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LAS RELACIONES DE LAS AZORES CON AMERICA ESPAÑOLA Y LAS CANARIAS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII ARTUR TEODORO DE MATOS Al estudiar la historia de la expansión portuguesa, se comprueba que el archipiélago de las Azores desempeñó una función esencial que la advinó principalmente de su situación geográfica, pero también de las condiciones de su clima y de la riqueza agrfcola de su suelo. En efecto, poco después de su poblamiento que se inició a partir de 1439, las Azores comienzan a adqui-rir una importancia creciente que se evidenció enseguida por la producción de cereales, atribuyéndose, gradualmente, como soporte de relieve del co-mercio portugués con la costa occidental africana y con el oriente, ya en el siglo XVI. Pero el descubrimiento de América por Cristóbal Colón y por consi-guiente las relaciones comerciales que se establecieron a partir de Castilla vi-nieron aún más a reforzar la importancia que el archipiélago desempeñó en la historia del Atlántico durante los siglos XVI y XVII. Es mas, no debemos olvidar el testimonio de Antonio de Herrera sobre la influencia que en el es-piritu de Cristóbal Colón tuvieron algunos hechos obsemados en las Azores y que io impuisaron a proseguir ia tarea de descubrir las tierras occidenta-les ' . Con las Canarias, las relaciones se remontan también al siglo XV y, si se acepta que el presumible descubridor de las Azores, Diego de Silves (?) las hallara al regresar de un viaje de la expedición que en 1427 se hiciera a las is-las Canarias, le pertenece, por antieedad, la primacía de esas relaciones2. 1. Cf. Historia General de los Hechos Castellanos en Lu islasg tierrafirme de( mar océano, Madrid, 1601. T. 1, Cap. 11 y 111, págs. 4-6. Sobre este asunto vease DO CANTO, Ernesto, Os Corte- Reaes. Memoria Histórica, en Arqujvo dos Aqores, Vol N, 22 ed., Ponta Delgada, 1981, págs. 434-437. Las relaciones de.las Azorex El archipiélago de las Azores debido a la fuerza del régimen de vientos (alisios del Nordeste), en seguida se convierte ínciuso antes de Colón, en la gran escala de Guinea, de la Mina, de Santo Tomé y, poco después, de la In-dia, del Brasil y de la América española. Con todo, es la ruta odo, es la ruta de la India, corrientemente conocida por Carreira da India que hará de estas islas, y principalmente de la Tercera, importante escala de regreso. La volta pelo largo que los navios provenientes de Africa, de la India o de América tenían obligatoriamente que tomar, los llevaba a este archipiélago. Desde -&, los -qiCiltos y las corrien:es fa;.or-,&s c-i,&-iac lonsu.í!G s cz-gados a Lisboa, a Cádiz o Sevilla. La necesidad de escalar las Azores en el viaje de regreso irá a provocar un área de actuación de corso y pirateria en esta zona, que constituye el vér-tice del triángulo comprendido entre el sudoeste de la Peninsula Ibérica, a las Canarias y a las Azores3. Nótese, que el lado del triángulo limitado por la Peninsula Ibérica y las Canarias, coincidía, en groso modo, con la ruta segui-da ya sea para aquel archipiélago, ya sea para Africa y la India. La importancia de la escala en la isla Tercera, se acentúa aún más des-pués del regreso de Vasco de Gama de la India en 1499 y la actividad cre-ciente de corso en estos lugares exigirá de la Corona portuguesa, adoptar medidas de fiscalización y apoyo, para garantizar mayor seguridad a las naves que regresaban a Portugal. Por esto, fue promulgado, en 1 520, el Regimento para as naos da India nos Afores donde se dictaban, con pormenor, las normas a aplicar a las naves que regresaban de Oriente, ya sea en lo que respecta a la seguridad de sus cargas, ya sea sobre las necesidades de abastecimiento de los navíos4. Pero, no era suficiente la promulgación de leyes para tal efecto, era im-periosa la necesidad de creación de estructuras de control y, simultáneamen- 2. Cf. FREITAS, Jordao de: As ilhm do Arquipié/ago dos Agores na HLrtorza.da expan& portu-guesa, en Historia da Expansso Portuguesa no Mundo. Dirigida por Antonio Baiao, Hernani Ci-dade e Manuel Murias, Vol. 1 Lisboa, Atica, 1937, págs. 294-295 y MAGALHAES GODIN-HO, Victorinoo Dotumenfos sobre a E~pansrioP ortugma, Vol 1, Lisboa, Gleba, pág. 208. 3. Véase TEIXEIRA DA MOTA, A.: As rotar mariímaspoliugwesar no Atldntico de meadar do s&lo X V aopenrílfimo quartel do sei.wo W I , en Do Tempo e da Historia, 111 (1 970), pág. 28. 4. Archivo Nacional de la Torre del Tombo, Leis, mazo 2, doc. n' 167, publicado en el Ar-quivo dos Apres, 21 ed Vol. 11 (1981) págs. 29-33. te, de defensa de esta importante área comercial. Por esto, alrededor de 1527, Pero Anes do Canto, natural de la isla Tercera, es nombrado provee-dor de las armadas de la India, Brasil, Guinea y ~ i n a jE. l papel desempeña-do por esta Provedoria das Amadas da Iba Terceira va a ser esencial no sólo al comercio portugués y al de Oriente, sino también a las relaciones entre Es-paña y sus nuevas colonias de América Central y del Sur. Finalmente y como medida de apoyo principalmente a las armadas que regresaban de la India, e incluso a las que venian de la Mina o del Brasil, se enviaba anualmente, de Lisboa a las Azores una armada, la conocida armada das ilhar que tenía como misión esperar en las proximidades de la isla más occidental y también la menor de las Azores, Cuervo (Corvo), la llegada de las naves de la India para acompañarlas hasta Lisboa después de hacer escala en el puerto de Angra en la isla ~ e r c e r a ~ . Por la importancia que la Provedoria das Armadas tuvo en el comercio hispano-americano en el siglo XVI veamos, aunque sea casualmente, su organización y funciones principales. Integrada casi únicamente por el pro-veedor que ganaría por este cargo 50.000 reales anuales, disponía de estiba-dores y, a partir de 1552, de un cuerpo de 12 bombarderos. El soporte fi-nanciero para los gastos que anualmente se efectuaban se lo daba el almojari-fazgo de la isla. El corregidor colaboraba en muchas de sus acciones y, sobre todo, impone soluciones de fuerza en situaciones difíciles. Dígase también, que el cargo de proveedor de las armadas se mantendrá en la familia Canto hasta su extinción en el siglo XVILI. La acción desenvuelta por esta organizaci6n casi rudimentaria de apoyo a la navegación atlántica durante los siglos XVI y XVII es verdaderamente importante. Se podría tal vez sintetizar en tres aspectos esenciales: abasteci-miento; guarda y proteccion; y vigilancia y defensa. En la isla Tercera y, menos frecuentemente en S. Miguel o en otras is-las, se abastecían de agua, bizcocho, carne o pescado y algunas veces de vino las naves que regresaban del Oriente, de Africa, del Brasil o de la América española. 5. «...eu a vynte anos que syrvo V. A. n'esta negocea@o das naos da India..)) Cfr. A.N.T.T., Co@ CronoIó@co, 1-79-49, carta de Pedro Anes do Canto al Rey, isla Tercera, 18 de Julio de 1547, publicado en el Arqufyo dos Ayores, 2a ed. Vol 1 (1981), pág. 130. 6. Se conocen muy pocas normas sobre esta armada de las islas. Preparamos, para publica-ción, dos de esos documentos dados a Pedro Correia de Lacerda, capitán-mayor de la-armada de las islas en los años de 1572 y 1575. Las relaciones de las Azores 6 Aunque el viaje por recorrer fuese ya corto, y no exigiese, por tanto, gran cantidad de provisiones, y a pesar de que las naves no deberían perma-necer más de tres días en esta escala, la necesidad de protegerse contra un posible ataque de corsarios o de reparar allí averías podría dar lugar a una permanencia de las naves prolongada. Pero el aprovisionamiento de alimentos era particularmente necesario para la armada das ibas que allí permanecía durante cuatro o cinco meses. Estaba formada en media por unos ocho navíos con una tripulación de 400 a 500 hombres, era abastecida en Lisboa de vino, aceite, vinagre y, en algunos casos, de bizcocho para cuatro o cinco meses y de carne y pescado para sólo un mes. Cabía al proveedor suministrar estos dos produaos y, en mu-chos casos, el bizcocho, en cantidades necesarias para ese tiempo. La abun-dancia de estos produaos y su bajo costo asf lo aconsejaron8. Aun, debemos tener en cuenta que estos aprovisionamientos se hacían con algunas dificultades, principalmente en lo que se refiere al pan y a la car-ne. La falta de cereales que se hizo sentir durante algunos años en las Azores y la obligatoriedad de exportar este producto para las plazas del Norte de Africa y Portugal Continental aún acentúaba más la dificultad de ese abaste-cimiento. También surgen dificultades para la adquisición de carne con el mercado local, esto exigía del proveedor recorrer las demás islas del archipié-lago. Por otro lado, no siempre el almojarifazgo tenía disponibilidad finan-ciera para soportar los encargos de la compra de los bienes alimenticios ni para aguantar el pago de sueldos. El límite de estos gastos es fijado en 40.000 reales anuales9. En 1538 la deuda contraída con los aprovisiona-miento~ p ara los navíos de la India alcanzó los 400.000 realest0 y en 1608, Francisco de la Rua informaba al rey de las dificultades en el sustento de los soldados puesto que la renta del pastel se habfa gastado en el abastecimiento 7. Biblioteca Pública y Archivo de Ponta Delgada, Fundo Ernesto do Canto, Ms. 210, m-7, ti-tulo de 25 de Enero de 1575; Ms. 78, t. 11; fls. 133-134 v. carta de 28 de Julio de 1584; t. 1 fls. 23v-27, carta de 8 Abril de 1552 y fls. 8-9, carta de 6 de Mayo de 1536. 8. Sobre este tema así como sobre las fuentes para estudiarlo, puede verse con mayor pro-fundidad en nuestro estudio: A prevedona das Amadas da ifba Terceira e a Carreiro da India no s&- /o XVI, escrito presentado al 11 Seminario Internacional de Historia Indo-Portuguesa (Lisboa 20-24/10/1980) a aparecer en las Actar ... actualmente en tipografía. 9. B.P.A.P.D., F.E Cgnfo, Ms. 78 t. 1, 1. parte, fls. 2-2v y t. 1, Zaparte, fls. 42-43, disposición de 11,VIII. 1539y 19.V. 1548. 10. A.N.T.T., C.C., 1-63-20, carta de Pedro Anes do Canto al rey, de 19. X. 1538, en Ar-qufvo dos Apres, 1, págs. 124- 128. Teodoro de Matos de las naves de la 1ndial1. La guarda y protección de las naves se hacia por la armada que la coro-na enviaba anualmente a las Azores (armada das ilhas) y que, como ya vimos, las esperaba en el extremo occidental del archipiélago, conduciéndolas des- , pués a Lisboa. No siempre, sin embargo, se organizó esta armada, o estaba formada por el número suficiente de embarcaciones. En estas circustancias, le competía al proveedor armar el número de navios ~ ~ c i e n tpeasra suplir la falta o la insuficiencia de la armada. Y lo hizo varias veces12. Pero también no siempre los navíos procedentes de la India o de la Mina eran aguardados en la isla de Como. La aparición inesperada de naves de esos lugares o incluso de la América española exigió varias veces el fletamiento de embarcaciones para proteger aquellas hasta el puerto de desti-no, principalmente cuando se temían algún ataque de corsarios. Por este mo-tivo y en contra de las normas existentes, que impedfan la descarga de mer-caderías en Angra e incluso el desembarque de la tripulación y pasajeros, en varias ocasiones se descargó en el puerto de aquella ciudad el oro de la Mina y de América para impedir así el asalto de corsarios y piratas. Su transporte para el puerto de destino se hacia nada más estuvieran garantizadas las mínimas condiciones de seguridad. En una escala importante como era la de la isla Tercera exigía la existencia de estructuras de apoyo a la navegación, como es la posibilidad de armarse y reparar embarcaciones, y disponerse de estibadores, etc. Son también abundantes las pruebas que demuestran la exis-tencia de tales infra-estructuras y más que eso, el uso que de ellas hicieron muchas de las naves que por allí pasaron13. Finalmente, le estaban confiadas a la proveedurfa acciones de vigilancia y defensa. La amenaza de los corsarios franceses que recaía sobre el Atlánti-co a mediados del siglo XVT así como a fuiales de siglo, el recelo a los Tta-ques de corsarios y piratas ingleses exigieron no sólo una apretada vigilankia, sino también la necesidad de informar a la corona de cualquiera de sus movi-miento o actividades. De ahí la preocupación que tenía siempre presente el 11. Archivo General de Sirnancas: G m a Antigua, 723, carta de 28. X. 1608. 