LA INDUSTRIA TURÍSTICA EN CANARIAS
TEYDA
(Taller de Evaluación y Diseño Ambiental)
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
En la presente ponencia pretendemos someter a consideración
las dos aportaciones que constituyen el eje central de nuestro
trabajo:
- La importancia de la metodología empleada.
- La valoración del fenómeno turismo desde la óptica de
la actividad industrial productora de bienes de consumo
(mercancías).
Respecto de la primera aportación,juzgamos determinante
el modelo metodológico como pieza clave para la obtención de
unas conclusiones, que serían distintas de haber elegido otro
modelo. En este sentido, partimos del análisis de los distintos
aspectos que presenta el objeto de estudio entendidos como
fases o momentos de un proceso productivo, relacionándolos y
diferenciándolos según la función que desempeñan en cada
etapa de la producción. Operando de esta forma, y a modo de
ejemplo, el paisaje natural (playas, campo y, en general, y todo
espacio en donde la acción modificadora del hombre es mínima
o nula) se encuadra en un primer momento en la categoría de
materia prima u objeto de trabajo, que las instalaciones destinadas
a acoger al turista (hoteles, salas de fiesta, empresas
recreativas...) constituyen los medios de trabajo, etc. De esta
forma obtenemos unas categorías que se relacionan y jerarquizan
y que nos permiten realizar un análisis de las formas y sus
.transformaciones, para desembocar, después de ser contrastadas
y revisadas, en unas conclusiones y leyes generales del
fenómeno.
En relación con la segunda aportación, definimos una
serie de constantes tales como la estacionalidad, la relación
entre la propiedad del suelo y los medios de producción con el
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capital, los procesos de valoración-desvalorización, las transformaciones
que sufre el producto ideal y real en el tiempo sujetas
a los cambios introducidos para la captación de
mercados, etc.
Todo ello en su conjunto, y derivado de la primera aportación,
nos lleva a definir al turismo como una actividad productiva
cuyos productos concurren en un mercado y que requiere
para su análisis otros métodos que se alejan de las clásicas
categorías descriptivas, persiguiendo también la explicación.
Esta Ponencia tiene como objetivo el acercamiento a la realidad
turística de Canarias, a través de estudios pormenorizados de
sus diversos contenidos geográficos; tomando como ejemplo modélico
la isla de Gran Canaria. Pues ella se adapta perfectamente a
estudios de esta índole, tal y como queda reflejado en cada uno de
los apartados de este trabajo.
El turismo como producción
El turismo es una actividad productiva. No sólo en tanto actividad
que genera beneficios económicos (léase: que produce plusvalor),
lo que es productividad en particular, es decir, como
historicidad, sino, también, en tanto actividad que genera un producto
material (léase: que es transformación finalista), lo que es productividad
en general o genérica. Gran Canaria es, para la industria
del turismo, un producto (genérico y particular, material y social)
real-y no en sentido figurado, como en una metáfora más o menos
tópica o kitsh propia de la propaganda de las agencias de
viajes.
El turismo como comunicación
La especificidad de la producción turística consiste en el hecho
de ser una producción comunicativa cuyos resultados (productos
comunicativos) se caracterizan por pertenecer, en lo semiológico, al
universo mítico del «discurso de los orígenes». Esto equivale a decir
que Gran Canaria, como todos los destinos que la industria turística
elabora y vende a los viajeros es una región de la geografía mítica, el
escenario sobre el que se dramatiza y exorciza la «metamorfosis», el
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espejo cóncavo donde se refleja al trabajo con la doble máscara del
dios y el demonio. Gran Canaria es, en consecuencia una representación
del mundo sagrado: infierno y paraíso, utopía concreta, límite
oeste o poniente del mundo conocido (cotidiano); materialización
(naturalización y, por tanto, mitificación) del plus ultra de los profanos
lugares, valor acontecido, norma social (el verbo, la ley) como
paisaje (con la mansa apariencia de una manzana).
El turismo como viaje (iniciático-real)
El viaje mismo coincide con el proceso de producción-consumo
y, en consecuencia, los momentos del viaje son los momentos del
proceso de producción-comunicación, en los que se aúnan, según
Martín Serrano, la mitificación (mediación cognitiva: adecuación de
los acontecimientos a la norma social -modelos de representación
del mundo-) y la ritualización (mediación estructural: adecuación
de los acontecimientos a la norma técnica -modelos de producción
de la comunicación-). Viaje iniciático (mitificación) y real (ritualización)
se funden.
El paisaje como criptograma o libro de los misterios
El paisaje es la imaginería que pauta o marca los «pasos»
momentos del viaje. Al mismo tiempo, el resultado de la ritualización
y el medio más útil de la mitificación. El paisaje contiene, de
forma críptica, la clave de la relación entre significante/s o denotación
(naturalista, concreto) y significado/s connotación (ideal, abstracto);
ese código secreto es una inversión del trabajo y sus
momentos tal que lo móvil se representa inmóvil, Uno e Idéntico a sí
mismo y separado de los resultados del movimiento, como progenie
fruto de la locura. Poner al hombre como productor (en perjuicio del
animal que juega) y poner al productor como proletario, como mercancía
-fuerza de trabajo- (en perjuicio del hombre que controla
sus propias fuerzas), ese es el contenido de la inversión críptica. En
el paisaje está criptografiada la «transformación» como la «creación
», y el trabajador, dios indestructible, genera «ex nihilo», es el
don de la riqueza, habitante de un mundo puro, inmóvil o incorruptible,
principio del orden. Lo naturalmente corruptible, móvil, impuro,
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perecedero y caótico es demoníaco. El cuerpo está separado "de la
mente y el orden del fluir constante del cuerpo. El orden le es
extraño, una imposición exterior, un dios caprichoso e incontrolado
que somete al cuerpo a una ley o mandamiento. Y así ocurre aún
cuando el Verbo, apodada la Ley y el Orden, simule jugar al carnaval,
haciéndose pasar por Cuerpo, Distinto, Vario y Corruptible,
para crear la ilusión de un híbrido, pero no es más que la Esperanza
Engañosa que Prometeo guardó eQ la «caja» de Pandora. Lo que
está en juego es, precisamente, el orden, el lugar. Con la asimilación
del paisaje turístico se asegura la asimilación del orden productivo,
se atenúa la tensión entre el papel a desempeñar y el deseo, se
engaña al cuerpo renovadamente para volver a someterlo a la finalidad
de la producción, del movimiento unilateral.
La interpretación del paisaje o texto sagrado corresponde al
«guía», oficiante que conduce al turista a través de la imaginería y le
inicia en el rito. La actuación del guía está sometida a un cierto hermetismo:
nunca revela la verdadera naturaleza del mensaje contenido
en el texto. El mensaje, la palabra sagrada, sólo puede ser
entendida en su totalidad por los elegidos entre la masa de turistas,
elegidos que predican con su ejemplo a la masa, que ha de repetir la
experiencia una y otra vez hasta lograr la comunicación. Cuando el
guía interpreta los textos sagrados (paisajes) para el viajero emite un
informe cuya clave no está en la «realidad científica» sino en la legaliformidad
mitológica. Una buena interpetación es aquélla que mitifica
bien, aquélla en la que aparecen las cosas divididas en
perecederas y eternas y enfrentadas en bandos irreconciliables, la
que sabe ver, detrás de cada paisaje, la promesa del paraíso o región
de la armonía, orden, paz (muerte), los Campos Eliseos y, en otras
palabras, el lugar del juego y, por tanto, de la abundancia. Tal promesa
pone al mundo cotidiano y profano como el lugar del castigo,
que queda convenientemente equilibrado con el Holiday Resort. El
viaje restablece el equilibrio (tan ilusorio como la ensoñación del
paraíso) y el principio de justicia y recompensa o premio al esfuerzo
u obediencia al orden productivo (en este caso, al poner al cuerpo
como la mercancía-fuerza de trabajo). La válvula de escape garantiza
que no haya exceso de presión en la caldera social. El guía, por
este motivo, actúa como psicodramatizador y el viaje mismo es asimilable
a un tratamiento curativo que descarga al cuerpo del conflicto
entre ese ponerse como Uno (que emana de la ley productiva a
la que está sometido) y su Multiplicidad (que brota de su propia
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naturaleza material y sensible). La evacuación temporal y transitoria
de esa tirantez prepara al cuerpo para soportarla de nuevo
mediante el olvido presente. Por supuesto, no se resuelve el conflicto,
sólo se regula y administra. En este contexto, el guía juega un
papel fundamental actuando como medium entre el mundo profano
y el sagrado, produciendo la transformación del ciudadano en turista
por medio del bebedizo de la animación, el baile del cuerpo, el
olvido; lo que implica una alteración de la temporalidad normal,
dura, unilineal, cronológica y la subversión de ésta por otra temporalidado
o modo de movimiento multilateral, multipautada e indefinida
(o, al menos, por la ilusión de ésta). La palanca o artificio más
importante en esa transformación es el escenario proporcionado por'
el paisaje. El guía revela al viajero el tempo que impone cada decorado
y el buen turista adecúa el movimiento de su cuerpo al movimiento
del paisaje. El medium marca el ritmo de la macumba; él es,
por delegación, el organizador-creador del cuerpo. La partitura
escrita-inscrita en el paisaje no es accesible más que a éste director
de orquesta que es el guía y, únicamente algunos iniciados, llegan a
comprender el espíritu de la música críptica del paisaje.
