UN CANARIO EN LA ESPAÑOLA
VIDA, HECHOS Y FAMILIA
DE PEDRO LOUSEL MONTERO, 1724-1 801
ANTONIO GUTIERREZ ESCUDERO
CANARIOS EN SANTO DOMINGO
Durante el siglo XVIII el Caribe, que en la centuria anterior habfa sido
invadido por Inglaterra, Francia, Dinamarca y Holanda quienes tomaron po-sesión
de diversos territorios, vuelve a despertar el interés de la Corona his-pana.
Lugar estratégico donde las potencias europeas van a dirimir muchas
de sus rivalidades, atrae de nuevo la atención de la Administración española.
Entre las medidas tomadas para fortalecerlo destaca, además de las militares
y económicas, el envio de familias con objeto de potenciar su población.
En el caso de la parte española de Santo Domingo, esta remisión de fa-milias
tenía un objetivo concreto. No sólo aumentar el número de sus habi-tantes,
bastante menguado por los acontecimientos de años pasados, sino
crear con ellos una auténtica muralla humana, obstáculo infranqueable a las
continuas usurpaciones territoriales de los franceses asentados en la banda
occidental de la isla.
Con mayor o menor fortuna varios proyectos emgratorios se suceden
desde 1680 en adelante, compredendo tanto a personas extranjeras como a
hispanos. Respecto a los forasteros, en dos ocasiones, 1687 y 1699, pensóse
en enviar familias f mencar, tan midas siempre a Fspzfa Y de re!igiSn cat6-
lica. En ambas oportunidades fueron rechazadadas porque la aceptación Ile-vaba
aparejada la formación de una Compañia de Comercio de Flandes en
Santo Domingo y Puerto Rico. A tenor del informe negativo del Consulado
de Comercio de Sevilla, la Corona repudió los proyectos. Las razones: oposi-ción
a la admisión de foráneos en aquellos territorios, además de considerar
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cial '.
Más tarde, en 1701, hubo un nuevo intento de trasladar quinientas o
Un canario en La Españolo 4
seiscientas familias irlsndesas, también católichs. El temor a que establecie-sen
comercio con otras naciones que no fuera España frustró el mencionado
plan2.
Entre !os hispanos pensóse en gallegos y asturianos, pero la falta de po-blación
y la necesidad de reclutas y levas para los ejércitos y presidios de Es-pafía
hacfan dificil tal realización3. Quienes poblarán la isla dentro de sus po-sibilidades
serán los naturales de Canarias. Apravechando diversos períodos
improductivos del archipiélago era fácil incitar a sus habitantes a emigrar a
los territorios americanos4. Pero muchos de estos isleños al llegar a Santo
Domingo encontraban una situación que en nada mejoraba a la dejada. En-fermedades,
epidemias y muertes, como consecuencia de la falta de protec-ción,
la inadaptación al clima o la insalubridad de las tierras señaladas para el
asentamiento, se enseñorearon de !os contingentes canarios enviados a la
parte española de Santo Domingo durante el siglo XVIII~.
Sin embargo, ni todos los canarios establecidos en la Española llegaron
integrados dentro de esas oleadas migratorias, ni todos sufrieron tantas cala-midades.
Algunos se instalaron en la isla utilizando otro medio: el ejército.
Es decir, llegaron como militares para incorporarse a la guarnición del presi-dio
primero, y más tarde al Batallón Fijo. Y en ocasiones, su trayectoria per-sonal
y económica alcanzó cotas muy satisfactorias. Este es el caso de Pedro
Lousel ~ o n t e r of~un, dador de una dinastia en Santo Domingo, que recién
1. Consulado del Comercio al rey. ~evilia1 2 de octubre de 1687. Archivo General de Indias
de Sevilla (en adelante, A.G.I.), Santo Domingo, 558.- Consejo be Indias al rey, Madrid, 14 de
Agosto de 1699. A.G.I., Santo Domingo 236.
2. Audiencia al rey. Santo Domingo, 28 de setiembre de 1705. A.G.I., Santo Domingo, 236.
3. Consejo de Indias al rey. Madrid, 14 de Agosto de 1699, cit.
4. Sobre la emigración canaria véase lMORALES PADROX, Francisco: Coionos canarios en
Indias, aA.E.A.», vol. VIII, Sevilla 1951, págs. 399-441, y Las Cananos y ia política emzgraforia a
~-2:~. T r - l - - . . :- 2- u:-+--:r- - ---:A A---:---- E~LLLA J TZ =.C.,.- r . ,~; iT~ -C. .- A- r--*- '"Y"'.>, A C V I V y L U V "L. I ..iL"l'a C a I I a 1 I V ' I I I I C I I L a ' L " ) I I Y L I V L L "C. IA...,". -LU..CL" l. .,U.'. U C -A111
Canaria, 1977, Págs. 210-291.
5. Cabildo de San Carlos al rey, 4 de octubre de 1685. A.G.I., Santo Domingo, 285. Cabildo
de San Carlos al rey. 7 de febrero de 1709. A.G.I., Santo Domingo, 320. Juicio de Residencia cie
Alfonso de Castro, 1735-1739. A.G.L, Escribanía 16 B. Diversas noticias al respecto pueden
verse en RODRIGUEZ DEMORIZI, Emilio: Nuetafunda~ónd e Puerto de P h a (1736). Santo
Domingo (R.D.), Sociedad Dominicana de Geografía, 1975.
6. El apellido Lousel es de origen fraricés. Correctamente su grafía seria Loisel, aunque ha
prevaiecido la forma Lousei como transcripción más aproximada dei sonido francés oi En la du- :
cumentación aparece de múltiples formas: Lausel, Lauzel, Loyzel, Lousel, Loisel, etc,. nosotros
lo transcribimos tal como en ella nos aparece.
5 Antonio Gutiérrez Esnrdero
llegado en 1724 como simple arcabucero, era cuarenta años después Tenien-te
Coronel graduado y «el segundo caudal de los grandes de aquella islm7.
<Qué causas contribuyeron a la ascenskh de Pedro Lousel? A ello, a
averiguar sus rafces, desvelar su trayectoria y la de su familia en Santo Do-mingo
y las circunstancias que coadyuvaron a su progreso, se dedica este es-tudio.
ORIGENES CANARIOS
El Libro de los méritos y circunstancias de los Oficiales, sargentos y ca-detes
de! n2cu!!ón Fi;J = de SLqcO ngmin5ei,p 1763 &rrdhe r--oYn---i tdn
Pedro Lousel Montero como una persona de 64 años, salud robusta, recono-cida
calidad y natural de islas canarias8.
Concretamente Pedro Lousel habfa nacido en 1699 en La Laguna, sien-do
el tercer hijo del matrimonio compuesto por el alférez Juan Loisel Bigot y
Francisca Antonia Montero Machado. De esta unión hubo ocho vástagos:
Juan, presbitero; Francisco, capitán de milicias; Pedro; José Antonio; Anto-nio;
Juana Francisca; María Narcisa y Teresa Josefa.
La madre de Pedro Lousel era hija de Francisco Montero de Guzmán y
Betancor y de Isabel Suárez Jordán Machado. El padre, bautizado en Con-cepción
de La Laguna el 7 de diciembre de 1666, era hijo de Juan Loisel y de
Violante Bigot que casaron en La Laguna el 16 de septiembre de 1658, y
cuyos padres, a su vez, fueron Jorge Loisel (francés-flamenco) y Francisca
Bustrin, y Claudio Bigot (francés-normando) y Mariana Enrfquez Ramírez,
respectivamente9.
La ascendencia francesa de Pedro Lousel es evidente, no sólo por línea
paterna, sino también materna. La presencia del apellido Betancor en la
7. Presidente de Santo Domingo Francisco Rubio al rey. Santo Domingo 30 de junio de
1763. A.G.I., Santo Domingo, 932.
8. Afiade además que su valor, conducta y aplicación son buenos, y las costumbres regula-res.
Libro de los méritos y circunstancias de los Oficiales, Sargentos y Cadetes del Batallón Fijo
de la plaza de Santo Domingo ajustado al tiempo que cada uno sirvió hasta fm de setiembre de
1763. A.G.I., Santo Domingo 1.094. En otro lugar se dice que «es bien nacido en Canarias). Li-breta
de vitu ef moi-ibws de los Oficiales de Santo Domingo, 10 de marzo de 1749. A.G.I., Santo
Domingo, 1.092.
9. Violante Bigot falleció el 20 de febrero de 1706. Los datos referentes a la familia Loisel
en Canarias nos han sido facilitados por D. Leopoldo de la Rosa a quien desde aquí queremos
expresar nuestro más sincero agradecimiento.
car
Un canario en La Espatiola 6
rama de los Monteros asf nos lo señala. Este origen galo será de capital im-portancia
en su vida cuando arribe a Santo Domingo. Si le suponemos cono-cedor,
en mayor o menor grado, del idioma francés, sus servicios serán ines-timables
en una isla cuya porción occidental estaba ocupada por habitantes
que hablaban esa lengua. Y así será como comprobaremos a continuación.
No por casualidad visitará varias veces la colonia francesa de Saint Do-mingue
comisionado por los gobernadores españoles, y su presencia en la
zona fronteriza será requerida con frecuencia cada vez que surjan problemas
de límites. No debe ser ajeno a estos hechos su dominio del francés, guar-dando
igualmente relación con ello su rápido ascenso profesional. El presi-dente
Alfonso de Castro es explícito al respecto cuando le define como un
Fii;tlr p r s. c~p~i.la.l rnerr-& e! qde y= y LqceceS=ps. lo
hayamos preferido en el trabajo y ejecución de órdenes a otros»lO.
SANTO DOMINGO LA TIERRA DE PROMISION
VIDA, OBRAS Y FAMILIA
CARRERA MILITAR: DE SOLDADO A TENIENTE CORONEL
Consta que el día 24 de mayo de 1724 Pedro Lousel Montero se encon-traba
en Santo Domingo como soldado arcabucero, puesto que ocupará du-rante
un año y ocho meses. Con anterioridad había servido en Maracaibo,
también de soldado, por espacio de tres años exactos. El 23 de Enero de
1726 era ascendido a subteniente 'l.
Contaba 33 años de edad cuando el presidente Castro, con quien man-tuvo
excelentes relaciones, le nombraba capitán interino de su compañia,
cargo que desempeñará del 5 de septiembre de 1732 al 11 de octubre de
1740.
Cuando en 1739 queda formado el Batallón Fijo de la guarnición de
Santo Domingo, ei propio Cas~roio propone, rras deciararie capitán refor-mado,
para el mando de una de las 7 Compañías que lo componfan. Esta de-signación
suponía le relegación de otros oficiales de más antigüedad. La pro-testa
de éstos no se hará esperar, recurriendo al rey en defensa de sus lesio-
10. Presidente Alfonso Castro al rey. Santo Domingo, 8 de octubre de 1740. A.G.I., Santo
Domingo, 1.092
11. Libro de los méritos y circunstancias, 1763, cit.
7 Antonio Gutiérrez Escudero
nados intereses12. Felipe V devolverá las aguas a su cauce nombrando a Pe-dro
Lousel, como correspondfa, teniente propietario de la compañfa del capi-tán
Francisco de Mieses Ponce de ~ e ó n ' ~ .
El 14 de agosto de 1756, al vacar una de las compañías por muerte de
su titular y ((conviniendo proveerla en sujeto de mérito y experiencias milita-res
», es acendido a capitán, puesto que ocupará durante su permanencia en el
servicio activo14. En 1765, con más de 44 afios de dedicación al ejército, se
jubila En atención a sus méritos se le concederá el titulo de Teniente Coro-nel
graduado que disfrutará hasta su muerteI5.
Años de servicio del capitán Pedro Lousel ~ o n t e t o l ~
Tiempo en que empezó Empleos Cuanto tiempo en cada uno
Día Mes Año
25 Mayo 1721
23 Enero 1726
5 Sept. 1732
11 Octubre 1740
14 Agosto 1756
Soldado en
Maracaibo
Soldado
arcabucero en
Santo Domingo
Subteniente
Capititán interino
Teniente en
propiedad
Capititán en
propiedad
Total hasta fin de septiembre de 1763
Años Meses Días
3
1 8
12. Oficiales del Batallón Fijo al rey. Santo Domingo, 10 de octubre de 1740. A.G.I., Santo
Domingo, 1.092.