12. Se sabe que durante los allos, 1540, 1544, 1550, 1551 y 1555, no habiendo armada de las islas el proveedor mandó armar navfos para que fueran a la isla «Como» a esperar a las naves de la India En 1532, 1536, 1538 y 1549 Pedro Anes do Canto refonó la misma armada (Cfr. B. P.A.P.D.), EE Canto,.Ms. 78. 13 A.N.T.T., C.C. 1-6.0-11, c&a de Pedro Anes do Canto de 13. XI. 1537 y B.P.A.P.D., EE. Canto, Ms. 78, t. 1, 2. parte, 4s. 27-28, disposición de 26. 11. 1544 Las relaciones de las Az0re.r 8 proveedor de llevar al rey noticias directas o indirectas sobre los corsarios y la insistencia de éste en solicitarlas. También la necesidad de defensa en el mar o en tierra era apremiante. Por eso la corona envió bombarderos para que se incorporasen en las naves que Pero Anes do Canto mandaba armar para ir a la isla del CONO, como sucede en 155014. Dos años después al mismo proveedor se le encargó re-clutar y enseñar en cuatro meses ((Vinte homens para servirem de Bombar-deiros)) en las armadas que él organizase, de los cuales serfan seleccionados los doce mejores15. En ese mismo año de 1552 se mandan a las Azores al doctcr Mame! A!rwez e IsiUre de Mmeidas pwa q x , c m e! pre-veedcr, ifi-dicasen los lugares que carecian de fortificación16. De esa diligencia habrá resultado la construcción del castillo de S. Sebastián en la ciudad de Angra que, poco tiempo después, se inició. De otro modo, como forma de responder a la piraterfa francesa, se sugirió ya al rey en 1543 la construcción de baluartes de piedra y cal, «en to-dos os lugares de porto de mar onde inimigos ou ladroes possam desembar-c a ~ ) ~ 'P.a ra la protección del puerto de la ciudad de Ponta Delgada, en 1551, se proyecta el castillo de S. Brás, cuya construcción comenzará dos años después 18. Es conocida la importancia que las Azores y, de un modo especial la isla Tercera, desempeñaron como escala de regreso del camino de las I~idias. Pierre Chaunu, Magalhks Godinho, Frédéric Mauro y, recientemente, Lo-renzo Sanz, entre otros, lo mencionan frecuentemente19. Pero, Ccuál es efec- 14. Ms. 28, t.1, 1' fls. 9v-11, Carta del proveedor de los almacenes a Pedro Anes do Canto de 19. XII. 1550, en Arquiuo dos Apres, XII (1892), pág. 41 6. 15. Ibid. t. 1, 1. parte., fls. 20v-22 y 23v-27, disposición de 8. IV. 1552. 16. Ibid. t. 1, 1. parte., fls. 34v-35v, en Arquiuo dos Afores, XII, págs. 417-418. 17. A.N.T.T., Cart. Miss., m.3 n" 205, en Arquiuo dos Acoses, V, pp. 365-366. 18. A.N.T.T., C.C. 4-37-12. Carta de Manuel Núnez Ribeiro al rey, de 23. 111. 1551, en Arquiuo dos Afores, 111, pág. 18. 19. CHAUNU, Pierre: Seville e# lfAtíantique. 7504- 1650, Vols., Paris, 1955-1960; MAURO, Frédéric: Leportugal ef I'Afíantique au XI/IIz siécíe ( 1.5 70- 16 io), París, 1960; MAGALHAES GO-DINHO, Vitorino: Os desmbrimentos e a emnomia mundia4 Vol. 11, Lisboa, Arcadia, 1965 y LOREN-ZO SANZ, Eufemio: Comercio de +ñu con América en L epoca de Felipe 11, 2 v~ls.~ValladoLid19, 80. 9 Teodoro de Matos tivamente la importancia que tuvo esta escala en el comercio de España con América? ?En qué medida las naves de la plata y del oro gozaban de las es-tructuras existentes? ?Qué es en contrapartida, lo que las Azores y Portugal recibieron por esta escala? Desde 1518, por io menos se tiene conocimiento de la escala regular de las naves de América en las Azores. En efecto, en ese año, y a petición de Carlos V son escoltadas desde la Tercera por dos carabelas portuguesas, cin-co naves que regresaban de las Antillas trayendo oro20. Aunque no se cono-cen los registros del movimiento de la aduana de Angra durante este siglo, ia documentación exisrenre, ya sea en las Azores como en España, es sufi- m - N ciente no sólo para adelantar algunos datos de esas entradas sino también E para patentizar su importancia. O n A lo largo del siglo XVI y especialmente a partir de 151 8, se constata el =m número creciente de escalas del camino de las Indias en la isla Tercera. En O E E efecto, a lo largo de ochenta años (1518-1598) por lo menos cuarenta y dos 2 E veces la armada de América es socorrida en esta escala, guardando en tierra, unas dieciocho veces, los cofres de oro y de plata21. La amenaza de los cor- 3 sarios franceses al principio y después de los holandeses e ingleses fue el mo- e-tivo, por lo menos aparente, de gran parte de esos desembarcos. Pero tam- m E bién los temporales y las averias a bordo, condujeron en algunos casos, a la O arribada en la isla ~ e r c e r a ~ ~ . La asistencia y protección dada por la proveeduría de las armadas a los E navios del Perú y de las Antillas, fue varias veces solicitada por la corona es- a pañola, bien sea directamente al proveedor, bien a través del rey de n Portugal, haciendo por tanto obligatoria no sólo la escala sino también 5 20. A.N.T.T. Cart. Miss., m. no 443 en Arquivo dos Ayores, 111, págs. 27-28. O 21. Se tiene noticia de que naves procedentes de la América española hicieron escala en la ida Terceira en ios síguientes años: 1518, 1528, i537, 1538, 1539, 1541, 1547, 1548, ij4, 1552, 1553, 1554, 1555, 1556, 1557, 1558, 1560, 1561, 1563, 1566, 1570, 1571, 1573, 1580, 1581, 1587, 1589, 1590, 1593, 1596, 1597, 1598. Los libros de registros de entrada de navios de la Aduana de Angra serían fundamentales para esta cuantificación. La que aquí se hace habrá de ser entendida como muestra. Recogemos estos elementos en la documentación de la Proveedu-ría de las Armadas, existente en la B.P.A.P.D., Fundo Ernesto do Canto, Ms. 78 y en las fuentes que se mencinan seguidamente: Archivo Nacional de la Torre do Tombo; Copo Cronofogico, 1-79-35, 1-79-49; 1-87-133; Cartas Missivas, 1,443, Archivo General de Simancas: Estado L. 121, 371, 372, 377, 379, 380, 389, 2389; Consejoy Jrrntas de Hacienda, L. 25, 70, 121, 125; Contadurias Ge-nerales, L. 3055; Guerra Antkua, L. 116, 188, 214, 284, 375 y 51 l; Patronato Rea4 L. 251; Archi-vo General de las Indias; Contaduría, L. 439,I. Genera4 L. 2002. Algunas de estas fuentes están referidas en la obra de Eufemio Lorenzo Sanz, ya citada en MAGALHAES WDINHO, Vitori-no: Os descobrimnfos e a emnomtá mundia(, también ya citada. 22. A.N.T.T., C.C., 1-79-35 en Arqivo dos Asores, 1, págs. 128- 129. ¡.as relaciones de las Azores 10 el desembarque de la preciada mercaduría. "Ho Serenyssimo princepe de Castella me mandou aquy huma carta que noteficasse aos capitaes das suas naos, que vyesem das Antlyas, que no pasasem d'estas ilhas sallvo com muita frota, e nom indo com frota tan posante que se podessem defender, en tal1 caso, que ho ouro e prata que trouvessem leyxassem n'estas ilhas, porque tynha nova de armados franceses e escorceos", dice Pero Anes do Canto en carta enviada al rey el 27 de Mayo de 154722. un año después, un despacho del rey de Castilla "manda que as naos que vyesen das Antylyas leyxen nestas ilhas e pusesem em terra a bom recado ho ouro que trou~essem"~~. Nada más que pasara el peligro, los navíos con el oro seguirían por sus propios medios o, lo que era frecuente, venir a buscarlos una armada de España como sucedió, p. e. durante los años de 1537, 1539, 1552, 1554, 1555, 1556, 1557, 1559, 1561, 1571, 1572, 1579, 1580, 1583, 1599, 1591, 1592, 1593 o 159824. El lugar de espera era también el extremo occidental del archipiélago: las proximidades de las islas Flores y Corvo25. Téngase en cuenta también que en algiinos casos, las naves de América siguieron para Lisboa juntamente con las de la India o fueron conducidas junto con sus tesoros por la armada das ilhas que, esperán-dolas, transportábanlas a Lisboa después de escalar en la isla Tercera26. La frecuencia de la escala de la flota de Nueva España en la isla Tercera, también como la permanencia prolongada de los navíos y respectiva tripulación, habrá sugerido a Felipe 11, en 1584, la idea de establecer en la isla un proveedor que se ocupase deiabastecimiento de sus naves, que allí arribasen2'. A este hecho no deberá ser ajena la dificultad con que la provedoría das armadas de la isla Tercera en muchas ocasiones se debatía en el aprovisionamiento de las naves portuguesas que allí se abastecían y que, por consiguiente envolvería también a las de España. De este modo el coronel de infantería Antonio Centeno, en vísperas de entregar el comando de su tercio, en la isla Tercera, a Diogo de Miranda Queirós, le son concedidos, en 1599, 600 ducados de los bienes aprehendidos a piratas 'ingleses, por estar "muy 23. A.N.T.T., C.C., 1-92-120, en ibid. 1, pp. 131-132. 24. A.N.T.T., CW;. Mis. m. !, 43, Aichi50 Gi i ierd d ~Sii maiicas, Wiüdü, L. l2l, 371, 375, 51 1; Archivo de las Indias, Pat. Real, L. 251; Id., Cont., L. 439 y las fuentes ya citadas. 25. Sobre esta armada véase el elucidativo documento que publicamos en apéndice. 26. A. G. Simancas, Estado L. 374 (1549), 378 (1556), 389 (1571). 27. A. G. Indias, Zndif: General, L. 740. 11 Teodoro de Matos pobre y empenhado, respecto del mucho gasto que siempre tiene, y que muy ordinariamente se le acrescienta por estar al passo de las flotas que van y vienen de las Indias"28. La necesidad, real o no, del desembarque del precioso metal en la isla Tercera o en Lisboa, va a ser en gran parte aprovechado por mercaderes, pasajeros y tripulación (que incluye también portugueses) para el comercio clandestino. La escala en las Azores les proporciona la oportunidad de esconderlo en casas, almacenes o tiendas, para después transportarlo al continente portugués o cargarlo en otros navíos para Aridalucia, después de iieciio eii el Uestirio, la in~peccibna las naves de esta ruta por la Casa de Contratación. También para evitar que en Lisboa los oficiales de la corona portuguesa los descubriesen, acostum-braban a desembarcarlo en Setúbal, Cascais o Sesimbra29. Es la fuga al registro y al depósito del metal a lo que todos intentan huir, por tanto, urge la necesidad de descargarlo y ocultarlo antes de que llegue a Sevilla30. A pesar de la vigilancia y restricciones impuestas a las naves de esta ruta, la arribada y desembarque obligatorios o la autorización del capitán a que pasajeros y tripulación salieran a tierra o incluso, la llegada dispersa de la armada posibilitaba este avenamiento. "En las Azores quedan muchos pasajeiros y penuleros com mucho dinero" escribe Juan María Jacques en 15583'. Sin embargo no parecen haber sido los navíos de la flota de las Américas los que mayor fuga de metales dieron lugar en las Azores. Aunque fuesen los que transportaban mayor cantidad de oro y plata, la fiscalización era rigurosa y el contrabando tenía que reducirse a lo que viniese fuera de registro ya que, por el resto, respondería el capitán. Son principalmente los navíos de particulares, que comerciaban clandesti-namente con las Indias, los que intentaban "aliviar-se" más de.10~te soros en las Azores o en Portugal en vez de dirigirse a Sevilla o a Cádiz. Esta fuga de metales se da principalmente durante los años en los que se sospechaba que podría haber secuestros de teso- 28. A. C. Simancas, Guerra Antigua, L. 553 (23.8.1599). 29. A. C. Simancas, C. J. F., L. 317, carta de Bernabé de Pedroso, de 25.1X.1593. 30. Sobre el desvío del oro y de la plata de las Indias véase Vitorino Magalhzes Godinho, op. cit., vol. 11, pp. 415-419 y Eufemio Lorenzo Sanz, op. cir., vol. 11, pp. 123. 