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SALUDOS CORDIALES Y SALVAS DE TIROS O
E
E
2
EL COMODORO MATTHEW C. PERRY E
3
EN LAS ISLAS CANARIAS
1820, 1821, 1843-1845
URSULA LAMB
A bordo del primer navio de la marina de los Estados Unidos de Nor-teamérica
llegó a Canarias un joven alférez de navío llamado Matthew Cal-braith
Perry. El futuro comodoro fue miembro de una familia de navegantes
distinguidos. Los pocos acontecimientos que se registran sobre estos prime-ros
contactos de la marina estadounidense y los recuerdos subsecuentes se
examinarán aquí para ilustrar cómo la historia con frecuencia depende de la
experiencia actual.
Dice Perry en su diario a bordo de la corbeta Cyane:
«Este día, 4 de Julio (del año 1820), es el aniversario de nuestra inde-pendencia,
pero no está en nuestra fuerza el poder celebrarlo en una manera
apropiada y por lo consiguiente no lo haremos ... »l. Era el cuarenta y cuatro
aniversario de la declaración de independencia de los Estados Unidos de
América del Norte cuando el joven oficial tomó sus notas en la costa oeste
de Africa. Después de varios meses de molestias y fatigas, la corbeta iba na-vegm&
e! 3-r er? !utitudes eru.tnrir!es cer? rurr,Yc? de Sierru Lema a! Pr-chipiélago
de las Islas Canarias. La tripulación se encontraba siempre húme-da
en el clima tropical, también estaban hambrientos y algunos sufrían de
fiebre2. Las provisiones de harina y pan se encontraban totalmente arruina-das
y el alférez Perry mandó que los barriles afectados fuesen destruidos. Un
bergantin inglés, el Friendsbip, de Liverpool, cargado con trigo y harina se
1. Matthew Calbraith Perry: Diario de su viaje a bordo de la Cyane. Naval Academy Museum,
Annapolis, Md. Más adelante citado como NAM Journal Cyane.
2. ELIOT MORISON, Samuel.: Old Bmin: Commodore Matthew CaLbraith Perry, 1794- 1858.
Little Brown, New York, 1967, p. 65.
El Comodoro Matthew C. Pery 4
puso en contacto el 2 de julio, pero no fue capaz de dar más de dos barriles
de harina y algunas papas3. Las raciones siguieron escasas y los ánimos de-primidos.
El cocinero tenía que improvisar, y resultaban continuas quejas
desde el comedor de los oficiales.
El joven teniente empleaba su tiempo libre con experimentos cientifi-cos.
Perry lanzó una botella por la borda con una nota incluida, dando su ia-titud,
longitud y rumbo, pidiendo al recibidor que registrase cuándo y dónde
éste mensaje fue hallado. En aquellos días esta clase de hallazgo era aún de
mucho interés oficial, y Perry se mostraba muy curioso sobre las corrientes
del Atlántico4.
El 5 de julio, con vientos moderados y agradables, la Cyane pasó la isla
de La Palma, y a las 3,20 de la tarde divisaron el pico de Tenerife, «de sur a
sureste, a más o menos veinte leguas de distancia». Escribió:
«Estuve muy desilusionado ante la apariencia del famoso pico. Esperaba
que este llegase hasta el cielo, pero ante mis ojos no pareció llegar más alto
que la cumbre de Fogo (en Cabo Verde). Alisté el bote para examinar la co-rriente
y no descubrí nada» ... «El día 6 de julio comienza claro y agradable,
navegando alrededor de Punto Nagra a la extremidad oeste de la isla de Tene-rife
»'.
A las 3,50 de la tarde echaron anclas a 23 pies de profundidad en un
fondo fangoso. Entre los navíos en el puerto de Santa Cruz se encontraba el
Hornet, uno de los navíos mercantes de los Estados Unidos, quiec los saludó
a su llegada. El capitán Reid del Hornet traía buenas noticias y correo para la
Cyane. Se supo que toda la familia de Perry tenía buena salud. Menos agrada-ble
fue la recepción por las autoridades del puerto. Tan pronto como se supo
que la Cyane había llegado a las costas de Sierra Leona donde reinaba la fie-bre,
a pesar de que no había casos de fiebre a 'bordo, ei gobernador de Santa
Cruz ordenó diez días de cuarentena para toda la tripulación. Ningún argu-mento
por el lado de Perry le pudo hacer cambiar de opinión. El alférez Pe-
3. National Archives, Washington, Navy and Old Army (mas adelante citado como NA;
Special Log Books: Log USS CYANE, 13 de Marw de 1820, lista diaria de enfermos registra-dos,
durante la patrulla africana. i<o todos ios dias fueron registrados.
4. h~~ journaf CYANE, Botella lanzada de a bordo al oeste de Madeira, July, 1820, tam-bién
8th September, 1821 (de la Shark) se recuperó la botella, 7th October, 1820: Comentario
incluido en el Arkansas, Louisiana Gazite, sobre las tres mil millas de distancia viajadas.
5. NAM journd Cyane, 6 Jul 1820.
5 Unda Lamb
rry continuó con sus negocios para obtener más provisiones de frutas y de
verduras. Mientras tanto la gente del puerto estaba preparando una calurosa
bienvenida. Una vez en el puerto, la tripulación experimentó varios días de
festividades.