Los tiempos o la temporalidad del cuerpo del turista, tal y como
es resulta en un organismo (organizada) por el guía (o fürher) adopta
una espacialidad sui generis. El espacio del turismo es un cosmos y
así se puede leer en el relato de la historia sagrada. Todo/s, Armonía,
Equilibrio, Movimiento circular: círculos que se incluyen unos a
otros y que simulan ser líneas abiertas. La ilusión de la apertura se
obtienen por la multiplicidad de los círculos y la posibilidad (más
bien la necesidad) de la alternancia o sucesión constante de uno a
otro. El baile del cuerpo debe ejecutarse en muchas pistas durante el
círculo del día. La apertura misma (el cambio) es el misterio más
elevado y más inaccesible. Aún cuando el viajero descienda a la séptima
pista o se eleve a las cumbres más elevadas, la manzana seguirá
lejos del alcance de la mano, seguirá siendo el fruto prohibido, y
seguirá representando el devenir incognoscible, ora verde, ora roja y
madura, ante cuya visión sólo cabe arrodillarse, es decir, adoptar la
expresión de quien acepta el devenir como historia sagrada, extraña
a sus propias fuerzas (nótese que la manzana ha de estar siempre
bien lejos para que el viajero adopte esta sana y humilde actitud). La
espacialidad que muestra el paisaje turístico está caracterizada por
esa distancia (todo lo misterioso es distante) que se despliega a
varias escalas. Es distante (inalcanzable) el sol (o el perfecto
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dorado), pero también, y a otra escala, la cumbre del Roque Nublo,
el pueblo auténticamente pintoresco y el paraje urbano de mayor
peligro. Es propio del Cosmos lo distante a la manera de infinitud.
El mismo círculo tiene un límite infinito aunque cerrado.
La problemática de la aculturación
Es común la problemática que vincula al turismo, como consecuencia,
la asimilación, por parte de la comunidad receptora, de la
cultura de los turistas y, paralelamente, la pérdida de la suya propia
(de su identidad). Tal problemática, que gira en tomo a la «identidad
perdida» es pretenciosa puesto que tal identidad nunca existió
antes de la irrupción del turismo sino justo lo contrario: el turismo
causa la identidad de la «comunidad» receptora. Como representación
de lo Uno y lo Idéntico que es el turismo, procura una identidad
(o identificación -con el papel de fuerza de trabajo-) al cuerpo del
viajero. Le proporciona su determinación o definición, lo cual interesa
al Estado, a la administración, pero resulta detestable al cuerpo
que se ve sometido así a un único tempo y reducido a la unidimensionalidad.
De igual manera ha de procurar una identidad al trabajador
turístico (lo típico, autóctono, particular de cada pueblo es
garantía de variedad del mercado). Puede entenderse así el resurgimiento
de los regionalismos y localismos con la producción turística,
que equivale a mil y una formas de paraísos para que el cliente,
el comprador, el viajero tenga una oferta amplia donde puede ejercitar
la facultad de elegir (y de paso mitificar acerca de la sociedad de
la abundancia y el bienestar). A consecuencia de tal identificación
entre lo popular y los intereses de la industria (todo tipo de folklore
turístico: desde el ¡Qué bonita es mi isla! hasta el ¡turismo creador
de riqueza y trabajo! con mayor o peor fortuna y calidad -véanse
Néstor de la Torre y sus excelentes paisajes, Manuel Fraga y el
turista dos millones, etc.-) surge una conciencia de falsa identidad
a la que se trata de poner remedio mediante la sustitución por el «verdadero
folklore». El error teórico de la problemática de la aculturación
reside, en lo fundamental, en consistir en una problemática
acerca de falsas y verdaderas identidades y no acerca de lo Idéntico
y lo Distinto, problemática esta última que se centra en la tensión
central: el Cuerpo y la Fuerza de Trabajo o la reducción del primero
a la segunda. La investigación debe centrarse, mejor que en la nos-
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talgia de la identidad perdida, en el baile de máscaras en el que se
despliega el cuerpo, el juego de la ambigüedad del ser y no ser (he
aquí la cuestión) yen el cómo el turismo hace de este baile una marcha
fúnebre, o un vía crucis hacia el Gólgota, o una cruzada para la
conquista de los santos lugares.
La problemática de la buena forma de la ciudad turistica
Tal horizonte teórico entraña el presupuesto de que el «urbanismo"
del turismo» es caótico o malforme debido a que los establecimientos
turísticos, tomados singular o colectivamente, no obedecen
a las reglas o normas del urbanismo (como técnica) que derivan de
la parte bendita del urbanismo (como historia) (entiéndase bien: la
ciudad racionalista como paradigma) y tienen como ejecutor, vigilante,
e intérprete feliz al urbanista (generalmente en forma de Corporación
de arquitectos, etc.). Tal horizonte no es más que un
espejismo por cuanto la configuración denominada «ciudad de vacaciones
o turística». 1. no es una ciudad y 2. no es malforme. 1. el
establecimiento turístico básico (un hotel, apartamentos) que es
básico debido a que se corresponde con una entidad empresarial
(con una fracción del capital) o un conjunto de ellos, más o menos
unidos por calles, plazas, paseos, etc., por su forma (por su valor o
uso), es una anticiudad, el proyecto materializado, la utopía concreta
de la ciudad que no existe en ningún lugar, el lugar donde se
resuelven ilusoriamente los conflictos generados en la ciudad real
(que se vive como desviación de esa ciudad utópica) y que, por ubicarse
en el mundo sagrado (es decir, su representación corpórea),
por ser marco o escenario del rito de consagración del cuerpo turista
(al trabajo que ha de venir) invierte los términos en los que se
expresa la ciudad. No puede ser la ciudad, establecimiento y lugar
del mercado, del intercambio, en general, sino su contrario, lugar del
«aquí y ahora», por tanto de la abundancia, de la gratuidad y la sinmedida
(ilusoriamente, en la representación). El tiempo, por ejemplo,
que en la ciudad es fijado, único, allá se resuelve en
multiplicidad (para cada persona según su tiempo). Más concretamente,
no hay horarios fijos (para el turista) sino elásticos. La espacialidad
también es múltiple y produce la sensación de ubicuidad en
la anticiudad del turismo (frente a la brusca división espacio-social
de la ciudad). 2. Por otra parte, el establecimiento adopta la forma
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que tiene el propio mundo sagrado en el cual está inmersa. Es una
representación a escala de la geografía mítica. En el interior del
establecimiento (la posada, el hotel, etc.), el Desert Inn, el Holiday
Resort el turista viaja también y esta incursión POlO el hotel es un
ensayo del viaje mayor. En este sentido, el hotel es un laboratorio
del viaje, un modelo mediante el cual se puede controlar el rito e
inventar nuevas formas de acercamiento a la Armonía (es decir, el
paraíso) (nuevos pasos del rito). A tenor de lo dicho, no puede
entenderse la anticiudad de la indusfria turística sino como un medio
de producción de representaciones, lo cual no significa que los resultados
sean irreales, intangibles, inmateriales sino todo lo contrario.
La problemática de la buena forma ignora todas estas determinaciones
e intenta, equivocada o ingenuamente, medir la bondad de la
forma de tales establecimientos con el rasero de lo que no es y esto,
en buen castellano, es lo mismo que pedir peras al olmo. La investigación
sobre los establecimientos turísticos ha de seguir otros derroteros:
Estudiar las distintas funciones del teatro hotel como máquina
de representar o artefacto ritual, describir con profusión la espacialidad
que limita el campo de ejercicio del turista hacia el interior y
hacia el exterior, narrar la temporalidad a la que ofrece al viajero
como movimiento o ritmo ha que a de someterse el devenir del
cuerpo; calcular la dimensión y profundidad de las visiones inscritas
en su obra, etc.
