LAS ISLAS CANARIAS EN UN SONETO
DEL POETA FRANCÉS SAINT-AMANT
CHRISTIAN WENTZLAFF-EGGEBERT
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
En 1627 el escritor y alquimista fracés Franl;ois de Gerzan
publicó la primera parte de una novela intitulada L 'Historie afriquaine
de Cleomede et de Sophonisbe l • En vano buscaríamos en
esta obra noticias precisas sobre algún territorio africano. A pesar
de las afirmaciones del autor, que pretende atenerse exactamente a
la realidad geográfica, figuran en su libro disparates topográficos
enormes. Describiendo un viaje en barco a Mauritania explica por
ejemplo, que los viajeros pasan junto a Suecia, dejándola a mano
izquierda, y delante de la costa de Cerdeña que ven a su derecha sin
encontrar otras islas que las Islas Baleares2
• Aparentemente el concepto
que Gerzan tiene de la realidad geográfica es muy parecido a
la idea que se forma de la «verdad histórica» cuando saca la materia
de su novela en tres volúmenes de un breve relato que Livio hace de
Sophonsibe y de su muerte. En el fondo la obra de Gerzan no es una
novela histórica; se asemeja por muchos rasgos a la célebre novela
l. Franc<ois de Gerzan: L 'Histoire afriqllaine de Cleomede et de Sophonisbe,
Paris 1627 (vol. 1) y 1628 (vols. 11 y I1I).
2. Cf. «Maintenant il ne me reste plus rien qu'á monstrer qu'en ce genre d'escrire
je me suis attaché á des particularitez que peu de gens ont observées, principalement
á l"exacte Geographie, et á la vraye Histoire» y «J'adjoute á cecy, que c'est peu
de chose d'observer tout ce que jeviens de dire, si l'n ne met pas dans la vraysemblance
les inventions des Romans dequoy j'ay tasché de m'acquiter le mieux que
j'ay pu, pour empescher qu'en ce qui touche le temps d'oúje les feints estre faicts, l'on
n'eust moyen de me convaincre de fausseté. Car avec ce que j'accomode de mes
inventions á la vraye Histoire, d'elle mesme j'en tire les plus belles advantures, si fort
je m'attache á la Chronologie, et á la Geographie». Preface. cít. en H. Coulet: Le
Roman jllsqll ala Rel'ollltion, 11 (Paris 1968), p. 36. Para el itineriario alegado V.
L 'Histoire afriqllaine 11, p. 119; cit. por E. Henein «Romans et réalités (16071628)>>
en XVIJ" Siecle 104 (1974), p. 35.
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bizantina de Heliodoro, la Historia etiópica de Teágenes y Carie/
ea 3. Hasta el Htulo de Gerzan, L 'Histoire afriquaine de Cleomede
f!t de Sophonisbe parece ser un mero calco.
No lo es, pues Gerzan llama «historia africana» a lo que tendría
qe haber sido una «historia cartaginesa»: Sofonisbe es la hija
del cartaginés Asdrúbal, y muchas obras que ilustran su destino alu-
. den en el título a su ciudad de origen4• El autor explica en el prefacio
porqué con esta rompió con esta tradición: piensa completar L 'Historie
afriquaine con tres novelas más que se llamarían Histoire
asiatique, Histoire européenne y Histoire américaine dedicando así
las cuatro obras de la serie a los continentes entonces conocidos; terminaría
con una Histoire gauloise en honor a su patria.
Si bien no llegó a publicar estas novelas5 el proyecto es interesante.
Caracteriza el clima que reina en la Francia de Richelieu a
finales de la tercera década del siglo XVII: superados -o casi-los
disturbios internos, el primer ministro termina por controlar hasta la
producción literaria. No cabe la menor duda que por su significado
alegórico le ha de gustar la intención de Gerzan de coronar un conjunto
de obras dedicadas explícitamente a las cuatro partes del
mundo por una novela reservada a la Francia antigua. Pero lo que
más importa, es que la Francia de Richelieu se prepara para desempeñar
un papel importante no sólo en Europa sino en el mundo. Las
miradas van más allá de las fronteras: dentro de pocos años se publican
además de L 'Histoire afriquaine de Gerzan la Histoire
indienne d'Anaxandre et d'Orazie de Boisrobert (1629) y L 'Histoire
negro-portique de Pierre de Boissat (1631).
Pero los autores no suelen conocer los países que evocan en sus
novelas seudo-históricas, sino a través de fuentes escritas. Además
no les interesan las características topográficas, la fauna o la flora de
un país, sino las costumbres de sus habitantes. Es sintomático lo que
escribe Fran90is Le Metel de Boisrobert en el prefacio de su Histoire
indienne d'Anaxandre et d'Orazie:
3. V. F. López Estrada «Variedades de la ficción novelesca» en Historia y crítica
de la literatura española, ed. por F. Rico, 11, Siglos de Oro: Renacimiento, p.
