698 Carmelo Vega de la Rosa
en sus comienzos, como señala R. Gubern, un «arte nómada y
plebeyo»2.
A lo largo del siglo XIX, Canarias no quedará al margen en
cuanto al conocimiento directo de este tipo de espectáculos se
refiere, y esto es lógico, entre otras razones, porque debido al caracter
errante de los mismos, las Islas constituían un lugar propicio de
estancia y paso hacia otros continentes.
Así, y fundamentalmente en las dos ciudades principales del
Archipiélago, podemos constatar la presencia continuada de algunos
de estos espectáculos ópticos, que en aquella época eran una
auténtica novedad y en los cuales se fusionaba por igual el aspecto
sorpresivo y lúdico de los montajes con la información visual sobre
el mundo dado que la base principal del espectáculo se componía de
vistas de realidades lejanas y desconocidas para el gran público; de
esa forma, estos espectáculos de variedades unían a la
diversión, la instrucción.
Uno de los primeros espectáculos de este tipo de los que tene"'"
mos noticia, es el que con el rótulo de Teatro Pintoresco se presentó
en 1841 en Santa Cruz de Tenerife. Se trataba de unas sesiones de
Sombras Chinescas, una «mecánica diversión» establecida durante
unas semanas en la calle del Sol.
Algunas de las escenas que pudieron contemplarse en este Teatro
estaban relacionadas con temas pintorescos y bucólicos como lo
demuestran algunos de sus títulos: «La casa de campo», «El pastor
de Sierra Nevada y la fuga». Junto a estas escenas animadas de
«figuritas corpóreas» se presentaban además diversas vistas como
«Un palacio chinesco» o «El baile de los esqueletos»3 •
Años más tarde, a comienzos de 1864, en la misma ciudad
encontraremos un Panorama Universal, cuyo programa se presentaba
escuetamente como «una gran exposición de vistas». Este
Panorama se instaló en la calle de La Caleta y las sesiones, al precio
de una fisca, eran diarias, desde las cinco y media de la tarde hasta
las diez de la noche4 •
En ese mismo año y también en Santa Cruz de Tenerife se
inaugura en la calle del Castillo, número 10, una Galería Optica
dirigida por un tal Ramón Ten. y compuesta por un Cosmorama y
un Poliorama que, bajo el subtítulo de Revista Universal Pintoresca,
reunía una «interesante colección de vistas de los edificios y
ciudades más notables del mundo»5 •
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Los espectáculos visuales en Canarias en el siglo XIX: de los gabinetes... 699
Un anuncio publicado en el periódico «El Fénix» nos da una
idea del tipo de propaganda -en la que se ensalzan los aspectos técnicos
y los prodigiosos resultados del Cosmorama- que sirve de
reclamo al público, y en el que, entre otras cuestiones, se nos dice:
«No son las dimensiones de un anuncio las más adecuadas para
poder describir el sorprendente efecto que producen las vistas que,
auxiliadas por los instrumentos que la ciencia ha facilitado, dejan
entrever la verdad que la naturaleza proporciona. Al diriginne al
respetable e inteligente público de esta Capital, abrigo el convencimiento
de que ha de quedar altamente satisfecho de la belleza, gusto
y efecto de la gran colección de vistas que tiene el Gabinete, y en .
particular de las de España, tiradas en 1863»6.
Cada función, cuyo precio oscilaba entre los dos reales de
vellón y una fisca, constaba de 23 vistas variándose el programa
cada noche.
Igualmente, en 1864, pero en Las Palmas de Gran Canaria,
existió, desde agosto a septiembre, unPanorama Universal de Vistas,
llamado tambiénSiglorama Universal, situado en la calle de La
Pelota, número 13, y abierto todas las noches de siete a diez?
El responsable de este Panorama era Mr.Chevile, quien traslada
el espectáculo, a comienzos del mes de noviembre, a la vecina
ciudad de Santa Cruz de Tenerife, montándolo en la calle Cruz
Verde, donde presentaría «una variada colección de vistas o láminas
de las cinco partes del globo terrestre de todas las ciudades más
notables y de todos los acontecimientos de la guerra de Crimea, de
la guerra de Italia, de América y de la de los moros con España, que
han tenido gran aceptación en todas las ciudades más importantes
de Europa»8•
Desconocemos cuanto tiempo estuvo instalado en esta ciudad
ese nuevo Panorama, aunque lo cierto es que pasarían unos cuantos
años para volver a ver de nuevo un espectáculo similar. Efectivamente,
en 1875, el pintor Gumersindo Robayna expone durante
varios meses en uno de los salones del Casino La Tertulia, situado
en la Plaza de la Constitución, un Gabinete Optico.