Perry era muy popular ya que entendía español y probablemente apren-dió
a hablarlo. En tiempos pasados, cuando habia navegado por el Medite-rráneo,
y durante sus horas libres, habia traducido al inglés un libro español
sobre las costas caribes, que habia sido publicado por la Oficina Hidrográfica
de Madrid. Este trabajo más tarde le fue de gap ayuda eri su carrera6. m
D
Antes de bajar al puerto tuvo una experiencia muy común en los navíos
de aquellos tiempos: los cables de hierro eran muy pesados para las débiles
anclas, éstas se quebraban y se perdían en el fondo del mar. Después de rela-tar
este accidente con las dos anclas, Perry siguió con una discusión muy in-teresante:
hizo sugerencias precisas con respecto al peso y diseño de anclas y
la preferencia para cables de cáñamo, problemas muy corrientes en esta épo-ca7.
Su diario continúa con una descripción de la ciudad de Santa Cruz.
«Esta es la mas bella ciudad española que yo he visto en mi vida, las ca- O
lles son anchas y perfectamente limpias, las casas graciosas y cómodas, la gen- -
te amable y hospitalaria» ... «Antiguamente la Ciudad de Laguna era la metró- E
poli de la Isla, pero últimamente Santa Cruz se considera la ciudad principal8. a
Aquí los gobernadores civiles y militares viven con sus familias, lo cual atrae
mucha gente alegre de otros pueblos. Una gran tropa está alerta en este sitio
para guarnecer las fortalezas que defienden la radan9. O3
6. NAM, Matthew C Perry, Hidrograpbic Notes transfated jrom tbe Spanish. 110 fols. Ms. Se re-fieren
a las costas caribes e islas y fueron tomados de una «versión al dia» de la publicación de la
Oficina Hidrográfica en Madrid, de 1810.
7. NAM J o u d Cyane, 6 July 1820, nota sobre la descripción de las anclas y el efecto de las
cadenas contra el cordaje para sostenerlas. La naturaleza del fondo del puerto de Santa C m fue
la causa de las dificultades.
8. Con respecto a la'historia de la administración de las Islas Canarias y el estado de los pue-blos,
vease GUIMERA PERAW, Marcos: Estudjos sobre el s$o XIXpoIHim Canano. En este in-formativo
libto se encuentra el fondo necesario. También LEON y JUAREZ, Francisco Maria
de: Historia de las Isla Canarias, 1776- 1868. Aula de Cultura de Tenerife, 1978, seg. ed. corregi..
da, libro IV.
9. N A M j o u d Cyane, 6 de Julio de 1820 hasta el 28 del mismo mes.
E/ Comodoro Mattbew C. Peny 6
La licencia de los marineros para quedar en tierra duró veintitrés dias,
desde el día 5 de julio. Durante este período Perry acumuló algunas informa-ciones
muy útiles sobre la isla y la ciudad. Dice que Santa Cruz tenia 8.000
habitantes. Las temperaturas variaban entre los 73 y los 76 oF en el aire y los
72 y los 75 OF en el agua.
Para el 28 de julio el navío había conseguido todas las provisiones dis-ponibles,
con la excepción de nuevas anclas. Para acabar de completar el
abastecimiento la Cyane se puso en nimbo a Orotava, una ciudad localizada
en la costa oeste de la isla. Perry escribe que la tripulación de la corbeta dejó
Santa Cruz con y n pesar2 ya que muy pronto su nueva derrota les llevaría a
«la más hostil y bárbara de todas las costas ecuatoriales del Africa Oeste)).
¡Qué contraste con la situación actual! Dice que siendo este navío el
primer representante oficial de la marina de los Estados Unidos en este
puerto, la gente les hizo d a bienvenida muy calurosa y los americanos cau-saron
gran interés.
«Nos hicieron bienvenidas por doquier, todo el mundo tratando de ser el
más amable y atento. A bordo les dimos un baile, al cual asistieron sesenta da-mas,
entre ellas las de la más alta nobleza de la isla».
En este párrafo se debe añadir una palabra con respecto a la orquesta
de la Cyane, compuesta por instrumentos de cobre y viento. Esta improvisa-da
banda marítima se ganó una gran reputación durante el viaje por aguas
africanaslO. Era bien conocida en la marina británica cuyos oficiales con mu-cho
gusto tomaban parte en la hospitalidad del capitán Trenchard y en el fes-tejo
a bordo de la Cyane. Los potentados africanos y autoridades de las Cabo
Verde también se entretenian en tierra y a bordo1'. La tradición de ofrecer
teatro de aficionados, acrobática, y otras ciases de diversión en los navíos de
Perry se hizo muy famosa más tarde en su carrera12. La descripción del pro-totipo
de esta clase de orquesta es como sigue:
10. STANTON MACLAY, Edgar Reminiscences 4th Old Navji. From the jounrak andprivate
papers of Capfain Edward Trencbard and Rear Admiral Stephen Decatur Trenchard. G.P. Putnams,
New York, 1918 pág. 22.
11. Op. Cit. págs 19-20.
12. MORISON, Op. CCit., 165, con referencia al Saratoga, el navío del Comodoro en 1843.
«La música es un pasatiempo muy importante de las noches. A pesar de
¶ue una orquesta no es permitida en un navío de nuestra categorfa, entre la
tripulación de cualquier navfo de guerra siempre se encuentran buenos músi-cos.