La problemática del neocolonialismo
Marxistoide por el lenguaje pero más cercano a las preocupaciones
propias del izquierdismo, el programa centrado en la concepción
del turismo como nueva forma de colonialismo, que se
caracteriza por la creciente presencia de extranjeros entre los compradores
de fincas rústicas y urbanas destinadas al ocio o entre los
inversores en infraestructura hotelera y controladores del mercado
turísticos (operadores turísticos, etc.), es el programa que parte del
absurdo de considerar que los capitalistas «del país» son preferibles,
para la población de los lugares de recepción del turismo y, sobre
todo para los trabajadores), al capital «extranjero» que, en opinión
de Gaviria, p. e., deja reducido el autóctono a mero trabajador.
Absurdo por cuanto la relación capital-trabajo es indiferente res-
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pecto de la espacialidad. Para los teóricos que usan del emblema del
neocolonialismo, tal antagonismo es un problema geográfico:
paisano-extranjero; parece que se olviden que, para quien cambia
trabajo por salario, el capital local se manifiesta, con mucha frecuencia,
más sanguinario por su parentesco con relaciones sociales
menos refinadas, tales como la aparcería, que no es ni mucho menos
rara en Gran Canaria. Justo para este ámbito, vale lo contrario: los
grandes propietarios de tierra (antiguos o actuales capitalistas que
actúan en el sector del tomate) coinciden con los promotores inmobiliarios
que ponen en venta (al mejor postor, ya sea foráneo o paisano)
el país (y esto, concretamente, no es la industria turística).
Parafraseando a J. Arrones, Canarias es puesta en venta por los
canarios. Así, el pretendido colonialismo no es más que el capital
puesto en acción, buscando los mejores ámbitos de acumulación,
esquivando las operaciones menos rentables, tratando siempre de
ampliar la tasa de ganancias. Poco interesa, para la clase de los trabajadores,
la carta de naturaleza del capital, como si sus personificaciones,
los capitalistas (empresarios, hombres de iniciativa, etc.),
tuviesen que demostrar su «pureza de sangre», como si el capital,
porque sus abogados tengan fama de «castellanos viejos», dejase
por ello de ser judío. Lo que importa es, por el contrario, estudiar las
variadas formas e existencia que se da al capital en el turismo, y,
más concretamente, cómo se especifican las leyes generales del
capital para la industria turística.
La problemática de los servicios, o de los economistas
mal pagados de sus hazañas
«No existe aquello por lo que no se pague», un mal principio
ontológico que resulta un final peor todavía: el trabajo realizado en
los establecimientos turísticos (restaurantes, hoteles, etc.), aún
cuando el sudor de los camareros tenga la misma consistencia que el
de los obreros «industriales», no se resuelve en ningún producto
material y sensible, como los productos «de la industria» (léase
acero, automóviles, cemento, gasóleos, etc.) si no en un «servicio» o
«bien inmaterial» en el que no queda rastro de los humores y fatigas
del trabajo. ¿De qué manera se esfuma la materialidad del trabajo de
estos trabajadores de carne y hueso, cómo se disuelve en la nada el
esfuerzo y, sobre todo, cómo se las arregla el vendedor de paquetes
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turísticos (packages) para vender a los turistas el envoltorio por el
contrario sin que el hecho sea motivo de protesta acalorada para las
asociaciones de consumidores? ¿O es que, en justa correspondencia
con sus hechizos, los trabajadores no son más que un espejismo,
algo así como los duendes del cuento de la zapatera prodigiosa,
«subterráneos», underground, ocultos, invisibles, enanos demasiado
sucios para la mirada pura de la princesa? Sobre este punto nada
dicen los tractatus del bienestar; a la disipación mágica de la materia
en su contrario o bien a la conversión del trabajo vivo en nigromante,
asunto sobre el que gravita la discusión acerca de la inmaterialidad
del producto turístico, no dedica la alquimia económica
(animada por la oscura finalidad de convertirlo todo en dinero) ni
una escueta glosa !Oh, magnum misterium! A la ciencia económica
no le queda un gazapo más grande en el sombrero que éste de
los servicios.
Imagen turística - Funcionamiento
Imagen turística: propuesta de espacio para vacaciones dada al
turista con relatos gráficos o literarios-postal, libro de viajes, etc.
Describe un paisaje que es composición de signos hechos en el modo
de vida occidental cuyos valores representa!. Recorrer un espacio
permite: reconocer, leer los signos-reconocer el mito; y realizar los
valores representados-realizar el rito. El paisaje es acto y texto. Aislamos
algunos elementos del paisaje:
«OCEANO». Toda iniciación se da en un lugar remoto, diferente
al cotidiano, más allá de una extensión de agua2 : Canarias
se asocia con las Hespérides. Importante, no por verismo
-Graves las asocia con Baleares- sino como signo: «Canarias»,
«Baleares» son significantes válidos del significado «al otro lado del
océano», formulado por Hesiodo3•
«MURALLAS». Paisaje abrupto y agreste, acantilado generalmente.
Primer contaeto con un lU$ar paradisíaco; provoca un sentimiento
de DUDA-DECEPCION sustituido por ASOMBROCOMPRENSIÓN
al penetrar en el lugar y descubrir «CAMPOS
FÉRTILES»: campiñas verdes y fértiles, jardines, etc. Veme habla
de «costa salvaje, agreste»; duda, no comprende el apelativo
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«AFORTUNADAS» hasta ver los valles cultivados de Gran
Canaria4 •
«CAMPOS FERTILES»: amabilidad de la gente; calles elegantes;
jardines prolongados en la campiña, de un «verde intenso»
que combina «plantas europeas y tropicales»5.
«GUARDIANES». Incluye murallas. Protege el Paraíso: restringe
el paso - Veme habla de la oftalmía producida por la piedra
pómez en Las Cañadas- o inspirando temor (disuación), por ejemplo,
los hombres-escorpión de Gilgarriesh6 inspiran terror y espanto;
el Teide, «asombro y espanto»7•
«MONTAÑA». Residencia divina (Olimpo). Medio de comunicar
con lo divino, dice Viera: «~us elevadas cumbres (... ) (son) el
techo de una grande iglesia, y su campanario» (El Teide). Se comunica
mediante el ascenso, Romería para Viera; en ciertas religiones
primitivas se alcanza el cielo escalando un elemento vertical8• Es un
camino largo -dice Viera que Mr. Edens en Cruz de la Solera
señala que «el Pico (del Teide) parecía tan elevado como al principio
». (... ) «jY subía siempre desde el Puerto de la Orotava!» y
oscuro -a Gilgamesh le rodea una oscuridad que era completa-o
En el siglo XVIII se hácía todo el ascenso de noche y desde el siglo
XIX se prestigia hacer el último tramo de madrugada para ver el
amanecer en la cima, obteniendo así una mayor fruicción.
«OBSTÁCULOS». Asimilables a guardianes: frío, viento azota
a Gilgamesh y a los turistas de Veme cuando culminan el
ascenso-, oscuridad, falta de aire -mal de montaña en el Teide-,
o el propio medio -narra Viera la dificultad de trepar por un «cascojo
rojo» y un «gran declive» formado por pizarras, «piedras color
de ceniza y algunos peñascos oscuros». Superarlos cuesta trabajo y
sufrimiento. Relata Viera que unos caballeros cavaron una trinchera
y encendieron fuego por el «rigor del frío», pero padecieron: miembros
hinchados, labios agrietados, ...; dice Gilgamesh que continuará
adelante «suspirando y gimiendo»9. Se atraviesa una
naturaleza «ruinosa» -«grandes peñascos; todo el Teide surgió de
un monstruoso parto»-, «fea» -una «montaña gibosa» en el
Teide- y «peIjudicial» -el mencionado, «rigor del frío» 10.
La naturaleza así figurada significa «INFIERNO»11 , con unas
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funciones: Proteger -guardianes, obstáculos-, Seleccionar -sólo
llegan los héroes que encarnan los valores más positivos, al vencer
los obstáculos y, no sus opuestos, antihéroes vencidos por los obstáculos.