13. Nombramiento de teniente a favor de Pedro Lousel Montero. Aranjuez, 13 de Junio de
1740. A.G.I., Santo Domingo, 1.086. En 28 de febrero de 1741 Lousel solicitará se le mantenga
con la graduación de capitán reformado aunque cobrando como teniente, pero de nuevo los ofi-ciales
del Batallón se opondrán dandoles la r&n al rey. Oficiales al rey. Santo Domingo 21 de
octubre de 1741. A.G.I., Santo Domingo, 1.092.
14. Despacho de capitán a favor de Pedro Lousel Montero. Buen Retiro, 14 de agosto de
1756. A.G.I., Santo Domingo, 1.086.
15. E! nombramiento lleva fecha de 9 de julio de 1763 en Buen Retiro. A.G.I., Santo Do-mingo,
932. En i764 se le daba posesión del grado.. Presidente Manuel de Azlor al rey. Santo
Domingo, 1 de mano de 1764. A.G.I., Santo Domingo, 944.
HECHOS MILITARES: CONFIANZA Y EFICACIA COMO LEMA
El estudio de la vida de Pedro Lousel Montero nos revela a una perso-na
ligada a sucesos fundamentales del acontecer hispanodominicano. No hay
problema o incidencia donde no participe, como si hubiese querido dejar su
impronta en cada uno de los episodios del devenir de la parte española de
Santo Domingo. Coadyuvó a ello la estrecha amistad que mantuvo con los
presidentes insulares que ejercieron el mando supremo de la gobernación dc
1724 a 1770. Con todos colaboró intensamente prestando la máxima ayuda
de que era capaz. En correspondencia le fueron asignadas aquellas misiones
que por su importancia exigían la presencia de un oficial de un celo y aplica-ción
especial17. Por ello, analizar su «curriculum vitaen es abrir una ventana
a la historia de ia isla por donde Cesfiiarán hechos cuya comprensión es ciave
para entender el acaecer dominicano.
Visitas a /a colonia francesa de Sainf Domingue
En dos ocasiones estuvo Pedro Lousel en la zona francesa de la isla Es-pañola.
En la primera, del 12 al 24 de febrero de 173 1, comisionado por el
presidente Francisco de la Rocha, recorrió el norte de la colonia gala. El ob-jetivo
era averiguar todo lo relativo a las fortificaciones, estado de las pobla-ciones
y gentes de armas que poseian los franceses ante la sospecha de una
posible invasión de la parte hispanals.
De esta visita, la más importante de ambas puesto que la segunda fue
sólo para llevar documentos oficiales a la flota de Manuel López Pintado que
habfa arribado al ~ u a r i c o l ~se, ha conservado una relación escrita por el
propio Lousel. En ella se nos describen los pueblos inspeccionados, los días
empleados, los caminos recorridos, e t~.~'S.a bemos que estuvo en las villas
de Bayahá, Guarico, Port de Paix, Sant Louis du Norte, Terrier Rouge, 'Le
Croix, Petite Anse, Grande Riviere, Limonade, Le Trou y Maribaroux.
16. Libro de los méritos y urcunstancias, 1763, cit.
17. Castro al rey, Santo Domingo. 8 de octubre de 1740, cit. Los presidentes que asumieron
el mando de la gobernación durante el perfodo señalado fueron: Francisco de la Rocha y Ferrer
(1723-1731), Alfonso de Castro y iMm (1731-1741), Pedro Zorrilla de San MartIn (1741-1748),
José de Sunyer y Basteros (1750-1751), Francisco Rubio y Peñaranda (1751-1759) y Manuel de
Azlor y Urries (1 739-1 771).
18. Cabo subalterno al gobernador Rocha. Santo Domingo 6 de febrero de 1732. A.G.I.,
Santo Domingo, 941.
19. Representación de Pedro Lousel Montero, (1760 ?). A.G.I., Santo Domingo, 932.
Antonio Gutiéwez Escudero
Su relato es escueto, no dejándose impresionar por la evidente opulen-cia
gala. Suele ir directo al grano, es decir, a la averiguación del poderío mili-tar
(armas, cañones, hombres disponibles, etc.) y en este sentido su narra-ción
es un puro alarde bélico. Esto nos muestra a un Pedro Lousel fiel cum-plidor
de órdenes y señala la clave de su elección para misiones de este tipo.
Era fácil haberse dejado envolver por las costumbres francesas, por las obras
de ingeniería, por la intensa actividad comercial, por el tráí3co marítimo, por
la belleza, de las casas, calles e iglesias, etc. Sin embargo, no deja traslucir sus
emociones salvo en contadas ocasiones, bien para indicamos la asistencia a
misa de los habitantes, o bien para señalar las diferencias entre los negros es-clavos
de la colonia (dignos de confianza unos, bozales que pretenden la li-bertad
otros).
No obstante, su escrito es un documento excepcional para conocer el
armamento, los hombres que podan empuñar armas, los cañones en uso y
los inservibles, la operatividad del ejército francés, la facilidad en socorrer a
los pueblos atacados, etc. Sin duda sus superiores debieron quedar satisfe-chos
ante un informe tan minucioso y un cometido estrictamente cumplido
respecto a las instrucciones dadas2'.
Miriones en h Frontera
Desde el kpismo da en que los franceses se establecieron en la abando-nada
porción okidental de la ~ s ~ a ñ oelraa d e prever que en un futuro más o
menos cercano I\os enfrentamientos con los españoles asentados en la mar-gen
oriental iban a ser continuos. Así sucedió, y a partir del siglo XVIII los
roces se hacen cada vez más virulentos. Varias son las razones: el aumento
demográfico galo, como consecuencia del desarrollo agrícola (plantaciones
de café, azúcar, añil, etc,.) y de la llegada masiva de esclavos africanos, que
les impelía a expanderse y ocupar territorio hispano des habitad^^^; la ausen-cia
de una frontera real que delimitase el terreno que cada cual debía ocu-
20. Reconocimiento de las colonias de los franceses que habitan en la isla de Santo Domin-go;
por la banda del Norte. Testimonio de Autos sobre problemas fronterizos con los franceses
(1 735). A.G.I., Santo Domingo, 304.
21. Véase GUTIERREZ ESCUDERO, Antonio: Tresfuentes e~patióhs obre Saint Domingue,
1699- 173 1: «Hirtnrinpfia y Rihliografia americanistm, vol XXIV, Sevilla, 1980: págs. 23-75,
donde se analiza pormenorizadamente la relación de Lousel y se la compara con otras dos, una
de ellas contemporánea, la del Teniente Vicente de Castro, que visita la zona sur y cuya descrip
ción es pródiga en expresiones admirativas sobre la parte francesa.
.
Un canario en LA ErpañoZa 1 O
par23; la tibia actitud de Felipe V que comprometido por el nacimiento con
unos y por el gobierno con otros no adoptó nunca resoluciones clarasz4; etc.
De 1700 a 1777, año en el que por el Tratado de Aranjuez se establece
oficialmente la lfnea fronteriza, son décadas jalonadas de frecuentes disputas.
Los franceses tratando de demostrar que cualquier avance territorial se hacia
sobre suelo propio; los españoles intentando rebatir tal supuesto. En témii- - -
nos generales puede decirse que nunca se pasó de las palabras a los hechos,
salvo acciones aisladas de quema o demolición de estancias situadas en la
raya divisoria y en los terrenos en disputa25. A nadie interesaba una confla-gración
abierta A los galos una guerra hubiera supuesto un duro revés para
su próspera e~onomf aa~ l~os; españoles porque el resultado de la contienda
era dudoso dada la supenondad en hombres y armas de sus contrir~cantes~~.
22. En 1718 habfa en h parte espafíola 18.140 personas, número que se mantuvo con algún
ligero incremento debido a la emigración canaria hasta 1726. En este año la colonia gala tenfa
30.000 personas libres y cien mil esclavos negros o mulatos. MOYA PONS, Frank: Historia Co-loniaí
de Santo Domingo. Santiago (R.D.), U.C.M.M., 1974, págs. 284-285.
23. El problema de la frontera ha merecido una. amplísima bibliografk Citemos, a título
orientativo exclusivamente, a: ALMOINA, José: La frontera de la República Dominicana con Haiti
Ciudad Tmjiiio (R.D.), 1946; DALBEMAR, Jean J.: Nos limiesfiontiires. La qrmtion dominiuim.
Port-au-Prince, 1893; LEGER, J.N.: Les frontiires dominico-baih'ennees. Santo Domingo, 1893;
PENA BATLLE, M.A.: Historia de la czestiónfionfen'za dominico-baitiana Santo Domingo, (R.D.),
1946; RODRIGUEZ DEMORIZI, Emilio: Acerca del Tratado de Ryswick. «CLIO», Revista de la
Academia Dominicana de Historia, vol 22, Santo Domingo, 1954, págs. 127-132.
24. No todo fueron inconvenientes en la obligada convivencia hispano-francesa. Si la deli-mitación
fronreriza fue.fuente de problemas, otros sectores, sin embargo, se vieron enriquecidos
con la colaboración mutua. Hubo intercambio de mercaderías, venta de ganado, establecimientos
de familias galas en territorio hispano, comunicación de noticias europeas y americanas, etc.
Véase GUTIERREZ ESCUDERO, A.: Lar rel&nes bispano-fanceesar en la isla Esp~ola
(1700- 1740). Sevilla, 1979 (Tesis de Licenciatura inédita).
25. En 1730 los espafíoles destruyeron en una noche ciertas estancias francesas levantadas
en Capotillo considerando estaban edificadas en territorio hispano. Al solicitar Mr. Chastenoye,
gobernador del Cuarico, reparaciones por el acto violento, y no dárselas, las tropas galas avanza- '
ron hacia la frontera. Avisados, allí esperaban los hispanos. Cuando el enfrentamiento parecla in-minente,
una entrevista entre Chastenoye y Pedro Márquez y Enríquez, gobernador de Santiago,
zanjó el problema, retirándose ambas tropas. Junta de Guerra en Santiago de los Caballeros
(1730). A.G.I., Santo Domingo, 304.
26. En una Junta de Guerra celebrada en Santo Domingo Pedro Lousel aiirma que en caso
de enfrentamiento con los franceses éstos serán los más pe judicados. La razón: «sus opulentas
haciendas que están todas unidas y son de mucho valom, mientras que «ellos a nosotros no tie-nen
que robamos por la pobreza de nuestras poblaciones y porque éstas están muy distantes, por
lo que no pueden entrar por sorpresa». junta de Guerra. Santo Dominp 16 de octubre de 1735.
A.G.I., Santo Domingo, 304.
27. Para un éxitomilitar hubiera sido necesaria una fuerza expedicionaria de 4.000 hombres,
11 Antonio Gutiétrez Ezcudem
Hubo, sin embargo, momentos en los que la situación fue critica. En
ellos participará Pedro Lousel de forma activa. Veamos un ejemplo donde
además se ponen de manifiesto nuestras anteriores palabras.
En 1735 los franceses intentaron adueñarse de una isleta situada en el
cauce del río Dajabón y que dividía a éste en dos brazos. La idea consistía en
desecar, mediante empalizadas, el ramal más cercano de la zona gala desvian-do
la corriente hacia el otro. Una vez seco, se aprovecharía ese terreno y la
isleta como tierra de labor, y de hecho en ésta última se habian sembrado ya
maíz, batatas y frijoles. Conocida la noticia por los espafioles, el presidente
Castro enviaba al lugar una dotación del presidio al mando del Teniente Co-ronel
Juan Clou de Guzmán, y en la que figuraba como oficial Pedro Lousel.