Un tosco ciudadano de Utica y un atrevido de Cape Cod son los más im-portantes
vocalistas; el cocinero toca magníficamente el violfn; y el camarero
del comodoro se supera en el tamborín. Un pequeño negro, llamado Othello,
toca las castafmelas y también hay una pasable flauta tocada por uno de los
guardias»13.
Las relaciones entre los americanos y la gente de las Islas Canarias eran
muy amistosas. El joven teniente tuvo un buen comienzo con sus primeros
contactos y la ciudad de Santa Cruz quedó con un agradable recuerdo. Con
respecto a la tripulación, la parada en Santa Cruz facilitó la deserción y fuga
de quienes querfan. escapar del pesado trabajo en la costa africana. El sábado
29 de julio el oficial Wolsey fue mandado a Santa Cruz con el prop6sito de
capturar tres desertores ((quienes nos abandonaron allá ..., paramos y despa-chamos
ai oficial Rutledge quien volvió al cabo de la hora con James Mori-.
son, el único tripulante que se pudo aprehender»14.
Así, a las nueve de la mañana, con un cambio de viento, la Cyane se
acercó a Punto Nagra y corrió libremente antes del viento a sotavento de la
isla. Tomo tres dias para llegar a las radas de Orotava. EI diario continúa:
«Los dos pueblos de Orotava se sitúan uno cerca del otro. El principal y
el más rico se llam6 Puerto Orotava, (ahora Puerto Cruz), el cual está a orillas
del mar y disfruta de grandes ventajas comerciales; el otro llamado Villa de La
Orotava, se encuentra a más o menos tres millas al interior, y es la residencia
de los principales cleros y caballeros de provincia. También es un refugio de
veraneo para aquellos caballeros del puerto que no tienen casas de campo.
Este puesto de más o menos 6.000 habitantes está muy bien construido y tie-ne
muchas bellas iglesias y conventos...))
((Puerto Orotava es el segundo puerto después de Santa Cruz con respec-to
al prestigio y ventajas comerciales que tiene. Se dice que exporta una gran
ca+,tidrd de vii.=. E! pUeh!9 ticne up~r~eEcd~ea Ser mcy activo T i Inr mir ri- 1 .-"
cos mercaderes viven aquf...»l5.
13. MORISON, Op. Cit. pág. 165.
14. NAM jwrnal Cyane, 29 July.
15. NAM joarna1' Cyane, Teneriffe [sic] 3 pages of text.
El Comodoro Matthew C. Peny 8
«Los mercaderes viven más como príncipes que como artesanos. El señor
Calagan quien actúa como agente para nuestro navfo, posee tres inmensas ca-sas,
las cuales siempre están abiertas a los extranjeros distinguidos. Los con-tornos
de la región constituyen un verdadero paraíso, y los pueblos y ciudade-las
en el vecindario favorecen a la población de la isla. Aqui también hay be-llas
iglesias, conventos y espléndidos hogares. El número de la población es de
6.000 habitantes»16.
Aquí sigue una descripción de la Isla de Tenerife como una de las siete
Islas Canarias y de sus valles fértiles, montañas áridas, cosechas, y exporta-ciones.
Cuenta su población con 100.000 almas. «Ea gente parece poseer 2
todd clase de comodidades, disfrutando de uno de los climas más agradables N
del mundo, obteniendo con poco trabajo y en grandes cantidades el fruto de O
la tierra»''. n - m
Prosigue con un retrato de los habitantes: O
E
E
2
E «No resta ningún vestigio de los aborigenes en estas islas, o Guanches
como ellos se llamaban. Los españoles y sus costumbres desplazaron esta:gen- 3
te que en un pasado fue muy poderosa y valiente. Los habitantes de hoy en
-
dia se parecen en general a los de América del Sur. Los hombres son de carác- 0
m
E ter severo y reservado, pero las mujeres son vivas y animosas, extravagante-mente
aficionadas a los piropos, y encantadas con las atenciones de los extran-
O
jeros. Ellas, como todas las mujeres españolas, tienen ojos negros y tolerables n
figuras; sus pies, los cuales los muestran al llevar prendas cortas, son muy be- E
a
!los; en efecto cuando una española se pone unos bellos zapatos y medias,
-
cree ~ U Pes tá suficientemente vestida sin importar cual sea de su vestimen- n
n
ta»18.
3
O
Del gobierno, Perry apunta:
((Desde la existencia de la nueva constitución el pueblo goza de un go-bierno
moderado. Se administra por el Señor Soverin, un hombre excelente;
conocido como «el jefe p o ~ t i c o »a~d~em; ás de este personaje, también hay un
gobernador militar encargado de la fortificación y tropas -antes de la promul-gación
de la constitución, éste dispensaba la justicia civil y militar, pero ahora
16. NAM journal Cyane, 1 August.
17. Ibid, see note «Teneriffe».
18. Ibid.
su poder está limitado al campo militar. Parece que este personaje imponente
posee una gran parte del orgullo y de la arrogancia de sus inmaculados seiio-res.