Estos indican quien es héroe y quien no-, Castigando -a
héroes y antihéroes con padecimientos y trabajos-o Purificando a
aquellos con el mismo métodol2 • La iniciación requiere la muerte a
la vida profana; una vía es ser comido, digerido, destruido por un
monstruo que es, también un útero materno que prepara para la vida
nueva. Narra Verne un crepúsculo'con sombras que suben y envuelven
la noche en altavista y el ascenso de madrugada a la cima,
donde «súbita estalló la luz del amanecer» como si de un parto
se tratase13 •
«AMANECER». Momento culminante a esperar y fruir en la
cima. Fin de la vida. Umbral del paraíso. Su artífice, el Sol: germen
de vida, conocedor del pasado, presente y futuro l4 ; hace retroceder
la oscuridad (revela material, visual y trascendentalmente). Los
héroes de Verne reconocen el cráter «donde la vida renace» y el
exterior donde «reina la muerte más absoluta», reconocen el límite
del cielo y el infierno!5.
«PARAÍSO». Recompensa por el ascenso. Aquí coincide con
la cima. Hay luz, vida -Gilgamesh ve un árbol con frutas áureas-o
Verne ve en el Teide moscas, abejas y violetas. Lugar para fruir lo
bello -amanecer, vista emergente- que es inmaterial, inexpresable,
silencioso,... Muchas postales ofrecen un paisaje rocoso que se
desmaterializa hacia un fondo de luz sereno y atrayente, el cual es
un medio revelador para lograr la Felicidad, ya sea en forma de
amor (Verne) o de mapa geográfico (Humboldt)!5a.
«HUIDA». Fin del viaje. En ciertos relatos de hadas el héroe
debe huir y olvidarse del mundo mágico!6. Incluso Stone huyó
alguna vez!? Se asimila a rápido regreso -Mr. Edens invirtió unas
36 horas: dos jornadas de marcha y una de descanso (en subir al
Teide), y volvió sólo en 12 horas. Olvidar es necesario, si no sería
superfluo el anual viaje turístico de descanso, si uno solo diera felicidad
suficiente para toda una vida.
Pero ni los héroes de Verne, ni los turistas de los touroperadores
la logran; necesitaron y necesitan seguir viajando, tanto
como lo necesitan las empresas turísticas. «El presente (del trabajo)
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La industria turística en Canarias 537
no existe», sólo «la ilusión y la añoranza» del viaje hecho y del viaje
por hacer para recuperar (alcanzar) el paraíso perdido.
Transcripción cartográfica de la literatura de viajes
En este apartado se pretende dar a conocer los problemas metodológicos
nacidos del esfuerzo que supone el intento de dar forma
cartográfica a los textos literarios que nos aporta la rica «literatura
de viajes» que hace referencia a Canarias. Posteriormente, una vez
resuelta dicha problemática, se obtendrá una metodología que permita,
tras actualizar los referentes «mitológicos», una impresión
cartográfica del discurso moderno de las islas.
En esencia se trata de transcribir a «imágenes visuales» las
«imágenes literarias» utilizando para ello un código que consiste en
emparejar los elementos de la expresión, contenidos en el texto, con
unas determinadas unidades culturales; pudiéndose organizar ambos
planos en un sistema formal o tomarlos ya organizados por otros
códigos 18. De esta manera se produce la descodificación, donde una
serie de decisiones interpretativas nos llevan a considerar la <<imagen
literaria» como nuestro PAISAJE a cartografiar.
Así pues, este paisaje se convierte en un relato compuesto de
signosl9, de sentimientos, de sensaciones que evocan las que ya existen,
inconscientemente o no, en nuestra memoria cultural de
forma mítica2o .
Los personajes que aparecen o intervienen en la literatura de
viajes tratan de alcanzar este paisaje, unidad principal de transcripción
cartográfica, que es una representación ideal «mediatizada por
una operación estética cuyo desenlace nace en el interior de sus sistemas
de referencia»21, a través de una progresión de estadios que
forman parte del «ritual» que culmina en la consecución final, en
forma de fmicción, del Paraís022. Rito, cuyos pasos (iniciación,
revelación, muerte, resurrección,...) se reflejan en el relato de una
forma bastante concreta23 y que, por lo tanto, son parte de la temática
a cartografiar.
De este modo se intenta demostrar que «toda sociedad está
inmersa en un' imaginario geográfico (mítico) que alimenta el
modelo de interpretación del decorado espaciab>24, y conociendo
esta problemática es posible y viable una diferenciación del Paisaje
considerado como producto.
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La elaboración del mapa queda subordinada a la necesidad de
legibilidad y claridad de comunicar. Esto supone la discriminación
de los contenidos más irrelevantes y la síntesis o concentración de
información en los significantes: sea estableciendo significantes polivalentes
-criterio rechazable a priori al introducir la posibilidad de
ambigüedad y duda, violando la premisa de la claridad; bien sea porque
connote el signo una unidad culturaF5.
Por lo tanto, este obstáculo se soluciona a través de determinar
«unidades principales» a las que se subordine el resto de la información.
Es decir, dichas unidades serían la síntesis de todos aquellos
aspectos que aportasen algo nuevo a su especificidad como individuos
fácilmente reconocibles por oposición al resto de los individuos
-unidades principales.
Estas, también consideradas como «mito-unidades», serían en
definitiva la representación gráfica de los actores principales, de los
mitos Paraíso e Infierno.
El estudio de la obra de Olivia Stone26 nos ha puesto sobre la
pista de que tanto Paraíso como infierno poseen sus gradaciones, es
decir, que existen paraísos que son más que otros e infiernos que no
lo son tanto, e incluso existen lugares donde se advierte una dualidad
de caracteres, o sea, que presentan una ambivalencia. Sencillamente,
la riqueza de la· «de,scripción» de cada lugar vendría
determinada en función de la cantidad y calidad de la información
que nos aportan estos textos. Gracias a ellos no sólo hemos llegado
a establecer las distintas unidades que formarán la base temática de
nuestro mapa, sino que también nos ha permitido delimitarlas
exactamente.
Representaremos el proceso mediante el cual el viajero encuentra
y percibe-lee el paisaje, diferenciando algunos elementos de
dicho proceso:
- Aquello que permitió al viajero llegar al lugar en que realizó
la percepción: motivación, rutas seguidas, transporte, etc.
~ El acto de percibir, teniendo en cuenta aspectos tales como:
tamaño del campo visual, visibilidad, variación según la fase del año
o día (estacionalidad), etc.
- El objeto percibido. Su importancia es delatada por el
número de puntos de vista desde donde es posible observarlo (su
actuación pasiva). Así como por ejemplo, en una iglesia el altar
mayor es el principal elemento de culto, lo cual es reconocible ya
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
La industria turística en Canarias 539
que puede ser visto desde todo el santuario. Aquellos objetos no percibidos
son inexistentes a efectos cartográficos, del mismo modo que
no existían, no eran destacables para el viajero.
- Las características del objeto, tanto en su aspecto cualitativo
(color, sonido,... ) como cuantitativos (intensidad de las
cualidades ).
En lo referente a la intensidad se contempla la posibilidad de
«ausencia de cualidad». Así, en ocasiones, se representará el
silencio.
- Lectura del paisaje Percibir un objeto que es un signo27 es
insuficiente; hay que atribuir «sentido al objeto que se constituye en
la percepción», «superponer esquemas ya conocidos por aprendizaje
anterior»28: así, percibiendo e interpretando según un código
conocido, leemos el paisaje. De este modo, Stone asocia «Roque
NubIo» -significante- con «altar druida» -significad029 •
- Connotación del paisaje:' Así las sensaciones generadas (a
representar en calidad -horrible, inocente,...- e intensidad) no son
estímulos30 sino procesos de connotación. Un signo -el significante
es el objeto y el significado es la lectura que se le da- se constituye
en significante de otro signo cuyo significado es una «semiótica»,
una «unidad cultural»3l que en este caso es el de los
sentimientos.
Para Stone un cementerio guanche asume importancia religiosa32
• El cementerio guanche es un signo. Su significante: tumbas,
rocas grises,... Su significado: cementerio. Este signo pasa a ser significante
de un nuevo signo. El significado del nuevo signo es
«importancia religiosa» y pertenece a la semiótica de lo
religioso, trascendente.
Todos los datos se codificarán en signos cartográficos33 .
Se representarán los puntos principales con la lectura hecha por
el viajero. Primer paso para representar otros temas. El trabajo
empleado para llegar al paisaje. O la fruicción obtenida en cada paisaje.
O las rutas con la variación (gradación) de fruicción de
cada estación.