276-277.
4. Basta con pensar en Sophonísbe ou la Carthaginoise (1596) de A. de
Montchrestien o en Los amantes de Cartago de Gaspar de AguiJar (1614).
5. Nunca pude ver un ejemplar de L 'Histoire asiatique que, según algunos
investigadores, se publicó en 1634.
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Las Islas Canarias en un soneto del poeta francés Saint-Amant 113
Tous ceux qui ont fait voyage en Orient, et qui ont visité la
Cour du Mogor, qui est nommé grand Achebar par ses subjets.
tesmoignent que ce sont les hommes de toute l'Asié qui sont le
mieux a cheval, qu'ils sont grands faiseurs de carrouzels, mais
que les images de combat dont ils se servent le plus communément
a leurs festes publiques, ce sont les jeux de l'escrime.
Ceux qui ont veu le Royaume de Narsingue aussi bien que ceux
qui l'ont décrit, sont tous d'accord que c'est le pays du monde
ou les duels sont les plus frequents (... ) Ce que j'ay dit mariages
et des sepultures de leurs Princes, est aussi confirmé par plu&
sieurs Historiens, tant anciens que modemes; si bien, Lecteur,
qu'il ne reste plus qu'a t'esclaircir du temps, et de la vraye race
de Tamerlan, dont je fais venir Anaxandre. (... )6
El autor justifica lo que relata -y hasta lo inventa- por testimonios
de historiadores antiguos y modernos para darle más credibilidad
a su novela y para rechazar críticas eventuales, En tal
contexto cualquier alusión a las Islas Canarias carecería de
autenticidad.
Muy diferente es el caso del poeta Marc-Antoine Girard, sieur
de Saint-Amant (1594-1661) y de su poesíaL 'Autonne des Canan'es
que se publicó en el año 16491 se supone que este hijo de un
comerciante de Ruán llegó hasta las islas8• Aunque se sirve de ciertos
lugares comunes, encontramos en sus versos una visión particular
de la topografía de la flora local con matices realistas. El texto
dice así:
6. V. H. Coulet, op. cit., 11, p. 38.
7. En: Les Oeuvres du Sieur de Saint-Amant. Troisiesme Partie. París 1649.
No se conoce la fecha exacta de la composición del soneto.
8. Se suelen alegar dos afirmaciones del poeta para corroborar esta hipótesis.
La primera se halla en el Avertissement que figura en una edición de sus versos publicada
en 1629: «(oo.) la diversité des choses merveilleuses que j'ay veües dans mes
Voyages, tant en I'Euroe que en I'Afrique, & en I'Amerique (...)>>. (Saint-Amant:
Oeuvres 1, ed. J. Bailbé, Paris 1971, p. 21). Más explicita es la segunda, pues escribe
Saint-Amant enLa Vigne, poesía terminada en 1626 ó 1627 (Oeuvres 1, ed. cit., .
250, Notice): «Non pas pour ces grandes prairies / Que la saison qu'aux Canaries, /
Mes yeux ont veu regner jadis / Comme en un second Paradis, / En Janvier mesme
rend si vertes, / Et de tant de troupeaux couvertes, / Qu'on n'y sl<auroit lequel choisir,
/ Ou du profit, ou du plaisir». (Oeuvres 1, ed. cit., p. 251). Ver al respecto J. Lagny:
Le poéte Saint-Amant (1594-1661). Essai sur sa Vie et ses Oeuvres, París 1964, p.
46-49 Y p. 147-149.
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L'AUTONNE DES CANARIES
Sonnet.
Voycy les seuls Cótaux, voycy les seuls Valons
OU Bacchus et Pomone ont estably leur gloire;
Jamais le riche honneur de ce beau territoire
Ne ressentit l'effort des rudes Aquilons.
Les Figues, les Muscas, Les Pesches, les Melons
y couronnent ce Dieu qui se delecte a boire;
El les nobles Palmiers sacrez a la Victoire,
S'y courbent sous des fruits qu'au Miel nous esgalons.
Les Cannes au doux suc, non dans les Marescages,
Mais sur les flanes de Roche y forment des boccages
Dont l'Or plein d'Ambroisie éclatte et monte aux Cieux.
L'Orange en mesme jour y meurit et boutonne;
Et durant tous les Mois on peut voir en ces Lieux
Le Printemps et l'Esté confondus en l'Autonne.9
9. Citamos la edición crítica en STM, I1I, ed. por J. Lagny, París 1969, p.
149-150. La traducción castellana sería:
El otoño en las Islas Canarias
He aquí los únicos cerros, he aquí los únicos valles
Donde Baca y Pomona han establecido su gloria;
Jamás los ricos adornos de este bello territorio
Sufrieron los embates de los rudos Aquilones.