Rehusó retornar nuestro saludo tiro por tiro, dando como razón que
nuestro gobierno es una república y por consiguiente (de acuerdo a su doari-na)
inferior a la feliz y magnífica monarquia de España. Naturalmente no salu-damos,
como nunca lo hacemos hasta que se entiende que hay que correspon-der,
pero si honramos al jefe político con quince cañonazos».
El gobernador militar invocaba una convención, la cual tenía preceden-tes:
estaba claramente expresada en una provisión del año 1793.
«Encontrándose mis bajeles en mar o puerto, tanto extranjeros como
propios con los de otro príncipe no saludarán ni exigirán saludo, y si fuesen
saludados, responderán según su insignia tiro por tiro o con dos menos en
proporción de las testas coronadas, y tiro por tiro a las superiores, con dos
menos a las iguales y a esta proporción a las inferiores de repúblicas u otros
principes»20.
Tuvieron otro incidente en las islas de Cabo Verde cuando fueron in-formados
de que la falta de dos tiros por parte de la fortaleza fue debido a su
escasez de pólvora, y que en poco tiempo la traerían del pueblo y enseguida
dispararían los que faltaban21.
Durante este período surgió otra queja de este tipo cuando un navío
mercante no recibió los saludos de banderas correspondiente^^^. En tierra el
cónsul americano en Santa Cniz por su lado se sintió ofendido por la falta de
respeto, ya que no tenía un papel oficial o señal en su despacho para indicar
su alto cargo. Ningún adorno en su despacho ni una carta del presidente con
rúbrica, o del secretario del comercio, ningún documento de este tipo s e d a
19. Ibid. Este era el Jefe Poiítico de D. Angel José de Soveron, véase GUIMERA PERAZA,
Op. Cit., pág. 233: cd'ero ya en 29 de mayo de 1820, restaurada la constitución de Cádiz, el
Ayuntamiento de Santa C m se dirige al Jefe Político de Canarias, de nuevo D. Angel Jose de
Soveron...)) deletreado por León J&, Op. Cit. pág. 185: Soberon. Esta junta de 1820 duró has-ta
noviembre de 1821 cuando nuevos diputados fueron elegidos. Vease nota 8.
20. FERNANDEZ DURO, Cesareo, Di~qzhin'onexN á~~timIsI,I : Vanidades de los Vivos.
Madrid, 1878, pág. 131.
21. MACLAY, Op. Cit. pág. 20, dice que el incidente ocurrió en el Puerto Praya (Praia);
MORLEY BARROWWS, Edward: Tbe G& Comodore,: Tbe Exploitz 4Matthew Calbrnith Perry,
Bobbs Merill, Sons, Indianápolis, 1935. Traslada el incidente a islas portuguesas. A pesar de que
este libro tiene muchos errores, es sugerible y vocato [sic].
El Comodoro Mattbew C. Peny 10
para exigir el respeto de sus clientes y inotablernente de sus propios compa-triotas!
A principios de agosto, durante una temporada aparentemente tranqui-la,
el alférez Perry escribió unas misce!áneas notas sobre el archipiélago de
Canarias, estimando un número de 250.000 habitantes. Habla del modo de
vivir y de la cocina No dice nada del gofio. Comenta que sintió no haber Ile-vado
un mapa del Puerto de Santa Cmz, pero que no hacía falta porque los
ingleses tenían bastantes23. Dice que había en Santa Cruz y otros pueblos de
las islas abundante agua, fruta y verduras de toda clase, el agua siendo la me-jor
Fn proximidad a Africa. La carne de res cosraha seis centavos p r medio
kilo: gallinas y otros comestibles se encontraban a buenos precios. El precio
del vino era de 22 dólares por un cuarto de casco, mientras que en Tenerife
costaba 30 dólares. Este último era bastante bueno para la comida diaria24.
El 11 de agosto de 1820, proveído de todo salvo de nuevas anclas, zar-paron
con rumbo al hIordeste2j. El día 15 divisaron Lanzarote, pero no to-caron
tierra en ninguno de sus puertos por ser de poca profundidad26. Perry
también menciona los fuertes vientos, y los atribuye exclusivamente a la es-tación
de verano.
Asf la Gane continuó su misión en el frica^^. Encontrado en mal es-tado
la colonia de negros libres norteamericanos y sus misioneros en la Isla
22. N.A. Reportes Consulares, Tenerife, T. 600, rollo 1, 10-9-3. 22 de marzo de 1820, nin-guna
badera izada en respuesta a la bandera norteamericana a bordo del Frankiin. Queja al go-bernador
D. Pedro Rodríguez de la Burria, Comandante de las Islas Canarias, p r John O'SuIli-van,
Cónsul. El gobernador dice que el no tiene nada que ver con el incidente, pero en respuesta
a la queja, el despidió al comandante de la fortaleza. Gm respecto a ;a dignidad dcl cónsul ameri-cano
véase Ibid, 8 de marzo. «Otro de los numerosos males que aparece en esta costumbre es que
los españoles al igual que muchas otras naciones que no tienen mucho conocimiento en factores
históricos, muy erroneamente llegan a ia conclusión de que nuestras leye\ y gobierno tienen que
tener energía y dignidad y que nuestrn constitución nos trata de la misma manera que a los eón-sules
en puertos extrnajeros.
23. BROEKEMA: C.: Maps of tbe Canary Idand~, puhlished hefore 18.50, a checklist in the
Map ColIector, n" 74, 197 1.