Se establece una isofruicción o línea imaginaria que une puntos
de igual placer. En fruicción diferenciamos su significado cualitativo
-amanecer, atardecer,...- del cuantitativo -intensidad-o Así
como habrá tipos iguales de diferente intensidad -es diferente la
vista que hay en Tejeda de la que hay en Las Cañadas-34 y vice-
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
540 TEYDA (Taller de Evaluación y Diseño Ambiental)
versa. El deleite es gradual, existiendo incluso goce negativo: mitounidad
Infierno.
Hay un meridiano cero: punto álgido de la felicidad, poseedor
de la referencia mítica más intensa. Su naturaleza es relativa. Su
situación e intensidad depende de cada consumidor -viajero.
En suma, el objetivo es diseñar una metodología de la representación
del paisaje aplicable a la representación de diversos ámbitos
espacio-temporales.
El hotel como medio de trabajo de la industria turística
La actividad turística utiliza como medio de trabajo al hotel que
actúa sobre el paisaje modificándolo, creándolo y recreándolo, a fin
de adecuarlo a un producto ideal que forma parte de la imaginería
tradicional del turista occidental: el mito del Paraíso perdido.
Partiendo de este hecho, es nuestra intención desarrollar en el
presente apartado las siguientes hipótesis:
1. Que el producto que la industria turística, y por su interesección
el hotel, produce responde a un esquema mental -el Paraíso-,
reproducido a través de los tiempos en la civilización occidental
por medio de imágenes literarias -la Biblia, Platón, T. Moro, J.
Milton, J. Verne, etc.- o gráficas -pinturas, cine, postales, posters,
etc.
2. Que el hotel, en su organización externa formal o funcional
e interna o simbólica, actúa como un emisor de signos, es decir,
como un medio de comunicación que actúa subliminalmente sobre
la psiquis del turista -receptor del mensaje, que, en este caso hace
referencia a un modelo de sociedad ideal que ofrece el hotel en
su programación.
3. Que el hotel, tanto en su caracterización como edificio o
empresa como en su sentido simbólico como creación del Paraíso o
santuario del ocio, se ve afectado por un fenómeno progresivo de
privatización que es consecuencia del desarrollo de la estrategia de
la industria turística.
El hotel como recreación del Paraíso. El turismo pretende restaurar
temporalmente la supuesta ligazón que originalmente unía al
hombre con la Naturaleza, utilizando el mito del Paraíso, implan-
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
La industria turística en Canarias
,
541
tado en el subconsciente del turista occidental, con el fin mercenario
de reproducir la fuerza de trabjo en el modo de producción capitalista.
De este modo, la actividad turística se asimila en su actuación
a una religión naturalista y fetichista; y si podemos decir, que en este
sentido de vuelta al estado originario de la humanidad, el turismo es
una Religión, también podemos entender el hotel, como un Templo
o Santuari035 , un recinto sagrado donde se desarrolla la Liturgia y el
Ritual36 de dicha religión, donde el turista se despoja de su condición
de obrero para transformarse en un Fiel practicante, el Héroe, que
se ha ganado con su trabajo o Sacrificio, el Paraíso.
Un Paraíso que, al igual que el Bíblico, consta de varios elementos
significativos que sirven como señales de identificación: el
agua, la vegetación y la sabia conjunción de lugares profanos y
sagrados a disposición de los beneficiarios del Edén. A pesar de
ello, observaremos que en el hotel, en este caso, la urbanización
Duna Star, no aparecen reflejados específicamente todos los ingredientes
del Paraíso cristiano -el Arbol de la Vida, símbolo de eternidad,
el Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal, símbolo del
conocimiento, el jardín de frutales variados, las murallas, el guardián,
etc.- pues eso no se considera imprescindible para la reproducción
del mito. El detallismo en la recreación de esa geografía
paradisiaca es superfluo, ya que con la señalización de las sensaciones
primarias se consigue el mismo efecto. Así pues, es más importante
la sensación de verdor en la zona del jardín que la concreción
de árboles-tipo. Los demás elementos míticos -el río, el árbol de la
vida, etc.- se manifiestan de forma más prosaica y concreta en piscinas,
torres, miradores, bungalows, etc. y en la atmósfera de atemporalidad
y ubicuidad, de irrealidad propiciada por la propia
dinámica de la urbanización, que pretende hacer ver el turista que se
ha salido del mundo ordinario en razón de su propio trabajo, para
entrar en otro donde el tiempo y el espacio no existen ni, evidentemente,
el trabajo.
Así, el hotel y su urbanización constituye un medio para llegar
al Paraíso, que es:
a) Lugar donde el turista -héroe- no trabaja ya que, según la
tradición judeo-eristiana, el trabajo es un castigo de Dios a la desobediencia
del hombre, aunque también es un medio de redimirse y
alcanzar ese mismo Paraíso de donde fue expulsado, 10 cual se
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542 TEYDA (Taller de Evaluación y Diseño Ambiental)
corresponde con la mentalidad del trabajador occidental y con la
propia estrategia del capitalismo.
b) Lugar donde el turista consume, y el consumn es otro tipo de
trabajo.
c) Lugar donde hay trabajo «camuflado» por parte del personal
del hotel, que se mantiene en un plano de aparente invisibilidad para
no perturbar la ficción del no-trabajo que se desarrolla en el
hotel.
De este modo, el Paraíso perdido de los cristianos o el de Milton,
constituyeron una mitificación del trabajo y, así como en esta
religión que conforma la actividad turística, el viaje turístico es el
ritual, vamos a observar como este ritual, que aparece también en
todas las epopeyas heróicas de la literatura universal, se mantiene
en el hotel en forma de trayectoria vital que tiene que atravesar el
héroe para llegar a su meta. En el Duna Star esto viene representado
por un camino flanqueado de palmeras que cruza la urbanización
desde su entrada hasta el mirador sobre las dunas de
Maspalomas.
El heroe en su viaje, siempre de carácter ascensiona142 , experimenta
una serie de transformaciones, por efecto de la experiencia
acumulada en las distintas paradas o estaciones de su odisea particular,
de tal modo que, tras atravesar una serie de pruebas yobstáculos,
llega curtido a la meta, que constituye su recompensa fina143 •
Esto, que se supone el eje argumental de cualquier novela de aventuras,
se plasma en la urbanización del tal modo que existen zonas de
prueba por donde hay que pasar -jardín de diseño laberíntico, campos
de deporte-, zonas de purificación o renacimiento -piscinas,
solarium-, zonas de retiro -hotel, bungalows- y las zonas de
identificación, la recompensa por excelencia del héroe que, en este
caso, sería el mirador elevado sobre las dunas. Allí se produciría esa
anhelada comunión con la naturaleza, que se traduciría a su vez, en
un estado de catarsis, o sea, un verdadero shock espiritual -de conmoción
y liberación- que le haría remontarse por encima de las apariencias
cotidianas y comprender y aceptar el verdadero significado
del ritual: reproducir el mito del trabajo, justificándolo como el
sacrificio necesario que debe hacer el hombre para conseguir esa
vuelta a sus orígenes. Por ello mismo, el rito debe celebrarse periódicamente,
debe ser cíclico a fin de reproducir, actualizar y mantener
el mito -el trabajo- que es, al fin y al cabo, el sostén del modo de
producción capitalista.
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La industria turística en Canarias 543
El hotel como medio de comunicación44 • El hotel transmite
unos determinados códigos de comportamiento a la comunidad
isleña. En este sentido, la urbanización Duna Star ejemplifica un
modelo de sociedad ideal, semejante a las recogidas en la literatura
universal -la Atlántida platónica, la Utopía de Moro, etc.
Los puntos de contacto entre los prototipos literarios y la realidad
no pueden ni deben ser gratuitos ya que la urbanización turística
como medio de renovar la fuerza de trabajo en el modo de producción
capitalista, debe ofrecer al turista una alternativa -la ciudadestado
ideal, la utopía o la «anticiudad» por excelencia- a su medio
ordinario de vida.