31. A. G. Simancas, Estado, L. 130 (30.X1.1558), cit. por E. Lourenzo Sanz, op. cit., vol. 11, pp. 127. La rekciones de las Azores 12 ros por parte de la Corona retardando su entrega, en los que la inspección a la flota rigurosa, o en los que la vigilancia del general pudiera ser fácilmente burlada32. Mercaderes, pasajeros y capitanes tenian pues que descargarse la preciosa mercancía que traían escondida, antes de llegar al puerto de destino. Si no lo habían logrado en la Azores, tendrfan que intentarlo al aproximarse a .las costas de España. De ahí la prohibición de lanzar botes al agua, de aproximarse a la flota barcos pesqueros, o de estos recibir gentes de las na-ves de las ~ n d i a s ~ ~ . El oro y plata que eran desviados en las Azores y que naturalmente en su mayor parte se detinaban a Lisboa alcanzaban valores considerables. En 1593 cuando se sospechó que hablan quedado en la isla Tercera sumas consi-derables, con objeto de traerlas a Sevilla, se alargó dos veces, el plazo límite de su registro. Los valores entonces declarados sobrepasaron los 400.000 ducados34. De cuando en cuando son tomadas medidas para impedir la des-carga del oro en la ~ e r c e r aP~e~ro. el desembarque es en muchas ocasiones necesidad imperativa. El oro y la plata que venia de las colonias españolas eran aún vendidos «en la isla de las Azores o que aquí que ay muchos mercaderes aquy en las yslas de los Acores que los van a sperar para se lo compran), escribía Luis Sarmiento de Mendoca en 1 5 5 5 ~I~nc. l uso la falta de moneda en la isla Ter-cera creaba algunas dificultades. Como medio para superarlas, un habitante de Angra, a mediados del siglo XVI, sugirió al rey la creación, en aquella ciudad, de una casa de la moneda. Y con tal propósito escribía: «Ha cidade &Angra da ylha Terceira homde heu sam morador vem todollos anos muita quantidade douro e prata do Peru e outras partes e os que ho dito ouro e ira-ta trazem ho querem vemder a na acham que lho compre por a quall causa deixam de comprar espravos e pastel1 e coyros e acucres e uotras mercado-ryas que ha na terra por falta de ná terem moeda [...] ho que tudo causa mui-to escandalo aos estrarngeyros por que todos los anos en verná na dita cida-de muitos esperamdo pelas armadas que trazem táta camtydade que muitas 32. A. G. Simancas: C.]. E, L. 317 y Comercio de Erpaña con América ... Vol. 11, págs. 127-128. 33. Recopilación de las l ~ edse los Reinos de las Indiar, Lib. IV, tit. XXXVI, leyes XLIV y XLV. 34. LORENZO SANZ, E.: El Comercio de Erpatia con América ... Vol. 11, pág. 144. Véase en ia misma obra ei cuadro n^ 71, p*. 263-271. 35. A. G. Indias: Ind. Genero/, L. 738. 36. A. G. Simancas: Estado, L. 377 (22.1.1535), en MAGALHAES GODINHO, Op. CCit. Vol. 11, pág. 417 y DA ROCHA GIL, María Olimpia: Os Acores no s&Lo XVII. Aspecfor so'cio-económicos, (1575- 1676). Castelo Branco, 1979, pág. 340. 13 Teodoro de Matos vezes esta hy h m c onto douoro todo e n ~ e r n o nL~a~ p. ropia corona portu-guesa muy pronto recuerda al veedor de Hacienda de Angra la obligatorie-dad que tiene del control de oro y de la plata que aU se transacciona, recor-dándole, en 1536, que sobre tales productos deberfa recaer el pago del diez-mo. En contrapartida, señálese también que la afluencia del precioso metal a la isla Terceira exigió que se tomasen medidas de defensa contra posibles ataques de los corsarios y que se tradujeron, como se vio en la fortificación de las islas. A lo largo del siglo XVII se habfan se-ddo realizando contactos fre-cuentes entre la América ~ s ~ a ñ o llaas 'A~z ores a través de la escala de las naves de la carrera de las Indias, por lo menos hasta 1620, momentofen que el comercio hispano-americano alcanza, como se sabe, su punto álgido39. En ese año, por ejemplo, el procurador de Hacienda de las Azores era encargado de indagar sobre la carga que venia en las naves de América sin haber sido registrada y de punir a los infractores40. En la correspondencia que se cono-ce de los proveedores de las armadas de la isla Tercera de este siglo no apa-recen referencias a la carrera de las Indias, aunque una investigación más profunda en los archivos de Sevilla o Simancas nos venga a permitir cuanti-ficar y comprobar las circunstancias de tales escalas. ¿Cuál fue la participación de los habitantes locales en esta actividad de contrabando de oro y plata americanos? ¿Cuál el impacto de todo este movi-miento que venia de las colonias españolas al que se debia sumar el de la ca-rrera de la India, del Brasil, de Mina y de Guinea? Manuel Luis Maldonado -un cronista seiscentista terceriense- describe elocuentemente la importancia que esta escala representaba para los habitantes de su isla en el siglo anterior: «...nadava verdadeiramente a ilha en rios de prata e ouro. Apenas que chega-va qualquer destas frotas, ou armadas, quando imediatamente concorriao á ribeira do porto #Angra as gentes de toda a ilha, hiis com as casas, outros 37. A.N.T.T.,Cati.MMiss.m.3,nn"167enArquiYodosA~ores,I,1p3~6. -137. 38. Carta regja de 21. XI. 1536, en FERREIRA DRUMMOND, Francisco: Anais da Ifha Terceira. Vol. 1, Angra do Heroismo, 1850, págs. 552-553. 39. CESPEDES DEL CASTILLO, G.: Lar India durante los siglos XVl j XV11 en Historia Social y Económica de EspaKa y America. Dir. por J. Vicens Vives. Vol. 111, 1977, pág. 504. 40. A. G. Simancas: S. Prov.. L. 1473, fl. 65. ' Las relaciones de las Azores 14 com as aves, outros com as frutas, outros com os gados, outros com os pa-nos de linho; e como naquelle tempo aquellas conquistas estavao em seu auge, tudo o que os forasteiros compravao era o peso d'ouro e tanto assin que para estas compras traziarn as patacas em surres as costas de moleques e sem repararern no preso dos mantimentos davao o que se lhes pedia, tao li-berais que nao só pagavan o vendido mas as pasadas do ended don)^'. A pe-sar de una cierta exageración o tendencia panegírica, sus afirmaciones no se-rían despropósitos si tenemos en cuenta las fugas de oro y plata que se reali-zaban. El número considerablemente grande de orfebres existentes en Angra A- --+:c--+-- -L:L 1- d..--:- A-1 -.+..142 ~ U C U LI ~ L I I I L ~LI ~ U ~ U ~ lCa Ua u u l i u a l l u a UCI I I I C L ~ . La obra de Gaspar Fnituoso, un cronista de finales del siglo XVI, está llena de alusiones que demuestran el intercambio de personas y bienes entre la isla Tercera y las Indias Occidentales y la importancia que las flotas de és-tas representaban para la isla. Son las referencias a las «muitas coisasn exis-tentes en la ciudad de Angra que provenían de las «Indias de ~ a s t e l ma~l ~ ; ((castelhano grande herbolario e físico)) que elogiaba las cualidades farmacéu-ticas de los nrbres con los cuales esperaba hacer mucho dinero en las «Indias de ~ a s t e l wO~ ~al. mismo herbolario que comprobaba la superioridad de la sal, la nueza terceriense comparada con la de las Indias, «donde v i n h a ~ ~ ~ . También los registros de pasajeros existentes en el archivo de las Indias en Sevilla revelan algunos nombres de azorianos que se dislocaron a aquellas re-giones4'. El paso frecuente por Angra de enfermos en la flota de las Indias suge-riría a Fray António Verejao la idea de construir en esta ciudad «un hospital para os enfermos que daquela terra viessem)) invirtiendo ahí el dinero que habfa ganado «em pregacoes e outra parte de restituísoes, que sendo confes-sor, mandava fazer e lhe davam na Indias de ~ a s t e l mD~e~si.s tiendo de! la obra, las casas ya construidas, acabarían por cederse al monasterio de Nossa Senhora da Grasa. 41. Biblioteca Pública y Archivo de Angra do Heroísmo, Fenix Angrense. Alento 3" fl. 96. 42. Cf. DA R. GIL, M. Oiimpia, Os Afom no sédo XVII !...l. pág. 278. 43. FRUTUOSO, Gaspar Saudades da Tema, L. VI. Ed. dirig. por Jo2o Bernardo de Oliveira Rodrigues, Ponta Delgada, Instituto Cultural, 1963, pág. 30. 44. Id, Ibid, págs. 57-58. 45. Id., lbid., pág. 58. 46. Cf. Cdogo lpusujdii-01 Indias, 5 vols., Madrid, 1930- 198 1. 47. FRUCTUOSO, Gaspar., lbid., pág. 145. Teodoro de Matos También la llegada de la nota de América española era suficieztemente importante como para solucionar rápidamente en la isla Tercera la crisis po-lítica en Septiembre de 1580, haciendo aclamar a Felipe 11, «pois comecavam entrar naus de Santo Domingo e ~ e n i » ~ ~ . Pero el oro y plata posiblemente provenientes de las Antillas y del Perú podría aparecer también en otras islas, traídos por los propios corsarios. En 1549 fue descubierta considerable cantidad de oro y plata en casa de habitan-tes de la isla del Corvo y que habían sido llevados por &un batel1 com fran-c e s e s ~ ¿~H~a.b rá servido de moneda de cambio para el abastecimiento del navb? Sin pretender abordar el complejo problema de los corsarios en el mar de las Azores en esta época, adelantamos que su presencia en las Flores y Corvo era frecuente por las razones que se conoce. En 1593 Afonso Bazán informaba al rey de la presencia de extranjeros en las proximidades de dichas islas que esperaban a las naves de la 1ndia50. Y en 161 1, el rey mandaba tomar medidas para que se arrestase al corsario in-glés Pedro Eston de quien se tenia noticia de que se abastecfa anualmente en el mes de Marzo en la isla de.las Flores de carne, agua y leña y de incluso tratar de su matrimonio con la hija del capitán mayor de la isla5'. Durante la época quinientista son pocas las informaciones sobre los contactos entre las Azores y las Canarias. Escalas en las Azores de nades provenientes de estas islas, envio de barcos a buscar pez y poco más52. Pero a pesar de no existir fuentes suficientes para su estudio en este período, es posible que el trigo azoriano haya conquistado el mercado de las Canarias en pleno siglo XVI. Para la centuria siguiente es ya posible conocer las relaciones entre los dos archipiélagos siguendo los registros de la Aduana de Ponta Delgada, en 48. Id., Ibid, pág. 147. 43. B.P.A.P.E., E E Canto (domrnenio~a ú Ca a M&ei Canro e Lartroj, m.5, n' i5, «Auto que se hiw de lo que pasaba a los pedacitos de oro», 27. VII. 1549. 50. A. G. Simancas: G. A., L. 355 (13.VIII.1592). 51. A. G. Simancas: Estado, 1. 148, fl. 283. 52. A.N.T.T.,C.C..l-91-21-, Carta de Manuel Pacheco de Leria, Angra 31. IX. 1553;) B.P.A.P.D., EE. Canto, Ms. 78, T. I., 1. p. fls. 35v-36v. 17 Teodoro de Matos Años Cantidades Moyos Alqueires También se tiene conocimiento de la salida, en el siglo XVII, de pastel 0 n para las Canarias por medio de sus navíos aunque sin gran significado eco- =m O E nómico. En 1636 un navío procedente de las Canarias cargaba 2.01 1 quinta- E S les, 2 arrobas y 14 libras de pastel por el valor de 1.408.134 reales con desti- E no a Sevilla y, tres años después, se enviaban para aquel archipiélago 726 quintales 1 arroba y 12 libras de ese producto por el valor de 493.920 rea- 3 les5? Pero otros productos, como el lino, la cebada, se mandarán varias ve- - - 0m ces para Canarias. De éstas llegaba también algo de vino, que en ciertos ca- E sos seguiría para los países del Norte de Europa. C1 En un intento de análisis de este comercio se verifica también que, en n su mayor parte, el tráfico marítimo se hacía en barcos extranjeros. Los por- -E a tugueses raramente lo realizaban. También se constata que la ruta de las Ca- n narias era hasta mediados del siglo XVII servida principalmente por carabe-las, a semejanza de lo que pasaba en las rutas de Madeira, Lisboa y Norte de 3 Africa. Casos de fletamiento de barcos para el transporte de trigo deberán O haberse realizado, como ocurre en 1635) cin !z c ~ z k ! 2&= YSY Senhera d~ Amparo)) que transporta de la isla Graciosa a las Canarias 95 moyos de tri-gO5'. Según los registros de la aduana de Ponta Delgada se observa que, en la segunda mitad del siglo XVII esas relaciones con Madeira-Lisboa y Canarias 56. Id., lbid, cuadro anexo. 57. Biblioteca Pública y Archivo de Angra do Heroismo, aTablionato da Graciosa», Fern5o Correira de Melo, 1639-1640, fl. 113 en DA ROCHA GIL, María Olimpia: Afo?es: Comercio e Comuniqdo nos setuos X V I e XVII, en Arquipélago, N, p6gs. 363 y 391-392. Las relaciones de las Azores 18 aumentaron. Este crecimiento se debe en parte al declive del comercio del pastel que entonces se realizaba con los puertos del Norte de Europa (Ingla-terra, Francia y ~ o l a n d a ) ~ ~ . Pero, para mejor valorar la importancia de las relaciones comerciales canario-azorianas, es necesario recurrir a los archivos de las Canarias. Por-que los de las Azores omiten esas relaciones en determinados años y, por si solos, apenas pueden darnos, a nivel global, tendencias o valores relativos de ese comercio. Aqui queda una sugerencia para los investigadores canarios. 