24. NAM)#rnal Cyane, 21 aug. Discute el vino de Ilacleira, el cual tiene un valor de S200
por pipa y es tratado como el mejor brand) francés.
25. Ibid Entry: Funchal.
26. N,4Mjournai Cyane, 24 Aug. 1820. Con respecto a <los anclajes en 1,anzarote y la ausen-cia
de cualquiera en Fuerteventura; tambien el peligro <le la navegación cercando las islas del
oeste.
27. ARCFIIB.4 I,D, Alexander: Tbe Hzstog~o / A/rzcan CBionzwtzon on the Western Coast d/;jrica.
Seg. Ed. 1816-1865, Cap. VII. STAL'D ElLRACS. 1'. J.: ?'be A/nian (laionrwtion Movement,
1816- 1865, Columbia Cniversity I'ress, 1961 caps. 111-1'1.
de Sherbro, Perry comenzaba a considerar otro sitio más saludable para la
colonia experimental2*. Entretanto decretó un régimen riguroso para com-batir
la fiebre tropical, permitió una sola ración moderada de ron al día, y no
dejó estadía en el puerto durante la noche. Prohibió dormir en cubierta y
obligó a su tripulación que se pusiese ropa interior larga. Contra el escorbuto
Perry tenía a bordo provisiones de verduras frescas y asf, bajo el comando
del Capitán Trenchard, la enfermedad se mantuvo m f ~ ~ i m a ~ ~ .
Durante su patrulla, la Cyafle capturó siete barcos negreros sin un solo
incidente3c. Un esclavo que había saltado de un barco negrero se salvó y se
llevó a bordo después de casi haberse ahogado. Pero a últimos de noviem-bre,
treinta y seis hombres de la tripulación habfan cafdo enfermos con la
fiebre, a pesar de las precauciones tomadas por Perry, y el capitán Trenchard
se puso con rumbo a los Estados Unidos. La Cyane siguió la derrota de los
negreros en dirección a la costa de Sur América. Fue a parar al Cabo de San
Antonio y continuó a través de las aguas caribes teniendo éxito al alcanzar
unos barcos negreros cerca de Cuba. La Cyane volvió a finales de diciembre
y Perry para entonces pudo pasar la Navidad de 1820 con su familia en Nue-va
york3'.
Al fin del verano del año 1821, Perry una vez más se hizo a la vela con
la misión de ayudar a los pobladores de la Sociedad Colonizadora Africana,
de llevar a su nuevo director, el reverendo Eii Ayers a su puesto, y al mismo
tiempo de recorrer la costa africana en busca de barcos negreros32. Su navfo
en este viaje era el Sbark; una fragata de dos mástiles, (sloop of war) cuya
preparación para el servicio de la marina de los Estados Unidos personal-mente
habia supervisado. En este primer mando independiente se comisiolíó
con grado de Teniente Comandante.
28. Op. Cit. pág. 205. La compra de Cabo Mesurado y sus territorios fue cerrada en diciem-bre
de 1821.
29. M<lRISON,Op. Cit. págs. 64-65, 71, 75, BARROWS, Op. Cit. Pág. 8. NA Navy De-partment,
Provatc letters, 1 Feb. 1813-20 Jan., 1849, Reg. N" 43, tiene instmcciones para un ca-pitán
colega Riddle de la Macedonian, 6 March, 1822: «...tendrá Vd. particular cuidado en la salud
y limpieza de la tripulación y evitará retardos en los puertos donde epidemias predominan)). Ins-trucciones
similares fueron dadas, con toda seguridad, a los capitanes de otros navios que nave-gaban
las costas ecuatoriales. Morison menciona la reputación de la estricta sanción y regulacio-nej,
éste hlzo que el Comodoro llevara el a p d o del «Oso Viejo».
30. MACI.AY, Op. Cit. pág. 11. Incidente en el rio Gallinas. Estas páginas de abril 1820
hoy falta^ en el diario. Solamente el diviso de cinco navios en el rio Gallinas aparece en éste, los
cuales no son los capturados entonces.
31. 1.a Qane llegó a su puerto el 3 de diciembre de 1820.
E/ Comodoro hiatthew C. Per~ 12
Las apuntes de Perry sacados a bordo del Sbark se titulan: ((Transaccio-nes
a bordo del U.S. Goleta (Schooner) Sbark M.C. Perry, este
diario fue escrito de su propio puño y letra. Solamente dejó un relato frag-mentario
y muy incompleto. El biógrafo de Perry se queja sobre la falta de
detalles persona1es.y la escasez de materia sobre una: gran parte del viajes4.
En el diario se encuentran muchas entradas cortas, no dicen más que una fe-cha
y la nota: «Nada nuevo en este &. Solamente a veces es mencionada la
dirección del viento y de vez en cuando refiere algunos ejercicios de armas o
velas u otra disciplina militar a bordo.
Este viaje de 1821 fue destacado por la asignación del sitio de Cabo
Mesurado como colonia americana, un sitio delineado e investigado por Pe-rry,
quien fue capaz de comprarlo con hábil y paciente diplomacia3j. Más
tarde crte lugar se convirtió en el sitio de Monrovia, la capital de Liberia.