El Gabinete, recomendado a los amantes de lo bello, se articulaba,
según leemos en el diario «El Constitucional», mediante «una
ingeniosa combinación de cristales [con los que] el aventajado pintor
produce sobre sus cuadros los más preciosos efectos de luz natural,
que contribuyen a hacer más perceptibles las muchas bellezas artísticas
que su hábil pincel ha trasladado al lienzo»9.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
700 Carmelo Vega de la Rosa
La colección de vistas panorámicas era muy amplia y abarcaba
una temática relacionada con la fascinación, propia de la época, por
Oriente (ruinas, templos y estatuas de Egipto y Siria) y por Roma
Clásica y Renacentista (columnatas, basílicas, monumentos) así
como otras de signo más pintoresco (grutas, «salidas de sol», «efectos
de luna», etc.).
Unos años más tarde, ya en los albores del descubrimiento del
cinematógrafo, y coincidiendo con la celebración del cuarto centenario
de la fundación de Santa Cruz de Tenerife, se presenta,
durante los dos primeros días del mes de mayo, en la Plaza de la
Constitución, un Espectáculo Lúcido, compuesto por una serie de
Proyecciones Luminosas. Las funciones, organizadas por la Jefatura
de Obras Públicas y dirigidas por Francisco Garín, consistían
en la exposición de varias vistas o «cuadros disolventes» ampliadas
por un aparato de proyección sobre un lienzo colocado en el Castillo
de San Cristóbal, pudiendo verse imágenes del «Templo de
Venus, en Pompeya, las ruinas de Darnac, la Mezquita de Delhi,
una marina que salió muy bien, el Teide y otras varias
curiosidades europeas» 10 •
El espectáculo, anunciado como «nuevo en el país», constituyó
un gran éxito causando la admiración del público asistente a las dos
únicas sesiones.
Un aparato similar a éste funcionaría unos años despues en Las
Palmas de Gran Canaria, aunque el fin al que se destina varía
mucho en relación a los que hasta aquí hemos apuntado. Nos referimos
a las Proyecciones Luminosas efectuadas en la Escuela Normal
de Las Palmas, de las cuales se hace eco el artículo que el
director de ese centro, M. Pérez y Rodríguez, publicó en el periódico
«El Auxiliar» 11.
Según se desprende de la lectura del mismo, el aparato -de
fabricación francesa y patente Molteni, provisto de «cuatro mechas
equivalentes a unas ochenta bujías» -había sido donado a esta
Escuela por el Círculo Mercantil de Las Palmas, y ponía de manifiesto
la aplicación de las ideas de la «moderna Pedagogía, para
hacer atractiva y agradable la enseñanza».
La maquina proyectaba sobre una pared, una imagen de tres
metros de longitud por dos y medio de ancho y gracias a ella pudieron
visualizar los alumnos del Centro «el rítmico movimiento de los
astros (...); los eclipses de Sol y de Luna; vistas fotográficas de los
cráteres de Tenerife comparados con los de la Luna; cometas y
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Los espectáculos visuales en Canarias en el siglo XIX: de los gabinetes... 701
nebulosas; aurora boreal; grandes cataratas; viajes al Polo Norte;
aldeas de tribus salvajes; poblaciones, exposiciones y monumentos
más notables de las cinco partes del mundo; animales y plantas;
objetos de tiempos prehistóricos (...); pasajes del antiguo y nuevo
Testamento, y otras muchas que sería prolijo enumerar»12 •
No será hasta 1897 cuando aparezcan en Canarias los primeros
modelos de aparatos cinematográficos haciéndolo de forma casi
simultánea tanto en Las Palmas de Gran Canaria como en Santa
Cruz de Tenerife y Santa Cruz de La Palma.
Con respecto a la naturaleza de estos artefactos, es necesario
plantear ciertas dudas sobre la terminología utilizada en la prensa de
esos momentos ya que o no se especifica convenientemente o se
tiende a confundir los distintos procedimientos, como el de Thomas
A. Edison (el denominado Kinetoscopio) o el de los hermanos
Lumiére (llamado Cinematógrafo, pero también Kinetoscopio de
proyección) pudiendo encontrarse incluso otras denominaciones
más dispares como Animatógrafo, Cronofotógrafo o, simplemente,
Linterna Mágica.
Aún así, lo cierto es que a partir de esa fecha se sucederá en un
ritmo frenético la presentación de estos espectáculos recibidos siempre
con gran expectación pública.
De esta forma, el 2 de julio de 1897 se inaugura en el número
60 de la calle de Santiago, en Santa Cruz de La Palma, «una serie
de funciones de [Linterna] Mágica», que, según la prensa local,
había llamado mucho la atención en otras poblaciones13 •
Unos días más tarde, el 6 de julio, el «Diario de Tenerife»
anuncia la presentación en el Teatro Guimerá de unAnimatógrafo o
«maravillas de la fotografía instantánea» para lo cual se habilitaría
«un foco eléctrico de 1.500 bujías»14.