58. Cfr. DA ROCHA GIL, Maria Olimpia: Os Afores e a Nova Economia de Mercado, ya cit., pag. 383. 740 DOCUMENTO "Lo que el senor don Juan Tello de Guzman ha de hazer en el viaje que ba con el armada de que es capitan general a las yslas de los Arores es lo siguiente: Primeramente en estando presta el armada para poder salir se hara a la vela con la buena ventura y buen viaje que nuestro senor le de y salido fuera de la barra de Sanctlucar yra corriendo toda esa costa hasta el cabo de Sanct Biyeynte. E si encontrara algunos navios de corsarios franceses trabajara de los tomar o hechare a fondo sin detenerse y os alli tomara su derrota para las yslas de los Asores por donde suelen venir las naos de las Yndias. E si en el camino topare con las naos que se esperan de'la Nueva España y hubieren dexado y descargado el oro y plata que tiayan en las yslas de los Acores dexalles ha venir se camino topare con las naos que se esperan de la Nueva España y hubieren dexado y descargado .el oro y plata que trayan en las yslas de los Acores dexallas ha venir su camino. E se truxeren el oro y plata y las topare de medio golfo a esta parte buelvase con ellas hasta ponellas sobre la barra de Sanctlucar y alli las dexara y se bolbera con las naos de su armada la buelta de las yslas de los Aqores. E si topare las dichas naos de la Nueva ~ s i a ñdae medio golfo a la parte de las dichas yslas trayendo oro y plata hazellas ha holber consigo y las llebare en su cornpania sin dexar apartar ningun dellas a las dichas yslas y alli tomara el oro y plata que alli hubiere de su Magt. e de mercaderes y particulares y con todo ello se verna a España. . A la yda de las dichas yslas todabia V. N. con su armada en la ysla de Saxt Mig~e! recnger!~ tedn e! ern y p!2tz q?ie trq7u !a i.m de U m z u ! ~ de Herrera lo qual esta en poder de la justicia y cobrara de qualquier persona en cuyo poder estubier y asi mismo qualquier oro e plata que en la dicha ysla estubiere y con ello'se irian a la ysla Tercera. Yten. Si quanao llegare a la ysla Tercera si hallare venidas todas las naos que se esperan de la Nueva España hara tomar e precojer todo el Las relaciones de las Azores 20 oro y plata y perlas que en la dicha ysla Tercera estubiere asi de Su Magt. como de mercaderes e particulares poniendo todo el oro y plata de Su Magt. rrepartido por las quatro naos de su armada com personas que 10 traen a su cargo y con todo ello y con las naos de la Nueva España con mucho rrecabdo y cuydado se verna la buelta de España. Yten. Si alguns navio de los de la Nueva España.no viniere bueno para poder nabegar con la seguridad que conviene liara tomar todo el oro y plata que truxere con la persona o personas que lo traen a su cargo y pasallo a una de las naos del armada en la quem for le pareciere donde venga a mucho rrecabdo. Yten. Siendo venidas las naos de la Nueva España o estando en las dichas yslas vinieren a faltare alguna de las naos que venian en su compañia de las que partieron con ellas que trayga oro o plata en tal caso la aguardara dende que entrare las otras naos hasta veyre diez. Y si pasados los dichos veynte dias no fuere venida venirsea con su armada por la horden que arriba dezimos. Yten. Sy quando llegare V. M. con el armada a las yslas de los A~ores no fueren venidas las naos de la Nueva España dexara dicho en la Tercera al señor don Alvaro de Montemayor que tenga el oro y plata arrecabdo y se apresten para ambarcallo quando huelba a la dicha ysla y luego yra con la dicha armada a la ysla de Flores y al Fayal y a Sanct Jorge y ponerse en la derrota que traen las naos de las Yndias aguardandolas. 1 asi mismo vera y se ynformara por todas aquellas yslas si ay naos o armada de franceses que por alli anden. E puesto en la dicha derrota de las naos de las Yndias y topando con las de la Nueva España se verna con ella a la ysla de la Tercera a tomar el oro y plata que alli estubiere como dicho es. Yten. No topando naos de Nueva España ny sabiendo nueva certa dellas se andara entre las dichas yslas dando siempre aviso en ellas que si algunas naos de las Yndias vinieren les den aviso de como el anda por alli con su armada para que bayan ajuntarse con el o le aguarden en la ysla Tercera dando le aviso de como son venidas y desta manera se andara entre las dichas yslas. E poniendo se en la dicha derrota hasta veynte y cinco de Junio si en este tempo no hubieren venido las naos de la Nueva España ny teniendo nueva dellas se verna a la ysla Tercera / / en fin de Junio e luego tomara el oro y plata que alli este y se verna con la bendicion de Dios e buen viaje a España. 2 1 Teodoro de Matos Yten. El oro y plata que hubiere en la ysla Tercera y en esas otras yslas se rrepartira por las naos de armada en esta manera lo de Su Magt. por todas quatro naos de armada como dicho es 10 de mercaderes e particulares que vino en el almiranta de que es maestre Tome Nuñez se hecho todo con el maestre a cuyo cargo viene en la nao capitana. Y lo que trae Bartolome Sanchez maestre se meta en la nao almiranta con el dicho maestre que lo trae a su cargo Diego Diaz maestre que fue de la nao de boloños se meta en otra nao delas del armada con lo que trae a su cargo y asi desta manera venga cada maestre en su nao con el dicho oro e plata que truxeren a su cargo. ,, Yten. Si el tiempo que llegare con el armada a la ys'la Tercera hallare E alli nueva que ay armada de franceses tal que parezca que pueda oender O a la suya en tal caso probea que se ponga muy grand recabdo en el oro y n =m plata que esta en tierra y en los que viniere de la Nueva Espaíia e %E trabajando de apartar se de encontrar con la dicha armada francesa S E siendo como dicho es mas poderosa que la suya luego despache una carabela propia dando nos aviso de los nauios y armada francesa que por 3 alli andubiere e de lo que parece que conviene para que Su Magt. proder lo que en el lo fuere seruido. E no embargante que despache carabela 1 E propia con el aviso desto nos escriba e del aviso della con todas las O carauelas e navios que vinierem para Lisbona o al Algarue con porte en las / / cartas para que se traygan a la casa de contratacion y en el E entretanto que al lo se rresponde a Su Alteza prouer no se saque el oro y a plata de tierra ny veniere el armada pero si en las dichas yslas de los n Asores hubiere armada del Ser& Rey de Portugal juntarsea con ella e si entrambas fueren mas parte que el armada francesa en tal caso a de 3 O procurar V. M. de confederarse a juntarse con el capitan general della para que juntas ambas armadas tomen el oro y la plata y venga con mucho rrecabdo significando al dicho capitan general de Portugal lo mucho que ymporta de serujco de Su Magt. la trayda del oro y plata que alli esta a mucho rrecabdo a España y el amistad y dendo tan grande que entre Su Magt. y el Ser.moR ey de Portugal ay y demas desto le ofrezca si le pareciere ser necesario por que le acompañe y vengan juntas las armadas hasta ser pasados os cabos lo que le pareciere conforme la calidad de la armada y la necesidad que hubiera. Y ten. De todolo que en esto pasare e de todas las nuevas que hubiere Las relaciones de las Azores 22 nos de siempre aviso con todas las carauelas e navios que vinieren por todas las vias que fuere posible. Yten. En la ysla Tercera y en algunas delas otras yslas ay artilleria de bronce e de hierro e municiones de naos que alli se an hechado altrabes asi de Su Magt, como de particulares hazella ha rrecoger en las naos de su armada aprobechandose de la que estubiere para poder seruir en las dichas naos de armada e la demas traera en ella. Yten. Despues de ser partido de las dichas yslas / / de los Aqores con todo el oro y plata que en ellas esta viniendo la buelta de España trabajara de se apartar de quales quier nauios que encontrare de franceses o cosarios sin yllos a buscar hasta ser entrado en Sanctlucar. Yten. Luego que se a llegado y entrando dentro del puerto de Sanctlucar de Barrameda con las naos de su armada y con las que truxere en su compañia no consintira que ninguna persona salga de los dichos nauios hasta darnos auiso de su llegada y le rrespondamos lo que combiene que se haga el qual luego que se a entrado por la barra nos avisara con correo propio que embie para ello. Yten. Luego que se a entrado en el dicho puerto hara tomar barcos en los quales con mucho recabdo se meta en ellos todos el oro y plata que tnixeren las naos de su armada asi de Su Magt. como de mercaderes y particulares con los maestres e personas que lo traen a su cargo viniendo los barcos al rruemo e no a la vela con dicho rrecaudo y cuydado hasta nos lo entregar y las naos que vinieren de las Yndias haga que se vengan el rrio arriba hasta ser llegados a este puerto como suelen venir a ser vesitadas e traer el oro y la plata a esta casa en la contratacion comforme las hordenanqas della. Yten. En caso que quando V. M. con el armada vinier no fueren venidas las naos de la Nueba España dexara probeydo en la yslaTer~era y en las otras yslas que todos los nabios que alli vinieronde Yndias con oro y plata lo dexen y descarguen en tierra a buen rrecaudo con las personas que lo traen a su cargo hasta que el armada buelba por ello / / Yten. Llebara V. M. en una de las naos del armada C...]' mercader2 el qual ba a estar y rresidir en la ysla Tercera para dar aviso siempre de las nuevas que hubiere asi de navios de Yndias como de los franceses que por alli andubiere. Yfen. No consintira que la gente del armada salte en tierra en 23 Teodoro de MUIOS aquellas yslas ny que quede ninguno. E a los dellas se les haja todo buen tratamento e compañia. Yten. No consintira dezir ninguna blasfemia ny rreniego e si alguno lo dixere lo mandara castigar comforme a lo que mereciere segund del delito. Yten. No consintira en la dicha armada lleben ninguna muger que baya ningun amancebado con el y si algunas fueren sean labanderas y para seruyco general del armada. Yten. Hara V. M. notificar ante el Gobierno del armada a todos los maestres de los nauios della que no saquen,ny consientan sacar ningunos bastimentos de los que lleban en los dichos nauios so pena de cada cient mil1 maravedies e que los que pareciere aver sacado lo pagaron con el quatro tanto y de lo ter V. M. muy grand cuydado y la misma pens se ponga y se notifique a los capitanes para que ellos no los saquen. Yten. En el primer puerto o ysla que V. M. tocare con el armada de mas de que no ha de consentir salir a nadie en tierra como arriba esta dicho haga V. M. hazer alarde general de toda la gente que lleba en la dicha su armada para que se sepa si falta alguna gente della de la que se pago en Sanctlucar / / asi-por muerte como por huyrse porque con los maestres se tenga quenta de las rraciones el qual alarde se haga en presencia de V. M. ante el escriano de la dicha armada. Yten. Mandara V. M. dar las rraciones de comida e vino a los marineros y soldados de la dicha armada conforme a las ynstruciones que para ello se les dieren y las lleban los maestres y dello mandara tener mucho cuydado por que asi se cumpla pues es cosa que tanto ynporta. Yten. Si algun nauio de franceses tomare que aya tomado algunos nauios o rropa de basallos y subditos de Su Magt. lo mandara V. M. poner todo por ynbentario a mucho rrecabdo ante escriano para que se haga dello lo que Su Magt. mandara y los franceses que tomare ara traer presos e abuen rrecabdo hasta que se nos entreguen. -En lo qual todo que dicho es entencia V. M. con el cuydado y deligencia que conviene como cosa que tanto ynporta al suhojio de S. Magt. y teniendo muy especiai cuydado en todo fecha dentro de la casa de la contratacion de Seuylla a XXX de Abril de jd1.iiij Años. l. Espacio en blanco. 2. Palabra escrita con letra diferente.