Además de otras aventuras con negreros, hay un registro de una sola visita a
Santa
Surgen dos nuevos asuntos en este diario, que no fueron mencionados
en el diario de 1820. Tratan del impacto de la restauración de la constitución
de Cádiz el 29 de mayo de 1820. Una de las disertaciones se refiere a la gen-te
común, vista por Perry en un estado de trato injusto por sus propios ofi-ciales.
Relata el mal trato a un simple campesino que fue al mercado y le qui-taron
su caballo debido a una supuesta descortesía con el jefe local. Al carn-
32. &A Navy Dept., Private lmtters, véase nota 30, carta dirigida a hlatthew C. Perry, 10
July, 1821: «Ld. fue nombrado para el comando del USS Sbark, el cual está actualmente en el as-tillero
naval de esta ciudad ... Seguirá Vd. a las ~Madeiras y después de haber acabado con su de-ber,
Ud. cogerá ~ m b ao L as Canarias para más tarde seguir a lds islas de Cabo Verden. Perry fue
el First Lieutenant de la Cyane, Lieutenant Commandant en el ShÚrk y Commander de la escua-dra
en el Saratoga, en 1843 y en la Macedonian en 1843.1845. El titulo de Commodore no era un
rango oficial en la marina ameiicana sico hasta en 1862. Era un rango de cortesía dado a cual-quier
capitán superior en grado, encargado de alguna fuerza o flota cuando un capitán era el ran-go
más alto autorizado por el congreso.
33. Franklin Delano Roosevelt Libra?, Hyde Park N.Y. (Citado después como FDRL) LIS.
~ i a i i oof Commodore Matthew Calbraith Perry in USS Shark, to 10 Oct. 1821. Extractos in-completos
e informales aparecen en Life and Letters del American Autograph Journal, Vol. VII,
1941, págs. 50-64.
34. .BXRROWS, Op. Cit., Introducción; v iMORISON, Op. Cit. pág. 453, menciona el des-parramiento
de documentos por los herederos.
35: WING SHIDK, Tom: Tbe So&/ and Econ~mic Hzstostory of Afro-American Settlers in Liberia,
1882- 195. Lhiversity Microfilm, Ann Arbor, Mich. 1978, Cap. 11. El libro tiene una bihliogra-fía
al día.
36. FDRL ~ourná1,~hn1rk6- 20 Sept. 1821.
Ursula Lamb
pesino le fue permitido pagar una multa para recuperar su caballo, y con co-nocimiento
de todo el mundo, ésta fue a parar al bolsillo del oficial. Perry
hace notar que los americanos se pueden considerar muy afortunados de es-tar
protejidos contra esta clase de abusos.
El otro comentario se refiere a la iglesia. Dice Perry que en su primera
visita encontró una veneración exajerada a la iglesia y al clero. Después del
cambio político, en menos de un año (era ahora el verano de 1821), quedó
igualmente disgustado con la humillación y falta de respeto que sufrian la
iglesia y el clero.
Además la organización de las Cortes tenía otro efecto. El nuevo gober-nador
de la fortaleza ahora consideraba un honor el estar en un mismo nivel
con la República de los Estados Unidos de Norte América y prometió res-ponder
a cualquier saludo tiro por tiro. Bajo estas circunstancias un alegre
cañonazo reson6 desde las montañas cerca del puerto37.
Para uno de los marineros, según sus memorias, la estada en Tenerife,
del 12 al 21 de septiembre fue demasiado cona3*. En Santa Cruz tanto como
en otras partes de la isla, los americanos fueron recordados con agrado a pe-sar
de que fue la única visita del año de 1821.
Después de una carrera muy activa y disputada, en el año de 1843, Pe-rry
fue comisionado para su tercer viaje con rumbo a las costas africanas.
Para entonces ya era comodoro y fue nombrado comandante de la ((Escuadra
~ f r i c a n a ) ),P~e~rm. aneció en este puesto durante tres años, que estuvieron
llenos de mcidentes con respecto a Africa y a la campaña contra la esclavi-tud,
pero en su diario nada registró sobre las Islas Canarias. Su cargo incluía
experimentación con medidas para combatir las fiebres comunes en las tos-tas.
Era su tarea el explorar maneras para mantener su tripulación con buena
salud, y sus actas durante estos tres años fueron envidiables, ya que no per-dió
ninguna vida. El comodoro insistió que en la dieta se incluyesen frutas y
verduras frescas, éstas no se encontraban en suficientes cantidades y calida-des
al sur de las Islas Canarias. Uno se puede imaginar que Perry paró repe-tidas
veces en las islas para refrescar sus comestibles, que supo j r sus viajes
ya pasados que las islas los tenían en abundancia.
37. I.oc. Cit.
38. BRIDGE, Horario: Jmmzaí ofan American Cruiser. .. on tbe West Cnart YAfrica. Kathaniel
tlawthorne ed. New York 1845 (and 185.3) escrito por el contador del USSSaratoga.
39. MORiSON, Op. CC, pág. 165.
E/ Comodoro Matthew C. Peny 14
Debido a que Perry conocia estas islas, escribio con,poca frecuencia so-bre
ellas. El problema de una cuarentena surgió al comienzo. del viaje, cuan-do
el Saratoga, su navío almirante (Flagship) estuvo sujeto a una cuarentena
de ocho das, aunque su procedencia fuera Nueva York. También hubo una
controversia en el puerto con respecto a una falta de saludo de banderas. El
comodoro Perry se quejó ante Washington Irving (su vecino de Nueva
York), al embajador de los Estados Unidos en Madrid, sobre este incidente.