Arquitectónicamente, la imagen literaria se expresa en la urbanización
por medio de una planta central dividida simétricamente
por un eje longitudinal y bordeada frontalmente por una muralla -el
hotel-, flanqueada por dos torres -los vigías- que tienen evidentes
concomitancias con la estructura defensiva de castillos y fuertes
militares. Lateralmente, la urbanización se halla protegida por unos
muros de vegetación -palmeras y matorrales- que aseguran la
inaccesibilidad y aislamiento de esta ciudad-máquina-isla, rodeada
por un mar de dunas a sus espaldas y el infierno de hormigón en la
fachada principal, en donde se localiza la puerta. En el interior
encontramos tres cinturones de habitación; el primero compuesto
por el hotel propiamente dicho, detrás hallamos un espacio libre dedicado
a lugar de reunión de la comunidad -jardín, piscina, etc.- y,
seguidamente, el cinturón de villas A independientes con jardines
propios, situado a un nivel más alto que el posterior de bungalows B,
e y D, que ocupan un espacio más reducido y comparten jardines y
paredes laterales.
Esta estructura proyecta al exterior una serie de mensajes que
van desde un sistema político ideal hasta un código de valores y un
tipo determinado de relaciones sociales.
Así veríamos en Duna Star, una ciudad-estado independiente
que su autogobernaría, con un rector a la cabeza de la sociedad con
sus ayudantes y consejeros -el director del hotel y su staff-. El sistema
político podría ser una especie de comunismo aristocrático en
el que primarían determinados valores: el ocio, la abundancia, el
meritaje, la propiedad privada y la familia nuclear. La sociedad se
dividiría en castas: la de los parias, compuesta por los trabajadores
del hotel, el director y sus subalternos, y la de los elegidos, formada
por el turista alojado en el hotel, los dueños de las villas A y los de
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544 TEYDA (Faller de Evaluación y Diseño Ambiental)
los bungalows B, C y D; en esta última casta habría una cierta movilidad
según el grado de importancia -o sea, de privatización- de
su propiedad dentro de la urbanización.
Esta segunda lectura de Duna Star como prototipo de «ciudad»
utópica, evidenciaría otra finalidad de la actividad turística: la reproducción
de unas determinadas relaciones sociales -las intra e inter
familiares- y de unas también muy concretas relaciones de propiedad
-la propiedad privada.
La privatización, una constante en la industria hotelera. Desde
principios de siglo, se manifiesta en la industria hotelera una tendencia
progresiva a la privatización que hace que se incremente cada
vez más el espacio destinado a los particulares dentro de hoteles y
urbanizaciones. En principio (1905), sólo se incluían en el precio de
la estancia, los dormitorios, siendo comunes a todos los turistas los
baños; más tarde (1930), aparecen cuartos reservados exclusivamente
a la clientela del hotel -salas de bridge, salas de té, etc.-;
posteriormente, en los sesenta, se incluye en el mismo paquete, dormitorio,
baños, salón de estar, etc... aumentando las zonas a disposición
del turista -patios,jarines, terrazas, piscinas, solariums, etc.y
esa tendencia a la privatización culmina en la actualidad, con la
aparición de urbanizaciones en las que se distinguen distintas catego~
ías o niveles de privatización -en Duna Star, las villas A, los
bungalows B, C y D Y el hotel.
De este modo, la privatización se convierte en una constante de
la industria hotelera, en un esfuerzo de ésta por adaptarse a las exigencias
de un mercado que santifica o sacraliza la propiedad privada.
Ello no implica, en modo alguno la desaparición del hotel en
favor de una proliferación de villas turísticas independientes, sino
simplemente, una mayor diversificación de la oferta de cara a la
demanda.
Las urbanizaciones turísticas como factoría (Bahía Feliz)
Con este estudio pretendemos crear un modelo de análisis de
las urbanizaciones turísticas, centrado en una representativa, Bahía
Feliz (BF); en dicho examen perseguimos un triple objetivo:
1. BF como empresa hotelera es un aparato de comunicación
de la idea del Paraíso, utilizado de cara al turismo.
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546 TEYDA (Taller de Evaluación y Diseño Ambiental)
2. Esta urbanización está sometida a unos códigos que sirven
para comunicar esa idea del Paraíso.
3. El Paraíso adquiere la forma de la propiedad privada y la
urbanización se constituye en su mercado.
Cuando leemos u oímos slogans de la publicidad turística,
«Venga a su Paraíso de ensueño», no buscamos la relación existente
entre esas frases publicitarias y su significado en «sensu estricto»,
porque pensamos que no la hay y consideramos que es una metáfora.
Este trabajo pretende demostrar que dicha conexión existe y
además, estudiar la forma en que ocurre.
BF es un producto comunicativo que trabaja con todo un universo
mítico mediante unos ritos que se desarrollan en la propia
urbanización turística. Esta urbanización es un medio que expresa el
mito del Paraíso terrenal, lugar donde los bienaventurados gozarían
de la presencia de Dios y, por ende de la felicidad perfecta, donde
los humanos contactan con los poderes supramundanos; en este sentido
es comunicación. Y es producto en tanto que la idea previa del
Paraíso es transformada en mensaje por un determinado código.
Las urbanizaciones turísticas: medio de expresión del Paraíso.
Las urbanizaciones turísticas son en realidad un relato, pues constituye
la puesta en escena de una serie de mensajes. En este relato lo
diferentes elementos que lo configuran aluden a determinados referentes
mitológicos que, combinados, comunican la idea del Paraíso
(y de su contrapunto), un espacio de felicidad total mediatizado para
el turista por la urbanización, que le posibilita el consumo de
dicho espacio.
Se trata, pues, de hacer un análisis semiótico, de estudiar los
signos, de descifrar el código, es decir, descubrir las relaciones existentes
entre cada significante y los diferentes significados presentes
en la urbanización.
El cuadro uno muestra de forma esquemática las características
fundamentales del Paraíso y sus homólogas transformadas y transmitidas
por el complejo turístico.
La situación de BF evoca al Paraíso perdido, ya que es un vergel
situado en medio de un yermo, un oasis en el desierto, un jardín
del Edén40 • Cuanto más infernal es el entorno del Paraíso, más
sublime será éste.
La eternidad, carácter paradisíaco fundamental, se expresa en
la urbanización de dos formas diferentes, por un lado, con el eclecti-
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Caract. del Paraíso
La industria turística en Canarias
CUADRO UNO
Caráct. Urbanización
547
Eternidad.
Ubicuidad.
Ligazón con la naturaleza.
Abundancia, prosperidad.
Lugar sereno, paz.
Inaccesibilidad.
División del tiempo no impuesta; eclecticismo
arquitectónico.
Eclecticismo arquitectónico.
Zonas verdes (plantas exóticas y flores);
mar.
Ausencia de trabajo; zonas verdes; imagen
no descuidada.
Ajardinado; arquitectura; colores; no tráfico.
Vial; privatización de hecho.
cismo arquitectónico (mezcla de estilos pertenecientes a períodos
diferentes), lo que permite al hombre unirse al pasado pero también
al presene, ya que el mundo mítico está fuertemente ligado a él. De
este modo, la presencia de elementos clásicos nos hace viajar a la
milenaria cultura griega41 y los elementos árabes nos remiten a Los
Cuentos de las mil y una noches42 . Y, por otro lado, las actividades
que pueden realizar los turistas, aparentemente, son voluntarias y no
tienen una duración temporal determinada: Se pueden dedicar a lo
que quieran cuanto quieran, algo que no pueden hacer en su vida
cotidiana, donde se tienen que ajustar a una división del tiempo
más rígida.
La idea de estar en contacto con Dios, de ubicuidad, tiene su
correlato en BF en la combinación de materiales de distinta procedencia,
que configuran determinadas edificaciones (tea de Vegueta,
azulejos de Sevilla, etc.)43.
El Paraíso es también la imagen de la abundancia, de la prosperidad,
que posibilita la ausencia del trabajo, de tal forma que lo que
existe para el turista es el juego, el trabajo no finalista, sin fines predeterminados
(el trabajo finalista está camuflado); para ello hay un
fuerte despliegue de instalaciones, lugares e instrumentos recreativos.
Este rasgo viene representado por las zonas verdes repartidas
por doquier y por el esmero en el cuidado y limpieza del
espacio.
Todo Paraíso es un lugar inaccesible, no todos los humanos
pueden estar en él, sólo los elegidos, y esto se traduce en BF en la
dificultad que entraña su acceso y en la privatización de hecho a que
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
548 TEYDA (Taller de Evaluacidn y Diseño Ambiental)
está sometida la playa, que el es Paraíso para muchos; para otros, es
el sol, el paisaje circundante, etc.
El jardín exhuberante que se encuentra en el centro de la urbanización,
salpicado de chozas al estilo africano, cumple la función
de inyectar más fuerza al mito del Paraíso, pues en la mente del
europeo aún persiste la idea de que Canarias es Africa. Estos elementos
africanistas rememoran también el mito del buen salvaje, del
Tarzán, rey de la selva, fácilmente asimilable para el turista.