Se ordenaba además a los comandantes de Santiago, La Vega y Cotuí impi- m
diesen tal acción gala, y a los de Hincha y Banica «entrar a sangre y fuego en E
las colonias francesas, talando, apresando y arruinando cuantos hallaren en O
n
ellas, excepto eclesiásticos y las iglesias y todo lo que de ellas estuviese ampa- =m
O
rada» si se producia la guerra28. EE
Con las tropas al mando del Clou y Lousel a punto de intervenir, la 2
E
prudencia acabó imponiéndose como en otras situaciones precedentes. Por
parte hispana, la falta de armas y municiones para atacar y resistir, la negati- 3
va del Virrey de México a enviar refuerzos, aconsejaron la búsqueda de una em-solución
pactada con los franceses, siempre dispuestos a un armisticio antes E
que a la guerra. Al fmal Clou y Lousel capitularían con los oficiales galos que O
y a veces sólo se envfan doscientos. Por eso no suele atacarse a los franceses. Información sobre
la edificación y fortificación de la bahía de Bayahá por los franceses. Santo Domingo, 6 de junio
de 1733. Un testigo conocedor de la colonia gala afirmaba que en ella habría &asta 20.000 hom-bres
blancos entre malos y buenos, ... y a esto se aiiade más de cien mil hombres negros, ... con la
circunstancia de que además de tener sus armas toda !a gente blanca, malquiera de ellos de me-diana
conveniencia tiene cuatro o seis negros criollos adiestrándolos en ellas». Información sobre
la colonia que franceses ocupa" en la hmda occidental. Smtn Domingo, 9 de &&&re de 1771
A.G.I., Santo Domingo, 304.
28. Existía la creencia general que los.esclavos de los franceses, por el mal trato que recibfan
de éstos, huirían y se incorporarfan a las tropas españolas en caso de conflicto bdlico. Por eso los
jefes militares hispanos debían promulgar en las poblaciones galas un bando dictado por el go-bernador
Castro donde se ofrecía a negros y mulatos esclavos que pasasen a territorio español
«libertad y darles tierras donde hagan sus labranzas y darles herramientas que necesitaren y man-tenerlos
con toda la conveniencia y amparo que S. M. concede a los demás vasallos suyos que
hah;+.,- -+,, &l,, .. ,, 1-c a,. e +-;-+a- .. en ;-----e- m- 1"- *---- -.- L.--- -.-hl:
'""..'.L. "A '"." A""., , - iur y ria,..rrii ariiiau >i u.. uiwrpnriarui wii iau rrvyaa .,u. iinc..ii yuvu
car este bando, se les concederán estas y mayores conveniencias en premio de su rendimiento y
obediencia). Bando para publicar en las colonias francesas en caso de guerra. Santo Domingo,
17 de setiembre de 1735. A.G.I., Santo Domingo, 304.
Un canasio en La Española 12
ala enunciada isleta quedase por de nuestra posesión y el terreno contenido
entre el arroyo Capotillo y rfo Dajabón indiferente hasta la decisión de los
sobe r anos~d~a~n,d o de este modo por concluido el confíicto.
Otras muchas comisiones desempeñaría Lousel en la frontera Asi:
De nuevo estuvo en Dajabón reconociendo las guardarrayas limftrofes -
y revistando a la Compañía del Norte, que era 12 encargada de vigilar la zona
e impedir el avance francés. Su informe habla de la colocación de centinelas
en lugares estratégicos y de la custodia de éstos «con el cuidado, celo y vigi-lancia
que se requiere»30.
Por dos veces se significó en la destrucción de estancias galas levanta-das
en suelo hispano. En primer lugar en el paraje del río Guaraguei donde
derribó y quemó sembrados y corrales de ganado30. En se--do7 el Hondo
D
Valle, donde con 300 hombres demolió siete haciendas fundadas ilícitarnente
en terreno O
Durante ocho meses fue gobernador de la villa de Hincha. Aquí se
m
mantuvo conteniendo a los franceses para que no adelantasen sus posesio-nes
hacia el sitio llamado El Palo del Indio, como E
2
Ejerció la comandancia del valle de Baní ante la noticia de que los galos
intentaban adelantar sus posiciones en este lugar34. 3
Pero de todas las funciones fronterizas que le cupo efectuar hay una de
m especial significación, tanto por su importancia como por el honor de ser
elegido para ella. Nos referimos a sus dos designaciones como representante
de los presidentes Alfonso de Castro y José de Sunyer para la ((entrega legal
de los iírnitesn con la colonia francesa. Lo explicamos. -E
a
Normalmente, los gobernadores españoles de Santo Domingo se habian
sucedido entregándose el mando de forma protocolaria. Con el delicado pro-blema
limftrofe de fondo tal acción acabó resultando más un inconveniente $
que una ventaja. Fue frecuente que algunos gobernadores achacasen a su O
29. Castro al rey. Santo Domingo, 10 de diciembre de 1735. A.G.I., Santo Domingo 305.
30. El propio Pedro Lousel reconoce que antes de la entrada de Castro en la isla, los france-ses
habfan usurpado por la parte del norte seis o siete leguas de territorio español, y más de vein-te
por el sur. Información realizada por A. de Castro sobre las fronteras con los franceses. Santo
Domingo, 15 de marzo de 1735. A.G.I., Santo Domingo, 304.
31. Testimonio de Autos sobre la entrega de frontsras (1742). A.G.I., Santo Domingo, 942.
32, -r--+:---:-a - A..+-m -..L- I- --.-ae- -L. -. /37cn\ A r T e--.- m--:-- O A ~
r c . , n i i i u i l i v "e ' L u r v i nvulc i n c i i r r c ~ nu c i i v i i L c i a i \, 8 J",. ' L . U . I . , c l a l l L . 4 YV'IIIII~", I - r i i .
33. Informe de Pedro Lousel Montero, (1760?), cit. '
34. Ibldern.
13 Antonio Gutiévez Enudero
predecesor la pérdida de territorio hispano ed la frontera, o no haber conte-nido
con todos los medios a su alcance a los franceses, etc. En algunas oca-siones
fue la forma idónea de ocultar propias ineficacias. Se imponía, pues,
una variación en el sistema, de manera que cada nuevo gobernante supiese
qué términos de demarcación recibía. Así, al final de su mandato, podría pe-dirsele
cuentas y ver si mantuvo incómule la frontera. Será Pedro Zorrilla de
San Martín quien inaugure este nuevo método a su llegada a la isla35.
El plan puesto en práctica era sencillo. Los gobernadores entrante y sa-liente
debían designar unos apoderados que recorriendo unidos la zona fron-teriza
levantarían acta de los lugares inspeccionados y establecerfan los linde-ros
hasta donde llegaba el dominio español. A tal fin, Zorrilla delegará en el
Ayudante Mayor Ignacio Pérez Caro de Oviedo, mientras que Alfonso de
Castro lo hará en Pedro Lousel ~ o n t e r o ~ ~ .
Se pretendfa además que las autoridades de cada villa limítrofe se res-ponsabilizasen
del territorio de su jurisdición, haciendo de la tarea de refre-nar
a los galos una causa común a todos. Por ello, a Perez Caro y Lousel de-bían
acompañar en el reconocimiento fronterizo un alcalde, un regidor, tres
o cuatro hombres ((prácticos en el terreno)), un escribano del pueblo cuyo
término se visitaba, amén de.un oficial, un suboficial y varlos soldados. El
acta lwantada serfa leida en el Cabildo respectivo ante el resto de la corpora-ción,
((quedando desde entonces directamente responsable de ella (de la fron-tera)
con sus haciendas y vidas la misma Justicia y cada individuo pcr si de
cuantos lo componen por aquel año que tuvieren los oficios»37.
35. Zorrilla, gobernador típicamente borbónico y que insufló un aire nuevo en toda la isla,
es claro al respecto. Decía que con el sistema implantado se conseges contra la menor pérdida de
ningún terreno, en lo sucesivo se establezca y continúe tan provechoso acto de unos a otros los
demh sucesores». Testimonio de Autos sobre la entrega de fronteras. Santo Domingo, 23 de no-viembre
de 1741. A.G.I., Santo Domingo, 305.
36. Para una mejor inspección, menor trabajo y más rápida asistencia de los respectivos ca-bildos,
la iínea fronteriza se dividi6 en dos partes, norte y sur. Esta última, que comprendfa el te-rritorio
bajo la jurisdicción de las villas de Banica, Hincha y Anía hasta el mar de las Antillas, es
la que debian visitar Perez Caro y Lo-el. Para la del norte, a cargo de la ciudad de Santiago,.
Castro y Zorrilla delegaron en el Teniente Coronel Santiago More1 de Santa Cruz y en el coman-dante
de la frontera de Dajabón, Antonio Miniel. Ibídem.
37. Este compromiso se renovaria cada año con el cambio de auroridades. Las salientes se
harian acompafiar .por las entrantes hasta la frontera. Allf se haría la entrega formal «en la propia
forma y circunstancia que se la codó a ellos)). Cada grupo seria responsable de cualquier pérdida
de terreno si no se comunicaba previamente al gobernador o al comandante militar de la fronte-ra
para que tomasen las medidas oportunas. Para una mejor exactitud en 'el cumplimiento se or-
Un canario en La EspaCoa 14
Perseguía Zorrilla, por otro lado, obtener una más amplia información
de la habitabilidad de los territorios limftrofes, cuya despoblación era una de
las causas del avance francés. El abandono favorecfa la entrada impune de
los.galos sin encontrar resistencia alguna. Para eso y en esta primera entrega
legal, Pérez Caro y Lousel debfan informar de los terrenos cercanos a la
frontera susceptibles de ser colonizados. Se conseguiría, trasladando familias
a estos lugares; el fin tan deseado y perseguido por todos los gobernadores
isleños: «el establecimiento de dichas poblaciones que han de servir de ante-mural
a la más segura conservación de nuestros territ~riosn~~.
Como puede observarse, no sólo se trataba de wi plan para asegurar la
frontera. Hay implícito un compromiso serio de todos los habitantes hispa-nodoniiriicanos,
a la vez quc una mayor racionalldad en ia disrribución de ios m
contingentes migratorios, especialmente canarios, que arribaban a Santo Do- E
mingo. A partir de ahora se les ubicaría en aquellos parajes más necesitados O
y más estratégicos de cara a reprimir la invasión gala39. n
=m
Esta inaugural transferencia de límites se realizó durante el mes de di- o - E
ciembre de 1741 realizándose con arreglo a las órdenes dadas y sin ninguna E
2
E novedad destacable40. En 1750 tanto Pérez Caro como Lousel serían de nue- E
vo designados, por Zorrilla y Sunyer respectivamente, para la siguiente en- 3
trega41. e-m
denaba a las autoridades locales rondasen su distrito cada cuatro meses, nombrando para ello a
un capitular y cuatro vecinos del pueblo, dos que hubiesen estado en la anterior ronda y dos nue-vos.
De esta forma, dodo el vecindario Uegue a conocer la noticia de la frontera de su pueblo n
con sus verdaderos linderos y pertenencias)). Testimonio de Autos sobre la entrega de fronteras. -E
(1 742), cit. a
38. Ibfdem 2
n 39. No debió ser ajeno a estos prop6sitos la fundación de las villas de Montecristi (1751), n
0
San Juan de la Maguana (1757), San Rafael (1761), San Miguel, Dajabón y Las Caobas (1768),
Neiba (1765), etc., cercanas a ia demarcación fronteriza Por idénticos motivos se poblaron Sa- 3
O
maná y Sabana de la Mar, que aunque situadas en la vertiente opuesta era, sin embargo, un terre-no
que los franceses habían inientado pbiar en ocasiones por iguaies razones de despobiación.
MOYA PONS: op. cit., págs. 287 y SS. A todas estas poblaciones se enviaron familias canarias.
40. La entrega de la frontera correspondiente a Hincha se efectuó del 11 al 20 de diciembre,
y la de Azúa del 20 al 31 del mismo mes. Testimonio de Autos sobre la entrega de la frontera
(1742), cit.
41. Por la documentación queda claro que Pedro Lousel acabó convertido en un «práctico
de la tierra» como él mismo reconocía. Sus visitas a la colonia gala y sus continuas misiones a la
frontera hicieron que se le consultara siempre que surgiera algún problema territorial con los
franceses. Raro es el Testimonio de Autos al respecto donde no aparece su opinión. Véase
A.G.I., Santo Domingo 304, 305 y 942. Merece destacar su ecuanimidad No duda en &mar
que los franceses están en terreno tolerado aunque ello pueda presentar dudas para otras perso-nas.