No hubo un resultado inmediato.
Durante sus tres años en costas africanas, el comodoro se convirtid en
una figura familiar. Posiblemente se encuentren documentos en estas islas
sobre sus visitas. Como tenia una curiosidad muy viva para las ciencias es
muy probable que haya conocido personas como el Dr. Chil y Naranjo. Segu-ramente
también conoció otra gente culta de la sociedad santacmcera, de
Orotava y de La Laguna. Perry se interesaba en todos los aspectos científi-cos
y técnicos de la vida maritima. Hizo colecciones de ejemplares biológicos
y botánicos, se interesaba en la tecnología de barcos de vapor, de faroles y
de fenómenos de ffsica tales como corrientes y temperaturas marítimas.
Para ocasiones sociales y ceremoniales, la Sumtegu fue aprovisionada
con materiales para banderas y papel coloreado. Sus músicos como siempre
se encontraban a bordo40. Su hospitalidad era tan famosa como la del Capi-tán
Trenchard. Se sabe que la vida social en tierra era variada e intensa, pero
no hay fuentes de información ni documentos de fmilia que lo detallen.
Cuando mi esposo y yo viajamos a Las Palmas en Gran Canaria, duran-te
las vacaciones primaverales de la Universidad de Oxford en 1960, Don
Néstor Alamo, antiguo director de la Casa de Colón me informó sobre una
leyenda la cual describe las visitas de el cornodoro Perry.
«?Ha oido Ud. la historia del comodoro Perry en las Islas Canarias?»,
me preguntó nuestro guía, y a pesar de que sabia que él se refería al «Perry
Japonés)) como lo denominan los estudiantes de historia para distinguirlo de
su famoso hermano Oliver Hazard Perry vencedor de la batalla de Lake
Erie, no estaba enterada sobre los viajes del comodoro Perry en aguas africa-nas.
Por io tanto Don Néstor comenzó a narrar ia ieyenda del comodoro.
Esta fue como sigue: Perry como joven teniente dejó a su esposa el &a
40. NA Log. Book of Schooner Sbark in 1822. Contiene un documento de requisicion por
colgaduras de la bandera nacional y nuevas senas, verdes, azul, blanco y amari!lo, etc. .. Morison
menciona decoraciones festivas de la bandera de navíos en aquellos tiempos.
después de su boda para iniciar su dificil misión con rumbo a Sierra Leona.
Cuando su navfo tocó tierra en Santa Cm, inmediatamente fue favorecido
por la alta sociedad, especialmente en la casa de un'señor rico quien tenia
dos jóvenes doncellas viviendo en su casa. No recuerdo si era un oficial, o si
las jóvenes eran sus hijas, sus primas o cualquier clase de pariente de este
dueño de casa. De todos modos, estas dos doncellas quedaron encantadas
con el joven teniente de 25 años, quien sentia mucha falta de su mujer, y le
ofrecieron gran consuelo con fiestas y diversiones. No cabe duda que las mu-chachas
eran el centro de atracción social en la vida de Santa Cruz. El te-niente
por su lado empleó todos sus talentos y recursos sociales para diver-tirlas.
Las damas con el tiempo fueron conocidas como «las comodoras», de-bido
a que el joven teniente (ahora comodoro) las visitaba muy frecuente-mente
especialmente en su tercera jornada Su casa, según informes, aún
existe, aunque no tuve oportunidad de verla. Según Don Néstor una de las
damas se casó con un francés tacaño pero elegante. A través de los años per-dieron
su dinero y cayeron en pobreza. Se dice que el comodoro las ayudó
discretamente, aunque no hay ningún documento que lo pruebe. Don Néstor
dijo que la comunidad de Santa Cruz toleraba a las envejecidas comodoras,
dejando que de vez en cuando después de misa se llevasen escondidos bajo
sus faldas algún puerco o gallina que serviria más tarde para su cena sin de-cir
ni una palabra.
Hay un cuento subsidiario a esta historia sobre las comodoras. En una
ocasión Perry despidió al cocinero de los oficiales por haber preparado acre-pes
» en vez de pan de trigo para el desayuno de los oficiales. Esto probable-mente
sucedió durante un periodo de escasez de harina. El cocinero fue em-pleado
por las comodoras y él por su parte tomó cuidado de ellas. Después
se convirtió en el protector de una esclava, la que fue rescatada por la tripu-iacion
de perry cuando saito ai mar tratando de escaparse de un negrero. Ci
cocinero se casó con la esclava y tuvieron mucho hijos quienes fueron acogi-dos
con mucha alegria por las comodoras. Este cuento me encantó.