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Título y subtítulo | Las relaciones de Las Azores con América española y Las Canarias durante los siglos XVI y XVII |
Autor principal | Teodoro de Matos, Artur |
Publicación fuente | V Coloquio de historia canario - americano |
Numeración | Coloquio 05. Tomo 1 (segunda parte) |
Tipo de documento | Congreso y conferencia |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 1982 |
Páginas | p. 0724-0745 |
Materias | Congresos ; Historia ; Canarias ; América |
Notas | Coordinación y prólogo de Francisco Morales Padrón |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 1094031 Bytes |
Texto | LAS RELACIONES DE LAS AZORES CON AMERICA ESPAÑOLA Y LAS CANARIAS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII ARTUR TEODORO DE MATOS Al estudiar la historia de la expansión portuguesa, se comprueba que el archipiélago de las Azores desempeñó una función esencial que la advinó principalmente de su situación geográfica, pero también de las condiciones de su clima y de la riqueza agrfcola de su suelo. En efecto, poco después de su poblamiento que se inició a partir de 1439, las Azores comienzan a adqui-rir una importancia creciente que se evidenció enseguida por la producción de cereales, atribuyéndose, gradualmente, como soporte de relieve del co-mercio portugués con la costa occidental africana y con el oriente, ya en el siglo XVI. Pero el descubrimiento de América por Cristóbal Colón y por consi-guiente las relaciones comerciales que se establecieron a partir de Castilla vi-nieron aún más a reforzar la importancia que el archipiélago desempeñó en la historia del Atlántico durante los siglos XVI y XVII. Es mas, no debemos olvidar el testimonio de Antonio de Herrera sobre la influencia que en el es-piritu de Cristóbal Colón tuvieron algunos hechos obsemados en las Azores y que io impuisaron a proseguir ia tarea de descubrir las tierras occidenta-les ' . Con las Canarias, las relaciones se remontan también al siglo XV y, si se acepta que el presumible descubridor de las Azores, Diego de Silves (?) las hallara al regresar de un viaje de la expedición que en 1427 se hiciera a las is-las Canarias, le pertenece, por antieedad, la primacía de esas relaciones2. 1. Cf. Historia General de los Hechos Castellanos en Lu islasg tierrafirme de( mar océano, Madrid, 1601. T. 1, Cap. 11 y 111, págs. 4-6. Sobre este asunto vease DO CANTO, Ernesto, Os Corte- Reaes. Memoria Histórica, en Arqujvo dos Aqores, Vol N, 22 ed., Ponta Delgada, 1981, págs. 434-437. Las relaciones de.las Azorex El archipiélago de las Azores debido a la fuerza del régimen de vientos (alisios del Nordeste), en seguida se convierte ínciuso antes de Colón, en la gran escala de Guinea, de la Mina, de Santo Tomé y, poco después, de la In-dia, del Brasil y de la América española. Con todo, es la ruta odo, es la ruta de la India, corrientemente conocida por Carreira da India que hará de estas islas, y principalmente de la Tercera, importante escala de regreso. La volta pelo largo que los navios provenientes de Africa, de la India o de América tenían obligatoriamente que tomar, los llevaba a este archipiélago. Desde -&, los -qiCiltos y las corrien:es fa;.or-,&s c-i,&-iac lonsu.í!G s cz-gados a Lisboa, a Cádiz o Sevilla. La necesidad de escalar las Azores en el viaje de regreso irá a provocar un área de actuación de corso y pirateria en esta zona, que constituye el vér-tice del triángulo comprendido entre el sudoeste de la Peninsula Ibérica, a las Canarias y a las Azores3. Nótese, que el lado del triángulo limitado por la Peninsula Ibérica y las Canarias, coincidía, en groso modo, con la ruta segui-da ya sea para aquel archipiélago, ya sea para Africa y la India. La importancia de la escala en la isla Tercera, se acentúa aún más des-pués del regreso de Vasco de Gama de la India en 1499 y la actividad cre-ciente de corso en estos lugares exigirá de la Corona portuguesa, adoptar medidas de fiscalización y apoyo, para garantizar mayor seguridad a las naves que regresaban a Portugal. Por esto, fue promulgado, en 1 520, el Regimento para as naos da India nos Afores donde se dictaban, con pormenor, las normas a aplicar a las naves que regresaban de Oriente, ya sea en lo que respecta a la seguridad de sus cargas, ya sea sobre las necesidades de abastecimiento de los navíos4. Pero, no era suficiente la promulgación de leyes para tal efecto, era im-periosa la necesidad de creación de estructuras de control y, simultáneamen- 2. Cf. FREITAS, Jordao de: As ilhm do Arquipié/ago dos Agores na HLrtorza.da expan& portu-guesa, en Historia da Expansso Portuguesa no Mundo. Dirigida por Antonio Baiao, Hernani Ci-dade e Manuel Murias, Vol. 1 Lisboa, Atica, 1937, págs. 294-295 y MAGALHAES GODIN-HO, Victorinoo Dotumenfos sobre a E~pansrioP ortugma, Vol 1, Lisboa, Gleba, pág. 208. 3. Véase TEIXEIRA DA MOTA, A.: As rotar mariímaspoliugwesar no Atldntico de meadar do s&lo X V aopenrílfimo quartel do sei.wo W I , en Do Tempo e da Historia, 111 (1 970), pág. 28. 4. Archivo Nacional de la Torre del Tombo, Leis, mazo 2, doc. n' 167, publicado en el Ar-quivo dos Apres, 21 ed Vol. 11 (1981) págs. 29-33. te, de defensa de esta importante área comercial. Por esto, alrededor de 1527, Pero Anes do Canto, natural de la isla Tercera, es nombrado provee-dor de las armadas de la India, Brasil, Guinea y ~ i n a jE. l papel desempeña-do por esta Provedoria das Amadas da Iba Terceira va a ser esencial no sólo al comercio portugués y al de Oriente, sino también a las relaciones entre Es-paña y sus nuevas colonias de América Central y del Sur. Finalmente y como medida de apoyo principalmente a las armadas que regresaban de la India, e incluso a las que venian de la Mina o del Brasil, se enviaba anualmente, de Lisboa a las Azores una armada, la conocida armada das ilhar que tenía como misión esperar en las proximidades de la isla más occidental y también la menor de las Azores, Cuervo (Corvo), la llegada de las naves de la India para acompañarlas hasta Lisboa después de hacer escala en el puerto de Angra en la isla ~ e r c e r a ~ . Por la importancia que la Provedoria das Armadas tuvo en el comercio hispano-americano en el siglo XVI veamos, aunque sea casualmente, su organización y funciones principales. Integrada casi únicamente por el pro-veedor que ganaría por este cargo 50.000 reales anuales, disponía de estiba-dores y, a partir de 1552, de un cuerpo de 12 bombarderos. El soporte fi-nanciero para los gastos que anualmente se efectuaban se lo daba el almojari-fazgo de la isla. El corregidor colaboraba en muchas de sus acciones y, sobre todo, impone soluciones de fuerza en situaciones difíciles. Dígase también, que el cargo de proveedor de las armadas se mantendrá en la familia Canto hasta su extinción en el siglo XVILI. La acción desenvuelta por esta organizaci6n casi rudimentaria de apoyo a la navegación atlántica durante los siglos XVI y XVII es verdaderamente importante. Se podría tal vez sintetizar en tres aspectos esenciales: abasteci-miento; guarda y proteccion; y vigilancia y defensa. En la isla Tercera y, menos frecuentemente en S. Miguel o en otras is-las, se abastecían de agua, bizcocho, carne o pescado y algunas veces de vino las naves que regresaban del Oriente, de Africa, del Brasil o de la América española. 5. «...eu a vynte anos que syrvo V. A. n'esta negocea@o das naos da India..)) Cfr. A.N.T.T., Co@ CronoIó@co, 1-79-49, carta de Pedro Anes do Canto al Rey, isla Tercera, 18 de Julio de 1547, publicado en el Arqufyo dos Ayores, 2a ed. Vol 1 (1981), pág. 130. 6. Se conocen muy pocas normas sobre esta armada de las islas. Preparamos, para publica-ción, dos de esos documentos dados a Pedro Correia de Lacerda, capitán-mayor de la-armada de las islas en los años de 1572 y 1575. Las relaciones de las Azores 6 Aunque el viaje por recorrer fuese ya corto, y no exigiese, por tanto, gran cantidad de provisiones, y a pesar de que las naves no deberían perma-necer más de tres días en esta escala, la necesidad de protegerse contra un posible ataque de corsarios o de reparar allí averías podría dar lugar a una permanencia de las naves prolongada. Pero el aprovisionamiento de alimentos era particularmente necesario para la armada das ibas que allí permanecía durante cuatro o cinco meses. Estaba formada en media por unos ocho navíos con una tripulación de 400 a 500 hombres, era abastecida en Lisboa de vino, aceite, vinagre y, en algunos casos, de bizcocho para cuatro o cinco meses y de carne y pescado para sólo un mes. Cabía al proveedor suministrar estos dos produaos y, en mu-chos casos, el bizcocho, en cantidades necesarias para ese tiempo. La abun-dancia de estos produaos y su bajo costo asf lo aconsejaron8. Aun, debemos tener en cuenta que estos aprovisionamientos se hacían con algunas dificultades, principalmente en lo que se refiere al pan y a la car-ne. La falta de cereales que se hizo sentir durante algunos años en las Azores y la obligatoriedad de exportar este producto para las plazas del Norte de Africa y Portugal Continental aún acentúaba más la dificultad de ese abaste-cimiento. También surgen dificultades para la adquisición de carne con el mercado local, esto exigía del proveedor recorrer las demás islas del archipié-lago. Por otro lado, no siempre el almojarifazgo tenía disponibilidad finan-ciera para soportar los encargos de la compra de los bienes alimenticios ni para aguantar el pago de sueldos. El límite de estos gastos es fijado en 40.000 reales anuales9. En 1538 la deuda contraída con los aprovisiona-miento~ p ara los navíos de la India alcanzó los 400.000 realest0 y en 1608, Francisco de la Rua informaba al rey de las dificultades en el sustento de los soldados puesto que la renta del pastel se habfa gastado en el abastecimiento 7. Biblioteca Pública y Archivo de Ponta Delgada, Fundo Ernesto do Canto, Ms. 210, m-7, ti-tulo de 25 de Enero de 1575; Ms. 78, t. 11; fls. 133-134 v. carta de 28 de Julio de 1584; t. 1 fls. 23v-27, carta de 8 Abril de 1552 y fls. 8-9, carta de 6 de Mayo de 1536. 8. Sobre este tema así como sobre las fuentes para estudiarlo, puede verse con mayor pro-fundidad en nuestro estudio: A prevedona das Amadas da ifba Terceira e a Carreiro da India no s&- /o XVI, escrito presentado al 11 Seminario Internacional de Historia Indo-Portuguesa (Lisboa 20-24/10/1980) a aparecer en las Actar ... actualmente en tipografía. 9. B.P.A.P.D., F.E Cgnfo, Ms. 78 t. 1, 1. parte, fls. 2-2v y t. 1, Zaparte, fls. 42-43, disposición de 11,VIII. 1539y 19.V. 1548. 10. A.N.T.T., C.C., 1-63-20, carta de Pedro Anes do Canto al rey, de 19. X. 1538, en Ar-qufvo dos Apres, 1, págs. 124- 128. Teodoro de Matos de las naves de la 1ndial1. La guarda y protección de las naves se hacia por la armada que la coro-na enviaba anualmente a las Azores (armada das ilhas) y que, como ya vimos, las esperaba en el extremo occidental del archipiélago, conduciéndolas des- , pués a Lisboa. No siempre, sin embargo, se organizó esta armada, o estaba formada por el número suficiente de embarcaciones. En estas circustancias, le competía al proveedor armar el número de navios ~ ~ c i e n tpeasra suplir la falta o la insuficiencia de la armada. Y lo hizo varias veces12. Pero también no siempre los navíos procedentes de la India o de la Mina eran aguardados en la isla de Como. La aparición inesperada de naves de esos lugares o incluso de la América española exigió varias veces el fletamiento de embarcaciones para proteger aquellas hasta el puerto de desti-no, principalmente cuando se temían algún ataque de corsarios. Por este mo-tivo y en contra de las normas existentes, que impedfan la descarga de mer-caderías en Angra e incluso el desembarque de la tripulación y pasajeros, en varias ocasiones se descargó en el puerto de aquella ciudad el oro de la Mina y de América para impedir así el asalto de corsarios y piratas. Su transporte para el puerto de destino se hacia nada más estuvieran garantizadas las mínimas condiciones de seguridad. En una escala importante como era la de la isla Tercera exigía la existencia de estructuras de apoyo a la navegación, como es la posibilidad de armarse y reparar embarcaciones, y disponerse de estibadores, etc. Son también abundantes las pruebas que demuestran la exis-tencia de tales infra-estructuras y más que eso, el uso que de ellas hicieron muchas de las naves que por allí pasaron13. Finalmente, le estaban confiadas a la proveedurfa acciones de vigilancia y defensa. La amenaza de los corsarios franceses que recaía sobre el Atlánti-co a mediados del siglo XVT así como a fuiales de siglo, el recelo a los Tta-ques de corsarios y piratas ingleses exigieron no sólo una apretada vigilankia, sino también la necesidad de informar a la corona de cualquiera de sus movi-miento o actividades. De ahí la preocupación que tenía siempre presente el 11. Archivo General de Sirnancas: G m a Antigua, 723, carta de 28. X. 1608. 