Los higos, las uvas moscatel, los melocotones, los melones
Coronan aquí al Dios que con delicia bebe;
y las nobles palmeras sagradas a la Victoria,
Ceden bajo el peso de frutos que a la miel igualamos.
Aquí las cañas con su dulce savia no crecen en los pantanos,
sino en unos flancos de roca donde forman bosques
cuyo oro lleno de ambrosía estalla y sube a íos Cielos.
Aquí el naranjo madura y brota en el mismo día;
y en cada mes del año se ven en estas tierras
La primavera y el verano confundidos en el otoño.
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Las Islas Canarias en un soneto del poeta francés Saint-Amant 115
Esta poesía de Saint-Arnant figura en un ciclo de cuatro sonetos
cuyo tema son las estaciones del año y que se publicó completo
en 164910• Dos de estas cuatro piezas, las que corresponden al
verano y al invierno ya se habían impreso en 164311
, Yes lícito suponer
que el poeta las compuso unos diez años antes, una de ellas en
1633, la otra en 1629 o 163012 • Resumiendo estos datos cabe afirmar
que el soneto que nos interesa no se puede fechar con precisión,
pero que pertenece a un ciclo de poesías que se inició hacia el año
1630, cuando los autores de novelas seudo-históricas empezaron a
interesarse por las tierras subtropicales o tropicales.
Se trata de un soneto que por su forma es uno de los más perfectos
que escribió Saint-Amant. Cumple con las reglas establecidas
por Malherbe que el poeta no había aplicado en sus primeras poesías
13 • El esquema de las rimas, la cualidad de estas, el empleo del
verso alejandrino, la diversidad de las cesuras y la distribución de
las sonoridades, la organización sintáctica del conjunto y la repartición
de las proposiciones en las estrofas, todo demuestra el cuidado
aportado por el autor en la composición de la poesía.
Mediante la exclamación «voyvy» del primer verso que se destaca
todavía más por la repetición anafórica en el segundo hemistiquio,
el «yo» del poeta se manifiesta desde el principio. Evocando el
panorama como si lo tuviera delante de los ojos logra transmitir al
lector algo del entusiasmo que siente y expresa frente a la belleza de
las tierras que describe. Junto a las alegorías mitológicas, a los conceptos
abstractos y a algunos adjetivos poco originales, pero sí elogiosos
y bien colocados, el inicio del soneto contribuye además, por
lo que tiene de inmediato, a conferir al primer cuarteto algo de la
dignidad de una oda encomiástica escrita en estilo alto.
Es curioso notar que este nivel alto se mantine por lo menos
hasta cierto punto en la estrofa siguiente a pesar de una cantidad sor-
10. V. Ibid., p. 147-150.
11. En: Les Oeuvres du Sieur de Saint-Amant. Seconde partie. Paris
1643.
12. V. la edición crítica citada, 11, ed. por J. Lagny, París 1967, p. 122 Y
124.
13. Ver mi libro Forminteresse, traditionsverbundenheit und Aktualisierungsbedürjnis
als Merkmale des Dichtens von Saint-Amant, Munich 1970, p. 12-14, p.
34 Y p. 52.
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prendente de detalles concretos: higos, uvas, melocotones y los frutos
de las «nobles palmeras»; detalles concretos además que son
manjares con calidades gustativas que el poeta tiene presente como
demuestran las alusiones al sabor de la miel y al dios Baco. Habilmente
compensa el poeta los rasgos realistas de estos versos por la
introducción de elementos mitológicos y la alusión al significado
alegórico de la palmera, equilibrio que se establece igualmente en el
primer terceto cuando la descripción muy concreta de la caña de
azúcar culmina en la difícil metáfora del «oro lleno de ambrosía»
que «estalla y sube a los Cielos».
Detalles concretos se hallan hasta en los últimos versos donde
el poeta actualiza el tema de la ausencia del invierno que ya había
tratado Malherbe celebrando los nuevos invernaderos del castillo de
Fontainebleau en un soneto que empieza así:
Beau pare, et beaux jardins, qui dans votre clóture,
Avez toujours des fleurs, et des ombrages verts,
Non sans quelque démon qui défend aux hivers
D'en etTacer jamais l'agréable peinture 14.
Basta comparar la austeridad abstracta de estos versos con el
soneto de Saint-Amant para apreciar el colorido y la precisión descriptiva
que logra este último sin renunciar a sus pretensiones estilísticas
cuando evoca tantos detalles concretos: los cerros y los
barrancos, los higos, las uvas, los melocotones, los melones, los frutos
de las palmeras que igualan a la miel, la caña de azúcar y
los naranjos.