En cuanto a los detalles, de la leyenda, necesitan algunas modificacio-nes:
Perry no partió inmediatamente después de la noche de bodas para em-barcar
en la Cyane. Fue padre de tres niñas y su primer hijo nació durante su
viaje en la Sbark en 1821. Probablemente compartió la preocupación de su
familia con sus anfitrionas en las Islas Canarias, aprovechando la oportuni-dad
de practicar su español. La historia del-cocinero refleja como éste quiso
disimular la falta de harina, y también demostrar el resentimiento de los ofi-
El Comodoso Mattbw C. Peny 16
ciales y su tripulación al haber sido servidas tantas verduras, dado que las
verduras no eran parte de la dieta de los marineros americanos. La elevación
social que las comodoras consiguieron debido a la asociación con un podero-so
extranjero, y su lenta declinación en la pobreza, demuestra la historia so-cial
de las islas, lo mismo que el matrimonio del cocinero y su relación con
sus patronas.
Vobamos de nuevo a la narración histórica. En 1967 Samuel Eliot Mo-rison
publicó una biografía sobre Matthew Calbraith Perry. La fama de Pe-rry
proviene de la inauguración del comercio entre Japón, los Estados Ilni-dos
y Europa, en los años 1854-1855. También se recuerda su papel e,l la
gLerr2 entre las. Uí;idos y xCnico de !f+$5-:048.
Este resumen sucinto de la historia y la leyenda de Perry y la prix era
visita de la marina de los Estados Unidos a Canarias, producirá una reacción
individual por parte de cada uno que la oye o lee. En primer lugar, aunque
los detalles son pocos, algunos serán de interés o, al menos, introducen nue-vas
fuentes. Como la historia tanto como la leyenda están vinculadas a lugar
y tiempo vamos a pasar a otro nivel de especulación más abstracto.
Con respecto al lugar, el papel de las Islas Canarias en esta historia trae
a la memoria el titulo del ensayo de Manuel Giménez Fernández: América,
Islas de Canaria a ganar41. Nuestra historia hace que las Islas Canarias repre-senten
un escenario similar pero vuelto al revés con mira al Africa y espe-cialmente
a Liberia. Este último era un país pequeño pero en muchos aspec-tos
más importante de lo que su tamaño representa. Se destacaba tanto en la
historia de los Estados Unidos y Europa como en la del Africa, donde Libe-ria
era considerado el primer desafío concreto al colonialismo. Las Islas Ca-narias
como puesto geográfico servian como el lugar de aclimatación, prime-ramente
en el sentido de ser una base de abastecimiento para los viajes al
Africa, y segundo como lugar de adaptación a las sociedades extranjeras, un
sitio donde la gente se acostumbraba a la extrañeza del Africa.
Con respecto al elemento tiempo, la historia demuestra como la inclu-sión
de lo que vino antes y después de los incidentes, modifica las evaluacio-nes
de los contactos de Perry en las Islas Canarias. Si Perry hubiese muerto
depués de la misión, como sucedió con el Capitán Trenchard, su nombre to-davia
seria distinguido en los anales maritimos norteamericanos por sus es-fuerzos
en el Africa y en la historia política y diplomática de la extensión de
41. Anuario de Erfudios Atlúnticos, Sevilla, 1 , 1955, págs. 309-336
los intereses norteamericanos. El comienzo del comercio con el Japón dismi-nuyó
sus servicios con la escuadra africana y sus relaciones con las Islas Ca-narias
se convirtieron en pequeños incidentes de su biograffa y en un fenó-meno
transitorio en la historia africana. Los documentos de la American Co-lonization
Society no mencionan tampoco el papel que tomaron las Islas ca-narias
en la empresa africana. El problema de relacionar cronología, geogra-fia,
y propósito para presentar una experiencia histórica con más exactitud es
un asunto muy discutido, que esta historia ayuda a ilustrar. Resulta que al fi-jar
puntos de referencia muy lejos respecto a la distancia geográfica tanto
como temporal, nuestro episodio casi desaparece.
Otras consideraciones de los hechos nos muestran que a base de ellos se
puede seguir en direcciones directamente opuestas42. La primera hacia lo ne-gativo,
nos habla del continuo desacuerdo sobre saludos, salvas de tiro, seña-les
de banderas, y respecto hacia los oficiales de ambas naciones; la segunda,
buscando lo positivo, habla del surgimiento de buena voluntad a un nivel
personal, un sentimiento amistoso e intimo, de bienvenida para todos y de
un respeto mutuo43.
La leyenda de las comodoras presenta en algunos aspectos la selectivi-dad
del recuerdo, la preservación de esencias y los cambios de énfasis intrfn-secos
de la tradición verbal. El que Perry hubiese partido en su noche de bo-das
es más romántico, el haber casado el cocinero con la esclava es más dra-mático.
Otro narrador tal vez pondría más énfasis en los acumulados renco-res
y malentendidos. En este caso uno podría escribir una historia de repeti-dos
insultos, de falso orgullo y de conflictos sociales.
Estas posibilidades nos traen al comentario final. Incidentes tales como
las visitas de Perry a las Islas Canarias son historias incompletas. Los oyen-tes
tanto como el lector tendrán que escoger lo que recuerdan y lo que olvi-d
a ~ 0. poscisiblcmeíite Luüsear Una tercera opinión: ia de respirar con aiivio
porque he dicho.
42. ELLIOT JAQUES: The Foms ofrime, Heinemann, London, 1982; pág. 183. Discute el
modelo del mundo humano el cual incluye propósito e intención.
43. CORTADA, James: Two Nntions over Time: Spuin und fhe United Sfdes 1776- 1977, Green-wood
Press, Westwood, Conn., 1979, tiene un ensayo muy amplio de bibliografh