Testimonio de Autos sobre la presencia francesa en Naibuco. A.G.I., Santo Domingo, 942.
15 Antonio Gutiévez Escudero
Si estudiar la frontera hispano-francesa es conocer la propia historia de
la Española, no cabe duda que analizar la biograffa de Pedro Lousel es aden-trarse
en el acontecer dominicano. Pero aún quedan algunos aspectos funda-mentales
en el devenir de Santo Domingo donde nuestro personaje estuvo
presente.
Lucbá contra el contrabando
De ser primer y más importante asentamiento hispano en el Nuevo
Mundo, la Española habfa ido perdiendo importancia para cederla a otros
puntos más estratégicos y de mayor rentabilidad económica. Alejada de las
rutas comerciales, era diffcil ver en el puerto de Santo Domingo algún barco
procedente de la Península. Los pocos que llegaban trataban de aprovecharse
de las circunstancias elevando desmesuradamente los precios de sus produc-tos
a sabiendas de las necesidades de la isla.
Durante el siglo XWLI el problema de la falta de barcos españoles se
acentuó, creando una situación idónea para el comercio ilfcito. El intercam-bio
con los franceses asentados en el occidente, con una frontera no bien vi-gilada,
fue usual a pesar de las prohibiciones promulgadas42. En el mismo
sentido, la multiplicidad de rfos y caletas eran una tentación para naciones
como Holanda e Inglaterra, interesadas en mantener un comercio activo con
aquellos territorios hispanoamericanos que lo desearan. Los navíos de estos
dos países merodeaban con frecuencia las costas de Santo Domingo para
descargar su mercancía, o se internaban por los cursos fluviales hasta alcan-zar
zonas más profundas. A cambio de corambre y a veces plata, los extran-jeros
ofrecían tejidos: coletas, crudos, seda, tafetán, bretaña, etc.
Para evitar este contrabando los gobernadores dominicanos solfm ex-tremar
la vigilancia de aquellas zonas más propensas a acciones de este tipo.
Destacaban las poblaciones cercanas a los galos o las próximas al mar o a los
rfos navegables Lpor su afición al intercambio prohibido. En ellas había, o so-
Kan remitirse cuando se tenian noticias, destacamentos militares cuya misión
consistía en detener a los infractores.
Pedro Lousel estará encargado de esta labor en ocasiones. Por dos ve-ces
fue al rfo Macorfs, consiguiendo en una de ellas aprehender diez fardos
de ropa y cuatro baúles con mercancias, aunque no pudo detener a los con-rr2hkq&
tas43. C m ~i f ipz f i thl e&reS h& ~t .rz z! & ,-u". loirno on+e --- .‘&lo
42. GUTIERREZ ESCUDERO: Lar re/maclm..e,s Op. cit., págs. 40 y SS.
noticia de la presencia de varias naves extrañas44. Por idénticos motivos se
desplazó a la viiia de Seibo una vez, y cuatro a la de ~ a n iF~ue~, p.ue s, pieza
clave de nuevo en la represión de este tipo de comercio fraudulento.
Condutción del situado
Contar con el dinero suficiente para el mantenimiento de todo el apara-to
gubernamental es vital para el desarrollo de una comunidad. No suceda
tal cosa con Santo Domingo. Desde 1683 las Cajas Reales de Nueva España
debían suministrar, e incluso poner al día pues había retrasos, el situado co-rrespondiente
a la parte española de la isla. Sin embargo, nuncs se remitió
puntualmente. Soiían pasar varios años sin que viniese, y cuando lo hacia la
cantidad enviada era ¡a correspondiente a un solo año y no la acumulada por
ei tiempo transcurrido.
La ausencia del situado provocaba el caos. Los soldados no cobraban y
para evitar el malestar se obligaba a los vecinos a colaborar con determina-das
cantidades para paliar la crisis. Hubo ocasiones en que fue dificil contar
con las prestaciones de la población civil, cansada de hacer empréstitos que
tardaban veinte o veinticinco años en cobrarse. No es de extrañar por tanto
que el simple anuncio de la llegada de una embarcación con el situado a la
bahia de Ocoa convirtiera en festivo al día en que se producía46. A Ocoa se
remitía un destacamento militar que se hacía cargo del dinero y lo custodiaba
hasta la capital. Aquf era recibido en olor de multitud.
En cuatro ocasiones Pedro Lousel transportó el dinero desde un lugar a
otro. En una quinta se desplazó hasta Puerto Rico, en dos balandras arma-das,
cuando en 1740 la guerra con Inglaterra obligó a dejar 370.000 pcsos
correspondientes a Santo Domingo en la isla vecina4'.
Otros servicios: Camjaña de Cnba
y administración del Hospital Red de San Nicolás de Bari
A causa de los Pactos de Familia de 176 1 España entraba como poten-cia
beligerante en la Guerra de los Siete Años. El conflicto servirfa única-
43. Expedición al rio Macorís donde hay noticias de sujetos que trafican ilegalmente (S&.
A.G.I.. Santo ~orni& 932.
Informe de Pedro Lousel Momero (1760 ?), cit.
Libro de los méritos y circlinstmcias, 1763, cit.
Felipe V a! virrey de Mexirn. Madrid, 31 de marzc de 1706. AG.!., S n n t ~D omin-S -
Informe de Pedro Lousel Montero (1760 ?), cit.
17 Antonio Gutiéw Esydero
mente para consolidar el poder de Inglaterra plasmado en el Tratado de Pa-ris
de 1763. Entre los sucesos más destacables de esta contienda figura el
ataque inglés a Cuba y la toma de Ea Habana.
Con objeto de prestar ayuda contra esta agresión sajona, desde Santo
Domingo se remitieron, en varias etapas, además de vkeres y municiones,
las Compañías de'Granaderos de Murcia y Granada que se encontraban en la
Española y ocho piquetes de fusileros del Batallón Fijo de la plaza48. Esta ex-pedición
fue al mando del Teniente Coronel Pedro ~ i r ó nfi~gu~ra,n do como
capitán de ella Pedro Lousel, quien desempeñó su labor con el acierto que le
era cara~terístico~L~ue.g o de diversas peripecias la tropa se reincorporaría a
su destino5'.
Respecto a la gestión de Pedro Lousel al frente del Hospital de San Ni-colás
consta que fue su administrador durante 18 años. El Hospital era el
único con categorfa de Real de la isla y en él se recogían y atendfan a los sol-dados
enfermos. Era lógico, pues, que un militar administrara sus bienes,
máxime cuando los soldados que fallecían dentro de sus muros soiían donar
sus sueldos atrasados, bienes y pertenencias a esta ~nstitución~~.
Durante estos años de dedicación al Hospital, Pedro Lousel no sólo no
cobró sueldo alguno por su labor, cediendo todos sus emolumentos (6.480
pesos) en concepto de limosna, sino que consiguió incrementar las rentas y
alhajas de éste en más de 12.000 pesos «como consta de las cuentas que da
48. La medida implicaba un riesgo. Santo Domingo quedaba desguarnecido y a expensas de
sufrir ataques en cualquiera de sus puertos. Gobernador Azlor al rey. Santo Domingo, 11 de no-viembre
de 1762. A.G.I., Santo Domingo, 944.
49. Informe de Pedro Girón, 1762. A.G.I., Santo Domingo 1.088. Se empleó para la con-ducción
de la tropa a Cuba un convoy de diez embarcaciones corsarias y de transportes, algunas
previa requisa. Azlor al rey. 9 de enero de 1763. A.G.I., Santo Domingo, 944.
50. Libro de los méritos y circunstancias, 1763, cit. Antes de marchar a Cuba en Santo Do-minp
se habían realizado diversos preparativos preveiendo un ataque ingles a la isla. Consta que
Pedro Lousel fue encargado de «fabricar cartuchos de fusil y de caiión de todos los calibres*.
Certificación. Santo Domingo 21 de enero de 1763. A.G.I., Santo Domingo, 974.
51. Parte de la expedición se vió sorprendida durante la travesía por naves inglesas que la
obligaron a desembarcar en cabo Tiburón. Aqui debieron defenderse de ataques británicos mien-tras
reparaban algún navio, maltratado por el mal tiempo, para dirigirse a su destino. No parece
que las naves usadas, pequeiias, fueran las más adecuadas para el traslado. Durante la espera en
cabo Tiburón llegaron a faltar los viveres. Comandante del Segundo Batallón de Murcia a Azior.
Cabo Tiburón. 20 de diciembre de 1762. A.G.I.. Santo Domingo 944.
52. En 1727, de dieciocho soldados, diecisiete dejaron sus sueldos al Hospital mientras el úl-timo
cedía parte para ula Pura Concepción, advocación de dicho Hospitab. Certificación. A.G.I.,
Santo Domingo, 971.
Un canario en La Española
del tiempo que ha tenido la dirección del expresado ~ o s ~ i t a l » ~ ' .
EL ASPECTO HUMANO: RIQUEZA Y ALTRUISMO.
FAMILIA Y DESCENDENCIA
Un patrimonio al servicio de un pueblo
Ya dijimos como de simple soldado Pedro Lousel habiase convertido en
la segunda fortuna de Santo Domingo. A lo largo de la documentación las
referencias a este crecido caudal son con~t ant e sD~~es.c onocemos si su fami-lia,
o él. mismo, gozaba de una hacienda considerable. Su enrolamiento en el
ejército como simple «milite» nos hace pensar lo contrario. Descartada esta
posibilidad podemos pensar en varias o-pciones para justificar el impresio-nante
ascenso de su capital.
La primera seria la de un buen casamiento como el que realizó con Ca-talina
Cid, miembro de una de las principales familias de Santiago de los Ca-b
a l l e r o ~E~s~te. matrimonio le pudo poner en posesión de tierras, inmuebles,
ganado, esclavos etc,. Por otro lado quizás obtuviera su patrimonio, fácil de
conseguir en un lugar como Santo Domingo, despoblado y con grandes ex-tensiones
territoriales abandonadas, comprándolo con su sueldo de militar.
Aunque de cobro intermitente y sujeto a los vaivenes de la llegada del situa-do,
estos ingresos eran una remuneración fija y segura, circunstancia princi-palísima
dentro de la generalizada pobreza dominicanaj6. Incluso estas dos
53. Informe de Pedro ~ous eMl ontero, (1760 ?), cit.
54. En su Hoja de servicios se le califica de «algo altivo y atrevido porque es bastantemente
rico)). Libro de los méritos y circunstancias, 1763, cit. Su propia hija abunda en lo mismo. Infor-mación
presentada por Ignacia Loisel, hija de Pedro Lousel, con motivo de su evacuación de la
isla de Santo Domingo y su pase a La Habana. Santo Domingo, 20 de abril de 1796. A.G.I., Es-tado
5 B, documento n". 128..
55. Información presentada por Ignacia Loisel, cit. Los Cid aparecen como poseedores de
hatos de ganado en el censo de Osorio de 1606. RODRIGUEZ DEMORIZI, E.: Reíadaes büló-rica
de Santo Doming. Ciudad Trujillo (R.D.), Ed. Montalvo, 1945, vol. II, pág. 307. Incluso una
antigua sección de la provincia de Santo Domingo llevaba el nombre de Antonio Cid. IbiIúom.,
vol. 1, pág. 202. Por otro lado estaban emparentados con los Pichardos, Del Monte, y Morel, fa-milias
principales de Santiago. UTRERA, Fray Cipriano de: Morel de Santa C m «CLIO», Revis-ta
de la Academia Dominicana de Historia Ciudad Trujillo, mayo-agosto 1951, vol. XIX, núm.
90, págs. 57-74.
56. En la documentación aparece el envio de esclavos ne-mi de su propiedad a La Chaira.
Cerrif~caciónd e Oficiales Reales, Santo Domingo, 3 de febrero de 1735. A.G.I., Contaduria,
289. Certificación de P.R. (1742). A.G.I., Contaduría, 290. Certificación de O.R. (1749).
A.G.I., Contadurfa, 292 Por las declaraciones de sus hijas sabemos que poseía casas y estancias,
19 Antonio Gutiéntz Esnrdero
circunstancias pudieron estar interconectadas entre sí, potenciándose mutua-mente.