Se ha dicho de Saint-Amant que pintaba la naturaleza «en
gourmet», como un gastrónomo, y que leyendo ciertas de sus poesías
se le hacía al lector la boca agual5 • Es cierto que, imitando en
14. Malherbe: Oeuvres, ed. por A. Adam, Paris 1971, p. 82. En castellano
sería: «Bello parque, y bellos jardines que en vuestro recinto / Siempre tenéis flores y
sombras verdes, / No sin algún demonio que prohibe a los inviernos / Que aniquilan
vuestros agradables colores.»
15. R. Lebégue, citado por F. Gourier: Etude des oeu vres poétiq ues de SaintAmant,
Ginebra y París 1961, p. 175. En un manual utilizado durante varios años en
los colegios franceses el soneto se comenta así: «En 1626, Saint-Amant fit escale aux
Canaries: il en gardera le souvenir d'un "second paradis". Ce sonent fut-il composé
sur-Ie-champ? On est tenté de le croire, tant les impressions son vives et savoureuses,
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Las Islas Canarias en un soneto del poeta francés Saint-Amant 117
eso a los poetas bernescos del siglo XVI, escribió muchos versos alabando
melones y quesos, sidra y vinosl6 , versos que se habían publicado
en colecciones anteriores a 1649 y que ilustran lo que tenemos
que adivinar en nuestro soneto: la franca admiración del epicúreo por
los frutos cultivados en las islas.
En cuanto a los lugares que canta en los sonetos comenta Fran<;:
oise Gourier: «11 a voyagé et a su rapporter avec un réel talent les
lointains paysages qu'il a observés; il a su choisir, parmi tous les
lieux visités, ceux qui représentaient pour ainsi dire l'essence meme
de la saison qu 'il voulait symboliser» 17. Quizá no haya sido este
último su único criterio puesto que pinta la primavera en las afueras
de París, el verano en Roma, el otoño en las Islas Canarias y el
invierno en los Alpes. Elige más bien a propósito lugares prestigiosos
y, acaso, algunas veces después de haber escrito la poesía, pues
nada permite reconocer las afueras de París en el soneto sobre la primavera
-y cambiando dos palabras en el segundo, podría referirse
a Madrid o a Sevilla-Is. Es obvio que un poeta francés del siglo
XVII para individualizar fenómenos naturales que se dan -con
pocas excepciones- en cualquier parte del mundo, no podía seleccionar
lugares más prestigiosos que la corte de su propio rey, que la
capital espiritual del mundo occidental y que aquella cordillera
impresionante cuyos pasos eran hacia 1630 motivo de luchas sangrientas
entre Francia, Savoya, España y el Imperio.
Sólo cuando se incorpora el soneto sobre el otoño en una fila
común con los otros tres, se puede aquilatar el peso que da SaintAmant
entre tantas tierras que conoce, a las Islas Canarias, y entender
cuál era la idea que se hacía de este territorio privilegiado.
au sens propre de ce moL En tout cas, il est remarquable par sa couleur exotique et
ses vers vraiment parnassiens. V. A. Lagarde et L. Michard: XVI[" Siec/e. Les
grands auteurs franr;ais du programme, París 1962, p. 52. Figura el soneto entre las
poesías sobre el verano y el invierno; son presentados los tres como reflejos de las
experiencias de un gran viajero: «Saint-Amant a consacré quatre sonnets aux saisons,
choisissant avec art la région on chacune a le plus d'éclat: ses impressions de
grand voyageur lui permettaient cette variété.» (p.5!.)
Insisto en que nada permite afirmar que el poeta haya estado en Canarias en
1626 (cr. nota 8).
16. V. mi artículo «Berni et les plaisirs de la table»,Actes du VI[" Colloque de
Marseille: La qualité de la vie au XVI[" siec/e, Marseille 1977, p. 23-28.
17. F. Gourier,op. cit., p. 176.
18. Se trata de las palabras «romain» (v. 7) Y «Tibre» (v. 10).
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Constituye este soneto un testimonio de primer orden en varios
sentidos: atestigua el interés creciente que se nota en Francia por
países extranjeros, por el mundo más allá de las fronteras francesas
y también más allá de los límites del continente europeo. Atestigua
así mismo la estima que tenía el poeta Saint-Amant por las Islas
Canarias puesto que las pone por su belleza al mismo rango que
París, Roma o los Alpes. Pero da fe también de la originalidad de un
poeta del siglo XVII que pinta la realidad alegando detalles concretos
sin dejar de utilizar los tópicos y recursos retóricos tradicionales que
sólo podían conferir en esta época la dignidad que merecían a su
poesía y a su tema, las Islas Canarias.
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