No hay duda alguna de que este Animatógrafo es el mismo
cuya inmediata llegada señalaba a la semana siguiente el «Diario de
Las Palmas» y que, según parece se había exhibido anteriormente
en Lisboa y Madeiral5 •
A finales de ese mes se muestra en Santa Cruz de La Palma «el
espectáculo nuevo del Kenetoscopio (sic), fotografía de movimiento,
uno de los inventos más admirables de la ciencia moderna»16. La
exhibición de este aparato estuvo dirigida por Miguel Brito Rodríguez,
quien presentó además en «magnígico Fonógrafo y Grasfófono
[¿Gramófono?] con un numeroso reperorio de escogidas
óperas, operetas, romanzas, habaneras, canciones, etc.».
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
702 Carmelo Vega de la Rosa
Posteriormente, en octubre de ese año, se inauguraría en Las
Palmas de Gran Canaria, en «un salón situado en la Plaza de Cairasco
», un Kinetoscopio de proyección, con el que se mostraron
«ocho vistas reproducidas y animadas»17.
Varios meses después, en febrero de 1898, se efectuaba la apertura,
en Santa Cruz de Tenerife, de un salón de variedades que, con
el curioso nombre de El Electrón, se estableció en la planta baja del
Círculo Mercantil, junto a la céntrica Plaza de la constitución.
El director de ese salón no era otro que el ya citado Miguel
Brito Rodríguez.
Creo que es éste el lugar y el momento oportuno para rescatar
del olvido la obra y la actividad de uno de los pioneros de la exhibición
del cine en Canarias. A Miguel Brito Rodríguez podemos considerarle
como un genuino ejemplo de personaje polifacético y
activo, encamando de manera perfecta al hombre de finales del XIX,
heredero del entusiasmo por los avances de la ciencia y el progreso
que caracterizó a ese siglo.
Así con tan sólo 19 años le vemos implicado junto a otros jóvenes
en la presentación del Fonógrafo en La Palma, su isla natal. Posteriormente,
tras dedicarse a estas facetas de explotación de
aparatos cinematográficos y fonográficos, contactaría de forma profesional
con la fotografía, estableciendo varias galerías fotográficas
en esa isla con el nombre de Fotógrafos y Dibujantes.
Hacia 1930, tras asociarse con el empresario Baudet, Brito se
trasladaría a Santa Cruz de Tenerife, ciudad donde' continuaría trabajando
en el mundo del cine y en la que, unos años más
tarde, fallecería.
Pero volvamos otra vez al año 1898 para visitar el Salón de
Variedades El Electrón. Las proyecciones calificadas de «verdadero
acontecimiento» se dividían en tres partes representándose en
cada una de ellas, escenas animadas, serias y cómicas, estando los
intermedios amenizados por los acordes de una orquesta. Algunos
de los títulos que pudieron visionarse en estas primeras proyecciones
fueron, entre otros, «Los siete pasos de Jesús» o «El Carnaval
de París»18.
Al mes siguiente, el 19 de marzo, Brito traslada el mismo cinematógrafo
al Teatro Municipal de Santa Cruz de Tenerife; coincidiendo
con esa instalación se inauguraría el alumbrado eléctrico
del edificiol9 •
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Los espectáculos visuales en Canarias en el siglo XIX: de los gabinetes...703
Aquí pudieron verse películas como «La borrachera», «Una
noche toledana» o «Lección de baile». Los asistentes, menos numerosos
ya que en anteriores sesiones, seguían manifestando su emoción
ante el espectáculo pidiendo la repetición de algunas
escenas20.
Mientras todo esto ocurre en Tenerife, en la vecina isla de La
Palma se suceden acaloradas muestras de júbilo por los éxitos de
MigueLBrito. Los periódicos recogen constantemente noticias sobre
su trabajo, manifestando un ruego unánime: que no prive a sus paisanos
del placer de contemplar tan«admirable aparato»21.
El 7 de abril, Miguel Brito se hallaba ya en Santa Cruz de La
Palma, presentando el cinem~tógrafo una semana después en el
Teatro de la ciudad.
Su llegada a la isla constituyó, como era de esperar, todo un
suceso de relevancia. La expectación por conocer el invento se traduce
en la publicación en la prensa de esos días, de artículos de
fondo sobre la importancia del cinematógrafo como elemento de
desarrollo de la Humanidad22.
Estas reflexiones teóricas, estratégicamente publicadas unas
jornadas antes de las proyecciones, acrecentaban el interés del
público por conocer las características del cinematógrafo. De algún
modo, esta publicidad paralela aseguraba el éxito de la presentación,
que tuvo lugar, como hemos dicho, el 14 de abril, continuándose
el 15 y 17 de ese mes.