Una sabia administración de los bienes, en lo que Pedro Lousel se
nos revela como persona laboriosa y llena de tesón, haría el resto57.
Sea como fuere, no cabe duda de su riqueza, que puso al servicio de la
comunidad dominicana cada vez que las necesidades así lo demandaron.
Queda reseñado su desprendimiento respecto al Hospital de San Nicolás,
pero además desde 1737 prestó a las Cajas Reales diversas cantidades para el
pago de la Infanteria ante el retraso de los situados. De igual modo hizo em-préstitos,
sin exigir intereses, para reparaciones en la muralla de la capital,
colaboró monetariamente en las ocasiones en que la guerra obligaba a de-sembolsos
extraordinarios a fin de asegurar la defensa de la ciudad y remitió,
corriendo con todos los gastos, embarcaciones a La Guaira portadoras de la m
D
documentación E
Sin embargo, el ofrecimiento más sigdicativo de todos los realizados y O n
el que a la postre le va a suponer mayores beneficios fue el efectuado con =m
O
ocasión de la guerra con los ingleses en 1762. Ante el temor de un posible EE
ataque británico a Santo Domingo, con desembarco y sitio de la ciudad, Pe- S
E
dro Lousel elevó un memorial al gobernador Azlor prometiendo mantener a
-
0m
algunas de las cuales las dio como dote de matrimonio. Al menos en la capital fue dueño de unas E
casas bajas «en la calle que corre la cuesta del Vidrio a la capilla de la Tercera Orden de Santo O
Domingo, haciendo esquina con el callejón que llaman de las Lomas, y lindan por una parte con
casas de los herederos de D. Esteban López de Urtiaga y por otra con las que fueron de Juan Es- -
cobosm. Y también de otras altas y bajas en la plazuela de Nuestra Señora de La Merced, «ha- -E
ciendo esquina con la calle que corre de la cuesta de San Miguel (que llaman de doña Lucfa) al a
mar, y lindan por una parte con casas de Manuel Begazo Guerrero y por la otra con las de los 2
n
Figueroasn. Las primeras estaban valoradas en 3.000 pesos y las segundas en 4.500. Certifica- n
0
ción. Santo Domingo 1782. A.G.I., Santo Domingo, 1.091.
57. El presidente Rubio destaca de él el cuidado que ha puesto en la defensa de sus intereses. 3
O
Rubio al rey. Santo Domingo, 30 de junio de 1763, cit. Afiade también este presidente que Pe-dro
Lousel. sin dejar el e!ército; ((mntinu6 riiimdo sin desatender SEF intereses paaie2hres, ccn
tal aplicación que hoy es uno de los de mayor caudal de la isla». Rubio al rey. Santo Domingo,
24 de julio de 1763. A.G.I., Santo Domingo, 932. Esta actitud era general a todos los oficiales
del Batallón que solían dedicarse a sus haciendas tanto como al ejército. Un intento de rebajarles
el sueldo por esto encontró la oposición del gobernador. Se aboga por delarles con la práctica
pues suponfa un fomento de la economía isleña. Zorrilla al rey, 1742 A.G.I., Santo Domingo,
941.
58. Se afiade también que el tiempo que ha ejercido el mando de su Compalifa por ausencia
rlpl -n;t*n +¡h710r ,lo Lo rnlnfiin;dr. -d-l--r--:-i- -----1- -- 1- --A--- --- -- -..- Y, ..&Y ..'. ...'.... L L I I Y " ."Al '.ay"& auL.-II-.IIc.lILV" yuc LULUI'L" DC IC FIILTC&> p r
medio de los soldados que ha reclutado». Certificación de Oficiales Reales. Santo Domingo, 13
de setiembre de 1741. A.G.L, Estado 5B. doc. 128. En 1741 se le pagaron ciertas cantidades
que había prestado a Cajas Reales. A.G.I., Contaduría, 290.
Un canario en L.a EzpañZa 20
su costa todo el tiempo que durase el asedio a quinientos hombres. A éstos
los socorrerfa con dos reales diarios para su manutención, ((10 que sostendria
hasta vender cuanto tuviese, sin otro interés que el de sacrificarse por el ho-nor
de ambas magestades»59.
En premio a su generosidad el gobernador Azlor solicitará del rey la
concesión del grado de Coronel para Lousel y el ascenso de su hijo a la capi-tanfa
que éste dejaba vacanteb0. Carlos 111, teniendo en cuenta los méritos de
nuestro hombre y que se retiraba del servicio activo, le hará Teniente Coro-nel
graduado, accediendo a todo lo pedido para su hijo6'. Fue, sin duda, el
justo colofón a una vida plena de dedicación a la Corona.
Familia: los inicios de una dinustia en la Espiola
De su matrimonio con Catalina Cid consta que al menos tuvo un hijo
varón (Pedro) y cuatro hembras (Juana de Mata, Teresa, Mónica e Ignacia).
Todos ellos hicieron buenos casamientos, efectuándolos las tres primeras hi-jas
con otros tantos canarios originarios de La Laguna, y la última con un
natural de La ~ a b a n aV~e~am. o s a grandes rasgos sus vidas.
Pedro Lousel Cid habia nacido en Santo Domingo en 1745 y con sólo
siete años, previa dispensa por edad, entró a servir de cadete. En 1763,
como vimos, es ascendido a capitán cuando únicamente contaba 18 años.
Esta subida tan espectacular en el escalafón pensamos, no le fue beneficiosa,
máxime si tenemos en cuenta que él mismo reconocía no tener experiencia
dada su juventud y poco tiempo de servicio".
59. Libro de los méritos y circunstancias, 1763, cit. En otro lugar se dice que la cantidad
prometida fue de una peseta diaria. La proposición es aceptada por el gobernador Azlor «con es-pecial
confianza y satisfacción ... esperanzado en que conrrirá igualmente a franquear sus caudales
en las indigencias que puedan ocurrir de estas Reales Cajas para subvenir a los crecidos y ex-traordinarios
gastos que es indispensable hacer en la actual guerra». Certificación de Oficiales
Reales. Santo Domingo, 2 de agosto de 1762. A.G.I., Santo Domingo, 932.
60. Piensa Azlor que la medida de ascender al hijo de Pedro Lousel seria beneficiosa; pues
estimularia a otros a imitarle dada tan pingüe recompensa. Azlor al rey. Santo Domingo, 20 de
agosto de 1762. A.G.I., Santo Domingo, 932.
61. Patente de capitán a favor de Pedro busel Cid. San Ildefonso, 24 de julio de 1763.
A.G.I., Santo Domingo, 932.
62. Información presentada por Ignacia bisel, 20 de abril de 1796, cit. En 1767 solicitaba
del rey el sueldo señalado a los Tenientes Coroneles o una pensión anual conveniente «por ha-llarse
con cuatro hijas y 16 nietos». Estas petición hay que entenderla como un intento de aten-der
a tidrs !as i.ccesida&s, y er? especia! a !as dites ma:iimo~ia!er, ?de ?iza fnmil;e tar? exteora
comportaban, y no porque se hubiere arruinado o le hiciese falta. Pedro Lousel al rey. Santo Do-mingo,
17 de febrero de 1767. A.G.I., Santo Domingo, 1.094.
Antonio Gutiérrez Esnrdero
Debieron surgir algunas desavenencias por cuestión de antigüedad y
preferencia a la hora de adjudicar plazas vacantes64, de tal modo que en
1774, por razones no explicitadas, figuraba haberse retirado del servicio y su
rastro desaparece de la d~cumentación~~.
En 1767 habia solicitado licencia del rey para casar con Simona de Fro-mestab6
cuyo apellido nos la relaciona con el regidor de la Audiencia de San-to
Domingo Felipe de ~ r o m e s t a ~ ~ .
jtlana de Mata Loivsel Cid casó con Francisco Núñez Lousel, su primo
hermano y hombre que en el terreno militar alcanzarla casi idénticos hono-res
que su tío y suegro. Merece la pena detenerse en la figura de Francisco
Núñez, ligado a sucesos notables de Santo Domingo.
Francisco NtítTez Loasel habia nacido en 1738 o 1741 en La Laguna en el
seno de una familia hidalga según propia declara~iónE~n~ .S anto Domingo
estaba en 1756, pues el primero de agosto figuraba como cadete en la com-pañia
de su tfo. Ocho años más tarde no habia ascendido de categoría y los
informes que de él se envían no son nada alentadores: su valor y conducta se
consideran regulares, la aplicación ninguna y además es «flojo para el servi-cio
y si no se enmienda nada bueno para Probablemente sus co-mienzos
son lentos y poco prometedores, pero con el tiempo podría demos-trar
su valía ejerciendo la comandancia del Batallón Fijo y teniendo que to-mar
decisiones importantes en el desarrollo de la isla.
En 1769 ascendía a subteniente abanderado, cuatro años después era
promovido a subteniente de granaderos y sólo tres meses más tarde, al crear-se
la 1 la Compañia del Batallón Fijo, se le hacia teniente de ella. La Ayudan-tia
Mayor la alcanzaba en 1783, se le nombraba capitán de la 10a Compañia
en 1785, para ser Sargento Mayor en 1793 y Teniente Coronel, sin abando-
63. Su hoja de servicios sólo afiade que tenia una salud robusta y era natural de Santo Do-mingo:
Nn figura ningín mérito militar que le distinga. Libro de los méritos y circunstancias,
1763, cit.
64. Azlor al rey. Santo Domingo, 31 de marzo de 1769. A.G.I., Santo Domingo, 944.
65. Ascenso del teniento Ignacio de la Rocha a la vacante de capitán por retiro del servicio
de Pedro Lousel Cid. Aranjuez, 5 de mayo de 1774. A.G.I., Santo Domingo, 1.086.
66. Azlor al rey, Santo Domingo, 8 de mayo de 1767. A.G.I., Santo Domingo, 944.
67. Referencias a Felipe de Fromesta en A.G.I., Santo Domingo, 941.
68. En 1763 declara tener 25 años. Libro de los méritos y circunstancias, cit. Sin embargo,
e: 1783 aprece 'e: 42. Libreta de servicies de Gfi&!es prirrierer y cadetes de! Ea%!!& Fi;e.
Santo Domingo 31 de diciembre de 1783. A.G.I., Santo Domingo 1.088. Desconocemos de que
hermana de Pedro Lousel era hijo.
69. Libro de los méritos y circunstancias, 1763, cit.
Un canario en La Españo!a
nar el puesto anterior, en 1 79470.
Su primera experiencia militar seria aconteció cuando acompañó a su
tío en la expedición a Cuba de 1762. Núñez fue uno de los obligados a de-sembarcar
en cabo Tiburón. Luego, su destino, como el de Pedro Lousel
Montero, quedaría ligado a los territorios de la frontera, donde desempefió
diversas misiones, unas veces voluntariamente y otras obligado por las cir-cunstancias.
Si en 1777 solicitaba ir a las montañas de Neiba a terminar con los ma-nieles
de negros fugitivos7', en 1794 estaba al mando de las tropas españolas
que a modo de cordón situóse en los límites con la parte francesa para impe-dir
que los graves sucesos acaecidos en ésta con motivo de la Revolución
Francesa trascendiesen a la zona hispana72.
Pero los hechos se iban precipitando en la isla. El Tratado de Basilea
entregaba por entero a la Española a Francia Aunque se garantizaba la segu-ridad
de los hispanos que permanecieran en ella, gran parte de la población
decidió emigrar. La cesión no obstante, no fue inmediata, diversas vicisitu-des
políticas y militares la fueron retrasando hasta que en 1801 Toussaint
Louverture comunicaba al gobernador español Joaquín Garcfa su deseo de
posesionarse de la parte española73. Un intento de frenar al Uder negro ter-minó
en un rotundo fracaso. Las fuerzas hispanas, al mando del general
Chanlatte, eran derrotadas en los alrededores del río Nizao. En esta batalla
descollaria el bienhacer de Francisco ~ ú ñ e z ~ ~ .