Hemos visto como los complejos turísticos transmiten el mito
del Paraíso Perdido y, en dicha comunicación, se utiliza un código
que transforma la información inicial hasta llegar al destinatario. El
código es aquel que opone en la urbanización las situaciones del
mundo cotidiano a lo que sería un paraíso. El código se ha tenido
que adaptar a la sociedad en la que tiene lugar el proceso comunicativo;
aquella, en nuestro caso, tiene como rasgo institucional básico
el predominio de la propiedad privada y los medios de producción y
distribución, ello supone la sacralización de la propiedad privada en
la urbanización que comunica también un tipo de sociedad
ideal.
Las ciudades ideales, precedentes de los complejos turísticos.
Este constituye el segundo punto de nuestro debate, el reconocimeinto
de que los rasgos de las urbanizaciones turísticas actuales
coinciden con algunos de los que caracterizan a los modelos de los
socialistas utópicos, e incluso antes, en «La República» de Platón o
la «Utopía» de T. Moro. Estas ciudades ideales eran también una
actualización del Paraíso al momento histórico de cada uno de sus
autores44 ; y al mismo tiempo que exponían su ideal de ciudad señalaban
el ideal político para conseguir la felicidad, pero, en realidad
proponían un tipo de sociedad continuadora de la existente45 •
En el cuadro dos aparecen algunos rasgos de la ciudad ideal y
su correspondencia en BF.
La urbanización parece ser una sociedad sin clases integrada
sólo por turistas, sin embargo, se puede diferenciar entre éstas tres
categorías en función de su lugar de residencia, lo que implica relaciones
diferenciadas con el grupo. Así, en el hotel Orquídea (el más
grande) y en los otros hoteles periféricos, al tener un uso colectivo
de sus instalaciones, hay mayores posibilidades de relaciones interpersonales.
Todo lo contrario ocurre en los bungalows escalonados
en una ladera, tanto más herméticos cuanto a más altura se encuentran
(la cima es la morada de los dioses), en éstos tomar el sol, por
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Ciudades ideales
La industria turística en Canarias
CUADRO DOS
Urbanizo turísticas
549
Existencia de clases sociales.
Ciudad ordenada, «concéntrica
» .
Autosuficiencia, aislamiento.
Supresión, contradicción
campo-ciudad.
Ideal de ciudadano.
Categorías de turistas según residencia.
Tres grupos de construcciones diferenciadas.
Abastecimiento asegurado; inaccesibilidad.
Jardines (reproducción de la vida campestre).
Cuidado del cuerpo (... ): tenis, windsurfing.
ejemplo, se puede hacer de forma privada. El último grupo, es un
conjunto más reciente de 3-4 plantas, separado del hotel por un
barranco, privatizada hasta la carretera de acceso y con instalaciones
propias. Del mismo modo, la playa se haya compartimentada
por dos brazos de piedra o escolleras, lo que supone una forma privada
de disfrutar de ella.
El ideal de ciudadano en esta urbanización, es aquél que se
esmera en el cuidado de su cuerpo, aquél que practica determinados
deportes, el tenis y, sobre todo, el windsurfing; éste constituye una
«prueba» que no todos pueden superar. Su objetivo es la búsqueda
de un nuevo héroe, para lo que se exige mucho esfuerzo, individualidad,
competitividad y espíritu aventurero enalteciéndose así los
valores de la sociedad capitalista.
Cabe destacar, por último, la incorporación de elementos pintorescos
a la urbanización, es el caso de una construcción situada en la
ladera, cuya fachada es a base de lajas de basalto y, también, una
curiosa casa preexistente a orillas de la playa, aunada estéticamente
al conjunto urbanístico, teniendo incluso pilastrillas acabadas en
semicírculos, parecidos a las bóvedas semielípticas (las cuales parecen
indicar un contacto con la deidad), que son frecuentes en
el complejo.
Ahora sabemos cuál es la esencia de BF, cuál es su función,
cómo la desempeña; en definitiva, se ha desentrañado que, en última
instancia es un referente mitológico el que configura las urbanizaciones
turísticas. Por otro lado, ha quedado. demostrado que una de las
formas de producir turismo es la comunicación de mensajes en
forma de imágenes y no de conceptos. Además se ha utilizado un
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
550 TEYDA (Taller de Evaluación y Diseño Ambiental)
modelo interpetativo extrapolable e incluso generalizable a otras
urbanizaciones turísticas, teniendo en cuenta el grado de evolución
en que se encuentran.
Las urbanizaciones turísticas no sólo reproducen el Paraíso,
sino también la «ciudad perfecta». Sin embargo, en ningún momento
hemos designado como ciudad a los complejos turísticos porque éstos
no desempeñan funciones propias de aquéllas. Sí se asemejan a una
ciudad-factoría puesto que los elementos destinados a la
producción-eonsumo de la mercancía turística son parte de un todo
que es el complejo turístico.
Consideramos que no existe conciencia de que las urbanizaciones
turísticas evoquen al Paraíso Perdido ya que en la actividad
comunicativa la referencia a los códigos se hace de forma automática;
de manera que se exige una cierta preparación para descubrir el
código usado, y con ello toda una serie de decisiones interpretativas
sobre el significado de los diferentes elementos o personajes que
componen el relato comunicativo. Esto ocurre así ya que en todo
proceso comunicativo el código no lo suele dar a conocer el emisor
al emitir el mensaje y además, porque en ningún momento se piensa
que los distintos elementos configuradores de las urbanizaciones sean
signos es decir, que sean significantes poseedores de significados46
•
Un último aspecto nos queda por reseñar, el turista nunca consigue
su ansiada meta, ya que el Paraíso al que accede es sólo un
reflejo, una representación, del «Paraíso Ideal»; como dice Raffestin,
«la búsqueda de lo inalcanzable es el resorte más poderoso
del viaje».
Gran Canan"a como objeto y resultado
de la actividad productiva turística
En las páginas anteriores hemos caracterizado parcialmente
diferentes momentos de esta actividad productiva. Tales características
se incorporan a este producto (Gran Canaria) a través de la
misma labor, haciéndolo regular, sometido a la ley de la actividad,
que a su vez se somete al orden social en tanto lo representa y actúa
adoptando la totalidad social como ámbito de representación.
La concepción de este proceso como comunicación nos conduce
a entenderlo en términos de producción-eonsumo de relatos o
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
La industria turística en Canarias 551
textos (organizaciones de signos conforme reglas de codificación
que ponen un paisaje en lugar de -como representante de- un
«mito-concepto») que, para nosotros adoptan la forma particular de
«paisajes» que participan, mediata o inmediatamente, del discurso
de los orígenes.
La expresión de los paisajes como «mito-conceptos» se sirve de
unos medios:
El hotel es la expresión más elemental de la casa, la forma prototípica
de la sociedad, aquí, en este producto «Gran Canaria», ha
de entenderse: «la familia» y, por tanto, la propiedad privada de la
muje~ como fuerza de trabajo reproductora, el propietario, patrón y
líder, lo poseído, las relaciones interpersonales como relaciones de
propiedad, etc.
La urbanización es la organización compleja de la casa, un
ámbito de representación más amplio en el que las mismas relaciones
citadas tienen una dimensión múltiple: «la familia» se proyecta
como «la corporación», el «clan», el «equipo», la «nacionalidad» y
otras formas cerradas, organizadas para la reproducción de la armonía
social y la quietud del Cuerpo Social como organismo biostásico,
idéntico a sí mismo e inmune a la corrupción del Cuerpo
Sensible.
El paisaje puede analizarse con mayor precisión y detalle si se
logra su expresión cartográfica que ha de pasar por el desentrañamiento
de la actividad turística como representación del movimiento
exorcizado, convertido en piedra.
Por lo que Gran Canaria se caracteriza, respecto de la actividad
turística entendida como comunicación, por ser un producto
conforme con el ideario mítico de las «clases medias» de principios
de los años ochenta, pero que presenta una situación crítica respecto
de los patrones de evolución de ese mismo segmento social de finalés
de la década.
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552 TEYDA (Taller de Evaluación y Diseño Ambiental)
NOTAS
1. La semiología incluye «... entre los signos todos los aspectos de la cultura y
de la vida social, incluyendo precisamente los objetos». El amanecer, comienzo del
día, connota otros hechos como se ve en los relatos míticos. ECO, U. «Signo»
(1980), Barcelona, Labor, pág. 39.