En los años siguientes continuarían presentándose esporádicos
cinematógrafos que ofrecen a la población de las Islas, nuevos programas
de películas: así, en 1898, encontramos uno en el vestíbulo
del teatro de Santa Cruz de Tenerife, donde se estrenan cintas como
«El escamoteador de niños», «Salida de bomberos», «Llegada de
un tren de viajeros a la estación», «Cochero dormido», «Los cisnes»
o «La mariposa»23; en 1899, y en el mismo lugar, se exhibe un
Ckronophotografo y Graphofono24 ; casi simultáneamente se muestra
otro Cinematógrafo en los salones de la Sociedad Santa Cecilia,
también en Santa Cruz25 .
Con la llegada del nuevo siglo comienzan a aparecer una serie
de compañías cinematográficas establecidas que, rotando por las
Islas, utilizarán los locales disponibles en cada ciudad para llevar a
cabo las sesiones: teatros, centros de recreo, patios de casas e,
incluso, hasta las propias plazas y calles.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
704 Carmelo Vega de la Rosa
Estas compañías cubren anualmente las demandas de este tipo
de espectáculos, hasta que con la construcción de edificios acondicionados
y destinados a la proyección de películas se generan otras
estrategias de mercado, iniciando una nueva y fructífera etapa en
cuanto a la exhibición cinematográfica se refiere. El cine perdía así
ese carácter transhumante para desarrollar su labor en los nacientes
templos de los sueños y las pasiones colectivas26 •
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Los espectáculos visuales en Canarias en el siglo XIX: de los gabinetes... 705
NOTAS
1. CERAM, C. W. (1965): Arqueologia del Cine. Ed. Destino. Barcelona,
pp. 13-20.
2. GUBERN, R. (1982): Historia del Cine. Ed. Lumen. Vol. 1.
Barcelona, p. 45.
3. «Folletín de Noticias Políticas» (Santa Cruz de Tenerife) 30-IV-1841 y 1-
V-1841.
4. «El Fénix» (Santa Cruz de Tenerife) 15-1-1864.
5. Idem. 24-Vl-1864.
6. Ibidem .
. 7. «El País» (Las Palmas de Gran Canaria) 16-VIII-1864 y 2-IX-1864.
8. «El Fénix», 8-XI-1864.
9. «El Constitucional» (Santa Cruz de Tenerife) 16-XI-1875. Véase también
26-IX-1875; 26-X-1875 y 1-XI-1875.
10. «El Liberal de Tenerife», 2-V-1894. Ver también «Diario de Tenerife», 3-
V-1894 y «La Opinión» (Santa Cruz de Tenerife) 1O-V-1894.
11. «El Auxiliar» (Las Palmas de Gran Canaria) 20-VlI-1897.
12. Idem.
13. «El Grito del Pueblo» (Santa Cruz de La Palma) 1-VlI-1897.
14. «Diario de Tenerife», 6-VII-1897.
15. «Diario de Las Palmas», 12-VII-1897.
16. «El Pais» (Santa Cruz de La Palma) 28-VlI-1897.
17. «Islas Orientales» (Las Palmas de Gran Canaria) 23-X-1897.
18. Véase «Diario de Avisos de Santa Cruz de Tenerife», 14-11-1898; «Diario
de Tenerife», 15 y 16-11-1898; «El PaíS» (Santa Cruz de La Palma) 24-11-1898; «El
Grito del Pueblo», 4-I1I-1898 y «El Liberal de La Palma», 8-I1I-1898.
19. «Diario de Avisos de Santa Cruz de Tenerife», 18-I1I-1898.
20. Idem, 21-I1I-1898. Ver también «Diario de Tenerife», 21-I1I-1898.
21. «El País» (Santa Cruz de La Palma) 24-11-1898.
22. Véase el artículoLa Historia del Porvenir de José Echegaray en «El Grito
del Pueblo», 11-IV-1898.
23. «Diario de Tenerife»; 21-X-1898.
24. Idem, 24-X-1898.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
706 Carmelo Vega de la Rosa
25. Idem, 20-XI-1899.
26. Sobre este tema, véase el trabajo de RUÍZ RODRÍGUEZ, A.:La arquitectura
del Cine en Canarias 1897-1985 (1985). Memoria de Licenciatura, Universidad
de La Laguna (inédita). Sobre aspectos generales de la historia del cine en
Canarias pueden consultarse las siguientes obras: PLATERO, C. (1981 ):El Cine en
Canarias. Ed. Edirca. Las Palmas de Gran Canaria y CABRERA DENIZ, G.:
Cine y Sociedad en Canarias: 1896-1931 (1985). Memoria de Licenciatura, Universidad
de La Laguna (inédita).
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009