La entrega de Santo Domingo se realizaba el 26 de enero de '1801. Un
mes después García marchaba a Maracaibo tras capitular con Toussaint que
el Batallón Fijo quedaba en la isla «en calidad de auxiliar, con su actual fuer-
70. Nombramientos de subteniente. San Lorenzo, 1 1 de octubre de 1769; Idem. de subte-niente
ganadero. Aranjuez, 8 de junio de 1773; Idem. de Teniente. San Ildefonso, 7 de setiem-bre
de 1773; Idem. de Ayudante Mayor. El Pardo, 30 de enero de 1783; Idem. de capián, Aran-juez,
3 de abril de 1785; Idern. de Sargento Mayor, Aranjuez, 29 de mayo de 1793. A.G.I., Santo
Domingo, !.!E. Notribrmiento de Teniente Grone!. Aranjuez, 27 de marzo de 1794. AG.!.,
Santo Domingo, 1.091.
71. Libreta de los semicios de oficiales, sargentos primeros y cadetes, 1783, cit. Las monta-ñas
de Neiba eran un lugar de frecuentes establecimientos de palenques negros. Varias campañas
se organizaron para terminar con estos negros cimarrones. Véase A.G.I., Santo Domingo, 944.
72. RODRIGUEZ DEiMORIZI, E.: Milin'as de Santo Domingo, 1786- 182 1. Santo Domingo
(R.G.), Ed. del Caribe, 1978, pág. 80.
73. Por conocidos obviarnos entrar en detalles de estos hechos. Como referencia puede ver-se
?&=YA PGNS: üp. cit., pip. 339 y SS.
74. RODRIGUEZ DEMORIZI: Invasiones hnitianus de 180 1, 1805 y 1822. Santo Domingo
(R.D.), Ed. del Caribe, 1955, págs. 225-272.
23 Antonio Gufiérrez Esnrdero
za, como preciso y necesario para el sosiego de la ciudad y para hacer retirar
de la colonia-parte de la numerosa guarnición que ha entrado a tomar pose-
~ i ó n ) ) ~ ~ .
Como comandante interino del Fijo quedaba Francisco Núñez, que no
estaba dispuesto a ser mera comparsa de Toussaint. Faltóle tiempo, una vez
asumido el mando, para escribirle, exigiéndole dejase a él y a su Batallón
marchar a Puerto Rico. La reacción no se hizo esperar y Toussaint destituyó
a Núñez nombrando en su lugar a Ramón Caro, quien a pesar de estar tam-bién
en contra aceptó por razones de seguridad76.
Pero la situación no podfa contentar a nadie. Las protestas arreciaron,
bien pidiendo la paga prometida o solicitando la licencia para partir. Pronto
1,- APIP..L;r\..-" ..- CPCI+;.. .? + h ,,., A A lnc ;'.lnP p,,-
lb-J UC.UC.LLIVIIC.O JC. I U L l L I V 1 1 JCIILII J y C L I b I I L U V V I L I ~ W V D AIU J v U- XLIU IUICLU. U
rioso Toussaint por esta actitud, nervioso ante las noticias de la llegada de
tropas francesas al mando de Leclerc, no tuvo otra idea que masacrar al Ba-tallón
Fijo temiendo un apoyo de éste a las fuerzas de ocupación galas. Lue-go
de sacar a los soldados españoles de la capital y conducirlos camino de
Port-au-Prince, en Grand-Cahos (según unos) o en Verrettes (según otros),
el 2 de marzo de 1802, eran asesinados a bayonetazos77.
Desconocemos si en esta matanza moriria Francisco Núñez pues su ras-tro
desaparece a partir de este momento. Quizás pudiera huir o sobornar a
alguno de sus guardianes. Quede constancia, de todos modos, de su valor y
de su dignidad de oficial al enfrentarse con Louverture, inimaginable cuando
siendo cadete se le cuestionaba su capacidad.
De su matrimonio con Juana de Mata hubo al menos una hija, Maria
75. RODRIGUEZ DEMORIZI: Invasiones.. ., pág. 230. En realidad, tras el Tratado de Basi-lea
se decidió que el Fijo de Santo Domingo debfa pasar a Puerto Rico como tercer Batallón del
Regimiento de esta isla. Pero parece que Garcfa fue obligado a aceptar el hecho de la permanen-cia.
No'obstante, los Oficiales del Fijo escribirfan al gobernador de Puerto Rico, Ramón de Cas-tro,
dándole cuenta de la detención de que eran objeto, salvando asf su responsabilidad. Ibtaem.
Como Comandante del Fijo una vez pasado a Puerto Rico y convertido en el Tercer Batallón,
habfa sido nombrado Francisco Núfiez. Santo D.omingo, 28 de noviembre de 1798. A.G.I., San-to
Domingo, 1.091.
76. RODRIGUEZ DEMORIZI: Immiones. .. , pág. 230. Ramón Caro era nieto de Ignacio
Ptrez Caro, el comisionado, junto con Pedro Lousel, para las entregas de la frontera. Ibidem.,
pág. 231.
77. Queda constancia que durante el camino a Port-au-Prime algunos, mediante el soborno,
pudieron huir. Parte del Batallón que con anterioridad habia sido destinado a Jacmel, pereció
igualmente. RODRIGUEZ DEMORIZI: Invariones ... , pág. 237. Véase también A.G.I., Santo
Domingo, 1.037, 1.038 y 1.039.
un canario en La Erpañola
Teresa Núñez y ~ o i s e 1 ~ ~ .
Teresa Loisel Cid casó con Nicolás ~aviñón, de familia hidalga, nacido
en La Laguna en 1733. Nicolás habla llegado a Santo Domingo en 1756, in-gresando
como subteniente y alcanzando el grado de capitán veinte años
después. Su carrera fue en descenso debido al empeoramiento de salud y a
que con los años se dió a la bebida protagonizando diversos incidentes gra-v
e ~ ~ ~ .
Hijos del matrimonio debieron ser Nicolás Saviñón, nacido en 1762;
José, en 1763 y Manuel, en 1765~~.
Mánica Lozael Cid casó con su cuñado Alejandro Saviñón, hermano de
Nicolás, nacido en Canarias en 1725 y desde 1762 capitán de milicias de
Santo ~ omi n g o ~Flr.u to de esta unión serfan Pedro y Juan ~ a v i ñ ó n ~ ~ . 2
Ignan'a Lisel Cid contrajo matrimonio con Juan de la Cruz Villafranca, ?- E
natural de La Habana. En 1770 quedaba viuda con seis hijos, cuatro hem-bras
y dos varones. Con motivo de la cesión de la isla a Francia decidía acep
m
tar la propuesta del gobierno de recibir tierras en Cuba y alií, tras intentar
vender sus posesiones en Santo Domingo, nos ia encontramos en 1796 junto
con cuatro de sus hijos y cinco nietos huérfanos83. E
- - 78. Maria Teresa Núñez nació el 20 de agosto de 1772. Casó en primeras nupcias con el ca- B
pitán Antonio Checa, muerto en Bayahá el 23 de setiembre de 1794. Contrajo nuevo matrimo- E
nio con el Ayudante Mayor del Fijo de Santo Domingo, Santiago de Luna y Del Monte, nacido
el 28 de noviembre de 1752 en Santiago de los Caballeros e hijo de José de Luna y Contreras y
de Juana Teresa del Monte y Tapia. Emparentaba así con los Cid, la familia de la esposa de Pe-
E dro Lousel Montero, como vimos. A.G.I., Santo Domingo, 1.091. ' -
a
79. Libreta de vita e moribus de los Oficiales, sargentos primero y cadetes del Batallón Fijo de !
Santo Domingo, 1779. A.G.I., Santo Domingo, 1.095. En 1777 se decia de él que «tenla más
amor a los intereses pecuniarios que al honor al servicio». Ibídem. Sobre los incidentes véase
A.G.I., Santo Domingo, 1.088. Mientras estuvo casado su conducta fue buena. Es al enviudar 5
(lo era en 1788) cuando comienzan los informes a ser negativos, dnfluyó el hecho en ello? Véase
RODRIGUEZ DEMORIZI: Mi& m... Pág. 279.
80. Libreta de uita e mon'bus; 1779; cit. RODRIGUEZ DEMORIZI: Miliciac.. pigs 43,
150-1 51 y 289. Véase el Apéndice de este trabajo, apartados A, B y C.
81. Libreta de servicios de los Oficiales de las Compafiias de voluntarios de Infanterla de
Santo Domingo, 1777. A.G.I., Santo Domingo, 1.095. RODRIGUEZ DEMORIZI: Mi(icias... ,
Págs. 199,207,214,219. Ver Apéndice, apartado D.
82. Libreta de uita et moribus, 1779, cit. RODRIGUEZ DEMORIZI: Mi& as... Págs. 22-24 y
32-33. Ver Apéndice, apartados E y F.
83. Las posesiones de Ignacia Loisel en Santo Domingo consistían en «dos pequeñas casas y
una egmqcia ~ -a4Fra dn' y a!pnos m&~,~cGsm. {a a! rey. S c t n~e rr?in6~2, 0 .'e --.m A-
.""IV --
1796. A.G.I., Estado 5 B, doc. 128. Para los emigrantes la principal dificultad en estos tiempos
era vender, pues nadie quería comprar porque también deseaba marchar, o se ofrecía muy poco,
Antonio Gutiérrez Esmdero
La emigración, a causa de la entrega de Santo Domingo a Francia, no
sólo supuso un trauma psfquico para éstos y todos los españoles que durante
tantos años habian luchado contra tantas adversidades y por mantener su
identidad hispana frente a los intentos de ocupación galos. En Cuba la situa-ción
no se mostró muy halagüeíia. Las tierras prometidas no eran lo buenas
que debieran y en algunos casos ni siquiera habfa tierras. El nivel de vida en
La Habana era alto, presentandi dificultades de mantenimiento para una fa-milia
media. En estos términos se expresa Ignacia Loisel. Mal se podía vivir
con «!a corta asignación de tres reales por su persona, uno y medio por cada
hijo y nieto y diez pesos para casa, cuando la que habita con mucha estrechez
le está costando treinta y ocho, y cuando los vfveres y ropas están por altos
precios en esta
La única solución era pedir al rey la concesi6n de distintas gracias basa-das
en los servicios que su padre, Pedro Lousel Montero, habfa hecho a la
Corona a lo largo de su vida85. El apellido Lousel, el nombre de Pedro aún
era signo de garantia. Los favores prestados seguian siendo válidos a pesar
de los años transcurridos y sus descendientes podfan beneficiarse de ellos.
Nuestro hombre había conseguido trascender más allá de su propia existen-cia.
José Loisel era nieto de Pedro Lousel Montero, probablemente hijo de
aprovechándose de la necesidad de deshacerse de los bienes inmuebles. Información presentada
por Ignacia Loisel, 1796, cit. Ignacia solicitara del rey «poder girar de La Habana a kas colonias
extranjeras libremente por cinco alios y sin contribución de derecho alguno, el poco .caudal que
pueda juntar de los bienes semoventes y muebles que exporte de la isla Espaiíola a la de Cubm, o
& caso contrario la concesión de «diez caballerfas de las que en la villa de Guanabacoa se han
destinado para repartir entre sus vecino=. Representación de Ignacia Loisel al rey. Santo Do-mingo,
13 de junio de 1796. A.G.L,'Estado 5 B, doc. 128.
84. Carta de Ignacia Loisel al rey. La Habana, 22 de julio de 1787. A.G.I., Estada 18,
dx.67.
85. Concretamente solicitaba 20 caballerias de tierra realenga del distrito de La Habana,
aunque estuviesen denunciadas, o en su defecto de las de la villa de Guanabacoa, además de que
sus dos nietos, Manuel y José Maria.de Castro Palomino, sentasen plaza de cadetes en el Regi-miento
Fijo de La Habana. Carta de Ignacia Loisel. 22 de julio de 1797, cit. Sobre los Castro Pa-lomino
véanse: Revista de las 15 Compaiíias de voluntarios de Infanteria y seis de Caballeria de
Santo Domingo, 1776. A.G.I., Santo Domingo, 1095; y RODRIGUEZ DEMORIZI: Militas ...,
págs. 300, 317 y 325. A un José de Castro Palomino, alférez de milicias de caballerfa de la villa
de Sai, jük? se !e sepia ds si cargo p r haber cüñiraído matrimonio, sin ia preceptiva iicencia
del Capitán ~enera1,-conC atalina ~av&n. No hemos podido hallar los lazos de parentesco, pero
los apellidos nos hacen suponer la ligazón entre parientes más o menos cercanos. Santo Domin-go,
6 de diciembre de 1776. A.G.I., Santo Domingo, 1.095.