2. GIL, R. «Los cuentos de hadas» (1982), Barcelona, Salvat, pág. 29.
3. HESIODO. «Teogonía», pág. 215.
4. VERNE, J. «Agencia Thompson y Cía» en O.O.C.C. Tomo VII (1971),
Barcelona, Plaza y Janés, pág. 438. Una aplicación en el ámbito turístico: CUBAS
VALENTÍN, «El hotel como medio de trabajo en la industria turística», VIII Coloquio
de Historia Canario-Americana, Las Palmas (Octubre, 1988).
5. VERNE,op. cit., páginas 444, 447 y 457; sobre Las Palmas y S/C. Calles
elegantes en Las Palmas, 1925-30: preocupación visible en prensa -expresamente
para turismo- y orenanzas municipales -así la Normativa de Contrucción del 27 de
julio de 1927.
6. «La epopeya de Gilgamesh», versión de BARTRA, A. Barcelona, Plaza y
Janés (1972), Tablilla IX, 11 -ascenso a la montaña.
7. VIERA Y CLAVIJa, J., «Historia de Canarias» Tomo I (1978) Madrid,
Cupsa, págs. 100-104.
8. ELIADE, M., «Iniciaciones místicas» (1975), Madrid, Taurus, págs. 128 y
ss.
9. Gilgamesh, IX IV.
10. VIERA Y CLAVIJa, J.,op. cit., págs. 100-104. Mr. Edens, es quien llama
«ruinas» al paisaje del Teide. .
11. La cabeza y el pecho del hombre-escorpión rozan el cielo y el infierno respectivamente
(Gilgamesh, IX, 11). No es difícil relacionar cabeza y pecho con
cima y laderas.
12. Queda ejemplarizado en VERNE, J., op. cit., Cap. 20. En la cima del
Teide.
13. Véase ELIADE, M., op. cit., pág. 68 y ss.; y VERNE, J., ibídem.
14. RODRÍGUEZ ADRADOS, J., «Dioses y héroes: míticos clásicos»
(1980), Barcelona, Salvat, pág. 34.
15. VERNE, J. op. cit., pág. 491-493.
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La industria turística en Canarias 553
15a. Humboldt, cit. por MARTÍNEZ DE PISÓN, «Entre el Etna y el Teide»,
en Gaceta de Canarias, núm. 8, pág. 61-65.
16. GIL, R., op. cit., pág.s 28-29; es una purificación.
17. Olivia Stone al volver del barranco de la Virgen, sorprendida por la noche y
ruido de fiestas, procuró volver a Las Palmas tan pronto como le fue posible.
STONE, O., «Tenerife and its six satellites» (1889), London, Marcus Ward and
Company, p. 368.
18. Vid. ECO, U. (1980) «Signo» Labor (Temas de Filosofía) Barcelona.
19. «Las tendencias actuales de la semiología (oo.) se inclinan a incluir entre los
signos todos los aspectos de la cultura y de la vida social, incluyendo precisamente
los objetos» ECCO, U.,op. cit., p. 39.
20. «El mito garantiza la estabilidad de la realidad existente» VV.AA. (1977)
«Las religiones antigüas» Vol. 1: Historia de las Religiones, S. XXI, Madrid.
21. RAFFESTIN, C., «Nature et culture du lieu touristique» Revista Mediterranée.
Núm. 3, pág 15. (1986).
22. «El viaje turistico es una progresión en busca de un paraíso perdido VV.AA.
«La imagen turística y la infraestructura hotelera en la isla de Gran Canaria (siglos
XIX-XX)>> IV Congreso Iberoamericano de Antropologia, Las Palmas, 1987.
23. «Toda repetición ritual de la Cosmogonía viene precedida por una regresión
simbólica al "Caos". Para que pueda ser nuevamente creado, el viejo mundo ha de
ser previamente aniquilado.» ELIADE, M. (1975) «Iniciaciones místicas» Taurus,
Madrid, p. 13.
24. RAFFESTIN, C. (1986) op. cit., pág. 15-16.
25. Vid. ECO, U. op. cit., p. 98, 182 y 183.
26. STONE, O. op. cit.
27. El objeto. como signo: ECO, U. op. cit., p. 139. El paisaje como composición
de signos: DIAZ ALMEIDA, F. L. «Imagen turística-Funcionamiento», VIII
Coloquio de Historia Canario-Americano, op. cit.
28. Eco exponiendo a Husserl; ECO, U. op. cit., p. 135.
29. STONE, O. op. cit., p. 311.
30. «El estimulo no se pone en lugar de otra cosa, sino que provoca directa-mente
esta otra cosa» ECO, U. op. cit., pág. 23.
31. ECO, U.op. cit., pág. 98 y 183.
32. STONE, O. op. cit., pág. 350.
33. ECO, O. op. cit., pág. 84.
34. VERNE, J. op. cit., pág. 460 y 483.
35. VV.AA. «Las religiones antiguas» op. cit., «El templo es la representación
de la forma del mundo y los ritos son su dinámica», pág. 140.
36. «Los ritos son acciones muy prosáicas que adquieren sentido litúrgico gracias
al mito o al hecho de celebrarse en terreno sagrado» Ibídem, pág. 141 y
142.
37. «Lo espontamento nello spazio geográfico porta il viaggiatore su un diverso
gradino nella scala della virtÚ» pág. 13 RAFFESTIN op. cit.
38. Vid. DÍAZ ALMÉIDA, F. L. op. cit.
39. Vid. MARTEL GONZÁLEZ, F.; NARANJO CIGALA, A. y TORRES
ESTUPIÑÁN, C. G. (1988) «La urbanización como factoría» VIII Coloquio de
Historia Canario-Americano. Las Palmas de Gran Canaria.
40. El Edén es una estepa y en medio de esta estepa, Dios creó un jardín her-
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554 TEYDA (Tal/er de Evaluación y Diseño Ambiental)
moso para el hombre. VV.AA. (1964) «La Santa Biblia». Plaza y Janés. Vol. 1, Bar.
celona, P. 106.
41. «Así, la cultura grecolatina, que sólo es conocida por sus ruinas, ha incitado
a privilegiar una naturaleza ideal». RAFFESTIN, C.,op. cit., pág. 15.
42. Estos elementos son unos estupendos aliados de la producción turística,
puesto que para que ésta se desarrolle es imprescindible una reducción de las distancias
y, es innegable que ello se logra con la ayuda de dichos elementos.
43. «El fenómeno turístico es susceptible (...) de identificar todos los lugares».
Vid. RAFFESTIN, C., op. cit., p. 19.
44. Para Owen (1856), el paraíso se hacía realidad en una comunidad obrera
autosuficiencia basada en la cooperación social.
45. Platón piensa que el sistema político ideal es la República, pero en ella continúan
existiendo los esclavos.
Para Fourier, la ciudad ideal es el falansterio, una especie de cooperativa de
producción y consumo donde no subsistirían las desigualdades fundamentales, pero
seguirían existiendo las clases sociales y jerarquías.
Se puede encontrar un cierto paralelismo con BF, donde existe el
trabajador mimetizado.
46. Vid. ECO, U. op. cit.
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BIBLIOGRAFÍA
La industria turistica en Canarias 555
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PLATÓN (1985) «La República o el Estado». Edaf 21, Madrid.
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RIvERa VENTURA, E. YVERA GALVÁN, J. R. (1987) «La utilización del
paisaje agrario en la industria turística: una forma de explotación del
trabajo agrario por el capital actuante en el turismo». IV Coloquio
Nacional de Geografía Agraria. Canarias.
• Componentes del Grupo TEYDA:
- CUBAS VALENTÍN, C. R. (Estudiante de Quinto de
Historia, UNED).
- DÍAZ ALMEIDA, F. L. (Estudiante de Quinto de Historia,
UNED).
- DÍAZ MELIÁN, R. M. (Estudiante de Quinto de Geografía, U. de
La Laguna).
- MARTEL GONZÁLEZ, F. (Estudiante de Quinto de Geografía,
U. de La Laguna).
- NARANJO CIGALA, A. (Estudiante de Quinto de Geografía, U.
de La Laguna).
- TORRES ESTUPIÑÁN, C. G. (Estudiante de Quinto de Geografía,
U. de La Laguna).
- VERA GALVÁN, J. R. (Profesor del Departamento de Geograúa
del Colegio Universitario de Las Palmas). Coordinador del Grupo
TEYDA.
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