12. Se sabe que durante los allos, 1540, 1544, 1550, 1551 y 1555, no habiendo armada de las islas el proveedor mandó armar navfos para que fueran a la isla «Como» a esperar a las naves de la India En 1532, 1536, 1538 y 1549 Pedro Anes do Canto refonó la misma armada (Cfr. B. P.A.P.D.), EE Canto,.Ms. 78. 13 A.N.T.T., C.C. 1-6.0-11, c&a de Pedro Anes do Canto de 13. XI. 1537 y B.P.A.P.D., EE. Canto, Ms. 78, t. 1, 2. parte, 4s. 27-28, disposición de 26. 11. 1544 Las relaciones de las Az0re.r 8 proveedor de llevar al rey noticias directas o indirectas sobre los corsarios y la insistencia de éste en solicitarlas. También la necesidad de defensa en el mar o en tierra era apremiante. Por eso la corona envió bombarderos para que se incorporasen en las naves que Pero Anes do Canto mandaba armar para ir a la isla del CONO, como sucede en 155014. Dos años después al mismo proveedor se le encargó re-clutar y enseñar en cuatro meses ((Vinte homens para servirem de Bombar-deiros)) en las armadas que él organizase, de los cuales serfan seleccionados los doce mejores15. En ese mismo año de 1552 se mandan a las Azores al doctcr Mame! A!rwez e IsiUre de Mmeidas pwa q x , c m e! pre-veedcr, ifi-dicasen los lugares que carecian de fortificación16. De esa diligencia habrá resultado la construcción del castillo de S. Sebastián en la ciudad de Angra que, poco tiempo después, se inició. De otro modo, como forma de responder a la piraterfa francesa, se sugirió ya al rey en 1543 la construcción de baluartes de piedra y cal, «en to-dos os lugares de porto de mar onde inimigos ou ladroes possam desembar-c a ~ ) ~ 'P.a ra la protección del puerto de la ciudad de Ponta Delgada, en 1551, se proyecta el castillo de S. Brás, cuya construcción comenzará dos años después 18. Es conocida la importancia que las Azores y, de un modo especial la isla Tercera, desempeñaron como escala de regreso del camino de las I~idias. Pierre Chaunu, Magalhks Godinho, Frédéric Mauro y, recientemente, Lo-renzo Sanz, entre otros, lo mencionan frecuentemente19. Pero, Ccuál es efec- 14. Ms. 28, t.1, 1' fls. 9v-11, Carta del proveedor de los almacenes a Pedro Anes do Canto de 19. XII. 1550, en Arquiuo dos Apres, XII (1892), pág. 41 6. 15. Ibid. t. 1, 1. parte., fls. 20v-22 y 23v-27, disposición de 8. IV. 1552. 16. Ibid. t. 1, 1. parte., fls. 34v-35v, en Arquiuo dos Afores, XII, págs. 417-418. 17. A.N.T.T., Cart. Miss., m.3 n" 205, en Arquiuo dos Acoses, V, pp. 365-366. 18. A.N.T.T., C.C. 4-37-12. Carta de Manuel Núnez Ribeiro al rey, de 23. 111. 1551, en Arquiuo dos Afores, 111, pág. 18. 19. CHAUNU, Pierre: Seville e# lfAtíantique. 7504- 1650, Vols., Paris, 1955-1960; MAURO, Frédéric: Leportugal ef I'Afíantique au XI/IIz siécíe ( 1.5 70- 16 io), París, 1960; MAGALHAES GO-DINHO, Vitorino: Os desmbrimentos e a emnomia mundia4 Vol. 11, Lisboa, Arcadia, 1965 y LOREN-ZO SANZ, Eufemio: Comercio de +ñu con América en L epoca de Felipe 11, 2 v~ls.~ValladoLid19, 80. 9 Teodoro de Matos tivamente la importancia que tuvo esta escala en el comercio de España con América? ?En qué medida las naves de la plata y del oro gozaban de las es-tructuras existentes? ?Qué es en contrapartida, lo que las Azores y Portugal recibieron por esta escala? Desde 1518, por io menos se tiene conocimiento de la escala regular de las naves de América en las Azores. En efecto, en ese año, y a petición de Carlos V son escoltadas desde la Tercera por dos carabelas portuguesas, cin-co naves que regresaban de las Antillas trayendo oro20. Aunque no se cono-cen los registros del movimiento de la aduana de Angra durante este siglo, ia documentación exisrenre, ya sea en las Azores como en España, es sufi- m - N ciente no sólo para adelantar algunos datos de esas entradas sino también E para patentizar su importancia. O n A lo largo del siglo XVI y especialmente a partir de 151 8, se constata el =m número creciente de escalas del camino de las Indias en la isla Tercera. En O E E efecto, a lo largo de ochenta años (1518-1598) por lo menos cuarenta y dos 2 E veces la armada de América es socorrida en esta escala, guardando en tierra, unas dieciocho veces, los cofres de oro y de plata21. La amenaza de los cor- 3 sarios franceses al principio y después de los holandeses e ingleses fue el mo- e-tivo, por lo menos aparente, de gran parte de esos desembarcos. Pero tam- m E bién los temporales y las averias a bordo, condujeron en algunos casos, a la O arribada en la isla ~ e r c e r a ~ ~ . La asistencia y protección dada por la proveeduría de las armadas a los E navios del Perú y de las Antillas, fue varias veces solicitada por la corona es- a pañola, bien sea directamente al proveedor, bien a través del rey de n Portugal, haciendo por tanto obligatoria no sólo la escala sino también 5 20. A.N.T.T. Cart. Miss., m. no 443 en Arquivo dos Ayores, 111, págs. 27-28. O 21. Se tiene noticia de que naves procedentes de la América española hicieron escala en la ida Terceira en ios síguientes años: 1518, 1528, i537, 1538, 1539, 1541, 1547, 1548, ij4, 1552, 1553, 1554, 1555, 1556, 1557, 1558, 1560, 1561, 1563, 1566, 1570, 1571, 1573, 1580, 1581, 1587, 1589, 1590, 1593, 1596, 1597, 1598. Los libros de registros de entrada de navios de la Aduana de Angra serían fundamentales para esta cuantificación. La que aquí se hace habrá de ser entendida como muestra. Recogemos estos elementos en la documentación de la Proveedu-ría de las Armadas, existente en la B.P.A.P.D., Fundo Ernesto do Canto, Ms. 78 y en las fuentes que se mencinan seguidamente: Archivo Nacional de la Torre do Tombo; Copo Cronofogico, 1-79-35, 1-79-49; 1-87-133; Cartas Missivas, 1,443, Archivo General de Simancas: Estado L. 121, 371, 372, 377, 379, 380, 389, 2389; Consejoy Jrrntas de Hacienda, L. 25, 70, 121, 125; Contadurias Ge-nerales, L. 3055; Guerra Antkua, L. 116, 188, 214, 284, 375 y 51 l; Patronato Rea4 L. 251; Archi-vo General de las Indias; Contaduría, L. 439,I. Genera4 L. 2002. Algunas de estas fuentes están referidas en la obra de Eufemio Lorenzo Sanz, ya citada en MAGALHAES WDINHO, Vitori-no: Os descobrimnfos e a emnomtá mundia(, también ya citada. 22. A.N.T.T., C.C., 1-79-35 en Arqivo dos Asores, 1, págs. 128- 129. ¡.as relaciones de las Azores 10 el desembarque de la preciada mercaduría. "Ho Serenyssimo princepe de Castella me mandou aquy huma carta que noteficasse aos capitaes das suas naos, que vyesem das Antlyas, que no pasasem d'estas ilhas sallvo com muita frota, e nom indo com frota tan posante que se podessem defender, en tal1 caso, que ho ouro e prata que trouvessem leyxassem n'estas ilhas, porque tynha nova de armados franceses e escorceos", dice Pero Anes do Canto en carta enviada al rey el 27 de Mayo de 154722. un año después, un despacho del rey de Castilla "manda que as naos que vyesen das Antylyas leyxen nestas ilhas e pusesem em terra a bom recado ho ouro que trou~essem"~~. Nada más que pasara el peligro, los navíos con el oro seguirían por sus propios medios o, lo que era frecuente, venir a buscarlos una armada de España como sucedió, p. e. durante los años de 1537, 1539, 1552, 1554, 1555, 1556, 1557, 1559, 1561, 1571, 1572, 1579, 1580, 1583, 1599, 1591, 1592, 1593 o 159824. El lugar de espera era también el extremo occidental del archipiélago: las proximidades de las islas Flores y Corvo25. Téngase en cuenta también que en algiinos casos, las naves de América siguieron para Lisboa juntamente con las de la India o fueron conducidas junto con sus tesoros por la armada das ilhas que, esperán-dolas, transportábanlas a Lisboa después de escalar en la isla Tercera26. La frecuencia de la escala de la flota de Nueva España en la isla Tercera, también como la permanencia prolongada de los navíos y respectiva tripulación, habrá sugerido a Felipe 11, en 1584, la idea de establecer en la isla un proveedor que se ocupase deiabastecimiento de sus naves, que allí arribasen2'. A este hecho no deberá ser ajena la dificultad con que la provedoría das armadas de la isla Tercera en muchas ocasiones se debatía en el aprovisionamiento de las naves portuguesas que allí se abastecían y que, por consiguiente envolvería también a las de España. De este modo el coronel de infantería Antonio Centeno, en vísperas de entregar el comando de su tercio, en la isla Tercera, a Diogo de Miranda Queirós, le son concedidos, en 1599, 600 ducados de los bienes aprehendidos a piratas 'ingleses, por estar "muy 23. A.N.T.T., C.C., 1-92-120, en ibid. 1, pp. 131-132. 24. A.N.T.T., CW;. Mis. m. !, 43, Aichi50 Gi i ierd d ~Sii maiicas, Wiüdü, L. l2l, 371, 375, 51 1; Archivo de las Indias, Pat. Real, L. 251; Id., Cont., L. 439 y las fuentes ya citadas. 25. Sobre esta armada véase el elucidativo documento que publicamos en apéndice. 26. A. G. Simancas, Estado L. 374 (1549), 378 (1556), 389 (1571). 27. A. G. Indias, Zndif: General, L. 740. 11 Teodoro de Matos pobre y empenhado, respecto del mucho gasto que siempre tiene, y que muy ordinariamente se le acrescienta por estar al passo de las flotas que van y vienen de las Indias"28. La necesidad, real o no, del desembarque del precioso metal en la isla Tercera o en Lisboa, va a ser en gran parte aprovechado por mercaderes, pasajeros y tripulación (que incluye también portugueses) para el comercio clandestino. La escala en las Azores les proporciona la oportunidad de esconderlo en casas, almacenes o tiendas, para después transportarlo al continente portugués o cargarlo en otros navíos para Aridalucia, después de iieciio eii el Uestirio, la in~peccibna las naves de esta ruta por la Casa de Contratación. También para evitar que en Lisboa los oficiales de la corona portuguesa los descubriesen, acostum-braban a desembarcarlo en Setúbal, Cascais o Sesimbra29. Es la fuga al registro y al depósito del metal a lo que todos intentan huir, por tanto, urge la necesidad de descargarlo y ocultarlo antes de que llegue a Sevilla30. A pesar de la vigilancia y restricciones impuestas a las naves de esta ruta, la arribada y desembarque obligatorios o la autorización del capitán a que pasajeros y tripulación salieran a tierra o incluso, la llegada dispersa de la armada posibilitaba este avenamiento. "En las Azores quedan muchos pasajeiros y penuleros com mucho dinero" escribe Juan María Jacques en 15583'. Sin embargo no parecen haber sido los navíos de la flota de las Américas los que mayor fuga de metales dieron lugar en las Azores. Aunque fuesen los que transportaban mayor cantidad de oro y plata, la fiscalización era rigurosa y el contrabando tenía que reducirse a lo que viniese fuera de registro ya que, por el resto, respondería el capitán. Son principalmente los navíos de particulares, que comerciaban clandesti-namente con las Indias, los que intentaban "aliviar-se" más de.10~te soros en las Azores o en Portugal en vez de dirigirse a Sevilla o a Cádiz. Esta fuga de metales se da principalmente durante los años en los que se sospechaba que podría haber secuestros de teso- 28. A. C. Simancas, Guerra Antigua, L. 553 (23.8.1599). 29. A. C. Simancas, C. J. F., L. 317, carta de Bernabé de Pedroso, de 25.1X.1593. 30. Sobre el desvío del oro y de la plata de las Indias véase Vitorino Magalhzes Godinho, op. cit., vol. 11, pp. 415-419 y Eufemio Lorenzo Sanz, op. cir., vol. 11, pp. 123. 