Un canario en La Españoia 26
Pedro Lousel Cid. Nació en Santo Domingo en 1768. Siguiendo la tradición
familiar ingresó en el ejército como cadete cuando contaba 16 años de edad,
siendo subteniente en 1793 y teniente un año después. Formó parte de la
tropa que con su tfo Francisco Núñez al mando acudió a la frontera cuando
los sucesos de 1794 aconsejaron establecer un cordón militar, manteniéndo-se
en aquellos lugares por espacio de dos años86. Ignoramos si pereceria
cuando el aniquilamiento del Fijo de Santo Domingo por Toussaint en 1802.
Lorenzo Nún4: Lot/se/ fue sobrino de Pedro Lousel Montero y hermano
de Francisco Núñez. Nacido en La Laguna en 1743, estaba de cadete en
Santo Domingo el uno de septiembre de 1763, en la compañia de su t f ~ ~ ~ .
En 1774 era promovido al empleo de subteniente y en 1785 al de Tenien-t-
88. 2
N Parece que era especialmente apto para la enseñanza de Ordenanzas y g
Matemáticas, dando clases de ambas a los cadetes del Batallón Fijo. Quizás $
por lo último sus preferencias se encaminaron a especializarse como ingenie-ro,
empleando en ello cuatro años89. O
E
Estaba casado con Eulalia de Lisle, hija del capitán del Fijo Benito de
E Lisle. En 1789 se le daba como fallecido90. -
3
CONSIDERACIONES FINALES
- -
0
m
E
Muchas otras personas nos aparecen en la documentación cuyos apelli-dos
nos las relacionan con el tronco familiar creado por Pedro Lousel Mon-ter0
y cuyas ramas fueron creciendo considerablemente. En muchos de los
a
casos, por falta de datos, apellidos incompletos u otras circunstancias, la ubi-cación
de estos miembros es dudosa. En especial sucede lo dicho con los Sa-viñón,
apellido repetido con frecuencia, sobre todo en mujeres, sin que los E
detalles aportados aclaren nada respecto a su ascendenciag1
3
O
86. Libro de los méritos y circunstancias, 1763, cit. Ver Apéndice, apartado G.
87. Nombramiento de subteniente a favor de Lorenzo Núliez. Madrid, 22 de diciembre de
1774; Nombramiento de Teniente. Aranjuez, 3 de abril de 1785. A.G.I., Santo Domingo, 1.086.
88. Libreta de Vita et moribus, 1779, cit. Libretas de servicios de Oficiales, sargentos prime-ros
y cadetes, 1783, cit. RODRIGUEZ DEMORIZI: Milita ...,pá gs. 121-122, 272 y 276.
89. Solicitud de pensión de viudedad de Eulalia de Lisle, 1796. A.G.I., Santo Domingo,
1.002.
n~nu . n . l . . 'z- 3. nc-:L.. c ----- --- -2 --J c m--;-- ,o 2- RciALiUii uc uiiciaicb, a a r g c i i r u s piiiiiciur Y Lausrr;>. m i r u uuiiiiiigu, L / uc iiuviriiiuic
de 1794. A.G.L, Santo Domingo, 1.088. RODRIGUEZ DEMORIZI: MiIici as... Págs. 46, 83,
92, 102 y 273. Ver Apéndice, apartado H. t
27 Antonio Gutiérrez Escudero
Otro tanto acontece con los Núñez. Un Juan Núñez y un Carlos Núñez
aparecen como cadetes del Batallón Fijo de Santo Domingo. ?Eran hijos de
Lorenzo o estaban relacionados con la familia?92
De los Lousel cabe destacar que el Caribe debió ser su segunda patria,
atraídos hacia él por el ejemplo de Pedro y por el contacto que Canarias
siempre mantuvo con esta zona americana. A Santo Domingo, por ejemplo,
giraron visita los hermanos de Pedro Lousel Montero, Antonio y Francisco.
El primero condujo documentos oficiales y esclavos negros en la balandra de
su cargo desde la Española a La ~ u a i r a E~l ~se. g undo, al mando de otra
nave, se encargó de transportar en dos ocasiones, que tengamos noticias, fa-milias
canarias hasta Santo Domingo y Puerto ~ i c o ~ ~ .
Sólo nos queda reseñar, por último, la presencia en Cuba de otro núcleo
de Lousel. Integrados también en el ejército serian, sinjduda, descendientes
de los hermanos o parientes tinerfeños de Pedro L o ~ s e lU~n~o. d e ellos al-canzó
incluso cierto renombre como poeta96.
Parece claro que con la cesión de la Española a Francia, los sucesos
sangrientos acaecidos en Saint Domingue, las invasiones haitianas de 1801 y
1805, etc., la familia, sus miembros, se disgregarían. Unos fallecerian, otros
emigrarfan, algunos quizás permanecerfan en suelo dominicano. Pero la mi-
91. Hemos encontrado una María del Carmen Savifión, viuda del capitán Francisco Javier de
Foxá. (1796). A.G.I., Santo Domingo, 1.095. Gerónima Savaón, casada con Joaqdn Pueyo, al-calde
mayor de Santiago. RODRIGUEZ DEMORIZI: Invariones. .. , pág. 123. María SaviMn, ca-sada
con Pedro Dávila. RODRIGUEZ DEMORIZI, E.: Familias hispamamericanas. Santo Do-mingo
(R.D.), E& Montalvo, 1959, vol. 1, págs. 223-224, y Vicenta Savifión, casada con Joa-quin
Fernández de Castro y padres de seis hijos (Vicenta, Ramón, Francisco León, María Cecilia,
Lorenzo y María). Ibidem., págs. 340-341.
92. RODRIGUEZ DEMORIZI: MiIici as... , págs 67-68. Ver Apéndice, apartados 1 y J.
93. Certificación de Oficiales Reales, 1740, A.G.L, Contaduría, 290.
94. El 30 de junio de 1750 condujo 42 personas. A.G.I., Contaduría, 292. El 18 de agosto
de 1759, transportó a 237 canarios. Azlor al rey. A.G.I., Santo Domingo, 1.011.
95. Han aparecido Francisco Loisel, capitán, natural de La Laguna, y su hijo Ignacio Loisel,
cadete. Hojas de servicios de Oficiales, sargentos primeros y cadetes del Regimiento de Cuba.
1790. A.G.I., Cuba 1.491. El núcleo cubano se repite también con los Savifión. De Cuba proce-día
Gregorio Savifión, regidor decano de la Audiencia de Santo Domingo, casado con Micaela
Antonia de Tapia y padres de Marb del Carmen SaviMn. Santo Domingo, 10 de noviembre de
1796. A.G.I., Santo Domingo, 1.095. Ver Apéndice, apartados K y L.
96. Su nombre era Francisco Lousel y es descrito como natural de Canarias, autor de glosas
sobre succsus bcales y de un Ío;leíü íiiulndo «Dernü~i~aCi6diei gozo sobre :as fiestas por E: mCi-miento
del príncipe Carlos Clemente)). José A. Sacco le considera el creador del poema sobre el
I>loqueo y sitio de Atarés, impreso en 1773. CALCAGNO, Francisco: Diccionario biográjio cubano.
New York, 1878, pág. 379.
dad del bloque familiar se pierde, dividiéndose en múltiples caminos cuya
andadura, a más de dificultosa, requeriría un tiempo y dedicación mucho
más prolongados. Y en definitiva no creemos que esta investigación a fondo
fuera a variar sensiblemente la conclusión que hemos podido obtener del
presente estudio: como de una primitiva emigración, el apeliido Loisel y los
relacionados con él acabaron constituyendo una familia significativa en la
historia del ámbito caribeño.
A través de estas páginas, por medio de estas personas, queda patente la
indiscutible huella dejada por los emigrantes canarios en los territorios ame-ricanos.
A eiios marcharon y en ellos se integraron, superando obstáculos y
vicisitudes, formando parte de su historia, siendo piezas claves en el atonte-
.-->: --:- 3- 11-- 1
CCI ura~luu c a q u e l ~iu~ga~re 3.
Antonio G n t i h Escudero
APENDICE
HOJAS DE SERVICIO DE LOS SAVIÑ'ON, UIUSEL Y N ~ E Z
Teniente de infantería Subteniente D. Nicolás Sovifíbn, au edad 37 afios,
su pafe Santo Domingo en la Española, su calidad hijo de capitán,
su salud buena, sus s e ~ c i oys circunstanciae los que se exprem
Tiempo en que empezó a servir los Tiempo que ha que sirve y cuanto
empleos en cada empleo
Empleos Días Meses Años Empleos Años Meses Diae E
Voluntario 20 Dic. 1776 De voluntario 13 8 5 - m
O
distinguido E
Subteniente 11 Set. 1790 De subteniente 9 3 20 E
2
Teniente graduado 28 Oct. 1793 E
de Infantería
-
0
Total hasta fin de diciembre de 1799 23 5 m
E
O
Regimientos donde ha servido
En este cueqm los años que del estado constan n
E
Campañas y acciones de guerra en que se ha *do
Nota: Durante la guerra de 80, estuvo ejerciendo funciones de abanderado en esta
plaza un afio, y con el ejército de operaci6n en la frontera Sur desde la pubii-ación
de la guerra con la naci6n francesa el año de 93, hasta su conclusión. Y
en la actualidad con la Británica haciendo el servicio en esta plaza desde el 19
de mana de 92 hasta el 15 de retrim-hre de! minnm & hd6 pn e! atacpr qm
el 2 de agosto de 93 dieron los enemigos al pueblo de San Miguel, en cuya
funci6n se desempeA6 con aquel ardor y espíritu que debe un militar
Cumple apenas Valor: Conocido
Aplicación: muy flop
Capacidad: suf~cuente
Conducta: mediana
Estado: casado
Un canario en La Española
Subteniente D. JosC SaviA6n, su edad 29 aiios, su país Santo hmingo '
de la Española, su calidad hijo de capitán, su salud buena, sus servicios
y circunstancias los que expresa:
Tiempo en que empezó a servir los Tiempo que ha que sirve y cuanto
empleos en cada empleo
Empleos Dfas Meses Año Empleos &os Meses Dfas
Cadete 28 Julio 1776 De Cadete 11 9 17
Subteniente 15 Mayo 1788 De subteniente 3 7 16
Total hasta fin de diciembre de 1791 15 5 3
Regimientos donde ha servido
En este Bataiión los años que del estado constan
Campañas y acciones de guerra en que se ha hallado
Muri6 en primero de Enero de 1793
Cumplé apenas Valor: se le considera
Aplicación: poca
Capacidad: Bastante
Conducta: Maldice en todo con frecuencia
Estado: soltero
Antonio Gutie'mez Escudero
C
Teniente D. Manuel Saviñón, su edad 38 años, su pais Santo Domingo
de la Española, su calidad hijo de capitán, su salud buena, sus servicios
y circunstancias los que expresa:
Tiempo en que empezó a servir los Tiempo que ha que sirve y cuanto
empleos en cada empleo
Empleos Dias Meses Año Empleos Aiios Meses Días
Cadete ¿9 Marzo i i i 9 De Cadete 13 3 2i
Subteniente 21 Julio 1792 De Subteniente 3 1 19
Teniente 8 Sept. 1795 De Teniente 3 23
Total hasta f i i de Diciembre'de 1795 16 9 3
--
Regimientos donde ha servido
En este Batallón los años que del estado constan
Campañas y acciones de guerra en que se ha hallado
En el cordón de la frontera del sur formado con motivo de la revolución de la colo-nia
francesa en esta isla Española, desde Enero de 93, habiendo permanecido en ella
todo el tiempo de la guerra hasta que concluida ésta se retir6 a la capital, en Enero de
96.
Cumple apenas Valor: Se supone
Aplicación: La tiene
Capacidad: Regular
Conducta: Buena
Estado: Soltero
Un canario en La Epañoh
Capitán D. Alejandro Saviñón, su edad 52 años, su país Canarias,
su calidad notoria, su salud buena, sus servicios y circunstancias los que se
expresan
Tiempo en que empez6 a servir Tiempo que ha que sirve y cdnto
los empleos en cada empleo
Empleos Días Meses ARO
~ ~de ~ i +iuL e Xpí. ~ i762 ~
Urbanos
Teniente de 1 Sept. 1771
este cuerpo
Capitán de 3 Dic. 1775
este cuerpo
Empleos Míos Meses Días
De capitán de 8 11 14 m -
Urbanos
E De Teniente de 4 3 3
O este cuerpo n -
DeCapitánde 2 27 =m
O
este cuerpo E
E - 2
Total hasta Fui de Diciembre de 1777 15 3 14
Regimientos donde ha servido em-
En este cuerpo en calidad de interino hasta el día 1" de Septiembre de 1771 E
en que se le di6 posesión O
Campañas y acciones de guerra en que se ha hallado
E Hizo seis meses el servicio en esta plaza durante la guerra de 1762 a
n
n
0
Es mediano Valor Se le considera
Aplicaci6n: Regular 3
O
Capacidad: Regular
Conducta: Buena
Estado: Viudo
Fdo. Castro
Capitán D. Pedro Saviñón, su edad 42 aiíog su pais Santo Domingo de la
Espafiola, su calidad hidalgo, su salud buena, sus servicios y circunstancias
los que expresa:
Tiempo en que empezó a servir los Tiempo que ha que sirve y cuanto
empleos en cada empleo
Empleos Mas Meses ARO Empleos Años Meses Dias
-- --
Cadete 1 Mano 1769 De Cadete 8 3 18
Subteniente 19 Julio 1777 De Subteniente 8 3 1
Idern. Granaderos 3 Abril 1785
Teniente 20 Sept. 1785 De Teniente 8 3 8
Capitán graduado 28 Dic. 1793
Capitán vivo 19 Enero 1794 De Capitán 2 3
Total hasta fin de diciembre de 1795 26 10
CPmpnaplyacdolK.&guarnenqne~b~
En Junio de 1790 sli6 a agzegux a la 10i compañía que s MInba m In frontera del Ornc, y umtliu6 formando yqucl mr-ddn
con m i v o dc la rnmlucidn de la mlonia fryiccsn a esta isla Española, y s W M en la dcfaaa de la población & San
Miguel que fue invadida por los franceses. Habiendo sxb mmkbnda ~terionnentep or el Grnil>dyite g e n d de 14ycIla
frontera, Bngndia D. Jmquln Cabrera, a vuiu sPlidis que descmpn6 nmipktamate, y en p a t t k h a atacar el (in de Saba-na
Grande. de que se apodcd sin pérdida de un hambre por nuestra p t c , y con mucha de los manigos, unto m hambrrs
mmo en municiona de taca y ~ r ny m.u dins cabaüerfnr, m la que hizo a Arroyo Seco a ricaalojar los enemigos de un vmu-pso
pKlt0.
Después pasó a la P-a de Veme donde s mantuvo hasta el abandono que se hw de 4 y m todas bu snlidw amo m l u
demás que se le mcygrma mostd su fPLUlto. ptnCi y amar al ~cMC~&O S .M. Y dede el 27 & hgoaa de 1791
hasta el 1' de Oetubzc del mUmo dio esmo apmtzdo m el llmitc de la Angosoun. fmteza del Ocsre, m San Rafael, con 200
hombies. m el que nunpli6 unnnmate mn l a órdnia de el handante de ella. rrpith del oiupo D. Fmcireo Núñq
conteniendo la gente de colar sublevada que mmaban mtnr a dicho pueblo a que x l a e n t r e p a los francess b h m .
pmllando la Unea divisoria de aquellas montaña por SI mismo y sus subolternos, que ejecutó monmdo m& apkitu e in-fatigable
en cl servicio de Su Magístd, y se m i d a esta pllp m mero de 96
Fdo.: Fmcism Núña
Cumple Valoor: Acreditado
Aplicación: Regular
Capacidad: La tiene
Conducta: Mediana
Estado: Soltero
Fdo.: Canzy
Teniente D. Juan Saviñón, su edad 38 años, su país Santo Domingo de la
Española, su calidad hidalgo, su salud buena, sus servicios y circunstancias
los que expresa:
Tiempo en que empezó a servir los
empleos
Empleos Dias Meses Año
- -- -- . - . . - - - -- - --
Cadete 2 Julio 1770
Subteniente 28 Nov. 1782
Teniente graduado 1 Julio 1792
Teniente vivo 21 Julio 1792
Tiempo que ha que sirve y cuanto
cada empleo
Empleos Años Meses Dias
De Cadete 12 4 25
De Subteniente 9 7 3
De Teniente 3 G
Total hasta fui de Diciembre de 1795 25 5 28
Regimiento donde ha servido
En este batallón los afíos que del estado constan
Campañas y acciones de guerra en que se ha hallado
En el cordón de la frontera del Norte formado con motivo de la revolución
de la cobnia francesa en esta isla Espailola desde Septiembre de 179 1. Y con-tinuó
en 61 todo el tiempo de la guerra hasta que concluida ésta se retiró a la
capital habikndose hallado el 9 de mayo de 1794 en el ataque que se h i al~
fuerte de Yaquesf, pueblo francés de esea isla.
Fdo.: F. Núfiez
Cumple Valor: Conocido
Aplicación: corta -
Capacidad: Regular
Conducta: Enmendada
Estado: Soltero
Antonio Gutiérra EFnrdero
---
Subteniente D. José Loisel, su edad 27 años, su pais Santo Domingo de la
Española, su calidad nieto de Teniente Coronel, su salud buena, sus
servicio6 y circunstancias los que expresa:
Tiempo en que empezó a servir los Tiempo que ha que sirve y cuanto
empleos en cada empleo
Empleos Dias Meses Año Empleos Años Meses Dias
- . . -- . - - -- . - -- - -----
Cadete 19 Julio 1784 De Cadete 8 11
Subteniente 19 Junio 1793 De Subteniente 2 6 12
Total hasta fin de Diciembre de 1795 11 5 12
- - - - -- - - . . - . - - - -
Regimientos donde ha servido
En este batallón los afios que del estado constan
Campañas y acciones de guerra en que se ha hallado
En el cordón de la frontera del Norte formado con motivo de la revolución
de la colonia francesa en la isla Espaííola, desde abril de 1794, y continuó en
el tiempo de la guerra hasta que concluida ésta se retiró a la capital en Enero
de 96.
Cumple Valor: Se supone
Aplicación: Mediana
Capacidad: Regular
Conducta: Buena
Estado: S=!te:o
Fdo.: Canzy
Teniente D. Lorenzo Núiiez, su edad 46 años, su país la ciudad de La
Laguna, su calidad hidalgo, su salud buena, sus servicios y circunstancias
los que expresa:
Tiempo en que empezóa servir los Tiempo que ha que sirve y cuanto
empleos en cada empleo
Empleos Días Meses Año Empleos Años Meses Días
- - - . - . - - . - - - - - -- - .
2
Cadete 4 Nov. 1768 De Cadete 6 17 N
Subteniente 22 Dic. 1774 De Subteniente 10 3 11 E
Teniente 3 Abril 1785 DeTeniente 4 8 28 O
n
E
Total hasta fui de Diciembre de 1789 21 1 26 E
2
- 0
Campañas y acciones de guerra en que se ha hallado m
E
En el año de 82 fue comisionado a dar auxilio en la costa del Norte de esta
isla a los Oficiales, Tropa y Tripulación del Navio Scipión de S.M. Cristianísi-ma,
perdido en ella. Y en el 85 a levantar'el plano para la población en que se
pensaba establecer los negros del Maniel, de las montañas de Neiba Ha dado
un año escuela de Matemáticas a los Cadetes de este cuerpo. l
n
Bueno para continuar
MUR10
Valor: se le considera
Aplicación: Buena
Capacidad: Buena
Conducta: Buena
Estado: Casado
Antonio Gutiérrm Escudero
--
Cadete D. Juan Núfiez, su edad 22 aiios, su país Santo Domingo de
la Española, su calidad hidalgo, su salud buena, sus servicios y
circunstancias los que expresa:
Tiempo en que empezó a servir los Tiempo que ha que sirve y cuanto
empleos en cada empleo
- - - - - -. .
Empleos Días Meses Afio Empleos Años Meses Días
-- - - -- - - -- - - - -
Cadete 6 Novi. 1789 De Cadete 6 1 24
Total hasta fin de Diciembre de 1795 6 1 24
Regimientos donde ha servido
En este batallón los años que del estado constan
Campañas y acciones de guerra en que se ha hallado
Ninguna
Cumple Valor. Se supone
Aplicación: Mucha
Capacidad: La tiene
Conducta: Buena
Estado: Soltero
Fdo.: Canzy
Un canario en L a Española
Cadete D. Carlos Núñez, su edad 21 años, su pals Santo Domingo de la
Española, su calidad hidaigo, su salud buena, sus servicios y circunstancias
los que expresa:
Tiempo en que empezó a servir los Tiempo que ha que sirve y cuanto
empleos en cada empleo
Empleos Dlas Meses Año Empleos Años Meses Dlas
Cadete 6 Nov. i789 De Cadete 6 i 24 2
N
Total hasta fin de Diciembre de 1795
Regimientos donde ha servido
En este batallón los años que del estado cosntan z
E
Fdo.: F. Núfiez e
7
Campañas y acciones de guerra en que se ha hallado
Ninguna
Cumple Valor. Se supone n
ApLicación: Mucha E
Capacidad: La tiene a
Conducta: Buena n
n
Estado: Soltero
Fdo.: Canzy $
Antonio Gntihrez Escx~dero
Capitdn D. Francisco Loysel, su edad 51 arios, su país San Cristdbal
de La Laguna, su calidad noble, su salud buena, sus servicios y
circunstancias bs que expresa:
Tiempo en que empezó a servir los Tiempo que ha que sirve y cuanto
empleos en cada empleo
Emp!enr Dias Meses Afie Emrn-l--E- - _Mies Mes& I?ils
Capitán 21 Junio 1785 De Capitán 5 - 6 10
Total hasta fin de Diciembre de 1790 5 6 10
Regimientos donde ha servido
En el Primer Regimiento Fijo de La Habana y en éste
Campañas y acciones de guerra en que se ha hallado
Ninguna
Fdo.: Maain de Ugaae
Informe del Sub-Inspector Notas del Coronel
A más de conformarse con las notas del Valor: No conocido
Coronel, considero a este capith con Aplicación: La tiene en la Secretaria de la
talento para desempefiar cualquiera Capitanfa General en que esta empleado
encargo que S.M. se digne conferirle se Secretario por S.M.
Capacidad: Suficiente
Conducta: Buena
Estado: Casado
Fdo.: Cotarro
Un canario en La Erpañoia
Cadete D. Ignacio Loysei, su edad 16 años, su pais La Habana, su calidad
hijo de capitán, su salud robusta, sus servicios y circunstancias los que
Expresa:
Tiempo en que empezó a servir los Tiempo que ha que sirve y cuanto
empleos en cada empleo
- - - --- - - -. - -- - - . - - -- - - - -
Empleos Dias Meses Año Empleos Años Meses Dias
~ ~ ~ ~~
4 Dic. 1787 De Cadete 4 " Cadete 3 11 27 2
N
Total hasta fin de Diciembre de 1790 3 11 27 - m
Regimiento donde ha servido
En el Primer Fijo de la Habana y en éste
Campañas y acciones de guerra en que se ha hallado 3
En ninguna
Fdo.: Martín de Ugaae B
-- -
E
O
Informe del Subinspector Notas del Coronel
Puede ser atendido Valor: No conocido
Aplicación: Regular ,
Capacidad: Mediana
Conducta: Buena
Estado: Soltero
Fdo.: Cotarro