31. A. G. Simancas, Estado, L. 130 (30.X1.1558), cit. por E. Lourenzo Sanz, op. cit., vol. 11, pp. 127. La rekciones de las Azores 12 ros por parte de la Corona retardando su entrega, en los que la inspección a la flota rigurosa, o en los que la vigilancia del general pudiera ser fácilmente burlada32. Mercaderes, pasajeros y capitanes tenian pues que descargarse la preciosa mercancía que traían escondida, antes de llegar al puerto de destino. Si no lo habían logrado en la Azores, tendrfan que intentarlo al aproximarse a .las costas de España. De ahí la prohibición de lanzar botes al agua, de aproximarse a la flota barcos pesqueros, o de estos recibir gentes de las na-ves de las ~ n d i a s ~ ~ . El oro y plata que eran desviados en las Azores y que naturalmente en su mayor parte se detinaban a Lisboa alcanzaban valores considerables. En 1593 cuando se sospechó que hablan quedado en la isla Tercera sumas consi-derables, con objeto de traerlas a Sevilla, se alargó dos veces, el plazo límite de su registro. Los valores entonces declarados sobrepasaron los 400.000 ducados34. De cuando en cuando son tomadas medidas para impedir la des-carga del oro en la ~ e r c e r aP~e~ro. el desembarque es en muchas ocasiones necesidad imperativa. El oro y la plata que venia de las colonias españolas eran aún vendidos «en la isla de las Azores o que aquí que ay muchos mercaderes aquy en las yslas de los Acores que los van a sperar para se lo compran), escribía Luis Sarmiento de Mendoca en 1 5 5 5 ~I~nc. l uso la falta de moneda en la isla Ter-cera creaba algunas dificultades. Como medio para superarlas, un habitante de Angra, a mediados del siglo XVI, sugirió al rey la creación, en aquella ciudad, de una casa de la moneda. Y con tal propósito escribía: «Ha cidade &Angra da ylha Terceira homde heu sam morador vem todollos anos muita quantidade douro e prata do Peru e outras partes e os que ho dito ouro e ira-ta trazem ho querem vemder a na acham que lho compre por a quall causa deixam de comprar espravos e pastel1 e coyros e acucres e uotras mercado-ryas que ha na terra por falta de ná terem moeda [...] ho que tudo causa mui-to escandalo aos estrarngeyros por que todos los anos en verná na dita cida-de muitos esperamdo pelas armadas que trazem táta camtydade que muitas 32. A. G. Simancas: C.]. E, L. 317 y Comercio de Erpaña con América ... Vol. 11, págs. 127-128. 33. Recopilación de las l ~ edse los Reinos de las Indiar, Lib. IV, tit. XXXVI, leyes XLIV y XLV. 34. LORENZO SANZ, E.: El Comercio de Erpatia con América ... Vol. 11, pág. 144. Véase en ia misma obra ei cuadro n^ 71, p*. 263-271. 35. A. G. Indias: Ind. Genero/, L. 738. 36. A. G. Simancas: Estado, L. 377 (22.1.1535), en MAGALHAES GODINHO, Op. CCit. Vol. 11, pág. 417 y DA ROCHA GIL, María Olimpia: Os Acores no s&Lo XVII. Aspecfor so'cio-económicos, (1575- 1676). Castelo Branco, 1979, pág. 340. 13 Teodoro de Matos vezes esta hy h m c onto douoro todo e n ~ e r n o nL~a~ p. ropia corona portu-guesa muy pronto recuerda al veedor de Hacienda de Angra la obligatorie-dad que tiene del control de oro y de la plata que aU se transacciona, recor-dándole, en 1536, que sobre tales productos deberfa recaer el pago del diez-mo. En contrapartida, señálese también que la afluencia del precioso metal a la isla Terceira exigió que se tomasen medidas de defensa contra posibles ataques de los corsarios y que se tradujeron, como se vio en la fortificación de las islas. A lo largo del siglo XVII se habfan se-ddo realizando contactos fre-cuentes entre la América ~ s ~ a ñ o llaas 'A~z ores a través de la escala de las naves de la carrera de las Indias, por lo menos hasta 1620, momentofen que el comercio hispano-americano alcanza, como se sabe, su punto álgido39. En ese año, por ejemplo, el procurador de Hacienda de las Azores era encargado de indagar sobre la carga que venia en las naves de América sin haber sido registrada y de punir a los infractores40. En la correspondencia que se cono-ce de los proveedores de las armadas de la isla Tercera de este siglo no apa-recen referencias a la carrera de las Indias, aunque una investigación más profunda en los archivos de Sevilla o Simancas nos venga a permitir cuanti-ficar y comprobar las circunstancias de tales escalas. ¿Cuál fue la participación de los habitantes locales en esta actividad de contrabando de oro y plata americanos? ¿Cuál el impacto de todo este movi-miento que venia de las colonias españolas al que se debia sumar el de la ca-rrera de la India, del Brasil, de Mina y de Guinea? Manuel Luis Maldonado -un cronista seiscentista terceriense- describe elocuentemente la importancia que esta escala representaba para los habitantes de su isla en el siglo anterior: «...nadava verdadeiramente a ilha en rios de prata e ouro. Apenas que chega-va qualquer destas frotas, ou armadas, quando imediatamente concorriao á ribeira do porto #Angra as gentes de toda a ilha, hiis com as casas, outros 37. A.N.T.T.,Cati.MMiss.m.3,nn"167enArquiYodosA~ores,I,1p3~6. -137. 38. Carta regja de 21. XI. 1536, en FERREIRA DRUMMOND, Francisco: Anais da Ifha Terceira. Vol. 1, Angra do Heroismo, 1850, págs. 552-553. 39. CESPEDES DEL CASTILLO, G.: Lar India durante los siglos XVl j XV11 en Historia Social y Económica de EspaKa y America. Dir. por J. Vicens Vives. Vol. 111, 1977, pág. 504. 40. A. G. Simancas: S. Prov.. L. 1473, fl. 65. ' Las relaciones de las Azores 14 com as aves, outros com as frutas, outros com os gados, outros com os pa-nos de linho; e como naquelle tempo aquellas conquistas estavao em seu auge, tudo o que os forasteiros compravao era o peso d'ouro e tanto assin que para estas compras traziarn as patacas em surres as costas de moleques e sem repararern no preso dos mantimentos davao o que se lhes pedia, tao li-berais que nao só pagavan o vendido mas as pasadas do ended don)^'. A pe-sar de una cierta exageración o tendencia panegírica, sus afirmaciones no se-rían despropósitos si tenemos en cuenta las fugas de oro y plata que se reali-zaban. El número considerablemente grande de orfebres existentes en Angra A- --+:c--+-- -L:L 1- d..--:- A-1 -.+..142 ~ U C U LI ~ L I I I L ~LI ~ U ~ U ~ lCa Ua u u l i u a l l u a UCI I I I C L ~ . La obra de Gaspar Fnituoso, un cronista de finales del siglo XVI, está llena de alusiones que demuestran el intercambio de personas y bienes entre la isla Tercera y las Indias Occidentales y la importancia que las flotas de és-tas representaban para la isla. Son las referencias a las «muitas coisasn exis-tentes en la ciudad de Angra que provenían de las «Indias de ~ a s t e l ma~l ~ ; ((castelhano grande herbolario e físico)) que elogiaba las cualidades farmacéu-ticas de los nrbres con los cuales esperaba hacer mucho dinero en las «Indias de ~ a s t e l wO~ ~al. mismo herbolario que comprobaba la superioridad de la sal, la nueza terceriense comparada con la de las Indias, «donde v i n h a ~ ~ ~ . También los registros de pasajeros existentes en el archivo de las Indias en Sevilla revelan algunos nombres de azorianos que se dislocaron a aquellas re-giones4'. El paso frecuente por Angra de enfermos en la flota de las Indias suge-riría a Fray António Verejao la idea de construir en esta ciudad «un hospital para os enfermos que daquela terra viessem)) invirtiendo ahí el dinero que habfa ganado «em pregacoes e outra parte de restituísoes, que sendo confes-sor, mandava fazer e lhe davam na Indias de ~ a s t e l mD~e~si.s tiendo de! la obra, las casas ya construidas, acabarían por cederse al monasterio de Nossa Senhora da Grasa. 41. Biblioteca Pública y Archivo de Angra do Heroísmo, Fenix Angrense. Alento 3" fl. 96. 42. Cf. DA R. GIL, M. Oiimpia, Os Afom no sédo XVII !...l. pág. 278. 43. FRUTUOSO, Gaspar Saudades da Tema, L. VI. Ed. dirig. por Jo2o Bernardo de Oliveira Rodrigues, Ponta Delgada, Instituto Cultural, 1963, pág. 30. 44. Id, Ibid, págs. 57-58. 45. Id., lbid., pág. 58. 46. Cf. Cdogo lpusujdii-01 Indias, 5 vols., Madrid, 1930- 198 1. 47. FRUCTUOSO, Gaspar., lbid., pág. 145. Teodoro de Matos También la llegada de la nota de América española era suficieztemente importante como para solucionar rápidamente en la isla Tercera la crisis po-lítica en Septiembre de 1580, haciendo aclamar a Felipe 11, «pois comecavam entrar naus de Santo Domingo e ~ e n i » ~ ~ . Pero el oro y plata posiblemente provenientes de las Antillas y del Perú podría aparecer también en otras islas, traídos por los propios corsarios. En 1549 fue descubierta considerable cantidad de oro y plata en casa de habitan-tes de la isla del Corvo y que habían sido llevados por &un batel1 com fran-c e s e s ~ ¿~H~a.b rá servido de moneda de cambio para el abastecimiento del navb? Sin pretender abordar el complejo problema de los corsarios en el mar de las Azores en esta época, adelantamos que su presencia en las Flores y Corvo era frecuente por las razones que se conoce. En 1593 Afonso Bazán informaba al rey de la presencia de extranjeros en las proximidades de dichas islas que esperaban a las naves de la 1ndia50. Y en 161 1, el rey mandaba tomar medidas para que se arrestase al corsario in-glés Pedro Eston de quien se tenia noticia de que se abastecfa anualmente en el mes de Marzo en la isla de.las Flores de carne, agua y leña y de incluso tratar de su matrimonio con la hija del capitán mayor de la isla5'. Durante la época quinientista son pocas las informaciones sobre los contactos entre las Azores y las Canarias. Escalas en las Azores de nades provenientes de estas islas, envio de barcos a buscar pez y poco más52. Pero a pesar de no existir fuentes suficientes para su estudio en este período, es posible que el trigo azoriano haya conquistado el mercado de las Canarias en pleno siglo XVI. Para la centuria siguiente es ya posible conocer las relaciones entre los dos archipiélagos siguendo los registros de la Aduana de Ponta Delgada, en 48. Id., Ibid, pág. 147. 43. B.P.A.P.E., E E Canto (domrnenio~a ú Ca a M&ei Canro e Lartroj, m.5, n' i5, «Auto que se hiw de lo que pasaba a los pedacitos de oro», 27. VII. 1549. 50. A. G. Simancas: G. A., L. 355 (13.VIII.1592). 51. A. G. Simancas: Estado, 1. 148, fl. 283. 52. A.N.T.T.,C.C..l-91-21-, Carta de Manuel Pacheco de Leria, Angra 31. IX. 1553;) B.P.A.P.D., EE. Canto, Ms. 78, T. I., 1. p. fls. 35v-36v. 17 Teodoro de Matos Años Cantidades Moyos Alqueires También se tiene conocimiento de la salida, en el siglo XVII, de pastel 0 n para las Canarias por medio de sus navíos aunque sin gran significado eco- =m O E nómico. En 1636 un navío procedente de las Canarias cargaba 2.01 1 quinta- E S les, 2 arrobas y 14 libras de pastel por el valor de 1.408.134 reales con desti- E no a Sevilla y, tres años después, se enviaban para aquel archipiélago 726 quintales 1 arroba y 12 libras de ese producto por el valor de 493.920 rea- 3 les5? Pero otros productos, como el lino, la cebada, se mandarán varias ve- - - 0m ces para Canarias. De éstas llegaba también algo de vino, que en ciertos ca- E sos seguiría para los países del Norte de Europa. C1 En un intento de análisis de este comercio se verifica también que, en n su mayor parte, el tráfico marítimo se hacía en barcos extranjeros. Los por- -E a tugueses raramente lo realizaban. También se constata que la ruta de las Ca- n narias era hasta mediados del siglo XVII servida principalmente por carabe-las, a semejanza de lo que pasaba en las rutas de Madeira, Lisboa y Norte de 3 Africa. Casos de fletamiento de barcos para el transporte de trigo deberán O haberse realizado, como ocurre en 1635) cin !z c ~ z k ! 2&= YSY Senhera d~ Amparo)) que transporta de la isla Graciosa a las Canarias 95 moyos de tri-gO5'. Según los registros de la aduana de Ponta Delgada se observa que, en la segunda mitad del siglo XVII esas relaciones con Madeira-Lisboa y Canarias 56. Id., lbid, cuadro anexo. 57. Biblioteca Pública y Archivo de Angra do Heroismo, aTablionato da Graciosa», Fern5o Correira de Melo, 1639-1640, fl. 113 en DA ROCHA GIL, María Olimpia: Afo?es: Comercio e Comuniqdo nos setuos X V I e XVII, en Arquipélago, N, p6gs. 363 y 391-392. Las relaciones de las Azores 18 aumentaron. Este crecimiento se debe en parte al declive del comercio del pastel que entonces se realizaba con los puertos del Norte de Europa (Ingla-terra, Francia y ~ o l a n d a ) ~ ~ . Pero, para mejor valorar la importancia de las relaciones comerciales canario-azorianas, es necesario recurrir a los archivos de las Canarias. Por-que los de las Azores omiten esas relaciones en determinados años y, por si solos, apenas pueden darnos, a nivel global, tendencias o valores relativos de ese comercio. Aqui queda una sugerencia para los investigadores canarios. 58. Cfr. DA ROCHA GIL, Maria Olimpia: Os Afores e a Nova Economia de Mercado, ya cit., pag. 383. 740 DOCUMENTO "Lo que el senor don Juan Tello de Guzman ha de hazer en el viaje que ba con el armada de que es capitan general a las yslas de los Arores es lo siguiente: Primeramente en estando presta el armada para poder salir se hara a la vela con la buena ventura y buen viaje que nuestro senor le de y salido fuera de la barra de Sanctlucar yra corriendo toda esa costa hasta el cabo de Sanct Biyeynte. E si encontrara algunos navios de corsarios franceses trabajara de los tomar o hechare a fondo sin detenerse y os alli tomara su derrota para las yslas de los Asores por donde suelen venir las naos de las Yndias. E si en el camino topare con las naos que se esperan de'la Nueva España y hubieren dexado y descargado el oro y plata que tiayan en las yslas de los Acores dexalles ha venir se camino topare con las naos que se esperan de la Nueva España y hubieren dexado y descargado .el oro y plata que trayan en las yslas de los Acores dexallas ha venir su camino. E se truxeren el oro y plata y las topare de medio golfo a esta parte buelvase con ellas hasta ponellas sobre la barra de Sanctlucar y alli las dexara y se bolbera con las naos de su armada la buelta de las yslas de los Aqores. E si topare las dichas naos de la Nueva ~ s i a ñdae medio golfo a la parte de las dichas yslas trayendo oro y plata hazellas ha holber consigo y las llebare en su cornpania sin dexar apartar ningun dellas a las dichas yslas y alli tomara el oro y plata que alli hubiere de su Magt. e de mercaderes y particulares y con todo ello se verna a España. . A la yda de las dichas yslas todabia V. N. con su armada en la ysla de Saxt Mig~e! recnger!~ tedn e! ern y p!2tz q?ie trq7u !a i.m de U m z u ! ~ de Herrera lo qual esta en poder de la justicia y cobrara de qualquier persona en cuyo poder estubier y asi mismo qualquier oro e plata que en la dicha ysla estubiere y con ello'se irian a la ysla Tercera. Yten. Si quanao llegare a la ysla Tercera si hallare venidas todas las naos que se esperan de la Nueva España hara tomar e precojer todo el Las relaciones de las Azores 20 oro y plata y perlas que en la dicha ysla Tercera estubiere asi de Su Magt. como de mercaderes e particulares poniendo todo el oro y plata de Su Magt. rrepartido por las quatro naos de su armada com personas que 10 traen a su cargo y con todo ello y con las naos de la Nueva España con mucho rrecabdo y cuydado se verna la buelta de España. Yten. Si alguns navio de los de la Nueva España.no viniere bueno para poder nabegar con la seguridad que conviene liara tomar todo el oro y plata que truxere con la persona o personas que lo traen a su cargo y pasallo a una de las naos del armada en la quem for le pareciere donde venga a mucho rrecabdo. Yten. Siendo venidas las naos de la Nueva España o estando en las dichas yslas vinieren a faltare alguna de las naos que venian en su compañia de las que partieron con ellas que trayga oro o plata en tal caso la aguardara dende que entrare las otras naos hasta veyre diez. Y si pasados los dichos veynte dias no fuere venida venirsea con su armada por la horden que arriba dezimos. Yten. Sy quando llegare V. M. con el armada a las yslas de los A~ores no fueren venidas las naos de la Nueva España dexara dicho en la Tercera al señor don Alvaro de Montemayor que tenga el oro y plata arrecabdo y se apresten para ambarcallo quando huelba a la dicha ysla y luego yra con la dicha armada a la ysla de Flores y al Fayal y a Sanct Jorge y ponerse en la derrota que traen las naos de las Yndias aguardandolas. 1 asi mismo vera y se ynformara por todas aquellas yslas si ay naos o armada de franceses que por alli anden. E puesto en la dicha derrota de las naos de las Yndias y topando con las de la Nueva España se verna con ella a la ysla de la Tercera a tomar el oro y plata que alli estubiere como dicho es. Yten. No topando naos de Nueva España ny sabiendo nueva certa dellas se andara entre las dichas yslas dando siempre aviso en ellas que si algunas naos de las Yndias vinieren les den aviso de como el anda por alli con su armada para que bayan ajuntarse con el o le aguarden en la ysla Tercera dando le aviso de como son venidas y desta manera se andara entre las dichas yslas. E poniendo se en la dicha derrota hasta veynte y cinco de Junio si en este tempo no hubieren venido las naos de la Nueva España ny teniendo nueva dellas se verna a la ysla Tercera / / en fin de Junio e luego tomara el oro y plata que alli este y se verna con la bendicion de Dios e buen viaje a España. 2 1 Teodoro de Matos Yten. El oro y plata que hubiere en la ysla Tercera y en esas otras yslas se rrepartira por las naos de armada en esta manera lo de Su Magt. por todas quatro naos de armada como dicho es 10 de mercaderes e particulares que vino en el almiranta de que es maestre Tome Nuñez se hecho todo con el maestre a cuyo cargo viene en la nao capitana. Y lo que trae Bartolome Sanchez maestre se meta en la nao almiranta con el dicho maestre que lo trae a su cargo Diego Diaz maestre que fue de la nao de boloños se meta en otra nao delas del armada con lo que trae a su cargo y asi desta manera venga cada maestre en su nao con el dicho oro e plata que truxeren a su cargo. ,, Yten. Si el tiempo que llegare con el armada a la ys'la Tercera hallare E alli nueva que ay armada de franceses tal que parezca que pueda oender O a la suya en tal caso probea que se ponga muy grand recabdo en el oro y n =m plata que esta en tierra y en los que viniere de la Nueva Espaíia e %E trabajando de apartar se de encontrar con la dicha armada francesa S E siendo como dicho es mas poderosa que la suya luego despache una carabela propia dando nos aviso de los nauios y armada francesa que por 3 alli andubiere e de lo que parece que conviene para que Su Magt. proder lo que en el lo fuere seruido. E no embargante que despache carabela 1 E propia con el aviso desto nos escriba e del aviso della con todas las O carauelas e navios que vinierem para Lisbona o al Algarue con porte en las / / cartas para que se traygan a la casa de contratacion y en el E entretanto que al lo se rresponde a Su Alteza prouer no se saque el oro y a plata de tierra ny veniere el armada pero si en las dichas yslas de los n Asores hubiere armada del Ser& Rey de Portugal juntarsea con ella e si entrambas fueren mas parte que el armada francesa en tal caso a de 3 O procurar V. M. de confederarse a juntarse con el capitan general della para que juntas ambas armadas tomen el oro y la plata y venga con mucho rrecabdo significando al dicho capitan general de Portugal lo mucho que ymporta de serujco de Su Magt. la trayda del oro y plata que alli esta a mucho rrecabdo a España y el amistad y dendo tan grande que entre Su Magt. y el Ser.moR ey de Portugal ay y demas desto le ofrezca si le pareciere ser necesario por que le acompañe y vengan juntas las armadas hasta ser pasados os cabos lo que le pareciere conforme la calidad de la armada y la necesidad que hubiera. Y ten. De todolo que en esto pasare e de todas las nuevas que hubiere Las relaciones de las Azores 22 nos de siempre aviso con todas las carauelas e navios que vinieren por todas las vias que fuere posible. Yten. En la ysla Tercera y en algunas delas otras yslas ay artilleria de bronce e de hierro e municiones de naos que alli se an hechado altrabes asi de Su Magt, como de particulares hazella ha rrecoger en las naos de su armada aprobechandose de la que estubiere para poder seruir en las dichas naos de armada e la demas traera en ella. Yten. Despues de ser partido de las dichas yslas / / de los Aqores con todo el oro y plata que en ellas esta viniendo la buelta de España trabajara de se apartar de quales quier nauios que encontrare de franceses o cosarios sin yllos a buscar hasta ser entrado en Sanctlucar. Yten. Luego que se a llegado y entrando dentro del puerto de Sanctlucar de Barrameda con las naos de su armada y con las que truxere en su compañia no consintira que ninguna persona salga de los dichos nauios hasta darnos auiso de su llegada y le rrespondamos lo que combiene que se haga el qual luego que se a entrado por la barra nos avisara con correo propio que embie para ello. Yten. Luego que se a entrado en el dicho puerto hara tomar barcos en los quales con mucho recabdo se meta en ellos todos el oro y plata que tnixeren las naos de su armada asi de Su Magt. como de mercaderes y particulares con los maestres e personas que lo traen a su cargo viniendo los barcos al rruemo e no a la vela con dicho rrecaudo y cuydado hasta nos lo entregar y las naos que vinieren de las Yndias haga que se vengan el rrio arriba hasta ser llegados a este puerto como suelen venir a ser vesitadas e traer el oro y la plata a esta casa en la contratacion comforme las hordenanqas della. Yten. En caso que quando V. M. con el armada vinier no fueren venidas las naos de la Nueba España dexara probeydo en la yslaTer~era y en las otras yslas que todos los nabios que alli vinieronde Yndias con oro y plata lo dexen y descarguen en tierra a buen rrecaudo con las personas que lo traen a su cargo hasta que el armada buelba por ello / / Yten. Llebara V. M. en una de las naos del armada C...]' mercader2 el qual ba a estar y rresidir en la ysla Tercera para dar aviso siempre de las nuevas que hubiere asi de navios de Yndias como de los franceses que por alli andubiere. Yfen. No consintira que la gente del armada salte en tierra en 23 Teodoro de MUIOS aquellas yslas ny que quede ninguno. E a los dellas se les haja todo buen tratamento e compañia. Yten. No consintira dezir ninguna blasfemia ny rreniego e si alguno lo dixere lo mandara castigar comforme a lo que mereciere segund del delito. Yten. No consintira en la dicha armada lleben ninguna muger que baya ningun amancebado con el y si algunas fueren sean labanderas y para seruyco general del armada. Yten. Hara V. M. notificar ante el Gobierno del armada a todos los maestres de los nauios della que no saquen,ny consientan sacar ningunos bastimentos de los que lleban en los dichos nauios so pena de cada cient mil1 maravedies e que los que pareciere aver sacado lo pagaron con el quatro tanto y de lo ter V. M. muy grand cuydado y la misma pens se ponga y se notifique a los capitanes para que ellos no los saquen. Yten. En el primer puerto o ysla que V. M. tocare con el armada de mas de que no ha de consentir salir a nadie en tierra como arriba esta dicho haga V. M. hazer alarde general de toda la gente que lleba en la dicha su armada para que se sepa si falta alguna gente della de la que se pago en Sanctlucar / / asi-por muerte como por huyrse porque con los maestres se tenga quenta de las rraciones el qual alarde se haga en presencia de V. M. ante el escriano de la dicha armada. Yten. Mandara V. M. dar las rraciones de comida e vino a los marineros y soldados de la dicha armada conforme a las ynstruciones que para ello se les dieren y las lleban los maestres y dello mandara tener mucho cuydado por que asi se cumpla pues es cosa que tanto ynporta. Yten. Si algun nauio de franceses tomare que aya tomado algunos nauios o rropa de basallos y subditos de Su Magt. lo mandara V. M. poner todo por ynbentario a mucho rrecabdo ante escriano para que se haga dello lo que Su Magt. mandara y los franceses que tomare ara traer presos e abuen rrecabdo hasta que se nos entreguen. -En lo qual todo que dicho es entencia V. M. con el cuydado y deligencia que conviene como cosa que tanto ynporta al suhojio de S. Magt. y teniendo muy especiai cuydado en todo fecha dentro de la casa de la contratacion de Seuylla a XXX de Abril de jd1.iiij Años. l. Espacio en blanco. 2. Palabra escrita con letra diferente. |
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